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La vida de Elizabeth cambia radicalmente cuando encuentra a su prometido siéndole infiel. Todos sus planes, se ven desechos por la traicién del hombre que ama. Juntando su orgullo roto, comienza de cero en otra ciudad, una que Je dé las posibilidades que el egoismo de suex prometido no le pudo dar. Consigue trabajo en una multinacional donde conoce a un encantador hombre, uno que sera su jefe y por el cual se sentira atraida: Lo que Elizabeth no sabe es que una vida erece dentro de ella, interrumpiendo cada suefio que tiene. James Walker, un hombre rico, hermoso y con un futuro prometedor, se hace cargo de las empresas de su difunto padre, teniendo que tomar las riendas de su vida. Se encuentra con miles de responsabilidades, asi que contrata a Ia bella Elizabeth, sin saber que ella viene muy bien acompaniada. ¢Elizabeth sabréa afrontar su nueva realidad? ¢James sera espectador o participe de esta historia? (HISTORIA GRATUITA, NO PASARA A SUSCRIPCION O VENTA) Prologo Mi vida es pertfecta, todo lo que quiero Io tengo. Unos padres maravillosos, una hermana mayor que posee una familia hermosa, y un novio espléndido, perfecto, todo un caballero, hay alguna que otra falencia, pero éQuién no las tiene?, no somos perfectos. David, puede ser un tanto tonto algunas veces, olvidarse de alguna fecha importante, como hoy, que no recuerda que es nuestro aniversario de novios. Cinco afios han pasado desde el dia que me propuso ser su novia.y lo recuerdo como si fuera hoy. Fue tan emotivo ese dia que jamas lo olvidaré. Por eso hoy quise preparar algo especial, una cena, con su comida favorita, un buen vino y una noche inolvidable. Solo que el postre seré yo. La felicidad que siento y el amor que le tengo se esfuma en un segundo al sentir unos gemidos que provienen de nuestro cuarto. No debj salir temprano del trabajo, debi quedarme haciendo horas extras y no ver, ni escuchar como el hombre que‘amo me engatia con su amiga. Mi vida cambia en este instante, da un giro de ciento ochenta grados, rompiendo con mi castillo de ilusiones. Sorpresa Elizabeth Termino de acomodar los productos de maquillaje sobre la estanteria, debo acabar cuanto antes si deseo salir una hora antes del trabajo. Me ha costado muchas stplicas que me dejen ir, ya que mi jefe es un tirano y no le gusta tener consideraciones con nadie, y las tiene conmigo, puesto que promett venir una hora antes majiana, si no ni loco me da permiso. Dejo todo ordenadoy listo para poder marcharme. de la perfumeria en la que trabajo, nunca me imaginé estar en un lugar asi, no obstante David dice que es mejor que estar en una oficina encerrada, por lo menos aqui veo diferentes personas y converso con la mayoria de ellas y si él lo dice por algo es, éNo? ‘Si tt lo dices. Esa voz fastidiosa dentro de mi cabeza solo parece a molestarme. Me despido de mijefe con la promesa de que mafiama estaré aqui a la hora estipuladay me dispongo a caminar por las calles de New York, me envuelvo del crudo frio que hace, diciembre es un mes repleto de nieve y amor. Es mi estaci6n favorita del afio, amo el invierno, disfruto de estar en familia, tomando chocolate caliente y viendo tontas peliculas navidefias. Soy demasiado romantica, diria David. Ingreso a la tienda por el vino favorito de David, las pastas que tanto le gustan y un postre repleto de chocolate, habra un segundo y ese seré yo. Quiero darle la sorpresa por nuestro quinto aniversario, algo especial. Me hubiera gustado salir a algtin restaurante, no obstante trabaja mucho y siempre llega cansado, asi que prepare todo para festejar en casa. Salgo de la tienda y paso por una de lenceria, encargue un hermoso conjunto de dos piezas en color negro, sé que ama ese color, aunque yo prefiera el blanco o rojo, todo sea por hacerlo sentir bien. Hace mucho por los dos y quiero retribuirselo de algain modo. Mientras camino a casa me remonto a ese dia en el que me pidié ser su novia, éramos jévenes y con mil proyectos por delante, algunos han quedado en el olvido, como que trabaje de lo que estudie. Como dice David, estudiar administracién y empresas no es lo mas remunerable que hay, solo que a mi me gusto y lo hice, después entendi con sus consejos que es cierto lo que dice, es por eso que trabajo en la perfumeria. Sigo en mis pensamientos, donde David es el centro de mi mundo, mi todo. Mi madre no esta de acuerdo que mi vida gire alrededor de mi novio, dice que debo enfocarme un poco en mi, lo hago, solo que, ami modo, no comprendo por qué se altera cuando hablo de mi pareja. No lo quiere mucho. Tu sola puedes querer a ese hombre. Mi conciencia a veces es bastante fastidiosa. Llego al edificio que comparte con mi novio desde hace cuatro afios, uno que mi padre me regalo cuando me grade y el cual invite sin pensarlo a vivir a David, é] acepté encantado, puesto que es un sitio amplié y que se encuentra en un punto privilegiado de New York. —éCémo estas, querida? —el portero me saluda sacandome de mis pensamientos. —éHas venido antes? —me da na sonrisa acogedora. —Si, quiero prepararle una sorpresa a David. —le muestro las bolsas que cargo. —E] joven Ilego hace tiempo con.esa amiga de ustedes. —arrugo el cefio un tanto, desconcertada. Lo que el portero me cuenta no concuerda con lo que David dijo, me llamo avisando que llegaria tarde, que una reunién se presenté en la oficina y que no lo esperara para cenar. Omiti su afirmacién, para preparar la sorpresa y esperarlo igual, pero por lo que veo ya esta aqui y podremos festejar juntos, aunque no sabia que Emma vendria, espero se vaya rapido, asi comparto tiempo con mi amado. —Gracias. —vuelvo en mi. —Que tenga buena noche. —lo saludo moviendo mi mano al aire. Subo al ascensor impacientemente, quiero llegar y abrazar a mi novio, lo extrafio mucho, pasa noches enteras trabajando y de dia casi ni nos vemos por el mismo motivo. Los pisos suben con Jentitud y comienzo a sentirme extrafia, desahuciada es la palabra exacta. Es como si algo dentro mio me dice que vuelva al trabajo, que no debo estar aqui. Ignoro ese sexto sentido que todos poseemos y jamas obedecemos, para salir de la caja metalica cuando las puertas se abren en mi piso, camino por el largo pasillo hasta llegar a mi departamento, meto la llave, la giro y abro la puerta, estoy por llamar cuando mi castillo de fantasia se viene abajo. Unos gemidos provienen del dormitorio que comparto con David. No puedo moverme, es como si mis pies estén clavados al suelo alfombrado. Cierro los'ojos queriendo despertar de la pesadilla en Ja que estoy y cuando los abro creyendo que todo es mentira, unos jadeos graves se oyen con mas fervor, con mas stiplicas, con palabras de carifio, que ni sé que existen, ya que nunca fui merecedora de ellas. Me obligo a mi misma, a moverme, a quitarme la venda que llevo en los ojos de la peor manera que puede existir. Atravieso la sala llegando al pie de las escaleras, me atrevo a subir un peldaiio de esta, dos, tres, cuatro y hasta diez, quedando en la.planta alta en donde los tres. dormitorios se encuentran. Contengo la respiracién dando pisadas cortas, quiero y no llegar a nuestra habitaci6n, retrasarel momento no es una opcién, tarde o temprano tengo que descubrir Ja realidad y esta. David montando a su amiga, a Emma, a la que supuestamente quiere como una hermana. Las bolsas que atin sigo cargando caen al suelo haciendo un ruido estruendoso que llama la atencién de los amantes empedernidos. Llevo las manos a la boca para cubrir el jadeo de sorpresa y dolor que quiere escapar de mis labios cuando sus rostros se viran para ver quien los interrumpe. No soy la tinica sorprendida por lo que veo, ellos se separan de inmediato. Emma toma la sabana cubriendo su cuerpo y David, mi David, se coloca de pie tan rapido que trastabilla sin llegar a caerse. Los tres nos quedamos en silencio por un efimero instante. —Eli, yo... No es lo que parece. —intenta justificarse. ¢Por qué siempre dicen lo mismo?, no es Io que parece. Mi conciencia imita de mala manera el tono de voz de mi novio. —David, ti y ella... —sefialo a Emma que ya no posee la mirada de una amiga, ahora parece una arpia. —éSon amantes? —tengo la necesidad de saberlo. Si. Ambos hablan.al mismo:tiempo, se contradicen. Davida fulmina con la mirada y Emma sonrie victoriosa, como si estuviera ganando un premio. Intento procesar lo que acabo de ver, y cuando realmente mi cerebro capta que mi novio, el hombre que siempre idolatre, me esta siendo infiel con su mejor amiga, los ojos se me inundan de lagrimas. —Elizabeth, esctichame, esto ha sido un error, yo no quise, es que la monotonia y el trabajo me arrastraron a esto. —se explica al tiempo que se pone el pantalon. —Es la primera vez que pasa, nunca antes... —No le mientas, David. —lo corta Emma poniéndose de pie. —Ya no tienes por qué hacerlo, lo sabe y nos hemos sacado un problema de encima. —camina en su direccion. —Somos amantes desde hace afios, unos tres 0 cuatro. —iEmma, calla! —exclama David ofuscado. Se aleja de su tacto acercandose a mi, retrocedo dos pasos al tiempo que veo como ella lo detiene. «éCuatro afios?» Esa pregunta retumba en mi cabeza, nosotros Ilevamos cinco, o sea, que toda nuestra relaci6n ha sido un fiasco, una mentira, un castillo de ilusiones hechos por mi, porque la tnica que cree que hay amor aqui soy yo. Ni David, ni ella, sienten carifio, afecto, respeto o amor por alguien, menos por mi. Me han hecho vivir en una asquerosa mentira. »Amor, deja que te explique. —se zafa del agarre de Emma. —Por favor. —suplica desesperado. Claro, si el hombre no es nadie sin ti. Mi conciencia intenta que abra los ojos y la ignoro, no estoy para golpearme con la pared. —No, déjame. —esquivo su que cuando se acerca de mi. Mi corazon comienza a latir erratico, me mareo de un modo que