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AF ED! ita) INDICE Las fuerzas en presencia La Batalla de Guadalajara .. 8 de marzo 9 de marzo 10 de marzo 11. de marzo 12 de marzo 13 de marzo La Batalla del Palacio de Ibarra .. 14 de marzo ..... La Batalla de Brihuega 15 de marzo 16 de marzo 417 de marzo 18 de marzo .. 19 de marzo 20 de marzo 21 de marzo 22 de marzo Algunas consideraciones finales .. Publicado en septiembre de 2007 por QUIRON EDICIONES C./ Cromo Parcela 20 Poligono Industrial Cerro de San Cristobal Apartado de Correos 2038 47012 Valladolid. (ESPANA), LAS TRES BATALLAS DE GUADALJUARA por Artemio Mortera Pérez. Iustracion de portada: Juan Carlos Ciordia ustraciones: Juan Carlos Ciordia, Julio Lopez Caeiro y Luis Fresno Crespo © Artemio Mortera Pérez. © Alcariz Freno's, S.A. Depésito Legal: VA - 981/2007 LS.B.N.: 8496016765 9788496016766 Fotocomposicién, fotomecdnica e impresién: Alcaz y Fresno’s, S.A ,/ Cromo Parcela 19 Poligono Industrial Cerro de San Cristobal. Encuadernacion: ‘San Cristobal Enevadernaciones, S.A. C./ Cromo Parcela 18 Poligono Industrial Cerro de San Cristobal MILITIAE Las tres Batallas de GUADALAJARA Artemio Mortera Pérez Ilustraciones: Luis Fresno Crespo y Julio Lépez Caeiro A mi entrafiable amigo José Luis Infiesta Pérez —nun- ca suficientemente afiorado- en reconocimiento a sus esfuerzos por sentar las bases para un estudio cientifico de Ia intervenci6n italiana en la guerra civil esparola, AF EDITORES El 8 de febrero de 1937, con la entrada en Malaga y Vélez Malaga de las tres columnas que configuraban la Missione Militare italiana culminaba brillantemente la ofensiva empren- ida por ésta tres dias antes en uni6n de otras seis columnas espafolas*. Las operaciones se desarrollaron de modo fulgurante aunque no gratuito, pues los legionarios, como @ si mismos se denominaban, sufrieron 555 bajas; de ellas, 131 muertos-, lo que imbuyé en los italianos la idea de que las operaciones en la guerra civil espafiola se habian estado conduciendo de forma deficiente y que ellos, con un mando moderno y un equipo adecuado, iban a conformar un contingente resolutorio ‘que podria ganar la guerra para el bando nacional en breve tiempo. La llegada a Espafia de la citada Missione Militare avanzadilla de las fuerzas que poco después constituirian el C.T.V. (Corpo Truppe Volontarie)- se habia iniciado con la entrada en C&diz el 22 de diciembre de 1936 del tra- satlantico «Lombardia», \levando a bordo tres millares de Camicie Nere. La llegada de este buque no fue un hecho aislado, sino el inicio de una cadena de transportes, que le siguie- ron inmediatamente, en los que viajaron des- de Italia las tropas con las que Mussolini habia decidido, un tanto por su cuenta, ayu- dar a la Espafia nacional. Los legionarios llegaban organizados en compaiifas, encuadradas por mandos de la Milizia Volontaria de la Securitate Nazionale (M.V.S.N.), que, una vez en la Peninsula, se agruparon-en batallones, denominados “ban- deras” probablemente con la pretensién de asimilarlos a la Legion espafola, en la que se habian alistado los primeros italianos —aviado- res, tanquistas, artilleros...-, que les habian precedido. Las Banderas se reunieron en regi mientos -denominados “grupos de bande- ras"-, de los que, a finales de enero de 1937, se habian organizado cinco, con sus corres- pondientes servicios. Los legionarios italianos llegaban con todo su equipo, desde el indivi- dual hasta las cocinas, la artilleria o los trans- portes, causando sensaci6n entre los espa- fioles, no porque tuvieran un equipamiento superabundante, sino porque lo tenian al com- pleto, de acuerdo con los reglamentos, algo que en nuestra guerra no solia ocurrir en nin- guno de los dos bandos. Resultaba excepcio- nal, no obstante, la cuantiosa motorizacion, en contraste con el Ejército espafiol de la épo- ca, fundamentalmente hipomévil, aunque des- de luego no bastaba para autotransportar a todo el Cuerpo Expedicionario, como en muchas ocasiones se ha escrito. La presencia de estas tropas en Andalucia permitio al general Quiepo de Llano la reanu- dacién de la ofensiva sobre Malaga, que habia iniciado el 1.4 de enero y desarrollado de forma muy lenta e intermitente, hasta quedar précti- camente interrumpida, por falta de fuerzas. Los italianos solicitaron con entusiasmo la par- ticipacion en dicha ofensiva, sumando a las tro- pas espafolas empefiadas su organizacion, consistente en una brigada, con tres grupos de banderas y dos banderas independientes, con sus servicios, artilleria, blindados y aviacién Un conjunto en suma equivalente a una divi- sion muy bien pertrechada que result6 decisiva para el vertiginoso éxito citado. E! arribo continuado de nuevas tropas hasta permitir la formacion de un Cuerpo de Ejército muy completo y la euforia producida por el éxito malaguenio, que parecia revalidar los triunfos obtenidos por el Regio Esercito en Abisinia, determiné al Mando del C.T.V. a proponer al general Franco algunas operaciones en las que tan poderosa herramienta pudiera demostrar su auténtica valia, como la ruptura del frente de Teruel para avanzar hacia el Mediterraneo, divi- diendo en dos el territorio republicano. En vez de aceptar sus pretensiones, fueron incorpore- dos a una maniobra ya proyectada por el Man- do nacional, como en el caso de Malaga, a cam- bio de transigir con su deseo de que todas las fuerzas italianas se reunieran en una sola uni- dad bajo mando propio. La maniobra nacional en trance de ejecucién no era otra que el envol- vimiento de Madrid por sus dos flancos, a la que se aspiraba desde que el Generalisimo la plasmara en su Decisién de 19 de diciembre de 1936 y que venia posponiéndose una y otra vez -0 ejecutandose parcialmente- por falta de fuerzas. La masa de combatientes italianos recién llegada proporcionaba el contingente requerido para la ejecucién del doble envolvi- miento pero, antes de que completara su orga- nizaci6n, el Mando nacional, al que llegaban noticias alarmantes sobre la inminencia de una ofensiva republicana en el frente Sur de la capi- 1. Las fuerzas espatiolas sumaban 15 batallones, 19 Compaiiias sueltas, 1 escuadrén pié a tierra y 14 baterias. Las italianas contaban con 14 bataliones (banderas) y 12 baterlas de campafia pero, por su mejor equipamiento, abundante motorizacion y el hecho de disponer de carros y aviacion de apoyo, les fue confiada la acci6n principal YyavtvIva¥nig) 30 S¥Tvve S38 SY] LAS TRES BATALAS DE GUADALAJARA tal -contra el ala derecha de la Division Refor- zada de Madrid-, se vio obligado, so pena de perder la iniciativa, a desencadenar el ataque por dicho flanco Sur, sin esperar a disponer de las fuerzas que hubieran permitido sineronizar- lo con una maniobra desde el Norte. La ofensi- va nacional no solo no aleanz6 los objetivos pro- puestos sino que degeneré en una batalla de desgaste —la batalla del Jarama-en la que se consumieron las préctica totalidad de las reser- vas disponibles. Asi, mientras los legionarios italianos culminaban su encuadramiento en un Cuerpo de Ejército, @ cuatro divisiones, la masa de maniobra nacional quedaba completamente agotada en el Jarama, incapacitada para ejecu- tar cualquier otra operacién sin un petiodo pre- vio de recuperacién, En cualquier caso, los italianos creyeron que se bastaban por si solos para cercar Madrid cortandole las comunicaciones con el Este, hasta el punto de aceptar Gnicamente a regafiadientes la cooperaci6n de una Briga- da de la Division de Soria con la que apenas intentaron coordinarse?, pues no estaban dis- puestos a compartir con ella la gloria de la gran victoria que esperaban obtener, admi- tiéndola tan solo como una presencia amiga en su flanco derecho, que de esta suerte quedaba cubierto. Los lazos de intercomuni- cacién con estas fuerzas tendrfan lugar a tra- vés del Cuartel General de! Generalfsimo, Gnica autoridad superior que reconocian, obviando la Jefatura del Ejército del Norte nacional, con lo que, de paso, se enajenaban la buena disposicion del general Mola que de ningin modo podia ver con agrado la actua- cién en un territorio bajo su mando de unas fuerzas que deliberadamente le ignoraban. Ni siquiera la relaci6n con el Cuartel General del Generalisimo resultaba especialmente cor- dial, desde el momento en que el C.T.V. se neg6 a admitir las recomendaciones que aquel trato de hacerles y del que ni siquiera ‘se recab6 informacion en un afan por supri- mir cualquier ingerencia que pudiera suponer la menor merma en los laureles que espera- ban cosechar. 