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01 Vivir en el Nuevo Milenio

Nuestro tema de hoy es “Vivir en el Nuevo Milenio”, cómo prosperar en los tiempos difíciles
que tenemos por delante. Hoy vamos a hacer un viaje, un maravilloso viaje más allá de las
estrellas, en el espacio exterior. Se cumplían 500 años del descubrimiento del Nuevo Mundo. . .
1992. América celebraba sus 500 años. Pero a la vez, se iniciaba otro viaje de descubrimiento.
Ese nuevo viaje de descubrimiento comenzó cuando dos radio telescopios se inauguraron en
distintas partes del mundo. El 12 de octubre de 1992, en Puerto Rico, se puso en funcionamiento
un radiotelescopio de 305 metros de diámetro.

Comenzó a enviar sus señales al espacio exterior. En el mismo momento, en el Desierto de


Mojave, se puso en marcha un segundo telescopio. Ese telescopio, en la Estación de Rastreo
Goldstone, tenía mil metros de diámetro. Esos dos telescopios envían sus señales al espacio
como parte de un proyecto financiado por la NASA. Un proyecto multimillonario, un proyecto
que envía señales al espacio tratando de descubrir si hay alguien más allá fuera. ¿Hay alguien
más allá de las estrellas? ¿Hay alguien que tenga un mensaje de esperanza para la tierra? ¿Hay
vida inteligente en alguna parte?

Esas señales de radio operaban en bajas frecuencias. Eran señales de micro ondas enviadas desde
dos telescopios gigantescos con el deseo específico de atraer la atención de alguien más en el
espacio. ¿Hay algún mensaje de esperanza más allá de las a? ¿Hay vida inteligente en alguna
parte? Hagamos esta noche un viaje, un viaje al espacio exterior. Descubramos si se pueden
encontrar evidencias de vida inteligente allá fuera. ¿Hay vida en otros planetas? ¿Hay otros
planetas habitados? ¿Hay huellas en otros planetas? Los astronautas del Apollo 11, Buzz Aldrin,
Neil Armstrong y Alan Shepard, descendieron en la luna el 21 de Julio de 1969. Dejaron sus
huellas sobre la luna. Pero hoy vamos a hablar de nuestro vecino más cercano, que está a más de
300.000 kilómetros. Esta noche vamos a ir más allá de la luna.

Vamos a hacer un viaje que pasará por Marte. ¿Estás al tanto de algunos de los descubrimientos
sorprendentes que se han estado realizando en el camino del “planeta rojo”? Si has estado
mirando la CNN aquí en los Estados Unidos o alrededor del mundo, si has estado leyendo Time
o Newsweek, estás al tanto de que los científicos están considerando la posibilidad de que haya
vida en Marte. Los descubrimientos recientes han sacado a la luz en hecho de que pudo haber
existido vida inteligente en otro tiempo. Al menos eso es lo que dice un grupo de científicos.
Otro grupo les retruca, diciendo: “Bien, eso no es evidencia de que haya habido vida en Marte”.

La sonda (ese artefacto que se separa del cuerpo principal) aterrizó en Marte y regresó con
algunas muestras del terreno para que fueran analizadas por los científicos.

También trajeron algunas muestras de meteoros. En la pantalla puedes ver un meteoro de Marte.
Mientras estudiaban este meteoro en particular, los científicos notaron lo que podría considerarse
como evidencia de la existencia de vida en Marte. Advirtieron la presencia de glóbulos de
carbonato y se preguntaron: “¿Serán indicios de que alguna vez hubo vida? ¿Son formas
preliminares de la vida?” ¿Quedamos sin una definición? ¿Hay algún tipo de vida fuera del
planeta al que llamamos Tierra? ¿Hay vida inteligente? ¿No nos dejan los científicos más que
con teorías contradictorias? ¿O hay alguna evidencia más concreta que las evidencias de Marte?
Hagamos un viaje más allá de la luna, más allá de Marte. Esta noche los invito a viajar más allá
del sol, a 150 millones de kilómetros de distancia. Viajemos en el espacio exterior, a los límites
del universo. Viajemos hasta la estrella más cercana. ¿Sabes? La estrella más cercana se llama
Alfa del Centauro. Está a 41 trillones de kilómetros de distancia. Esa, damas y caballeros, es la
estrella más próxima. Al llegar allí aún estamos cerca del hogar. Estamos a 41 trillones de
kilómetros y todavía estamos cerca de casa. Me pregunto, “¿quién creó esas estrellas?” Me
pregunto, “¿quién creó y dio forma a las estrellas?” Me pregunto, “¿Es posible que los científicos
estén buscando formas de vida en Marte y otros planetas, cuando tienen abundante evidencia de
vida alrededor que la comunidad científica secular ha pasada por alto?”

