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Valerio Mannucci al : re oF — p ae Pe Fe og LA BIBLIA COMO PALABRA DE DIOS bv wr Crna Biblioteca Manual Pegctee . LA BIBLIA COMO PALABRA DE DIOS. Introduccién general a la Sagrada Escritura, por Valerio Mannucci. (5* edicién) . SENTIDO CRISTIANO DEL ANTIGUO TESTAMENTO, por Pierre Grelot . BREVE DICCIONARIO DE HISTORIA DE LA IGLESIA, por Paul Christophe . EL HOMBRE QUE VENIA DE DIOS. VOLUMEN I, por Joseph Moingt . EL HOMBRE QUE VEN{A DE DIOS. VOLUMEN II, por Joseph Moingt . EL DESEO Y LA TERNURA, por Erich Fuchs . EL PENTATEUCO. Estudio metodolégico, por R. N. Whybray . EL PROCESO DE JESUS. La Historia, por Simén Légasse . DIOS EN LA ESCRITURA, por Jacques Briend . EL PROCESO DE JESUS (II). La Pasién en los Cuatro Evangelios, por Simén Légasse . (ES NECESARIO AUN HABLAR DE «RESURRECCION»? Los datos biblicos por Marie-Emile Boismard TEOLOG{A FEMINISTA, por Ann Loades (Ed.) . PSICOLOGIA PASTORAL. Introduccién a la praxis de la pastoral curativa, por Isidor Baumgartner ., NUEVA HISTORIA DE ISRAEL, por J. Alberto Soggin VALERIO MANNUCCI LA BIBLIA COMO PALABRA DE DIOS INTRODUCCION GENERAL A LA SAGRADA ESCRITURA 5? edicion DESCLEE DE BROUWER A la memoria De Don Rafaello Parenti maestro y amigo inolvidable primer Presidente del renacido Studio Teologico Fiorentino ‘Titulo de la edicién original: BIBBIA COME PAROLA DI DIO, publicada por QUERINIANA EDICTRICE-BRESCIA VersiGn espaiiola de Jestis Jéuregui © EDITORIAL DESCLEE DE BROUWER, S.A. 1997 Henao, 6 - 48009 BILBAO Printed in Spain ISBN: 84-330-0647-9 Depésito legal: $.S. 900/97 Impreso en: Itxaropena, S.A. ZARAUTZ. PRESENTACION Poner el Prélogo al libro de un alumno equivale a sentirse un poco abuelo 0 si se quiere, a hacer de padrino en el bautizo de su propio nieto. Momento peligroso éste que corre el riesgo de caer en el sentimentalismo al encontrar en el rostro del nuevo vastago los rasgos del nuestro y de abandonarnos nostdl- gicamente en brazos del recuerdo. Sera preciso hacer un esfuerzo por guardar una serena distancia, no a la manera de un retiro forzoso sino como algo nece- sario para un escritor que trata de ser fiel a su propia vocacién. Un libro de «Introduccién general a la Sagrada Escritura»publicado en 1981 no puede sustraerse al hecho de aparecer quince aitos después del Concilio Vati- cano II. Las Introducciones a la Sagrada Escritura anteriores a este aconteci- miento habian alcanzado una cristalizacién, es decir, una fisonomia estable: arménica y orgdnica en el caso de los buenos, rigida y amanerada en los malos. ¢ Como conducirse ahora tras aquel acontecimiento eclesial? ; Era cuestién de seguir repitiendo lo mismo como si nada hubiese sucedido o habia que proceder bajo los auspicios de los nuevos tiempos? Algunos, si bien pocos, intentaron un nuevo camino y trataron de enrique- cerlo con nuevas reflexiones. En estos quince afios han brotado nuevas ideas que han alcanzado cierta difusién, pero que no han llegado a cristalizar en un cuerpo orgdnico capaz de alcanzar carta de ciudadania. Acude a mi memoria el discurso conciliar de Monseior Neophitus Edelby y la verdad es que no conozco ninguna obra que haya desarrollado de forma sistemdtica sus intuiciones teoldgicas. Otro camino ha sido el de comentar la Constitucién conciliar «Dei Verbum» cosa que se ha levado a cabo en varias lenguas y en formas muy diversas. Se escribieron comentarios literales e incluso muy literales. Se llev6 a cabo refle- xi6n critica, entendiendo por «critica» el recurso de crear una cierta distancia para llevar a cabo una valoracién sin faltar al respeto. Un comentario critico al texto conciliar se reducta a poner de relieve ideas ya conocidas y aceptadas, podia destacar las novedades en contraposicion con las posiciones anteriores, tratando de darnos a entender lo que quedaba por hacer y abriendo al respecto nuevos caminos y horizontes. Un comentario ast dejaba de ser literal y remon- taba el vuelo ampliando el campo visual. Los comentarios a la Dei Verbum, fueran literales o criticos, breves 0 exten- sos, se