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GABRIELA MANSILLA Yo nena, yo princesa Luana, la nifia que eligié su propio nombre Mansi, Gabriele ‘Yo nena, yo princesa la nia que eliissu propio nombre / Gabriela Mansa; Aledo Grade. 1a. reimp, "Lo Palvrines: 18aN 978.967-630-186-2 1. Bxcudioe Socials. Pavan, Valeria proog I. Grande, Alftedo,prolog I Titulo. 0306 (© Universidad Nacional de General Sarmiento; 2014 43. M. Gutiérrez 1150, Los Polvorines (B1613GSX) Prov. de Buenos Aires, Argentina Tel ediciones@ungs.edu.ar wwww.ungs.edu.ar/ediciones Disefo grafico: Ediciones UNGS Hecho el depésito que marca la Ley 11723. Prohibida su reproduccién total o parcial Derechos reservados Impreso en BMPress ‘Av. San Martin 4408 (C14i7DSR), Ciudad Auténoma de Buenos Aires, Argentina, enel mes de julio de 2017, “th, ‘Tirada: 2000 ejemplares Yonena, yo princesa Luana, la nifia que eligié su propio nombre La tristeza de Manuel Dejarla ser Lana va al jardin .ssnemnsnn ‘Comienza la lucha por el pvt ‘Uncirculo de amor en torno a Luana.. 171 La lucha por el pt coneluye Un deseo a las hadas.. 229 Agradecimientos .... Epflogo, Alfredo Grande. Dibujos de Luana. Esa noche papé trabajaba, fue el 31 de julio del 2011, no me olvido mds, estaba cocinandoy te apareciste delante de mi con una remera m{a puesta, tenfas otra carita, te miré ytedije: ~Otra ver lo mismo, sacate esa remera, Manuel. No. ~Aver, mirame, sos un nene, sacate esa remera. No, soy una nena, No, sos un nene y te llamas Manuel. No, soy una nena y me llamo Luana. ~eQué? Me llamo Luana y sino me decfs ast, no te voy a hacer caso, Me sorprend{, no tuve palabras, no aguanté el Ianto ¥ te pedi que te fueras a tu habitacién. Llame a tu papé al trabajoy le dije: ~¥a esté, no hay vuelta atrés, se eligié un nombre, un nombre de mujer. La sensacién de no saber qué hacer frente a semejante postura, tenias solo cuatro afitos recién cumplidos yte ele- sgiste un nombre, andé a saber cudnto hacfa que lo estabas elaborando o cuénto tiempo hacia que lo habfas elegido y estaba en tu cabecita sin animarte a decirmelo. Aparte, ede dénde lo habias sacado?, no conocfamos a ninguna Luana, era obvio que lo escuchaste en el jardin. Te recuerdo diferente, con ojitos con miedo, pero total- mente decidido; por eso fuiste a ponerte una remera mia y te apareciste asi. Qué valor, qué decisién, qué claro tenfas todo. Con qué seguridad te paraste frente a mt. Al dia siguiente te dejé en el jardin, A la salida me reguntaste por tu mufieca rosa. No la habia comprado, comenzaste a llorar tanto diciéndome: ~Vos me prometiste, quiero mi mufieca rosa ~gritabas delante de todas las mamés y los nenes que no entendian quéle pasaba a Manuel que. gritos pedia una muifeca rosa. ‘Te levanté como pude y nos fuimos a casa. Hablé con yledije: SNe sabés cémo se puso en el jardin, gritaba que querfa ‘una mufieca rosa, todos se pararon a mirarlo, .qué vamos ahacer? Papé me dijo que iba a hablarte. Te llamé a vos solito y te pregunté por qué habfas llorado tanto, qué habia pasado. Nada -le dijiste. No me mientas, mamé me conté que lloraste a gritos. 2Qué pas6, qué querias? ‘Te diste vuelta y me miraste como reclamando porque le habia contado, dudaste, no querias responderle. Tenias miedo. ={Qué pas6, Manuel? ~repitié papd-. Qué querias?, decime a mi. -Un auto, rojo. No me mientas, no querfas un auto, zqué querfas? Retorcias de nervios tus manitos tan chiquititas, estabas por largarte a llorar, se te quebraba la voz. Dale, no te voy a pegar, solo quiero saber por qué Ilo- raste tanto, Porque quiero una mufieca rosa. ~@Por qué querés una mufieca? Porque soy una nena y me llamo Luana. Papé no supo qué decirte y te mandé a tuhabitacién. Se fue un rato solo al fondo de la casa; cuando volvié a entrar, me miré con los ojos llenos de lagrimas y me