me hace perder pie, me sostengo de la pared para no caer, los oidos me zumban dejandome sorda. Niego un par de veces para que los mareos se vayan, siento un toque en mi brazo que comienzo a despreciar. —Amor, éQué tienes? —ese "amor" me sabe horrible. —Suéltame. —le ordeno en un hilo de voz. Lo unico que gira y gira en mi cabeza son esos cuatro aiios, cuatro. Unos que pensé que eran magicos, que habia amor puro y verdadero, todo ha sido una ilusién éptica, un buen truco de magia, he sido espectador del engafio mas grande, el mejor hecho. Una relacién de mentira donde se me veia la cara de tonta. »Hoy es nuestro aniversario. —murmuro apenas audible. —Hoy cumplimos cinco afios, donde cuatro han'sido una farsa. —con el corazon destrozado lo veo aa cara. David palidece y parece recordar que fecha es hoy, lo especial que es para mi, ya vi que para él no. Cierra los ojos con frustraci6n, aprieta Jos labios en una fina linea y se atreve a mantenerme la mirada. —Lo lamento, princesa. —suelta un apelativo que antes amaba. — Hablemos tranquilos, esciichame y... —iNo! —exclamo decidid como nunca antes. —Deja de ser ti, siempre eres tii y tus necesidades. Ya no quiero que lo seas, estoy harta de ser la criada del cuento, quiero ser la reina y en esta historia no hay lugar para mi. —éQué quieres decir? —y lo pregunta. ¢Seré tonto? Le doy la raz6n a mi conciencia. —Que la farsa se termind, que las mascaras se han caido y que la realidad es mas sincera que nunca. —dictamino en tono seguro. — Nuestro cuento ficticio lego a su fin. No habra "un felices por siempre" —hago comillas con mis dedos. —No puedes dejarme, yo no sé vivir sin ti. —suplica tomando mis manos entre la suyas. —Por Favor, Elizabeth, solo ha sido un desliz sin importancia, entiéndeme. —sigue pidiendo por él. —éUn desliz de cuatro afios? —enarco una de mis cejas. —¢Qué significa ella en tu vida? —sefialo a Emma que sigue cubierta por la sabana fuera de la habitacion. —Nada. Un pasatiempo, una mujer sin importancia. —esas palabras duelen, a cualquiera lo lastimarian. —Ti eres la tmica que me interesa, la que amo. Sigue mintiendo. E] que ama no traiciona. Si hubiera escuchado antes a mi conciencia, no estaria en este momento muriéndome de dolor. —Eres nada en su vida —veo a Emma que mantiene la compostura lo mejor que puede. —Al igual que yo y que la que vendr. Es todo tuyo, sean felices-y coman perdices. Me doy media vuelta corriendo escaleras abajo, por mas que escucho sus gritos llamandome y a Emma intentandolo detenerlo, sigo corriendo, no me detengo hasta salir del edificio con el rostro bafiado en lagrimas, el corazon partido en pedazos y el alma destrozada. Huyo lo que mas puedo hasta llegar a un parque cerca de lo que era mi casa, porque no volveré a poner un pie ahi, veo la noche cubierta por nubes, el como la nieve cae congelando mi rostro himedo, Yo iba a darle una sorpresa y la sorprendida fui yo. Que paraddjica es la vida, pienso al tiempo que comienzo a idear el modo de desaparecer de mi antigua vida y comenzar de cero, lejos de todo el dolor y sufrimiento que me han causado. Volteo el rostro al escuchar voces y son unos jévenes que rien de alguna broma que hace uno de ellos, cuando estoy volviendo mi rostro al cielo me topo con un cartel que dice "Washington", esa palabra es mas que suficiente para saber cual es mi préximo destino, lejos de todo lo que alguna vez quise. He Go Entierro James Volver a Washington no esta dentro de mis planes, ni sentir el dolor que siento, nunca imaginas cuando tu perfecta vida se derrumba, no piensas en el momento, ni el c6mo todo cambiara, solo vives y subsistes, te dejas llevar por la monotonjia de vivir. Cuando tus pies se ponen sobre la tierra y la realidad te golpea sin asco es ahi, en ese instante que ya es tarde, que nada vuelve aser como lo era, ni por mas que lo anheles con todas tus fuerzas. Ver como cierran el atatid de tu padre, es doloroso, se supone que es la ley de la vida, que los viejos se van primero, que los hijos se quedan para continuar con su legado, y es cierto. No obstante, es una mierda, nadie quiere presenciar lo que mis ojos ven, menos cuando tu padre ha sido el mas honrado, bueno y célido que haya habido. La muerte Jo ha venido a buscar prematuramente, me lo arrebato sin aviso, ni he asimilado lo que ha pasado. Solo sé que recibi una llamada diciendo que él habia muerto de un ACV, fue'mas que suficiente para que volviera de New York. Mi madre se encontraba destrozada y atin lo sigue, mi hermana ni pensarlo. Ambas sienten. que sus vidas se han detenido por completo. Paso el brazo por encima del hombro de mi madre, atrayéndola contra mi cuerpo, se acurruca en mi pecho, humedeciendo con sus cientos de lagrimas mi camisa blanca. Acaricio sus cabellos rubios. Mi hermana se abraza a mi al igual que nuestra madre, ella también llora en mi pecho, lo hace con mas dolor y me toca ser el fuerte de la familia, sostenerlas, apoyarlas y cuidar de ellas, mi padre asi la hubiera deseado. Varios amigos y empresarios del mundo inmobiliario nos dan el pésame. Sonrié cordial con cada uno de ellos, no estoy para que me digan que lo lamentan mucho. Algunos son sinceros y otros no, festejan la muerte de mi padre, a ellos no les sirve alguien como mi progenitor, que siempre competia y ganaba, siendo asi el nombre mas importante en el mercado inmobiliario. «Inmobiliarias Walker» —Lo lamento. —el pésame mas sincero es el de mi amigo. —Sefiora Abigail, lo siento mucho. —mi madre asiente entre lagrimas. —Gracias, Jackson. —se dan una corta sonrisa. —Quiero que acabe. —gruiio fastidiado. —Igual yo. —Alessia habla por primera vez después de horas de silencio. —Sdcanos de aqui. —ordena. —Ser4 un placer. —le hago un gesto a Jacksompara que nos acompaiie. Este me ayuda a sacar a mis mujeres del cementerio bajo la atenta mirada de todos. La farsa del dolor que dicen sentir se acaba cuando entramos a la camioneta blindada. Ellos creen que Inmobiliarias Walker se terminé con mi padre y lo que no saben que para eso estoy aqui, seguiré su legado. G.) Un par de horas después estamos en casa, en completo silencio, respetando el dolor de todos. Alessia ha desaparecido escaleras arribas, pidié tiempo y sé lo he concedido con la promesa de que se alimente, ya que por su enfermedad,."olvida" que debe hacerlo. No se le olvida. Refuta mi conciencia. Es cierto, pero no discutiré ese tema con mi hermana en este instante, no estamos para peleas, sino para acompafiarnos mutuamente. Y es lo que nos encontramos haciendo, mi madre ha traido café para Jackson y para mi. Este no se mueve de mi lado, desde que Ilegue a Washington. —Aiin no me lo creo. —suelta impactado. —Ayer estuve con él y te juro que estaba mejor que todos nosotros juntos. —murmura acongojado. —Lo sé, hable en la mafiana con él y no parecia padecer alguna enfermedad. —lo vi normal, y escuché del mismo modo, pienso. —No busquemos respuestas. La vida es asi, como vienes, te vas. — mi madre susurra viendo fijamente las tazas de café que descansan sobre la mesa de medio. —Tengamos respeto a su memoria recordandolo con amor. —Asi sera madre, por eso mafiana mismo iré a la empresa y me haré cargo del negocio. —sus ojos impactan con los mfos con rapidez. —No te gusta, no debes... —Si, debo. —la interrumpo. —No, no debes. —es terca la mujer. —No es tuprofesién, a ti no te gusta vender, ni se-te da, eres pésimo socializando, James. —Gracias por el halago. —refunfufio enojado. Sabes que no miente. Un rat6n de biblioteca es mds sociable que ti. Mi conciencia se pone de acuerdo con mi madre para joderme. —Hijo, no deseo que te sacrifiques por nosotras. Hay dinero suficiente para que vivan cuatro generaciones mas. —explica un hecho que tengo mas que claro. —Abigail, no entiende a su hijo. —Jackson interviene, llamando la atencién de mi madre. —No lo hace por dinero, sino por su ego, necesita fortalecerlo y demostrarle a todas esas aves de rapifia que dicen ser "amigos" —hace comillas con sus dedos. —Que los Walker siguen en pie y asi sera de por vida. —Exacto. —afirmo a lo que dice mi amigo. —iQué estipido eres! —exclama ofuscada. —éSacrificarte por esos viejos amargados?, éEres loco? —enarco una de mis cejas viéndola muy enojada. —No lo voy a permitir, James. —dictamina severa. —éCémo lo haras? —me cruzo de brazos. —Hay un testamento y soy tan heredero como mi hermana y tii, con la diferencia que la presidencia es mia y tengo el porcentaje mayoritario, ni el consejo puede destituirme. Mi madre abre la boca en una perfecta O. Se pone de pie y camina amenazante en mi direcci6n, el cobarde de Jackson se aleja de mi velozmente, no vaya a ser que un golpe sea destinado para él por error. Abigail se planta frente a mi cuerpo y su baja estatura no da miedo. —dSerias capaz de desobedecerme? —sonrié de lado. —Claro, siempre lo hago mama. —su rostro se contrae. —Acéptalo, Inmobiliarias Walker seran manejadas por mi, le pese a quien le pese. —chasquea la lengua con molestia. Al ver que su enojo crece, suelto un bufido y me pongo de pie doblando su altura. Levanta la cabeza para verme a los ojos, son tan bonitas sus esferas marrones, hay tristeza y dolor en ellos en este momento. Estiro mis brazos envolviéndola.en.un abrazo. Primero se tensa por engjo que se carga, poco poco se le pasa y me devuelve el afecto. —Te amo, James. No quiero que vivas una vida que no te gusta. — murmura separandose de mi. —Ademas que iremos a la quiebra contigo, éQué sabes de ventas? —escucho como Jackson comienza a reir. —Lo mismo que yo de historia. —suelta sarcdstico. —Pero ah{ va él de testarudo. —viro los ojos. —iCallate! —exclamo fulminandolo con la mirada. —No mucho, hay un equipo para eso, éno? —espero que diga que si. Asiente varias veces. —Bien, con tu ayuda y ese equipo estaremos bien. —Pena me das. —se zafa de mi agarre. —Fui