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CAPITULO 1 LA REPRESENTACION Consideremos la siguiente cita de la introduccién al libro Architecture in the age of divided representation, de Dalibor Vesely: En su acepcién més convencional, la representacién parece ser una cuestién secundaria y muy manida, estrechamente asociada al papel de las artes figurativas, Sin embargo, un examen més cuidadoso revela, a menudo para nuestra sorpresa, lo importante y universal que resulta en realidad el problema de la representacién.t Este fragmento viene a plantear la idea de que la arquitectura, al igual que la pintura y la escultura, es un arte de representacién. ;Cémo puede ser esto? gConsiste la arquitectura meramente en proyectar edificios y su principal funcién es proporcionar cobijo frente a la intemperie para toda una serie de actividades humanas? Los edificios son objetos practicos, no muy distintos de los barcos, los puentes o los paraguas. {Cémo puede un edificio representar algo del mismo modo en que, por ejemplo, un retrato representa a una persona? ,Qué tiene que ver la arquitectura con la pin- tura y la escultura? Parece obvio que la pintura y la escultura son artes de representacion. Incluso una pintura abstracta parece representar algo: algunos aspectos de la experiencia que resultan intangibles o dificiles de definir, como una emocién o un apuro. Tal vez sea precisamente porque Ja pintura no tiene ninguna funcidn préctica evidente por lo que le asig- namos la funcién de representaci6n. Andlogamente, la arquitectura -que tiene una evidente funcién prctica-, gdeberfa quedar relevada sin duda alguna de la funcién de representacién? Entonces, ¢por qué los teéricos insisten en que a menudo -quizé siempre- los edificios representan algo mis alld de si mismos? Hemos elegido los antiguos templos griegos para ilustrar algunas posibles respuestas a esta pregunta por varias razones: porque nos resultan familiares y féciles de visualizar; porque al estar algo alejados de nuestra experiencia cotidiana, poseen cierta sencillez y pure- za; y porque a menudo se han visto como los prototipos originales de la arquitectura occidental. Pero éste no es un capitulo sobre los templos grie- 08. En principio, estos argumentos son aplicables a toda la arquitectura, La escultura y la arquitectura Una manera obvia de cémo un edificio puede resultar representativo es incorporando pinturas o esculturas. Un edificio antiguo y muy famoso ser- viré de excelente ejemplo. E! friso de las Panateneas es una larga escultu- ra en bajorrelieve, originalmente coloreada, que se incorporé al Partenn de Atenas, Se cree que representa una procesién que se Ilevaba a cabo anualmente en esa ciudad antigua para conmemorar él ‘cumpleaiios’ de la diosa Atenea, a la que el templo esta dedicado. La mayor parte del friso fue retirado del edificio en ruinas por Lord Elgin en el siglo XIX e instalado en el Museo Briténico, pero originalmente rodeaba como una cinta la par- te superior de la cella (Ia zona cerrada del templo), detras del ‘peristilo’ o columnata exterior. Este friso no era algo afiadido a la construccién, como 2 Scanned with CamScanner ‘un cuadro colgado en una pared, sino que se esculpié in situ én la misma piedra con la que se construyé el muro; se encontraba por tanto ‘incorpo- rado’ a éste en el verdadero sentido del térming; y es, sin lugar a dudas, re- presentativo; de hecho, se considera uno de los mejores ejemplos de arte de representacién de toda la tradicién occidental. A su llegada a Londres, John Flaxman, el mas destacado escultor inglés de la época, lo describié simplemente ast: «la mejor obra de arte que he visto jamés.»? Pero ges arquitectura? Sin duda se trata slo de un ornamento superfi- ial y en modo alguno esencial para la funcién del edificio. Esto es cierto, aunque se podria discutir cual era exactamente la auténtica funcién del edificio, Después de todo, la diosa Atenea en realidad no necesitaba ser protegida de la intemperie. Tal vez la verdadera funcién del edificio fue- ‘se precisamente proporcionar un marco para una escultura monumental, como Ja desaparecida estatua de la diosa, de diez metros de alto, en oro y ‘™arfil, que se alojaba en su sombrio interior. Otras esculturas con escenas miticas, como el nacimiento de Atenea’y su lucha con Poseidén, se encon- traban literalmente