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Un Pasaje de La IV Meditacion Metafisica
Un Pasaje de La IV Meditacion Metafisica
querella De auxiliis
Y por último, no debo tampoco quejarme de que Dios concurra conmigo para formar los
actos de esta voluntad, es decir, los juicios en los que me engaño, porque esos actos son
modo hay más perfección en mi naturaleza porque puedo formarlos que si no lo pudiese. Para la
privación, en la que únicamente consiste la razón formal del error y del pecado, no tiene
necesidad de ningún concurso de Dios, puesto que no es una cosa o un ser, y si es referida a Dios
como a su causa, no debe ser llamada privación, sino solamente negación, según el significado
que “la decisión de Adán considerada en sí no fue mala ni... contraria a la voluntad de
dios” y que “dios pudo y debió ser causa de ella... pero no en tanto que fue mala”
porque el mal es una “privación de un estado más perfecto” y, como tal, “no es algo
1
Según la traducción de Ezequiel de Olaso y Tomás Zwanck incluida en DESCARTES, Obras escogidas,
Ed. Charcas, Bs. As. 1980, pp. 259-260 (en adelante, O.E.). El siguiente es el texto de la edición latina de
1641, conforme a la versión de Oeuvres de Descartes Publiées par Charles Adam et Paul Tannery (Vrin,
Paris 1996, t. VII, pp. 60-61; en aldelante, A.T.): “Nec denique etiam queri debeo, quod voluntatem
concurrat ad eliciendos illos actus voluntatis, sive illa judicia, in quipus fallor: illi enim actus funt omnino
veri et boni, quatenus a Deo dependent, et major in me quodammodo perfectio est, quod illos possim
elicere, quam si non possem. Privatio autem, in qua sola ratio formalis falsitatis et culpae consistit, nullo
Dei concursu indiget, quia non est res, neque ad illum relata ut causam privatio, sed tantummodo negatio
dici debet.” En la edición francesa de 1673 (AT, t. IX, p. 48) -de la cual es traducción la versión
castellana transcripta- se lee: “Et enfin ie ne dois pas aussi me plaindre, de ce que Dieu concourt avec
moy pour forme les actes de cette volonté, c’est a dire les iugements dans lesquels ie me trompe, parce
que ces actes sont entierement vrays, et absolutement bons, en tant qu’ils dependent de Dieu; et il y a en
quelque sorte plus de perfection en ma nature, de ce que ie les puis forme, que si ie ne le pouvois pas.
Pour la privation, dans laquelle seule consistela raison formelle de l’erreur et du peché, elle n’a besoin
d’aucun concours de Dieu, puisque ce n’est pas une chose ou un etre, et que, si on la rapporte à Dieu
comme à sa cause, elle ne doit pas etre nommée privation, mais seulement negation, selon la signification
qu’on donne à ces mots dans l’Echole.”
2
efectivo”, sino que “se llama así con respecto a nuestro entendimiento y no con respecto
no podía entender que “malum respectu dei est negatio”3 porque, en ese caso, o Dios
ignoraría el mal que produce o ese supuesto mal causado por la voluntad de Dios no
que ambos interlocutores realizan en distintos lugares- podría pensarse que Spinoza
mundo, es desarrollada desde el siglo XVI postulando una inevitable tensión entre sus
tal forma que hasta una filosofía como la de Nietzsche, por ejemplo, puede ser
considerada uno de los estadios conclusivos de este proceso. Puede inferirse de aquí
mismo Spinoza nos brinda una perfecta fórmula acerca de la imposibilidad de tal
imperio”4, es decir, una libertad bajo otra libertad. Quienes en la época afirmaban la
2
SPINOZA, Briefwisseling. Wereldbibliotheek, Amsterdam 1977. Trad. cast. Por N. Dolkens, Las cartas
del mal. Caja Negra, Buenos Aires 2006.
3
Ibidem, p. 39.
4
Ética, Tercera parte, Introducción.
