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146 JUAN CARLOS PUEO ‘Suarez Coalha, Francisca (1996): “Las voces silentes de Angel Gonzalez: una revision ‘desde Ia ironia”, en Pérez Lasheras, ed. (1996), pp. 391-396, Villanueva, Tino (1988): Tres poetas de posguerra: Celaya, Gonzilez y Caballero Bonald. Londres, Tamesis. ‘Yaitiez, Maria Paz (2002): “Distancia y participacién en la poesia de Angel Gonzalez”, Cuadernos del Lazarillo, 22, pp. 60-64, LITERATURA Y HUMANISMO. AUTORRETRATO PERIODISTICO DE VICENTE RISCO: DIARIO INFORMACIONES DE MADRID M2 Angeles Rodriguez Fontela Universidade de Santiago de Compostela ‘Me atrevo a sostener que si, por diversas circunstancias, a bibliografla del autor de ‘Miteleuropa fuese s6lo ta cuarta parte de lo que nos lep6, sus innumerables ensayos bbreves en las istintas publicaciones, nos permitirian conocerlo tan por completo como To conocemos ahora (Risco, 2005: 37-38). Quien asi se manifiest es el periodista gallego Arturo Lezcano, vicepresidente de la Fundacién Vicente Risco de Allariz, en la presentacién de Uitimas palabras sobre Galicia, obra que incluye escritos olvidados del que fue uno de los agentes culturales més activos en la Galicia de la primera mitad del siglo XX. Coincido con Arturo Lezcano no sélo en las palabras que encabezan este trabajo sino en el afortunado titulo que preside la mencionada presentacién: “Vicente Risco © el ensayo periodistico”. En efecto, de las miltiples facetas que pueden dar cuenta minimamente (cfr: cente Risco. O Mestre sempre vivo, 2003) de la figura poliédriea del escritor ourensano es ésta una de las que mejor revelan su idiosinerasia como eseritor con vocacién humanistica. Leyendo a Vicente Riso en sus colaboraciones en la prensa, se tiene la sensacién de estar asistiendo a una operacién de destilacién ensayistica en la que el autor, hablando sobre los mis diversos temas, va dejando los 148, M® ANGELES RODRIGUEZ FONTELA sedimentos de su formacién, de su pensamiento y de su estilo, entendido este ciltimo término en su mas amplio sentido. Asi,elescritor objeto denuestro estudio, sometidoal ritmo de laescritura periodistica cen lo que a la disciplina de! medio comporta ~actualidad, brevedad y periodicidad, fundamentalmente-, es capaz. de sustraerse a la visién negativa que de la Prensa diaria ofrece el también ensayista del siglo XX Gregorio Maraiién en el “Monélogo primero” de “Dos monélogos sobre la prensa y la cultura” (“Ensayos liberales”) a través de la voz ficticia de un contertulio. Quizé «la meditacién es esencialmente ica» (Maran, 1946, 2009: 408), como sostiene este autor en voz delegada, peto Risco se libra de lo que pudiera atentar contra el espiritu eminentemente reflexivo que lo caracteriza, y trabaja, también en el mbito periodistico, con esa operacién de amasado y con el especifico fermento de 1a meditacién que Maraiién considera mpropios de la prensa (cfr: Marafion, op. cit.: 409), No hay ninguna sorpresa en las colaboraciones periodisticas de Risco. Esta en ellas con el mismo perfil que en toda su obra, Si acaso asistimos a una operacién de desbordamiento de pensamiento que la prensa diaria es capaz de ofrecer en pequeiias entregas y en fragmentos abiertos ‘con mas transparencia, precisamente por su formato breve, desbordamiento digresivo perfectamente asimilable a los modos ensayisticos e incluso poeticos del autor. Conoei a Vicente Risco en la Fundacién de Allariz.(Ourense) que Hleva su nombre en septiembre de 2007. Si, como dice la narradora de Matar a un ruisefior (Robert Mulligan, 1962) recordando en boca de Atticus la conocida frase proverbial, «nunca se conoce realmente a un hombre hasta que uno se ha ealzado sus zapatos y caminado con ellos», yo no llegué a conocer a Risco hasta que puse mis ojos en la huclla indicial de su pluma y de su mano. Leer paginas manuscritas, muchas de ellas con contenido autobiogrifico intimo, offece sin duda una imagen mis préxima del autor que la de sus obras impresas, més confidencial y por ello mas amistosa, “Calzarme” en los papeles que fueron un reflejo casi fotogrifico del pensamicnto, de los ojos y de las ‘manos de Vicente Risco representé una experiencia humana, inica ¢ inolvidable, Sin dduda en ella habia algo de profanacién, de acceso a tesoros y paisajes inexplorados del alma humana especialmente atractivos para un espiritu infantil, aventurero y filolégico como el mio. En medio de las emociones de ese conocimiento, Ana y Luis Martinez Risco, los amables mentores que me guiaron en aquel descubrimiento tan personal, me levaron hasta un legajo de articulos periodisticos que e! mismo Vicente Risco habia recortado de las paginas del diario en que aparecian. Los articulos recortados, algunos con fecha PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 149 ‘manuscrita, estaban pegados sobre papeles ya escritos: una operacién de reciclaje {que recordaba la de 1os antiguos palimpsestos. Y no sélo eso. El hombre ordenado, ‘metédico y concienzudo que era Vicente Risco dejé a sus futuros catalagadores un “Indice” manuscrito con los titulos de casi un