la secretaria de tu padre y juré no ser la de nadie mas, se lo promett y lo cumpliré. — vuelve al sofa de color blanco, —Soy tu hijo, no un fulano. —la que sonrie ahora es ella. —Biuscate una que te soporte, James. —dictamina firme. —éQuieres Ja presidencia?, perfecto, toda tuya, pero no cuentas conmigo y menos con Alessia, ella no puede. —me acorrala con sus palabras. —éPor qué lo haces?, te vengas, ya que deseo seguir con el negocio familiar. —niega varias veces. —Claro que no. Si tu padre viera que te haces cargo del negocio y te hace un monumento. —levanta las manos al cielo. —No es venganza, ni muchos menos, tinicamente que juré ser su secretaria de por vida y cuando eres joven y te encuentras enamorado haces cada promesa estapida que ni imaginas. —vira sus ojos. Nunca me va a pasar. No pienso andar de enamorado, uno se vuelve idiota y se deja hacer por un par de piernas con bonitos ojos. No, sefior, seré yo solo en la vida. Ni los nifios me gustan. —No es excusa para no ayudarme, mama. —refunfufio como nifio. —Puedo aconsejarte, no mas. —se cruza de brazos, decidida. —Me iré a descansar, me duele la cabeza. Suerte, hijo. —se burla de mi. Se pone de pie y sin mas me deja como estupido parado en medio de la sala, con mil dudas y un idiota de amigo, apretando los labios para no reirse de mi desgracia. Cuando me propuse ser el presidente, crei ilusamente que mi madre estaria ahi para ayudarme, como siempre lo hizo con mi padre, no que me saldria con que no por una tonta promesa, ademas éQué es eso\de que alguien me soporte? Eres un cara dura. Mi conciencia se impacta por mi pregunta y no entiendo el porqué. —éSoy insoportable? —veo a Jackson que ya no aguanta mas y suelta una carcajada divertida. —Nunca entiendo por qué somos amigos. Porque entre ustedes se soportan, otros no. Es verdad lo que dice mi conciencia. Jackson y yo somos carne y ufia, nadie mas que nosotros nos entendemos como lo hacemos. —Sabes que si —toma una bocanada de aire. —Quisquilloso, malhumorado, rebelde, tosco, bruto —enumera con sus dedos. — Puedo seguir si gustas. —Ya entendi. —bufo desplomandome sobre el sofa de cuerpo simple. —Mafiana iré a la empresa. —é¢Maiiana?, éNo te parece muy pronto? Tu padre no lleva ni un dia de que fue sepultado. —sé que parece desesperado mi actuar y capaz lo es. —Tengo lo que me pediste, elegi tres, hay una que me gusta mas que la otra. —Eres eficiente. —murmuro divertido. —Y tu muy habil. —toma la carpeta que hay sobre la mesa, que no vi y me la entrega. —éCémo sabfas que Abigail no aceptaria? —Es mi madre, algo la conozco. A decir verdad, tenia la esperanza de que acepte asi, no me veo en el trabajo de confiarle mi empresa a otra mujer que no sea ella, no obstante no se me da como quiero. Cuando me Ilamaron para decirme lo de mi padre, el mundo se detuvo bajo mis pies, sin.embargo mi cerebro siguié trabajando y maquinando lo que seria mi vida a partir de ese instante. Por eso es que lame a Jackson, le manifesté mis planes y le pedi que buscara una secretaria encaso de que mi madre no aceptara, no sabia de esa tonta promesa que ella le hizo, pero imagine que seria doloroso para Abigail ir a la empresa y no verlo sentado en su sillén de cuero. Nunca soy un hombre de decisiones prematuras 0 apresuradas. Me pienso todo mil veces, veo sus pro y contras, intento no ser arrebatado, soy un ser sumamente pensante. Cuando mi teléfono sono y me dio la peor noticia del mundo, tuve que actuar rapido, sin mucho predmbulo, puesto que quieren la cabeza de mi familia, ver el apellido por los suelos 0 por lo menos es lo que mi padre decia cada vez que me Ilamaba. «Era su mayor preocupacién» —¢Cual te gusta? —Jackson interrumpe mis pensamientos. —Te veo muy interesado en la eleccién de la nueva secretaria. —le doy una corta mirada. —Pediste un favor y quiero hacerlo bien. —sonrie con malicia. —Ella me gusta. —acerca la mano y sefiala una de las hojas. Leo el nombre que surca el papel blanco... «Elizabeth Cox» —éQué tiene de especial? —recorro la hoja sin ver experiencia en ella. —éPerfumeria?, éPretendes que una despachante sea mmi secretaria? —lo observo perplejo. —Ve mas alla de tus ojos, idiota. —rebusca entre las hojas y me entrega una fotografia. —Es hermosa. No puedo negarlo, la mujer en cuestién es mas que eso con su piel blanca, cabello negro y mirada armoniosa. Parece un alma indefensa, tiene aspecto de puritana y no sé si me sirva una mujer sin cardcter. —No puedo contratar a una mujer por su belleza fisica. —-me quedo viendo la foto como baboso. —Dos semanas hace que se encuentra en Washington y esta en busca de nuevas oportunidades —enarco una de mis.cejas viéndolo con curiosidad. —Hable con ella eta mafiana, necesitaba estar seguro. —éDe qué? —indago curioso. —Su apellido es bonito, éNo crees? Vuelvo a ver la hoja y no entiendo bien hasta que releo varias veces, Cox, Elizabeth Cox, pero miren quien es. Que pequefio resulta ser el mundo. Sonrié de lado observando a mi amigo que se halla igual que yo. Por algo estoy aqui, por el mismo motivo que ella se ha puesto en mi camino. Sted Bienvenida Elizabeth Dos semanas en Washington y nada que encuentro un empleo, necesito encontrarlo con urgencia si es que quiero sobrevivir aqui. Tranquilamente, puedo usar las tarjetas que mi padre me da, hacerlo es sindnimo de dependencia y no me gusta. Me han ensefiado a valerme por mi misma y es lo hago.desde que me recibi de la universidad. El trabajo en la perfumeria no ayuda para un curriculum, pero como soy una estipida que se deja influenciar, ahi fui yo a trabajar por casi cincoafios. Suelto un suspiro pesado, intentando apaciguar el dolor de cabeza que siento. Estoy cansada de andar de aqui para alla en busca de trabajo. Agradezco tener un techo donde dormir, en realidad es gracias a mis padres, ellos creen que discuti con David y que me aleje de este por mero capricho. Un impasse en la relacién, que pedi tiempo. Cuando es todo mentira, no obstante, no supe como callar las cientos de mentiras que ha dicho mi ex novio. Este tee que mi padre lo eche y deje en la calle. Que se lo merece. No sé cuantas veces voy. a decirlo. Mi conciencia me regafia ofuscada por mis decisiones. La realidad es que no tendria que estar aceptando mentirle a mis progenitores, ellos no se lo merecen, sin embargo, no sé como afrontar que soy una estipida. Una ilusa que ha vivido engafiada por el que cree es el amor de su vida. Aun no caigo en cuentas de la traicién de David, sigo sin procesar lo que vi. El siéndome infiel con Emma, la que consideraba una amiga, no era mia, al ser de mi novio, pensé que podriamos serlo. Soy patética, hasta pena ajena doy. Pateo las sabanas saliendo de la cama, para afrontar mi triste realidad, una donde estoy lejos de mi familia y de casa, en una ciudad enorme, aunque estoy acostumbrada a una de la misma magnitud, no es la mia, donde uno tiene sus costumbres. Extrafio a mi hermana, ella estaria consolandome y ayudandome a salir de este pozo ciego donde me he metido por tonta y seguramente matando a David con sus propias manos y arrancandole los cabellos a Emma. Si le dices Ia verdad, ella estaré en menos de Io que canta un gallo. Y seguro que tras la rejas. Le respondo a mi conciencia. Estoy poniéndome de pie cuando escucho sonar un teléfono. Doy un brinco sobre la cama del susto. Avin no me acostumbro al sonido que este posee, puesto que es nuevo y no es la tonta melodia que el anterior. Eso es otro tema, tuve que cambiar de mévil, puesto que David no deja de acosarme. Hasta mis redes sociales dejo de usar para que no me acose. No quiero saber de él en mi vida. Tomo el aparato de encima de la mesa de luz, observo-el nimero que es de New York, arrugo el’cefio, desconcertada. Tres personas poseen este numero, mi mama, papa y hermana, y no'son ninguno de los tres. Ladeo el rostro con desconfianza. Capaz David consiguid mi contacto a través de mis padres e intenta comunicarse conmigo. Pienso en no atender y al mismo tiempo prefiero hacerlo, pudo pasar algo con mi familia 0 no. Bufo un par de veces y cuando la llamada se corta me siento agradecida, no dura ni un instante cuando vuelve a.sonar. Cierro los ojos y me decido por atender. —iAy, no! —chillo con amargura. —Llegas a ser ti y juro por Dios que estas muerto. —grufio entre dientes tomando la llamada. »éQué quieres? —grufio, molesta por su insistencia. —d¢Disculpe? —escucho una voz varonil al otro lado de la linea. — Este es el ntimero de Elizabeth Cox? —Sf, soy yo. —respondo apenada con el hombre que me llama. — éQuién habla? —Jackson Thompson —se presenta con voz grave. —La llamo de empresas Walker —arrugo el cefio, desconcertada. —Es por el puesto de secretaria que se encuentra libre en Inmobiliarias Walker. «Walker» Ese apellido me suena, pero éDe donde? »éSefiorita? —escucho que me hablan. —Disculpe, éMe decia? —vuelvo en mi al sentir la impaciencia en su voz. —Qué hay un puesto libre para ser secretaria de presidente de la compaiifa y usted ha sido seleccionada de cientos de jovenes —¢Y por qué yo?, es lo primero que surca por mi mente. —¢Le gustaria tener una entrevista? Puede ser la oportunidad que necesito. Asiento como si me pudiera ver el hombre. —Claro, éDénde es? —juro que escucho una sonrisa de su parte. —éTiene donde anotar? Si. El tal Jackson me da la direccién del edificio donde se hallan las oficinas de Inmobiliarias Walker, ese apellido retumba en mi cabeza, en algun sitié lo escuche. Niego, ya que pueden ser imaginaciones mias, tltimamente parezco una paranoica. Me quedo viendola pequefia maleta que traje y estoy segura de que en ella no hay prendas adecuadas para ir a una entrevista de trabajo, menos en unas oficinas. En la perfumeria iba con mi ropa y de ahi usaba un delantal rosa que ellos me proporcionaban, asi que no necesitaba ropa elegante, ademas.que a David