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capiruLo 5 LA ENCUESTA POR MUESTREO TA ENCUESTA POR MUESTREO EN LA INVESTIGACION SOCIAL 146 LAESTANDARIZACION O INVARIACION DEL ESTIMULO 150 5.2.1. Criterio objetivista y criterio constructivist 150 5.2.2. Enfoque uniformista y enfoque individualista 151 5.2.2. El objetivo del minimo comin denominador 182 FIABILIDAD DEL COMPORTAMIENTO VERBAL 163 FONDO Y FORMA DE LAS PREGUNTAS 156 5.4.4. Propiedades sociodemograticas, actitudes yy comportamientos 157 5.4.2, Preguntas abiertas y preguntas cerradas 188 FORMULACION DE LAS PREGUNTAS- 162 BATERIA DE PREGUNTAS 175 MODALIDADES DE RECOPILACION DE DATOS 178 6.7.4. Enlrevistas cara a cara 179 5.7.2. Entrevistas telefonicas 181 5.7.3, Guestionarios autocumplimentados 183 5.7.4. Entrevistas informatizadas 187 FASES PREVIAS ALA RECOPILACION DE DATOS 188 ANALISIS SECUNDARIO Y ENCUESTAS SUCESIVAS 191 5.9.1. Analisis secundario 191 5.9.2, Encuestas sucesivas (diacrénicas) 194 BASES DE DATOS EN ESPANA Y OTROS PAISES 196 6.10.1. Estudios transversales repetidos 197 5.10.2, Estudios longitudinales 201 NUEVAS TENDENCIAS Y NUEVOS RIESGOS 202 SINTESIS DEL CAPITULO 5 204 LECTURAS COMPLEMENTARIAS: 206 145, 146 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL En este capitulo presentaremos Ia encuesta por muestreo, la técnica de investigacién social cuantitativa mas difundida, con sus aspectos teéricos y de aplicacién. En primer lugar, discutiremos los problemas de fondo que plantea el hecho de arecopi- lar informacién mediante preguntas». Seguidamente abordaremos los problemas pricticos que surgen en el desarrollo de una investigacién con esta técnica, desde la formulacién del cuestionario hasta su aplicacién y la recopilacién de datos. Tam- bign presentaremos de manera resumnida, un catélogo de las principales bases de datos y archivos existentes en Espafa, la Unién Europea y EEUU 5.1. LA ENCUESTA POR MUESTREO. EN LA INVESTIGACION SOCIAL En la vida cotidiana, cuando queremos conocer un determinado fensémeno social, ya sea individual (por ejemplo, la relacién del paciente con el médico) o colective (por ejemplo, el comportamiento de la multitud en un estadio), disponemos de dos formas basieas de recopilarinformacién: observar y preguntar. Sila observacidn es Ja via mas directa ¢ inmediata para estudiar los comportamientos manifiestos, la interrogacién es la via obligada para explorar motivaciones, actitudes, creencias, sentimientos, percepciones y expectativas. La estrategia de recopilar informacién preguntando directamente a los sujetos implicados en los fenémenos sociales estudiados abarca situaciones muy diversas, desde Ia encuesta periodistica hasta el estudio de mercado, el sondeo electoral, e1 censo, etc. Conviene por tanto definir ese instrumento de investigacién especifico que hemos llamado «encuesta por muestreo». Una eneuesta por muestreo es un modo de obtener informacién: a) preguntando, ) a los individuos que son objeto de la investigacién, c) que forman parte de una muestra representativa, d) mediante un procedimiento estandarizado de cuestiona- rio, e)con el fin de estudiar las relaciones existentes entre las variables. A comtinta- cién, vamos a analizar los cinco elementos que componen esta definicién. En pri- ‘mer lugar, la encuesta por muestreo conlleva la formulacién de preguntas, que suelen set orales (el encuesiado las responde de forma oral), aunque a veces se presentan por escrito, Pueden ser encuestas cara a cara, entrevistas telefénicas o cumplimenta- ci6n de fichas informativas: todas estas opciones tienen el denominador comiin de las preguntas. Estas preguntas se plantean directamente a los individuos que son objeto de la investigacién, En una investigacién sobre la condiciGn social de los presos, los entrevistados seran los propios presos; en una investigacién sobre la aficién al fitbol, los entrevistados seriin los propios aficionados, etc. Desde este punto de vista el planteamiento de la encuesta por muestreo difiere de la investigacién con entrevistas a los denominados wobservadores privilegiados». Por ejemplo, Ia in- vestigacién sobre las carceles podria realizarse entrevistando, no a los reclusos, sino a personas que, por su trabajo, tienen un conocimiento profundo del proble- ma: directores de carceles, jueces de vigilancia, asistentes sociales y psicdlogos. 5 del mismo entrevistand hemos dent preguntas c caracteris ‘Combinand se obtie evestigacién d problemas 3. desde la datos. Tam- bases de fiestos, la ccreencias, Jos sujetos diversas, ‘que suelen presentan pesos, los aficién al punto de jgacién con splo, Ia in- reclusos, del proble- ‘psicdlogos, LA ENCUESTA POR MUESTREO 147 ete ; det mismo modo, una investigacién sabre la aficién al fitbol podria realizar ses Mrevistando a periodistas, miembros de grupos ultra, ete. Pero ya no seria lo {que hemos denominado «encuesta por muestreo>. Dado que normalmente la poblacién objeto del estudio esta formada por yn onjunto muy numeroso de sujetos, Ia imposibilidad de preguntarles a todos pos Goliga a elegit una muestra sobre la que recopilar Ia informacion. En la definition eenetor hemos dicho que esta muestra es «representative», y eso significa que debe faproducir, a escala redicida, las caraceristicas dela poblacién objeto det estudi pars poder generafizar fos resultados obtenidos en la muestra ala poblacin total voor Ie tanto, los sujetos de la muestra se deben elegir siguiendo reglas muy precisas, por blceidas por la estadistica (hablaremos de ello en el capitulo 