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LAS FRONTERAS MINERAS Y LA ECONOMIA DEL ORO Tras las conquistas del siglo XVI, la Nueva Granada pronto se hizo famosa por su oro, y la minerfa del oro siguié teniendo vital impor- tancia en la relacién colonial a lo largo de los siglos de gobierno espafiol. De todos sus recursos, el oro les parecié siempre el mas importante a los gobiernos espafioles, porque financiaba el comercio con la peninsula, estimulaba el comercio interregional y constituia una importante fuente de ingresos para la Real Hacienda. Este punto Jo expres6 con enfasis un observador de fines del siglo XVIII, al anoar que la principal y casi nica causa de la subsistencia de este vasto reino _ y del comercio con Espafia es el oro que se extrae de las numerosas _ minas que se laboran en las provincias de Popaydn, el Chocé y Antioquia; las otras provincias, tales como las audiencias de Quito _ y de Santa Fe, viven de este oro y del comercio con las provincias __ mineras...! | De manera que, en la medida en que tanto el comercio exterior como los mercados domésticos dependian de la produccién de oro, desarrollo del sector minero es a todas luces un tema de la mayor importancia en la historia econémica de la Nueva Granada durante elsiglo XVIII, y por lo tanto merece detallado examen. Sin embargo, Se 1. Citado en West, Colonial Placer Mining, p. 112. 18 Economia y sociedad antes de que analicemos el progreso de la minerfa y su papel en la vida econdmica de la colonia, debemos cuidarnos desde el principio de no exagerar la riqueza que el oro produefa. Pues en términos de escala, organizacién y tecnologia, asf como en el dinamismo econ6- mico que generaba, la minerfa del oro en la Nueva Granada no es para nada comparable con las grandes industrias de la plata en el México o el Perd contemporineos, 0 con los yacimientos auriferos del Brasil del siglo XVII. Comparada, por cierto, con las minerfas de México o del Pert, a duras penas merece el nombre de industria. Localizada ante todo en regiones de escasa poblacién, y por emplear una tosca tecnologia y s6lo una muy pequefia proporcién de la fuerza laboral de la regi6n, la minerfa del oro neogranadina rendia slo una fraccién de la riqueza producida por la de los demés virreinatos y por lo tanto estimulaba en mucho menor grado la actividad econd- mica. LAS TECNICAS MINERAS Practicamente todo el oro extrafdo en el siglo XVIII en la Nueva Granada se encontraba en dreas de dificil acceso, en medio de bosques htimedos tropicales de tierras bajas o en apartadas zonas montaiiosas, lejos de los principales centros de poblacién. La mineria estaba allf en manos de reducidas cuadrillas de esclavos o de bus- cadores individuales que trabajaban en campamentos ubicados en aireas donde habfa aluviones o gravas auriferas. El trabajo era de alta intensidad laboral y empleaba una tecnologia sencilla, consistente €n unas pocas técnicas normales. La ms generalizada era la de los lavaderos, en la cual las arenas se sacaban del lecho de los rios durante la estacién seca con bateas donde se lavaban. Otra técnica basica era la de cavar grandes hoyos para desplazar arenas y gravas auriferas y luego tamizarlas en bateas para extraer el oro. Otra forma de mineria aurifera era el canalén. Este consistfa en hacer pasar el agua por un canal paralelo al cual se arrojaban las arenas; los ma- Las fronteras mineras y la economia del oro 119 teriales pesados se retiraban a mano 0 por la fuerza del agua, lo que dejaba en el fondo una capa fina de greda de la cual extrafan los mineros los residuos de polvo de oro. Como requeria considerable preparacién y dependia de mantener un suministro adecuado de agua, la técnica del canalén empleaba una mano de obra intensiva y tendia a ser usada por mineros que disponian de cuadrillas de esclavos, Cuando no se podia conducir el agua de corrientes cercanas, los mineros se vefan obligados a trabajar segiin la estacién y a depender de las aguas lluvias que recogian en pequefios estanques durante el invierno.? Las minas caracteristicas de México y del Pert, que producian oro siguiendo la veta en profundos socavones, eran muy escasas en la Nueva Granada del siglo XVIII. Después de la conquista, los espafioles que explotaron las vetas de Buriticd, Anserma y Remedios mejoraron las técnicas indigenas de cavar tajos abiertos o hacer socavones de tiros inclinados y de triturar el oro a mano en molinos de piedra. El refuerzo de las galerfas con armazones de madera y el drenaje de los socavones les permitié llegar a mas profundidad que los indios, y mediante la introduccién de molinos de pisones mane- jados con agua también lograron extraer oro de menas mas duras. Sin embargo, a pesar de los intentos por revivirla durante el siglo XVIII, la mineria de veta no avanz6 mucho. Las minas de filén eran escasas, empleaban sélo una diminuta fracci6n de la fuerza laboral minera y nunca se aproximaron a la escala o complejidad organiza- cional de las minas de plata de México y del Peré. Las minas de aluvién que producian la mayor parte del oro de la Nueva Granada utilizaban dos clases de mano de obra: la de los esclavos y la de los productores independientes, 0 mazamorreros. 2. Para una descripcién mds detallada de estos métodos, véanse West, Colonial Placer Mining, pp. 55-62; Vicente Restrepo, Estudio sobre las minas, pp. 228-48, y William PF. Sharp, Slavery and the Spanish Frontier: The Colombian Chocé, 1680-1810 (Norman, Oklahoma, 1976), pp. 46-50. 3. West, Ibid., pp. 54, 65-6. 120 Economia y sociedad En las zonas mineras del Pacifico, la esclavitud era la forma domi- nante de trabajo y la propiedad de las minas se concentraba en pocas manos. En Antioquia, al contrario, habia menos concentracién de la propiedad y, aunque se usaban esclavos, el trabajo libre de los mazamorreros y de los buscadores jugaba un papel mucho mas importante en la produccién.t La escala de las empresas mineras nunca fue de grandes dimensiones. En su forma més simple, la mineria era obra de productores independientes o de mineros que trabajaban con uno 0 dos esclavos. Esta clase de mineria era la mas frecuente en Antioquia. En las tierras bajas del Pacifico, la btisqueda del oro estaba a menudo en manos de empresas mayores, pero éstas por lo general no eran muy grandes. En el Chocé se consideraba grande una cuadrilla de més de treinta esclavos; y s6lo unos pocos entre los mayores mineros poseian mas de cien.* Una vez retiradas de la tierra, las menas recibfan escaso procesa- miento adicional. Las extrafdas de venas generalmente se trituraban a mano y el oro se separaba de los residuos cerniéndolo cuidadosa- mente con una batea. Esta misma técnica de lavado se empleaba para separar el polvo de oro del concentrado aurffero sacado de los aluviones. Segin la ley, todo el oro debia ser Hevado a la fundicién real, donde era ensayado, fundido en lingotes y gravado por la corona. El proceso técnico de fundicién era sencillo; slo requerfa unos pocos hombres diestros y algunos operarios. Es claro entonces que la minerfa de la Nueva Granada era radi- calmente diferente de la de las regiones argentiferas americanas. La _ 4. “Ordenanzas formadas por el Sefior Don Juan Antonio Mon y Velarde...”, Antioquia, agosto 23, 1787, en Emilio Robledo, Bosquejo Biogrdfico del Senor Oidor Juan Antonio Mon y Velarde, Visitador de Antioquia, 1785-1788, 2 vols. (Bogoté, 1954), vol. 2, p. 50. ‘5. Sharp, Slavery on the Spanish Frontier, pp. 176, 206. 6. Hasta las més complejas operaciones del proceso de acuftamiento de las monedas de oro usaban una tecnologia relativamente sencilla y escaso trabajo. ‘Véase la descripcién de la maquinaria y de los gastos en A.M. Barriga Villalba, Historia de la Casa de Moneda, 3 vols. (Bogoté, 1969), vol. 2, pp. 65-7. Las fronteras mineras y la economia del oro 121 extraccién del oro no generaba las grandes empresas basadas en grandes inversiones fijas y en un protoproletariado sustancial carac- teristicos de la minerfa de la plata, y la refinacién no implicaba una tecnologia compleja 0 costosa. Tampoco era muy notable su mineria comparada con la del oro en el Brasil de la época, donde nuevos ciclos de hallazgos durante la primera mitad del siglo causaron un auge de tan enormes proporciones que generé grandes desplazamien- tos de migrantes, form6 nuevas dreas de colonizacién y cambié el equilibrio de toda la economfa.’ No obstante, a pesar de su rusticidad, la minerfa era un elemento vital en la vida econémica de la Nueva Granada y, en cuanto polo del desarrollo, el resurgimiento de la explotacién del oro a lo largo del siglo XVIII tuvo importantes implicaciones tanto para la econom{a de la regién como para sus| telaciones con Espaiia. LA EXPANSION DE LAS FRONTERAS MINERAS El renacimiento de la minerfa neogranadina empezé a fines del siglo XVII, al abrirse nuevas fronteras de aluviones auriferos en dos tegiones. Una de ellas estaba localizada en las tierras_baj Pacifico, al occidente del pafs (véase mapa 3.1); la otra estaba situada en la Cordillera Central, en las tierras altas de la provincia de Antioquia (véase mapa 3.2). {Los campos mineros de las tierras bajas del Pacifico se comen- zaron a explotar a fines del siglo XVI, en los alrededores de Névita y de Toro, y para la década de 1580 el Chocé habia adquirido la importancia suficiente para ser constituido como provincia separada. Sin embargo, la rebelién india de esa misma década habia obligado alos colonizadores a abandonar Novita y a restablecer su centro de lel 7. A.J. Russell-Wood, “Colonial Brazil: The Gold Cycle, c. 1690-1750”, en L. Bethell (ed.), Cambridge History of Latin America, vol. 3 (Cambridge, 1984), pp. 547-662. Las fronteras mineras y la economia del oro 123 agi} 0 Mapa 3.1 a ti Beemer se se croiman, _ yer Apéndice A, Tabla 8) _ operaciones en Toro, en el valle del Cauca. Este repliegue hizo que se suprimiera la gobernacién del Chocé, y el area fue puesta bajo la jurisdiccién de Popayan. La mineria de la region tuvo un breve renacimiento en la década de 1630, al volver al area los mineros de Popayan con esclavos negros, hasta que la resistencia indigena los -obligé de nuevo a retirarse. Hacia fines del siglo XVII, los mineros de las provincias de Popayan y de Antioquia volvieron de nuevo _y, al sofocar las hostilidades de los indios, se reinicié la explotacién Spesie re shiyiopeeide la region. El antiguo real de minas de Novita fue reestablecido, se formaron nuevos campos mineros en los afluentes de los rios San Juan y Atrato, y para 1726 la corona reconocié la importancia econémica y el potencial fiscal del Chocd Mapa 3.2 Antioquia. (Para los datos del censo en que se basa este mapa, ver Apéndice A, Tabla 9) al separarlo de la jurisdiccién de Popayan y convertirlo en una provincia independiente, con la sede del gobernador en Quibdé.* / Elimpulso para recapturar y expandir la frontera minera del Chocé habia provenido de la provincia de Popayan, donde influyentes ve- cinos de varias ciudades lograron aprobacién oficial para varias expediciones de sometimiento de los indios y para el establecimiento de minas. En el curso de una generacién, entre 1690 y 1710, estos 8. West, Colonial Placer Mining, pp. 16-18; Enrique Ortega Ricaurte (ed.), Historia Documental de! Chocé (Bogoti, 1954), pp. 165-9. La relacién mas com- pleta de ta ‘in en el siglo XVIII se halla en Caroline Hansen, “Conquest and Colonization in the Colombian Chocé, 1515-1740" (esis doctoral inédita, Universidad de Warwick, 1991). iia Economia y sociedad mineros habfan alcanzado un control que, a lo largo del siglo, enri- queceria a un pequefio grupo de familias de Popayan y de Cali, la mayor parte de las cuales combinaban sus empresas mineras de Caloto y del Chocé con grandes posesiones agricolas en los ales del Cauca y Popayan.? Los nuevos hallazgos de oro de la provincia ‘de Popayén encontraron un complemento paralelo en la minerfa del ‘extremo sur de la costa Pacifica, en las subprovincias de Raposo, Iscuandé y Barbacoas, donde la extraccién del oro estaba sobre todo en manos de mineros de Cali.'° [EL aumento de la oferta de esclavos negros facilit6 el creci- miento de la actividad minera durante la primera mitad del siglo XVIII. Durante la Guerra de Sucesién espafiola, la Compaiia Fran- ‘cesa de Guinea organiz6 una gran importacién de esclavos a través de Cartagena —cerca de 4.250 entre 1703 y 1714—, y la English ‘South Sea Company, que operaba bajo los términos de la concesién hecha en el tratado de Utrecht de 1713, mantuvo el alto nivel de importaciones después de la guerra. Entre 1714 y 1736, la com- pajifa inglesa trajo a Cartagena cerca de 10.300 esclavos y, al terminar el asiento inglés en 1736, los diferentes concesionarios espaiioles que se hicieron cargo del monopolio importaron 13.000 mas entre 1746 y 1757."' Es dificil calcular exactamente cudntos de estos esclavos fueron llevados a las regiones mineras, pero el vigoroso crecimiento de la poblacién esclava del Chocé indica que grandes cantidades de ellos trabajaban en las minas de las tierras bajas del Pacifico. Los informes al Consejo de Indias indicaban, en efecto, que la poblacién esclava del Chocé habia aumentado a un ritmo espectacular entre las décadas de 1720 y 1730, al crecer de cerca de 500 en la época se} primer virreinato (1719-23) a entre 10.000 y 12.000 en 1738.12 Casi sin ninguna 9. Colmenares, Historia econémica y social, Popaydn, vol. Il, pp. 144-52 10. West, Colonial Placer Mining, pp. 18-20; Colmenares, Cali, pp. 95-102. 11, Colmenares, Historia econémica y social, Popaydn, vol. I, pp. 41, 56. 12. AGI Santa Fe 264, Consulta del Consejo de Indias, octubre 20, 1738. Las fronteras mineras y la economia del oro 125 duda, esto era ciertamente una gran exageracién. CAlculos mas cau- telosos muestran sin embargo que hubo un notable crecimiento alo largo del siglo, sobre todo en los primeros afios. El nimero de esclavos en el Chocé aument6 de cerca de 600 en 1704 a unos 2.000 en 1724, se duplicé hasta casi 4.000 en 1759 y casi se duplica de nuevo durante las siguientes dos décadas, llegando a poco mas de 7.000 en 1782.'3 {Sila ampliacin de la frontera minera en las tierras bajas del Pacifico se debi ante todo al trabajo de los esclavos negros, la de la provincia de Antioquia dependié en gran parte del trabajo inde- pendiente y tuvo que ver con el aumento natural de la poblacién de la regi6n.\A fines del siglo XVI y principios del XVII, Antioquia habia posefdo las zonas mineras més ricas del pais, localizadas en una amplia extensién del territorio formada por las escarpaduras de la Cordillera Central y regada por el rio Cauca y sus afluentes. Cuando los espafioles encontraron sustanciales existencias de oro tanto en las vetas del cerro de Buriticd como en los aluviones de los trios, la regi6n atrajo una de las mas abundantes fiebres del oro en la historia del pafs.'* En un principio los mineros se concentraron en la explotacién de las vetas de Buriticé y emplearon el trabajo de los indios; esta actividad fue luego complementada y después su- plantada por la de los yacimientos aluviales en los numerosos afluen- tes del rio Cauca. Las dos clases de explotacién produjeron un auge que duré entre la década de 1590 y principios de la de 1630, cuando el impulso inicial se debilité y terminé./El agotamiento de los de- P6sitos ms ricos, combinado con insuficiencias de mano de obra y los crecientes problemas para la obtencién de créditos y de ali- mentos, llev6 a la minerfa antioquefia a su punto mas bajo. En 1633, 13, Para un repaso del cambio demogrifico en el Chocé durante el siglo XVIII, véase Sharp, Slavery on the Spanish Frontier, pp. 17-24. Para la poblacién en 1780, véase Apéndice A, Tabla 8. 14. Para el desarrollo de la mineria en Antioquia durante principios del perfodo colonial, véuse West, Colonial Placer Mining, pp. 20-7. Se SRM, ON RRERAE BE EE 126 Economia y sociedad un funcionario anoté que todas las minas importantes estaban ago- tadas, y que sélo habia en toda la provincia unos sesenta indios disponibles para el trabajo en la mineria; después de cuatro aiios, también muchos esclavos habian muerto de hambre-!T5*} De manera que para mediados del siglo XVIISTos restos de las antaiio florecientes comunidades mineras de Antioquia estaban tra- bajando en condiciones crecientemente adversas.