Professional Documents
Culture Documents
E. Recursos: 1. Bibliografía Básica
E. Recursos: 1. Bibliografía Básica
Recursos
1. Bibliografía básica
a) Libros sobre aspectos históricos y disciplinares
Hull, L.W.H. (1989). Historia y filosofía de la ciencia. Ed. Ariel. Col. Ariel Filosofía. Barcelona.
Obra que tal y como su título indica trata de la historia y la filosofía de la ciencia, desde la
prehistoria de la ciencia hasta finales del siglo XIX. Por lo que se refiere a la historia de la óptica
esta obra nos habla de las primeras teorías euclidianas sobre la visión y la reflexión, de las pri-
meras disecciones de ojos que llevó a cabo el egipcio Alhacén, así como su estudio de la
refracción. Más adelante aborda los grandes progresos que la óptica experimentó a lo largo
del siglo XVII con el telescopio y el microscopio, el estudio newtoniano de la dispersión cro-
mática y su teoría corpuscular de la naturaleza de la luz, que chocó frontalmente en un princi-
pio con la teoría ondulatoria de Huygens. Finalmente se apunta la teoría de los cuanta introdu-
cida por Planck.
Maitte, B. (1981). La lumière. Éditions du Seuil. Collection Points. Serie Sciences, núm. S28.
París.
Síntesis clara y concisa de la evolución histórica que han experimentado las diferentes teo-
rías científicas que han ido surgiendo para explicar fenómenos luminosos. El texto empieza
dando un rápido repaso desde la antigüedad hasta el Renacimiento, para pasar luego a tratar
con más detalle la teoría corpuscular introducida por Newton, la teoría ondulatoria de Huygens
frente al modelo cartesiano, la evolución de la óptica en el siglo XVIII, la nueva perspectiva lan-
zada por Maxwell y las modernas y revolucionarias explicaciones que ofrece la física contem-
poránea.
Tipler, P.A. (1994). Física. Vol. 2. Temas 30, 31, 32 y 33. Ed. Reverté. Barcelona.
Excelente compendio de conceptos y explicaciones a los fenómenos más importantes de la
física clásica y moderna con un nivel de profundidad y rigor universitario. En concreto estos
cuatro temas sobre óptica, desglosados en la luz, óptica geométrica, instrumentos ópticos e
interferencia y difracción dan una visión formal del tema que puede resultar útil como bagaje con-
ceptual para el profesorado.
Candel Rosell, A.; Satoca, J.; Soler, J.B.; Tent, J.J.; Tejerina, F.; (1985). Física. COU. Temas
8, 9 y 14. Ed. Anaya. Madrid.
Los tres temas seleccionados de este texto tratan sobre «El movimiento ondulatorio», «Pro-
piedades de las ondas» y «El fotón y sus interacciones con la materia». Los dos primeros ofre-
cen una perspectiva bastante clara del modelo ondulatorio aplicado a las ondas luminosas y el
54
tercer tema trata los aspectos corpusculares de la luz. Es de destacar que la perspectiva
menos formal y más cualitativa con que están tratados aquí los conceptos, ya que es un texto
de enseñanza secundaria postobligatoria, puede resultar más asequible a algunos maestros
para una primera aproximación al tema en comparación con el texto universitario comentado
anteriormente.
Proyecto Nuffield para la enseñanza de las ciencias (1975). Extensión de la percepción sen-
sorial. Tema 5. Ed. Omega.
El Proyecto Nuffield está pensado para alumnos cuya edad oscila entre los 13 y los 16 años.
Estos materiales han sido preparados para los profesores y se caracterizan por la variedad y
flexibilidad en la organización de las actividades a fin de poder adaptarlas a la diversidad del alum-
nado. Este volumen trata sobre cuatro aspectos de la percepción sensorial: (1) las limitaciones
humanas y la extensión del campo de percepción de los sentidos, (2) el oído y la naturaleza
del sonido, (3) la vista y el comportamiento de la luz y (4) los medios artificiales de comunica-
ción y registro.
Ramadas, J.; Driver, R. (1979). CLISP. Children’s Learning in Science Project. Centre for
Studies in Science and Mathematics Education. University of Leeds.
