374 (Obras coMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ ENSAYOS
veracidad afectuosa, sn ningin encono satirio. La perfecta delineacén
de Javier Olaran hace que pueda considerarse este personaje coro una
excelente aportaciona la nutida galeria de tipos bardjanos, Cae adem,
Sefalar como rasgo postive de esta obra el echo de que no hay ce
esa dspersin de ntigas, es incesantey vago desl e personajes si.
tuaciones que disminuia cl valor de sus anteriores producciones,y parti
cularmente de los utimos jentes a as Memoria de
hombre de acién or todo atirmar que si bien lgicae
‘mente El cura de Monleén no puede parangonarse con sus ereaciones de
plenitud —tal Zalacufn el anenturero 0 César o nada, por citar solo dos en-
tre la media docene de sus incuestionables obras maestras—,
calificada como una obra considerable, enteramente digna d
quien reaficma su primacia de gran novelista
MUNDO REAL Y MUNDO POETICO”
excesiva, Era la época que culminé en Niiftez de
‘Arce y en Ricardo Calvo. Fero en seguida adviene el periodo del recato,
de la recogida pudibunder. La poesia se enclaustré, se encerr6 en retiros
Jo que la poesia fue en sus primeros momentos: canto, recitac
lanzada a la gente con la plasticidad de la palabra. Hoy la pos
propone, solo se ofrece desde los libros, callada y orgullosa, [He aqui por
qué siempre que se habla en pi ‘poesia, siempre que en pablico se
jengo la sensacidn de que se rompe un pacio, de que
én admitida por todos. Podria decirse, superando
é debo, ante todo,
a ustedes y a mi mismo por si acaso faltamos a ese com-
de respetar la gran atmésfera de silencio, a gran capa ais-
fa en que se envueive lo postico.
in mayor va
ta, Hablar del poeta es h lo que no se sabe exactamen-
te dnde esté, ni dénde debe estar. {Cul es el sitio en un «libro de los
estados del mundo» del poeta? Unas veces junto a los reyes, otras en una
celda, en ocasiones endiosado entre un sinaf de versos propios™®, en al-
gana ocasién durmiendo y muriéndose debajo de un puente de Londres.
Difclisimo es sin duda ol tratamiento que la sociedad ha de dar al poeta
ly asf muchos de ellos se quejan; se quejan de que no se les dé el lugar
debido y merecido en el mundo. Creo que no tierten raz6n. De lo que voy
a decir a ustedes podria deducirse fécilmente qu
Simplemente porque
20 es lo que le da su califPEDRO SALINAS ~ ENSAVOS
precisamente que esté de sobra en el mundo que vive, que esté de més en
el mismo mundo en que ha nacido, Nadie sabe qué hacer con los poetas.
Las gentes hasta que decidan cudl forma de trato van a escoger no les ha-~
cen caso. Se pasa del extremo al extremo. Se deja a los poetas morirse de
hambre y luego se da [(palabra omitida)] a su sombra con marmol 0 con
bronce_] Su tragedia es su condi
0 el nombre del poeta inspira siempre una gran desconfianza.
inestabilidad de su des-
Sin ningtin esfuerzo podriamos iniciar un pequefio diccionario de térmi-
dos a los poetas. Un poeta ante
ros desdefiosos o censorios aj
sale de la vagancia de la derecha).] Los poetas son unos personajes dis-
vagabundo de actos e
ideas. De acuerdo. [Asi empezd nen ustedes a un poe-
ta, a dos poetas de hace ocho siglos. Uno va a pie con su hatillo, otro tie-
ne la suerte de poseer mula. Los dos son jugl
, gente que va de pue-
blo en pueblo buscandose su publico. La traslacion es una necesidad.| La
servir a algo. Servirse de una herramienta —outil en francés— para algo.
El poeta no sirve. En algunos casos se ha dado la circunstancia de poetas
que intentaron servir a reyes 0 a sefiores. Pero yo les aseguro a ustedes
que les engafiaban. O se engafiaban. Si eran verdaderos poetas no servian
‘més que a su voluntad interior. Los reyes que estaban pagandolos tiraban
el dinero. Por eso ya no hay hoy quien los pro
no sirven, Cuando un poeta sirvié se
Han comprendido que
scalificé en el acto: Nuiiez de
LENSAYOS LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS
es chiflar. El poeta es un inspirado, inspirado por un soplo, es decir, chi-
fladol®, Y no sigo porque esta lista podria ser atin més larga. Pero de este
breve intento se deduce que no debemos disimularnos nada, que.el poe-
ta tendrd que ser siempre Vago, Un intitil, un vagabundo, un chiflado. Asi
hay que tomarle. Nada mas neciamente pedestre que esa contestacién
ia de un poeta de hace sesenta anos: «Un poeta es un hombre
To que todos los otros y ademas versos»', No. Un poeta hace
s, lo hace él, o los demés. Hay, p
sn poeta sea un sospechaso. Y esa sospecha
No es posi-
cadisimos motivos para qi
ble que lo inventado por hombre asf valga nada. El poet
cho a la poesfa. Shelley expulsado de Oxford desacre
de Shelley. Toda poesia debia ser péstuma. Pero el reproche que més se
les hace es el de estar en las nubes, el de no estar en este mundo, y el de
andarse por unos andurriales de
el reproche de no estar en la realidad. Y eso es verdad. Fuera de la rea
lidad, las nubes, otro mundo. ;Dénde estén entonces los
ppoetas no estan en este mundo, gdénde estarén? En otro, evidentemen-
fe,enel de est, en el suyo.