no le gustaba. Opaca su imagen. —Pero qué estupida soy. —gruiio en voz alta. —Denme ya el premio ala estupidez, tengo el primer lugar, sefiores. —hablo sola al tiempo que me pongo de pie. Eres ingenua, no esttipida. Mi conciencia intenta apaciguar mi enojo. Difiero de ella, no obstante no cuento con tiempo para andar discutiendo conmigo misma. Necesito ir de compras, y son muchas. Desde maquillaje a zapatos, cosas que no usaba con David, que ahora si me daré el lujo de usarlas, total ya no hay nadie para que me diga "No necesitas maquillaje, al natural eres hermosa". Mas lo pienso y mas quiero golpearme. (..) Me coloco los tacones negros con esfuerzo, mis pies duelen de las horas que pase ayer caminando en busca de todo lo que necesito. Explotar la tarjeta de mi padre ha sido poco a decir verdad, fue tanto el gasto que este me llamo para preguntarme que andaba haciendo, le explique que necesitaba algunas prendas y solo se alegr6 por mi, que si deseaba mas que no dudara en comprar. Es el mejor padre del mundo, pienso mientras termino de abrocharme la pollera tubo en color vino tinto. —No estoy tan mal —me alago viéndome en el espejo del dormitorio, —Ni tan bien, Si lo estuvieray David jamas me hubiera sido infiel, éno?, el busco afuera lo que yo no supe darle, en parte es mi culpa y lo debo admitir, entre mas rapido lo haga, mas rapido dejara de doler. Quita esas ideas de la cabeza y apiirate o llegaras tarde. Vocifera mi conciencia harta de que yo misma me menosprecie. Obedezco y no porque ella lo diga, sino porque un mensaje llega a mi teléfono avisandome que el taxi se encuentra abajo. Tuve que pedir uno, puesto que no sé conducir, a David no le gustan las mujeres que lo hacen. Niego frustrada conmigo misma. C..) Llego al impresionante edificio.de mas de treinta pisos, de un color opaco, algo asi como un gris. Lo observo sin emocién alguna, no me siento anonadada por la edificacién, aunque reconozco que es enorme, pero no muy lejos de lo que ya tengo visto. Lo que si halago es el modo en que todos se visten, elegantes, de trajes de dos piezas, Jas damas y los caballeros con sus trajes, negros, grises y algiin atrevido en azul. éTe quedaras por mucho tiempo més admirando a esos sujetos? Mi conciencia tiene unos cambios de humor que ni yo la entiendo. Me adentro al edificio donde un guardia parece esperarme, me escanea de pies a cabeza y acorta la distancia entre ambos. Se nota su curiosidad por mi, y seguro es por la seguridad que hay aqui, que es demasiada para mi gusto. —Sefiorita... —deja la palabra en el aire a la espera que le dé mi nombre. —Elizabeth Cox, un gusto —estiro mi mano en su direccién. Se me queda viendo extrafiado y la toma con algo de recelo. —Vengo por la entrevista para el puesto de secretaria para el sefior Walker. —ese apellido me sigue apabullando. —Ahh, usted es la nueva secretaria. —afirma regalandome una sonrisa calida. —No, solo es unaentrevista. —arrugo el cefio un tanto, confundida. ¢Dénde carajos nos metimos? Mi conciencia se preocupa un poco. —Claro, claro. —se apresura a decir. —Venga conmigo, por favor. — me sefiala el camino con su mano. Hago caso a lo que pide. Lo sigo hasta el centro del sitio, donde un enorme escritorio circular se encuentra muy bien ubicado, en el centro de la recepcién. Una mujer de mi edad aproximadamente me ve por encima de sus anteojos y enseguida una mueca se le forma en los labios, enarco una de mis cejas por su actitud hostil. Haciendo nuevas amigas. Mi conciencia vive para mofarse de mi. —éQué sucede? —indaga la morocha, —La sefiorita Cox —me sefiala el guardia. —Viene por el puesto de secretaria, el sefior Walker la esta esperando. Tanto ella como yo arrugamos el cefio, la mujer se desconcierta y yo peor que ella. Cémo que esperando?, si solo es una entrevista. Ni saben si estoy capacitada, cosa que no creo, ya que jamas trabaje en una empresa por mas que me crie en una. —No estoy enterada, asi que no... —No hace falta que lo sepa. —el sujeto la corta con brusquedad. — Mi orden es directo del joven James —viro el rostro de golpe en su direccién con un mal presentimiento. —La sefiorita Cox es bienvenida a la empresa y debe ver a Walker en diez minutos, asi que hagale la credencial 0 la hago yo. El tono del tipo no es amigable, por mas que me esté sonriendo calidamente, me da un poco de temor. No solo su actitud, sino la molestia que provoco en la mujer y el que me estén esperando y aseguren que ya soy la secretaria. «éQué carajos pasa aqui?» ¢Me preguntas a mi?, estoy peor que tii. Mi conciencia no es de ayuda, nunca lo es. Pasan unos minutos, cinco alo sumo, y la mujer nos entrega de malos modos la bendita credencial; un poco mas y me la tira por la cabeza. La tomo viendo lo que dice. «Cox Elizabeth, secretaria ejecutiva.» Estoy por preguntar, éde qué van?, cuando soy guiada una vez mas por el hombre mayor, vestido con su uniforme de seguridad, uno que le queda.un tanto grande, parece prestado. Niego borrando esos tontos pensamientos, deteniéndome frente a un ascensor. El sujeto me vuelve a'sonteir y me hace una sefia para que ingrese sola a la caja metalica. —Es el tiltimo piso, no tendré problemas para encontrar la oficina del jefe. —ingreso cohibida alascensor. —F la esta esperando. —me avisa al tiempo que las puertas comienzan a cerrarse. —Hace tiempo lo hace... Puedo jurar que escuche decir algo de "tiempo", las puertas se cierran en ese preciso instante colocando la duda en mi. Los treinta pisos se me hacen cortos, prefiero que sean mas eternos, que no me dejen en el trigésimo piso. Cuando menos lo noto ya estoy en mi destino con las puertas metilicas abriéndose y dejandome apreciar a un hombre de unos treinta afios, cabello negro, tez blanca, cuerpo fornido, una altura envidiable y unas facciones endurecidas por los afios que han pasado que no lo veo. La respiraci6n se me corta, los latidos de mi corazon roto laten desbocado, y el pulso puedo oirlo en todo mi cuerpo cuando un recuerdo me golpea con fuerza. —James Walker. —murmuro en tono apenas audible. —Bienvenida, Elizabeth Cox. —me recibe con voz grave. Los afios no han hecho justicia con su belleza natural, pienso mientras se acerca a mi como un cazador a su presa. So Geto Te necesito James Corto la llamada con mi hombre de seguridad. Me ha dicho que Elizabeth ya entrado al ascensor, que se nota confundida y lo estara atin mas cuando me vea. Si es que te recuerda. Molesta mi conciencia. Es cierto, puede que ella ni sepa quién soy. En-el breve momento que nuestras vidas se cruzaron, yo quede prendado de su belleza al tiempo que ella me ignoraba y era espectador de las burlas que su querido novio me daba por ser un hombre de estudio. La universidad fue dificil para mi. No importaba el apellido o el dinero que poseia, siempre habia un idiota con aires de superioridad. David hacia uso de sus facciones masculinas para tener a cualquier joven que se le cruzaba en medio, mientras ella lo idolatraba y no notaba lo estiipido que era. Intente varias veces acercarme a ella, y todas ellas fueron truncadas por David. El. nopermitia que nadie se le acercaray le mostraré la clase de basura que era. La tnica vez que pude hacerlo, Elizabeth me trato de loco, envidioso y hasta de acosador. éLa culpas? Indaga mi conciencia. En-un principio si, después entendi que ella estaba hechizada por el encanto de David, uno muy falso y barato, a mi gusto. Elizabeth es facil de engatusar, pienso esperando a que llegue a mi piso. Los pisos se mueven con tanta lentitud que me estresa. Hace afios esperaba tenerla a solas conmigo, hablar con ella, admirarla como un espectador a una grandiosa obra. Sé que parezco un psicdpata y puede que en algiin punto verla desde lejos haya sido mi pasatiempo favorito. Eso quedo en el pasado, hoy solo quiero ver como esta, como la ha tratado la vida junto a David, hasta donde sé hace afios son novios y su relacién es muy envidiable o eso creen los ciegos. Si mi memoria no falla, él posee una amiga un tanto peculiar, Emma, ella era una envidiosa o mas bien lo es. Siempre fue la sombra de Elizabeth y esta ni cuenta se daba. Niego ansioso, observando como el piso vigésimo noveno marca. —Uno mas y eres mia. —murmuro para mi mismo. Tranquilo, nifio. La mujer tiene novio. Mi conciencia me recuerda provocdndome fastidio. El piso trigésimo se marca y las puertas metalicas se abren de par en par, mostrando a una mujer que crei perdida en el tiempo. Tan hermosa como en mis recuerdos. Elizabeth Cox abre sus ojos como platos, parece reconocerme y lo hace soltando mi nombre con Jentitud. —Bienvenida, Elizabeth Cox. —saludo en tono grave. Al ver que no,da un paso acorto la distancia entre ambos y tomo su mano entre la mia, la levo hasta mis labios y siendo un caballero apoyo un beso en esta. Sus ojos se quedan fijos en su extremidad, parece no reaccionar a quien tiene en frente. —James. —vuelve a murmurar mi nombre. —éQué haces aqui? — ladea el rostro a un lado con desconcierto. —Trabajo aqui..