El objetivo primordial de este estudio es describir algunos aspectos de las ideas sobre luz
y visión que tienen los estudiantes de enseñanza secundaria y constrastarlas con los resulta-
dos de estudios similares y de estudios sobre historia de las ideas sobre luz y visión. El estu-
dio tuvo lugar entre estudiantes ingleses de entre 13 y 15 años a principios de los años
ochenta. Es de destacar el estudio que se hace por una parte de los aspectos afectivos liga-
dos a los fenómenos luminosos y, por otra parte, del análisis de los dibujos y esquemas con
que se ayudaban los estudiantes para responder a las cuestiones.
Vallmitjana, S. et al. (1985). Veure-hi clar. IV Trobada amb la Ciència. CIRIT. Departament de
la Presidència. Generalitat de Catalunya.
Este manual corresponde al curso que con el mismo título se impartió durante las jornadas
IV Trobada amb la Ciència que la CIRIT organizó en julio de 1985, unas jornadas de trabajo en
que participaban chicos y chicas, estudiantes de BUP, COU y FP, y especialistas y profesores
universitarios. El manual agrupa sus contenidos y experiencias en cuatro bloques: interpreta-
55
ción geométrica de la óptica, instrumentos ópticos, el color, y la naturaleza ondulatoria de la luz;
y pretende ser un compendio de recursos tanto teóricos como experimentales para tratar estos
fenómenos en el aula de ciencias.
Burnie, D. (1992). Luz. Colección Ciencia Visual Altea. Ediciones Santillana S. A. Madrid.
La Colección Ciencia Visual Altea invita a los jóvenes a observar e interrogarse sobre el
mundo que les rodea. Este volumen está estructurado en una serie de 62 láminas en cada una
de las cuales se trata algún aspecto de la luz. Es interesante la perpectiva histórica que se
ofrece en cada caso y el tratamiento visual que se ofrece para acompañarlo caracterizado por
gran cantidad de fotografías de gran calidad tanto visual como temáticamente.
Mauldin, J.H. (1992). Luz, láser y óptica. Traducción de J. M. Otón y F. J. López. Serie
McGrawHill de divulgación científica. Ed. McGrawHill. Madrid.
Este libro explora los usos de la luz en sus múltiples aspectos. Estructurado en 17 capítu-
los nos da información, por ejemplo, sobre los aspectos necesarios para seleccionar un buen
equipo de ópticas para cámaras y telescopios. Asímismo, explica la manera como la luz afecta
a las plantas, los animales y las personas, e investiga los problemas del desarrollo de los láse-
res de alta potencia. También analiza los usos prácticos de la holografía y nos explica los cali-
doscopios y las imágenes en tres dimensiones.
Jennings, T. (1987) Luz y color. Colección «El joven investigador» nº 11. Ed. S.M. Madrid.
Este libro consta de una parte teórica clara y concisa seguida de un apartado que contiene
diversas actividades, cuestiones, trabajos prácticos, etc. Puede ser útil para el primer ciclo de
la ESO ya que se exponen de manera clara los diferentes contenidos. Al final se incluye un glo-
sario.
Es un libro útil para preparar actividades motivadoras para el alumnado. También puede ser
un libro de consulta para el alumnado.
56
Nye, B. (1995) Ciencias recreativas. Martínez Roca. Barcelona.
Es un libro que recoge experimentos que se pueden realizar con materiales muy sencillos e
informaciones complementarias. El autor es un conocido divulgador científico que interviene en
programas de televisión infantiles.
El profesorado encontrará en él ideas motivadoras para sus clases, pero también puede ser
utilizado directamente por los estudiantes.
VV. AA. 1978, Nuevo manual de la Unesco para la enseñanza de las ciencias. Edhasa.
Barcelona.
Se recogen diferentes experimentos que no necesitan ningún instrumento ni material sofis-
ticado para llevarlos a cabo. Todos ellos han sido realizados y se ha comprobado su buen fun-
cionamiento. Es un libro ya clásico, pero que continúa siendo totalmente válido, especialmente
si no se dispone de material de laboratorio.
Es un libro muy adecuado como fuente de ideas para el profesorado en relación a trabajos
prácticos.