8), el tamatio de fi muestra debe ser considerable, por ello no ineluimos en esta categoria los estu~ dios exploratorios realizados sobre niimeros limitados de sujetos. ‘Hemos dicho que el procedimiento para preguntar a fos sujetos de It muestra debe estar estandarizado, Eso significa que a todos los sujetos se les plantean las frismas preguntas ormuladas de idéntico modo. La estandarizacién del estimulo es ans caracteristica fundamental de la encuesta por muestreo, que permite comparar Jus respuestasy analizalas con tcnicas estaistieas, Si en a investigacion sobre ana muestra de j6venes preguntamos a una parte de ellos qué sentimientos les inspi- rie himno nacional, ¥ 2 otros qué sentimientos les inspira la bandera, no podemos weer a las diferencias en sus respuestas se deben a diferencias reales entre los sanetvatados con respecto al sentido de identidad nacional, o si se deben al hecho Ge que los estimulos recibidos son distinios. Del mismo modo, si preguntamos & Slgunos individuos sobre sus précticas religiosas y a olfos no, nunca pedrenos sae iar sobre la totalidad de la muestra la posible existencia de una relacién entre por ejemplo, pricticas religiosas y orientacién politica Le entrevista aun individuo consta de dos elementos: la pregunta y la respues- ta. Ambas se pueden expresar de forma estandarizada o de forma libre. Imagine- roe una entrevista en la que a todos los sujetos se les plantea Ia misma preguna, sr sdéntica formulacién, por ejemplo: «cle interesa a usted la politiea?», y éstos Solo pueden responder eligiendo una de las cuatro opciones preestablecidas, poe jemplo, mucho, bastante, poco o nada. En este caso, tanto la pregunta come a aaamestaestin estandarizadas. Otra posibilidad es plantear una pregunta estanda, Ffonda que el entrevistado puede responder Hibremente (por ejemplo, a respursts 2 ja pregunta anterior podria ser: «Depende, me interesa en campafia esto"! POT: ee todos hablan de ella y también tengo que decidir qué votar pero fuera de ests are Genes no me interesa en absoluton). La tercera posibilidad es que Ia pregunta fampoco esté estandarizada, por ejemplo, cuando el entrevistador sabe ue, al caro Ia entrevista, debe hablar del interés por la politica, pero puede formmular tas preguntas como considere mis oportuno, segin el curso dela propia entrevista y las earacteristicas del encuestado. ‘Cambinando entre s las caracteristicas estandarizadas/libres de pregunta y ros- puesta, se ebtiene In tipologia dela figura 5.1, que da lugar a tres instrumentos de Tnvestigaeién distintos (el cuarto, en efecto, no existe): 148 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL GUNTAS Resumen 5.1, LA MATRIZ DE DATOS aaa Para poder analizar Ia evidencia empiriea con técnicas estadisticas es necesa- tio que tanto tas preguntas como las respuestas estén estandarizadas, es decir, con un esquema de clasificacién comtin a todos los sujetos. Eso significa que después de la recopilacién de datos, obtendremos la denominada matriz- de-datos, que es la base de todos los cleulos estadisticos posteriores. Una ‘vez que hemos registrado Ia misma informacién sobre todos los casos estu- i diados, podemos organizar esta informacién en una matriz rectangular de BD tnvestigncion nimeros, la denominada matriz de «observaciones por variables» (0 ¥). En esta mattiz, las observaciones se sitian en las filas, y las variables se sitdan cn las columnas, y en cada celda, que es el punto de interseecién entre ra 5.1. Instrum una fila y una columna, tendremos un dato, es decir, el valor que adopta una variable determinada para una observacién concreta. Por ejemplo, una ma- 4 triz de 200 (filas) x 50 (columnas) representaria 200 observaciones (ponga- ‘propios sujeto ‘mos que sean individuos) sobre las que se han registrado 50 variables (las fo a los lectores mismas para todas las observaciones). En este ejemplo, cada fila de la matriz. representa un individuo y cada columna de la matriz representa una variable. estandarizadas protestantes). — El enestionario, cuando tanto la pregunta como la respuesta estan estanda~ ‘ia personalida rizadas. — La entrevista estructurada, cuando slo a pregunta esté estandarizada, mien- tras que la respuesta es libre. — La entrevista libre, cuando ni la pregunta ni la respuesta estén estanda ¥ XX, sobre (0 zadas. liciones de En el primer caso, el entrevistador dispone de un texto escrito que reproduce 12 formulacién exacta de las preguntas y, para cada una de ellas, la lista de posibles respuestas y su correspondiente codificacisn; en el segundo dispone de los textos de las preguntas, y debe atenerse a la formulacién y al orden de los mismos; en el tercero sélo dispone de una guia para la entrevista, una lista de puntos y de temas que debe tratar, on un orden determinado y segiin la formulacién que decide e propio entrevistador. Lo que cambia, por lo tanto, en las tres situaciones descritas, es el grado de libertad con el que se desarrolla la entrevista En este capitulo trataremos s6lo el primer tipo, el cuestionario. Las entrevistas estructuradas y libres se estudiardn mas adelante (en el capitulo 10), en la parte del libro dedicada a la investigacién cualitativa ‘La encuesta por muestreo tiene una larga historia en la investigacién social Marx y Weber ya aplicaron la idea de obtener informacién pidiéndola directamente ‘conocer lad ‘concreta, no smuestra selec Jos obtenios exacios, dade ‘a investigacid So pata el extrao® LAENCUESTA POR MUESTREO 149 PREGUNTAS RESPUESTAS: Libres Patandariradas