El libro de Job (capítulo 22, versículo 12) dice: “¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo
encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están”. El profeta tenía mucha razón cuando dijo que
las estrellas están muy alto. Cuarenta y un trillones de kilómetros es una altura más que
considerable, ¿verdad? Pero los científicos de la antigüedad contemplaron el cielo y dijeron que
era posible contar todas las estrellas. Si lees algún texto científico de hace algunos siglos, decían,
por ejemplo: “Miren allá arriba… hay 5.119 estrellas”. Ahora bien, si dudas de las afirmaciones
de aquellos científicos primitivos, puedes salir afuera (siempre que no esté nublado) y dar un
paseo bajo el cielo estrellado. Podrías detenerte en algún lugar tranquilo y comenzar a contarlas.
Si cuentas 5.120, habrás visto una estrella de más. Si cuentas 5.118, te estará faltando una
estrella. Cuenta de nuevo. Los científicos primitives decían que habían 5.119 estrellas. Ni una
más ni una menos. Exactamente. Entonces se inventó el telescopio, y los científicos pudieron ver
algunas estrellas más. Pero hoy se puede ir a Monte Palomar en California, donde se encuentra el
observatorio que tiene uno de los telescopios más grandes del mundo, cuya lente tiene un
diámetro de más de 200 pulgadas. Por medio de este telescopio gigantesco, los científicos
pueden confirmar que lo que los antiguos creían que eran estrellas, en realidad son galaxias
enteras. El Dr. Yeaks dice que hay un millón de galaxias en la Osa Mayor. Jeremías lo dice con
estas palabras (Jeremías 33:22). “Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del
mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me
sirven”.

¿Cómo hicieron los profetas bíblicos para saber que las estrellas no se podían contar, cuando
hasta hace cuatro o cinco siglos los científicos decían que había 5.119 estrellas? Incluso hoy hay
científicos que dicen que hay 200 mil millones de estrellas, en la vastedad del espacio, en la
inmensidad del espacio.

Trata de imaginarlo. Galaxias, planetas y estrellas, que viajan por el espacio, algunas como
nuestro planeta se desplazan a 100 mil kilómetros por hora, cruzándose unos con otros. Me
pregunto, ¿quién creó las estrellas? ¿Quién las puso en movimiento?

Si una pelota pasara rodando en este lugar, nos preguntaríamos, ¿quién lanzó la pelota? Las leyes
de la ciencia nos dicen que no puede haber movimiento sin un iniciador de ese movimiento. No
puede haber diseño sin diseñador. ¿Quién fue el motor del universo? ¿Quién es el gran diseñador
de todas las cosas? ¿Quién mantiene a las estrellas en sus órbitas. Un científico dijo que los
millones de estrellas, planetas y galaxias parecen un molinete encendido. Son como esquiadores
celestes que se pasan unos a otros a velocidades increíbles. ¿Por qué la Tierra no choca con otro
astro destruyendo toda forma de vida? ¿Hay Alguien que sostiene las estrellas en sus manos?
¿Hay Alguien guiando al universo hacia su destino? De hecho, hay un Dios que sostiene al
universo en sus manos. Alguien dijo que si contáramos las estrellas, serían tantas como los
granos de arena que hay en las costas de todos los países del mundo. ¿Hay tantas estrellas como
granos de arena? La Biblia hace una afirmación sorprendente (Isaías 40:26): “Levantad en alto
vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus
nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio”. Doscientos
mil millones de estrellas, y el Creador del universo, el motor original, el Dios personal e
inteligente las conoce a cada una por su nombre. Y tampoco se ha olvidado de tu nombre, amigo.
El Dios del universo, ese Dios infinito, ese Dios que todo lo sabe, el Dios que tiene un propósito
para cada planeta, tiene un propósito también para tu vida. Si es lo suficientemente grande como
para guiar a las estrellas, también lo es para guiarte a ti. Si es tan grandioso como para dirigir a
las estrellas, también lo es para dirigir tu vida.

