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REFLEJO DE UN SUEÑO

Para Any
mi hija maestra
con puro amor incondicional.

1. ANAHÍ UN SUEÑO DE AMOR

Hoy es 22 de febrero del 2023 empiezo mi relato, creo que de los imaginados, el más bonito el más
sentido y el que me va a dar una catapulta al éxito porque aparte de ser un relato primicia, soñado,
deseado no solo por mí, sino también por mi hija Anahí es la historia de una bella princesa, es la
historia que empieza mucho antes de un 4 de marzo del 2009, es la historia de mi primera hija, mi
niña Anahí….la niña de mi ojo.

Quiero iniciar a escribir y lo único que puedo escuchar, es un palpitar fuerte de mi corazón cierro los
ojos y me traslado, veo la imagen de una niña hermosa, bonita, quería grabar mis sueños.

Apenas tenía 6 años de edad y en mi corazón empezaba a encenderse una llama, pequeña pero potente
cada vez que despertaba de un mágico sueño. Miraba siempre a lo lejos la figura de una nena, tez
blanca, cabellera morena y rizada, labios rosaditos, ojitos negros, ella, tan solo me miraba y me
saludaba a lo lejos.

Empecé a enamorarme de su figura, pasaron los años y cuando cerraba los ojos la volvía a mirar. En
mi juventud debo confesar que aquel sueño desapareció por varios años. Más, en mis adentros sabía
de su existencia.

Después de singulares batallas, que algún momento tocaré y serán sazón de otros libros, la vida me
premia, me permite amar a un hombre maravilloso, que ya había conocido años atrás y fungía de ser
mi mejor amigo.

Sin querer entrar en nuestro romance, puedo decir que, empezamos a soñar juntos la posibilidad de
crear un nuevo ser fruto de nuestro amor, es allí donde sin pretender mayor cosa, vuelve aquel sueño
de mi niñez y con él la imagen clara de aquella niña, vestida de blanco, tez clara, cabello oscuro,
labios rosa, ojitos grandes, era latente, era cercana.

Atravesando una sanación neuronal, con dosis de medicamentos controlados, con singular angustia,
llegué al consultorio del doctor Alejandro.
- Que te trae por aquí Angélica, no es día de nuestra cita.
Con voz temblorosa y sudando mis manos repliqué:
- ¡Estoy embarazada!.
- Que gran noticia, debes estar feliz. - Me dijo.
- Realmente estoy preocupada, tanta medicina que he tomado, aún no termino mi tratamiento y
he leído en la web, que mi cuerpo estaría un poco intoxicado, quizá no sea buena idea tener al
bebé. - Alcé los hombros suspirando.
- ¿Qué?, al contrario, esto hará que te recuperes más pronto, ya íbamos en la recta final del
tratamiento. ¿Ya le contaste al papá?.
- ¡No!, después de mi amiga Wen, eres la segunda persona en enterarse. Entonces a ver si
entendí. ¿Todo está bien?.
- Mejor que nunca, limpia esas lágrimas, sacude el cuerpo y ve a darle la noticia al padre, …
Ah! suspende definitivamente la medicación.

Dos sentimientos contrapuestos adueñaron mi ser, alegría por saber que todo estaba bien y miedo
porque debía contar a todo el mundo que dentro mío se forjaba una vida.
2. COMO DIGO QUE ESTOY EMBARAZADA

La fecha exacta no la recuerdo, más sé que fue a finales del mes de junio de 2008. Trabajaba en la
empresa de mi amigo Andy, High Control, haciendo controles de calidad en flor de exportación, en
las cargueras de Quito desde la tarde hasta la madrugada. Por lo que tenía las mañanas libres.

Amanecí inquieta, pues, lo que todas las mujeres esperamos consecutivamente al mes, tenía ya un
retraso mayor de 10 días.
Fui a la farmacia y compré una prueba de embarazo, minutos más, minutos menos, en el baño de la
casa, miré con susto dos líneas intensamente rojas indicando que la hormona GCH, estaba en aumento
en mi orina. Me llené de dudas, temores, pero sobre todo preguntas y la típica palabra que con negrilla
se dibujaba en mi pensamiento: ¿Y Ahora?.
Mi ser incrédulo, se puso en negación, volví a salir de la casa, tomé un bus, llegué al laboratorio a
realizarme una prueba más certera, en la sala de espera, se me cruzaban millón de ideas, rogaba no
estar en embarazo, creía que no era tiempo, aunque a la edad que tenía, 27 años mi madre ya había
sido mamá de 6 niños. De pronto, la enfermera salió, me entregó un sobre blanco, no quería abrirlo,
pero como siempre digo, al mal paso, darle prisa, lo abrí, tragando con esfuerzo la saliva leí, Positivo.
Apreté mi estómago, como de costumbre, las lágrimas rodaron por mis mejillas, era cierto.

Necesitaba de alguien que sin vacilar venga en mi ayuda, activé mi famoso código: S.O.S.
Como es tan efectivo, allí estaba, con sus rizos dorados y unos ojitos que se le salían de la curiosidad
y angustia, mi buena amiga - hermana Wendy, un abrazo, un suspiro, siguieron de turno.
- ¿Estás bien? - me dijo
- Seguramente he estado mejor. - Contesté.
- ¿Qué está pasando?. Continuó mientras en el patio de comidas del centro comercial pasaban
comensales.
Ella se había salido del trabajo para dar cumplimiento al código de emergencia. Me acompañó a
comer algo, era medio día, le mostré el sobre, me miró.
- ¿Qué vas a hacer?, sabes que te apoyaré en lo que decidas.
- No lo sé, tengo miedo, creo que no es tiempo, pero por las medicinas que tomo debo ir a
consultar al médico a ver que me puede decir.
- ¿Ya has sacado cita?
- Si, a las 3 pm me espera.
- ¿Gustavo ya lo sabe?
- No, eres la primera en saber la noticia,
- Sea lo que sea que decidas, aquí estoy, debes saber que tu caso es muy lindo, tienes una
relación estable y un hombre bueno que te ama, creo que eso deberá pesar.

Estuvimos alrededor de una hora, imaginando posibles escenarios, pero en esos momentos la mente se
nubla y poco puede aportar a la realidad. Mi amiga tenía que irse, se aseguró que iba a estar bien.
Mientras era la hora de la cita con el doctor, me fui caminando, de alguna forma eso haría despejar mi
mente.

Ya saben el diálogo con mi doctor Alejandro, de alguna manera él solventó mi primera preocupación.
Me dejaba tranquila y con la puerta abierta para dar el siguiente paso, contarle al Tavo lo que estaba
ocurriendo.

Antes de proseguir con la romántica historia, quiero que sepas, hija mía, aunque en las hojas
precedentes, parecería que no te deseaba, como siempre digo, la verdad por más dura que sea, es que
tenía miedo, mi edad no me acompañaba, para mi forma de pensar era joven e inmadura, con otros
proyectos por hacer, antes de mi anhelada maternidad.

Además, había la gran incógnita, ¿qué haría Gustavo?


¿Me apoyaría o me dejaría sola?
¿Qué dirían mi mamá y hermanos?
¿Qué pasaría conmigo?
¿Qué rumbo tomaría mi vida?

Me sentía como estar frente a un abismo, sin saber en qué dirección ir. Pedía a Dios que me ilumine o
elimine de paso. Lo peor de estos estados, es que realmente no sabes qué mismo quieres, creo que por
allí uno debe empezar, a sincerarse, a respirar y a poner en una balanza, porque de alguna forma el
universo y Dios conspiraron para que en mis entrañas se forme un nuevo y mágico ser.

Hoy es 14 de mayo del 2023, estamos festejando el día de la madre, hoy pequeñita mía, agradezco por
tu vida, porque soy mejor ser desde que soy tu madre, me has enseñado a reconstruir cada parte mía si
así lo requerimos, me has dado tanto, me hiciste más que valiente, me hiciste invencible, no te conocía
físicamente, aunque en sueños estabas, pero desde ese momento que supe crecías en mi panza, ya
auguraba, que todo mi mundo debería venirse abajo para construir un nuevo para ti, quiero terminar el
párrafo describiendo tu regalo de este año por el día de la madre, realmente me has sorprendido, no
me di cuenta que lo estabas confeccionando, gracias por mis Phalaenopsis amabilis (orquídea
mariposa y ahora eterna), porque lo que me regalas es tu esencia, tu dulzura, tu creatividad, tu
elegancia, tu bondad, en si tu amor.

3. LA NOTICIA

Antes de irme a trabajar a carguera, habíamos chateado con Tavo, le dije que lo quería ver y que
teníamos que conversar. Obviamente era algo inusual, porque lo citaba, dentro de mis horarios de
trabajo y también porque era un día entre semana.

En este punto de la historia, te comento que tu papi y yo ya llevábamos un año y un mes juntos como
enamorados, nuestras dos familias ya sabían de nuestro noviazgo y en casa mi mami y hermanas le
querían mucho y le daban toda facilidad de entrada, prácticamente era de la familia, ya era uno más de
nosotros.

Quiero darte un poco de contexto, para que entiendas cómo era nuestra historia de amor antes de ti
pequeñita.

Quisiera poner con negrilla y título grande que Tavo era mi crush o como yo lo hubiera dicho mejor,
mi amor platónico desde mis 14 años de edad. Les recuerdo para aquellos que no son familia, que
Gustavo es hermano de Fernanda, esposa de mi hermano mayor Fernando, parece un trabalenguas
cada vez que lo digo, pero es así.

Recuerdos claros vienen e invaden mi mente, voy a colocar unos cuantos para que no se alargue, pero
la primera vez que conocí la casa de Gustavo fue porque Pao Enríquez era mi compañera de colegio y
teníamos que estudiar matemáticas, para lo cual siempre fui buena, allí, de pronto apareció, liviano, en
camiseta, con su tez morena y labios carnosos, entre todo lo que decía, dijo una gran verdad, expresó
que no le gustaba el fútbol sino la Fórmula 1, pero, días atrás yo había comentado que me casaría con
el hombre que no le guste el fútbol, diosidencias, quizá, lo cierto es que el destino nos tenía preparado
grandes sorpresas.

Pasaron un par de años, quizá dos, y otra escena que sobresale en mis recuerdos, es aquella vez que
estudiamos física con mi grupo en casa de Pao, él estaba de vacaciones, pues ya era universitario,
nosotras cursabamos el cuarto año, de pronto un pequeño problema de vectores hizo que Pao lo
llamara, él tan amable se puso atrás mío, tomó el lápiz y se puso a resolver el problema, lo grave, fue
que no presté ningún tipo de atención, ya que su respiración estaba en mi oreja y eso interrumpió mi
pensamiento lógico.
Pronto se avecinaba el mes de abril, cumpleaños de Pao, obviamente había fiesta, con bombos y
platillos, obviamente él estaría allí, tenía ya 15 y realmente me seguía pareciendo lindo, en dicha
fiesta bailamos, reímos, pero lamentablemente él tenía ojos para cualquier compañera de cole menos
yo.

Pasaron los años y antes de terminar la secundaria, él se enamoró de una de mis amigas. Para ese
entonces no me importaba, a pesar que era mi crush, yo también me había enamorado de otro chico,
que alborota las mariposas de mi estómago.

Como cosa normal, un estudiante que está en último año de secundaria, tiene varios compromisos y
fiestas cada fin de semana, pues, es el momento de bailar, reír y disfrutar al máximo a todos nuestros
amigos, quienes quedarán grabados en nuestra retina por siempre.
Íbamos a fiestas, cada cual, con su enamorado, y pronto se venían las fiestas de nuestra graduación, te
debo contar, que fue maravilloso tener un grupo de amigas, en ese entonces todas teníamos la
esperanza de que nuestra amistad perdure por mucho tiempo, ahora, 23 años después, me es grato
contarte que aquellas amigas se han convertido en mis hermanas de la vida.

Llegó lo inevitable, nos graduamos, y cada uno tomó su rumbo, me complace contarte, que en mi
caso, me voy a estudiar a Quito, la carrera de Agronomía, el grupo se seguía manteniendo,
obviamente Gustavo con su chica y yo con otro chico. Fuimos un grupo bello, nos íbamos de
acampada, en cumpleaños de las chicas nos daban serenatas, siempre en el grupo estaban los músicos,
los poetas y también los locos, pero realmente eran épocas bellas, farreamos, nos ayudamos en los
deberes de cada una de las carreras, hacíamos deporte, nos íbamos al cine, disfrutamos las fiestas de
Quito más que los propios, etc; en fin hacíamos todo cuanto nuestro tiempo, ganas y presupuesto
alcanzaba.

Meses después vuelvo a Tulcán por un uñero y me sacan la uña, y es allí que descubro a mi crush
dolido, pues, como para resumirte, sufre una decepción amorosa. Hablo con las dos partes
involucradas, y lo único que puedo afirmar, es que para que una relación prospere es necesario
cuidarla día tras día como una plantita. Mi amiga ya no sentía esas mariposas y prácticamente alguien
estaba serruchando el piso de Gustavo. Pasa el tiempo, y voy a contarte que soy cómplice de en ese
entonces de mi amigo Tavo, para entregarle una carta a aquella que fue su enamorada, un día antes de
su boda, buscando como última patada de ahogado, que ella desista de casarse. Como se que debiste
abrir los ojos hasta más no poder, porque te conozco, debo contarte que ella terminó casándose, y en
este punto de mi vida, debo agradecerle, pues caso contrario no habría historia que contar entre tu
padre y yo.