Guestionario| (Encuesta por muestco) Libres I tnvestigaciin cuantitativa BD tnvestigacion cusiativa fa 5.1. Instrumentos de investigacién mediante preguntas. propios sujetos estudiados. En 1880 Marx envi 25.000 copias de un cuestio~ fo a los lectores de la Révue socialiste, con preguntas abicrtas sobre sus condi- nes de vida (sin embargo, recibié tan pocas respuestas que ni siquiera Tlegé a izar los datos [efr. Bottomore y Rubel, 1956) "Weber también recurrié varias veces a los cuestionarios entre 1880 y 1910 para tudiar problemas sociales, como las condiciones de trabajo en los campos de Pru- foriental (con cuestionarios enviados por correo a propietarios agricolas y a pas- s protestantes), y los efectos de trabajar en la industria pesada sobre la estructu- ide la personalidad y la forma de vida de los obreros (con cuestionarios planteados toa observadores privilegiados como a una muestra de obreros [eft. Lazarsfeld y herschall, 1965]). Podemos citar también las encuestas que se realizaron sobre el putso de los movimientos de reforma social que tuvieron lugar entre los siglos my Xx, sobre todo en Inglaterra, con el objetivo de recopilar informacién sobre fs condiciones de vida de los pobres, los obreros y los marginados. Estos primeros idios partian de la premisa de que hasta que no se midiera la naturaleza y el ance de estos problemas, poco podia hacerse para solucionarlos. Pero el verdadero salto cualitativo en el mbito de las técnicas de encucsta se odujo con la consolidacién del concepto de representatividad y a introduccién de jprocedimientos de muestreo, Es decir, cuando se afianzé el principio de que 4 conocer la distribucién de un nimero determinado de variables en una pobla- ‘an eonerela, no era necesario estudiar a toda la poblacién, sino que un estudio de ‘muestra seleecionada convenientemente podia producir resultados igual de exactos late los obtenidos por un estudio realizado sobre el total de la poblacién (0 incluso nis exactos, dado que los recursos no utilizados gracias a la reduecién del aleance de la investigaci6n podian emplearse para mejorar Ja calidad de la misma). Bste principio, sistematizado teéricamente en los textos del estadistico polaco Jerzy Ne- man hacia mediados de los aos treina, se consolidé ripidamente y allané el cami- ho para el extraordinario éxito que tendria Ia téenieca de la encuesta por muestreo. 150 METODOLOGIA ¥ TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL 5.2, LA ESTANDARIZACION O INVARIACION DEL ESTIMULO Los problemas fundamentales a los que se enfrenta el investigador que ha decidiéo utilizar la encuesta por muestrco guardan relaciGn con las diferencias de base (onto ogicas, epistemol6gicas y metodoligicas) existentes entre los dos paradigmas bisicos de la investigacién social: el planteamiento de la tradieién positivista (con sus varian- tes neopostivista y postpositivista), y el planteamiento que hemos denominado inte-~ Pretativo. A continuacién comentaremos dos dilemas relacionados con estos dos planteamientos diferentes. 5.2.1. Criterio objetivista y criterio constructivista El primer dilema enfrenta a quienes consideran que la realidad social existe fuera del investigador y éste puede conocerla de manera plena y objetiva, y quienes con- sideran que el propio acto de conocer la realidad conlieva una aiteracién de ls ‘misma, Esta alteracién hace que la realidad s6lo pueda ser la generada por el proce- 80 interactive que se establece entre el sujeto que estudia y el sujeto estudiado ‘Tenemos, pues, por una parte, la posicién que podriamos definir como objetiviste (cl dato social se puede registrar objetivamente, con un procedimiiento no muy distinto al de la «observacién» en las ciencias naturales), y, por otra, Ia posicidn que podriamos definir como constructivista, para la cual el dato social no es observado. recogido o registrado, sino «construidoy o «generado» por la interaccién entre sujeto que estudia y el sujeto estudiado. Si trasladamos este dilema al terreno de la encuesta por muestreo, nos encontr>- ‘mos con la cuestién de la relacién entre el entrevistado y el entrevistador, contrapo- niendo la investigacién aséptica e impersonal con la interaccién empética entre el investigador y el sujeto. Segin el eriterio objetivista, la relacién entre el investiga- dor y el sujeto debe ser impersonal. El entrevistador debe procurar ante todo no alterar el estado del sujeto estudiado. La interaccién con este sujeto, que results innegable incluso para los defensores de la posicién objetivista, se considera un hecho negativo, un mal necesario, que conviene limitar lo més posible, Por ello se han elaborado eédigos de conducta a los que debe atenerse el entrevistador, orienta- dos garantizar la neutralidad y uniformidad de la relacién, En una edicidn antigua del Interviewer's Manual, del instituto de encuestas mas conocido de Estados Uni- dos, que durante décadas ha hecho las veces de escuela en este campo, se puede leer Procure que nada en sus palabras 0 en su comportamiento denote critica, sorpress, aprobacién o desaprobacién [...