3
que “los dominicos pueden enseñar y disputar libremente sobre la gracia y que los
jesuitas pueden tratar las mismas materias ateniéndose a una doctrina sana y católica”5.
una profunda hermenéutica del texto cartesiano –y de su obra completa- a la luz de “las
luchas teológicas de su tiempo”, pues “no es paradójico afirmar que el mejor modo de
hermenéutico del primer Gilson, Descartes habría sido “tomista con Burmann, molinista
con [la princesa] Elizabeth” y habría defendido “según las circunstancias, no importa
aprueba el molinismo en sus cartas a Mesland. “Él llega pues, finalmente, a una suerte
de eclecticismo teológico donde las doctrinas antagónicas que se combaten hace tiempo
una ligera preferencia de corazón a favor del tomismo”9. Esta actitud habría tenido un
positivas.
íntima solidaridad con esquemas vigentes11. Más cerca de nuestra época, autores como
una hipótesis arriesgada. Descartes habría sido prácticamente el único que en su tiempo
acerca del mal. Su completa coherencia en este tema habría sido imposible de apreciar
por todos aquellos que partían del supuesto de la tensión dialéctica apuntada. Jesuitas
omnipotencia divina. Un autor que, como Descartes, mantuviera que este misterio de
ninguna forma es un absurdo, sino que los elementos aparentemente en pugna debían
10
La pensée religieuse de Descartes. Vrin, Paris 1924. Vid. Sendas explicaciones de las rectificaciones de
Gilson y de sus motivos en DEL NOCE A., op. cit., pp. 307-320 y en GILSON E., La liberté…,
Advertissement escrito por Jean-Luc Marion.
11
Un ejemplo de esta supervivencia puede ser el artículo de Hiram CATON, “Hill and Reason in
Descartes’s Theory of Error. The Journal of Philosophy, vol. 72, Nº 4 (Febr. 27, 1975) pp. 87-104.
5
malinterpretado.
sobre el origen del mal moral12 puede transformarse en una inesperada clave
palabras, “la disimetría... radical, irreductible, entre la línea del bien y la línea del
prohibida, cruzando desde la línea del mal hacia la del bien: como Dios no es la causa
habrían recorrido el camino inverso: como Dios es causa de todo el ser, de todas las
Descartes nunca habría cometido estos errores. Cuando discurrió en la “línea del
de estas disputas no habría sido otra cosa que el seguro reposo en una profunda y
12
Cfr., por ejemplo, sus obras Court Traité de l´Exitence et de l´Existant. Hartman, Paris 1947; Dieu et
la permission du mal, Desclee de Brouwer, Paris 1963.
13
Inesperada si se confronta con la muy negativa opinión que Maritain tenía de Descartes como padre del
idealismo moderno.
14
Dieu et la permission du mal, p. 24.
15
Ibidem, p. 28.
6
cuenta de que ambos afirman que el mal es privación con respecto al hombre y negación
mal es negación con respecto a Dios porque en realidad no hay mal en el mundo. El mal
con fundamento en sus obras- acerca del mal como negación o privación.
Una primera se refiere a la posibilidad del mal. En efecto, que Dios haya creado
al hombre falible implica un primer grado de permisión del mal, que Maritain llama
haber habido mal moral en el mundo y, sin embargo, haber sido el hombre falible.
Descartes afirma en distintos lugares que “no me parece posible que [Dios] me haya
dado una facultad que sea imperfecta en su género, es decir, que carezca de alguna
privaciones. Ahora bien, todo ente finito, por el hecho de serlo, carece de alguna
perfección. Pero esta falta no es una privación sino una mera negación18.
16
Dieu et la permission du mal, p. 63.
17
IV Meditación. A.T., IX, p. 44. O.E., p. 254.