centenar de es0s articulos. Se trataba de colaboraciones en el Diario Informaciones' de Madrid publicadas, segiin he tenido ‘ocasién de comprobar posteriormente en la Biblioteca Nacional de Madrid, entre enero de 1953 y enero de 19572, Ain con inexactitudes, el trabajo de autocatalogacién del propio autor constituyé un reclamo inexcusable -el tesoro escondido en la corteza del arbol de la Fundacién (los tesoros se ocultan para que se busquen y se encuentren)- para un examen critico «de.esa produccién periodistica risquiana de la posguerra y como tal lo abordé en una lectura detenida y meditativa de los articulos, a pesar de Maratén, AT hilo de lo que ya hemos dicho en las primeras lineas de este trabajo, las observaciones que se desprenden de una primera lectura de esos articulos no desmienten la imagen que oftecen las obras de Risco del propio autor. Tampoco la que ofrece el propio Risco de s{ mismo en su “Autobiografia confidencial” Me gustaria ser mas pintor que escritor, me gustan, a la vez, lo ristico y lo exético. Podria ser feliz en el campo, sofando con la lejania. Me conmieve la aldea y necesito ‘cosas de la gran ciudad. Busco la tradicién por los caminos mis nuevos, y slo me satisfaria intepretada desde mafiana. Soy, en el fondo, anticientitico (hablo de las cciencias “naurales”); pero me interesa Ia biologia, En religién soy, naturalmente, ‘ortodoxo, diria ortodoxisimo; en casi todo lo demas, heterodoxo. Me muevo con ‘bastante comadidad en la contradiccién. No me gusta vivir en esta época en que vivo; pero sino viviera en ella, tampoco pensaria asi, y me gusta pensar as, Jo cual prueba que toda desventaja es una veniaja, por lo cual mi principio es: “Todal-as cousas ‘mundo son asegiin® (Risco, 2005: 128-129. Se conserva el manuscrto en la Fundacién Vicente Risco de Allariz) Perio expat, pence I rns vesperin de Madi gue smena publics el 24 de enero de 1920 y, ms mers eis cesesyexedemes de Cee deb de tmpimine en 1993, Vivo eacesvsebactnes 2 stplaciones deta y den canbe de dincin y set ecomimues. Estas xpecaza en nace “ima ein sin mi Ve nn tl ee 8 + #97, ‘serosa os Ca Jon Clay Alvaro Conus eric nan pu ee eid pores sms ‘tox ange ecamene pprraion 2-Elee” mame Vem Rico noinye ods a arose xii pan yma, pe cash foes. Tangs cen despre repc onc as aa pe do eee man 150 Mt ANGELES RODRIGUEZ FONTELA Incluso fa imagen fotogrifica’, casi emblemitica, que acompatia al texto en los articulos de Informaciones responde perfectamente a la descripeién que da de si mismo en esa “Autobiografia confidencial Fisicamente, el maestro Eugenio d’Ors me deseribe: “una breve figura con gafas, de aie cansino y estudioso” Espiritualmente, Ramén Piftciro me clasfica: “intelectual puro”. Yo me defino: “Homo infimae latinitatis” (Risco, 2005; 128). En efecto, Vicente Risco se revela en Informaciones como un hombre voraz intelectualmente que aspira a “saber de todo". Lo exético y lo préximo, lo divine y lo humano, lo cientifico y 1o migico, lo banal y lo sublime, lo microsc6pico y lo ‘macroscépico son, entre otras parejas de contrarios, la rosa de los vientos que gira ‘oportunamente en la érbita intelectual del escritor gallego. ‘No por ello deja Risco de amasar los temas tratados en estos articulos con el especifico fermento de la meditacién tal y como requiere para la cultura mas excelsa elcontertulio ficticio de Marafién. La brevedad puede imponérsele al escritor como en Ser ites eps icy a pi Ri ue og pln oe pe SSH pt pesca crue ctieTipy e nanr me impos tens pti ops pop mrs ec came oe tn eB tpei fen con ese os rn btn Si ‘Semon Elomi pein hp dr cr orca ‘Semel nic eae” doco sees {’SSStra ele pecsmenet a son 6 te” mand Ro, no feast Simms snot 1 Alps alo on ie on en dn a otc Seima cmt eal mele, a SiGe tee mretln eer sein ecy ym roa Per re repeals np fs ig ae ie coms oral {Stony pty es ee ew a ramen etre Uns ons Neingnizeomm 08 PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 1st €l microrrelato de Augusto Monterroso*, pero no avasallar los habitos reflexivos del autor, Risco es un ensayista mis alla de sus otras vocaciones literarias y el ensayismo fn este autor se cuela por las rendijas de todas sus obras, incluidos los articulos periodisticos. Como ocurre con todo buen ensayista, la impronta personal del autor implicito’ de Vicente Risco es muy fuerte; sus dominios cognoscitivos, amplios; los temas tratados, realizados performativamente en la escritura sobre el sustrato oral de la tertulia. Y siempre son los mismos temas del escritor ~por amplio que sca su cespectro-, los mismos tonos, las mismas ideas, a veces incluso las mismas palabras. Risco se refleja a si mismo en la progresién continua de su obra con una coherencia llamativa dentro de su contradictoria personalidad. Por otra parte, y volviendo al hilo conductor de su “Autobiografia confidencial”, clensayismo de Vicente Risco convive en perfecta armonia con la vocacién pict6rica del autor, vocacién que ha Hevado a cabo en un ejercicio artistico no tan reconocido como el literario pero también encomiable y, en todo caso paralelo, al de su escritura. El vasto dominio desu dibujo se extiende desde la tradicién, a la vanguardia; del lejano Oriente intemporal,al Occidente mas arcano y medieval; desde el melanc6lico terruflo gallego, a los dioses y héroes de la India; desde el minucioso trabajo etnogritico, aarqueol6gico y folelrico de Galicia, a tos grandes trazos de Ia caricatura que revelan los mas variados tonos humoristicos del autor, como ocurre en la escritura. El dibujo y la pintura también es humanista en Risco (cfr. Risco, 2006). 