2. Recursos audiovisuales
a) Áncora audiovisual S.A.
– ¿Qué es la luz?
– Polarización de la luz
– Introducción al rayo láser
– Introducción a la holografía
b) Didascalia
– La luz I
– La luz II
– La luz III
– Ondas elementales
– Reflexión de ondas
– Refracción y reflexión total de ondas
– Interferencia de ondas
– Difracción de ondas por obstáculos
– Ondas estacionarias
– Oscilaciones acopladas
57
3. Materiales complementarios
Enseñanza de la Óptica
F. Javier Perales Palacios. Doctor en Ciencias Físicas. Profesor Titular de Universidad. Direc-
tor del Dpto. de Didáctica de las Ciencias Experimentales de Granada.
Tradicionalmente, la Óptica ha sido una de las grandes marginadas de los programas escola-
res de Ciencias. No obstante, la evolución tecnológica ha querido que sus aplicaciones se extien-
dan e invadan nuestro entorno más próximo. En este artículo se plantean algunas pautas para
orientar la enseñanza de la Óptica, comenzando por enmarcarla en la LOGSE y aportando segui-
damente algunas sugerencias sobre el tratamiento de sus conceptos más significativos. Si se nos
ocurriera preguntar a cualquier niño de un colegio cualquiera «¿qué es la Óptica?», probable-
mente nos respodería algo así como «una tienda donde se venden gafas y te gradúan la vista».
Esto no debe extrañarnos a los enseñantes, generalmente la Óptica –y también la Acústica– se
ha visto marginada de los programas de Ciencias en general y de la Física en particular. A la hora
de recortar los contenidos, el profesor lo ha hecho por este tópico que ya en su día le fue excluido
en su etapa de estudiante. Sin embargo, el alumno está utilizando inconscientemente en la per-
cepción de su entorno un fenómeno cuya comprensión se le escapa: la luz. Paralelamente y en
su quehacer cotidiano juega con lupas, linternas o espejos, posee alguna máquina fotográfica o
unos prismáticos, quizás se vea obligado a llevar gafas, manipula el brillo, el color o el contraste
de su televisión, oye hablar de la fibra óptica o se fascina con el «rayo láser».
En definitiva, se pone de manifiesto una de las más dramáticas paradojas de la educación
formal: el no saber dar respuesta a lo que la sociedad demanda de sus miembros, el vivir de
espaldas al vertiginoso desarrollo científico y tecnológico, el no dotar al alumno de las herra-
mientas cognitivas para entender lo que sucede a su alrededor. Se es incapaz de romper la
aparente dicotomía conocimiento formal-conocimiento cotidiano que precisamente debiera
constituir el norte de la iniciación a la educación científica si queremos lograr que trascienda
allende los muros de nuestras aulas.
El currículum de la LOGSE
a) Educación Primaria
Las referencias están circunscritas a las propiedades ópticas de los materiales que, bási-
camente, podrían clasificarse en opacos y transparentes. Esta clasificación puede resultar útil
para una primera aproximación, y naturalmente obvia la absorción luminosa, que deberá ser
introducida en la Educación Secundaria, junto con el concepto de color. El carácter opaco o
transparente para un material se puede poner de manifiesto intercalándose entre una fuente de
58
luz, tal como el Sol o una bombilla encendida. El primer caso (cuerpo opaco) se aprovechará
para ilustrar las sombras y penumbras y para introducir el espejo como cuerpo reflector (deno-
minado «especular», frente a otros cuerpos opacos «difusores»). En el segundo caso, pueden
emplearse distintos cuerpos transparentes y estados de agregación para deducir diferentes
grados de transparencia y desembocando en el manejo de lentes.
b) Educación Secundaria
La luz queda ahora enmarcada, junto con el Sonido, dentro del contexto de la Energía y, en
concreto, de su propagación sin transporte de masa. Los contenidos particulares se extienden
ya a la naturaleza «cromática» de la luz, descomponiendo la luz blanca (p. ej., mediante un
prisma) y mezclando los distintos colores (sea con papeles de celofán coloreados o en una
fusión temporal con el «disco de Newton»). Esta sería la ocasión de introducir el color de los
cuerpos como producto de la absorción selectiva de la luz y comprobar cómo cambia en fun-
ción del iluminante.
