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EPISODIOS SANGRIENTOS DEL annoon % POR BUENOS AIRES. Imprenta sonasnewse, Peri.171 ee oe oe: BIBLIOTECA NACIONAL é 3 OCT 89 |. err ola ' ies _ novela la que ofresco 4 mis compatridtas, PROSE. Hacen diez y seis afios que tuvieron In- ‘gar en Buenos Ayres los sucesos que se refieren en el presente folleto. No es una orque no poseyendo la poética y f:cunda imajinacion de un Marmol, nunca podria hacerlo ni mediocremente siquiera, y solo me he concretado @ hacer una narracion ‘eon algunos detalles particulares, emplean- do para ello el estilo natural y sencillo, siéndome dificil usar de esas flores de re- térica con que suelen dar colorido 4 sus -obras los Hiteratos del dia; por cuanto mis facultades intelectuales se hallan bajo una esfera muy limitada. Es mi objeto ninicamente recordar los hechos crimina— les que dejé para la historia la administra- cion del célebre Rosas, cometidos bajo su patrocinio. Buenos Ayres—185§. »~ ie pe DA Sociedad Popular Restauradoxd dela Mas-horea. En la calle de Chacabuco entre las de Estados Unidos y Europa, estab4 situado un corralon que serviade cuartel 4 un és-. cuadron de Vigilantes de & Caballo, cuyos” gefes “eran ( 6 Cuitifie y sn segundo Andres Parra, ambos Coroneles, innonitne; ‘Rechos por el héroe del desierto.. 7° ‘Eran las siete de la noche del 26° dé Setiembre del afio de 1840. ‘Cuitino, se ha- _ Maba sentado frente 4 ‘uta mesa que conte nia varios legajos en los cuales descollabs la Gaceta mercantil, la cual momentos an- tés: estaba leyendo el ‘famoso decreto dé confiscacion. Vestia esa noche d3 pantalon ‘agul'de, patio, franja punzd ehaqueta de Paiio de’erana, distinguiéndose en el ctéllo “una palma bordada de oro, sombrero de” » telpa ‘negro, y un poncho “de patio ‘azul ee eet fae een ge is Pa wh A os forrado de otro de grana Ie cubria todo el cuerpo. Parra, se hallaba vestido del mismo modo,.con la, diferencia de tener un fj afiue- lo punzé atado en Ta cara. El primero de estos dos.celebres personages tenia un mate en la mano izquierda, y con el dedo mefiique dela derecha quitaha la ceniza de su cigarro cuya blancura justificaba su procedencia. ne En log lados laterales de la misma habi- tacion. velanse sentados. los individnos siguientes: Manuel. Ti 30 Silverio Badia Bernardino Cabrera, Santos ‘Perez, Jaan Merlo, Leandro Alen, Victor Martinez: ¥ Varios otros cuya, descripcion y numero creo supérfluo detallar. Jo que diré, es que estos individuos eran colabora‘lores del gran élub.mashorquero, cuyo, primer pre; sidente fué D, Pedro Burgos, coronel’ y eompadre de Rosas; despues lo subrogé. Cnitinio en tai digno empleo. “Todos es- jonchados y ¢on las caras cubier- ando apenas visibles los gjos. Un soldado -vestido; de chiripé y camise;.« ta punz6, armado:de carahina y sable,-¢s- taba de centinela eit la-puérta principal. Enutrando por el‘zaguan y ala mano dere- 4 . —t- cha se encontraba una habitacion que ser- . via paracuerpo de guardia. Varios solda- dos se hallaban sentados al rededor de un fuego cuya llama, 4 veces opaca, reflejaba en los rostros de‘esos hombres mdquinas que obraban movidos por la fuerza motriz de Ciriaco Cuitifio. De‘vez en cuando algunos arrebatados de licores bdquicos pronunciaban un brindis 4 la salud del Tus- tre: el que erasaludado con fuertes palma- ‘das y aclamaciones. Despues que Cuitifio concluyé de tomar mate, se levanté y dirigiéndose 4 Parra, le dijo: “;Que horas son compadre? —Serdn las siete y media. segun creo, poco mas 6 menos, repuso Parra, y. seria bueno, agregd, que tomdsemos algun cor- dial-antes de marchar, que segun informes tengo, querido compadre, los pdjaros cae+ ran en la jaula despues de: las ocho: bien podemos emplear media hora sin perjuicio del'servicio, en vaciar una docena de esas qnglesas que tiene Vd. “Siempre jovial y de buen humor com- padre: “Herrarum humanun est” [1] Alude al Sr, D. José Maria Salva- dores, que résult6 heridoen la noche del su- eeso & que se refiere el dogollador. © ‘ omy Sy —tirI— .. dice un célebre latino, y tomando una ér. den que estaba sobre la mesa, leyé Io si- guiente: , “En fa calle de. Lujan nimero 14, casa “que aljuila Da. Josefa Gonzalez, viven: “08 individuos salvages unitarios Clemen- “te Sailudo y Pedro “Echenagucia, La ho- “ra mas cierta para la capturaes 4 Jas ocho: “de la noche.--Una hora despues deben ha- “ber dejado de existir.” Aqui habia una Mf. Conluida la lectura, el reloj del Cabildo dié ocho campanadas. —Las ocho acaban de dar,” dijo el ca~ _ bo de guardia, pardndose en el. dintel de la puerta de la,oficina. a iti "i —Esta bien, afiadié Cuitifio, dirijiéndose &la puerta seguido. de los asesinos. Salieron del cuartel y entraron en case de éste, el cual se armé de su pofial y un par de pistolas. Cuando hubo conelvido es- clamé: he dicho antes que quiero comunicar- les lo que debemos hacer ahora y en lo ul- * terior: esta reunion, tiene por objeto el es- terminio de ios salvajes unitarios, que ven- Aidos al’ estraujero tratan de borrar del catdlogo de las uaciones libres el nombre del pueblo Arjentino. Los unitarios, que- ridos amigos, trabajan con infatigable celo- — 12 — y actividad para desprestigiar al Restau- rador, 4 nuestro Padre, como dice D. Bald... La emocion no dejaba continuar al Geje de les bandidos y sacando un_pafiuelo se enjug6 el rostro, y continué. Tenemos por fortuna, un gobernador dispuesto 4 no ce- jar ante las pretensiones de esa gran nay cion que se llama Francia. Nosotros espon- taticamente, y sin mas intéres que salvar el honor nacional comprometido por los enemigos de Dios y de nosotros, hemos de derramar hasta la tltima gota de sangre; lade mtestros hijos, y el porvenir de nues- tras familias, en pré y provecho de nuestro amo ysefior. Al efecto, sefiores, juremos porelnombre preclaro de D. Juan Ma- nuel de Rosas, constituirnos en sus mas acérrimos sostenedores, y perecer primero antes qne abandonarlo. jJuramos! si, juramos, defenderlo hasta el ultimo trance, repitieron todos los dego- Nadores. ‘Z {Viva el Coronel, vivaaaaa.... .! Marchemos, dijo este, y lo siguieron.sug -eémplices. gE, —i3— DOS VICTIMAS. En la calle de Lujan N.14, en una casa de humilde apariencia, alquilaba una sefiora llamada Da. Josefa Gonzalez. En la espresada casa en dos piezas interiores vi- vian dos jévenes; uno era D. Pedro Echa- nagusia y el otro D. Clemente Saftudo; am- bos individuos gozoban de una buena y me. recida repntacion, tanto porsu posicion de familia, cuanto por su trato social. Las pie- zas que habitaban se