2 Entre los destinatarios de la 0.6.0. n® 12, emitida or Roatta el 4 de marzo, no figura ningun espaol ni, Por tanto, el Mando de la Division de Soria, Visperas de la batalla: cafiones Ansaldo de 105/28 cru- zan las calles de Sigienza, a remolque de tractores Pavesi, en direccion a sus emplazamientos. Fue, pues, asi como el C.T.V. se lanz6 a la ofensiva con una ignorancia total sobre las condiciones climatolégicas de la zona en que iba a operar, sobre sus caracteristicas, geograficas y sobre la clase de enemigo al que iba a enfrentarse, “detalles” estos que confié, sin excesivo interés, a los reconoci- mientos de la Aviacién Legionaria que ape- nas intentd cumplimentarlos por lo tardio de su despliegue y las dificultades que le opu- so el mal tiempo. Bien es verdad que cuan- do un ejército combate en un terreno que no es el suyo se da por descontado que habra de moverse en un cierto desconocimiento de las circunstancias fisicas y humanas con que se va a encontrar pero, aparte de pro- curar informarse lo mas posible a este res- pecto, los ejércitos capaces de llevar la gue- rra a una tierra extrafa suelen ser ejércitos experimentados 0 bien instruidos y este no era, ciertamente, el caso del C.T.V. La mayor parte del mismo —tres divisiones de las cuatro con que contaba- estaba forma- das por “Camisas Negras” con muy escasa © nula preparacién militar y sus oficiales procedian de la Milizia (M.V.S.N.), por lo que carecian de una auténtica formacién mar- cial. Para colmo de males, acababan de reu- nirse sin conocerse, faltaba la necesaria confianza entre superiores e inferiores, carecian todos ellos del habito de trabajar juntos y los que tenian alguna experiencia bélica la habian adquirido en la campafia de Abisinia, cuyas condiciones -tanto del terre- no, come del enemigo- nada tenia que ver con la guerra espafiola. En suma, se trataba Fuerzas de la 2 Division «Flamme Neres en el altipiano de Guadalajara. Esta unidad, encargada de la ruptura del frente , no estaba en absoluto motorizada. \vavivIvaWng) 30 SYTIVIVE S24 SY] AS TRES BATAILAS DE GUADALAJARA de una masa de hombres armados, mas que de un auténtico Ejército. La cuarta Divisi6n -la «Littorio— estaba for- mada por militares, pero no era una Division del Ejército italiano transportada en bloque a Espafia, como frecuentemente se ha dicho, 10 formada con voluntarios procedentes de todas las unidades del Regio Essercito, que tenia las mismas carencias de conocimiento entre sus miembros y falta de experiencia ope- rativa en comdn de ias unidades de milicias’ A pesar de tales deficiencias, la presencia en sus filas de profesionales de las armas y la jefatura encomendada a un auténtico militar ~el general Bergonzoli- la convirtieron en la mejor division del C.T.V. La campaiia de Malaga no sirvi para poner de relieve todos estos defectos. Por el contrario, la facil victoria sobre un enemigo desorganizado -anarquico-, falto de una auténtica voluntad de resistencia y, desde luego, materialmente inferior indujo a pensar que las carencias detectadas no tenian importancia ante un adversario tan poco capacitado que atin no habia sido totalmen- te derrotado probablemente tan solo porque el bando nacional era tan escasamente efi- caz como aquel. Pero ahora las cosas habi- ‘an cambiado; aqui estaban las legiones de la Nuova Italia dispuestas a ensefiar a los Moto Guzzi GT 17 R.E., armada con un fusil ametrallador Breda de 6,5 mm. Estas maquinas equipaban la compa- ‘lia de moto-ametralladoras, la sola unidad de combate “mecanizada” det C.TV. llustracion: Julio Lopez Caciro nacionales cémo se ganaba una guerra, sir- viéndoles en bandeja la victoria para mayor gloria del Duce y prestigio del fascismo. Los mandos del C.T.V., que habfan pedido -y obtenido- estar a las Ordenes Gnicas y directas de! Generalisimo Franco, iban a api car las nuevas teorfas de la “guerra relampa- g0” ~celere, decian ellos~ cuyas posibilidades habian entrevisto en la campaiia abisinia. Por ello su plan consistia en “proceder rapida mente, por el camino mas directo y en el tiem- po mas breve posible, a alcanzar el punto en que probablemente podré aguantar el grueso del adversario (Guadalajara)... Esto se consi gue mediante: a) Una violenta y rapida ruptura de las defensas enemigas a caballo en la 3 La cirounstancia personal del sargento artillero Giuseppe Cordedda que en Italia servia en una unk ‘dad armada con cafiones de 75mm. yen Espavia fue destinado 2 una baterfa de obuses de 100/17, cuyo manejo desconocia por no habertos visto nunca "dove ci sono promiscuamente accomunatti civil, reduci dall'A.0., Camicie Nere della M.V.S.N., tutti ai ‘momento sconociut.. =, pasaria de ser una anécdo- ta individual a convertirse en la tonica general del fencuadramiento en el C.TV. direccién Sigtienza-Guadalajara. b) Y un avan- ce sucesivo e inmediato de una masa auto- transportada sobre Guadalajara”* La ruptura del frente, a cargo de la 2? Divi- sién, se daba por descontada, habida cuenta de la superioridad de fuego y efectivos sobre las tropas republicanas en linea. A continua- cién, el plan era bien sencillo: la 3? Division totalmente motorizada (pese a la abundancia de medios automéviles solo contaban con los precisos para transportar una division en ‘operaciones, sin despojar de ellos a los ser- vicios) deberia sobrepasar a la 28 y avanzar rapidamente sobre Guadalajara capital sin dar tiempo a que el enemigo se reorganizara, aunque no se descartaba completamente la posibilidad “de que la Division, antes de alcanzar el objetivo, encontrase una resisten- cia tal que tenga que renunciar al transporte auto"’, en cuyo caso deberia devolver inme- diatamente los vehiculos. El avance mototi zado habria de hacerse por la carretera gene- ral de Madrid a Zaragoza, a la que en los relatos de la época se suele denominar “carretera de Francia” porque desde ese ulti mo punto continuaba hasta la frontera fran- cesa en La Junquera, tras haber pasado por Lérida, Barcelona y Gerona. El flanco derecho del avance estaria protegido por el de las fuerzas de la 2? Brigada de la Division de Soria, que a su vez debian progresar por la zona comprendida entre los rios Henares y Badiel, pero el izquierdo quedaria al aire por lo que estaba previsto utilizar la carretera Almadrones-Brihuega, para alcanzar esta localidad, asi como la constitucion de un guardaflanco entre Masegoso y Brihuega a cargo de la 2? Division, una vez que fuera sobrepasada y relevada por la 3 Motocarro Guzzi Tralee, una “solucién” talana a la “gue sa celero” que no cosech®, ciertamente, un gran éxito. llustracién: Julio Lépez Caeiro Para quienes, desde la perspectiva actual, | tenemos a la vista lo que fue la blitzkrieg desa- rrollada por los alemanes en la 2* Guerra Mun- dial, 0 por los norteamericanos en la liberacion de Francia y la invasion de Alemania, por no hablar de otras acciones mas préximas en el tiempo, las pretensiones de guerra celere del C.T.V. resultan patéticas. Los Gnicos medios de que disponian para un avance mecanizado eran camiones comerciales sin capacidad todo | terreno que, por no tener, ni siquiera disponian de vulgares soportes para montar unas ame- tralladoras. Como quiera que la idea de moder- nidad, muy en consonancia con el espiritu fas- cista, habia calado en el Regio Esercito, se habia apresurado éste a generalizar la traccién mecanica en sustitucién de la traccién a san- gre, considerada una reliquia de etapas supe- radas, por lo que el C.T.V. carecia de animales de carga y tiro. Al no disponer tampoco de vehi- culos especiales para llevar 0 desde los que combatir con las ametralladoras*, el transporte de éstas quedaba confiado exclusivamente a los hombros de los sirvientes que cargaban con las Fiat Mod. 1914 desmontadas, debien- do acoplar todos sus elementos -maquina, tr- pode, dispositivos de refrigeracion, cargado- res, etc. antes de quedar en disposicion de abrir fuego y, desde luego, descender de los camiones para emplazarias en tierra, si es que marchaban motorizados. Por supuesto que 4 Orden General de Operaciones ni 12 de 4 de marzo de 1937, firmada por el general Manzini (Roatta). AGM. -C.GG. - L368 - C.11. 