sucedieron durante los aitos posconciliares, como lo pone de manifiesto el Elenchus Biblicus del P. Nober. La difusion que obtuvieron se pone de mani- fiesto por el hecho de haberse agotado. Quiero decir que se han agotado las ediciones e incluso este género de comentarios como si se tratase de un produc- to poco didactico o de escaso éxito comercial. No sé hasta qué punto se leerdn todavia estas obras publicadas hace diez 0 doce afios. De todo cuanto Hevamos dicho de los textos escritos y publicados, no se sigue que haya que separar la difusion y casi tradicin oral de muchos profesores que durante los aos posconciliares se dedicaron a la ensefanza y renovacién de cuanto se estaba practicando o se unieron al movimiento biblico. Todos ellos realizaron una meritoria labor de difusién del Magisterio conciliar de la Igle- sia, No hay duda de que esta tradicion oral de tantos colaboradores ha consti- tuido un factor decisivo en cl espléndido renacimiento biblico de la Iglesia. Algu- 8 LA BIBLIA COMO PALABRA DE DIOS nos de ellos han pasado del magisterio oral al escrito en formas y obras diver- sas en torno al tema que nos ocupa. Por ejemplo, preparando un manual que recogiese la experiencia anterior. De esta forma estos escritores supieron situarse en la médula mds entranable del espiritu conciliar que supuso un importante paso hacia adelante. Dentro de este entorno se sittia Valerio Mannucci después de haber madurado durante los afos dedicados a la ensefianza y a través de sus anteriores publicaciones. El cardcter diddctico, por un lado, y el momento en que aparece esta publi- cacién, por otro, condicionan el trabajo, pero sin que ello suponga una limita- cin. Comencemos por su estructura generral. Si cogemos un tratado clasico, por ejemplo, la excelente «Institutiones Biblicae» (P.I.B., tiltima edicién de 1951) y lo comparamos con el de Mannucci, apreciamos el cambio que se ha realiza- do en la disposicion de la materia y la ampliacién del contexto teolégico: La Palabra de Dios como Reve- lacién palabra humana la Revelacién a través de la Historia Transmision de la Palabra la formacion de la Sagrada Escritura lenguas biblicas y texto biblico Inspiracion La Biblia, Palabra de Dios testimo- hecho y naturaleza nio del Antiguo y del N. T. extension Inspiracion: Accién del Esptritu efecto: inerrancia historia de la Teologia de la criterio Inspiracién Canon Canon Historia del canon del del Antiguo y del Nuevo Testa- Antiguo y det N.T. mento en la tradicién juddica y Libros apécrifos cristiana Discusiones protestantes recientes La verdad de la Biblia Interpretacion Interpretacion de la Sagrada Noematica. Sentidos Escritura biblicos: Resumen histérico literal, tipico, plenior El problema hermenetitico actual Euristica la Hermeneiitica en la Teologia datos internos y externos contemporanea géneros literarios protestante y catélica Profortstica los sentidos biblicos La Escritura en la vida de la Iglesia PRESENTACION 9 La Constitucién Conciliar ha permitido colocar el tema dentro del contexto més amplio de la Revelacion y de su transmision (Dei Verbum cap. 1 y 2). Estudios preconciliares han sugerido la idea de conceder una mayor impor- tancia al tema de la Palabra en st misma y en su relacién con la Historia. Aqui precisamente es donde comienza la exposicién del problema hermenetitico actual ‘como ni siquiera podfa imaginar el tratado de 1951. Es decir que el tratado de Mannucci aparece en su misma arquitectura mucho mas abierto a la Teolo- gia y a las ciencias modernas acerca del hombre. A un tratadista le exigimos capacidad de sintesis, sistematizacién y habili- dad para formular, Si adjunta reflexiones propias y sabe darle un tono personal a las reflexiones de los otros, su voz resonaré con mds autoridad. <¢Y cémo incorporar las novedades? —O concediendo la palabra a los demds o resumiendo su pensamiento. En el mejor de los casos el expositor lograré poner de manifiesto un proceso evolutivo y en el peor resultaré un informador eclécti- co. Por lo tanto informar, poniendo orden y claridad en el caotico material que se