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que no me hayan comprendido; temo que me falte I contricién suficientes temo pecar en todas Innumerables May da 4) indiferencia; no sélo de las p ‘avn de as obligaciones més import: teoe & menudo que todo esto term redalidad 6 en la locura Semejante desgracia cs tanto mds de temer, cuanto que el escrépulo,legando & cierto extremo, barca el pasido, el presente y el porvenirs el pasado, por el temor de no haber hecho jamais buenas confesiones; el presente, por el temor de pecar en cuanto se piensa, se dive y se hace; e porvenir, por el temor exagerado de perder la Vida eterna, reer 4 estas pobr y recordar & sus confesores Ia direcciSn de los maestros ms expe- fimentados en los caminos del espititu, tal es el objeto de esta obra, EL ESCRUPULO CAPITULO PRIMERO. FGPihes mundanos imaginan que el esripulo UHR es una delicadera de conciencia quecon- HPA siste en el temor al pecado verdadero y FE en evitarlo con diligencias por eso aman escrupalosos & los timoratos que se abstienen de Giertas faltas que ellos cometen con toda libertad, y evitan ciertos peligros que ellos afrontan i iemor alguno. Pero se engafian: el escripulo no es, como su ponen, ladelicadeza de conciencia que evita di Tigentemente el pecado; es una aprensién vana; sefundaen ligeros motivos que llonan de ansiedad Ja mente, haciendola El eseripulo es como caballo espantadizo que, ‘ x necndeuso, viendo la sombra de un arbol, de una picdra 6 de un tronco, se aparta, retrocede, se encabrita, 0 obedece al freno nial acicate, como siviese un tigre 6 un leén préximo 4 devorarlo, Y por esta ‘yan aprensién caballo y caballero se exponen al peligro real de caer en un precip Tal es al excrupuloso: expantado por sombras imaginarias, y temiendo sin razén alguna que tal 6 eval accida, de suyo licta y honest, sea pecado grave, se lena de turbacion y de inguietul. Do- rinado por sus agitaciones, no obedece al confe= sor que le dirige, ni & las personas flustradas que Teaconsejan, i & los amigos que le reprenden Y asi, por el temor de un pecado aparente, so exponte 4 cometer verdaderos pecados, y aun 4 precipitarse en el abismo. Elescrapulo viene de muchas casas, En alga nas procede del temperamento, Las complexiones linfiticas, frias y melancilicas eon terreno feraz para producir esta suerte de espinos. Los de este temperamento j Ia menor apariencia de pecado les ate- roriza; sombrios y taciturnos, el miedo trueca sus vanas aprensiones on ideas Bas. Nece: or tanto, e ‘Acontece también us tonces pleto mr, mscndecto, Pstas pobres almas deberfan evitar con cuidado sumo los ayunos y Jas austeridades extremas, la soledad prolongada, el trato con gentes poco ins tuidas en materia de esplritu 6 excesivamente timoratas, Si obran do otto modo, perderda el juicio 6 nardn que el confesor lo pierda. Los eseripulos que provienen de esta primera causa son dilleiles de corregir; como no pueden abandonar su temperamento, estas pobres almas evan siempre contigo Ja fuente do. sus falsas ideas, cus temores,sutileas y extravagancias El segando origen de los escripulos es el de- rmonio. Este implacable enemigo del género hu- mano busca la manera de perder 4 los pobres hijos de Adin, tendigndonos un doble lazo: la presoncién y It desconfianza. En los unos, ensan- yando la conciencia, destruye insensiblemente cl sentido moral, y artoja A manos llenas semillas de incredulidad desastrosa Perdida 6 debilitada la fe, la conciencia carece de todo freno conveniente; el alma es un navio sin timén y sin lastre, que se estrellas de seguro fen cuanto’ excollos le salgan ‘Tal os la situacién de esas multitudes de li- teratos €iliteratos que, sefaladamente en estos tempos, no conocen ‘otra rezla de conducta ‘que Jos bajos instintos de la naturaleza corsom- pida, y beben el pecado cual si fuese vaso de agua fresea, sm vscadrure, ‘Mas en las almas generosas cuya fe no ha 1o- grado obtourceer, cuya virtud ha resistido 4 sus atagues, el espirita de la mentira obra entorpe- ciendo fa conciencia por el temor excesivo, Ene trando en la imaginacion, Ja ena de fantasmasy tinieblas, de las que forma vanas aprensiones de pecado que engendran inguietudes eontinas Despierta, ademas, en el apetito sensitiv, movimientos que son fuente de temores y de an- gusts, En este estado de obscuridad, de confu- sin y-trastorno de todas las potencias, Ia pobre alma no halla donde reclinar su cabeza El demonio bien sabelo que hace: por medio de Tos tormentos do la conciencia procura hacer enojosa la oracion, a frecuencia de sacrimentos 6 insoportable el servicio de Dios; y el alma, lena de disgusto, desconfia de todo, abandona el buen ‘camino, comete verdaderos pecades y 4 veces Mega & la desesperacién, Los escriipalos que vienen del demonio pu: den conocerte por estos signor: obscureeen la ‘mente de un modo particular; producen amarga tristera de corazén; hacen que el alma, combatida e mil maneras, imagine que Dios 1s abundona ¥y que no habri para ella paz ai remedio de sus males. ‘Son, ademis,intermitentes dichos escrapulos,y catecen de carseter uniforme; ora scometen con energia, ora son remisos 6 casi nalos en sus ata- ne necrbrote ques, seqiin que Dios alarga 6 recoge fa cadena al spirit tentador, Tse doble caricter distingue esta especie de ecerdpules de los que se originan del tempera- ‘mento, pues los ltimos asi son invariables, toda vvex que Ia naturaleza obra siempre conforme & sus propios instintos, CAPITULO TL 5 DEL EscxUPuLo (contixvactéy) A tercera causa de los excrdpalos es el ‘mismo Dios, y en verdad no puede ser ‘causa positiva, en cuanto que intente los cerrores y las falsas ideas de los eser uplososs mes es bien causa negativa, en cuanto que retira su Iuz, con Iz cual el alma distinguiria laramente To que es pecado de Io que no lo es, asf como el sol produce las tinieblas cuando se’ ocults en el horizo ‘Asi es como muchos santos se han visto gran demente atormentades por interiores angustias. San Buenaventura, por ejemplo, feé tan comba- tido por los escripulos, que algunas veces dejé de celebrar por vatiot dias. San Ignacio, por la misma causa reslvi6 abstenerse de todo alimento HL escudPULo, hnasta que Dios se dignase de apaciguar las tert bles tempestedes de su alma, Estavo ocho dias sin ‘comer ni beber; pero increpido por su confesor, hhubo de consentiren tomar alimentos y proceder cen adelante con més prudencia, Santa Logarda fye igualmente atormentada por crucles eseri wre otras cosa, le acon- tecia repetic dos y tres veces la misma hora cané- nica, y 4 peser de tados sus esfuerzos no quedaba tranguila ni satisfecha, Pero el Dios misericordiosa y justo permite este género de prucbas en las mejores almas, por ‘muchas razones: Ia primera, para purificarlas de sus defectos, porque de justicia es que con exce- sivos temores satisfagan por 1a culpable libertad ‘que eoncedieron antes a corazin y d los sentidos. Ta segunda, con objeto de conzolidar en cl e piritu el temor a los pecados verdaderos pe medio del exagorado temor 4 los aparentes. Es in- udable que quien tiemblad la sombra de pecado, ims ha de temblar 4 ka vista de tna falta cierta La tercera, para, humillar el exp nigndolo en la poca estima de