}, emplee un tono de voz normal, una forma de escuchar atenta, una actitud que no revele juicio alguno (J. Si el encuestado le pide explicaciones sobre una palabra o sobre una frase, evite ayudarle y remita la responsabilidad de la definicién al propio entrevistado [..J. Si por ejemplo, le Pregunta {...] qué quiere decir con «discriminacién», responda wexactamente lo ue significa para usted» [..], y si insiste diciendo «no entiendon, pase a la si- guiente pregunta, Usr 1976, 11-13) no significa, es de inve deba ser fri égico y obvi iciones de es un mito Sélo esté en jiones, punto en que se asi mismo, irritado, cont to, de observ raccién. El sino que parti Ja importan del sujto in ibilidad de se establecer i que existe individuale “es respuestas prec ‘sodemos leer lo sig LUA ENCUESTA POR MUESTREO 151 Eso no significa, semin los defensores de este planteamiento, expresado en alu ‘nos manuales de investigacién clisicos de los aiios cineuenta y sesenta, que el entre~ Tistador deba ser frio y distante. Al contrario: «debe hacer entender al encuestado ue lo esta haciendo biem» [ibidem, 13]; debe «mostrar un interés vivo y empiticn por los problemas dela persona con la que habla 1, debe acerearse al entrevistadlo ¥ mostrarle confianza» [Goode y Hatt, 1952, 190]. Pero al mismo tiempo no debe Arcederse en su familiaridad. Segin Hyman: «Es preferible un cierto grado de formalidad burocratica, de distancia social, Cuando Ia relacién supera un cierto Timite, se hace demasiado intima y el entrevistado puede estar tentado de cumplir Jas expectativas del entrevistador ..J, sobre todo en el easo de que conozca poco cl tema en cuestién [.-] yo tenga una opinién personal propia» [Hyman, 1954, 48} Es logico y obvio que estas prescripciones a favor de lo que podriamos llamar cconversaciones de ascensor» hayan suscitado no pocas criticas. La asepsia de la fclacién es un mito earente de fundamento. En lo que concieme al entrevistador, iste uno slo esta en el mundo, sino que forma parte del mundo», tiene reacciones, percepeiones, puntos de vista y esquemas mentales propios que, para bien o para eal compre lo condicionarn y haran imposible el papel de «registrador» neutral En cuante al entrevistado, existe una reactividad en el sujeto estudiado, que desde el momento en que se convierte en objeto de investigacién sufre una alteracién, ya no ts igual asi mismo, se siente sometido a examen, quiere quedar bien, esté emocio- cade oirvitado, contrariado 0 satisfecho, etc. La relacién cognitiva ya no puede ser, por tanto, de observacién-investigacion, sino que se convierteinevitablements en Ppa interaceién. El entrevistador no se Timita a registrar la respuesta de su interlo- tcutor, sino que participa directamente en la produceién de la misma, 5.22. Enfoque uniformista y enfoque individualist FI segundo dilema enfrenta a las posiciones que podriamos Tamar wniformista ¢ individualista. El punto de vista uniformista considera que existen, sino leyes como fas que gobiernan el mundo fisico, al menos ciertas uniformidades empirieas, cies” tas regularidades en los fendmenos sociales y en los comportamientos hummanos, due permitenclasficaros y estandarizarlos. La perspectiva individualista, por su pane, pe claca la importancia de las diferencias entre individuos. la irreduetibilidad funda nental det sujeto humano a cualquier forma de generalizacién y estandarizacion, y {s posibilidad de ser comprendido pot! investigador solo en a medida en que éste consign establecer una relacién empética con aquel. En resumen, la primera postura Sbstiene que existenciertasregularidades que permiten estandarizar los actos de los Sujetos individuales, mientras que la segunda considera que eada caso, cada acto social, es un acontecimiento tinico. Este problema nos conduce al tema de la estandarizactén del insirumento de investigactin. El euestionari limita al entrevistador, que debe plantear las mismas preguntas formuladas de manera idéntica a todos los sujetos,y euando planta res- puestas cerradas también limita al entrevislado, que esti abligado a escoger entre Jas respuestas preestablecidas. En el manual del entrevistador antes eitado tambicn podemos leer lo siguiente: «No modifique la formulacién de las preguntas. Evite no 152 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL sélo los cambios deliberados, sino también los involuntarios que pasan inadvertides [1]. Podria suceder que en un esfuerzo por hacer mas fluida la conversacién aiiads alguna palabra [...]. Varios experimentos han mostrado que incluso la mas liger= modificacién en las palabras puede influir en la respuesta» [Isr, 1976, 11]. Segtin los eriticos de este enfoque, el cuestionario 0 esquema estandarizado de investigacién, tiene dos inconvenientes graves. En primer lugar, cl cuestionario es el mismo para todos los sujetos y se aplica a todos cllos del mismo modo, como =: todos los destinatarios tuvieran la misma sensibilidad, rapidez y madurez; ignor= Ja diversidad de los individuos en la sociedad. En segundo lugar, el euestionarie obliga al sujeto a situarse en un nivel determinado, con lo cual el sujeto no puede informar sobre la realidad en la que vive fuera de ese nivel impuesto por el cues tionario. En otras palabras, el cuestionario uniforma a los individuos, los sitiia =f nivel del hombre medio. Ademas, como ha escrito Galtung, la encuesta por mues- treo excluye a los grupos sociales periféricos: «los analfabetos, los ancianos, los aislados, los indigentes, los vagabundos, quienes se encuentran fuera de la geogr=~ fia del pais» [Galtung, 1967, 154]. Estos grupos quedan excluidos porque no apa- recen en las listas del censo, o porque no consienten ser entrevistados, o porque no entienden las preguntas o no se identifican con las opciones de respuesta previstas por el investigador para el ciudadano medio. 