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Jean let, as exigaoras, 1857.08 ‘etracién hui, lt naa gente qe lorodenba, Subramuestaeltabio ‘al en suaspeco ms ira aldo de Ideaeacones, Relatosrealistas : Siemprehan existidoescritores realistasen ia iteratura, Autores gomo Giovanni Bocaccio,en 1Decamerén (1348-1350),y Geoffrey Chaucer, en los Cuentos deConterbury (1386-1400), por ‘ejemplo, eigieron poner en escena situaclones dea vida cotidiana lejacas elas modalidades fantasticaso maraillosas que eran tusualesen suitiempo, HO Realismo y Naturalismo * ‘Se cenmina Reatismo al movimiento artstco que tiene su auge cen la segunda mitad del siglo XIX, con la produccion de autores fran- eses como Honoré de Balzac, Gustave Flaubert y de escritores rusos como Ledn Tolstoi y Maximo Gorki. Pera no resulta sencillo estable- cer una linea clara de separacién entre el Realisma y el Naturatismo, En muchos estudios titerarios, por ejemplo, se usa la expresién “rea. lismo naturaista” para denominar la produeci6n narrativa argentina de Fines del siglo X0K y principios del xX. Diferencias entre Realismo y Naturalismo ‘Ambos movimientos intentaron reflejar la realidad tal como era. Sin embargo, el Realismo manifest los intereses de una capa social mas definida: la burguesta en ascenso. Por eso, la narrativa realista 25 considerada la novela de la burguesta. En cambio, el Naturalisimo ‘mostra las clases mas desfavorecidas, intentando explicar las causas Ade los confictos sociales. El Realismo fue un movimiento optimista, {que creyé en el progreso y en la posibitidad de las personas de elegir su vida; el Naturatismo ‘ue fundamentalmente pesimista y manifests la imposibitidad de escapar del detetminismo y de los condicfonamientos sociales que dirigen el aecionar humano, Realismo: definiciones posibles Con et termina reaismo se suele definir un movimiento estética cuya época de desarrollo es la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, el término es mas abarcador. Una manera posible de acercarse a la idea de realismo en literatura es pensar que cuando el escritor explora la realidad de su época y trata de expresaria, de algin modo esta credndota, Para {formar sobre la realidad existen otros géneros discutsves: la crOnica, los documentos clentificos o historicos. El escritor de ficcién reatiza un acto de invencion, y en ese acto ea, por medio de as palabras, un mundo verosimil, es decir, un mundo que debe parecer real asus ectores. ALrespecto, Alain Robbe-Grilet, novelista francés contempordine, considera que a tite- ‘atura, en tanto discurso que se construye con palabras, puede crear “efectos de realidad” «través de procedimientos propios del ciscurso titerario y, por lo tanto, inventar una reae lidad para nada diferente de la que se conoce. Para ‘lustrar esta idea, cuenta una anécdota interesante: “En la época en que escribia Le voyeur, por ejemplo, mientras me obstinaba con ahtnco en describir el vuelo de las gaviotas y el movimiento de las ola, tuve ocasién de hacer un breve viaje invernala la costa bretona. Por el camino me iba diciendo: seré una buena ocasion de observar las cosas‘a lo vive y de refrescarme la memoria. Pero, en cuan- to divist el primer pajaro marino, comprendt mi error: por una parte, las gaviotas que estaba viendo no tenfan sino una confusa relacion con Las que estaba describiendo en mi libro, y Por otra me daba igual. Las Gnicas gaviotas que me importaban, en aquel momento, eran las ‘ue se hallaban en mi cabeza, Probablemente también ellas procedfan, de una u otra forma, del mundo exterior." ‘De manera que, si bien el Realismo es un movimiento literaio de corte netamente bur- qués que aparecié en la segunda mitad del siglo XIX, es posible encontrar relatos relistas en varias y distintas 