(Después de agotar los yacimientos mas accesibles, los mineros se vieron obligados a desplazarse a regiones cada vez mAs lejanas, donde 1a produccién era menos segura, las provisiones esenciales mas dificiles de conse- guir y las ganancias, por consiguiente, eran inferiores. Sin rendi- mientos adecuados, los mineros no podian comprar los esclavos, base de su mano de obra, ¢ incluso si podfan disponer de éstos, no habia suficientes indios bajo el control espaiiol que pudieran sumi- nistrar los alimentos basicos para su subsistencia. Fue asi como la mineria de Antioquia entré en un ciclo de depresién que causé una regresién hacia una economia de subsistencia y que progresivamente alejé.a su poblacién del contacto con las provincias vecinas. Quienes podfan, evacuaban el érea, llevando consigo los restos de sus haberes y dejando las poblaciones de la provincia en un estado de estanca- miento y decadencia del que muchas —sobre todo Zaragoza, Reme- dios, Victoria y Caceres— jamas se recuperaron.! 16+) Aunque la crisis de los primeros centros mineros produjo una decisiva interrupcién de la primera fase del ciclo de oro, la provincia no se hundié en un marasmo irreversible, A finales del siglo XVI, la sociedad antioquefia empez6 gradualmente a reagruparse en nue- vas dreas de colonizacién Y, con la recuperacién demografica y los nileVos asentamientos internos, sus habitantes comenzaron a reabrir la frontera minera. En este proceso, la mineria cambié de cardcter. —_——_ ‘ 15. Citndo Por Tulio Ospina, “El Oidor Mon y Velarde, Regenerador de An- “oquia", Repertorio Historico (Medellin, 1918), vol. I, pp. 414-15. 16, James Parsons, Antioquefio Colonisation in We i Los Angeles, 1989), pp. 41.7, in Western Colombia (Berkeley y Las fronteras mineras y la economia del oro 127 Allfel restablecimiento, al contrario del chocoano, se basé en el trabajo independiente mas que en el forzado, y la frontera se expandié por obra de buscadores que se desplazaban de un rio a otro, cerniendo el limo de sus lechos en busca de oro. El cambio de la colonizacién hacia el valle de Aburré y el desarrollo de los aluviones de montafia en Tierra de los Osos, sobre el basolito antioquefio, apuntalaron y sostuvieron un renovado crecimiento por lo menos hasta mediados del siglo XVII.'7 No hubo un stibito auge como el que se vivié en Minas Gerais, en el Brasil, durante el mismo periodo, y tampoco revivieron las grandes empresas que habjan funcionado en Antioquia en el siglo XVI El renovado desarrollo de la minerfa se debi6, al contrario, a una combinacién de la agricultura y la busqueda del oro entre los campesinos libres que trataban de escapar de la economfa de sub- sistencia.|Todavia en 1776, la poblacién de toda la provincia era de s6lo 45.000 habitantes, y su mayor ciudad no tenfa mds de 14.000 015.000 vecinos que vivian aislados en los campos.'* La agricultura comercial era por Io tanto limitada, incluso en el nticleo poblado que seconcentraba en los asentamientos de Medellin, Santa Fe de Antioquia, Marinilla y Rionegro. Estas pequefias poblaciones estaban a dos dfas de distancia entre si, pero el transporte entre ellas era rudimentario y cada una producfa la mayor parte de sus alimentos. Las comunicaciones con las provincias vecinas eran atin més dificiles y, a causa de las escasas salidas para el cacao, el tabaco, el algodén, el trigo y otros productos que se cultivaban en Antioquia, la busqueda del oro era la mejor oportunidad para obtener dinero y bienes importados. 8 17, Para una descripcién general de las tendencias econémicas y demogrificas en Antioquia durante fines del siglo XVII y principios del XVIII, véanse ibid., p. 47; West, Colonial Placer Mining, pp. 27-30; Restrepo, Estudio sobre las minas, pp. 41-2, 18. Francisco Silvestre, “Relacién que manifiesta el estado de la Provincia de Antioquia... (1776)", Archivo Historial (Manizales, 1919), vol. 12, pp. 573-85. 19. Una completa relacién de la agricultura de Antioquia se encuentra en Ann Twinam, Miners, Merchants and Farmers in Colonial Colombia (Austin, Texas, 1982), pp. 91-109, 128 Economia y sociedad } FPSOA ss ‘ii i inerfa; otro fue la desigual distribucién de tierras en \ incentivos Ja mineria; | tas principales poblaciones. [Durante su visita oficial a la provincia en Jadécada de 1780, el Gidor Mon y Velarde anot6 que parecia parad6jico atribuir la miseria del grueso i6na la falta de tierras, porque entre la mitad y las tres cuartas partes del drea de la provincia atin estaban deshabitadas y sin cultivar. Pero también recalcé que la con- centracién de la mayor parte de la creciente poblacién en el centro de laprovincia, y laexistencia de grandes posesiones (a menudo sin titulos legales y con frecuencia mal explotadas 0 abandonadas) privaban a muchos de la tierra necesaria para su propia subsistencia y la de sus familias. Parece entonces que Antioquia tenia una considerable po- blacién campesina obligada a dedicarse a la mineria por falta de tierra, siendo asf el fundamento de una economia productora de oro basada ms en el trabajo independiente que en la esclavitud. Si el renacimiento de la minerfa de Antioquia dependid del trabajo independiente a principios del siglo XVIII, en la segunda mitad del siglo también hubo muestras de un aumento de la inversién en esclavos. A fines de 1750, el gobernador José Barén de Chaves informé que slo habia 900 esclavos trabajando en las minas antioquefias.*! Para 1778, este niimero habia al parecer aumentado hasta llegar a entre 9.000 y 13.500.” En 1758, s6lo un empresario registré el establecimiento f — Ja agricultura de subsistencia fue entonces uno de los "20. Robledo, Bosquejo Biografico, vol. 1, p. 195; vol. Il, pp. 172, 199. 21. Rodolfo Segovia, “Crown Policy and the Precious Metals in New Granada”, \ésis de maestria inédita, Universidad de California, Berkeley, p. 53 22. De acuerdo al censo local, en 1777 habfa en Antioquia 13.501 esclavos, de los cuales 8.000 se encontraban en la jurisdiccién de Santa Fe de Antioquia, y 2.500 en Medellin: véase Apédice A, Tabla 9. El censo general del virreinato da cuenta de 8.931 esclavos, de los cuales 4.035 eran mujeres y 4.896 hombres; véase Apéndice A, Tabla I. Francisco Silvestre, quien fue gobernador de la provincia entre 1782 y 1785 y entre 1782 y 1785, calculé que la poblacién esclava de Antioquia se acercaba a los 10,000, 0 sea un quinto de la poblacién total de 1a Provincia: véase Silvestre, Relacién, pp. 156-7. Es claro que el dato de menos de 4.896 esclavos en 1778, que figura en Twinam (Miners, Merchants and Farmers, .40) es errado. Tomado del Estudio sobre las minas de Restrepo, el dato se refiere ‘Unicamente a los esclavos varones, que este autor presumié ser la mano de obra Las fronteras mineras y la economia del oro 129 de treinta y nueve nuevas minas y obtuvo permiso para importar cien esclavos que trabajaran en ellas.?3 Como también se abrieron nuevas e importantes minas en las décadas de 1760 y 1770 en las dreas de Rio Grande, Rio Chico y Santa Rosa de Osos, aument6 consiguien- temente la demanda de esclavos hasta cuando, durante la década de 1780, algunos grandes mineros que usaban la técnica del canalén y el trabajo forzado contribuyeron a elevar la produccién de oro de la provincia a niveles sin precedentes.2* La PRODUCCION DE ORO DURANTE EL SIGLO XVIII Aunque estas muestras de crecimiento en el Chocé y en Antioquia indican a las claras un auge de la mineria colombiana durante el siglo XVIII, es imposible un calculo preciso de la produccién de oro. Los datos de la época nos permiten sefialar el valor del oro que ingresaba a los canales oficiales, ya fuese para el pago del quinto (la regalia real), la fundicién para hacer lingotes (en las casas de fundicién reales), 0 la amonedacién en las casas de moneda. Sin embargo, como los mineros y los comerciantes a menudo eludian estos canales oficiales, las estadfsticas de los quintos, la fundicién y la amonedaci6n invariablemente subestiman el valor del oro que se extrafa en realidad.?> Los cambios en las tarifas de los impuestos de las minas. De hecho, es evidente, de acuerdo a la descripcién de Silvestre, que las mujeres y los nifios también trabajaban en la busqueda del oro, aunque s6lo fuera por el hecho de que como los amos s6lo daban a sus esclavos lo necesario Para su subsistencia, éstos tenfan que trabajar en los aluviones en los fines de semana para obtener comida y otros bienes. 23. AHNC Aduanas (Cartas), tomo 8, José de Arce y Zavala ala corona, Santa Fe, octubre 2, 1760, folio 452. Hay alguna informacién adicional sobre la explo- acién minera de Quintana en Restrepo, Estudio sobre las minas, pp. 42-3. 24. Ibid., p. 41; también Twinam, Miners, Merchants and Farmers, pp. 39-41. 