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La Danza y la Arquitectura en Paul Vale 1.- Introduccion La obra de Valéry abunda en una variedad de escritos. Entre ellos encontramos cuatro piezas dialdgico-potticas: L’Ame et la Dan- @ (1921), Eupalinos (1923), Dialogue de VArbre (1923) y L'Idée Fixe (1932). El dia- logo fue para Valéry la mas simple de las formas de expresién y, tal como lo sostiene Scarfe, enella pudo apreciar una forma "pro- ‘saica" inclinada hacia el ideal del algebra mas que a la musica’. Sin embargo, dichos didlogos deben ser considerados como muestra de su "pensamiento" y “arte”, en la medida en que en ellos la prosa empleada por Valéry es llevada a un alto grado de perfeccion. Con relaci6n a la tradicién, con la cual pudo establecer una recuperacién de clertos mitos e ideas, Valéry lamento el que Platén mismo no haya escrito sus didlogos fn verso, a pesar de ser una mezcla de "poesia delicada' y de argumentaciones. Al- giin sentido tiene entoncesel que, en las dos primeras obras mencionadas, haya recurri- do a personajes que figuran en didlogos platénicos. Al igual que con Leonardo de Vinci’, "Sécrates’, "Eriximaco" y "Fedro*, yuelven a ser “creaciones’ de Valéry, “per- 1 Roberto Sdnchez Benitez sonajes" de s{ mismo. Esta forma de proce- der fue coherente con su idea de que en el hombre moran ‘algo" secreto y posible que se realiza en lo que asi entendemos como “personalidad, es decir, en los actos y crea- ciones. Es nuestro propésito mostrar las re- laciones que establece entre el cuerpo y el alma en los dos primeros didlogos. Tanto la danza, como la arquitectura, son para Valéry modelos del alma; en estas artes el alma aprende lo que es graciasal cuerpo; en ellas se da la concordancia entre “finitud” e "infi- nitud". Il.- El alma es una bailarina (el acto como "obra" o el punto de vista del cuerpo) Para conocer lo que es, el alma debe dirigir- se al cuerpo en sus actos. De todas las acciones 0 "estados" del cuerpo, Valéry eli- ge ala danza: acto del cuerpo que conlleva una finalidad en si mismo. La danza es una alegoria de la vida; es, para Valéry la ‘viva y graciosa introduccién de los mas acabados pensamientos™; como Ia vida en general, nos hace volver a nosotros mismos, nos 1. Dol proyecto de investigacién “El drama de lainteligencia en la estética de Paul Valéry’, inscritoen el Programa do Investigacion, 1993, de la Universidad Michoacana. 1954, Vale Clencia Nicolaita 4 lr. Searle, Francis, The Art of Paul Valéry, A Study in Dramatic Monologue, Londres, William Heinemann, 1p, 280, , Cir. Vilty, Paul, “introduccién al método de Leonardo de Vine’, en Obras escogidas, seleccién y prélogo do Salvador Elizondo, México, SopSetentas, 1982, Vol. ya di 1 Arquitecto, Bueno: 105, Losada, 1958, p. 15, Noviembre de 1993 La Danza y la Arquitectura en Paul Valery, Fn confirma; una mujer danzando es el alma: *Nienen entrando (las danzantes) como si fuesen almas!"* En la danza la certidumbre es juego; las manos hablan, los pies escriben’. Podria decirse que con la danza, "el conocimiento ha dado con su acto y que la inteligencia se presta sUbitamente a las gracias esponta- eas...” La danza es conjugacién de ritmo y misica y, por ello, creacion de imagenes. La danza"simula", es mentira sobre la reali- dad, es lo imposible en el instante mismo en que es posible, No sdlo se observa el cuerpo en movimiento, sino que el movi- miento, al ser ritmico, al estar guiado por la musica’: elabora formas “virgenes’, image- nes que el alma “intuye”. Imagenes diferen- tesa las producidas por el suefio ya que, por lo menos, en ellas no reina el azar, aunque de un "punto" a otro del movimiento del cuerpo exista una amplia variedad de posi- bilidades®. Son imagenes del suefio de la “Raz6n": mundo de fuerzas exactas y de ilusiones