La vida de Elizabeth cambia radicalmente cuando encuentra a su
prometido siéndole infiel. Todos sus planes, se ven desechos por la
traicién del hombre que ama.
Juntando su orgullo roto, comienza de cero en otra ciudad, una que
Je dé las posibilidades que el egoismo de suex prometido no le pudo
dar. Consigue trabajo en una multinacional donde conoce a un
encantador hombre, uno que sera su jefe y por el cual se sentira
atraida:
Lo que Elizabeth no sabe es que una vida erece dentro de ella,
interrumpiendo cada suefio que tiene.
James Walker, un hombre rico, hermoso y con un futuro
prometedor, se hace cargo de las empresas de su difunto padre,
teniendo que tomar las riendas de su vida. Se encuentra con miles
de responsabilidades, asi que contrata a Ia bella Elizabeth, sin saber
que ella viene muy bien acompaniada.
¢Elizabeth sabréa afrontar su nueva realidad?
¢James sera espectador o participe de esta historia?
(HISTORIA GRATUITA, NO PASARA A SUSCRIPCION O VENTA)Prologo
Mi vida es pertfecta, todo lo que quiero Io tengo. Unos padres
maravillosos, una hermana mayor que posee una familia hermosa, y
un novio espléndido, perfecto, todo un caballero, hay alguna que
otra falencia, pero éQuién no las tiene?, no somos perfectos.
David, puede ser un tanto tonto algunas veces, olvidarse de alguna
fecha importante, como hoy, que no recuerda que es nuestro
aniversario de novios. Cinco afios han pasado desde el dia que me
propuso ser su novia.y lo recuerdo como si fuera hoy. Fue tan
emotivo ese dia que jamas lo olvidaré.
Por eso hoy quise preparar algo especial, una cena, con su comida
favorita, un buen vino y una noche inolvidable. Solo que el postre
seré yo.
La felicidad que siento y el amor que le tengo se esfuma en un
segundo al sentir unos gemidos que provienen de nuestro cuarto.
No debj salir temprano del trabajo, debi quedarme haciendo horas
extras y no ver, ni escuchar como el hombre que‘amo me engatia
con su amiga.
Mi vida cambia en este instante, da un giro de ciento ochenta
grados, rompiendo con mi castillo de ilusiones.Sorpresa
Elizabeth
Termino de acomodar los productos de maquillaje sobre la
estanteria, debo acabar cuanto antes si deseo salir una hora antes
del trabajo. Me ha costado muchas stplicas que me dejen ir, ya que
mi jefe es un tirano y no le gusta tener consideraciones con nadie, y
las tiene conmigo, puesto que promett venir una hora antes
majiana, si no ni loco me da permiso.
Dejo todo ordenadoy listo para poder marcharme. de la perfumeria
en la que trabajo, nunca me imaginé estar en un lugar asi, no
obstante David dice que es mejor que estar en una oficina
encerrada, por lo menos aqui veo diferentes personas y converso
con la mayoria de ellas y si él lo dice por algo es, éNo?
‘Si tt lo dices. Esa voz fastidiosa dentro de mi cabeza solo parece a
molestarme.
Me despido de mijefe con la promesa de que mafiama estaré aqui a
la hora estipuladay me dispongo a caminar por las calles de New
York, me envuelvo del crudo frio que hace, diciembre es un mes
repleto de nieve y amor. Es mi estaci6n favorita del afio, amo el
invierno, disfruto de estar en familia, tomando chocolate caliente y
viendo tontas peliculas navidefias. Soy demasiado romantica, diria
David.
Ingreso a la tienda por el vino favorito de David, las pastas que
tanto le gustan y un postre repleto de chocolate, habra un segundo y
ese seré yo. Quiero darle la sorpresa por nuestro quinto aniversario,
algo especial. Me hubiera gustado salir a algtin restaurante, no
obstante trabaja mucho y siempre llega cansado, asi que prepare
todo para festejar en casa.
Salgo de la tienda y paso por una de lenceria, encargue un hermoso
conjunto de dos piezas en color negro, sé que ama ese color, aunqueyo prefiera el blanco o rojo, todo sea por hacerlo sentir bien. Hace
mucho por los dos y quiero retribuirselo de algain modo.
Mientras camino a casa me remonto a ese dia en el que me pidié ser
su novia, éramos jévenes y con mil proyectos por delante, algunos
han quedado en el olvido, como que trabaje de lo que estudie. Como
dice David, estudiar administracién y empresas no es lo mas
remunerable que hay, solo que a mi me gusto y lo hice, después
entendi con sus consejos que es cierto lo que dice, es por eso que
trabajo en la perfumeria.
Sigo en mis pensamientos, donde David es el centro de mi mundo,
mi todo. Mi madre no esta de acuerdo que mi vida gire alrededor de
mi novio, dice que debo enfocarme un poco en mi, lo hago, solo que,
ami modo, no comprendo por qué se altera cuando hablo de mi
pareja. No lo quiere mucho.
Tu sola puedes querer a ese hombre. Mi conciencia a veces es
bastante fastidiosa.
Llego al edificio que comparte con mi novio desde hace cuatro afios,
uno que mi padre me regalo cuando me grade y el cual invite sin
pensarlo a vivir a David, é] acepté encantado, puesto que es un sitio
amplié y que se encuentra en un punto privilegiado de New York.
—éCémo estas, querida? —el portero me saluda sacandome de mis
pensamientos. —éHas venido antes? —me da na sonrisa acogedora.
—Si, quiero prepararle una sorpresa a David. —le muestro las bolsas
que cargo.
—E] joven Ilego hace tiempo con.esa amiga de ustedes. —arrugo el
cefio un tanto, desconcertada.
Lo que el portero me cuenta no concuerda con lo que David dijo, me
llamo avisando que llegaria tarde, que una reunién se presenté en la
oficina y que no lo esperara para cenar. Omiti su afirmacién, para
preparar la sorpresa y esperarlo igual, pero por lo que veo ya esta
aqui y podremos festejar juntos, aunque no sabia que Emma
vendria, espero se vaya rapido, asi comparto tiempo con mi amado.
—Gracias. —vuelvo en mi. —Que tenga buena noche. —lo saludo
moviendo mi mano al aire.Subo al ascensor impacientemente, quiero llegar y abrazar a mi
novio, lo extrafio mucho, pasa noches enteras trabajando y de dia
casi ni nos vemos por el mismo motivo. Los pisos suben con
Jentitud y comienzo a sentirme extrafia, desahuciada es la palabra
exacta. Es como si algo dentro mio me dice que vuelva al trabajo,
que no debo estar aqui.
Ignoro ese sexto sentido que todos poseemos y jamas obedecemos,
para salir de la caja metalica cuando las puertas se abren en mi piso,
camino por el largo pasillo hasta llegar a mi departamento, meto la
llave, la giro y abro la puerta, estoy por llamar cuando mi castillo de
fantasia se viene abajo.
Unos gemidos provienen del dormitorio que comparto con David.
No puedo moverme, es como si mis pies estén clavados al suelo
alfombrado. Cierro los'ojos queriendo despertar de la pesadilla en
Ja que estoy y cuando los abro creyendo que todo es mentira, unos
jadeos graves se oyen con mas fervor, con mas stiplicas, con
palabras de carifio, que ni sé que existen, ya que nunca fui
merecedora de ellas.
Me obligo a mi misma, a moverme, a quitarme la venda que llevo en
los ojos de la peor manera que puede existir. Atravieso la sala
llegando al pie de las escaleras, me atrevo a subir un peldaiio de
esta, dos, tres, cuatro y hasta diez, quedando en la.planta alta en
donde los tres. dormitorios se encuentran.
Contengo la respiracién dando pisadas cortas, quiero y no llegar a
nuestra habitaci6n, retrasarel momento no es una opcién, tarde o
temprano tengo que descubrir Ja realidad y esta. David montando a
su amiga, a Emma, a la que supuestamente quiere como una
hermana.
Las bolsas que atin sigo cargando caen al suelo haciendo un ruido
estruendoso que llama la atencién de los amantes empedernidos.
Llevo las manos a la boca para cubrir el jadeo de sorpresa y dolor
que quiere escapar de mis labios cuando sus rostros se viran para
ver quien los interrumpe.
No soy la tinica sorprendida por lo que veo, ellos se separan de
inmediato. Emma toma la sabana cubriendo su cuerpo y David, miDavid, se coloca de pie tan rapido que trastabilla sin llegar a caerse.
Los tres nos quedamos en silencio por un efimero instante.
—Eli, yo... No es lo que parece. —intenta justificarse.
¢Por qué siempre dicen lo mismo?, no es Io que parece. Mi
conciencia imita de mala manera el tono de voz de mi novio.
—David, ti y ella... —sefialo a Emma que ya no posee la mirada de
una amiga, ahora parece una arpia. —éSon amantes? —tengo la
necesidad de saberlo.
Si.
Ambos hablan.al mismo:tiempo, se contradicen. Davida fulmina
con la mirada y Emma sonrie victoriosa, como si estuviera ganando
un premio. Intento procesar lo que acabo de ver, y cuando
realmente mi cerebro capta que mi novio, el hombre que siempre
idolatre, me esta siendo infiel con su mejor amiga, los ojos se me
inundan de lagrimas.
—Elizabeth, esctichame, esto ha sido un error, yo no quise, es que la
monotonia y el trabajo me arrastraron a esto. —se explica al tiempo
que se pone el pantalon. —Es la primera vez que pasa, nunca
antes...
—No le mientas, David. —lo corta Emma poniéndose de pie. —Ya no
tienes por qué hacerlo, lo sabe y nos hemos sacado un problema de
encima. —camina en su direccion. —Somos amantes desde hace
afios, unos tres 0 cuatro.
—iEmma, calla! —exclama David ofuscado.
Se aleja de su tacto acercandose a mi, retrocedo dos pasos al tiempo
que veo como ella lo detiene.
«éCuatro afios?»
Esa pregunta retumba en mi cabeza, nosotros Ilevamos cinco, o sea,
que toda nuestra relaci6n ha sido un fiasco, una mentira, un castillo
de ilusiones hechos por mi, porque la tnica que cree que hay amor
aqui soy yo. Ni David, ni ella, sienten carifio, afecto, respeto o amorpor alguien, menos por mi. Me han hecho vivir en una asquerosa
mentira.
»Amor, deja que te explique. —se zafa del agarre de Emma. —Por
favor. —suplica desesperado.
Claro, si el hombre no es nadie sin ti. Mi conciencia intenta que
abra los ojos y la ignoro, no estoy para golpearme con la pared.
—No, déjame. —esquivo su que cuando se acerca de mi.
Mi corazon comienza a latir erratico, me mareo de un modo que me
hace perder pie, me sostengo de la pared para no caer, los oidos me
zumban dejandome sorda. Niego un par de veces para que los
mareos se vayan, siento un toque en mi brazo que comienzo a
despreciar.