—sigo sosteniendo su mano al tiempo que su cefio se arruga cada vez mas. —Soy el duefio, ¢Lo recuerdas?, mis padres Jo son en realidad. —le explico. —No. —suelta con sinceridad. —Claro. —aprieto los labios en una-fina linea. Su mundo siempre giro alrededor de David, no habia nada mas que élen su vida. Ni amigas tenia por estar al lado de ese idiota. Elizabeth llega a dar pena. Su actitud sumisa siempre me descoloco y apabullo, estoy acostumbrado a mujeres fuertes y de cardcter. »éPiensas quedarte dentro del ascensor? —vuelvo a hablar. —No, es que... ¢COmo es que nos encontramos después de cuatro afios? —ladeo una sonrisa picara en mi rostro. —No sabia que eran cuatro —miento descaradamente. —Supongo que el destino —me encojo de hombros. —Tii buscas trabajo y yo una secretaria. —achica sus ojos en mi direccién. —Sé que soy torpe e ingenua, James, pero no me mientas tan descaradamente. —grufie zafandose de mi agarre. —No fui seleccionada entre cientos de aspirantes, No? —se cruza de brazos. —éEso dijo Jackson? —arruga el cefio confundida y abre los ojos como platos. —éEs Jackson Thompson? —asiento varias veces. —Debi saberlo, donde esta uno, esta el otro —vira los ojos. —éCémo es que no recordé sus nombres? —no sé si me lo pregunta o lo hace para ella misma. —La luz que irradia David, nunca te deja ver mas alla. —le respondo en tono sarcastico. Sus ojos cafés se oscurecen un poco mas, la mirada se le pone tétrica y parece no gustarle lo que digo. Me siento culpable y no deseo que se vaya por algiin comentario fuera de lugar. No tengo por qué inmiscuirme en su vida privada. éRecién lo notas? Mi conciencia se fastidia por mi actitud infantil. »Lo siento, no... —Dejemos a David donde esta. —anuncia'sin 4nimo. —No seré tu secretaria, James. —de los que dice solo me queda mi nombre en sus labios. —Necesitas alguien con experiencia y no yo. —Puedo ensefiarte lo que no sepas. —pareciera que lo digo con doble sentido. —iJames! —chilla avergonzada. —Oye, no seas mal pensada. —sonrié divertido viendo como las mejillas se le tifien de rojo. —Yo... No... Pienso en nada. —se justifica torpemente. Los dos soltamos la carcajada. Reimos como dos nifios de un mal chiste. Me pierdo en sus facciones suaves y dulce, su sonrisa es muy bella, todo ella siempre lo ha sido, pienso al tiempo que dejo de reir intentando esquivar mis pensamientos. —éTe parece que tomemos un café y hablemos? —dejo la broma y Jas risas de lado tomando un perfil mas serio. —No he aceptado, asi que no haré el café. —anuncia saliendo de la caja metalica, pasando por mi lado e inundandome con su perfume ajazmin. —Y no creo hacerlo. Lo hards, pienso para mi mismo mientras me la quedo viendo. Conseguiré que Elizabeth trabaje para mi, si debo dar lastima para lograrlo lo haré y si debo ir mas alla de la pena también. Nadie me detendra esta vez. Ella esta muy lejos de David para que ahora se interponga entre nosotros. No volveré a tener una oportunidad como esta jamas, de eso. estoy mas que seguro. (...) Unos minutos después, una taza de café de por medio y un silencio incémodo, Elizabeth se encuentra sentada frente a mi con el escritorio de por medio y sus manos aferradas al bolso de mano que trajo. Los afios la han favorecido, se ve mas bonita, pero un tanto desconfiada. —éComo has estado? —interrumpo el mutismo obteniendo toda su atencién. —Si-es que puedes responder. —éPor qué no podria? —se acerca mas al escritorio y toma la taza de café entre sus manos. —No sé, ésera por qué a tu novio no le gusta? —enarca una de sus perfectas cejas. Que no se note que el hombre te cae mal. Es mas que eso, le explico a mi conciencia. —éTienes problemas con David? Si es asi, puedes ir a New York y solucionarlo con él, James. —vuelve a decir mi nombre. —Si me has traido aca para hacerme pagar algun tipo de venganza, sera mejor que me vaya. —hace el intento de levantarse. —No, espera. —me estiro por encima del escritorio, posando una de mis manos sobre la suya. —Mi intencién no es ofenderte, ni mucho menos. —No se nota —se vuelve a sentar. —éQué es lo que quieres de mi? — se cruza de brazos esperando una respuesta. A esta mujer deberfan decirle que no se preguntan ciertas cosas. Estoy de acuerdo con mi conciencia. —Que seas mi secretaria —carraspeo incémodo. Me ve Jackson actuando como puberto y soy el hazmerreir de él de por vida, grufio internamente al tiempo que veo como Elizabeth duda. —James, no tengo la capacidad para ser una. He trabajado los Ultimos afios de mi vida en una)perfumertia, tratando con mujeres que buscan verse mas bellas, no vendiendo casas. —explica moviendo las manos al aire. —Como te dije, puedo ensefiarte —repito una vez mas. —Ademas no estarias vendiendo, serias mi secretaria, son dos trabajos diferentes, éNo te parece? —Eres insistente, éTe lo han dicho? —bebe de la taza de café. Cierra los ojos disfrutando de este. —S{. Y siempre consigo lo que deseo —parpadea un poco aturdida por la veracidad de mis palabras. —Y antes de que los preguntes, te deseo a ti —se queda estatica sobre su-asiento —Siendo mi secretaria. Le explico para que no piense que soy un acosador, aunque lo estoy siendo, ya que desde que tuve su hoja con datos en mi mano no deje de idear el modo de conseguirla, de tenerla a mi lado. De una vez por toda ganarle al idiota de David. —éEs una competencia entre él y ti? —ladeo el rostro confundido. —éCompetencia?, éDe qué hablas? —Elizabeth oscurece un poco mas su mirada. Su rostro parece dolido o soy yo que veo mal, pero juraria que carga con mil penas, éCuales serian?, si ella ha tenido todo lo que desea en esta vida. Una buena familia, amigos, dinero, salud y esta con el hombre que cree perfecto. No entiendo por qué se muestra triste. —De David y ta —responde luego de unos segundos. —Sé que nunca se han llevado bien, hace aiios lo comprobé —me tenso sobre mi silla con el recuerdo de mis palabras avisandole lo que era David. — En ese momento no entendi de que hablabas, James, hoy lamento no haberte escuchado. —Sigo sin comprender. —niega varias veces moviendo sus cabellos oscuros. —No importa. Lo que si me interesa es que si hay una competencia entre ambos, te digo que no... —No la hay —la corto. —No me interesa el pacotilla de tu novio, sin embargo tu si —puedo ver como traga en seco. —Quiero que seas mi secretaria. —aseguro con fiereza. —Pareces un nifio caprichoso —intenta quitarle hierro al asunto. — No tengo ni idea que hacer en estos casos, ni como llevar una agenda, seria una locura aceptar. —Tu padre tiene-empresas, écomo es que no sabes nada?, ademas que estudiaste-y te recibiste, si mal no recuerdo. —Tienes mejor memoria que yo —me da una sonrisa triste. —A David no le gusta que este todo el dia encerrada entre cuatro paredes, asi que nunca ejerci y le deje mi lugar en la empresa de mi padre a él. —su declaracién me deja anonadado. Me quedo en silencio, algo impactado por lo que dice. Supe muy vagamente de su lejania con las empresas de su familia, su hermana se ocupa de todo y reniega que Elizabeth se deje manejar por David. Algo me habia contado Jackson, sin embargo preferi no saber. No me interesaba ser poseedor de la informacién personal de la castafia, épara qué?, si el enamoramiento que tuve de ella en la universidad se habia perdido en el tiempo. »La intencién no es dar pena, sino explicarte el porqué de mi negativa. —toma la tarjeta que hice hacer para ella y se la saca viéndola con atencién. —No mentiré se siente importante ser tu secretaria, no obstante no deseo ser un estorbo en tu vida. Estira la mano en mi direccién y me pasa la tarjeta. La veo a ellay después al pedazo de plastico donde su nombre se halla grabado. Niego con reticencia. No me daré por vencido, pienso empujando su mano en su direcci6n. —Es tuya, dice tu nombre, te pertenece. —éEs un suvenir?, éA toda mujer que se presenta para el puesto le das un regalo? —enarca una de sus cejas con diversion. —Solo una es merecedora de mi tiempo, es mi mejor regalo. —capta Ja indirecta. Sus mejillas se vuelven dos tomates, —Quiero tenerte aqui cada mafiana, junto a mi, ayudandome a llevar esta empresa, Elizabeth. —Es que no... —No confié en nadie mas, en realidad no tengo a otra mujer en mi mente que le confié mi empresa. —parpadea rapidamente. Se queda en silencio, procesando lo que le digo, aprovecho para ponerme de pie, rodear el escritorio acercandome a ella, me acuclillo a su lado y sin que lo espere tomo su delicada mano entre Ja mia. Sus ojos-se fijan en mi con nerviosismo. »Te necesito. —suplico al tiempo que acerco su mano a mis labios y dejo un pequefio beso sobre-ella nuevamente. La tensi6n es palpable en elaire. Lo nota y lo noto, ambos nos encontramos con diferentes dilemas e intentamos procesar lo que sucede entre ambos. La respiracién se me agita al ver como muerde sus labios y cuando tiembla por mi toque. Deseo besar mas que su mano, asi que... Ro Se Se éHelado de frutilla? Elizabeth Siento como el aire me falta ante la mirada penetrante que me da James. Sus pupilas son dos esferas de fuego, la intensidad de sus ojos me hacen soltarme de su agarre. Lo veo acercarse un poco mas a mi, como si fuera una presa a la que acecha. Me pongo de pie de golpe tirando la silla hacia atras para cortar la tensidn que hay entre ambos. El queda a mis pies, lo veo negar, levanta la cabeza y me da una sonrisa repleta de malicia. ‘Si aceptas, ten por seguro que este hombre te destruira. Estoy de acuerdo con la entrometida de mi conciencia. Cierro los ojos por un instante y ese dia en el que él intento abrirme los ojos, donde no lo quise escuchar, lo eché, golpee y hasta amenace con denunciarlo si no me deja en paz. El quiso ser bueno conmigo, quiso demostrarme la verdad de lo que era David, pero yo estaba enceguecida por una luz que no hizo mas que llevarme a un pozo negro del que después no pude salir. No reaccione en ese instante y si lohubiera hecho hoy mi realidad seria totalmente diferente. Reacciono, si, pero por el contacto efimero que siento en mi mejilla. Un beso, un pequeiio y casto beso, proveniente de unos labios suaves y carnosos. Abro los ojos:de golpe, un poco abrumada encontréndome con James. Sus esferas brillan con ferocidad y de sus labios tira una sonrisa codiciosa. —éQué crees que haces? —es lo tinico que mis labios pueden soltar. —Darte un beso de amigos. No recuerdo que lo fuéramos, pienso. Lo poco que lo vi en la universidad, James era un muchacho sumiso y de perfil bajo, podia tener lo que quisiera, su familia es una de las mas apoderadas en esta ciudad, pero él preferia perder sus tardes entre libros de historias y mantenerse alejado de los problemas. Todo lo contrario a David, este amaba