You are on page 1of 9
a nraneel ei ist Museos Silvia S. Alderoqui (compiladora) eSCU el as SOCIOS pare educat = Silvia S. Alderoqu (compiladore © MUSEO Y ESCUELA: UNA SOCIEDAD POSIBLE (entre prdlogo y articulo) Si ia 8. Alderoqui En las escuelas se ensefia; en los museos también se ensefia, se muestra, se ex! te prdlogo-articulo nos remitiremos a analizar la relacién posible entre dos instituciones, escuela y museo, al mismo tiempo que presentaremos los‘aportes de los autores a esta compilacié Comenzaremos desarrollatido las dificultades de Ia relaci desde las instituciones, luego describiremos la necesaria funcién educativa de los museos y Jas caracteristicas del piblico escolar Para introducimos en las posibilidades del museo de convertirse en “socio” de la actividad educativa. UNA RELACION DIFICIL.| Teniendo en cuenta que esta relaci6n se da entre dos institucio- hes, vamos a referimos a las recéprocas quejas y demandas que coexisten con mutuas experiencias gratificantes.2 1, Este artfculo est basado en la ponencia “Escuela y Museo: un romance posible” Preparada para el Primer Encuentro Educativo “El Museo y la Escuela, una relacién pedagérica”, organizado por el Archivo y Museo Hist6ricas del Banco de Ia Provincia ‘de Buenos Aires “Dr, Arturo Jauretche", con la colaboracin de la Secretaria de Educa cia y Culture de lz Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en el afo 1991 s MUSEOS YESCUELAS Entre las “quejas” de las escuelas figuran las vinculadas a la pérdida de dfa de clase de acuerdo con el momento del afio en que Ia visita le es asignada; ademas, porque generalmente no coincide con las teméticas que en ese perfodo se estin trabajando. Otro tipo de reclamo esté referido a que siempre les muestran lo mismo 0 a que les presentan todo el museo de golpe. Sefialan también las res- tricciones a la circulaci6n libre con Jos alumnos para tomar notas ~ y que en algunos casos los alumnos son mirados como intrusos peligrosos. Finalmente, se quejan de que no suelen recibir ideas de cémo trabajar con la experiencia del museo luego e clase. La pérdida de sentido de la visita al museo la puede trans- formar en una excursién mis. Los museos suelen “molestarse” porque los alumnos “los tocan” o, en el otro extremo, porque no los visitan con interés. Por otra parte, dicen que las escuelas traen pretensiones de ver una sola sala o un solo tema y les alteran su organizaci6n. Hay un reclamo constante hacia los maestros y maestras que no se hacen “cargo” de sus alumnos. Vinculado a la idea de excursién, a la que refiere la escuela, desde los museos sefialan gue a los alumnos sélo les importa la hora de recreacién. Se quejan de que las escue- las no avisan si no pueden ir, que ellos se quedan esperando y también que no tienen suficiente personal. Las escuelas y los museos se quejan de cosas bastafte pareci- se realiz6 desde la Coordinacion de Educ: Ciudad de Buenos Aires durante ls aos 1s de Tas cuales figuran en es 13. La literatura internaci Jn ¢ la relaci6n eseue- tasmuseo, Al respecto, dice Penchansky (1995): “Los estabtecimientos que relizan wa ‘som algunos de fos maseos activos norteamericanos ¢ ins- tituciones de gran envergadura como La Vi os mods, se trata de {que va del museo & lx escuela, Aquél convoca 3 los xrcaderia. Pero Museo y escuela: una sociedac posible a das y suffen situaciones similares. Los aquejan los mismos proble- mas Salatiales, de condiciones de trabajo, de infraestructura, de eursos. @Por qué, entonces, suponer gue el otro tiene todo reve 7 » por qué esperar que la escuela encare la visita del ideal?, gpor qué {por qué esperar que el museo la mi reciba del modo Esta situacién-problema crea un cfrculo vicioso que vamos a intentar romper, proponiendo al; q algunas ideas para que la asocia sea posible. « eee 1A FUNCION EDUCATIVA DE LOS MUSEOS El interés por lo educativo se viene incluyendo