5 Of: Augusto Montes, “La Wrevedh en Cunt, Fibula y Lo dems lento, Madi, Alger, 1996 ‘Lo ioe ue el esr de revehdes nada anela sco el mundo gue cei intrmisblemente lane ‘exo, largo texts engl imasiacn no tenga qu ajar, en qu eos, ins, anne hombre se ‘ate, basen osha, van, copvvan, se amen © dames Memento sangre in scion ps ye past, ‘Nee mi reo estan me ha sido puesto por algo mas fre que 0, que espe y geo isco es un escrito at que gustaria hablar y esrb teinablemente 4 post de Jo que die ene clo ue “mentamos (oft «De play po escrito he ico muchas seam, ety apes eet quel gue yo bate ‘quero er se el bombre qi ts spies co Espa orl meno, ober srt i palabs de ingina aera ‘Seti, lari, nisin Weies. Arico 72 et Indice” manna). Lan coweson yf eile, ‘Sc hast sgicatvos a respetoy ellos yolveremos ene meus det tj. Ehamanismo de Rice estrpeto en su dimensi fx, pero centfo ens oeatcin dialog 6 Enndemx pr “autor implicit -conceptoYonado el Mio de Wayne C: Both, Rho of Fistion. 1965s ‘ster euncitiva que serefej en In extra eo pri astancia yee cor enigra meramente haces ‘espotable de a eleci del toma, de in src, del esto y de a ieologin de ob. NO eee at Conversa ue gene el conc art de mupuet oped de once y de bid von go foe fermuldo eo Both, Sinsihemos cn a rascesenci que esa categoria ene en nd ob de Riso bin en fo culos ue comentamos Elo expla que gars un us ecient dl concept ded exe moment ast alc ue lo cstudiaremos ms detesiamerte x pop del concept eit de eth apical a peroismo. 152 M ANGELES RODRIGUEZ FONTELA Autorretratos El perfil del dibujante y_ pintor Vicente Riseo se recorta en los articulos que comentamos como en toda su escritura. Sorprende que esta faceta supere en muchos de es0s articulos al punto de partida narrativo anecdético que suele ser el modo natural de iniciar la reflexin ensayistica (cf: «Era una tarde de esas en que [...}», en “La leccién de la tarde” [6]; «Era un mercader que poseia grandes riquezas [...}>. en “Los huesos de dtl” [7}; «Era una joven estudiante ...]9, en “Saber de todo"(72)) y ‘més en un autor procedente de una cultura oral como la gallega, cultivado en habitos dialécticos de tertulia (eft «Habiamos estado discutiendo, sin demasiada pasiin, en ‘una tertulia (...}», en “Blanco y rojo” [26)) ‘Asi ocurre, por ejemplo, en “Los cafés” [3], que comienza con la mirada de Risco convertida en cmara ~«Hay dos cafés, uno al lado del otro, puerta con puerta», sigue con una pequefia explicacién de indole narrativa ~«En esta ciudad hhubo siempre una extraordinaria aficién a las “artistas”, que antes se Ilamaban “cupletistas"»— y vuelve a la cémara y al pincel para ofrecernos el entramado fino del espacio y de los objetos: «El café tiene una decoracién marina estilizada. Los alzaderos para los abrigos estan sostenidos por anclas; en los paneles, ya destucidos por el humo, se destacan balandros de cristal esmerilado, iluminados por dentro [> Naturalmente esto s6lo es un ejemplo del dominio visual de Risco en su cescritura y, en particular, en los articulos que comentamos. En la tipologia diseursiva de tales articulos, destaca, pues, como estela de la vocacién pictérica del autor, la ddescripcién en sus diversas variantes: la topografia rural y urbana; la cronografia (son varios los articulos que versan sobre periodos temporales como las partes del dia 0 las estaciones); la pragmatografia de objetos, especialmente los que procuran PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 153, los avances teenol6gicos (cfr: “Los carros, los aviones, los cables” [84]); y, en ‘menor medida, los retratos (cfr “Las nifitas por Ia calle” [93])’y las éefrasis (oft “Las estatuas y los fantasmas” (92) No pensemos por ello, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en un medio Periodistico, que tales deseripciones estin regidas por un sentido de fidelidad a la realidad a la actualidad. La proyeccién ensayistica y poética de los articulos adelgaza los trazos pictoricos de la escritura de Risco en las més variadas inflexiones tonales ~melancélicas, elegfacas, apocalipticas, tiemas, ensofiadoras, irénicas, satricas, Jhumoristicas, etc.