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ERIA, 1991, pp. 157-177 EDUARDO MARTINEZ DE PISON Departamento de Geograffa, Universidad AutGnoraa de Madig OBSERVACIONES GEOMORFOLOGICAS EN EL NANGA PARBAT (HIMALAYA DEL PAKISTAN) «Pre-Islamic traditions blame many of life's misfornanes on moun- tain fairies, and Nanga Parbat is said to be a fairy citadel, topped by a eristal palace and guarded by snow serpents.» JOHN KING RESUMEN - RESUME - ABSTRACT. ‘Se exponen los caracteres morfoesiructurales y de modeiado glaciar del Nanga Parbat (8.125 m.), en el Himalaya occidental. Dessacan cinco fasesglaciaes prinipales en el interior del macizo, cespondientes al Pleistoceno superior y al Holoceno. ‘Se correlacionan estos episodios con los estadios recientes reconocidos.en otros puntos del Himalaya y del Karakorum. * * * Observations géomorphologiques au Nanga Parbat (Himalaya, Pakistan). Nous présentons ici les caratéres morphostructu- rales et du modelé glaciaire du Nanga Parbat (8.125 m.), an Himalaya occidental. A 'intesieur du massif on observe cing pha- £8 principales du Pléistocére superieur et Holocene. I est aussi possible de faire sa corrdlation avec les épisodes récents re- ‘contius aux autres lieux de I Himalaya et Karakorum. * * * Geomorphological observations at Nanga Parhat (Himalaya of Pakistar).- This article attemps to establish the nature of the structural tandforms and the glacial landforms of the Nanga Parbat mountain (8,125 m.), in the Himalaya range. Five major glacial episodes are diferentiaed ulong the Upper Pleistocene and Holocene within the massil. I's possible to correlate these episodes with the recent ones known in other parts of the Himalaya and Karakorum. PALABRAS CLAVE: Geomorfologia, morfoestructuras, modelado glaciar, Nanga Parbat, Himalaya, MOTS CLE: Géomomhologic, formes structurales, modelé lac .. Nanga Para, Himalaya, KEY WORDS: Geomorphology. structural landforms, glacial landforms, Nanga Pasbal, Himalaya, INTRODUCCION Las observaciones que permitieron Ia redac- cién de este trabajo se realizaron en el curso de la expedicisn «Pefalara» al Nanga Parbat, en los me- ses de Julio y Agosto de 1990, La expedicién estu- vo ditigida por Carlos Soria Fontén, que aleanz6 la cima del pico (8.125 m.), junto con Pedro Nicolis, €1 L1 de agosto, por la ruta Kinshofer, sobre el valle ae Diamir, que se abre en el flanco Noroeste de Ta ‘montafia (SORIA, 1990). Integraban también la ex- pedicién Mariano Arrazola, médico de la misma, Angel Sanchez. y Jorge Palacio, Los objetivos del estudio que corrié a mi cargo fueron geomorfol6gi- cos: las formas estructurales del Nanga Parbat y las detivadas del modelado glaciar de sus flancos en el ‘Ambito de Ia alta montaha. La expedicién estavo apoyada por la Real Sociedad de Aipinismo Pefiala~ ra y Ia investigaci6n fue ayudada por la Universi- dad Auténoma de Madrid, ‘Aunque este trabajo estuvo cenirado en el max cizo del Nanga, debo sumar algunas observaciones mds someras en los valles de Astor y del Indo, con formas correlativas a las de La montaiia. En otros ar- ticulos he detallado el itinerario que reaticé con este fin (MARTINEZ DE PISON, 1990), Recorri los significativos flancos de Diamir, Rupal, Raikot y Pataro, Es decir, el gran valle interior norocciden- tal, el profundo surco meridional y la extensa ver- tiente norteita, con su valle que desciende directa- mente al Indo: tres orientaciones, tres morfologias diferenciadas y tres Ambitos glaciares distintos, con datos complementarios. También el sector alto de Pataro proporcioné datos para una contrastacién con las formas glaciares reciemtes de los otros va- Hes. A mi entender, ello permite establecer una pri- 1s7 erases Fig. 1. Croguis del macizo del Nanga Parbat y recortido de la expedicidn, Les mimeros del itinerario cotresponden a las ‘carmpamentos, mera interpretacién de conjunto del relieve del ma- cizo y realizar una correlaci6n neva con los datos ‘obtenidos en nuestros trabajos anteriores en otros, Puntos de la cordillera. EI valle de Diamir fue clave en el trabajo, al permanecer en él mAs tiempo y con, ‘mejor infraestructura, al poser una morfologia es- pecialmente reveladora y al contar con el apoyo de los demas expedicionarios. A todos ellos quiero agradecer aqui Ia ayuda recibida, especialmente Carlos Soria, jefe de Ia expedicién, por su apoyo in- condicional, y a Pedro Nicolés, a quien debo tam- bign datos e ideas, por su dineeta participacién en el 158 estudio, por ejemplo en el establecimiento de las fa- ses glaciares de Diamit, que fueron clave para cl entendimiento de las demés. Del mismo modo ex- preso mi reconocimiento a los pakistanies de nues- tre equipo, que apoyaron Ta carpafta en las racas y glaciares del Nanga Parbat, de modo particular al mayor Mujahid Ahmed, al sirdar Samandar Khao y al guia de Kut Gali Sheer Rahmang. En el macizo del Nanga Parbat (35° 15° N) ter- mina bruscamente la alineacién occidental de la cordillera del alto Himalaya sobre la profunda de~ presién del Indo, con un desnivel de 7.000 m. en 25 km. entre la cumbre y el rfo. En codos sus flancos. esta montaita destaca sobse su entorno no sélo a los desniveles, sino al estar recor- tada por valles que materialmente se clavan entre ella y los relieves circundantes: los de} Indo, Bunar, Rupal y Astor, con altitudes en sus trames centrales sélo de 1.200, 1.500, 3.500 y 2.300 m., respectiva- mente, Estz marcada individualidad del macizo del Nanga Parbat se debe a causas morfoestructurales, coneretamente morfotecténicas, que independizan su relieve, aunque geolégicamente sus rocas, aline- aci6n y deformaciones fundamentales se inserten en el conjunto occidental del Himalaya, Ello ha otor- gado a esta montaiia una peculiar personalidad, ya expresada (empranamente por Younghusband en 1896: «the distant Nanga Parbat —the Naked Mountain—... a true monarch of the mountains». EI macizo es una parte del gran bloque himali- yico casi paralelo al del Karakorum en este sector del Pakistan, pero separado de éste por una depre~ sién amplia y profunda, a 2.500 m. en el centro de este tramo, por la que corre el Indo en direccién Noroeste, Queda el rio encajonado y preso entre compactas montaiias que, al tiempo que 10 alimen- tan, impiden su logiea salida hacia el sur, 10 que le obliga @ contornear el Himalaya en una larga vuel- ta, hasta que las grandes fallas —atin activas— que limitan en. Nanga y toda la cordillera por su extre- mo noroceidental le permiten’torcer su curso y abrinse un camino hacia las Hanuras meridionales, Este sector occidental del Himalaya presenta no sélo blogues internos levantados, como el del ‘Nanga, sino uno también hundido, la fosa de Srina- gar, a 1.800 m. de altitud, cuyos lagos indican ef obstdculo originado por la depresién al drenaje de las aguas. Al Suroeste, la cordillera se alza lineal- mente sobre la depresi6n periférica de Islamabad, en bloques que atin no son muy altos, pero, tras la tosa de Srinagar, las altimdes zamentan en el maci- z0 del Nun Kun por encima de los 7.000 m. Sin embargo, entre estas montafas y el Nanga Parbat queda otro sector més bajo, con cumbies sélo por encima de 105 5.000 m., lo que contribuye al sisla- miento del gran bloque del Nanga, bruscamente elevado en Rupal por encima de los 8.000 m., se- xin una lines teetGnica rigida, y acabado con la misma brusquedad al Norte en el Indo, segtin otra linea paraleta El bloque del Nanga Parbat posee cartografia parcial a 1:50,000, con curvas cada 50 metros, rea lizada en 1934 por la «Deutsche Himalaya Expedi- tion», a cargo de R. Finsterwalder, y editada en 1980 por Osterreichischen Alpenverein, que ha ser- vido de base para nuestro mapa geomorfoldgico. No obstante, esta hoja no contiene el valle de Dia- mir, salvo su cabecera, y ésta de modo no siempre correcto, Jo que ina dificultado nuestro trabajo en este sector. Para referencias inds extensas hemos: utilizado el mapa de Gilgit, 1:250.000, del Anny Map Service, de Washington, L FORMAS ESTRUCTURALES 1, EL NUDO GEOLOGICO DEL. NANGA PARBAT ‘Todos los materiales que constituyen este sec- tor del Himalaya son antiguos, pero especialmente, los del Nanga, datados como precambrices. Perte- necen, por tanto, a la placa indica, cabalgamte aqui sobre el drea de Islamabad, en un conjunto de man- tos que, con caracteres paiticulares, constituyen Ia tipica estructura aléctona del Himalaya, que ya des cribimos en el drea del Nepal, por ejemplo, en nuestro libro sobre el Everest (MARTINEZ DE PI- SON, 