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4 - Anexo T. P. 4 - Lit. Arg. II (2021)
4 - Anexo T. P. 4 - Lit. Arg. II (2021)
La injuria “populista”
(episodios literarios de un combate político)
3
Lamborghini, Osvaldo, “El lugar del artista. Entrevista a O.L.”, Lecturas
críticas, I, 1, Buenos Aires, diciembre 1980, p. 49.
4
Portantiero, Juan Carlos, Realismo y realidad en la narrativa argentina, Bue-
nos Aires, Procyon-Lautaro, 1961, p. 119.
5
Portantiero, J. C., op. cit., pp. 114, 115, 120. Cursiva en el original.
A partir de la cita de Portantiero, hago referencia en adelante a textos y
episodios que se enmarcan en una historia política y cultural más amplia,
que no reseño; para la cuestión de la historia de los debates teóricos, las
Polémicas 15
7
“Reportaje: el solicitante descolocado. Contra las humedades de la cana-
lla elegíaca” [Entrevista a Leónidas Lamborghini], en La danza del ratón,
VII, N° 8, Buenos Aires, agosto de 1987, p. 4. La estrategia autodescriptiva
de Lamborghini tuvo algún eco; el miércoles 15 de julio de 1987, por ejem-
plo, el matutino Página/12 publicaba una nota de R. Ríos, “Una revolución
poética que no cesa”, en cuya bajada se anunciaba que entre las “claves de
su obra” se contaba “una ausencia absoluta de populismo”.
Polémicas 17
8
Intentamos englobar en esta enumeración clases de textos que compartan
un carácter de intervención en el debate público referido a la literatura.
9
Olivari, Nicolás y Stanchina, Lorenzo, Manuel Gálvez: ensayo sobre su obra,
Buenos Aires, Agencia General de Librería y Publicaciones, 1924. Sobre la
significación de ese libro, véase Sarlo, Beatriz, Una modernidad periférica:
Buenos Aires 1920 y 1930, op. cit, especialmente pp. 189-196.
18 La palabra justa
10
Incisa, Ludovico, “Populismo”, en Bobbio, Norberto y otros, Diccionario
de política, México, Siglo XXI, 1992, 6ª edición, p. 1247. Son muy numero-
sas las revisiones recientes del problema que retoman los enfoques clásicos
de Germani, Di Tella y Laclau, y la relación populismo/peronismo; algu-
nas pueden hallarse en Touraine, A., Actores sociales y sistemas políticos en
América Latina, PREALC-OIT, Santiago de Chile, 1987, pp. 139 y ss.; De Ipola,
Emilio, Investigaciones políticas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1989, pp. 21 y
ss.; Svampa, Maristella, El dilema argentino: civilización o barbarie, Buenos
Aires, El Cielo por Asalto, 1994, pp. 211 y ss.; y Viguera, Aníbal, “‘Popu-
lismo’ y ‘neopopulismo’ en América Latina”, en Revista Mexicana de Socio-
logía, LV, 3, julio-setiembre de 1993, pp. 49 a 66.
Una definición semejante puede inferirse sin dificultades del análisis
histórico de la cultura argentina de los años cincuenta que propone Oscar
Terán, sobre la que volveré inmediatamente; en Terán, Oscar, “Rasgos de
Polémicas 19
13
Sábato, Ernesto, El otro rostro del peronismo. Carta abierta a Mario Amadeo,
Buenos Aires, Imprenta López, 1956.
14
Hernández Arregui, Juan José, Imperialismo y cultura, Buenos Aires,
Amerindia, 1957.
15
Martínez Estrada, E., Qué es esto. Catilinaria, Buenos Aires, Lautaro, 1956.
Para un análisis detallado de este proceso, véase el trabajo de Terán ya
citado, además de su Nuestros años sesenta, Buenos Aires, Puntosur, 1991,
pp. 97 a 128 especialmente; y en el trabajo de Beatriz Sarlo, La batalla de las
ideas (1943-1973), el apartado “¿Qué hacer con las masas?” del “Estudio
prelimiar”, así como la selección de textos, donde se incluyen fragmentos
de los que menciono aquí y de otros (Buenos Aires, Ariel, “Biblioteca del
Pensamiento Argentino”, pp. 19-42 y 117-179). También Sigal Silvia, Inte-
lectuales y poder en la década del sesenta, Buenos Aires, Puntosur, 1991; y
Federico Neiburg, Los intelectuales y la invención del peronismo, Buenos Ai-
res, Alianza, 1998.
Polémicas 21
16
La importancia del dato me fue sugerida por un oportuno comentario de
Horacio González.
17
Montaldo, Graciela, “Intelectuales, autoridad y autoritarismo: argentina
en los 60 y los 90”, en Javier Lasarte Valcárcel (coord.), Territorios intelec-
tuales. Pensamiento y cultura en América Latina, Caracas, Fondo Editorial La
Nave Va, 2001, pp. 59-74 (especialmente el apartado “1. Primer problema:
intelectuales, estado, poder”, pp. 61-64).
18
Portantiero terminaría expulsado del Partido Comunista en 1963, el año
en que comienza a editar junto a José Aricó la revista Pasado y presente.
22 La palabra justa
19
Los poemas citados pueden verse en Barletta, L. y otros, Los escritores de
Boedo. Selección, Buenos Aires, CEAL, 1968, pp. 85, 82 y 86, respectivamen-
te. Por supuesto, incluso en esos mismos poemas, en libros como Gotán ya
anticipa las disonancias que Gelman comienza a introducir en la tradición
con la que se enlaza en sus comienzos: puede decirse, por ejemplo, que
“María la sirvienta” se aleja sensiblemente del tono dramático y serio de
“Una sirvienta”, de Riccio, al desplazarse hacia la ironía y la parodia dis-
cursiva: “Qué manera era esa de pecar de pecar,/ decían las señoras
acostumbradas a la discreción/ ...Los señores/ ...decían severos:
Polémicas 23
El arte de injuriar
31
Viguera, Aníbal, op. cit.
32
Con “predominantemente polémico” queremos señalar que el origen del
término en la cultura política de izquierda está menos en discursos teóri-
cos, obras clásicas o textos fundacionales (vg.: como “ideología”, que re-
mite a la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel y a La ideología alemana),
que en debates históricamente situables sin pretender ignorar que a par-
tir de tales debates se produjeron desarrollos teóricos considerables. En
ese sentido, este análisis no implica ignorar que en el horizonte de lectu-
ras de quienes utilizan el término como una palabra-acción pudieran ju-
gar un papel decisivo o en nada marginal algunas teorías del populismo.
Por más que, elaboradas con posterioridad a su origen polémico, las teo-
rías gramscianas de lo nacional-popular y del populismo no anulen la
fuerza pragmática característica de estos términos, en buena medida tales
teorías organizan su uso y lo legitiman (por ejemplo, como quedó señala-
do, en el libro de Portantiero).
Polémicas 29
34
En Lamborghini, O., op. cit., p. 49. Digamos de paso que en el clima de
debates que intentamos reconstruir aquí, la elección de Eva Perón para
justificar el enfrentamiento de los términos bien podría haber sido califi-
cada, a su vez, de “populista” (por ejemplo, desde una perspectiva como
la de Portantiero).
35
En relación con estos problemas metodológicos, el concepto de “campo
intelectual” puede seguir prestando alguna utilidad mientras no se le rin-
da una fidelidad teórica que conduzca a decisiones interpretativas innece-
sariamente enfáticas o a preguntas ahistóricas. Un criterio como ese torna
preferible encarar el estudio de las prácticas “intelectuales” y simbólicas
Cuadernos LIRICO
Revista de la red interuniversitaria de estudios sobre las
literaturas rioplatenses contemporáneas en Francia
3 | 2007
Movimiento y nominación poéticos
Edición electrónica
URL: http://journals.openedition.org/lirico/768
DOI: 10.4000/lirico.768
ISSN: 2262-8339
Editor
Réseau interuniversitaire d'étude des littératures contemporaines du Río de la Plata
Edición impresa
Fecha de publicación: 15 diciembre 2007
Paginación: 23-44
ISBN: 2-9525448-2-4
ISSN: 2263-2158
Referencia electrónica
Martín Prieto, « Neobarrocos, objetivistas, epifánicos y realistas: nuevos apuntes para la historia de la
nueva poesía argentina », Cahiers de LI.RI.CO [En línea], 3 | 2007, Puesto en línea el 01 julio 2012,
consultado el 30 abril 2019. URL : http://journals.openedition.org/lirico/768 ; DOI : 10.4000/lirico.768
Cuadernos LIRICO está distribuido bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-
SinDerivar 4.0 Internacional.
neobarrocos, objetivistas, epifánicos y
realistas: nuevos apuntes para la historia
de la nueva poesía argentina
Martín Prieto
poeta, Universidad de rosario, argentina
1
T. Kamenszain, el texto silencioso. traición y vanguardia en la poesía sudamericana,
México, Universidad Autónoma de México, 1983.
2
T. Kamenszain, «La nueva poesía argentina: de Lamborghini a Perlongher», en AAVV,
literatura y crítica. primer encuentro UNl, Santa Fe, Universidad del Litoral, Cuadernos
de Extensión Universitaria, 1987.
25
3
El escritor Ricardo Strafacce, el máximo especialista en la obra de Osvaldo Lamborghini,
cuando le escribo para preguntarle sobre los versos de Tuñón en los que estaría pensando
Lamborghini en el reportaje de Rubione, me contesta: «La alusión al albañil y los andamios
no parece provenir de Tuñón sino de Vallejo: “Un albañil cae de un techo, muere y ya no
almuerza / ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?” Strafacce me recuerda, además, que
Daniel Freidemberg, en su blog, anotó que el verso atribuido por Lamborghini a Tuñón
sería en realidad de Juan Gelman, del poema «Pedro el albañil», de gotán, cuyo motivo
es un albañil que cae del andamio. Para Daniel García Helder, en cambio, Lamborghini
estaría, en efecto, haciendo referencia a un poema de Tuñón, «Epitafio para la tumba de
un obrero», publicado en todos bailan, donde habla de un obrero de la construcción y
escribe «Pero estuve pensando en el obrero caído y mi corazón está hecho pedazos».
27
4
F. Urondo, «En la masvida», publicado originalmente en la opinión, Buenos Aires, 15 de
agosto de 1971 y reproducido en O. Girondo, obra completa, Madrid, Archivos, 1999.
5
C. Fernández Moreno, la realidad y los papeles. panorama y muestra de la poesía
argentina contemporánea, Madrid, Aguilar, 1967.
28
mediados de la década del 50, tienen sobre todo valor político nacional,
el de la revolución peronista, los grandes poemas argentinos del movi-
miento, como «Argentino hasta la muerte», de César Fernandez Moreno,
el saboteador arrepentido, al público y las patas en las fuentes, de
Leónidas Lamborghini, se despegan de inmediato del movimiento
continental para replegarse otra vez hacia la literatura argentina.
6
«Sobre el neobarroco. Fragmento de una entrevista de Josely Vianna Baptista a José
Kozer», en http://tijuana-artes.blogspot.com/2005/03/neobarroco.html. En 1991, además,
en México se publica transplatinos (México, El tucán de Virginia, 1991), prologada por
Roberto Echavarren, que es la primera antología continental del neobarroco.
29
7
D. García Helder, «El neobarroco en la Argentina», en Diario de poesía, n° 4, Buenos
Aires, Rosario, Montevideo, otoño de 1987.
8
Es verdad que hoy tal vez no se vean tan tajantes las diferencias entre unos y otros,
pero eso se debe menos a la inexistencia de diferencias conceptuales evidentes que al
hecho de que los poetas que empiezan a publicar en los años 90, lectores simultáneos
y desprejuiciados de Diario de poesía y de los neobarrocos, construyen una obra tan
tributaria de unos como de otros, con lo que es la herencia la que anula, o apacigua, las
evidentes diferencias de la tradición.
30
9
D. García Helder, «Giannuzzi», en Diario de poesía, n° 30, Buenos Aires, Rosario,
1994.
31
10
D. Freidemberg, «Terca persistencia de la especie», en Diario de poesía, n° 23, Buenos
Aires, Rosario, 1992.
32
11
R. Herrera, la hora epigonal. ensayos sobre poesía argentina contemporánea, Buenos
Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1991.
33
Ocho años más tarde, en 1999, Herrera convirtió esa lectura inten-
cionada y circunscripta de Diario de poesía (que excluye, por ejemplo,
las señeras lecturas que el Diario hizo de las obras de Aldo Oliva,
de Hugo Padeletti, del mismo Giannuzzi) llamada Hablar de poesía
cuyo nombre simétrico con el del Diario (la única palabra no común
entre ambos títulos tiene sin embargo también seis letras) marca, desde
la portada nomás, la manifestación del carácter «especular», así lo
llama Ana Porrúa12, de la publicación de Herrera en relación con la
de Samoilovich, en tanto la de aquel, sigue Porrúa, «llega al campo
literario para instalar ciertos nombres desaparecidos de la tradición
(Banchs, Mastronardi, incluso Molinari), pero también para demoler
—por la amenaza que suponen— aquellas poéticas que el Diario venía
rescatando como linaje propio». Los dossiers dedicados por el Diario
a César Fernandez Moreno, Leónidas Lamborghini y Juana Bignozzi
y las reseñas que Herrera, Javier Ardúriz y de María Julia de Rucchi
Crespo irman de las obras de esos mismos autores conforman, como
señala Porrúa, una «inversión casi perfecta» y donde el Diario ve in-
novación, Hablar ve verborragia, balbuceo, gritos.
12
A. Porrúa, «La novedad en las revistas de poesía: relatos de una tensión especular», en
orbits tertius, n° 11, La Plata, 2005.
13
R. Herrera, «Los vencidos», en Hablar de poesía, n° 4, Buenos Aires, 2002.
34
14
L. Soler Cañas, la generación poética del 40, Buenos Aires, Ediciones Culturales
Argentinas, 1981.
15
Véase, porque puede resultar ilustrativa, esta ficha de lectura del número 2 de Hablar
de poesía, noviembre de 1999: «Luis. O. Tedesco, codirector, firma “La inactualidad
de Carlos Mastronardi”, p. 21-33 —ya ahí nomás, inactualidad como valor— donde
dice: “En aquellos tiempos de nuestra juventud —lo mismo les ocurre a los jóvenes de
hoy— buscábamos adaptarnos al discurso del mundo avanzado. Nadie más lejos que
Mastronardi del mundo avanzado. Sin embargo, su luz de provincia sigue ahí... De esa
desesperada felicidad Mastronardi es hoy, a veinticuatro años de su muerte, la vanguar-
dia, la vanguardia, al menos, de algunos de nosotros”. Esto conecta con la editorial del
mismo número: “Rodeada de indiferencia o un vago prestigio necrosado —y de una
crítica amiguista, arbitrariamente ofensiva cuando el texto escapa a los moldes oficiales,
o frívolamente despectiva frente a la inactualidad de ciertas propuestas—, la escritura
poética ha quedado a merced de convenciones fugaces que le ofrecen su apoyo momen-
táneo y luego la abandonan a su inexistencia, ya que las modas no poseen memoria y
quien adhiere a ellas carece de pasado. Cada vez más vacilante desde que comenzó a
desconfiar del lenguaje, la escritura poética convierte en propios los prejuicios de una
actualidad que en realidad la ignora...” (p. 7). El artículo siguiente al de Tedesco es un
manifiesto de poesía órfica bajo el título “Arturo Marasso y la santidad de la sonrisa”,
firmado por José Isaacson. Allí se lee, por ejemplo: “En el pensamiento y en la obra de
Marasso, religiosidad es vocablo equivalente a religamiento. Se trata del religamiento
del poeta con el cosmos” (p. 36). En el mismo número, un artículo de Luis Gusmán
dedicado a Edgar Lee Masters que lleva el significativo título “Lo indecible: el habla de
los muertos”, termina así: “Como si la vida tuviera un último acabado verbal, suspiros,
lamentos y murmullos son fórmulas para modular los vestigios finales de lo indecible.