Supongamos que tú y yo estamos caminando, y que lo estamos haciendo en una playa. Cuando
estuve dictando conferencias ante un grupo de casi mil científicos en la ex Unión Soviética, les
hablé acerca del espacio, de la Biblia y de arqueología. Uno de ellos dijo: “Cuándo nuestro
astronauta viajó al espacio, no pudo ver a Dios. ¿Lo ha visto usted alguna vez, señor pastor? Yo
le respondí: “Bien, supongamos que estamos caminando por la playa, y aclaremos que no
estamos caminando hacia atrás (Siempre tenemos que hacer esta aclaración porque habrá quien
diga que vimos nuestras huellas porque caminábamos hacia atrás). Delante de nosotros hay tres
huellas marcadas en la arena. ¿No sería lógico pensar que, si hay huellas en la arena, es porque
alguien caminó por allí antes que nosotros? Aunque no hayamos visto a nadie, si hay huellas en
la arena… Dios ha dejado sus huellas en los cielos, en el universo, en la majestad y poder del
universo. No tengas dudas, amigo, de que están sus huellas en los cielos.

¿Quién mantiene la armonía del universo? El universo no nos muestra azar, ni caos, ni
acontecimientos accidentales y caprichosos. El universo revela inteligencia. El universo revela
un Dios creador que lo mantiene en equilibrio. Colosenses 1:16 dice: “Porque en él fueron
creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él”. Es el Dios inteligente, el que todo lo sabe, el Dios amante quien creó el universo, y lo
sostiene con sus propias manos. “Mundos Maravillosos”, un libro publicado por un grupo de
científicos, hace esta sorprendente afirmación: “Donde ves diseño, debe haber un diseñador.
Donde ves movimiento, debe haber algo que comenzó el movimiento. Donde vez diseño
inteligente, debe haber un diseñador inteligente”. Los científicos dijeron que la materia por sí
misma no tiene tal capacidad. Este grupo de científicos dijo que es la obra de un Dios
Todopoderoso e Inteligente.

Supongamos que estamos caminando por la calle, y tú me dices: “Pastor, ¿qué hora es?” consulto
mi reloj y te digo: “Algunos minutos pasadas las ocho… 8:12 en Florida”. Tú dices: “Es un reloj
hermoso. ¿Dónde lo consiguió?” Te digo: “Déjame que te cuente la historia: Yo iba caminando
por la calle, y hubo una gran explosión en una fábrica de relojes. Las agujas y los mecanismos se
acomodaron en su lugar, la botella de pegamento explotó y el pegamento vino volando por el
aire y dio contra la superficie de mi reloj, y en ese mismo momento los números cayeron en el
orden correcto, cada uno en su lugar: 1, 2, 3, 4, 5... Como por arte de magia una malla se adhirió
al cuerpo del reloj, gracias a la eléctrica y el calor. Levanté mi brazo y la malla cayó dentro, y
bien, ahí está desde entonces”. Tú me dirías: “¿De qué institución mental acabas de fugarte?”
Dirías: “¿De qué Estado vienes? ¿En qué país naciste? ¿Piensas que somos tan crédulos?” Pero
el universo es muchísimo más complejo que el reloj que tengo en mi muñeca, querido amigo. El
universo tiene muchísimos más detalles. El universo nos da evidencias a ti y a mi de que hay un
Dios en los cielos, un Dios sabio y poderoso Creador.

Napoleón era el conductor de Francia, un general francés de fines de 1700 y comienzos de 1800.
Cierta noche, Napoleón estaba en una embarcación en el Mediterráneo, y mientras navegaban,
sus soldados escépticos y ateos discutían sobre el tema. Decías: “Dios no existe, no hay
evidencias de la existencia de Dios”. Caminando por la cubierta del barco, Napoleón levantó su
vista a las estrellas y les dijo: “Caballeros, tengo una sola pregunta: ¿Quién hizo las estrellas?” Y
se fue a acostar, dejándolos con la vista fija en los cielos.+

Sí, damas y caballeros, los cielos nos indican que hay un Dios Todopoderoso. Los cielos nos
indican a ti y a mí que, detrás de todo eso, hay un Dios que sostiene el mundo en sus manos. El
libro de los Salmos dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra
de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No
hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz”. Puedes salir adelante en los tiempos difíciles que se
avecinan. Puedes salir adelante en las crisis de la vida, cuando tu vida de deshace en pedazos por
un divorcio, cuando tu vida es arruinada por el cáncer, cuando te ves atrapado por la pobreza,
cuando vives en un viejo y pequeño departamento en la ciudad. Podrás salir adelante en los
tiempos difíciles que se avecinan, porque puedes contemplar más allá de las estrellas, puedes
mirar más allá de los cielos, puedes mirar más allá de tu tristeza y las lágrimas de la vida, y sentir
que hay un Dios que creó el universo y quiere llegar hasta ti y tocar tu vida. Puedes dar gracias
porque este Dios que llama a las estrellas por su nombre, no se ha olvidado del tuyo, el Dios que
creó el universo con un poder tan inmenso también tiene poder para cambiar tu vida.