meterse en lios, sin embargo nadie se metia con él. Dos polos opuestos. Las pocas veces que hice contacto con el hombre que tengo frente a mi fue por error, coincidiamos en los mayores sitios que yo frecuentaba hasta que mi ex decidié de que yo no debia ir mas, que no eran lugares divertidos y me arrastro a discotecas donde la mayor parte del tiempo me la pasaba con migrajias, pero todo era para complacerlo a él. No me cansaré de decir que eras una estipida. Mi conciencia no me da tregua. »No quise ofenderte. —James vuelve a hablar. —Lo lamento. No sé qué me causa mas disgusto, que me bese o que se disculpe por hacerlo. Niego un.par de veces para tranquilizarlo. —No lo has hecho. —formo una sontisa célida en mis labios. — Volvamos a lo de ser tu secretaria. —No hay mucho que penar. —éCémo qué no?, pienso. —Ta necesitas trabajo y yo una secretaria, Eli. —sus ojos brillan con emoci6n. Si aceptas, este hombre sera tu perdicibn. Estoy de acuerdo con mi conciencia, —De acuerdo, solo pido que haya formalidades. -sueno un tanto brusca. —No quiero tener problemas aqui dentro. —éProblemas? éCon quién? —yYa sabes. Las personas hablan y si te la pases diciéndome “Eli” o “Elizabeth puede traer malos entendidos. Una sonrisa mas falsa que mi relacién con David se forma en los labios de James, asiente un par de veces y se aleja de mi. Camina a su lugar inicial, detras de su escritorio como el jefe que es. Toma la carpeta que hay sobre este y me la pasa, la tomo en silencio queriendo entender que le sucede. —Ese es su contrato. Esta todo estipulado, puede darselos a sus abogados si desconfia. Se explican sus horarios, la cantidad de horas y dias a la semana que trabajara, vacaciones, el dinero querecibiré mensualmente, prestaciones... Como jefe es un tirano. Mi conciencia vuelve hablarme y le doy la razon. —iPor Dios! —exclamo cortando su esttipido monologo. Sus ojos se fijan en mi, ya que los tenia en cualquier sitio. —Primero, no tengo abogados, segundo, ahora no acepto —tiro la carpeta sobre el escritorio. —Tercero, ya tengo un idiota en mi vida, dos no lo quiero. —me giro sobre mi propio eje y camino a la salida. No dejaré que otro hombre me vuelva a tratar como si fuera un trapo de piso. Tuve suficiente con David y sus malos tratos 0 destrato para soportar a otro. Que sea una mujer buena y carente de caracter, no le da derecho a nadie a tratarme como se le da gana. Estoy harta de ser la Elizabeth que todos pueden pisotear a su antojo. No mas, me digo a mi misma abriendo la puerta para irme, cuando estoy por sacar mi cuerpo de eta oficina la puerta se vuelve a cerrar con brusquedad. Un cuerpo grande y pesado se siente a mis espaldas, no hace falta que me gire para saber que es James, su perfume y respiracion agitada en la curva de mi cuello me Jo hacen saber. —Lamento ser un idiota, juro que no lo soy a menudo “murmura haciendo que los bellos de mi cuello se ericen. —Puedo ser un tirano como jefe, eso no te lo negaré, no obstante contigo prometo no Jastimarte ni con el pétalo de una rosa. —siento desfallecer ante lo delicado que es en su tono. Apoyo la cabeza en la puerta queriendo calmar el mareo que siento. Giro lentamente el rostro en su direccién, nuestros labios quedan a milimetros, unos tan escasos que con el soplo del viento mas leve ya estarian juntos. Recorro sus facciones, pomulos, nariz, frente y sus ojos, esos que son lo mas sincero que he apreciado en el ultimo tiempo me ven de un modo extraiio, no entiendo que me gritan con sus pupilas dilatadas. Es que soy demasiado esttipida para entender sefiales. —James. —musito aturdida con su cercania. —Te tratare con respeto y si deseas no habra confianzas, pero no te vayas. —suplica. Me muerdo los labios con nerviosismo. James lleva su mirada a mi boca, suelta una maldicién entre dientes y presiona su cuerpo contra el mio quitandome el aliento. Hiperventilo por lo dominante que es este hombre. No da puntada sin hilo. Avisa mi conciencia perdida en el placer que nos provoca James. Me quedo perpleja cuando carraspea incomodo y se aleja de mi, privandome de su cercania. Se acomoda el traje y me da una mirada de soslayo que me hace reaccionar. Me giro de golpe quedando con Ja espalda pegada a la puerta y la respiracién un poco agitada. Me rasco la nuca-con nerviosismo, sin saber que decir. Demasiadas emociones juntas para una sola persona, pienso abrumada. »Di algo. —ordena sin verme. —Acepto. —no me lo pienso mas. —éComo? —hasta él se ha quedado sorprendido. —Que acepto ser tu secretaria, James. Acepto porque lo necesito, si quiero dejar de vivir de mi padre, porque no deseo volver a New York y encontrarme con David o en su defecto a la maldita de Emma. Deseo una oportunidad aqui y James desea darmela, épor qué negarme? éPor qué el hombre trae otras intenciones detrés de su ayuda? Mi conciencia ya desconfia hasta de una sombra. —Es la mejor decision que has tomado. —declara James con una sonrisa de oreja a oreja. No sé si lo sea, solo espero no arrepentirme en un futuro cercano. Otro error en mi vida no creo poder superar. A un no supero a David y su traicién, comienzo a creer que jams lo haré. .) Salgo del edificio de James, en busca de un taxi. Mi nuevo jefe me ha dicho que comenzaré mafiana, que por hoy tengo el dia libre, agradezco el gesto, no estoy acostumbrada a que sean benevolentes conmigo, siempre han sido ordenes que debo ejecutar y acatar, por parte de David y de mi ex jefe. Siempre he sido sumisa, no me gusta discutir 0 confrontarme a situaciones que escapen de mis manos, esquivé los problemas, es por eso que hui de New York y es que estoy en Washington. No sé como hacer para no llorar en una discusi6n, ser sensible no es bueno. Lo malo es que no te haces respetar, no que seas sensible. Me corrige mi conciencia. Me gustaria refutas, pero sé que tiene razon. Estoy por buscar el taxi cuando una oleada de frio cala mis huesos, logrando que note de mi despiste, olvide mi saco en la oficina de James. Es que firme elicontrato y hui de ese hombre que parecia devorarme con. la mirada. Me giro para volver al edificio e ir por mi abrigo cuando escucho como el mévil suena, me detengo y lo tomo entre mis manos para ver quien es, un mimero que no conozco. Espero no sea David, aunque no puede ser él, no tiene este numero. » Hola, éQuién habla? —murmuro un tanto recelosa. —Elizabeth —esa voz la conozco. —No me cortes, por favor — implora. —Deja que hable, amor, por favor. —vuelve a suplicar. Mi corazon duéle demasiado como cada vez que escucho la voz del hombre que amé desinteresadamente, que le di mi vida en sus manos, que lo deje hacer lo que quiera con ella. Le permiti tanto perdiéndome a mi misma para que me pagara con traicion. Junto los pedazos de una vida rotay me atrevo a hablar. —d¢Cémo tienes mi ntimero? —gruiio molesta. —Tu padre me lo dio, él desea que estemos como antes. —mis ojos se abren como platos. —é¢Le has dicho que me eres infiel con Emma? —silencio es lo que recibo. —Por cuatro afios o mas. —ya no tengo claro cuanto tiempo me han visto la cara. Total son amigos de antes que yo lo conociera. —Emma exagera, miente. Te juro que no... —No importa si fue esa noche donde te encontré follandotela o mil veces més, lo que si me interesa es que me engariaste, David —las lagrimas se acumulan en mis ojos. —Rompiste mi confianza, destruiste el amor que te tenia y te aseguro que nada de lo que digas o hagas compondré lo que has roto con tanto empefio. —Lo siento, princesa —de nuevo las arcadas me atacan. — Hablemos, puedo ir por ti y... —¢Por mi? —lo corto con brusquedad. —Llegas tarde, David. La Elizabeth que usabas a tu antojo murié esa noche donde te encontré con Emma, ella ya no existe. Quédate con tu novia y a mi déjame en paz o le diré a mi padre Jo que me has hecho y veremos si te quedan ganas de seguirme acosando. —No, por favor. ~siempre Je importo su puesto a mi lado, pienso. —Ya lo sabes. —corto la llamada. Soy una estipida, éComo no me di cuenta de lo que él era antes? Estipida, estipida. Me insulto a mi misma, dejando que toda la rabia fluya. Las noches enteras llorando dentro de la bafiadera o las tardes llenando mi estomago de helado y viendo peliculas tristes no han alcanzado para soltar todo el dolor que Ilevo dentro. Ni todos los insultos o golpes que me dé bastaran para calmar mi alma desgarrada porel suplicio que siento. —No eres estupida, algo ingenua y muy pura, pero no estipida. — escucho una voz grave a mi espalda. Me giro encontrandome a James con mi saco en la mano, supongo bajo a traérmelo. Me limpio las lagrimas con la palma de Ja mano, tiro el mévil dentro del bolso y sin decir una palabra estiro la mano en su direccién para que me de mi prenda de vestir. Me la entrega y rogarfa para que no vuelva a hablar. »éYa lo sabes? —esquivo su mirada. —Supongo que si. —Lo lamento. Intente decirtelo hace afios... Y bueno, ya sabes. Emma y él siempre se entendieron muy bien. —¢Lo sabias? —viro la cabeza de golpe en su direccién. —Si. Todos lo sabiamos. —suelto una risa carente de humor. —Soy la cornuda del sigo, bien por mi. —cierro los ojos dejando que algunas lagrimas caigan de mis ojos. —Debo irme, necesito hacer algo. —Te acompaiio. —se apresura a decir. —Sufrir solo no es bueno. —éSufrir4s conmigo? —enarco una de mis cejas. —éSabes lo que es que te rompan el corazén? No lo creo. James es demasiado apuesto, tiene todo lo que una mujer quiere a su lado. Después estamos las tontas como yo que nos fijamos en un bastardo, poco hombre. —Si, hace afios lo hicieron —trago en’seco al escucharlo hablar. —Y no solo sufres cuando te rompen el corazon, Elizabeth —asegura con mirada triste. —También lo haces cuando pierdes a un ser amado. —ladeo la cabeza desconcertada. —Mi padre fallecié ayer. La boca se me abre en una perfecta O y los ojos como platos. Me quedo muda por lo