—Amor, éQué tienes? —ese "amor" me sabe horrible.
—Suéltame. —le ordeno en un hilo de voz.
Lo unico que gira y gira en mi cabeza son esos cuatro aiios, cuatro.
Unos que pensé que eran magicos, que habia amor puro y
verdadero, todo ha sido una ilusién éptica, un buen truco de magia,
he sido espectador del engafio mas grande, el mejor hecho. Una
relacién de mentira donde se me veia la cara de tonta.
»Hoy es nuestro aniversario. —murmuro apenas audible. —Hoy
cumplimos cinco afios, donde cuatro han'sido una farsa. —con el
corazon destrozado lo veo aa cara.
David palidece y parece recordar que fecha es hoy, lo especial que es
para mi, ya vi que para él no. Cierra los ojos con frustraci6n, aprieta
Jos labios en una fina linea y se atreve a mantenerme la mirada.
—Lo lamento, princesa. —suelta un apelativo que antes amaba. —
Hablemos tranquilos, esciichame y...
—iNo! —exclamo decidid como nunca antes. —Deja de ser ti,
siempre eres tii y tus necesidades. Ya no quiero que lo seas, estoy
harta de ser la criada del cuento, quiero ser la reina y en esta
historia no hay lugar para mi.
—éQué quieres decir? —y lo pregunta.¢Seré tonto? Le doy la raz6n a mi conciencia.
—Que la farsa se termind, que las mascaras se han caido y que la
realidad es mas sincera que nunca. —dictamino en tono seguro. —
Nuestro cuento ficticio lego a su fin. No habra "un felices por
siempre" —hago comillas con mis dedos.
—No puedes dejarme, yo no sé vivir sin ti. —suplica tomando mis
manos entre la suyas. —Por Favor, Elizabeth, solo ha sido un desliz
sin importancia, entiéndeme. —sigue pidiendo por él.
—éUn desliz de cuatro afios? —enarco una de mis cejas. —¢Qué
significa ella en tu vida? —sefialo a Emma que sigue cubierta por la
sabana fuera de la habitacion.
—Nada. Un pasatiempo, una mujer sin importancia. —esas palabras
duelen, a cualquiera lo lastimarian. —Ti eres la tmica que me
interesa, la que amo.
Sigue mintiendo. E] que ama no traiciona. Si hubiera escuchado
antes a mi conciencia, no estaria en este momento muriéndome de
dolor.
—Eres nada en su vida —veo a Emma que mantiene la compostura
lo mejor que puede. —Al igual que yo y que la que vendr. Es todo
tuyo, sean felices-y coman perdices.
Me doy media vuelta corriendo escaleras abajo, por mas que
escucho sus gritos llamandome y a Emma intentandolo detenerlo,
sigo corriendo, no me detengo hasta salir del edificio con el rostro
bafiado en lagrimas, el corazon partido en pedazos y el alma
destrozada. Huyo lo que mas puedo hasta llegar a un parque cerca
de lo que era mi casa, porque no volveré a poner un pie ahi, veo la
noche cubierta por nubes, el como la nieve cae congelando mi
rostro himedo,
Yo iba a darle una sorpresa y la sorprendida fui yo. Que paraddjica
es la vida, pienso al tiempo que comienzo a idear el modo de
desaparecer de mi antigua vida y comenzar de cero, lejos de todo el
dolor y sufrimiento que me han causado.
Volteo el rostro al escuchar voces y son unos jévenes que rien de
alguna broma que hace uno de ellos, cuando estoy volviendo mirostro al cielo me topo con un cartel que dice "Washington", esa
palabra es mas que suficiente para saber cual es mi préximo
destino, lejos de todo lo que alguna vez quise.
He GoEntierro
James
Volver a Washington no esta dentro de mis planes, ni sentir el dolor
que siento, nunca imaginas cuando tu perfecta vida se derrumba,
no piensas en el momento, ni el c6mo todo cambiara, solo vives
y subsistes, te dejas llevar por la monotonjia de vivir. Cuando tus
pies se ponen sobre la tierra y la realidad te golpea sin asco es ahi,
en ese instante que ya es tarde, que nada vuelve aser como lo era,
ni por mas que lo anheles con todas tus fuerzas.
Ver como cierran el atatid de tu padre, es doloroso, se supone que es
la ley de la vida, que los viejos se van primero, que los hijos se
quedan para continuar con su legado, y es cierto. No obstante, es
una mierda, nadie quiere presenciar lo que mis ojos ven, menos
cuando tu padre ha sido el mas honrado, bueno y célido que haya
habido.
La muerte Jo ha venido a buscar prematuramente, me lo arrebato
sin aviso, ni he asimilado lo que ha pasado. Solo sé que recibi una
llamada diciendo que él habia muerto de un ACV, fue'mas que
suficiente para que volviera de New York. Mi madre se encontraba
destrozada y atin lo sigue, mi hermana ni pensarlo. Ambas sienten.
que sus vidas se han detenido por completo.
Paso el brazo por encima del hombro de mi madre, atrayéndola
contra mi cuerpo, se acurruca en mi pecho, humedeciendo con sus
cientos de lagrimas mi camisa blanca. Acaricio sus cabellos rubios.
Mi hermana se abraza a mi al igual que nuestra madre, ella también
llora en mi pecho, lo hace con mas dolor y me toca ser el fuerte de la
familia, sostenerlas, apoyarlas y cuidar de ellas, mi padre asi la
hubiera deseado.
Varios amigos y empresarios del mundo inmobiliario nos dan el
pésame. Sonrié cordial con cada uno de ellos, no estoy para que me
digan que lo lamentan mucho. Algunos son sinceros y otros no,festejan la muerte de mi padre, a ellos no les sirve alguien como mi
progenitor, que siempre competia y ganaba, siendo asi el nombre
mas importante en el mercado inmobiliario.
«Inmobiliarias Walker»
—Lo lamento. —el pésame mas sincero es el de mi amigo. —Sefiora
Abigail, lo siento mucho. —mi madre asiente entre lagrimas.
—Gracias, Jackson. —se dan una corta sonrisa.
—Quiero que acabe. —gruiio fastidiado.
—Igual yo. —Alessia habla por primera vez después de horas de
silencio. —Sdcanos de aqui. —ordena.
—Ser4 un placer. —le hago un gesto a Jacksompara que nos
acompaiie.
Este me ayuda a sacar a mis mujeres del cementerio bajo la atenta
mirada de todos. La farsa del dolor que dicen sentir se acaba
cuando entramos a la camioneta blindada. Ellos creen que
Inmobiliarias Walker se terminé con mi padre y lo que no saben
que para eso estoy aqui, seguiré su legado.
G.)
Un par de horas después estamos en casa, en completo silencio,
respetando el dolor de todos. Alessia ha desaparecido escaleras
arribas, pidié tiempo y sé lo he concedido con la promesa de que se
alimente, ya que por su enfermedad,."olvida" que debe hacerlo.
No se le olvida. Refuta mi conciencia.
Es cierto, pero no discutiré ese tema con mi hermana en este
instante, no estamos para peleas, sino para acompafiarnos
mutuamente. Y es lo que nos encontramos haciendo, mi madre ha
traido café para Jackson y para mi. Este no se mueve de mi lado,
desde que Ilegue a Washington.
—Aiin no me lo creo. —suelta impactado. —Ayer estuve con él y te
juro que estaba mejor que todos nosotros juntos. —murmura
acongojado.—Lo sé, hable en la mafiana con él y no parecia padecer alguna
enfermedad. —lo vi normal, y escuché del mismo modo, pienso.
—No busquemos respuestas. La vida es asi, como vienes, te vas. —
mi madre susurra viendo fijamente las tazas de café que descansan
sobre la mesa de medio. —Tengamos respeto a su
memoria recordandolo con amor.
—Asi sera madre, por eso mafiana mismo iré a la empresa y me haré
cargo del negocio. —sus ojos impactan con los mfos con rapidez.
—No te gusta, no debes...
—Si, debo. —la interrumpo.
—No, no debes. —es terca la mujer. —No es tuprofesién, a ti no te
gusta vender, ni se-te da, eres pésimo socializando, James.
—Gracias por el halago. —refunfufio enojado.
Sabes que no miente. Un rat6n de biblioteca es mds sociable que ti.
Mi conciencia se pone de acuerdo con mi madre para joderme.
—Hijo, no deseo que te sacrifiques por nosotras. Hay dinero
suficiente para que vivan cuatro generaciones mas. —explica un
hecho que tengo mas que claro.
—Abigail, no entiende a su hijo. —Jackson interviene, llamando la
atencién de mi madre. —No lo hace por dinero, sino por su ego,
necesita fortalecerlo y demostrarle a todas esas aves de rapifia que
dicen ser "amigos" —hace comillas con sus dedos. —Que los Walker
siguen en pie y asi sera de por vida.
—Exacto. —afirmo a lo que dice mi amigo.
—iQué estipido eres! —exclama ofuscada. —éSacrificarte por esos
viejos amargados?, éEres loco? —enarco una de mis cejas viéndola
muy enojada. —No lo voy a permitir, James. —dictamina severa.
—éCémo lo haras? —me cruzo de brazos. —Hay un testamento y soy
tan heredero como mi hermana y tii, con la diferencia que la
presidencia es mia y tengo el porcentaje mayoritario, ni el consejo
puede destituirme.Mi madre abre la boca en una perfecta O. Se pone de pie y camina
amenazante en mi direcci6n, el cobarde de Jackson se aleja de mi
velozmente, no vaya a ser que un golpe sea destinado para él por
error. Abigail se planta frente a mi cuerpo y su baja estatura no da
miedo.
—dSerias capaz de desobedecerme? —sonrié de lado.
—Claro, siempre lo hago mama. —su rostro se contrae. —Acéptalo,
Inmobiliarias Walker seran manejadas por mi, le pese a quien le
pese. —chasquea la lengua con molestia.
Al ver que su enojo crece, suelto un bufido y me pongo de pie
doblando su altura. Levanta la cabeza para verme a los ojos, son tan
bonitas sus esferas marrones, hay tristeza y dolor en ellos en este
momento. Estiro mis brazos envolviéndola.en.un abrazo. Primero
se tensa por engjo que se carga, poco poco se le pasa y me
devuelve el afecto.
—Te amo, James. No quiero que vivas una vida que no te gusta. —
murmura separandose de mi. —Ademas que iremos a la quiebra
contigo, éQué sabes de ventas? —escucho como Jackson comienza a
reir.
—Lo mismo que yo de historia. —suelta sarcdstico. —Pero ah{ va él
de testarudo. —viro los ojos.
—iCallate! —exclamo fulminandolo con la mirada. —No mucho, hay
un equipo para eso, éno? —espero que diga que si. Asiente varias
veces. —Bien, con tu ayuda y ese equipo estaremos bien.