‘Toda verdadera poesia supone necesariamente el lanzamiento de un
y la invitacin més 0 menos expresa a em-
barcarnos en él, En efecto, el mundo no es nada més que un sistema de
relaciones entte las cosas. Hay mundo por oposicidn a caos cuando lo que
a en una ted de relaciones y de-
pendencias: cuando las cosas se relacionan unas con otras, unas para
otras, en causas y efect 6
con la materia. Vivir, comprender es re
para elegir, para preferir, para el det
previa indispensable, la relacién. (Un dia nos encor
zo de madera pintado; no es nada. Pero poco a poco vamos hallando
20s semejantes y se nos ocurre que reuniéndoles podria
to, sale un puzzle. Simplemente porque pusimos en relacién unos tr
‘on otros).] Pues la poesia verdadera inventa o crea un orden de rela
rnes nuevas entre las cosas visibles o las invisibles. (Lo que nunca se le
cocurrié a nadie acercar y comparar, la poesia lo aproxima y lo enlaza. Des-
pedida del Cid y de Jimena, Nadie habia pensado jamés en que el dolor
de una despedida, en que una persona que se separa, se desgarr
Ito. lane ‘serd pues una forma de relacionar,
dela razén, acercando cosas racionalmente relacionabl
mente, ya lo haga por medio de lo que llaman el subconsciente, como378 ‘aras comPLETAS DE PEDRO SaLiNas ~ Ensavos
sostirien Jos superreatitas] Pero en la base de todo hecho poético hay
tina operacion de relacionar. Sila poesta, pues, crea relaciones, es un sis~
tema de relaciones nuevas, un nuevo orden, esto es tanto como decir que
crea un mundo, Y ese es precisamente el otto mundo de los poetas, no un
‘undo vago, lugar de exo fécl para ls tonteris, no tun mundo inacce-
sible y caprichoso, no. Ese otro mundo es una necesidad inevitable, es una
condicién fatal de la poesia. Para mi todo
tico nuevo. [Creamos pues en que el poeta no esté en este mundo, que
anda por otros aires.)
{Ahora bien, el poeta no se contenta con inventar ese mundo con su
in y reservrselo como huerto particular y deleitoso donde él
a poesia aparece en segui
comunicable. Y por consiguiente toda poesia es una posi-
cin y una proposici6n. Se sitia, propone. Una poesia nos propone algo,
ros propone sencillamente otro mundo, otro orbe, ese orbe que ella ha
(0 del nuestro,] La gran poesia es una proposicién de
a un mundo donde los valores corrientes estén
con violencia, la poesia es un arrebato, es un rapto. Mundo, demonio y
came son los enemigos del alma; la poesfa, cosa del alma, tiene por gran
quien hay que recelar, de quien hay que
do subrepticiamente en nues-
ro que esté trabajando para una gran po-
mundo. Hombre, pues, pel
camos de nuestras casas y
pechoso. Hay gentes que se encuentran muy bien en este mundo. El cual
ha Ilegado ya a un tipo de confort, es decir, de conformidad de la materia
con nosotros, que desaloja la aspiracién a otra cosa, es decir a otro mun-
do, [Tiene hoy la vida muchas cosas perfectas. (El individuo se encuentra
mas orgulloso que nunca de este mundo. ;Cémo, pues, no considerar
como un extravagante, como un hombre peligroso, al que viene a invitar-
1nos que dejemos todo esto, la radio, el coche, el golf, y nos vayamos a oir
tuna radio suya, a jugar con unas bolitas de colores de su invencién, a tras
ladarnos en un caballo anticuado llamado Pegaso?) Hay una resistencia
biolégica a dejarse llevar de este mundo,] Un ser sano, norm
bienestar y vacila ante el mejor estar que le propone la poesia. Mas vale
el pajaro en mano, aunque sea disecado, que los ciento volando, dird
siempre el receloso de la poesia. (Es pues perfectamente
hombre de este mundo se resista a dejarse arrebatar al otro). Porque ade-
ExsA¥08 LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 379
és, ese otro zcémo es?, gqué es? Y aqui es donde todas las dudas co-
mienzan. [;Cémo dejamos ir a lo desconocido? Ese mundo poético, lo in-
deciso de sus fronteras, lo peligroso de sus ygenes, es lo que mas
despista ante la poesia. Varnos, pues, a hablar de él a intentar acercamnos
aese enigma] ‘
[Lo primero que tenemos que afirmar es que ese mundo de lo poético
no es uno, son varios, son muchos. Antes se creia que lo poético era una
‘ualidad fija e invariable adherida a una serie determinada de objetos fue~
ta de los cuales no se puede encontrar. No, lo poético, el mundo poético,
cambia como todos. [Cada dia saben ustedes que disminuyen las preten~
siones a la eternidad. Antes hi ita de cosas etemnas en las cuales
figuraban las piramides, la Venus de Milo, a verdad, el bien, la belleza y
colras muchas mas, Siempre se pens6 en la naturaleza como algo eterno e
inmutable, Pero si nos fijamos un poco, no es asi
Pues lo poético cambia también.
de nifio oyé leer a sus padres las poesias de Campoamor y se acostumbr6
fa considerar como dechados de lo postico los temas y las ideas campoa-
‘orianas, Esta persona se quedé tranquila; ya sabia lo que era pottico.
Para andar por la vida ya tenfa una etiqueta que poner —poético— a las
cosas que se parecieran a aquello. Esa persona creci6, se ¢286, 30 afios,
y leg6 a la mocedad: 20 afios més. Y cuando un dia
surgié entre padre €l tema coloquial de lo pottico el padre vio
asombrado que para su vstago lo poético, es decir lo poético de Campos
‘mor, lo suyo, era risiblemente prosaico, era el perfecto ejemplo de lo an-
tales razones le adujo su hijo, que el padre, persona seria y
recpetable, decidié desde aquel dia que eso de lo poético era una verda~
deta ostafa, un engatiabobos, que nadie conocia a ciencia cierta en lo que
inarse para siempre de la despensa
‘sin embargo, a su modo, los dos
sma lo poético] tiene en si un clemen~
te variable con los tiempos, que
{que en muchas ocasiones es hasta contradictorio.