enmarcadas por los hastiales 0 ‘frontones’ de ambos extremos de la cubierta. Elgin también retiré la mayor parte de estas es- culturas, y cuando ahora las observamos de cerca en el museo, podemos apreciar lo ingenioso que hubo de ser el escultor para encajar sus figuras en el incémodo espacio decreciente que tenjan asignado. Obviamente, el marco precedia a las figuras. En otras palabras: la arquitectura tenia priori- dad sobre la escultura. Ademés, no todos los templos griegos contaban con frisos representativos y esculturas en los frontones, por lo que no pode- mos afirmar que se tratase de componentes esenciales de la arquitectura de los templos. Hemos de concluir que servir de marco a las esculturas constitufa como mucho una funcién secundaria de estos edificios. Asi pues, por ahora la arquitectura permanece al margen de la repre- sentacién. Pero las esculturas no son las tinicas obras artisticas en piedra del Parten6n. Partes mas obviamente ‘funcionales’ del edificio (como co- lumnas, vigas y aleros) estén también esculpidas artisticamente, aunque de modo més abstracto. Por ejemplo, las partes superiores de las colum- nas, los ‘capiteles’, adoptan la forma de placas planas asentadas sobre exquisitos cojines hinchados de piedra. En la parte superior del ‘entabla- mento’ apoyado sobre las columnas, unos paneles en relieve denomina- dos ‘metopas’, con imagenes de las luchas entre lapitas y centauros -mu- chos de ellos retirados por Elgin-, se alternan con los ‘triglifos', adornados por unos abstractos surcos triangulares. Asi que aqui la representacién y la abstracci6n van de la mano. Pero su distincién no es tan clara como parece. La mayorfa de los arquedlogos estén de acuerdo en que los prime- ros templos griegos eran de madera y que las construcciones de piedra atin en pie conservan ciertas caracteristicas de la antigua tecnologia de la madera. Los triglifos son un ejemplo de ello; probablemente marquen las posiciones de las vigas de la techumbre original de madera. Esto significa que en realidad no son en absoluto abstractos, ya que representan una caracteristica de la construccién original. Si aceptamos esto, tenemos que ver todo el edificio como una obra de escultura, una representacién en piedra de un original de madera. ¥ esos templos de madera, casas para los + dioses, eran representaciones de las casas de los jefes tribales, que a su vez eran representaciones mejoradas de las casas de la gente comin, Esta no es la misma clase de representacién que vemos en la pintura figurativa Scanned with CamScanner yen la escultura tradicional. El edificio representa algo de su propia espe- Cie (otro edificio o el mismo en una vida anterior), no algo de otra especie diferente, como una figura humana o un paisaje. Sin embargo, parece que hemos encontrado una manera en la que todo un edificio, no sdlo sus pat- tes escultéricas, puede calificarse de representativo. Los libros de historia de Ja arquitectura estan Ilenos de edificios que Tepresentan otros edificios, Podrfamos decir incluso que la representacion entendida de este modo tan sencillo es casi una caracteristica universal de 1a arquitectura. Los arquitectos de nuestra cultura occidental han copiado durante siglos antiguos detalles arquitecténicos como los del Partenén, Y los usaron para adornar sus propios edificios. Caminemos por la antigua calle mayor de cualquier ciudad europea o norteamericana y veremos in- humerables versiones de estos detalles, hechos en los siglos XIX y XX, et las fachadas que asoman por encima de los escaparates. Esta larga cade- ns de representacién (copias de copias de copias, cada una de las cuales ‘Gterpreta su modelo, a veces modificando las formas esténdar, a veces indndolas de un modo nuevo, a veces volviendo a los originales pu" —_— Scanned with CamScanner tices com lpi Yyeentautos, pron tan zon fos centremos de ln vias d2 Inert del temploen ‘suversion erga ros) es Io que lamamos la tradicién clésica. La historia de su desarrollo constituye la mayor parte de la historia de la arquitectura occidental. Las columnas y a figura humana Cerca del Partenén, en la plataforma elevada de la Acrépolis, se encuentra otro antiguo templo conocido como el Erecteién. Aqui podemos contem- plar un ejemplo atin més claro de escultura integrada en la arquitectura. Una especie de plinto o tribuna, protegida por