Job 22:21 dice: (léelo conmigo de la pantalla…) “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás
paz; y por ello te vendrá bien”. ¿Quieres estar en paz? ¿Te gustaría tener seguridad y certeza en
tu vida? No estoy hablando de ninguna experiencia emocional y sentimental a la que algunos
llaman religión. La Escritura dice “Vuelve en amistad con él” ¡Relaciónate con Dios! El Dios
maravilloso, el Dios poderoso, el Dios transformador, el Dios del universo. El Dios por cuyas
manos llegó a existir el universo entero. La naturaleza no sólo revela que Dios es todopoderoso,
sino que es sumamente inteligente. Sus obras no sólo revelan que es un diseñador infinito, sino
que ocupa y preocupa por su creación.

Contempla a la naturaleza. Por ejemplo, la Biblia dice en Génesis 1:1 (léelo conmigo…): “En el
principio creó Dios los cielos y la tierra”. ¡La tierra no evolucionó! No existe por mero accidente,
en absoluto. En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Cuando contemples la naturaleza
considera, por ejemplo, las mareas que van y vienen sobre la superficie del planeta. Al
contemplar la tierra recibimos evidencias del cuidado y el sostén divinos. Nos da evidencias del
amor de Dios. La Biblia dice que Dios colgó la tierra de la nada. El es el Creador. El colgó la
tierra de la nada. Fíjate cómo Dios gobierna las mareas: ¿Llegan hasta la costa de forma
desordenada? No. Vienen y van a tiempo. Las mareas de los océanos siguen un cronograma
regular. Ahí no hay azar ni caos, sino diseño. Las mareas fluyen según lo pautado. O considera el
sol. Si estuviera apenas más cerca de la tierra, el planeta se quemaría por completo. Si estuviera
un poco más lejos, la tierra se congelaría.

Como ves, mi argumento es sencillo. Todo lo que contemplamos, esté en los cielos, en el espacio
exterior, o sobre la tierra, no es parte del azar ni de la casualidad, sino de un diseño. En todas
partes del universo encontramos un diseño. Tomemos, por ejemplo, el ecosistema. La nieve cae
sobre las montañas. Luego, el sol la derrite. Los cursos llevan el agua a lagos y estanques, donde
se evapora y regresa a la atmósfera para volver a caer como lluvia, y traerle alegría y refrigerio a
la tierra. El ecosistema tiene un equilibrio perfecto. La naturaliza nos grita que “¡Hay un Dios!”
El agua es reciclada en forma continua. Aunque no seas consciente de ello, la nieve se derrite y
el agua se escurre entre las rocas, formando arroyos que desembocan en lagos cristalinos, y el
agua que sale por los grifos de tu casa, el agua que bebes en los dispensadores, se ha venido
reciclando durante siglos y es más antigua que las pirámides. El agua está en un proceso
permanente de reciclado. Cae, se evapora, desciende como nieve o lluvia, y la bebemos. Dios ha
diseñado un sistema para proporcionar el elemento a sus criaturas. Dios revela su interés y
cuidado por ti y por mí.

Tomemos el aire que respiramos. Respiramos aire, que está compuesto por cuatro elementos. El
aire que respiramos está compuesto por nitrógeno, oxígeno, argón y dióxido de carbono. ¿Qué
sucedería si la fórmula se mezclara en proporciones incorrectas? El aire nos indica que un Dios
todopoderoso, un diseñador maestro, un Dios inteligente ha preparado la tierra para que tú y yo
la habitáramos, y él mismo hizo la mezcla de los elementos del aire. Tal como lo dice la Biblia
(lee conmigo en Job 12:10): “En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el
género humano”. ¡Qué Dios maravilloso! El guía las estrellas. Cuelga los planetas en el espacio.
Le indica a las mareas hasta dónde deben llegar. Le dice al sol, ponte aquí. ¡Y el astro le
obedece! ¡Qué Dios extraordinario! Diseña un ecosistema perfecto, y la lluvia cae, y bebemos el
agua. ¡Qué Dios increíble! El desarrolló la fórmula química del aire. Yo puedo confiar
seguramente en un Dios tal. ¿Qué me dices tú, amigo?