estudiadas; suefio penetrado de simetrias, "todo orden, todos actos y se- cuencias!". La mirada de Valéry descubre en la danza este panorama de simetrias, de clculo, de proporciones, de figuras equili- bradas, de secuencias ritmicas, en suma, 5 Ibid. Leyes que en la danza cobran un rostro claro. La danza, al igual que la pintura en Leonardo, al igual que la poesia, la arquitec- tura o la misica, sera un ejemplo de como *lo real, lo irreal y lo inteligible pueden fun- dirse y combinarse segtin el poderio de las Musas." Asi, el "secreto” més profundo de nuestra alma (de nuestras "almas", se dira en Eupa- linos), quedara revelado por ese cuerpo en ellibre abandono de suarte. Ladanzamues- tra al alma lo que oscuramente realiza el cuerpo; permite al alma asombrarse del cuerpo, como también revela al alma que habita un cuerpo". La danza, arte del cuer- po, conversién del cuerpo en “evento”, pen- samiento del alma, pensamiento divino, el alma misma. En la danza, el cuerpo supera su naturaleza "primera", la de su terrenali- dad, yavanza por el encumbramiento de sus transformaciones, es decir, hacia una se- gunda naturaleza, muy alejada de la prime- ra, pero parecida con ésta hasta la "apariencia de la identidad". El cuerpo es "ave", "fuego", “concha’, simula lo que no existe, viste de nada a las formas, se aban- dona a su "libertad". La transformacién del ‘cuerpo en la danza es instanténea: cambios momentaneos en los cuales el alma y la 8 Bate no ser lo que una cosa es, o ser otra ademés de lo que es, la metamorfosis que el arte opera en las En Eupalino: sustancias", la metafora que el lenguaje crea, la consistencia mudable del Universo, lo que nunca es, sera para Valéry Uno de los rasgos esenciales de los “objet cantan’. Aunque ahi, como se vera, fa arquitectura y “atmésferas® que envuelven al hombre. El espacio y ol is artisticos. En Eupalinos... so trata de edificios que ta misica forman un grupo aparte en las artes al crear sonido como medios que el hombre habita. Ibid. Gita del sonido para et cuerpo: guia de las palabras y las proposiciones para lo que vemos. Faste problema se presentara cuando Socrates muestre a Fedro la diferencia entre una “figura geomatrica’ y la que nolo es. El asunto de la iregularidad o reqularidad de las “formas” conducré, en este Sialogo, al problema del caos y del orden, y de cémo, dentro del caos y el azar existe, inclusive, una regulanidad tn lee formas: un caracol marino es el ejemplo. Esta distincién servird a Valéry para precisar los diferentes tipos de objetos que existen: los creados por la naturaleza, o el caos regular, ylos creados por el hombre, 0 desarropl, desorden del caos regular def naturleza 10 Ibid. p. 1 ee Pte et Disgression (1919), Valéry habla de cémo la muerte es para el alma un "desastre", en la medida fen que se separa del cuerpo; a muerte del cuerpo es una disminucién de la dimensién divina del alma, Por Otro lado, el cuerpo es obra o instrumento de quien necesite de 61. Apreciacion que volverd a ser afirmiacia en Eupalinos. ee Ciencia Nicolaita 4 4 Noviembre de 1993 La Danza y la Arquitectura en Paul Valery voluntad parecen cambiar de "rumbo"; con- centracidn del alma en si misma. Cada ins- tante representa la posibilidad de un nuevo "gesto" del cuerpo, una nueva secuencia de actos; cada instante es el 'amanecer" de un nuevo movimiento. El instante es, para Va- léry, la "excepcién’, lo “no posible"®. En cada instante hay la posibilidad de lo impo- sible, pudiéramos sintetizar. Sila danza remite al alma, preguntar por el *qué" de la danza presenta varias dificulta- des. Ante la insistencia de "Sécrates" de saber el "qué" de la danza, "Eriximaco* (mé- dico) responde que sdlo hay que contem- plarla, que es suficiente con lo que se ve. "Fedro" por su parte pregunta si la danza no. @s "el alma de