5.2.3, El objetivo del minimo comin denominador El objetivo fundamental de la postura objetivista-uniformista es evidente. Las solu- ciones que se dan al primer dilema (despersonalizar [a relacién entrevistado-entre~ vistador) y al segundo (estandarizar las preguntas y las respuestas), llevan al mismo punto: la neutralidad del instrumento de investigacion (del que también forma parte al entevistador), es decir, uilizando un lenguaje conductista, la invariacién det cestimulo, Bsto se hace para asegurar que las respuestas son comparables entre si Las respuestas se consideran comparables porque todos los encuestados han contes- tado a las mismas preguntas y han sido entrevistados en situaciones practicamente idénticas. Pero, ila invariaeién formal del estimulo, suponiendo que se pueda conseguir debe implicar igualdad de condiciones de todos los entrevistados en relacién con ls pregunta planteada? Los autores de uno de los manuales de metodologia mas difun- didos en los aos setenta en Estados Unidos escriben lo siguiente: «Nos permite la naturaleza impersonal del cuestionario afirmar que existe uniformidad en la medi cidn entre un caso y otro? Desde el punto de vista psicol6gico esta uniformidad puede ser més aparente que real; la misma pregunta estindar puede tener distintos significados para las distintas personas: para unos puede ser conocida, para otros totalmente incomprensible [Selltiz, Wrightsman y Cook, 1976, 295]. En pocas palabras, ,quién nos garantiza que la unijormidad de fos estimulos se corresponds conuna uniformidad de tos signifieados? En este punto se plantea la cuestién del significado que una misma pregunta, © una misma palabra, puede tener para los distintos individuos. Este problema ha sido ampliamente estudiado en psicologia cognitiva. La pregunta planteada por el entre- fen un terreno qu rafia del entrevist do de una misma olla la entrevi percibide. individuo tie ey lo interpreta ita estandariz on respuesta cer ration no podemos que ha decidid de la oposicién in social, y se ala estandar fa individwalida palabras, el cturada (0 entre tanto, en cl por muestreo a una decisi de la brisqu n Jos individuo imitado en rela ortamiento hus eros grandes, © FIABILID ‘una segunda concieme a los viabilidad em técnica. Dicha jiento verbs ‘Muchos cient ccomprender plena enntando a las pen inadvertidos ‘ion afiada Ja mas ligera 7; ignora, ‘cuestionario no puede por el cues- fos sitdia al por mues- icianos, los la geogra- jue no apa~ 0 porque no previstas Las solu- LA ENCUESTA POR MUESTREO 153 vistador no cae en un terreno aséptico, neutral y comtin a todos los encuestados, sino en un terreno que varia entre los distintos sujetos, en el que se funden la biografia del entrevistado, su cultura y sus experiencias anteriores; ademas, el sig- nificado de una misma expresién est muy influido por las eireunstaneias en las que se desarrolla la entrevista, asi como por la forma en que el entrevistador se presenta yes percibido. Cada individuo tiene un sistema de referencia propio y al recibir un estimulo Jo lee y lo interpreta a la luz de sus experiencias anteriores. El lenguaje comin de Ja pregunta estandarizada no garantiza que tenga el mismo significado para todos los entrevistados. Como escribe Cicourel [1964, 108], «las preguntas estandariza- das con respuesta cerrada oftecen una solucién para el problema del significado: ‘ignorarlo».. {Cémo podemos resolver esta situacién? El dilema al que se enfrenta el inve sdor que ha decidido conocer la realidad social preguntando a sus protagonistas, ‘surge de la oposicién entre los dos paradigmas fundamentales que inspiran la inves- figacién social, y se traduce en la eleccidn entre una técnica de interrogacién que ‘maximiza la estandarizacién y la busqueda de uniformidad, yuna técnica que maxi- ‘miza la individualidad del sujeto estudiado y su relacién con el sujeto que estudia, En ottas palabras, el investigador debe escoger entre cuestionario y entrevista no estructurada (o entrevista en profundidad), Por tanto, en el momento en que el investigador elige el euestionario y ta en- ccuesta por muestreo como instrumentos para recopilar informacién sobre los suje- tos, toma una decisién importante: da prioridad a la basqueda de uniformidad por ‘encima de la buisqueda de individualidad, a 1a busqueda de aquello que tienen en ‘eomiin los individuos por encima de aquello que los diferencia. Con esta elecci6n, el investigador decide limitarse a estudiar ese minimo comin denominador en el comportamiento que se puede uniformar, clasificar y comparar, a pesar de la indivi- dualidad de los sujetos, y que se puede registrar, a pesar de la variabilidad de las dindmicas entrevistado-entrevistador. El minimo comin denominador puede pare~ ‘cr limitado en relacién con el objetivo de alcanzar la mé:xima comprensién del ‘comportamiento humano. Sin duda lo es, y constituye una de las limitaciones de la investigacién cuantitativa, que, sin embargo, opta conscientemente por trabajar con iniimeros grandes, en lugar de profundizar trabajando con nimeros pequetios. 