Ya no Spoon River, sino la tradición entera (y el presente EN ella) como un gran cemen-
terio”. De allí al estratégico ensayo traducido por María Julia de Ruschi Crespo, de la
poeta italiana Cristina Campo, llamado “Hablemos de la perfección”, que mima sin duda
el nombre de la revista, hablar de poesía es hablar de la perfección, ¿no? y que inicia
sentencioso, como, precisamente, un epitafio: “La pasión por la perfección llega tarde”,
para retomar más adelante: “Feliz espectáculo el poeta ya viejo que, habiendo recorrido
todos los mares, habiéndose topado con todos los atolones, se cierra cada vez más, con
el andar de los días, en formas inaccesibles y puras. Así Boris Pasternak; así William
Carlos Williams, que concluye una vida de pionero literario escribiendo en tercetos”.
¡Qué cita, eh! En la sección reseñas, una de la obra poética de César Fernández Moreno
(buena elección), a cargo de Ricardo Herrera: “Siempre joven, siempre desprolijo, dio
así origen a una expresión verborrágica, coloquialista, fácil, que en cierta forma se puede
decir que liquidó la poesía entendida como arte de la palabra” (p. 199). En la misma
página, el argumento: “A mi juicio, sin embargo, la comprobable evidencia de que en
poesía se pueden decir cada vez menos cosas no obedece al hecho de que desde Petrarca
35
hasta Mallarmé los poetas se hayan empeñado durante quinientos años en considerar a
las palabras como diamantes, sino en el formidable desarrollo que la prosa tuvo a partir
del Renacimiento, desarrollo que corre parejo a la retracción del verso a la prosa”. Fi-
nalmente: “Cuando la identidad de la lírica se ha vuelto indiscernible, poco le cuesta al
lector aceptar como poesía cualquier producto que se le presenta etiquetado como tal,
de modo que (estoicamente) sigue adelante” (p. 201)».
16
O. Aguirre, «Crítica de la razón poética», entrevista a Pablo Anadón, en www.lacapital.
com.ar/2006/04/16/seniales/noticia_285137.shtml
17
R. Gustavo Aguirre y N. Espiro, «Poetas de hoy: Buenos Aires, 1953», en poesía buenos
aires, n° 13 y 14, Buenos Aires, 1953.
36
Como vemos, otra vez, el valor para Anadón es el mismo que instala
Herrera en la poesía argentina: la vejez. Pero la vejez cronológica (y
Anadón hace de la cronología una jerarquía: los primeros de las lista
son los más viejos) es a su vez una metáfora: lo viejo —de la que los
viejos reales son su símbolo— es todo aquello que lo nuevo niega,
obtura, no ve ni deja ver. De hecho, el reclamo de Anadón al sitio de
Alejandro Méndez no es por la ausencia de poetas buenos, o de de-
terminada corriente estética, o de los que conforman, fuera éste cual
fuera, su «gusto» como lector, sino que es su mera ausencia la que los
caliica: son los que no se pueden ver, los que no están. Y en una so-
ciedad «juvenilista», emparentando, Anadón, juvenilismo con sesenta
setentismo (suponemos que cuando habla de «funcionarios» se reiere
al kirchnerismo, siguiendo la línea editorial de, por ejemplo, el diario
la Nación, antikirchnerista, antijuvenilista, anti sesenta setentista), lo
ausente es sobre todo lo viejo y lo viejo es sobre todo lo ausente, lo que
la «hegemonía» (otra vez, una palabra de la Nación para referirse al
kirchnerismo) no deja ver.
18
C. Martín Eguía, la plancha de altibajos, Buenos Aires, Paradiso, 2006.
19
R. Herrera, «Del movimiento a la inmovilidad», en Hablar de poesía, n° 2, Buenos
Aires, 2000.
39
20
O. Bossi, «Diálogo con Alicia Genovese», en Hablar de poesía, n° 11, Buenos Aires,
2004
21
E. Bustos, «Lírica y mesura», en Hablar de poesía, n° 2, Buenos Aires, 2000.
22
P. Anadón, «Prólogo», en señales de la nueva poesía argentina, Gijón, Libros del
Pexe, 2004.
23
R. Galarza, «Prólogo», en los poetas interiores (una muestra de la nueva poesía ar-
gentina), Madrid, Amargord, 2005.
40
24
A. Rubio, «Ars poetica», en monstruos. antología de la joven poesía argentina, Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2004.
25
D. Samoilovich, «Un suspiro entre dos clichés», en Diario de poesía, n° 42, Buenos
Aires, Rosario, 1997.
26
S. Mallarmé, «Sobre la evolución literaria», en D. Freidemberg y E. Russo (eds.), cómo
se escribe un poema, Buenos Aires, El Ateneo, 1994.
41
27
M. T. Gramuglio, «El realismo y sus destiempos en la literatura argentina», en Noé Jitrik
(dir.), Historia crítica de la literatura argentina, tomo 6, Buenos Aires, Emece, 2002; H.
P. Agosti, Defensa del realismo, Buenos Aires, Lautaro, 1963; J. C. Portantiero, realismo
y realidad en la narrativa argentina, Buenos Aires, Procyón, 1961.
42
De este modo el realismo, más como lo veía Erich Auerbach, esto es,
como una variable que recorre toda la literatura occidental, que como
un paradigma coninado a la segunda mitad del siglo XIX, traza una
28
O. Paz, los hijos del limo, Buenos Aires, Seix Barral, 1987.
43
Capítulo IV
VANGUARDIA Y UTOPIA
95
sólo con Gálvez y el realismo, sino también con la estructura y
organización de las instituciones intelectuales. Cuando Borges llega
a Buenos Aires, cuando Girondo publica Veinte poemas para ser
leídos en el tranvía, el estado del campo cultural puede leerse en la
desesperanza de Güiraldes, tantas veces evocada en las cartas a sus
amigos de Proa. Una rápida mirada a La Nación permite compro-
bar que los procesos de modernización cultural, sobre todo los que
tenían como escenario a la Argentina, ocupan poco lugar en sus
páginas. Las bibliográficas y los comentarios de arte, bastante nu-
merosos, no configuran un discurso crítico; son, más bien, cortas
notas de presentación que incluyen yitas o poemas enteros de los
libros comentados; comptes rendues de las exposiciones montadas
en Buenos Aires; comentarios de la actualidad cultural local o eu-
ropea que privilegian justamente los autores y grupos que la van-
guardia desprecia. Sólo Roberto Payró, bajo su seudónimo de Ma-
gíster Prunum, tiene una mirada más inteligente sobre la nueva lite-
ratura, aunque sus perspectivas ·críticas sigan siendo tradicionales.
Quizás sea en la sección de cine donde se encuentren sueltos más
atentos a la renovación estética (menciones de Griffith y Pabst, ar-
tículos sobre escenografía o sobre las relaciones entre cine y políti-
ca); lo mismo en las notas extranjeras sobre teatro, que suelen fir-
mar Lugné Poe y Zacconi. Extremadamente fragmentada, la infor-
mación se coloca en una longitud de onda que capta muy pocas
voces nuevas de la estética europea. 1
Diez años después, Néstor !barra describía así este primer perío-
do:
"Jorge Luis Borges volvió a su patria en 1921. ¿Qué decir del estado de
la poesía entonces? Nada más calmoso y neutro, nada más cercano a de-
cadencia y muerte. El gran Lugones ya había dado, doce años antes, to-
da su medida; Enrique Banchs, en 1911 había dicho casi su última pala-
bra en La urna, que contiene algunos de los más firmes y amplios sone-
tos de nuestra lengua; innovador en temas y eterno en sensiblería, Ca-
rriego se prolongaba en múltiples glosadores y diluidores; el nombre
más famoso era el del abundante y menor ('sencillista') Fernández Mo-
reno. Pero eran todos estos valores aceptados o negligidos, casi nunca
indagados o discutidos; la poesía como en general la literatura y el arte,
era el más descansado y accesorio aspecto de la vida del país." 2
1
Se consultó La Nación de 1924 y 1925.
2
Néstor Ibarra, La nueva poesía argentina, Buenos Aires, 1930, pp. 15-6.
96
coincide con los comentarios que le merecen a Martín Fierro las
instituciones culturales, el sistema de premios, el teatro comercial
y la crítica periodística. El sentimiento de insatisfacción abarca va-
rios niveles: la preeminencia de escritores que habrían agotado su
potencial creativo alrededor del Centenario; la miopía de la crítica,
que no era una instancia de diálogo y apertura hacia las nuevas co-
rrientes; el eclecticismo de las revistas culturales, en primer lugar
Nosotros; el funcionamiento de las instituciones de legitimación; el
sistema de lecturas y los hábitos del público.
El espíritu de la renovación se articula en esta serie de insatisfac-
ciones y reclamos. Polemiza con el lugar ocupado por los grandes
del novecientos, con la poética que defendían y la autoridad de la
que estaban revestidos; con el estilo de las revistas y diarios que
moldean a un público en este conjunto de relaciones y discursos.
La coyuntura estética descripta por Ibarra corresponde al primer
cuarto de este siglo. Frente a ella, se configura una 'formación' la-
xa pero lo suficientemente poderosa como para imprimirle un giro
importante, e influir en la mecánica institucional, incluidos los
grandes diarios.
Esto implica la ruptura con el eclecticismo de la revista Noso-
tros, que ya llevaba veinte años de publicación ininterrumpida, y
de La Nación. La intolerancia y el enfrentamiento reemplazan las
pautas de reconocimiento y convivencia que caracterizaban las re-
laciones entre intelectuales hasta entonces. La renovación llega pa-
ra dividir y para polemizar: en esto basa su estilo y lo diferencia
del de Nosotros. Todos los actores del campo cultural deben reco-
Iocarse, porque su hegemonía comiem:a a ser discutida seriamente
y porque el avance de los escritores de la 'formación' vanguardista
amenaza con trastrocar los lugares establecidos. La coyuntura está
marcada por la imposición de 'lo nuevo', que reorganiza el sistema
de jerarquías intelectuales. !barra, ya en 1930, puede ubicar a Mar-
tín Fierro como promotor principal de este movimiento:
97
ta. Pero !barra dice más: el proceso de Martín Fierro completó la
autonomización de la esfera estética, movimiento que, iniciado por
el modernismo, no había concluido en los años densos de ideolo-
gía del primer nacionalismo cultural. Interesa ver sobre cuáles fun-
damentos de valor se despliega esta autonomización. La coyuntur:i
estética hegemonizada por la vanguardia no reclama la autonomía
en nombre sólo de la belleza, sino, fundamentalmente, de la nove-
dad. 'Lo nuevo' es el eje que dirime la legitimidad. No constituye
un rasgo cualquiera del programa, sino que organiza y da significa-
do al conjunto de reivindicaciones. Por eso, porque 'lo nuevo' es
intransigente, la vanguardia esgrime un programa de máxima. La li-
quidación de Lugones, que Borges lleva a·cabo en El tamaño de mi
esperanza, es una de las batállas que deben ganarse. Porque 'lo nue-
vo' es fundamento de valor, la vanguardia es unilateral e intoleran-
te. 'Lo nuevo' es, de todas las lógicas de confrontación, la más ex-
cluyente.
'Lo nuevo' es un fundamento autosufíciente para trazar las gran-
des líneas divisorias en el campo intelectual, pero no agota todos
los contenidos del programa con que la vanguardia interviene en la
coyuntura. En otra parte analicé 4 los contenidos nacional-criollis-
tas de la vanguardia y su moderatismo moral que la diferencia de
movimientos contemporáneos en América Latina. Quisiera ahora
demostrar que, en la coyuntura estética de los años veinte, los
ideologemas nacionalistas son producidos por los escritores de la
renovación que los procesan desde la perspectiva de 'lo nuevo'.
Borges discute muchas veces cuál es el criollismo aceptable y el
inaceptable, de qué modo uno, inclinado al color local, es tributa-
rio del pasado, mientras que otro, al rechazar las marcas conocidas
de localismo, es una invención formal-estética portadora de 'lo
nuevo'. Buenos y malos criollismos, diferenciados a partir del eje
que ordena los valores estéticos.
'Lo nuevo' es también una opinión sobre el público, que la van-
guardia viene a dividir, en un movimiento opuesto al de revistas co-
mo Nosotros que se habían comprometido en la tarea de homoge-
neizarlo y unificarlo. González Lanuza, en el prólogo de Prismas,
da el tono del período:
4
Véase: B. Sarlo, "Vanguardia y criollismo: la aventura de Martín Fierro",
en C. Altamirano y B.S., Ensayos argentinos: de Sarmiento a la vanguardia,
CEAL, Buenos Aires, 1983. En este trabajo retomé ideas de Adolfo Prieto:
"Boedo- Florida" y "El hombre que está solo y espera", en Estudios de litera-
tura argentina, Galerna, Buenos Aires, 1969.
98
tu vivir ( ...) Si buscas la bazofia de todos los días, saca de tu bolsillo
unos níqueles y compra cualquier revista; pero este libro está de más en
tus manos."5
"Y o llamo por eso culinaria a todo arte que se aproveche de lo senso-
rial, por su agrado en sí, no como signo de emoción a suscitar. Así es
culinaria toda versificación, en el ritmo, en Ja consonanda, en Jas ono-
matopeyas y en las sonoridades de vocablos y ritmo de sus acentos." 6
5 Eduardo González Lanuza, Prismas, Sam~t, Buenos Aires, 1924, pp. 7-8.
6
En Poes-fa, n° 1-2, 1933, p. 43.
99
pausa no es un recurso tipográfico, sino un estado psicológico. A veces
tiene más valor que el verso que la precede."7
100
lución; la vanguardia es una utopía transformadora de las relacio-
nes estéticas presentes: la imposición instantánea y fulgurante de
lo nuevo.
Por eso, la vanguardia es tan activa en la modificación de la co-
yuntura y sus tácticas parecen tan extremistas. La vanguardia se
enfrenta a las restantes fracciones del campo intelectual y se consi-
dera a sí misma como un espacio de corte: tanto Hidalgo corno
Huidobro y Borges, en los prólogos que escriben para el Indice de
la nueva poesía americana, se colocan del otro lado de ese corte,
en un punto cero de la historia de la poesía. Huidobro dedica su
prólogo a la reivindicación de su precedencia corno creador de la
renovación, en una actitud que le es característica y que repite en
cada uno de sus manifiestos. 9 Borges anuncia el juicio y entierro
del modernismo: "se gastó el rubenisrno ¡al fin, gracias a Dios!"
Hidalgo liquida el modernismo, del que sólo salva a José María
Eguren, después de quien "no hubo nada importante hasta que
apareció Huidobro", definido corno fundador del ultraísmo.to Un
año antes, en el indicativo prólogo a Simplismo, Hidalgo periodi-
zaba la historia de la poesía estableciendo una "era troglodítica",
entre Homero y Víctor Hugo, incluido Darío; un corte realizado
por Rirnbaud; y luego, la vanguardia, para Hidalgo, lógicamente el
simplismo. Estos períodos delirantes son orgánicos a la ideología
fundacional de la vanguardia y son una parte esencial de su poten-
cia de ruptura, la fuerza y la convicción del programa que tiene a
'lo nuevo' corno centro.