dijo: “Me locont6, se eligié un nombre, eligié el nombre més lindo del mundo, Tu valor fue admirable, lo enfrentaste a pap, con el ‘miedo que le tenias, paradito delante de él te vefas tan indefenso, tan chiquitito, que tuve miedo yo también de su reaccién, me imagino vos. Papa tenfa la esperanza de que se te pasara, lo encon- traba llorando a veces y me decia -No puede ser, Manuel no, él es hermoso, va a tener muchas novias, no puede ser una nena, qué va aserde él? ‘No puede ser, se le tiene que pasar, es un ganador, va a ser mecinico, no puede querer una mujieca, ¢y con Federico ‘qué vamos a hacer, pobrecito?, :sabré algo? ‘Cuando pudo reponerse, los lamé alos dos. Estdbamos en el mes de agosto a dias de festejar el dia del nifio y es- peraban sus regalos. ‘Te pregunto a vos: -Manuel, zsabés qué quiere Federico para el Dia del Nifio? -Si, quiere un tren “Federico, vos sabés qué quiere Manuel de regalo? -Si, una mutieca rosa. Tuhermanito sabia todo. Lo tenfa muy claro, vos querias, cosas de nena y él cosas de nene. Nos lo conté con tanta naturalidad, fue simple, inocente, no entendia por qué lo mirébamos asombrados. ‘Con papé pasabamos dias sin hablarnos, los dos estaba- ‘mos tratando de asimilar, de soportar el dolor que causaba la desesperacién de no saber qué hacer con vos, todo lo que habiamos visto pasaba en Estados Unidos, las dos psicé- Jogas que habjamos visto no entendian nada sobre nifios transgénero. No habia informacién en ningin lado, ningin pediatra nos supo explicar; entonces, qué fbamos a hacer. Si te tratébamos como varén, te destruias en nuestra cara, te famos deshecho; si te dejabamos ser una tena, no sabia~ tnovsi estaba bien, nicémo hacer enelbarrigenelardin ya note callabas como antes, era desesperante ytodo empeors, Estdbamos todos tristes en la casa. La familia esperaba jue dijéramos algo, no sabiamos qué hacer con vos, coadreaal jardin se hacia cada vez més dficil, hasta que fiorita me hab! i aanvelse rrasguiié la cara, queria una fgurita de prin- sabemos bien qué le pasd. aa soportaba que estuvieras tan mal,1o queria verte as{ni que te hicieras dafio, todose desmoronsba, tenia miedo de que te lastimaras. En casa las cosas con yap no estaban bien tampoco. El tenfa de vez en cuando canbios bruscos de hhumory por cualquier cosa se ponia agresiva se iba de casay nos dejaba solos tres o cuatro dias. A veces volvia solo; otras, mamé lo iba a buscar. Sus cambios de hurrot comenzaron con el embarazo, sentia que era mucha responsabilidad y a veces hua de nosotros. Intenté siempre que la familia estu- vviera unida y mas atin con lo que a vos te estaba pasando. No queria estar sola, necesitaba su apoyo. No tenia fueras para soportar todo esto yo sola; igualmente, en el fondo de mi corazén, sabia que algiin dfa se iba a ir. Cuando lo conoci 1 papa, ya tenfa tres hijos a los cuales habia abandonade yeese era el gran temor que yo tenfa, que hiciera lo misme y nos dejara a nosotros también; por eso intentaba que ne volviera a repetir su historia con nosotros, r0 podia sola, lat veces que tuviste grandes crisis y papa noestaba conmige para acompafiarnos fueron terribles; por eemplo, el dia yunién de tu primo Ayrton. tt “Palimos lo tres sotto a a casa de la Gori. Preparar ‘mos la comida, la torta, mientras vos y Federico jugaban, dentro de todo, tranquilos. Llegé la hora ce ira la iglesiay 47 todos fuimos a cambiarnos. Los puse a los dos tan lindos, con sus camisitas y pantaloncitos. Eran dos hombrecitos. En un momento, desapareciste de mi vista. Tu tia me llama yme dice: Veni, miré a Manuel, por favor. Ya su cara me decfa, todo. Entréa su habitaci6n ynote vi, te busqué, estabas detrés, de la mesita de luz hecho un bollito en el piso, llorando. Mientras todos nos alistébamos para salir, te habjas meti- do en su cuarto, abriste