en forma des- pareja en nuestros museos.s La convivencia con la “tradicién” de los museos provoca algunas diferencias de enfoque en relacién con el lugar que ocupa la funcién educativa en los museos Hay quienes trivializan lo educative como si fuera una simpli- ficaci6n, una infantilizaci6n del objetivo verdadero del mu i Hemos ofdo fundamentar que no hay que hacer carteles de infor. macién destinados a los més jévenes “para no alterar y vulnerar el conocimiento cientifico”, i le hit oir puto de vista, que concibe la funcién educativa de clave para su supervivencia, se analiza que el se ty rn nsdn gn iio it aco mis ity fr, sn psi, dina Sonne emp emo macs a cabo ext personamenteimeresado”(imeografiad} ee ‘Un oj, n mando, de Debra Kantor "Desde tn mis: Ate e is toi’ de Dian Tess sn dos atulon qu arya supsacidn deste cu vetoso degueass ny dees menon de 5. Nos referimos « los museos d sd de Buenos Aires MUSEDS ¥ ESCUELAS. 32 supuesto que subyace a la afirmacién anterior es la asi a 7 Jo “didactico” con “pérdida de rigurosidad cientifiea”. El con a de trasposicién diddctica, acufiado por especialistas frances ara Ja diddctica de la matematica, da cuenta de las trans! rmaciones por las que pasa un objeto de conocimiento cuando se ansfomma de saber disciplinar en saber a ser ensefiado. En todo caso, sie simplifica el conocimiento, cuando se eseribe una con ens explicacn en un museo se lo hace para que éste sea comprendi- do, aunque sea provisoriamente, y de ningiin modo es siné rdida de rigurosidad. ; il 7 iss 0 educativo quiere decit, en este coment ser asequible a muchos, todos e on time instanci una podeosa idea democritica.s Hoy en dia los museas, y de hecho cual instucén qu se ceupa del patrimono, intent atravese a bare ra entre los objetos que se conservan y una sociedad que cam! aia 000, la conciencia de la funcién educativa del me exige una profunda revisi6n de sus propésitos y de la heterogen 7 dad de fos grupos del piblieo con los que procura nme implica problemas de orden material (economfa, espacio, . cétera). : ree uber son exibides en les uscos port erg ii ay fines de Tr el Comité de Educacién y Accién Cultural del _ (conn inane see a hh a ee stent me ie cn wc Wa due ess tena ev abo “Dee Spice ona metodo fasion opis ar bs poe pb “etc er oe repens ht Sse ede Museo y escuela: una sociedad posible 33 cativa que conllevan; tienen la capacidad de transmitir o represen- lar mensajes y testimonios por su papel de vinculo con lo invisi- ble, y por eso importan. En cada tiempo y en cada Ingar, los varo- nes y las mujeres han necesitado de los objetos y de sus colecciones; tal vez porque éstas les devuelven de un modo orde- nado la propia imagen como generacién, Las colecciones son una metéfora de la necesidad de ejercer algin control sobre el mundo visible e invisible que nos entomna (Llopart y otro, 1991), Las primeras cdmaras de maravillas ¢ eran un car el mundo conocido en una vitrina. Pero de; bay ntento de colo- -pendfa del que mira- no s6lo del que coleccionaba, que estos objetos devinieran memoria y que su valor también radicara en su mensaje Los museos contempordneos contingan seleccionando, preser- vando y exponiendo; sélo pueden cumplir con su funcién social Primordial si son capaces de encontrar en cada momento, las for- mas adecuadas para que su patrimonio objetual se mantenga vivo ¥ Fenueve el didlogo con los individuos y la sociedad que los ha acumulado (Llopart y otro, 1991), ‘ha buisqueda los enfrenta con preguntas de diverso tipo: (c6mo transmitir sus eolecciones?, ;e6mo hacer q fe ese flujo de informaci6n sea entendible y enriquecedor?, ge6mo captar ia aten- Cin y despertar intereses?, ,cdmo hacer comprender fenémenos complejos del mundo?, écémo generar el deseo de profundizar nuevos conocimientos? La responsabilidad de responder a tan importante tarea corres- Ponde a ta institucién