18
Cfr. la afirmación de Descartes de que “no hay ninguna duda de que Dios me ha podido crear de modo
que jamás pudiera engañarme” (A.T., IX, p. 44. O.E., p. 254) pero que no tengo derecho, por eso mismo,
a pretender otra naturaleza que la que me ha dado, que no es mala en absoluto. En los Principios declara
que “de ningún modo se puede imaginar que Dios sea el autor de nuestros errores por el hecho de que no
nos ha dado un entendimiento omnisciente. Pues es propio de la naturaleza del entendimiento creado que
sea finito.” Par. XXXVI. A.T., IX, p. 40. O.E., pp. 326-327. Una interpretación de esta clase sobre la IV
Meditación es la que ha propuesto Lex Newman en “The Fourth Meditation”. Philosophy and
Phenomenological Research, vol. 59, Nº3 (Sep., 1999), pp. 559-591.
7
analizado19. En él se habla de un acto malo concreto, realizado20. Como tal, tiene que
haber sido creado por Dios en lo que tiene de bueno, de ser21¿En qué sentido puede
decirse que, con respecto a Dios, es sólo negación? Seguramente no en cuanto no habría
querella de auxiliis. Descartes retoma aquí la olvidada doctrina tomasiana acerca de que
la causa del mal moral de culpa es una causa deficiente, un no-acto libre –porque si
fuera un acto habría sido causado por Dios- que todavía no es un mal, una privación,
sino sólo una negación. Este no-acto libre es llamado por Santo Tomás “no
consideración de la regla”. El pecado consiste, para el aquinate, en pasar a obrar sin esa
el mal solo, sin el concurso divino, Dios no puede verse implicado en él de ninguna
negación con respecto a Dios en la negación libre en la que consiste la causa del mal
moral de culpa, debería entenderse la primera como lo hizo Spinoza. Dios habría
producido, en este caso, el mal, y éste, por tanto, no sería realmente malo. “Para la
19
Y tampoco para sus dos lugares paralelos en la obra cartesiana: Principios, XXXI, A.T., VIII, p. 17.
O.E., p. 325; Carta a Regius del 24 de mayo de 1640, A.T., III, p. 65. O.E., p. 376. Para juzgar sobre la
exhaustividad de esta afirmación, vid. GILSON E., Index Scolastico –Cartésien. Vrin, Paris 1979, p. 165.
20
Cfr.: “…cometer errores es, por cierto, un defecto que reside en nuestra acción o en el uso de la
libertad, pero no en nuestra naturaleza.” Principios, XXXVIII. A.T., IX, p. 41. O.E., p. 327.
21
Recuérdese la doctrina cartesiana de la conservación como “creación continua”, que enfatiza la idea de
la dependencia de la causa primera.
22
Cfr., por ejemplo, De Malo, q. 1, a. 3, resp.; De Malo, q. 1, a. 3, ad 13; S. Th., l, 49, 1, ad 3; S. Th., l-ll,
75, 1, ad 3.
23
Motivo por el cual, con respecto a él, se debería hablar de “negación”.
8
privación, en la que únicamente consiste la razón formal del error y del pecado, no tiene
necesidad de ningún concurso de Dios, ,puesto que no es una cosa o un ser”. En otras
cuenta de la naturaleza del mal y de su “disimetría” con el bien, pudiéramos decir que
privación, el acto malo. Para pecar, hace falta cierta “indiferencia”, proceder “sin poner
atención en las razones que... prueben” que algo es bueno, “pues si lo viéramos
claramente, nos sería imposible pecar mientras lo viéramos de esta manera; por esto se
dice que omnis peccans est ignorans”25. El mal es una cierta “nada” introducida en el
Este intelectualismo moral cartesiano podría ser leído, en primer lugar, como
oratorianos y, por lo tanto, como una defensa de la primacía de un orden impuesto por
sostenido que entre 1641 y 1645 se produce un cambio teórico en la obra de Descartes.
24
Ludovici Molinae Concordia liberi arbitrio cum gratiae donis, divina praescientia, providentia,
praedestinatione et reprobatione, ad nonullas primae partis D. Thomas articulos, in 7 a 13, disp. 26, ed.
de París, 1876, p. 158.