Las experiencias de reflexión y refracción previstas en el currículum de Educación Primaria
podrían ser ampliadas, especialmente en el significado de la refracción y del funcionamiento de
las lentes, pudiendo aprovechar la ocasión para iniciar la formalización de conceptos tales
como emisor primario y secundario, rayo o imagen.
Por último debiera incluirse la visión y el ojo humano como la etapa final de la propagación
luminosa y su anatomía con relación a la detección de la luz.
Consideraciones didácticas
Luz
Con este concepto se pone de manifiesto de forma clara la distancia entre la versión del
científico y la del profano. La Ciencia la describe como una propagación de energía en forma
de ondas electromagnéticas a través del espacio y a una velocidad en el vacío de, aproxima-
damente, 3.108 m/s. Para el niño, la luz es básicamente lo que le permite ver, es decir, un ins-
trumento antropocéntrico que se localiza en la fuente (Sol, cielo, bombilla, etc.). En algunos
casos, se produce asimismo cierta confusión entre la luz y la electricidad. Sobre ambos tipos
de error influye indudablemente el lenguaje vulgar: «arregla la luz que se ha fundido, se ha ido
la luz, hay que darse de alta en la luz». En coherencia con lo anterior, la propagación rectilínea
tampoco resulta ser una característica luminosa suficientemente formalizada, tendiéndose a
interpretar la luz como «algo que llena el espacio», pero sin atribuirle una trayectoria concreta.
59
Si nos detenemos en el concepto de rayo, a pesar de poseer un carácter ideal o matemático
(haz de luz lineal) resulta de uso común entre el alumnado, con connotaciones varias: «rayos
de Sol, rayo láser, rayo de una tormenta...» A pesar del potencial explicativo que pudiera
poseer para poner de manifiesto la propagación luminosa, no se operativiza como tal y y se
incurre en errores sustanciales, tales como decir que «los rayos se ven» –algo que sólo sucede
con los rayos eléctricos–, ignorando que lo visible son las partículas suspendidas en el aire al
reflejar la luz.
En cuanto a la naturaleza de la luz no cabe esperar resultados espectaculares en su com-
prensión, sobre todo en los alumnos más jóvenes, dada su dificultad intrínseca en las fases de
emisión, propagación y detección, y, especialmente a causa de su velocidad que la convierte
en un proceso prácticamente instantáneo y, por consiguiente, con una apariencia estática. Lo
que sí debe hacerse es insistir en experiencias relativas a la fase de propagación. Por ejemplo,
comenzando por formalizar el concepto de rayo estrechando el paso de la luz solar o de una
bombilla mediante un diafragma o con cartulinas dotadas de orificios de diámetro progresiva-
mente reducido, haciéndolo visible con una hoja blanda paralela a su trayectoria o con polvo
de tiza. Como prototipo de rayo y, si se dispone de él, puede utilizase un láser que, con las debi-
das precauciones, resulta de mucha utilidad.
Sombra
Reflexión
Nos encontramos ante una propiedad luminosa ligada a las características de los sistemas
materiales que interfieren su trayectoria y que recuerda sospechosamente al choque o «rebote»
de cuerpos sólidos (bolas de billar, pelota contra una pared, etc.), lo que induce a los alumnos
a interpretar el fenómeno de la luz como una especie de propagación (¡ahora sí!) de partículas
que chocan o rebotan contra un obstáculo opaco.
Las experiencias descritas para las sombras pueden servirnos de puente para discutir
acerca de la reflexión y ponerla de manifiesto en situaciones mucho más variadas que la archi-
conocida del espejo. Por ejemplo, en una pared, en el agua de un charco, en la página de un
libro, etc. Aunque a niveles elementales no cabe esperar una separación clara entre reflexión
especular y difusa, sí debe trabajarse la idea de que la luz se refleja en los cuerpos opacos, no
sólo en los espejos, así como incluso en otros que se llaman transparentes (caso del agua) y
que este aspecto es el que permite el hecho de la visión.