su placard y revolviste su ropa. Le habias sacado una remera amarilla y te la habias puesto como vestido. Recuerdo tu cara, ahf en un rineén, escon- dido porque sabias que te lo iba a sacar, tu temor al reto, te aleé y te dije: ~2Qué te pusiste, Manuel? Intenté sacértelo con més dolor en mi cuerpo que el ue vos podias sentir, hijo, pero no podia llevarte asi ala iglesia; rompiste en llanto, todos se quedaron mirdndote extraftandose de lo que estabas haciendo, la familia politica de tu tfa no sabfa nada. Qué se puso? -preguntaron. Te llevé a la iglesia lorando todo el viaje y sabiendo lo que nos esperaba al llegar. ;Cémo podia evitarte el dolor de que vieras a todas las nenas que iban a estar ahi con sus vestidos blancos para tomar su comunién?, tenia tanto miedo de tu reaccién, Dos veces lo pensé, queria irme, no or vergitenza, queria ahorrarte que las vieras y te sintieras mucho peor, llordbamos juntos como si supieras que no habia remedio a tu sentir. Qué podia hacer yo?, no tenfa idea de qué hacer, papa no estaba, Federico solo presen- iaba tus desbordes y cada vez se hacia més introvertido, no le gustaba verte suri, a nadie le gustaba. Llegamos a In iglesia y te perdi, no habia consuelo, te tenfa en brazos Yluchaste conmigo para bajarte e ir al lado de esas nenas, para tocarles el vestido, solo tocarlo. Tu expresién de deseo Y tristeza por no tener un vestido como ellas fue doloroso ‘para toda la familia. Entramos y me senté en la iiltima fila ‘para que no pudieras verlas y asi te calmaras un poquitito ‘al menos. Fue intitil, parecfas un animalito herido, no puedo ni siquiera soportar el recuerdo. Lloraste tanto, al punto de desmayarte. La abuela te tuvo en brazos casi tres horas y dormido atin te sacamos de la iglesia. Cuando vi Jas fotos que habia sacado tu tia antes de que te encontrara_ ‘asi, habjas salido en todas con una servilleta blanca en la cabeza, como si fuera tu pelo. Mi alma tiene tanto dolor, icielo, porque presenciaba todo esto sin poder hacer algo que te ayudara a vivir en paz. Ese dia papa nos hizo mucha falta, Fue el 30 de octubre del 2010, solo tenias tres afios ycuatro meses. Le conté todo apenas lo vi, pap no sabia qué hacer ni mucho menos qué sentir. Estaba entre la espada y la pared. Entre tener un varén con miedo y deshecho o una nena con pene. Cuesta razonarlo, cuesta asumirlo, mucho mas cuando no habia de dénde sacar informacién, mas cuando hay una sociedad que te margina, en la cual no podés ser diferente. Pap no lo soportaba, llegé a pen- sar en mudarnos, en dejarte crecer el pelo para que no sufrieras mas y te sacaras esa bendita peluca que hacia transpirar tu cabecita. Y que usaras vestido en casa sola- mente, pero que en el jardin o con los demas te compor- taras como un varon, Demasiado para tus cuatro aftitos, demasiado para lo que sentias. Creo que lo intentaste, por momentos hacias lo que pap querfa, debias tener culpa o te dabas cuenta de que cambiaba el ambiente cada vez ‘que imponias tu deseo de ser nena. Todos te veiamos, todos éramos testigos de tu inconformidad; qué hacer?, ya no dormfamos. ‘Tenfamos el Dia del Nifio casi encima y atin no hablamos comprado tu regalo. ;Qué comprar?, otro auto?, para qué? Para crearte mas dolor, més frustracién. Hasta eso, un regalo, algo tan simple, se habia transformado en un problema grave. Mi pregunta era: gcudnto mds este nene puede soportar vivir asf? Papa decidié entonces comprarte la muiieca rosa con pelito de lana. Me dijo: Esto lo tengo que hacer yo solo. ¥ fuimos ala jugueter‘a, me quedéen la puerta, lo vitan nervioso, dudando, entré y salié tres veces diciéndom -No puedo hacerlo, No puedo comprarle una mufieca a Manuel. Se lo veia enojado, con él, con vos, 0 con la vida, no lo sé, pero hubo algo de humanidad en él, de saber en el fondo de su corazén