5.3. FIABILIDAD DEL COMPORTAMIENTO VERBAL Existe una segunda objecién de fondo, que es menos radical que la anterior porque no conciemne a los fundamentos epistemoldgicos de la encuesta por muestreo, sino 4 su viabilidad empirica, pero que llevada al extremo cuestiona la razén de ser de esta técnica. Dicha objecion puede expresarse con la siguiente pregunta: «El com- portamiento verbal es una fuente fiable para el estudio de la realidad social». ‘Muchos cientificos sociales han expresado su pesimismo sobre la posibilidad de comprender plenamente la realidad social a partir de las respuestas obtenidas pre- guntando a las personas. Hace tiempo que los antropélogos abandonaron la idea dé 154 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL ue las respuestas a las preguntas constituyen evidencia estable en el estudio de! comportamiento humano, después de aprender que lo que las personas afirman gue han hecho o hard no se corresponde con su comportamiento real. Analizaremos el problema de la fiabilidad del comportamiento verbal dese dos puntos de vista. El primero tiene que ver con el principio de que las respuestax sean socialmente deseables. El segundo concieme a la falia de opiniones (0 lax pseudo-opiniones). Respuestas socialmente deseables, En cada cultura, la sociedad atribuye une valoracién conereta a una actitud o conducta individual determinada, Existen cicr- tos atributos o comportamientos individuales que son juzgados negativamente por las normas colectivas de una sociedad determinada (por ejemplo, la pobreza, et aleoholismo o la drogadiccién, las relaciones sexuales extramatrimoniales, ete)» ctros que, en cambio, son valorados positivamente (por ejemplo, la honestidad. ie laboriosidad, la religiosidad, etc). Si una actitud (0 una condueta) tiene una eonno- tacién positiva o negativa fuerte en una cultura determinada, cualquier prepun's sobre la misma puede dar lugar a respuestas muy distorsionadas, ya que el encues- ‘ado puede ser reacio a revelar opiniones o conductas que considera inconfesables » estar tentado de dar Ia mejor imagen posible de si mismo, aunque sea poco veraz. La literatura sociolégica oftece numerosos ejemplos de preguntas afectadas de Aistorsin sistematica segin si las respuestas son mas o menos deseables socialmen- te. Sudman y Bradburn citan cuatro casos en los que el investigador podia controlar el comportamiento real gracias a Ja existencia de datos oficiales registrados. Los ‘comportamientos considerados fueron los siguientes: haber votado en las elecci=- nes, it habitualmente a la biblioteca (tener un carné de usuario), haber sido conde nado por un delito de quiebra fraudulenta, y haber sido multado por conducir ex estado de embriaguez | Para los dos primeros comportamientos, socialmente deseables, en las entrevie- {as se obtuvo un porcentaje de respuestas positivas superior a los datos reales, ro= Pectivamente de 40 y 20 puntos porcentuales més. Para los otros dos comporis- Iientos, socialmente reprobables, el resultado fue el contrario: entre un tereio y fe Imitad de las personas condenadas por quiebra fraudulenta o multadas por eondisc= ‘en estado de embriaguez no declaré la verdad en las entrevistas. En Talia tambic= se realizé un experimento similar a éste, encuestando a personas que segtin las lista= clectorales no habian ido a votar en las iitimas elecciones: el 55 por 100 de elios declaré que habia votado, Conviene subrayar que el porcentaje mas elevado de respuestas falsas correspondié a individuos con estudios superiores, es decir, aque- Hos que eran mas conscientes de que su conducta era reprobable le. en Pitrone 1984, 127]. " Los controles del comportamiento real se hacian a prior (se entrevistaba a personas de lists dicioles de condenados por quicbra fraudulent oa las que se haban impuesto malas por conducts éenestado de embriaguer, sin que supieran que el investigador conocia sus anevedentes en cussion, ©.a posteriori (después de la entrevista se contolaba en ls lists clectorafes si las personas realmente habian ido votar,o si estaban reistradas en la biblioteca indieada por clos), ta de opinion a8 a los sui ‘raducir como plantear pre en la econo jor aumentar! reducir am es decir, una: jo o no cone je ser que algunos de es 1a dindms Jhechos suze ntas: las) escogem aunque no cualquie 9's son num: En la pregunta sere de optiones pra LAENCUESTA POR MUESTREO 155 Falta de opiniones. Un segundo problema del estudio de las actitudes mediante sauntas a los sujetos es lo que en inglés se denomina non-attitudes y que podia~ 3s traducir como falta de opiniones. En las encuestas de investigacién social se Jen plantear preguntas sobre temas complejos: sies mejor que el gobicrno inter- snga en la economia del pais 0 si es preferible un liberalismo econémico total; si ‘mejor aumentar los impuestos para ofrecer mejores servicios sociales 0 si convie- ‘mis reducir ambos, etc. Estas preguntas se suelen presentar en forma de «bate- es decir, una serie de afirmaciones para que el encuestado indique si esti de jerdo 0 no con cada una de ellas. Puede ser que un cierto niimero de entrevistados no haya reflexionado nunca re algunos de estos temas y que, por tanto, no tenga tna opinién al respecto. Sin 1r20, la dinimica de Ia entrevista conlleva una especie de presién por responder, la cual muchos entrevistados eligen al azar'una de las respuestas posibles, debido én a la formulacién de la «pregunta cerraday *. En el mejor de los casos puede ir que 1a opinién nazea en el momento mismo en que se plantea la pregunta (lo ie hace que la respuesta sea sumamente volatil). “Aunque este problema se conoce desde hace tiempo, los investigadores sociales -zaron a prestarle atencion a raiz de un eélebre ensayo de Philip Converse iblicado en 1970, Al estudiar los resultados de una encuesta longitudinal realiza~ entrevistando a las mismas personas en varios momentos distintos, Converse advirtié ciertos hechos inexplicables (como la baja correlacién entre las respuestas adas a la misma pregunta por los mismos individuos en dos encuestas sucesivas). Estos hechos sugerian que los entrevistados