El tiempo y sus inclemencias pasan y con él nuestras vivencias. Por mi parte también logré terminar
una relación de 4 años de enamoramiento, debo confesar, que no terminé tan bien como esperaba, sin
embargo, todo lo que viví siempre será digno de recordar como una linda historia de joven amor. Al
final de todo te das cuenta mi pequeñita, que, pese a los enamoramientos lindos o desdichados,
siempre quedarán los buenos amigos. Y es que en eso nos convertimos, en buenos amigos, en mejores
amigos, en casi hermanos.

Tavo me contaba sus proyectos universitarios, su día a día, sus vaciles, sus amigas, sus conquistas,
incluso un día le llevé un conejito para una de sus posibles enamoradas. En fin, éramos lo que
debíamos ser en ese entonces, amigos, pero, ciertamente, siempre hubo una llamita en mí que no se
apagaba del todo, llámala esperanza quizá.

Los días pasan, el ser humano se llena de aprendizajes, comete aciertos y errores, entre ellos: en la
boda de Genny y Jhonny, después de ir a dejar a los novios a su suite matrimonial, lo invite a que
detenga el auto antes de volver, le pedí un beso, ¿arriesgada?, seguramente, pero debía saber si esa
llama era verdadera y sobre todo mutua. Tu serio padre entre cansancio y copas me dijo:
- Dame tres razones para darte un beso. - ¿Te imaginas?, si lo sé, debes estar muriendo de
vergüenza y hasta debes estar tapándote los ojos.

Realmente no recuerdo las respuestas, entre ellas es un categórico, porque sí.


Pero bueno, en todo caso nos dimos un beso, y te preguntarás o mejor dicho me preguntarás ¿hiciste
plop?. No, no sentí ese plop, es más, lo arruiné todo.

Nos quedamos en ver al otro día en Quito, para conversar qué diablos había sido eso en nuestro lindo
proceso de amistad. Fui a la cita muy puntual con un conjunto jean que me quedaba hermoso y él
tenía una camisa a cuadros roja, que por cierto le quedaba muy bien.
Había concurrido a la cita en la camioneta azul, fuimos al centro comercial El Jardín a tomar un café,
después de hablar de todo y de nada, yo dije que me cuente que íbamos a hacer con lo del beso, el
muy caballero y a la vez cobardemente, dijo:

- Ha sido un error, una confusión, yo te quiero mucho, siempre te he querido, - Allí viene la
frase más fea que resonará por los siguientes años.

- ¡Te he querido siempre COMO UNA HERMANA! - ¿Qué?

- Como una Hermana, como una hermana, como una hermana. - Resonaba en mi oído.
Sin mucho melodrama, pero con muchas iras en mi corazón, le dije que todo estaba bien y que le
escribiría una carta, nos despedimos y esa misma noche, le escribí una carta inspirada en la canción
“Que habría sido de mi”, de Víctor Manuel. El extracto que te debe interesar:
“Siempre me preguntaré
Que va a pasar al final
Cuando el destino me alcance
Y se dé cuenta que yo
He sido solo un cobarde
Que no tuve el valor
Para hacer ese viaje contigo
Que por miedo a la gente
Acabé siendo solo tu amigo”

Por Dios santo que tenía tanta rabia, pues, en su afán de guardar nuestra amistad, me hizo sentir
insuficiente, bonita, única y todo lo que tú quieras, pero no tanto para él. Obviamente mi orgullo no
iba a dejarme arrastrar por el piso, por tanto, cual dagas, con mis letras le grité cobarde y me alejé de
verdad, lo borré de mis contactos y hasta de mis opciones, eso fue un junio del 2005.

Como primera regla mi niña, nunca digas, nunca. Aunque lo sabía, lo dije:

- Nunca vuelvo aquí.

Los días siguieron su curso normal, cursaba ya mi último año de carrera, tuve algunos amigos,
amigovios, chicos especiales y muy buenos, pero no me había enamorado. Terminé la carrera, me
gradué, di buenos y no tan buenos pasos, pero en el área amorosa, no había sentido ese amor
incondicional.

Hasta que en mi cumpleaños número 26, un 29 de mayo de 2007, aproximadamente dos años de
aquella frase: “te quiero como mi hermana”, estaba durmiendo aún, vivíamos en la calle de la cuchara,
sonó mi celular.
- ¡Aló!.
- Hola
- ¿Con quién hablo?
- ¿No te acuerdas de mí?
- ¡No! - debo confesar que estaba recién despertando.
- Gustavo
- Ahh, hola y ese milagro?,
- Te llamo a desearte feliz cumpleaños y que tengas un lindo día.
Como ya lo sabes, como otra diosidencia, cumplimos años el mismo día, así que reincorporándome y
abriendo un ojo, dije:

- Feliz cumpleaños a ti también, espero que tengas un buen festejo.

Mi frialdad se notaba y créeme hija, no me latía el corazón como en otras ocasiones, creo que aún
tenía resentimiento, porque para eso si era buena.
Me levanté alegre, hermosa, toda una diva y me fui a trabajar, en ese tiempo trabajaba en Agro
ambiente con mi amiga Wen.

Todo el día recibía mensajes y correos de felicitación, y a horas del almuerzo los jefes y los chicos me
habían preparado una mesa de bocaditos y comida china. Eran tipo 3 pm y nuevamente una segunda
llamada de Gustavo.
- Alo!!!. - Con curiosidad.
- Ehhh, hola, como estas?.
- ¡¡¡Bien!!!
- ¿Y cómo así, otra llamada en el mismo día?. - Era algo insólito.
- ¿Llamaba a saludarte en tu cumpleaños y saber cómo la estás pasando?.
- Bieeeen - Contesté.
Reímos juntos, me comentó que estaba saboreando un chupete, le conté que comía comida china. Nos
despedimos.
Salimos del trabajo con Wen, caminamos sin mucho rumbo, tomé un bus a mi casa, y cuando iba
llegando, tipo 7 de la noche, volvió a sonar mi celular, era él otra vez.
- ¿Qué? - me dije.
- Aló, - contesté ya con un poco de susto.
- Hola, otra vez. - Si, que era realmente extraño.
- ¿Sigues festejando?, - pregunté para romper el hielo, a la vez que escuchaba un poco de bulla
de sus amigos, quienes estaban con risas y carcajadas.
- Sigo, - dijo.
- ¡Yaaaaa!. - Pienso que debió de tomar fuerza de algún lado y como tenía varias copas encima,
me dijo.
- ¡Te quiero!. - Ja ja ja, reí maliciosamente, mientras venía a mi mente la frase como una
hermana, boba.
- Te quiero, siempre te he querido, y es lo que tengo.
- A ver, aver, ¿qué me quieres y cómo? - le dije
- ¡Te quiero conmigo!

Realmente no sabía qué pensar, todo parecía un sueño, pero volvieron a mi esos latidos del corazón,
se me empezó a acelerar la respiración, me puse nerviosa, mientras tanto ya me había bajado del bus y
llegué a mi cuarto.

- ¡Te quiero! - Insistía.


- ¿Estás tomado cierto?
- Si, he tomado un poco, estoy festejando mi cumpleaños.
- ¿Con quién estás?
- Con Fausto, Diego, Andrés, Daniel….
- Ok, - de los nervios no recuerdo que mismo me dijo, pero si recuerdo lo que yo le dije:
- Todo esto que me estás diciendo, dime sano y cuerdo mañana. - De alguna manera debía
asegurarme que no era una sueño, pesadilla o producto de mi imaginación, por ello
preguntaba y hacía escuchar a mi ñaña Pao, la llamada, para que verifique la existencia de la
misma.
- Ok, - me dijo.
- Mañana te puedo repetir todo esto, porque si es verdad.
- Ok, entonces en donde nos vemos mañana.
- Dime tu.
- En el cafecito. - Era una cafetería por la Mariscal en Quito.
Confieso que no me cabía la sonrisa, no pude ni dormir, al otro día no pude ni trabajar. A la salida de
la oficina, me dirigí al cafecito, espere un poco, pensé que nunca llegaría. De pronto entró por aquella
puerta, llevaba un saco rojo de lana, estaba aún medio chuchaqui.
Ordenamos algún cocktail, hablamos otra vez, de todo y de nada, y como ya habíamos pasado cerca
de una hora, pues entonces me atreví y le dije:

- Ahora sí, ¿qué me ibas a decir?


- Me mantengo en lo que te dije anoche, es verdad, te quiero,

Lo único que venía a mi mente era la famosa frase: como mi hermana.


- Te quiero y deseo que seas mi enamorada.

Los nervios invadieron todo en mí, sonrojadas mis mejillas, temblorosos mis labios y con sudor frío
mis manos. Tan solo asentí con la cabeza, se acercó, me besó y allí sí sentí ese famoso plop. Creo que
no pasó mucho tiempo, terminé el cocktail y salimos de la cafetería, tomados de la mano, era un 30 de
mayo de 2007, él tomó mi mano y jamás la soltó.

Retomando el inicio de este gran capítulo, “La Noticia”, pues ya nos encontramos con Tavo, me subí
a su auto. Me dijo con curiosidad:
- ¿A dónde vamos?.
- Por aquí cerca, pues debo regresar a la carguera a trabajar.

Salimos, se estacionó por algún lugar en el norte de Quito, y se quedó en silencio.


Tomé mucho aire y le dije:
- ¡Estoy embarazada!, ¿entiendo que es una noticia difícil de asimilar, quiero saber qué
piensas?
Obviamente tu padre se quedó en shock, no tenía palabras, solo miraba al vacío, me hubiese gustado
tener la conexión que tengo ahora con él, para escuchar sus silencios.
Reaccionó, me acarició la mano, sonrió y dijo.
- Todo va a estar bien.
No recuerdo más lo que dijimos y me llevó al trabajo. Antes de despedirnos, dijo que el fin de semana
se iría a Tulcán a hablar con su padre y familia.

Era el sábado 5 de julio del 2008 cuando él hizo su viaje, por mi parte recuerdo la fecha pues era el
festejo de cumpleaños de mi mejor amigo Andrés, mientras Tavo enfrentaba su realidad y contaba tu
llegada hija mía, yo estaba en un asado nerviosa y esperando. Puedo decir que de alguna forma desde
allí ya me empezaste a modelar y probar si en verdad soy mujer valiente.

Cuando Tavo regresó, hablamos, comentó que la familia había recibido la noticia con tranquilidad y
pues su padre le había dicho que tiene que ser un caballero y asumir las consecuencias de sus actos,
por tanto, para cuando sería la boda.
¡Boda, boda, boda, boda!, me resonaba en mis oídos la palabra. Todo era rápido y a la vez así tenía
que ser, pues como buenos padres debíamos preparar tu llegada.

Empezamos a planear una reunión con mi familia para darles la noticia, de ello no tengo la fecha,
imagino que debió ser enseguida. Lo que sí recuerdo es que estaban todas mis hermanas y mi mamá.
Aunque no creas mi querida hija, era muy difícil para mí, abordar este tema, pese a que Tavo y tu
estaban allí, en sí les dijimos que nos casaríamos y que estaba en embarazo, mi mami se paró, me
abrazó y entre sollozos me dijo:
- ¡Yo te voy a cuidar!.
Qué gran lección que me dió, recién la veo en este capítulo e instante de mi vida, no hubo reclamo, no
hubo juicio, solo su infinito amor profesado para mi, el que le permitió ver más allá de sus prejuicios
y ponerse a servicio, eso hija mía, es amor de madre, único e infinito.

Mis hermanas por su lado igual me abrazaron y creo que estaban felices (es ironía), realmente estaban
felices; pues como mayores sabían que estaba dando un paso gigante a la maduración de mi ser, de
alguna forma respiraban, pues les había dado tantos dolores de cabeza el año anterior que realmente
ellas si veían el milagro que me estaba pasando, era el fin de una racha oscura y loca; y el inicio de mi
anclaje a la realidad.

Como siempre les digo cuando hablamos de este tema, y “el anillo pa cuando”, realmente no hubo
anillo, cabe decir que aún lo espero; no hubo pedida formal de mano, pues a tu papi ya le había dado
algo más que mi mano. Pero si hubo planeación para la “Boda”, otra vez aquella palabra. Si te
preguntas porque hago hincapié en ello, es porque, cuando tenía tu edad actual (15 años), en mi tonto
y juvenil pensamiento, decía:

- Yo casarme….. Nunca.
- Yo hijos….. Noooo.

Allí vuelven mis típicas frases: “Nunca digas Nunca”; “Jamás escupas al cielo”, y si no tienes nada
bueno que decir mejor “Cállate”, porque luego todo conspira, el universo no sabe de negación, lo
único que le llega es: “Casarme”, “Hijos” y en su abundancia te lo da.

4. LA BODA

Toda esta creación ha hecho que haga viajes en el tiempo pasado y realmente quiero agradecerte Ani,
porque eres una fuente inagotable de inspiración para mi. Siempre he querido trascender y ser una
viajera del tiempo, gracias a ti lo estoy logrando.
Es la primera vez que veo con claridad a mi Angy del pasado, presente y futuro, sin la necesidad de
sentirme enferma, loca o irreal.