que debfa hacerte feliz, aunque fuera ‘un ratito, que hizo que la comprara. Yo solo miraba desde afuera. Agarré la mufieca y la tird en el mostrador, ni mi- raba a la duefia del lugar, salié y me dio el paquete como sil quemara en las manos diciéndome que nos fuéramos, que ya estaba. Nos fuimos llorando cada uno por su lado. Era imposible hablar en ese momento. El estaba luchando consigo mismo, con sus prejuicios, su propio dolor, su machismo que no le permitfa verte mas all de tu cuerpo, de tu nombre. ¥ yo estaba feliz, sabia que te iba a gustar la mujieca, la primera. No era solo una mufieca, era el reconocimiento de tu deseo, significaba que te habiamos escuchadoy que venia de la mano de pap, que te aceptaba aunque fuera con enojo. El te la dio y af lo vio todo, vio tu cara de sorpresa y alegria, tu desborde de felicidad. -iMird, Federico, miré qué me regal6 papa! Fue la primera vez en cuatro afios que te vi contento de verdad. Te vi feliz, eso era, eso necesitabas. Ahi estaba tu mufieca rosa, con pelito de lana, como la que habfas visto y por la que tanto habfas llorado, Jugaste con ella y dormiste ‘con ella todos los dias y todas las noches. Estabas feliz, ya sabjamos qué hacer para verte bien, el problema era sos- tenerlo. Y ante todos, ante pap mismo que, teniendo la verdad que le cacheteaba la cara, no podia aceptarla atin. ‘Te dio la muiieca y se fue al fondo de la casa a fumar solo, como siempre. No podia disfrutarte, no te aceptaba del todo, me acerqué, le ped{ que entrara para estar con vos y con Federico, y me -No puedo, ya esta, se la compré, pero no me pidas que entre. Le voy a dar de comer, pero no me pidas que juegue ala mufieca con él. “Le voy a dar de comer”, esa frase hizo estrago en mi, como si fueras un pertito; eras su hijo, un nene o una nena, lo que fueras, no un pertito. Pasaron varios dias en los que papé no te miraba, te saludaba y te evadia. ;Por qué te la regald, entonces? Eso es algo que solo él sabra. Pero su desprecio posterior nunca lo pude comprender. Estaba deprimida, no solo tenia que enfrentar tu situacién, encar- garme de mis dos hijos, cargar con el mal humor de pap y el miedo de que agarrara sus cosas y se fuera otra vez Sino que también eras mi hijo ya m{ también me dolfa, yo tenfa el peso que provoca el dolor de que, como madre, no podés hacer nada ante el sufrimiento de tu hijo. Y luchaba para que pap entendiera y pudiera aceptarte. Recuerdo que me dijo: 51 lade La bella durmiente, tu favorita, era de tulrosa y estaba impecable. Me llamé aparte y me dijo: —Lecompré un vestido nuevo, gc6mose lo damos sin que Guillermo (tu papa) se enoje?, o si no, no se lo des hasta ~Yo no voy a tener un hijo puto, gqué les voy a decir a mis amigos? {Su rrebeldia era contra mi, contra él mismo ocontralasi- tuacién? Nosabria decirtelo, pero junté las fuerzas que nunca tuve, me guardé el amor inmenso que le tenia y le contesté: -No es puto, es una nena, y de tus amigos, al que no le guste que no venga, esta es la casa de Manuel, quien no quiera verlo que no lo vea y no es un amigo. Y sia vos note ‘gusta, ahi tenés la puerta, ‘Tut Silvia me llamé desde la jugueteria para decirme que no sabia qué regalarte para el Dia del Nifio, que para tu hermanito ya sabia, el tema eras vos. Para Federico tengo elegida una valijita con fibras y lépices todo de Cars, pero para Manuel, no sé. Vi algo que le puede gustar, pero no sé qué hacer. Qué viste?, decime, algo de varén no va a querer, va allorar. -No, vi la misma valijita que para Federico, pero de princesas, {se la puedo comprar? -Si, comprésela, en definitiva, son fibras y lépices. Tutia se puso tan contenta, ella era tu cémplice en todo; cuando nadie te dejaba tocar nada de nena, ella les trafa luna vincha a vos ya Federico, pero la tuya tenia brillitos, © me acuerdo