—Pena me das. —se zafa de mi agarre. —Fui la secretaria de tu
padre y juré no ser la de nadie mas, se lo promett y lo cumpliré. —
vuelve al sofa de color blanco,
—Soy tu hijo, no un fulano. —la que sonrie ahora es ella.
—Biuscate una que te soporte, James. —dictamina firme. —éQuieres
Ja presidencia?, perfecto, toda tuya, pero no cuentas conmigo y
menos con Alessia, ella no puede. —me acorrala con sus palabras.
—éPor qué lo haces?, te vengas, ya que deseo seguir con el negocio
familiar. —niega varias veces.—Claro que no. Si tu padre viera que te haces cargo del negocio y te
hace un monumento. —levanta las manos al cielo. —No es
venganza, ni muchos menos, tinicamente que juré ser su secretaria
de por vida y cuando eres joven y te encuentras enamorado haces
cada promesa estapida que ni imaginas. —vira sus ojos.
Nunca me va a pasar. No pienso andar de enamorado, uno se vuelve
idiota y se deja hacer por un par de piernas con bonitos ojos. No,
sefior, seré yo solo en la vida. Ni los nifios me gustan.
—No es excusa para no ayudarme, mama. —refunfufio como nifio.
—Puedo aconsejarte, no mas. —se cruza de brazos, decidida. —Me
iré a descansar, me duele la cabeza. Suerte, hijo. —se burla de mi.
Se pone de pie y sin mas me deja como estupido parado en medio
de la sala, con mil dudas y un idiota de amigo, apretando los labios
para no reirse de mi desgracia. Cuando me propuse ser el
presidente, crei ilusamente que mi madre estaria ahi para
ayudarme, como siempre lo hizo con mi padre, no que me saldria
con que no por una tonta promesa, ademas éQué es eso\de que
alguien me soporte?
Eres un cara dura. Mi conciencia se impacta por mi pregunta y no
entiendo el porqué.
—éSoy insoportable? —veo a Jackson que ya no aguanta mas y
suelta una carcajada divertida. —Nunca entiendo por qué somos
amigos.
Porque entre ustedes se soportan, otros no. Es verdad lo que dice
mi conciencia. Jackson y yo somos carne y ufia, nadie mas que
nosotros nos entendemos como lo hacemos.
—Sabes que si —toma una bocanada de aire. —Quisquilloso,
malhumorado, rebelde, tosco, bruto —enumera con sus dedos. —
Puedo seguir si gustas.
—Ya entendi. —bufo desplomandome sobre el sofa de cuerpo
simple. —Mafiana iré a la empresa.
—é¢Maiiana?, éNo te parece muy pronto? Tu padre no lleva ni un dia
de que fue sepultado. —sé que parece desesperado mi actuar ycapaz lo es. —Tengo lo que me pediste, elegi tres, hay una que me
gusta mas que la otra.
—Eres eficiente. —murmuro divertido.
—Y tu muy habil. —toma la carpeta que hay sobre la mesa, que no vi
y me la entrega. —éCémo sabfas que Abigail no aceptaria?
—Es mi madre, algo la conozco. A decir verdad, tenia la esperanza
de que acepte asi, no me veo en el trabajo de confiarle mi empresa a
otra mujer que no sea ella, no obstante no se me da como quiero.
Cuando me Ilamaron para decirme lo de mi padre, el mundo se
detuvo bajo mis pies, sin.embargo mi cerebro siguié trabajando y
maquinando lo que seria mi vida a partir de ese instante. Por eso es
que lame a Jackson, le manifesté mis planes y le pedi que buscara
una secretaria encaso de que mi madre no aceptara, no sabia de esa
tonta promesa que ella le hizo, pero imagine que seria doloroso
para Abigail ir a la empresa y no verlo sentado en su sillén de cuero.
Nunca soy un hombre de decisiones prematuras 0 apresuradas. Me
pienso todo mil veces, veo sus pro y contras, intento no ser
arrebatado, soy un ser sumamente pensante. Cuando mi teléfono
sono y me dio la peor noticia del mundo, tuve que actuar rapido, sin
mucho predmbulo, puesto que quieren la cabeza de mi familia, ver
el apellido por los suelos 0 por lo menos es lo que mi padre decia
cada vez que me Ilamaba.
«Era su mayor preocupacién»
—¢Cual te gusta? —Jackson interrumpe mis pensamientos.
—Te veo muy interesado en la eleccién de la nueva secretaria. —le
doy una corta mirada.
—Pediste un favor y quiero hacerlo bien. —sonrie con malicia. —Ella
me gusta. —acerca la mano y sefiala una de las hojas.
Leo el nombre que surca el papel blanco...
«Elizabeth Cox»
—éQué tiene de especial? —recorro la hoja sin ver experiencia en
ella. —éPerfumeria?, éPretendes que una despachante sea mmisecretaria? —lo observo perplejo.
—Ve mas alla de tus ojos, idiota. —rebusca entre las hojas y me
entrega una fotografia. —Es hermosa.
No puedo negarlo, la mujer en cuestién es mas que eso con su piel
blanca, cabello negro y mirada armoniosa. Parece un alma
indefensa, tiene aspecto de puritana y no sé si me sirva una mujer
sin cardcter.
—No puedo contratar a una mujer por su belleza fisica. —-me quedo
viendo la foto como baboso.
—Dos semanas hace que se encuentra en Washington y esta en
busca de nuevas oportunidades —enarco una de mis.cejas viéndolo
con curiosidad. —Hable con ella eta mafiana, necesitaba estar
seguro.
—éDe qué? —indago curioso.
—Su apellido es bonito, éNo crees?
Vuelvo a ver la hoja y no entiendo bien hasta que releo varias veces,
Cox, Elizabeth Cox, pero miren quien es. Que pequefio resulta ser el
mundo. Sonrié de lado observando a mi amigo que se halla igual
que yo.
Por algo estoy aqui, por el mismo motivo que ella se ha puesto en
mi camino.
StedBienvenida
Elizabeth
Dos semanas en Washington y nada que encuentro un empleo,
necesito encontrarlo con urgencia si es que quiero sobrevivir aqui.
Tranquilamente, puedo usar las tarjetas que mi padre me
da, hacerlo es sindnimo de dependencia y no me gusta. Me han
ensefiado a valerme por mi misma y es lo hago.desde que me recibi
de la universidad. El trabajo en la perfumeria no ayuda para un
curriculum, pero como soy una estipida que se deja influenciar, ahi
fui yo a trabajar por casi cincoafios.
Suelto un suspiro pesado, intentando apaciguar el dolor de cabeza
que siento. Estoy cansada de andar de aqui para alla en busca de
trabajo. Agradezco tener un techo donde dormir, en realidad es
gracias a mis padres, ellos creen que discuti con David y que me
aleje de este por mero capricho. Un impasse en la relacién, que pedi
tiempo. Cuando es todo mentira, no obstante, no supe como callar
las cientos de mentiras que ha dicho mi ex novio. Este tee que mi
padre lo eche y deje en la calle.
Que se lo merece. No sé cuantas veces voy. a decirlo. Mi conciencia
me regafia ofuscada por mis decisiones.
La realidad es que no tendria que estar aceptando mentirle a mis
progenitores, ellos no se lo merecen, sin embargo, no sé como
afrontar que soy una estipida. Una ilusa que ha vivido engafiada
por el que cree es el amor de su vida. Aun no caigo en cuentas de la
traicién de David, sigo sin procesar lo que vi. El siéndome infiel con
Emma, la que consideraba una amiga, no era mia, al ser de mi
novio, pensé que podriamos serlo.
Soy patética, hasta pena ajena doy. Pateo las sabanas saliendo de la
cama, para afrontar mi triste realidad, una donde estoy lejos de mi
familia y de casa, en una ciudad enorme, aunque estoy
acostumbrada a una de la misma magnitud, no es la mia, donde unotiene sus costumbres. Extrafio a mi hermana, ella estaria
consolandome y ayudandome a salir de este pozo ciego donde me
he metido por tonta y seguramente matando a David con sus
propias manos y arrancandole los cabellos a Emma.
Si le dices Ia verdad, ella estaré en menos de Io que canta un gallo. Y
seguro que tras la rejas. Le respondo a mi conciencia.
Estoy poniéndome de pie cuando escucho sonar un teléfono. Doy
un brinco sobre la cama del susto. Avin no me acostumbro al
sonido que este posee, puesto que es nuevo y no es la tonta melodia
que el anterior. Eso es otro tema, tuve que cambiar de mévil, puesto
que David no deja de acosarme. Hasta mis redes sociales dejo de
usar para que no me acose. No quiero saber de él en mi vida.
Tomo el aparato de encima de la mesa de luz, observo-el nimero
que es de New York, arrugo el’cefio, desconcertada. Tres personas
poseen este numero, mi mama, papa y hermana, y no'son ninguno
de los tres. Ladeo el rostro con desconfianza. Capaz David consiguid
mi contacto a través de mis padres e intenta comunicarse conmigo.
Pienso en no atender y al mismo tiempo prefiero hacerlo, pudo
pasar algo con mi familia 0 no. Bufo un par de veces y cuando la
llamada se corta me siento agradecida, no dura ni un instante
cuando vuelve a.sonar. Cierro los ojos y me decido por atender.
—iAy, no! —chillo con amargura. —Llegas a ser ti y juro por Dios
que estas muerto. —grufio entre dientes tomando la llamada.
»éQué quieres? —grufio, molesta por su insistencia.
—d¢Disculpe? —escucho una voz varonil al otro lado de la linea. —
Este es el ntimero de Elizabeth Cox?
—Sf, soy yo. —respondo apenada con el hombre que me llama. —
éQuién habla?
—Jackson Thompson —se presenta con voz grave. —La llamo de
empresas Walker —arrugo el cefio, desconcertada. —Es por el
puesto de secretaria que se encuentra libre en
Inmobiliarias Walker.
«Walker»Ese apellido me suena, pero éDe donde?
»éSefiorita? —escucho que me hablan.
—Disculpe, éMe decia? —vuelvo en mi al sentir la impaciencia en su
voz.
—Qué hay un puesto libre para ser secretaria de presidente de la
compaiifa y usted ha sido seleccionada de cientos de jovenes —¢Y
por qué yo?, es lo primero que surca por mi mente. —¢Le gustaria
tener una entrevista?
Puede ser la oportunidad que necesito. Asiento como si me pudiera
ver el hombre.
—Claro, éDénde es? —juro que escucho una sonrisa de su parte.
—éTiene donde anotar?
Si.
El tal Jackson me da la direccién del edificio donde se hallan las
oficinas de Inmobiliarias Walker, ese apellido retumba en mi
cabeza, en algun sitié lo escuche. Niego, ya que pueden ser
imaginaciones mias, tltimamente parezco una paranoica.
Me quedo viendola pequefia maleta que traje y estoy segura de que
en ella no hay prendas adecuadas para ir a una entrevista de
trabajo, menos en unas oficinas. En la perfumeria iba con mi ropa y
de ahi usaba un delantal rosa que ellos me proporcionaban, asi que
no necesitaba ropa elegante, ademas.que a David no le gustaba.