res [Este elemento es el mundo poético, No hay pues que
ido de las
‘con las ante
tener lo poético como algo invariable y desprendi
par una forma fija e
ina estenogratia permanente, es decir, que habré formas distin-
tas de esos mundos, diferentes mundos poéticos.380 (Obras COMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ ENSAYOS
Vamos a recorrer algunos de estos universos potticos. A través de todo
hay algo que me parece importantisimo de discern. Y es esto: zqué tie-
rnen que ver estos dos mundos: el real y el poético? ;Se parecen o se di-
ferencian? ;Coinciden? ¢Son tinicamente tangentes, tocdndose en un
punto y permaneciendo ajenos en los restantes? O por el contrario, ;son
dos mundos sueltos y distantes condenados irremisiblemente a girar
siendo centro de su propio sistema sin encuentros posibles? Pero ademas
de estas relaiones de proxi hay otra que nos ineresa més: sin-
patia. Porque estos dos mundos pueden ser amigos o enemigos, pueden
riderse ln mano oensehase los lentes. 0 acaso no se dan importan-
cia el uno al otro, van cada cual por su carnino sin echarse de menos, en
esa perfecta convivencia de lo indiferente? Comprenderdn ustedes lo gra-
ve de esta cuestién. [Porque nosotros vivimos, y no hay donde elegir, en
un mundo real y sensible, y queremos saber si nos es permitido
‘reso, el acceso al otro mundo, al poético, con todas sus adherencias de
cosas reales, con los dones de cada dia y cada minuto, o si tenemos que
sactificarlos a la puerta. ¢Qué hace la poesia, la concepcién poética del
universo con lo real, con la realidad, con esta espléndida, mltiple reali-
dad, encontradiza y huidiza, piedra, carne, gas, palpable, mensurable, que
nos estrecha y que nosotros estrechamos? Ser preciso desgarraria de
nosotros, arrojaria lejos para entrar en el nuevo orbe? (Porque en ese caso
yo estoy seguro de que muchos de nosotros, yo el primero, vacilariamos,
echariamos nuestras cuentas. Vamos, pues, a ver qué es lo que han hecho
los poetas con la realidad y lo que queremos nosotros, nuestros poetas
que se haga con ella).| Creo que se dardn ustedes cuenta de que
los amantes de la realidad, creo que lo somos todos, y
sseamos algunos, nos jugamos una part
es una cuestién ociosa y de caps ino que para toda organiza
mana delicada y sensible es un p
‘Nuestra gran poesia se constituye de
primera mitad por el miradero de Garcilaso,
Recordiemos todo lo que si
lo del gran
entero en
or el de fray
fica el wi en la historia de Es-
siglo en que Espana
no de una, sino de varias gestas espléndic:
lea con los principes alemanes y con
diterréneo con los brotes pujantes de
En el centro de Europa pe-
spiritu de la reforma; en el Me-
cc lamismo turco; en América lucha
‘més, lucha con una naturaleza entera ¢ intacta y con un miste-
rio histérico. Todo es, pues, en Espafia accién, movimiento desatado y
ENSAYOS LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 381
correr de la vida. A un espafiol del siglo xvt la existencia le ofte-
‘nunca semejantes. Acerquémonos
1. Este hombre participa en muchas fases de
to vital. Cortesano, caballero cumplido, sabio, viajero,
{guerrero, andarin por media Europa. Muere en pleno combate. Pero no
speren ustedes ver en sus versos nada de lo que el poeta vio en el mut
do. Al asomarnos a su poesia he aqui lo que se nos oftece. Prados delei-
tosos, sureados pot arroyos, acariciados por vientos mansos que trans~
portan olores suaves. Arboles rmurmuradotes completando la escenografia
como personajes unas ninfas que salen de las aguas y se ponen @
Gar junto al arroyo en telas delicadisimas asuntos de la mitologia clésica,
f pastores que disertan de sus amores, que se comunican en desbordado
hilo de sentimiento sus penas por Raber perdido a la amada o por haber
perdido su carifi. ¢Dénde esta el mundo presente? ¢Dénde aquellas
Berras —Espafa, Italia, Austria— que el poeta recorri6? {Dénde los asun-
tos de estado, las acciones de guerra en que intervenia? Todo ese mundo
presente ha sido reemplazado deliberadamente por un mundo ejemplaz
J remoto, un mundo de mitologia y de Arcadia, de seres semidivinos y
pasiones exquisites. [Es una especie de mundo sellado del cual estas
poesias son breves trasuntos y asomos, La poesia de Garcilaso no ¢s una
poesia de posesién, es una poesia de nostalgia, poesia de echar de menos,
fe recordar lo que no se ha vivido, lo que se hubiera querido vivir] El
‘el cortesano no quiere seguir siendo tales cosas sino que quiere ser
‘se imagina pastor. Primer grado de
{6 dea ele. Peso postr que alee stro. tampoco el pastor
verdadero ristico o inculto; es un pastor de invencién, de imaginativa, un
espiritu sentimental y ex e
caudal
ce posi
ahora ala po
le los modos que tiene Garcilaso de
zados de pastores, pero
stores que no son a su vez sino almas exquisitas en estado de pastor.