sf mismo. Nada e fen efecto, més humillante para alguno, soby clara inteligencia, como, el verse fcupado, cual si fuese nino, en corse que nada va- Tea, sin poder desembarazarse de ellas, Eatonces se ve y se palpa le profunda miseria Ta cuarta, para adguirir la paciencia, la abme- sgacién del propio juicio y otras virtudes.’En este estato de perpleidad, si quiereobrarcon rectitud, el alma se ve obligada 4 someterse sin vacilacién alguna al régimen de otro, & soportar con pa- ciencia innumerables angustis, y & violentarce para proseguir en la prictica dela virtua. Estos son los signos para conocer si los eseri- ples provienen de una especial permisin divina para purifcaciéa de ls slmas; mas como gozan de auxilios particulares, resulta que 4 pesar de sus eceripulos, aun sin'dstze cuenta, continian avanzando en el camino de la perfectién, Se les ve ademés huyendo por déquiera del pecado y del peligro de cometerlo; son mas obedientes que Jos otros eserupulosos, y mils constantes en los cjrcicios de piedad, Por iltimo, los eserupulosos de esta especie no son perpetuot* Ia agitacién, el vaivén del espisita produce el mismo efecto que la tempestad en los mares: cuando se han purifcado de sus manchas yseafirman en clertas virtudes, vienen poco & poco, y A veces muy presto, calma y tranquilided plenisima Concluiremos este capitulo transcribiendo los cconsoladores parrafos siguientes de EY Espirit ide San Francivea de Sate. aDecis que desde que emprendisteis vida mis ajustada 08 sobrevino mulkitad de exerdipulos que 0s roen y devoran; y vuestras imperiecciones, que 6 mr pecadrcto, 4 juicio del confor pucden compararse 4 los tmowgutos, os parecen ceantes de peeado 4 cas. de vucsrainiclidad & as gracis de Dios. {No ints vest. doleneis. Bl excripulo no hace mis que enconar estas llagas restanandoas, Se comple en cio, pero al fn la comezin le dormenta, Es, sin emiargo, de buen augitio aque aparezaneardosy expnas en tereno neva: thente. desmoniade: esto es claro indiio de sa foerza,y por consiguient, de su fturafrtiidd, vida devote, sea victma de los’ excrépulos: eto Jndea que f graca imprimié grande odio al pe- ado, pues que su sombra basta pare nfundic ex pee SEs signo de cuacién, puesto que despuls de gravisima fibre sobrevino ia inlamacién de los Inbis; fa naturale srroj feral calor que thr~ faba la armonia del temperamento y do los ha- Vos lo desis: «A pes de todo vista la estrlishermesisioa de la en medio de eta tempestade: sunque todo 2 Sagite alrededor de mf; aunque la mar y tos vin >on prodaceantormentss y desstre,sufré con Smacencia por amor de Dios; no bay en todo ello. (plaguscn naufagiode caida Spat Pino frgit do mi natoralcea> Y yo os Meguro que el tomor es piloto excelente que = ‘bed vencer Jos excollos en el exquife de vuestro corazi El consejo de las consejos es lener quien con rectitud 08 acoso ‘sVuestra alma se encuentra en poder de un di sector cuyos labios guardan la cienciay Ia salud, Si os sujetdis & sus sabias amonestaciones, may. presto os versis bre de esas heridas que desgarran Ja conciencia; sino esas, me par haces bien permaneciendo en esas penas interiores, puesto que si queréis escaparos, nadie os impide ue os alejs por la puerta del buen consejoxe capiTULO UL. SERALES ¥ MOTIVOS DEL ESCROPULO, R a muchas settles para conocer les es ‘erupalosos; he aqui las principales: 1 Ser propenso & temer y dadar por vos frivolos y sin fondamento alguno racional '22 Ser inconstante en esas dudas y temores, y } cambiar de parecer s6lo por apariencias ligeras teniendo como Icito lo que antes se ereia peca4 6 x wecadrito, rminoso, y, al