- y en las més profundas calas histéricas y culturales de la época, literarias y artistica, filosédficas, cientificas, etnogréficas, foleléricas, religiosas, migicas y miticas en las que se manifiesta el “saber de todo” del autor. Como en. sus dibujos, los trazos descriptivos de la escritura pueden ser sugerentes 0 descender al detalle, En todo caso, se advierte en ellos la fuerte impronta del autor implicito, categoria enunciativa dominante en toda la literatura de Risco sobre la que volveremos. Es esta categoria, producto de la abstraccién del lector sobre recurrentes temas 0 recursos de composicién y elocucién, la que nos permite visualizar el autorretrato del autor en su obra. Hay articulos de Informaciones donde 1a descripcién de Vicente Risco es necesariamente mis fotogrifica que pictérica. Se trata de aquellos articulos en los que luna mirada aérea planea sobre diversas ciudades en un examen urbanistico al que el autor es aficionado. En “Una visita a Teixeira de Pascoaes” [1] (el escritor luso que tendra una presencia destacada en los circulos intelectuales y artisticos gallegos de la segunda década del siglo XX —cfr: Busto Abella, 1998; 113-152), Risco sobrevuela Oporto con imagenes cubistas: Estuye ura vez veinte dias en Oporto. Es una ciudad que me encanta, en primer lugar, Por su estructura extrafla, que salié cubista sn que nadie pudiera evitarlo, Encuentro cl cubismo disparatado, por intelectual y por geomeétrico; pero me parece maravilloso para una estructura urbana: las casas montan unas encima de otras, las calles toman, direeciones inesperadas, la perspectiva se pierde en el ensueflo, es una ciudad digna de Jos cuentos de lord Dunsany. 7 Hay, sin cobrg, wat, “Tips y nombres” 50), donde se anllzan los reo fogs de figs ‘onfemporinas com ef Pant Nehru 6 autres Inari como Faller Gide Alia y Gomes dea Ser. EL fundamento del ans qo ev abo cau en cos rao e na Togo inte gu wo et eos de dot ‘encis prima a Riso rr profs y por devocio: a pacalogay bsg No chante, sane st arb te "rato toss palabra a nteypetar las fs seven depo de artis, daca unos rsp a expense eo "in ieala,humer y tacts en ain cas. En ee sentido eta iterpeacio e ambient crescn lia ‘esl ura cacti 154 ANGELES RODRIGUEZ FONTELA Una reflexién monogrifica sobre la estructura urbanistica de la ciudades es el articulo “Planos de ciudades” [34], que parte de la noticia recogida en Informaciones «Le Corbusier y su gran obra: Chandigash». En este articulo, preocupado por la conservacién del espiritu urbano de la India, Risco analiza y estudia simbdlicamente Jos planos de distintas ciudades Roma, las ciudades chinas (particularmente la ciudad prohibida de Cambaluc), Babilonia, Zimbabwe (la Gran Zimbabue: “casas de piedra”), Mosca las ciudades de Espafia y la India. La fotografia es para Riseo aqui un instrumento casi arqueolégico buscando raices primigenias, identidades y esencias urbanas: «Las fotografias y vistas aéreas nos pueden ayudar mucho a descubrir los, planos primitivos de las ciudades»*. ‘Oscilando entre lo macrosc6pico y lo microscépico, la mirada fotografica de Risco, -vadel studium al punctum barthesiano (Barthes, 1980, 1989: 52-100). Enefecto,el autor de estos articulos nos ofrece a través de sus descripciones una panorémica informativa ‘casi fotogrifica sobre cémo vestian las gentes de los afos cincuenta, qué fumaban, qué idiomas extranjeros aprendian y c6mo los aprendian, cdmo era la vida en las ciudades yen el campo en sus diferentes estaciones, qué climatologia dominaba en estas por ‘aquellos afos, qué expresiones eran las mis usadas y a qué respondian, cules eran los acontecimientos culturales de entonces, quiénes morian y qué estela dejaban, ebmo se mponian los nuevos descubrimientos técnicos, qué corrientes filoséficas dominaban, etc, Los articulos de Risco en Informaciones son como un ilbum fotogrifico que acta ‘a modo de documento histérico, bien es cierto que regido por la imaginativa lente del autor, pues Risco no se atiene a la fidelidad objetiva de la instanténea. El autor-cémara busca la esencia del objeto en la foto, a pesar de Barthes”. Asi, desde las nubes oscuras de unos dias de lluvia, Risco es capaz de Hlevarnos en transporte literario hasta las ‘mismas puertas de la “"Nefelosofia” ut6pica: {Site a erat whic ade ao“ la Alico [94 caso silt gales an ‘icon un cr cmguc a ns ene deren cr ands in ia "Sipoo daa, lanes de generac mati erase en map cava, 1 rete Netens one pe alas tee eu neal Sis et eal gic apres Se Me Epon deen plain cum prc, ev eons ender ws fr Eat Trob pce mtg peal lx coon pads xe wan ep wasn imaged Rico SS tae sadn ge Rolnd Bares cps eat chambclae st n fs, vind nkes ho Beste Gh bar 198 59) wens pect en fone phn at, eg See Benne ve wat ge ca me Sens qe tn asin, me ps Dano. mess) St: bgcolor asada pola cote (198, 19892 yo pe por unt, ana a CASE Se tpi cl smo Bares (98,9813) ecooce qa Fotop de iver e ae ‘Succi maie con permet cc esi pr a wpcanene cen mp del ae ino tines Rodigae Fol 2000547) PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 155 [L.