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Reuniones clinicas | en Psicomotricidad 1997 ABLIN, M. — ALENDE, A. — ARAGON, R. — Biscossa, G. BRUKMAN, S. — CALMELS, D. - Fitporo, N. — GonzAtEz, L. MAncut, L. — MANAVELLA, N. — Mo, S. - PENA, P- Ropricuez, M. — Rozentat, A. — SYKULER, C. — Vaca, J-L- ASOCIACION ARGENTINA CRONICAS CLINICAS DE PSICOMOTRICIDAD EN RELAJACION TERAPEUTICA. (en su 20° Aniversario) Y PSICOMOTRICIDAD UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES Escaneado con CamScanner Reuniones clinicas en Psicomotricidad 1997 HAY UN NINO QUE SUFRE... EL DESARROLLO INFANTIL Y LA CLINICA ICOMOTRIZ Pilar Pena Psicomotricista Hay un nifio que sufre, ,de qué? Tiene problemas en su desarro-lo, no puede acceder a aquello que es esperable de acuerdo a la edad cronolégica que posee, aquello que se espera de sus diferentes momentos de crecimiento desde lo emocional, lo “instrumental y lo cognitivo. Hay situaciones de la clinica psicomotriz. que en lo cotidiano, dan cuenta de Estos aspectos. Quisiera profundizar de qué se trata en cier- fos casos: ¢del equipamiento? ,de la funcién? gdel funcionamiento de as funciones? gse da a ver en la realizacin? En cada uno de estos niveles encontramos la cuestién del placer. El placer que da la rea. lizaci6n, lo producido, lo logrado; a diferencia de la frustracién yla ansiedad, los que plantean Ia dificultad para accionar. En ciertos casos gde qué se trata? ;seré que la funcién esta en “atraso” porque no da ninguna satisfaccién? ;no siendo objeto de sa- usfaccién la funcién se torna inmadura? “Entre la maduracién yla evolucién , se sittia la satisfaccién, el placer”, Placer y realizaci6n en el funcionamiento La realizacion tiene que ver con el deseo del otro, en la medida que esta funci6n sucede bajo su mirada. La necesidad esta del lado del nifio, pero hay dos involucrados: la motricidad y la tonicidad se encuentran implicados en un Proceso armGnico o disarménico que se establece entre la madre y el nifio. Planteo, entonces, una interro- gaci6n al concepto de desarrollo y a la ciencia que estudia los ele- mentos del crecimiento infantil. Me pregunto si el problema que el nifio presenta sea o no de base orgdnica, no tiene algo que ver con como es demandado por aquellos adultos que le son significativos, qué ‘BERGES, J. Funcion estructurante del placer. Crénicas Clinicas 5, Bs. As., 1997, Escaneado con CamScanner Reuniones clinicas en Psicomotricidad 1997 Estos le otorgan y, entonces, como le posibilitan el acceso a su lugai constructividad corporal y a su constitucién como sujeto Recortaré dos situaciones de nifios en Tratamiento Psicomotor, ambas llevan por titulo frases de estos nifios en sesiones I “;MAT BOBO!” Martin era un nifio de cinco aos y cinco meses. Concurrfa a una sala de cuatro aftos de un jardin comin. Tenfa una hidrocefalia adquiri da. Se le diagnostic6 un retraso madurativo leve. Sufria de bronco- espasmos. Cuando lo vi por primera vez, corrfa atrés de la pelota golpedndose contra las paredes en un juego sin sentido ni direccional- idad. Producia algunas palabras ininteligibles siempre gritando. Tocaba todo sin parar. Ante el limite, gritaba, lloraba, pataleaba en el suelo. Martin no parecfa siquiera un cuerpo, sino una masa de carne a la deriva. A pesar de su historial médico, de su organicidad, me pregun- taba porque este nifiito se relacionaba consigo mismo y con el medio de manera tan primitiva. Me propuse darle un sentido a su juego y mediatizar con la palabra su accionar directo y compulsivo. Los padres de Martin eran una pareja formada por un pap4 mayor, sumamente permisivo que se referfa a su hijo como “mi pobrecito mai”. Romina, la mamé, era una persona joven con importantes difi- cultades para despegarse de su hijo. Algunas frases de ella eran: “ vivo s6lo para él”, “si yo me voy maf Ilora”, “si le pegan es como si me pegaran a mf’, “quiero controlarlo”, “es un alérgico patolégico”, “no