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Real, simbélico e imaginario del lenguaj Pag.9 Signorelli. Pag. 11 Pensamientos reprimidos.. Pag. 12 Inconciente y pulsion.... di CLASE 2. La interpretacién del inconciente Pag. 17 La interpretaci6n analitica. Interpretacién y repetici6n.... Interpretacién significativa ¢ interpretacién a la letré La interpretaci6n por el equfvoco. Lacreencia y lacerteza subjetiva. Retornode lo reprimido o revelacién de lo real Aparici6n de un significante en lo real........ CLASE 3. El inconciente y lo real. Pag. 31 El dualismo en Freud y Lacan El Uno como operador del corte de la castracié: Satisfaccién alucinatoria del deseo. La cosa de Goce y el Significante del goce.. Lacertezade loreal. CLASE 4.El significante unario y la funcién de borramiento (represi6n). Pag. 43 Lahiancia real del inconsciente .. Dios y el significante de la ley El Uno del inconsciente. Registros de la falta Fregue y el fundamento légico de la repeticién E] UNO que nombra y la funcién totémica clasificatoria Pag. 52 La operacién de borramiento Pag. 53 CLASE 5. Repeticidn del inconciente y transferencia Transferencia y repetici6 Transferencia y sugesti6r Lacreencia y la increencia. EI sujeto supuesto saber......... Liquidacién de la transferencia.. CLASE 6. El inconciente y el sintoma. Et sintoma........... Repetir el mismo rechaz« Lucy... CLASE 7. Inconcien Isabel de R. ‘rauma y sexualidad. Leer el sfntoma ala letra............+ Pag. 57 Pag. 71 Pag. 85 PREFACIO Esta publicaci6n contiene 7 de las clases del seninario que desarrollé durante el afio 2002 en torno al Seminario XI de Lacan y centrado en el estatuto del inconciente. Lo dicté simultdéneamente para dos auditorios diferentes. Uno, en Buenos Aires, formado por un grupo de analistas que poseen un amplio reco- rrido en la obra de Lacan; el otro, en Santiago de Chile, en el seno del Seminario Anual que organiza ICHPA, integrado por analistas que en su mayoria se estan aproximando al pensamiento de Lacan. Las clases aqui publicadas retinen en un solo texto lo central de las dos experiencias. Cincuenta afios habian pasado desde el descubrimiento del inconciente cuando Lacan comenzé su ensefianza. Desde el inicio, sumido en fuerte polémi- cacon sus colegas de la IPA, planteé que era preciso retomar “el filo cortante de la verdad freudiana” sepultada en el dogma oficial. Esta fue solo una cara de su mensaje. La otra, al principio timidamente entregada a sus discipulos, planteaba unarevisién, mas atin una reversi6n de la manera en que Freud habja fundamen- tado su descubrimiento. De ahi el titulo de este seminario:“E] inconciente lacaniano”, trabajo que he centrado en el Seminario XI de Lacan. Espero que este recopilaci6n ayude a reabrir la interrogaci6n acerca del estatuto del inconciente y no para empaquetar al psicoandlisis en un presumido envase de moda. Norberto Rabinovich Enero de 2004 CLASE1 Lacan y el inconciente freudiano Retorno a Frei EI inconsciente es un concepto que elaboré Freud para dar cuenta de su descubrimiento, a partir del cual nacié una nueva disciplina, el psicoandlisis. Con el paso de los afios y con la impronta dejada por sus continuadores, el psicoandlisis fue adquiriendo una direccién que cada vez la iba alejando mis de su micleo origi- nal y de su esencia. Cuando Lacan aparecié en el mundo del psicoanilisis, su apuesta fuerte consistié en devolverle al descubrimiento freudiano “el filo tajante” de su verdad, ya olvidada, ignorada o reprimida en el interior del movimiento psi- coanalitico que sin embargo permanecia reclamandose fiel a los preceptos del fundador. Es asi que propuso el “retorno a Freud” y en este movimiento a las fuentes, el foco de su trabajo residié precisamente en el concepto de inconsciente. Sin embargo, cuando en el afio 1964, en ocasién de iniciar su onceavo seminario anual, «Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanilisis» (sobre el que girara este seminario), luego de haber sido excluido de las listas de analistas diddcticos de la Asociacién Internacional y en el mismo afio que fundé la Escuela Freudiana de Paris, arroj6 una afirmacion que seguramente habria sorprendido a su auditorio si lo hubieran escuchado bien: dijo que lo que iba a explicar con el nombre de inconsciente era algo diferente de lo que enseiié Freud. Dos afirmaciones que en principio se contradicen: retomar a las fuentes del descubrimiento del inconsciente y formular otra concepcién del inconsciente. Incluso unos afios mas tarde Ileg6 a sostener que “el inconsciente, hay que decirlo, es de Lacan, aunque el campo sea