Opaca su imagen.
—Pero qué estupida soy. —gruiio en voz alta. —Denme ya el premio
ala estupidez, tengo el primer lugar, sefiores. —hablo sola al tiempo
que me pongo de pie.
Eres ingenua, no esttipida. Mi conciencia intenta apaciguar mi
enojo.
Difiero de ella, no obstante no cuento con tiempo para andar
discutiendo conmigo misma. Necesito ir de compras, y son muchas.
Desde maquillaje a zapatos, cosas que no usaba con David, que
ahora si me daré el lujo de usarlas, total ya no hay nadie para queme diga "No necesitas maquillaje, al natural eres hermosa". Mas lo
pienso y mas quiero golpearme.
(..)
Me coloco los tacones negros con esfuerzo, mis pies duelen de las
horas que pase ayer caminando en busca de todo lo que necesito.
Explotar la tarjeta de mi padre ha sido poco a decir verdad, fue
tanto el gasto que este me llamo para preguntarme que andaba
haciendo, le explique que necesitaba algunas prendas y solo se
alegr6 por mi, que si deseaba mas que no dudara en comprar. Es el
mejor padre del mundo, pienso mientras termino de abrocharme la
pollera tubo en color vino tinto.
—No estoy tan mal —me alago viéndome en el espejo del
dormitorio, —Ni tan bien,
Si lo estuvieray David jamas me hubiera sido infiel, éno?, el busco
afuera lo que yo no supe darle, en parte es mi culpa y lo debo
admitir, entre mas rapido lo haga, mas rapido dejara de doler.
Quita esas ideas de la cabeza y apiirate o llegaras tarde. Vocifera mi
conciencia harta de que yo misma me menosprecie.
Obedezco y no porque ella lo diga, sino porque un mensaje llega a
mi teléfono avisandome que el taxi se encuentra abajo. Tuve que
pedir uno, puesto que no sé conducir, a David no le gustan las
mujeres que lo hacen. Niego frustrada conmigo misma.
C..)
Llego al impresionante edificio.de mas de treinta pisos, de un color
opaco, algo asi como un gris. Lo observo sin emocién alguna, no me
siento anonadada por la edificacién, aunque reconozco que es
enorme, pero no muy lejos de lo que ya tengo visto. Lo que si halago
es el modo en que todos se visten, elegantes, de trajes de dos piezas,
Jas damas y los caballeros con sus trajes, negros, grises y algiin
atrevido en azul.
éTe quedaras por mucho tiempo més admirando a esos sujetos? Mi
conciencia tiene unos cambios de humor que ni yo la entiendo.Me adentro al edificio donde un guardia parece esperarme, me
escanea de pies a cabeza y acorta la distancia entre ambos. Se nota
su curiosidad por mi, y seguro es por la seguridad que hay aqui, que
es demasiada para mi gusto.
—Sefiorita... —deja la palabra en el aire a la espera que le dé mi
nombre.
—Elizabeth Cox, un gusto —estiro mi mano en su direccién. Se me
queda viendo extrafiado y la toma con algo de recelo. —Vengo por la
entrevista para el puesto de secretaria para el sefior Walker. —ese
apellido me sigue apabullando.
—Ahh, usted es la nueva secretaria. —afirma regalandome una
sonrisa calida.
—No, solo es unaentrevista. —arrugo el cefio un tanto, confundida.
¢Dénde carajos nos metimos? Mi conciencia se preocupa un poco.
—Claro, claro. —se apresura a decir. —Venga conmigo, por favor. —
me sefiala el camino con su mano.
Hago caso a lo que pide. Lo sigo hasta el centro del sitio, donde un
enorme escritorio circular se encuentra muy bien ubicado, en el
centro de la recepcién. Una mujer de mi edad aproximadamente me
ve por encima de sus anteojos y enseguida una mueca se le forma en
los labios, enarco una de mis cejas por su actitud hostil.
Haciendo nuevas amigas. Mi conciencia vive para mofarse de mi.
—éQué sucede? —indaga la morocha,
—La sefiorita Cox —me sefiala el guardia. —Viene por el puesto de
secretaria, el sefior Walker la esta esperando.
Tanto ella como yo arrugamos el cefio, la mujer se desconcierta y yo
peor que ella. Cémo que esperando?, si solo es una entrevista. Ni
saben si estoy capacitada, cosa que no creo, ya que jamas trabaje en
una empresa por mas que me crie en una.
—No estoy enterada, asi que no...—No hace falta que lo sepa. —el sujeto la corta con brusquedad. —
Mi orden es directo del joven James —viro el rostro de golpe en su
direccién con un mal presentimiento. —La sefiorita Cox es
bienvenida a la empresa y debe ver a Walker en diez minutos, asi
que hagale la credencial 0 la hago yo.
El tono del tipo no es amigable, por mas que me esté sonriendo
calidamente, me da un poco de temor. No solo su actitud, sino la
molestia que provoco en la mujer y el que me estén esperando y
aseguren que ya soy la secretaria.
«éQué carajos pasa aqui?»
¢Me preguntas a mi?, estoy peor que tii. Mi conciencia no es de
ayuda, nunca lo es.
Pasan unos minutos, cinco alo sumo, y la mujer nos entrega de
malos modos la bendita credencial; un poco mas y me la tira por la
cabeza. La tomo viendo lo que dice.
«Cox Elizabeth, secretaria ejecutiva.»
Estoy por preguntar, éde qué van?, cuando soy guiada una vez mas
por el hombre mayor, vestido con su uniforme de seguridad, uno
que le queda.un tanto grande, parece prestado. Niego borrando esos
tontos pensamientos, deteniéndome frente a un ascensor. El sujeto
me vuelve a'sonteir y me hace una sefia para que ingrese sola a la
caja metalica.
—Es el tiltimo piso, no tendré problemas para encontrar la oficina
del jefe. —ingreso cohibida alascensor. —F la esta esperando. —me
avisa al tiempo que las puertas comienzan a cerrarse. —Hace
tiempo lo hace...
Puedo jurar que escuche decir algo de "tiempo", las puertas se
cierran en ese preciso instante colocando la duda en mi. Los treinta
pisos se me hacen cortos, prefiero que sean mas eternos, que no me
dejen en el trigésimo piso.
Cuando menos lo noto ya estoy en mi destino con las puertas
metilicas abriéndose y dejandome apreciar a un hombre de unos
treinta afios, cabello negro, tez blanca, cuerpo fornido, una altura
envidiable y unas facciones endurecidas por los afios que hanpasado que no lo veo. La respiraci6n se me corta, los latidos de mi
corazon roto laten desbocado, y el pulso puedo oirlo en todo mi
cuerpo cuando un recuerdo me golpea con fuerza.
—James Walker. —murmuro en tono apenas audible.
—Bienvenida, Elizabeth Cox. —me recibe con voz grave.
Los afios no han hecho justicia con su belleza natural, pienso
mientras se acerca a mi como un cazador a su presa.
So GetoTe necesito
James
Corto la llamada con mi hombre de seguridad. Me ha dicho que
Elizabeth ya entrado al ascensor, que se nota confundida y lo estara
atin mas cuando me vea.
Si es que te recuerda. Molesta mi conciencia.
Es cierto, puede que ella ni sepa quién soy. En-el breve momento
que nuestras vidas se cruzaron, yo quede prendado de su belleza al
tiempo que ella me ignoraba y era espectador de las burlas que su
querido novio me daba por ser un hombre de estudio. La
universidad fue dificil para mi. No importaba el apellido o el dinero
que poseia, siempre habia un idiota con aires de superioridad.
David hacia uso de sus facciones masculinas para tener a cualquier
joven que se le cruzaba en medio, mientras ella lo idolatraba y no
notaba lo estiipido que era.
Intente varias veces acercarme a ella, y todas ellas fueron truncadas
por David. El. nopermitia que nadie se le acercaray le mostraré la
clase de basura que era. La tnica vez que pude hacerlo, Elizabeth
me trato de loco, envidioso y hasta de acosador.
éLa culpas? Indaga mi conciencia. En-un principio si, después
entendi que ella estaba hechizada por el encanto de David, uno muy
falso y barato, a mi gusto. Elizabeth es facil de engatusar, pienso
esperando a que llegue a mi piso.
Los pisos se mueven con tanta lentitud que me estresa. Hace afios
esperaba tenerla a solas conmigo, hablar con ella, admirarla como
un espectador a una grandiosa obra. Sé que parezco un psicdpata y
puede que en algiin punto verla desde lejos haya sido mi
pasatiempo favorito. Eso quedo en el pasado, hoy solo quiero ver
como esta, como la ha tratado la vida junto a David, hasta donde sé
hace afios son novios y su relacién es muy envidiable o eso creen los
ciegos.Si mi memoria no falla, él posee una amiga un tanto peculiar,
Emma, ella era una envidiosa o mas bien lo es. Siempre fue la
sombra de Elizabeth y esta ni cuenta se daba. Niego ansioso,
observando como el piso vigésimo noveno marca.
—Uno mas y eres mia. —murmuro para mi mismo.
Tranquilo, nifio. La mujer tiene novio. Mi conciencia me recuerda
provocdndome fastidio.
El piso trigésimo se marca y las puertas metalicas se abren de par
en par, mostrando a una mujer que crei perdida en el tiempo. Tan
hermosa como en mis recuerdos. Elizabeth Cox abre sus ojos como
platos, parece reconocerme y lo hace soltando mi nombre con
Jentitud.
—Bienvenida, Elizabeth Cox. —saludo en tono grave.
Al ver que no,da un paso acorto la distancia entre ambos y tomo su
mano entre la mia, la levo hasta mis labios y siendo un caballero
apoyo un beso en esta. Sus ojos se quedan fijos en su extremidad,
parece no reaccionar a quien tiene en frente.
—James. —vuelve a murmurar mi nombre. —éQué haces aqui? —
ladea el rostro a un lado con desconcierto.
—Trabajo aqui..—sigo sosteniendo su mano al tiempo que su cefio
se arruga cada vez mas. —Soy el duefio, ¢Lo recuerdas?, mis padres
Jo son en realidad. —le explico.
—No. —suelta con sinceridad.
—Claro. —aprieto los labios en una-fina linea.
Su mundo siempre giro alrededor de David, no habia nada mas que
élen su vida. Ni amigas tenia por estar al lado de ese idiota.
Elizabeth llega a dar pena. Su actitud sumisa siempre me descoloco
y apabullo, estoy acostumbrado a mujeres fuertes y de cardcter.
»éPiensas quedarte dentro del ascensor? —vuelvo a hablar.
—No, es que... ¢COmo es que nos encontramos después de cuatro
afios? —ladeo una sonrisa picara en mi rostro.—No sabia que eran cuatro —miento descaradamente. —Supongo
que el destino —me encojo de hombros. —Tii buscas trabajo y yo
una secretaria. —achica sus ojos en mi direccién.