-J tanto Maurice Bedel como Ramén Gémez de la Sema, no han hecho més que atenerse al aspecto exterior, a Ia forma aparente de las nubes, aguella que las hace parecer caballos, gindolas, montaas, defines, castillos o dguilas; pero no han aleanzado su forma intema, ni desde arriba, ni desde abajo. Puede que hayan esbozado cada uno ‘su “Nefelografia” propia; pero la “Nefelosofia” queda inédita, para quien tenga el valor de acometerla (“Las nubes” (10). Ningiin fotdgrafo puede sustraerse al uso particular de su cdmara, a los temas preferidos, a los habituales enfoques, a las distorsiones imaginativas. La mirada de Risco, menos. Su tendencia ensoftadora, el vasio campo de conocimientos de que dda muestra, el medio ensayistico del articulo periodistico, todo confluye para que la actualidad sea sélo un pretexto para una navegacién al infinito en que el objeto descrito adquiere dimensiones trascendentales, migicas e incluso miticas, Los “planos de las ciudades” no interesan por su esquematismo y significacién objetiva, sino por responder a una sinbologia primitiva, a un pantéculo, que no conviene alterar con huevos proyectos arquitecténicos. Las nubes tampoco interesan por su funcionalidad, ni siquiera por las virtudes analégicas que visualizan paisajes y rostros en la imaginacién humana. A Risco le importa el misterio indescifrado de su cédigo mas areano, ese que s6lo una disciplina como la “"Nefelosofia” utdpica puede descubrir: Ja ciencia imposible del ser iinico -del que habla Barthes en La chambre claire-, este ser tinieo que se esconde en la pura contingencia de una pertinaz lluvia primaveral («Llevamos ya muchos dias bajo nubes oscuras, tempestuosas, pastoreados por un viento ingrato» [10), Asi pues, el studium fotogrifico de estos articulos esté fundamentado, en primer lugar, en la actualidad de que se nutre la prensa; en segundo lugar, en la capacidad pictorica, muchas veces fotogrifica, del autor, Ya hemos visto la visién macrosc6pica de la camara de Risco desde el cielo y desde la tierra; no es ajena tampoco a su visién fotogrifica esa tendencia al puntillismo que es propia de este autor en el andlisis detallado de Ia realidad tanto en la escritura como la pintura. Es explicable entonces ue el punctum de que habla Barthes, ese pequefio corte, esa pequefia mancha, ese agujerito que nos punza (vid. nota 9) esté ya en la retina Risco antes de pasar a la cscritura, Inicialmente encontramos ese punctum en la seleccién de la anéedota, de Ja noticia, de la visién contingente de que parten los articulos, punctum propiamente periodistico que esti reflejado ya en los titulos. Lo hallamos también en las «palabras epidémicas» (“Palabras epidémicas” (4]) como «impacto» y «climan, que hoy ya no sentimos como “impactantes”; esta en alguna «nota del crudo invierno», como los sabaflones en las orejas (“Notas del crudo inviemo” [S); en el hueso del dati que 156 ANGELES RODRIGUEZ FONTELA cs capaz de matar a un «Djinn» (“Los huesos de datil” (7); en el buche y barriga de gallinas y conejos que palpan los compradores (“La feria” (15}); en la colilla insignificante de un pitillo de tabaco rubio (“El tabaco rubio” [21])... en el saltito {que de vez en cuando dan las nifitas por la calle (“Las nifitas por la calle” [93]) © cen «unas caperuzas inverosimiles, que a veces son de redecilla blanca, y otras veces tienen un agujero para que la cola de caballo salga por alli» (“Las nifitas por la calle [93]). Ninguna mancha, ningin agujrito, ningén punto escapa a la mirada del autor ‘mplicito, esa cémara que registra ain con dificultosa visién: «Lleva algunas cosas rnegras, que mi vista no me permite percibir claramente, como tampoco las facciones de la cantante, que supongo hermosas, y asi las veo en mi imaginaciém» (“Los cafés" BD. Al final, para Risco, a pesar del seftuelo que marca una aparente deseripeién objetiva, se impone més la proyeccién imaginativa del autor implicito en la realidad observada que la impronta de la realidad en una eimara inocente auxiliada por pluma transparente. No importa distinguir con precisién esas “cosas negras” que lleva Ia cantante, ni sus facciones, que el autor implicito supone hermos ‘Es mejor asi, incluso mejor que si lo fueran de verdad, porque es mejor ver lo {que se quiere ver que lo que se ve» (“Los cafés” [3]). El medio periodistico y su servicio a la transparencia informativa de la actualidad no pueden con la arrolladora personalidad del autor, Risco se recrea ~en los dos sentidos de este verbo creando ‘un mundo que supera la realidad actual de los cincuenta; se autorretrata desde el retrato de su entorno y de su tiempo. No pensemos por ello que se sacrifica con esta presencia arrolladora de la personalidad del autor el studium fotografico ~Risco es también un historiador-, ni el punctum que le punza y nos punza ~cl articulista es eseritor y el punctum responde a la funcién poética que desautomatiza la realidad ‘mis banal e imperceptible". ‘Analizando el trabajo periodistico de Ia iiltima etapa de Vicente Risco en revistas como Misién (1937-1947) y en periddicos como La Regién de Ourense (1937-1963), - Njando Lipet Outro (2003: 128-129, examinand a facet prod de Rico, vor ete modo las ots ‘be cbvcrariia de Rico: uAlen dh wa gan bers amplosediversoscocemeos as meri mais dispar, thas made de cr wan commicador,chogando alge lector por ml mel que fs 0s calecrmenios do Teesrdasu aig, Ato temas as Cmplicados rata con exquna sintlea een perder o gp qué el mexno ‘Sti Tian unis gran idee nant, sendo capa defer godes os temas qe x rzeipo seman Ivins ‘Sigmccae Enno lon wast qe vera as