25. Sharp sugiere que los quintos cobrados en el Chocé pueden reflejar s6lo entre la mitad y las dos terceras partes del oro extraido en realidad; sin embargo, como su afirmacién de que la mitad del metal producido no pagaba impuestos se a Economia y sociedad complican atin mds la correlacién entre los ingresos por concepto del quinto y la produccién de oro. A partir de 1696, el quinto se cobraba al 5%,con una adici6n llamada “cobo” del 1.5%; en 1759, los impuestos al oro cayeron al 6%, al ser reducido el cobo al 1%; finalmente, en 1777 el quinto fue fijado en un uniforme 3%. Estas redueciones de los jimpuestos, sobre todo la de 1777, pueden muy bien distorsionar una curva de producién basada en los ingresos por concepto de los quintos, porque los mineros tenfan menos razones para evadir los impuestos al ser éstos menores. Sin embargo, con el fin de indicar tendencias gene- rales en la escala de distribucién de la produccién de oro, presumiremos que la diferencia entre la produccién registrada y la real fue mas o menos constante durante el siglo, y advertimos que nuestros datos s6lo ofrecen indicadores aproximados sobre la magnitud del volumen y las tendencias a largo plazo de la produccién.?* Empezando con la presun- cidn de un promedio constante de evasién de impuestos, Jorge Orlando Melo ha empleado dos fuentes para estimar las tendencias en la pro- duccién de oro de Colombia durante el siglo XVIII: los registros de Jos quintos pagados en las principales regiones mineras y los informes del oro acufiado en las casas de moneda reales.” Para indicar las tendencias generales de la produccién minera, la pauta de ésta, que deriva del pago de los quintos, se puede apreciar en a tabla 3.1.7 basa en Ia céleulo de Francisco Silvestre de la cantidad de oro exportado ilegal- mente, aquella puede set demasiado alta, puesto que las exportaciones ilegales pueden haber pagado quintos. Véase Sharp, Slavery on the Spanish Frontier, pp- 71-3. En cuanto a Antioquia, Twinam sostiene simplemente que como la evasin era tan generalizada y masiva, la produccién de oro puede estar “en gran medida subestimada en las estad{sticas de Jas fundiciones”, pero no intenta calcular la diferencia entre el oro fundido y el extrafdo. Twinam, Miners, Merchants and Farmers, pp. 23-5. Wet : 26. Colmenares, Historia econdmica y social, vol. 1, pp. 222-34; Barriga Vi- alba, Historia de la Casa de Moneda, vol. 1, pp. 102-3, 113-4, 329-38. 27. Jorge Orlando Melo, “Produccién de oro y desarrollo econémico en el siglo XVIII", en Sobre historia y politica (Bogoté, 1979), pp. 61-84. 28. Ibid., p. 68. Melo convierte Jos castellanos de oro en pesos de plata, 0 Patacones, a una tasa de 2.72 por castellano. Las fronteras mineras y la economia del oro 131 TABLA 3.1 { PRODUCCION DE ORO EN LAS REGIONES MINERAS DE LA NUEVA GRANADA, DE ACUERDO A LOS QUINTOS, 1700-1799 (EN MILES DE PESOS PLATA) Afios Popayan Barbacoas Choes Antioquia 1700-4 638 1705-9 821 1710-14 1069 1715-19 1039 215 716 176 1720-4 1308 163 943 1725-0 1452 1501 1730-4 1270 1735-9 1391 613 2366 256 1740-4 1124 317 2323 348 1745-9 792 326 2312 316 1750-4 564 243 1747 544 1755-9 944 461 1498 559 1760-4 1020 921 1687 820 1765-9 1055 952 1678 751 1770-4 1483 995 1808 1125 1775-9 1360 893 1639 1684 1780-4 1908 1361 1940 1987 1785-9 1731 1688 2158 2655 1790-4 1616 1767 2667 3281 1795-9 1541 1783 2581 3662 PO sath ly TS FONTS: annie) Estos datos, por supuesto, constituyen una incompleta repre- sentacién. Nada nos dicen sobre el oro que circulaba ilegalmente, Y muestran sdlo los pagos de quintos en las cuatro tesorerfas, no todas las cuales tienen datos completos sobre el producto de estos impuestos a lo largo de todo el siglo. Sin embargo, como tales esorerias estaban situadas en las cuatro principales areas de produc- cién de oro, los ingresos por concepto de los quintos merecen ser considerados, faute de mieux, como un indicador aproximado de las tendencias a largo plazo. a Economia y sociedad El primer interrogante para el cual el registro de los quintos ofrece i la del volumen de la respuesta aproximada se refiere a la escal Ik rodeo de oro y a su desarrollo en el curso del siglo XVIII. Como muestra la tabla 3.1, los quintos sugieren que, en el afio promedio entre 1715 y 1719, las minas de la Nueva Granada produ- jeron oro por valor de cerca de medio millén de pesos en plata (al convertir los castellanos de oro en patacones a un promedio de 2.72 pesos por castellano). Menos de veinte afios después, entre 1735 y 1739, indican que la produccién subi6 casi el doble, a 925.200 pesos anuales promedio. (Este dato lo confirma Miguel de Sangre ban quien, después de consultar con funcionarios expertos de Popayiin y Bogoté, concluyé que el territorio producia un maximo de 400.000 castellanos —mds de un millén de pesos— por afio).? Después, en Ja década de 1750, la produccién parece haber bajado a cerca de 650.000 pesos anuales, antes de aumentar de nuevo a unos 900.000 pesos por afio, y el aumento continué en la década de 1780, a cerca de 1.5 millones por afio promedio, hasta llegar entre 1795 y 1799 a una produccién de cerca de dos millones, equivalente a los quintos pagados a las tesorerias reales. Los registros de quintos también indican la relacién existente entre la cronologia del crecimiento y las tendencias de la produccién regional. En Popaydn y el Chocé ‘hubo un crecimiento vigoroso hasta la década de 1740, con una fase de declinacién relativa a mediados de siglo y un repunte durante las décadas de 1760 y 1770. Luego tuvo lugar una marcada divergencia en estas regiones. Después de 1785, el crecimiento se redujo apa- rentemente en Popaydn (aunque no en la subprovincia de Barbacoas), mientras que al estancamiento de mediados de siglo en el Chocé sigui6 un fuerte y mas o menos sostenido crecimiento hasta mediados de la década de 1790. Los datos incompletos de Antioquia muestran, por otro lado, una pauta diferente, con un alza entre 1750 y 1754, 29. Robinson, (ed), Mil Leguas por América, pp. 137, 187. Las fronteras mineras y la economia del oro 133 seguida por una impresionante y por lo general ininterrumpida ten- dencia al aumento después de 1770. Los datos de los quintos también muestran la forma como cambié el peso relativo de las regiones productoras a lo largo del siglo. Segtin los datos de Melo, el crecimiento durante la primera mitad del siglo se bas6 ante todo en el aumento de la produccién de las minas de las provincias del Chocé y Popayén (incluidas sus subpro- vincias de la costa Paeffica). Luego, durante la segunda mitad del siglo, la provincia de Antioquia se convirtié en productora impor- tante, y sus minas de aluvién en tierras altas de la Cordillera Central aumentaron considerablemente la producci6n total del virreinato e hicieron de la regién un distrito minero de mayor importancia que el Chocs. Este cambio en el equilibrio de la produccién regional se puede apreciar en las figuras 3.1 y 3.2. La exactitud de los datos de los quintos se puede poner a prueba frente a otra serie de estadisticas que proporcionan un {ndice apro- ximado de la escala y tendencias de la produccién durante el siglo. Estas se hallan en los informes sobre el oro acuiiado en las casas de moneda. Como las de los quintos, las estadisticas de amonedacién no tienen una correlacidn directa con la produccién de oro, puesto que no todo éste era acufiado. En las regiones mineras de Antioquia ¥en las tierras bajas del Pacifico el oro circulaba en polvo, ya que no habfa otra clase de moneda disponible; también se fundia en lingotes que luego eran convertidos en ornamentos.