Doble distraz. La poesia de Garcilaso se coloca resueltamente sobre un
cierto nivel de la realidad, por encima de ella, a més altura. Pero ademés
ica poética en Garcilaso que es atin més podero-
‘de Garcilaso no es rico: unos cuantos
sentimientos: amor melancélico y desesperanzado, amistad noble, tiemna
tristeza. Unos pocos personajes: ninfas, pastores. Unos fondos casi siem-
pre iguales: prados, selvas, arroyos. No es un mundo rico, pero no es tam-
eco un mundo pobre, no, sino voluntariamente redo, init Por
en esto Garcilaso
lidad casi toda la realidad. Los
intos los depura, los converte en puras esencias; todos los por~
s se ven sujetos a esta labor de seleccién. Los cabellos femeninos
son 079, e1 cuello marfil las manos nieve. El prado siempre florido, las on-382 (Oseas cont
DE PEDRO SALINAS ~ ENSAYOS
das claras, el ruido manso, el viento di
mundo poético todo lo du
aparta en nombre de un ideal,
niscencia plat6nica de la belleza ideal de las cosas. [Porque ni
que se presenta en la poesia de Garcilaso se nos ofrece
plistica, No describe; apunta, insintia, Su labor principal es la de adjetivar
con adjetivos justos y sugerent ar con detalles. Se describe
solo) arquetipos de bellezas, no
mas que nombradas y calificadas en sus adjetivos esenciales. Presen-
tacién, pues, de la realidad no abultada y pléstica, sino ideal. Garclaso
hila la realidad e hila delgado. Y asi con ese doble procedimiento —dis-
frazar la realidad que admite, reduciéndola a una corta serie de elemen-
tos sentimentales y sensibles, y seleccionar del mundo tan solo unas
cuantas formas de las més bel resultard que nos encontrare-
‘mos en la primera gran lirica espafiola con un mundo poético en nada
conforme a la vastedad, ala copiosa multiplicidad del mundo real de en-
yy sabroso. Garcilaso aleja de su
feo, lo vulgar. ¥ todo eso Ic
mundo verdadero y real y mundo poético son en este primer m
de nuestra poesia cosas deliberadamente separadas y
pero lanzados luego cada un
tun afin consciente de distanciaci6n y de diferencia.
El segundo gran momento poético del siglo xvt se sitda hacia 1580
ena poesia de fray Luis de Leén. [Fray Luis de Leén es un religioso, un.
sabio, un profesor. Pasa su vida en la idad de Salamanca ense-
fiando, metido entte libros de teologia, sujeto a luchas, persecuciones ¢
injusticias que por algunos afios dan con él en la eércel. Sus poesias no
son numetosas, pero todas ellas contribuyen a erigir uno de los universos
poéticos més clara y luminosamente expresados que pueden encontrarse
en la poesia espafola] Los cimientos de este universo pottico los halla
fray Luis de Leén en el menosprecio, es decir en la no valoraciGn de lo
que existe en el mundo. En las poesias de fray Luis de Leén, nos hallamos
ante todo con una serie de negaciones, con una serie de mandatos de
apartarse de ciertas y determinadas cosas. Hay que apartarse del mundo,
‘o hay que pensar en las riquezas que nos trai-
gan las velas de los navios que recorren los mares en busca de mercade-
Tias; ni en Persia ni en las Molucas se encontraré nada que pueda hacer
ENSAYOS LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 383
‘un dnimo sereno. No hay que poner en la belleza humana confianza
alguna. Abstengémonos de acercar la mano a la azucena o a la rosa, nos
dicen unos versos, porque su veneno pasa al alma y la envenena'™. No
los techos dorados, ni las columnas de jaspe. Sobre este r0~
snes y de abstenciones, surge un fmpetu, un anhelo ca-
10 de este poeta, que puede resumirse en una pala
a: huir. «El que huye del mundanal ruido>. Invita al mtsico
traspasar el aire, a subir a mas alta esfera. £1 mismo se pregunta c
pod volar, huir volando al cielo, en la oda a Felipe Ruiz. Las expresiones
Ge huida, de huir, se repiten a cada paso, se condensan en este verso:
“Huye, que solo aguel que huye escapan*™. Asi, pues, detrés del men
precio del mundo instaura fray Luis como mévil de su poesia un ideal. El
ideal de escapar, de la fu mundo.
Ya donde quiere huir,
mundo material de goces y placeres humans,
gar a una morada ideal de grandeza, segtin su propia expresién, la mas
distante de todas las del suel
. Este mundo que delinea fray
niis de Len con bellisimos trazos no es otro, segtin se ve, que el mundo
de la bienaventuranza eterna, el mundo de la vida supraterenal del cis
tianismo. Casi no es menester decir, ya se ha visto bien clazo, que ese
mundo poético por el que pugmna fray Luis de Ledn se vuelve de espaldas
ala realidad, a todas las realidades, a la del amor, ala de la belleza, ala de
enes materiales, No es ya una admisin rigurosa de ciertas bellezas
del mundo sometidas a un estricto disfraz. como en Garcilaso, no; es la
negacién de la belleza de este mundo en tanto que no sea recuerdo 0 eco
dela belleza que esta por encima. [Sia fray Luis de Leén le gusta su huer-
to 0 la misica del ciego Salinas 0 las estrellas, no es por la belleza que
(0 por {a més alta hermosura que al otro lado de ella pre-~
sumen y hacia la cual aspira; de modo que fray Luis se construye su mun
do poético sobre la huida y la fuga de sobre la negacién
de todos sus valores, como él mis
construyéndonos otro mun
encontramos, pues, en este segundo univers0 poético de nuestra gran
poesia del siglo de oro con que mundo real, mundo poético, on términos
fistintos, opuestos, més atin, contrapuestos. Yel permiso de circulacion
ppor ese universo que nos presenta esbelto y dorado en los limpidos cielos
Ge su poesia, nos tiene que costar mucho, porque por él debemos pagar384 ‘OpRas COMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ ENsAvOs
todas estas cosas que estimamos en la tierra: sentimientos, placeres,
gustos, deleites. Un mundo desaloja al otro. No caben los dos dentro
mismo sistema, Fray Luis de Le6n para ofrecemos las altas torres y
deslumbrantes moradas de su universo poético necesita antes hacerse un
hhueco, esto es, quiter de su sitio, desbaratar, suprimir el otro mundo de
este, el mundo de la realidad. Y ese mundo suyo lo construye no por un
procedimiento de seleccién, de finas y delicadas maneras de elegir entre
las cosas humanas, como hacia Garcilaso, sino por un procedimiento de
omisiones, de negaciones. En summa, el mundo de fray Luis de Leén tiene
por condicién fatal de su existencia la eliminacién del mundo real
Precisamente en los mismos comienzos del siglo
la circulacién una de las construcciones posticas més altivas, orgullosas y
arriesgadas que se conocen, el mundo postico del gongorismo. Mundo
extrafio, difcl, para muchos impenetrable y cerrado. [N
personas que al pasar por la puerta digan: «Vamos a entrar a ver lo que
hay aqui». No. Los que ast vay retrocedern
pronto. Porque se veran heridos por extrafias ptias metilicas, enredados