1990), Tal estructura esté —de un modo pe- cculiar— en le misma rafz de 1a explicacion de los caracteres morfotecténicos del Nanga. La geologia del Nanga Parbat fue ya estudiada en una de las expediciones de preguerra por Peter Misch, que reconocié la litologia del macizo sefia- Jando st disposicién en bandas aproximadamente concéntricas, con paso progresivo del metamorfis- ‘mo hacia un nicleo granitizado, El Nanga estarta ast constituido por un nucleo de gneis altainente meta~ mérfico en el drea més elevada, con una aureola de menor intensidad pero también gneisica hasta los ri- 9s Indo y Astor, con apariencia bandeada. El con- traste litobigico de este bloque con el sector oriental de Astor y cl septentrional al Indo eran manifiestos. También en 1935 Finsterwalder, el autor del mapa topogréfico del Nanga sefialaba ya una fuerte dislo- cacién tecténica en Astor entre el Nanga Parbt y su margen oriental. La disposickin de rocas y pliegues en las pizarras y mérmoles del Nordeste del Indo, en. Talichi, es igualmente disconforme con Ia estructura del Nanga, lo que nuevamente indica un contacto por falla, En la clasificacién mas recientemente pro- puesta por Madin (MADIN, 1989) estas rocas del Nangu pertenecen a los denominados «Shengus Gneiss», que se caracterizan como gneises peliticos y psammntticos de greno fino y laminacién delgada, cuyo protolito es precémbrico, pero cuyas metamor- fizaci6n e intrusiones graniticas son terciatias (ZEl- TLER, 1989), derivadas de la colisién de la placa Indica y del cabalgamiento consiguiente. Los trabajos mas modernos distinguen cinco trentes principales de cabalgamiento en el sector, on suis respectivos mantos, Entre dos de estos fren- tes, con una disposicién girada al NNE, casi ortogo- nal a Ta alineacién preferente, quedan incluidos los gneises del Nanga Parbat y levantado el macizo morfolégico actual (GANSSER, 1964; MADIN, 1989). 159 La secuencia de frentes tecténicos se inicia ‘més al Sur de Islamabad, fuera ya de la cordillera geogréfica, con un cabalgamiento extremo o fron- tal, que afecta a materiales terciarios de borde, se- jialando sw caractes reciente y la progresiva locali- 2acién del fendmeno hacia el Sur. Un segundo ele- ‘mento se sittia al Norte de est poblacién, en una i= nea donde ya comienza el brusco levantamiento montafioso compacto de la cordillera, afectando a sedimentos antiguos y mesozoicos de la Placa Indi- ea. El tercer frente, ef més importante geolégica y morfoldgicamente (MCT), conforma ya el borde meridional del Nanga Parbat, con el manto consti- tuido por gneises ptecdmbticos, granitos y rocas se~ dimentarias, que constituyen la alta cordillera. Al Fig. 2. BL NUDO GEOLOGICO DEL NANGA PARBAT quema geoldgico det occidente det Himatasa (mo- sifieado y simplificado de Treloar —1989— y Madin et al. —1989—), Litologfa: |, Secuencia del Arco de Islas del Kohistén, 2. Gneises precmbricos de la Placa Incics, 43, Sedimentos procerozoico-mesozoicos de la Placa Int 2. 4. Molasas terciarias. 5. Cabalgamlentos: MKT: Ca balgamiento det Karakorum. MMT-ISZ: Cabalgamiente Cabalgamviento Frontal himldyico. B: Bxquema geoldgico del Nanga Parbat (simplificado de Gansser, 1964). 1. Depésitos cuaternarios (alnviales, Iacustres, ete.) 2. Sedimentos terciarios (areniseas, et. 3, Mesozoico (calizas, flysch, etc.). 4. Paleozwico-Pre- Ccémbrico (orla de Cachemira), 5, Precimbrice (esquistos, cic.). 6. Gneises del Nanga Parbat. 7. Ofiotitas del Indo. 8, Granitos, 9. Cabalgamientos. 160 Norte, la torsién del nuevo frente de cabalgamiento del Indo alrededor del Nanga destaca el emplaza- mento peculiar de este macizo en posicién anéma- lay pinzada, con el brusco final, a su NW, de la ali neaciGn himaldyica y el levantamiento enérgico de Jos gneises antiguos. Finalmente, al Norte, el frente del manto del Karakorum, tras el surco dei Indo, in- dica, en cambio, la continuidad al NW de esta gran cadena montaitosa, con individualidad, pese a su pertenencia a este conjunto estructural, no disocia- ble. EI Nanga Parbat, afectado por el MCT, confor- ‘ma, por su posicidn central, su torsién y el destaca- do emplazamiento del zécalo gneisico, por consti- luir el Gltimo eslabén noroceidental de la cordillera del alto Himalaya entre las offolitas del Tndo, que prosiguen la gran sutura norhimalayica, y los con- Juntos plegados de Cachemira, un verdadero nado geoldgico. La disposicién en torsién del Nanga Par- bat hacia el NE, derivada del dispositive tect6nico de los mantos, afecta al emplazamiento de la banda de sus gneises y a Ja directién de sus ejes estructu- rales, con ese mismo rumbo, en contraste con los de los pliegues del Nun Kun y de tos centrados en la cubeta perisinetinal de Cachemira. Ello contcibuye también al cite morfol6gico de ta depresién del Indo, que corre de SE a NW enire el Karakorum y el Nun Kun, lo que provoea la diseccién por el rio det enlace montafioso asf configurado, segiin las It ncas de debilidad establecidas por las fallas norte- fias del Nanga Parbst. Dentro del gneis de] Nanga Parbat aparecen también localmente estratos de niérmoles y. sobre todo, intrusiones graniticas secantes a tos gneises, en forma de diques 0 de micleos masivos que desta- can en el relieve 0 contribuyen a dar resaltes, tomar aspectos torreados, vertientes de rocas compactas, etC., por sui mayor resistencia respecto a la erosién, EI nticleo de este conjunto litolégico estd evidente- ‘mente levantado en el relieve actual por la tecténi- ca, Io que eleva hacia el pice las posiciones respec tivas de las rocas mds 0 menos masivas, desnive- Jando su emplazamiento original, Junto ai Campa- mento Base de Diamir hay en los gneises wn gran pliegue tumbado; otros se observan, por ejemplo, Fig. 3. Esquema de estructura plegada en el valle de Dia- Fig. 4, Buzamiento del bandeade gneisico al Norte (A) en el alto valle de Diamir y al NNE (8), apie de la pared de Dimi, en el flanco Norte del Nanga, Por encima de un ‘marcacio bandeado de apariencia no noclinal, parte del trapecio cimero del Nanga esté constituido tam- bign por materiales gnefsicos plegados. A lo largo de la ascension a la cumbre del Nan- ‘2a Parbat los expedicionarios recogieron muestras; de rocas en la pared de Diamic. Agradecemos viva- mente a Jeronimo Lopes el andtisis en le Universi= dad Autonoma de Madrid de varias de estas mues- tras, tomadas (ver fig. 9) a 4.200 m. (base del pico, punto A}, a 5.300 m, Cescarpe inicial, punto B), a 5.900 m. (peldafo intermedio, punto C), & 7.000 mn. (rellano superior, punto Dp y a 8.125 1., en la mis- ‘ma cima (punto E.}, Pese a proceder, por tanto, de lugares de diversa morfologia, los caracteres bas- tante homogéneos de las rocas no parecen indicar tuna relacién de estas formas con cambios en la lito- logis, sino con la morfotecténica interna del pico. En su base (A) se encuentra gneis con cuarzo, plagivelasa y biotita abundantes, fibrolita que crece sobre la biotita y ziroén como mineral aecesorio y orientacién muy marezda, Junto a esta roca parce también ortogneis con abundante cuarzo de cris les rvlativamente grandes, plagioclusa, feldespato. biotite (a veces alterada a clorita), sillimanita (indi- cadora de alta temperatura) y algo de orientacién, con granates, que se ven alterados en In muestra de ANS mano. Fig. S. Esqueme de les principales alineaciones y unidades morfotecttnicas del extremo occidental del Hiznaluya, 1. Bloque regional dei Karakorum, 2. Bloque regi ial de] Himalaya: 2A, Blogue sobreelevado y limftrofe del Nanga Para, 2B, bloque clevado y central del Nun Kun, 2C, Bloque medio y extemo de Pir Panjal. 2D, Bloques medios periféricos dei Nanga Parbat. 2E, Bloque bajo de Abottad, 3A, Depresién del indo, 3B, Fosa de Srinagar. 3C, Depresién peritérica de Isla- smabad. 