grandes doe de observa, 2 wa croiade pas cuss mis {alpaca Tmbre gue nu redncton habla un elses gue fncionaa ma taanos ab ws, «don Vien Ft reer yc nmoralzla co ernelsimo rtign“E colar de as hors” na seri ihr de lar horas, Dende etn, 0 lao Sifoeoremcunny, Ess desde obsracn de Rico yl ablidd de autor pra dots op objeto is haaes AIEIGR runcaden mocho que ver on su ada fotogrinycon wa aula ftogrta par eel eer ds ‘uae sincelny (RodkiguezFntl, 204; S40), PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 187 Olivia Rodriguez: Gonzalez (2001: 172) advierte que el autor sigue fil” al estilo dorsiano de articulo-glosa, formato ensayistico que Risco practicé desde su iniciacion como escritor en £I Mino de Ourense, Sabemos de Ia admiracién del ourensano por el eseritor catalin Eugeni d’Ors, a quien cita como referencia y autoridad en alguno de los articulos que estudiamos (cfr “Teoria del veranco” [27]; “Los cultos angliparlantes” [56]; “Del tacto, la filosofiay el arte” [65]) y a quien considera amigo yy maestro” (“En el final del verano” [17). Pero D’Ors no es el tinico autor que ejerce ‘magisterio en el escritor gallego, Sin desplegar la némina amplia de ensayistas de la época, Olivia Rodriguez Gonzalez (2001: 227) recuerda el nombre de otro maestro catalan, Joan Maragall, a quien el propio Risco considera més préximo en el fondo. No ereemos que sea pertinente en este trabajo entrar en magisterios puntuales a propSsn del modo qu sige el autor en sus colaboracionesperioistes. Rise, como escritor, es sobre todo un ensayista; el ensayo tiene un medio de especi difusién en el periodismo', y el periodismo favorece en la fragmentacién temporal que le caracteriza la fragmentacién abierta del discurso ensayistico. No podremos atordar aqui la enorme complejidad teérica del ensayo", ni mucho menos las interacciones que presenta con el periodismo, pero si creemos relevante, tratandose de colaboraciones de Risco con la prensa, subrayar su caricter subjetivo, Sorprende, en este sentido, que un autor tan enemigo de la Iustracién y del progreso ‘como es Risco, haya yenido a canalizar su pensamiento en un género nacido en la aaa ee Se ates Sate eer a eee el See apraneais oee eae ere ee eects ee eg er ee gare eee Se ‘oie neces a Uae arte coe ee ee eee es Se eet Sica aici Bee mesa rce eee eee en eee eno eae cramean areca ee Ceara totem en “nejor concuerda con it actual estado de espintun. ny Sapunabeskitrecoos eae ease aime ee Sea reorder een: euclidean ek lames poor ao ee eee eee ee eee ee eee emer reset eens omen eerie Bo ype oa oe aed Sateen cal eta enreee eeee Iistiico que ta cl sombre del tlo de fa obra de Montaigne, Essai, Paral comsideraion de estan diferenciay, 200 SS raat an cena ae ae 158 M* ANGELES RODRIGUEZ FONTELA Modernidad precisamente como eclosién del yo en la escritura —muestra, sin duda, tuna vez més, de la personalidad contradictoria del Risco. Lo que distingue al ensayo del tratado, como lo que distingue a la autobiografia modema de las Confesiones agustinianas, es precisamente esa centralidad del yo y su potenciacién en la escritura con un nuevo régimen de libertad en la expresién literaria, Asi tanto en la autobiografia como en el ensayo, el yo ejerce una poderosa fuerza centripeta como categoria enunciativa dominante, al mismo tiempo que sus fuerzas centrfugas rompen con cualquier modelo o paradigma que pueda actuar como plantlla de género. El-cardeter fragmentario, el discurso en meandros, en definitiva, la ausencia de un esquema estructural fijo en el ensayo es una manifestacién mis de esa autarquia literariadel.yo modemo. {Qué separa, pues, Ia awtobiografia'® del ensayo? Fundamentalmente el modo discursivo dominante. En el primer caso, la autobiografia esté regida por el hilo narrativo de a dentidad histérica del yo; enel ensayo, en cambio, el discurso dominante ¢s el explicativo-argumentativo (cfr: Arenas Cruz, 1997, y Arturo Casas, 1999), Ello no impide que autobiografia y ensayo se crucen y se solapen en la escritura” y que el lector pueda reconstruir con la ayuda de un modelo narrativo los fragmentos del yo dispersos en el discurso fragmentario del ensayo. Es asi como descubrimos el yo de Risco en el collage de los articulos periodisticos, un yo que no sélo sostiene y suscribe el pensamiento sobre el tema tratado sino que tambien se autoexplicita con referencias Puntuales que legan a lo mas intimo de la subjetividad (ofr a modo de ejemplo, especialmente, “Divagacién surrealista” [33]; “Sensaciones de un paseante solitario” [85]; "Las niitas por Ia calle” (93)"). A pesar de la abundancia de referencias explicitas al yo, la persona gramatical dominante en los ensayos es la primera del plural. El uso de “nosotros” reafirma, en mcbopaa do de sone {tscpve dee stn eke ens icons ceed enp-etaprnaiad ana Noinpor vcctor nsf posers dime mas ste. Tr Anti Cacao 9 vr Hee ato 990 21) codes ico a bapa smo wm er tke emayiic degen bj. {8 Of,praamntsy um efi, par Eso puede incr wa xpi repos or pure como den shoe, que ext on mean sara eo sonst mens Dragan sues Bay eam qu nein ods secon per Yo, ue ren