El Indice de la nueva poesz'a americana no puede leerse sino co-
rno manifestación, bajo la forma de antología, de la utopía van-
guardista: son los textos con los que se modifica la coyuntura esté-
tica. Podrá discutirse si todos responden de manera homogénea al
programa. U na respuesta afirmativa no sería del todo exacta, pese
a que Hidalgo ejerció una política de mano dura respecto de los
excluidos. Girando, por ejemplo, no integra la antología, porque
Hidalgo declara que dejó fuera a todo imitador de Górnez de la
Serna. Arbitrario y desparejo, el Indice puede leerse corno un esta-
do del arte poética én la coyuntura y, también, corno realización
de un deseo: las exclusiones e inclusiones diseñan un mapa litera-
rio que se legitima a sí mismo frente al pasado y que quiere excluirlo.
101
Reforma las relaciones literarias, propagandiza estéticas, propor-
ciona los ejemplos de cómo debe escribirse de aquí en más.
Los argentinos presentes en la antología son: Francisco Luis
Bernárdez, Borges, Brandán Caraffa, Macedonio Fernández, Jaco-
bo Fijman, Eduardo González Lanuza, Guillermo Juan, Ricardo
Güiraldes, Eduardo Keller Sarmiento, Norah Lange, Leopoldo Ma-
rechal, Ricardo Molinari, Nicolás Olivari, Roberto Ortelli y Fran-
cisco Piñero. Aparte de Girondo, hay otras dos ausencias significa-
tivas: Mastronardi y Raúl González Tuñón. No pueden ser explica-
das por motivos vinculados con fracciones del campo intelectual y,
en consecuencia, debe atribuírselas al juicio de Hidalgo. De todos
modos, no falta casi nadie. Están quienes, p·ara decirlo con Borges,
deben llevar a cabo primero una obra de destrucción:
11
Indice, cit., "Instantánea", pp. 98 y 99.
12
Tramos de "Apocalipsis" resumen este movimiento: "Cuando/ el jazz-
band de los ángeles/toque el fox-trot del juicio final/ y llegue Dios al galope
tendido/ de sus tanques de hierro/ estallen los soles /hechos dinamita viviente/
102
Si éste es uno de los temas de la r1ueva poesía, recopilada en In-
dice, el otro es el de la ciudad perdida que la literatura, especial-
mente la de Borges, inventa o reconstruye. Esta ciudad configura
otra dimensión del programa renovador. Borges llega a Buenos Ai-
res portador de esa buena nueva que es el ultraísmo; al mismo
tiempo trabaja con rastros (literarios y afectivos) del pasado. Su
poesía se inscribe en el cruce de una estética, una sensibilidad y
una escena urbana en proceso acelerado de cambio; su sistema de
percepciones y recuerdos lo vincula con el pasado; su proyecto
poético, en cambio, está tensionado por el partido de 'lo nuevo'.
Trabaja bajo el impacto de la renovación estética y la moderniza-
ción urbana: produce una mitología con elementos premodernos
pero con los dispositivos estéticos y teóricos de la renovación. To-
pológicamente, traslada el margen al centro del sistema cultural ar-
gentino y establece una nueva red de relaciones entre temas y for-
mas de la poesía. Inaugura el giro rioplatense de la vanguardia en el
nivel de la representación de la lengua oral, cuyo formato son, en
estos años, las imágenes ultraístas. Funda la centralidad del margen.
Los poemas reunidos en Indice despliegan varias de las líneas
renovadoras de los años veinte. No sólo porque ponen en funciona-
miento el sistema retórico del cubismo y el ultraísmo, sino porque,
como corpus demuestran la productividad de nuevos ideologemas
cuyas condiciones son las de la modernización urbana y la renova-
ción en su momento más intransigente. Pero esta vanguardia argen-
tina no tiene a la voluntad experimental en su centro, si se la com-
para con la producción de Huidobro o la de los brasileños. Su in-
tervención en la coyuntura estética se define por la diferencia res-
pecto del modernismo; su originalidad surge del cruce de ultraísmo
y poesía urbana. Sería exagerado afirmar que todos los poemas in-
cluidos en Indice responden a esta propuesta. Muchos realizan otra
mezcla menos eficaz: ultraísmo y viejos temas de la lírica subjeti-
va. Con todo, los textos de Borges y, luego, los de González Lanu-
za, Fijman y Güiraldes marcan el centro del territorio renovador.
Los manifiestos lo refuerzan.
La publicación de Indice de la nueva poesía americana es parte
de las confrontaciones culturales de los años veinte. Los poemas son
el aspecto pragmático de un conflicto que no podía resolverse s6lo
pragmáticamente. La novedad de la vanguardia (incluso su nove-
dad criollista) fue expuesta en sucesivos programas y manifiestos.
De allí la incisiva voluntad de intervención, probada por Borges en
Martín Fierro y Proa, la agresividad de González Lanuza, las polé-
y por los espacios,/ rueden oleadas de odios dispersos/ se enhebrarán las chi-
meneas y las torres/ en el agujero de la luna", Indice, cit., p. 105.
103
micas de Marechal sobre la rima y el ritmo, los lamentos de Güiral-
des sobre su soledad pasada y la amistad gentil que lo une a los jó-
venes, el culto y la repercusión de Macedonio, la militancia de
Girondo y el vitalismo de Norah Lange.
Nunca como en estos años, los escritores argentinos produjeron
tantos textos explicativos y polémicos, con una homogeneidad de
tópicos y una coincidencia de perspectivas que permite identificar
un corpus programático de 'lo nuevo'. Las líneas principales están
en Hidalgo, Macedonio, Borges y González Lanuza, y en los co-
mentarios sin firma que publicaron las revistas. Son años de ofensi-
va al cuartel general: se discute el fundamento de valor de los otros,
los viejos, los lugonianos, rubenistas o po·strománticos; se expone
el fundamento de valor de la nueva poesía.
Las fracciones del campo intelectual articulan, durante este lap-
so, propuestas diferentes y muchas de ellas van a convertirse en
líneas principales de trabajo en los años posteriores: la década del
treinta desarrolla lo adquirido e impuesto en la del veinte. Las pre-
ocupaciones intelectuales se han diversificado respecto del haz de
temas relativamente reducido del primer nacionalismo cultural.
Tanto desde el punto de vista ideológico como estético, los escrito-
res descubren nuevos fundamentos del valor literario: a la cuestión
de la identidad cultural, que preocupaba a sus antecesores inmedia-
tos, las fracciones de izquierda contraponen sus proyectos de re-
forma o transformación radical de la sociedad, y las estrategias de
la renovación o los recursos del realismo y el sencillismo. La frac-
ción puramente vanguardista esgrime 'lo nuevo' como razón sufi-
ciente para implantar su hegemonía, pero al mismo tiempo define,
desde ese eje, un nacionalismo cultural diferente. Los grandes cam-
bios en la cultura del período están relacionados con cambios en el
fundamento de valor, es decir en las diversas respuestas a la pre-
gunta: ¿qué legitima una práctica, haciéndola superior o preferible
a otras? El fundamento de valor establece la relación del arte con
la sociedad, diseña el universo de lectores, decide, dentro del mar-
co de la lógica literaria, la función social (heterónoma) del arte o
su derecho a la independencia (autonomía) respecto de cualquier
otra instancia exterior.
Podrían describirse tres formas del fundamento de valor en la
nueva literatura argentina: la que relaciona a la literatura con la pe-
dagogía social; a la literatura con la revolución; a la literatura con
'lo nuevo'. Pero, ¿cuáles son los rasgos de 'lo nuevo'?
En 1930, cuando !barra realiza un balance bastante articulado y
nada concesivo del ultraísmo ( dando a Borges un lugar central), 13
13María Luisa Bastos, en Borges ante la crítica; 1923-1960, Hispamérica,
Buenos Aires, 197 4, expone el balance sobre Borges que realiza la revJ.staMe-
104
agrega una opinión sobre el compuesto ideológico-estético que he
denominado 'criollismo urbano de vanguardia':
"Este nacionalismo artístico es, por otra parte, altamente moderno, -lo
único realmente moderno quizás de nuestro espíritu( ...) Este creciente
y organizado nacionalismo de los intelectuales va informando grande-
mente nuestra juventud literaria. El gran apóstol del criollismo es, como
no se ignora, Jorge Luis Borges: a su criollismo, el único entre nosotros
no informe o palabrero, se reduce la cuestión del criollismo literario: ni
Lugones, ni Carlos de la Púa, ni Jijena Sánchez le oponen al respecto ni
un argumento ni una obra."14
Toda una zona de 'lo nuevo' se articula con esta invención de Bor-
ges: 'lo nuevo' es también una relectura de la tradición, que ha si-
do posible porque se la cruzó con la textualidad de la vanguardia y
con un sistema reformulado de las literaturas extranjeras.
Pero circularon y fueron discutidas en Buenos Aires otras defini-
ciones de 'lo nuevo'. Con Huidobro, la vanguardia avanza una posi-
ción anticontenidista, que afirma, consecuentemente, la radical au-
tonomía del arte: el poeta suma al mundo una dimensión que, de
otro modo, no hubiera sido pensable. La novedad, como lo repite
Huidobro incansablemente no está en el tema "sino en la manera
de producirlo". 15 Es formal y, también por eso, Borges opone a
una estética de la mímesis una estética de la refracción: ''Sólo hay
pues dos estéticas: la estética pasiva de los espejos y la estética ac-
tiva de los prismas". 16 Y Macedonio reconoce una sola alternativa
literariamente válida:
gáfono, dirigida por Sigfrido Radaelli (n° 11, agosto de 1933): "El lector co-
mún de 1933 habrá sacado aproximadamente estas conclusiones: (. ..) a. que
Borges es un escritor importante, por eso se le dedica un número de la revista;
b. Borges vale sólo como poeta; pero su poesía está cayendo en cierto estanca-
miento retórico; c. Borges inició un movimiento de renovación de nuestra
prosa, pero al cabo de diez años de trabajo, y a los treinta y cuatro años, su
estilo es retórico, complicado y vacío; d. Borges no sólo carece de preocupa-
ción por lo humano sino que da la espalda a los problemas nacionales; e. Bor-
ges tiene una enorme inteligencia" (p. 117). Algunos de estos juicios llegaron
casi intactos a 1960.
14
La nueva poesia argentina, cit., p. 127.
15
Huidobro, Obras completas, Zig-Zag, Santiago de Chile, 1964, p. 686. So-
bre Huidobro me ha sido sugerente el libro de George Yúdice, Vicente Huido-
bro y la motivación del lenguaje, Galerna, Buenos Aires, 1978.
16
"Anatomía de mi Ultra", texto de 1921, reproducido en César Fernández
Moreno, La realidad y los papeles, Aguilar, Madrid, 1967, p. 493.
105
o información; 2. Ninguna sensorialidad, y 3. Ninguna otra finalidad
que sí mismo." 17
"La poesía lírica no ha hecho otra cosa hasta ahora que bambolearse
entre la cacería de efectos auditivos o visuales, y el prurito de querer ex-
presar la personalidad de su hacedor. El primero de ambos empeños
atañe a la pintura o a la música, y el segundo se asienta en un error psi-
cológico, ya que la personalidad, el yo, es sólo una ancha denominación
colectiva que abarca la pluralidad de todos los estados de conciencia.
Cualquier estado nuevo que se agregue a los otros llega a formar parte
esencial del yo, y a expresarle: lo mismo lo individual que lo ajeno.
Cualquier acontecimiento, cualquier percepción, cualquier idea, nos ex-
presa con igual virtud; vale decir, puede añadirse a nosotros ... Superan-
do esa inútil terquedad en fijar verbalmente un yo vagabundo que se
transforma en cada instante, el ultraísmo tiende a la meta principal de
toda poesía, esto es, a la trasmutación de la realidad palpable del mun-
do en realidad interior y emocional." 18
106
La utopía de la vanguardia tuvo una fuerza no sólo textual. Irri-
tantes, los manifiestos y las polémicas trazan una imagen contra la
que reaccionan los miembros de otras fracciones del campo. Los
manifiestos son la vanguardia tanto como los poemas mismos, por-
que tienen ese carácter absoluto y anticonciliador que marca el
proceso de renovación estética en los años veinte. Los manifiestos
dicen: los escritores jóvenes no tenemos otro fundamento que 'lo
nuevo', y no permitiremos que en otros lugares de la sociedad se
decidan las pautas de nuestra tarea. En este sentido, reivindican ra-
dicalmente la autonomía, afirman que el fundamento de su prácti-
ca está en ella misma, incluso en lo que todavía no ha sido escrito.
Parecen colocarse fuera de la sociedad y, sin embargo, es la socie-
dad y su colocación en ella la que hace posible su programa: 'lo
nuevo' es defendido precisamente por quienes están seguros de su
pasado, que pueden recurrir a la tradición y rearmarla como si se
tratara de un álbum de familia. Los que reclaman la novedad no
son los recién llegados. Los que defienden un fundamento ético o
ideológico exterior a la literatura, son también los que necesitan
un fundamento para ser aceptados como intelectuales legítimos.
La utopía que se lee en los programas de la vangardia funciona
como toda utopía: ampliando los límites de lo posible, confron-
tando la legitimidad estética e institucional de quienes piensan su
práctica más acá de esos límites. Liberando a la literatura de su
fundamento socio-ideológico, se ubican lejos del proyecto surrea-
lista de llevar el arte hasta los límites mismos de la vida. Por el con-
trario, estos vanguardistas del veinte hacen el gesto de separar vida
y literatura, aunque, como una marca siempre presente, nuevas
versiones de la cuestión nacional puedan leerse en sus textos. t 9
107
El texto colectivo con el que se abre la revista, firmado por sus
editores: Borges, Brandán Caraff a, Güiraldes y Rojas Paz, es una
definición de imagen, tareas, campo de alianzas y prospectiva. Un
tipo de texto, sin duda, canónico: anuncia los pactos fundadores
que impulsan el programa de renovación estética. Consciente de su
perfil generacional, la revista declara la independencia del grupo
respecto de los viejos maestros y registra los efectos de la guerra
mundial que ha convulsionado todas las estructuras e instituciones.
La hecatombe de la guerra hízo "posible por primera vez en este
país que una generación se formara al margen del mecanismo tute-
lar y de su ambiente".20 Esto afecta profundamente a las iniciacio-
nes literarias, ya que no son los grandes nombres de la anterior
promoción quienes consagran a los nuevos. Quizás por primera vez
en la historia cultural argentina, la consagración se produce entre
pares. A ello corresponde la escisión del campo intelectual en dos
grandes grupos que responden al principio de cambio o al de repe-
tición. El primero es inorgánico, hasta la aparición de Prisma, Ini-
cial, Martín Fierro y Proa; estas revistas y la actividad de sus pro-
motores permiten pensar en lo que Girando llamó el "frente úni-
co", centro de iniciativas intelectuales que aspiran a proyectarse
también sobre América Latina:
20
Proa, n° 1, p. 4.
21 /bid., pp. 4-5.
22 Raúl Crisafio anota este fenómeno: "La nueva poética se opone drástica-
mente al conjunto de la sociedad 'comercial'. Y se le opone, en más de un ca-
so subrayando ideas y sentimientos que ya estaban en el movimiento de la
Reforma Universitaria de 1918 ( ... ): denunciando el anquilosamiento de las
instituciones anacrónicas, parasitarias y miméticas; la aquiescencia de la po-
blación frente a la routine cotidiana y el consecuente rechazo de toda nove-
dad." En: "Boedo-Florida e la letteratura argentina degli anni venti",Mate-
108
Los directores de Proa consideran que su aparición forma parte <le
un 'deber colectivo', impuesto a una generación que, liberada por
la posguerra de sus tutores, está decidida a prolongar aquel "pri-
mer fruto del alumbramiento (que) fue la reforma universitaria".
Proa es un frente, como lo había sido la Reforma, caracterizado
por el espiritualismo, el espíritu renovador y el juvenilismo. Se di-
ferencia de Martín Fierro en la ausencia de facciosidad estética.