En mi anillo de matrimonio está tallado: “Gustavo - E. 23-AGO-2008.”, esto quiere decir que el 23 de
Julio nos casamos por el civil, a la firma fueron mi mami, Ampy y la bebé María Emilia, nuestros
testigos Andrés y Fausto. Era algo netamente protocolario y sin más ni menos ante la ley éramos
esposos, así decían nuestras cédulas. Sabíamos que un mes después vendría lo bueno, la boda
eclesiástica.

Preparativos, decisiones, elecciones, es un poco agobiante. Debo confesar que nuestras ideas eran
simples, no teníamos ni los recursos ni el tiempo como para hacer tantas cosas elaboradas. Sin
embargo y contraponiendo a la idea anterior, nuestras familias se pusieron manos a la obra, nos
ayudaron en todo sentido. Nos iban corrigiendo al paso, dentro de nuestros pensamientos íbamos a dar
hornado, pero allí vino un comentario de Fernando, mi hermano, que realmente lo valoré muchos años
después, de hecho, lo valoré cuando se casó mi sobrino Dany, él me dijo:

- Una boda no pasa a diario, es un paso importantísimo en la vida y solo ocurre una sola vez.

Obviamente, en ese momento se me encogía el corazón porque no había el suficiente dinero, luego
Dios y nuestras familias nos dieron sus manos, de Tulcán enviaron dinero y de Quito se encargaron de
flores, el ajuar de novia, local de recepción, etc.

Lo que inicialmente en mi pensamiento era una pequeña reunión, se convirtió en una hermosa fiesta
de matrimonio. Recuerdo que con tavo compramos los anillos de bodas en el centro histórico, tenían
un tallado decorativo que con el tiempo se ha borrado, el ajuar de la novia fue el que uso mi hermana
Genny en su boda, el pañuelo de accesorio fue adornado con piedritas por Matilde esposa del abuelito
del Tavo, las flores tanto para la iglesia como para el salón, fueron donadas por Andrés, y todos los
arreglos florales los hizo la Ampy a la cabeza y metimos manos todas, el salón fue en casa de Ampy,
era una bonita y amplia casa donde se colocaron unas 10 mesas y se sirvió un rico buffet.

Asistimos al curso prematrimonial en la iglesia Don Bosco, donde dos personas adultas nos enseñaron
por dos tardes seguidas junto a otras parejas, lo que pudieron sobre temas maritales. Lo más
importante de ese curso fueron nuestros votos escritos, al final del capítulo están para tu
conocimiento, más lo se quedó en mi pensamiento fue lo que nos dijo el sacerdote que ofició la misa:

- Hijos, pase lo que pase, nunca se vayan a dormir sin antes haberse perdonado y dado la
bendición.

El ministerio del matrimonio querida Ani, tiene grandes caminos y misterios, iba entendiendo lo que
me dijo el sacerdote mucho tiempo después.

La ceremonia fue en la capilla, un lugar bonito y pequeño, los primeros en ingresar fueron la tía Fer y
el Tavo, luego la dama de amor que fue Stefy seguida por los pajecitos Sofy, Carlitos y Pato, y
finalmente, el tío Fer conmigo; porque, en nuestras vidas tanto mi padre como la madre del Tavo nos
acompañaban desde el cielo.
En este punto creo que hay dos momentos cruciales en la ceremonia, cuando dices los votos y viene el
sí acepto; y el momento de la comunión como esposos. Lo demás solo es protocolo.

Nervios, te cuento que teníamos nervios, tú en mi panza y yo. Se me bajó la presión no quería comer
nada, me daba vómito, y solo tu madrina Pao fue quien hasta ese entonces me seguía lidiando, porque
…., no le peso, soy su hermana.
Me llevó a la iglesia el tío William, de alguna forma, él y Fernando son mis figuras paternas y eso los
avala.

De regreso ya a la recepción, no sé cómo, pero entramos como 150 personas en la sala de la casa, todo
el programa se desarrolló lindo, fotos, palabras, llantos, emociones cruzadas, luego, el baile, recuerda
que tu madre tenía apenas 27 años, plena flor de la juventud, bailamos con mis amigos y familia que
verás en fotos, hasta las 2 am.

Como dato informativo y hay un video de ello, no bailamos el vals, sino una canción de Guayacán
Orquesta llamada “Cuando hablan las miradas”.
Creo que todo salió genial, pues a veces las mejores fiestas son aquellas que tienen mucho sentimiento
y no tanto lujo y protocolo. Anhelo que la tuya sea hermosa como lo fue la mía.

Pero más allá de la ceremonia, los cantos, la fiesta, el ajuar, los anillos, la comida y la familia, debes
saber hija mía que el matrimonio es una vocación y que ese día marca un antes y un después en toda
tu vida, sé que este capítulo se llama “La Boda”, y es que todos incluída yo, hablamos siempre de la
boda, dejando a un lado lo verdaderamente importante, “El Matrimonio”, èste es una constante
elección, día tras día, basada en algo fundamental, la comunicación, es un esfuerzo titánico para un
simple mortal, porque tienes que volver a elegir y esta versión solo se cambia, cuando lo haces desde
el amor, solo allí, el “tener” se cambia por el “querer”, volver a elegir. Y con el ejemplo de Jesús,
siempre elige dar (tiempo, momentos, oportunidades, confianza), que sea tu decisión dar amor,
entonces será más hermoso recibir.

Mi reina, llegar al matrimonio es bien bonito, pero requiere de ir paso a paso sin apuro, conociéndote,
primeramente, y luego conociendo a aquel hombre que sea digno de ti.
Porque para llegar allá, es necesario que los dos pasen de las coincidencias que tanto les atrae uno del
otro, a valorar, aceptar y amar sus diferencias.

5. MI CORAZÓN

Después de toda la algarabía, matrimonio, boda, fiesta, luna de miel, retornamos a nuestras
actividades, las preguntas me invadían. ¿Qué se puede esperar mientras se espera?.
Mientras seguía trabajando en la carguera, mi cuerpo experimentaba muchos cambios a diario. A
veces nos enfrentamos en una lucha cuerpo a cuerpo, y por su puesto salías ganando.
Lo único que mi ser sabía con certeza es que mi pequeño tesoro se hallaba escondido entre el valle y
el monte que hay en mi ombligo.
Los estragos eran terribles e inimaginables, pasaba vomitando, tenía asco del pollo, la carne, y
cualquier olor fuerte que venía. El primer trimestre bajé de peso, hasta que mi ginecólogo querido “El
Gato”, me dijo que si no comía debía medicarme. Así que hice algunos esfuerzos, pero créeme, se me
regresaba todo, en especial la carne y el pollo.

Buscando alternativas, le pregunté al Gato que, si podría comer vegetales, él me supo decir que para
sustituir la carne debería comer medio quintal de espinaca, creo que eso me dijo porque quería que
coma, pero lo bueno, fue que me dio un tips, para evitar el mareo matutino, me dijo que lleve un vaso
de leche en la noche y que apenas abra el ojo beba un sorbito y así ya no iba a vomitar, fue el mejor
tips para esa época.

Mi pancita empezó a crecer y a esa medida te imaginaba, volvía recurrente tu imagen en mi mente de
niña de cinco años, divagaba en un cuaderno lleno de nombres, quería que todo fuera tan especial, las
condiciones económicas no nos acompañaban tanto, pero de a poco o de a mucho íbamos comprando
tu ropita, tu cuna, decorando tu cuarto, tus cobijitas, tus toallas; mientras luchaba con el miedo de
saber que pronto llegarías y quizá aún era muy corto el tiempo de preparación que había tenido.

En las noches me preguntaba cómo sería tu carita y con suerte empecé a sentirte. Luego de
movimientos fuertes, creo que te estirabas, mi cuerpo hacía meses atrás que se dió por vencido y
terminó por aceptar el crecimiento de otro cuerpo extraño, hasta ese entonces, mi pobre cuerpo no
sabía que al ir tú creciendo e ir desplazando cada órgano cada parte de mi centro, ibas creando tu
mundo, ibas creando nuestras mil conexiones, e ibas de una vez por todas transformándome para
siempre.
Mientras crecía mi pancita y se ensanchaban mis caderas, todo tu cuerpito desde la fragilidad se
fortalecía. Los trimestres pasaron, entre felicidad y angustia, entre risas y llanto, entre miedo y
esperanza, entre toda la ropa que dejó de quedarme. Pero debo declarar que fuiste tú la primera en
escuchar mi corazón desde adentro.

En este punto de la historia, pequeñita mía, debes saber que una es madre desde el primer día que
aquello que esperas cada mes deja de llegar, es decir, cuando nuestros críos tienen vagos 30 días,
desde ese preciso momento empieza este caminito de ser mamá. Para contraposición de una
embarazada primeriza, los padres empiezan a ser padres, o mejor dicho empiezan a sentirte cuando te
abrazan y cargan por primera vez.

Tu papito no fue la excepción, aunque miraba mi panza cual luna llena, aunque la acariciaba y en sus
adentros no entendía como una pequeña humanita estaba allí, creo que tenía la certeza de que vendrías
a revolucionar nuestro mundo entero, pero sí de sentir hablamos, debemos confesar que nuestros
corazones laten juntos en ritmos distintos, que me conoces por dentro tanto como yo nunca podría y
que tu papi aprende a respirar fuerte y despacio, cuando te sacan de ese saquito perfecto de mi panza.
Cada vez que lo relata, dice que conoce mis entrañas y que saliste de allí hermosa, grandota, con pelo
negro y grandes ojos. En lo personal creo que a ese momentum de la vida entre tú y el papi lo llamaré:
Mi primera cita con una verdadera baby, porque el pobre no se imaginaba que contigo aprendería cual
debe ser la postura e investidura de un rey al mirar por primera vez a su princesa encantada.

Aquel día, doblaba tu ropita, la maleta estaba lista, y empezó a drenar el tapón mucoso, vino
acompañado de contracciones que se hacían repetidas y más largas, en nuestra inocencia, llamamos al
doctor y dijo que vayamos a la clínica que el momento más esperado había llegado.

Fue una de las noches más largas y frías de la anhelada espera, tu papi hizo lo que pudo, pero mi
malestar era inminente y creciente. Para bien mío amaneció, hasta esa hora, ya había tenido dos
residentes, que me inoportunaban entre sus preguntas y el tacto. Llegó mi doc, y dijo que falta dilatar,
que aguante y que a medio día me pondrían oxitocina para acelerar todo, creo que en esos momentos
solo las mujeres podemos entender que necesitamos, porque no podemos explicar, todo duele desde
dentro hacia fuera, lo único que no duelen son las contradictorias ideas de que aún no sea el tiempo o
que mejor saquen a mi bebé para que todo pase ya.

Eran las 8pm llegaron más médicos, tu pediatra, la familia, todos llamaban, pero nada de lo que yo
pudiera decir tenía valía, hasta que fuiste tú, con un grito silencioso, quien alertó que estabas en
sufrimiento fetal. Allí todo se aceleró y naces al fin.

Este capítulo se llama corazón, es que no sé cómo más explicar, que mi corazón se contrae cuando
pienso en lo que eres, en mi milagro de marzo, solo me asaltan las frases:
- Por favor no crezcas más.
- Gracias por escogerme en el preciso momento, en aquel que quizá no merecía tal regalo de
Dios.

Espero que las letras salten a tu encuentro, contigo empecé a descubrir un amor que nunca antes había
descubierto, un verdadero e inigualable amor eterno. Aquel día es el inicio de mi trascendencia, tu
imagen, tu piel calientita, tu cabello húmedo y tu inigualable olor, se impregnaron para siempre en mi
ser. Sentí como el cielo se abría ante mis ojos, sentí que nuestro amor era desde tiempos infinitos
antes de conocernos y encontrarnos en esta vida, ser tu madre es la mejor misión de mi vida. Porque
fuiste la primera criaturita a la que cambié un pañal, y la primera que bañé (aunque esto lo hice a
partir del 8vo. mes), a la primera que amé sin conocer, eres el ser humano que me ayudó a entender a
mis papas y amarlos más, fuiste la primera que me puso mi nuevo nombre “Mamá” al que ahora llevo
con orgullo. Por eso mi querida niña te estoy infinitamente agradecida, te agradezco tanto mi querida
hija mayor. A continuación, drama y ternura, eres mi ángel.
6. ANAHÍ SALOME

Te parecerá loco, pero sacas lo más hermoso de mí, con tu llegada todo mi ser se transformó por y
para ti, sacas mi mejor versión, la de escritora. Para ponerte en contexto, hoy es 14/11/2023, me he
puesto a revolotear en mi baúl de cosas importantes, pues sabía que lo había guardado, es una pequeña
libreta que la empiezo a escribir el 11/03/2009 a las 4:50pm. Inicio colocando el nombre que
habíamos escogido para ti y ahora paso a transcribir e inmortalizar ese momento.

Hola mi pequeña hijita Anahí Salomé Enríquez Fuentes, ahora mismo te estoy cuidando, casi
terminas tus tres horas de siestecita.
Ohh, eres tan hermosa que no puedo evitar llorar cada vez que te escribo, estamos en nuestra
primera casa, nuestra habitación es perfecta, tu cunita es linda y grandota, tienes dos móviles y
muchas almohadas, además tienes un angelito que siempre te cuida, estamos escuchando música y
pues yo tengo una hinchazón de pies como no te imaginas; mis pies parecen los de los Hobbits, que
son personajes de cuento.