25
Carta a Mesland del 2 de mayo de 1644. A.T., IV, p. 117. O.E., p. 425. Vid. también Carta a Mersenne
de fines de mayo de 1637. A.T., I, p. 366. O.E., p. 360.
26
Cfr. Carta, por ejemplo, AT VI, p. 34, 10-12; p. 38, 15-39; IX, p. 43, 62; OE, p. 253.
27
Vid., por ejemplo, Descartes. Biographie. Calmann-Lévy. Paris 1955. Trad. cast. por Isabel Sancho.
Descartes. Una biografía. Península, Barcelona 1996. Pp. 207-208.
9
Marion, por su parte, suma a este enfoque un hilo conductor propio de una
una equivocidad entre la libertad humana y la divina. La libertad humana “se define...
“equivocidad”31.
delineados por las cartas a Mesland del 2 de mayo de 1644 y del 5 de febrero de 1645
28
Cfr. Sur la théologie blanche de Descartes. Analogia, création des vérités éternelles et fondement.
PUF, Paris 1981. Pp. 417-426.
29
Ibidem, p. 425.
30
Ibidem, p. 417.
31
Ibidem, p. 417.
10
exterior a ella. Por este motivo, Descartes habla ahora de una “indiferencia positiva”
voluntad al afirmar que “semper enim nobis licet nos revocare a bono clare cognito
libertatem arbitrii nostri per hoc testari”.33 Descartes, afirma Marion, tampoco aquí
inteligencia, pero convierte al “uso abstracto del libre arbitrio” en un bien y, de esta
analogía, se ha hecho ahora más explícita: cuanto el “ego” más intenta acercarse a Dios
imitando su indiferencia, “más limita su relación a Dios”34. Por este motivo, “el
relieve ciertas relaciones entre textos y descubrir algunos matices en general ignorados,
32
Ibidem, p. 419.
33
Ibidem, p. 420. La cita de Descartes está tomada de AT, IV, p. 173, 20. “Pues siempre nos está
permitido apartarnos de la persecución de un bien claramente conocido, o de admitir una verdad clara
únicamente con tal de que pensemos que es bueno atestiguar mediante esto la libertad de nuestro
arbitrio.” OE, p. 428.
34
Ibidem, p. 425.
35
Ibidem, p. 425.
11
ofrece mayor sustento a la hipótesis de que Descartes habría trascendido hacia atrás –
ser completada con la orientación que aporta una perspectiva como la que descubrió
bien y causalidad divina. Dios es siempre causa primera “en la línea del bien”. Su
hombre es causa segunda, motivo por el cual cuando rezamos obtenemos “lo que Dios
36
Esta hipótesis fue propuesta por primera vez por ESPINAS E. en “Pour l’histoire du cartésianisme”, Rev.
de Met. et de Mor., mai 1906 y en “Le point de départ de Descartes”, Revue Bleue, 10 mars 1906 y
“Descartes de 16 à 29 ans”, Ibidem, 23 et 30 mars 1907. Por otra parte, Del Noce reconoce el mérito del
punto de vista de Laporte en Cartesio…, p. 690.
37
Luego de un profundo y seguro análisis, Laporte concluye en Le rationalisme… que la solución a la
cuestión acerca de la libertad humana en relación a la omnipotencia divina es absolutamente
incognoscible. Cita –y asimila a esta opinión la actitud de Descartes- a Bossuet y a su ejemplo de la
cadena cuyas puntas –la libertad humana y la omnipotencia divina- hay que sujetar con firmeza, aunque
no puedan ser vistos los eslabones intermedios. Cfr. Traité du Libre Arbitre, ch. IV. Le rationalisme..., p.
280. Asimismo, opina Laporte que Descartes se ha plegado decididamente a la postura “tomista” sobre el
particular, entendiendo por tal a la bañeziana o a la oratoriana de Gibieuf, olvidando, de esta forma, la
equidistancia de Descartes con respecto a esta línea y a la molinista. Puede decirse que, por lo tanto,
Laporte no habría comprendido el fondo metafísico de las respuestas de Santo Tomás y Descartes.