podian clasificarse en dos categorias ‘muy distintas: las personas con respuestas estables y las que responden al azar. ‘Los primeros son individuos perfectamente coherentes en sus tespuestas, que no ‘arian con el paso del tiempo; los segundos son individuos «sin una opinién real sobre e| fema en cucstidn, pero que por alguna razén se sienten obligados a respon- dep» y lo hacen al azar. «Al margen de nuestras intenciones, el cuestionario se percibe como un test de inteligencia, en el que las respuestas «No sé» 0 «No sé qué respuesta escoger» se consideran una confesién de incapacidad mental» [Converse, 1970, 175, 177]. De ahi que elijan al azar entre las distintas opciones de respuesta disponibles. Converse acuié el término non-artitude para indicar esta falta de opi- niGn. E] problema planteado por Converse ha sido estudiado empiricamente de otra manera, que consiste en plantear a una muestra de entrevistados una serie de pregun- tas sobre hechos inexistentes, con el objetivo.de distinguir a los individuos que res- ponden aunque no tengan una opinién al respecto (seria el caso de quienes dan una respuesta cualquiera en lugar de contestar «no sé»). Los ejemplos de este tipo de ‘estudios son numerosos, pero aqui citamos s6lo dos experimentos de Schuman y Presser [1981, 148 5q., en los que se preaunts a los entrevistados si estaban a favor en contra de dos medidas gubernamentales ficticias, una relacionada eon Ia agri- » En la pregunta cerrada el nevestadoescoge la respuesta que mejor refleja su opin, entre una serie de opciones propuestas por el entrevistador (ver también el apartado $3.2), 156 METODOLOGIA Y TEONICAS DE INVESTIGACION SOCIAL cultura, y otra concerniente al control monetario, También citamos una serie de experimentos similares de Bishop, Tuchfarber y Oldendick (1986), que formularom Ja pregunta sobre Ieyes inventadas de varios modos, incluyendo explicitamente en algunas formulaciones la opcién de «no sé» entre las respuestas. En todos los experi~ ‘mentos, aproximadamente un tercio de las respuestas fueron «estoy a favor» © ‘estoy en contra» de la medida gubernamental inexistente, mientras que slo dos tercios de las respuestas fueron «no sé», que en este caso era la nica opcién corres- ta. Esta evidencia pone en tela de juicio la fiabilidad de Ia técnica. Llegados a este punto cabe plantearse otra cuestién, relacionada con la anterior: la pregunta estandarizada registra una opinién, pero no su intensidad ni su nivel de convencimiento. Una pregunta normal de cuestionario, en la que se plantea uns afirmacién a los entrevistados y se les pide que digan si estin de acuerdo 0 no com ella, produce un cierto nimero de respuestas positivas y negativas de los encuesta- dos. Pues bien, el investigador no puede distinguir cuales de esas tespuestas estan basadas en opiniones profundamente arraigadas y s6lidas y eudles son simplemente opiniones superficiales, que podrian haber nacido en el mismo momento de plan tearse la pregunta. El socidlogo esta obligado a dar la misma importancia a las ‘opiniones pasajeras o impresiones superficiales que pueden cambiar de un dia pars otro, y las opiniones consolidadas y enraizadas en la biografia del entrevistado, Bs evidente que existe una clara diferencia entre una opinién, por ejemplo, con tratia al aborto, expresada de manera objetiva y desde una perspectiva puramente intelectual, y una opinién afectada por una implicacién emocional que conlleve le formulacién de manifestaciones antiabortistas. De manera similar las repercusiones ‘conductuales de una misma opinién serdn muy diferentes sein el grado de implica ‘ején emocional del individuo con respecto a esa opinién, La técnica del cuestionario no permite distinguir las opiniones fuertes y estables de las débiles y volubles. Cuando decimos que el 25 % ha declarado que votari aus determinado candidato, no sabemos en qué medida esta orientacién es solida y fie- ble y en qué medida podré cambiar con la primera aparicién televisiva del eandida- to seleccionado o de su contrincante. Desde este punto de vista podemos compartir Ia opinion de la periodista italiana Barbara Spinelli cuando afirma que «los sondeos [=] son esclavos de los sentimientos, de los humores momenténeos en vias de des ‘composicidn, de la sombra que roza repentinamente la frente cuando pasa tna nubes [La Stampa, 1 de agosto 1994] 5.4. FONDO Y FORMA DE LAS PREGUNTAS Después de esta reflexién general sobre los problemas de la recogida de datos me- dliante preguntas directas a los individuos que son objeto de la investigacién, entra~ mos ahora de lleno en los instrumentos empleados para tal fin, En este apartado trataremos el contenido de las preguntas y la distincién entre preguntas abiertas y preguntas cerradas. Podria pensarse que un cuestionario es una secuencia banal y simple de pregunt ¥y que su redaccién es una operacién trivial, Sin embargo, la formulacién de us jonario es una fa a. Se trata ademas! roglas precisa jencia de estudi En general, paral investigador; 6) co yy) claridad de I jencia el primer dos anteriorment Como recuerdan ocidos sobre la fo osno es plagio. a tifico, ya que per 1 tiempo. .1. Propiedi y compe ezamos con elt ersas clasificacion ‘a tres blog as permane ) y las connota en Ia edad jun caracteristicas qu duo en un peri sign geogritica puntas se planteat estigaci6n) y p ints relat sentimientos, jt ervar mejor con | 10 la tinica via po mas dificil de erado una cond ‘es mas facil pre tarsi se esti a al volo en ef r Las actitudes su ‘gecde estar a favor