“Necesidad de orinar a menudo”, es como se le conoce a la polaquiuria, un síntoma
médico caracterizado por la necesidad frecuente y urgente de orinar, incluso en casos de cantidades pequeñas de orina en la vejiga. Aunque es una condición que puede estar siendo causada por diversas razones, como infecciones urinarias, irritación de la vejiga, cálculos renales o incluso condiciones más serias como diabetes o trastornos neurológicos, su diagnóstico preciso solo puede ser dado por un médico. Es esencial consultar a un profesional de la salud, como un urólogo, para entender sus causas y tratamientos. Signos Los síntomas más comunes asociados con algunas de las principales causas de la polaquiuria: 1. Por infecciones del tracto urinario: Necesidad frecuente y urgente de orinar. Ardor o dolor al orinar. Orina turbia o con mal olor. Sensación de presión o dolor en el área pélvica o abdominal baja. 2. Por cistitis intersticial: Necesidad frecuente y urgente de orinar. Dolor en la vejiga o la región pélvica que puede variar en intensidad. Dolor durante las relaciones sexuales. Aumento de la frecuencia urinaria durante la noche (nicturia). 3. Cálculos renales: Necesidad frecuente de orinar. Dolor intenso en la espalda, costado o abdomen, que puede irradiarse hacia la ingle o genitales. Náuseas y vómitos. Presencia de sangre en la orina (hematuria). 4. Hiperactividad del músculo detrusor (síndrome de vejiga hiperactiva): Necesidad repentina y fuerte de orinar (urgencia urinaria). Dificultad para posponer la micción una vez que se siente la necesidad de orinar. Aumento de la frecuencia urinaria durante el día y, a veces, durante la noche. 5. Trastornos neurológicos (neurogénicos): Dificultad para iniciar la micción o problemas para vaciar completamente la vejiga. Incontinencia urinaria (pérdida involuntaria de orina). Retención urinaria. Fuerza de la corriente urinaria débil o intermitente. Es importante tener en cuenta que estos síntomas son solo una guía general y pueden variar de una persona a otra. Si se experimenta alguno de estos síntomas urinarios inusuales, es fundamental buscar atención médica. CAUSAS Como hemos dicho anteriormente, las causas que pueden llegar a sufrir la polaquiuria pueden ser muy diversas y el diagnóstico depende de cada caso particular. Veamos algunas de las causas más comunes: 1. Polaquiuria asociada a infecciones del tracto urinario: Cuando una infección afecta el sistema urinario, puede provocar irritación y aumento en la frecuencia de la micción, incluso con cantidades pequeñas de orina. 2. Polaquiuria por cistitis intersticial: Esta afección crónica causa inflamación en la pared de la vejiga, lo que genera una necesidad frecuente y urgente de orinar. 3. Polaquiuria relacionada con cálculos renales: Los cálculos o piedras en el sistema urinario pueden irritar la vejiga y aumentar la frecuencia urinaria. 4. Polaquiuria por hiperactividad del músculo detrusor: El músculo detrusor de la vejiga puede volverse hiperactivo, provocando micciones más frecuentes y repentinas. 5. Polaquiuria debido a trastornos neurológicos: Condiciones como la esclerosis múltiple o lesiones en los nervios que controlan la vejiga pueden afectar el llenado y vaciado adecuado de la misma, lo que resulta en polaquiuria. 6. Polaquiuria asociada a la diabetes: En casos de diabetes no controlada, el aumento de la glucosa en sangre puede llevar a una mayor producción de orina, causando una necesidad más frecuente de orinar. Diagnóstico Para diagnosticar la causa de la frecuencia, el médico llevará a cabo un examen físico y examinará la historia clínica. Puedes preguntarle si: Tiene otros síntomas. Está tomando alguna medicación. Sólo tiene el problema de día o de noche. Su orina es oscura o más clara de lo normal, o bien. Toma alcohol o bebidas con cafeína. Dependiendo de los resultados, su médico puede solicitar pruebas, incluyendo: Análisis de orina. Estos exámenes detectan y miden varios componentes de la orina. Un urocultivo puede detectar bacterias que pueden causar infección del tracto urinario. Cistometría. Este examen mide la presión dentro de la vejiga y verifica si hay problemas musculares o nerviosos que puedan causar micción frecuente. Cistomanometría. Esta prueba está diseñada para determinar si un problema muscular o nervioso puede ser la causa de los problemas. Cistoscopia. Este examen invasivo le permite al médico examinar el interior de la vejiga y la uretra utilizando un instrumento delgado y brillante llamado cistoscopio. Pruebas neurológicas. Los exámenes y procedimientos de diagnóstico, como un estudio urodinámico, un electroencefalograma (EEG) y una electromiografía (EMG), ayudan al médico a confirmar o descartar la presencia de un trastorno nervioso. Ultrasonido. Este examen de imágenes no invasivo se utiliza para visualizar los riñones y la vejiga con el fin de detectar cualquier anomalía estructural o tumor. Tratamiento El tratamiento de la micción frecuente depende de la causa subyacente. Infección de orina. Su médico le recetará antibióticos para eliminar la infección. Beba mucho líquido. Diabetes. Cuando los niveles de azúcar en la sangre son muy altos, la micción frecuente suele ser uno de los primeros síntomas. El tratamiento de la micción frecuente en diabéticos requiere un control estricto de los niveles de azúcar en sangre. Embarazo. Es poco lo que puede hacer para reducir la micción frecuente, especialmente al final del embarazo. Usted puede reducir su ingesta de líquidos diuréticos que contienen cafeína, como té, refrescos o café, pero no su ingesta total de líquidos, ya que es importante mantenerse hidratado durante el embarazo. Beba más líquidos durante el día para evitar tener que ir al baño por la noche. Al orinar, inclínese ligeramente hacia adelante para vaciar completamente la vejiga. Problemas de próstata. Existen dos tipos comunes de medicamentos recetados para el agrandamiento de la próstata: 5ARI (inhibidor de la 5-alfa-reductasa), que reduce el nivel de la hormona responsable del crecimiento de la próstata, y alfabloqueantes, que relajan los músculos lisos, incluyendo la vejiga. También se puede considerar el tratamiento quirúrgico. Uso de diuréticos. Consulte con su médico para ver si puede tomar diuréticos en la mañana o con menos frecuencia. Esto puede evitar tener que ir al baño por la noche. Evite los alimentos y bebidas que puedan irritar la vejiga o actuar como diuréticos, como los edulcorantes artificiales, el alcohol y la cafeína. Cistitis intersticial. Esta afección generalmente requiere tratamiento por parte de un urólogo especializado en cistitis intersticial. Se puede tratar con medicamentos, incluyendo polisulfato de pentosano sódico (un fármaco que previene los coágulos sanguíneos), antidepresivos tricíclicos, analgésicos o antihistamínicos. Puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Derrame cerebral y otras enfermedades neurológicas. Dependiendo de la causa, la frecuencia urinaria puede ser tratada con medicamentos o terapia conductual, como el reentrenamiento de la vejiga. Esto le ayuda a usted a darse cuenta cuando su orina está goteando. Síndrome de vejiga hiperactiva. La primera línea de tratamiento para el síndrome de vejiga hiperactiva generalmente implica reeducar la vejiga para ayudar a retrasar la micción. El tratamiento también puede incluir fármacos que controlan los espasmos musculares en la vejiga, como tolterodina, oxibutinina oral, darifenacina, oxibutinina transdérmica, trospium, imipramina, solifenacina. Cáncer de vejiga. El tratamiento del cáncer de vejiga incluye quimioterapia, radioterapia y cirugía.