Por el contrario, Proa es explicativa y razonadora, aunque las inter-
venciones de Borges configuren tomas de posición oposicionales e
incisivas. El estilo moderado de Proa se vincula con la moral refor-
mista de su presentación: la revista quiere ser un espacio común y
no sectario:
109
mero, Luis Emilio Soto y Raúl González Tuñón firmen un peque-
ño texto donde se reconoce su pertenencia al consejo de redacción.
La marca de este espíritu no se borra en los números siguientes.
En el 10, Proa anuncia como noticia destacada, dedicándole tres
páginas, la fundación de la Unión Latino-Americana. Noticias ins-
titucionales de este carácter, en especial si pertenecen a la esfera
política, no abundan en Proa. La Unión Latino-Americana proyec-
ta en un plano continental el espíritu de la Reforma Universitaria.
Los fundadores incluyen a Brandán Caraffa, Palacios, Ingenieros,
Carlos Sánchez Viamonte, Bianchi y Julio V. González: la plana
más destacada de los intelectuales socialistas. Transcribo algunos
párrafos de la declaración, precisamente porque, ajenos a las preo-
cupaciones de Proa, son parte del clima en el que la revista aparece:
" ...El problema a que están abocadas las nuevas generaciones america-
nas, es, ante t'.)do, un problema de cultura. Las juventudes de América
deben propiciar el advenimiento de una nueva cultura, inspirada en los
descubrimientos más recientes del pensamiento contemporáneo, frente
a la cultura materialista de cuño yanqui y ante la inminente disolución
de la cultura europea. Reacción contra las corrientes de pesimismo inte-
11O
lectual surgidas en algunos grandes centros europeos. Afirmación del
principio y del sentimiento de la nacionalidad, en el sentido cultural y
elevado de la palabra, como una manera eficaz y concreta de que los
países iberoamericanos lleguen a constituir una personalidad vigorosa.
capaz de resistir a la absorción o a la disolución de culturas viejas o de
civilizaciones contrarías a nuestro espíritu."26
l 11
"Hemos querido, desde el principio, que Proa, haciendo justicia a su
nombre, fuera una concentración de lucha, más por la obra que por la
polémica. Trabajamos en el sitio más libre y más duro del barco, mien-
tras que en los camarotes duermen los burgueses de la literatura. Por la
posición que hemos elegido, ellos forzosamente han de pasar detrás
nuestro en el honor del camino. Dejemos que nos llamen locos y extra-
vagantes. En el fondo son mansos y todo lo harán menos disputarnos el
privilegio del trabajo y la aventura. Seamos unidos sobre el trozo insegu-
ro que marca el rumbo. La proa es más pequeña que el vientre del bar-
co, porque es el punto de convergencia para las energías. Riamos de los
que rabian sabiéndose hechos para seguir. Sus ataques no llegan porque
temen. Proa vive en contacto directo con la vida. Ha dado ya sus prime-
ros tumbos en la ola y se refresca de optimismo por su voluntad de ven-
cer distancias. Hoy quiere crecer un día más. Por eso le escribe a usted.
Dénosla mano de más cerca para ayudar a ese crecimiento."
27
A este continuum pertenece la por muchos motivos sorprendente Apologza
del hombre santo, que publica Enrique González Tuñón a la muerte de Güi-
raldes, en una edición obviamente financiada por su viuda a quien el autor se
dirige en la dedicatoria. Y también el poema de Raúl González Tuñón en el
número 7 de Proa. Se trata de una epístola poética dirigida a Güiraldes desde
Montevideo, a punto de embarcarse hacia Europa; el equipaje de Tuñón son los
112
Güiraldes es responsable, casi seguramente, del acento espiritua-
lista, también presente en las intervenciones de Brandán Caraffa,
quien las repite en Inicial. Por otra parte, los jóvenes de la Refor-
ma tenían relaciones incluso familiares con los escritores de Proa
(basta pensar en Macedonio y Gabriel del Mazo) y los socialistas
cultos y criollos que firman el manifiesto de la Unión Latino-Ame-
ricana se parecen poco a los hirsutos militantes de izquierda cuyo
origen era inmigratorio. Por algo, la empresa de renovación inclu-
ye, en su centro, rasgos de un nacionalismo cultural de nuevo tipo.
Borges le da escritura y tono a este tópico. Dentro de esta línea
pueden mencionarse muchos textos suyos publicados en Proa (des-
de un punto de vista crítico son importantes los que dedica a Ipu-
che y al Fausto), pero la carta donde declara su decisión de aban-
donar el barco exhibe las marcas más evidentes del cruce estilístico
de vanguardia y criollismo. Dirigida a Brandán y a Ricardo, cambia
la metáfora marina por una de tierra firme, en las orillas, y su jui-
cio final es criollo, como su paraíso:
113
"Y sin embargo ... Hay un santísimo derecho en el mundo: nuestro dere-
cho de fracasar y andar solos y de poder sufrir ( ...) Quiero decirles que
me descarto de Proa, que mi corona de papel la dejo en la percha. Más
de cien calles orilleras me aguardan, con su luna y la soledá y alguna
caña dulce. Sé que a Ricardo lo está llamando a gritos este pampero y a
Brandán las sierras de Córdoba. Abur Frente Unico, chau Soler, adiós
todos. Y usté Adelina, con esa gracia tutelar que es bien suya, déme el
chambergo y el bastón que me voy."28
114
tivas y propenden más a la ilustración de un lector en las nuevas es-
téticas, que a separar tajantemente el campo de los amigos y los
aliados. Didácticos y algo pedantes, los artículos de Guillermo de
Torre forman el vademecum explicativo, la guía azul para los
estantes de la biblioteca. Cuando Güiraldes escribe la nota biblio-
gráfica sobre Literaturas europeas de vanguardia, distingue bien el
perfil de de Torre, diferenciando sus intervenciones de la perspecti-
va de gusto adoptada por él y Borges:
115
"Mallarmé nos tiraba ideas madres a manos llenas.
"Laforgue nos parecía más que ninguno el que había vivido en estado
de gracia poética.
"Corbiere era algo aparte: literatura antiliteraria, exteriorización a pu-
ñetazos de una sensibilidad salvaje y llagada de dolores.
"De Isidoro Ducasse poseíamos un ejemplar que nos tirábamos unos a
otros a la cabeza como un susto. ( ...)
"Claudel, Verhaeren; dos grandes figuras del neosimbolismo ( digamos
así por no decir de otro modo) no nos acapararon. Religión, patria.
Queríamos letras por sobre todo. El escritor debía mostrarnos que el
arte era la médula de su vida."31
116
Por otra parte, son años de cercanía entre escritores y artistas
plásticos. La defensa de Figari y Petorutti es uno de los temas cen-
trales de las diferentes publicaciones renovadoras. La gráfica es
como la traducción: pone en escena el compromiso de los jóvenes,
lo hace inmediatamente perceptible, desde el momento mismo en
que la revista es hojeada por sus lectores. Frente a la acumulación
de texto sin blancos de Claridad y Los Pensadores (que tiene un
origen social), Martín Fierro disloca el plano tradicional de la pági-
na, y Proa exhibe su adhesión a los principios de una modernidad
estética más moderada. Los renovadores no creen que la gráfica
usurpa un espacio que debería estar ocupado por completo con .
escritura; no son económicos y no hay razón para que lo sean.
Si hay una política para la gráfica, también se propone, según la
expresión de Borges, "instigar una política del idioma".32 Pero, ¿a
qué remite una política del idioma y por qué sería necesaria? Tan-
to Borges como González Lanuza practican, por esos años, la re-
forma de la ortografía. 33 El manifiesto-proclama de Prisma fue
escrito según las nuevas pautas que Borges emplea en sus primeros
libros. Esta reforma de la ortografía tiene un lugar importante en
el proyecto de la vanguardia, aunque sólo la practiquen, y fugaz-
mente, un par de escritores. Supone, por un lado, una ruptura con
las normas ácadémicas, inscripta en el debate de la vanguardia con
España, que estalla en Martín Fierro, a raíz de la propuesta de Ma-
drid como 'meridiano cultural' de América Latina, y que Borges
remata en su respuesta a Américo Castro. Pero, más importante
aún es que la ortografía aporteñada significa un impulso de refuta-
ción de la norma lingüística que es paralela a la refutación de la
norma prosódica en la poesía. Tiene connotaciones ideológicas y
estéticas porque representa, gráficamente, la oralidad urbana rio-
platense, que Borges justamente trabaja en ese momento. Se con-
vierte en un gesto inmediatamente perceptible: no es necesario leer
los textos para captar la modificación; basta mirarlos en su mate-
rialidad gráfica. La propuesta, por lo demás, se origina en escrito-
res seguros de su fonética y' de su origen. Sería impensable entre los
recién llegados al campo intelectual, de ortografía indecisa, como
Arlt, o para quienes la práctica de la escritura es una adquisición
costosa y reciente. Como en Sarmiento, la reforma ortográfica es
un rasgo utópico y radical. Indica la profundidad y extensión de
otros cambios estilísticos, prosódicos y formales. No implica sólo
un esfuerzo de mimetismo respecto de la oralidad, sino, básica-
32
"El idioma infinito", Proa, n° 12.
33 Supresión de la d en el final de palabra; i por y en la conjunción y en el fi-
nal de palabra con diptongo; uso algo errático pero irreverente de la j y g.
l l7
mente una refutación de la norma en todos los niveles. El neocrio-
llo de Xul Solar es su realización más exasperada. 3 4
El problema de la lengua es uno de los centrales para la vanguar-
dia argentina, en primer lugar, porque también lo es para la socie-
dad: la lengua parece insegura no por razones de purismo castizan-
te sino por la situación de puerto franco, entrada inmigratoria, que
la ciudad adquirió en las décadas anteriores. Hasta el campo inte-
lectual está ocupado por voces que no pertenecen al registro larga-
mente adquirido de los criollos viejos. Junto a ellos, otras inflexiones
fonéticas aspiran y corroen la literatura. El debate con los puristas
tiene con Borges un irónico participante, que, al mismo tiempo, se
opone al lunfardo al que considera un híbrido del suburbio y la
inmigración:
118
"Lo que persigo es despertarle a cada escritor la conciencia de que el
idioma apenas si está bosquejado y de que es gloria y deber suyo (nues-
tro y de todos) el multiplicarlo y variarlo. Toda conciente generación
literaria lo ha comprendido así."36
36 /bid., p. 46.
37 "Grafomanía", Proa, no 11 y "De mi hemorragia del número 11", Proa, n°
12.
119
tos, es menos importante que el hecho de que los haya imaginado
y publicado. Ensanchaba el campo de lo que podía ser debatido y
permitía que el nacionalismo cultural tuviera una flexión formalis-
ta y estética en la vanguardia del veinte. La imaginación literaria se
liberaba del modernismo y aspiraba a redefinir el espacio de la líte-
ratura argentina.
120
CORE Metadata, citation and similar papers at core.ac.uk
Provided by DigitalCommons@Providence
Number 18 Article 12
Catorce poetas hispanoamericanos de hoy
1983
Part of the Fiction Commons, Latin American Literature Commons, Modern Literature Commons, and
the Poetry Commons
Citas recomendadas
Giordano, Jaime (Otoño-Primavera 1983) "Juan Gelman o el dolor de los otros," Inti: Revista de
literatura hispánica: No. 18, Article 12.
Available at: https://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss18/12
This Estudios y Selecciones is brought to you for free and open access by DigitalCommons@Providence. It has
been accepted for inclusion in Inti: Revista de literatura hispánica by an authorized editor of
DigitalCommons@Providence. For more information, please contact elizabeth.tietjen@providence.edu.
JUAN GELMAN Argentina, 1930
Jaime Giordano
State University of New York at Stony Brook
Introducción:
La poesía de Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) impresiona desde un
comienzo por su desfachatez, sus giros de bravata, su sensibilidad a los
dolores ajenos. Es una palabra que inevitablemente se constituye como un
impulso de ampliación de los horizontes semánticos del verbo lírico. Lo saca
de sus espacios subjetivos, lo desprende de cualquier forma cerrada de mundo
imaginario, lo abre a una realidad exterior que impresiona al hablante como
fuente de dolor o rabia.
Esta ampliación del espacio lírico está precedida por un énfasis, en su
primera poesía, sobre verbos de constatación perceptual: «Viendo a la gente
andar...»; «qué hermosos andar contigo». «Si estas cosas existen, si es que
están / golpeándote y pegando a tu sordera» . . . («Viendo a la gente andar...»;
«qué hermoso andar contigo». «Si estas cosas existen, tensión no parece
residir en el interior del lenguaje, sino en su relación con el mundo. Esta
apertura se conserva en sus más recientes poemas como los inspirados en
Santa Teresa1
O cuando el mundo le parece más ajeno a aquél al que está habituado, escribe:
«vuelo con vos sobre la dura / presentación de tus ausencias», que es su modo
de leer intertextualmente a San Juan de la Cruz [«comentario XXXI (san juan
de la cruz)]», id.
Es una clara evolución: un poeta que eleva su lenguaje desde la
comunión de dolor y rabia con el mundo, que instala después su ilusión en ese
mundo, y que sufre en los años siguientes la experiencia de una grave
desilusión vital. Es el periplo de una inteligencia poética de profunda
sensibilidad y bizarro acercamiento a la palabra, que vive intensamente las
etapas de descubrimiento del dolor, aparición de la rabia, presencia de la
derrota, supervivencia de la llama lírica en imágenes de ausencia:
El dolor de los otros sacude la sensibilidad del hablante de una manera tan
profunda que logra conmover las zonas más confesionales y explícitas de su
arte poética. Así, en el poema «Gotán», de Cólera buey:
basta
no quiero más de muerte
no quiero más de dolor o sombras basta
mi corazón es espléndido como una palabra
Este poema XXXIII de las «Traducciones . . . » es un rayo idílico, un descanso
en el peregrinaje, a la manera de Los versos del Capitán, de Pablo Neruda. El
amor se interpone entre el dolor del mundo y la sensibilidad del hablante.
Otra variación del tema, en el poema «CCLXI» de las «Traducciones», es
la blasfemia del hablante ante su propia poesía. Es otra manera de sentirse
momentáneamente liberado de la seriedad que ha debido soportar durante toda
su trayectoria creativa. Entonces descubre que en las palabras:
El martillo, que al principio de esta arte poética era blandido por la realidad,
ahora parece estar controlado por «lo que todavía habrá que morir y nacer».
Es evidente que los años de persecución y exilio han provocado esta
visión de una fuerza atormentada, pero que no ceja ni olvida. El hablante, aquí
como en Citas y comentarios (Madrid: 1982), parece agazapado a la espera de
lo que vendrá. Este último libro continúa una línea de profunda internalización
del dolor, y aunque siempre este dolor fue el del mundo, el de los otros (la
«muerte personal» es un simple detalle), ya ha llegado a integrarse en la
conciencia lírica de la poesía gelmaniana de una manera tal que se llega al
revés del ensimismamiento: el éxtasis gozoso y doloroso, como en los poemas
en diálogo con San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Estos poemas
resumen la presencia y el dolor desde todos los ángulos de la memoria y la
percepción, en una escritura dislocada y conflictiva que abunda en más pausas
artificiales que las que concede el metro, por ejemplo, el uso de la línea
oblicua. El dolor se unlversaliza, sin eternizarse; el dolor lo da su presencia y
su ausencia. Está ahí, frente al hablante, como una realidad, ya
confundiéndose con el amor:
Cada vez el hablante va usando de más y más preguntas. Pero cada vez
es más fuerte el rechazo a todo dolor:
Cada vez más las ilusiones tienden a desvanecerse, y a dar paso a otra
ilusión más profunda aún, casi mística: la reconcentración en el dolor, el culto
al sufrimiento, el éxtasis de la pena:
****
ANCLAO EN PARÍS
EN LA CARPETA
GOTÁN
XVII
con la madrugada
han empezado otra vez los ruidos en la casa
y es posible que sean los fantasmas o
algún ropero algún olvido que se desarman
¿será posible?
el finísimo ruido que hacen no me deja dormir
pero hoy también me sentí solo
en el pasillo donde nos desgarramos una vez
CCLXI
y no me quejo ya que
ni oro ni gloria pretendí yo escribiéndolas
ni dicha ni desdicha
ni casa ni perdón
RELACIONES
esa piedra ¿tiene que ver con él?
el hombre de la zapatería de enfrente ¿tiene que ver con él?
los millones de chinos indios angoleños que no conoce ¿tienen que ver
con él?
el sanantonio extraño bicho de Dios ¿tiene que ver con él?