5 Salvo una compara de moto-ametralladoras que se revelaria particularmente vulnerable. 5 a g 5 2 & : : AS TRES BATAILAS DE GUADALAIARA Tractor Pavesi PC Mod. 26 sacando de bateria un obts de 149/12. Falta de animales de tiro, la artileria del CTV. dependia para el manejo de sus piezas fuera de ta Calzada de los tractores, cuya escasa velocidad le impe- dia seguir el ritmo de progresién de los camiones sobre la mism esta servidumbre aquejaba igualmente a las unidades espafiolas de los dos bandos, que transportaban las ametralladoras en mulos, ero se subraya aqui por considerarla una prac- tica muy poco acorde con la guerra relampago pretendida por los italianos. Igualmente, la artilleria de que disponia el C.T. provenia de la 12 Guerra Mundial, por fo que, en principio, era solo apta para el trans- porte hipomévil. Sus ruedas de madera con llantas de hierro no estaban adecuadas al remolque rapido por carretera, por lo que el Ejército italiano habia adoptado unos llamados “carrillos elasticos”, provistos de neuméticos y de amortiguadores de ballestas, sobre los que encabalgaban las piezas, quedando asi dis- Puestas para la traccién rapida motorizada. En condiciones muy favorables, las piezas de arti lleria podian hacer fuego desde el cartillo, pero lo normal era descabalgarias y emplazarlas en tierra —fuera de la carretera, para no obstruir- la-, lo que exigia, dada la carencia de mulos, el contar con los oportunos tractores para su manejo en terreno variado, pero los tractores de que disponia el C.T.V. eran Pavesi Pa y PC Mod. 26, con una velocidad maxima en carre- tera que no llegaba a los 10 kilémetros por hora, o los mas modernos y mas escasos oru gas Fiat 708 CM, cuya velocidad en iguales condiciones rozaba los 16 km./h., aparte de no estar ninguno de los dos modelos proyecta do para soportar largas marchas sin entreteni- miento. Con esas caracteristicas no podian seguir el ritmo de progresién de los camiones a los que, en definitiva, acabé encomendando- se el remolque de las piezas de artilleria por carretera, reservando los tractores ~que igual mente debian ser autotransportados siempre que Se pudiera- para las maniobras fuera de la calzada. Para colmo, las Gnicas piezas pesa- das con que contaba el C.T.V. eran los obuses Skoda de 149/12 Mod. 1914 con un alcance maximo de s6lo 6.900 metros lo que obligaba a emplazarios muy préximos a las vanguardias so pena de que éstas se quedaran sin su apo- yo @ poco que avanzasen y, desde luego, total mente inadecuado para la contrabateria, que hubo de confiarse a los cafiones de 105/28, de poco calibre para este cometido. De las 32 piezas antiaéreas con que conta: ban -una cifra alta para los niveles usuales en la guerra espaiiola- diez y seis eran ametralla doras de 20 mm., modemas pero sélo ade- cuadas para la defensa a baja cota. El resto eran cafiones CK de 75 mm., antiguas piezas de campafia adaptadas para uso antiaéreo durante la 1? Guerra Mundial, de carga manual, con minimo techo eficaz y sin direccion de tiro que permitiera una punteria centralizada’. Su Gnica virtud consistia en ir emplazados sobre camiones Ceirano 50 C.M.A. que les propor: cionaban la suficiente movilidad para acompa- far a las columnas en movimiento. Las unidades blindadas la punta de lanza de la blizkrieg- estaban equipadas con tanque- tas Fiat/Ansaldo en sus variantes C.V.33 y C.V.35 que, aunque modemas, ni siquiera eran verdadleros carros de combate. Armadas Gnice- mente con dos ametralladoras (algunas monta- ban lanzaiamas) no podian enfrentarse a los auténticos carros enemigos, siendo s6lo aptas para el reconocimiento armado o la explotacion del éxito en persecucién de un adversario des- bandado; es decir, las misiones propias de la caballerfa, de la que el C..V. carecia. Las tropas de Ingenieros no disponian de vehiculos especiales de remocién de obstacu- los 0 de tendido de puentes, de los que ni siquiera tenian secciones prefabricadas, ni pontones 0 botes neumaticos que permitieran la rapida superacién de obstaculos 0 cursos de agua, quedando reducidos para la ejecu- cion de las obras a picos, palas... y saliva en Los tinicos antiaéreos pesados del C.T. eran los anti- cuados cafiones C.K. de 75 mm sobre camiones Ceirano 50 CMA, llustraci6n: Luis Fresno Crespo, las manos. Las Transmisiones se basaban casi en exclusiva en el teléfono, con todas las dificultades que implicaba el tendido de lineas en una marcha rapida motorizada. Los equi- pos de radio eran escasos y poco fiables has ta el punto que la Legién Céndor se vio obliga da a prestarles un destacamento de puestos radio (el Sonderkommando Arend)’ del que ‘tampoco se extrajo demasiado rendimiento por la impericia de las pequefias unidades res- pecto a sus protocolos de empleo. La Aviaci6n Legionaria contaba con trimoto- res Savoia $.81 de bombardeo horizontal a gran altura; con Romeo Ro.37 de reconoci- miento y cooperacién y con cazas Fiat Cr.32. Los Savoia y los Romeo eran aparatos de bom- bardeo convencional inadecuados para acom- pafiar el avance rapido motorizado y asegurar la destrucci6n de los focos de resistencia pun- tuales que pudieran obstaculizario; solo los cazas podian emplearse para neutralizar 6 Andrés Garcia Lacalle, jefe de una de las escuadrilas de Chatos que actuaron en Guadalajara, nos ha deja do en su libro +La Aviaeién de Caza en la Guerra Espafiola: (pag. 245) la siguiente descripcion de las, posiblidades de estas piezas: “Por primera vez me hhacen fuego antiaéreo; un caén y antiguo, porque las disparos explotaban muy espaciados... Mal, muy ‘mal dirigido el tio. Sus disparos de humo negro que: daban cortos y alejados... Esta era la antiaérea que yo habia estudiado” 7 Pascual Perogrin. :Una historia del Batallén de Transmisiones de la Legién Céndor». Revista Espafiola de Historia Militar, n® 67/68, pags. 23-25. vevivivavne 30 Sevave S3HL$¥] LAS TRES BATALLAS DE GUADALAJARA 12 dichas resistencias, con la salvedad de que €stas solian requerir algo mas contundente que el fuego de unas ametralladoras y, desde luego, con la condicién indispensable de dis- frutar previamente de! dominio del aire. Algo que, como veremos, disté mucho de ocurtir. Ningin parecido, pues, con aquellas unida- des que poco mas tarde lucharfan en los cam. pos de batalla europeos en las que la infanteria progresaba combatiendo desde sus vehiculos blindados todo terreno, a los que abrian paso las unidades de carros, aniquilando con sus cajiones los puntos de resistencia, acompafia- dos por unos zapadores de asalto que allana- ban los obstaculos y protegidos por el fuego de una artilleria, igualmente autopropulsada, capaz de marchar a su mismo ritmo, y de una aviacién que colocaba sus bombas (en el caso de los Stukas alemanes) 0 sus cohetes (en el de los Republik P47 Thunderbolt norteamerica- nos) con absoluta precisién sobre los centros de mando y los ndcleos de armas del adversa- rio, Ademas de contar con un sistema de trans- misiones que permitia a los jefes mantener el control absoluto de sus unidades a lo que con- tribuia no poco el que acostumbraran a ejercer el mando desde primera linea. Por todo ello no deja de causar asombro el que atin hoy en dia haya autores que conting- Carros C.