seas, 0 puede no tes onvaciones de nue LAENCUESTA POR MUESTREO 157 tionario es una labor complicada y dificil, que requiere mucho empeio y aten- Sc trata ademds de un trabajo que resulta dificil de formalizar y para el que no in reglas precisas; como mucho se pueden hacer sugerencias derivadas de la iencia de estudios previos realizados especificamente sobre esta cuestin. En general, para la redaccién de un buen cuestionario se precisa: a) experiencia 1 investigador; b) conocimiento de la poblacién a la que va destinado el cuestiona- 9. ¥ ¢) claridad de las hipétesis de investigacién. Para los investigadores con poca riencia el primer punto se podria sustituir por la consulta de cuestionatios uti- dos anteriormente por otros investigadores sobre el mismo tema o temas simila- . Como recuerdan Sudian y Bradburn [1982, 14] en uno de los manuales mas idos sobre la formulacién del cuestionario, copiar preguntas de otros cuestio- os no es plagio, al contrario, se trata de una practica recomendable en el émbito ntifico, ya que permite acumular conocimientos y hacer comparaciones a lo lar= © del tiempo. 4.1. Propiedades sociodemograficas, actitudes y comportamientos Smpezamos con el tema de las preguntas, para el cual los autores han propuesto esas clasificaciones, Con algunas variaciones, éstas se pueden reducir en tltima stancia a tres bloques: propiedades sociodemogratficas bisicas, actitudes y com- ortamientos, Preguntas relativas a propiedades sociodemogréficas bésicas. Se refieren a la descripcién de las caracteristicas sociales basicas del individuo, e incluyen sus ea- racteristicas permanentes, como las demogrificas (zénero, edad, lugar de nacimien- 9, etc.) y las connotaciones sociales heredadas de la familia 0, en todo caso, estabi- izadas en la edad juvenil (como la clase social de origen y los estudios), y también s caracteristicas que, aunque no sean permanentes en sentido estricto, definen al ndividuo en un periodo concreto de su vida, como la profesién, el estado civil, la situacién geografica y el tamaiio del municipio de residencia, etc. Casi todas estas preguntas se plantean en todas las encuestas por muestreo (sea cual sea el objeto de Ja investigacion) y para ellas existen formulaciones estindar que conviene adoptar. | Pregunias relativas a actiudes. Se refieren a opiniones, motivaciones, orientacio- nes, sentimientos, uicios, valores, Son las propiedades de los individuos que se suelen ‘obscrvar mejor con la encuesta por muestreo: la pregunta directa al individuo parece dde hecho la tinica via practicable para poder conocer sus pensamientos. También es el ‘eampo mis dificil de explorar: es mas ficil responder sobre una cuestién cuando ha ‘generado una conducta que cuando se trata estrictamente de una opinién. Por ejem- plo, es mas féeil preguntar si se ha votado 0 no al referéndum sobre el aborto, que preguntarsise esta a favor o en contra del aborto, sin un comportamiento consecuente como el voto en el referéndam. Las actitudes suelen ser complejas y multidimensionales: el sujeto en cuestién puede estar a favor del aborto en determinadas situaciones y en contra del mismo en otras, o puede no tener una opinién definida al respecto. Ademis, con frecuencia las motivaciones de nuestros actos son inconscientes para nosotros mismos (alguien puc- 158 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGAGION SOCIAL de it con regularidad ala iglesia por motivos que ni siquiera conoce), Por ultimo, as actitudes varian mucho entre las personas en cuanto a la intensidad, y este aspecto no es facil de registrar con un cuestionario. Por estas razones, y sobre todo por esa intrinseca complejidad y ambigiedad que hemos mencionado, las preguntas sobre actitudes son las mas dificiles de formular y las respuestas pueden verse influidas facilmente porla formulacién de la pregunta, por su posicién en el cuestionario, por fa manera en que las plantea el entrevistador, etc. Preguntas relativas a comportamienios, Estas preguntas pretenden registrar lo que el entrevistado dice que hace 0 ha hecho. Se trata, por tanto, del terreno de las «acciones»,un terreno mucho més sélido que el anterior, al menos por dos razones. En primer lugar, los comportamientos, a diferencia de las actitudes y los estados psicoldgicos y mentales, son ineguivocos. Una accién puede haberse producido © no, y, por tanto, existe unta respuesta terminante para la pregunta relativa a ella, por contraste con las actitudes, que muchas veces no son claras ni siquiera para el pro- pio sujeto que las adopta. En segundo lugar, los comportamientos con observables Una accién puede ser observada por una tercera persona y dejar una huella objetiva (frente a la subjetividad propia de tas actitudes): si una persona ha secundado una hhuelga, su comportamiento es conocido por sus compaieros de trabajo; si ha votado, el hecho consta en las listas electorales, etc. Se pueden comprobar empiricamente, aunque ello no implica que las respuestas se comprobadas efectivamente. De este ‘modo, la existencia de una respuesta inequivoca hace que sea mis facil responder = las preguntas sobre comportamientos, y la posibilidad de comprobar su veracidad hace que sea més dificil mentir que en el caso de las preguntas sobre actitudes. 5.4.2. Preguntas abiertas y preguntas cerradas Una de las primeras decisiones que debe tomar el investigador en el momento de formular una pregunta es si la plantea como pregunta abierta o cerrada (en realidad

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