—Sé que soy torpe e ingenua, James, pero no me mientas tan
descaradamente. —grufie zafandose de mi agarre. —No fui
seleccionada entre cientos de aspirantes, No? —se cruza de brazos.
—éEso dijo Jackson? —arruga el cefio confundida y abre los ojos
como platos.
—éEs Jackson Thompson? —asiento varias veces. —Debi saberlo,
donde esta uno, esta el otro —vira los ojos. —éCémo es que no
recordé sus nombres? —no sé si me lo pregunta o lo hace para ella
misma.
—La luz que irradia David, nunca te deja ver mas alla. —le respondo
en tono sarcastico.
Sus ojos cafés se oscurecen un poco mas, la mirada se le pone
tétrica y parece no gustarle lo que digo. Me siento culpable y no
deseo que se vaya por algiin comentario fuera de lugar. No tengo
por qué inmiscuirme en su vida privada.
éRecién lo notas? Mi conciencia se fastidia por mi actitud infantil.
»Lo siento, no...
—Dejemos a David donde esta. —anuncia'sin 4nimo. —No seré tu
secretaria, James. —de los que dice solo me queda mi nombre en
sus labios. —Necesitas alguien con experiencia y no yo.
—Puedo ensefiarte lo que no sepas. —pareciera que lo digo con
doble sentido.
—iJames! —chilla avergonzada.
—Oye, no seas mal pensada. —sonrié divertido viendo como las
mejillas se le tifien de rojo.
—Yo... No... Pienso en nada. —se justifica torpemente.
Los dos soltamos la carcajada. Reimos como dos nifios de un mal
chiste. Me pierdo en sus facciones suaves y dulce, su sonrisa es muybella, todo ella siempre lo ha sido, pienso al tiempo que dejo de reir
intentando esquivar mis pensamientos.
—éTe parece que tomemos un café y hablemos? —dejo la broma y
Jas risas de lado tomando un perfil mas serio.
—No he aceptado, asi que no haré el café. —anuncia saliendo de la
caja metalica, pasando por mi lado e inundandome con su perfume
ajazmin. —Y no creo hacerlo.
Lo hards, pienso para mi mismo mientras me la quedo viendo.
Conseguiré que Elizabeth trabaje para mi, si debo dar lastima para
lograrlo lo haré y si debo ir mas alla de la pena también. Nadie me
detendra esta vez. Ella esta muy lejos de David para que ahora se
interponga entre nosotros. No volveré a tener una oportunidad
como esta jamas, de eso. estoy mas que seguro.
(...)
Unos minutos después, una taza de café de por medio y un silencio
incémodo, Elizabeth se encuentra sentada frente a mi con el
escritorio de por medio y sus manos aferradas al bolso de mano que
trajo. Los afios la han favorecido, se ve mas bonita, pero un tanto
desconfiada.
—éComo has estado? —interrumpo el mutismo obteniendo toda su
atencién. —Si-es que puedes responder.
—éPor qué no podria? —se acerca mas al escritorio y toma la taza de
café entre sus manos.
—No sé, ésera por qué a tu novio no le gusta? —enarca una de sus
perfectas cejas.
Que no se note que el hombre te cae mal. Es mas que eso, le explico
a mi conciencia.
—éTienes problemas con David? Si es asi, puedes ir a New York y
solucionarlo con él, James. —vuelve a decir mi nombre. —Si me has
traido aca para hacerme pagar algun tipo de venganza, sera mejor
que me vaya. —hace el intento de levantarse.—No, espera. —me estiro por encima del escritorio, posando una de
mis manos sobre la suya. —Mi intencién no es ofenderte, ni mucho
menos.
—No se nota —se vuelve a sentar. —éQué es lo que quieres de mi? —
se cruza de brazos esperando una respuesta.
A esta mujer deberfan decirle que no se preguntan ciertas cosas.
Estoy de acuerdo con mi conciencia.
—Que seas mi secretaria —carraspeo incémodo.
Me ve Jackson actuando como puberto y soy el hazmerreir de él de
por vida, grufio internamente al tiempo que veo como Elizabeth
duda.
—James, no tengo la capacidad para ser una. He trabajado los
Ultimos afios de mi vida en una)perfumertia, tratando con mujeres
que buscan verse mas bellas, no vendiendo casas. —explica
moviendo las manos al aire.
—Como te dije, puedo ensefiarte —repito una vez mas. —Ademas no
estarias vendiendo, serias mi secretaria, son dos trabajos diferentes,
éNo te parece?
—Eres insistente, éTe lo han dicho? —bebe de la taza de café. Cierra
los ojos disfrutando de este.
—S{. Y siempre consigo lo que deseo —parpadea un poco aturdida
por la veracidad de mis palabras. —Y antes de que los preguntes, te
deseo a ti —se queda estatica sobre su-asiento —Siendo mi
secretaria.
Le explico para que no piense que soy un acosador, aunque lo estoy
siendo, ya que desde que tuve su hoja con datos en mi mano no deje
de idear el modo de conseguirla, de tenerla a mi lado. De una vez
por toda ganarle al idiota de David.
—éEs una competencia entre él y ti? —ladeo el rostro confundido.
—éCompetencia?, éDe qué hablas? —Elizabeth oscurece un poco
mas su mirada.Su rostro parece dolido o soy yo que veo mal, pero juraria que carga
con mil penas, éCuales serian?, si ella ha tenido todo lo que desea
en esta vida. Una buena familia, amigos, dinero, salud y esta con el
hombre que cree perfecto. No entiendo por qué se muestra triste.
—De David y ta —responde luego de unos segundos. —Sé que nunca
se han llevado bien, hace aiios lo comprobé —me tenso sobre mi
silla con el recuerdo de mis palabras avisandole lo que era David. —
En ese momento no entendi de que hablabas, James, hoy lamento
no haberte escuchado.
—Sigo sin comprender. —niega varias veces moviendo sus cabellos
oscuros.
—No importa. Lo que si me interesa es que si hay una competencia
entre ambos, te digo que no...
—No la hay —la corto. —No me interesa el pacotilla de tu novio, sin
embargo tu si —puedo ver como traga en seco. —Quiero que seas mi
secretaria. —aseguro con fiereza.
—Pareces un nifio caprichoso —intenta quitarle hierro al asunto. —
No tengo ni idea que hacer en estos casos, ni como llevar una
agenda, seria una locura aceptar.
—Tu padre tiene-empresas, écomo es que no sabes nada?, ademas
que estudiaste-y te recibiste, si mal no recuerdo.
—Tienes mejor memoria que yo —me da una sonrisa triste. —A
David no le gusta que este todo el dia encerrada entre cuatro
paredes, asi que nunca ejerci y le deje mi lugar en la empresa de mi
padre a él. —su declaracién me deja anonadado.
Me quedo en silencio, algo impactado por lo que dice. Supe muy
vagamente de su lejania con las empresas de su familia, su hermana
se ocupa de todo y reniega que Elizabeth se deje manejar por David.
Algo me habia contado Jackson, sin embargo preferi no saber. No
me interesaba ser poseedor de la informacién personal de la
castafia, épara qué?, si el enamoramiento que tuve de ella en la
universidad se habia perdido en el tiempo.
»La intencién no es dar pena, sino explicarte el porqué de mi
negativa. —toma la tarjeta que hice hacer para ella y se la sacaviéndola con atencién. —No mentiré se siente importante ser tu
secretaria, no obstante no deseo ser un estorbo en tu vida.
Estira la mano en mi direccién y me pasa la tarjeta. La veo a ellay
después al pedazo de plastico donde su nombre se halla grabado.
Niego con reticencia. No me daré por vencido, pienso empujando su
mano en su direcci6n.
—Es tuya, dice tu nombre, te pertenece.
—éEs un suvenir?, éA toda mujer que se presenta para el puesto le
das un regalo? —enarca una de sus cejas con diversion.
—Solo una es merecedora de mi tiempo, es mi mejor regalo. —capta
Ja indirecta. Sus mejillas se vuelven dos tomates, —Quiero tenerte
aqui cada mafiana, junto a mi, ayudandome a llevar esta empresa,
Elizabeth.
—Es que no...
—No confié en nadie mas, en realidad no tengo a otra mujer en mi
mente que le confié mi empresa. —parpadea rapidamente.
Se queda en silencio, procesando lo que le digo, aprovecho para
ponerme de pie, rodear el escritorio acercandome a ella, me
acuclillo a su lado y sin que lo espere tomo su delicada mano entre
Ja mia. Sus ojos-se fijan en mi con nerviosismo.
»Te necesito. —suplico al tiempo que acerco su mano a mis labios y
dejo un pequefio beso sobre-ella nuevamente.
La tensi6n es palpable en elaire. Lo nota y lo noto, ambos nos
encontramos con diferentes dilemas e intentamos procesar lo que
sucede entre ambos. La respiracién se me agita al ver como muerde
sus labios y cuando tiembla por mi toque.
Deseo besar mas que su mano, asi que...
Ro Se SeéHelado de frutilla?
Elizabeth
Siento como el aire me falta ante la mirada penetrante que me da
James. Sus pupilas son dos esferas de fuego, la intensidad de sus
ojos me hacen soltarme de su agarre. Lo veo acercarse un poco mas
a mi, como si fuera una presa a la que acecha. Me pongo de pie de
golpe tirando la silla hacia atras para cortar la tensidn que hay entre
ambos. El queda a mis pies, lo veo negar, levanta la cabeza y me da
una sonrisa repleta de malicia.
‘Si aceptas, ten por seguro que este hombre te destruira. Estoy de
acuerdo con la entrometida de mi conciencia.
Cierro los ojos por un instante y ese dia en el que él intento abrirme
los ojos, donde no lo quise escuchar, lo eché, golpee y hasta
amenace con denunciarlo si no me deja en paz. El quiso ser bueno
conmigo, quiso demostrarme la verdad de lo que era David, pero yo
estaba enceguecida por una luz que no hizo mas que llevarme a un
pozo negro del que después no pude salir. No reaccione en ese
instante y si lohubiera hecho hoy mi realidad seria totalmente
diferente.
Reacciono, si, pero por el contacto efimero que siento en mi mejilla.
Un beso, un pequeiio y casto beso, proveniente de unos labios
suaves y carnosos. Abro los ojos:de golpe, un poco abrumada
encontréndome con James. Sus esferas brillan con ferocidad y de
sus labios tira una sonrisa codiciosa.
—éQué crees que haces? —es lo tinico que mis labios pueden soltar.
—Darte un beso de amigos.