freudiano”. A mi juicio, ambas afirmaciones son ciertas y la contradiccién es aparente. Se trata de comprender el alcance de cada una. La consigna lacaniana del “retorno a Freud”, dado el equivoco que en francés promueve la preposicién “a” puede leerse como retorno “hacia” Freud pero también retorno “de” Freud. Esta ultima versién nos permitiria entender la frase en el sentido del retorno de lo reprimido. Lo que Lacan apunta resucitar es la verdad freudiana, una verdad reprimida en el movimiento psicoanalitico. ;Cual? Aquella que describe el inconsciente a nivel de los procesos primarios, con locas conexiones radicalmente ajenas a las coordenadas que especifican el pensamiento y buscan su satisfacci6n en una reproduccién alucinatoria. Todos estos términos, 7 no habian sido olvidados 0 reemplazados por los continuadores de Freud, pero solo se los repetfa como parte de un dogma incomprendido al mismo tiempo que la practica analitica habia sido encausada en el registro de un dialogo comprensivo, explicativo, de esclarecimiento, perfectamente enmarcada dentro de las coorde- nadas de la conciencia. No hay mejor manera de apreciar la concepcién del inconsciente que tiene cada analista, que observando la técnica interpretativa que utiliza. Porque la técni- ca de la interpretaci6n analitica que Freud enseiié esta profundamente ligada a la naturaleza de su objeto, el inconsciente y sigue los sinuosos caminos de los puentes verbales despegados de las exigencias légicas del Los sucesivos desvios dentro de la historia del psicoandlisis fueron acom- pafiados de un alejamiento progresivo del instrumento de la palabra para producir las resonancias, las asonancias, las consonancias, los equivocos del significante, en el empleo de la interpretaci6n del inconsciente. Algo muy diferente de la explica- cién comprensiva, el esclarecimiento. Esta dimensién de la practica analitica no fue un descubrimiento de Lacan. Freud abrié ese camino y explicé el método para acceder al loco orden de determinacién del campo subjetivo que es el inconscien- te. Esta dimensién del inconsciente es, a mi juicio, aquella que Lacan retomé y reformulé en términos de la estructura del lenguaje. Aforismo que de alguna forma es . Que el inconsciente este estructurado como un lenguaje no quiere decir que la conciencia y el preconciente tengan una estructura diferente, no lenguajera. Los pensamientos, los recuerdos, los conocimientos, etc., tienen una osamenta derivada del lenguaje. Sucede que al Sistema Prec./Cte Freud ya lo habia articulado al lenguaje cosa que no hizo con el inconsciente, aun cuando su descubrimiento del inconsciente fue realizado integra- mente en el campo de la palabra. La subjetividad humana la que esta estructurada por el lenguaje y a partir de Lacan, a mi juicio, se hace evidente que toda definicién de sujeto implica la funci6n del lenguaje como determinante. Freud plante6 que la percepcién forma parte esencial en la estructura del aparato psiquico. Habl6 del sistema Percepcién-conciencia. Las sensaciones y percepciones, aun cuando sean funciones directamente apoyadas en estructuras 8 neurofisiolégicas, se inscriben en la memoria articuladas a la malla del significante. a En cuanto al inconsciente, fue descrito topolégicamente por Freud como una estructura excluida del campo perceptivo, de la conciencia y el preconciente que, por asi decir, lo recubren. Las formaciones del inconsciente, es decir el retor- no de lo reprimido, tiene una localizaci6n topolégica particular: irrumpen en la su- perficie psfquica, en el seno de los sistemas periféricos, pero portan la marca de lo reprimi se sittia entre percepcién y conciencia. n- SSS Lo que emerge como auenee “ inconsciente, las representaciones inconcientes propiamente dichas, confrontan al sujeto con algo que no puede ingresar a la percepcién y tampoco puede ser conocido, algo que conecta con un «més alla» de la representacién de la realidad. Freud lo conci- bid como un fendmeno alucinatorio. No solamente planteé la satisfaccién alucinatoria del deseo inconsciente en los suefios, donde parece evidente, sino que, afirmé que la alucinacién del objeto era el soporte de toda satisfaccién del inconsciente. Nos preguntamos como estos conceptos entraron en la perspectiva inaugurada por Lacan. Real, simbéli imaginario del lenguaje Muy tempranamente en su ensefianza, Lacan distinguié en el interior de la estructura simb6lica del lenguaje, tres registros: Simbélico, Imaginario y Real, que aproximadamente se corresponden con los tres sistemas de la primera t6pica freudiana. Es un conjunto