¥. 35 IP Tipo, marchando por la carretera de Francia. ‘en empefiandose en considerar al C.T.V. como una maquina de guerra modernisima y adecua- damente pertrechada que, no obstante lo cual, fue llevada al fracaso por la negligencia, la fal ta de entusiasmo 0, incluso, la cobardia de la gran mayoria de sus efectivos. Hubo, desde luego, mucha improvisacion y abundante incompetencia, pero lo cierto es que, con el equipo de que disponian, la guerra celere que pretendian ejecutar se hallaba por completo fuera de sus posibilidades, condenada al fra- caso desde un principio. Todo el plan se basa- ba en que, tras la ruptura del frente y la derro- ta de las fuerzas que lo guarnecian, gerantizada por la superioridad inicial del C.T.V. y la escasa calidad de la 12 Divisién republica- na, las columnas motorizadas alcanzaran su objetivo ~Guadalajara- practicamente sin com- batir, antes que el enemigo llevara a la lucha las reservas con que oponérseles. Sin embar- 60, la falta de reacci6n del adversario, a la que los italianos debian buena parte de su brillan- te éxito malaguefio, solo se hubiera vuelto a repetir frente a un enemigo moralmente venci- do de antemano, sin voluntad de resistencia, 0 de una ineptitud absoluta; justamente lo con- trario de lo que el Ejército del Centro republica- 0 venia demostrando en los enouentros pre- cedentes. Con toda probabilidad el Cuartel General del Generalisimo les habria informado con el mayor detalle de la auténtica capacidad <2! enemigo al que iban a enfrentarse si el Mando italiano se hubiera “doblegado” a escu- char sus recomendaciones, pero es0 era algo enpensable en medio del ambiente altanero en que en aquel momento se desenvoivia, El paso de la linea de la 2* Divisién por par- te de la 3 y la marcha motorizada de esta Glti- ma sobre Guadalajara requerian de esa prec sion absoluta que los “imponderables” se encargan habitualmente de desbaratar, espe cialmente cuando los ejecutantes carecen de los medios adecuados y la experiencia indis- pensable. En esta ocasi6n el primero de dichos “imponderables” -si bien facilmente predecible fue el mal tiempo. Las previsiones meteorolégicas anunciaban fuertes tempora- les que a primeros de marzo y en un terreno benigno tal vez no hubieran tenido una inci- dencia excesiva en los acontecimientos, pero en la meseta de La Alcarria -un altiplano sin el menor asomo de abrigo y con una altitud media en torno a los mil metros- se hizo inso- portable para los legionarios, ataviados con uniformes de verano y, como veremos, com- pletamente desatendidos por su Intendencia, En cualquier caso, el mal tiempo iba a privar les con toda certeza del apoyo de la aviacion y, Si bien es cierto que se contaba con que también le sucederia lo mismo al adversario, a la hora de la verdad los aerédromos a dispo- sicién de los italianos, bastante mas al Norte que los republicanos, se vieron afectados en mayor medida, con el agravante adicional de que los aparatos legionarios debian sobrevolar ‘bis Skoda Mod. 1914 del | Grupo de 100/17 emple zado al norte de Trijueque. Obsérvese como se hunden ‘sus ruedas en el barto. las estribaciones del sistema Ibérico para alcanzar el teatro de operaciones. Por otra par- te, la nieve y la lluvia convirtieron la llanura de La Alcarria, aparentemente tan apta para el despliegue de un ejército, en un lodazal intran- sitable donde incluso los vehiculos de cade- nas quedaban atascados y no digamos los camiones, sin capacidad todo terreno, a los que resultaba de todo punto imposible mover- se lejos de la calzada. Bien es verdad que los planes del C.T.V. apenas consideraban la posibilidad de manio- brar fuera de las carreteras salvo en la ruptu- ra inicial, lo que constituia una pesada limita- cién dada la parca infraestructura viaria de la zona. Aparte la carretera general -la carrete- ra de Francia~ que constituiria el eje principal del avance, sdlo estaba previsto utilizar otra divergente que, desde el kilmetro 102,5 de quella iba hasta Brihuega y las dos transver- sales que unfan Brihuega con el Km. 83 de la general, prosiguiendo hasta Miralrio, y la de Brihuega a Torija®. Aqui nos encontramos con otro “imponderable”: el mismo con que se encontraron los italianos al llegar al barranco de la Artilla, a la altura del kilémetro 103, frente Almadrones -en la zona donde debia producirse el recién ordenado paso de linea de la 3? Divisién motorizada- y comprobar que el puente por el que la carretera salva la cita- da depresién estaba volado. Lo curioso del caso es que esta voladura la habian efectua- do los nacionales tras ocupar Almadrones en noviembre de 1936 para crear un obstaculo contra-carro. La ofensiva de la XII Brigada Internacional en enero de 1937 habia hecho retroceder el frente nacional unos siete kilé- metros, pero el puente volado -en realidad, una alcantarille-, pese a quedar muy adentra do en la retaguardia republicana, no fue repa- rado, limitandose a construir una pista que contorneaba el corte por el fondo de la barranca; pista que, al ser alcanzada por los italianos tres meses mas tarde, se hallaba por completo impracticable a causa del tem- poral de lluvias, que la habia convertido en tuna torrentera. Como los ingenieros del C.T.V. carecian de! equipo adecuado no intentaron 8 Esta carretera nacia en Masegoso, pero no estaba previsto utilizar su primer tramo, hasta Brihuega, que Giscurria en direccion sensiblemente parelela a la general. Solo seria accidentalmente aprovechado ara aproximar a esta cltima poblacién los dos Grupos de Banderas independientes, accediendo a luna propuesta personal de su jefe, el console Franeisci ‘vervvOWg) 1 STINE SL SY] |Uss TRES BATALLAS DE GUADALAIARA siquiera reparar la voladura de la calzada, sino que optaron por habilitar la pista pese al retraso que ello supondria para la Division motorizada, que empleo practicamente toda la crucial jornada del 9 en superar el obsté- culo: la falta de entrenamiento de los legio- narios y el consiguiente barullo hicieron el resto. Una mejor comunicacién entre el Man- do nacional y el italiano hubiera hecho a éste sabedor de la existencia del corte en la carre- tera, permitiéndole alcanzarlo con algin tipo de preparacion, pero... no insistiremos en el afan de independencia operativa del C.T.V. Otro de los “imponderables” -y, no por citar- lo en dltimo lugar, de menor importancia- fue la “inesperada” resistencia de las tropas de la 12 Division republicana. EI aluvion de fuego y el consiguiente asalto a que fueron sometidas las derrot6 desde el primer momento, las echo de sus trincheras y las oblig6 a retroceder, pero no se desbandaron. Se replegaron com- batiendo, aprovechando cualquier obstéculo para ofrecer una resistencia que relentiz6 el avance italiano, trastornando por completo los horarios previstos para el mismo y dando tiem po a la llegada de las reservas. El caso de Almadrones, cuya ocupacién se demoré casi veinticuatro horas sobre lo programado, desta- ca entre esas resistencias, pero no fue el tini- co. Buena parte de las unidades de la 12 Divi- sin no se disolvieron y conservaron en la retirada sus lazos orgénicos, lo que les permi- tira unirse en el combate a los refuerzos sin la necesidad de someterse a una profunda reor- Sanizacién: tendremos Ia oportunidad de ver como tanto la propia Division, como sus brig das y batallones se integraron sobre la marcha en el sistema defensivo que acabaria haciendo