maneja constituye por si solo un esfiterzo valioso y verdadero mérito. Mannucci concede la palabra sin hacer discriminacién, interviene resumiendo y encau- zando. Tal vez la tiltima parte del libro acerca de la interpretacion de la Escri- tura sea en este aspecto la mds valiosa. Se trata de un terreno en vias de explo- raci6n, en el que da miedo aventurarse. Son muchos los que sentian la necesidad de poseer en un lenguaje accesible y con la claridad de un tratado el capitulo dificil y transcendental de la hermenetitica biblica. La exposicion que a este respecto llev6 a cabo G. Savoca ha prestado sus servicios. Mannucci ha acerta- do al cerrar su tratado con estos valiosos capitulos finales. Y ahora el libro ultimado y editado se separa de su autor como un recién nacido para llegar a las manos de los alumnos y profesores. Un hombre entrado ‘ya en aiios, pero al margen de todo sentimentalismo augura al libro una caluro- sa acogida por parte de los profesores, como una nueva aportacion que viene a engrosar la tradicion oral de la ensenanza y como un valioso colaborador en a difusion y asimilacién de la ensefanza conciliar. Un libro es una etapa en la vida. ;Que la marcha continie hacia adelante! Luis ALONSO SCHGKEL S.J. Decano del Pontificio Instituto Biblico La luz nunca viene sola siempre nos trae consigo una compaiiera su nombre es Alegria (De Avventure della Sapienza) ll PREFACIO A LA PRIMERA EDICION «Por qué un nuevo manual de Cit. en G. GUSDORF, 0.¢ 19787, p. 102 EL MUNDO DE LA PALABRA HUMANA 19 El tiene necesidad de la disciplina de la palabra para comprenderse y expre- sarse, aunque deba seguir convencido -so pena de la muerte del ser y de la palabra- de que el ser (Ia vida) no soporta una sedimentacién en la palabra, como tampo- co en el tener: «la palabra siempre instrumenta defectuosamente la expresién del auténtico ser (...) En la afirmacién personal no existe la ultima palabra, antes del momento final de la misma existencia» Finalmente -y éste es el aspecto mas conocido- la palabra permite al hombre le la palabra no sucede sdlo cuando la palabra degenera en «mentira», sino también -y éste es el peligro mas grave- cuando no coincide con el valor y se convierte en «etiqueta». Si las palabras no reflexio- nan y no ponen en marcha la dinamicidad creativa de la relacién, si las palabras no se renuevan y actualizan, estén destinadas a degradarse. La dignidad y auten- ticidad Ie exigen al hombre vivir responsablemente «su hora» también en cuanto al lenguaje. De lo contrario, la realidad continuaré su curso fuera de la 6rbita del lenguaje, al que corresponde configurar, ordenar y dar un sentido a lo real. La palabra quedaria soterrada bajo el silencio, el silencio de la muerte. De la «biograffa de la palabra» apenas esbozada, emergen las tres funciones principales del lenguaje humano: la primera, en relacién con la naturaleza, el mundo, la Historia es parent la segunda en_relacién consigo misma es 14 exprébion3 la tercera, en relaciGn a los demés, es Estas tres funcio- es no se encuentran en la realidad del lenguaje en estado puro siempre perfec- tamente distintas la una de la otra. La mayoria de la veces mutuamente condicionadas: lo que podemos hacer unidad de lenguaje, es distinguir su caracter de simbolo (informe, representacién), de sénto- ma (expresién de la interioridad), de serial (llamada a otro)». 7 Saber distinguir y captar las tres funciones de la palabra en su especificidad, es decisivo para comprender la palabra de Dios en la Biblia, que a menudo la empobrecemos, reduciéndola a mera de la pala- bra prevalece. Asi todas las variedades del grito, que expresan de mil formas diferentes: sorpresa, alegrfa, miedo. Asf las confesiones, cuando el enamorado no puede menos de gritar su felicidad, el convertido su fe, el perseguido y el * Aqui se prescinde del lenguaje puramente tilitarista, al cual recurre el homo faber para sus necesidades cotidianas. Aqui se trata de una informacién «neutra» en la que los lugares comunes sustituyen a la «persona», Para conversar sobre el alimento o el tiempo {que