hallaban arregladas con la mayor cencillez sin carecer de aseo. La ocupacion de estos dos desgraciados vic. timas de la tirania, era el corretaje. Dias antes del 26 de setiempre de 1840 varios de sus amigos les habian prevenido quevestuviesen con cautela, por cuanto al- gunos de los federales netos, los habian cla- sificado de Salvajes Unitarios; pero ellos co- mo no se mezclaban en asuntos politicos, sin bien simpatizaban con la causa de la libertad, no-sospechaban que. sus opiniones secretas pudiesen comprometerlos. Sin embargo, desde la noche anterior, esto es,el 25, nose habian visto hasta el momento en que se reunieron en‘los cuales tenia Ingar el] didlogo siguiente: =% = —jCrées tit Snnudo, que ‘si permanece: ‘mos en el pais sexmos-vietimas de las per- ~secuciones de Rosas? s=-No dude un m>mento, gvetido Beha nas sisten razones, fandadas ‘pa. Cee. anoche/he estado:'en, casa dels ann muchachas,yolo primero, que. thendi- jeron, es que han oil & wh sujeto muy_alle- gado & Rosas,.que entre Jes individdos que figuran; en la lista de degiellos.que Cuitiiio debe practicar, nuestras. pobres ;humanida- des se allan inseriptis:y 4 mas que estatie-. : ici 9 a nosotros que no debemos ‘oe y bee mex: rece la pena de ponernos en gaan dia, to- mando medidasde seguridad.o.s o° -c o-—Con efecto, smal care amigo: yo estoy: resuelto manana, sindefedtiblemente, debus- carlos. medios de. evaiiraosy a: pesat que desde él -malogrado :suceso. de Linch; Oli- al. > lufelieds, “eS. algo sino del to® senéuntrar personas ane Sevtani- men Ievateosfuerasdel pais... is Yo tambien, afiadi6, Echanagisia, tma- fiana lo primero , cqne hare, oe logue bayosobre este casmnto;> : -ademas, arreglar cie?tos) negocios; ¥ iia =e = ‘todo el diners que se pueda, que’con este elemento mucho se alcanza: es una Have que vence las mas sdlidas cerraduras. A ‘otra cosa, amigo, ;qué horas tienes? » —Las ocho y" media; precisas salir? Si, querido Saiudo:.se me: ocurre una idea, que si es tan felizen sus resultados como en sweoncepcion estamos bien. —Veamos amigo esa bella idea. —En la ribera, prosiguié Echanagusia, ‘vive un italiano que tiene una ballenera que mas-de una_vez ha salvado la vida de muchos perseguidos: este individuo ha he- cho amistad conmigo desde una ocasion que’ ‘le manejé,,un negocio de interes, el cual tuve la’felieidad de arréglarlo de una manera ventajosa; desde entonces me ha’ checho tiuchos ofrecimientos, 4 si esigne, no te parece que la oportunidad nos brins da; y que debo aéeptar los servicios que el italiano puede prestarnos,‘con sus brazosy.’ . su Bote? —Magnifica idea, amigo, preciso es ne perder tiempor mientras tu vas en busca de nuésti6 hombre, yo os espero con el'té. ' —Convenido, repuso Hchanagusia, ¥ to- mando «l sombrero, salié precipitadamen- tea la calle : —l6— . En el interin, Safindo se puso. 4 ar- reglar sus papeles y escribir una carta que seria para anunciar 4 su familia la resolu- cion que habia tomado. Despues que hubo escrito, tomd Ja carta y la leyé, entregan- dose sm“-duda & profundas meditaciones. j Pobre, Elvira, decia el joven sacdédo un: retrato en miniatura’ 'y contemplandolo al favor de la Ing prosiguié: aid !Si, voy 4 partir, no hayremedio; asi lo quiére’el destino. Tu-retrato imagen ado- rada me aconpafiard hasta el sepulero.....; ' “La noché estaba ostura y tenebrosa; et vente “‘Sud“Bste soplaba reciamente.- El dielo”’se “habia cubierto ‘de’ una“ sbaiia’ negra y espesa, no permitiendo 4 las estre- Has prestasen sa fulgor. eae i Aa BS Ris. ALTO Beata aH te ; - Up grupo de-diez 6.doce hombres em- ponchados,..venian. silenciosamente, desli- zandose cual sombras. fantasticas, en. direc-, . con. 4 la casa morada.de.nnestros..jevenes. ‘ Ek.que presidia la marcha era Ciriaco. Cuitifio, que traia la.acera de la derecka. Alllegar 4 Jaboea calle, se dividio. él gru- - en. .dos.pelotones, tomandg.el' mando. a segundo, Andres Parra... sai -aGnitifio; -aproximéndose..4 Parr . Jandola voz,le dijor ss yt eo ager Cuitifio, aproximintos8'A Parra, y baj indo la voz le dijo: Vde-entraré dere cho al enarto de los salvajes; lovacompaiia- réu, Cabreray Aden, B udia ete. cualesquie- ra Us los, dosqag-esté le caer encima y dirdjuu silvido qué serd..coatestado por otro: . Yo me quedaré en la puerta para ‘impe ‘ir lasalida. (6e shin ~~Bueno; contest6 el asesino, ¥ eruzando laéallese reuuid 48s dignos cémpliees. . Dailas las disposiciones siguieron ambos, seguido cadawio de su grupo respectivo, Liegaron 4 la puerta de la casa, que enanilo Echanagasia salié dejé entre-cerrada. En ~ aquellos momentos*el déseracindo. S iulo ‘prepariha’el té como se Jo habia prome- -tido 4 su amigo. Un rnilo que sintié! hé - ciala*puerta lo hizo distraerse por uit. “mento, y-ereyendo ser su amigo que’ venia de.vuelta, esclamié eon la mayor naturali- <> Gail, “apresirate, Pelro, yeierral Aveste - [, trempo entré Ix turba de asesinos y se lan- 26.cual fiera hambrienta, sobre el inerme joven, +l enal Je fad de todo punto imposi- - ble hacer In menor resistencia. fo» Tnomediatamente lo ataron con an ‘eordel | & leintiituron silencio ‘sopena dé ser apu- |» faleado en el acto. heey eee “2 & — 13 = El tigre Ouitific con nna.voz, de’ traeno ¥ una risa de satifaccion: sarcdstica escla- m6 dirijiéndose &Sanudo. a qWonde est& su comp» fiero? -& Montevideo, |: contesté a generoso amigo creyendo salvar 4: Echa- Ragusia péro-en estos instantes tenia lugar _ otra escena en Ja puerta de la calle. : .E} jéven, Ech» snacnsia volvia para su ca- Saabs del italiano barquero. Los espias que -habian quedado én acecho en la -puerta de-la casa, 2 yieron venit,-hé- ci silanes nea Snardo; “ahi. sou. — pun al ‘ arch afiadié; agarre Vd. 4 uno y “-yoatrapo al otro, y acto continuo se lanzé el degollador: hacia Echanagueia que igno- -raba semejante incidente. i ‘ El italiano ‘no-aguard6 que le echaran guante-y se puso en pol vorosa,-en direccion ... al bajo, Segurode sustraerse 4 las petitions “de sus Luevos persepuidores. © Echanagacia eché mano 4 su bastéiley so ; puso ‘en guardia descargando de‘enando en euando sendos palos al ‘que mas’ Jo acometié; “(pero la lucha era desigual,y pronto lecaye- ron encima todos los ésinos, llenandole eSteproptine: DAS is ¥ ‘ ‘ At = i ‘No tuvieron mas tiempo Jes shee amigos - {gi que.se vieron que’esclamar—=) fSatiudot eta j Echanagueia} : : y:jSilencto!—repnso Cuitifio, y Namande .