Jos pies en frondosas trepadoras, hundidos en oscuridades rayadas por re-
lémpagos y atemorizados por una algarabia de pajaros raros y de silbos
de serpientes. Es una verdadera selva virgen, frondosa, lujuriante, intrin-
cada y riquisima. Hay que entrar en ella con énimo y con fuerzas.] No es
un mundo cerrado, pero sf un mundo a cuya entrada cuelga el cart
Se reserva el derecho de admis Muchos de fos que no han queri-
do, ni sabido entrar en ese mundo dicen que est
nada. Pero el mas ardido y certero explorador del mui
meso Alonso, ha demostrada
itmemos, pues, ante todo esto: la obra de Géngora es una
presencia de la realidad. Descripciones de bell
airosas de serranas
ticos entre los nisticos, de quint
‘enumeraciones puntuales y cuidadosas de los regalos que llevan a la boda
los montafieses, de lo que se come en el banquete de boda, de los pesca-
dos que se extraen de la ria, de las variedades de pijaros. Hay pues una
realidad presente, rica, abundante, variada ervla obra de Géngora, una rea-
lidad exterior. Pero... [No crean ustedes que este pero es simplemente una
de tantas palabras con que sigo el hilo de mi idea, no. Pero, es simple-
Ensavos LiTeeARi0S ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 385
mente la actitud de Géngora con respecto a la realidad] La poesia es un
formidable pero... puesto a la realidad. Porque todas esas cosas reales a
en los poemas de Géngo-
1a, pero gcdmo? ,Quién las va a conocer? Vedmoslo. Entre las muchas re-
alidades cel mundo animal hay una familiar, humilde, antiheroica: las ga-
llinas. Pues bien, asf aparecen en Géngora:
ivo esposo vigilante
2s del Sol nuncio canoro,
bbarbado— no de oro
arpura, turbante®”
es evidentemente reconocerlas. Aqui hemos partido de la reali-
sia. Ahora haremos lo contrario:
{quejndose venian sobre el guante
les raudos tarbellinas de Noruega"™.
Estos dos versos son por lo pronto bellfsimos, de lo més bello que en
Espana se haya escrito, Pero, ;dénde esté su re @Cual es su reali-
dad? Pues bien, esos dos versos estén en la descripcién de un retorno de
«caza, Se trata simplemente de decimnos cémo los halcones, que vuelan tan
rpidamente como un torbellino, los halcones traidos de Escandinavia,
venian fatigados de su ejercicio cazador, quejéndose, en los guantes en
que los llevaban los halconeros. Un halcén es, pues, para Géngora un
raudo torbellino de Noruega. [Veamos otro ejemplo:
Ostente crespas blancas esculturas
artifice gentil de dobladuras|
fen los que damascé manteles Flandes,
lusiva a ella. En lugar del hal
-s pomos,] donde las gallinas,crestadas ave:
de Géngora es, pues, sobremanera sutily extraito, [Opera sobre elemen-
tos reales y con elementos reales, ya lo hemos visto, es cierto. Es un poe-
ta sensual, un enamorado del color, de la forma, del sonido, no quiere
renunciar 2 ellos como queria fray Luis. Mas considera, y aqui empieza ya386 (Opras CoMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ Ensavos
cara a cara. Hay que mirarla desde la mi
la asociacién; hay que dar la realidad por via indirecta. gQué quiere decir
todo esto? Pues bien, que la realidad es para Géngora en sus elementos
primarios insatisfactoria poéticamente. Que la realidac
aparece a todos y a todas horas, padece de una radical incapacidad para
la poesia. Que es menester dotarla de atributos superiores de belleza, es
decir, de una superestructura estética para que en rigor pueda entrar en
‘un mundo poético. [Asi vieron ustedes qué hacia Gongora con las galli-
nas, os halcones, las manzanas, los manteles.] Ahora bien, en ese propé-
sito de realzar el tono de lo real, de subir de tono a las apariencias mate~
riales del mundo real, va Géngora tan lejos que deshace, de
misma realidad de donde arranca. Nadie reconoceria a las ga
‘manaanas, en esas frases, a primera vista. Estn mateialmente d
y estén estéticamente rel
;éngora parte,
dad, ala estética, pero a costa de
destruir aquélla, para hacerla mas bella. En suma, algo semejante pero
exactamente contratio a lo de e Le6n: este negaba la realidad
por razones espirituales, la re fa espiritualmente poco. Gén-
sgora la afirma peregrinamente, destruyéndola, es decir negéndola, porque
Ia realidad le parece sensualmente, plésticamente, estéticamente, poco. Es
rniega por razones de andaluz sensual, como fray Luis por razén
de castellano mistico. El mundo poético de Géngora es, pues, tal mundo
a costa de sacrificar el mundo real, de negarle en una bellisima serie de
escapadas, de elusiones, de quiebros. Séneca, un gran cordobés, fue
mado por Nietzsche el toreador de la verdad!!®. Géngora es otto gran cor-
dobés, el toreador, el burlador de las vulgaridades, de las tealidades pri-
superiores. [Nos hallamos, pues, con que Géngora significa hasta ahora,
aunque parezca extratia paradoja, porque todo el mundo entiende mejor
a Garcilaso 0 a fray Luis, la mayor proximidad a lo real, el mayor amor @
hecha con riquisimos materiales. Pero esa realidad po-
wunde en componentes reales, el mun-
ENSAY0S LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 387
‘Ahora estamos transportados a dos siglos mas cerca. Fs en 1830, Ro-
manticismo, [Ya se sabe que el da la mas espléndida cose-
cha de liricos de los tiempos Seas. moce imantiara c
irismo. Lirismo y nada mas.] El romanticismo que hizo sufrir
remocion espiritual al mundo, ¢qué es lo que habra hecho
Qué mundo pottico habré colocado enirente? Va~
mos a verlo, Siempre se imagina uno al romédntico como a un ser solo; el
a ere como escenografia indispensable la gran, la magni
«a soledad. [Y es este el fondo completamente acertado. Porque en ver
Lise siemupdemnnemeienrinat as
del xvil se proct
iudadano, Pero ahora hacia 1830 se proclaman otros derechos mucho
mas exigentes y desmedicios: los derechos del individuo y del poeta.] [El
‘wuelea todo el platillo de los derechos en
desprenderse, de ilimitarse. La sociedad es para el romantic lo fiisteo, I
burgué i mundo burgués.] Este hombre terriblemente
es el romantico tiene como raiz de su ser psicol6gico una actitud: la dis-
conformidad. No esta conforme con la época en que ha nacido, por eso
se inventa una época sofiada, la Edad Media, en donde él se imagina que
vivirla mucho mejor que en sus tiempos. No esta conforme con el pais en
que vive. Y por eso le entra | de
viajar, y dese
los seres que
Comprendersn ustedes fécilmente que una poesfa nacida dentro de
;poco puede aceptar y admitir am:
realidad, yo diria hasta voracidad de
én] Vean ustedes c6mo arranca el mas
grande litco espaiiol del romanticismo, Espronceda:
Yo me arrojé, cual
en alas de mi ardiente fantasta...1t¢388 (Obras ComPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ Ensavos
fuerza bastante en mi am
para cambiar, jquién sabe!