contrarfo, por ifeito que se Io juz: sgaba indiferente. * Experimentar en estas dudas y temores in- quictudes, angustias y turbacién de anima. Los Temordimicntos que vienen de Dios, por més que hieran el espirita, no lo arzojan nunca ea la an- sieded ni en las tinicblas, +42 Siel que interrogado sobre el objeto de sus Gadas responds que no encuentra pecado, y sin ‘embargo teme y no se aventura 4 obra. 5. Mostrarse obstinadoen si propio juiciog no tranguilizarse con Tos avisos de los doctos, ni aun con las ensefanzas del confesor, y terminar, des- todo, siguiendo el propio juicio ta titima serial es caracter(stica, San Fran- sco de Sales colia decir que los eserdipulos tienen su raz en corto orgallo fina y delicado que el Santo Doctor llamaka tambié elf del orgullo, porque es tan sutil y desledo que engana aun 4 sin ef Bienayeaturado Francisco, ved loque acontece en los escrupulosos: «El que se encuen tra atormentado por este roodor (que tanto tra bajo cuesta exterminar de un alma) no se re suelve & descansar en el jaisio de los pradentes quiere, por el contrario, que su juieio predomine sabre el de los més habiles, Mas si quisiera some- terse y renunciar & su propio consejo, al punto quedarfa carado, vx neondroto, 2 i el texto de los divinos ordculos nos enseba que la desobediencia e¢ un crimen semejante 4 lz idolatria y al sortilegio, gqué decir de los escru ppulosos que son iddlatras de. sus propios senti- tmientos, y de tal sverteadheridos 4 sus opiniones {que se afrman en los malos propésitos 4 pesar de toda las amonestaciones y consejos ‘»Cuando se les dice que sus temores son vanos lo toman & burla; crcen quo no soles entiende 6 {que no se explican bastante; y de todas maneras nunca quedan aatisfechos» La confesién y la comunién son para los escru- pulesos el principal objoto de sus penas € inguie~ taides. ¥ nada mds propio para tranquilizarios que las solidas y coneoladoras doctrinas de los macs tros do espiritu. Almas excrupalosas y timoratar, rocibid confadamente estos consejos y_vuestra Ccurscién serd el premio de vuestra fidelidad, En cuanto é laconfesién, San Alfonso empieza por recardar el dogma catdlico y las condiciones hhecesirias para recibir dignamente el Sacramento de la Penitencia, El perdén de los pesados, el aumento de gracia para no volverlos 4 cometer, Ja paz del alma y la energia para Ja virtud, tales son les procioto: efector dea confesién. Para que se produzcan debe tener tres cualidades: snfegré dad, contriciin y sinceridad. a integridad consiste en que Ia acusacién sea de todos los pecados mortales no confesados 6 scrdirvtn neds. Porto mismo, la integra ea fone el examen de concenca! «El gee tinea para dscbric el nimero de len peeuos ventas dels acones eee y al tea porslr ee de Dios, Al expreare a, etter les qe ‘anal confeonci con la caer lls deo dug sin firme propésito de corregirse. * Por lo dems, para los tmeratos que secon: propéstodeliverado, el examen no exige mucho Paeden haber cometido pecados veniales plena mente deliberados;, pero los permitiran que se oly sta hacer investigaciin exacta de su ndmero y ircunstancias. ¥ cuando no hay actualmente una auteria cierta para la absolaciéa, se debe de acu sar cualquiera pecado de la vida pasada que mas excite dla contrieiGn. Pucte decirse, por ejemplo: ‘Me acuso en particular de todas la faltas de mi vida pasads contra a caridad, la pureza y la obe ‘Acusarse, pues, de alguna de esas faltas sobre Jas que hay seguridad do arropentirse, sin entrar en deta alguno, basta para asegurar la valde de la absolucién, quo de otra manera serfa mula por falta de contricién. 