las fébulas y la escapada de todas las puertas de la vida"*. Para valorar su esplendor, Valéry pone en boca de "S6- crates * una interesante disertaci6n sobre el tedio de la vida", que no es otra cosa que la vida viéndose a si misma desnuda. En el tedio, la razén ve las cosas tal como son; claridad fria y perfecta, veneno opuesto a toda la naturaleza. Una gota de “esa linfa glacial” distiende en el alma la palpitacion del deseo; extermina las esperanzas, a *ouantos dioses en nuestra sangre hubiera". Virtudes y colores palidecen, el pasado se feduce a cenizas, el futuro a un "breve ca- rémbano'. El alma es ahi una forma vacia mensurable. E! Universo mismo no podria, le parece a Valéry por boca de "Eriximaco’, sufrir sino un instante lo que es (el Todo no se basta a si mismo). De ahi la cantidad innumerable de sus procesos de transfor- macién, de creacién, que no son sino las "mil mascaras" que presenta. De ahi también la necesidad de la existencia de los hombres, quienes al conocer dejan de ser lo que son 12 Elatmay a danza, od. ct p28 19 Ibid, p. 3 14 Ibid, p. 42, 18 Ibid'p. 47 Ciencia Nicolaita 4 15 ono son lo que son’*. Los hombres al delirar y al pensar introducen en la naturaleza el “principio de los errores ilimitados", los en- gafios, las apariencias, los juegos de la "didptrica del espfritu’. Los hombres hacen entrar en lanaturalezalo que noes. Cuando, a pesar de todo, alguna verdad se deciara, apareciendo como detonante en ese “siste- ma armonioso de las fantasmagorias y los errores’, todo amenaza perecer. Frente al tedio de la vida, que se encuentra animado por una suerte de ‘voluntad de verdad’, existen ciertos "estados" que le son contrarios. Entre estos estados se encuen- tra la “embriaguez debida a los actos". Los actos que lanzan nuestro cuerpo al movi- miento son raros y admirables. Estado muy alejado de aquél en el que se instala el observador inmévil frente a las cosas. En este estado, el hombre es llicido, juicioso, en aquél ligero y libre. Asi, la tesis de que las cosas son lo que son, es objetada por la existencia de transformaciones en la natura- leza y por esos “estados" que caracterizan ala presencia humana. Ladanza emana del cuerpo como.una llama. Frentea esta condicién del cuerpo, nuestros actos ordinarios no son sino "materiales gro- seros’, “impura materia de duracién’. Y la llama no es otra cosa que el momento mis- mo, el instante. "Llama es el acto de ese momento que existe entre tierra y cielo.” El instante, lo que jamds volverd a suceder y que, por lo tanto, debe ofrecerse a nuestros ojos con la mayor magnificencia posible. La danza es asi la liberacién de nuestro cuerpo dominado por el espiritu dela mentira, "ebrio de la negacién de lanula realidad. '™* Por ello es que la danza nos offece una "réplica” del alma; el alma es la danza del cuerpo. La Noviembre de 1993 La Danza y. la Arg itectura en Paul Valery. danza nos habla de las operaciones y del interés del alma: "el objeto tnico y perpetuo del alma es claramente lo que no existe: lo que fué y ya no es; lo que serd y no es todavia; io posible, lo imposible, he aqui el negocio del alma: pero nunca, nunca lo que «nm: Enla danza, el cuerpo rebasa la "extension": quiere "jugar a la universalidad del alma". Franquea las diferencias, se combina a si mismo e “incesantemente de si mismo se evade". La danza es una metafora del alma, ya no mas "movimiento" del cuerpo sino *\lama': entera posesi6n de si mismo y punto de “gloria sobrenatural”. Asi como el Dios, la sabiduria y la profundidad son para el alma "momentos", asi la danza va de forma en forma. Danza inestable, instantanea. La danza y la musica nos causan la impresién de que todo puede recomenzar inacabable- mente; nos ofrecen la impresi6n de las frac- ciones del tiempo. Un cuerpo danzando, sostiene Valéry, tiene, por su simple fuerza y por su acto, "poder bastante para alterar mas profundamente la naturaleza de las co- sas de lo que jamas el espiritu en especula- ciones o metido en suefios consiguiera™. El movimiento que esta mas alla de todas las cosas, del cual emanan todas las cosas, el eje al que todas se relacionan. lll.