deserts eae Heal pwr den cade ar secon} Camano wy reise abo me ve pase pina poe {reins elem eel pis ell} Somacnc en pean saa (endef deo icon soy cont mas hth) to gus arundel man earn indo eprops Set ‘Sn deue ma mma ede in main, Como 900 as tego J Gs a tas vcs ee a Spar anurans por a pero nc encour ate oe me lavender Las aes pra call” 93). PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 159 {odo caso, la presencia del yo diluyéndolo en una generalidad que parece responder en Primera instancia a la maximalizacion del pensamiento individual, Confirmaria esta hipétesis explicativa el didactismo del pensamiento expuesto, nada ajeno, por otra parte, a la funcién pedagégica de Risco en su vida ordinaria. ‘Sin embargo, esta hipdtesis no excluye otra més arraigada en los habitos discursivos del autor. A nuestro entender, la presencia dominante del “nosotros” en todas sus variantes morfolégicas implica, en primer lugar, una referencia a la comunidad histériea de la época que comparte noticias, descubrimientos, vivencias comunes. Pero no nos engaftemos. Esta aparente solidaridad enunciativa con los lectores, con su evidente funcién persuasiva, no oculta la semilla de Ia polémica, Como veremos, ‘explicitamente representado en los articulos incluso, Risco parte de conversaciones, 4de discusiones consigo mismo y con los demis, y este contexto discursivo agénico se traslada de un modo natural al lector. Y es aqui donde el articulo periodistico ‘ransparenta, con especial diafanidad en Risco, el caricter dialégico del ensayo. Es asi, con estas notas, como el discurso ensayistico de los articulos de Risco que examinamos hace patente de un modo notable la escritura del yo de Montaigne (Pozuelo Yvancos, 2005: 186), esa Tensidn del Discurso desde el Autor que hace que los acontecimientos, las vivencias de que se habla sigan vivos para nosotros (Pozuelo ‘Yvancos, 2005: 187). El autorretrato periodistico de Risco, surgido del discurso desde el autor, ¢s sobre todo una etopeya de profunda humanidad que, no obstante su evidente base artistica y por ello ficcional, valida también humanamente para los lectores contemporineos con el presente del discurso esa crénica de una época —el ‘comienzo de los cincuenta~ que trazan a retazos los articulos examinados. Ademés del acusado cardcter autobiogréfico del discurso ensayistico de V. Risco enestos articulos yen linea con él, hay otros rasgos que asimilan estas coluboraciones en Informaciones al ensayo. Ya Montaigne, en el capitulo L del libro I de sus Ensayos, ‘manifiesta el modelo de libertad que regiré el género que él inaugur ‘Tomo al arar el primer tema que se me presenta. Todos me son igualmente buenos. YY jamis pretendo tratarlos por entero. Pues de nada puedo ver el todo. Aquéllos que ‘promecten mostrimosto, no lo hacen. De cien partes orostros que eada cosa tiene, tomo tuno de ellos, ya solo para lamerlo, ya para rozarlo, ya para pellizearlo hasta el hues, Peneiro en él, no con amplitud sino con la mayor profundidad que puedo. Y a menudo {gusto de cogerlo desde algiin punto de vista inusitado [..}. Todo acto nos descubre, La ‘misma alma de César que se muestra al odenary dirigir la batalla de Farsalia, muésirase también al onganizar las empresas amorosas del ocio (Montaigne, 1$80, 1996: 371). 160 ANGELES RODRIGUEZ FONTELA Las palabras de Montaigne reflejan perfectamente los modos ensayisticos de V. Risco en los articulos que estudiamos: la amplitud de conocimientos del autor le permite, en efecto, tratar cualquier tema, rozéndolo, profundizando en él, escogiendo cualquier via para abordarlo. En estos procesos, en la seleccin del tema, en el camino clegido para tratarlo y en los modos practicados para acercarlo al lector, Risco, como punta Montaigne, se descubre a si mismo. Hemos observado cémo el ensayo, practicado y teorizado por Montaigne, se asimila al ejercicio periodistico de V. Risco con gran diafanidad, especialmente como cscritura del yo. La figura del autor que vertebra y encama el discurso se constituye asi en un poderoso aval de Ia 860 periodistica, en primera fuerza persuasiva, en ethos retérico. En efeeto, el_yo que se construye performativamente al mismo tiempo que ‘rea discurso, el yo que se autoconoce al mismo tiempo que conoce, domina el 26705, Como ya seh aad of Béatice gt, 2002: 135-185 el “pense dium” de inca medial ‘st ya presente en fos Fs de Monaghe. El sasraodsptatvo en Rc et estos acl x una procs Se ‘simchnaf enay, a a xia el oa east ya atdogmatisno. 166 M* ANGELES RODRIGUEZ FONTELA GARCIA BERRIO, Antonio, y Javier HUERTA CALVO (1992): Los géneros literarios: sistema e historia. Una introduccién. Madrid, Catedra. LOPEZ HIDALGO, Antonio (2002): “El ensayo periodistico”, en Estudios sobre el ‘mensaje periodistico, vol. 8, pp. 293-306. LOPEZ PAN, Fernando (1995): 70 columnistas de la prensa espaiola. Pamplona, Eunsa, — (1996): La columna periodistica. Teoria y précica. El caso de “Hilo Directo”. Pamplona, Eunsa, LOPEZ OUTERINO, Alejandro (2003): “O xomalista”, en AA. VV., Micente Risco. O ‘mestre sempre vivo, A Coruita, La Vor de Galicia, pp. 127-128. MARANON, Gregorio (1946): “Ensayos liberales”, en Jordi Gracia y Domingo Rédenas, ds, El ensayo espaiiol. Siglo XX, Barcelona, Critica, 2008, pp. 407-411 MOLINA, César Antonio (1984): La revista «Alfar» y la prensa literaria de su época (1920-1930). La Coruna, Ediciones Nos. MIGUEL, Pedro de (2004): Articulismo espaftol contemporineo. Una antologia. Madrid, Marenostrum, MONTAIGNE, Michel de (1580): Ensayos . Ed. y trad. de Dolores Picazo y Almudena Montojo, Madrid, Cétedra, 3° ed., 1996. 