museolégica como totalidad. Esta responsa- bilidad se tiene que ejercer desde la entrada hasta la altima ofici- na, en particular, a través de los educadores del museo departamentos y servicios educativos. y los 8. Bn las cortes del Reracimiento cardio dominaba la tendeneia a crear museos uni Tersules, Estes colecciones se denominaban “edmaras de ane y matavillas”, Lo onge #8 de esos museos fueron las cdmaras de tesoros de finales del Medioew a4 MUSEOS ¥ ESCUBLAS desarrollar un tra- Para avanzar en esta direccidn es necesat bajo institucional y colectivo. Los esfuerzos individusles pueden multiplicarse pero de nada serviria que el curador se olvidase de los objetos o que el educador se volviera experto en cllos. Cada uno puede aportar desde su lugar y su funcién espeeifica. Del mis- mo modo, cuando en una escuela un solo maestro se entusiasma con las posibilidades didadcticas de los museos, podria tropezar con barreras burocraticas (los permisos, los transportes, etc.) que sue- len garantizar tanto la seguridad como la inercia de no salir fuera del aula. Los departamentos de educacién de los museos deben tener en cuenta todos Jos factores que intervienen en el proceso comunica- dor: el abjeto coma poseedor de informacién, el pablico como lee- tor de ella, la exposicién como ambiente global y los medios auxi- liares. El educador en el museo tiene que ocuparse de las personas que lo visitan y de la relacién que ellas establecen con los objetos; esta preocupacién lo diferencia del tradicional curador que focal za su accién en los objetos. El puiblico escolar necesita de personal capacitado y especia- lizado en nifios y j6venes, dispuesto a soportar su “ruido”. No todos los grupos Hegan motivados e inquietos con la tematica del museo ~y alli nacen muchos desencuentros entre ambas institucio- nes-. Si el museo espera un tipo de grupo de alumnos prototipico, ideal, que hable sélo cuando se Ie permite, podrfa marginar a muchos grupos escolares. El personal deberfa estar preparado para trabajar con diversos tipos de piblico escolar. Para realizar esta tarea, es necesario disefiar estrategias ade- ‘cuadas que tengan en cuenta eémo se aprende, las situaciones gru- pales de aprendizaje, las anticipaciones, las hipstesis, cémo pien- san los alumnos, cémo ensefian hoy los maestros? 9. "Gente de la Tena, de Alejandro Acosta y otros; “La extensin educativa: una siedad posible 3s QUE NECESITS LA ESCUELA DEL MUSEO? Vamos a centrarnos en lo que la escuela necesitarfa del museo en relacién con su proyecto de ensef y sefianza, el puiblico escolar y las visitas guiadas. aa 1) Cartas de presentacidn del museo dirigidas a tas escuela escritas para ellas pensando en lo que les puede interesar en las que se explique Ia forma de inclusién de los maestros antes Gurante y después de la visita, temas a abordar, modos especiales de visitar el museo, informacién de lo que hay, de lo que se puede y de 1o que no se puede hacer. Con h i teléfonos, horarios, etc, quién hay que contactarse, 2) Explicaciones contextualizadas durante las visitas guiadas, ‘eniendo en cuenta su actualizacién de acuerdo con los cambios de Ja realidad cultural y social, 3) ltinerarios por tema: la recortida de un museo tiene que ser diferente de la recorrida por un libro de texto o una encicl Cada sala no es igual a una hoja (el museo es un Ingar sional, pero a veces coloca a sus objetos en la bi de las vitrinas y se transforma en un'libro, de una vez), oped ridimen- iimensionalidad sys que hay que leer todo . En sintesis, los visitantes no deberfan sentir que inva- den el territorio de la conservacién sino que recotr conocimiento, tinerarios de ia guiada a Cobra”, de fad educativa vinew- MUSEDS Y ESCUELAS 4) Exhibiciones temporarias que muestren los objetos en accién, contextualizadamente, dentro de entornos y ambientacio- nes preparados especialmente, 5) Espacios preparados para ser recorridos por grupos de fios: lugares para sentarse y trabajar. 