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Abordaje Cristiano - Unidad 1
Abordaje Cristiano - Unidad 1
1 La noción de paradigma
4 La fragmentación epistemológica
El Dr. Francisco Leocata sdb, afirma que el diálogo entre las ciencias y sus escuelas no es
tan sencillo, porque las ciencias humanas lograron autonomía epistémica, es decir, se fueron
independizando de la filosofía y de las ramas del saber que les dieron origen. Fueron logrando un
método y objeto propios. Su aptitud para ser aplicadas en aspectos técnicos del obrar las fue
validando en la experiencia. Y a medida que se validaban fueron olvidando las matrices del
pensamiento que les dieron origen.
Es que toda intervención, toda práctica psicológica, todo estudio de la sociología
comprende un sustrato filosófico que se da por supuesto. Pocas veces es dicho, pero implica
consideraciones que van más allá del límite epistemológico de la ciencia, y se expresan en sus
postulados y certezas.
Recordémoslo, cada corriente psicológica, y cada escuela de cada una de las ciencias
humanas, presentan el modo de pensar de las filosofías imperantes en el momento en que nacieron.
Así, la gran variedad de escuelas de la psicología, y de las ciencias humanas, se explican por los
diversos momentos en que vieron la luz, y por el diverso modo en que van combinando los frutos de
su investigación. Hay diferencias considerables en cada escuela, en sus intereses, en sus categorías
de pensamiento, en su lenguaje... porque cada una ve el mundo y la realidad a través de la lente de
su propia perspectiva.
Pero al ser su finalidad técnica, las diversas escuelas y ciencias, cada una con sus maestros
y su historia, han ido validando en el terreno práctico sus postulados, reafirmándose en sus logros.
De ese modo han hecho camino, separándose de las corrientes filosóficas que les dieron origen, de
la cosmovisión del mundo que ellas presentaban.
Por eso es urgente traer a la memoria esos fundamentos, sacar a la luz esas
consideraciones, porque sino el diálogo real entre las ciencias y escuelas no será posible.
A causa de la fragmentación del saber, se necesita la visión integradora de la filosofía. Es
necesario buscar una sabiduría auténtica, verdadero corazón del humanismo. Es preciso un renacer
de la antropología filosófica como un saber integrador, como una filosofía de la persona integral.
Pero esta necesidad no significa que las ciencias y escuelas deban abandonar sus propias
búsquedas, su objeto o su método. Se impone entonces para ellas un movimiento pendular entre dos
polos: en parte deben recuperar o al menos tener más en cuenta algunos aspectos de la visión
general del hombre y de la vida mediante un encuentro más profundo entre las ciencias humanas y
la filosofía, para superar la fragmentación y el mero uso utilitario de sus doctrinas; y por el otro la
necesidad de reafirmar su autonomía como ciencias positivas o experimentales, evitando el vago
filosofar inútil.
Esto no significa que deban borrarse los límites epistemológicos de cada una de estas
ciencias bajo el pretexto de construir un saber holístico. Por el contrario, esos límites deben
permanecer con el objeto de seguir profundizando en el misterio del hombre.
6 Bibliografía