¡Piensa en este Dios! El hace que los campos sembrados en toda la tierra florezcan y fructifiquen
produciendo alimentos, para que tú y yo podamos comer y disfrutar de la vida al máximo. Cada
vez que nos sentamos a comer una rebanada de pan, estamos ante un testimonio de la
providencia divina. Dios se interesa por nosotros. Nos da el pan material, nos da la abundancia
de la tierra, nos da los frutos de los árboles. Esos son dones, cada manzana que comemos es un
don de Dios. Toda la inteligencia humana no puede hacer que una semilla germine, no puede
poner vida en la semilla. Eso es un don del Dios vivo. Cada naranja que comemos es un don del
Dios vivo. El es Todopoderoso. Pero está interesado en ti, porque también es un Dios de amor.

Me enteré de que los científicos suizos suelen tomar copos de nieve para observarlos bajo el
microscopio. Y cuando lo hacen, los orfebres suizos sacan nuevos diseños y dibujos de esos
copos. Pueden hacerlo porque no hay dos copos que tengan exactamente el mismo diseño.
Entonces los joyeros tienen infinitos diseños para sus collares. El Dios que diseñó cada copo de
nieve ha diseñado también nuestras vidas de manera original. Tu vida y tus experiencias de vida
son diferentes de la persona que está sentada a tu lado. Pero el Dios que dio nombre a las
estrellas, el Dios que provee la abundancia sobre nuestro planeta, es el Dios que tiene un diseño
para tu vida. Ese Dios tiene un plan para tu vida, porque el diseño inteligente de todo el universo
nos revela la existencia de un planificador inteligente. Dios se interesa en ti, más de lo que
puedas imaginarte. En Job 12:7-9 dice: “Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te
enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; o habla a la tierra, y ella te
enseñará; los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas estas no entiende que la
mano de Jehová la hizo?”

Cuando consideramos la forma en la que Dios guía algunos animales, no podemos dejar de
sorprendernos. Algunas especies de peces nacen en un determinado lugar, luego viajan a través
del océano a miles de kilómetros de distancia, viajan más de 1.600 kilómetros y viven a cientos,
miles de kilómetros del lugar donde nacieron. Pero cuando están próximos a morir, algo los lleva
de nuevo al lugar donde nacieron, para morir allí. ¿Cómo hacen para saberlo? ¿Quién ha
programado sus cerebros para tener el instinto que los hace actuar de esa manera?

También tenemos a las mariposas. Observa el diseño de una mariposa. ¿Crees que ese diseño y
esa majestad ocurrieron por casualidad? De ninguna manera, mi amigo. Pero cuando las
estudiamos descubrimos que algunas especies de mariposas viajan hasta tres mil kilómetros para
llegar a lugares en los que nunca habían estado, para morir allí. ¡Quién guía a los peces, las aves,
las mariposas? ¿Quién los guía? Un Dios de amor.

Y ese mismo Dios te ama a ti. En los momentos difíciles puedes salir a flote si adviertes el
interés personal y el infinito poder y la sorprendente sabiduría de este Dios. De todas las
criaturas del universo, la raza humana es la más importante para él. Nos ha creado a su propia
imagen, nos ha dado mentes capaces de pensar y de razonar. Nos ha dado inteligencia. Sí, ese
Dios nos ha formado y moldeado. Podemos asegurarlo porque cuando contemplamos el espacio
exterior, vemos evidencias de que hay un diseño. Cuando contemplamos la naturaleza, vemos la
evidencia de que hay un Diseñador. Pero también vemos evidencias de diseño cuando
analizamos el cuerpo humano. Al estudiarlo, no vemos que haya sido meramente el resultado de
un tubo de ensayos en el pasado distante. Tomemos el corazón, por ejemplo. Es una bomba
viviente. Bombea 7.500 litros de sangre cada día.