CONFIANZAS
ARTE POÉTICA
EN LA FECHA
MADRES
en Oakland, 51,
uno de 15 hachó a la mama
como si fuera un árbol verde
y después le echó querosén
le prendió fuego calculando
que de ese modo no la vieran
y ella sacó fuegos internos
antiguamente conservados
para acabarse or irse como
su entrañita se lo pedía
NOTA XXII
huesos que fuego a tanto amor han dado
exilados del sur sin casa o número
ahora desueñan tanto sueño roto
una fatiga les distrae el alma
NOTA BIBLIOGRÁFICA
LEÓNIDAS LAMBORGHINI:
gauchesca, peronismo y
experimentación
Problemas de crítica y poética
20 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 21
9
Cf. los conceptos de polifonía y relación dialógica de Mijaíl Bajtín (1993): “Las
relaciones dialógicas pueden penetrar en el interior de los enunciados, incluso
dentro de una palabra aislada si en ella se topan dialógicamente dos voces (257). Si
bien los conceptos de heteroglosia y heterología son utilizados por Bajtín para
reflexionar sobre las relaciones de hibridación de las lenguas, en este caso particular
utilizamos los conceptos para referirnos a relaciones entre enunciados. Siempre
dentro del marco de la teoría bajtiniana, podemos afirmar que el discurso de
Lamborghini es pura “palabra bivocal”, es decir, palabra orientada dialógicamente
hacia la palabra ajena.
10
Ana Porrúa (2001), en el mismo sentido, señala que Lamborghini realiza una
operación de comentario y distorsión de “las tradiciones nacionales” (el tango, la
gauchesca, el discurso peronista).
22 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 23
curso peronista (trabajando sobre el canon y la estética litera- pienso y todo lo que siento es de Perón”, en EPELH, el yo poético
rios y la política en un solo movimiento). La forma enuncia su enajenación de manera fracturada:
conversacional, el vagabundeo11 y los ecos y enmascaramientos
del Martín Fierro son evidentes desde los primeros versos, pero por él
esta referencia y reelaboración se complementan con la impre- a él:
sión de las voces del peronismo posterior al 16 de setiembre de todo lo que tengo:
1955, día del golpe de la Revolución Libertadora e inicio de la de él.
proscripción. En Al público (1957) circulan no solo Fierro/El soli- todo lo que siento:
citante, Cruz/El saboteador, sino también las voces de los fusila- de él.
dos en José León Suárez, de los obreros descastados y las todo el amor de mí:
consignas del peronismo. a él.
Posteriormente, en la década del 70, el discurso peronista mi todo a su todo:
reaparece con fuerza12 en la reedición conjunta de El solicitante a él.
descolocado (1971: “Las patas en las fuentes”, “La estatua de la li- (1972, 55)
bertad”, “10 escenas del paciente”). En Partitas (1972),
Lamborghini presenta y establece uno de sus textos más repre- El tango también sufre transformaciones y descentramientos
sentativos y celebrados, en el que deja asentada y de manera aca- en Personaje en penehouse, en una disparatada reelaboración porno–
bada la técnica de la reescritura. Se trata de “Eva Perón en la melancólica. La gauchesca fue retomada como comedia con un fon-
hoguera” (EPELH), poema construido a partir de La razón de mi do de sexualidad (“La doma”, 1972), como reverso de “La refalosa”
vida (LRDV) [1951] en el que se ponen en crisis las certezas ideo- (“El consierto del bagual”) o como arte poética (“La ovejíada”).
lógicas y emocionales y valores del texto origen reescribiendo en Finalmente, nombramos como hito final, según la cronolo-
18 partes los 18 capítulos del texto de “Evita”. Si en LRDV “ni mi gía de sus últimas publicaciones, la reescritura del Siglo de Oro
vida ni mi corazón me pertenecen y nada de todo lo que soy o español. En El jugador, el juego (2007)13 se retoma lo esbozado en
tengo es mío. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que “Vuelo del alma y faconaso ‘e Dios” y reescribe de manera explíci-
ta –ya que consigna en un paratexto a autores y sus poemas
reescritos– a Quevedo, a Fray Luis de León, a San Juan de la Cruz,
11
“Yo había escrito, por decirlo así, un gauchesco urbano. Los vagabundeos de mi a Góngora y a Garcilaso.
personaje en la ciudad admitían un paralelismo con el matrerismo de Fierro”
(Lamborghini en Zapata, s/f). Y –agregamos– con Oliverio Girondo, con el Marechal
de Adán Buenosayres, con Urondo (Historia Antigua), y con otros herederos de la
tradición del flaneur en la línea Baudelaire-Benjamin.
12
“A mí la época me exigía hacerme cargo de la resistencia peronista y en la nueva versión 13
Como hemos dicho más arriba, el proyecto de reescribir culmina y declara su
(de El solicitante..., de 1971) ese tema fue más que un mero telón de fondo. Hubo “fracaso” en Odiseo confinado (1992). Posteriormente, LL siguió reescribiendo:
militancia, hubo compromiso, hubo equívocos. (Lamborghini en Zapata, s/f)”. Carroña…, El jugador…, otros.
24 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 25
14
Decimos “abusadas” porque queremos implicar un uso deshonesto, traidor,
manipulador, transformador de los géneros, las categorías, los conceptos, las figuras.
Como veremos en lo inmediato, la vinculación de la parodia con lo trágico.
26 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 27
y comentadas reflexivamente por el mismo poeta como primer dia, que cuando se repite lo hace como parodia (Cf. Marx)”
paso en el establecimiento crítico de su poética. (Lamborghini, 1995). Los gauchescos, en este sentido, son sus
maestros cuando explotan los matices que surgen de unir la risa
1.a.1. La parodia y la gauchesca y el dolor16. Lo primero como una forma que puede expresar lo
La parodia es la herramienta con la cual un autor “habla segundo, el dolor, evitando y enmascarando el llanto y el lamen-
mediante la palabra ajena (...) e introduce en tal palabra una to. El cruce de risa y llanto en la gauchesca es un contacto casi
orientación de sentido absolutamente opuesta a la orientación” inasible, instantáneo, tan sutil que generalmente se escapa. No
de esta. De este modo, la palabra es considerada una “arena de la obstante esta opacidad (Lamborghini no alcanza a explicarlo, los
lucha entre dos voces” (Bajtín, 1993, 270)15. En este horizonte, la ejemplos son abstrusos), es uno de los pilares teóricos de la crea-
ción y la reflexión de Leónidas Lamborghini.
voz de Lamborghini penetra en la palabra que no es propia –o en
A primera lectura, la risa y lo cómico estarían ausentes de
el tono, en el caso de la gauchesca– y la fuerza a servir el objetivo
obras como El gaucho Martín Fierro o los Diálogos de Bartolomé
de su proyecto, nunca idéntico al del “dueño primitivo”/autor
Hidalgo y omnipresentes en textos como Fausto de Estanislao Del
del texto origen o fuente. En ese cruce hostil de horizontes de
Campo. Sin embargo, leyendo a contrapelo, Lamborghini (2003
valoración, semánticos e ideológicos, el autor que invade la pa-
y 2008) encuentra comicidad en los diálogos insertos en coyun-
labra primitiva (la palabra parodiada) busca demostrar su false-
turas de miseria y exclusión, es decir, encuentra lo cómico en lo
dad y relatividad. Sin embargo, el alcance de la parodia puede trágico. En la obra de José Hernández, el sargento Cruz responde
fluctuar o trabajar sobre distintas intensidades: entre la parodia con una burla y un llamado de atención al lamento de Fierro, lue-
de la superficie –las formas verbales– y la parodia de fondo –“los go de escuchar el resumen de su tragedia: “Amigazo, pa sufrir /
principios profundos de la palabra ajena” (Bajtín, 1993, 270). han nacido los varones” (El gaucho Martín Fierro, I, X). A lo que
La parodia es una de las preocupaciones centrales de la pro- Fierro le responde –envalentonado– con la invitación de refalarse
ducción lamborghiniana, y está vinculada fundamentalmente a a los indios. O cuando Jacinto Chano cierra su argumentación
lo cómico pero también a lo trágico –en esto último, justamente, apodíctica y humorísticamente:
reside su originalidad: Lamborghini se refiere a la “parodia trá-
gica como risa conectada al horror, (...) la desdicha cantada y con- y mientras no vea yo
tada desde la diversión del tono del lenguaje, la parodia que se castiga el delito
anunciando la tragedia (Cf. Nietzsche); o la historia como trage- sin mirar la condición,
digo que hemos de ser libres
15
No obstante la consideración cerrada de la poesía lírica como monológica, cuando hable mi mancarrón.
monovalente y subordinada a los lenguajes y géneros “oficiales” de Mijaíl Bajtín (Bartolomé Hidalgo, Diálogo patriótico, vv. 180–185)
(quien consideró la novela como “aleph” dialógico y sincrético) (cf. Lachmann, 1997),
optamos por el marco teórico bajtiniano porque en su caso lo paródico no está exento
de responsabilidad ética y cognitiva frente ante los contenidos por parte del
parodiante. 16
Cf. Lamborghini 2003 y 2008.
28 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 29
También encuentra humor cuando en los momentos de ma- era su pena mayor
yor dramatismo se rompe la tensión y la gravedad del dolor me- el morir allá entre infieles;
diante la estilización17 –que es una forma de la parodia– con los sufriendo dolores crueles
recursos de la supresión, la apócope, la doble acentuación, la entregó su alma al Criador.
diptongación o el cierre de vocales, propios de la gauchesca. Véase (II, VI, 921–924, énfasis agregado)
la alternancia entre la lengua general y la estilización gauchesca
para quebrar la tensión dramática con la risa (o la sonrisa cóm- Pero no solo se trata de dialogismo y de lucha de dos voces.
plice de autor y lector): En la parodia también hay gusto por la mezcla, por el disfraz y
por el remedo. Una carcajada, una mueca fuera de lugar,
El recuerdo me atormenta, inapropiada, una manera de responder y agredir a un modelo
se renueva mi pesar; que se presenta como definitivo, cuando “la verdad de un modelo
me dan ganas de llorar, es su imperfección” (Lamborghini, 2008b):
nada a mis penas igualo;
Cruz también cayó muy malo –Ver el horror,
ya para no levantar. verlo en lo cómico
y ver lo cómico
Todos pueden figurarse en el horror: ese es el juego.
cuánto tuve que sufrir;
yo no hacía sino gemir, Lo que no es loco
y aumentaba mi aflición no es verdad.
no saber una oración (Lamborghini, “Lewis Carrol”, 2006)
pa ayudarlo a bien morir.
el dolor; parodia de fondo). Por ejemplo, en “El consierto del ba- (...) Y empieso por aclararle
gual” (1994, 28 y ss.): que jué consierto
e’ timbal...
–¿Y supo Y el cuerpo
lo del consierto de’ese sotreta
del condinao jué el timbal
del bagual?... ande sonaba,
–¿Un bagual la música ‘e percusión
dando un consierto? que’ el maistro
del garrote
pa’ diversión
–¡Y qué consierto, amigaso!
le arrancaba.
Con música angelical
de’esas que enyenan
Podríamos sustituir el concepto de parodia por el de estiliza-
los Cielos...
ción paródica, en el sentido de que el objeto de la parodia es un
estilo o un lenguaje social ajeno, consagrado, cristalizado. Pero
–¿No alusina, compañero?
en el caso de la gauchesca, hay un doble fondo, ya que la gauchesca
–¡No, qué cine,
en sí es una estilización paródica por parte de los mismos auto-
es rialidá!
res del XIX: letrados impostando la lengua rural.
Se lo cuento,
Es una herramienta para mellar la homogeneidad de las se-
usté me dice...
ries y los géneros y para contaminar la separación aséptica entre
–Cuentemeló que soy tuito la comicidad y su opuesto.
orejas para escucharlo... Esta herramienta de la parodia –o la estilización paródica–
–Y a lo mijor, puede verse en numerosos textos de Leónidas Lamborghini, te-
de’escuchar dioso sería enumerarlos o ejemplificarlos en esta instancia. Pero
hace cuenta que lo ve... no se trata de un “recurso” claro, limpio e identificable como
–Eso ya es alusinar! única herramienta constructiva de los poemas. Tal vez, a los fi-
–Güeno, cine o rialidá, nes prácticos, pueda tomarse como caso los poemas de Tragedias
amigo y parodias I (1994), en el que la herramienta de la parodia fuerza
se lo rilato... el género gauchesco.
32 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 33
18
Anacoluto: construcción imperfecta, agramatical de la frase, por cambiar de opinión
o de idea quien la pronuncia o por cambiar el enunciador. Similar o cercano al 19
Aposiopesis: suspensión del desarrollo de un enunciado por considerarse obvio en
solecismo (impropiedad sintáctica o semántica). su forma completa.
34 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 35
estos muñones (cf. El jugador el juego, 2007) y el testimonio del 1.a.3. El drama como estructura discursiva
fracaso de la poesía tradicional: “me he quedado muchas veces Abundan en la obra lamborghiniana los poemas dramáticos,
con el balbuceo, porque tiene una fuerza que no hay en la cosa en los que se establecen situaciones de tiempo y espacio especí-
escrita y redactada. (...) le da vida a la poesía” (Lamborghini en ficas y significativas de interacción verbal entre dos personajes:
Friera, 2005). los diálogos entre el Saboteador y El solicitante en El solicitante
También el balbuceo puede ser entendido como una forma descolocado, entre los gauchos de Tragedias y parodias, entre El
de respuesta en (o con) la voz del oprimido. La voz de un Letrista Proscripto y El Letrista Sesquicentenario en Partitas, en-
enunciador ilustrado que imita a la del iletrado: los gauchos de tre otros. De acuerdo con los testimonios metapoéticos del au-
Tragedias y parodias, los desocupados de El solicitante..., etc. La pre- tor, en lo que refiere a sus búsquedas estéticas en el diálogo
sión que ejerce el poder sobre los sujetos subalternos20 resulta- poético es inevitable revisar la teorización de T.S. Eliot en “Poe-
ría entonces en esa expresión imperfecta, incompleta, truncada sía y drama” (1959).