abierto, porque el mero de palabras acufiadas nunca se termina mientras la lengua esté viva. b (Palabras, de las frases, del'discurso) No hay manera de cernirlo, de contabilizarlo 9 como con los elementos del cédigo. Incluso cuando uno quiere hacer un dicciona- rio para juntar las palabras con sus significados, lo que va del lado de los significa- dos son también palabras. Los sentidos no se escriben ni se dicen. Son los significantes los que crean el efecto imaginario del sentido, siempre evanescente, impreciso, ambiguo. El sentido fluye como al lado de las palabras, pero como talel sentido no esta en ninguna palabra. Es algo que brota en la combinacién de una alabra con otra palabra. El habito produce una especie de fijacién mental de! eterenteraleoo el cieriioadoy pereetin ex roTo Tier faites COmIBoNE ciones de una misma palabra con otras van transformando constantemente su sentido. Las palabras son como val ijas vacias: transportan sentidos pero el conte- nido es aleatorio, no forma parte de la valija. c) Lo real del lenguaje, es el punto clave. Especifica aquello que del significante se sitta en el Ambito de los fonemas. Cada fonema resulta de una combinacién particular de articulaciones del aparato fonatorio ( labios, lengua, emisi6n de la voz, etc). Por ejemplo la “b” es bilabial mientras que la “v” es labio dental. Las vocales resultan de la emisién directa de la voz y se distinguen.entre.sipor el grado de apertura de salida que dejanlos.labios. Estos sonidos distintivos forman un conjunto limitado y cerrado de Ia lengua que el alfabeto registra. Los fonemas especifican un registro radicalmente aseméntico Los signos del lenguaje son tales porque forman parte de una estructura de simbolizacién, porque representan otra cosa que lo que ellos son, pero en este registro literal y asemantico cada unidad no simboliza a otra, simplemente es dife- tente de todas las otras en su identidad material. En cierta forma podemos decir lo mismo de las palabras, porque si el significado no esté adherido su estructura Ultima es su identidad sonora. Como la palabra rosa puede significar una flor, un color, un nombre propio, etc. no podemos reconocer su identidad en el 4mbito de los sentidos pero sf en su relaci6n con los otros significantes. Por ejemplo no es cosa, ni rusa, ni rota. Esta propiedad hace que en dltima instancia todo significante pueda ser incluible en el registro de lo real. Pero la diferencia con las palabras reside que éstas fueron introducidas en la lengua por su capacidad de significar algo. Significa algo para otro significante y no por si misma. En cambio las letras figuran en la lengua como puros instrumentos materiales separados del sentido y la significaci6n, atin cuando ciertos fonemas, como por ejemplo “a” pueda también ser incluido en el registro significativo! Lo real, en el interior del sistema simb6lico de la\lengua se\especifica)porjestar|separadowdelysentido. Esto es fundamental para comprender el estatuto del inconsciente. El inconsciente para Lacan ésta estructurado en el registro real del lenguaje, es decir a nivel de Ja instancia de la ‘otra despoidia de snificado, gnificado. Hay una confusién bastante generalizada en este punto, porque se entendié que Lacan definié el inconsciente como una estructura simbélica. Es cierto pero es preciso cernir lo esencial GEERSEEED “Es del lado de la escritura- letra-que se concentra esto donde ensayo inte- 10 rrogar lo que hay ahi del inconsciente, cuando yo digo que el inconsciente es de lo real.” La articulacién entre los registros simbé6lico e imaginario del lenguaje, que Lacan designa como el lugar del Otro, circunscriben aproximadamente en la t6pi- ca freudiana los sistemas de la conciencia, del preconciente y de la percepcién. Lacan también denomin6 este territorio topolégico como el “lugar del saber”. ;Cua- les son los términos y los conceptos que utiliz6 Freud para definir las propiedades del sistema inconsciente? Voy a enumerar algunos de los términos més importan- tes en un cuadro de doble entrada para confrontar cada uno con su correspondien- te en el Otro sistema. SISTEMA INCONCIENTE SISTEMA PREC/CTE Representacién-cosa Representacion-palabra Energia libre Energia ligada Proceso primario Proceso secundario Identidad de percepcion Identidad de pensamiento Repeticién Recuerdo No voy a detenerme en los desarrollos conceptuales hechos por Freud sobre estas categorfas teéricas sino que intentaré ubicarlos sobre la cancha y ver como juegan, es decir identificar que cosas describian esos términos en el andlisis de un fenémeno singular. Tomaré para