fracasar el ataque del C.T.V. LAS FUERZAS EN PRESENCIA Los primeros proyectos para cortar las ‘comunicaciones de Madrid con Levante des- de el Norte confiaban en que pudiera efectuar dicha maniobra la 2? de las dos brigadas que por aquel entonces constituian la Division de Soria; brigada esta que se encontraba en linea cubriendo el frente defensivo de Sigiien- za. Pero los combates para ampliar el ala izquierda del frente madrilefto que culminaron con el corte de la carretera de La Coruna pusieron de manifiesto una fortaleza tal de las Fuerzas de Defensa de Madrid, que el Mando nacional lleg6 @ la conclusion de que s6lo empleando un contingente mucho mayor de tropas resultaria viable la operacién. El problema era que tales tropas no existi- an, siendo por ello que al encontrarse obligado a emplear la masa de maniobra disponible en el flanco Sur de la capital -en el Jarama- ni siquiera se plante6 la posibilidad de combinar el ataque con otro envolvente desde el Norte. Sélo con la llegada de las tropas italianas se pudo contar con un volumen de fuerzas ade- cuado a la consecucion de los fines que se perseguian, decidiendo utilizarlas en una ofen- siva en direcci6n Sigienza-Guadalajara, aun- que ésta tendria lugar ya a destiempo, cuando as empleadas en el Jarama habian quedado detenidas y agotadas. EIC.T.V. era un Cuerpo de Ejército con unos. efectivos que superaban ligeramente los 35.000 hombres, encuadrados en cuatro divi- siones y dos grupos de banderas (regimientos) independientes, a mas de la correspondiente artilleria de Cuerpo, Ingenieros y una unidad mecanizada (Ver detalle en Cuadro n® 1). La composici6n de la artilleria del C.T.V. en la batalla de Guadalajara requiere algunas aclaraciones. La 0.6.0. firmada por el gene- ral Mancini el 4 de marzo de 1937 deja bien claros cuales eran los diez grupos disponi- bles para intervenir en la ofensiva, que no son sino los que se han relacionado en el La pieza mas pesada del CTV. -el obs Skoda de 149/12 Mod. 14-, con 6.900 metros de alcance max: mo, tuvo que enfrentarse a los Schneider de 155 mm_ republicanos, 11.500 metros de alcance. lustracion: Julio Lopez Caeiro CUADRO NP 4. Corpo Truppe Volontarie. General Mario Roatta (“Manzini”) Jefe E.M. Teniente coronel Emilio Faldella 42 Division «Dio lo Yuoley. General Edmondo Rossi Jefe E.M. Teniente coronel Roberto Nassi 42 Grupo de Banderas (Tte. Coronel Aristide Frezza) 553 Bandera «Aquila» Bandera «Leone» Bandera «Carrogio» (mayor Luigi Juliani) Bateria 65/17 Seccién Ingenieros 22 Grupo de Banderas (Coronel Constantino Salvi) 235 Bandera «Indémito» (Seniore Alberto Montanari) Bandera «Folgore» (1° Seniore Michele Olivas) Bandera «Falco» (Seniore Armando Rocchi) 22 Bateria 65/17 «Centauro» (capitan Ferrari) Secci6n Ingenieros 3° Grupo de Banderas (Coronel Mario Mazza) Bandera Bandera Bandera (Seniore Bernini) Bateria 65/17 Seccion Ingenieros Secci6n Carabinieri Secci6n Intendencia Secci6n Sanidad Autoreparto Divisionario Efectivos: 6.360 hombres y 12 piezas de artilleria de acompafamiento... 2? Division «Fiamme Nere» General Guido Amerigo Coppi Jefe E.M. Mayor Giusseppe Bodini 6? Grupo de Banderas (Console Mario Pittau) 651 Bandera «Ardita» (Seniore Spegnuolo) 630 Bandera «Intrépida» (12 Seniore Angelucci) 638 Bandera «Audace» (Seniore Alberto Zaccherini) 42 Bateria 65/17 (Capitan Tomaselli) Seccién Ingenieros 7? Grupo de Banderas (Console Marino Marini) 724 Bandera «Inflessibile» (Seniore Gamberini) 735 Bandera «Implacabile» (Seniore Bruno Calzolari) 751 Bandera «Inesorabile» (Seniore Zulian Ermacora) Bateria 65/17 Secci6n Ingenieros 8° Grupo de Banderas (Console Fausto Bandelli) 738 Bandera «Disparata» (Seniore Domenico Palladino) 730 Bandera «/mpavidas (Seniore Giuliani) 731 Bandera »Ardita» (Seniore Antonio Pelazzi) ‘vevtvivayng 30 SyTTavs S341 SY] AS TRES BATALAS DE GUADALAIARA 8? Bateria 65/17 (Capitan Faticanti) 412 Bateria A.A. 20 mm. Secci6n Ingenieros Seccién Carabinieri Secci6n Intendencia Seccion Sanidad Autoreparto Divisionario Efectivos: 6.336 hombres y 16 piezas de artilleria (12 de acompafiamiento y 4 antiaéreas). | 38 Division «Penne Nere» General Luigi Nuvoloni Jefe E.M. Mayor Bruno Lucini ‘98 Grupo de Banderas (Console Azeglio Bulgarelli) 640 Bandera «Lupi» (Seniore Pace) 524 Bandera «Uragano» 635 Bandera «Tempesta» (Seniore Luparella) Bateria 65/17 Seccién Ingenieros 10° Grupo de Banderas (Console Generale Giovanni Martini) 824 Bandera «Tembien» (1° Seniore Francesco del Grosso) 835 Bandera «Scire» (Seniore Luigi Giulio Falzone) 840 Bandera «Carso» (Seniore Gaetano Spallone) 10# Bateria 65/17 «Oslavia» (Centurién Luigi Manfredi) | Secci6n Ingenieros 14° Grupo de Banderas (Console Generale Alberto Liuzzi) 830 Bandera «Montenero» 851 Bandera «Vampa» (Seniore Giuseppe Busalacchi) 838 Bandera «Frecciar (Seniore Carlo Giuliani) Bateria 65/17 2? Bateria A.A, 20 mm. 4? Bateria A.A. 20 mm. (Capitan Carlo Borsati) Secci6n Ingenieros Secci6n Carabinieri Seccién Intendencia Seccién Sanidad Autoreparto Divisionario Efectivos: 6.241 hombres y 20 piezas de artlleria (12 de acompaftamiento y 8 antiaéreas) 42 Division «Littorio» General Annibale Bergonzoli Jefe E.M. Coronel Tullio Giannotti 42 Regimiento (Coronel Danielo Pascarolo) atallon 22 Batallon 38 Batall6n Bateria 65/17 Seccién Ingenieros 22 Regimiento «Osa L‘inosabile» (Coronel Ugo Sprega) 4° Batall6n (Tte. Coronel Agostino Camurati) 2° Batallon (Tte. Coronel Virginio Manari) 3° Batallon ( Mayor Dario Croveri; Iuego, teniente coronel Angelo Sulas) Bateria 65/17 Seccién Ingenieros Batallon de Ametralladoras (Mayor Antonio Luciano) 32 Regimiento (Artilleria) (Coronel Enrico Vandetti) 18 Grupo 65/17 (3 b® a 4 p.) (Mayor Guglielmo Perelle) 2° Grupo 65/17 (3 b® a 4 p.) (Tte. Coronel Pittaluga) 3* Bateria A.A. 20 mm. Efectivos: 7.689 hombres y 36 piezas de artilleria (24 de campaiia‘, 8 de acompaiamien- toy 4 antiaéreas). Grupos de Banderas Independientes (posteriormente, «Agrupaci6n XXIll de Marzo», Console Enrico Francisci) 4° grupo de Banderas (Console Francesco Guidoni) 835 Bandera «Toro: (1° Seniore Mario Bertoni) 551 Bandera «Bisonte» (1° Seniore Enzo Ferrentini) 525 Bandera «Buffalo» (1° Seniore Pietro Bologna) 5? Bateria 65/17 Secci6n Ingenieros Efectivos: 1.801 hombres y 4 piezas de artilleria de acompanamiento. 5? Grupo de Banderas (Console Enrico Francisci) 540 Bandera «Lupis? (Seniore Brogi Nero) 530 Bandera «/mplacabile» (Seniore Di Puccio) 538 Bandera «Ardente» (1° Seniore Sapgnaro) 6* Baterla 65/17 (Capitan Roberto Roselli) Seccion Ingenieros Efectivos: 1.800 hombres y 4 piezas de artilleria de acompanamiento, | comando Reparti Specializati (Coronel Garlo Rivolta) Agrupacién de Carros de Asalto y Autos Blindados (Mayor Lohengrin Giraud) 1® Cia. Carros (Capitan Oreste Fortuna) 2° Cia. Carros (Capitan Paolo Paladini) 3° Cia. Carros (Capitan Miduri) 4? Cia. Carros (Capitan Cascio) 19 Cia. Autos Blindados (teniente Todisco)® joto-Ametralladoras (Capitan Ricci) Lanzadiamas 47 mm. (Teniente Valeri) Bateria C. Agrupacién de Ingenieros (General Michele Molinari) ‘Compaiia Mixta Compaiiia Radio y Transmisiones Nicleo Auténomo Radio y Transmisiones Nicleo Intercepeién Autoreparto Pesado Artilleria de Cuerpo de Ejército General Ugo Zanotti Asignada a la 2* Division. Teniente coronel Benvenuto Pettinari ‘vavivavayne 30 S¥ITvaNS S34 SY] XI Grupo 75/27 Vill Grupo 100/17 IX Grupo 100/17 Grupo 149/12 Asignada a la 3° Division. Teniente coronel Bottari X Grupo 75/27 (3. b® a 4 p.) (Mayor Gaetano Baldoni) \Grupo 100/17 (2 I Grupo 100/17 | Grupo 105/28 Il Grupo 105/28 (2 b®a3 p.) IV Grupo 149/12 (2 b®a 3 p.) (Mayor Cagranelli) Cuatro Baterias Antiaéreas 75 C.K. Seccién Ingenieros Seccién Parque Efectivos: 4.995 hombres y 100 piezas de artilleria (80 de campaiia, 16 antiaéreas y 4 antitanques) (2 b® a 4 p,) (Mayor Cavalloti) (2 b® a 4 p.) (Mayor Giovanni Calzotari) (2b*a3p) 4.) (Tte. Coronel Amadeo Mustilli) (2 b® a 4 p,) (Mayor Pederzoli) (2b8a3p) LAS TRES BATAILAS DE GUADALAJARA (bead p) | | | | Efectivos totales del C.T.V.: 35.222 hombres; 104 piezas de campafa, 52 de acompafia- miento, 32 antiaéreas y 4 antitanques. | | 4 Las piezas de los dos grupos del Reto. de Artillera de la Divisién «Litorio» se clasifican como de campaiia por Constituir unidades de Artillera divisioneria pero, en realidad, se trataba de cafiones de 65/17 idénticos a los de acompariamiento de infanteria de las Banderas. 