6) La posibilidad de ir a una sola sala y trabajar todo el pe- riodo de visita allfo de poder recorrer las salas en grupos peque- fios acompafiados por adultos. 7) Una oferta de talleres y actividades de elaboracién en el lugar. 8) Inclusién en las explicaciones ¢ itinerarios de aspects arquitecténicos relativos al edificio del museo, y consideracién del entorno, la manzana, el barrio." QUE PUEDE OFRECER EL MUSEO A LA ESCUELA? El museo no es la escuela y pose potencialmente Inecaisnes de comunicacién propios para poder “seducir” a sw pablo oo que ser un espacio sugestivo donde no necesariamente las cosas deban explicarse como en la situacién de clase. No hay tnicas falogan con el arte", de Mariana Spravkin y “La cultura de las esculturas ssa oscar ip dea Coven sul mss ina eet pl “a ‘Notonm encanta sgn et necand pecans ene pep bs Museo y escuela: una sociedad posible estrategias de construccién de conocimiento y el aprendizaje en el museo puede ser a la vez romantico, emotivo, activo, interactivo y reflexivo. Sefialemos algunas condiciones que tendrian que ser conside- tadas por los educadores de los museos: ~ Explotar los modos de comunicar a través de buenos carte- Tes, de temas monograficos, de la disposicién dentro de las nas, de noldgicos, del uso de las paredes, de la reutiliza- ci6n de objetos en exposiciones temporarias, de simulacion: etc ~ Tener en cuenta que los museos actives, nacidos como tales, se plantean seriamente el problema del brains-on it es decir de los cerebros en accidn: no bastan las manos, para hacer también se necesita pensar. Por lo tanto, es importante disefiar situaciones de interaccién lenas de contenido y no sélo de manipulacién o novi- miento fisico. ~ En relaci6n con el margen de libertad para la accién del ablico, es necesario tener en cuenta algunos de los fundamentos de las experiencias de visitas guiadas o trabajo en talleres en fan. ign de una exposicién principal. Al respecto citamos: “Es impor. \ante liberar al nifio de toda presién técnica y animarlo a descubrir, “a través del juego con las exhibiciones, el placer de una explora- ion sensorial e intelectual libre. Esto no significa que, bajo el pre- fexto de la aventura y Ia libertad, los nifios estén enteramente Nbrados a si mismos y, en consecuencia, a las presiones ejercidas rains or minds on, que revisa esta nveva actitud Pasiva y-apela a Ia partcipacin del observador en la modificacién de los resaleek 40 -MUSEOS ¥ ESCUELAS 3) Explicar procesos y, siempre que sea posible mostrar ejem- plos relacionados con la vida de los visitantes, permitiéndoles incluso agregar ejemplos presentados por ellos mismos. 4) Alternar actividades de observacién introspectiva con las de participacién activa, y lugares y rincones de actividad libre, variando los métodos de presentacidn de la informacién, Las con- signas deben ser explicadas con lenguaje lo més sencillo posible y deberdin ser redactadas por quienes estén acostumbrados a dirigit- se a los nifios, asesorados por los especialistas en contenido. La informacién debe ser graduada desde los titulos hasta las instruc- ciones precisas para que los visitantes puedan accrearse a la acti- vidad desde cualquier nivel de conocimiento, solos 0 acompafia- dos. Se garantizan de este modo niveles de lectura progresivos. 5) Seleccionar con cuidado los objetos mostrados y no abun- dar en cantidad, para que el visitante no tenga dificultad en abor- dar y entender el material, y pueda irse con una sensacién placen- tera de aprendizaje. De otro modo, se genera confusién y molestia por Ia imposibilidad de leer y “absorber” todo lo que se ve. 6) Recorrer y evaluar Ja exhibici6n, una vez armada, a través de especialistas externos que no hayan participado en su elabora- ci6n para realizar ajustes y correcciones. 