que le regalé una lapicera a cada uno con una mariposa en la punta, a Federico celeste, a vos roja lena de brillo también, ella iba calmando tu ansiedad. disimulando para que la familia no pensara que te hi ‘mal. Traté siempre de que no sufrieras tanto. ‘Tuvestido de cotill6n estaba hecho harapos ya, igual que tu peluca, era amarillo y a vos te gustaba el color rosa. Tu tia Silvia, ese dngel que te dio la vida para cuidarte a mis espaldas, te habia comprado el traje de la princesa Au ‘ver qué pasa, vos fijate, manejalo. Yo lo vi y pensé en ella. ‘Tutfa Silvia ya te trataba como nena, vos se lo habias pe- ido, como ami, pero a mime costé mas por la costumbre de decirte Manuel. Cada vez que te decia Manuel me repetias: Me llamo Luana y si no me decfs Luana, no te voy a hacer caso. Recuerdo que una vez te pregunté: ~iEstas contento? No. {Por qué no estas contento, mi cielo? “Porque estoy contenta. Podia decirte Manuel tres 0 cuatro veces y no me mi- tubas, reaccionaba y te decia Luana, y ahi te dabas vuelta 4 escucharme. Tuve que respetar tu nombre porque asi me lo pediste, no lograba nada con vos si te trataba como varén, me fuiste marcando cémo deseabas ser tratada. Y Jo hiciste con el resto de la familia menos con paps. Se lo dijiste una sola vez. Bueno, tenfa el vestido de la princesa en la mano y di {wntas vueltas para enfrentar a tu papa; no queria més pe- Jeas, ya eran demasiadas. Me acerqueé y le di “Tengo un vestido para Manuel, est4 nuevo, le va a ‘encantar, se va.a poner contento. Lo trajo Silvia y estoy de cuerdo en darselo. -Levanté la mirada y senti su bronca hora en carne propia, como vos cada vez que te miraba s{, Segufhablando como sino lo hubiera notado-. Prefie- 40 que use un vestido como la gente antes de que siga con ‘640 todo roto o con los repasadores 0 mis remeras; se va a disfrazar igual, con este vestido nuevo va a quedar mejor, es més digno, ate parece?, {me dejés que se lo dé? —Hacé lo que quieras —me respond Te lo dimos con tu tfa; por favor, que desborde de emo- cidn, gritabas pero esta vez de felicidad, me pediste que te pusiera la pelicula urgente y te pusiste a bailar como Aurora, Se te veia tan feliz. Nada importaba después, ni el enojo: tu papa ni lo que digan los dems, solo queria verte bien asi te vefas radiante, Ahora sf eras la princesa que querias ser, esta de mi decir que ese dia dormiste con el vestido puesto. Te triste el pelo tan cortito y por més que te explicaba que iba a crecer no podias controlar la ansiedad, lo querias lo necesitabas para estar més tranquila. Sumale a eso valijita de fibras y lépices de todas las princesas y la musi ca que te habfa regalado pap, aunque no fuera de bi gana, pero la tenias. Estabas que no podias con tu al Te la pasabas dibujando, obviamente, princesas y el rosa lo gastaste El tema era el jardin. Tantas nenas a tu alrededor poder ser como elias te frustraba, y cuando llegabas a corrfasa cambiarte, era lo primero que hacias todos los alllegary asi te quedabas hasta que al dia siguiente: a ser Manuel al entrar al jardin. En agosto de 2011 no tenfamos a quién recurrir, pedi por favor a todos los de la familia que me ayu a encontrar dénde Hlevarte. Llamé lorando a mi Natalia, le rogué que buscara por Internet algo, alguien, que fuera, y ella encontré que en el Hospital Durand hat especialistas. Tu tia Silvia se metié en Internet y mir los emails de los profesionales que habia encontré nombres de la licenciada Valeria Pavan y del doctor; Helien. Le mand6 un mensaje a cada uno conténdoles la situacién que estabas viviendo. Valeria Pavan fue la pri- mera en responder y al dia siguiente de mandarlo tenia un teléfono para comunicarme con ella. Asi lo hice, la llamé muy nerviosa e intenté resumir lo que estabas sintiendo. Killa fue muy amable y comprensiva, nos dio una