- El imperio transparente Desde lainmovilidad dela muerte, ahi donde la contemplacién de la verdad ya nada deja al entendimiento, "Sécrates" y "Fedro" con- templan el “rio del tiempo", que se encuentra compuesto por todo lo que conocimos y lo que pudiéramos haber conocido, por seres "que se componen por sus mudanzas’, por un_espectéculo en el que cada hombre 16 Ibid. 17 Ibid, p. 52. 18 Eupalinos 0 el Arquitecto, ed. cit. p. 66 “arrastra en pos de si una encadenadura de monstruos, compuesta inexplicablemente de sus actos y las formas sucesivas de su cuerpo". Frente a este panorama de for- mas cambiantes, se preguntan porel "gusto" del hombre por la eternidad. EI anhelo de eternidad, asi como el de "perfeccién" y “ar- monia’ no han sido, le parece a Valéry, sino maneras como los hombres se han querido proteger contra la alteracion y el olvido. Las realizaciones de la razon pertenecen a ello. Dentro de las mismas se encuentra la Arqui- tectura, arte privilegiado que conjuga lo s6- lido con lo etéreo. Lo mas comin al pensar la Arquitectura es decir que es el "arte del espacio". La indagacién de Valéry va mas alla de esta inmediata constatacién, ya que este arte no sdlo le confiere forma y dimen- sin al espacio, sino que sensibiliza al hom- bre: la arquitectura crea ‘visiones" en el hombre, sentimientos; representa el "ha- cer’, el "construir" més originario. Un "cons- truir™ que habla también de la actividad de! alma, de sus sucesivas transformaciones, de la manera cémo el hombre puede dejar de ser é| mismo y "volver a su esencia’; de como el alma puede llegar a ser lo que conoce; ser creada por lo que ama. La arquitectura es, para Valéry, esa extraiia correspondencia entre los anhelos y las fa- cultades del hombre; el momento en el que el pensar se vincula con el "obrar". Gracias, aesta correspondencia es que la existencia humana puede pensarse, a su vez, como una “especie de obra humana’. El hombre- arquitecto, constructor, hace de si mismo y de su vida, una obra. El "hacer" se convierte en una forma de conocer lo que es el hom- bre. En la arquitectura, los pensamientos se convierten en actos, el concebir mismo no es diferente del realizar; lo que se piensa es Ciencia Nicolaita 4 Noviembre de 1993 La Danza y la Arquitectura en Paul Valery hacedero, y lo que se hace se conforma alo inteligible. Pero no sdlo existe este tipo de orrespondencias en la arquitectura; ésta es también capaz de dar forma a las emocio- Nes, a los recuerdos del artista, a sus amo- tes. De esta manera, la arquitectura es algo vivo, la plasmacién de un sentimiento en lo inasible. Hay edificios "mudos", otros que “hablan“, algunos més que “cantan". Esta Qualidad emotiva de las obras de la arquitec- fura proviene del talento del artista. A las cualidades estéticas y emotivas que el artis- ta-arquitecto imprime a sus obras, hay que ‘agregar las que se sucitan en quienes con- Viven en ellas. La arquitectura es el diseno de un espacio humano, un medio de convi- vencia. Cuerpos de espacio que proponen Glaridad; teatros donde la vida se escenifica. Las construcciones que “cantan” serfan las que corresponden al "puro arte", ala belleza Gespojada de los restantes elementos de funcionalidad. Pero lo que interesa a Valery 8 esta “unidn" de artes diversas, arquitec- tura y misica concretamente, que se da en 01 puro arte; la sutil conjugacién de lo tangi- ble y los "efimeros conjuntos de sonidos Sucesivos". Realizaciones que evidente- mente nos parecen imposibles, pero cuya nsofiacidn" orienta los juicios. Vinculacio- Nes en las que est presente el andlisis y el “Oxtasis". Nada es mas dificil en el mundo que esta ‘extrafia combinacién, sostiene Valéry, la ‘ual solo se da de manera momentanea. "Eupalinos", arquitecto, retarda el instante 6n el que todas las cosas estén juntas; im- pide que le satisfagan ya que lo que le importa "obtenerde lo que vaaser (es) que fsatisfaga con todo el brio de su novedad a Jas exigencias razonables de lo que ha si- do'’, Frente a la eventualidad de que las 19 Ibid p. 92. 