Los latidos del corazón indican que hay diseño. Nos muestran la vida. Nuestros cuerpos físicos
nos indican que hay un Dios amante que se interesa por nosotros. Toma los pulmones, y sus
alveólos. Nuestros cuerpos filtran el aire que respiramos y lo libran de impurezas. Quien sabía
con anticipación que habría impurezas en el aire y diseñó un cuerpo con la capacidad de filtrar la
contaminación? Si no tuviéramos ese mecanismo de filtrado, seríamos mucho más vulnerables
ante las enfermedades. ¿Y qué decir de las impurezas en los alimentos? Tomemos los riñones,
por ejemplo. Tienen la capacidad de filtrar 1.700 litros por día. Una capacidad sorprendente.
¿Quién diseñó el corazón? ¿Quién diseñó los pulmones? ¿Quién diseñó los riñones? Un Dios que
se interesa. Un Dios que ama. Un Dios para quien tú eres muy, pero muy importante. Puedes
haber llegado hasta esta reunión sintiéndote desanimado. Anoche, antes de dormir, puedes haber
llorado mientras te preguntabas: “¿Habrá alguien que se interese en mí?” Y el universo te
responde, las estrellas te hablan esta noche, los planetas te dicen esta noche… la naturaleza
entera te habla a ti esta noche. En los momentos más oscuros, cuando tu esposo te abandonó por
otra mujer, cuando estabas llorando sin poder dormir a las dos de la mañana, cuando se te
diagnosticó un cáncer que te consumía la energía vital, cuando en lo profundo de tu ser sentías
que no le importabas a nadie, cuando te preguntabas “¿Habrá alguien que se preocupe por mí?”,
tu corazón, y tus pulmones, y tus riñones ta daban evidencias de que hay un Dios que te ha
formado.

Mira el cerebro humano. Cierta noche, di una conferencia sobre neurofisiología, hablando acerca
del cerebro. Dije que hay 14 mil millones de células cerebrales. Después de la conferencia, se me
acercó un neurólogo que estaba en el auditorio, un especialista en el cerebro, y me dijo: “Sus
cifras están equivocadas. El cerebro no tiene 14 mil millones de neuronas. Hoy sabemos, gracias
a los últimos estudios, que tenemos más de 50 mil millones de células cerebrales, o neuronas”.
Dije: “Oh, eso es fantástico”. En la siguiente conferencia dije: “Damas y caballeros, el cerebro
tiene 50 mil millones de células” Pero había otro neurólogo en la concurrencia. Al finalizar la
reunión se acercó y me dijo: “Usted aportó una cifra errónea, el cerebro tiene unos cien mil
millones de célular”. Yo le respondí: “Doctor, ¿las ha contado usted?” Dios nos creó como seres
inteligentes y racionales. Con cien mil millones de neuronas. Tenemos la capacidad de pensar, y
de razonar, y de incorporar miles de mensajes en la mente a la misma vez.

Pero, ¡espera un poco! Dios nos ha dado emociones. Tenemos alegría, y tristeza. Sentimos
temor, o tenemos paz. Somos seres emocionales. Donde hay diseño inteligente, debe de haber un
diseñador inteligente. Donde hay evidencias de un Dios que sostiene su creación, debe de haber
un motor primordial, un Dios personal que se ocupa de sus criaturas. Pero, ¡espera! Nuestro
cerebro indica, y nuestras emociones indican, que debe haber un Dios que puede amar, un Dios
que se interesa por nosotros. Al viajar alrededor del mundo, hay algo que me resulta obvio: en
todas partes, los hombres y las mujeres buscan vivir la vida en toda su plenitud y abundancia.
Cuando pienses en la vida, ese milagroso don que llamamos vida, amigo, mira los ojos de un
bebé, o a un bebé cuando está durmiendo. ¿A qué conclusión llegamos? Llegamos a la
conclusión de que la vida, en todo su esplendor, revela la existencia de un Dios amante, poderoso
y magnificente. ¿Puedes mirar a los ojos de un bebé, o a ese rostro sonriente y no pensar en que
hay Dios? Mira esta imagen, es la fotografía de un niño en la matriz de su madre unido por el
cordón umbilical. Mira esas pequeñas manos en formación, mira esos pies que se están
formando, mira la cabeza que se está formando. ¿Es todo por accidente? ¿Deberé decirle a ese
niño algún día que su vida no tiene más sentido que una lata de refrescos pisada por un camión,
que su vida es como una hoja movida por la brisa, que su vida es como un guijarro junto al mar?
¿Tendré que decirle a ese niño que no es más que piel que cubre huesos, que es un mero
accidente cósmico? ¿Eso es lo que tengo que decirle?