12 comoadogs son te regetto as aulntespulabrasd: San Francisca «No singuie- tis de ninguna manera, dice, si no recordais todas yuestess faltas pequetas, porque ast coma catis & menudo sin apercibiros de ell, ast tambidn os levantis frecuentemente sin percibirlo.» Las almas devotss en efecto oblienen el perdén de estas faltas ligerss por medio de sus actos de de practicar. CAPITULO A contricién acompaitada del propésito Esta coniicion cs esencial para obtener al perdén de los perados, Las contesio- mis doloresss, La prueba de una buena confesién, bu wscadruto, an Gregri, no cmste en el grin ndmero mento que manifesta, Mas todos aquellos que se confiesan 4 menudo y tienen horror a os pisados veniaes,deben desecbar toda dada sobre no Ia Sienten. Quisieran acercarse siempre al con- fesonario con las lagrimas en los ojos y mil ter- naras en el coraz6n ; pero, 4 pesar de todos sus esfuerzes, no lo consiguen 4 veces y viven inquie~ tos sobre sus eontesiones, Pero deberia persuadidos de ue la contricién no existe en el sentimiento, sino en la voluntad. En ésta reside todo el mérito de las virtudes. Por esto Gerson escribe hablande de la fe: « Algunas veces el que desea ereer adquiere rms mérito que muchos que poseen el don de LFes Antes que este escritor de espfritu, Santo To- ‘mas, hablando expresamente dela contricion, a guraba que ¢el dolor esencial y necesario para la confesién es el pesur del pecado cometido, Este dolor no est en la parte sensitiva, sino en la vo~ luntad. El dolor sensible es un efecto del dolor de la voluntad, y no siempre puede cbtenerse, porque la parte inferior del alma no sigue siempre on docilidad 4 la parte superior. Por tanto, la confesién sera buena siempre que en Ja volun- tad haya soberano arrepentimiento del peeado.» ‘Absteneos, pues, de los esfuerzos para obte- ner coniricién sensible, Cuando se trata de actos Interiores, debeis saber gue son més aceptables Jos que se eecutan con menos violencia y ma- yor suavidad, Porque el Espiritu Santo dispone con dulee suavidad. Dishonit omnia suaviter p: Vt 1.) Por eo el santo penitente Ezequiel Alecia hablando de sus faltas: Zvperimento grat dolor, pero esioy en pac. Cuando querdis prepararos 4 la confesién, co- menzad por pedir 4 Dios Nuestra Sefor y 4 la Sautisima Virgen un verdadero dolor de vaestros ppeeados; hacer brevemente el examen, y para la Contriciin os bastard decir: «Dios mia, os ama sobre todas las cosas; espero, en virtud de la pre cosa sangre de Jesucristo, vuestro hijo unigtnito, el perdin de mis pecados} me arrepiento do todo corazén; no quisiera haberlos cometido, los dete to més que todas las cosas, sdlo porque son ofensa vaestra, Uno mi dolor al de Jesucristo en el huer- to de las olivas, Mediante vuestra gracia estay resuelto & no ofenderos jamés.» Siempre que dubiorais querido tener volantad adera (entendedlo bien, basta el deseo), al 3 podéis acerearos tranguilamen- te & recibir la absolucidn sin temores ni eserdpu lus, Para quitar toda angustia respecto de la con- tricién, Santa Teresa de Jestis nos da otra seal ién de no cometer las faltas que asi faere, ninguna duda debéis abi sar respecto de Ia contriciin.» Para que sin sea buena, el propésito 1.