49 arb 6, Ibid p. 104 cosas se erosionen con el tiempo, "Eupali- nos" prefiere que estos momentos edifiquen el alma, que estas experiencias se conser- ven para el mejor conocimiento de las cosas. Estos momentos corresponden a estados del cuerpo. El cuerpo es la sede del tempe- ramento de las tendencias. De acuerdo con la tradici6n griega, el cuerpo deberia ser el modelo de edificacién de la realidad, la"me- dida de todas las cosas"; de é! deberiamos aprender el equilibrio, las exigencias de la naturaleza en su conjunto; el medio, el ins- trumento para descubrir el sentimiento de las cosas verdaderas. En realidad el cuerpo es el Unico objeto que se compara con el universo. La combinaci6n del andlisis y del éxtasis constituye otra de manera de enun- ciar la union del cuerpo y el alma, la vincu- lacién de lo finito y “Io infinito que traemos™™. La Arquitectura, como la Musica, nos permi- te vivir en la obra del hombre. Estar en este universo es estar"fuera de si mismo". Arqui- tectura y Musica encierran al ser en su obra yal alma en sus actos. Cada una de ellas llena nuestro conocimiento, nuestro espa- cio, de verdades attifciales y de objetos esencialmente humanos. Valéry sostiene que los objetos visibles, una vez puestos en obra por el artista, no dejan de ser lo que son, y de mezclar su naturaleza y su propio sentido al propésito de quien los emplea para expresar su voluntad. El artista afiade aun objeto todas las ideas que se derivan de su idea. No puede limitarse al mero obje- to. Las ideas de la idea de un objeto que el arlista se encarga de "poner en|os objetos, agrega en ellos una "infinidad de causas imaginarias que le hacen vivir mil vidas ma- ravillosamente prontas y fundidas en una” Hecho que enfatizan de manera destacada la Arquitectura y la Musica en la medida en Glencia Nicolaita 4 a Noviembre de 1993 La Danza que no se atienen alo presente, a la tirania de los objetos; ambas remiten a lo que no son; son "monumentos" de otra cosa; es- tructura y duracién que no son las de los seres, sino de las “formas y las leyes": "Se las dirfa consagradas a recordarnos directa- mente, una, la formacién del universo, y la otra, el orden y la estabilidad en él; invocan las construcciones del espiritu, y su libertad que busca este orden y de mil modos le reconstituye; y descuidan, pues, las aparien- clas particulares que de ordinario ocupan al mundo y al espfritu: plantas, animales y gen- feb La Arquitectura y la Misica crean seres sin- gulares que participan de la vista o el tacto y del oido, pero también de la razén, del “numero y la palabra". Figuras y ritmos. La palabra es ala figura en la medida en que el trazo que la ha realizado obedece a una proposicién que lo orienta yle da sentido. La figura tiene que ser en el pensamiento para que ésta pueda ser "geométrica’. Esta con- jugacién del movimiento, trazo y figura, con el pensamiento, le parece a Valéry una cosa divina, no hay nada mas humano que esto; “nada mas sencillo, nada con mas poder™. Mirada y movimiento unidos gracias a la palabra; de esta manera es posible trocar un objeto visible en movimiento, "como una linea", y un movimiento en objeto. La palabra resulta necesaria para que esta conjugacin pueda realizarse (‘no hay geometria sin la