va a jugar con otros chicos para que no crean que me lo quiero sacar de encima”, “es el clavito de mi casa”. Cuando el nifio lo permitié le ofrecf a Romina (durante las sesiones) irse de la sala de espera. Entonces Ilegaba tarde, venfa diez minutos antes y s6lo podfa per- manecer dentro del edificio a una corta distancia de Martin, nunca salfa a la calle. Le costaba mucho a esta mam4 cumplir con el tratamiento y s6lo consolidandose la transferencia conmigo pudo con- tinuar. Su dependencia hacia mf se acentuaba con cada logro de su hijo. Fue necesario indicarle cuando, cémo y dénde podia ocuparse, hacer una vida propia, en los momentos en que su hijo estaba en sesi6n. Jean Bergés nos aclar6: “Mientras que el déficit es patente y forma parte de la experiencia de realidad, asistiremos a la consecuencia de 99 Escaneado con CamScanner Re ees aiialont 6 - ad 10 a una doble identificacién, del lado de la madre y del lado del nifio y son las vicisitudes de esta doble identificacién lo que constituira la infan- cia del sintoma. Bs en este sentido como la infancia del sfntom: sla infancia de la madre” Recordaba 1a frase de Romina respecto a su esposo “es un padre ausente” pero 1a tomé enraizada en su propia historia, me hablaba de su infancia. ,A qué se referfa Romina? ,Hubo en esta mamé-hija, un miento que le permitiera ejercer su funcién de madre? {Como quello que habla Freud al describir una de 1a 6n: lograr el cambio del objeto n las malformaciones el déficit despl: ocurrié en esta mama tres salidas del complejo de c: deseado para ceder el lugar a un hijo? de un nino se manifestard, porque él no esta en el lugar en que la madre lo espera (desde lo simbélico es el objeto que falta). También el defecto va a impedir el reencuentro del orden de lo imaginario (hay un nivel de objeto perdido). Romina no reconocia la funcién del padre: qué es entonces un hijo? Mai bobo, escribié grande su hermano en el pizarr6n ante la madre. ;MAI BOBO! decfa continuamente Martin. jMai, no ! gritaba reiter- adamente, inhibiendo sus posibilidades en el plano de la accién. Bergés aclaré: “Cuando el déficit es evidente, motor, sensorial, de malformacién, es sobre su representacién donde actia la represi6n y es sobre la propia funcién donde van a actuar la inhibicion o el sintoma (...) la parte faltante, la parte evidente de un defecto se sittia como objeto fébico. Es en la medida en que la herida real ejerce su papel, en esta funcién fébica, como el nifio tiene miedo de su propio handi- cap” *. El handicap de Martin més alld de su déficit, estaba rebajado. Esta rebaja me hacia ver toda una zona de no dicho en el lenguaje, de no oido, de no visto, de no deseado, de no representable. {No se trata aqui de lo que Ja representaci6n le agrega a la lesi6n? Bergés nos habla acerca de que la postura durante cierto tiempo toma el lugar de la representaci6n...de la representaci6n de la imagen que aliena al sujeto. A través de la terapia psicomotriz se da un replanteo de esta alienacién. “El sintoma psicomotor estd absoluta- mente vinculado a Ja relaciOn er6tica que para el nifio se fija a una ima- gen que lo aliena y es porque forma parte de la organizacién pasional del yo que se trata de un sfntoma psicomotor, una pasion donde la pos- turo-motricidad es un modo sintomatico...” *. Mi trabajo era confirmar en Martin que él podfa elevar su handi- strat ‘3 BERGES, J. Lesion real, lesién fantasmatica. * BERGES, J. Seminario 4. Escaneado con CamScanner TO Reuniones clinicas en Psicomotricidad 1997 cap, que podia expresarse no solo sintomaticamente, sino de otros modos a pesar de existir un déficit real. Que la representaci6n de un 6n, para que no se dé la alien- miento, su hijo supere al déficit, a la malforma aciGn del sujeto, para que éste pueda constituir su funciona lenguaje, su propio handicap. ul “ SOY FEO, SOY MALO, SOY CACA” Fausto tenfa cuatro aiios y siete meses de edad. Concurria a sala de