*” Si asumimos, no obstante, que el valor del oro acufiado era de una proporcién telativamente constante con respecto al producido, entonces los datos 30. En 1748 la corona aprobé un decreto virreinal que prohibia la exportaci6n de lingotes de oro de 1a Nueva Granada; véase José Maria Ots Capdequi, Instiru- ciones de gobierno en el Nuevo Reino de Granada durante el siglo XVIII (Bogots, 1950), p. 130. Sin embargo, posteriores referencias a exportaciones de “oro en Pasta” sugieren que la prohibicin no entré en vigor; el virrey Ezpeleta menciona especificamente que la mayor parte del oro fundido en Mompés se exportaba a Espaiia en lingotes; véase Vicente Restrepo, Estudio sobre las minas, pp. 195-7. Fiesta cee Reese PRET 134 Economia y sociedad FiGuRA 3.1 i DISTRIBUCION REGIONAL DE LA PRODUCCION DE ORO, SEGUN LOS QUINTOS, 1735-64. eee anon Popayin 25% cenese Chocé 51% FIGURA 3.2 DISTRIBUCION REGIONAL DE LA PRODUCCION DE ORO, SEGUN LOS QUINTOS, 1765-99. Antioquia | 30% | 30% Cs Popayén 21% 19% sobre la amonedacién nos dan otra medida, aunque también aproxi- mada, de las tendencias en la economia minera. De nuevo aquf és clara la tendencia secular, como lo muestra la figura 3.3. Antes de fines de la década de 1750, todas las monedas eran acufiadas en la Casa de Moneda de Bogota, y desde principios Las fronteras mineras y la economia del oro 135 FIGURA 3.3 VALOR DEL ORO AMONEDADO EN LAS CASAS DE MONEDA DE BOGOTA Y DE POPAYAN (TOTALES DE LOS QUINQUENIOS), 1700-1810 (EN MILES DE PATACONES) hasta mediados del siglo su producci6n crecié a un ritmo constante. Para la década de 1730, el valor del oro acufiado duplicaba el de principios del siglo, y en las décadas de 1740 y principios de la del cincuenta fue de nuevo el doble.! Entre 1758 y 1763 hubo una aguda reduccién en el valor de 1a moneda acufiada, pero esto probablemente fue causado mas por cambios institucionales que por alteraciones en laproduccién. Pues durante esos afios empez6 a funcionar una nueva casa de moneda establecida en Popaydn, desviando asf parte del oro destinado antes a Bogotd. El establecimiento de esta nueva casa de moneda fue la culmina- cién de un dilatado proceso que empezé en la década de 1720, cuando ¢l cabildo de Popayan solicité a la corona licencia para establecer una ceca independiente en esa ciudad. Los mineros payaneses insis: tieron en que una segunda casa de moneda beneficiarfa tanto a la corona como a los mineros. Sostenfan que si éstos llevaban el oro Personalmente a la ceca, no incurrirfan en las pérdidas anejas a la 31. Véase Apéndice B, Tabla 1. 86 Economia y sociedad venta del metal, con grandes descuentos, a los comerciantes de la capital, y que por lo tanto habria menos posibilidades de que eva- dieran los impuestos.*? En 1729 la corona, sin duda seducida por la perspectiva de mayores ingresos impositivos, aprobé la eeeitnd: Pero el establecimiento de la casa de moneda de Popaydn llevé mucho més tiempo. No sélo no pudieron los mineros de la ciudad reunir los fondos suficientes para pagarle a la corona el derecho de ‘manejar un ceca, sino que el plan chocé con la sélida oposicién de Jos concesionarios de la de Bogot4, quienes entablaron una prolon- gada demanda legal para proteger su tradicional monopolio del acu- fiamiento. Después de una demora de dos décadas, el proyecto fue revivido gracias ante todo a la iniciativa de Pedro Agustin de Va- lencia, hijo de un comerciante espafiol que se habfa convertido en rico propietario de minas.** Pero incluso entonces, la oposicién de Bogoté dilaté su funcionamiento; en la década de 1750, lo complic6 una batalla legal con el heredero del concesionario de la ceca de Bogota, que persisti¢ en su derecho al monopolio de la amonedacion en la Nueva Granada con el apoyo de los intereses comerciales de la capital. Ante estas trabas legales, Valencia no pudo aprovechar de lleno su privilegio de acuiiamiento, hasta que una cédula real de 1758 lo confirm6. Tras unos cuantos pleitos mas, el futuro de la casa de moneda qued6 asegurado. Manejada por la familia Valencia hasta 32. Los mineros informaban que al cambiar el oro con los comerciantes de Bogota perdfan entre ocho y diez reales de plata por cada doblén (ACC Libro Capitular [1758], tomo 21, folios 28-9). Asumiendo que se referian al doblén de dos escudos, equivalente a cuatro pesos de plata, esto significaba una pérdida de mas o menos el 25% por cada doblén. Los célculos de Sharp para los trueques por ‘oro en ef Chocé muestran una pérdida semejante: véase su Slavery on the Spanish Frontier, pp. 63-5. 33. Un nuevo hallazgo de oro probablemente le dio a Valencia los medios para impulsar este proyecto. En 1743, habfa descubierto nuevos yacimientos en Raposo, y las ganancias que le daban las minas de Yurumanguf lo convirtieron en uno de los principales mineros de Popayén. Sobre las minas de Yurumangut, véase Gustavo Atboleda, Diccionario biogrdfico y genealégico del antiguo Departamento del Cauca (Bogoté, 1962), pp. 447-50. Las fronteras mineras y la economia del oro 137 que fue puesta bajo administracién directa de la corona en 1771, se convirtié en importante centro secundario para la amonedacién del oro durante el resto del perfodo colonial.*4 A lo largo de todo el siglo, la cantidad de oro acuiiado en la Nueva Granada tuvo un aumento impresionante, sobre todo a mediados, al empezar a funcionar simultaneamente las casas de moneda de Bogoté y de Popaydn, En 1700, el valor de las monedas acufiadas en la capital s6lo fue de 167.000 pesos de plata; en 1800, la misma casa de moneda produjo casi medio millén de pesos y la de Popayan cerca de un millén mas.** El total de los quinquenios de oro amonedado presentado en la figura 3.3 muestra que el acufiamiento crecié a todo lo largo del siglo, con promedios de crecimiento répidos en 1720-24, 1730-4, 1740-4, y en las décadas finales. Datos especificos de las regiones mineras confirman las tendencias generales de la dimensi6n y distribuci6n regional de la produccién de oro. En su estudio sobre el Chocé, William Sharp emplea los registros de los quintos para calcular la escala y trayectoria de la produccién, y aunque sus célculos son por lo general mas bajos que los de Melo, las tendencias (véase la figura 3.4) son similares en lo esencial. Los datos de Sharp indican que la produccién de oro del Chocé crecié a lo largo del periodo de mediados de la década de 1720 hasta 1750; luego, después de llegar a un tope de 165.000 castellanos por afio promedio entre 1741 y 1745, la produccién declin6 hacia la mitad del siglo, y desde 1750 hasta 1790 se estancé en un promedio que por lo general fue de menos de 126.000 castellanos. Durante la década de 1790, la produccién aument6 de nuevo hasta alcanzar promedios anuales de mas de 134.000 34. Este esbozo de la temprana historia de la casa de moneda de Popayén procede de relaciones que figuran en los archivos del cabildo, sobre todo ACC Libro Capitular, vol. 21, 1758, fols. 27-31; y de Miguel Lasso de la Vega, Los tesoreros dela Casa de Moneda de Popayén (Madrid, 1927), pp. 1-48; y de Arcesio Aragén, Fastos payaneses (Bogoté, 1939), pp. 97-100. 35. Para los datos anuales, véase el Apéndice B, Tabla 1 138 Economia y sociedad eae ee uss INI 170 7770-19079. 708 E1803 FIGURA 3.4 © CHOCO: PROMEDIO ANUAL DE PRODUCCION DE ORO SEGUN LOS QUINTOS, 1724-1803 (EN MILES DE CASTELLANOS), castellanos, sin poder nunca recuperar los altos niveles de la primera fase de crecimiento de principios del siglo.° Los registros de los quintos en los archivos de Popayan también muestran las tendencias que, durante la mayor parte del siglo, con- firman las identificadas por Melo. Los equivalentes en la produccién calculados segin los ingresos de los quintos muestran que los pro- medios anuales crecieron de cerca de 51.000 castellanos durante la primera década a mas de 77,000 en la segunda, y llegando a apro- ximadamente 100,000 en Ia tercera. Esta tendencia al alza también se interrumpié entre 1740 y principios de la década de 1750, cuando los ingresos de Popaydn por concepto de los quintos se redujeron en forma parecida a los del Choc6. Parece entonces que la produccion de oro en el sur y el sureste de Colombia se contrajo durante la década de 1740, al caer a un promedio anual de cerca de 70.000 castellanos, antes de declinar hasta llegar a unos 42.000 en la década de 1750. Después de 1759, los quintos se recuperaron gradualmente, 36. Para estos datos, véase el Apédice B, Tabla 2, Sharp convierte los castellano de oro en plata a una tasa de 1:23 y 1:24. wo) Ss ee Las fronteras mineras y la economia del oro 139 FIGURA 3.5 POPAYAN: PROMEDIO ANUAL DE PRODUCCION DE ORO, SEGUN LOS QUINTOS, 1700-1804 (EN MILES DE CASTELLANOS). hasta que para fines de la década de 1770, promediaron de nuevo cerca de 95.000 castellanos. Finalmente, como muestra la figura 3.5, la tiltima década del siglo vivid un tremendo auge de los ingresos de los quintos de Popayan, que indican una produccién anual promedio de 230.000 castellanos (cerca de 600.000 patacones) entre 1790 y 1799.37 Este abrupto crecimiento, que no se refleja en las estadfsticas de Melo, indica tal vez el aumento de la produccién en la subprovincia de Barbacoas, que segtin las estadisticas separadas de Barbacoas (en la tabla 3.1), se duplicé durante los tiltimos afios del siglo. En Antioquia, el oro registrado para ser fundido (en la figura 3.6), Sigue una trayectoria de produccién bastante parecida a la que se tefleja en los registros de quintos compilados por Melo. Después de oscilar en torno a un nivel promedio de cerca de 22.600 pesos de oro durante la primera mitad del siglo, la produccién registrada 37. Al convertir los castellanos en pesos de plata, he usado la tasa empleada Por Melo, de 2.72 por cada castellano. Para los promedios anuales del oro Producido en Popayn, calculado segtin los registros de los quintos, véase Apéndice B, Tabla 4, SEPT a wees cea Wea ae ce RENE site i Economia y sociedad FIGURA 3.6 ANTIOQUIA: PROMEDIOS ANUALES DEL ORO REGISTRADO PARA SU FUNDICION, 1700-1809 (EN MILES DE PESOS DE ORO). aumenté firmemente década tras década hasta su término. De los promedios de cerca de 60.000 pesos de oro entre 1750 y 1759, el valor del oro fundido en Antioquia se duplicé entre 1775 y 1779, antes de Ilegar a mas del doble, hasta alcanzar un promedio anual de mas de 260,000 pesos entre 1785 y 1799.