Yo me lancé con atrevido wuelo
fuera del mundo,
busqué con ansia y
‘Vemos, pues, que el artanque es magnifico. Cometa, vuelo, escalar, anhe-
Jo ambicioso, amor delirante, ansia. Todo un repertorio de vocablos que nos
indica, no ya un apeti z q
nae dele Tero a ese pet
an répida como la inicacién. Y he aqui
al mundo entre los br.
Jo que pudiéramos llamar las negativas de aquellas positivas de antes:
de arranque coresponde una ca
fuera de] mundo en Ia region et
Y hallé la duda,y el radiante ci!
i convertrse en ilusién aérea
‘mi fatigado espiritu encont
IY mejor expresada que en parte alguna en lo referente a la mujer, esa
realidad central e inevitable, esa encantadora realidad de lo real. Espron-
ismo proceso que con las demas cosas rea-
hacia ellas, lo mismo en la poesia que en la
vida. Pero igual en la poesia que en la vida el derrumbamiento viene
pronto:
vi de virginalimpleza
‘lbas bes de eeeste mbes
Yo as togué y en humo su pureza
Eocarse wy en Todo y podrodumbre™
‘Géngora, no lo desdefa desde el primer momento y sin atribuirie valor
alguno como fray Luis, no. Le gust le atra:
EnSAv0S LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS Y ARTICULOS 389
YY buseo atin y busco, codicioso,
yy atin deleites el alma finge y quiere...
pero en cuanto lo palpa —«palpé la realidad»— se convence de que le
han engatiado, No, eso no es lo que él queria. fl se figuraba que aquello
era otra cosa. Yse llama a engafio con la é
yy lo poético toma entonces caracteres de
‘material, lo del mundo real es prosaico, vulgar: Todo.
tilza su materia, que apenas la tiene, como la nub
poético. La realidad material, lo que cifte al poeta es el enemi
Ilegado al punto maximo de encono y diferencia entre mundo real y mun-
do postico. No es ya que se eviten, que jueguen al escondite uno con otro,
no. Es que el poeta niega, od ala realidad. Y vemos en la cis
de la hostilidad de esos dos mundos, convertida en articulo de fe. Lo real,
lo material no puede ser postico; lo poético no puede ser material ni exis
tente. El mundo exterior es el enemigo. Y entonces zarpan las naves con
las velas hinchadas de lirismo hacia el nuevo continente, el mundo inte:
rior cuyas pequefieces hacen su grandeza. Y los roménticos llegan en su
odio a la vida prosaica, al mundo material, a intentar matarlo. Yo sé de va~
ros que intentaron, con su pistolén roméntico acabar con el mundo este
de escorias y realidades bajas. Lo que sucedid es que siempre que iban a
disparar contra la abyecta realidad el arma se les volia irremediable-
mente contra su sien. Y por es0 los llamamos suicidas. Pero no lo crean
ustedes, Esos romanticos no son suicidas. En verdad, y perdonen ustedes
el feo neologismo, eran —y aqui se engrandece y hace trégica la oposi-
cién entre mundo real y mundo poético— eran, digo, mundicidas. Mata-
ban al mundo. Solo que eran ellos los que cafan muertos.
[Y vamos a dar otro salto casi de cien afios para llegar a ese tiempo en
{que mejor nos encontramos todos, al de hoy. Puede que ustedes me di-
{gan que me salto una cosa, Es verdad y voy a consagrarla algunas pala-
a vista superficial acaso esa oposicién entre mundo teal y
jue vemos mantenerse constante, cesa hacia 1870. Diga-
'Ya esta agui. Eureka. Hemos encontrado
la piedra filosofal. Esta frase trae a las dos fieras opuestas, realidad y poe-
sia, agarradas por la melena,y las encierra en la misma jaula. Si, eo seré
verdad, pero yo creo que en cuanto el guardian se va, las dos fieras se
sienten tales y se arrojan furiosas una contra otra. Veémosio: Campoamor
feel poeta que en Espafia representa mejor ese momento y esa aspira-
‘én. He aqui algunas estrofas suyas:390
(COMO REZAN LAS SOLTERAS.