ello el ejemplo del olvido de un nombre propio — Signorelli- que Freud desarrollo en “Psicopatologia de la vida cotidiana”. reli Se trata de un olvido donde no aparece en la superficie de la conciencia ninguna formacién sustitutiva o sintomatica, sino que el nombre olvidado fue cap- turado por los procesos inconcientes y a nivel de la conciencia se manifest6 no como un cuerpo extrafio sino como un hueco en la memoria. Conversando ama- blemente en un tren con un colega, Freud quiere acordarse del nombre de un pintor fumoso, Signorelli y fracasa. E] nombre no llega a la conciencia por la intervencién de la represin. Para recuperarlo aplica consigo mismo el método analitico de la asociaci6n libre. La asociacién libre permite seguir los recorridos sinuosos de los procesos primarios asociados con la Vorstellung reprimida. Veamos. Lo primero que aparece asociado al nombre olvidado es el nombre de otro Pintor, “Boticelli”. Este nombre esta asociado por el lado de la pintura y al mismo i tiempo por grupo silabico “elli” comtin en ambos nombres. En esta asociacién los registros seméntico y asemantico, es decir puramente literal, estan combinados. De Boticelli la asociacién se dirige a otro pintor, “Boltrafio”. En este caso también hay una conexi6n significativa por relaci6n a la pintura y otra también homofénica, puesto que el nombre contiene “Bo” como Boticelli. No soy yo el que estd mar- cando estas locas conexiones, es Freud tratando de mostrar como funcionan los procesos inconcientes. Esta silaba Bo no termina ahi sino que la asociacién, si- guiendo el camino inverso al que generé el olvido, se enlaza con la Bo de “Bosnia” y este tiltimo esta asociado a “Herzegovina” en tanto ambas son localidades donde los hombres tienen la costumbre exclamar con resignacién “Herr” ( sefior) mi dios, cuando se enteran de la muerte de un ser querido. Cuando Freud tuvo el olvido estaba precisamente cerca de la estacién de Herzegovina y habfa estado conversando sobre las costumbres del lugar. “Herr” es un elemento crucial porque es la traduccién alemana de Signor (sefior en italiano) de Signorelli el nombre olvidado. Por otra parte el grupo silabico “trafio” contenido en Boltrafio, se encade- né con “Trafoi”que contiene las mismas letras y es el lugar donde Freud se habfa enterado del suicidio de un paciente impotente. El esquema que figura en “Psicopatologia de la vida cotidiana” es el siguiente: SIGNOR-ELLI BO-TIC-ELLI BO-L-TRAFIO HER-ZEGOVINA BO-SNIA TRAFOI HERR—————SIGNOR Muerte y sexualidad Pensamientos rep los 12 Me imagino que cuando algiin cientifico de esa época ley6 este andlisis de Freud habria pensado que era descabellado pretender incluir estas cosas absurdas en el campo cientifico. Nuestra época no estaria exenta de reacciones similares. El método de interpretacién del inconsciente que nos muestra Freud es poco sensato, nada razonable, pero se ajusta a los hechos. Es un método tan des- cabellado que ni siquiera la mayorfa de los psicoanalistas lo han conservado. Lacan insisti6 mucho en este punto, no dej6 de denunciar lo alejados que estaban los practicantes del andlisis, de esta pesquisa “insensata” de los elementos inconcientes que aporta la asociacién libre para formular su interpretacién. inconsciente porque contenia ee ss , fas por represen- tacién-cosa y no representacién de cosa, aun cuando el término percepcién acarrea algunas complicaciones. En el sistema simbélico del lenguaje la forma de cada simbolo es solo un medio para significar otra cosa que no esté en el simbolo. Cuando alguien escucha lo que otro dice trata de comprender el men- saje, la significacién que esas combinaciones generan. Hay excepciones, por ejemplo cuando el medico para auscultar los pulmones le pide al paciente que diga treinta En el recorrido asociativo que Freud transcribe aparecen también repre- sentaciones articuladas por el sentido. Herr, por ejemplo, es la traduccién de Signor que en la lengua italiana significa sefior. En el recorrido asociativo sirve como escal6n para alcanzar el material fonolégico del significante reprimido. Si observan bien, las palabras se conectan unas con otras para poder hacer pasar un sonido. Esta es la clave. Signorelli fue olvidado porque porta las letras que estan reprimi- das. 13 mos que Freud a los 13 afios se cambié el nombre que le habian puesto los padres, Siegismund, nombre que le resultaba demasiado judio y pasé a lamarse Sigmund. Hay detras de este cambio de nombre una enorme cantidad de historias. A su vez el grupo fonético “elli” es homofénico con la voz hebrea para llamar a Dios, el