— A Parra, le orden6 que siguiera por la calle de la Defensa conduciendo 4Sanudo; y él 4 la'vez siguié en pos del, primer peloton | 4 Echanaguaia. Cuando, Hegaron 4 inmer | diaciones de la barranca dé Marcot, did vuelta Parra y dijo 4 su célegaz “ para donde” “al Hueco de los Sauces, compa- dre, contesté el antropdfago Cuitifio.” ” Los asesmos:;seguian..guardando el mas profundo silencio y. tomaron: la direccion que se les habia. indicado. Poeos. pasos des- pues, Echanagucia se diryié a Bernardine Cabrera, que iba 4 su lado y-le dijo: “amigo, yo.creo que Vdes.. me lievan_por equiyo- eacion; pues que hoy he estado-en la asa ~ del.Gobernador, y ya ven Vdes. que: esto debe-satisfacerles.” . “Fsté bueno, siga no mas” contests Cuitifio, Sanndo que iba en el) primer peloton 6 grupd) parése de stibito. y profirié las si- » gaientes. palabras: “cobardes, asesinos; no * ereais que la muerte me aterra; solo: siento . — 203 . * qigtinestin, pobre patria [1]. ww 4 ser des- eecatn por las girras. dul. tigre: Rosas: Si algun dia el noble y herdic meen de : Buenos Aire troza las.férrens cadenas que z I abomind lite, ‘sabrd, ; “eobaty ee Pseinsultado eae : imo, far * “porgaile une mordaza &ése salvaje” aling _ tante dos sayones'cuniplierom esta érden, pried na dees0 vontinad genni i pied que Sone he a L que es el panties nocaiilan |. nall AR asl ta a a a por el hotentote Ciriaco Cuitifio, “segnndo tomo de Oribe, los asesinos aprontaron sns punales para handitlos en los inocentes y getierosos corazones de los jévenes. Echa- nae y Satindo. ernardino Cabrera se €olocé 4 la dere- cha de Sufndo, y otro asesino &, la izquier- da: igual operacion se hizo on. Echanagn-, . sia... os, pufiales estén listos, dijo Cabrera. Listos éstin, contestaron los ‘thatadores, a 7Qué fi iltag repitié Cuitifto. La érden de. Vales. repuso Cabrera. Un momento, por? piedad; aun no he concluido de encomendar ms sucediendo fin jay!!! lastimero Tanzade | por: las®;victimas: eayeron éstas en el suelo re- Volcanddse en ‘su sangre. Cee ee has diez de li noche’ cantaba el sereno: — déla imanzinainmediata: El viento habia ~ ealmado, y el'falgor de lasestrellas daba:. alguna claridk: Ade ‘Benored dijo Cuitifio dirt ~ giénidose dos lasesiids: vamos al cusrtel 4 » echar un trago, y ‘tomando la. calle dek » Boen Orden “siguieron basta Negat 4.80 destino. } er 2 — 23 — . ‘Una hora despues entraban, por la puer- ta del cuartel, Cuitifio y sa-complices. _E la habitacion que servia de oficina hahian preparado con anticipaciou un abun- dante refresco, con sus licores. correspon. . dientes. . No hay que sentarse, sefiores, sin la- varnos antes las manos, repuso el Gefe de los bandidos. ‘Fodos imitaron’esta cere- monia. ;Rara eoincidencia entre Cuitifio- ¥ Poncio Pilatos, que despues de condenar &muerte ul Salvador del Mundo, se lavé Jas matiés ‘para porificarcel En séguida: tomaron asiento septm” eb: érden de sus grados, teniendo 4su frente y en medio de la habitacion, la mesa y bebidas. . —Pido un poco de atencidn, camaradas, dijo Cuitifo, tomando al mismo tiempo un vaso NHenode ginebra, . y afladié:—Brinda 4lasalud de nuestro. [lustre Restaurador de las Leyes: que la Providencia prolongue sus diag tan precisos para la salvacion de la patria; y-se empiné el vaso. —j;Bravo! jBravisimo! j;Viva el Coro- nel! [Viva! —Anhora le toca al Coronel Parra. —Pero sefiores, yo no sé discutir tan — — 23.— "bien como mi compadre Ciriaco,--dijo esta hiena abortada delinfierso, ~~ —No importa sefior, diga V. S: cnal- quiera cosa, contesté Troucoso. Entonees tomando Parra‘un vaso, lo Hevé 4 sus ]4- bios y con bastantedificultad esclamé: “A. - la de mi compadre Ciriaco.” Superior, muy bien/ contesté Ja canalla.” —Ahora le toca al ayudante ‘Troncoso, Este-sin andar con vueltas llené un vaso-y se paré cuadraéndose como un soldado. —Brindo por el esterminio del bando traidor salvage unitario, y que asi como’ bebo este vino, les beba la sangre. Un pro}ongado. repiqueteo de los vasog que Trista cna unos: con-otros fad la demoetracion con que acogieron e] brindis; del. célebre flagelo del Puente de Bar- racas. —Sefiores, dijo a su vez Cabrera:—Brin. do porque nuestros pufiales se handan sin a8eo en el corazon de todos los gringos [1] 1] El afio de 1840 y siguiente se apos- trofaba con esta frase-4 todos estrangeros de cualquier nacion y condicion que fuera, -y Rosas aplaudia y reia con todos los pul- mones cuando veia esto. , —%4-—. Volvieron Jos aplausos 4 repetirse. con { mas calor, en razon 4 que Baco iba grael’ | dualmente descomponiendo'el ealetre Alos espectadores...... —Se ,ha,: eoneluido por hoy queries. am'gos, nuestra nocturna tarea. Espero que de hoy en adelante nadie faltaré de: asistir 4 este espectécalo. Mucho ym. . ehisimo tenemos que hscer., Con que. asi 4 afilar ses pufiales, y hasta. mafiana. Dsjo Coitifie 4 sus fieles servidores, ©... Buenas acaee’ coronel, dijeron, en — Bones. sean panei Wade. on eased Los asesinos se despidieron, nnos para” Bus casas y otros4 ver si encontraban [op transeunte. para deepolgries: ¥: FRAO. oh necegario lo: creyeran: — 95S UNA FARSA DE LA ‘“, Administracicn de Resag. Aldia siguiente de la noche en qne fne- ron inmolados los desgraciados © Echana- - gucia y Safiado, esto es rel97 de Septiem- bre, atanécievon sus cad&veres en el hueeo de los Sauces. Nadie dadaba que Rosas fue ra'el que dispuso Ja degolacion. -_ Para probar la hipocresiade este hom-~ bre abominable, transeribimos 4 continua: -cion el parte oficial que ese mismo. dia se° “pasd ‘al gefe, de: Policia por'el inisigne va la fedrracion! Rosas Ind lependencia 6’ Muerte! Seecion 4 * de Policia-Buenos Ai yes Septiembre’27 de 1840. Al Sefior |Gefe del Departamento’ General de’ Policia. Eb -eonlisirio que firma ha recibido parte del -alealde del cuartel 24 avisando. yue'en Ja madragada de este ha encontrado «os endé- veres: ‘ett Jas inmmediaciones del Huecode los ‘Sauces ignorando «jnienes son por no cono- “cerlos, y Phan sido trasladados al corralow de carros priblicos. Dios Guarde a ¥-8. hos aftos... Lorenzo Lagana.” - ‘misario de la 4 * seccion.” Héle aqui. “(Vie 4 4 , u i g 3 i : i ' + j | 26. En seguida el Gefe del departamento, eon Ja misma fecha da cuenta al Gobernt- dor delegudo D. Felipe Arana, adjuntundo. el parte debvefrido comisario, ¥ el Gobier- no ordena se proceda al esclarecimiento | del hecho y fecho se dé cuenta. El Juez de Paz dela parroquia de San Telmo pone en conocimiento-de la: autori- dad haberse presentado en el juzgado de su eargo una muger llamada Josefa Gonzales diciendo que en la noche anterior unos _desconocidos se habian Nevadc en’ calidad © de presos Agus inquilinos Pedro Echanagu- sia y Clemente Sanuilo, y que las aves, de ’ Yas habitaciones las habian dejado en ‘sa poder para que las entrgase al juzgado; asi es que teniendo que salir ese dia las lle- yaba al Juez. : El jnez de 1% imstancia en lo criminal: ' &quien le estaba cometido el esclarecimi-, ento de ese atentado, se diri'e al de policia con fecha 31 de octubre del- mismo alto, diciendole entre otros cosas que para proce, def con mas acierto, nesecitaba tener un CO nocimiento oficial de Jas. clasificaciones. de Echanagusia y Safiudo; es decir si_ eran fe-, derales. 