Hoy día tienes 7 días de nacida, voy a contarte un poquito, Yo sé, tú no pediste nacer y aunque te
anhelaba desde mis 5 años, sí que me tomaste de sorpresa, ante tanto aturdimiento de mi enfermedad
y la emoción de saber que eras real, pues de una decidiste cambiar mi vida por completo, incluso a
estas alturas no sé qué me depare el futuro, lo más cercano y seguro que tengo es que quiero ser una
buena madre, amiga, mujer contigo, pues cuando leas esto y te parezca loco, una mujer vuelve a
nacer con su primer hijo y más aún si este primer hijo es mujer como tu mi princesa.

Lo de la boda y eso te lo dejo para luego (eso en esta línea del tiempo ya te lo conté), luego tu papito
y yo vinimos a nuestro nido de amor, a esperar tu llegada.
Así pasaron los segundos, horas, días, meses, en cada eco sentía como te amaba cada vez más,
¡hasta que de pronto llegué a la semana 40 y tu nada!

Empecé a inquietarme, porque todos llamaban cada día a preguntar si algo había cambiado, pero tú,
en mi vientre de cuna eras feliz, y no me premiabas con tu llegada. Todo estaba listo, cuna, coche,
habitación, ropita, tina, cosméticos, no hacía falta nada.

Así que justo en mi semana 40 + 5 días un martes a las 9 de la noche, mientras papi y yo doblábamos
ropa, empecé labor de parto, ya me sentía rara, contracciones cada 15 minutos, luego cada 10
minutos, fuimos y tomamos un ducha juntas, allí te expliqué y tu me contaste que ya llegó la hora de
estar cara a cara, luego llamé a mi ginecólogo el Gato.

Dijo OK, vayan a la clínica, cuando llegamos nos recibió una linda doctora residente, nos tocó,
ingresé, y toda la noche papito y yo pasamos contando contracciones, dolores, duración, entre
contracción y contracción, masajes de papito, veía con ilusión tu llegada, se fortalecía los lazos de
amor con papito, y … bueno solo rogaba a Dios que todo esté bien.

Cada médico residente llegaba a monitorear tu corazón cada 30 minutos, esos momentos mi querida
Anahí, eran mágicos, esos momentos yo sabía que la vida tenía sentido para mí, jamás había sido tan
feliz de escuchar un latido de corazón.

El Gato llegó en la mañanita, dijo que tenía 3 cm de dilatación, es decir que tocaba esperar como 7
horas más, seguidamente llegó la abuelita y Ampy, más tarde Genny y Jonny, mis contracciones eran
cada 5 minutos y duraban 40 segundos, así llegué al medio día. Eran las 3:30 pm del miércoles, a
esta última hora el doctor me había puesto Pitocin, para acelerar las contracciones y tenía 6 cm de
dilatación; todo iba en su curso normal.

Entre monitoreos y contracciones dieron las 6 pm y seguíamos en 6 cm de dilatación. Llegó tu


primera pediatra la doctora Magaly, en ese momento ya tenía 8 cm de dilatación, sólo hacía falta 2
cm. Decidieron romper membranas, salió agua de fuente, tenía contracciones al 100% y duraban 1
'20” aprox. pero tu corazón se empezó a acelerar, en el agua de fuente salió un poco de meconio,
siendo esto una muestra de sufrimiento fetal. Siendo las 8 pm, con el 100% de contracciones y 9 cm
de dilatación, tu cabecita nunca descendió, jamás tuve pujo, no podíamos esperar más, tu corazón
empezó a tener taquicardia, ante tanta gente que estaba allí, el gato decidió realizar cesárea, en
realidad a mí me dolía todo, pero en cada dolor también venía a mi mente tu carita, tus ojos, tus
manos y eso mi bebé me motivaba a aguantar y empezar de nuevo.

Eran las 8:30 pm, ingresamos a quirófano, nos prepararon y junto con papito Tavo nos premiaste
con tu llegada. Naciste a las 9:15 pm me dejaron verte, besarte y darte la bendición, te llevaron a
limpiarte y evaluarte para ponerte tu ropita.

Tu primera ropita fue de color rosado, porque eran las mas pequeñitas, nosotros también llevamos
verde, blanca y amarilla, naciste pesando 3700g y midiendo 51cm de largo, eras una bebe bien
grande y fuerte, llena de vida, llena del gran amor entre:
Tavo y Angy = Anahí.

Lunes 16/03/2009 a las 5:50pm


Hola mi angelito, estás dormida, déjame darte gracias, ayer dormiste, súper bien, y eso hace que yo
también duerma, además ayer ya no lloraste mucho al momento de bañarte, creo que de a poco ya te
estás acoplando a todo. Sabes mi princesa, el sábado fue tu primera cita con la pediatra y allí justo a
los 10 días de nacida te pusimos tus aretes. ¿Te cuento algo?; hay momentos que papito me
desconcierta, pero allí trato de comprender que esto también es nuevo para él, de alguna forma él
también debe acoplarse a nosotras, él es un poco bravo y aburrido, pero es el mejor hombre, esposo
y amigo del mundo mundial, pienso será el mejor papá, apréndelo a amar como a ti misma, él es
maravilloso cuando aprendes a ver lo que los demás no ven.

Bueno amor ya mismo son las 6 y es hora de despertarte para que comas, así que te dejo para irme
contigo, medio loco verdad, pero así es mi princesa, éste es mi mundo de risa y de cuento de verdad.
¡Que Dios te siga bendiciendo, te amo no lo olvides nunca, te Amo Anahí preciosa!.

Como ya te darás cuenta, querida mía, desde un principio traté de hacer mi mejor labor para ti,
siéntete amada desde el primer instante y gracias a Dios que tengo el verbo para expresar y plasmarlo
en papel.

Dar a luz fue una misión transformadora, mi piel se transformó en radar y parte de mi corazón estaba
afuera de mi pecho. Mi cuerpo ya no era del todo mío y mis chichis estaban grandes, calientes y llenas
de leche.

Cuando una mujer da a luz quiere sentirse acompañada, sostenida, y comprendida ante toda nuestra
gran cascada de emociones que desbordan desde adentro. A ciencia cierta sabemos que nada vuelve a
ser igual en un cuerpo que fue habitado, que con la inmensidad del amor que trae la vida llega
también la oscuridad y los miedos.

Debo decirte que a veces lloraba de felicidad y a veces sola en el baño, que caminaba en la noche
arrullándote, cantándote, amamantándote, amándote, aun cuando ya no jalaba más.

También debo contarte que desde el primer día soy guardiana de tus sueños y también de los míos,
que no todo es perfecto en la maternidad, pero es perfecto en la imperfectes.
Al ser madre debes estar aprendiendo en el camino aquello que nadie sabe enseñarte. Debes saber que
pocos son los que te dan una mirada compasiva que cambia tu día, que es bueno tener un esposo que
te abrace a tiempo y te llene de fuerza, así, el amor se abre paso y el mundo es un lugar mejor.

Como ya leíste no todos los días eran felicidad, en realidad la felicidad fue es y serás tú, tu tan sola
presencia, pero también debo ser coherente y real, pues la maternidad es una grandiosa y loca
aventura. Cada día nos vamos conociendo y aprendiendo cómo actuar, qué hacer, qué decidir.

Y es que la maternidad es uno de los más grandes retos de amor que tiene una mujer, porque de
alguna forma se empieza a perder para poderse encontrar, la analogía que mejor me queda es la
metamorfosis de una mariposa. Los cambios son radicales, a veces sufres porque no quieres salir de la
zona de confort o porque lo que viene es tan desconocido, sin embargo, muy dentro de ti tienes ese
instinto, ese sexto sentido como decía mi abuelita, ese palpitar de corazón, que te irá guiando en este
camino.

La maravillosa época de lactancia es un diario conectar, es seguir sintiendo nuestro calor y latidos
cerca, a pesar que crucé por un mal rato de mastitis, creo que eso me enseñó a que pase lo que pase,
en ese momento, eras mi prioridad, debía amamantarte, aunque llore del dolor, de todas formas,
aprendí que ese amor de madre lo cubre todo.

Enseñarte a comer, fue chistoso y con problemas, ya que, al probar cada nuevo sabor, hacías unas
caras muy chistosas, casi vomitas el primer bocado de banano. Así mismo lidiamos mucho con los
dolores estomacales hasta que te acostumbres sobre todo a la pera. Los días pasaban, te encantaba el
jamón, las papas fritas, la naranja, los huevos de codorniz, el tallarín, el brócoli, etc., etc. Pero tenías
un pequeño problemita por así decirlo, de vez en cuando y un poco seguido, te mordías tu dedito y
llorabas sin parar.

Siguieron los momentos juntos, cada mes tenía su belleza, esperar hasta que ya no botes los quesillos,
esperar hasta que puedas dormir más tiempo, esperar hasta que te puedas dar la vuelta, esperar hasta
que te sientes, esperar hasta que empieces a gatear, esperar hasta que des tus primeros pasos y dentro
de esa espera, de a poco te fuiste escabullendo de mis brazos, cerraba los ojos y no podía imaginar
cómo pasaba el tiempo, toda la alegría que nos trajiste. Una parte de mi estaba tan contenta de ver tu
independencia y crecimiento, pero la otra parte que hasta ahora resuena en mi oído, es aquella voz que
dice: “Por favor ya no crezcas más”.

7. LAS GAFAS ANTES DE LOS 2 AÑOS

Y es así mi pequeña princesa como los segundos se convirtieron en minutos y estos se hicieron horas,
ellas a su vez días y pasó el tiempo, no sé cómo, no sé cuándo, solo hay amor y puro amor para darte.
Tarea difícil poder describir al hermoso personaje en el que te ibas convirtiendo, wow. Para ese
entonces las noches eran largas, pero ahora que estás cerca de tus 15 analizo y siento que los años se
han vuelto cortos.

Eras mi solecito que pasaba encendido todo el tiempo, pintas de colores mis mañanas y haces que mi
alma se despierte con tu luz, es así que allí me tenías, registrando todo lo que te pasaba, como único
tesoro, te cuento que me sonreíste por primera vez un 20/03/2009 es decir a tus 16 días, dormiste toda
la noche a los dos meses, el día que te sentaste fue a los 5 meses un 10/08/2009. Dijiste tu primera
palabra a los 7 meses siendo “mapapita”, y a los 11 meses ya iniciaste a caminar.

Tu primer añito de vida lo celebramos a lo grande, tuviste dos fiestas, en Quito y en Tulcán, Eso
quiere decir que hasta tus nueve años siempre tuviste dos tortas. La fiesta de primer añito fue de
disfraces y la invitación fue un lindo gusanito de manualidad que hizo la tía Ferucha. A ti te
disfrazamos de mariposita, ya verás todo el respaldo fotográfico.

Si alguna vez te sientes ofuscada y no sabes por dónde empezar a encontrarte, inicia con tus ojos, son
verdaderas puertas a tu corazón, ellos lo dicen todo sin saber alfabeto alguno, cuentan poemas de ti si
saber ni métrica ni rima, te delatan sin quererlo expresando todas y cada una de tus emociones.

Y creo que alguna parte de tu ser necesitaba poner una marca personal y de protección, y por ello una
mañana entre el rosa de tu look, me pediste con premura unas gafas, eras apenas una nena de un año y
10 meses.

Como de costumbre, era algo que te urgía casi casi como necesidad vital, salimos en la búsqueda y es
así como para el día de tu cumpleaños luciste unas bellas gafas rosas acorde a tu gusto, fashion como
tú, me hiciste que te peine con una red de ligas. Las gafas las llevaste puesto todo el día y te las
sacaste cuando llegó la noche.

8. MIEDOS Y MÁS.

Nuestra aventura en el fabuloso mundo de ser hija y mamá siguió su curso. Quiero dar realce a este
título, porque, así como digo que tuviste los mil y un miedos, puedo decir que hicimos lo posible para
que ellos no nos paralicen y podamos atravesarlos juntas.

Es normal tener miedo, de hecho, este libro, es el puente entre uno de mis más grandes miedos y el
éxito, pocos lo entenderán; escribir, escribir, escribir sin importar tiempo ni espacio, pero siempre
anclada a mis dos realidades: Ani y Bell.

Antes de este libro, pensé que era bueno escribirle al miedo, pero gracias a Dios, me pusiste en tus
sueños a cumplir, por tanto, emprendí este reto y creo que ha sido más llenador y con propósito que
escribirle al miedo.

A medida que crecías ibas tallando tu personalidad, hasta que llegó la época de los miedos estimo
sería a los 3 a 4 años. Sin intención de avergonzarte, más por el contrario, hacerte notar una de tus
grandes características, la valentía, paso a enumerar algunos de los miedos que recuerdo tenías.

El primero y que duró por mucho tiempo, miedo a la soledad, a la tuya y la mía, pues tenías miedo a
dejarme sola. Sola con tu hermanita que hasta ese entonces tenía quizá un par de meses y aunque me
cueste aceptarlo, quizá ese miedo ni siquiera era tuyo, era aquel reflejo que mirabas en mí. Que lo
superaste, por supuesto que sí, creo que se lo vence cuando te encuentras cara a cara contigo misma
y te amas fuertemente.