entrevista ‘ambos padres en esa misma semana, Le pedi a tu papa que no me dejara sola esta vez, ya que hacfa unas semanas habfa pasado por un lugar que no ¢onocfa llamado La Fulana, un lugar de mujeres lesbianas ybisexuales donde terminé no sé eémo buscando ayuda y me crucé con Verdnica, una chica que supo escucharme, ‘eontener mi desesperacién y que secé el mar de lagrimas que le dejé. Unser especial que me miré a los ojos y me ~Dejala ser... Y no supe qué contestarle. Sali de allfy me descompuse, me bajé la presién supon- {4o, lloré y lloré y me perdi en la calle, no sabia volver ni ddnde estaba y me cai sentada en plena calle Corrientes; Je pregunté cémo volver a una sefiora que pas6 a mi lado y ‘decid nunca més ir a un lugar sola. Desde ese dia, Veréni: ‘on es mi amiga hasta el dia de hoy, y nos acompaifié con el in, Por eso querfa que pap me acompaiiara; ademas, ji 61 quien necesitaba que un profesional le confirmara ‘era lo que te estaba pasando. Yo no, yo solo necesita- que me guiaran y me dieran herramientas para poder lmar tu ansiedad y tu tristeza. Me acuerdo que antes de ledije a papa: : “No necesito que nadie me diga quien es mi hijo mas él mismo. No tengo idea de cémo accedié, pero lo hizo y eso era importante. yal cabo, el cuerpo muere, lo que queda es et alma y lo que fuimose hicimos. ¥ tu alma, Luli, mésalléde tu cuerpo, tiene tanto brillo, mas del que tienen los vestidos de tus princesas. ‘Yacaminamos mucho sobre lagrimas, bronca yrechazos. Es hora de caminar sobre sonrisas yalegria, aunque sean pocas yestemos solas, micielo. Es horade recoger lo que sembraste enelcoraz6n de cada uno de nosotros y de cada uno que te conocié personalmente y en los que dejaste un pensamiento distinto 0, porlomenos, ja duda de que se puede ser diferente y vivir en paz e igualdad. Siempre hay una lucecita y la tuya es muy grande y brilla con tanta intensidad que nada ni na- die va a poder apagarla porque seria apagarte a vos. Hoy te sefialan, te miran distinto, pero va a llegar un dia en que lo vana tomar de una manera normal, ya nadie se va a asustar denada, la sociedad tiene que cambiar para el bien de todos. ‘Cuando te die que habia una posibilidad de que hubiera otras tres nifias trans te pusiste tan contenta: Las quiero conocer, mama. -Hay que esperar, Lu. ~iLas vaginas ala basura, los penecitos a ser libres! ~gri- taste con el brazo extendido hacia arriba. Me hiciste refr, me contagiaste tu alegria, las cosas que se te ocurren! ~\Todas las nenas con penecito! -seguias gritando. 24 de septiembre de 2013 “Un dictamen con D de DNI”. Ese era el titulo de la nota que salié en el diario Pégina 12, Bra el apoyo de la SENAF. Estuvo la noticia en la tele- visién todo el dfa. Fue grandioso. Un dictamen impresio- 204 nante y con un contenido tal que no se podia ir contra él. Las notas las dio Marcelo Suntheim, de la CHA. Estuvo en Ta mayoria de los noticieros, fue preciso, serio, muy infor- mado y nos dio mucha seguridad. Volvieron a llamarmede los canales, pero este tema Jo tenfa que tratar alguien que supiera muy bien y conociera el dictamen perfectamente, yese era Marcelo, Ya falta menos, hija, los amigos y familia lamaron todos tan contentos. La SENAF te apoyaba, era tun hecho tinico. Te escucharon y respondieron por vos y tus derechos como nifia. Se instalé el debate otra vez, pero ahora era distinto, hubo més respeto, un organismo nacional te apoyaba, era el primer caso en todo el pais. Se reunieron en los programas para preguntarse entre ellos si correspondfa ono un documento para un nifiotan pequefio que deseaba ser nifia. Escuché tanto, tantas preguntas que me hubiera gustado hacerles una yo a todos ellos; en casa, sola, escribf: “:Por qué no?”