Voy a rezar senta
que de no usar bien ¢6
se me ha formado ut
{que sera bueno y santo, pero es fe
Pe
DONDE VIENE LA MUERTE
El padre de esta
doctor en medicina yi
Basta. Creo que apenas
trofas, hay, no cabe dud
rodilla, el
de poesia. Dicho de otro
les no se ha hecho sino disimular
de la poesia. El mundo real no ha
liegado a una concordia, es decir aun latir,a un corazonar semejante con
el mundo postico, Lo sucedido es que esto se ha entregado con armas y
bagajes a su enemigo. Epoca en que la poesia sirve, es itil, ensefia, des-
cribe. Es decis le criada de lo real. Y
2 no ser, porque la poesia, como
cirtasnatralezss, solo puede exist en seni nunca en servidumibre
He aqui por qué paso sobre ese momento que engafiosamente parecia
amos. En la frmula, poesta realista, casi siempre sobra, para ser
una palabra: p
EENSAvOS LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 391
YY llegamos con esto a la parte més dificil y més viva de esta revista la
actitud de la poesia de hoy ante el mundo real. [No nos referimos a la
poesia tltima, sino a la poesia de lo que va de siglo. Ya no podemos es-
coger aqui un poeta representativo. Lo que anteriormente dabamos eran
resultantes espirituales de momentos histéricos cerrados, de ciclos artis-
ticos conclusos en que podemos ver igual el desarrollo, el proceso artisti-
«0, que su efecto; pero en lo que est a nuestro alrededor ya no nos es da-
ble ese procedimiento. El mundo, es decir, la cueva de Altamira, las
Pirdmides, Sécrates, Petrarca, los Incas, Napole6n, es una cosa. Y otra
nuestro mundo, que empieza el dia que nacimos. El mundo de nuestra
existencia
se esfuerce por hallar la
norma en el laberinto nunca podré llegar sino a aproximaciones. Ademas
el mundo de nuestros dias tiene su mayor interés precisamente en repre-
sentérsenos indeciso y encabritado, impaciente pero todavia sujeto. Mo-
mento més que nunéa de rojo y negro de bolas saltando interminable~
mente en la ruleta, con muchos ojos a la expectativa y con todos |
esperanzados.] [No podemos hacer, pues, sino dejar
planteado el problema de las relaciones entre mundo poético y mundo
sentimos, y después ese delicadisimo, rosado o in-
tines, incluso el
te que la presién que hoy ejerce la rea
lo que nos rodea, sobre el espiritu del hombre es mayor que nunca. Ese
‘mundo de la realidad ha logrado una ampliacién extraordinaria. [Es hoy,
jor mas numeroso que nunca. La ¢
hombre de hoy y que este encuent
objetos bellos creados por
rededor donde quiera que ponga los ojos no tiene comparacién con el
repertorio de la vida material de ninguna época.
Paralelamente el concepto de
leza sufre también una ampliacién enorme. Una gran cantidad de co-
sas que siempre estuvieron excluidas de esa consideracidn, un hipops-
tamo", una bailarina negra, una fila de cacharros de aluminio, presentan
hoy su instancia a ser reconocidos como bellos. Hay una verdadera re-
busca, una ardorosa y frenética persecucién de bellezas inéditas. Cuando
‘un hombre sensible sale ala calle es muy di
alguna belleza més. Se captan los gestos y
cinematograficas. Se echa el
bellos ya ‘és limpias en la ancha pampa del aire con los apa-
ratos de radiofonia. Se vuelve del Congo con un canon estético nuevo.
{V resulta ademés que esta enorme riqueza y mult
terior esté, como nunca lo estuvo, al alcance de todos. Las dimensi
del hombre y del mundo han cambiado. Los cuadros cuya contemplacion392 (OBRAS COMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ ENSAYOS
Y goce se reservaban en el siglo xvi a un grupo de seftores estén hoy a la
vista de todos. Los paises mas remotos se acercan y se ponen a la altura
de muestra curiosidad. Se puede abandonar la superficie de la tierra en
una estacién del metro, por ejemplo, en Picadilly Circus, y no volver a pi-
sar tierra sino en la India. América esta hoy cinco veces més préxima a
Europa que hace ochenta afios|] Piénsese en la fuerza gigantesca, en el
poder sin limites que tiene el mundo real en nuestros dias. La realidad
legs hoy as gran époc rope. Estos por bien por mal en un fr
‘onviene, desde Iuego, desalojar de estas palabras —Io real, la reali-
dad— todo lo que hace medio siglo podfan tener de limitativas y dene-
gadoras. (La realidad para el hombre de hoy no se parece en nada a la
realidad de hace cincuenta afios.| Entonces realidad significaba aparien-
cia exterior del mundo y de las cosas. La realidad era unidimensional. La
realidad ademés significaba, eviden ‘én: dos y dos son
los socavadores de
esta realidad. Un Dostoyevski, un Nietzsche. [La realidad hoy ha cambia-
do completamente de signo_] La realidad es hoy multilateral. Se desarro-
lla en profundidades insospechadas. No es ya la cara de las cosas, es lo
mismo la cara que el revés. La realidad de un objeto se ve hoy, es cierto,
cen su supei sudrifa en su composicién quimica. Y
la més poderosa reserva de fantasia y de imaginacion
realidad. Ninguno de los recursos de fantasfa que em-
de parangonarse con lo que hoy nos da el mundo verdadero. El mundo
de hoy ha realizado y ha superado todo lo que los visionarios y fantas-
magéricos sofaban hace dos sigios. [Van por los aires, por encima de
nuestras cabezas, avisos y Srdenes formidables, signos seguros de bien 0
de mal muchos més que los pajaros agoreros de la Edad Media. La magi-
ca alfombra voladora de Las mil y wna noches ha sido superada en veloci-
dad por un fokker de combate. Hoy se puede ver en Madrid en una tela
banca lo que estaba pasando hace dos dias en Berlin. Y] ningin mons-
truo de novelas caballerescas iguala en extrafieza, en poderio, en tremen-
da novedad, a una maquina segadora que avanza batiendo sus brazos de
sierra como un personaje del Greco™®. Vivimos hoy sumergidos en una
red maravillosa de misterios novelescos, de monstruos normales, de pro-
[La realidad no es tampoco aquella realidad de los siglos pasados. El
mundo exterior no es hoy la naturaleza, la selva, las ruinas, el ancho es-
pacio del mar. Este es el mundo de erescién divina. Lo que més impre-
Ensavos LITERARIOS ~ CONFERENCIAS, PROLOGOS ¥ ARTICULOS 393
sna y agobia en nuestros dias es el mundo producido por el homo faber,
tlimundo de lo inventado, La cudad hoy es una condensadora de poesia,
Flay una poesia de la ciudad en estado probablemente atin més potencial
fh actual que espera agazapada y poderosa el momento de dar su gran
Fito. De aqui el sefiorio sobre los espiitus de la divinidad nueva, la mé-
Guna. La maquina se admira primero —futuristas— por su movimiento,
Jor su valor dindmico. Es bella porque progresa en el espacio, porque crea
Jelocidad, locomotora 0 automévil. Pero hoy se admira por razones es-
titieas. Se le admira en su perfecciOn anat6mica, en el equilibrio de sus
partes, en la economia de sus fuerzas, En suma, por ser una obra bella y
Eompleta donde no falta nada de lo necesario y en que se eliminé todo lo
superfiuo, Véase cémo ha cambiado de forma una locomotora en los tl
mos treinta ais.