161 En Ia pated (B y C), el gneis presenta zbundan- te cuarzo con cristales de cierto tamaito, biotita y plagioclasa frecuente y sillimanita —en C con gra- nates, En la parte superior (D), la roca ¢s un ortogneis con similares caracteres y alguna orientaci6n. La muestra de la cumbre (E) también es un ortogneis con abundante cuarzo, aunque algo menos que en Jas otras rocas, con cristales mas pequefios que en éstas, muchas biotitas orientadas y alteradas en par- te a sericita y clorita, con tormalina, apatito, zircén ¥ grunate como minerales accesories y con orienta- cién dominante, pero sin bandas definidas en la muestra, 2, TRAMA DEL RELIEVE SEGUN LAS ALINEACIONES MORFOESTRUCTURALES El examen de las alineaciones morfoestructura- les de este sector permnite destacar una rama domi- 162. nante que dirige su morfologia. Las lineas tect6ni- cas que delimitan e] Nanga Parbat en el extremo cecidental del Himalaya van de Suroeste a Nordes- te, por lo que son casi perpendiculares a la alinea- cid mds general y amplia de este sector de Ia cor- dillera (Noroeste-Sureste), que la delimita respecto 4a sus depresiones externas del Indo en Skardi y de Islamabad, y que también configura el alargamiento del eje de la cubeta de Srinagar y del bloque det Nun Kun, No obstante, dicha cubeta estd delimitada en sus extiemos NW y SE y afectada en el drea depri- ida de su lago por esa misma directriz. morfotec- AGnica, que aisla también, como indicamos, el pilar del Nanga del eje del Himalaya NE-SW. Se impri- sme, asf, la cubeta en el relieve: de modos tan linea- Jes y con dibujo tan cerrado, que puede considerar- se como uaa fosa tecténica con estructuras plegadas -adaptadas, Asf pues, el juego de estas dos alineaciones ortogonales determing la disposicién general ¢ in- Fig. 6, Esquema de las alineaciones mor- fotectéinicas det Macizo del Nanga Pasbat (ay. Cree, Main ER eee Fence dade sem Fig. 7. Contraste de los buzamientos del bandead yneisticn 3 atbos lkkos del ences de Maveno, labridu fever de una fala, yoruce de bandas y frectures en ta pared, tema de los distintos y contrastados bloques hima- layicos y ocasiona la régida terminacidn de Ia cor- itlera en su extremo noroccidental. Segéin tales pautas se distinguen en el conjunto diversas unida- des orograticas. En primer lugar, distintas bloques: el regional del Karakorum y el regional del Hima- laya, en principio: dentro de! dhimo, se diferencian varias unidades levantadas: el blogue bajo de Abottabad y el de Pir Panjal, de altitudes medias, Forman las primeras montafias septentrionales a la depresion periférica de (slamabad. Circundando por et Norte la fosa interna de Srinagar, se dispo- nen los bloques de transicién con el macizo del ‘Nanga Parbat y con el del Nun Kun, Este se extien- de al Este de Srinagar seguin la direceién himaliyi- «a, superando en su culminacién los 7.000 m, de altiud, Nuevamente al Este de la depresién dei Ine do, también alargade de NW a SE, se alza el Kara- korum. E1 macizo orogrifico del Nanga Parbat aparece asi como un bloque individaalizado, aun- que inserto en el sistema, en posicién marginal y clacamente sobreelevado. La morfologia interior de estas wnidades esta dirigida igualmente por las ulineaciones morfoes- tructurales NW-SE, con rigidos eruces ortogonales de caracter secundario, pero nefos. En los sectores nortefio y occidental del Indo aparece ademés un componente Norte mas marcado, a que se adaptar tos trazados del valle y de algunos afluentes y que afecta parcialmente al macizo del Nanga Parbot. Al igual, pues, que las fracturas de estas direc trices intervienen en el dibujo interno de cada blo- que, en el caso del Nanga Parbat el levantamiemto de esta mole montafiosa de rocas metamérficas, Propicias a la fracturaeién, se hace en su flanco Nore de modo escalonado, mediante fracturas que van de NE a SW y que conforman subblogues a modo de peldaiios, a veces recortados entre ${ por valles que se han adaptado a esas lineas de debil dad en el roquedo; son observables, por ejemplo, en el escalonamiento de Jos espolones que enmarcan Jos valles de Diamir, Pataro y Raikot. o en las aper- turas de los eircos de Ganalo y Mazen en Diamiz. De este modo, los bruscos contactos periféri- cos Norte y Sur del Nanga y las ladcras :2l pico, Por un lado de Diamir y Raikot y por et: 162 Rupa se deben igualmente a grandes fracturas transversi- les a la alineaciGn principal. En el flaneo Sur el le- vantamiento, si bien de menor desnivel global que el del Norte, es précticamente inmediato sobre una, falta fundemental —el salto, con un solo escalén intermedio, es de 4.500 m. en $ km.—, Io que da lugar a una marcada disimetrfa entre ambas vertien- tes, El caracter dominante en el centra-Sur del ma- cizo de las fractures NE-SW, ocasiona también gut, en definitiva, la forma del muro con ese mi to rumbo que tiene el mas alto bloqve del Nanga y que forma la incurvada arista cumbrena desde los ‘Mazenas a los picos de Raikot y Chongra, En cambio, la incisién del valle de Diamir se prolonga a lo largo de una Iinea estructural, en este caso Ue debilidad morfolégica, paralela a las que constituyen el mismo eje, los bloques mayores y los, bordes extemnos de la cadena, es decir, NW-SE. Fracturas impresionantes de este tipo surcan casi verticalmente las paredes de Diamir del Nanga Par- bat y del Mazeno, abiertas en canales a las que se adaptan los glaciares suspendidos y por las que des- cienden frecuentes aludes, que forman a su pie co- 163 Fig. 8. Modelos de bloque en morfoestructuras de cordillera, apiicables al macize del Nanga Parbat. [Az derivado de fracturas de comprensidn, segin Mattanes. 1; afectado por fracturas de extensién, segtin Belussov. €: Bloque Nanga Parbat-Haramosh, segtin Madin etal, 1989. (RF. Palla de Raikot. NP: Nanga Parbat. MMT-ISZ: Cabalgamiento del Kehistin-Indo, MCT: Cabalgamiento Ceatra. nos de nieve, hielo y rocas. En la eresta dan lugar a collados y portillas, de modo que el mismo dibujo del pico del Nanga y sus relieves internos, especial mente en Diamir y en Rupal -compartimentando 1a pared—, sigue la disposicién de estos haces de fractaras y del bandeado de la roca. ‘Ademds, como ya hemos indicado, existen otras alineuciones morfotecténicas también impor tantes, que intervienen en la forma del Nanga. Por ejemplo, la Norte-Sur, que contribuye a delimitarlo al Este, ea Astor, y al Oeste, en Bunar y que ocasio- nna buena parte de la ditectriz del valle de Raiket. De este modo, siguiendo estas pautas estructu- tales, las grandes paredes se extienden de SW a NE y los principales valles se abren al NW y N en el flanco septentrional y al ENE en el meridional. 3, ELLEVANTAMIENTO DEL BLOQUE DEL NANGA PARBAT Desde hace tiempo se viene sefialando Ja ju- ventud del levantamiente tecténico que desnivela estos materiales y da la forma actual al Nanga Par- bat, Efectivamente, una parte importante de ese Ie- vantamiento puede haberse dado en el Cuaternatio, como parecen probar ciertos niveles de sedimentos de este periodo en los valles externos, que se en- cueniran colgados, y la incisién muy agudizada de los rios, en momentos més recientes que en los que se elaboraron dichos niveles. Se ha probado, inclu- 50, actividad holocena en fallas del borde del maci- zo, derivada de la importancia especial de la fractu- ra limite del Nanga y del Himalaya occidental (co- nocida como «Falla de Raikot»), posiblemente a ¢s- cala de fa corteza (ertestre (MADIN, 1989; SHRO- DER, 1989). En algtin caso se ha ealculado la posi- bilidad de una continuacién actual del levantamien- to del macizo en raz6n de $ mm, anuales. La excep- ional altitud alcanzada por e] Nanga {esta activa dindmica serian consecuencia inmediata de que tai falla de Raikot formaria parte de la més fundamen- tal dislocacién himaldyica, directamente resulrante de la colisién entre placas que geners la cadena. Tan gran accidente —asociado a los demas que se 164 han deserito— es causante, pues, del formidable ta- jo sobre el Indo, del volumen y la altitud dei bloque «, indirectamente, de sus paredes y de su forma. Algunnas imterpretaciones de este sector del Hli- malaya y de este tipo de macizos pueden precisar més el caracter del bloque morfotecisnico del Nan- ga Parbat, Madin (1989) indica que la falla de Rai- ot, que corre por el Notte del macizo y a la que se aclapta esta parte del trazado del Indo, es la fractura terminal de desgarre del cabalgamiento central hi- malayo (MCT), que se emplaza al Sur de este blo- que. Su plano se verticaliza en la faila y es subhori- zontal en el cabalgamiento, Dicho de otro modo, 28 terminacién occidental del MCT se incurva, dando lugar en su rotacién a una falla de rumbo-deslizante de plano subvertical, coincidiendo también con el final del Himalaya y de la placa Indica. Tal termi- naci6n, resultante de una compresién oblicua, es causante, pues, del vigoroso levantamiento local del ‘margen de] manto, constituido por el cratén indico, lo que da origen al macizo metamérfico Haramosh- Nanga Parbat, (Fig. 8-C), Este tipo de bloque resuitante de compresién, es esquematizado por Mattauer (1976) (Fig. 8-A} en relacién con un paso progresivo de fallas inver- sas profundas de buzamientos horizontales y cabal- gamiento plano