60
Refracción
Como vocablo, la mayoría de los alumnos ignora su significado, lo que se justificaría por su
escasa utilización en el lenguaje coloquial («ladrillos refractarios», «ser refractarios a algo», etc.).
No obstante, el fenómeno físico suele ser conocido a través de situaciones como el sumergir
parcialmente un palo en el agua o las propias lentes, pero prácticamente en ningún caso suele
deducirse de ellas la desviación en la trayectoria luminosa, lo que resulta coherente con los
comentarios anteriores relativos a la escasa comprensión de la propagación luminosa y la no
operatividad de su carácter rectilíneo.
A fin de conectar con la experiencia vital, sería recomendable recurrir a situaciones clásicas
tales como la de la moneda introducida en un vaso de plástico que se hace visible cuando se
añade agua al mismo, o la «doblez» que experimenta un lápiz cuando se sumerge parcialmente
en el agua. Ahora bien, debe huirse de las simplificaciones ingenuas presentes en algunos
libros de texto que saldan la situación con un simple «se deben a la refracción de la luz». Por
el contrario, debe relacionarse con el proceso global de la visión y, en definitiva, si es factible,
con el diagrama de rayos para lograr una explicación de tales fenómenos. A ser posible debe
también recurrirse a poner de manifiesto la refracción «pura», es decir, la sufrida por un rayo de
luz cuando atraviesa un medio de distinto índice de refracción, como un cristal o el agua.
Imagen
Referencias Bibliográficas
Nievas F. (1988). Nociones de los alumnos sobre conceptos de óptica geométrica. Enseñanza
de las Ciencias, 6 (I), 86-88. Perales, F.J.; Nievas F. Ideas previas en Óptica Geométrica: un estu-
dio descriptivo. Investigación en la Escuela, 1991, 13, 77-84.
61
La enseñanza de los modelos sobre la naturaleza de la luz
Beléndez, A. (1); Pascual, L. (2) y Rosado, L. (3) (1) Departamento de Física Aplicada (Sec-
ción Alicante), E.U. Politécnica de Alicante (Universidad Politécnica de Valencia). Alicante. (2)
Departamento Interuniversitario de Óptica, E.U. de Óptica (Universidad de Alicante). Alicante. (3)
Facultad de Ciencias y programa de Formación del Profesorado, UNED. Madrid.
62
conceptos empleados en cada una de ellas. Fuera de este terreno, no puede representar la
teoría de los fenómenos naturales, porque sus conceptos no son capaces de aprehenderlos.
Así, la Óptica Geométrica mediante los conceptos de rayo luminoso e índice de refracción
explica la reflexión en un espejo o las imágenes formadas por las lentes, pero no es capaz de
interpretar los fenómenos de interferencia y difracción de la luz, que necesitan de la Óptica
Ondulatoria y del concepto de onda para caracterizar la luz, lo que además la dota de una enti-
dad física, frente a la Óptica Geométrica que no es más que pura geometría. Por último, el
efecto fotoeléctrico o el Compton no tienen cabida dentro de un modelo ondulatorio para la
luz, y encuentran explicaciones en la Óptica Cuántica con el uso del concepto de fotón, con-
cepto que, a su vez, ha pasado por muchas y diversas acepciones.
Finalmente indiquemos que las concepciones y modelizaciones utilizadas en la enseñanza
de la Óptica, tanto en las clases como en los libros de texto (rayo luminoso, frente de onda, onda
electromagnética, energía cuantizada, fotón, etc.), no suelen ser presentadas como modelos,
es decir, representaciones constituidas, «calculables», más o menos simplificadas, ni incluso
representaciones, sino como la realidad directamente visible. En estas condiciones, es fácil
comprender las dificultades y fracasos de los alumnos para relacionar las teorías como cons-
trucciones hipotéticas, sino que las asimilan como dogmas definitivos y cerrados (Martinard,
1986; Solbe et al. 1987).