** La pauta del creci- miento de la mineria en Antioquia difiere de la de Popayan y de la de las tierras bajas del Pacifico en que su principal fase de expansion tuvo lugar durante la segunda y no la primera mitad del siglo, al pasar la provincia de ser un productor menor a principal fuente de oro de la Nueva Granada. Los datos de este capitulo equivalen aproximadamente, repité- moslo, a la produccién real de oro, pero hay que recordar que el ritmo de crecimiento durante las tiltimas décadas tal vez es muy exagerado por efecto de los cambios en los impuestos. La reduccién del quinto al 3% de 1777 puede haber inflado los registros de oro en los afios siguientes, al reducir el incentivo para la evasién del 38. Véase Apéndice B, Tabla 3. El peso de oro equivalia a dos pesos de plata. Las fronteras mineras y la economia del oro 141 impuesto; en Antioquia, las medidas especiales que se tomaron para obligar a los comerciantes a pagar el quinto tal vez incrementaron artificialmente los registros de oro a mediados de la década de 1780. Sin embargo, esta clase de medidas ciertamente no explica el creci- miento de los quintos en afios anteriores del siglo. Ademis, el ritmo de los cambios en la produccién de oro demuestra que es imposible atribuir la recuperaci6n de la mineria del virreinato a las politicas borbénicas, puesto que el crecimiento ya se habia iniciado mucho antes de fines de la década de 1770, cuando los funcionarios espa- fioles dieron pasos positivos para la promocién del desarrollo minero. Serfa justo decir que no fue el gobierno de los Borbones el que estimulé el desarrollo de la minerfa, sino que sucedié lo contrario. El renacimiento de la extraccién de oro no sélo revivié el interés de la metrépoli en la Nueva Granada, sino que el aumento de la pro- duccién del metal, al estimular el comercio interregional de produc- tos domésticos, también contribuyé en forma importante al afian- zamiento del gobierno colonial con el incremento de los ingresos por los impuestos a la produccién, el consumo y el comercio. A pesar de tal crecimiento, la produccién de oro de la Nueva Granada contribuy6 slo en muy menor grado al flujo del metal de las Américas a Europa durante el siglo XVIII. Si comparamos, por cierto, los datos esbozados en este capitulo con el oro importado a Europa desde Ibe- roamérica, es indudable que la Nueva Granada fue durante la mayor parte del siglo un productor de oro muy menor comparado con el Brasil. Las importaciones de oro del Brasil hacia Europa promediaron cerca de nueve millones de pesos entre 1722 y 1731, superaron los ocho millones entre 1732 y 1741, se estabilizaron en cerca de seis millones entre 1752 y 1761, y se aproximaron a los cuatro y medio millones en las décadas de 1760 y 1770. Sélo hacia finales del siglo, mucho después de que hubiera terminado el auge en el Brasil, bajaron las exportaciones de éste a niveles cercanos al tope de la produccién de oro neogranadina, de cerca de dos millones de pesos. La produccién de oro de la Nueva Granada también era parte de la produccién total —— 142 Economia y sociedad de Hispanoamérica. Si comparamos nuestro célculo de la produccién de oro neogranadina con los datos de Morineau sobre el oro de sus colonias importado a Espaiia, parece probable que en la tiltima década del siglo la produecién de oro de la Nueva Granada tuviera un valor cercano a la mitad del valor del metal que ingresé a puertos espa- fioles.?° LAS REGIONES MINERAS Y EL COMERCIO DEL ORO Las regiones mineras mismas eran por lo general pobres y no mos- traban ni la menor sefial de la riqueza que producfan, Comparadas con Ja gran zona de extracecién de oro de Minas Gerais en el Brasil, las dreas mineras de la Nueva Granada eran zonas atrasadas y pau- pérrimas, alejadas de los principales asentamientos. Cualquier ga- nancia que produjera la minerfa iba a manos de personas que vivian en otras regiones, sobre todo en centros del gobierno y del comercio como Popaydn, Bogoté y Cartagena. En las tierras bajas del Pacifico habfa muchos obstaculos para el desarrollo regional, pues ni la tierra nielclima eran favorables para la explotacién agricola, Comparadas con las tierras y el clima acogedor de la regién contigua del Cauca, el clima huimedo y tropical y la espesa selva del Chocd, Barbacoas, Raposo ¢ Iscuandé tenian poco que ofrecer a los colonizadores, y durante mucho tiempo siguieron figurando entre las areas menos pobladas y desarrolladas de Colombia. Los mineros de la costa del Pacifico eran ante todo extrafios que llevaban esclavos para buscar el oro y que, fuera de las pequefias cantidades de alimentos que producfan, persuadidas u obligadas, las diminutas comunidades in- digenas, dependfan de comida y otros articulos importados de otras regiones, La inversién en esclavos y la dependencia de abastecimien- tos externos convertian estas zonas en empresas de riesgo, ¢ incluso as ganancias de los mineros bien capitalizados no eran muy jugosas: 39. Morineau, Incroyables gazettes et fabuleux métaux, Tabla 71, pp. 478-80. Las fronteras mineras y la economia del oro 143 Sharp calcula promedios de rendimiento de entre el 7% y el 10%, pero pueden haber sido inferiores.* Cualesquiera que fuesen las ganancias de sus empresas, los mineros de Popayan y de Cali cier- tamente no las invertian en las zonas mineras, sino que las Ilevaban al valle del Cauca, donde valiéndose de esclavos que pasaban de la mineria a la agricultura podian apoyar empresas familiares basadas en las grandes haciendas. Es ademas probable que buena parte de las ganancias de la minerfa del Pac! fico cayera en manos de los comer- ciantes que trataban, directa 0 indirectamente, con las zonas mineras. Los mineros de los yacimientos aurfferos de frontera cambiaban el polvode oro por provisiones de comida, aguardiente, tabaco, metal para herramientas y manufacturas Hevadas por los rescatadores. Estos comerciantes entregaban luego el polvo de oro a sus mayoris- tas, o lo registraban personalmente en las fundiciones reales para convertirlo en lingotes y pagar el quinto.*! Este intercambio les convenfa obviamente a los mineros en un importante aspecto. Los liberaba de la obligacién de entregar el polvo de oro a las fundiciones y de pagar el quinto, y los abastecfa de las provisiones necesarias para sostener sus actividades. Pero la dependencia de los comercian- tes también tenia sus desventajas, porque el trueque del oro entre mineros y comerciantes se hacia en términos que favorecian a estos {iltimos. Los mercaderes que en el Chocé compraban el metal direc- tamente a los mineros pagaban menos que su valor real y sacaban provecho de la diferencia entre el tipo de cambio en los yacimientos yel valor del metal en las fundiciones reales.*2 Aunque los mineros 40. Para los cAlculos de Sharp, vedse su Slavery on the Colombian Frontier, pp. 171-89; para una critica de su método y una explicacién de por qué la minerfa puede haber tenido tasas de ganancia inferiores, véase Colmenares, Historia eco- némica y social, vol. Il, pp. 153-65. 41. Elhiecho de que los comerciantes y mercaderes registraban y pagaban la mayor parte del oro producido en las zonas mineras es palpable en un informe de 1703 del fiscal de la Real Audiencia, en el curso de una controversia sobre los porcentajes que Jos mineros y comerciantes debfan pagar por el quinto; el informe esta reproducido en Barriga Villalba, Historia de la Casa de Moneda, vol. 1, pp. 335-6. 