a fallas superficiales verticales, Io que concuerda con el modelo de Madin y permite comprender ei concreto bloque del Nanga Parbat, afectado por grandes fallas verticaies y en forma de Y, que contribuyen al dibujo general del macizo y al de su interior. Esta morfoestructura del bloque culmninante, muy visible en Rupal y en Diamir, puc- de, ademds, explicarse por la aparicién de un nuevo factor derivado del levantamiento: Ia extensién. Las fracturas en abanico o en V del Nanga Parbat se ex- plicarfan, segiin la hipstesis de Beloussov (Fig. 8- B), por epagtura o basculamiente de fallas, ind dos como efecto secundario del levantamiento, ya gue la pérdida consiguiente de apoyo lateral ocasio- na la quiebra del equilibrio gravitacional del bloque levantado y la extensién de la parte alta del Maciza (BELOUSSOY, 1978}, La asociacién de detalle de la morfologia al dispositive morfotecténico es evidente, pues éste ‘no sélo determina ¢l emplazamiento de los volime- nes, sino que a él se asocian las formas de erosion propias de la montaita: paredes, canales, rellenos, espolones (Fig. 9), lo que acentéa su dibujo en ef relieve. La pared rocosa con estas formas se desarrolla en Diamir entre Jos 4.800 y Ios 6.700 m.; por enci- ma de ella las pendientes se suavizan en el peldaiio de Bazhin hasta la base del trapecio cimera (7.300 1m), en relacién con el insélito y elevado sector apianado situado al NE de la crests, conocido coma, sNordgipfel» o «Silia de Plata» (7,500 m.}; su in- terpretacién morfoldgica no es segura, al aparecer cubiertos de hieto, pero ambos peldaitos podrfan es- tar en relaci6n com fracturas cimeras, explotadas en forma de cuenco 0 de rellano colgado. Las formas cen V de las fracturas, que se encajan entre: sf de mo- do sistematico, cruzéndose con el bandeado gnefsi- co, expresivas tect6nicamente, controlan, pues. 1 relieve de la pared y la forma del pico, dando lugar en su reuniGn a la canal principal de la pared de Diamir, E] arrasamiento cimero, en cambio, debe corresponder no sélo « 1a etosién de montaia, sino al genzralizadlo en todo el macizo, pero escalonado por las fallas en ta culminacién de cada bloque, an- terior al levantamiento reciente, aunque posterior al plegamiento. EL MODELADO GLACIAR La disimetria morfoestructural Norte-Sur del Nanga Parbat crea condiciones fisiogréficas y cli- méticas contsastadas en ambos flancos. La exten- sién del muro culminante de SO @ NE ocasiona, ademés, el amplio cuenco septentrional de Raikot y Ja proliferacién de circos de Rupal. Los grandes desniveles existentes en ellos dan lugar a ciseos de fuertes pendientes, cuyo pie alcan- za alrededor de Tos 4,000-4.500 m. en varios casos. Enel valle de Diamir, la erosién glaciar y torrencial st establece a Jo largo de una linea de fractura; en su cabecera, aprovecha su cruice con otra casi orto- gonat, lo que da a la artesa y los citeos un dibujo en planta en forma de «T>. Todo ello indies la clara. adaptacién de la morfologia glaciar a los condicio- antes morfoestructurales, con una variedad notable en fos estilos de glaciarismo existent. Podriamos, pues. diferenciar tres grandes tipos: ef de Diamnir, el de Raikot y el de Rupal. Por otra parte, ef aspecto que ofrecen los glaciares actualmente existentes es el de un retroceso generalizado #1 dt una clara frar zilidad en su equilibrio, el de un paisaje de alte montafa en progresivo estado de deglaciacién. {: Escarpes gmeisicas con su bandeado. 2: Practuras, 3: Rellanos wlaciares con escarpes fromales, 4: Canales labraday en la pared. 5: Pumos de obtencidn de muestra de rocs. A: Esquema def flance de Diantir. B: Esquema det flanco de Rupat. C: Exquema de la pared de Dianir. El sistema de fracturas en V de] Nanga Parbal en Diamir y Rupel corresponderia con faci ad a una estructura definids por Beloussov ea el Tien-Chaa como «fensimeno de extensin en Ia parte superior de un blogue levantedo. Pera tambien el levantaiento podria corresponder al moxielo de cabalgamiento cuyt buzamiento se torna verti- cal hacia eriba, lo que serfa voherente con la asociacién de le falla de Reikoe al MCT (Medin 1988). Por tocos estos caracte- tes ¢] Nanga Parsat puede definirse como un blogue morfetectonico de cordilera tipieo. 1. EL VALLE DE RUPAL El valle de Rupal es paralelo a la pared del ‘Nanga Parbat, no radial desde ella como Raikot y Diamir— hendido bajo sus 4.500 metros de desni- vel, al que descienden glaciares desde su cabecera, fuera ya del inacizo principal, y desde la imponente Indere sur del gran pico. Al estar dirigido hacia el Nordeste posee vertientes de solana y umbria bien efinidas. Esa orientacién favorece, ademas, en el rea del citco de Rupal Ia alimentaci6n glaciar por su menor insolacidn. Debido a ello el glaciar pro- piamente de Rupal, externo a) Nanga, recorre su ea becera con gran desarrollo, tras confluir diversas lenguas en Alujos yuxtapuestos. Circos més bajos, pues que los del Nanga, en la pared de umbris, po- seen mejor alimentacién y conservacién que Tos de la ladera opuesta, nutriendo de hielo al glaciar del valle, mientras que los de solana quedan suspendi- dos sobre el sin alcanzarlo. Sin embargo, la altitud de la arista cimera del pico es mds que suficiente para generar circos en sus inmediaciones en esta fachada del Nanga. La pared aparece asf compartimentada, en funcién de las fractueas que la cruzan, en {1 cincos principales. De ellos Jos mus orientales presentan superficies y aparatos de mayor entidad, Se diferencian asf dos sectores. EL occidental se extiende desde los Mazenos al nanga y posee seis aparatos independientes, de los cuales slo los dos mas orientales alcanzan el valle (Shaigiti y Hange). El otro sector sigue hasta el Chongra Peak ¥ da albergue a sélo dos glaciares, pero notable- mente mayores (Bazhin y Chongra). El giro al Este de los circos en este tramo, 1a posible eatrada de ventisca de los vientos del Oeste, ta amplitud de la euenca de alimentacién y, en el tea proxima a la cumbre, la altitud de ésta son factores que modi can esos caracteres, pero esa amplitud parece tam- bién estar debida a causas morfotecténicas —Ias fracturas NE—, que dirigen mds la extensién de las formas de etosi6n segiin la posicién del muro, que su compartimentacién. Fig, 10, Morrenas recientes y actuales de glaciar de Ru- pal, 1: fase intermedia, 2: PEH. 3: actuals. 166 En el valle, ea cambio, podemos diferenciar cuatro sectores, El occidental, donde se aloja la len- gua de Rupal, con los glaciares colgados del Nanga. En segundo lugar, el que se extiende entre el frente de esa Iengua, en franco retroceso, y el glaciar de Bazhin, que bloquea al valle transversalmente, con dos frentes de aparatox del Nanga alojedos en el fondo de Rupal y tos consiguientes represamientos fluvio-lacusires, hoy rellenos de sedimentos, El ter- ccer sector va desde la lengua de Bazhin, un glaciar negro con frente igualmente en regresién, hasta la lengua de Chongra. de similares caracteristicas; es un drea con desarrotlo de las morrenas de fases re- cientes. tertazas fluvio-glaciares escalonadas y co- nos de deyeccién encajados, consecuentes con ia evoluciéa glaciar que he visto en otros vatles. El cuarto sector, Tarshing, tras las morrenas del Chon- ‘gra, evocadoras de varias pulsaciones, es ya un ém- bito morfolégico actualmente extraglaciar, con te- rrazas amplias y conos, algunos relstivamente anti- guos, Como luego comeniaremos, es posible que también existan datos —directos o indirectos— de ‘tapas glacieres anteriores en el relieve del valle de ‘Astor, pues en él se encuentran formas de modela- do con hombreras que parecen indicarlo y cambién, tanto en este-valle como en el del Indo, sobre dos niveles de terrazas recientes, otros mas antiguos, colgados en las laderas. Cerca de la cabecera del valle de Rupa. en el flanco Sur del Nanga Parbat, atin en los hielos pro- cedentes de la arista de los Mazenos, aparecen en el margen y frente del glaciar Mazeno Sur —eutierto de bloques— varios atcos correspondiente a dos fases glaciares recientes (4.450-4.400 m.), una pré- xima al frente de hielo actual, asimilable a In Pe- quefia Edad del Hiclo (PEF) y otra, cereana en el espacio y en el tiempo a ella, formando dos y tres arcos. En el margen del giaciar alto, a 4.910 m,, la mozrena lateral izquierda esté también desdobleda, indicando un generalizado retroceso reciente. Las morrengs frontales se cierran dentro de este valle afluente y, por anslogia a una fase similar en ei frente glaciar de Khumbu (Everest