Miedo a la oscuridad, te aterraba dormir con las luces apagadas, razón por la cual te compramos
muchas lámparas y focos especiales, la de mariposa, la de pelota de fútbol, la de carita, la de princesa
Jazmín, la de oso amoroso, papá puso una lámpara larga en la parte alta de tu primer cuarto, la tortuga
rosa y finalmente las luces led en la cabecera de tu cama. Hace poco me confesaste que, al ser
hermana mayor, te haces más independiente y valiente, pues, aunque tenías miedo de la oscuridad era
bueno el ejemplo de valentía a Belén, así que entrabas al cuarto oscuro demostrando valor.
Cuando se fue el miedo a la oscuridad, exactamente no lo sé, pero puedo volverte a decir lo que te
contaba a tus tres añitos, la oscuridad es la ausencia de la luz y la luz siempre está en tu interior,
nunca lo olvides mi niña.

Miedo a dormir y no despertar, como inicie diciendo, tu personalidad única iba tomando forma, una
de aquellas noches que te iba a dejar a dormir, porque al otro día tenías clases y yo debía lavar platos
y cocinar, en la tercera o cuarta levantada, ya llorando, me decías y si duermo y no despierto más, que
va a pasar mamá?, me hubiese gustado tener la sapiencia de hoy, para minimizar la importancia a la
vajilla por lavar y los juguetes que debía recoger y maximizar el quedarme contigo más tiempo en la
cama y explicar de mejor manera, que aunque el miedo era infundado, al fin y al cabo era un miedo .
Tan solo te decía que sí ibas a despertar, sin mucha explicación, caso contrario ni dormías y quizás
sacabas más miedos de la explicación o más dudas como la típica pregunta: ¿Y cómo sabes tú?.

Miedo a la muerte y sus derivaciones, te explico; tenías miedo a morir, a que yo muera, a que papá
muera, a que Belén muera, a que Morena muera, en sí a que muchos mueran, y no obstante con ello,
después de recibir mi teórica explicación en el supuesto caso de que muriéramos iríamos al cielo, salió
un miedo más grande e intenso, el miedo a que una vez muertas como nos íbamos a reconocer en el
cielo. Espero que alguna parte de ti me haya entendido, al ser tan pequeña, como te explicaba que
somos luz, que no tendremos forma pero que la fe me dicta que estaremos allí y sabremos quienes
somos.

Miedo al abandono, este fue uno de los más terribles de la aquella época, tenías que papá nunca
vuelva de sus viajes o peor aún que te dejemos en la escuela y no vayamos a retirarte, quizá la
psicología diga que tu niñez fue llena de miedos y que muchos serían miedos compartidos quizá de mi
niña interior, sin embargo y con orgullo te digo hija mía, los superamos todos, que siempre te fuimos
a retirar de la escuela y que papá siempre regresó con una sorpresa de cada uno de sus viajes.

Quiero detenerme un poco en este miedo, porque me costó tiempo, años entenderlo, de hecho, hasta
que tú me lo contaste, yo pensaba que era parte de la adaptación de tener una nueva hermanita lo que
no te permitía ir tranquila a la escuelita. Tu primer día de clases fue encantador, papá, abuelita, Ampy,
Belén en mi panza, estuvimos contigo.

El problema fue el segundo día, el tercero, el cuarto y con seguridad los 15 días siguientes quizá el
primer mes. No querías ir a clases, no desayunabas, no comías el lunch, mojaste tus uniformes varias
veces, pedías bajarte de la buseta cuando le recogían a Emi, y lo más fuerte es que yo miraba una
profunda y dolorosa tristeza en tus bellos ojos.

Odiabas los lunes a pesar que cantábamos juntas la canción de los días de la semana, intentamos mil
artilugios para que te adaptes, entre ellos envío de peluches con los perfumes de mamá, de papá, y
revueltos, juguetes, comida rica, sorpresas al regresar de clases, Emi y Ary como primas grandes,
llevabas los dulces para compartir con los compañeritos el viernes y querías hacerlo siempre, al
menos esto te motivó a desear ir.
Incluso te inventabas enfermedades, te dolía el pelo, la uña, el pie, el estómago y hasta el lunar que no
tenías. Para ello me inventé la calificación al dolor, ¿cuánto te duele del 1 al 10?. Pero desde el 7 ya
tocaba inyección o el hospital.

Hasta que el hermoso Tavi (tu pequeño osito de peluche) llevaba nuestras fotografías en su
corazoncito, creo que fue lo que surtió efecto. Años más tarde, veo que me faltó escucharte, oír tus
palabras y leer tus silencios, me faltó entenderte, me faltó ese sexto sentido, porque lo único que has
querido y que te desesperaba era no poder ayudar con tu hermanita.
Sin embargo y prosiguiendo, otro miedo que imagino cuando lo leas, se te dibujará una sonrisa, es el
miedo a que tu ropa favorita no te quede o que algo que veíamos en el supermercado y te gustaba se
acabe. Tenías estrategias, si había algo que te gustaba lo sacabas de percha y lo escondías al fondo,
me decías que podríamos volver, encontrarlo y comprarlo y que, si la ropa no te quedaba, entonces la
guardarías para tus hijas.

Miedo a: que un ladrón se entre a la casa, a los animales grandes, a las gallinas, al monstruo del
armario (lo matamos con el chichis matamonstruos), a encontrar animales mágicos, a que los
personajes salgan de la tele, al gorila del programa pijama party, a que se choque la buseta de
recorrido, a que te enfermes y nunca sanes, a los lunares grandes, a que se te caiga el cabello, a que se
te pierdan tus churritos, a las alturas, al sonido de la lavadora por las noches, a la sombra que
proyectaba la ropa colgada en la terraza, al juego Charlie Charlie, a que el sol no vuelva a salir….; son
los que recuerdo; cuando algo te asustaba de un programa de televisión salías corriendo a esconderte
hasta que pase lo miedoso, te tapabas los oídos o si la conversación era incómoda para ti, decías:
- ¡Ya no hablemos de esto que voy a soñar!

Con esto mi querida nena, solo quiero que sepas que lo hiciste bien, pues cuando sientas que algo te
incomoda, o que allí no es, aléjalo de ti, uno tiene el pleno derecho a ser feliz, a tener un bienestar y
lograr un paraíso aquí en la tierra, fruto de nuestras buenas decisiones.

Y si algún momento vuelves a sentir miedo, abrázalo, camina junto a él, no te resistas, porque en
realidad somos energía y de alguna forma el miedo nos revitaliza. No corras en dirección opuesta,
pues te voy a contar un secreto de lo que pienso del miedo.

Nuestro amigo miedo es uno mismo pero vacío de sí, cuando lo entiendes sabes que debes acogerlo,
pues lo único que éste quiere es romper tus propios límites y enseñarte a cómo dar un paso más.

La relación que de hoy en adelante tengas con tu miedo, será la decisiva, que el miedo no te paralice
ni te frene, más por el contrario, que te despierte y te haga mover para darte cuenta que hay cambios y
que algo importante está pasando. De eso se trata la vida, cambios constantes.

Créeme hija, abrazar al miedo es mejor que huir de él, porque darás inicio a que todo fluya y verás
que pronto en lo que te enfoques sucederá. Si lo abrazas y crees en tí, habrás conseguido un
acelerador para cumplir tus metas. Y aunque mil voces externas e internas te sugieran que más fácil es
encontrar el NO, por qué no y 100 obstáculos venideros; si tú crees en ti lograras encontrar esa
solución, ese SÍ que buscas, ese sueño que persigues. El mundo es de valientes como tú, que usan su
miedo a su favor.
9. LA ESCUELA

Pensé que de a poco o de a mucho superamos el miedo a las clases, (en realidad nunca fue ese tu
miedo). Pero, así como había días buenísimos, también los había grises.
Y es que la gama de colores no solo existe en tu caja de crayones mi pequeña nena.

¡Cómo te explico!. Habrás leído que esos tiempos de transición en mi vida no existían, cuando la vida
se empeñaba en cambiar mi hábitat lo hacía de un solo golpe. Fue así como me casé y tú ya estabas en
mi pancita, ni bien me estaba acostumbrando a tener un esposo, naciste, apenas tenías seis meses y
tuvimos nuestra primera y última gran crisis matrimonial, todos tus mágicos cambios eran grandes y
marcados, yo apenas acababa de acostumbrarme a cargarte y darte de lactar; mientras tu ya pedías
sentarte, gatear y comer. No pasaba tiempo y en seguida a caminar. Tenías un año y medio, cuando
volvía a quedar embarazada, perdimos al bebé. Pasó un año más y volví a quedar embarazada; tú ibas
a entrar a la escuela y yo iba a dar a luz a Bell.

Debo confesar que siempre hice mi mejor esfuerzo, mientras cuidaba de tu hermanita en casa,
analizaba las mil formas para apoyarte en la escuelita. Entraste al ISM, una escuela bonita, grande,
con muchas exigencias, sobre todo en idiomas y también costosa. Como alumna fuiste eres y serás
una lumbrera donde te pongan.

Nursery, así se llamaba tu nivel escolar y la profe Miry, una señora bajita y gordita, de cabello
amarillo, te enseñó noblemente tus primeros trazos. Las profes de inglés no las tengo muy presentes,
pero a punte canciones hicieron que el idioma extranjero fluya más rápido. Llegabas con la canción
“Five Little Monkeys” te molestabas mucho porque no me la sabía y no te podía ayudar, cuando por
la noche llegaba papá le pedías que te la cante y como no sabíamos cual era, tocó llamar a la profe
para que nos de al menos el título y con eso buscarla en la web para poderte ayudar.

A veces parecía que ya te ibas acoplando, pero te causaba un poco de susto el inicio de cada año
escolar, y se volvía a dibujar en tu bonito rostro, ese hermoso puchero de tristeza y ojitos aguados por
las lágrimas que no esperaban a brotar. Cada domingo antes de iniciar clases, entrabas en pánico,
acotando que este año muy probablemente no tengas amigas, que quizá nadie quiera salir a recreo,
que los profes no te recuerden y algunos conflictos de pensamientos más.

Cada domingo mientras trenzaba tu cabello, te trabada de convencer con gran seguridad, de que ello
no pasaría, más sin embargo y debo confesarlo, por alrededor de 3 años esperaba que te fueras y al
menos la primera semana justo a la hora de recreo, te iba a ver desde afuera del colegio. Hasta ahora
tengo una imagen grabada en mi mente, estabas en prebásica, salieron a recreo, y tú te quedaste solita
todo el recreo, realmente no tenías amigas ni nadie con quien jugar; al llegar a casa me dijiste que una
niña había dicho que contigo no se junten (a veces los niños pueden ser inocentemente crueles).

Fui al siguiente día, miré tu soledad en el recreo, miré como te columpiaste hasta que la profe llamó;
no pude más con mi llanto y molesta entré a la escuela; a pedirle alguna explicación a la profe, de
porque alguien no estuvo contigo; amablemente me calmaron y dijeron que era parte de la adaptación,
exigí que por lo menos alguna de las profes ayudantes siempre esté pendiente de ti, para que no estés
sola.
Más creo que era la única que se complicaba por eso, no pasaban dos o tres días y ya tenías hasta
mejores amigas, a las cuales, invitabas a la casa de turno a jugar.
Como siempre te he dicho las ideas juntas y revueltas son grandes nudos en tu cabeza, si vamos
separándolas, solas, son fáciles de resolver.

Amiguera como tú, no existe, eres muy peculiar, al inicio piensas que nadie te querrá, en dos días eres
la más popular, en cuatro días eres la favorita de los profes, en ocho días tienes muchas amigas, y en
diez días tienes amigas del alma, aptas para invitar a casa.
Cómo podría olvidar las tardes de juego con Paulita Castillo, Camila, Valentina, en tu época escolar y
ahora a Domenika con K, Yarian, Miley, la Cantos, la Ortiz hasta el momento.

Todo ser humano necesita una Ani de amiga, eres líder, consejera, enojona, gruñona, correcta, loca y
recatada (a la vez), risueña y sería, noble, a veces tipo mamá que hasta te desean feliz día de las
madres, porque las regañas como si fueras una auténtica madre.
Pero lo que sí debo destacar es que tienes un legado, un ejemplo a seguir, así que, si encuentras una
amiga de verdad cuídala como a ti misma porque esa será una hermana que te dará la vida.

Fuimos a casas abiertas, días de la familia, inauguración de deportes, spelling bee, exposición de
trabajos y de clubes, minutos cívicos, programas del día de la madre, del padre, de navidad, de fiestas
de Quito, de los difuntos, concursos de matemáticas, de lengua, de inglés, conciertos, carreras
atléticas, pregones, caminatas con faroles, novenas, misas y hasta revoluciones.

He sido secretaria, vicepresidenta y presidenta por varias veces, me he vestido de Quiteña bonita, Srta.
Deportes, he ido a exponer mi profesión, he cocinado comida de Siria, he sido la mejor maquillista, he
alquilado disfraces y he cosido trajes de baile, he hecho galletas de pensamientos, he realizado
exámenes para que puedas estudiar, te he tomado poemas y te he escrito cuentos, he realizado
problemas matemáticos y soy la mejor chofer y chaperona cuando estas con tus compas de cole, como
te darás cuenta y quiero dar gracias infinitas a Dios por haberme permitido ser una mamá
completamente presente en tu vida, a tal punto que recuerdo cada cosa como si hubiese sido ayer.