6 Salvajes Unitarios, Mientras tenia lugar esta farsa ridicule. =O que probaha 4 las claras.que todo’ no’ éra: '} mas que un pretesto especioso, para alejar) las sospechus que indadablemente tendrian que recaer sobre: él.tirano, si Da. Josefa’ Gonzalez denunciaba otros pormenores’ de los cuales resu trian 0603 y por fin conclui ria si hubieran precedide legalmente, 4 dar con los asesinos: Rosas ponia +a vijencia el -barbaro,decreto de confiscacion fechs. 16- | de-setiembre del aio 40. , Con la publicacion del citado decreto | qued6 suspendida la informacion, sumaria, ‘| fijandose en la conciencia de los hombres } sensatos la idea de, no ser otro el autor } principal, que el mismo Rosav.. _— Poeos. dias despues de este suceso, una || bandera de-remate flameaba 4 merced del _ Viento puesta en uno de los postes pertene- | eclentes 4 Ja casa donde habian vivido los pg toaldgrados jévenes, anunciando la venta de varios _objetos. jCosa singular! Entre los varios sndividnon que asistian’ al rema- te hallabanse entre mesclados dos ‘de los asesinos,-y estos por decontado fueron los ) preferidos. Objetos que representaban el } valor de 200 pesos papel fueron vendidos | por 15 y 20: el- producto liquido se redujo t a & mil y pico de pesos de la misma moneds, eantidad demasiado exigia. : Sezun el cdlealo de varios intelijentes, si hubieran vendilo Ins existencias pertene- cientes # eos degtaciudos, de un iodo le- gal y dla mas a!ti postura, el “producto al menos, hubiera escedido en diez tantos mas de lo que se savé por el decreto sancionado por la sala de Rosas. Ese famoso deereto prodajo dos resultados. Et primero labré la fortuna de los acérrimos sostenedores de la monstruosa tirania, y de la miséria en | q yacian, pasaron 4 la opalencia, |legando el eseaitdalo hasty ostentarlasmejeres im- | puticas de esos hombres menguilos, | hajas y otros objeto; q’ eran de las familias , 4 quienes se les aplicd el -deereto. Elsegun- do tnvo efectos opuestos; es decir de la opuleneia en yy vivinn mi: familias pasaron a@ la indijencia sn tengr mas (lelito que no prof-sar laS ideas de esa mentida, federa- cion, palabra que servia para esplotar gon’ | ella el fauatisuso de unos y la conveniencia’ | f dé ‘otros. . i | } q Asi que el general’ Lavalle evacng el’ ; { territorio de ly provincia, edu ‘eb efército| | { de patriotas-iyjne? lo ‘avompadaban, Rosag’_| ; comenz6 4 obtener el fin que'se habia pio- —29_ puesto al publicar el decreto; que no.era otro, bien lo sabeu todos, que uu pr testo pa apoderarse de cuantioxos . bienes que cayerou en su3 minos y en las de susscides, p En lacampafia muy-principal mente se balla ba Ja fuente inagotable gue bahia de saciar Ula codicia de sus dignos sostenedores, y al por consiguiente se esparcieron cual plag: t de destr uctura lan: zosta. Millares de cabezas de ganatlo ‘pertene- _cientes & houralos ¢iud danos que no se Padheris an al sistema ‘de sangre, fueron 4 acrecentar las estancias del ‘hombre que ila mitad de ja campaiiy, parte ‘fuera del gana ye servia pargabostecer al ejéxcito estavionado en Santos Lugares;, y cuyo. cuerambre se convirtiéen dinero que por varios cavales corria A los bolsillos } del célebre autécrata de Santos Lugares. ala cindad la mayor parte de los: em ‘pleadus fueron agraciados por ‘el-prédt }go Juan Manuel, dandoles em propiedad ‘feasas con todo-el. amueblado correspon- | diente, y hubieron’ familias 4 quienes se fiscaron sus bienes, muebles é inmae- } bles,-que el-misme dia.en que se les-ngtif }c6 6! embargo fueron arrojadas & la ealle algunas almas piadosus les tendiese una - zas y lugares piblicos, celebrando los trim —30— agnominiosamente, teniendo que pernoctar faera’de sus casas, siu’ertcontrar hogar ni | auxilios; gy por qué? poryue eran salvages vanitarios, -y cual parias tenian que andar vagando y errantes hasta que la caridad de manoamiga. Desde entonces las familias que se halla- ban vinguladas 4 los patriotas de Ta causa L noble y santa de la libertad, solo pensaron en abandonar el suelo patrio en que on dia | mmacieron,-y buscar un_asilo y el pan de la amargura en el estrangero. “En esos aciagés dias, el populachofan4- tico Janzaba en las calles de la patria de Moreno, Berati, Belgrano, Castelli, el terri. ble amatema de: jMueran los Salvages Unitarios! 4 jdeguello muchichos! pasedn- ‘dose con banderas desplegadas precedidos de algunos personages que les gustaba par-| ticipar de lo que llamaban “entusiasmo fe- eral 6 federal entusiasmo.” 7 “4 jContraste raro! Mientras esa horda, de facinerosos, verdaderos flajelos de la huma- nidad se entregaba al beberaje en las» pla- fos que obteuia el ejércite de Rosas, en 1 Provincias del interior, las familias residen- tes en Buenos Aires, sumidas en la mayor afliccion se encerraban en. sus hogares, 6 donde la caridad les hubiese prestado asilo, y alli agrupadas con recogim:ento ante la imagen del erucificado, imploraban su’ di- vina proteccion para que-cesasen esas escé- has de sangre y degiiellos consecutivos. El tirano habia agotado los recursos que su diabdlico ingenio 1e sngeria para vinen- lar en las masas ignorantes del pueblo, el odio 4 los que no eran sus adeptos, Las delaciones se pusierdn 4 Ja é6rden del dia. Los criados delataban 4 sus amos, diciendo que eran unitarios, que todo el menage in- * terior de sus. casas era celeste, que en-altas y determinadas horas de la noche se rew- nian diversas personas con el fin de maqui- nar contra el gobierno y mil otras sandeces de esa jaéz,conclnyendo que no querian volver 4 casa de sus amos, . Ae todos estos delatores publicos y priva- dos, el Lustre Restaurador les daba sumas considerables de dinero, para estimularlos & Pejercieran tan detestable oficio; deeimos ‘oficio, porque para algunos era una profe- sion legal, ereyéudose favorecidos con de- citz,soy espfa de Rosas. Como consecuen- la inmediata de sistema tan maquiavélico, ‘ —32— lasociedad qned6é. dividida, . las relaciones "de familia, intereep!tadasentre el pnital del asesino y la delacion de sus veria