2 En algunas ocasiones se cita como 530 bis para evitar confusiones con la 640 Bandera del 9* Grupo, denomi- nada igualmente «Lup. 3 Para otras fuentes, el teniente Rubino. cuadro n® 1. Sin embargo, en 1972, don José Luis Infiesta Pérez ~que entonces firmaba sus obras con el seud6nimo de Aloofar Nas- saes- expuso en su libro «Los legionarios itallanos en la guerra civil espaiiola» ia teo- ria de que la Orden de Operaciones citada s6lo recogia la Artilleria divisionaria y olvidar ba la masa artillera de Cuerpo de Ejército que debia organizarse en base a otros diez grupos (VIl y Vill de 75/27; Ill, IV, Vy VI de 100/17; lly IV de 105/28 y | y lll de 149/12) Caron Sehneider/Ansaldo de 105/28 Mod. 1913. Sin duda, lat mejor pieza que tuvo la Avtillerta del C.T.V. en Guadalajara. ltustracion: Jullo Lopez Caelto i (ie ee eat ee cuya existencia a disposicién del C.T.V. refle- ban diversos documentos. Efectivamente, el Comando Truppe Volonta: habfa recibido material suficiente para orga- nizer otros diez grupos de campaiia, duplican do exactamente cada calibre de los que constitufan su artilleria efectiva. Es decir, ade- mas de los dos grupos de 75/27 (x y Xl) empleados en Guadalajara, contaba con otros dos (Vil y Vil); al igual que habia cuatro grupos de 100/17 (Ill, 1V, Vy VI) a mas de los cuatro (1, Il, Vill y 1X) llevados a la batalla y dos de 105/28 (il y IV), aparte de los utilizados | y II, 0 dos de 149/12 (Iy Ill) ademas del Il y IV pre- sentes en la Alcarria. gPorqué, pues, el C.TV. s6lo preveia emplear en su ofensiva la mitad de la artilleria disponible? Sencillamente, por- que no contaba con personal suficiente” para organizar los diez grupos suplementarios, aun- que esa fuera su intencién, siendo este el moti- vo de que llegaran a asignérseles los némeros mencionados. Y hablando de niimeros, cabe Tractor Fiat 708 CM remolcando un obis de 100/17 sobre su carrillo elastico, Iustracién: Julio Lépez Caeira, recordar el hecho de que se haya escrito fre- cuentemente que la nomenclatura de los gru- pos artilleros era confusa, desde el momento en que les aplicaban numerales repetidos. No era asi; cada calibre tenia su propia numera- ci6n; por ello habfa un |, 1, Ill... grupos de 100/17, 105/28 6 149/12. Ocurrié sin embargo que en los calibres menores se deja- ron huecos en la numeracién con vistas a cubrirlos con posteriores aportaciones de material -pese a que, como se ha dicho, ni siquiera se podia encuadrar el recibido-; asi, los grupos de 75/27 comenzaron a numerarse a partir del ViIl,°* dejando vacante el IX, y en los de 100/17 se dej6 libre el Vil. Siguiendo los historiales de los diferentes grupos, vemos que sélo combatieron en Gua- dalajara los diez nenumerados en la Orden de Operaciones. En cuanto a los restantes, algu- nos de ellos ~como el Vill de 75/27, el Ill de 100/17 6 el lly IV de 105/28- llegaron a des- plazarse a la zona Sigienza-Anguita, pero lo hicieron "en cuadro" y, por tanto, incapacita- dos para combatir. Si, a principios de marzo, el C.T.V. no disponia de efectivos suficientes para encuadrar estos grupos, mucho menos 9 Incluso algunas de las baterias que combatieron en Guadalajara hubieron de completarse con personal espafiol (ver Giuseppe Cordedda. +100/17, Alzo Cero», pag. 16). a Se creo aparte un IV Grupo que fue asignado a la Brigada Mista “Flechas Negras", entonces en organ vavivivayne) X0 STINE SL SY] 20 vevivivavng 30 Sviviva S28 $¥] 1 Legionarie Fiar OR.32 de la 18 Squadriglia det Aviazion aria. llustraciones: Luis Fr resno Crespo viva 30 STNG SBA] AS TRES BATALLAS DE GUADALAIAR n a a SE Ee SNE aS Cuando su imprescindible reorganizacién acon- sej6 la repatriacion a Italia de numerosos voluntarios. Los grupos a que nos venimos refiriendo acabaron por ser entregados a los espafioles, que completaron su personal, con- servando en principio los escasos artilleros italianos de que disponian, lo que les conferia un cierto caracter de “grupos mixtos” —aun con gran mayoria de espajioles con que com- batieron en las campafias de Vizcaya y San- tander. Al término de esta Gltima, los italianos se reincorporaron al C.T.V., quedando los gru- pos definitivamente encuadrados en la Artille- ria nacional, sin que el C.E. italiano pretendie- ra en ningin momento recuperarlos, como tampoco traté de aumentar en el resto de la guerra el ntimero de los disponibles. Bien es cierto, que a lo largo de la contienda fue refor- zando su artilleria, pero no creando nuevos grupos -algo que solo hizo con los materiales mas ligeros- sino adscribiendo un mayor numero de piezas a los originales. Asi, por ejemplo, cada uno de los grupos | y Ill de 105/28 6 lly IV de 149/12, que en Guadala- jara tenian seis piezas (2 baterias a 3 piezas), contaban con diez y ocho (3 baterias a 6 pie- zas) al término de la contienda. La Aviacién Legionaria participaria casi al completo en el apoyo a la ofensiva del C.T.V, pues sélo quedaron algunos Fiat Cr.32 y Romeo Ro.37 en los frentes de Madrid ~aerédromo de Torrijos- y Andalucia. Por estas fechas atin no era la potente formacién en que se convertiria unos meses mas tarde (ver efectivos en el Cua- dro N® 2). La caza contaba con seis escuadrillas al mando de Nobili, Ricci, Degli Incerti, Frangois, Dequal y Larsimont pero ain no habia alcanza- do su organizaci6n definitiva en los correspon- dientes grupos, bien por estar ain encuadran- do los Gltimos pilotos y aparatos llegados desde Italia, bien porque recientemente habia tenido que combatir dispersa entre Madrid, el Jarama y Malaga, sometida a continuos trasla- dos de unos a otros frentes 0 de unas a otras, unidades de acuerdo con las necesidades de cada momento. Para la ofensiva sobre Guada lajara se reunieron en los aerédromos de Soria cinco escuadrillas incompletas, organizadas en dos grupos provisionales y una escuadrilla de refuerzo. Su ndimero era ciertamente mas alto que el empleado en Ia batalla del Jarama, pero todavia inferior al que podian acumular sus adversarios y, si en aquella no habian podido ganar el dominio de! aire, pese a contar con la el C.TY, bajo el sobrenombre de "Manzini”. ayuda de los cazadores nacionales y de la Legi6n Condor, nada permitia garantizar que ahora lo lograran en ésta. Los veinte Romeo Ro.37 de cooperacién y los trece Savoia $.81 de bombardeo, encuadrados en sendos grupos a dos escuadtrillas, no parecen suficientes para aportar un volumen de fuego que pesara de for- ma decisiva en la batalla. No estaba previsto que ningin aparato de la Aviacion nacional participara en las opera- ciones; sin embargo, la Legion Condor se ofrecié a prestar su apoyo con misiones estratégicas de reconocimiento y ataque ala retaguardia adversaria. Esta unidad estaba atravesando un periodo de crisis, tras com- probar durante la batalla del Jarama que los aviones con que estaba equipada resultaban muy inferiores a los aparatos que la U.R.S.S. habia suministrado a la Aviaci6n republicana. Los Heinkel He 51 de sus tres escuadrillas de caza -1.1/88, 2.J/88 y 3.4/88- no tenian ninguna posibilidad de éxito frente a los Poli- karpov I.15 Chatos e 1.16 Ratas tripulados por expertos pilotos soviéticos, por lo que se CUADRO N® 2 AVIACION LEGIONARIA EN GUADALUJARA | Grupo de caza (Casero) en Almazan‘... 