Lo que quiero mostrarte con esto Any, es que, no importa la edad en la que estés, la institución a la
que pertenezcas, las amigas que tengas, las tareas, los profes, la ciudad, ten la confianza y seguridad
que mamá siempre está contigo en las buenas y en aquellas en las que nos toca aprender.

10. PERDÓN

Creo que este capítulo con tan solo ponerle el título, habla por sí solo, enseguida viene a mí un nudo
en la garganta y se desborda una gran cascada en mis ojos.

Dicen que es de valientes pedir perdón, dicen que es de sabios perdonar, pues hoy quiero ser ambas,
quiero que visualices a mi corazón palpitante en una bandeja plateada. Porque así de puro y sincero te
lo presento, a ti mi hija espejo….. mi hija maestra.

Realmente solo intento que me mires en cada momento que te voy a contar, porque solo así podrás de
alguna forma comprender este sentimiento que embarga mi ser.
Descompostura, así mismo es hija, hay una verdad rondando entre las madres, que es:
- “No hay manual para los padres”.
Sin embargo, con el presente texto de alguna forma pretendo opacar esa verdad e ir creando camino
para que de alguna forma encuentres pistas cuando sea tu momento.

Volviendo a la descompostura, es la palabra que coloqué a lo que a me pasaba. En término estricto,


descomponer es separar en partes, es así como me sentía cada vez que no podía darte lo que esperabas
o lo que merecías, siendo yo misma mi más implacable jueza.
Cada vez que te retaba esperando que seas un adulto cuando apenas eras una bebe…… me
descomponía.
Cada vez que regabas la comida….. me descomponía.
Cada vez que no dormías a tiempo….. me descomponía.
Cada vez que dejabas en desorden tus cosas ….. me descomponía.
Cada vez que no te apurabas para ir a la escuela….. me descomponía.
Cada vez que gritabas ….. me descomponía.
Cada vez que no saludabas, que no agradecías, que no te gustaba el peinado, la comida, el juguete
comprado, cuando en la calle soltabas mi mano, cuando peleabas con tu hermana, cuando olvidabas
ponerte el traje de baño para natación, cuando no querías estudiar para un examen, cuando querías que
yo estudie contigo, cuando te sentías menos que tu hermana, cuando pensabas que no eras lo
suficiente, cuando quisiste probar límites, cuando respondías gruñona, cuando te enojabas más,
cuando ya empezaste a no responder, cuando ya no te importaba estar o no conmigo, cuando deje de
ser tu primera persona…..me descomponía.

Te explico mi descompostura, porque una parte de mi se molestaba mucho y la otra en la misma


intensidad se sentía tan mal; ¿pero de que me sentiría mal?, aquí mi pensamiento:
- De no estar entera, de no ser la madre perfecta que te merecías tener.

¡¡¡Ay!!!, mi querida princesa; te di tres en la cola, te grité, te callé, te mandé a dormir sola, te
manoteé, te di tiempo fuera, te quité tu muñeca favorita, te bañe en agua fría, te amenace de votar tus
juguetes, te hice sentir culpable por no tener tiempo para mí.

Y ahora en este capítulo llamado Perdón, quiero parar un momento el tiempo, para tomar de la mano a
aquella bebé, a aquella niña, a aquella adolescente, a aquella señorita, a aquella mujer, a aquella
madre, si a ti, en el tiempo y espacio sin fin, para pedirte Perdón, por cada mal rato, por cada lágrima,
por cada enseñanza mal enseñada o porque no tuve el tino para ser tu maestra.
Perdón por no tener toda la paciencia ni el conocimiento para hacer o crear un mejor momento para ti,
para mí, para las dos.

Y quizá no pueda ni regresar el tiempo, ni remediar los daños, pero puedo asegurar que cuando me di
cuenta de mi descompostura, hice todo mi mejor esfuerzo para integrarme y que me encuentres
completa, no puedo decir perfecta, porque esta no existe, no hay mamá perfecta.

O quizá y en contraposición, la mamá perfecta si existe …


Es humana y es totalmente imperfecta. Descubrí que la perfección es conectar y reconectar desde esa
humanidad a la divinidad.

De alguna forma logré entender que no quiero ni debo medir mi perfección con lo que pretendo o
exijo a mis hijas. Porque bajo ningún concepto social quiero mediante ustedes lograr todo lo que no
logré en mi vida.

No deseo sobreprotegerte, no deseo que tengas mis carencias, más por el contrario, deseo que sepas
que eres lo suficientemente única para labrar tu camino, equivocarte, aprender y con eso ser
perfectamente imperfecta.
Entendí que cada vez que te juzgaba a ti, ya me había previo juzgado duramente a mí misma, y sabes,
me harté, si como lo lees, cuando lo entendí pase a aceptarme y aceptarte tal cual eres, con tus
virtudes y particularidades, que te hacen SER.

Para ello, tuve que sentir el vacío de tu presencia, estando presente, casi vuelvo a llegar tarde mi
pequeña, porque sentir las inclemencias de tu desamor hizo que me cuestione y tome una máquina del
tiempo que me regresó a mis 14 años, para abrir mi mente y fresquearme, saber que todo era parte de
la edad y momentáneo y….. que pronto iba a pasar, pero dependía 100% de mí, hacer que esta etapa
fuera una gran pared o un hermoso puente.

Es así, tal cual, en mis cuentos inventados del gato cósmico, vine en mi nave, con una gran nota
metal: debía darte espacio y tiempo, debía entender que habías crecido, saber que eras más grande y
más fuerte, que eras como esas dos primeras hojitas brotando de la tierra fértil, que si o si debía
interpretar silencios y gestos, que un “maldita” no es el fin del mundo, así como un “te amo” tampoco
es tan grande como yo lo conceptualizo, que ahora eras tu el centro de atención de ti misma y tenías
cada día nuevos sueños que cumplir.

Que, si cambiamos, por supuesto, cambiar el enfoque tiene un efecto sanador, establecimos
equilibrios, como por ejemplo en tu orden, en mi orden y el desorden, pusimos algo que era el orden
de Any. Entendí que si te apuro no lo haces, pero que si te motivo lo logras. Volví a entender que eres
un ser único y diferente, con su propia luz, que no me quema, que no me opaca, más bien nos
multiplicamos juntas.

Te doy gracias a ti mi hija maestra, porque siendo tan menor a mí, en edad, me has enseñado cual
gurú, principios básicos del SER, cuando tenías cuatro añitos y hacías alguna travesura, como ya
sabes te castigaba o nos disgustamos, no pasaba mucho tiempo, volvías limpiando tus lagrimitas, con
ese puchero dibujado en tus labios y me decías:

- Si te disculpé mami.

Creo que no era lo suficientemente sabia para entender, ni estaba lista para esa gran enseñanza. En mi
burdo pensamiento, tontamente acotaba:

- Pero si fuiste tú quien hizo la travesura, tú deberías pedir disculpas.

Movías la cabeza y me besabas, yo seguía sin comprender, ese cuadro pasó más de cien veces, hasta
que, por alguna descompostura de mi parte, calle tu voz, domé tu ímpetu y te obligué a decir:

- Perdón mamá.

Ahora que Dios me ha permitido ver más allá, soy yo hija mía quien te pide perdón, más de cien
veces, perdón por no entender, que tu gran inocencia conjugada con tu sabiduría, sabía la verdadera
esencia del perdón. Tu disculpas cuando entiendes que la culpa no te pertenece ni te hace bien y
pides perdón para reconciliarte con el amor.

Así que hija mía primero me disculpo a mí misma y te pido perdón para que fluya nuestro amor.
Quizá hubieron y habrán días en los que la sabiduría no me embargue tanto, cometa errores, pero
tendré la certeza del camino recorrido y podré decirte cada noche al acostarme que después de Dios
soy el ser que más te ama y que el día de mañana volveré a intentar ser una mejor mamá.
11. BITÁCORA PARA MI HIJA

Me invaden sentimientos de alegría y euforia a la vez, es que nadie me había hecho sentir antes la
necesidad de escribir tan fluidamente como ahora lo estoy haciendo, necesidad basada en tu sueño, es
que a veces he buscado en libros, en cursos, en lives, incluso he pensado en hacer tic tock pensando
en reconectar contigo; más sin saber a plenitud, que el camino es tu historia, nuestra historia, y las
herramientas son el talento con el que vinimos desde que somos luz.

Sin ser marinero ni capitán de un barco, tan solo con el anhelo ferviente de conducir el barco de mi
vida, quiero crearte una bitácora que se fije a tu mente y corazón, que se mantenga junto al timón y así
querida mía, se te facilite en algo ese navegar en océanos desconocidos.

Te aconsejo que lo guardes para cuando vengan tormentas y vicisitudes inesperadas, porque solo
remontando al pasado y analizando tu esencia con seguridad tendrás las respuestas necesarias para
avanzar.

Bitácora para Any


Porque paso cada día encontrando un artilugio que permita crear una bitácora para navegar en tus
océanos de amor.
Porque empiezo a materializar mi sueño, cuando veo que tú, sueñas con esa realidad.
Porque en medio de nuestro espacio y tiempo solo tengo gratitud hacia ti por ser mi gran Maestra.
Para que mi ser perdure y supere a las mil lunas que quiero vivir.
Para que todos puedan leer y volver a sentir nuestra relación.
Para que mi descendencia sepa quién eras vos y quién era yo.
Para que en cualquier viaje cuando decidas desprender el ancla del fondeadero, puedas recordar y
saber que soy tu puerto seguro.
Para que seas siempre la creadora de tu curso, determinando su posición presente, tu rumbo y tu
velocidad, haciéndolos óptimos para llegar a tu destino.
Para que sepas que al manejar el timón lo gobiernas y tu vida cual navío llega al sitio donde su
capitana piensa, pero siempre hija mía, siempre, mira esa luz que va marcando el curso y destino, esa
luz que brilla desde dentro de ti hacia fuera, esa es tu conexión divina con tu Creador, tu Padre Dios.
………Escrito un día, de aquellos que no sabía cómo llegar a ti, tenías 13 años.

12. MÁS DE 21 DIAS SIN TI

Quien leyera este título, esperaría encontrar una historia de amor, seguramente intuyes lo mismo.

Pero en la actualidad, quitarle el dispositivo tecnológico a una adolescente es como amputarle una
mano, una pierna o incluso medio cuerpo, todo dependerá de la entereza y la madurez con la que
cuente ese ser humano.

En mi afán de parar el tiempo y conectar contigo, muy probablemente soy la responsable de que te
hayas quedado sin celular por tanto tiempo. Debes saber que las súplicas de una madre hacia Dios
siempre son bien escuchadas, entonces, al no sentirte, al ver como cada día te ibas más lejos, le pedía
a Dios que me ayude y me permita conectarme contigo.

La falla, claro está, que nunca le digo como ni cuándo. En su infinito amor, me dio lo que pedí, pero
para ello era necesario que te desconectaras de tu aparatito tecnológico. Al inicio cuál drogadicto,
desesperado, con ansiedad y frustración; todo al mismo tiempo. Estabas en la ciudad de Baños, el
viaje que hiciste con los Fuchs. Me llamaste llorando a contar que el celu se había dañado.

Enseguida venía el paseo familiar a las Islas Encantadas, y lamentablemente no pudimos arreglar tu
celular, pese a los intentos. Sin embargo, librando la crisis inicial y una que otra crisis en la
habitación, creo que la vida nos enseñó y nos volvió a conectar, justamente lo que había pedido.

Pues allí estabas, otra vez, frustrada, con decepción, confusión, lágrimas, intentando volver a respirar,
intentando no sentir tanta tormenta en tu cabeza. Allí también me encontraba, conteniendo tu sentir,
jalando el poco raciocinio que tenías, sin dejarte hundir. Papá con su visión general, no entendía la
importancia que se daba a ese momento, elevando la voz, dijo:

- Está en ti princesa, quedarte llorando o salir a darle la cara al mundo y asumir con firmeza
este momento.

Del miedo o del respeto te levantaste, limpiaste tu rostro y te pusiste linda, porque era el día de la cena
familiar. Mas, mi lente de madre, observaba más allá, encontraba tu malestar, validaba tu emoción y
pedía a Dios que sea lo más llevadera posible. Que, si tallamos en nuestros hijos, claro que sí, con
gestos, con voces, con presencias, con ausencias y con silencios.

Me alegra relatar, que estoy muy orgullosa de ti, superaste el momento con honores, no te dejaste
opacar; y lo más bello es que ese momento marcó nuestro gran reencuentro. Pues al estar sin la
distracción de la supuesta “conexión virtual”, volvió mi nena, que conversaba, que se fijaba en cada
detalle, creo que en tu retina se quedaron grabadas más imágenes de Galápagos que cualquier celular
puede captar.
Que interesante fue volver a conversar contigo, te diste cuenta que no necesitas un celular para ser
feliz, creo que ese hecho marcó un antes y después en tu forma de ver la vida. Debo confesarte que
lloraba por las noches con el papi, porque no sabía cómo aplacar tu tristeza, hasta que me di cuenta
que era parte de tu camino y transformación.