–que paradójicamente demanda más atención21, reclama un es- En el texto citado, Eliot distingue entre prosa, verso y habla
fuerzo interpretativo. ordinaria o corriente. La última es la que ocupa –en la creación
dramática– el “escalón inferior”, por sus “vacilaciones, su cons-
El balbuceo tante recurrir a aproximaciones, su desorden y sus oraciones in-
de un tema simple, conclusas” (Eliot, 1959, 71). Justamente lo que Lamborghini
que no se deja potencia en marcas verbales para constituir la identidad
completar nunca discursiva de sus personajes. Eliot argumenta, sin embargo, que
en esa flauta en la escena dramática el espectador no debe percibir la prosa
que alguien ensaya. dramática como “superior a la conversación ordinaria” (Eliot, 71),
“El ensayo” (Lamborghini, Encontrados en la basura, 2006) porque esto llevaría a la conciencia de la artificialidad, es decir,
de la voluntad de estilo. Esto lleva necesariamente a considerar
el estilo bajo o corriente de los dramatis personae no como una trans-
cripción o imitación directa (mímesis documental) del habla co-
tidiana, sino como un estilo (una retórica), que refuerza sus
20
Por subalternidad nos referimos a la subordinación de clase, casta, edad, género, marcas justamente en los elementos destacados por Eliot: las
etc., que resulta en una identidad sin poder de auto-representación. En otras vacilaciones, el desorden, las oraciones inconclusas (recordemos
palabras, y dejando de lado el marco teórico amplio de los estudios subalternos
(nuevos estudios culturales), “subalterno es una posición social que cobra cuerpo y lo desarrollado en el apartado anterior).
carne en los oprimidos” (Rodríguez, 2001: 8). Otra serie de tesis de Eliot merecen ser consideradas en rela-
21
“La subalternidad [es] una abstracción usada para identificar lo intratable que
emerge dentro de un sistema dominante X, y que significa aquello de lo que el ción a Leónidas Lamborghini: 1. cuando se despierta al receptor
discurso dominante no puede apropiarse completamente, una otredad que resiste
ser encasillada...” (Gyan Prakash, cit. por Rodríguez, 2001: 7). de la ilusión dramática –cuando se lo enfrenta deliberadamente
36 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 37
22
La lira es una estrofa de origen italiano de versos de arte mayor y menor que se 23
“Un cantor encopado,/ confinado en su hondón, haciendo arcadas...” (Encontrados en
compone de cinco versos de rima consonante con el siguiente esquema: 7a-11B-7a- la basura, 2006). Evidentemente, puede encontrarse en la primera lira –junto con lo
7b-11B, justamente el utilizado en este poema. escatológico– un eco de las invocatio de El gaucho Martín Fierro de José Hernández.
40 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 41
rre un grupo de obras. En otras palabras: el uso de un tópico pre- cha blanco! de Frantz Fanon), tardíamente llamada por el autor
sente y evidente a nivel de relato de obras canónicas; utilizado “reescritura intratextual” (cf. Lamborghini en Zapata, s/f). En el
como cita, metáfora y campo semántico en nuevos horizontes de segundo modo –como ejemplo sirva “Las patas en la fuentes”–, se
sentido. Por ejemplo, el tema del viaje (o “el vagabundeo”) en la trata de reescrituras “de primer grado”, o “reelaboraciones”. En
serie Odisea – Eneida – Divina Comedia – Martín Fierro – Odiseo confi- palabras del propio Lamborghini: “en mis reescrituras hay una
nado – Carroña última forma. intrusión violenta en el interior del texto del modelo, de su mate-
Odiseo Confinado es la odisea de un tipo que, encerrado entre ria verbal. El modelo es reescrito con sus propias palabras o en
las cuatro paredes de su exilio, resuelve “navegar” de mar-gen a otra combinatoria y otra sintaxis” (Lamborghini en Zapata, s/f).
mar-gen en las páginas de una revista cultural mexicana (a par- Transcribimos un caso de reescritura de segundo grado
tir de 1977 estuve exiliado 13 años en México) escribiendo en los (“reensamblaje”) de un soneto de Quevedo:
estrechos espacios en blanco que dejaban los renglones tipográ-
ficos. Nunca, sin embargo, me sentí más cómodo y con la seguri- de esotra parte en la ribera:
dad de llegar a buen puerto, a pesar de que mi nave, por otra alma desatada. venas que han. médulas: lo
parte, era una precaria birome (Lamborghini en Curell, s/f). ardido: gloriosamente
Es lo que el poeta hace con un tema dado por la tradición, y desatadas.
cómo esa recreación le insufla un nuevo valor a ese tema –que
corría el riesgo de constituirse en Modelo, en perder potencia la Llama que nada en agua fría
por repetición y cristalización. Es una forma de extratextualidad de esotra parte. la Llama: un
–fenómeno específico de la intertextualidad en el que se relacio- todo dios
nan textos de distintos autores, de acuerdo con las categorías de de esotra: el alma desatada
Genette en Palimpsestos. que fue prisión de
un Dios todo.
1.a.6. La reescritura
La reescritura es uno de los procedimientos fundamentales de esotra parte: el humor (...)
de la poética de Lamborghini, si no es el más importante y distinti-
vo. Reescribir es un acto de intrusión, mutación y permutación de (“Las dos orillas”, El jugador, el juego, 2007)
los elementos constitutivos de un texto; puede reescribirse 1) con
las mismas palabras del original o 2) en otra selección léxica y/u Cerrar podrá mis ojos la postrera
otra sintaxis. En la primera modalidad –el “reensamblaje”– “Eva Sombra que me llevare el blanco día,
Perón en la hoguera” y “Villas” son casos y modelo de reescrituras Y podrá desatar esta alma mía
“de segundo grado” (de La razón de mi vida de Eva Perón y de ¡Escu- Hora, a su afán ansioso lisonjera;
42 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 43
§ “El consierto del bagual”: “–¿No alusina, compañero? / – Desde el reír, lo trágico mirado;
¡No, qué cine, / es realidá! (...) –Y a lo mijor, de’ escuchar / la tragedia que empieza en la parodia,
hace cuenta / que lo ve... / –¡Eso ya es alusinar! / –Güeno, sigue en caricatura y da en grotesco.
cine o realidá, amigo / se lo rilato...” (28), En este texto,
además del tono y los recursos humorísticos citados, se La tragedia que cede su lugar
presenta el dolor y la crueldad –la tragedia– en una rever- a esas tres formas y, con ellas,
sión de “La refalosa” (Ascasubi): “Y era una furia / el soni- se confunde en violento carnaval.
do / de palos, / de garrotasos (...) sobre el cuero / del bagual (La risa canalla, “La moral del bufón”,11)
(...) Sangre y pus / que lo esmaltaban / habían formao /
una ciénaga. / Y el pérfido / del bagual / parecía / una pin-
48 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 49
do de la historia, a la manera del diálogo entre Martín Fierro y 1.b.4. Textos paródicos
Cruz en las duplas Solicitante–Saboteador y los Letristas, o bien El concepto de parodia, como vimos arriba, es complejo. “La
como recurso narrativo–expositivo, a la manera de los diálogos parodia es siempre una relación de semejanza y contraste con
de Bartolomé Hidalgo, en los poemas-payadas de Tragedias y pa- un Modelo determinado” (Lamborghini, 2003), es una relación
rodias. que escapa a la definición tradicional de “relación burlesca”.
Ejemplos: el diálogo rápido y humorístico de “El mate de’ Lamborghini –de acuerdo con sus testimonios–, la entiende
Estanislao”, “Ceremonia y bailongo” y “El jogón”; el diálogo en como “burla y risa del Modelo”; como una burla distorsiva, que
prosa de “La cura’ el mate” y “El jolgorio ‘e la creación” (Tragedias descascara toda pretendida seriedad y perfección. Pero también
y parodias); la estructura dialógica de “El solicitante descoloca- se trata de la relación y unión de risa y dolor, que termina evolu-
do” (intercambio cuasi monológico entre el Solicitante y el Sabo- cionando de forma dramática –por la violencia, por la tragedia,
teador); el intercambio del peronista “amurado” y del peronista por el horror– en grotesco. Superada la instancia de la parodia
de las consignas entre El Letrista Proscripto y el Letrista del como herramienta, veamos cómo funcionan los textos paródicos.
Sesquicentenario (“Payada”, en Partitas); la payada Martín Fie- En Tragedias y parodias (“Estanislao del mate”, “La ovejíada” [Ars
rro–El Moreno en El riseñor. poética], “En la laguna” [editados en 1994, escritos entre 1977 y
Es decir, no se trata de la incorporación con fines retóricos 1990])25 se condensa y se potencia la parodia de los gauchescos,
de un apóstrofe lírico o de una segunda voz, sino de una forma en una metaparodia que remeda a aquellos, resaltando la actua-
de articular dos voces contrapuestas o complementarias que en lidad de aquel procedimiento. Su visión particular de la
los casos más densos –en los que cada voz aporta un perfil psi- gauchesca (cf. 2003, 2008) es la de un arte “bufón, arte payaso
cológico-existencial en el marco de la historia y la política– se como hay pocos, género bufo, distorsivo”, que denuncia la in-
enlaza en un contrapunto de conciencias diferenciadas. Curio- justicia y la crueldad entre lágrimas y risas, “entre muecas
samente, Lamborghini extrae de Eliot, sesgadamente, un rasgo payasescas y guiños cómplices”; que alterna la bravura con la
de estilo para la construcción de su poética. En la conferencia queja y la lástima (2003). En otras palabras: ver y relatar lo trági-
“Poesía y drama”, recurrentemente citada por el autor de Partitas, co desde lo cómico, mediante diálogos cargados de humorismo,
Eliot se refiere a la materia lingüística del drama, y plantea la en situaciones nefastas.
diferencia entre el verso dramático, la prosa y el habla corriente, Para Lamborghini, Martín Fierro es “un bufón pero sus
abogando por naturalizar la poesía en el mundo no-poético, del bufonadas viviseccionan la mentira del Sistema” (2003). También
que el habla corriente se desprende y al que pertenece. Pero es crítico el lugar que ocupó progresivamente el poema, que cre-
Lamborghini extrae además de este texto la idea de que el verso
dramático es más transparente que el verso lírico, es decir, mues-
tra un interés por el verso en contexto dramático, pero produci-
25
Los gauchescos “vieron en las posibilidades de lo Cómico la fundamental de dar
do desde el modelo de la prosa y del habla corriente. expresión profunda y verdadera, expresión en el límite, al dolor humano” (p. 7, 1994).
52 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 53
cía amenazando el ámbito de la poesía culta, “riéndose del Mo- desarrollan una relación: el consierto de marras, estructurado in-
delo y de sus aduladores” (2003): cluso en “alegro, adayio”, es un concierto de “los palos que le
partían el cuero al animal” en la doma brutal: “Sangre y pus / que
Canta el pueblero... y es pueta; lo esmaltaban / habían formado / una ciénaga”; “y era una furia /
canta el gaucho... y, ¡ay Jesús!, el sonido / de palos / y garrotasos”. Este viraje hacia el horror se
Lo miran como avestruz, aleja de la parodia por la tangente de la crueldad hacia el grotes-
su inorancia los asombra; co y lo trágico (“Cuando espiró / en medio el charco, / aquel cuer-
mas siempre sirven las sombras po / ansí achicado / se convirtió / en un niñito...) y remata en la
para distinguir la luz. tangenciación (la regurgitación de y hacia un tema o tópico):
(Martín Fierro, 49-54)
Y tenía
En “La refalosa” (Ascasubi), Lamborghini ve el horror mos- Los ojos celestes
trado desde lo burlesco. En una inversión deconstructiva, pro- como potriyito
pone al Fausto (Del Campo) como la burla suprema: la supuesta zarco…
inocencia del gaucho Anastasio le muestra en realidad a la socie- (“El consierto del bagual”, 1994).
dad letrada y culta su esnobismo, su inadecuación, su condición
pueblerina. Cuando el Modelo es tomado en solfa, se lo neutrali- Había un gringuito cautivo
za o populariza. que siempre hablaba del barco
Ante el castigo de la risa, la perfección y la seriedad se trans- y lo augaron en un charco
forman en impostura. La retórica e imaginería de Anastasio por causante de la peste.
(Fausto “la agarró [a Margarita] de los cuadriles”) sabotean la Tenía los ojos celestes
estética del texto original y su recepción, des–sublimando la ex- como potrillito zarco.
periencia y el prestigio de la ópera. “Risa que abre una grieta en (La vuelta de Martín Fierro, VI, v. 853–858)
la fachada de ‘lo serio’ cuando esto no pasa de ser más que una
impostura” (Lamborghini, 2008, 14). En el poema hernandiano el “cautibito” es ahogado en un
En “Vuelo del alma y faconaso ‘e Dios” se parodia a Santa charco; y el hijo de la cautiva por la que Fierro reacciona y desen-
Teresa de Ávila (“Vivo sin vivir en mí”): “...y está como china / cadena la peripecia del escape de las tolderías es muerto con
impasiente e’ dirse’ el rancho... // –Repitiendo y repitiendo / que crueldad26. Habría entonces un procedimiento de reescritura
“muero porque no muero” / y que “muero porque no muero”...
(17). En “El consierto del bagual”, dos paisanos, en diálogo, con 26
“Y por colmar su amargura, / a su tierna criatura / se la degolló a los pies. (...) / Esos
horrores tremendos / no los inventa el cristiano. / ‘Ese bárbaro inhumano, / –sollozando
porrón de por medio como dictan las convenciones del género, me lo dijo–, / me amarró luego las manos / con las tripitas de mi hijo.’” (VIII, 1115– 1128)
54 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 55
reelaborante al reunir en una sola dos figuras del texto fuente: el III. Crisis de los modelos
gringuito inmigrante –ahogado– y la cautiva –azotada y castiga-
da a garrotazos.
Gran parte de la producción de Leónidas Lamborghini es En sus poemas más experimentales y osados no solamente
paródica, es decir con Bajtín, se apropia del discurso de otro con se trata, como paso final antes del salto al vacío, de la inversión
una intención valorativa diferencial. Es una escritura cuyo refe- (e indistinción) del modelo en caricatura, sino también del paso
rente es otro discurso. Esta orientación hacia la palabra la aleja de la metáfora y la imaginería como sustentos de legibilidad de
de la densidad mundo y las cosas, y el lenguaje trabaja, se repre- la poesía a una confrontación y revulsión de discursos como
senta, se comenta a sí mismo. La reescritura –representación tema y forma. La puesta en crisis de los modelos tradicionales
aviesa de un discurso preexistente– es así una manifestación de y de los tonos de la lírica, la reescritura y la tangenciación, las
la parodia en sentido amplio. Considerada en ruptura con el re- flexiones de la voz –el dolor, la risa, el horror– desembocan,
ferente “mundo” y alojada en un universo discursivo cerrado:
necesariamente, en la destrucción no solo de la lírica moderna
tema–variación, modelo–copia, etcétera.
sino también, paradójicamente, en la dilapidación de la propia
voz poética.
Perder la voz buscando una voz.
El abandono de la sintaxis y de la gravedad del poeta de
cuño romántico, la irreverencia ante los modelos canónicos y
las tradiciones discursivas nacionales, la intertextualidad (la
alusión y la cita) como impureza, la recurrencia del muñón y el
balbuceo, la parodia y el grotesco, todos llevaron a Lamborghini
al abandono casi total de la forma (al menos de las formas tra-
dicionales o reconocibles) y a la destrucción de su propia obra
como búsqueda de una nueva forma de expresión. En Carroña
última forma (CUF) el autor tasca pasajes de obras de diferentes
etapas y destruye el verso, la palabra y la sílaba; por lo tanto,
logra la demolición de las categorías de rima, ritmo, métrica y
estrofa. Carroña... está dispuesto, sin ser poesía visual, como
largas tiradas verticales de letras, a veces sílabas, menos veces
palabras, en columnas zigzagueantes o rigurosamente rectas e
ininterrumpidas, sin marcas paratextuales, casi sin marcas de
56 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 57
puntuación, muchas veces sin marcas de distinción entre una 1. Procedimientos: la poesía viral
palabra y la siguiente27:
La poética viral es resultado de procedimientos guiados por
...na- –de :–hu la búsqueda martinfierriana de “romper el estrumento”.