Sefior. Lo que me interesa subrayar es como opera el inconsciente con los significantes de la lengua. En ningtin lugar de la memoria de la lengua, el vocablo alemdn Herr 0 Signor significa Sigmund. Sigmund figura en Signorelli, pero eso no se c ni idn de la légic: 8 procesos primarios. ata equiva _ 6COmo redefinir a partir de esta revisién a los procesos primarios? Freud icado qui iste rasgo emparenta el discurso del inconsciente con la locura. En el registro significativo, campo del saber, las palabras estan so- metidas a los modos regutlares de trasladar y producir sentidos. Las equivalencias de término a término en los procesos secundarios estén comandados por los “pen- Samientos”, es decir de los significados. No quiere decir que en el inconsciente el campo de la significacién esié excluido, sino que sigue caminos diferentes. Los procesos primarios estan articulados con la funcién poética del lenguaje. La pleni- tud dei mensaje poético no reside en el significado, en ese caso estarfamos en el Ambito de la prosa, sino en la forma, en los juegos homofénicos. Inconciente y pulsién {.Como se relaciona la instancia de la letra en el inconsciente con el Lust, la satisfacci6n subjetiva alcanzada en el retorno de lo reprimido y que Freud vincu- 16 con el fendémeno alucinatorio?, a MCF vee Le ee Esto nos lleva a introducir un conc: inari 4 ici6n de lo real” siendo lo real del inconsciente aquello que se ubica en cadenas de letras. En concepto lacaniano de repeticién traduce la nocion freudiana Wiederholungszvang tal como figura en “Mas alla del Principio del Placer” para indicar el automatismo repetitivo de la pulsion de muerte.,Pero las formaciones del inconsciente satisfacen a la pulsion de muerte? I4 La Wiederholugszvang como via compulsiva de satisfacci6n (descarga) no fue reconocida por Freud recién a partir del afio 20 sino mucho antes. Ella se cuenta entre sus primeros descubrimientos y tomé el lugar de una idea axial en la explicacién de los fendmenos patolégicos que estudiaba. Inicialmente Freud reco- noci6 su gravitacién en la estructura de los sintomas neuréticos y atribuyé el ca- racter incoercible y no dominable de la repeticién sintomética a algo que estaba detras, como soporte de las satisfacciones inconscientes y que atribuy6 a la ener- gia de la tendencia sexual, que a partir del afio 1904 denominé Sexualtrieb. El automatismo de repeticién presente en los sintomas neuréticos quedé explicado como un modo de derivacién inconsciente y compulsiva de la energia de la pulsién sexual reprimida. En el “Mas alla del Principio del Placer” redefinié la Wiederholungszvang postulando que era una tendencia que no podfa ser incluida dentro del Principio del Placer porque su fin era contradictorio con los fines de las pulsiones del yo como también de las pulsiones sexuales. La pulsién de muerte busca el goce en la repe- ticién de situaciones traumiticas anteriores y no en la repeticién de experiencias de placer obtenidas previamente como Io hacen los sintomas, por ejemplo. Freud se muestra por momentos ambiguo y contradictorio en lo referido a si habfan dos modos de repeticién (sexual y traumética) 0 sdlo una. Esto quiere decir que las explicaciones realizadas por Freud acerca del fundamento sexual de los procesos primarios inconscientes y sus repeticiones sintométicas, fueron reinterpretadas por Lacan a partir de reconocer como tinico fundamento de la Wiederholungsvang, a lo real- traumético- no sexual. Los psicoanalistas han aceptado como una verdad apodfctica del psicoa- nélisis la vinculacién estructural entre la sexualidad y el inconsciente establecida por Freud. A mi entender, el cardcter de dogma mayor que fleg6 a tener en la comunidad de analistas la idea que el inconsciente es el mensajero de la pulsién sexual, ha constituido una de las resistencias mds poderosas en la comprensién lacaniana de la categoria del goce. Es sabido que Lacan mantiene la articulacién entre pulsién e inconsciente planteada por Freud. Pero las confusiones teéricas comienzan cuando se trata de definir cual es el lugar que la Sexualtrieb tiene en la obra de Lacan. 