que afirma. Su padre, eso si es dolor de verdad, no lo que siento en este momento. Yo no sé qué haria'si pierdo al mio. —éHelado de frutilla? —susurro acongojada. Asiente varias veces. No sé qué sucedera de esta relacion profesional, no obstante espero no cometer mas locuras, olvidarme de David y seguir mi vida lejos de los problemas. Yee Yo Se Un tropezon no es caida. James Observo como Elizabeth elige el helado, pareciera que va a elegir al papa, se toma todo su tiempo, pide uno y al segundo dice que no. E] joven que la esta atendiendo ya le ha puesto mala cara y es que el pobre no sabe qué hacer, si servir o no. No pensé que ella fuera tan indecisa 0 son los nervios la que la ponen de este modo. Ha evitado el tema desde que decidimos ir por un helado. Solo me dio el pésame por mi padre’y fui yo quien hable como loro, y le conté algunas partes de mi regreso apresurado a Washington. Por su lado, evito,el tema de David. No sé si siga con él o no, aunque por lo que escuche de la conversacién telefénica supongo que no, en realidad espero que no, ya que este idiota estorbaria mis planes. éCudles son esos? Mi conciencia me interrumpe. éConquistar a la dama?, ¢Usarla como objeto sexual?, ¢Enamorarla? iPor Dios!, chillo para mi mismo. No pienso responder a nada, porque ni yo lo tengo claro, solo sé que ella fue mi primer amor platénico, de esos que te'vuelves incompetente, no piensas con claridad las cosas, crees en los cuentos de hadas y actuas erratico. éSueno cursi?, y bueno, lo seré. La culpa es de Elizabeth, ella sacé en'su momento esa parte de mi, una que desaparecio para convertirse en el don Juan que soy hoy. Por eso es que no sé que deseo con ella. Que fluya y con el tiempo se vera. Mejor ve ahora, que tu querida amada volveré loco al joven. Hago caso a lo que dice mi conciencia, ya que siento lastima por este. —De frutilla. —intervengo Ilamando la atencién de ambos. —Me invitaste helado de frutilla y es el que quiero. —dictamino ante su mirada recelosa. —Bien —bufa cruzandose de brazos. —Si fuera por mi me llevo todos los gustos. —la veo relamerse los labios con hambre. —éEres de comer mucho? —indago curioso. No creo, puesto que es muy delgada, al otro extremo diria. —No tanto como quisiera. Mantenerme en forma es un deber. — farfulla entre dientes. Arrugo el cefio confundido, éQué quiere decir?, ¢éDavid la obliga a comer poco?, es que ese hombre es un idiota y Elizabeth carece de amor propio. éComo una persona te va a limitar tu alimentacién por cuestién de forma o belleza? Cada minuto que paso junto a ella siento mas pena y rabia al mismo tiempo. »Puedes decirlo —me incentiva tomando el pote de helado. —Soy una estiipida —saca de su bolso dinero e intenta pagar. —No —detengo su mano en el aire. Ella y el joven me ven extrafiados. —Pago yo. —No creo que... —No fue pregunta. —grufio al ver que insiste. Le pago al joven y le dejo el cambio a modo de agradecimiento por Ja paciencia que le tuvo, otro la hubiera echado en el quinto cambio de helado, pero él lo soporto y se la cambié unas diez veces. Ese hombre merece el premio a la paciencia. —No eres esttipida —retomo la conversaci6n saliendo del local y caminando en direccién a mi auto. —Uno comete errores cuando esté enamorado. —la ultima palabra me molesta. Te molesta que no esté enamorado de ti. Es cierto lo que dice mi conciencia. —Bien, dicen que el amor es ciego, sordo y estipido. —bufa de mala gana comiéndose el helado. —éQuieres? —parece que me lo esta mezquinando, pienso al verla comer deprisa. —Y si me das —me burlo y sus mejillas se tifien de rojo. Me pasa el pote con su mirada baja. —¢Lo comemos en el auto o aqui?, aunque hace frio. La escaneo de pies a cabeza y por mas que ese conjunto de oficina y el abrigo largo que trae puesto, no son suficiente para tapar el frio que hace. La veo morderse los labios con inseguridad. »Es para que no nos enfermemos, pero si gustas nos sentamos. — siento que invado demasiado y voy mas rapido que una locomotora con ella. ¢Sientes? Ni la luz es tan rdpida como ti. Advierte mi conciencia divertida. —Si no te molesta que se ensucie el auto, puede ser ahi —susurra apenas audible. —Hace frio. —se abraza a si misma. —Obvio que no. Esta para servirme, no para tenerlo como si fuera un hijo —hablo caminando al auto. —Si se ensucia, se lava, se rompe, se arreglay demas. —le explico abriéndolela puerta. Me corro unos centimetros para dejarla subir, no mucho, ya que me gusta tenerla cerca. Me ve y después el Ingar que le he dado, niega rascandose la nuca algo nerviosa y pasa por mi lado dejandome su fragancia impregnada en la nariz, huele tan bien, pienso mientras su cdlido cuerpo ingresa en mi auto. «Qué dificil sera tenerla tan cerca en un espacio pequefio» Dejo mis pensamientos de lado para rodear mi automévil y meterme en él. No hago mas que apoyar el trasero en la butaca de este cuando soy robado descaradamente. Elizabeth me quita el pote de las manos con premura y'se engulle un par de cucharas a la boca. Me la quedo viendo como un tonto por el descaro que tiene. —Lo siento, tengo hambre. —o intentas tapar tus penas, pienso. — Cuéntame que has hecho todos estos afios. —busca informacion sin ella soltar lo que deseo saber. —Y después me hablards de ti. —la sefialo dandole vida al motor. Le doy una mirada de soslayo para apreciar sus pomulos rojos por Ja vergiienza. Parece bastante timida, mas de lo que recuerdo. G.) Estaciono el auto frente a su edificio, el tiempo ha pasado y el pote de helado casi se lo acaba, si porque fue ella la que se lo comié solita, si apenas comi tres cucharadas ha sido mucho, ¢Dénde le cabe tanto? Lo ha disfrutado mientras me escuchaba detenidamente contarle sobre la vida monétona que llevaba en New York, el cémo supe de mi padre y el modo en el que volvi, decidiendo hacerme cargo de la empresa familiar, en contra de mi madre que no quiere que arruine mi vida. —Todas las madres se preocupan por sus hijos —habla después de un buen rato en silencio. —La mia es pesadisima, vive llamando y controlandome hasta el aire que respiro, segtin ella eso es amor de madre. —hace una mueca graciosa con sus labios. —El dia que tenga hijos, cosa que no creo pase, no seré tan t6xica, iPor Dios! —levanta Jas manos al aire con pote y todo. Una imagen de Elizabeth embarazada me roba una sonrisa corta. Verla con un enorme vientre, comiendo mucho helado y mil cambios de humor debe ser todo un espectaculo. —No lo sabras hasta que no tengas hijos —murmuro Ilamando su atencién. —Me la pase hablando de mi. —Lo sé y lo agradezco —observa el pote con detenimiento. —No estaba tan bueno. —me lo entrega vacio. —diQué!?, pero si te lo has comido tu sola. —viro los ojos y suelto una carcajada. —Cuando estoy nerviosa como mucho. —me cuenta viendo por la ventana. —éTe pongo nerviosa? Sus ojos oscuros vuelven a mi con rapidez, se muerde los labios con nerviosismo. Se ve demasiado inocente y sexy al mismo tiempo. Tiene la capacidad de provocarme un espasmo en todo el cuerpo, que va desde mis pies hasta la cabeza, no obstante se acentia entre mis piernas. Deseo es la palabra correcta. La deseo, pienso. »Exhalas inocencia, écomo hago para no ver la lujuria que baila en tus pupilas? —no detengo mis palabras y mucho menos mis movimientos. Me ve con grandes ojos cuando me muevo sobre la butaca para quedar de lado y mas cerca de ella. No encuentro reticencia en su mirada, ni mucho menos. Parece mas dispuesta que disgustada. Muerde con mis fuerza su labio inferior, logrando que me atreva a tocarla. Mi mano se mueve por si sola hasta su mejilla y antes de posarla ahi, busco en sus faros oscuros una negativa que no hay. Termino de posar la mano en su rostro, es suave, tersa, se encuentra tibia y me excita en desmedida. »Eres tan delicada como una flor de cristal —musito formando circulos imaginarios con mi pulgar en su mejilla. —Me gustas. — ocultarlo es esttipido. Su mano se posa encima de la mia, la corre con delicadeza y una sonrisa forzosa se forma en sus labios al tiempo que sus faros brillan con algunas lagrimas acumuladas: Me asusta verla asi, no quiero que huya de mi, no ahora. La apabullas. Me regaiia mi conciencia. No es la idea, el problema es que no puedo detenerme, cuando se trata de ella actué sin pensar. —Lo siento. —murmura soltandome. No me da tiempo a reaccionar cuando abre la puerta del automévil y se baja, la cierray corre a su edificio. Me doy un golpe mental por actuar sin pensar. Elizabeth no es una mujer que puedes acorralarla, debes ir lento con ella o en seguida se asusta y hace lo que estoy viendo. —iMierda! —farfullo furioso. conmigo. Me bajo del automévil y la sigo por detras acelerando el paso antes que entre a su edificio, llega a la puerta, esta por abrir la puerta de cristal y mi mano es mas rapida que ella, la tomo del ante brazo y la hago voltearse en mi direccién, su rostro impacta en mi pecho. Nuestras respiracién se encuentran agitadas por la corrida que nos dimos. No se atreve a verme y me desespera el no poder apreciar esa mirada inocente que se carga. »Lamento ir tan rapido contigo, sé que hay que dar un paso a la vez. —la tomo del mentén y la hago verme a los ojos. —Creo que sabes mas tii de mi que yo misma. —murmura apoyando las manos sobre mi pecho e intentando poner algo de distancia, la cual sedo, pero no mucho. —James, no sé que pretendes, solo detente. —ordena sin fuerzas. —éNo te gusto? —insisto con conseguir algo de ella. —No es eso. Tendria que estar ciega para no ver lo guapo que eres. —éEntonces? —aprisiono sus caderas, volviendo a la postura inicial. Te duro poco el darle espacio. Mando a callar a mi conciencia. »éEs por David?, éSigues con él sabiendo lo que te ha hecho? —la bombardeo con preguntas. —éQué pasa sies por él? —esta faceta desafiante de suparte me gusta. —Estoy en todo mi derecho de amar a