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Elementos de critica literaria, Vigo, Xerais, pp. 533-568 PENSAMIENTO LITERARIO ESPANOL DEL SIGLO XX, 3 167 ‘SOBRINO, Iria (2004): “O ensaio”, en Arturo Casas, coord., Elementos de eritica literaria. Vigo, Xerais, pp. 471-490. Relacién de articulos de Vicente Risco publicados en el diario Informaciones de Madrid y mencionados en este trabajo: (Mantenemos entre corchetes el niimero del articulo que figura en el “indice” manuscrito de Risco) "Una visita a Teixeira de Pascoaes” [1]: 21 de enero de 1953, ‘Los cafés 3] 10 de febrero de 1954. Fecha manuscrita en “inc ‘Palabras epidémic: de V. Risco. ” [4]: 20 de enero de 1954, Fecha manuscrita en “indice” de V. "Notas del erudo invierno” [5]: 26 de enero de 1954, Fecha manuserita en “indice” de V. Risco. ~“La leccién de la tarde” [6]: 29 de abril de 1954, Fecha manuscrita en “indice” de V.Risco “Los huesos de datil” [7]: 25 de mayo de 1954, Fecha manuscrita en “Indice” de V. Risco. "De lo que se habla en los cafés” [9]: 23 de marzo de 1954, Fecha manuserita en “indice” de V. Risco. Las nubes” [10]: 21 de junio de 1954. Fecha manuscrita en “indice” de V. Riseo, ~“Hablaré de los viejos” [13]: No figura la fecha ni en el “indice” de V. Risco ni en lt copia en microfilm de la Biblioteca Nacional. Pendiente de comprobacién. "La feria” [15]: 23 de agosto de 1954. ~“En el final del verano” [17]. No figura la fecha ni en el “indice” de V. Risco ai en la ‘copia en microfilm de la Biblioteca Nacional. Pendiente de comprobacign. ~"Sobre el idioma inglés” [20]: 13 de marzo de 1953. ~“El tabaco rubio [21]: 22 de mayo de 1953. -"E1 Ramayana y el alma heroica” (22]: 17 de abril de 1953. "Sobre la decadencia del didlogo” [23]: 14 de marzo de 1953. 168 M* ANGELES RODRIGUEZ FONTELA ~*Sobre la anéedota” [24]: 12 de junio de 1953. “Blanco y rojo” (26): 15 de julio de 1953. “Teoria del veraneo” [27]: 14 de septiembre de 1953. ~“Hablemos de las brujas” [31]: 17 de junio de 1953. "Lo social y lo abstracto” [32]: 21 de octubre de 1953. ~“Divagacién surrealista” [33]: 29 de octubre de 1953. ~“Planos de ciudades” [34]: 17 de noviembre de 1953, ~"Para la teoria del héroe [41]: 8 de enero de 1995. ~'Tipos y nombres” [50]: 17 de marzo de 1955. ‘Los cultos angliparlantes” [56]: 21 de octubre de 1955. "Las estatuas y los fantasmas” [57] y [92]: 14 de octubre de 1955. "Del tacto, la filosofia y el arte” [65]: 24 de febrero de 1956, ““Las vacas de Patiala” [67]: 13 de febrero de 1956. ~“El pescador de catia” [71]: 26 de mayo de 1956, “Saber de todo” [72]: 18 de junio de 1956. ~*Petréleo en el Sahara’ [73]: 25 de abril de 1956, “Los carros, los aviones, los cables” [84]: 10 de septiembre de 1956. ~"El miedo de los nifios y los grandes” [87]: 27 de septiembre de 1956. ~“Las niftas por la calle” [93]: 10 de mayo de 1956. ~*La villa de Alarico” [94]: 24 de mayo de 1956. Los titulos de los libros” [97]: Fecha pendiente de comprobacién. LUIS RIAZA: ESCRIBIR LA MUERTE DEL TEATRO Pedro Ruiz Pérez Universidad de Cérdoba Una llamada “normalizacién” fue reclamada ética y estéticamente tras la muerte de Franco y la transicién demoeritica como una forma de suturar Ia brecha representada por la dictadura, de recuperar el ritmo de la historia y el tono del entorno europeo y de devolver a la cultura un lugar en la vida civil, precariamente sacrificado en tiempos de silencio por la ungencia de la lucha por las ibertades, El final de la censura politica directa y ta recuperacién de temas preteridos a lo largo de la “larga noche de piedra” debia venir acompatiada, segiin estos planteamientos, por un cardcter mis directo de la lengua literaria para tratar dichos temas, tras un periodo de oblicuidad como clave posibilista frente a la censura, pero también de una extensién de la vanguardia en la década de los setenta, la que asistié en nuestro pais ala desaparicién fisica del dictador. Si en la poesia este movimiento tuvo una repercusién evidente yy explicitamente formalizada, con la ascensién de la poesia de la experiencia como estética dominante frente a la anterior poética novisima', el cardcter del género y de su transmisin no supuso, como el tiempo acabaria por demostrar, el final de las otras ccortientes ni el silencio de sus cultivadores, como la rica floracién de lineas estéticas 1 Una ere de ict pois y ona enti del proyecto omit enovenan Ma desaad 9 blo en eso es Cares Mm, recog nvlamenes como Conesone pica (Dain Se Granada, 1993) 0 Aguas terntoriates (Valencia, Pre-Textos, 1996). g

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