15 En el discurso de Lacan podemos encontrar el empleo del vocablo pulsién, a secas, o pulsién de muerte indistintamente, pero nunca figura en la misma serie de equivalencias la expresin pulsion sexual. Habla en cambio de demanda sexual, de deseo sexual, de fantasma sexual, pero no de pulsién sexual. Las contadas veces que retoma en su discurso la expresi6n pulsién sexual es citando a Freud o para pasarla por la grilla de su interpretacién. En el Seminario XI, dedicé mucho tiempo en definir la estructura de «la» pulsién. Comenté con extrema meticulosidad los desarrollos de Freud acerca de los cuatro componentes de la Sexualtrieb -objeto, fin, fuente y fuerza- pero agre- go una pequefia gran diferencia tedrica: dijo que la pulsién asf definida no era sexual sino de muerte. «Ven entonces cémo la misma razén que hace que el ser viviente sea inducido a su realizacién sexual por el seftuelo, hace que la pulsién, la pulsion parcial, sea intrinsecamente pulsién de muerte, y representa por si misma la porcién que corresponde a la muerte en el ser sexuado.» La referencia freudiana a la intrincacién y desintrincaci6n de las pulsiones (Triebmisgung) es comprendida por Lacan como intrincacién y desintrincacién entre la estructura del deseo y la de la pulsién. Sélo a partir de haber producido esta conversién y reduccién del concepto de pulsi6n, reafirmé que la pulsién esta en el fundamento del inconsciente. Por consiguiente, si el sintoma constituye para Lacan una via de satisfaccién del fin de la pulsidn, es preciso entender que lo que se satisface ahf, el goce del sintoma, esta mis alla del Principio del Placer. CLASE2 La interpretacion del inconciente La interpretacién analitica Una de los principios esenciales de la interpretacién analitica es que debe adecuarse a la naturaleza de aquello que trata de revelar. El problema mas grande aresolver es como acceder desde el discurso conciente a algo que es heterogéneo a la representacién conciente. {Cémo entender la clésica formula freudiana de hacer conciente lo inconsciente? Responder que es por medio de la interpretacién no es suficiente ya que se trata de saber como interpretar por medio de palabras algo que se situa en el limite del lenguaje y por carecer de significado no es apto a ser traducido. Hoy dia, de la misma manera que en la €poca en la cual Lacan comenzé su ensefianza, la interpretacién ha quedado relegada a un lugar secundario entre las herramientas técnicas. Hay una corriente actual muy extendida dentro del movi- miento lacaniano, liderada por Miller pero que trasciende las fronteras del millerismo, que afirma que la interpretacién fue reivindicada por Lacan solo en sus primeras €pocas, en las que tenia prevalencia lo simbélico, mientras que el segundo Lacan, aquel que re-centré la teoria y la clinica en lo real, este Lacan abandon la preemi- nencia de la interpretacién para elaborar una nueva teoria del acto analitico. Todo esto es muy discutible. En primer lugar porque tal elaboracién de Lacan es solo una deduccién de quien lo afirma. No hay ningin lugar en su obra donde pueda . encontrarse algo semejante a una propuesta de suplantar la relevancia de la inter- pretacin por alguna otra cosa. Por el contrario, si nos atenemos a las palabras del mismo Lacan, podemos encontrar por ejemplo, un pasaje en el ultimo de los semi- narios, el numero 26, podemos leer que reafirma, que “en lo concerniente a la técnica, nunca fui mds alld de lo que la interpretacién permite”. La idea de un instrumento mas eficaz que la interpretacién, es elaboracién es de algunos postlacanianos y no de Lacan. Esto no le quita valor de por si, podria ser un aporte superador. En ese caso es preciso interrogar si las consecuencias clinicas pro- puestas son pertinentes con los principios teéricos sobre los que pretenden apoyar- se. No me voy a detener en este trabajo aqui, pero puedo sefialar que las criticas a los limites de la interpretacién analitica, se asientan de manera sistematica en una errénea comprensi6n de la misma. La interpretacién analitica tiene una especifici- dad tal que permanentemente corre el riesgo de ser confundida con las acepciones més comunes de la interpretacién como operatoria de traduccién de un sentido a otro sentido equivalente. Toda interpretaci6n incluye una cierta maniobra con el significante. En ese sentido la interpretacién debe ser incluida en el registro de lo simbélico. Sus efec- tos implican la remoci6n del campo del significado, es decir que alcanzan lo imagi- nario. Pero esto no es suficiente para definir la interpretacién analftica. La interpretaci6n analitica, definié Lacan sintéticamente, es una “inter- pretaci6n a la letra”. Esto quiere decir que el objeto de la interpretacién, aquello a lo que apunta, lo que la interpretacién pretende alcanzar, es la letra del incons- ciente. Lo que permanece reprimido no son significaciones, sino significantes pu- ros, cadenas de letras. Y lo que se trata de «revelar» por medio de la interpreta- cin, son esas letras. Ahora bien, tales letras nunca retornan separadas de los