42. Sharp, Slavery on the Spanish Frontier, pp. 63-4, } i ae 144 Economia y sociedad pueden haber pensado que se trataba de una transaccién aceptable, su dependencia de ellos para todo, menos los alimentos mas basicos, Jos hacfa yulnerables a una explotacién de otra clase. Pues parece que los comerciantes dispuestos a enfrentarse a las dificultades del trueque con las regiones mineras s6lo proporcionaban pequefias cantidades de articulos a altos precios, y obligaban a los mineros a aceptar términos onerosos, sobre todo si dependian del crédito. En 1780, un visitante del Chocd observé que los comerciantes obligaban a los mineros, para que dispusieran de todo lo que requerian, a comprar una variedad de mercancias, algunas de las cuales no ne- cesitaban. Ademés, con frecuencia acudfan al crédito para obtenerlas, comprometiéndose a pagar la deuda con futuros. Si se retrasaban en el pago, su dependencia aumentaba, al acumularse los intereses. En 1780 se decfa que era tan comiin esta situacién que los mineros del Chocé debian mas de lo que posefan.*? En la regién antioquefia, el medio ambiente fisico y climatico ‘era més apropiado para el desarrollo agricola y urbano, y la zona era por lo tanto mas desarrollada social y econémicamente que las dreas mineras del Pacifico. Sin embargo, por haber desapare- cido répidamente la poblacién indigena en el siglo XVI, Antioquia quedé durante mucho tiempo marginada de la sociedad colonial, y su desarrollo en el siglo XVIII tuvo que partir de una pequefia base demografica. La minerfa, no obstante, contribuy6 mas al desa- rrollo regional que en la costa del Pacifico, porque la controlaban en gran parte habitantes locales. Esto ayuda a explicar por qué Medellin se convirtié en un centro urbano de creciente importancia hacia fines del perfodo colonial, y por qué Antioquia siguid de- sarrollando una floreciente economia regional después de la inde- pendencia. Pero aunque las crecientes ganancias de las minas enriquecieron la provincia a lo largo del siglo XVII, Antioquia 43. “Relacién del Chocé... conforme al reconocimento del Capitén de Ingenieros don Juan Jiménez Donoso”, noviembre 15, 1780, en Ortega Ricaurte, Historia Documental det Choc6, pp. 227-33. —————— EE Las fronteras mineras y la economia del oro 145 dependia en buena parte de mercancias importadas, y este comercio tendfa a drenar la regién de recursos. En 1787, el oidor Mon y Velarde informé6 que los bienes importados a Antioquia se vendfan a precios entre el 50 y el 100% més altos que en las regiones no mineras. La practica de vender a crédito (fomentada por la carencia de monedas de plata de pequefias denominaciones) hacia subir atin més los precios.“* Al explicar la relativa pobreza de la provincia, Mon y Velarde anoté que comerciantes de otras regiones acaparaban la mayor parte de su riqueza. “Los comerciantes que hacen trueque por el oro”, dijo, Jo sacan todo de la provincia, donde no se conoce ahora ni la menor industria o manufactura porque hasta los bienes mas toscos son traidos del Reino (de la Nueva Granada), de manera que todo el oro sale sin haber circulado en lo mds m{nimo entre los habitantes y los mineros. Todos son vasallos de los comerciantes, y éstos a su vez de sus corresponsales en Santa Fe, Cartagena y Santa Marta.4> Los comerciantes a veces formaban sociedades con los mineros, pero por lo general evitaban comprometerse directamente en la pro- duccidn.4® Su papel en la mineria era més bien el de suministrar esclavos y mercancfas, generalmente a crédito. En 0 mineros hacfan sus compras directamente a los mayoristas de iones los ciudades como Cali, para luego llevar sus provisiones a las minas 44, “Sucinta relacién de lo ejecutado en la visita de Antioquia...", en Robledo, Bosquejo Biogrdfico, p. 350; AHA Colonia, Hacienda, tomo 747, manuscrito 11988. “Informe hecho por el Sr Don Juan Antonio Mon y Velarde... para el uso de ta moneda en esta Provincia”, Antioquia, agosto 23, 1787. 45, AHA Colonia, Hacienda, tomo 747, manuscrito 11988. 46. Este no habia sido siempre el caso. En 1761, un funcionario de Ia tesorerfa recotdé que en el pasado algunos mineros pudientes se habfan unido a los comer- ciantes de Cartagena para importar esclavos para la minerfa, pero observ que los comerciantes se habian tornado reacios a financiar a los mineros por las pérdidas que habfan tenido, y que ahora se abstenfan de entrar en sociedad con ellos. “Informe de los medios tiles y convenientes a el fomento del Reino, beneficio de los vasallos, y aumento de la Real Hacienda”, AHNC Aduanas (Cartas) tomo 8, folio 436, José de Arce y Zavala, Santa Fe, octubre 2, 1760. fa y sociedad’ 146 Economia y socie del Pacifico.*? Sin embargo, el procedimiento mas comtn consistfa en que pequefios comerciantes tomaban sus mercaderias de ma- yoristas 0 hacendados con créditos de hasta un afio, para luego ‘venderlas en los distritos mineros a cambio de polvo de oro. Una vez adquirido el metal, lo utilizaban para transacciones comercia les adicionales en ciudades como Popayan, Cali, Honda, Mompés, Cartagena y Santa Fe, donde podian cancelar sus deudas y adquirir nuevas mercancfas. LA MINERIA DEL ORO Y LA ECONOMIA DE LA Nueva GRANADA Como parte de este comercio dependia de bienes importados de ultramar, una porcién de la produecion de oro de la Nueva Granada salfa del pais sin haber afectado en nada su economia. Pero las minas de oro ho eran simples enclaves unidos directamente @ Europa. De hecho, hasta 1784 a las regiones mineras del Pacifico les estaba yedado el contacto directo con las rutas maritimas del Atldntico, debido a repetidas prohibiciones de navegar en el rio Atrato. Esta medida, encaminada a evitar las exportaciones ilegales de oro a extranjeros en el Caribe, no eliminé el contrabando, pero sf si ignificd que el Chocé se abastecia dentro de la economfa doméstica en la provincia de Popayan, 0 en Mompés, Honda y Santa Fe. Los comer- ciantes de Cartagena, ademds, se mostraban satisfechos con este arreglo. Cuando en 1774 el virrey los consulté sobre la po: idad de abrir el Atrato al comercio con el Caribe, se opusieron firmemente a la idea. Aceptaron que la libre navegacién en el Atrato les con- vendria a los importadores espafioles, pero sostuvieron que el acceso al mar perjudicaria un valioso comercio interregional y que, al privar a los productores neogranadinos de importantes mercados agricolas y de otra clase, echaria a perder la mds amplia demanda de impor- 47. Colmenares, Cali, pp. 113-15. —a—————— “— Las fronteras mineras y la economia del oro 147 taciones europeas.** De hecho, cuando se abridé el Atrato en 1784, se empleé ante todo para importar hierro, acero y otras manufacturas europeas, mientras que las provincias vecinas del virreinato siguieron abasteciendo los alimentos y otros articulos.” De modo que antes de que el oro saliera del pats, irrigaba y estimulaba la economfa de las regiones adyacentes, generando un comercio de productos agri- colas y otros, y ampliando asf los mercados de las regiones agrarias. Este comercio incluia una amplia variedad de productos coloniales: elazticar y sus derivados, el tabaco, la sal, el anis, el queso, el trigo, Ja carne de res salada y seca, asi como el algod6n crudo, los lienzos y las telas de lana, transportados por la red de trochas que iban de Popaydn a las tierras bajas del Pacifico, y de Bogota y la Cordillera Oriental a Antioquia.° Pruebas de los efectos estimulantes del renacimiento minero se encuentran en el desarrollo del comercio en las ciudades de Popayan y Bogoté, el cual, a juzgar por los ingresos de los impuestos de venta, mostré una sélida tendencia a la expat mitad del siglo. El valor promedio anual de las alcabalas cobradas en Bogota fue de menos de 6.000 pesos entre 1700 y 1704; perma- necié igual entre 1720 y 1724, y para 1740-5 s6lo hubo un ligero crecimiento, al llegar a poco més de 8.000 pesos. Luego tuvo lugar una sdbita alza entre 1756 y 1760, a mas de 28.600 pesos, seguida por un alto y sostenido promedio de crecimiento hasta llegar, entre 1805 y 1808, a entradas anuales promedio superiores a los 100.000 sién, sobre todo en la tiltima pesos.s! Los ingresos de la alcabala pagada por bienes vendidos 48, AGI Consulados 333, Junta de los individuos del Comercio de Espana, Cartagena, agosto 6, 1774. 