26 Fiat Cr.32 I Grupo de caza (Chiappini) en Soria’ .. 48 Fiat Cr.32 Refuerzos Fiat a Soria (Escuadrilla Degli Incerti).. 10 Fiat Cr. 32 XXII Grupo de Observazione Aerea «Linci» (Bonaga) en Soria . 15 Romeo Ro.37 120 Escuadrilla (Francesco Sforza) 428 Escuadrilla (Carlo Romagnolo) Refuerzos Ro.37 a Soria 5 Romeo Ro.37 13 Savoia S.81, XXIV Grupo de Bombardeo «Marelli» (Rafaelli) en Soria. 13 Escuadrilla (Igino Mencarelli) 11 Escuadrilla (Gildo Simini) 4. Posteriormente, XVI Grupo «La Cucaracha» 2 Posteriormente, XXIll Grupo «Asso df Bastoni habia decidido retirarlos del frente hasta que pudieran equiparse con aviones mas moder- nos. Al comenzar la batalla de Guadalajara ya se habjan recibido los primeros Mess- serschmitt Bf 109B, que estaban siendo entregados a la Escuadrilla 2.J/88, pero ésta atin no se hallaba organizada y en con: diciones de combatir con sus nuevos medios. En prevision de que hubiera tiempo a emplearla, la Legion Condor trato de habi- litar un aerédromo cercano al frente en las proximidades de Sigtenza, en Torresavinian, pero la evoluci6n de la batalla y la no dispo- nibilidad de los Messers impidieron la reali- zaci6n de estos proyectos. Igualmente, la indefensién frente a la moderna caza adversaria de los Junkers Ju 52, que dotaban sus tres escuadrillas de bombardeo, habia obligado a solicitar de Ale- mania el envio de aparatos mas modernos de los que hasta el momento habian llegado una docena —4 Heinkel He 111 B-1, 4 Jun- kers Ju 86 Dl y 4 Dornier Do 17 E-1—con los que se constituy una unidad experimental para evaluar sus posibilidades, siendo éstos los que, desde Matacén (Salamanca), pres- taron un apoyo indirecto a la ofensiva sobre Guadalajara mediante ataques, sin protec- ci6n de caza, a los aerédromos y bases en la retaguardia enemiga. Los Junkers Ju 52 coo- peraron asimismo a este tipo de misiones aunque, dadas sus limitaciones, actuarian tan sélo como bombarderos nocturnos. La Céndor efectué ademas misiones de reconocimiento con sus Heinkel He 70, Gni- Romeo Ro.37 ce la 128 Squadriglia del XXII Gruppo O.A, sinc. lustractn: Julio Lépex Caciro 30 svmiva si $Y] vaewayng) Heinkel He 1248, matriculado 25+3, encuadrado en la Ja VB/B8 de la sLegion Condor». llustraciones: Julio Lopez Caeiro ‘vevivang 30 Sv SB 9] % LAS TRES BATAILAS DE GUADALAJARA Cuadro n° 3 UNIDADES DE LA LEGION CONDOR ACTUANTES EN GUADALAJARA \VB/88 (42 teniente von Moreau) en Matacén (Salamanca) 4 Heinkel He 141. 3 Junkers Ju 86 4 Domier Do 17 'A/88 (12 teniente Heimann) en Matacén (Salamanca) (254, 2,3y 4) (26-2, 3y 4)" (27-4, 2, 3y 4) 42 Heinkel He 70 K/88 en Matacan (Comandante Fuchs) en Matacan (Salamanca). Plana Mayor 4 Junkers Ju 52 4? Escuadrilla (1 teniente von Knauer) 9 Ju 52 22 Escuadrilla (Capitan Brasser)’ 9 Ju 52 (22-79) (2284, 90, 91, 94, 95, 97, 98, 99 y 100) (22-70, 80, 81, 83, 85, 86, 87, 88 y 89) 3 Escuadrilla (Capitan Krafft von Delmensingen) 8 Ju.52 (22-74, 73, 75, 76, 77, 82, 92 y 93) 1L. Se habia perdido ya un Junkers Ju 86 sobre Andujar el 22 de febrero por averia en sus motores de aceite pesa- do, que ain no estaban suficientemente @ punto 2 Herido el dia 9 al estrellarse su avion, fue sustit cos aparatos de su equipo inicial con presta- ciones suficientes para operar sin mayores problemas (Ver Cuadro n® 3). Como ya se ha dicho el Mando nacional habia decidido, con un cierto fastidio de los lianos, que las fuerzas en linea de la Di sién de Soria (general Moscardé) participa- ran en la ofensiva. Esta gran unidad acababa de incorporar una 3° Brigada (coronel Los Arcos) que serfa utilizada en refuerzo de la 1° para cubrir el frente, dejando asi libre a la 22 Brigada (coronel Marzo) para intervenir en el ataque. Dicha 2 Brigada, convenientemente reforzada (Ver Cuadro n® 4), cubriria el flan- co derecho del C.T.V., utilizando como eje de Junkers Ju 52/2mg de la 4* Escuadrila del Grupo K./88 de Ia Legién Condor. Por estas fechas, tras la Batalla del Jarama, ésta habia relegado los Junkers exclusivamente ‘a misiones nocturnas. lustracion: Julio Lopez Caetro por el 1 teniente von Beust avanee la carretera que, desde Atienza, dis- curtia entre los rios Henares y Badiel, hasta confluir con la general a Zaragoza en las pro- ximidades de Guadalajara capital. El terreno en el que debia desenvolverse era mucho més abrupto que el elegido para la progre- sin del C.T.V., lo que no constituia mayor problema dado que la Brigada del coronel Marzo marcharia a pié, confiando su lo; al transporte hipomévil, pues apenas dispo- nia. de medios motorizados. En esas condiciones, estaba previsto de antemano que progresaria con retraso res- pecto al rapido avance del C.T.V. por lo que el frente, en su sector, oblicuaria hacia el N.O. hasta enlazar con las posiciones de la 1? Bri- 10 Entre los refuerzos destacaba una compafia de Carros de Combate equipada con Panzerkampfwagen Taust A Cuadro ne 4 2 Brigada de la Division de Soria Jefe: Coronel Ricardo Marzo Pellicer Fuerzas de Maniobra: 4? Agrupacién (Teniente coronel Alfonso Sotelo Garcia).- 72 Bon. del Rgto. de «América» n? 23 (comandante Sabas Navarro Brinsdon) 22 Bon. del Rgto. de «Bailén» n® 24 (comandante Nicolas Canalejo Aguirre) 62 Bon. del Rgto. de «Toledo» n® 26 (comandante Antonio Alvarez Lopez-Bafios) 8? Bon. del Rgto. de «La Victoria» n® 28 (comandante Joaquin Pacheco Santana) Tercio «N® Sefiora de Valvaneray* Grupo de 75 mm. (capitan Suéirez), formado por las baterias: 3 del 9° Reto. Ligero (capitan Ange! Gutiérrez Cabeza) 3¢ del 11° Reto. Ligero (capitan Javier Gonzalez Moro) 108 del 41° Reto. Ligero (José Gordillo Gonzalez-Pala) Dos secciones antiaéreas antitanques de 20 mm. (2+2 p.) de la 9 B* del 141° Reto. Ligero 12 Compaiiia de Zapadores del 3? Batallon de la 5 Division (capitén Angel Ruiz Martin) 1? Compaiia de Carros de Combate (Capitén José Garcia y Garcia) 22 Agtupaci6n (Teniente coronel Rafael Ibatiez de Aldecoa) 42 Bon. del Rgto. de «Gerona» n® 18 (comandante José Palacios Palacios) Tercio «Requetés de Burgos:* (capitan Fermin Cabestré) 28 Bandera de «Falange de Burgos» (capitan Antonio de Yarto Herrero) Grupo de 77 mm. del 142 Reto. Ligero (capitan Junquera). Compuesto por: 1? B® (capitan Antonio Diaz Muntadas) 22 B# (capitan Carlos Lopez Pozas) 3* B® (capitan Anselmo de Grandes Urosa) Seccién de 75 mm. del 12® Reto. Ligero (teniente José Ibarreche’) 10? Compaiiia de Zapadores de la 7? Division (capitan Mexia) '3* Agrupaci6n (Teniente coronel Ricardo Villalba Rubio) Bon. del Reto. de «Aragén» n° 17 (comandante Blas Pifiar Arnedo) 7? Bon. del Reto. de «San Quintin» (comandante Eusebio Valle del Real) Bandera «Falange Burgos-Alavae (Batall6n General Mola) (comandante habilitado Jaime Milans del Bosch Pino) Bateria de 65/17 del 11° Reto. Ligero (capitan Besc6s)* 28 Baterla de 105/22 del 108 Rgto. Ligero (capitan José Fernandez Morales) Seccién de 105/22 del 12° Reto. Ligero (teniente Agurruza) 14* Compaiifa de Zapadores de la 7° Division (capitan Francisco Parra Castilla) Agrupaci6n de Caballeria (Comandante Pita da Veiga) Cuatro Escuadrones de sables y una seccién de ametralladoras y morteros del Reto. «Espafiay n? 5° Reserva 3? Bateria de 155/13 del 42 Reto. Pesado (capitan José Urzaiz Guzman) 28 Unidad de Pontoneros (capitan José de Martin Pinillos) 3# Compaiiia del Rgto. de Transmisiones (capitan Manuel Frias Gilolmo) \vevtvIvayng) 30 SYTWIV® SBA SY] a STALLAS DE GUADALAJARA Las Tres Bs 28 Efectivos totales*. 10.264 hombres; 259 mulos; 120 caballos; 40 piezas de artilleria de ‘campana y 4 antiaéreas. 