38
Cfr.: “…todas las razones que prueban la existencia de Dios y que él es la causa primera e inmutable de
todos los efectos que no dependen del libre albedrío de los hombres, prueban, me parece, al mismo
tiempo, que es también causa de todos los que dependen de él… Dios es a tal punto causa universal de
todo que es, al mismo tiempo, su causa total; y así no puede suceder nada sin su voluntad.” Carta a
Elizabeth del 6 de octubre de 1645. AT, IV, pp. 314-315. OE, p. 440.
12
ha querido desde toda la eternidad”39. Sin tener en cuenta una visión de conjunto de la
Descartes. En esta carta –dedicada a la “línea del bien”- Descartes critica, sin dudas, al
molinismo en este aspecto. Inclusive, cita a los armiñanos, y afirma que inclusive ellos
más explícita aún su coincidencia –en este aspecto- con los bañezianos y su desacuerdo
con los molinistas. Refiriéndose, una vez más, al tema de la oración, Descartes concluye
que “...author examinans rei veritatem vidit se convenire cum Gomaristis, et non cum
grado más bajo de libertad” y, en cambio, “cuanto más me inclino a uno [de los
él, sea porque Dios dispone así el interior de mi pensamiento, tanto más libremente lo
molinista Petau.45 En ambas, sin embargo, expone ideas casi idénticas, lo que constituye
39
AT, IV, pp. 315-316. OE, p. 440.
40
AT, IV, p. 316. OE, p. 442.
41
AT, V, p. 166.
42
Cuarta Meditación. AT, IX, p. 46. OE, p. 257.
43
AT, III, pp. 378 ss. OE, p. 386 ss.
44
Es significativo que Marion se refiera a esta última como término final de un proceso rupturista
iniciado en 1641, cuando todos los elementos considerados decisivos por el autor ya se encontraban
explícitamente presentes en la primera de las cartas.
45
Descartes ya había nombrado al P. Petau en su primera carta a Mesland, del 2 de mayo de 1644.
13
pasiva” con respecto a lo bueno y a lo malo, que es el grado más bajo de libertad (y que
positiva” (que luego será llamada “de elección”). Esta última es descripta, en un primer
momento, como “la facultad de determinarnos a uno u otro de dos contrarios” y, según
(como capacidad de contrarios) con una segunda, que manifiesta más explícitamente la
esencia de la libertad. Esta sería, en última instancia, “la facilidad que tenemos para
obrar la que, a medidad que crece, aumenta también la libertad; y entonces hacer
libremente una cosa, o hacerla gustosamente o bien hacerla voluntariamente, no son más
que una misma cosa”.46 Nótese que, en la “línea del bien”, no hay oposición entre ser
causa segunda y obrar espontáneamente. En 1647 Descartes continúa afirmando que “la
infalibilidad de los decretos divinos... no [perturba] nuestro libre albedrío”, motivo por
el cual, el hombre, “uniéndose por entero y gustosamente a ... [Dios] lo ama con tanta
perfección que no desea nada más en el mundo sino que se cumpla la voluntad de
Dios”.47
46
AT, III, pp. 381-382. OE, p. 388. Cfr. Carta a Mesland del 9 de febrero de 1645.AT, IV, pp. 174-175.
OE, p. 429 y Cuarta Meditación Metafísica, AT, IX, p. 46, 67. OE, p. 257.
47
Carta a Chanut del 1º de febrero de 1647. AT, IV, pp. 608-609. OE, p. 458.
48
Cfr. Carta a Mesland del 2 de mayo de 1644. AT, IV, pp. 116-117. OE, pp. 424-425.
14
se sigue, sólo ad extra, una completa indiferencia, puesto que no preexiste ningún ente
finito que Dios deba conocer antes de obrar. Esta libertad sirve de modelo –análogo- a
la libertad humana, “pues el hombre, regulando exactamente –lo que para él es el grado
más alto de perfección (IV Meditación)- su actividad sobre lo verdadero y el bien que le
metafísica del acto humano malo, completamente compatible con la metafísica del acto
puesto que Dios no es causa directa ni indirecta de ella-, en el mal los hombres somos
49
LAPORTE J., Le rationalisme…, p. 285. Vid. Una interpretación de esta perspectiva en Del Noce, pp. 94-
96.