Sut), hemos de- nominado «fase de Dugla» a este pentiltimo estadio constatable, Enlazaado ya con el valle glaciar de Rupal se encuentran morrenas laterales de esta misma proce- dencia pero de una fase més antigua, atin holocena, que podemos denominar intermedia, Son, pues, é- {as asociables a un momento de conexién de la len- gua de este afluente con el glaciar principal. Cerea de este aparato y a lo largo de su recorrido reapare- cen a 4.156 m, en cambio, como muros laternles, Jas dlos fases mas recientes, con dos episodios de la PEH y uno de la fase de Dugla, La lengua de Ru- pal, que muestra huellas de recesiGn lateral recien- te, estd surcada en su interior por varias morrenas medianas actuales, consecuencia de. la yuxtaposi- cién de Mlujos desde diversos arcos. La terminacién frontal del glaciar de Rupal es Fig, 1. Dos generaciones de conos recientes en Rupal. abnupta, con hielo negro y morrenas frontales des- dibujadas, pero con un notable cortejo proglaciar. A partir de equi el valle principal queda exento de hielo propio longitudinal, pero es bloqueado cuatro veces por lenguas transversaies procedentes del Nanga, aparatos de citco y ladera muy pendientes. La primera de estas lenguas, Shaigiri, cubierta de bloques, cierra con sus muros laterales, aguas aeri- ‘ba, un voluminoso cono de deyeccién y presenta ar~ 08 morrénicos de las dos fases recientes y un noto- rio retroceso de la lengua, El intervalo entre este frente y el de Mange y hasta el de Bazhin, que tam- bién invaden el valle de Rupal, esta relleno por ma- (criales fluvio-lacustres, retenidos en momentos an- (etiores por ambas lenguas. Igualmente, al pie de los afluentes se abren amplios conos, algunos en funcionamiento actual y otros de etapas holocenas recientes, puesto que re~ llenan una antigca artesa pleistocena, parcialmente ocupada también por el hielo en la fase intermedia, cuyas mortenas laterales son parciaimente visibles centre el frente actual de Rupal y el de Shaigiri, Pue- de observarse en algunos de ellos que proceden, parcialmente al menos, de los frentes PEH, De uno de los conos arranca también un derrumbe tobuledo con grandes bloques que se implanta a 3.580 m, so- bre los depésitos de fondo de valle, significative de la inestabilidad postglaciar de les pendientes. El frente del glaciar Hange, también con las dos fases morréiicas recientes, esta claramente re- ‘rocedido, formando un lago entie el hielo y los ar- cos frontales. En esas fases no llegé a represar ple- namente el valle de Rupal. En la morrena frontal PEH aparecen con frecuencia cantos rodados. lo que es también habitual en otras: morrenas de 1a misina fase en el Himalaya, pareciendo indicar que este estadio constituyé un reavance del hielo, tras 1m tetroceso, sobre materiales de un cono relaiiva- mente mas antiguo, EI gran glaciar de Bazhin se alimenta en et cir- co Tabrado en Ja gran cuenca-pared entre ¢l Nanga Parbat y e} Raikot Peak, que posee unos siete kilé- metros de cresta entre 7.000 y 8.000 m. de alticad Se desliza por un corto y ancho canal, con el hielo cubierto, y alcanza el valle de Rupal a 3.500 m., hasta chocar con Ia Tadera opuesta de esta artesa, a la que bloquea con visible espesor. El rfo Rupal se Fig. 12. Diferentes fases recientes en el glaciar de Chon- ea introduce bujo el hielo, To atraviesa y reaparece en el frente por una cueva subglaciar En los margenes de esta lengua se encuentran las tres fases reconocidas (PEN, «Duglay e interme dia), Las dos mds recientes reproducen la forma frontal de las lenguas que las generaron no lejos del frente actual de hielo y la més antigua algo mis abajo, lo que constituye un testimonio bastante pre- ciso de las etapas de esta evolucion glaciar. _ En relacién con las fases recientes se estable- ‘cen a partir de aqui dos niveles de terrazas y de co- nos, que enlazan respectivamente entre sf y con aquéllas. El nivel alto procede principalmente de lz fase intermedia, pero posee un sector relacionable con la de Dugla, mientras el inferior tiene conexién con la PEH. La itima lengua del Nanga que alcanza Rupal, la de Chongra, no presenta un frente tan definido, pues la presencia del cono de Tarshing y el incre- mento de la superficie de las terrazas hacia Astor cominan en la morfologia, Sin embargo, en sus mérgenes muestra entre 3 y 4 arcos correspondien- tes a pulsaciones de las feses recientes. Por encima del cono de Tarshing y mds alld del torrente inter- motrénico que lo alimenta, existe un arco més des- plazado de la fase intermedia y. sobre él, en la lade- 1a, una forma de obturacién de un cono antiguo, co- respondiente a una superior magnitud del espesor de 2a lengua, Valle abujo se reproduce una forma si- milar por encitna del nivel alto de terrazas, que pa- fece indicar una continuidad del glaciar de esta eta pa y, en la confluencia de los valles de Rupal y As tor durante mas de 6 km. en este ultimo, aparecen formas de hombreras que podsfan tener origen gla- iar, Ello indicarfa la prolongacién de ese gran apa- rato mds antiguo hasta 2.500 m. de altitad, sufi temente alejado de Jas fases anteriores y con sus formas remodetadas de tal anodo que podrfamos es- timarlo como Pleistoceno. Estudios posteriores po- drdn mostrar si algunos rellanos colgados en esta parte del valle de Astor, situados a més de 3.000 m. ‘alrededor de 2.700 m. de altitud, son o no enlaza- bles con esta lengua o con fases de modelado ante- riores —glaciares de otto tipo—en este sector. 167 En suma, en el valle de Rupst podemos distin- uir las siguientes fases glaciares: 1°, una etapa co- rrespondiente posiblemente al Pleistoceno superior; 2, una fase intermedia holocena; 3°, le fase reciente: de «Dugla»; 4°, el estadio de la Pequeita Edad del Hielo, 2. LOS VALLES DE RAIKOT Y PATARO. En Raikor ef valle se prolonga linealmente en una larga extensién que permite el desarrollo com- pleto de los fendmenos glaciares y sus morrenas, gracias a la configuracién de este flanco escalonado y tendido del Nanga. La lengua actual se aloja en. ‘una artesa glaciar heredada més amplia: el valle tie- ne direccién Sur-Notte, es rectilineo y salva un fuerte desnivel hasta los 1.190 m, del mismo Indo. El retoceso reciente y ¢l recubrimiento por ro~ cas de las lenguas son aqui muevamente hechos ba- bituaies. Lo que caracteriza al flanco de Raikot es- pecialmente es su extonsa drea de acumulacién de hielo en el complejo de circos que se alojan bajo la larga y alta arista de Jiliper (5.200), Ganalo (6.600), Nanga (8.125), Raikot (6.955), etc. lo que da lugar 47 comienzos de lenguas glaciares, que luego con- vergen en tres y, hace no mucho Jo hacfan en una sola, Esas lenguas proceden de 5 citcos; los tres ‘més importantes alimentan al glaciar principal con cinco flujos internos: éstas son las sezpientes de nieve de la leyenda que defienden la ciudadela de cristal del Nanga, La imagen de esta grandiosa la- dera resplandeciente, surcada por estos flujos de hhielo a lo largo de 20 km, de arista y salvando en cascada desniveles de 3.500 m, es no sélo uno de los paisajes glaciares més imponentes que puedan verse, sino uno de Tos més majestuosas espectéicu- los de ta Tierra. Orlando 1a lengua aparecen nuevamente las tres fases recientes, asi como en la colina morrénica interglaciar a 4.500 m. En cambio en el Ambito frontal se desarrolla, més abajo que estos cordones morrénicos, otro préximo al de la fase intermedia, con algunos desdoblamientas locales. En conjunto, ambos dan lugar a un solo grupo pulsader con, por lo menos, seis subfases. Sin embargo, es preferible- mente disociable slo en dos episodios principales, que denominamos fases intermedias reciente y anti- gua. Hasta que las formas de erosién torrencial muerien el sector inferior de este valle, se empla- zzan, colgadas en ambas laderas y relativamente ¢ro- sionadas, sendas morrenes laterales, aparte de una terraza baja muy reciente en el fondo de la vaguada. Estos muros altos, bien desarrollados y retrabaja- dos, distantes en su extremo mas de 4 km. dé los anteriores y sin cierre frontal, poseen caracteres dis- tintos a Tos gue Hevamos viendo, en tiempo y en magnitud de glaciacién, por lo que es razonuble considerarios pleistocenos recientes. 