4 En realidad, atin no se habia formado. Las fuerzas participantes en la ofensiva fueron la 1° Cia, del Tercio de «Ntra. S12. de Vevanerax (capitan Antonio Pisin) y el lamado Batallon Minto de RequetéFalange y Voluntarios de Rioja 7 Soria (Comandante Man | Fernandez: Manrique y Gonzalez) que reunia la Agrupacion Herreros de Tejada (dos con. Pah) con otra compania denominada Tercio »Numantinor, soriano, Después de la batalla -en julio-, se constitu fia defintivamente el Tercio «tra. Sra. de Valvaneras poser ‘con ia. compar -Valvaneras y la Agrupacion H. de Tejada). Posteriormente, a partir de mayo de 1937, tomaria el nombre de Tercio de =Requetés Burgos Sangiiesa. En otras fuentes figura mandada por el teniente Aranda, Mas tarde, pasaria a ser la 13? Bateria de dicho Regimiento, Algunos de ellos a pié (mandaba el 3 Escuadron el capitan Pedro Cerda Montaner). E! total esta tomado de un estacillo redactado al término de fa batalla por lo que incluye los cuatro batallones y fl escuadron que le fueron agregados como refuerzo al final de la misma, en los dias 18 y 20 de marzo. El general Moscardo sigue las operaciones de la Brigada Marzo desde el Puesto de Mando de ia misma (Biblioteca Nacional) gada (coronel Estaban Infantes), que defen dia el de Somosierra. En el caso de que la maniobra tuviera éxito, cuando la 28 Brigada alcanzara Puebla de Belefia, la 4? deberia igualmente avanzar sin perder el contacto con ésta, estrechando el cerco de la capital con la ocupacién de El Berrueco-Torrelaguna, envolviendo la zona de Buitrago-Lozoyuela y orienténdose hacia Colmenar Viejo Este era el dispositivo que iba a enfrentarse a la 12 Division republicana que acababa de Constituirse como tal, bajo el mando del coro: c Hi Nel Lacalle, integrando un conjunto de cinco bri- gadas 48, 49, 50, 71 y 72- con veinte batallo- es (Ver Cuadro n? 5). Dichas brigadas se habi- an ido organizando, muy lentamente, por cierto- a base de militarizar, durante los meses de ene- 10/febrero de 1937, las milicias que guarnecian el frente de Guadalajara y solamente una de ellas, la 48, habla combatido como tal brigada €n la batalla del Jarama en la que result6 practi camente aniquilada, En marzo, estas brigadas culminaban su organizacién —reorganizacion, en el caso de la 48- al amparo de un frente, parti- cularmente tranquilo, dividido en dos sectores a 411 Fecha de creacion: 28 de febrero de 1937 Cuadro n° 5 12 Division Jefe: Coronel Victor Lacalle Seminario Comisario Antonio Asensio Lozano 48 Brigada (Comandante Manuel Castro Rodriguez) Batall6n Pasionaria (mayor Ugena) Batallon Dimitrof (mayor Silvestre Gomez Sanchez) Batallion Pi y Margall (mayor Arcos) Batallon Madrid (mayor Bazan). 49 Brigada (Teniente coronel Angel de la Machorra Carratala/Comisario Francisco Anton Sanz) Batallon Pablo Iglesias Batall6n Triunfo Batall6n Guadalajara 1 Batallén Guadalajara 2. 50 Brigada (Comandante Eduardo Barcel6 Llacuri/Comisario Antonio Solé Cuenca) Batallon Pueblonuevo-Ventas n® 4 Batallon Leones Rojos n® 4 Batallén Guadalajara (del 5% Reto.) Batallon 20 de Julio Efectivos: 1.957 hombres y 2 piezas de artilleria. 71 Brigada (Comandante Eduardo Rubio Funes/Comisario Eduardo del Castillo Blanco) Batall6n Espartacus (mayor Domingo Barrero Penalva) Batall6n Apoyo (mayor Juan Sanchez Alvarez) Batallon Alicante Rojo n® 4 Batallon Alicante Rojo n® 2 Efectivos: 2.326 hombres y 4 piezas de artilleria 72 Brigada (Comandante José Valdés Oroz / Comisario Juan Ignacio Mantecon) Batallén Aragon Batallén Malcasta Batall6n Alto Aragon Batall6n Zaragoza Reserv Grupo de Asalto del capitan Lozano Artilleria divisionaria: Grupo de 75 mm. (9 p.), 8? 105 (2 p.), Seccién de 7 om (2 p.) Efectivos totales: 10.739 hombres y 19 piezas de campaiia (mas las de las Brigadas 48, 49 y 72, que se desconocen). las Ordenes, respectivamente, del comandante ‘Nieto Carmona y el teniente coronel Flores Cohn- hein en los cuales iban turndndose los diferen- tes batallones. mientras los restantes comple- taban su encuadramiento e instruccion en la inmediata retaguardia. Un par de dias antes del inicio de la ofensiva nacional se habia dispuesto el desdoblamiento de la 12 Division, de la que se desgajarian las brigadas 48 y 71 para constituir una nueva divi- sion “D" a las érdenes del mayor de milicias Cipriano Mera. El inicio de la ofensiva impidié el ‘cumplimiento de dicha orden, desde el momen- to en que Lacalle empleé en la defensa las dos brigadas que debian constituirla, quedando la nonnata Division “D" reducida al Cuartel Gene- ral que, poco mas tarde, como veremos, toma- rfa bajo su mando la nueva 14 Division. En visperas de la ofensiva, el general Mia- ja gir una visita al frente de Guadalajara, encontrandolo en condiciones de resistir la embestida que se temia. Ain asi, tomd la decision de reforzarlo con una compafiia de carros de combate, con veinte 7.26, de la Bri- gada Pavlov, que se situ6 en Torija en las lt mas horas del 7 de marzo. ‘yawning 30 Symi S34 $V] 29 30 vvaivivayne) 30 Svvive Saal Sy] LAS TRES BATALAS DE GUADALAJARA Cuadro ne 6 Aviacién Republicana en Guadalajara Caza Escuadrilla Tarasov -12 Polikarpov 1.16 Valencia Esouadrilla Kolesnikov. 12 Polikarpov 1.16 Alcala Escuadrilla Kopets («José 2 Polikarpov 1.15 ‘Azuquece Escuadrilla Lacalle secon Polikarpov 1.15 Guadalajare Escuadrilla Kosakov .. -12 Polikarpov 1.15 ‘Alcala (pas6 2 Campo Soto) Refuerzo Esclla. Santamaria i 6/9 Polikarpov 1.15 Alcala Esclla. Waranchuk.. .T Polikarpov 1.15 Alcala Asalto sclla. Grupo 20 (Luis Alonso Vega)...........15 Polikarpov RZ Tembleque Grupo R.5 (Vochev) .-... Bombardeo 4 Esella. Grupo 12 (Proskirov) ‘sella. Grupo 12 (Nesméyanov) 5/45 Polikarpov R.5* Quintanar de la Orden 13 Tupoliev SB.2 San Clemente (pas6 a Alcala) Sisante (pas6 2 La Torrecita) 12 Tupoliev SB.2 11 Sélo se tiene la plena certeza de la llegada a Espaha de un Grupo de R.5, de 31. aparatos, en noviembre de 1936, de los que, en marzo del afi siguiente estarfan operativos un cincuenta por ciento, aproximadamente. Sin ember 0, varios autores aseguran que poco antes de la batalla de Guadalajara llegd una segundo grupo con igual nme Fo de aviones que el anterior, de la version Shtormovik -armados con cuatro o seis ametralladoras en los plenos lnferiores, en montaje oblicuo para el ataque a tierra-, enviado desde la Unién Soviética con carécter experimen tal, De acuerdo con tales afirmaciones, tras ser empleado en dicha batalla, tanto los aviones, como los pilotos ~exclusivamente sovieticos- fueron devueltos a la UR.S.S. 32 Refuerzos republicanos -cascos franceses Adrian y fusi- les rusos MosinNagant- en marcha por la carretera general hacia Tori. El frente de la 12 Division podia recibir des- de el primer momento el apoyo masivo de la Aviaci6n republicana, con s6lo efectuar los minimos traslados que aconsejara la situacién tactica u obligaran las circunstancias meteoro- légicas, pues la mayor parte de sus fuerzas se hallaba desplegada en la zona Centro/Levante. De hecho, participaria en la batalla de Guada- lajara la practica totalidad de las unidades con material soviético, salvo dos escuadrillas de caza muy mermadas -la de Alonso Santame- fa, que permaneci6 en Lérida, y la de Waran- chuk, en Andujar y la 1 Escuadrilla de Nate chas, de cooperacién, que quedé igualmente en Andalucia. El resto de las unidades de or- gen ruso tomaria parte en la batalla (Ver Cue- dro n° 6) reforzado incluso por seis Chatos de la Escuadrilla Santamaria” y siete de la de Waranchuk’* a los que se dio orden en visperas, de la misma -el 6 de marzo- de trasladarse al Centro en vista de las alarmantes noticias que llegaban al Mando republicano LA BATALLA DE GUADALAJARA En los primeros dias de marzo, el C.T.V. complet su concentracién tras el flanco 12 La orden emitida el dia 6 de marzo disponta el envio de seis aparatos pero, segin testimonio de Juan Comas Borras (sHistoria y Vida- Ex. 4, pag. 49), fue ron nueve aviones -tres patrullas de las cuatro con ‘que contaba- los enviados a Guadalajara. 13 Solamente quedaron tres Chatos de la primera de ellas en Lérida y seis de la segunda en Andojar.

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