-di- do. y Utilizamos el concepto de ‘procedimiento’ para referirnos a
–e– te en un método de ejecución de operaciones estructuradas. Este régi-
–sa cla. do men de acciones relacionales delinea un cuerpo poético particu-
–le– m por lar: un reflejo parcial, fragmentario de distintos conjuntos de
–de– ent deb poemas reunidos en diferentes libros. Tal vez haya que recurrir a
–la– e. ajo esta supra-categoría (meta-herramienta) para ordenar una meta-
–vi– –¿qu de serie de textos de distintos volúmenes de distintas décadas. Es
–da– é las decir, la viralización de la poesía como una de las principales ope-
–vi– hac mes raciones experimentales sobre lo formal que dominan su obra,
–vo– er?... as dentro de la cual contamos con las siguientes herramientas: el
(CUF, 100) (CUF, 28) (CUF, 57) muñón, el balbuceo, la reescritura, la búsqueda combinatoria.
En el marco del estudio de los procedimientos e instrumen-
Porque también cuando la ruptura se instala, se pierde el tos retóricos de la obra poética de Leónidas Lamborghini, el vo-
goce, el goce de estar a la intemperie ahí, con el Modelo patas lumen Carroña última forma (2001), una summa de
experimentación28 y de problemas críticos, se muestra como un
arriba y la pregunta: ¿cómo se arma ahora de nuevo? Y estás en
desafío para la tipología de los géneros y para los estudios
una intemperie (...) El sistema dominante es la sintaxis dominan-
poetológicos de la poesía contemporánea.
te. Entonces vos operás sobre la sintaxis del sistema dominante
Los caminos experimentales recorridos por Lamborghini en
y ahí empieza la ruptura necesaria. Porque eso es lo que no te
cinco décadas de producción –pensemos en reescritura, parodia
aguantan (Lamborghini en Raimondi, 2007).
y grotesco principalmente– desembocan en un atípico procedi-
En ese confín (de la mudez, de la disolución) sitúo a lo mío.
miento: lo hemos llamado “viralización” de la poesía.
... lo que he buscado desde el inicio, es romper el “estrumento”
De acuerdo con el modelo de los virus biológicos, este pro-
(Lamborghini en Curell, s/f).
cedimiento opera desestabilizando un sistema (el literario) y con-
28
Nos hemos referido a ‘experimentación’ en el sentido de Padín (2000): “Se entiende por poesía
experimental toda búsqueda expresiva o proyecto semiológico radical de investigación e
27
Este procedimiento formal había sido iniciado en Verme y 11 reescrituras de Discépolo. Justamente, invención de escritura … en sus múltiples posibilidades de transmisión, sobre todo a través de
el zigzagueo de algunas columnas hay que entenderlo gráficamente: “verme” significa gusano códigos alternativos, cuanto en la variedad de su consumo o recepción”. Hemos reflexionado
u oruga en latín. sobre este tema en Vera Barros 2015 y 2020.
58 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 59
tagiando cuerpos (distintos corpora poéticos y narrativos). Se los problemas del estilo y de la política fueran una sola cosa a
manifiesta en la presión y posterior ruptura de los modelos y resolver” (Lamborghini en Zapata, s/f). En los 70, “La ideología
tonos discursivos (los fuerza hasta el límite de su identidad), en (...) ahí está hecha... se ha procurado que no invadiera. No está
la fractura del verso y de la sintaxis, en la putrefacción y trans- utilizado ahí el poema, sino que (el texto) utiliza (la ideología)
formación de la obra. para meterla en la máquina del poema: asimilarla” (Lamborghini
La viralización y su resultado: los textos-carroña –es decir, en Raimondi, 2007).
cuerpo muerto en el que bulle la fauna cadavérica–, es el proce- Para Leónidas Lamborghini la Historia Política del país es la
dimiento central de una poética formalmente extremada que fuerza que encauzó su escritura y la determinó. Como “gesta”,
pone en entredicho categorías y convenciones: verso y estrofa, la como búsqueda de respuestas a los conflictos sociales y políti-
métrica, la noción y dirección de lectura, la posibilidad de la cita cos, esa presión resultó en distintos métodos creativos (entre
y la práctica de la marginalia, y el concepto de autor y de poema. ellos, la violencia sobre los tipos discursivos, sobre el verso, la
Como hemos visto, con el procedimiento de la reescritura y sintaxis, etc.) y resultó también en una actitud: el grotesco, la
de la parodia Lamborghini violentó textos ajenos: Hernández, caricatura y la parodia, que remedan y desautorizan al modelo,
La razón de mi vida, los tangos de Discépolo y sonetos de Quevedo, al sistema y al poder29. La convivencia crítica de estos elementos
entre otros. Y los textos propios, que a su vez fueron incómodos son presión y ahogo, pero a la vez una tarea y un destino. Declara
para el canon y reacios a las etiquetas organizadoras. Evitando Lamborghini:
la cristalización creativa y crítica de su obra, en el año 2001, cuan-
do le ofrecieron una edición de su obra completa (cfr. 11, 2001), La Política y la Historia del país vivida como cons-
Lamborghini esquivó el esclerosamiento con un “disímil collage tante presión sobre la escritura, encarnada allí como
de sus disímiles libros” (11, 2001): Carroña..., un corpus diferen- destino, como fatum contra el cual se lucha. Poesía, re-
te, imprevisto, tan interesante como desatendido. lato, narración en verso quebrado irregular y jadeo con-
Hay en este proceder una fuerza que degrada la materiali- tinuo, como síntoma de ese sobreesfuerzo en el que la
dad de la lengua y de las formas poéticas. Encontramos una serie voz emerge desde una situación de asfixia. Violencia
de factores en este proceso. contra violencia, transgresión por transgresión. En ri-
gor de verdad, más cercana o más lejana, la Política y la
Historia Política siempre han estado haciendo esa pre-
1.a. La política sión sobre mi trabajo (Lamborghini, “El poder de la pa-
rodia”, 1995).
¿Cuál es el peso de los contextos sobre su obra? ¿Cómo se
resuelve la política en la forma del poema? Ya en la década del 50
29
Esto se puede ver en numerosos títulos, como Tragedias y parodias (1994), La risa canalla (2004) o
Lamborghini se planteaba “una escritura política (...) en la que Personaje en penehouse (1999).
60 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 61
Esa búsqueda forzada por una “presión”, ese destino impul- denamiento mortífero de la sucesión almanaqueril en el tiempo
sado por la política y por el poder abandona por un tiempo bre- bajo (...) lapidario rótulo, elijo el disloque. La fractura...” (2001,
ve la parodia y se concentra en la materialidad de la lengua poética 12).
para radicalizar el balbuceo y el jadeo que había planteado ya en Sin embargo, no se trata de callar o de abandonar la escritu-
Al público (1957) y que se había estilizado y abandonado en un ra. “A un solo paso de mis obras completas me he visto en este
mismo movimiento en el poemario Verme y 11 reescrituras de cuerpo verbal en descomposición, como en una última forma de
Discépolo (1988). Carroña última forma (2001) es una representa- vida que, como tal, seguía bullendo” (Lamborghini 2001: 11).
ción lingüística del caos, de ruinas, de degradación. La figura que adopta entonces para reiniciar (o resetear) su
Yo creo que lo que ha buscado uno es siempre una violencia poética y para seguir habitando los márgenes es la carroña: la
sobre el lenguaje. Descargar la violencia de esta sociedad sobre muerte que genera vida, la degradación final del cuerpo que pro-
el lenguaje. Yo veo eso. Veo la violencia. “Miren lo que hicieron duce –y es huésped– de larvas y gusanos. La carroña como fuen-
ustedes: está todo roto”. (Lamborghini en Raimondi, 2007).
te de vida remite a la poesía de Baudelaire:
mente tensionada. O incluso descompuesta: la noción de “forma Pero Carroña última forma también es la exhibición de una
poética” está tan forzada y violentada que se llega al extremo de técnica poética; la forma surgida de la poesía-carroña obedece a
ponerse en entredicho la categoría de verso y de estrofa, la métri- una práctica específica. Como un virus, se corrompe a la poesía
ca, la noción y la dirección de lectura (por momentos se acerca a la como la conocemos (es decir, la tradición poética occidental mo-
poesía visual), la posibilidad de la cita y la anotación al margen. derna) y se inutilizan las posibilidades y libertades expresivas
Retomemos: el poeta pone a su obra previa a la publicación conquistadas por el verso libre. Como nueva poesía, estos son al-
de Carroña última forma en la situación de cuerpo muerto, de ca- gunos de sus atributos: es in-pronunciable, in-subrayable, in-
dáver... ¿un corpus obsoleto?, ¿una técnica rebelde y destructiva citable, in-anotable... “Yo en Carroña última forma jugué con eso
porque la reescritura se ha convertido en modelo? Responde también: un poema que no se pudiera leer” (Lamborghini en
Lamborghini a estas preguntas: “cuando la ruptura se instala, se Raimondi, 2007).
pierde el goce; el goce de estar a la intemperie, ahí, con el Modelo
patas arriba” (en Raimondi, 2007). Una manera caótica e irreverente de compendio de la propia
Ese cuerpo muerto debe recibir, como en el poema de obra…
Baudelaire, “un aliento vago”, “un soplo indecible” (souffle vague) Rastreando las huellas, se puede encontrar la interpolación
para vivir y multiplicarse. Este soplo inefable que revive es lo que de textos publicados anteriormente: encontramos en Carroña...
Lamborghini llama “el disloque, la fractura”. Expresarlos “es lo fragmentos de Partitas (1972), de Episodios (1980), de Verme y 11
que he venido intentando en todo lo que he hecho” (2001: 11). ¿Y reescrituras de Discépolo (1980).
cuál es el resultado de esos intentos, materializados en Carroña
última forma? …y nuevos ensayos de reescritura
No solo se compendia la obra pasada, sino que se agrega un
Una última y nueva forma trabajo inédito: la reescritura demencial [búsqueda combina-
La morfología del verso y el metro están quebrados hasta la toria] (como una partita musical o una jam session) de un frag-
mínima expresión. En algunos casos, el “verso” consta de un mento de Los siete locos de Roberto Arlt:
fonema, un sonido o un signo de puntación. Otras veces se trata
de solo una sílaba o menos (la formación de un “verso” con una Al abrir la puerta de la gerencia, encristalada de vi-
o dos letras que no alcanzan a conformar una sílaba). Una métri- drios japoneses, Erdosain quiso retroceder; comprendió
ca imposible, porque no existen las sílabas; “estrofas” que dibu- que estaba perdido, pero ya era tarde. Lo esperaban el
jan columnas tortuosas, ondulantes... como los gusanos del director, un hombre de baja estatura, morrudo, con ca-
cuerpo podrido, de la carroña, “del que salían negros batallones beza de jabalí.
/ de larvas que manaban como un líquido espeso / por aquellos
vivientes andrajos” (Baudelaire “Una carroña”: 1995). Lamborghini:
64 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 65
1.d. El virus
fectado) atenta con un sabotaje patógeno que encamina al siste- en definitiva, hay que desechar u olvidar niveles y componentes
ma huésped (el poemario, el compendio, la antología) a la des- que en el fondo están íntimamente relacionados con las leyes
composición, es decir, a la carroña (el cuerpo muerto que produce históricas de los géneros literarios, o incluso con la identidad de
la “fauna cadavérica”). los tipos discursivos (Cf. Todorov, 2004: 104)30.
Un procedimiento, entonces, de la descomposición (des- Por otra parte, se presenta un conflicto con los grados de
composición de la obra, del género, del discurso). Cuyo apara- figuralidad (Todorov, 2004). Existe una tipología y una termino-
to semiótico puede producir –como los sistemas virales logía de tropos y figuras tradicionales, pero cuando una relación
biológicos, mediante la réplica de sí y el contagio– la desestabi- de palabras no puede ser clasificada en una figura, como ocurre
lización y el mal funcionamiento del cuerpo “sano” –sea este el en Carroña, el trabajo retórico para describir esas relaciones ver-
poema-huésped, la poesía como género y hasta el lenguaje como bales se ve cancelado, porque lo literario se fuga de la gramática.
código. De allí esa retórica de la proliferación y la repetición, En otras palabras, el trabajo crítico de nombrar y caracterizar las
de lo discontinuado e incompleto que rezuma Carroña última nuevas figuras de la retórica ensayadas por los textos de
forma, artífice y víctima a la vez de su sabotaje al sistema de la Lamborghini –especialmente figuras de forma– se torna impo-
sible o al menos improbable, porque el lenguaje está pulveriza-
lengua.
do, reducido a escombros equivalentes a la mínima unidad
Sobre esta escritura autodestructiva cabe una serie de espe-
oponible del sistema (el fonema, la letra). Su poética busca en
culaciones. Si nos apoyamos en el registro testimonial
Carroña, por momentos, la inexpresividad por la autodestrucción.
metapoético –lo que el autor evalúa al observar los recorridos de
Esa destrucción se da en distintos niveles. En un primer ni-
su obra– podemos confirmar que se ha alcanzado un límite con
vel, el más breve (una tirada de 240 versos aproximadamente
Carroña…: “Hay épocas, ¿me entendés? Yo me doy cuenta de que
[2001: 59–64]), los versos de arte menor alcanzan cierta regula-
en lo mío hay épocas. Está la época del Solicitante, la experimen-
ridad (de 3 a 7 sílabas la mayoría). En un segundo nivel, los ver-
tación, hasta llegar a Carroña última forma...” (Lamborghini en
sos tienen la extensión de una palabra (2001: 77–78). Un tercer
Desiderio, 2005). Cuando Lamborghini dice “hasta llegar”, refie-
nivel trabaja con versos monosílabos y menos (sucesión de le-
re que esas palabras marcan un fin y un linde, que es el borde al tras menor a la sílaba: “y/apl/as/t/a/apl/as/t/a.” [2001: 79]). Cuar-
que su trabajo experimental (lúdico, creativo e ideológico) supo to nivel: los versos tienen la extensión de un fonema y menos: un
llegar. signo de puntuación (“l/a/f/a/r/s/a/l/í/r/i/c/a” [2001: 74]).
Hay un límite superado toda vez que los niveles de análisis Qué tan lejos llegó Carroña, y cuáles eran los pasos que ha-
(aspectos verbal, semántico y sintáctico, cf. Todorov, 2004) y el brían de seguirle. El reflujo experimental posterior a este libro
repertorio de la retórica dejan de ser pertinentes –y hasta
obsoletos– en el análisis, la descripción y la interpretación de un 30
Tipo discursivo: conjunto de propiedades del discurso literario (la poesía, la narra-
tiva, la crónica, etc.). Género: modelo histórico. Tipo de existencia histórica concre-
texto. Pero más importante aún: el conflicto con casos así es que, ta que participa en el sistema literario de una época.