los. No satisf-cho aud el Elustre con la-sangre que 7 se vertia,le era preciso munifestar compla- eencia dla vista de una cabeza dividida del eugrpo, como la del m Jogrado pean, 6 de una mager fajelade clit, iar ai En las plazas de la Victoria, MonsaPrat 4 ¥ varias otras, dié 4 la earalla bailes pu- blicos, y al retirarse paseaban su inmundo retrato, ora em la estremidad de una.bant A 6. bien | en an earra eolamna frmidable pi para apoyarse, ¥ desde alli ejercer, 4 ‘salvo ‘toda’ clase de iniqjui- dades. | | * , No, Je fn muy diticll ceaontrae -El primero que se presenté fué el: D. Pedro Burgos, compadre del. tirands Es te le faculté para que instalase,una socie- dad*con’él path piso titulo'de RestitFa@ora de la Mas-horca. -Ai-momento acudieron 4inscribir sus nombres los bandidos mas famosos que se conocian en esa época. Las ‘enalidades que sé'Pequerian. para ser miem- “bro dé Ta sociedad,’ erat ser baen federal, ‘poner 4 disposicion déS: E:la'vida; fama y porvenir; manejar con destreza el pnial, y Jutar buudirlo en el corazon de las personas . que ‘fuera ‘clasificadas de salvages. El uniforme federal consistia en la ch: aqueta {1} sombrero “de felpa: y penacho ‘pariz6,-_ con’ el chaleco fedéral.. “ Guaando se hubo completado el nimero prefij ado, se procedié al nombramiento'dé ‘varias eomisiones con los titulos siguientes: “Comision de gangre” su pitesidente Cir ined Cuitiiio. “Comision flageladora” st . presi- “D Rosas habia declarado la evs al frac » y,Jevita por salvages unitarios. © “~ i a = BE déiite Manuel Troneoso. “Comision de embargo y delatora” su presidente Julian Salomon.’ “Comision clasificadora de las Opiniches politicas.”” Ciertos jueces de paz que ‘ejercievon ‘el. cargo sucesivamente. Creo iniitil, referir que eseritores aven- - tajadoz, lo han hecho con tanto acierto. Los lectorés que quieran imponerse de algunos’ pormenores curinsos pueden’ con- sultar las Tablas de Sangre; la Anfalia; los Misterios de Buenos Aires; y otras obras y folletos que'tratan sobre la materia; como tambien algunos ntimeros del Comercio del Plata, que redactaba el malogrado Dr. D. Florencio Varela [2] x : Mientras la mas-horea enmplia eon: infa- tigable celo y actividad las prescripciones de su instituto, los tnsilamientos tenian fae gar en la Carvel Piibliea, Guartel de Sere- nos, Guardia Argentina, Cuartel de Cuitifo, @mla Cuna 6 cérvel de deudores, ‘yen el s fg f2]. “age Marzo de 1848, fué asesi- nado por indftecion de Oribe, en Ja ciudad heréicx de Montevideo.—Recordemos este hecho y perpetuémo lo en la memoria para maldecir el nombre del asesino. — 36 — Batallon Libertad (8) A estos se siguie- ron las persecuciones, violepcias, persone- Trias y mil otras arbitrariedades; llegando el caso de exigir 4 varios ciudadanos un ntimero de veivte hombres, que hicieran el servicio de soldado, al que se les .con-~ denaba por unitarios. En los templos y lugares piiblicos veidn- se multitud de individuos pertenecientes 4 Ja Sociédad Popular; unos con vergas, otros con tarros de brea y los dems con tijeras. Las sefioras que por olvido 6 inadvertencia salian 4 Ja calle sin. el indispensable mofo, eran flageladas publicamente, acabando.de completar la ignominia con colocarles el cintajo embreado. Desde las ocho de la noche no se veian en las calles otras personas que grupos de hombres emponchados, con Jas caras eu- biertas ysus pufiales en la cintura. La ciudad presentaba el higabre aspecto de Ja mansion de los muertos. ;Y quién se (3) Quién-le diria 4 Igpestatua de la Libertad, que su nombre Mia de servir para que se ostentase en las bayonetas del batallon de Mariano Maza, enemigo-acérir- mo de esa misma libertad!! amelie nai a Pt ge ST TE YT atrevia 4 salir de su casa, cuando ni en ella estaba seguro de ser asesinado? Solo los degolladores que cual aves’ fatidicas se paseaban en bandadas, lanzando al aire cohetes voladorés, que era la sefial que les servia de inteligencia para reunirse. Rosas patrocinaba estos crimenes, y con- sideraba 4 sus autores’como la palanca in- conmovible que sostenia su colosal poder. Se valié’ del color rojo 6 hizo de él un dis- tintivo, denominado el cintillo federal. Era estremadamente afecto 4 este color, tal vez por eoincidir-con sus instintos sanguinarios. ‘A la manera que hizo el feroz Bailio Grisz- lar con Guillermo Tell, libertador de la Suiza su patria, obligindolo como 4 todos 4 doblar la rodilla y saludar4é sa sombrero que habia mandado colocar en la plaza de Altorf,colgado de una percha, quizo tam- pien el célebre Rosas, obligar & que su retrato y sunombre recibiera igual prueba de respeto. A fuerza de astucia consiguié que la plebe le rindiera un culto y venera- cion especial. Al princiffio se limité 4 que los hombres -y mugeres llevasen, éstos el cintajo del es- edrnio, y aquellas el memorable mofio. En algunas de estas, morenitas, el color encar- — 38-- nado hacia un bonito efecto de visualidgd., Algunos ostentaban. un: entusiasmo. inde, cible, cuando la cinta flotaba caprichosa- Mente mezclindose entre sus bucles de ébano. El efecto que estos pingajos hacian, en el 4nimo de un conocido naturalista que habia en esa época, fué el mismo que le produjo la primera vez.q’.lo vid, un pajaro, conocido por el nombre de cardenal, “~~~ No pareciéndole al Restaurador suficiente prueba de adhesion 4 su santa causa de la federacion, que levasen el distintivo fede? zal, puramente, liso, .preseribié. que . se pusieran lemas. ridicnlos,.de, “anneran.los salvages asquerosos unitarios”y este odioso; lema se gravéen los billetes que represen- tan nuestro medio circulante. tsteris Muy pronto “aparecieron sus humildes seides, con sts divisas federales, cuyas imscripeiones bordadas de oro, probaban mas la obediencia; y ser nefos A macho y martillo. Poco 4 poco él cistajo lizo antes, ya no ofrecia espacio que no octipase, cuan- do uo los lemas, dos retratos del ilnstre y de la venturosa: heroina. Mgis tarde se present6 # Rosas con su chajeco federal, .y, al dia siguiente los. empleados civilesy mi- litares Sedeciiobes por sus -Iujosos y ele- - — AEROS Teihepiaay Soap ee gantes:chalecos;de rica tela. De los trages, paso 4, Tos edificios, y en poco tiempo, no quedé casa que su esterior no fuese, pintado : dg bermellon,,..os templos siguieron Ja. moda; sus ‘dignos curas arrebatados dé. ~ entusiasmo federal, no omitian medios con~ - talde que sus _parroquias apareciesen fede- ° ralmente arregladas. No: coneluia, aqui la. mania,de. Rosas, .6 su.caprigho por el color de sangre. _ Cinco afios despues ordend al Gefe:de