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Presentación

Profesor: Eulogio Javier Rodriguez

Estudiante: Cándida De oleo Quevedo

Matricula: 100648220

Materia: lengua española


La función principal del lenguaje humano es comunicar. La comunicación humana, sin
embargo, opera de maneras distintas según el tipo de mensaje que queramos trasmitir
o el tipo de comunicación que busquemos sostener con uno o varios interlocutores.
Dentro del campo de la Lingüística, Román Jakobson ha distinguido seis usos en el
lenguaje, a los que clasifica según la función que cumplen en el acto comunicativo:

1. Función apelativa o conativa


La función apelativa o conativa sucede cuando el emisor emite un mensaje del cual
espera una respuesta, acción o reacción de parte de su receptor. Puede tratarse de
una pregunta o una orden. Podemos reconocerla en nuestra vida cotidiana, así como
en la publicidad o la propaganda política.

Por ejemplo:

• Vota verde.
• ¿Hiciste la comida?
• Dime

2. Función referencial, representativa o informativa


Es aquella donde el emisor elabora mensajes relacionados con su entorno o con
objetos externos al acto comunicativo. Es el tipo de función característica de los
contextos informativos, o de los discursos científicos o divulgativos, enfocados en
transmitir conocimiento.

Por ejemplo:

• El teléfono no sirve.
• Otra vez llueve.
• El fuego es producto de una combustión.

3. Función emotiva, expresiva o sintomática


La función emotiva, expresiva o sintomática está enfocada en transmitir los
sentimientos, emociones, estados de ánimo o deseos del interlocutor.

Por ejemplo:

• ¡Qué bien me siento hoy!


• Te quiero.
• Estoy muy decepcionado

4. Función poética o estética


El lenguaje en su función poética es utilizado con fines estéticos, es decir, con especial
atención al cuidado de la forma en sí y utilizando figuras retóricas. Es el tipo de función
característico de los textos literarios. Un poema, una novela o un trabalenguas son
buenos ejemplos.

Por ejemplo:

• Un refrán popular: "El que parte y reparte se queda con la mejor parte".
• Una hipérbole: "El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil" (Mario
Vargas Llosa, La guerra del fin del mundo).
• Un cuento: "La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de
una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al
miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé
qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y
vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie
infinita" (Jorge Luis Borges, El Aleph).
.

5. Función fática o de contacto


La función fática, también llamada de contacto, es la que está enfocada en validar el
canal comunicativo entre dos interlocutores. Esta función sirve para iniciar, mantener o
finalizar una conversación.

Por ejemplo:

• Te oigo, sí.
• Claro.
• De acuerdo.
• Hasta luego.

6. Función metalingüística
La función metalingüística es la que empleamos para referirnos a la propia lengua.
Dicho de otro modo, es la función del lenguaje que se activa cuando usamos el
lenguaje para hablar del propio lenguaje. Esto puede ocurrir cuando nos explican
gramática o el significado de una palabra.

Por ejemplo:

• La palabra ‘función’ es un sustantivo femenino.


• Esto es una oración.
• "Veo" es la forma de primera persona de singular del verbo "ver".
• "Filosofía" significa 'amor por el conocimiento'.
• ¿Qué me quieres decir con eso de que "no puedes"?

Resumen

Otra vez, hablando el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo que estaba
muy preocupado por algo que quería hacer, pues, si acaso lo hiciera, muchas personas
encontrarían motivo para criticárselo; pero, si dejara de hacerlo, creía él mismo que
también se lo podrían censurar con razón.

ciertamente sé que encontraréis a muchos que podrían aconsejaros mejor que yo y,


como Dios os hizo de buen entendimiento, mi consejo no os hará mucha falta; pero,
como me lo habéis pedido, os diré lo que pienso de este asunto. Señor Conde Lucanor
-continuó Patronio-, me gustaría mucho que pensarais en la historia de lo que ocurrió a
un hombre bueno con su hijo.

Este buen hombre y su hijo eran labradores y vivían cerca de una villa. Un día de
mercado dijo el padre que irían los dos allí para comprar algunas cosas que
necesitaban, y acordaron llevar una bestia para traer la carga.

Y camino del mercado, yendo los dos a pie y la bestia sin carga alguna, se encontraron
con unos hombres que ya volvían. Cuando, después de los saludos habituales, se
separaron unos de otros, los que volvían empezaron a decir entre ellos que no les
parecían muy juiciosos ni el padre ni el hijo, pues los dos caminaban a pie mientras la
bestia iba sin peso alguno.

Al poco rato se encontraron con otros que criticaron la dureza del padre, pues él, que
estaba acostumbrado a los más duros trabajos, iba cabalgando, mientras que el joven,
que aún no estaba acostumbrado a las fatigas, iba a pie.

Entonces preguntó aquel buen hombre a su hijo qué le parecía lo que decían estos
otros, replicándole el hijo que, en su opinión, decían la verdad.

Inmediatamente el padre mandó a su hijo subir con él en la cabalgadura para que


ninguno caminase a pie.

-Hijo mío, como recordarás, cuando salimos de nuestra casa, íbamos los dos a pie y la
bestia sin carga, y tú decías que te parecía bien hacer así el camino. Pero después nos
encontramos con unos hombres que nos dijeron que aquello no tenía sentido, y te
mandé subir al animal, mientras que yo iba a pie. Y tú dijiste que eso sí estaba bien.
Después encontramos otro grupo de personas, que dijeron que esto último no estaba
bien, y por ello te mandé bajar y yo subí, y tú también pensaste que esto era lo mejor.
Como nos encontramos con otros que dijeron que aquello estaba mal, yo te mandé
subir conmigo en la bestia, y a ti te pareció que era mejor ir los dos montados.

Pero ahora estos últimos dicen que no está bien que los dos vayamos montados en
esta única bestia, y a ti también te parece verdad lo que dicen. Y como todo ha
sucedido así, quiero que me digas cómo podemos hacerlo para no ser criticados de las
gentes.

pues me pedís consejo para eso que deseáis hacer, temiendo que os critiquen por ello
y que igualmente os critiquen si no lo hacéis, yo os recomiendo que, antes de comenzarlo,
miréis el daño o provecho que os puede causar, que no os confiéis sólo a vuestro juicio y
que no os dejéis engañar por la fuerza de vuestro deseo, sino que os dejéis aconsejar por
quienes sean inteligentes, leales y capaces de guardar un secreto. Pero, si no encontráis
tal consejero, no debéis precipitaros nunca en lo que hayáis de hacer y dejad que pasen al
menos un día y una noche, si son cosas que pueden posponerse. Si seguís estas
recomendaciones en todos vuestros asuntos y después los encontráis útiles y provechosos
para vos, os aconsejo que nunca dejéis de hacerlos por miedo a las críticas de la gente.

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