68 TOMÁS VERA BARROS LEÓNIDAS LAMBORGHINI: PROBLEMAS DE CRÍTICA Y POÉTICA 69
tal vez obedezca a movimientos tentativos: “En el sentido de que Referencias – Primera Parte
no sabés a dónde vas. Rompiste con tus fórmulas y ahora hay De Leónidas Lamborghini:
una cosa desconocida, que vos no sabés. La hacés, pero no sabés carroña última forma, Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2001.
explicar bien. Incluso le podés dar una fundamentación, no digo “El gauchesco como arte bufo” en Historia critica de la literatura
teórica, pero digamos..., eso está saliendo ¿no?” (Lamborghini en argentina (T. 2): La lucha de los lenguajes, Emecé, Buenos Ai-
Desiderio, 2005). En el 2007, Lamborghini publicó el volumen El res, 2003.
jugador, el juego, que implica un retroceso. Este libro tiene 12 El jugador, el juego, Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2007
paratextos en los que fundamenta el abandono del camino que “El poder de la parodia” en La Política y la Historia en la fic-
lo había llevado a los textos-carroña. En estas 12 prosas/prólo- ción argentina, Centro de Publicaciones Universidad del Li-
gos hay también una revelación y una desazón: “¿cómo se sigue toral, Santa Fe, 1995.
avanzando hacia eso que nos estaba esperando como algo nuevo El solicitante descolocado [1971], Paradiso, Buenos Aires, 2008.
y era lo mismo de siempre?” (2007: 12); hay también una descon- Encontrados en la basura, Paradiso, Buenos Aires, 2006.
fianza en el procedimiento de la reescritura, lo ve como algo ago- Episodios, Tierra Baldía Buenos Aires, 1980.
tado y explotado hasta el límite de sus posibilidades; el Modelo, La risa canalla (o la moral del bufón), Paradiso, Buenos Aires, 2004.
confiesa, ha sabido resistir, y hasta vencerlo en algunas ocasio- Mirad hacia Domsaar, Paradiso, Buenos Aires, 2003.
nes... Lo que se resuelve en un consecuente desinterés por esa Odiseo confinado, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2005.
disolución de la forma que había alcanzado en Carroña. Lo mis- Partitas, Corregidor, Buenos Aires, 1972.
mo indican sus libros posteriores: en La risa canalla (edición defi- Personaje en penehouse y otros grotescos, Del Dock, Buenos Aires,
nitiva de Comedieta, 2004) y en Encontrados en la basura (2006) 1999.
campea un trabajo de regularidad y constancia a partir formas Risa y tragedia en los poetas gauchescos, Emecé, Buenos Aires, 2008.
poéticas tradicionales (tercetos de endecasílabos y alejandrinos Tragedias y parodias I, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1994.
y tetrasílabos, respectivamente). Verme y 11 reescrituras de Discépolo, Sudamericana Buenos Aires,
Si Carroña última forma (2001) demostraba la potencia 1988.
entrópica de la evolución de su poética, el paso hacia atrás de El
jugador, el juego (2007) puede seguir la lógica de una operación para
impedir el contagio descontrolado de una eventual mutación de Entrevistas:
su poética, es decir, la alteración y proliferación automática de su Desiderio J., Varela M. y Villa J.: “Leónidas Lamborghini: Medita-
sistema retórico. Pero también puede ser una respuesta a la pre- ciones del jugador”, Atmósfera. Revista Virtual de Poesía,
gunta de cómo reconstruir el modelo: “(de) estar a la intemperie, 1, mayo 2005.
ahí, con el Modelo patas arriba, (surge) la pregunta: ¿cómo se arma Friera, Silvina: “El poeta es alguien que le roba la palabra al si-
ahora de nuevo?” (Lamborghini en Raimondi, 2007). lencio”, Página/12, 14/12/06, Buenos Aires.
ALEJANDRA PIZARNIK: METAPOÉTICA Y EXPERIMENTACIÓN1
ALEJANDRA PIZARNIK: METAPOETIC AND EXPERIMENTATION
Resumen
En el polifacético estado del arte sobre la obra de Alejandra Pizarnik, la
generalidad de estudios eruditos, artículos y ensayos relevados arroja como
resultado que el material crítico sobre la obra poética de Pizarnik está polarizado
en el estudio de temas de la tradición romántica, de estudios de género y
abordajes propios del postestructuralismo. Ante este panorama, y de acuerdo con
nuestras hipótesis, es tarea pendiente una relectura de su obra lírica desde la
matriz experimental que tenga en vista los constantes accesos a la dimensión
metapoética. Con el objetivo de demostrar su proceso creativo como una
evolución experimental todavía inexplorada, este artículo se ocupará de los
poemarios primero y último de su carrera literaria: La tierra más ajena [1955] y El
infierno musical [1971].
Palabras clave
Literatura argentina – metapoética – experimentación – poesía - retórica
Abstract
In the multifaceted state of the art on the work of Alejandra Pizarnik, the
generality of scholar studies, articles and essays indicate that the critical material
on her poetry is polarized in the study of themes of romantic tradition, gender
studies and post-structuralism approaches. Given this background, and according
to our hypothesis, it is pending task a new reading of her lirical works from the
experimental matrix with close attention to the constant access to metapoetic
dimension. In order to stablish her creative process as an unexplored experimental
evolution, this article will deal with the poems of the first and last book of her
career: La tierra más ajena [1955] y El infierno musical [1971].
Keywords
Argentine literature – metapoetics – experimentation – poetry – rhetoric
Preliminares
Desafíos
El plano metapoético (seguimos la lógica de la función metalingüística de
Roman Jakobson, 1981) se presenta de distintas maneras en la obra pizarnikiana.
A pesar de que es patente ya en sus primeros poemas7, ha sido escasamente
atendido. Más aún: los escritos en prosa de Alejandra Pizarnik presentan un
desafío a los consensos crítico-historiográficos: la Prosa Completa (“completa” por
mandamientos editoriales del mercanon8), ordenada por criterios confusos
(Relatos, Humor, Teatro, etc.), muestra en textos inéditos de los años „63–64‟9 un
marcado interés por la lengua como instrumento. Así, la dimensión metapoética se
desarrolla en la obra de AP como caso modelo que reclama su puesta en valor
ante las lecturas temáticas de la poesía y los lugares comunes de la crítica.
Entonces cabe revisar, contextualizar y buscar un consenso crítico sobre la
centralidad de la dimensión metapoética en su obra. La escritura de diarios como
ejercicio y testimonio, las expresiones metapoéticas en sus poemas, las
reflexiones sobre la escritura en su prosa son prueba del lugar destacado de la
metapoética y del conflicto del paso de la escritura en prosa al verso. Esta
interferencia y diálogo de planos (o intermedialidad10), sumado al cruce de
lenguajes (escritura, pintura, música11) sugieren que la poética de Alejandra
Pizarnik debe recontextualizarse como una de experimentación.
“El infierno musical” (268) también puede entenderse como una Poética,
referida ésta a los escritos en prosa contemporáneos “escriborroteados”, como La
bucanera…:
Impuro diálogo
Un proyectarse desesperado de la materia verbal
Liberada de sí misma
Naufragando en sí misma
Bibliografía
Aira, César. Alejandra Pizarnik. Rosario: Beatriz Viterbo, 1998. Impreso.
Aronne-Amestoy, Lida. “La palabra en Pizarnik o el miedo de Narciso”, Inti: Revista
de literatura hispánica 18 (1983): 229–244. Impreso.
Bassnett, Susan. "Speaking with many voices: The poems of Alejandra Pizarnik".
Knives and Angels. Women Writers in Latin America. Ed. Susan Bassnett. London:
Zed Books, 1990. Impreso.
Buenaventura, Sandra. “Los perturbados entre lilas de Alejandra Pizarnik, entre
Beckett y Pizarnik ella misma. Reescritura y autoreescritura por anticipación”.
Réécritures VI. Paris: Crimic – Université Paris-Sorbonne IV, 2010. Impreso.
Dalmaroni, Miguel. “Alejandra Pizarnik: El último fondo del desenfreno”. La palabra
justa. Literatura, crítica y memoria en Argentina (1960–2002). Santiago de Chile:
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poesía argentina del siglo XX: Jacobo Fijman, Oliverio Girondo, Alejandra Pizarnik,
Leónidas Lamborghini. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2015.
Impreso.
1
El presente artículo es parte de una investigación sobre poéticas de experimentación en la
literatura argentina del siglo XX y reelabora pasajes de su tesis de doctorado.
2
Tomás Vera Barros (Argentina) es docente de la carrera de Letras de la Universidad Nacional de
La Rioja e investigador del programa Estéticas del CIECS Conicet. Es Doctor en Letras por la
Universidad Nacional de Córdoba. Entre sus publicaciones se destacan Estética de la imagen:
fotografía, cine y pintura (libro, antología de textos de Walter Benjamin) de la editorial La Marca y
Escrituras objeto. Antología de literatura experimental (libro, antología de AAVV), de la editorial
Interzona (ambas como compilador); Exposiciones. Metapoéticas en la literatura argentina (libro),
como editor; y La constelación experimental: estéticas y poéticas en la poesía argentina del siglo
XX: Jacobo Fijman, Oliverio Girondo, Alejandra Pizarnik, Leónidas Lamborghini, de la que es autor.
3
Sobre las distinciones entre vanguardia y experimentación, ver Romano Sued-Ré (2013), Kozak
(2013), Mendoza (2013), Vera Barros (2013).
4
Si bien el trabajo de Anahí Mallol (2003) se ocupa de la poética de Pizarnik como matriz de
lectura de escrituras posteriores como Arturo Carrera, Olga Orozco, Delfina Muschietti, María
Moreno, Diana Bellesi y Susana Thénon, los corpora con que pone a prueba sus hipótesis están
determinados por los criterios de “literatura menor” (“poemas–jardín”) y poesía “joven” (de los ‟90).
Otro caso que no llega a cruzar técnicas y tradiciones es el de Carolina Depetris (2004), que
cuando aborda el recurso de la jitanjáfora en las prosas de grotesco lingüístico de Pizarnik, aunque
menciona influencia de Lewis Carroll no establece relaciones funcionales con Oliverio Girondo (En
la masmédula recurre a la jitanjáfora, y fue leído con atención por AP).
5
Carolina Depetris, por ejemplo, revisa el estado de la cuestión y establece dos períodos críticos:
en vida (62–72) y postmortem (72–actualidad). Del primer corte, el problema es que se trata de
reseñas de amigos de la poeta. Y en la segunda, hay dos cuestiones que cristalizan el discurso
crítico: el peso de lo biográfico y la reiteración acrítica de ciertas constantes poéticas y temáticas.
6
Sobre estos problemas, ver Piña (2007) y Vera Barros (2015).
7
La dimensión metapoética está presente en AP desde sus primeros poemas editados en 1955:
“Tratando a la sombre roja”, “Mi bosque”, “Poema a mi papel”, entre otros.
8
Tomamos prestada la expresión de Susana Romano Sued (2010).
9
“Escrito en España”, “Descripción”.
10
Es decir, la “trasgresión de límites y fronteras experimentada por el arte y los sujetos que lo
crean y lo receptan … (que) provoca un cuestionamiento radical de la condición moderna de la
autonomía del arte” (Romano Sued 2006).
11
Podemos hacer dos comentarios generales sobre los cruces y citas (intertextos) del lenguaje
musical y del pictórico. Como ya se ha comentado en nota al pie, hay una estrecha relación indicial
y metafórica entre la obra de AP y la de Hieronymus Bosch (El Bosco, 1450–1516). Por una parte,
los títulos de sus poemarios son una cita fiel de los títulos de obra de Bosch: Extracción de la
piedra de la locura (1475–1480) y “El infierno musical” (1503–1510) (tabla lateral del tríptico El
jardín de las delicias). La representación del Infierno del panel derecho de El jardín… presenta un
conjunto compuesto por los tormentos sufridos por músicos, de allí que sea conocido como “El
infierno musical”. La composición se ubica debajo de la línea central y sobre la izquierda. Allí se
puede ver cómo los músicos son supliciados por instrumentos gigantes. El conjunto consta de un
órgano de manivela, una flauta, una cornamusa, tambores, un triángulo, libros de partituras. Los
músicos son atormentados, sodomizados, crucificados, aturdidos por sus instrumentos, en una
composición relativamente cerrada e independiente, cercana a la de los alcohólicos y los
apostadores. Por otra parte, el poema “Cold in hand blues” es homónimo de una canción de Jack
Gee y Fred Longshaw (1925), inmortalizada por Bessie Smith y Louis Armstrong. El tema de la
pieza es el del abandono del amado (“I'm gonna find myself another man, / Because the one I've
got has done gone cold in hand” // Me voy a buscar otro hombre / Porque el que tengo hace tiempo
11
que no me demuestra afecto ) como en el proyecto poético de Pizarnik, el abandono de la poesía
(“y qué es lo que vas a decir / voy a decir solamente algo”).
12
La constelación experimental (Vera Barros 2015).
13
La lucha de AP con la lengua poética es proverbial (cfr. los primeros años de sus Diarios). Esto
ha sido notado por críticos como Kamenszain (2007), Haydu (1996) y Depetris (2004).
14
En “Sacrificio e intertextos en la poesía de Alejandra Pizarnik” (Orbis Tertius, 1996, I, 1), Miguel
Dalmaroni analiza el problema del hiato arte–vida en el caso Pizarnik ante la tradición de poetas
suicidas y sufrientes (Nerval, Holderlin, Novalis.).
15
Nótense los epígrafes de Trakl y Nerval. Cfr. Dalmaroni (1996), Zonana (1997).
16
La poesía pizarnikiana deslizará, desde sus primeros textos éditos hasta los finales, reflexiones
estéticas sobre la escritura (sobre el lenguaje) y sobre sus poemas (sobre la lengua). Poco a poco
irá abandonando la lírica (que tematiza el mundo, lo real, la subjetividad) en pos de una
metapoesía (que tematice la escritura y el poema mismo). Correlativamente, pasará del verso a la
prosa. El proceso de abstracción irá desdibujando la herencia surrealista y romántica. El imperio de
la imagen y la metáfora será sustituido por la reflexión, por una poesía filosófica sobre la literatura y
la escritura. Sobre esta transición o evolución, ver La constelación experimental (Vera Barros 2015
109–144).
17
“Sábado 9 de agosto (1968). Lectura del art. de Blanchot sobre Freud. Los avatares de la
palabra errante, de la palabra inútilmente profunda. Describe mi conflicto esencial con el lenguaje.”
(455).
18
Los Diarios están marcados por un silencio político frente al contexto.
19
Dice en 1958: “Aunque yo quisiera tener algunas pequeñas verdades literarias, me sentiría más
segura de mí si las tuviera”. (Pizarnik, Poesía Completa 101)
20
En La constelación experimental (Vera Barros, 130-144).
21
Terminado entre fines del „69 y principio del „70 (Pizarnik, Poesía Completa 486, 492).
22
Las fechas de estas dos obras, que no están consignadas en la edición de la Prosa Completa de
Lumen, las tomamos de la Biblioteca de la Universidad de Princeton, Departamento de libros raros
y colecciones espaciales, División manuscritos.
23
Hay un puñado de textos como “Del otro lado” que gráficamente simulan versos y estrofas, la
organización espacial clásica de la lírica. Pero, sin embargo, son frases aisladas (versificación
irregular amétrica, cfr. Belic) en “posición–de” versos y estrofas.
24
“…esta melodía rota de mis frases” (Infierno Musical 271).
25
“Deseo hondo, inenarrable (!) de escribir en prosa un pequeño libro” (1/V/1966), “Deseo de
aprender el poema en prosa” (19/II/1968).
26
Hay una distancia en la escritura de la poesía y la escritura de la prosa, más allá de que en sus
libros de poemas, especialmente IM, publique textos en prosa. La escritura de la prosa es algo
cercano al concepto de escritura de Barthes en El grado cero…. Hay una distancia similar a la
diferencia entre estilo y escritura que hay en este Barthes. Entre lo necesario y lo urgente. Lo édito
y lo inédito. La libertad y el control.
27
No sólo en referencia al significante del título referido en sus diarios como libertinaje sintáctico,
sino también vinculado al homónimo tríptico de El Bosco. También homonimó con una pintura de
El Bosco su libro de poemas anterior, (La) Extracción de la piedra de la locura (1968), 1475 – 1480,
óleo sobre tabla, 48 x 35 cm, Museo del Prado, Madrid. La obra de El Bosco ya está presente en el
imaginario poético de Alejandra Pizarnik desde –al menos– 1963 (“Escrito en España” 2002 16).
28
1: rimas internas, epímone, homofonía, epizeuxis, asonancia; 2: aposiopesis, anacoluto,
apódosis
29
Hemos transcripto este selección de fragmentos de poemas consecutivos de IM, tedioso sería
relevar la totalidad de fragmentos. Como hemos comentado más arriba, IM está plagado de
fragmentaciones metapoéticas, inclusive el mismo diálogo “Los poseídos…”: “Yo estaba
predestinada a nombrar las cosas con nombres esenciales” (295).