cuatro afios de un jardin comtin. Su pediatra, ante las preocupa- ciones paternas y sus continuos requerimientos, finalmente dijo que él veia algo, que podia haber un retraso madurativo, pero que no se sabian las causas. El neurélogo, consultado tres veces insistentemente por los padres en diferentes etapas de la vida del nifio, hablé de un alta absoluta y afirmaba que era un nifio sano y habia que tratarlo como tal. Se hicieron estudios de vista, ofdo y fonoaudiolégicos con resultados normales. El ortopedista indicé plantillas, porque en el correr y la marcha algo veia y un kinesiélogo habl6 de falta de fuerza abdominal. En el Jardin de Infantes decian que vefan problemas de coordinacién. Todo esto, relatado por los padres, que Ilegan por la angustia que les generé una frase del hijo: “me caigo yo”. Cuando conoef a Fausto yi un nifio que caminaba mal, que a veces se bamboleaba. Se paraba en una base de sustentacién amplia, con dificultades de equilibrio. Se cafa. Corria torpe- mente y no se atrevia al salto. Se sentaba en “W” con una mar- cada hipotonia. Tenia una organizaci6n postural muy primaria. No lograba armonja en el gesto ni el movimiento. En la accién se acentuaba la desorganizacién ténica. No podia trozar, ni tomaba la tijera. Su lenguaje era muy rudimentario para su edad (lo moro por lo muerdo) y hacia inversiones de silabas (coch6 por choc6). Se trataba de un trastorno psicomotor, que se expresaba en lo t6nico-postural, en lo espacio-temporal y en el lenguaje. Fausto tenfa una total inexperiencia con su cuerpo, tenia praxias muy deficientes porque no habia un uso, una practica. No tenia pres- encia muscular. Me pregunté si contaba con su cuerpo. Un cuerpo que puede tener fuerza, direccionalidad, cierta precisiOn, cierta habilidad. Tampoco habia presencia yoica, nada que hablara de él, ninguna accién que lo identificara, no dejaba marca, no se angustiaba (sin 101 Escaneado con CamScanner ___. ieee aaa conocerme fue conmigo como si nada). Decidf disputarle el lugar de objeto y correrme de lo cronolégico para pensar desde lo estructural Los padres repetfan con asiduidad las siguientes frases: “vos lo tenés que ver”, “es ver para creer”, “no sé como describirtelo”, “yo te tiro todas las cosas de su historia Escuché ahi, que la mam4 no confiaba en su propia mirada, ,necesitaba que otro viera en su hijo lo que ella no vid, 0 no pudo ver? No confid tampoco en los diagndsti- cos profesionales. El resultado fue wi Ire que no sabia de su hijo; solo recordaba a un bebé con caracterfsticas hipot6nicas marcadas. Ya ante el encuadre del tratamiento, la escuché refiriéndose a Fausto: “no m Ie voy a dar la opcidn de agarrarse a mis rodillas”, “jes posible que tenga que dejar el gimnasio por traerlo a é1? ”. Ambos padres Iegaban tarde continuamente a las sesiones, se olvidaban y no venfan a las entrevistas; no habfa tiempo para pre- guntarme ni Ilamarme, cuando decian necesitarlo. No habia demanda. No aparecia angustia 0 emocién. Se hacfan cargo del cuerpo real del nifio, no del hijo. No estaban disponibles aunque cumplian trayendo y levando al nifio sin, al principio, pedir, preguntar, ni exigirme nada. Me preguntaba: al hijo gle demandarian? Escuchaba “pobrecito”, “espero que se pueda hacer algo por é1”. En el transcurso de las entre- vistas, trabajé para que se preguntaran: “;,qué podian hacer ellos?”, “gqué van a hacer para que su hijo avance?” Para que el fun- cionamiento comenzara a activarse por la demanda del otro que es necesario que exista. Por el deseo del otro es que el nifio desea ser, crecer, desarrollarse. Por otro lado, al comienzo, las frases de Fausto eran: “no me sale”, “no puedo”, “no sirvo yo”. Al tiempo, comenzé a repetir un juego, lo lamamos el juego del mounstruo. Primeramente él era el mounstruo, pero luego éste estaba afuera. “Ahf estd el mounstruo, me persigue, me corre, me quiere atrapar”, decfa Fausto. Entonces teniamos que escon- dernos