¢ Debe ser firme, Algunos se dicen : no quisie= 12 volver al pecado; no quisiera ofender 4 Dios IAhI Pero estos guisiera indican que el propésito fo es firme. Para darle esta cualicad, se necesita decir con wna voluntad resuelta: wo quiero come- ter este 6 estos pecados; no guiero olender & Dios con deliberado propésito, * Debe ser universal, es decir, que el peni tente deberd estar result & evitar todos les pe- fados sin excepcién alguna, Esto se refere 4 los mortales, En cuanto alos veniales, para fa v dex del Sacramento, y tratdndose de personas que no tienen falta grave que declarar, basta que se arrepientan de una sola especie de pecados y les confiesen con la voluntad de no retaer en ellos ‘Los mas adelantados en las vias del Seiior de> berian proponerse evitar todos los veniales del berados. En cuanto 4 los indeliberados, como es imposible evitarlos todos, basta la voluntad de hufr de ello siempre que Se pueda. El propésito ha de ser efcaz, es decir, que debe abrazar la resolucién firme’ de poner los ‘meiios para no volver 4 los pecados, y sobre todo 23 Ae huir de as casones priximas. Se man a is gr ontnaranmte nog eds zie, ba dado suflente motivo para los pe- cade de 0 Ba ets eo no basta proponentc evita el pe cao; a necesita tain tener ia volantad de Fnsrdelaecision: de ots manera todas asabso- Ta maa de esto esque el no querer desechat yo ua falta mortal, De donde esha que rei Wir le abseucion sin la woluntad de evitar do grave y un serie. CAPITULO V. 1 eeeeencerrrs ‘don mas funcsta y mis frecuente es de teultar pesados en la confesion. Sucedeque res almas caen desgraciadamente en un estas pobre - pecado grave, y al punto el demonio acrecienta EL Becmdrono, declararlo, = ae : cx malta vergtenr,sffen ysuirn ele das porelreeto human, comnusron durante Seles erie dos Carmeltas que una joven de vidt ehempar tovo a dexgacia deco Teer un peso dshooeta, Tres vec locales care as Sagrada Mesa; pero inmeditamente después det lime sctego le sobrevino des bito la muerte. Por la faa desu sntidad se a de esa desagraciads faé conducido por los Ange les cerea de la tumba; ésta se abri6, la difunta se ‘ineorporé, y herida en el cuello por los Angeles, arrojé en un ciliz preparado al efecto las tres ibidas sactilegamente yconservadas por En soguida los angeles la al punto a infeliz, tomando horri- bilisimo aspecto, desaparecié arrebatada por dos Cémo, pues, una alma que ha tenido la osadia de ofender gravemente & Dios, y que & causa de ‘esto mefece el inflerno, podria encontrar excuse ante el'supremo Tae, si callé los peeados por 1a cotta y despresiable confasén que habia de expe- rimentar acusindose una sola vez y 4 un solo saeerdote? Si quiere ser perdonada y evitar lis penas eteraas, la vonfesiin misma la. prepara 4 ello, @No et por ventura justo que los que han m hospreciado & Dios se confundan y Sepan humi- larse? Tal fue la respuesta de Ia pecadora Adelaida al demonio, En sl momento de convertire re ib hacer tna buena confesisn, Cuando se acer ‘aba al sacerdte, el demonio le paso ant los ojos a vergienza que experimentarla al confesar les perados, le dijo: «2AdGnde vas, Adelida?» Y Elia responds con energia: «A confundirme y & confundirtes A la vergienza agrege el demonio mol embustes ytemores vanos. Procuraremos ds- traie algunos 7 Si acuso este peeads, me reprenderd elon sor LY por qué osha de reprender? Decidme, faces conor, ¢ de gue la levantaseis en su cada? ¢Como, pues, penslis qu el confesor, obligado por su ministe fio la més grande catidad con el penitente, os habria de repeender, os habra de atormentar con palabras rudas al doirlevuestro pocado? Pero al mens el einfeor seexcandalisardy BL Esendevto, perderé para siempre su estimacién,—jMentical Vaestro confesor no terd escandalizado, sino edif ado, viendo vuestras disposiciones, 4 pesar della verglienza que experimenttis. zY cretis que el confesor no habr’ ofdo tants peeados como los ‘yuestros y quiz’ mas vergonzosos? Noes verdad que perdercis su