49. En 1774, la corona ordené a las autoridades coloniales investigar el asunto de la apertura a la navegacién del rio Atrato pero, a pesar dela recomendacién favorable del virrey Guirior, no fue abierta hasta 1784. AGI Santa Fe 956, Caballero yGongora a Galvez, mayo 31, 1784; también Pérez. Ayala, Antonio Caballero y Gongora, p. 363; y Silvestre, Descripcidn, p. 41. 50. West, Colonial Placer Mining, pp. 112-22. $1. Les estoy muy agradecido a los profesores John TePaske y Alvaro Jara por esta informacién extraida de su investigacién inédita sobre los ingresos reales 148 Economia y sociedad dentro de la jurisdiccién de la ciudad de Popayan aumentaron a un ritmo similar, pero en menor escala. Entre 1722 y 1726, los ingresos promediaron menos de 900 pesos por afio; entre 1741 y 1745 el promedio anual fue de 2.671 pesos. Después de que lacasa de moneda comenzara sus operaciones en 1753, crecieron répidamente en las siguientes décadas, legando aun promedio de cerca de 20.000 pesos entre 1795 y 1804. En ambos casos, el veloz aumento de las décadas de 1750 y 1760 es en parte atribuible a una mayor eficiencia admi- nistrativa, al pasar el cobro de la alcabala de recaudadores a comisién a la administraci6n directa real. Pero también hubo sefiales de un crecimiento cierto, palpable en los ingresos de los diezmos cobrados a la produccién agricola. En Popayan, los efectos econémicos del desarrollo minero fueron mas obvios en la ciudad, sobre todo después de que empezara a funcionar la casa de moneda a mediados del siglo. En 1763, el procurador del cabildo local informé que la presencia de la ceca habja significado un gran estimulo tanto para Ja minerfa como para el comercio de la provincia, al aumentar el intercambio con las regiones mineras del Pacifico y al librar a los mineros de su depen- dencia de los comerciantes de Bogota. Anteriormente, estos tltimos forzaban a los mineros a yenderles a bajos precios, pudiendo asf “engordar como una sanguijuela con la sangre y sustancia de estas provincias, que es el oro...”.*° El establecimiento de Ja casa de moneda cambi6 esta relacion, segiin el cabildo, y Popayén prosperd. Los registrados en Bogoté, Posteriores referencias a su investigacién figurarén como ‘TePaske y Jara, “Cartas cuentas de la real caja de Santa Fe de Bogota”, manuscrito inédito. ‘52. Véase Apédice C, Tabla 8. 53. ACC Colonia CIl-20ea 51 38. 54. Para un andlisis del producto de los diezmos en Popaydn, que incluye datos sobre Antioquia, véase Jorge Orlando Melo, “La produccién agricola en Popayan en el siglo XVIII, segin las cuentas de diezmos”, en Fedesarrollo, Ensayos sobre historia econdmica colombiana (Bogots, 1980). 55. ACC Libro Capitulat (1763), tomo 23, folios 38-9. Las fronteras mineras y la economia del oro 149 registros de las mercancias que ingresaban a la ciudad muestran que el comercio con Quito, sobre todo de telas de sus obrajes, aumenté abruptamente a mediados del siglo. Otra sefial del vigoroso creci- miento del comercio de Popayan fue el hecho de que atrajo un nimero creciente de inmigrantes espaiioles, algunos de ellos comerciantes que casaron con la élite criolla propietaria de tierras y de minas.% En 1756 habia suficientes espafioles para justificar la formacién de una compaiifa de milicia de “forasteros”,** y para 1764 el tamaiio dela comunidad mercantil ba con el de Bogota y Cartagena.*? En 1778, la corona reconocié el renacimiento de la ciudad como centro comercial al acceder a la demanda de sus comerciantes de ali establecer un tribunal mercantil independiente para resolver los asun- tos “del copioso numero de comerciantes domiciliados y casados en la regién, ademas de los muchos mercaderes de Quito, Santa Fe, 56, Datos dispersos en informes sobre el comercio de ingreso a Popaydn indican este aumento de las importaciones de los textiles de Quito, descritos como “ropa de Quito”, en la siguiente forma: 1735, 241/2 cargas; 1745, 2501/2; 1765, 2531/2; 1769, 612 (ACC Colonia C II-Sa 36 24 y 40 95; ACC Conia II-14a 50 51 y 50 73). A este desarrollo sin duda influyé en parte la separacién del comercio quitefio de los mercados peruanos, que siguié a la abolicién de los galeones y a la apertura de Ia ruta del Cabo de Hornos en la década de 1740 y que hizo que los productos de la industria de Quito se enfrentaran a la competencia de importaciones mas baratas de telas europeas. También lo facilitaron las transferencias de impuestos hechas por el gobierno de Quito a las autoridades de Cartagena, bajo la forma de un situado o subsidio anual para los gastos militares del puerto. A cargo de los comerciantes que lo Tevaban de Quito a la Nueva Granada, por via de Popayén, el situado era una itil fuente de capital para financiar el comercio en el camino. 57. Véase Gustavo Arboleda, Diccionario Biografico y Genealdgico, para datos sobre algunos comerciantes espafioles que se establecieron en la ciudad durante el siglo XVIII, y que muestran cémo los absorbié la sociedad local por medio de los matrimonios, $8. ACC Libro Capitular, tomo 20 (1756), folios sin ntimeros. Desafortunada- mente este documento slo nombra los oficiales de esa “Compaiifa Miliciana de Expaftoles Forasteros”, todos los cuales eran importantes comerciantes, pero no da ¢l niimero 0 los nombres de los demas miembros. 59. Cuarenta individuos del “comercio de Popayan” dirigieron una peticién a la corona, pidiendo que el cobro de los ingresos de la alcabala y el aguardiente, bajo contrato colectivo con ellos desde 1761, siguiera su curso normal hasta ¢l término de éste. Véase ACC Colonia C II-20ea 51 38. 150 Economia y sociedad Honda y Cartagena que tienen aqui sus corresponsales 0 agente: A partir de entonces, opayan tuvo una delegacién mercantil de igual categoria que las de Bogotd y Quito.! Elcomercio de Antioquia, la mayor parte del cual se hacia a través de Bogotiy mostraba una tendencia similar_a crecer vigorosamente, Jo que estaba acorde con la creciente produccién de oro de la pro- vincia. Mientras el valor de las importaciones no llegaba por lo general a los 40.000 patacones antes de 1750, después de 1760 se dobl6, y se duplicé de nuevo en la década de 1770, antes de llegar aun monto de cerca de un millén entre 1780 y 1810.5? Y como la mayor parte del comercio era de bienes producidos en Ta Nueva Granada, sobre todo de los textiles crudos fabricados en la regién del Socorro, la minerfa antioquefia evidentemente contribuy6 a la activacién de la economia del centro del virreinato en la misma forma en que los yacimientos auriferos del Pacifico inyectaron nueva energia a la economia de la provincia de Popayan.% No Se debe, sin embargo, exagerar la influencia econémica del sector minero, porque ciertamente no transformé la economia de la Nueva Granada. Dentro del gran territorio que se extendia de los anos y selvas de las tierras bajas tropicales y a lo largo del terreno quebrado de las cordilleras andinas,fla posibilidad de un crecimiento econdmico siguié siendo muy limitada a causa de la dispersién y pequeiia escala de la colonizacién, las dificultades para el transporte interno y el cardcter aislado y de baja productividad de la mineria. Estos factores fueron constantes durante el siglo XVIII e impidieron 60. ACC Libro Capitular, tomo 28 (1777), fol. 146. 61. AHNC Consulados, tomo 3, fols. 433-5. Real Orden, julio 3, 1778. 62. Twinam, Miners, Merchants and Farmers, Tabla 7, pp. 51-4. Al final de ‘su segundo perfodo como gobernador de Antioquia, en 1785, Francisco Silvestre calculé que més de 250,000 pesos, o sea medio millén de pesos de plata, salfan de la provincia cada aio, tanto en forma de polvo como de lingotes: véase Silvestre, Relacién, p. 147. 63. Sobre la composicién det comercio antioquefio, véase Twinam, Miners, Merchants and Farmers, pp. 60-9. Las fronteras mineras y la economia del oro 151 laintegracién econémica regional, dejando ala Nueva Granada como una economia esencialmente subdesarrollada. El resurgimiento de la minerfa, no obstante, contribuyé en algo al cambio de las condi- ciones que habian colocado a la regién al margen del imperio espaiiol a fines del siglo XVII y durante el XVIII. Pues al estimular los circuitos del comercio interno, suministrar los medios para comprar mds importaciones europeas y dar al gobierno la oportunidad de elevar y gastar mas ingresos, la mineria del oro seria la base de una revitalizacién del gobierno espaiiol en la Nueva Granada, asi como de su comercio con la peninsula.\ es ee

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