168, Por debajo de la morrena mds antigua la fiso- noma def valle es de garganta torrencial, sin hue~ as morfoldgicas glaciares aparentes. Sin embargo, Ia erosion remontante fluvial deste el Indo y Ta pro- glaciar de ese fase antigua han desfigurado este s tor fuertemente desnivelado de salida del valle co- ‘mo para que no sea reconocible otro modelado gla- ciar mds viejo, que, no obstante, es posible. En efecto, por encima de la morrena antigua, en la ladera izquierda hay huellas claras de una hombrera caracterfstica de erosidn glaciar y que, Por tanio, corresponderfa a una lengua anterior de mayor volumen y quiz a una extensi6n superior de cuencos y vallejos glaciados, De ser esto asf, ef frente de esa lengua habria descendide también més por el valle, de lo que no quedan huellas por su era~ sin posterior, y, dad la cereania del Indo, no seria exiramlo que hubiera bajado hasta este valle. Quizd algunos depdsitos que parecen de origen glaciar y que se han encontrado en esta parte del Indo tengan gute ver con esta fase de Raikot. Por lo tanto, pueden establecerse en Raikot las siguientes fases: I*, fase antigua del Pleistoceno re~ ciente (estadio del Indo); 2°, fase moderna del Pleistoceno reciente (estadio de Tat6); 3°, fase in- termedia antigua del Holoceno (estadio de los Fairy ‘Meadows 2; 4°, fase intermedia reciente del Holo- ‘cen (estadio de los Fairy Meadows T); 5*, fase de «Duglas; 6*, «Pequefia Edad del Hielo». Pueden agruparse en tres etapas principales: Pleistoceno re- ciente, intermedia holocena y dhimos arcos. En el alto valle de Pararo hemos examinade dos cabeceras, la de Jiliper y la de Pataro. En la pri- mera se observan los episodios recientes: alrededor del glaciar cubierto con tendencia a rocoso, los ar- cos de la PEH y de la fase de Dugla; ntés bajos, los de la fase imermedia reciente formando un frente, de glaciar rocoso fésil y, en forma de muros, los de la intermedia antigua. En la cabecera de Pataro, pueden también identificarse las mismas etapas en forma de arcos. La parte inferior del vatle no fue ze conocida por nosotros en esta campatia, pero todos estos arcos se inscriben en artesas més amplias y antiguas. En todos estos dmbitos las pérdidas actuales de hielo son visibles y constantes. El prximo eiteo de Karu Sagar (4.100 m,) esté, igualmente, en proceso de deglaciacién, con evidente recesién de su lengua oriental. Las canales rocosas se rellenan de derru- bios inestables, las crestas experimentan una inten sa eroxgén que les vuelve ruiniformes, con portillas y agudos pitones, maredndose una diferencia neta entre fos gneises rojizos y bandeados, con aventua- do desmoronamiento, y las reas de rocas mis com- pactas, que dan relieves més masivos. La pérdida ée hielo se acompatia, a veces, con colonizacién de prados en los sectores més estables a altitudes pré= imas a los 4.000 m, ayo spt “siquins ap svaup sw U2sqn9 osapo.NeS UD Sena] UOD OUIOP ap Sea a1 saepey8 semsog uoo anbune} superoeySap uaoeuede & pmoye snbe apsap. 169. 3. BL VALLE DE DIAMIR EL valle de Diamnir esté constituido por un sur- co bien individuatizado, aunque con el afluente de Ail, con formas claras de origen glaciar por enci- ma de los 2.100 m. de altitud y con morfologia de garganta fluvial por debajo de esa cota, en un con- traste muy mareado en el paissje, tanto por cambio en la anchura del valle yen su forma en U y en V, como por la presencia de diversas morrenas a pautir de dicha cota hacia arriba y de terrazas aluviales, hacia abajo. Aunque eso no impide que pudieran haber existido otras fases glaciares mis antiguas, cuyos frentes Hlegaran més bajos, como apuntan al- ‘Bunos autores, sus huellas en el paisaje estarfan bo- sfadas por los procesos posteriores hasta el punto de ‘no intervenir hoy directamente en la constitueidin de Jas formas del relieve. Ello limita el interés geogri- fico de tales posibles fases, aunque no el de su his toria geoldgica Los tres circos de Diamir (Garalo, Nanga y Mazeno) se abren bajo el pico por la erosién gla cier, adaptada, como hemos dicho, a una fractura transversal (NE-SO}. En los dos cireos laterales se. Forman cuencos, telativamente colgados, y el cen- tral se esboza en In vertiente, con diversos flujos y escarpes ¥ se acuiia en la base de la pared en la con- vergencia de fracturas en V. tipicas del pico. La pérdida actual de hielo en longitud y en vor jumen del glaciar principal, hasta la base del circo, yen los aparstos que cuelgan por las laderas del va- Ile, es claramente visible. Sin duda, el paisaje que encontré Mummery ea su exploracién del Naga por Diamir en 1895 fue, en este aspecto, diferente; tun ambiente mis gliciar, con més hielo en los eir- cos y, sobre tala, en sus bases y en fas lenguas, con algunas pendientes més regulares en el flujo de hie- Jo, con otras configuraciones de seraes, menos roca subyacente descubierta en mérgenes y «ventanas» Fig. 14. La comparacion entze una fotograiia de Ja pared y el valle de Dian, hhecha en £895 por G. Has- ‘ings, con los mismon tue safes en Ia actualidad, per- mite observar parcialmente el retroceso del hielo de le lengua en este siglo res- pecto a la posicidn de sus mAs recientes morcenas (M-2, M-3), asf eomo su pérdida de volumen, y, ce modo mas acusado, fas medificaciones experi- ‘mentadas en la forma y s1- perficie del hielo en las ba ses de los eircos, Ineluse en el drea de alirsemacién de Ie vertieme del Nanga hha progresado Ie superficie de roca descubierta Hi Iengua de Diamir. M-1, M-2 y M3: episodios glaciares recientes, m- glaciares, menos Taderas rocosas inestables, menos pedreras en altitud. Estas, en cambio, aparecen hoy en abundantes sectores como consecuencia de la pérdida de masa glaciar y de su recubrimiento, mis goneralizada por encima de los 4.500 m. Si, como decimos, la lengua de Diamir ha perdido longitud y Volumen a lo largo de este siglo (como es visible en Ja base de los circos y junto a sus morrenas recien- fes), aunque de modo mucho menos acusado, tam- bign ha experimentado pérdidas el hielo de la parte alta del glaciar, Ambos hechos se observan directa- ‘mente en el terreno y también comparando ef espe~ sor de la lengua, las bases de los circos y la vertien- te del Nanga en fotos de 1895 (Hastings, compatie- rode Mummery) y de 1990, Gran cantidad de rocas desprendidas de las par redes y laderas y de bloques arrancados del techo glaciar se acumulan sobre el hielo a partir de tos 4.600 m, Forman un tapiz que es transportado por la lengua hasta su frente a 3.450 m, Es, pues, esta lengua un «glaciar cubierto», fo que es un factor positive para la conservacion del hielo, al proteger- lo de la fuerte radiacién solar del verano. En los altos cordates que enmarcan el valle, en progresivo descenso hacia el NW, se encuentran domos glaviares y lenguas colgadas, en los sectores de arista del Ganalo y del Mazeno. Pasadas éstas el roquede aparece ya desnudo, aungue con algunas huellas recientes de glaciacién en sus tramos mas elevados. De los domos de hielo cimeros descien- den marcadas canales de aludes, a cuyo pic se abeen conos de hielo. Pero el proceso reciente de recesin glaciar va descubtiendo cada ver mas espolones y canales rocosos, Las caidas de bloques, la ocupa- cin de las vaguadas por pedreras, Ios eonos de de- rrubios, los de deyeceisn bajo las torrenteras de fu- sidn nival y glaciar, los frecuentes «debris-lows» en estos depdsitos inestables de ladera, sustituyen @ 10s procesos glaciares. La colonizacién de los prados ¢ morrena actual. Punteado: roca descubierta en la ladera del Nanga. a,b, ¢: puntos Gomunes de situacién en ambos graficos. 