63
Como objetivo pueden proponerse que: conozca que la luz se propaga en línea recta (con-
cepto de rayo luminoso), que observe la desviación de los «rayos luminosos» al pasar la luz de
un medio a otro (concepto de índice de refracción), que distinga los distintos tipos de lentes,
que comprenda el fenómeno de la dispersión de la luz por prismas, etc. Los contenidos deben
ser sencillos y claramente visualizados en la propia clase o en pequeñas experiencias de labo-
ratorio, de modo que el alumno aprenda a observar e incluso inferior hipótesis. Los modelos a
utilizar deben ser los icónicos y analógicos, y los recursos didácticos pueden completarse con
algunas experiencias que el alumno pueda realizar por sí misma. Para introducir las leyes de
refracción y reflexión y los conceptos antes señalados debe partirse siempre de hechos expe-
rimentales, de modo que luego se pueda deducir la formación de imágenes a través de lentes
y espejos mediante modelos gráficos (construcción gráfica de la imagen).
En este nivel, no se tratarán las teorías ondulatorias y cuántica.
Siguiendo con el mismo planteamiento del nivel elemental, los conceptos para la Óptica
Geométrica son los mismos. Ahora se utilizarán además modelos matemáticos sencillos (lo que
se conoce como aproximación praxial): expresión matemática de la refracción y reflexión, fór-
mula de las lentes, etc. Ya es interesante indicar que la Óptica Geométrica es una teoría más
sobre la luz, pero no la única, especificando sus campos de aplicación sobre todo en el diseño
y fabricación de instrumentos ópticos (anteojos, telescopios, cámaras fotográficas, ...).
La teoría ondulatoria de la luz (modelo científico) puede presentarse a partir de modelos
analógicos para explicar fenómenos como las interferencias, usando una cubeta de ondas.
Para el alumno, el concepto de onda es difícil de comprender y puede utilizarse el modelo con-
ceptual de onda sinusoidal, con crestas y valles, e introducir otros conceptos como la longitud
de onda, indicando la variación según el color. Disponer de un pequeño láser sería de gran uti-
lidad para mostrar tanto fenómenos de la Óptica Geométrica (trayectorias rectilíneas) como
Ondulatoria (interferencias y difracción), con lo que se consigue contrastar estas dos teorías
que parten de conceptos totalmente diferentes.
En los últimos cursos del nivel medio puede empezar a hablarse del concepto de fotón y de
la nueva teoría de la luz relacionada con el mismo (Teoría Cuántica de la luz –el modelo cientí-
fico–). Se debe concluir con una comparación de los tres modelos, contrastando sus concep-
tos de partida y sus campos de aplicación, con el uso de bastantes ejemplos. Puede hablarse
de un doble comportamiento de la luz: ondulatorio en su propagación y corpuscular en su inte-
racción con la materia. Así pues, en este nivel debe introducirse la teoría ondulatoria de la luz,
y profundizarse en ella con el modelo matemático de la misma, relacionarla con la teoría geo-
métrica y abrir el camino para el modelo cuántico, comparando éste con los modelos atómicos
y la dualidad onda-corpúsculo. Aparecen difucultades en el aprendizaje del modelo cuántico si
no se realiza ese aprendizaje del modelo cuántico comparándolo con los modelos atómicos y
la dualidad onda-corpúsculo. Aparecen dificultades en el aprendizaje del modelo cuántico si no
se realiza ese aprendizaje como cambio conceptual, partiendo de la propia evolución histórica
de las teorías ondulatoria y corpuscular (Gil, Senent y Solbes, 1987).
En el nivel superior debe completarse todo lo ya conocido en los niveles anteriores, sobre
todo con modelos matemáticos (Hickman, 1986) bien asentados sobre los conceptos y la
experiencia. Es importante que el alumno piense detenidamente en lo que en realidad es la luz,
sobre la cual existen distintas teorías que, aunque basadas en conceptos y principios bien dife-
renciados, nos permiten saber cómo se comporta la luz y hacer predicciones según las carac-
terísticas del fenómeno analizado. Es decir, la luz manifiesta uno y otro comportamiento depen-
64
diendo del fenómeno óptico que se estudie. Es importante matizar las últimas aplicaciones tec-
nológicas de la Óptica, así como las aplicaciones de la Óptica en otras Ciencias, de manera espe-
cial en las que tienen relación con la carrera que el alumno esté cursando. Las experiencias de
laboratorio y la resolución de ejercicios prácticos son fundamentales, y han de guardar una
completa relación con el modelo matemático presentado. Hay que intentar huir de la imagen
incorrecta, que en muchas ocasiones produce el excesivo peso del empirismo o del forma-
lismo, indicando claramente las rupturas científicas existentes frente a una imagen lineal y acu-
mulativa del desarrollo científico.
