El sistema olfativo percibe la presencia de sustancias volátiles u olores.
Los receptores olfativos son células bipolares localizadas en el epitelio olfatorio que cubre la lámina o hueso cribiforme. El polo apical de estos receptores es una dendrita ciliada donde se encuentran los receptores específicos para los estímulos olorosos, situado en la capa del moco, que es el medio idóneo para la percepción de estas sustancias, en el techo de la cavidad nasal. El polo basal está en el extremo del axón, al otro lado de la lámina cribosa (o cribiforme), haciendo sinapsis con el bulbo olfatorio, en la base del cerebro. El polo basal hace sinapsis con el bulbo olfatorio situado en la base del cerebro, proyectando a la corteza piriforme, la cual envía proyecciones al núcleo dorsomedial del tálamo. Cuando una molécula volátil se une al receptor metabotrópico, situado en los cilios de las neuronas olfativas, se activa un segundo mensajero, causando a su vez la despolarización de la neurona, produciendo una señal sensorial. El sistema olfatorio consta de dos vías olfatorias: o La principal, en el cual, las células mitrales y en ovillo envía proyecciones a la corteza piriforme (corteza olfatoria primaria, 28) de manera ipsilateral, situada en el lóbulo temporal, entre otras áreas del rinencéfalo (encéfalo olfatorio). o El núcleo dorsomedial del tálamo recibe aferencias de la corteza piriforme, del tubérculo olfatorio y de la amígdala, enviando la información a la corteza orbitofrontal, lugar encargado de la percepción y discriminación de los olores, integrando también la información gustativa. El sistema olfatorio es el único sistema sensorial que envía la información a la corteza cerebral antes que al tálamo. El sistema olfatorio accesorio o vomeronasal, en el que se observa como en el bulbo olfatorio accesorio (una parte del bulbo olfatorio) se encuentra un conjunto de células mitrales que envían señales hacia el sistema límbico, concretamente al hipotálamo. La función de esta vía es detectar la presencia de feromonas, que influyen en el comportamiento hacia individuos de la misma especie.