hace no es necesario que se desprenda la persona; y en este tipo de discursos se entiende perfectamente por qué las personas llegan a no tener nada que decirse ° «Para que desaparezca la necesidad de expresarse. es necesario que quede estraga- do el gusto mismo de vivir: «Ya no tengo una gran curiosidad por lo que la vida me puede traer todavia, afirma André Gide en una de sus tiltimas paginas. He dicho mas o menos bien lo que crefa que debia decir, y tengo miedo de repetirme...». ¥ el gran escritor. constatando que ya no tiene nada que decir, se plamtea el problema del suicidio. Asi todo viejo se prepara a la muerte ejercitandose en el silencio definitivo. El hombre vivo, escritor © no, siempre tiene algo que decir, como una aportacién a ta realidad del mundo, en el que tiene el deber de afirmarse». (G, GUSDORF, 0.c. p. 71). EL MUNDO DE LA PALABRA HUMANA 21 oprimido su desesperacién. Asf en el mundo multiforme de la lirica y de la poesta, donde el poeta vive el eterno problema de conjugar el lenguaje comtin, necesa- rio para la comunicacién, con la palabra «nueva» que trata de captar Ia insonda- ble e inefable fecundidad del ser, tanto lo original y creativo de la persona como lo fecundo de la naturaleza, de la vida y de la historia. El hombre habla «el» mundo, de él hace emerger el ser y el devenir, pero no habla «al» mundo. La palabra humana, por su naturaleza, busca al otro, tiene la pasion del otro, ya que el hombre es «relacién». Una vez més el Addn biblico es emblematico. El da un nombre a jaa los animales. el hombre un «tt capaz de comprender y acoger Ia interior exigencia de darse libre mente. El vive para el encuentro y la comunicacién; vive de encuentro y comu- nién. La palabra constituye el lazo de union por excelencia entre el «yo» y el «ti», como principio original de toda renovada comunién. La funcién «apelativay de la palabra prevalece en algunas tipicas formas lite- tarias; como la «llamada», la «vocacién», el «mandato», etc. Pero se esconde en el fondo de toda palabra, incluso en las formas més simples de expresin E] mero romper el silencio, con un simple grito de angustia o tarareando una melodia, siempre es dirigirse a alguien, tomarlo como testigo, Ilamarlo. Atin el rechazo mas neto y consciente de la comunicacién implica en el fondo, la nostalgia de la comunicacién en cuanto valor, esconde la btisqueda de una comu- nicaci6n auténtica. Asf pues, la palabra, directa 0 indirectamente, es siempre «llamada» a otro y exige, por su misma naturaleza, una respuesta. Serd asentimiento 0 rechazo, admiraci6n estupefacta o distanciadora ironfa, pero la palabra no puede provo- car una libre resonancia en el «tti» que se siente intimamente interpelado por ella. Lejos de ser nur Schall und Rauch (s6lo un sonido y un soplo} personal posee una fuerza creativa: emociona, envuelve, libera. Algo del valor transcendente del ser humano se manifesta y se comunica por ella. La palabra proporciona a cada uno la revelacién de si mismo en su recfproca relacin con el otro. El hombre se hace «yo» en el didlogo con un «tii». «En la reciprocidad del hablar y escuchar se actualizan en mi posibilidades dormidas: Toda palabra, proferida’o intentada, es la posibilidad de un despertar, el descu- brimiento tal vez de un valor a cuya llamada era antes insensible». '° ‘© G. GUSDORF, o.c. p. 68 quien cita (ibid., p. 69) el testimonio de Wagner, el cual en un perfodo doloroso de su vida escribia a un confidente: «Privado de todo estimu- Jo externo, obligado a nutrirme siempre de mi propia substancia, tengo necesidad de las relaciones més activas y estimulantes con el mundo exterior para poder conservar una minima parte de mi energia vital: gde dénde me podria venir todavia el deseo de comuni- car lo que se agita en las libras mas intimas de mi ser, si encontrase por doquier el silen- cio en torne a mi?» (a Hany Von Bulow, 1928), 22 LA BIBLIA COMO PALABRA DE DIOS n_la reciprocidad del «yo» y del sto» la palabra tende a erear la unidad aim dened ned de ms que no es union sino Finalmente, la palabra humana est abierta al