significantes y solo se vehiculizan por medio de las palabras comunes del lenguaje. Cuando digo “analista”, por ejemplo, estoy nombrando, sin advertirlo, a “Ana” y también dicien- do “lista” Estos dos significantes estan presentes en el primero, pero no para ser comprendidos. Del mismo modo que el nombre Signorelli repite Signor y detras de el, Sig. Sig, es un agrupamiento de letras presente en signor, pero ahi, no esta para significar. Es algo para ser lefdo. Y uno puede leer un texto sin comprenderlo. La interpretaci6n analftica pone el acento de su técnica en seguir los recorridos de lo que se ofrece a la lectura y no a la comprension. La significacién viene después. Interpretacién y repeticién Lacan se ocupé por recomendar a los analistas que no se apuren en com- prender, que soporten flotar en la incomprensi6n. Si uno pretende entender rapida- mente obstaculiza ofr la instancia literal presente en el decir del paciente. ,Pero si todas las palabras que componen el discurso del analizante estan compuestas de letras, donde ancla la atencién flotante? La respuesta a esta pregunta es crucial para delimitar el alcance de la interpretaci6n: “lo que se interpreta debe recono- cerse primeramente en los fendémenos de repeticién”. En Buenos Aires cuando empezé a conocerse el pensamiento de Lacan y a introducir la técnica de la interpretaci6n a la letra, al poco tiempo eso se habia convertido en una prdctica irrisoria pues la interpretacién recafa sobre cualquier elemento del discurso y la seleccién la hacfa arbitrariamente el intérprete. Es decir que se tomé una sola dimensi6n del asunto, al pié de la letra, pero sin articularlo al fenémeno de la repeticién. Esto Ilev6 al descrédito de la propuesta de Lacan de interpretar a la letra. 20 Un pequeiio traspié en un enunciado lo mismo que un fallido patente, un sintoma, un suefio o la insistencia de ciertas contrasefias singulares de cada sujeto nos indican la presencia de la repeticidn inconsciente. Son algunos de los fenéme- nos que privilegia el ofdo del analista... para escucharlos a la letra. Luego la aso- ciacién libre permite recorrer el camino de su composici6n significante para alcan- zar una significacién desconocida. En todo esto, no hay ninguna innovacién impor- tante de aquello que Freud legé. El problema es que los continuadores de Freud se inclinaron rapidamente en la pendiente de la busqueda de las significaciones inconcientes olvidando que es la letra la que comanda el juego. @ Ia letri Interpretacién si: -ativa e inte Vuelvo ahora sobre un punto que quedé a mitad de camino. Las criticas que fundamentalmente Miller dirigié a la interpretaci6n analitica, aduciendo que era un método que iba de significante en significante y que el significado se desli- zaba indefinidamente sin alcanzar nunca lo real. Esto es incorrecto. Cuando Lacan definié “la instancia de la letra en el inconsciente”, lo que hizo fue localizar lo real de lo simbélico, lo real del significante (que no hay que confundir con lo que denomin6 objeto «a». La instancia de la letra en el inconsciente o la instancia del significante en lo real es la manera de Lacan para traducir la Sachevorstellung freudiana. Las representaciones inconcientes tienen la cualidad de circular libres de las reglas que rigen los procesos del pensamiento comtin. Si Freud ubicé en el corazén de la satisfaccidn inconsciente algo que equi- par6 con laalucinaci6n, es porque advirtié que a nivel de los procesos primarios se trataba de lo real, aunque carecfa de esa categoria te6rica. En el retorno de lo reprimido se revela el inconsciente como algo de lo real. Fenémeno equivalente a la alucinaci6n, definida por Lacan como «aparicién en lo real de un significante forcluido». A nivel de las formaciones del inconciente, cabe decir en cambio, que se trata de la revelacién en lo real de un significante reprimido. El Escrito « La direccién de la cura...» fue encabezado por Lacan con la frase «hagan palabras cruzadas» aclarando que era un consejo que dirigia a los analistas j6venes. {Qué aportaria el ejercicio de las palabras cruzadas a la practica del andlisis? El juego de las palabras cruzadas propone resolver un enigma encon- trando la palabra exacta. Tenemos por un lado una pregunta y por el otro los casilleros donde debe ir la respuesta que anticipan el ntimero de letras la palabra 21 buscada. Esta determinacién plantea una exigencia mayor: la respuesta al enigma debe ser encontrada en algtin significante...pero letra por letra. La equivalencia no puede ser simplemente significativa. No es suficiente hallar una palabra