palabra"). Sin la palabra, las figuras son acoidentes y no sirven al "poderio del espiri- tu’. “cada figura es una proposicién que puede con otras componerse; y asi sabemos, sin nueva deferencia ala vista ni al movimiento, reconocer las propiedades de las combina- Ciencia Nicolaita 4 18 la Arquitectura en Paul Valer ciones que efectuariamos; y cémo construir ‘0 enriquecer la extension, por medio de dis- cursos bien encadenados™. Las palabras orientan a las imagenes. Me- diante el lenguaje, el pensamiento retorna a sus “actos puros", al cambio y transforma- cién de si mismo. En el pensamiento, las palabras se descomponen en mas sencillas; las ideas idénticas, pero diferentes, se con- funden; las formas intelectuales parejas se resumen y simplifican; "las nociones comu- nes empleadas en proposiciones diferentes, sirven a éstas de vinculo y desaparecen, permitiendo que se retinan las demas cosas a las que estaban separadamente asi- das... De esta manera, la palabra “cons- truye", as{ como puede creary corromper. Si hubiera que levantar un altar a la palabra, nos dice Valéry, tres caras diferentemente oradas deberia tener. La primera, casi in- forme, significaria la "palabra comtin’, “la que muere apenas nacida, y al punto se pierde, por el uso mismo". La segunda echa- rfa por la boca “linfa cristalina de agua pe- rene”: tendria rasgos de nobleza, “el cuello poderoso e hinchado, que los estatuarios dan a las musas"; habla poética. La tercera tendria faz de dioses; seria la palabra de la Inteligencia, la palabra ‘clara’, la del logos griego, la de la raz6n y el calculo. Esta dimensién del lenguaje incluiria a los nime- ros, "que son las palabras més sencillas’ Los numeros son palabras que se hay insti- tuido por un solo acto Unico, por un solo aspecto de las cosas, "un solo deseo y es- piritu’, mientras que las "palabras compues- tas" han sido creadas por una necesidad particular, por circunstancias distintas. Es el poeta el que hace de estas ultimas su predi lecci6n, las toma como "bloques" irregulares. Noviembre de 1993. La Danza u la el ctura en Paul wales, y especula sobre los "acasos y sorpresas que los ajustes de esta clase nos reservan’. 1V.- Conclusiones El pensamiento filosético se caracteriza por ‘1 cambio incesante de sus problematicas y Conceptos. Este siglo serd recordado, entre ras cosas, por haber sido el escenario de transformaciones vigorozas y radicales de la {ilosoffa. Desde las enconadas criticas a la metafisica llevadas a cabo por Nietzsche a {ines del siglo pasado, hasta las averiguacio- es postico-hermenéuticas de Heidegger y us discfpulos, o las no menos célebres Criticas del positivismo analitico; los plantea- mientos de la conciencia intencional en la fenomenologfa; la "intersubjetividad” y la li bortad en el existencialismo; el deslumbre de las asi llamadas “ciencias sociales"; el fesurgimiento de la problematica del lengua- je; la transformacién del mundo decretada por la onceava tesis marxista sobre Feuer- bach; las tendencias hacia el misticismo y 10 innombrable. El pensamiento de Valéry (filoséfico a pesar de todo, incluldos sus recelos para con la filosofia), apenas entrevisto en su produc- ci6n poética, ha sido uno de los momentos més destacados de la critica a la modert dad en dos de sus conceptos fundamenta- les: la razén y el sujeto. Algunos de los aspectos "liberadores’ que esta critica ha traido consigo se refieren a la naturaleza del trabajo creativo: rasgos que comparten tan- to las areas del conocimiento como las artes en general. Valéry llegd a sostener la posi- bilidad de una Inteligencia Humana para la que no existieran divisions en “comparti- mientos" especializados del conocimiento: arte y saber unidos. Ciencia Nicolaita 4 19 Noviembre de 1993

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