El proceso de enseñanza aprendizaje consistirá, en todos los casos, en una presentación del
fenómeno en el cual intervienen la luz, junto con las leyes experimentales que gobiernan dicho fenó-
meno. Paralelamente se introducirán los conceptos necesarios (apoyados en definiciones cla-
ras). A partir de aquí, y teniendo en cuenta las hipótesis simplificadoras que siempre se hacen,
se llega a la formulación del modelo o teoría final. Este modelo servirá, por sí mismo, para dar
una explicación de otros fenómenos experimentales no considerados al inicio e incluso para
hacer predicciones.
Es interesante comparar las distintas teorías necesarias para interpretar los diferentes fenó-
menos luminosos, de modo que cada categoría tenga un proceso de enseñanza como sigue:
TEORÍA
Como puede verse, se trata simplemente de la utilización y adaptación del método cientí-
fico (Chalmers, 1984) al proceso de aprendizaje de las Ciencias Experimentales.
3. Conclusiones
65
debe y puede asimilar en función de su edad. Junto a ello, el contenido predominante de la
Mecánica y la Electricidad que se encuentra en todos los programas y libros de texto (en los
niveles elemental y medio), impide un mejor conocimiento de otras partes de la Física como es
la correspondiente al estudio de los fenómenos en los que interviene la luz. A esto hay que aña-
dir la falta de unión entre los conceptos y modelos que se explican sobre la luz, de modo que
es difícil que los alumnos puedan relacionar y contrastar las ideas aprendidas de Óptica Geo-
métrica, Óptica Ondulatoria y, sobre todo, las ideas cuánticas acerca de la naturaleza de la luz.
Nos encontramos, por tanto, ante un tema del cual se ha escrito, investigando y discutido
mucho desde los comienzos de la Física de los niveles no universitarios. Esto hace que los
alumnos acumulen una gran cantidad de errores conceptuales a lo largo de sus años de estu-
dio y cuya eliminación es tarea difícil de realizar. Sumando a esto estarán muchas veces los
errores, también conceptuales, que los propios tienen, debido a un insuficiente conocimiento
global de la Didáctica de la Física y del aprendizaje de la Óptica en particular, y originados por
la propia enseñanza recibida.
Sería interesentae plantear un desarrollo curricular lógica y equilibrado. Introducir los distin-
tos conceptos en función de la edad de modo que los alumnos puedan asimilarlos y no escan-
dalizarse de los distintos modelos que sobre la naturaleza de la luz se han desarrollado. Llegar
a comprender sus limitaciones, entendiendo que no unos son completamente falsos ni otros com-
pletamente verdaderos. A todo esto hay que añadir el creciente papel de la Óptica en la Cien-
cia y Tecnología modernas (Bernabeu, 1985). El desarrollo del láser las fibras ópticas, la comu-
nicación por fibras, la óptica integrada, la holografía, etc. (Rosado, 1987), hace necesario que
el joven de hoy esté informado sobre los aspectos fundamentales de la luz, su naturaleza o
naturalezas y sus aplicaciones.
En definitiva, en una programación lógica los aspectos geométricos, ondulatorios y corpus-
culares de la luz han de ser tratados como mayor o menor profundidad, pero siempre de modo
que se vayan asentando poco a poco, desde el colegio hasta los años de Universidad. En los
libros de texto hay que dar a la Óptica la importancia que se merece, dejando de ser las dis-
tintas asignaturas de Física sólo enseñanzas de Mecánica y Electricidad, en detrimento de
aquélla. Además, y como novedad, sería interesante tratar la Óptica lo antes posible (Rosado,
1979), contrariamente a lo que sucede en los programas tradicionales antes mecionados, lo
cual se puede justificar, por el hecho de que el niño se relaciona muy pronto con la luz, los
espejos y las lentes. Unido a esto, para desarrollar las principales nociones de Óptica sólo se
requiere la aplicación de expresiones geométricas sencillas. Por último, la Óptica permite que
el alumno analice directamente una evoución y cambio de conceptos en esta parte de la Física,
y el conocimiento de distintas teorías, lo que luego podrá extrapolar fácilmente a la Mecánica,
la Electricidad y la Física Atómica. Desde un punto de vista pedagógico, la enseñanza y expe-
rimentación en Óptica constituye una herramienta súmamente útil en la comprensión de los
fenómenos físicos.