Foligia, que los carros fiinebres,, perdieran su ne color, y se convirtieran en galeras pints a de color ado, haciendo singular contraste con la mision 4 tfie:tstan destinados estos fi- nebres yehiculos, En medio de su loco desvari &) /inventiva imaginacion, casi siempre le, sugeria, alguna pgs una. de ellas fué . la que estaba con: Ia . buena; que no° tendria Saari en. ocurrirsele decir cambiar la celeste techumbre, y en su lugar poner gna sébana roja. Entre sus pania- guacos no faltd, quien aplandiese tamafia y , monstruosa concepcion, citindole la ‘erec- cion; de.la torre de, Babel, y. afiadiendo que asi como fueron los hijos de Nog, los . que, Jdispusieron sy. constryecion, . habria * el ll bene eit lind a tne tintin aia dee a —49— sido el Gran Rosas'el génio fecundo, el” Apolo Juminoso, que no solo hubiese hecho ' esta metamérfosis, sind que hasta las pié-' dras microscépicas de] mar, hubieran'salido’ 4 vestir, el ‘colar encarnado, -perdiéndo su natural ‘celesté: No ‘es estrafio que serviles aduladores le ‘hicieran concebir tamaiios absurdos, cuando hemos visto profanar‘el Santuario de Dids, colocando al lado del Omnipotente, el re- trato de ese tirano abominable, recibiendo el incienso que solo- debe tributarse 4 la. Divina Magestad. 9) 681s. S a sti El stibdito frances D,. Juan Pedro Va- rangot, Vivia con su familia en la ecalléde Chacabuco: -Esta victima del puiial de la mas-horea, animado for un sentimiento de noble’ generosidad’ y grandeza de ‘alma, solia visitar con frecuencia 4 varios ciuda- danos 4 quienes Rosas hacia sufrir todo géne- ’ ro de tortaras en la prision denominada‘la Cuna;y alli por consiguiente les participa- ba noti¢ias desus familias, siendo conductor de sumas'de dinero que estos mandaban para subvenir 4 sus necésidades. . Uno de: los'preso’ en la cuna, persona ; mueir fh de mucha respetabilidad, y cuyo nombre e§ muy conocido en nuestro pais,’ le habia dicho & Varangot varias veces, que-por'él no espusiera su vida, que estaba demasiado- persuadido -de los -sentimientos humanita- rios que lo distinguian; y.que.mirdéra que tenia familia, 4 la cual era muy factible- le sticediese algo, si sospechaban que é] man- tenia relaciones con los Mamados unita- rids.<| ; Pero este sefior cuyo eelo y amor por servir sus amigos, y aun 4 aquellos que le eran deseonocides era proverbial, no tenia fandamento para creer atentasen contra una vida que'se habia consagrado & hacer bien y socorrér 4 Jos’ wecesitados. . Por’ otra parte, su calidad de estrar'geroJo garantia, segun él lo creia, contra.toda tentativa de violencia hacia su persona y familia. Muchos estrangeros residentes en Buenos Aires, en la epoca aciaga de-los degitellos, habia. simpatizado “con la causa’ de Ja libertad bajo cuya bandera combatia dig- namenteé él Géneral D-Juan Lavalle. Esta conductatan noble como patridtica, trajo’ sobre ellos’ el 6dio del Tirano, y Jos punales dé'sus asalariados asesinos fueron & enibotarse mas de-una' yez-en'el corazon de ¢ — 42) = ~ esos ilustres) estrangeros, en, los que, sei contaban 4 Tiola y varios otros sacrificados barbaramente por-el. defensor del continente « eine seb iwiaiitee eon bee ets Tessar ‘EBraieP de Octubre’ de.1840. .! Ese dia. eb'Sr! Varangot:acompaiiado:. dese.esposa. habia salido 4:dar::tm. paseo, y derca,de la oracion regresaba para sn. casa, Muy-Ageno+ ‘de lo que momentos despues le iba 4 pasar. La sefiora traia en la mano. un, magnifico ratuillete de flores, y venia consultando, con. su esposo repetir-el, paseo.al dia siguiente, cosa, queal Sz.Varangot te complacia sobre. mazera.. Era exelente esposo y buen como tambien leal y generoso amigo. En la, boea-calle antes de. llegar &sn; casa;.'se hallaban. apostados’ varios indivi-. daos emponchados y con: las caras eubiar-, tas, noténdose entre ellos 4 Ciriaco Cuitifio, que era..4l gefe principal de, los, bandidos. Cuatro asesinos vinieron siguiendo: 4 la- ’ eonyugal pareja, y en los fondos de Ja easa . permanecieron en acecho los demas. sal-, teadores.. 05.4, r Liega, Varangot 41a puerta de su. casa, abre, y-‘tzas;éLy .sasefiora.. entra;,la,mas- hora, ¥ lo-primero.gue hace es apoderarse., » Senet AN i a | a } Ce ee ai a i ~* { —43—_ de -Varangot, atarlo y conducirlo 4 las piezas interiores. A Ja sefiora tambien la’ ataron y Ja encerraron en un cuartosin luz,, amenazéndola con, la muerte’ si proferia Ta* menor palabra. No pado } menos esta infeliz, que aceidentarse, ero ni esta. circhnstancia. x ni Jas lagrimas d EY familia fueron’ sufi-’ cientes para® abla esos duros é insacia-, bles corazornes de caribes, , ‘Creo que ni en’ | los Hotentotes, Cafres ni ‘Antropéfagos, ‘se é ' podrian encontrar hombres tan malvados como aquellos facitierosos. Dejemos la | sefiora engerrada en el cuarto, separada de | stesposo é hijos,, y. véamos la escéna que tenia lugar en ¢l interior de Ja casa. Cuitiiio, con, 'una 1 jirada, imponente con- ‘ templaba ‘al desgraciado Varangot, que, bafiadas sus ojos “de lagrimas, preveia el | desgraciado fin que le esperaba, y se acor- dé de las palabras, que su.amigo el preso le r habia dicho dias antes; pero: ya era ‘tarde. . —Dénde esta el: dinero, gringo salvage: . dijo el monstruo Cuitifio al desgraciado Va- rangot. —Desdteme sefior, y le cniregare todo, ‘el.que poseo,, no reservando ni las alhajas de mi esposa. ; —Nada, de e830; ‘ast. “atado diganos el pa- a lata intact a ~ — 44 — raje, que hemos de dar con él. Estos grin- os suelen esconder las onzas y patacones ta en las-letrinas. —Creo que en esa cémoda hay algunos billetes que he cambiado en‘el banco; dijo’ Varangot, sefialando al mismo tiempo una que estaba en Ia habitacion en que se halla- ban Jos asesinos. Inmediatamente se lanz6 Bernardino Cabrera y sus compafieros, y estrajeron cuanto hallaron al paso, revolviendo como | hurones todos los departamentos dela casa. Robaron todas Jas alhajas y objetos de ropa, no dejando ni las purrillas que uno'de los soldados encontré en Ia cocina. Varangot permanecia atado, y de vez en | enando legaban hasta’él, los ayes lastimeros | que el dolor de las ataduras arrancaban 4 su seflora. ‘ El por su parte no sufria menos; pero “ereia que el cuadro que se otrecia 4 su vis’ , ta no era mas sino un robo con violencia, y “| esperaba que la justicia de su patria adop- tiva investigase y castigase 4 los perpetra. dores. ' Desgraciado Varangot! La justicia 6 por — mejor decir, Rosas que la pisoteaba, y solo © la invocaba para escarmiento, era preci- | 4 : ,~Guitifio que iba detrds de los asesin " gur6é“ébpaso, y Hegando doude