170 ir, con canules de aludes en las laderas. en los fondos planos y pendientes estables supera Tos 4.200 m. de altitud, Las Fenguas colgadas mues- tran también su retroceso frontal y la incision de sus torrentes de fusi6n, muy activos, abre canales en las morrenas subactuales y en los conos progla- ciares que salen de ellas, con un elaro cambio de dominunte morfogenético desde el més glaciar pa- sado siglo a los fines de éste. A 4.200 m. se encuentran grandes bloques es- parcidos y superpuestos a conos estabilizados, con prados y matorrales. Los bloques aparecen coloni- zados por liquenes, pero fimitadamente. Por su em- plazamiento pueden considerarse come del final de Ja PEH, cuando atin las crestas descompuestas del Oeste del Ganalo albergaban glaciares de canalizo y de ladera, dentro de un paisaje general més gla- ciado que el actual. Los conos que tapizan la vertiente de solana de Diamir, por encima de los 4.000 m., entre la morre- tna de la lengua principal y tos escarpes, pueden considerarse formados bdsicamente en la PEH, aun- aque sus origenes pueden estar en la fase inmediata- mente anterior y, en casos, prosiguen actualmente activos, con aportes en sus rafces, sobre ellos 0 en tre ellos. Arrancan de morrenas colgadas de esa eta- pa y enlazan con el margen morrénico de la lengua del valle, formando abanicos mixtos de dertubios, de flujos y de deyeccién, Se observan en esas len- guas suspendidas los frentes de hielo retrocedidos y la formacién de lagunillas entre ellos y et arco fron- tal. Otros conos, con sus rafces en empinadas canz- les, se forman directamente por cafda de bloques desde los frentes de hielo colgados, No obstante, la recesiGn glaciar esta afectando a estos hielos més altos con retraso respecto a los del fondo del vale. En el circa lateral de Seri Gali (4.500 m), se aloja ain un glaciar cubierto, procedente del domo y rea de umbria det Pico de Diamir, donde pasa a blanco, También se encuentran, en el fondo det cir Fig. 16. Lengua procedente del domo glaciar culminante ena arista de los Mazenos, £0, restos de un aparato rocoso fsil. Ein el sector ‘occidental del circo hay grandes torres de rocas gra nitizadas, escindidas segdn fracturas Timpias, entre amplias pedreras mOviles, Al Este y al Sur, en camn~ bio, los gneises fisutados y esquistosos presentan un selieve extremadamente ruiniforme, casi enterra- o en sus escombros muy activas, salvo en el blo- que morfotecténico del Pico de Diamir. cubierto por su altitud mayor por glaciares de domo y de ta dera, con esbozo de un circo colgado. En las erestas superiores 1 5.000 m., las agujas rocosas coinciden con la presencia de diques écidos més resistentes. Este paisaje y esta morfodindmica suceden, pues, hoy al ambiente mds glactar de Is PEH. La denuda- ign de la roca trae consigo una alta erosionabilidad de aristas y Inderas y un ptogresivo tapizado de pe- dreras inestables. Fig. 17. Sector en proceso de deglacicton en Ia arista det Ganalo, con crestas ruiniformes, canales de aludes, conos de demubios y de deyecion, meres loses Y adebris lows aburdentes. 11 A partir del frente de hielo de este cireo (4.300 m,), se reconocen préximos e individualizados, Jos estadios que caracterizan a los otros valles ya exa- minados (Fig. 18): dos arcos suspendidos de Jas i timas fases, uno de la intermedia, que tiende a co- nectar con el valle principal, y Ia forma de modela- do de enlace en el Pleistoceno con Ia artesa ce Diae Imi. Tapiza la salida del cinco hasta el fondo del va- lle un amptio cono de deyecciéa con flujos de de- frubios digitados, con signos de wetividad. De modo congruente, en el valle afluente de Aicl, cuya cabecera compuesta estd formada por ex- tensos glaciares-cubiertos, alguno con terminacisn rocosa, la montaa aparece también fuertemente descarnada, destucande sus morfoestructuras, con clara pérdida reciente de tecubrimiento de hielo, En el glaciar del Mazeno Pass la linea de cambio de aleciar cubierto a blanco, coincide eon el mite in- ferior del area de alimentacidn, se sitia a 4.850- 4,900 m. de altitud. Los rellanos y canales helados de la pared dei Nanga, que constituyen el grea glaciar en que nace la lengua de Diamir, debido a sus pendientes, son Jireas de acumulacién inestables; aunque por su alti- tud sean de claro balance positive, su capacidad de almacenamiento es limitada, con fuerte transferen- cia de hielo por flujo veloz y por aludes. Desde los 4,800 m. se aproximan los glaciares del Ganalo y del Nunga Parbat, con una breve morrena interme- dia, para reunirse més abajo en una sola ¢engua. El Ganalo presenta aqui una mévil cascada de seracs con cafdas frecuentes y un escarpe de hielo con blo- Ques intercalados. A partir de este punto la lengua comienza a cubrirse imegularmente, Por debajo de fos seraes y de algunos ojales con afloramientos del lecho rocose («rongnons»), aparecen ya mesas de glaciur e, inmediatamente, el aparato se cubre de ‘modo generalizado, con aparicidn de lagunas intra ¥y yuxtaglaciares, La morrena derecha det aparato muestra una gran pérdida reciente de espesor del hielo de ta lengua a unos 4.500 m. de altitud, pese a la cereanta del rea de alimentacién. No es este ca- 172 Fig, (8. Diferentes posiciones en la evo- lucién del glaciar lateral del Paso de Dis mir (Seri Gal), con su frente a 4.300 m. 1: artesa afluente pleistocens, 2: morrena lateral de la fase intermedia. 3 y 4: dos es- tadios de la fase reciente. 5: posicién del frente actual y salida del cono de deyec: cid proslaciar (C).. 80 tiniea, pues también en el alto glaciar de Khum- bu, al Sur del Everest, se observa localmente una pérdlide cercana 2 unos 100 m, de espesor en su mo- rena derecha. a 5.400 m. Inmediatamente se establece la triple confluen- cia de cizcos, con los aportes del drea del Mazeno. ‘A partir de aqui, en ambos mérgenes de la lengua se encuentran ya marcados dos estadios recientes, que a 4.100 in. pasan a tres, pudiendo considerarse al extemno como de la fase que venimos Itamando de «Dugle» y los internos de la Pequen: Edad de] Hielo, En Is linde del hielo se construye ocasional- mente también una morrena actual poco desarrolla- da con dos episodios menores. El glaciar, negro, presenta descenso de volumen y anchura del hieto en toro su recorrido. Desde Kut Galf hacia abajo, muevamente son dos los muros laterales y es visible hielo sucio entre el masive recubrimiento por blo- ques de fa lengua. E] frente actual del hielo alcanza los 3.450 m. ¥, algo més alejado, aunque a cota similar, se esta- blece el arco frontal abierto de la PEH. También cercano, pero independiente, se encuentra el de la fase de M. de Pisdn, E., Lopes, J. y Nicolis, P: Observaciones geomorfologicas en ta vertiente ribetana del Bverest. Madrid, Uni- versided Autonoma, 1989, 159 pp. + Mi de Pisin, E., Lopez, J. y Nicolis, Ps Ibid * Derbyshire et al: «Quaternary glack history of she Hunza Valley, Karakoram mountains, Pakistan. En The International Karakorum Project, Cambridge University Press. v.2, 1984, pp. 456-495, Shroder et al.: «Quaternary glacial chronology and ueotectonics in the Himalaya of northem Pakistan». Geological Society ‘of America, Special Paper 232, 1989, pp. 275-294, © M. de Pisén, CXY, 1979, pp. 155-190. ‘ Alritud de los frentes moreénicos en el valle de Diamir. °** Cota de la confluencia del valle de Raikot con el del Indo. varias fases de arcos holocenos —cineo principa- Jes— que pueden relacionarse con el cono progla- iar y fluvioglaciar que sale a Astor con dos gene- raciones encajadas. Vallle de Astor abajo de Ia con- fluencia reaparecen formas de hombreras en un tra- mo, indicando a posibilidad de modelado glaciar de este sector, en el Pleistoceno superior, de una lengua procedente del Nanga Parbat por el valle de, Rama, Aguas abajo el valle pierde este caracter y s¢ transforma en una profunda garganta torrencial. El modelado holoceno ha podido desfigurar una mor fologia glaciar heredada, pero, igualmente, no per- mite constatar esa accién morfogenética posible con evidencia, Aunque es muy verosimil que las lenguas pleistocenas recientes procedentes det macizo del Nanga Parbat hubieran podido alcanzar ests gar- ‘ganta, no es fécil afirmar si formaban frentes dife- renciados de origen transversal © si se reunfan en uuna lengua comin longitudinal que siguiera con continuidad el valle principal. Sin embargo, las hhuellas discontinuas del modelado inclinan a pensar ‘en lu primera hipétesis como més probable. Opservaciones morfol6gicas ée la expericién al Diran Peak (Karakorum)», Bol, R. Soc. Geognifica, 2. EL PROBLEMA DE LAS GLACIACIONES PLEISTOCENAS, Aguas abajo de las dltimas mortenas mencio: nadas en Diamir las formas de modelado a0 son, pues, identificables fisiogréficamente en sus rasgos. mayores como resultantes de la morfogénesis gla- ciar. El paisaje derivado del modelado glaciar di recto se detiene agut y las formas valle abajo son particularmente torrenciales y fluviales y, de modo similar, los sedimentos mayoritarios constituyen comos y terrazas, con 2 6 3 niveles habitualmente, ¥ dermubios de ladera. Sin embargo, algunos de 105, depésitos intercalados 0 yuxtapuestos a los torren- ciales, Jacustres, fluviales y fluvioglaciares del In do, han sido atribuidos a un origen glaciar, to que significaria una mayor extension de los hielos por los valles del Indo y de Astor en fases pleistocenas nds antiguas, cuyas formas directas habrian queda- do en gran medida borradas por otros procesos. Desde el establecimiento de la cronologta poli- alaciar en el Karakorum por Danielli en 1922, di- versos autores han sefalado la existencia de varias glaciaciones en estas éreas, Asi, Desio y Orombelli indican