¡De ninguna manera! Puedo decirle que hay un Dios de amor que lo hizo y lo formó. Amigo,
cuando salgas fuera esta noche, y contemples las estrellas, recuerda que el Dios es está más allá
de las estrellas quiere que tengas una vida productiva, significativa y feliz. Ningún problema es
tan grande que él no lo pueda solucionar. Ningún desconcierto es tal que él no lo pueda aclarar.
No hay obstáculo en la vida que el Dios del universo, el poderoso, inteligente, increíble y
amoroso Dios no pueda sortear. En lo profundo de todo corazón humano está el deseo de adorar.
En todas las culturas del mundo se manifiesta el deseo de adorar, el deseo de estar en
comunicación con Dios. Como dijo San Agustín hace muchos años: “Señor, nuestros corazones
no encontrarán descanso hasta que puedan descansar en ti”. Fuimos hechos por Dios. Fuimos
hechos para estar en comunión con nuestro Hacedor. ¿Cuál es la razón por la cual muchas
personas están afligidas en su interior, la razón por la que muchos tienen ansiedad, la razón por
la que muchos recurren al dinero, al materialismo? Formamos parte de una generación centrada
en el pecado, saturada de emociones, con la moral distorsionada, materialista, orientada hacia el
sexo… Hombres y mujeres van de aquí para allá en busca de soluciones para sus problemas.
Pero la buena noticia es que hay un Dios amantes que se interesa por nosotros, y nos dice en 1
Pedro 5, versículo 7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros”. ¿El hace qué? ¿El hace qué cosa? Tiene cuidado de ti. En tus tristezas, él te cuida. En
tus desilusiones, él está contigo. En tus dolores, él se interesa por ti. Porque desde más allá de las
estrellas, Dios tiene cuidado de ti. Desde más allá de las estrellas, Dios se interesa por ti. Desde
más allá de las estrellas, lo que te preocupa a ti lo preocupa a él. Tu vida está en sus manos.
Podrás salir airoso de los tiempos difíciles que se te presenten si colocas tu vida en sus manos.
Podrás salir airoso de los momentos difíciles que estén por delante si lo buscas y le dices:
“Señor, soy tuyo. Toma mis tristezas. Toma mi ansiedad. Toma mis desilusiones”.

Las Escrituras también dicen (Salmo 139:17): “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus
pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!”. Alguien está pensando en ti esta noche.
Alguien se preocupa por ti esta noche. Esta noche hay alguien que te ama. En el corazón del
universo, en el centro de control cósmico, allí donde está el centro de todas las cosas, hay un
Dios todopoderoso, inteligente y amoroso que te tiene presente. Esta noche estás en su corazón.
La Escritura dice en Salmo 139:17, 18: “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y
aún estoy contigo”. No sólo son más numerosos que las estrellas y las arenas de las costas, sino
que están depositados en ti. Dios está pensando en ti.

Atento a las tristezas y las desilusiones de tu vida, Dios sale a buscarte. Dios se interesa por ti. Y
cuando consideramos la vida de Jesucristo, querido amigo, vemos el cuidado, el amor que Dios
nos manifiesta en su propio Hijo. Podrás salir airoso de los tiempos difíciles que se te presenten
si te familiarizas con Dios. Podrás salir airoso de los tiempos difíciles que tengas por delante si
colocas tu vida en sus manos. Y podrás pasar los tiempos difíciles que se avecinan si descubres
el amor de Dios en su Palabra. Descubre las providencias divinas en su Palabra.