15
“podemos llegar a la extravagancia de desear ser dioses, y así, por un grandísimo error,
amar sólo la divinidad en vez de amar a Dios”51. Esta libertad, por lo tanto, “es lo más
noble que pueda haber en nosotros, tanto que nos hace semejantes a Dios y parece
eximirnos de estar sujetos a él”, motivo por el cual “su buen uso es el más grande de
nuestros bienes”.52
sobre la inteligencia en la cración, sino, más bien, su simultaneidad, motivo por el cual
actúe con máxima indiferencia, simultáneamente, sin embargo, actuará con máxima
necesidad”.54
el contexto histórico en el que fue formulada. En efecto, recuerda que si bien Descartes
trascendió “hacia atrás” la controversia, al mismo tiempo rodeó este núcelo filosófico
50
Carta a Mersenne del 27 de mayo de 1641, AT, p. 379; OE, p. 387; Carta a Mesland del 9 de mayo de
1645, AT, IV, p. 173, 20; OE, p. 428. Para Laporte sólo puede hallarse aquí la doctrina medieval sobre la
libertad. Cfr. Le rationalisme…, pp. 273-274. Del Noce opina que Descartes prefigura aquí, sin
desarrollar, “figuras de la filosofía moderna” como el “hombre rebelde”. Cfr. Cartesio…, p. 92.
51
Carta a Chanut del 1º de febrero de 1647. AT, IV, p. 608. OE, p. 458.
52
Carta a Cristina de Suecia. AT, V, pp. 84-85. OE, p. 473.
53
Cfr., por ejemplo, Cartas Mersenne del 15 de abril de 1630 (AT, I, pp. 135 ss.; OE, p. 353), del 6 de
mayo de 1630 (AT, I, pp. 149-150; OE, p. 355) y del 27 de mayo de 1630 (AT, I, pp. 151-153; OE, p.
356).
54
AT, V, p. 166.
16
tradicional con elementos propios de la tensión teórica de su época. Por este motivo,
antilibertina.57
desprende de esta problemática un primer elemento para entender la tesis de Del Noce
Constituyen, en general, una crítica desde la profundidad olvidada del tomismo que
mismo agustinismo. En efecto, una metafísica clásica acerca del mal y de la libertad
debe ser coronada por una Filosofía –y, en última instancia, un Teología- de la Historia.
“lo antiguo” y, de esta forma, una concepción histórica de la realidad. Por ello, puede
55
La expresión es de Del Noce. Vid. Cartesio…, pp. 581 ss.
56
Expresión de Laberthonière, para quien describe la esencia del cartesianismo. El autor la utiliza por
primera vez en “Le dualisme catésien”, Annales de philosophie chrétiènne, 1909, y desarrolla sus
supuestos en Études sur Descartes (Vrin, Paris 1935) y en Études de philosophie cartesiènne (Vrin, Paris
1938). Blondel había utilizado el mismo término en “Le christianisme de Descartes”, Revue de
Métaphysique et de Morale, 1896.
57
Lenoble destacó que el mecanicismo de orígenes de la ciencia moderna tenía como enemigo principal
al naturalismo renacentista, del cual se nutre el libertinismo erudito. Por este motivo, la Segunda
Escolástica coincide en la época con este mecanicismo. Vid. Mersenne ou la naissance du mécanisme.
Vrin, Paris 1943.
58
Tesis sostenida por Gouhier.
17
decirse que adopta un “molinismo de actitud”59, más que teórico, que se vería reflejado
los aportes de los autores de los siglos siguientes e, inclusive, para encarar una
59
F. Alquié destacó esta relación de Descartes con el molinismo en La découverte metaphysique de
l’homme chez Descartes. PUF, Paris 1996.