No recuerdo que lo fuéramos, pienso. Lo poco que lo vi en la
universidad, James era un muchacho sumiso y de perfil bajo, podia
tener lo que quisiera, su familia es una de las mas apoderadas en
esta ciudad, pero él preferia perder sus tardes entre libros dehistorias y mantenerse alejado de los problemas. Todo lo contrario
a David, este amaba meterse en lios, sin embargo nadie se metia
con él. Dos polos opuestos. Las pocas veces que hice contacto con el
hombre que tengo frente a mi fue por error, coincidiamos en los
mayores sitios que yo frecuentaba hasta que mi ex decidié de que yo
no debia ir mas, que no eran lugares divertidos y me arrastro a
discotecas donde la mayor parte del tiempo me la pasaba con
migrajias, pero todo era para complacerlo a él.
No me cansaré de decir que eras una estipida. Mi conciencia no me
da tregua.
»No quise ofenderte. —James vuelve a hablar. —Lo lamento.
No sé qué me causa mas disgusto, que me bese o que se disculpe
por hacerlo. Niego un.par de veces para tranquilizarlo.
—No lo has hecho. —formo una sontisa célida en mis labios. —
Volvamos a lo de ser tu secretaria.
—No hay mucho que penar. —éCémo qué no?, pienso. —Ta
necesitas trabajo y yo una secretaria, Eli. —sus ojos brillan con
emoci6n.
Si aceptas, este hombre sera tu perdicibn. Estoy de acuerdo con mi
conciencia,
—De acuerdo, solo pido que haya formalidades. -sueno un tanto
brusca. —No quiero tener problemas aqui dentro.
—éProblemas? éCon quién?
—yYa sabes. Las personas hablan y si te la pases diciéndome “Eli” o
“Elizabeth puede traer malos entendidos.
Una sonrisa mas falsa que mi relacién con David se forma en los
labios de James, asiente un par de veces y se aleja de mi. Camina a
su lugar inicial, detras de su escritorio como el jefe que es. Toma la
carpeta que hay sobre este y me la pasa, la tomo en silencio
queriendo entender que le sucede.
—Ese es su contrato. Esta todo estipulado, puede darselos a sus
abogados si desconfia. Se explican sus horarios, la cantidad dehoras y dias a la semana que trabajara, vacaciones, el dinero
querecibiré mensualmente, prestaciones...
Como jefe es un tirano. Mi conciencia vuelve hablarme y le doy la
razon.
—iPor Dios! —exclamo cortando su esttipido monologo. Sus ojos se
fijan en mi, ya que los tenia en cualquier sitio. —Primero, no tengo
abogados, segundo, ahora no acepto —tiro la carpeta sobre el
escritorio. —Tercero, ya tengo un idiota en mi vida, dos no lo
quiero. —me giro sobre mi propio eje y camino a la salida.
No dejaré que otro hombre me vuelva a tratar como si fuera un
trapo de piso. Tuve suficiente con David y sus malos tratos 0
destrato para soportar a otro. Que sea una mujer buena y carente de
caracter, no le da derecho a nadie a tratarme como se le da gana.
Estoy harta de ser la Elizabeth que todos pueden pisotear a su
antojo. No mas, me digo a mi misma abriendo la puerta para irme,
cuando estoy por sacar mi cuerpo de eta oficina la puerta se vuelve a
cerrar con brusquedad. Un cuerpo grande y pesado se siente a mis
espaldas, no hace falta que me gire para saber que es James, su
perfume y respiracion agitada en la curva de mi cuello me Jo hacen
saber.
—Lamento ser un idiota, juro que no lo soy a menudo “murmura
haciendo que los bellos de mi cuello se ericen. —Puedo ser un tirano
como jefe, eso no te lo negaré, no obstante contigo prometo no
Jastimarte ni con el pétalo de una rosa. —siento desfallecer ante lo
delicado que es en su tono.
Apoyo la cabeza en la puerta queriendo calmar el mareo que siento.
Giro lentamente el rostro en su direccién, nuestros labios quedan a
milimetros, unos tan escasos que con el soplo del viento mas leve ya
estarian juntos. Recorro sus facciones, pomulos, nariz, frente y sus
ojos, esos que son lo mas sincero que he apreciado en el ultimo
tiempo me ven de un modo extraiio, no entiendo que me gritan con
sus pupilas dilatadas. Es que soy demasiado esttipida para entender
sefiales.
—James. —musito aturdida con su cercania.—Te tratare con respeto y si deseas no habra confianzas, pero no te
vayas. —suplica.
Me muerdo los labios con nerviosismo. James lleva su mirada a mi
boca, suelta una maldicién entre dientes y presiona su cuerpo
contra el mio quitandome el aliento. Hiperventilo por lo dominante
que es este hombre.
No da puntada sin hilo. Avisa mi conciencia perdida en el placer
que nos provoca James.
Me quedo perpleja cuando carraspea incomodo y se aleja de mi,
privandome de su cercania. Se acomoda el traje y me da una mirada
de soslayo que me hace reaccionar. Me giro de golpe quedando con
Ja espalda pegada a la puerta y la respiracién un poco agitada. Me
rasco la nuca-con nerviosismo, sin saber que decir. Demasiadas
emociones juntas para una sola persona, pienso abrumada.
»Di algo. —ordena sin verme.
—Acepto. —no me lo pienso mas.
—éComo? —hasta él se ha quedado sorprendido.
—Que acepto ser tu secretaria, James.
Acepto porque lo necesito, si quiero dejar de vivir de mi padre,
porque no deseo volver a New York y encontrarme con David o en
su defecto a la maldita de Emma. Deseo una oportunidad aqui y
James desea darmela, épor qué negarme?
éPor qué el hombre trae otras intenciones detrés de su ayuda? Mi
conciencia ya desconfia hasta de una sombra.
—Es la mejor decision que has tomado. —declara James con una
sonrisa de oreja a oreja.
No sé si lo sea, solo espero no arrepentirme en un futuro cercano.
Otro error en mi vida no creo poder superar. A un no supero a
David y su traicién, comienzo a creer que jams lo haré.
.)Salgo del edificio de James, en busca de un taxi. Mi nuevo jefe me
ha dicho que comenzaré mafiana, que por hoy tengo el dia libre,
agradezco el gesto, no estoy acostumbrada a que sean benevolentes
conmigo, siempre han sido ordenes que debo ejecutar y acatar, por
parte de David y de mi ex jefe. Siempre he sido sumisa, no me gusta
discutir 0 confrontarme a situaciones que escapen de mis manos,
esquivé los problemas, es por eso que hui de New York y es que
estoy en Washington. No sé como hacer para no llorar en una
discusi6n, ser sensible no es bueno.
Lo malo es que no te haces respetar, no que seas sensible. Me
corrige mi conciencia. Me gustaria refutas, pero sé que tiene razon.
Estoy por buscar el taxi cuando una oleada de frio cala mis huesos,
logrando que note de mi despiste, olvide mi saco en la oficina de
James. Es que firme elicontrato y hui de ese hombre que parecia
devorarme con. la mirada. Me giro para volver al edificio e ir por mi
abrigo cuando escucho como el mévil suena, me detengo y lo tomo
entre mis manos para ver quien es, un mimero que no conozco.
Espero no sea David, aunque no puede ser él, no tiene este numero.
» Hola, éQuién habla? —murmuro un tanto recelosa.
—Elizabeth —esa voz la conozco. —No me cortes, por favor —
implora. —Deja que hable, amor, por favor. —vuelve a suplicar.
Mi corazon duéle demasiado como cada vez que escucho la voz del
hombre que amé desinteresadamente, que le di mi vida en sus
manos, que lo deje hacer lo que quiera con ella. Le permiti tanto
perdiéndome a mi misma para que me pagara con traicion. Junto
los pedazos de una vida rotay me atrevo a hablar.
—d¢Cémo tienes mi ntimero? —gruiio molesta.
—Tu padre me lo dio, él desea que estemos como antes. —mis ojos
se abren como platos.
—é¢Le has dicho que me eres infiel con Emma? —silencio es lo que
recibo. —Por cuatro afios o mas. —ya no tengo claro cuanto tiempo
me han visto la cara. Total son amigos de antes que yo lo conociera.
—Emma exagera, miente. Te juro que no...—No importa si fue esa noche donde te encontré follandotela o mil
veces més, lo que si me interesa es que me engariaste, David —las
lagrimas se acumulan en mis ojos. —Rompiste mi confianza,
destruiste el amor que te tenia y te aseguro que nada de lo que digas
o hagas compondré lo que has roto con tanto empefio.
—Lo siento, princesa —de nuevo las arcadas me atacan. —
Hablemos, puedo ir por ti y...
—¢Por mi? —lo corto con brusquedad. —Llegas tarde, David. La
Elizabeth que usabas a tu antojo murié esa noche donde te encontré
con Emma, ella ya no existe. Quédate con tu novia y a mi déjame en
paz o le diré a mi padre Jo que me has hecho y veremos si te quedan
ganas de seguirme acosando.
—No, por favor. ~siempre Je importo su puesto a mi lado, pienso.
—Ya lo sabes. —corto la llamada. Soy una estipida, éComo no me
di cuenta de lo que él era antes? Estipida, estipida.
Me insulto a mi misma, dejando que toda la rabia fluya. Las noches
enteras llorando dentro de la bafiadera o las tardes llenando mi
estomago de helado y viendo peliculas tristes no han alcanzado para
soltar todo el dolor que Ilevo dentro. Ni todos los insultos o golpes
que me dé bastaran para calmar mi alma desgarrada porel suplicio
que siento.
—No eres estupida, algo ingenua y muy pura, pero no estipida. —
escucho una voz grave a mi espalda.
Me giro encontrandome a James con mi saco en la mano, supongo
bajo a traérmelo. Me limpio las lagrimas con la palma de Ja mano,
tiro el mévil dentro del bolso y sin decir una palabra estiro la mano
en su direccién para que me de mi prenda de vestir. Me la entrega y
rogarfa para que no vuelva a hablar.
»éYa lo sabes? —esquivo su mirada. —Supongo que si.
—Lo lamento. Intente decirtelo hace afios... Y bueno, ya sabes.
Emma y él siempre se entendieron muy bien.
—¢Lo sabias? —viro la cabeza de golpe en su direccién.—Si. Todos lo sabiamos. —suelto una risa carente de humor.
—Soy la cornuda del sigo, bien por mi. —cierro los ojos dejando que
algunas lagrimas caigan de mis ojos. —Debo irme, necesito hacer
algo.
—Te acompaiio. —se apresura a decir. —Sufrir solo no es bueno.
—éSufrir4s conmigo? —enarco una de mis cejas. —éSabes lo que es
que te rompan el corazén?
No lo creo. James es demasiado apuesto, tiene todo lo que una
mujer quiere a su lado. Después estamos las tontas como yo que nos
fijamos en un bastardo, poco hombre.
—Si, hace afios lo hicieron —trago en’seco al escucharlo hablar. —Y
no solo sufres cuando te rompen el corazon, Elizabeth —asegura
con mirada triste. —También lo haces cuando pierdes a un ser
amado. —ladeo la cabeza desconcertada. —Mi padre fallecié ayer.