Consideremos por unos momentos la vida de Jesús. La mayor manifestación del amor divino es
la vida de Jesús. Cristo vino a la tierra. Sanó a los enfermos para que comenzaran una vida
nueva. ¿Qué nos estaba diciendo? Nos estaba diciendo que Dios nos ama cuando estamos
enfermos y quiere poner sus manos sobre nosotros. Jesús tocó los ojos de los ciegos y esos ojos
fueron abiertos. ¿Qué nos estaba diciendo? Nos estaba diciendo que quiere que veamos desde la
perspectiva eterna y conozcamos su amor en nuestras propias vidas. Jesús le habló a un hombre
llamado Zaqueo y le dijo: “Bájate de ese árbol. Estás lleno de culpabilidad y temor, pero hoy voy
a ir a tu casa. Tu vida será cambiada”. La mayor manifestación del amor de Dios es ese hombre
llamado Jesús. Jesús le habló a la mujer junto a la fuente de agua en Samaria. Ella había tenido
siete maridos. Su vida estaba llena de culpabilidad y conflictos. Cuando Cristo llegó a ella,
encontró una vida nueva, libertad de la culpa, y paz en Jesús. Sí, las estrellas nos muestran que él
tiene un diseño. Las estrellas revelan su amor. Si lugar a dudas, toda la naturaleza nos habla de
su amor. Cuando vemos a este Cristo, nos confrontamos cara a cara con el amor de Dios. Una
mujer sorprendida en adulterio fue arrojada a sus pies. Y de allí se levantó perdonada, cuando se
encontró cara a cara con el Dios de amor. Nuestras vidas también puede ser transformadas
cuando nos encontramos cara a cara con el Dios de amor. Nuestros corazones son transformados.
Cuando nos encontramos cara a cara con el Dios de amor, todo en nosotros es hecho nuevo.
Hubo hombres y mujeres en la Biblia que se encontraron cara a cara con el amor divino
manifestado en Cristo. Nicodemo, fue transformado… cuando tienes un encuentro personal con
Dios, no puedes seguir siendo el mismo. Hace algún tiempo conocí a una joven muer llamada
Shannon. Shannon había tenido una vida lamentable. A los 16 años había quedado embarazada
fuera del matrimonio. Al tener que cargar con su hijo, se sintió desolada y deprimida. Comenzó a
vivir la vida como una juerga, alcohol y drogas, y a medida que pasaba el tiempo se sentía cada
vez más deprimida. Muchas mañanas no podía levantarse y quedaba en la cama. Dormía todo el
día, y pasaba la noche despierta consumiendo anfetaminas. Continuaba hasta la madrugada,
viviendo en medio de la desesperación, una vida signada por el desaliento. Contrajo matrimonio,
pero el matrimonio no funcionó. Discutía con su esposo constantemente. Dos de sus hijos se
introdujeron en cultos demoníacos. Dos veces trató de suicidarse. La vida de Shannon era un
caos, sostenida por una pastilla tras otra. Pero cierta noche, a las dos de la mañana, bajo el
estímulo de las anfetaminas, tomó el control remoto de la TV y comenzó a cambiar de canales
velozmente, uno tras otro, canal tras canal. Así encontró nuestro programa de televisión “Está
Escrito”. Esa mañana, el pastor XXX entrevistaba a un joven drogadicto que había comenzado a
comprender el plan que Dios tenía para su vida, y había empezado a sentir que Dios tenía un plan
para su vida y que el Dios Todopoderoso que guía las estrellas podía guiar su vida también. Ese
joven adicto se había convertido, y había aceptado a Jesucristo, y estaba dando su testimonio.
Cantó un himno titulado: “Señor Bendito, Toma mi Mano”. En ese mismo momento, en medio
de su habitación, Shannon se arrodilló y dijo: “Si tu eres tan grandioso que puedes guiar el
universo, también puedes cambiar mi vida. Dios, si puedes conducir a las estrellas, puedes
cambiar mi vida. Si eres tan poderoso como para proveer de alimentos a todo el mundo, tú
puedes cambiar mi vida. Dios, si Jesús revela tu amor, y si él sanó a los enfermos, puedes sanar
mi alma. Y si Jesús perdonó a la mujer que fue encontrada en adulterio, tú puedes perdonarme”.
Allí mismo, aquella noche, pasada de revoluciones, cambiando el dial, se encontró cara a cara
con el Dios del universo, poderoso, sorprendente, amante. Y le dijo: “Señor, esta noche pongo mi
vida en tus manos”. Pudo descubrir la verdad que se encuentra en Génesis 28:15: “He aquí, yo
estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque
no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.

El Dios del universo está contigo esta noche. Shannon asumió un compromiso que transformó su
vida. Esta noche Dios quiere llegar hasta ti. No sólo es el Dios de las estrellas. Te conoce a ti por
nombre. Conoce tus dolores. Conoce tus dificultades. Conoce tus problemas. Conoce tus
tristezas. El ha guiado las estrellas y puede guiarte también a ti. Este Dios quiere ser tu
sustentador. Quiere que tu vida se renueve, que sea diferente, que sea cambiada. Quiere sacarte
del desaliento. Quiere sacarte del desánimo. Quiere sacarte de la tristeza. Este Dios envoi a su
Hijo Jesucristo para que revelara su amor, y quiere revelártelo a ti esta noche, quiere perdonarte
y cambiarte y convertirte en una nueva persona. Escucha a Wintley cantando “Bendita seguridad,
Jesús me pertenece”. Este Dios del universo, este Dios todopoderoso y formidable, quiere llegar
hasta tu vida esta noche mientras inclinas tu cabeza para orar:

“Padre celestial, estamos agradecidos porque no nos has dejado solos en el universo. Estamos
agradecidos porque no somos tan solo piel que cubre huesos. Estamos agradecidos porque el
Dios del universo nos ama y se interesa por nosotros y porque Jesús nos muestra que es
misericordioso, compasivo y perdonador. Hoy, en medio de nuestras lágrimas, y nuestras
ansiedades, y nuestras frustraciones, ponemos nuestras vidas en tus manos. En el nombre de
Jesús, Amén.

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