Cuando ya regresamos a casa, se volvió a intentar componer el teléfono, pero así mismo pasaban los
días, te lo entregaban y a la hora de uso se volvía a apagar, que, si era incomodo, me imagino que sí.
¿Cómo lo superaste?, si alguien me lo hubiera contado, hubiera apostado y perdido.

Iniciaste a leer la trilogía “Culpables”, para mi total admiración y te juro que te hago una reverencia,
porque terminaste la trilogía antes de iniciar clases, en tiempo serían dos meses. Wow y recontra
wow, de alguna manera a más de la reconexión madre e hija, llegó algo que siempre había tratado de
inculcarte, el amor por la lectura. Los caminos de Dios son perfectos, muchas veces incomprendidos,
pero créeme tarde o temprano tus sueños se cumplen. Siempre la fe supera el miedo a caer.

Todo mi ser vibra cuando te escucho contarme lo que has leído, me cautivas en corazón y razón, me
motivas a escribir, me construyes y me empoderas cuando me dices:

- Mami, tú ya debiste escribir historias como ésta, ya fueras famosa.

A kilómetros de la fama, lo que realmente me estremece es tu creencia en mí. Y de una me


teletransportas a tus 3 años, donde yo era tu gran heroína, la que todo podía y sabía. Y me volví a
enamorar de esa pequeñita que ahora se iba convirtiendo en mi partner de tertulias.

Es increíble como me muestras tus puntos de vista, es una forma tan nueva de percibir la existencia.
Pues emocionada me encuentro cada vez que hablamos y mi adolescente me cuenta su vivencias, sus
bromas del cole, cuando analizamos las canciones de moda, lo que dicen, lo que omiten. En medio de
esa tertulia y carrusel de emociones y modas, vamos reconociéndonos, por mi lado voy dejando mi
huella y por el tuyo vas marcando el camino, formado tu propio criterio, con la base sólida del mío,
sin prejuicio, sin tabúes, sin mojigaterías, tan solo con la esencia verdadera de quienes somos.

13. DEL AMOR Y DESAMOR

Nadie sabe en realidad qué es lo que tiene hasta que se enfrenta con el miedo o la realidad de perderlo.
Espero mi niña que no se te haga tarde, para valorar a una persona, porque sabes, nunca encontrarás
a una persona dos veces. Más importante aún, deseo que todos aquellos que se acerquen valoren
quién eres. Quizá no hayas tenido esa bonita experiencia del enamoramiento, o al menos no lo he
notado. Y justamente me gustaría compartirte algunas vivencias y de paso pequeños tips, si llegaran a
servirte.

Te está hablando una mujer romántica, de las de antaño, que siempre soñó con un amor de ensueño,
de esos que te quitan la respiración y hacen florecer mariposas en el estómago. A tu edad pasaba
imaginando cómo sería aquel hombre que me bese por primera vez, acompañado con las mil y una
posibilidades de respuesta mía. ¿Cómo sería el hombre que recibiera mi primera carta?, ¿Cómo
debería comportarme?, etc, etc.

Debo confesar que era exigente, o al menos eso creía, sin embargo, al momento dado, la ilusión del
primer enamoramiento surge inesperadamente y nubla el pensamiento, tantas exigencias que tenía y al
rato de ratos mi primer enamorado no llegó ni a los tobillos de aquella imaginación.

Viene a mi mente un poster que mi hermana tenía en su cuarto, el que decía; “para llegar a tu príncipe
blue, deberás besar muchos sapos”. Esa idea trastornó mi mente, me hacía ensayar a punte naranja y
chupete las mejores maneras de dar un beso y con ello no quedar tan mal o no hacer notar que era
totalmente novata en el tema.

No pondré nombre, pero diré que, me ilusioné, le escribí cosas bonitas, me disgusté con hermanos y
mamá por aquel fulano, que no me tomó en serio, menos aún valoró mi sentimiento hacia él; logró
lastimarme y marcó un alejamiento del romance, pero me di cuenta, que una cosas es decir y otra
muy distinta hacer, allí radica el valor de una promesa.

Pero esa fue mi primera experiencia, luego viene una más valiosa y fuerte, en la que me enamoro
hasta las patas como diríamos en ese tiempo. Llegó aquel enamoramiento que tanto había esperado e
imaginado. Despertando en mí los más nobles y bonitos sentimientos. Al inicio todo parecía mágico,
increíble e inesperado.

Casualidad, a él lo plantaban y yo me esforzaba para que todos piensen que era mi pretendiente. Nos
habíamos conocido cuando tenía 14 años y los dos lideramos un movimiento juvenil junto con el
Padre Juanca, el tiempo pasó y llegó el día del encuentro yo tenía 17 años y el chico era universitario.

Saludamos, conversamos y propuso ir a dejarme a la casa en taxi, algo por demás novedoso, pues los
chicos de mi edad, no tenían ni la para el bus. Como debía viajar a continuar con sus estudios en
Quito, intercambiamos teléfonos y listo. Jamás pensé que volvería a llamar.

Por la noche de aquel día me llamó, conversamos y desde allí se abre las puertas de una amistad
mezclada con flirteo, pasamos hablando vía telefónica (teléfono fijo), por alrededor de 2 o 3 meses no
lo sé, conocimos nuestras formas de pensar, tejimos conversaciones que duraban horas, mi mamá me
retaba, porque me la pasaba hablando, lo interesante es que no nos mirábamos, pero parecía que nos
conociéramos desde siempre. En cada llamada empezaba a brillar una chispa de enamoramiento, un
nerviosismo que no entendía, anhelos de descubrir quién era ese personaje con el que hablaba por la
noche. Temas diversos, desde cómo nos fue el día, hasta proyectos, bromas, escritos, poemas,
canciones. En este punto de la vida me hubiese gustado que existieran las video llamadas.

De su universidad le dieron vacaciones, y un día cualquiera, estaba allí, fuera la puerta del colegio, ni
te imaginas, me quedé helada, sorprendida y full nerviosa. Saludamos, estaba con su amigo y yo con
mis brujas. Caminamos hasta no sé dónde, volvió a irme a dejar en taxi, y pactamos una cita para la
tarde.

Fuimos a una cafetería, te confieso que entre los dos ya todo estaba hablado, pero faltaba el plop.
En medio de tanta plática, un café helado y su mano rozando mi mejilla, el corazón se me escapaba a
salir. Realmente no recuerdo si se me declara en la cafetería o minutos más tarde, eran ya las 6pm
debía volver a casa, salimos tomados del brazo y una luna llena hermosa se avizoraba en el cielo,
fuimos hasta la calle Bolívar, paramos el taxi; me entregó una tarjetita en alto relieve hecha por él
mismo, tenía el arte, pues seguía arquitectura como carrera. Ya estábamos enamorados, nuestra
historia continuó así llena de magia y color, abundante en detalles y momentos únicos por parte y
parte, pasaron algunos años, con muchas, muchas vivencias, que serán temática de otro libro. Sin
embargo, al final de esa bonita y especial historia de amor, lo que puedo decirte hija mía es que:

“Amar es un acto de valientes y todos debemos vivirlo intensamente”


“Más, el amor es una energía que jamás termina, tan solo se transforma”
“Aunque a veces sea la persona correcta en el tiempo incorrecto, es mejor dejarla ir”
“Real, un amor real, nos hará perdonar, olvidar y volver a amar”

Con estas pocas frases, impregnadas en mis recuerdos, pongo en la mesa de nuestras conversaciones,
esta etapa de mi vida, desconocida por ti, quizá porque apenas tienes 15 y recién empiezas a ver otras
formas de amor.

Mi querida, te cuento que la atención es un lenguaje de amor, pero si tienes una encrucijada y tuvieras
que elegir entre alguien que te quiere y alguien que se preocupa por ti, elige el segundo, pues no todos
los que dicen “te amo”, se preocupan por ti, pero ten la plena seguridad que todo el que se preocupa
por ti es porque “te ama”.

Así como te he hablado del amor, es menester hablar del desamor, del crudo dolor de la traición y la
mentira. Si bien es cierto no te voy a contar como volví del valle de la muerte, (es una metáfora usada
con mi hermana Pao), pero si te puedo decir que aunque todo parezca nada, incluso tu misma te
sientas en la nada, que sientas que la tristeza te embarga y que el tiempo mismo se queda triste sin su
presencia, que sientas que no vas a volver a hallar alguien a quien amar, que el reloj se ha parado, que
te han maltratado el corazón y muy probablemente aparezca una amiga llamada soledad, la voz de la
experiencia dicta hija mía, que en verdad el amor no es algo que se busca en otros, es propio de ti, se
multiplica y te sostiene.

Pues, la mayor prueba de amor que puedes darle a una persona es la verdad, no des cabida a la
mentira, después de la primera, toda verdad se convierte en duda y jamás tendrás paz. Con todo lo que
la vida me ha enseñado, solo puedo decir que ahora sé cuánto valgo, que es lo que quiero y que
merezco. Deseo, mi nena, que aprendas a ser feliz con lo que tienes, pues aquello que te haga falta no
te hará feliz por completo.

Siempre me dijeron que el amor cura todo, ahora lo entiendo, hablaban del amor propio y de ser leal
a tus sentimientos, si primero lo eres tú, así el resto procederá contigo. A veces y cuando no te
conviene, la vida mismo se encarga de sacarte de lugares tóxicos, a eso lo llamo obra divina, cuidado
celestial, porque si supiéramos lo cortita que es la vida, no perderíamos el tiempo sufriendo ni
llorando por aquello que no fue, no es, ni será para nosotros.

Hey, bonita, si bonita, escúchame, si alguna vez te sientes rota, llora, que sea un invierno en tus ojos;
pero luego, cuando termines, limpia esa carita, recoge tus pedazos y vete lejos, porque eso que tu
mereces no lo tiene ningún idiota que te haya hecho llorar. Las heridas sanan, a veces tardan, pero
siempre volveremos, después llegará alguien mil veces mejor, alguien con más ternura, honestidad y
amor. Alguien capaz de mover cielo y tierra con tal de verte libre y feliz.

Así que, ve lento hija mía, reconstruyéndote al paso, porque al final del camino recordarás que lo
importante en la vida siempre ha estado en ti.

Y te preguntarás, cómo se puede olvidar a alguien que te gustó mucho, cómo superar el apego hacia
él, como sacarlo de la vida.
¿Sabes?, no necesitas olvidarlo, solo sería amnesia, más bien aprovecha ese momento para
reencontrarte, pues te olvidaste del color de tus ojos y olor de tu cabello, por eso es que solo ves por él
y sientes solo su aroma, todo ese apego es porque te olvidas de ti misma.

Recuerda, eres esa niña que ha tenido la dicha de ser amada más allá de lo inimaginable, esa niña
que un día jugó sola y se conoció perfectamente, esa niña que tuvo pasiones y sueños individuales. Y
que disfrutaba de sus momentos sola, porque allí estaba con su persona más importante…. Ella
misma.

El apego a otro es solo la consecuencia de un abandono de uno mismo. El tema es que te sacaste de tu
vida, donaste el protagonismo de tu propia vida y cuando te sientes mal es porque eres una actriz extra
de la película de tu propia y única vida.

El gran secreto es perdonar, porque uno no puede ir por la vida con tanta herida expuesta y supurante.
La medicina no está en otro clavo, la medicina está en el poder sanador del perdón, al que te hizo
daño y luego pero no menos importante a ti misma.

Y ya con el tiempo, cuando vuelvas a sentir esa llama del amor, abrasa, abrasa el fuego, sin sofocar;
sin tener miedo al hielo del olvido, son latentes las posibilidades de cometer un error en las redes del
amor, pero yendo más allá del mito y del precepto, donde la corriente te haya llevado, quiero ser
respetable y hasta un poco negociable, validando tus decisiones que superan mis visiones y
experticias, porque admiro tu independencia y buen juicio.

Porque luego de cualquier noche siempre llega el sol, esa persona que nos hace cambiar, ser
diferentes, ser mejor que antes. En definitiva, cuando con el tiempo te des cuenta de lo valioso que es
amar y ser correspondida, valorarás a ese amor real, que muy seguramente no fue tu primer amor
maravilloso y de mariposas en el estómago, pero al ser el último, se convertirá en ese tan especial ser,
que tendrá el privilegio de compartir vida juntos, crear momentos inolvidables, trascender en el
milagro de la vida con los hijos y caminar sin soltar tus manos cuando sus cuerpos se encorven y
plateada se vuelva su cabellera.

Sin embargo, sea la edad que tengas hija mía, lo que no está en tela de duda, y que no depende del
momento ni la condición; es que estaré aquí, con ávido regazo, con afable silencio y una fuerte
escucha, porque te puedo prometer, que la versión de amor entre las dos, jamás dejará de ser.
14. VUELO Y LIBERTAD

Hoy es 4 de marzo, mi hija cumple 15 años, el tiempo ha pasado volando y tengo más emociones
encontradas que un nido de pajaritos. Lo que trae a la mente, cuán fácil o difícil puede ser el enseñar a
un pajarito que es libre de volar, así como también de perder sustentación.

Para la mayoría en acto supremo lo conveniente es estar, sin salir del sitio que te brinda confort, pero
para aquel pajarito que tiene bríos de libertad, todo se resume al saltar y experimentar la fortuna de
volar, la dicha de la libertad.