inmensas presiones dejen de actuar agobiadoramente sobre la poesia de
hoy. No se puede volver la cara a la realidad, esconderse como Garcilaso
o fray Luis.
femos que todas las con-
sideraciones generales recién hechas tienen un eco, una expresién en la
poesia moderna.)
femos que la poesia de hoy no se vuelve hacia el pasado, No tiene
una Croca'y una Roma como el Renacimientoo una Edad Media como
Jo romentico. Falta por completo ese anhelo de
no, es poesia del presente, profundo dia de hi
Flay ya una aceptacion a veces entusiasta de la vida exterior que nos
a Vhitman en su magnifico saludo al mundo lar
el inventario, la gran revista de todo lo que hay bajo los cielos.
‘Tras él la poesta de hoy se arroja ciegamente por el camino de la vida ex
terior, Hay una poesia de los viajes, de los bancos, del ferrocarril del tor
pedero. Hay una poesia del deporte conspirando toda ella hacia una exal-
facién de la belleza que se nos ofrece de ojos afuera y no de ojos ade:
‘octeau dice que por qué no pueden ser objetos mater
na bran un rater elementos de una Sagrada Fa
ina Sagrada Familia no tiene que ser necesariamente ur
‘puede ser una pipa, una botella, una baraja, una
[Parece que el divorcio, la hostilidad de'los dos mundos, el p
real cesa, Fero no hay que fiarse de las aparientias: se alzan ya gritos des-
tsperados contra este cesarismo de lo real. La poesia pura se define con-
tired racionalismo y contra el realismo. Defiende la existencia de una rea-
lidad misteriosa y no real. Los creacionistas niegan la realidad elemental,394
‘Osnas COMPLETAS DE PEDRO SALINAS ~ ENswvos
yeel dadaismo en una contorsién tragi
Gial del vacio cuando dice: «Dada no quiere nada, no pide nada. Solo se
mueve y gesticula para que el publico diga: nosotros no comprendemos
nada, nada, nadaw"™, El superrealismo afirma su fe
de formas de asociacién solo vigentes en el suefo.
ica escribe su proclamacién ofi-
considerar como un fendmeno de
listas son hoy
He aqui por qué me parece que podemos
entre mundo postico y mundo real son hoy més
fueron. La realidad maravil
itmar que las relaciones
Iemiéticas que nunca lo
le, cargada de elementos posticos,
su mundo real en ese espacio en
jempre otro mundo, el mundo suyo, el poético.
tos momentos la fuerza de poesia latente en cual-
hecho vulgar y consuetudinario: apuntar en la pizarra de un banco,
torcida en el capé de un au-
308 litera
punto que por un instante se e
i esto tiene algo de brujeria. ¢
de hoy? {Ser el mundo pos
de hoy? :Seré la realidad embrujadora la poesia? La pe
uede fiarse nunca de las brujas: se la comerian al cabo.)
Asi que mucho cuidado. Los astrénomos anuncian de cuando en
cuando que dos planetas, que dos mundos estelares de esos que andan.
por el espacio se van a aproximar mas que nunca y que podemos asistir a
‘esa aproximacién tal dia y en tal fech
grandeza del mun
el poeta ande por
tranvfas, con su céd
no hay que hacerse ilusiones: aunque
tes, en las imperiales de los
es siempre un pasajero, esté
de paso. Y en cuanto se ape fada un momento se veré que ya no
estd a nuestro lado, que fa 0 los éngeles lo arrebataron a su dest
no, a su orbita, a girar en el mundo distinto, a estar en las nubes.
DOS ENTREVISTAS Y UNA LECTURA,
[EN Pals, CUANDO LA GUERRA, JEAN CASSOU IBA COMO OYENTE.
ALA CLASE DE PEDRO SALINAS
vista hacia tris —dice Salinas al
mngo la alegria de la obra lograda».
EL PAPANATISMO Y LA REALIDAD
De PeDgO SALINAS, — PARIS: LA GUERRA. ~ EL ESFUERZ0 POETICO
Sal
~ No, sefor. Madrileio. Mucha gente cree que yo soy andaluz. ya ve
go ahora treintay siete afios. Y voy a contarle mi
0s, con datos de cédula personal. Estud
tudios de Derecho, con tendencia alo
joteca del Ateneo: lecturas. Amistad con Enrique Diez-Canedo;
fue sumamente fecunda para el conocimiento de las literaturas
fay Letras, Luego, tes afios en Pars
—jCuindo?
—En 1914
— Hombre! Cuando la guerra
“En efecto. Unos afios curosisimos. Framos como los rezagados de
uuna cosa que acababa, a cincuenta kilémetros, se
Parte, nosotros encarnabamos,
sefanza de la literatura
después de la ba ft
usted que estuciantes habria entonees en la Universiéa inte,
Seforizas. . Uno de mis oyentes era Jean Cassou. Ahi empezé mi amistad
con
iY después de Pars? aoe ees
—Regreso a Espafa para opositar a una cétedra de Lit e
cualgues Univesded. Cano lade Sevilla, Descubrimiento de Andalucia,