La boca se me abre en una perfecta O y los ojos como platos. Me
quedo muda por lo que afirma. Su padre, eso si es dolor de verdad,
no lo que siento en este momento. Yo no sé qué haria'si pierdo al
mio.
—éHelado de frutilla? —susurro acongojada.
Asiente varias veces. No sé qué sucedera de esta relacion
profesional, no obstante espero no cometer mas locuras, olvidarme
de David y seguir mi vida lejos de los problemas.
Yee Yo SeUn tropezon no es caida.
James
Observo como Elizabeth elige el helado, pareciera que va a elegir al
papa, se toma todo su tiempo, pide uno y al segundo dice que no. E]
joven que la esta atendiendo ya le ha puesto mala cara y es que el
pobre no sabe qué hacer, si servir o no. No pensé que ella fuera tan
indecisa 0 son los nervios la que la ponen de este modo.
Ha evitado el tema desde que decidimos ir por un helado. Solo me
dio el pésame por mi padre’y fui yo quien hable como loro, y le
conté algunas partes de mi regreso apresurado a Washington. Por
su lado, evito,el tema de David. No sé si siga con él o no, aunque por
lo que escuche de la conversacién telefénica supongo que no, en
realidad espero que no, ya que este idiota estorbaria mis planes.
éCudles son esos? Mi conciencia me interrumpe. éConquistar a la
dama?, ¢Usarla como objeto sexual?, ¢Enamorarla? iPor Dios!,
chillo para mi mismo.
No pienso responder a nada, porque ni yo lo tengo claro, solo sé que
ella fue mi primer amor platénico, de esos que te'vuelves
incompetente, no piensas con claridad las cosas, crees en los
cuentos de hadas y actuas erratico. éSueno cursi?, y bueno, lo seré.
La culpa es de Elizabeth, ella sacé en'su momento esa parte de mi,
una que desaparecio para convertirse en el don Juan que soy hoy.
Por eso es que no sé que deseo con ella. Que fluya y con el tiempo se
vera.
Mejor ve ahora, que tu querida amada volveré loco al joven. Hago
caso a lo que dice mi conciencia, ya que siento lastima por este.
—De frutilla. —intervengo Ilamando la atencién de ambos. —Me
invitaste helado de frutilla y es el que quiero. —dictamino ante su
mirada recelosa.—Bien —bufa cruzandose de brazos. —Si fuera por mi me llevo
todos los gustos. —la veo relamerse los labios con hambre.
—éEres de comer mucho? —indago curioso. No creo, puesto que es
muy delgada, al otro extremo diria.
—No tanto como quisiera. Mantenerme en forma es un deber. —
farfulla entre dientes.
Arrugo el cefio confundido, éQué quiere decir?, ¢éDavid la obliga a
comer poco?, es que ese hombre es un idiota y Elizabeth carece de
amor propio. éComo una persona te va a limitar tu alimentacién
por cuestién de forma o belleza? Cada minuto que paso junto a ella
siento mas pena y rabia al mismo tiempo.
»Puedes decirlo —me incentiva tomando el pote de helado. —Soy
una estiipida —saca de su bolso dinero e intenta pagar.
—No —detengo su mano en el aire. Ella y el joven me ven
extrafiados. —Pago yo.
—No creo que...
—No fue pregunta. —grufio al ver que insiste.
Le pago al joven y le dejo el cambio a modo de agradecimiento por
Ja paciencia que le tuvo, otro la hubiera echado en el quinto cambio
de helado, pero él lo soporto y se la cambié unas diez veces. Ese
hombre merece el premio a la paciencia.
—No eres esttipida —retomo la conversaci6n saliendo del local y
caminando en direccién a mi auto. —Uno comete errores cuando
esté enamorado. —la ultima palabra me molesta.
Te molesta que no esté enamorado de ti. Es cierto lo que dice mi
conciencia.
—Bien, dicen que el amor es ciego, sordo y estipido. —bufa de mala
gana comiéndose el helado. —éQuieres? —parece que me lo esta
mezquinando, pienso al verla comer deprisa.
—Y si me das —me burlo y sus mejillas se tifien de rojo. Me pasa el
pote con su mirada baja. —¢Lo comemos en el auto o aqui?, aunque
hace frio.La escaneo de pies a cabeza y por mas que ese conjunto de oficina y
el abrigo largo que trae puesto, no son suficiente para tapar el frio
que hace. La veo morderse los labios con inseguridad.
»Es para que no nos enfermemos, pero si gustas nos sentamos. —
siento que invado demasiado y voy mas rapido que una locomotora
con ella.
¢Sientes? Ni la luz es tan rdpida como ti. Advierte mi conciencia
divertida.
—Si no te molesta que se ensucie el auto, puede ser ahi —susurra
apenas audible. —Hace frio. —se abraza a si misma.
—Obvio que no. Esta para servirme, no para tenerlo como si fuera
un hijo —hablo caminando al auto. —Si se ensucia, se lava, se
rompe, se arreglay demas. —le explico abriéndolela puerta.
Me corro unos centimetros para dejarla subir, no mucho, ya que me
gusta tenerla cerca. Me ve y después el Ingar que le he dado, niega
rascandose la nuca algo nerviosa y pasa por mi lado dejandome su
fragancia impregnada en la nariz, huele tan bien, pienso mientras
su cdlido cuerpo ingresa en mi auto.
«Qué dificil sera tenerla tan cerca en un espacio pequefio»
Dejo mis pensamientos de lado para rodear mi automévil y
meterme en él. No hago mas que apoyar el trasero en la butaca de
este cuando soy robado descaradamente. Elizabeth me quita el pote
de las manos con premura y'se engulle un par de cucharas a la boca.
Me la quedo viendo como un tonto por el descaro que tiene.
—Lo siento, tengo hambre. —o intentas tapar tus penas, pienso. —
Cuéntame que has hecho todos estos afios. —busca informacion sin
ella soltar lo que deseo saber.
—Y después me hablards de ti. —la sefialo dandole vida al motor.
Le doy una mirada de soslayo para apreciar sus pomulos rojos por
Ja vergiienza. Parece bastante timida, mas de lo que recuerdo.
G.)Estaciono el auto frente a su edificio, el tiempo ha pasado y el pote
de helado casi se lo acaba, si porque fue ella la que se lo comié
solita, si apenas comi tres cucharadas ha sido mucho, ¢Dénde le
cabe tanto? Lo ha disfrutado mientras me escuchaba
detenidamente contarle sobre la vida monétona que llevaba en New
York, el cémo supe de mi padre y el modo en el que volvi,
decidiendo hacerme cargo de la empresa familiar, en contra de mi
madre que no quiere que arruine mi vida.
—Todas las madres se preocupan por sus hijos —habla después de
un buen rato en silencio. —La mia es pesadisima, vive llamando y
controlandome hasta el aire que respiro, segtin ella eso es amor de
madre. —hace una mueca graciosa con sus labios. —El dia que tenga
hijos, cosa que no creo pase, no seré tan t6xica, iPor Dios! —levanta
Jas manos al aire con pote y todo.
Una imagen de Elizabeth embarazada me roba una sonrisa corta.
Verla con un enorme vientre, comiendo mucho helado y mil
cambios de humor debe ser todo un espectaculo.
—No lo sabras hasta que no tengas hijos —murmuro Ilamando su
atencién. —Me la pase hablando de mi.
—Lo sé y lo agradezco —observa el pote con detenimiento. —No
estaba tan bueno. —me lo entrega vacio.
—diQué!?, pero si te lo has comido tu sola. —viro los ojos y suelto
una carcajada.
—Cuando estoy nerviosa como mucho. —me cuenta viendo por la
ventana.
—éTe pongo nerviosa?
Sus ojos oscuros vuelven a mi con rapidez, se muerde los labios con
nerviosismo. Se ve demasiado inocente y sexy al mismo tiempo.
Tiene la capacidad de provocarme un espasmo en todo el cuerpo,
que va desde mis pies hasta la cabeza, no obstante se acentia entre
mis piernas. Deseo es la palabra correcta. La deseo, pienso.
»Exhalas inocencia, écomo hago para no ver la lujuria que baila en
tus pupilas? —no detengo mis palabras y mucho menos mis
movimientos.Me ve con grandes ojos cuando me muevo sobre la butaca para
quedar de lado y mas cerca de ella. No encuentro reticencia en su
mirada, ni mucho menos. Parece mas dispuesta que disgustada.
Muerde con mis fuerza su labio inferior, logrando que me atreva a
tocarla. Mi mano se mueve por si sola hasta su mejilla y antes de
posarla ahi, busco en sus faros oscuros una negativa que no hay.
Termino de posar la mano en su rostro, es suave, tersa, se
encuentra tibia y me excita en desmedida.
»Eres tan delicada como una flor de cristal —musito formando
circulos imaginarios con mi pulgar en su mejilla. —Me gustas. —
ocultarlo es esttipido.
Su mano se posa encima de la mia, la corre con delicadeza y una
sonrisa forzosa se forma en sus labios al tiempo que sus faros
brillan con algunas lagrimas acumuladas: Me asusta verla asi, no
quiero que huya de mi, no ahora.
La apabullas. Me regaiia mi conciencia. No es la idea, el problema
es que no puedo detenerme, cuando se trata de ella actué sin
pensar.
—Lo siento. —murmura soltandome.
No me da tiempo a reaccionar cuando abre la puerta del automévil
y se baja, la cierray corre a su edificio. Me doy un golpe mental por
actuar sin pensar. Elizabeth no es una mujer que puedes
acorralarla, debes ir lento con ella o en seguida se asusta y hace lo
que estoy viendo.
—iMierda! —farfullo furioso. conmigo.
Me bajo del automévil y la sigo por detras acelerando el paso antes
que entre a su edificio, llega a la puerta, esta por abrir la puerta de
cristal y mi mano es mas rapida que ella, la tomo del ante brazo y la
hago voltearse en mi direccién, su rostro impacta en mi pecho.
Nuestras respiracién se encuentran agitadas por la corrida que nos
dimos. No se atreve a verme y me desespera el no poder apreciar
esa mirada inocente que se carga.
»Lamento ir tan rapido contigo, sé que hay que dar un paso a la vez.
—la tomo del mentén y la hago verme a los ojos.—Creo que sabes mas tii de mi que yo misma. —murmura apoyando
las manos sobre mi pecho e intentando poner algo de distancia, la
cual sedo, pero no mucho. —James, no sé que pretendes, solo
detente. —ordena sin fuerzas.
—éNo te gusto? —insisto con conseguir algo de ella.
—No es eso. Tendria que estar ciega para no ver lo guapo que eres.
—éEntonces? —aprisiono sus caderas, volviendo a la postura inicial.
Te duro poco el darle espacio. Mando a callar a mi conciencia.
»éEs por David?, éSigues con él sabiendo lo que te ha hecho? —la
bombardeo con preguntas.
—éQué pasa sies por él? —esta faceta desafiante de suparte me
gusta. —Estoy en todo mi derecho de amar a quien'sea, por mas que
esa persona no me ame. —lo tiltimo se escucha en un susurro.