en “nuestra casita”. Atacdbamos al mounstruo con todas las armas y a veces igual volvia o bien acechaba en un rinc6n. Trabajé poniéndole nombre al mounstruo y averiguando las distintas carac- teristicas de él cada vez. Intentaba que aparecieran las diferencias y se pudiera construir via la terapéutica un intervalo, una obstaculizacién entre el sujeto y su identificacion con el objeto. Los efectos de las intervenciones fueron: Fausto comenzé a angus- tiarse y a pedirle a su mamé que no se vaya. También, hubo otra pro- duccién: el nifio se posesionaba de objetos, se mostraba rebelde, capri- choso y demandante, elegia tozudamente cada actividad que le interesaba, desplegaba sus juegos de construccién de casas segu- 102 Escaneado con CamScanner Reuniones clinicas en Psicomotricidad 1997 rizantes, papas y mamas que estaban por todos lados. En una sesién verbalizé: “me porté mal, fuera de la casa, yo soy basura”’, “me tiran en el camién, todo basura”. Las siguientes sesiones siguieron en esta misma t6nica. Sus escenas, sus juegos y su lenguaje se ligaban incan sablemente a esta imagen: la basura. En un momento, él en el camidén, expresé la frase: “SOY FEO, SOY MALO, SOY CACA” En diversas sesiones aparecia en el lenguaje, la gestualidad, la pos: tura y el juego de Fausto: “ soy feo, soy malo, soy sucio, soy caca”. La caca a veces aparecia escenificada en la masa marr6n, otras en las pin- turas oscuras, en ocasiones todo el espacio estaba Ieno de ella y en otras sesiones la ponfa sobre mi cuerpo. Verbalizaba el juego , en esos momentos, con malas palabras e insultos. Las frases de Fausto y su gestualidad corroboraban aquello que mostraba su cuerpo y su pro- duccién, me hablaba de cual era su imagen de sf, como él se vivencia- ba a si mismo. Francoise Dolt6é nos dice: “La imagen del cuerpo es, a cada momento memoria inconciente de todo lo vivido relacionado y, al mismo tiempo, es actual, viviente, en situacién dindmica, a la vez nar- cicistica e interrrelacional”. “El amor parental hacia su hijo no es mas que una resurreccién del narcicismo de los padres”, escribe Freud en 1914. Se produce una “reviviscencia”, una “reproduccién” del narci- cismo de los padres quienes atribuyen al nifio todas las perfecciones* 7Cudl es el lugar de este nifio en el narcicismo de sus padres? Su nacimiento, c6mo comprometi6 el narcicismo de cada uno de ellos? Asimismo cuando escucho a Fausto con lo feo, lo sucio, la caca me orienta en un orden de discurso, de pulsi6n, de fijacién anal. Se visua- liza aguf un detenimiento en este paso. El excremento es a lo primero que se renuncia, para luego pasar al orden félico y resignificar desde allf la operacién de pérdida con respecto al objeto amado. Por otra parte: ,Habrd podido Fausto hacer los procesos de identificacién nece- sarios, que sabemos juegan un rol considerable en la elaboracion de la imagen corporal? Identificacién no en cuanto a las relaciones inter- subjetivas sino a relaciones intrapsiquicas “un proceso de transforma- cién efectuado en el seno mismo del aparato psfquico” *, del cual s6lo podemos reconocer exteriorizaciones clfnicas indirectas en el espacio terapéutico. No es al deseo del otro a lo que el sujeto se identifica primeramente? Si el deseo de la madre es el falo, el nifio quiere ser falo para satisfacerlo. + NASIO, Juan David. Ensefianza de 7 conceptos cruciales del psicoandlisis. Ed. Gedisa. * FREUD, Sigmund. El concepto de identificacién. Escaneado con CamScanner Reuniones clinicas en Psicomotricidad 199 El sujeto debe primero reconocer que no lo es. Un hijo completa a la madre, es sucedaineo de un falo imaginario, pasa por alli pe funcidn del padre es deseable que abandone ese lugar. Solo ahf podré normalizar su posicién natural. La angustié profundamente en las vaca Pi adre de Fausto se iones. Visualiz6 las limi y diferencias de su hijo con otros nifios. Decii ciones recordar ahora, lo que cree fue una depresién