Finalmente, la Óptica presenta una ventaja adicional: los distintos modelos sobre la misma
se estudian desde el nivel elemental, lo que permite su análisis y evolución. Esto no ocurre, por
ejemplo, con las teorías de la Mecánica, pues sólo en cursos avanzados de la Universidad se
presentan otras teorías aparte de la Newtoniana, como son la Relativista y la Cuántica. Mien-
tras la primera es estudiada durante todos los cursos de los niveles elemental, medio y hasta
superior, las dos últimas sólo son tratadas en el nivel superior, lo que no permite, en este caso,
un aprendizaje mediante un verdadero cambio conceptual.
Referencias bibliográficas
Bernabeu, E. La Óptica y las nuevas tecnologías. Prospectiva de la enseñanza de la Óptica
en España, Vol. I. 1985 (págs. 37-48).
Chalmers, A. ¿Qué es esa cosa llamada Ciencia? Siglo XXI Editores. Madrid, 1984.
Furió, C. y Hernández, J. La enseñanza de la teoría atómica como cambio conceptual y
66
metodológico. Enseñanza de las Ciencias. Número extra, pág. 60 (1985).
Gil, D. y Hernández, J. La enseñanza de la teoría atómica como cambio conceptual y meto-
dológico. Enseñanza de las Ciencias. Número Extra, pág. 60 (1985).
Gil, D. y Carrascosa, J. Science Learning as a conceptual and methodoligcal change. Euro-
pean Journal of Sciencie Education, 7 (págs. 231-236) (1985).
Gil, D.; Senen, F. y Solbes, J. La introducción a la Física Moderna: un ejemplo paradigmá-
tico de cambio conceptual. Enseñanza de las Ciencias. Número Extra (págs. 209-210) (1987).
Heisenberg, W. Encuentros con Einstein y otros ensayos científicos. Alianza Editorial.
Madrid, 1979.
Hickman, F.R. Mathematical modelling in phisics, Physics Education, 21 (págs. 173-180)
(1986).
Martinand, J.L. Enseñanza y Aprendizaje de la modelización. Enseñanza de las Ciencias, 4
(págs. 45-50) (1986).
Meheut, M. y Larcher, C. Modèles particulaires dans l’initation aux sciences physiques.
Enseñanza ed las Ciencias. Número Extra, (págs. 261-262) (1987).
Morales, J.F. Metodología y Teoría de la Psicología. UNED. Madrid, 1987.
Rosado, L. Didáctica de la Física. Edelevives. Zaragoza, 1979.
Rosado, L. Modelos en los Procesos de la Ciencia y su contrastación. UNED. Madrid, 1986.
Rosado, L. Electrónica Física y Microelectrónica. Paraninfo. Madrid, 1987.
Scheider, W. Models in Physics and Engineering. The Physics Teacher, 24 (págs. 488-491)
(1986).
Solbes, J.; Calatayud, M.; Climent J. y Navarro, J. Errores conceptuales en los modelos ató-
micos cuánticos. Enseñanza de las Ciencias, 5 (págs. 189-195) (1987).
Wenhan, E.J.; Dorling, G.W.; Snell, J.A.N. y Taylor, B. Physics Concepts and models. Addi-
son-Wesley. Londres, 1972.
Perales, F.J. (1994). Enseñanza de la óptica. Alambique. Núm. 1, págs. 133-137. Julio 1994.
Belendez, A.; Pascual, I.; Rosado, L. (1989). La enseñanza de los modelos sobre la natura-
leza de la luz. Enseñanza de las ciencias. 7 (3), 271-275.
67