en 1971 tres fases glaciares pleistocenas, 175 Fig. 21. Morvinus recieutey i la verviente note del Bre: vest PEH: Arco frontal del estadio de ls «Pequetia Edad del Hielo». SDP: Estadio de Sang Duo Pa, con desdoblamiento en lt ‘morrena lateral devecha (1-2). E: Everest cuyos frentes alcanzarfan respectivamente Shatial. a unos 80 km, valle abajo de la base del Nanga Pa bet, Gunar, al pie mismo de la montafia y Dak Chauki, cerca de Gilgit, mas de 50 km. valle arriba de la confluencia de Raikor, En 1984, en el marco del «Rarakoram Pro- ject», Derbyshire realizé dataciones més precisas y propuso una cronologia para el valle de Hunza que podemos tomar como punto de partida (DERBYS- HIRE, 1984). Tras dos glaciaciones antiguas (Sha- no y Yury, la primera de las cuales parcee en prin- Cipio mis euestionable), reconoce en el Pleistoceno superior tres fases (Borit Jheel, con edad entre 60.000 y $0,000 aitos, Ghulkin 1. con 47.000 aos y Ghulkin 1, finipleisiocena), Posteriormente indica también otras tres fases: Batura, en el Holoceno medio, Past: T, enire 830 y 925 afios y Pasu TI, refe- rida a lay oscilaciones glaciares de] siglo pasado, ccercanas al hielo actual. ‘Mas recientemente han trabajado en estos mis- nos temas en los valles basales del Nanga Parbat, por un lado L. Owen, C, Scott y M. Clarke, de le Universidad de Leicester, y, por oto, LF, Shroder y ‘otros investigadores norteamericanos, Estos iltimoy han publicado en 1989 una detallada cronologia glaciar pleistocens del inmedisto sector del valle del Indo y una hipétesis sobre la extensién de ios hielos cuatemnarios en esta comarca, en relaciGn con las aportaciones anteriormente mencionadas (SHRODER, 1989). Habiendo restringide nuestras observaciones al drea de montafa, realizamos aqui ‘un comentario tinicamente de los datos de estos au- ‘ores como complemento de interés sobre el posible glaciarismo més antiguo y desarvallado del Nanga Parbat y su entomo, Shroder y sus colaboradores proponen tres gla- ciaciones pleistocenas de muy difetemte cardcter en- tre ia primera y las dos siguientes. La més antigua podria situarse en el Pleistoceno inferior y estarfa mostrada por una diamictita tectonizada en Jalipur, 176 anteriormente mencionada por diversos autores. y reconsiderada como de origen glaciar por Shroder. Eltipo de sedimento, su emplazamiento, el caracter de la gliciacidn supuesta y la misma topografia del macizo, que al parecer se ha levantado en el Pleisto- ceno con una tasa de 4 a5 mm Jato, obligan a una clerta prudencia en Ja consideracion dle esta etapa, La glaciacién intermedia presentaria dos Fases. La posicidn frontal de la primera es locatizada en Shatial (fase mayor de Desio) y la de la segunda en Chitas (a unos 20 km. valle abajo del Nanga Par dat), aunque los depésitos de ambas son recono dos en numerosos lugares del Indo hasta Gilgit. La lengua correspondiente a esta glaciacién intermedia ‘ocupasta, segiin los autores, el grant valle det Indo desde el de Gilgit, el de Hunza y desde el alto Indo, Jo que fe otorgaria una magnitud realmente colosal, tanto en volumen como en longitu, que sin enibar- 20, no se reflcjz en netas formas de modelado espe- cfficamente glactares. Finalmente, la glaciacién reciente podeia situar sus frentes disociados, alcanzando el Indo transver- salmente, procedentes de los distintos macizos y to- mando sélo en algtn punto de confluencia —como en Hunza-Gilgit— un corto recorrido longitudinal Al pie del Nafiga Parbat sus buellas aparecerian ba- ‘jo Jos valles de Raikot. Pataro, Gunar y Bunar. Sh- roder distingue cuatro fases que, en sus momentos mayores, poseerian gran espesor, bloqueando el Io do y dando lugar a la formacién de sedimentos la- ccastres aguas arriba de las lenguas. La fase primera serfa posterior a una edad de 100,000 affos, la se- gunda y la tercera a 41.000 afios y la cuarta a 38.000-31,000 ates, Esa interesente seriacién de ia evolucién gla- iar cuaternaria del Indo podria, pues, prolongar en el tiempo y en el espacio Ia que hemos anatizado en 1 dimbito intramontaiioso, No responde, sin embar- 0, como en el macizo, a tinas formas netas, lo que aconseia tomarta con cautela, Esta prudencia puede estar en relscién principalmente con tres aspectos. Primero, en lo teferido a la glaciacién antigua, tanto respecto a st existencia, poco probada, como a su ubicacidn geogréfica en el caso de ser confirmada, En seguado lugar. respecto a la consideracién como still» de todos los depésitos analizados como tales, Jo que posiblemente requerirfa mayor demostrac sedimentolégica. Y, tercero, las morfologias equi- vocas existentes para una lengua supuestamente tan desarrollada como la que se propone en la glaci cin intermedia, hacen pensar en una menor preci si6n en la reconstruccién geografica que en la hists- ‘ica: es posible, por ello, que la propuesta de apor- tes de hielo locales, transversales y discontinuos desde 10s macizos montafiosos al Indo —sefialada para la tltima glaciacién pleistocena—, fuera tam- bign una interpretacién mas vélida para In interme- dia que le nica gran lengua compuesta, procedente del Karakorum a través de un recorrido de més de doscientos kilémetros. Dejando para un futuro Ta precisién cartogréfica y de cortes significativos del enlace entre los valles del Nanga Parbat y del Indo, estos datos apuntan a generalizar la Negada de los hislos de la montaita hasta el valle basal en una 0 varias fases pleistocenas, como nos indican las for- mas de modelado del valle de Raikot, que antes co- mentibamnos. IV. CORRELACION DE LAS FASES RECIENTES, on fas apuntadas por Derbyshire y eon las anotadus por nosotros en ‘otros puntos del Himalaya central y el Karakorum De forma provisional y aproximada puede efectuarse una correlacién Nanga Parbat-Karako- BIBLIOGRAFIA = BELOUSSOV. V.: Geologie Structurate, Mosel, Mir. 1978. 295 pp. = GANSSER, A.: Geningy of the Himalayas. Lamdces, Interscience, 1964, XVF+ 289 pp. ~ DERBYSHIRE, E. et al «Quaternary glacial history of the Hunza Valley, Karakoram mountains, Pakis- lan». En The Iniernoitonal Karakoram Project, Cam- bridge University Press. 1984, pp. 456-495, ~ MADIN, [. Pet al: «The nomhwestem Nanga Parbat Haramosh Massif. Evidence for ezustal uplift at the nrthssestwem comer of the Indian Craton. Sperial Paper 323, Geological Society of America, 1989, pp. 169-182, — MARTINEZ DE PISON, E.; «Observaciones morfel6- aicas de la expedicidn al Diran Peak (Karakorum). Bot. Real Sac. Geogrifiea, 1979, pp. 155-190, ~ MARTINEZ DE PISON, E.: «Formas, rocas y glacin- res del Nanga Parbats. Petalara. 456, 1990, pp, 40-47 ~ MARTINEZ DE PISON. E, y LOPEZ MARTINEZ. J «Major Pleistocene and Holocene ylucial episodes rum con bastante semejanza. También sin grandes contrastes se observan posibles similitudes con el Himalaya central, especialmente con cl macizo del Numbur. Las vertientes Norte y Sur del Everest presentan problemas propios de correlacién entre la fase de Sang Duo Po, al Norte, {pulsedora y proxi- ma ala de la «PE.H») y lade Fugla, al Sur, (pro xima también a la de «PE.H.») 0 la de Periche (pulsadora). pero, en conjunto, permiten igualmente Una posibilidad de correlacién general con cuatro o cinco fases principales: una o dos del Pleistoceno, reciente y tres holocenas, de las cuales la tltima co- rresponde al episodio historice de la «Pequefia Edad det Hiclo». Ello significa la posibilidad de es- tablecer, al menos, una homogeneidad en la crono- logfa glaciar reciemte de! Himalaya y el Karakorum, lo que no sucede tan claramente con las etapas gla- ciates postuladas para momentos anteriores in the Khumbu reigon, southern side of Mount Everest ‘(Nepalese Himalayas, Ceagacete. 6.1989, pp. 85-38, ~ MARTINEZ. DE PISON, E.; LOPEZ, J. y NICOLAS, Ps: Observaciones geomuonfuliipicas ent lat vertiente t betana del Everests. Madrid, Usiversidad Auténarsa de Madrid, 1989. 159 pp. ~ MATTAUBR, M. Las defurmuiciones de tov mazerio les de fa coneza terrestre. Barcelona, Ome. 1976. 524 pp, ~ SHRODER, J. F. et al: «Quaternary glacial chrono- logy and neotectonics in the Himalaya of northera Pa- Kistan». Special Paper 232, Geological Society of America, 1989, pp. 275-294, — SORIA, Cu: «Ascensiéa al Nanga Pabat por fa ruts Kinshoffer». Pefalara, 456, 1990, pp. 6-14. ~ ZBITLER, P. K. ef al: «Geochronology and tempera ture history of the Nanga Parbat-Haramosh Massif, Pa- kistan». Spectal Paper. 232, Geological Sactety of America, 1989, pp. 1-22. m7

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