futuro de la historia que en ella se anuncia: lo espera, lo provoca. Para usar una expresiGn de J.Moltmann, la pala- bra «llama lo que promete, desde el no-ser-todavia del futuro en el ser del presente» *, La palabra se convierte en fuerza motriz en el devenir de la historia (infra, cap. 3). , a través de una comunica y encaminada a una comunién més profunda de vida y no solo de ideas, amigos y esposos se hablan y encuentran en el misterio de la reciproca palabra la fuente pura de su dinémica coexistencia. Dentro de la amistad y el amor, el mismo dilema entre «expresién» y «comu- nicacién» -cuanto ms me expreso més dificilmente me comunico- tiende, fati- gosa pero realmente, a resolverse. En el encuentro amistoso con el otro, el amigo no teme realizar la tremenda fatiga de liberar el secreto sentido de su ser, ese profundo «yo» que es «indecible fascinacién, autenticidad de un de a toda formulacién, efusién, musica, poesfa pura», ? comunicado libremente su «yo y haberlo ofrecido a la libre acogida del otro, el amigo puede volver a empezar el itinerario sin fin del descubrimiento de s mismo y del otro, de la reciproca comunicacién, de la mutua acogida. En la amistad y en el amor incluso la objetividad de la informacién y la ta precisin de los términos pierden valor frente a ulteriores posibilidades que se abren a la expresién y a la comunicacién interpersonal. Medias palabras, alusio- nes, silencios, miradas, pueden decir mas que muchas palabras exactas. E] mero estar uno frente al otro, la magia de la presencia se afiade a la eficacia propia de la palabra y carga de encanto la mas mfnima palabra. En la palabra de la amistad y del amor «cada uno da al otro la hospitalidad esencial, en lo mejor de si mismo. Cada uno reconoce al otro y recibe de él aquel mismo reconocimiento, sin el cual la existencia humana es imposible» ™. ** Vuelyen a la memoria las palabras de M. Buber: «En medio de estas colectivida- des masivas que se confunden en su marcha ¢quién sabe todavia lo que es la comunidad hacia la que cree tender? La colectividad no es unién, sino hacinamiento; individuos puestos unos junto a otros, armados juntos, alineados juntos; entre un hombre y otro hombre no hay mas que la cantidad de vida suficiente para incitar al paso de marcha (...). El celo de esta época por la colectividad es la fuga de la prueba de una verdadera comunidad de los individuos particulares, fuga del didlogo vital en el corazén del mundo que exige a entrega de cada persona (...). Didlogo y mondlogo se callan. Sin el Ti, ¢ incluso sin el Yo, los hombres hacinados, los de la izquierda queriendo abolir la memoria y los de la derecha queriendo regularla, marchan al abismo comin como batallones separados y enemigos» (M. BUBER, Il principio dialogico, Comunita, Milano 1958, pp. 141-143). 2 "J, MOLTMANN, Esperanza y planificacién del futuro, Sigueme, Salamanca, 1971, p. 158. 3G. GUSDORF, o.., p. 56. 4G. GUSDORF, 0.c., p. 69. EL MUNDO DE LA PALABRA HUMANA 23 Acude a la memoria el elogio que S. Agustin hace de la amistad: «Dos cosas son necesarias en este mundo: la vida y la amistad. Dios ha creado al hombre para que exista y viva: en eso consiste la vida. Mas para que el hombre no esté s6lo, la amistad es también una exigencia de la vida». '* Y ademas : «Si no tene- mos amigos, ninguna cosa de este mundo nos pareceré a En la amistad y en el amor, todo lo puede transformar . Nuestra presencia en el mundo, incluso nues- sto les parecié que experimentaban a Agustin y su madre Monica en aquella intima conversacién amistosa en Ostia Tiberina, gue el Santo evoca en Las confesiones: «Al acercarse el dfa en que debia salir de esta vida, dfa conocido para Ti, pero desconocido para nosotros, sucedié por disposicin Tuya, creo yo, segiin tus misteriosos designios, que nos encontréramos ella y yo solos apoyados en una ventana que abre al jardin de la casa donde se hospedaba, cerca de Ostia Tiberina, pero lejos del bullicio de la gente y tratando de recuperarme de la fati- ga de un largo viaje por mar, conversabamos por tanto, solos con entrafable intimidad (...). Buseabamos en nuestro interior la presencia de la Verdad, que eres Ts, y hablabamos de cémo serfa la vida eterna de los santos (...). Abriamos avidamente la boca del corazén al chorro abundante de tu fuente, la fuente de la vida (...). Elevandonos con un impulso cada vez mas ardiente hacia el mismo Ser, fuimos recorriendo todas las cosas corpéreas y el mismo cielo (...). Y aun ascendiendo por encima de nosotros mismos con la consideracién, la exalta- cién, la admiraci6n de tus obras, unimos nuestras almas y nos transcendimos hasta alcanzar la esfera de la inagotable abundancia, donde pace Israel Jos eternos pastos de la Verdad, donde la vida es sabidurfa (...). ¥ mientras hablébamos de estas cosas y anheldbamos por El nos recogimos un rato con el impulso total de la mente y suspirando nos dejamos envolver por la primicia del espiritu, para volver después al sonido vacfo de nuestras bocas donde la palabra es el principio y el firm». 15 Sermén 16, I de la coleccin «Denis»: PL 46, 870. “Carta 130, 2, 4. Transcribimos el pasaje entero: «Por el contrario, si las riquezas abundan y ninguna orfandad sobreviene, si hay salud en la carne y habitaci6n incdlume en la patria, pues en ella hay también hombres malos de quienes nada puede fiarse, de quienes se temen y soportan fraude, dolo, arrebatos, discordias y traiciones, ,acaso no se convertirdn en amargas y duras todas aquellas riquezas? ;,Acaso se encuentra en ellas parte duice o alegre?. En todos los negocios humanos, nada resulta dulce sin el amigo» (Traduccién del P. Lope Cilleruelo, 0.S.A., en BAC, Madrid, 1953, tomo. 99, pp. 55-56). 7 L. BOROS. Il Dio Presente, Queriniana, Brescia, 1968, pp. 21-23; lease la medi- tacion entera dedicada a L’amore (pp. 15-27) 'S SAN AGUSTIN. Confesiones, 9,10,23-24 (en SAN AGUSTIN. OBRAS HI. Las Confesiones ed. critica y anotada por Angel Custodio Vega. O.S.A. BAC. Madrid, 1974°, pp. 370 s): el comentario de L. BOROS. Incontrare Dio nell’ uomo. Queriniana. Brescia 1971, PP_ 60-74 (meditacién sobre Lamicizia). Sobre la amistad también: S. GREGORIO NAZIAN- CENO, Diseursos 43, 15-21 (en alabanza de Basilio el Grande): PG 36. 513-524. Capitulo 2 LA PALABRA AMISTOSA DE DIOS ' La DV del Concilio Vaticano II habla en estos términos de la Revelaciét «En esta Revelacién, El Dios invisible (cfr. Col 1, 15; Tm 1, 17) habla a los hombres como amigos (cfr. Ex 33, 11;Jn 15, 14-15), movido por su gran amor y trata con ellos (cfr. Ba 3, 38), para invitarlos y admitirlos a la comunién con El» (DV 2). El texto conciliar, y el biblico sobre el que se funda el magisterio, describen la Revelacidn de Dios en la categoria de la palabra, y mas ain, del didlogo amis- toso. Habiendo decidido revelarse, Dios ha hablado a los hombres y ha tomado el lenguaje humano de la amistad con una finalidad muy precisa, la de la comu- nidn de vida. El lugar que hemos reservado en el capitulo primero al tema de a palabra humana, con especial referencia al lenguaje de la amistad y el amor, cobra ahora un sentido mds pleno. 1. EL CONCEPTO DE REVELACION EN LOS CONCILIOS VATICANO I Y VATICANO I Para concretar mejor el desarrollo que el concepto de Revelacién ha experi- mentado en la comprensién de la Iglesia durante este siglo, transcribo simul neamente los textos de la Constitucién Dei Filius del Vaticano I y de la Const tucién Dei Verbum del Vaticano II relacionados con la Revelacién: * L. ALONSO SCHOKEL. La Palabra inspirada, pp. 13-38; H. FRIES - R. LATOU- RELLE, La rivelazione, en Mysterium Salutis, vol. 1, pp. 225-239; CL. GEFFRE, Esquise d'une Théologie de la Révélation, en Varios Autores, La Révélation, pp. 171-205; R. LATOURELLE. Teologia della Rivelazione, pp. 251-358; H. DE LUBAC, Commen- taire du préambule et du chapitre I, en: AA.VV., La Révélation divine, tom, I, pp. 157-302; G, RUGGIERI, Rivelazione, en DTI, vol. 3, pp. 148-166 (cfr. ID., Rivelazione, en NDT, 352), N. SCH 'S - K. RAHNER - H. FRIES, Rivelazione, en SM, vol. 7, 26; otros comentarios a la Dei Verbum (cfr. Bibliografia general).

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