. ‘Ya que tanta gente se pregunta por qué darle un DNIa Luli, les pregunto yo a ustedes: Por qué no? ;Por qué seguir haciendo sufrirauna nena de seis afios? {Por qué creer que una nifia a esa edad no sabe quién es? Confunden eleccién sexual con identidad de género, cambio de sexo con cambio de género en el DNI. El género 5 masculino o femenino. Los genitales no determinan la identidad del individuo ni la sexualidad, Por qué decirle NO antes de escucharla? ¢Por qué subestimar la decisin de mi hija, a quien nadie conoce, y hablar de ella con tanta falta de respeto? ¢Por qué juzgar mi luchay la determinacién de estar a su lado acompafidndola en su deseo de ser? Nadie conoce elsufrimiento de esta criatura por hacerse un lugar en esta 205 sociedad tan dura, llena de prejuicios y hostilidad hacia lo diferente. Amo a mi hija tal y comoes, geso es lo que tanto cuesta entender? No he pedido nada extrafio, solo que respeten sus derechos y que se cumpla la Ley de Identidad de Género. éPor qué desprestigiar el trabajo de psiedlogos y médicos psiquiatras especialistas en el tema, que levan dos afios acompafiando a Luli y a la familia? ‘¢Por qué ignorar una institucién como la CHA, que acompafa a Luli, un organismo tan importante como el INADI, que nos dio su apoyo, y el dictamen extraordinario que presenté la SENAF? Todos ellos conocieron a Luh, la escucharon y respetaron su pedido de tener un DNI que refleje su imagen. {Por qué criticar la decisién del ministro Alberto Pérez que por orden del gobernador y de la Presidencia respeta los derechos de mi hija? Gor qué no respetar la Ley de Identidad de Género? Por qué no respetar a una persona? {Qué tendria que haber hecho como madre? Casti- garla, reprimirla, contrariar su deseo més intimo de ser, verla sufrir y obligarla a llevar una vida que ella no queria vivir Hasta cudndo? ¢Hasta qué edad? ¢Llamarla por un nombre con el cual no se identifica, vestitla con ropa con la que se siente humillada y obligarla avivir con vergiienza yangustia? «Decirle que por haber nacido con genitales masculinos debe ser varén cuando se siente una nena? jPuesno! Nolo hice... decid{ luchar contra todo porque lo mejor para mi hija fue que sus padres escucharan su de- seo. Que hayamos respetado sutidentidad; poreella fuimosal Registro Civil a representarla para pedir un cambio deDNI. Aniingiin nifio se lo puede vestir y lamar por el género ‘puesto al que se siente y mucho menos obligarlo a llevar una vida social, en el jardin, en un deporte, durante dos afios consecutivos sin que ese nifio demuestre en algin momento estar disconforme. La mama no forma la iden- tidad de un nifio, la acompafia. Luli no dijo: “Soy nena y ya.esta!”. Fue un proceso de cuatro afios. Detrés de Luli no solo esté su mamé, hay un equipo de especialistas que ven el dia a dia de mi hija, ven cémo de- ‘Jéndola ser y respetando su género autopercibido, la nifia empezé a dormir, dejé de caérsele el pelo, mejoré su estadia enel jardin y su relacién con sus compafieritos, cambié su estado de dnimo, superé su angustia y acepté su cuerpo. Cumplen con e! deseo de Luli, no con el mio. ¢Cudnto hay de prejuicio? «Cudnto hay de miedo a lo diferente, cuanto hay de ignorancia? ¢Por qué asusta la edad? Noselleestd haciendo undafio, se leestd otorgandoun derecho, el mismo que tienen los de- més nifios. Tener un DNI con un nombre y género adecuado. Noes un nene que desea ser nena.... es una nena trans. El DNI es un derecho, un documento que refleja la identidad de cada persona y el DNI que mi hija tiene hoy no refleja lo que ella es: una nena. ¥ que le otorguen ese derecho no afecta a nadie més que a ella. Preguintense ustedes qué son capaces de hacer por sus hijos... yo sé lo que soy capaz de hacer por mi hija... iijSOY CAPAZ DE ESCUCHARLA!!! Entonees, vuelvo a preguntarles: 2por qué no un DNI para Luli?

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