iba — 45 samente el que ordénaba su muerte. Desde que se le confirié la suma del poder piiblico en 1835, yala justicia perdié su fuerza,” “¥ la razon el derecho. Concluido el saqueo, salieron los asesi- nos lovdndose 4 Varangot, Nendndolo de improperios y apostrofindolo con las pala- bras de: gringosalvage unitario. La esposa de este desgraciado, habia recobrado el sentido y lloraba amargamente pidiendo le dieran 4su esposo, al padre de sus hijos. Creia como él, que todo no era siné ua robo, no figurdndose que dos horas despues vestiria el luto del dolor. Solo Dios sabe las reflexiones 4 que se entregaria ‘esa dessraciada sefiora, 4 quien no le habian dejado « en sa casa ni una silla €n gue sentarse. Dos cuadras.antes de llegar al cuartel, got, le dijo: —Me d4 Vd. cien mil pesos y Jo dejo libre? —Pero sefior; que he hecho para que se me trate asi, y luego se me.exija esa enor- me eantidad por mi libertad; cuando no he 4 MO ce emptette ee ie a EEO EEE a er ae — 48 = dado el menor motivo pata. que sé me-con: duzca atado como un malhechor? ‘Repare | Vd. que mi sefiora queda encerrada y ata. da, necesitando probablemente de miayuda | para que vuelvaen i. jOb séfior, ‘esto es | terrible! compadézcase Vd. de un pobre | estrangero que no se mezela en mas nego: | yios que buscar un pan para sa familia: —WNadie se muere por otro. Me dé Va. el dinefo 6 nu? —Le daré 4 Vd. lo que tengo. —Y Acuanto aaciende la summa? = —No lo se; Vd: “tome esta carters y _ gndrdese el contenido.” Cuitifio, lijero como un line, se ech al bolsillo la cartera, y Iuego esclamé: “ade- , lante.” nt: Un instante mas corto que el tiempo que ha sido preciso para narrar el didlogo, fué lo suficiente para tae Nevasen al agar del suplicio. (1) Un soldado que estaba en Is puerta de ~ la famosa oficina del célebre gete de los (1)... El cuartel de Cuitifio era verdad > ramente wi suplicio: alli sé castigaba, se mataba y se cometiantoda clase de escdin: ‘ dalos. sori: Wisi ats iii opis st a [ ES ET Ne TS RET ‘Bandidos, recibié la érden de‘este para.que se retirase y se pusiese ‘por la ‘parte de afuera & esperar érdenes. ! —Doide ha quedado Santos Perez, 'sefior Cabreral hit i “” ahi en el cuerpo de Guardia, sefior. —Que venga inmediatamente. Alinstante se presenté el individuo, .cu- ya mision era cortar cabezas, y cuadrdndo- se delante de su gefe esclamé: —Ala érden'de V.S8. —Ese hombre que esta ahi, y sefialé 4 Varangot, degiiellelo y en seguida lo lleva al hueco de la Concepcion, arroje al aire un cohété volador}"ysvéngaseval cuartel. Cui- i, dado eb! ? , Muy bien, seiior, asi lo hard. * La noche. estaba tan oseura que apenas sé distingnian los objetos mas voluminosos _.& un palo de distancia, y como era nece- sariojencender luz para efectuar el asésina- to, Perea pidié su linterna y la puso debajo del poncho. Proyisto de esta, “y armaco de una cuchilla de dascarnar, la contempld, y Probandela en gu callosa mano, esclaméd: +4 como para cortar un pelo. < En seguida salieron del cuerpo de Guar- dia y crazaron un pequefio pasillo oscuro tel eli. mer eee — 48. — luego pasaron al_corralon yal llegar. 4 los corredores que habia en este, elsoldado que iba de acompaiiante,tomé la linterna que le entregé Perez, mientras que 61 echaba 4 tierra & su victima. bs Varangot se sorprendié 4 la vista de semejante hombre, cuya mirada satdnica, imprimia miedo, pero haciendo un esfaerzo sobrehumano, esclamé: a —Justo y misericordioso. sefor; piedad para un desgraciado. omen vdes. cuanto me ha quedado.y déjenme libre para ir 4 tmi.casa.>Les-prometo embarcarme mafiana sin-falta, palabra de eaballero, vpayi..,, i —WNo hay piedad, repaso el degollador. Los despojos de la vietima pertenecen al verdugo, y acabando de decir esto Jo agar- 16 por Ja eintura y lo arrojé al suelo. “El cémplice aplicé la luz al cuello de Varan- got... 2... Un minuto despues‘eayé, su cabeza bafiada en sangre. wet] Entre los dos degolladores despojaron at desgraciado, y-atandolo 4 la cola de an caballo, fué arrastrado por la calle y tirado en Ia. plaza de le Concepcion. | « so et fe . rT LQTS 7 . Pe (49 — La casa de Rosas. La casa morada de D. Juan Manuel Ro- sas, en el aiio de 1840, esla misma que hoy sirve para las oficinas ptiblicas de la actual Administracion; con la diferencia que en ese tiempo era un vasto edificio de arquitectura antigua, habiendo sido construido aiios des- pues el famoso que hoy existe, Era el 15 de Noviembre de 1840. Rosas se hallaba ensu habitacion, y vestia de chaqueta azul, pantalon de pafio con un vivo encarnado y su-gorra con vicera. Estaba sentado en un sillon enorme, en , el cual cuando queria recostarse tiraba um, _- -Yesorte y quedaba al momento hecho ca. |’ ma. Dos hombres hablaban con él, uno era Cuitifio y el otro Parra; el que tenia la palabra. era el primero. Un sirviente aguardaba en el dintel de la puerta 4 que su amo lo llamara para que tomaseel mate. pe", —Que se dice de bueno, querido coro- . nel,-dijo Rosas mirando con atencion 4 su brazo derecho, como él llamaha 4 Cuitifio. Le que se dice es que V. E. es muy mi- sericordioso con esos perros salvajones. —Ya lo veo, mi fielamigo, mi politica es demasiado tolerante. . _ —Pues Sefior, permitame V..E. que le & ' seateapeoes aiasdift acannon sainansist illite =— s— diga: que esa politica es Ja que menos com viene en las actuales circunstancias. Es preciso sangre, Sefior. Nosotros hemos ju. rado sostener 4 V. E. en el puesto que ocu. pa, porque de la conservacion de V. E., en él pende Ja salvacion de la patria. —Y Vd. no sabe que para verter sangre, ¥ para asegurar el porvenir de las familias es preciso apoyarse en las bayonetas, fieles guardianes de mi poder? —Lo sé, Sefior; lo sé. V. E. estd plena- mente conveacido como lo estamos todos, que no hay unsolo habitante de nuestro is no se halle animado -y, deseoso.de a soldado de Rosas. — son los que sobran; lo que falta es que S. E. nos autorice para obrar ampliamente .y ‘sin piedad, 4 fin de-deflorar nuestra tierra de esos vichos .venenosos de unitarios. —Y Vd. los aborrece de veras, coronel? —Tan los aborrezco Sefior, que bien Io sabe S. E. Las pruebas recientes de mi é6dio las he manifestado 4 S. E., presentén- dole las orejas del salvage aquel que dego- ~ llé por érden que me did. i, ya me acuerdo. ;Y el dinero que | eamino tomé? : " —Lo he repartide.