del nifio en cl momento del parto: “No lo escuché Ilorar al nacer”. si no Hora su hijo? Je + Equé es lo que sale del cuerpo de una mujer, an Bergés dice: “ Un elemento parece central aquel en que lo simbélico es garantizado, por el grito del recién naci- do. Parece que este grito inicial puede ser elevado a la dignidad de un significante: Significante para la madre, pues alli ella tiene acceso al lugar del Otro, razén del deseo del nifio de vivir. Es este deseo como tal lo que la madre en tanto sujeto debe reconocer”. “Por eso me parece que, como dice Lacan, en la partida misma algo no es admiti- do bajo el titulo de significantes primordiales, constituyendo esta no- afirmacién una brecha en la simbolizaci6n (...) es alli en esta no-afir- maci6n, donde se sittia el propio nudo del efecto de handicap fantas- miatico , no puede ser negado, no puede ser denegado, es objeto de una no-afirmacién...” %. Quizds al ser Fausto un nifio hipoténico, como hijo tampoco afirmaba, no pedfa nada. Estos nifios Iegan al extremo de crear en la madre un displacer por su propia hipotonfa. La madre no puede armar ligaz6n, ni desligazones, comienza a no saber decodificar por la no respuesta que siente de su hijo. El engarce entre las caracteristicas del nifio y la modalidad de las funciones parentales dieron lugar a la sin- tomatologfa de Fausto. Los padres de Fausto eran jévenes, modernos, preocupados por su estética corporal, exitosos y ocupados empresarios con un alto narcicismo, “que decidieron no tener hijos los primeros afios de ma-trimonio para disfrutar de su pareja”. Querian a Fausto y no lograban comprender qué es lo que habfa ocurrido, buscaban una respuesta desde lo orgdnico. No pudieron encontrarla pero mas alla de que se confirmaran sus dudas, no pudieron relacionar que el desarrol- lo de su nifio se hallaba intimamente ligado al desarrollo de su lugar materno y paterno de que ellos pudieran dar cuenta. {Qué repre- sentacién se formaron y le trasmitieron a este hijo? Fausto, una vez, carg6 la hamaca paraguaya con toda la caca: “la voy a tirar, se vaa Se deshizo de ella. En adelante comenzé a jugar a... jser un bebé!. Bebé necesitado y demandante en la hamaca. “BERGES, J. Lesion real, lesion fantasmatica. 104 Escaneado con CamScanner Reuniones clinicas en Psicomotricidad 1997 Colgado de ella vi que crecfa, empezé a hacer juegos, piructas y “pruebas de chicos mas grandes”. Construia con los bloques casas lin- das, con cocina donde una mama cocinaba y con garage donde el papa guardaba el auto. En el jardin avanz6 en sus coordinaciones y socia- lizacion. Sus padres relataban con gusto “esté rebelde, tomo una acti- tud mas activa y pide lo que quiere”. Parecfa que adaptaba los modos de su ambiente para oponerles después su yo, tomando conciencia de sf mismo a través de otros. La madre se comprometi6 a traer siempre al nifio. Redujo sus horas semanales de gimnasio. Dej6 el cigarrillo y engord6 diez kilos. Ella me lo hizo notar al finalizar una entrevista, agregando: “parezco una madre”, zantes no lo era? Otra vez las representaciones. El padre lo recogia siempre, transformando ésto en un momento especial con gran placer por parte del hijo. Fausto se “pegs” a él, lo imitaba en todo. En un nuevo encuadre, las entrevistas con los padres, se realizaban con continuidad. Mis intervenciones en éstas, son fundamentales para que el tratamiento contintie y Fausto crezca ocupando su lugar. Me seguf preguntando: {Se trataba aqui de una lesi6n real 0 fan- tasmatica? como nos plantea Bergés. El desarrollo que estaba obsta- culizado {de qué se trataba? ,Era sélo de las habilidades motrices? O de la posibilidad de anclar lo motriz a lo Psiquico, es decir lo psico- motriz, poder Fausto contar con la afectivizacién necesaria para cons- tituirse en un sujeto que pueda llevar a cabo la constructividad de su cuerpo. Escaneado con CamScanner

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