quien'sea, por mas que esa persona no me ame. —lo tiltimo se escucha en un susurro. —éLo amas? —posa la mirada a un lado mio y la vuelve después de unos segundos en silencio. —No amas a una persona de la noche a la mafiana como tampoco dejas de hacerlo. Es cierto lo que manifiesta con tanto dolor. Sin embargo puedo mostrarle que’se equivocé, que amo erréneamente y que hay un mundo esperdndola para ser comido por ella. —Un tropezon no es caida. Que hayas elegido mal significa que debes cerrarte las puertas a la vida. Hay ms alla de ese amor ciego que le tienes —sus ojos siguen fijados en mi. —Si me dejas, aunque sea como un buen amigo, puede mostrarte de lo que te has perdido por amarlo. —éAmigo? —ladea la cabeza de un lado a otro. —éPretende algo mas, sefiorita Cox? —una sonrisa maliciosa tira de mis labios al ver como enrojece de la vergiienza. —¢Me permites ensefiarte? Vuelve a morderse los labios con nerviosismo, su cuerpo vibra bajo mis brazos. Me da un corto asentimiento que me hace levantarla en el aire y girarnos a ambos. Acerco la boca a su mejilla, al posarla en el suelo y planto un beso en su tersa piel. Una corriente eléctrica nos atraviesa a ambos, ella da un respingo por la descarga. —Como amigos. —aclara. —Como amigos. —repito seguro de que no lo podré cumplir. Le ensefiaré que David no es lo que ella necesita en su vida. éY tui si?, cA costo de qué? Mi conciencia indaga y yo la ignoro para perderme en Elizabeth. Le So Ye Universo Elizabeth Llego a la empresa cansada, como si hubiera estado horas sin dormir, lo que es ilégico, puesto que descanse lo suficiente como para estar bien hoy, sin embargo aqui estoy bostezando como morsa, son tantos los bostezos que no puedo ni respirar. Ya veo y te ahogas. Mi conciencia también bosteza al tiempo que se burla de mi. —Sefiorita, éc6mo est4? —doy un respingo al escuchar la voz de un hombre muy cerca de mi. Miro quien me da el susto de muerte para encontrarme con el mismo sujeto del dia anterior, el hombre de seguridad, la diferencia es su vestimenta, ayer traia uniforme y hoy se encuentra de traje en color negro. Lo escaneo con extrafieza de pies a cabeza. —Bien, éusted? —estiro la mano para saludarlo. —Muy bien, gracias. —una respuesta sincera es lo que recibo. —EI sefior Walker me debe estar esperando, ya que soy su secretaria Your —Sefiorita Cox, primero no debe darme explicaciones. —me interrumpe. —Segundo, ya sé que ha sido contratada y por ultimo yo lo sé todo, siempre, asi que no gaste sus energias. —¢Todo? —enarco una de mis cejas con temor. —Si. Soy la seguridad personal del joven Walker, lo vi crecer, puedo asegurarle que todo lo que gira a su alrededor ya ha sido investigado por mi. —lo dice en tono orgulloso. —Ni que fuera un sol el "joven Walker" —hago comillas con mis dedos. —Y nosotros los planetas. —viro los ojos. —Se equivoca en algo, James es el sol en esta empresa, pero usted —me sefiala. —Es el sol en la vida de él, asi que vea donde gira cada uno. La boca se me abre en una perfecta O. Estos hombres no pierden el tiempo, van a cientos de kilémetros por hora, me sacan demasiada ventaja. No sé como se acttia en estos casos, es que mi inexperiencia es tanta ante las indirectas que lo tnico que logran es apabullarme. Anoche acepté ser "amiga" de James y ya tengo a su personal diciendo que soy el sol de este y que él gira a mi alrededor, éen qué momento es que me converti en la esfera de fuego de James? Me da miedo, demasiado para mi gusto. La inseguridad me hace retroceder unos pasos haciendo que golpee con un cuerpo fornido. Viro el rostro de golpe para encontrarme con unos ojos curiosos. —¢Elizabeth? —me nombra tomandome de las caderas. —cEres? —me quedo inmovil sin saber qué hacer. —Jackson —dice su nombre como si fuera a sacarme la venda que tengo en los ojos. Thompson, el amigo de James. —mis ojos se abren como platos. —éCémo has estado? —No tan bien como tti —escaneo su rostro y me sorprende que los aiios no le hayan pasado. —éMe sueltas? —le pido saliendo de mi aletargo. —Claro —lo hace con rapidez poniendo distancia entre ambos. —Lo lamento, si James lo sabe me mata. —me viro en su direcci6n. —éQué cosa? —indago confundida. —Nada, no hagas caso —niega un par de veces. —éJames ha llegado? —me encojo de hombros. —No sé, recién llego. —le cuento buscando al hombre extraiio. Este sigue en la misma posicién, parece una estatua, una divertida, puesto que carga una media sonrisa en sus labios. Debe tener unos sesenta afios o mas, cabello gris, mirada verdosa, algunas arrugas por la edad y la altura de James, se ve bastante en forma por la edad que tiene. —El joven ya ha llegado. —rompe con mi escaneo. —Claro, si estas ti, esta él. —Jackson le da unas palmadas en el hombro. —éSubes? —me ve a mi. —Si. —me limito a responder. Comienzo a caminar a la par de Jackson y seguida por el extrafio hombre que se roba toda mi curiosidad. Tengo preguntas que obviamente no voy a hacer, antes muerta que indagar en la vida de alguien mas. Esperamos el ascensor en silencio cuando el movil suena. Cierro los ojos con pesar, ya que sé quien es, estoy harta de que Ilame y me atormente, parece que Emma no le da lo que necesita 0 se volvié loco. —éNo respondes? —Jackson me habla. —No. Quiero tener una mafiana tranquila. —me da una mirada de soslayo. —éCual es su nombre? —me giro en direccién al sujeto que se ve queda viendo extrafio. —En mi mente es un agente de negro, pero no puedo decirle de ese modo. —aprieta los labios para no reir. —Es como uno de ellos. —Jackson comienza a reir. —En las peliculas protegen a los extraterrestres y él lo hace, James es uno. — suelto una risita divertida. —Hume John, sefiorita. —el extrafio que ahora tiene nombre me responde. —Bien, John, quita el sefiorita, que lo detesto —hago una mueca con mis labios. —Elizabeth esta mas que bien. —Suerte con eso. —murmura Jackson mientras las puertas metilicas se abren. —No es posible, sefiorita Cox. —arrugo el cefio y lo fulmino con la mirada. —Se tendra que acostumbrar. Ingreso primero al ascensor ignorandolo por completo, no me gusta discutir, lo evito, pero si me enojo, aunque las personas no lo crean y me molesta que me diga "sefiorita", ni que fuera de la realeza y ni asi me gustaria que me llamen con tanta cortesia. Jackson ingresa conmigo y el tal John también. Me quedo en silencio por lo que dura el viaje, no tengo nada que decirles. Siento como ambos me ven, sus miradas queman mi espalda. (..) El viaje en la caja metalica se me hace tan largo como la primera vez, no sé si sea por la cantidad de pisos 0 por el silencio incémodo que se habia formado entre los tres. Llegamos al piso de James, las puertas se abren y no hago mas que poner un pie fuera cuando soy tomada del brazo y arrastrada contra un cuerpo que comienzo a reconocer por su perfume a madera y menta. —Bonita, écdmo estas? —es lo primero que dice y luego deja un casto beso en mi mejilla muy cerca de mis labios. —Llegas temprano. —No pierdes el tiempo. —Jackson acota haciendo que mi cuerpo se tense. —Deja las bromas. —lo regafia James. —No es broma, es la verdad. —se justifica. —Llevas un dia de verla y ya le pones apodos y la abrazas. Es ahi que me doy cuenta de que me encuentro muy cémoda en los brazos de James. Me suelto de su agarre dando algunos pasos lejos de él. Este achica sus ojos en mi direccién y fulmina.conla mirada a su amigo. —Ambos deben comportarse, éno les parece? —John rescata el momento. —Si. —responden al unisono. John se divierte viendo a los dos "hombres", los cuales tienen pinta de nifios berrinchudos. Me gustaria encontrarle la gracia a lo que ha dicho Jackson o lo que ha hecho James, sin embargo solo me siento abrumada. Respiro profundo para buscar alguna palabra que rompa el hielo. —éTrabajamos? —los tres voltean sus rostros en mi direccién. —Si. —James es el unico que me responden. —Primero debemos hablar. Sin importarle que su jefe de seguridad o amigo nos estén viendo, me toma de la mano y me arrastra lejos de ellos. Me ingresa en la primera puerta que hay junto a su oficina, la cierra dejandonos a solos. Sus ojos recorren mi cuerpo de pies a cabeza, no sé si es el traje de pollera gris y la camisa blanca acompafiada de un saco del mismo color que la pollera, es que lo hace verme con tanto éanhelo? »Ser tan hermosa deberia ser un pecado, Elizabeth —mis mejillas se tifien de rojo carmesi. —No me has saludado. —reclama haciendo un mojin con sus labios. —Lo siento, es que me apabullas. —acorto la distancia entre ambos, la cual es efimera. Hago puntas de pies para dejar un pequefio beso en su mejilla. —Hola, James. —murmuro en tono suave. Sus manos son inquietas y toman mis caderas.sin previo aviso, no dejandome huir de él, aprieta\contrasu pecho y sin ver su proximo movimiento, mete su rostro en la curva de mi cuello para plantar sus labios y darme un beso que dura mas de lo que mis hormonas pueden tolerar. Un escalofrio me recorre por completo, de pies a cabeza y termina en una zona que ni quiero pensar. No eres indiferente a este hombre. Dictamina mi conciencia embelesada con James. —Ahora sisson buenos dias —se separa un poco de mi. —¢Como dormiste?, tienes cara de cansada. —su pulgar acaricia mi pomulo por debajo de mis ojeras. —Con suefio, como si no hubiera dormida en lo absoluto. —le explico disfrutando de su tacto, —éTe he quitado el suefio? —ese ego sale a relucir mas que la sonrisa que tiene en sus labios. —Provoco en eso en las mujeres. —Ni recordaba tu existencia hasta que soné la alarma y recordé que trabajo para ti. —arruga el cefio un tanto molesto. —Tu ego toca el universo, ésabes? —Ti eres mi universo —trago en seco por su confesion. —Mi estrella de fuego, y yo giro a ti al rededor. —é¢Es el dia de hablar cosmos, estrellas y soles? —indago aturdida.

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