cuyo sen- tido constituya una respuesta adecuada, es preciso que esa palabra contenga las letras de la respuesta pedida y no otras. Incluso si dos palabras diferentes tienen el mismo significado y también coinciden en el numero de letras, no puede ir cual- quiera de las dos y quiz4s ninguna. Es preciso que determinadas letras sean el componente esencial de la respuesta porque las letras de una palabra deben servir también para componer la o las palabras cruzadas con ella. El cruce de palabras marca los puntos donde la coincidencia en el orden de la letra termine prevalecien- do sobre toda biisqueda por el sentido. Puede darse el caso que uno encuentre finalmente la respuesta exacta sin saber lo que esta significa. En el andlisis, cuando la interpretacidn se ubica en el plano del sentido, cuando es una intervencién comprensiva, un esclarecimiento, el sujeto puede creer més 0 menos en lo que afirma el analista. En cambio cuando la interpretaci6n es a la letra, ahi no hay nada para comprender, nada para creer o dudar. La revelacién de la letra aporta “certeza subjetiva” ya que, como dijo J. Alluch, la interpreta- cin analitica es una operacién de transliteracidn. Del mismo modo que un nom- bre propio o un apellido no se traduce de un idioma al otro, sino que se traslada letra por letra. No se traduce por qué el nombre propio no significa al sujeto para otro significante, sino que lo nombra por medio de un significante cuya tinica espe- cificidad reside en ser materialmente diferente de los otros nombres. interpretacion por el equivoco Muchas veces Lacan insistié en que la estructura de la interpretacién debe ser andloga a la estructura del chiste. Un chiste no es un mensaje para ser com- prendido. Es un enunciado que, para tener éxito, debe atravesar la frontera del entendimiento y tocar un mas alla de sentido de las palabras. En ese més alla del significado es donde Freud localizé la clave de los procesos primarios del incons- ciente. La técnica del chiste apunta a que algo del enunciado resuene de otra manera en el destinatario. Si el objetivo es alcanzado, el receptor se rie. Risa que Freud pone en equivalencia estructural con Ia satisfaccién del sintoma cuando el representante reprimido atraviesa la barrera de la censura. Se rie, a veces sin haber comprendido demasiado. Lo esencial del chiste, del mismo modo que la interpretacion analitica, reside en el juego de palabras, en el equivoco significante DR del cual emerge una especie de relampago, un chispazo que revela algo oculto. {Qué es lo que emerge? {De donde viene? Traje una serie de chistes que recibi via Internet. Como para mi eran chis- tes nuevos pensé que iba a ser mas eficaz y divertido comentarlos hoy. Pertenecen a la serie de chistes sobre gallegos. -Pepe, {como se escribe bala?-Pues como suena.-Y Manolo escribié PUM. Suena el teléfono en la casa de Manolo: -Oye Manolo, te Ilamo por la cortadora de césped. -Caramba Pepe, jque bien que se escucha! Un gallego en una farmacia: - Me da un desodorante por favor. -;De bola? —No, de axila. Estos tres chistes responden a la misma maniobra, se basan en el simple equivoco de uno de sus términos. En el primero se produce el malentendido cuan- do Pepe explica que bala se escribe como suena la palabra, pero Manolo entiende que se escribe como el sonido de la bala al ser disparada. En el segundo la prepo- sicién por es utilizada para significar “a propdsito de” pero es entendida en el sentido de “a través de”. En el tercero el traspié lo engendra la equivocidad de la palabra bola. {Por qué provocan risa? Podriamos responder que el tropiezo de la pala- bra permite sacar a la luz un significado censurado. {Cual? Da lugar a la expresi6n de una intenci6n agresiva al mostrar la tontera del personaje. Luego, por extensién, como dicho personaje figura en el chiste como representativo de los gallegos, esta- ria ofendiendo a todos los gallegos. Pero esta intencién agresiva no es esencial ala técnica del chiste y la posibilidad de burlarse del personaje o del grupo social que representa es un afiadido secundario. Por ejemplo si en vez de Pepe y Manolo, hablo de Juan y Pedro, sin identificarlos ni personal ni socialmente, el chiste cum- ple igual su finalidad de desencadenar la risa. La satisfaccién que aporta el chiste no se debe a que un pensamiento censurado sea liberado. Si en vez de contar el chiste, el emisor profiere un insulto directo, eso no tiene el mismo efecto. -Jorge, te invito a una fiesta de quince afios. -Bueno, pero yo a los tres meses me vuelvo. B

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