7) Hacer un seguimiento del recorrido de algunos visitantes durante la exhibicién, a fin de tener ms datos para una evaluacién de aciertos, dificultades y necesidades de modificacién. Para concluir, decimos que una exhibicién exitosa es aquella que es percibida por el ptiblico y no sélo creada para el placer tclectual de unos pocos. Las ideas pueden provenir de varios Iados: preguntas a los alumnnos, necesidades dé los maestros, suge- Museo y escuela: una sociedad posible a rencias del pubblico, necesidades del museo, ganas de los miem- bros del museo, de las colecciones del museo, de otros museos, de los libros, de la cotidianidad, eteétera."* TA ASOCIACION POSIBLE Tal vez los que trabajen en museos después de leer estas pégi- nas piensen en las cosas que ellos hacen en relacién con el piiblico escolar de nifios y jévenes, tal vez sientan que sus esfuerzos son aislados, que reposan mucho en los individuos y no Jogran mate- rializar un cambio que las escuelas noten y puedan aprovechar Tal vez los maestros que aprovechan las salidas a los museos sigan insistiendo en visitar algunas salas, en proponer sus propias gufas de recorrido en funcién de los temas que les inteiesan y lo logren Seguramente también sientan que sus esfuerzos son ais- ados. Desde estas Iineas y a través de este libro los invitamos a seguir constrayendo esta “sociedad” entre escuelas y museos. “Sociedades” entre museos y escuelas ya se han producido Muchos de fos articulos de este libro las relejan. Algunos concep- 0s ¢ ideas se reiteran de pagina en pagina, otros se oponen 0 com- plementan, Hay relatos locales y extranjeros. Algunas experien- cias vienen contadas desde las escuelas, otras desde los museos. En algunos casos desde instituciones mediadoras que las vinculan 13. "Muteos adapts a6 nis nosy adopt por os nitor” ge Dina Alege deinu, "Laval volar Un vie «Gham Bidcra dun expe Pop Fendhanky “Mueseasdictcs motos y ssc como lest de parspe ie Nan Sie 9 exhib de Siva. alert, Sons nacre ep abe sen ds nl a en elentanjero deals aa, enibcones para ios y ves Qu poten ‘en prictica las cuestiones enunciadas en este apartado. me a ae a MUSEOS Y ESCUELAS. transitoriamente. En cada articulo se proponen, y podremos detec- tar, espacios y tiempos diferentes para que sea posible: * Recuperar experiencias de “‘cémaras de las maravillas”, y no de aburrimiento en Las visitas escolares a los muscos. © _Escuchar en los museos la sutil melodfa del universo ento- nada por las musas. Creemos que esta “sutil melodia”, que constituye la definicién Gel nombre de los museos, es poderosa y posible de ser escuchada, aunque no s6lo “ponicnde la oreja” sino trabajando en conjunto para que la “asociacién” pueda coneretarse. BIBLIOGRAFIA Boehmer, Mareille: Museo y escuela. La préctica pedagdgica en los museos de Alemania occidental, Barcelona, Instituto de Ciencias de la Educacién, Universidad de Barcelona, 1981 Centre Georges Pompidou: Aiélier des Enfants, Paris, Editions du Centre Pompidou, 1986. Cohen, U. y McMurtry, R.: “Museums and Children -A design guide”, Design Arts Program, National Endowment for the Arts, Washington, 1985, mimeografiado, Debray, R.: Vida y muerte de la imagen, Barcelona, Paidés, 1994, Dujovne, Marta: Entre musas y musarafias, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 1995. —: “Propuestas para un anteproyecto de Museo de Ciencia y Téc- nica para chicos y jvenes en la ciudad de Buenos Aires”, Buenos Aires, 1987, mimeografiado. Gonzélez, M. y Polo Herrador, M.: “Los departamentos de Educa- cién y Accién Cultural en los museos”, en Iher, revista de Museo y escacla: una sociedad posible a Didictica de las Ciencias Sociales, Geografia ¢ Hist Educacién, Barcelona, n° 2, octubre de 1994 Gordon Ayala: “The exploration Route in an exhibition: A new follow-up technique employed in the Ruth Youth Wing”, Museo de Israel, Jerusaién, mimeografiado, Levy, Virginia: Ler’s go to the Art Museum, Nueva York, Harry N. Abrams, editor, 1988, : Llopart, M. D y Camarasa, J. M.: “L’objecte com a missatg Perspectiva escolar, Barcelona, Paidés 1991. Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris: L'Atélier, Vive L'Art Moderne, Paris, 1983 Musée d’Israel: Département des jeunes, Jerusalén, 1975 Pendhorf, Jutta: De la camara det tesoro al museo, La Habana Gente Nueva, 1987, d Prism, Museum Education: Directions & Reflections, Museum of Art, Camegie Institute, Pittsburg, n° 2, 1980, . Grao MUSEOS Y ESCURLAS. 38 sobre ellos por el entorno cultural, familiar o social. Se trata, por el contrario, de instaurar reglas de juego (ya que no hay juego sin reglas) suficientemente atractvas, atrayentes, para movilizar s deseo de hacer, provocar su imaginaci6n, convocar su capacida intelectual y creativa, Todo el arte de los edueadores de museo consiste en elaborar reglas de juego tan justas para evitar la tram- pa de los estereotipos del ambiente” (Atelier des Enfants del Cen- tro Pompidou, 1986). —Elaboracién de material de trabajo para antes/durante/des- pués, Esto significa producir, probar, evaluar y nuevamente pra cir, probar y evaluar, Las actividades planificadas para erupos de niftos deben necesariamente incluir tiempos de comeseiones ¥ pruebas. Nunca se disefa de una vez y para siempre, y sto debe ser comprendido por las autoridades de los museos. Es we evaluar el material que se produzea; si no nunca se sabe, cuando falla, si lo que falla es el material o son los visitantes (generalmen- te las fallas suelen atribuirse a los visitantes). Asi como los antiguos muscos se originaron para guardar, pre- servar y mostra, y os nuevos miseos para nis se estén sista. do segtin principios/temas/disciplinas, es dable pensar que en . museos actuales, que en su mayorfa son antiguos, con ganas e renovarse, se podrian disefiar entornos y ambientes renovados para los objetos de los que ya se dispone. reresante 2, Nuevamente ponemes como ¢je ica a la experiencia de “Gente dela Tierra” en la Biblioteca Nacional, ‘Museo y escuela: una sociedad posible UNA PROPUESTA CONCRETA: LAS ALAS 0 SALAS PARA NINOS ¥ JOVENES BN LOS MUSEOS PARA ENIIBICIONES PERMANENTES O TEMPORSRIAS Un ala o sala para nitios y j6venes tiene que posibilitar mt Ples interacciones con significado donde se comprometa al pfbli. Co de una manera creciente. El visitante es el que materializa las Propuestas, siendo sus intereses y posibilidades los que marcan las condiciones y los limites de efectividad de una exhibicién, Pero “gue el visitante tenga la oportunidad de poner en movimiento un mmecanismo no significa que comprenda c6mo funciona, El proble- ‘ma es que el material mismo que presenta un museo despierte una actitud de oritica y de indagacién” (Dujovne, 1987). Este tipo de exhibiciones coexisten con el resto del museo, y se nutten y vuelven a él de forma constante. Fe Al organizar una exhibici6n de este tipo, el problema es eémo Presentar las ideas principales ajustadamente y al mismo tiempo Tesponder a las necesidades evolutivas y emocionales del auditorio al que va dirigido. Esto debe tenerse muy en cuenta cuando se tra- {a de museos para nifios y jévenes. Lo emocional y lo racional no tienen que contraponerse, Is exhibiciéa puede reposar en una Variedad de téenicas que perrnitan que los visitantes se involucren integralmente: manipulacién fisica, actividades guiadas, observa ci6n individual, juegos, etc, Hay diversas cuestiones que pucden determinar el mayor o menor impacto de una exhibicisn: 1} Construir exhibiciones alrededor de ideas basicas 0 proble- ‘mas, no solamente alrededor de s especialidades cientificas que organizan el museo, 2) Crear un entomno total mediante cl empleo del color, la luz, el sonido y la disposicién espacial; hay que evitar los elementos no vinculados,

You might also like