é los muchachds, y 4 IE ET eT eee eee ‘—51— los que se han enrolado en el regimiento. iY cuales son los individuos que forman su regimiento? —Los abastecedores, carretilleros y dé otros grémios, pero en los que tengo plena confianza es en los primeros, por ser hom- bres que lo entienden. V. E. ha visto no ha mucho, que apenas invadié la provincia el asesino Lavalle, al momento se reunieron mas de mil milicianos, equipadosd su costa. Rosas se sonrié maliciosamente al oir el discurso de su coronel, viendo que se avi- vaba cada vez mas. Parra como no era orador no hacio mas que sorberse mate tras mate, aprovechan- do mientras su eélega hablaba- Ouitifto iba 4 proseguir, pero Rosas Te interrumpié diciéndole: jCuantos se han enrolado en la sociedad. No traigo la lista nominal, Exmo. Sefior, pero el numero es muy crec.do. —Bien, es preciso que Vd. meinforme lo que han hecho las diverses comisiones. ' —Cuitifio tocié, eseupiéen seguida, y luego se espresé en estos términos; —Si la relacion que tengo el honor de hacer 4 V. E. verbalmente, la hubiese he- cho redactar con mi ayudante. Troncoso, é 4 | alia a a lll 5G ro estoy que habria sido del gusto de VE; = del mejor modo que me seay posible me espediré en el asunto. V. E. disimularé si mi estilo oratorio no es como el de ciertos diputados que V. E. tiene 4su lado en la Sala de Representantes. —Desde el mes de Mayo del presente atio [mes de América] han sido dados de baja 6 borrados de la lista viviente los in- dividuos que 4 continuacion se espresan: Ignacio Oliden, Francisco Linch, N. Me- son, N. Riglos, Clemente Safiudo, Pedro Echanagueia, Juan Pedro Varangot, Sisto | Quesadas, Juan Barragan, Santiago Ama- rillo, Miguel Yané, A. Romero,: N. Gan- | dara,.N, Zapata [4] Jorobado, Mariano ~~ " Lamadrid, Antonio Dunoyé, Juan. Nobre- ga y su peon, Manuel Fernand. © Estos son Sefior, mas 6 menos los traba- jos que ha hecho la_comision de Sangre; anas veces presidiéndola Cabrera, otras yo ylas demds mi compadre Parra, asociado del Seeretario Troncoso. Por fin, Sefior, todos los individuos que constituyen la to- mision, son dignos del aprecio y destingui- da consideracion de V. E. Recomiendo en particular.éJuan Merlo por sns importan- tes delaciones::que hace diatiamente:’ anenlllites, — 53 — . Rosas, interin Cuitifio hacia la relacion . de los degitellos, leia la gaceta, y cuando hubo concluido de informarle, se levanté, tiré de un cajon de’su eseritorio y sai unos billetes de! banco que repartié A sus | servidores ddndoles las gracias™~ El Castigo de Dios. ‘Vamos a pasar diez afios, en cuyo lapso de tiempo, han ocurrido diversos aconteci- mientos politicos que no se relacignan con elasunto que motiva este imperfecto y hu. milde trabajo, La historia de los crimenes de Rosas es muy vasta. Compuesta en su mayor parte de elementos heterogéneos, > serla may dificil presentar un trabajo aca- bado: 10 obstante, dia Hegar& en que debi- do 4 Ja paciencia y laboriosidad de los hombres de letras, se reanan esos elemen- tos dispersos, que servirdn para el comple- mento de la historian... 2... ee tel 8 de Febrero de 1852, quedé sepul. " tada ens Monte Caseros, la tirania mas es- pantosa deque haya ejemplo en la historia. Alli fué la-tumba del despotismo y Ia cuna . de la libertad. Una-nueva era de paz ¥ de ventura se abrié para el pueblo de Buex nos Aires, y con ella entré en el uso de sus _ derechos é institueiones, merced: 4; los’ es- — 542 fuerzos de loshéroes que componian:.el Hjército Libertador. El tirano huyé.des— pavorido a ocultarse en on buque ingles, y desde la cubierta pudo observar, sin duda, alguna, ek-embanderamiento con que la” ¢indad su Victima celebraba su derrota. En los que sucedieron al memorable 3 de Febrero, hubo una afluencia inmensa de las personas que se hallaban en Ja emigra- cion. Hubo padre que no conocia 4 sus hijos, efecto de la larga separacion en que habian vivido. ' i La opinion priblica, sefialé a los asesinos « del atio 40, pidiendo justiciaxymo vengan. za, pero estos corrieron 4 postrarse-de “hi- nojos ante el General en Gefe del ejército™ que acababa de véencer 4 Rosas. No tan so- lo alcanzaron perdon, sino que se les facul. | t6 para iqne repelieran la fuerza con la | fuerza. = . A manera qué se fué calmando la efer- ; vescencia, faeron apareciendo esos hombres “ funestos al rededor de otros, que por.gene- | rosidad “i otras circunstancias les servian | de égide.. La prensa sostuvo con energia® y firmeza la nevesidad que habia de repa-. | ar los.males inmen:os inferidos al pueblo. | wietima; y pedia que los asesinos fueram — Bp | juagados, y espiasen en un patibulo Jos eri menes inauditos que habian cometido.. No , pedia venganza sino justicia, “Asi se pasé desde el mes de Febrero hasta’el 1.° de Diciembré de 1852, en que estallé una su. | blevaeion en la campafia, encabezada por | el ex-coronel Lagos. Nose hicieron esperar los asesinos, y en el mismo dia en que se hallaban militando bajo las banderas de la rebelion. Covtinuaron portdndose como antes, y aun con mas furor. El célebre Troncoso volvié al Puente de Barracas, y ejercié sus venganzas, castigando a unos 6 - -insultando 4 otros. Pero Ja Divina Provi- }, dencia en. sus designios -imescrutables, per- mitié que-esos hombres viniesen para que ‘espiasen sus crimenes 4 la faz del pueblo que se los vid cometer, y que sufria en silen- ‘cio vilipendio tanto. wEn efecto el 14 de Jtlio de 1853, el pueblo de Buenos Aires, se entregd al mas vivo regovijo por la feliz terminacion del asedio, y el triunfo de la noble causa. Al dia siguiente fueron capturados por nuestras faerzas algunos de los asesinos fa- taosos de Jos afios 40 y 42, -y sucesivamente la justicia de Dios, hizo que salvo muy corto ‘numero eayesen los demas criminales. La i be | } I wrres — 56 — edrcel de Buenos Aires recibié en los cala- bozos 4 Ciriaco.Cuitifio, Leandro Alen, Silverio Badia, Manuel Troncoso, Fermin Suarez, Antonino Reyes y varios otros que tenian mas 6 menos delitos. La justicia entré 4 ejercer sus funciones, sin coaccion, y aunque habian algunos que querian conmutar la pena capital por la de destier- ro, no obstante, al fin se sentenciaron 4‘ mouerte. El 17 de Octubre del mismo efo en que? se concluyé el sitio, fueron ejecutados en Ie | Plaza del “25de Mayo”, los reos Silveriu ' Badia y Mannel Troncoso. . EL.31 del mis | mo sufrié la pena de muerte Fermin“Saa.!) rez con suspension del cadaver en la hore: i E129 de Diciembre del mismo, fueron ejugy entados Ciriaco Cuitifio y Leandro Alet™ quedando sus caddveres suspeudidos pet. espacio de seis horas 4 la espectacion pub ca. Asi concluyeron unos hombres q¢ ‘4 Menaron de Into y dejaron ena miseris: “8 mil familias, _ . A : = Eon

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