estimacion; al contrario, os estimard mucho més, y'os ayndard on mayor celo viendo la confianza con que des ante sus ofos vuestra miseria y admirando Jas maravillas que lz gracia opera en vuesteo Quiero confesarme, ero cuania se presente 1 saverdote desconacida—idy! ZQué deci IY entretanto queréis vivie en enemistad con Dios, en peligro de perderos para siempre y cet cado por los remordimientos, que os destrozan el alma y no 0s dejan reposar de dia ni de no. che? Y todo por no decir estas dos palabras al confesor: «Padre mfo, tave la desgracia de caer ello.» : Decl: «Me confer con un sacerdote deseo necids, y gsi, gue hororentretanto os ater ciis 4 la Santa ‘Mea para ccultae el exado de flo Ales pecados comet. ds que tan dio que yustro Salvador os hia preparado con tu tangre preciosfsima se convert para vos en vveneno que produce la muerte eternal “Pero yo me confesaré mds tarde ado con rouerte sibita, hoy tan frecuente, —¥sisis aud serk de vos por toda la eternidad? CAPITULO VL. pasta A LAs piticuLtapes (contmvvactén), xo no tengo confaza en mi confer Tia tal caso desi con otto. Los co {ésores fueton eonsttuidos paralasalmas FS no ls slmas para ls sacerdotes, El esr polo de los eeruputotos es no atreverse 4 cam: bar de conferor. ¥ todo el que quiera que hagdis eseripulo de cio, mereoer4 que Te abandonéis tomo excraptlosa, La vrtud, como la verdad, se encuentra siempre entre dos extremos perdi ciales: cambiar de confesor por cualgler pretext, mis bien qu conf dlosextiemos reprensibles. Lo primero indica lige rera; lo segundo pusilanimidad. ¥ si me pregu~ {iis cufl es lo mis censorabe éincémodo, os dine Que lo segundo, en cuanto que me parece tener Iutho de tajer de alma, de temor humano, de peg 4 a criatura y de exprca de espirita de eslvited tn ontzario al de Dion, que eté slo donde seo ueira Ta sta libertad de confesor sm gui los gue mens lop Yel confesor que lleva 4 mal que sele deje pon mmbiar nunca ae di como de un veateo oeils ine santa libertad de esprity, de la cual dcbems glo iatnos como uno de los mds ricos dones de Te. Mas smpoiendo que no_pudieshdingirs 4 tn cons, desde: oi tava on euidado, én labarssal punta al tases me, dico que se pudiera encontrar, zunque i de la confasién que habriais de sentir? ae : ict Yara Servaros del inferno, zno os atreveréis S di rien ante vaso pate eal Por el amor de Tesncristo, tened valor y tune fad generosamente de esa vergaenza que el demo. nio os hace ver mayor de lo que en sc Apenas hubris comenzado vuesira contesion yt dips vin cos temores.Sabed que soba, al wear Ae confesnaro os setirs mis elie que spose eis todos los benes de la tera, Hosomesiaa con filial ternura 4 la Santisina Virgen Mash ella os ayudard 4 vencer toda repugnancia, Si no tenis valor de confesar vuestro pecado al principio, hacod lo que voy aconsejaros. Decidl al eonfesor: Padre mio, ayudadme, porque tengo tun pecado que no me atrevo & confesar.y El encontrard pronto algiin recurso para sguarida Ia bestia foroz que os devora; gran pena de vuestra parte, porque 0s bastard responder eencillamente sf 6 no. Ved aqui otro medio: si no quertis decir de palabra vuestra pecado, escribidlo y entregadlo al confesor, diciendo: «Me acuso del pecado que rest gacia de Dios y con els apar del expe, i costa El Padre Sequel eacta que una re Figioa hizo ants eterzou pra cone detos parades dee inci, gue se desmayS al aciat= No glero in embargo que lodisho sia para ingucars; porte me he rfid allo los que tleven sore a conienca el peo de algas Pe tas graves y cern que por a vegies 90

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