—éLo amas? —posa la mirada a un lado mio y la vuelve después de
unos segundos en silencio.
—No amas a una persona de la noche a la mafiana como tampoco
dejas de hacerlo.
Es cierto lo que manifiesta con tanto dolor. Sin embargo puedo
mostrarle que’se equivocé, que amo erréneamente y que hay un
mundo esperdndola para ser comido por ella.
—Un tropezon no es caida. Que hayas elegido mal significa que
debes cerrarte las puertas a la vida. Hay ms alla de ese amor ciego
que le tienes —sus ojos siguen fijados en mi. —Si me dejas, aunque
sea como un buen amigo, puede mostrarte de lo que te has perdido
por amarlo.
—éAmigo? —ladea la cabeza de un lado a otro.
—éPretende algo mas, sefiorita Cox? —una sonrisa maliciosa tira de
mis labios al ver como enrojece de la vergiienza. —¢Me permites
ensefiarte?
Vuelve a morderse los labios con nerviosismo, su cuerpo vibra bajo
mis brazos. Me da un corto asentimiento que me hace levantarla enel aire y girarnos a ambos. Acerco la boca a su mejilla, al posarla en
el suelo y planto un beso en su tersa piel. Una corriente eléctrica
nos atraviesa a ambos, ella da un respingo por la descarga.
—Como amigos. —aclara.
—Como amigos. —repito seguro de que no lo podré cumplir.
Le ensefiaré que David no es lo que ella necesita en su vida.
éY tui si?, cA costo de qué? Mi conciencia indaga y yo la ignoro para
perderme en Elizabeth.
Le So YeUniverso
Elizabeth
Llego a la empresa cansada, como si hubiera estado horas sin
dormir, lo que es ilégico, puesto que descanse lo suficiente como
para estar bien hoy, sin embargo aqui estoy bostezando como
morsa, son tantos los bostezos que no puedo ni respirar.
Ya veo y te ahogas. Mi conciencia también bosteza al tiempo que se
burla de mi.
—Sefiorita, éc6mo est4? —doy un respingo al escuchar la voz de un
hombre muy cerca de mi.
Miro quien me da el susto de muerte para encontrarme con el
mismo sujeto del dia anterior, el hombre de seguridad, la diferencia
es su vestimenta, ayer traia uniforme y hoy se encuentra de traje en
color negro. Lo escaneo con extrafieza de pies a cabeza.
—Bien, éusted? —estiro la mano para saludarlo.
—Muy bien, gracias. —una respuesta sincera es lo que recibo.
—EI sefior Walker me debe estar esperando, ya que soy su secretaria
Your
—Sefiorita Cox, primero no debe darme explicaciones. —me
interrumpe. —Segundo, ya sé que ha sido contratada y por ultimo
yo lo sé todo, siempre, asi que no gaste sus energias.
—¢Todo? —enarco una de mis cejas con temor.
—Si. Soy la seguridad personal del joven Walker, lo vi crecer, puedo
asegurarle que todo lo que gira a su alrededor ya ha sido
investigado por mi. —lo dice en tono orgulloso.
—Ni que fuera un sol el "joven Walker" —hago comillas con mis
dedos. —Y nosotros los planetas. —viro los ojos.—Se equivoca en algo, James es el sol en esta empresa, pero
usted —me sefiala. —Es el sol en la vida de él, asi que vea donde gira
cada uno.
La boca se me abre en una perfecta O. Estos hombres no pierden el
tiempo, van a cientos de kilémetros por hora, me sacan demasiada
ventaja. No sé como se acttia en estos casos, es que mi inexperiencia
es tanta ante las indirectas que lo tnico que logran es apabullarme.
Anoche acepté ser "amiga" de James y ya tengo a su personal
diciendo que soy el sol de este y que él gira a mi alrededor, éen qué
momento es que me converti en la esfera de fuego de James? Me da
miedo, demasiado para mi gusto. La inseguridad me hace
retroceder unos pasos haciendo que golpee con un cuerpo fornido.
Viro el rostro de golpe para encontrarme con unos ojos curiosos.
—¢Elizabeth? —me nombra tomandome de las caderas.
—cEres? —me quedo inmovil sin saber qué hacer.
—Jackson —dice su nombre como si fuera a sacarme la venda que
tengo en los ojos. Thompson, el amigo de James. —mis ojos se
abren como platos. —éCémo has estado?
—No tan bien como tti —escaneo su rostro y me sorprende que los
aiios no le hayan pasado. —éMe sueltas? —le pido saliendo de mi
aletargo.
—Claro —lo hace con rapidez poniendo distancia entre ambos. —Lo
lamento, si James lo sabe me mata. —me viro en su direcci6n.
—éQué cosa? —indago confundida.
—Nada, no hagas caso —niega un par de veces. —éJames ha
llegado? —me encojo de hombros.
—No sé, recién llego. —le cuento buscando al hombre extraiio.
Este sigue en la misma posicién, parece una estatua, una divertida,
puesto que carga una media sonrisa en sus labios. Debe tener unos
sesenta afios o mas, cabello gris, mirada verdosa, algunas arrugas
por la edad y la altura de James, se ve bastante en forma por la edad
que tiene.—El joven ya ha llegado. —rompe con mi escaneo.
—Claro, si estas ti, esta él. —Jackson le da unas palmadas en el
hombro. —éSubes? —me ve a mi.
—Si. —me limito a responder.
Comienzo a caminar a la par de Jackson y seguida por el extrafio
hombre que se roba toda mi curiosidad. Tengo preguntas que
obviamente no voy a hacer, antes muerta que indagar en la vida de
alguien mas. Esperamos el ascensor en silencio cuando el movil
suena. Cierro los ojos con pesar, ya que sé quien es, estoy harta de
que Ilame y me atormente, parece que Emma no le da lo que
necesita 0 se volvié loco.
—éNo respondes? —Jackson me habla.
—No. Quiero tener una mafiana tranquila. —me da una mirada de
soslayo. —éCual es su nombre? —me giro en direccién al sujeto que
se ve queda viendo extrafio. —En mi mente es un agente de negro,
pero no puedo decirle de ese modo. —aprieta los labios para no reir.
—Es como uno de ellos. —Jackson comienza a reir. —En las
peliculas protegen a los extraterrestres y él lo hace, James es uno. —
suelto una risita divertida.
—Hume John, sefiorita. —el extrafio que ahora tiene nombre me
responde.
—Bien, John, quita el sefiorita, que lo detesto —hago una mueca con
mis labios. —Elizabeth esta mas que bien.
—Suerte con eso. —murmura Jackson mientras las puertas
metilicas se abren.
—No es posible, sefiorita Cox. —arrugo el cefio y lo fulmino con la
mirada. —Se tendra que acostumbrar.
Ingreso primero al ascensor ignorandolo por completo, no me gusta
discutir, lo evito, pero si me enojo, aunque las personas no lo crean
y me molesta que me diga "sefiorita", ni que fuera de la realeza y ni
asi me gustaria que me llamen con tanta cortesia. Jackson ingresa
conmigo y el tal John también. Me quedo en silencio por lo quedura el viaje, no tengo nada que decirles. Siento como ambos me
ven, sus miradas queman mi espalda.
(..)
El viaje en la caja metalica se me hace tan largo como la primera
vez, no sé si sea por la cantidad de pisos 0 por el silencio incémodo
que se habia formado entre los tres. Llegamos al piso de James, las
puertas se abren y no hago mas que poner un pie fuera cuando soy
tomada del brazo y arrastrada contra un cuerpo que comienzo a
reconocer por su perfume a madera y menta.
—Bonita, écdmo estas? —es lo primero que dice y luego deja un
casto beso en mi mejilla muy cerca de mis labios. —Llegas
temprano.
—No pierdes el tiempo. —Jackson acota haciendo que mi cuerpo se
tense.
—Deja las bromas. —lo regafia James.
—No es broma, es la verdad. —se justifica. —Llevas un dia de verla y
ya le pones apodos y la abrazas.
Es ahi que me doy cuenta de que me encuentro muy cémoda en los
brazos de James. Me suelto de su agarre dando algunos pasos lejos
de él. Este achica sus ojos en mi direccién y fulmina.conla mirada a
su amigo.
—Ambos deben comportarse, éno les parece? —John rescata el
momento.
—Si. —responden al unisono.
John se divierte viendo a los dos "hombres", los cuales tienen pinta
de nifios berrinchudos. Me gustaria encontrarle la gracia a lo que ha
dicho Jackson o lo que ha hecho James, sin embargo solo me siento
abrumada. Respiro profundo para buscar alguna palabra que
rompa el hielo.
—éTrabajamos? —los tres voltean sus rostros en mi direccién.
—Si. —James es el unico que me responden. —Primero debemos
hablar.Sin importarle que su jefe de seguridad o amigo nos estén viendo,
me toma de la mano y me arrastra lejos de ellos. Me ingresa en la
primera puerta que hay junto a su oficina, la cierra dejandonos a
solos. Sus ojos recorren mi cuerpo de pies a cabeza, no sé si es el
traje de pollera gris y la camisa blanca acompafiada de un saco del
mismo color que la pollera, es que lo hace verme con tanto éanhelo?
»Ser tan hermosa deberia ser un pecado, Elizabeth —mis mejillas se
tifien de rojo carmesi. —No me has saludado. —reclama haciendo
un mojin con sus labios.
—Lo siento, es que me apabullas. —acorto la distancia entre ambos,
la cual es efimera. Hago puntas de pies para dejar un pequefio beso
en su mejilla. —Hola, James. —murmuro en tono suave.
Sus manos son inquietas y toman mis caderas.sin previo aviso, no
dejandome huir de él, aprieta\contrasu pecho y sin ver su proximo
movimiento, mete su rostro en la curva de mi cuello para plantar
sus labios y darme un beso que dura mas de lo que mis hormonas
pueden tolerar. Un escalofrio me recorre por completo, de pies a
cabeza y termina en una zona que ni quiero pensar.
No eres indiferente a este hombre. Dictamina mi conciencia
embelesada con James.
—Ahora sisson buenos dias —se separa un poco de mi. —¢Como
dormiste?, tienes cara de cansada. —su pulgar acaricia mi pomulo
por debajo de mis ojeras.
—Con suefio, como si no hubiera dormida en lo absoluto. —le
explico disfrutando de su tacto,
—éTe he quitado el suefio? —ese ego sale a relucir mas que la
sonrisa que tiene en sus labios. —Provoco en eso en las mujeres.
—Ni recordaba tu existencia hasta que soné la alarma y recordé que
trabajo para ti. —arruga el cefio un tanto molesto. —Tu ego toca el
universo, ésabes?
—Ti eres mi universo —trago en seco por su confesion. —Mi estrella
de fuego, y yo giro a ti al rededor.
—é¢Es el dia de hablar cosmos, estrellas y soles? —indago aturdida.