un dosel plano, sobresale de la pared sur del templo, enfrente del Partenén. El pabellon esta soste- nido por ‘caridtides’, columnas en forma de figuras humanas femeninas. En consecuencia, ¢deberfamos entender estas columnas como escultura © como arquitectura? Ciertamente, no son abstractas ni puramente fun- cionales. En su tratado De architectura, el teérico romano Marco Vitruvio Polién nos dice que las caridtides representan las mujeres capturadas por los espartanos cuando saquearon la ciudad de Caria y mataron a todos os hombres. No deberiamos tomar a Vitruvio demasiado literalmente. En el mundo antiguo, las verdades miticas e histéricas no necesariamente coincidian y, en cualquier caso, la denominacién como ‘caridtides’ de es- tas figuras columna en particular es relativamente reciente. En su sentido arqueolégico moderno, el origen y el significado ‘verdaderos’ de estas fi- guras y de los detalles arquitecténicos clisicos en general siguen estando poco claros. Por ejemplo, puede que las volutas de los capiteles de las co- Scanned with CamScanner lumnas ‘j6nicas’ ~como las que sostienen los otros dos pérticos del Erec- teién— sean representaciones estilizadas de los cuernos de los carneros sacrificados, colgados en el edificio como trofeos. Tal vez otros elementos ornamentales (como las guirnaldas y los festones, las molduras de ovas y flechas, las hojas de acanto y las acroteras) tengan un origen ritual similar. No lo sabemos a ciencia cierta. Siguen siendo un misterio, lo que hace atin més notable su supervivencia en el mundo modemo. Pero volviendo a las caridtides, cualesquiera que sean sus origenes, parece claro que en la mente de los arquitectos del Erecteién habfa una conexién entre la idea de la columna y la idea de la figura humana de pie. gPodria ser que todas las columnas clésicas representasen de algin modo figuras humanas de pie? Durante siglos, arquitectos y tedricos han asumido que es asi. Una sutileza de esta teorfa es que las columnas déri- cas, como las del Partenén, representan robustas figuras masculinas; las columnas jénicas, como las del Erecteién, representan figuras femeninas de matronas; y las columnas corintias -una invencién griega relativamen- te tardia-, figuras de jévenes esbeltas. Bueno, desde el punto de vista ar- queol6gico esto es muy discutible, pero ello no niega necesariamente esa teorfa general que, en cierto sentido primitivo, parece corresponder con nuestra experiencia interior. Atribuir rasgos humanos a los objetos inani- mados es algo que hacemos continuamente, consciente o inconsciente- mente. Vemos gigantes en las nubes, manos que se aferran a las ramas en los Arboles, rostros en las fachadas de las casas... y figuras de pie en las columnas clésicas. La funcién de una columna es soportar una carga, Y parece que nosotros sentimos el peso de esa carga y nos identificamos con la columna como si fuese el personaje de una obra dramatica. Las caridtides son la expresi6n artistica de una verdad psicolégica. Por eso las columnas clésicas representan figuras humanas. Se trata de una clase de Scanned with CamScanner representacién con la que no nos habiamos encontrado hasta ahora. No es ni pictorica (como el friso de las Panateneas), ni reproductiva (como la tradicion clasica), sino simbélica, en un sentido sutil y bastante profundo. Ahora bien, una concepcién més amplia es que los edificios pueden re- presentar ciertos aspectos de la experiencia humana. Mantenerse en pie y soportar una carga puede no parecer una experiencia muy importante, pero es en su naturaleza comtin y corriente donde radica su fuerza; es algo que el conjunto de la humanidad comprende y comparte. ‘A veces hace falta estudiar lo que es comin y corriente, y repetir lo obvio para comprender las verdades mas elementales. Dada una figura vertical de pie, tiene que haber algo en lo que se apoye: un suelo, la tierra, Ja superficie de un planeta que ejerce una atraccién gravitatoria sobre la propia figura y sobre la carga que soporta. Hay un limite en la carga que se puede soportar, un limite establecido por las caracteristicas del cuer- po humano y del planeta que éste habita. Si hay un suelo, también debe haber un cielo; y entre ellos, una linea divisoria: el horizonte. El cuerpo y el planeta estan en perfecta armonfa.

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