Quien te habla, siempre ha pretendido ser libre, mas, sin embargo, a veces no lo he conseguido.
Responsabilidad mía, culpa de nadie, pero si, una maldita manía de la sociedad en querer establecer
prototipos y en contraparte, a lo largo del camino, una jovencita que jamás quiso encajar, porque
siempre tuve una idea de tan solo ser, ser como yo, ser como el creador me inventó, ser magia, ser luz,
ser sol, sin tratar de encajar en este mundo.

Y es allí donde voy, a motivarte a que siempre seas tú, avivando el polvo de estrella del que estás
hecha, el único derecho del ser humano es ser libre, ve dispuesta a los cambios, fluyendo como
manantial, pero con una idea fija en la mente y paz en el corazón, ha eso le llamo verdadera libertad.

Sé que tu edad es un tanto llena de confusiones, donde avizorar nuevos horizontes es lo correcto. En
esta etapa de tu vida, a veces me siento dentro de una oda sin lírica, un soneto sin versos, una
despedida con una llegada. Madres como yo, a veces nos frenamos en seco, dejando que la hija
avance, con el único fin, de que cuando regrese a ver, pueda darse cuenta que ha caminado.

Para mi sigues siendo mi niña, la princesa de mi reino, me he enamorado de cada una de tus etapas, he
sido enteramente feliz y hoy me queda agradecer a Dios y a la vida, que nos ha permitido coexistir en
este espacio sideral, ser más que marionetas del destino, dándonos el libre albedrío. Pues tenemos un
legado intangible pero que nos pone en marcha cuando de avanzar se trata.

Debes saber que eres completa y suficiente para tu propósito, ten orgullo y libertad de quién eres y
que este no se vea avasallado por lo que murmure la gente. Que el corazón acompañe a la razón para
que ningún maestro te pueda confundir, con raras teorías de evolución insistiendo que las oraciones
no sirven. Eres milagro diario, obra maestra de papá Dios.

Por tanto, mi hija, mira siempre adelante, cuando voltees, que solo sea para agarrar viada y mirar el
recorrido, persigue tu sueño, sigue tu vuelo de libertad, que nadie te diga que no puedes, ni tú, ni
siquiera está loca que tienes por mamá. Nunca pierdas la fe o mejor como lo dirías tú, TFT (Ten Fe en
Ti)

15. PRINCESA DE LUZ

El día de hoy quiero contarte un cuento, donde hay más de un sentimiento, donde todo es magia,
alegría, color e incluso las haditas existen porque hay un noble corazón que cree en ellas.

Hoy quiero contarte el cuento de una hermosa princesa llamada Anahí, una nena por demás particular,
que desde pequeña soñó con la magia, las coronas, los vestidos brillantes, las varitas mágicas, las
capas, los tronos y todo cuanto pueda recrear las historias de las princesas que ella admiraba.

Su gama de colores fluctuaba entre el rosa y el fucsia, pasando de vez en cuando por el púrpura y el
cardenillo; pedía siempre con delicadeza las cosas, quería tener joyas preciosas y un peinado diferente
en su hermosa cabellera.

Me hacía preguntas inocentes como: a qué edad podría tener sus damas de compañía y si podría tener
un canto secreto para llamar a las mariposas y las aves para que puedan venir a hacer el aseo de casa y
ratones que cosen vestidos.

Una mañana, estaba en su mesa del té y mientras la llamaba para el mandado, esa pequeñita no me
contestaba, me dirigí a verle y le pregunté:

- ¿Anahí por qué no me respondes?. Ella con delicadeza contestó


- Soy Giselle, la princesa
Pasamos un gran tiempo con Giselle, hasta que nos llegó la Navidad Perfecta, donde Barbie se
encargó de imponer peinado, vestimenta, postura, decoración navideña, ganas de comprarse un reno
(o terreno como ella les decía) y Chelsy ….. dejó instaurado el deseo de ser una estrella de pop.

Así fue cambiando un poco su estilo principesco por un look más fresco, pero sobre todas las cosas
fashion, o como dirían primero muerta que sencilla, es que sabe a toda ciencia que no hay una
segunda oportunidad para una primera impresión.

Amaba ser visitada por la hadita de los dientes, aduciendo que quizá pueda hacer contacto con la
hadita persona y pedirle que se le presente. Pero debo aclarar, que en todo momento destacó una
princesa de su preferencia; de hecho, pidió a su padre, el cual es arquitecto, le construya un castillo,
con arroyo y piedritas; varias veces la encontré sacadas las medias imaginando recoger las piedritas y
el agua correr.

Quería tener el cabello tan largo como Rapunzel, una corona y un pascal; ahora el tiempo ha pasado,
los deseos se mantienen, aunque en el pensamiento también está el deseo de encontrar en algún
momento un Flynn Rider; para como diría la canción: juntos vean en cada uno la luz.

En este capítulo también me voy a permitir contar palabras totalmente inventadas por aquella
princesa, para que inmortalizadas sepan que hay mil formas de darse a entender:
terrenos: renos, chufleadito: desinflado o suave, fifa: pitufina, yata: rata, afocado: sofocado y si no
sabía más que decir, aquella princesa mataba con decir:
- ¡Y todo eso!.

Como el ejemplo es lo que tengo para ti mi princesa encantada, Dios en su infinita bondad nos
permitió recibir en nuestra familia a una cuarta integrante, una princesa valiente, fuerte, media
enojona en sus inicios, pero que con seguridad se convertirá en tu mejor amiga y cómplice.

Al inicio, ver tus bracitos fuertes cargando a tu ñañita, realmente me llenaba de amor. Verlas jugar,
crear, imaginar e incluso pelear, hizo de mis días memorables y además logró fortalecer su lazos cada
día más. Cuando la pequeña crecía, quería estar a tu lado, porque te admiraba y tu odiabas que te
repita, así le decías, cuando te copiaba en la comida en la ropa, en el color de pinturas; esto no duró
mucho tiempo, ya que poco a poco fueron formando cada una su carácter.

Si alguien me pregunta cómo es la bipolaridad, invitaría a mirar a mis hijas, son polos tan opuestos
pero que al momento de momentos tan necesarios y complementarios entre ellos. Siempre has dado el
mejor de los ejemplos y entre las dos se han aprendido a escuchar incluso en los silencios.

Pensé que al separarlas de cuarto iban a sentir un alejamiento, sin embargo, la vida ha logrado unirlas
más, tan pronto como avancen las lunas, te irás dando cuenta mi niña que se tienen las dos para lo que
sea, la una pone la chispa, la otra el no rotundo inamovible;
Pero lo que debes saber es que en sus diferencias radica el secreto para caminar.

Con el tiempo te darás cuenta que solo bastará cruzar una mirada y sabrán las dos que es lo que está
pasando. Crecerán en distinta direcciones, cual ramitas de árbol, pero siempre estarán unidas por
sus raíces, aunque nadie lo mire, ustedes lo sentirán.

Este tipo de amor, es algo que puedo enseñarte hija mía, porque yo también tengo a mi partner de
camino, aquella niña de aventuras y peleas. Ahora que algunas horas nos separan, siempre estamos
juntas, con nuestra claves, nuestros secretos, en nuestros silencios, en nuestros anhelos.

Mas, si te enfocas en la abundancia del universo, éste conspira, y no solo te dará la oportunidad de
conocer ese amor filial, te premiará, con otro amor, el de la amistad, así que mi niña, si en tu caminar,
se cruzan seres con los que te sientas tan bien, con los que puedas ser tu misma, fluir en tiempo -
espacio y que sin tener tu sangre, las llegues a amar como a tu hermana, cuídalas, todos los días,
porque rara vez se encuentran verdaderas amigas en la vida; rara vez hay brujas en el camino.

Any, así como los lirios del campo y las aves del cielo no se preocupan, como se alimentarán o donde
dormirán, así te digo, confía en Dios, en el dador de tus dones, en tu papito Dios, que siempre ha
estado, está y estará junto a ti, cree en Él, aunque nadie más lo haga, ama lo que eres y todas tus
circunstancias, porque siempre siempre Jesús te tendrá en su manito, y esa cruz, cada vez que mires la
cruz, debes saber que fue la más grande y verdadera prueba de amor.

Confía en Cristo, Él es vida y abundancia, nos pone a familia y amigos para que aprendamos a
caminar juntos, y reconozcamos que la felicidad de la vida eterna empieza con Él como su ejemplo en
la tierra. Hoy hay una fiesta en los cielos, porque de alguna manera sigues cumpliendo tu misión.

Hace tiempo Dios me mostró que debo ansiar un nivel superior, pero este nivel superior estaba lejos
de lo material, me mostró que debía valorar más a las personas empezando por mí misma.

Ahora hija mía, en tu joven vida, te digo, que sigas subiendo de nivel, no solo aspires a tener la ropa,
el peinado o el maquillaje de moda, obtener incluso una carrera y vivir de mil emociones, tener un
carro, una casa, eso lo hace cualquiera, ahora es menester soñar con algo más, ascender a un nivel
divino, ahora lo raro es elevar la grandeza del ser humano y eso es ser imagen y semejanza de Dios,
pero en la vida práctica como se hace esto, hijita eso es vivir en paz, tranquila, vivir en justicia,
haciendo lo correcto cuando nadie te mira, reír, amar tu cuerpo, cuidar tu esencia, cuidar de la
creación, ser un buen ser humano, ser una amiga incondicional, vivir con pasión cada día, así, tu sola
existencia ya será ejemplo y te darás cuenta que Dios no está en el cielo, Dios está aquí y habita en tu
corazón.

Lo único que sabemos en este camino es que vamos a morir, si naciste sabes que vas a morir, el
sentido de la vida es la muerte, pero lo importante es saber cuál es el provecho que das a ese viaje a
cada trayecto.

Lo material y el dinero es pura cosa de afuera, la verdadera riqueza está dentro, en las simples y
pequeñas cosas, en la esencia de cada uno, de cada ser, allí se vive en el poder y no en el tener, solo
allí te darás cuenta del propósito que tienes.

En este capítulo quiero llevarte a tus adentros, para mostrarte que la vida se la goza desde lo profundo,
para enseñarte que a la vida hay que amarla, vivirla, saborearla y comandarla.
Ir adentro es la clave para despertar a la conciencia, para encontrar lo que debas encontrar, para
hacer de tu vida un verdadero arte, en el que aprendas a servir, porque cuando aprendes a dar y darse,
uno transforma; me preguntarás:

- ¿Y cómo me doy?,
- Mediante un buen mensaje, un beso, una caricia, una escucha, un lo siento, un silencio, en sí
cuando compartes esa riqueza llegas al auténtico placer de dar.

La vida es una oportunidad y algo que no perdona el tiempo, es lo que a tiempo no se hace. Por ello le
pido a Dios me permita años de vida para acompañarte, no puedo vivir tu vida, pero si espero que la
compartas conmigo.

Necesito que sepas al mil por ciento, que creo en ti, en tus manías y bondades, en tus palabras y en tus
silencios, en tu sonrisa y en tus lágrimas, en tus sueños y en tus malos ratos, en tus rosas y grises, en
tu amor y en tu ausencia; tan solo creo en ti desde el principio hasta el fin.

Creo en tu luz, en como alumbras e impactas muchas vidas, guarda siempre tu corazón y esa luz, para
que siempre pueda crecer y todos mirar. Si en algún momento sientes que se apaga, eleva una oración,
conéctate con tu fuente divina, habla con Él, quien a Dios tiene nada le falta.

Espero, queridos lectores, que recuerden la última línea de mi primer párrafo. Quizás lo tomaron
como una falta grave de concordancia con el texto sin embargo era tan solo la puerta abierta que
dejaba para decir que Dios en su infinita bondad me dio dos ojos y con ellos dos niñas, las niñas de
mis ojos, con todo mi amor para ti mi Anahí, un sueño cumplido y la promesa para ti mi niña Belén de
crearte lo que tu corazón y tu ser se merecen.

Con Amor Mamá.


Princesa Any

Todo lo que pueda decir de ti, queda corto al ser humano que eres: única, inteligente, poderosa,
valiente, dulce, respetuosa, confiable, detallista, de noble corazón y en peligro de extinción, pero
sobre todo eres auténtica.

Quiero darte raíces fuertes que te permitan crecer y saber de dónde vienes, así como las más grandes
y poderosas alas que te lleven a cumplir tus sueños y saber a dónde ir para que así puedas llegar.

Confío en ésta nuestra conexión infinita, parte desde el alfa, se extiende hasta el siempre y cuando mi
cuerpo físico desaparezca créeme que tu tan sola existencia será uno de los mejores capítulos de la
mía.

Guarda nuestro amor en tu corazón y nuestros momentos en tu mente, es allí cuando nos volvemos
eternos e incorrosibles al tiempo, trascendemos y nuestro amor es infinito.

Si estás abrumada recuerda que eres hija de Dios, respira, endereza tu corona, busca la luz que hay
dentro de ti y sigue con tu propósito. No prometo estar aquí para el resto de tu vida, pero si prometo
amarte toda la mía.

Y de a poco verás que lo bonito de la vida está frente a tí como milagro diario, pero lo más bello de
la vida está dentro de ti. Vive, ama, ríe, perdona y agradece que la vida es un ratico. Con amor tu
mami.

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