6pocas, | maruracsno vaeausio 44 Steooes ececasccese SCCEV CEC SL EL eee SOu SoU e See sea0oocoo0 ‘WHINE Lecturas A la deriva El hombre pisé algo blanduzco, y en seguida sintié la mordedura en al pie. Salté adelante, y al volverse, con un juramento vio una yarara- cusit que, arrollada sobre si misma, esperaba otro ataque. El hombre eché una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacé el machete de la cintura. La vibora vio la amenaza y hundié més la cabe- za en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayé de lomo, dislo- cchndole las vértebras. El hombre se bajé hasta la mor- dedura, quité las gotitas de sangre y durante un instante contemplé. Up. dolor agudo nacia de los dos put} titos violetas y comenzaba a invadr todo el pie. Apresuradamente se li el tobillo con su pafiuelo y siguié por Ja picada hacia su rancho, Eldolor en el picaumentaba, con sensacién de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintié dos o tres falguranees puntadas que, como re- lémpagos, habfan isradiado desde la herida basta la mitad de la pantorsi- lla, Movia la pierna con dificultad; tuna metélica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancé ‘un nuevo juramento, Lleg6 por fin al rancho y se eché de brazos sobre a rueda de un trapi- che, Los dos puntitos ioletas desapa- reclan ahora en la monstruosa hin- chaaén del pie enteto. La piel parecta adelgazada y a punto de ceden, de tensa. Quiso Hlamai.a su mujer, 7 kx vor, se quebré en un ronco arrastre de garganta reseca, La sed lo devoraba. ~Dorotea! ~alcanzé a lanzar en un estertor~. ;Dame catia! Su mujer cortié con un vaso leno, que el hombre sorbié en tres tragos. Pero no habia sentido gusto alguno. ~(Te pedi catia, no agual ~rugié de nuevo-. ;Dame cafial ~Pero es catia, Paulino! -protes- 16 la mujer, espantada. ~iNo, me diste agua! {Quiero cai, te digo! La mujer cortié otra vez, volvien- do con Ja damajuana, Bl hombre trae g6 uno tras otro dos vasos, pero no sintié nada en la garganca, Bueno; esto se pone feo...-mur- muré entonces, mirando su pie, Ifvi- do y ya con lustre gangrenoso, Sobre Ja honda ligadura del pafuelo la car- ne desbordaba como una monstruo- sa morcilla, Los dolores fulgurantes se suce- dian en continuos relampagueos y Megaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta, que el aliento parecta caldear més, aumentaba a la pat. Cuando pretendié incorporarse, tun fulminante vémito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rucda de palo, Pero ol hombre no querfa mori, y descendiendo hasta la costa su- bid a su canoa, Sentése en la popa y comenz a palear hasta el centro del Parand. Aill-la corriente del rio, que en las inmediaciones del Iguazd corte seis millas, lo llevarla antes de ‘cinco horas a Tacurt-Puct, EI hombre, con sombrla eter fa, pudo efectivamente llegar hasta el medio del rfo; pero all sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tas un nuevo vémito de |; * ide una inmensa hoya, cuyas paredes, sangre esta vez~ dirigié una mitada al sol, que'ya.trasponia el monte. La. pieena encera, hasta’ medio riuslo,_era.yacun bloque deforme ¥ durfsimo. que ‘eventaba la topa BL hombre cores la ligadura y abrié el pantalén con su cuchillo: el bajo” yigntre desbordé hinchado, con gfandes manchas lividas.y tetrible- niente doloroso. El hombre: petisé ‘que no podria llegar jamiés solo a Tacunt-Pucit y se.decidié & pedir ayuda a su compadre Alves, aunque Vhacla- mucho tiempé que estaban spustados. La cortiente del rfo se precipita- 'ba ahora hacia la costa brasilefia, y el hombre pudo ficilmente atracar. Se arrastr6 por la picada en.cuesta arti- ‘ba; pero a'los veinte metros, exhaus- to, qued6 tendido de pecho. —yAlvee! ~grité con cuanta fuer- za pudo; y prest6é oldo en vano-. jCompadre Alves! |No me niegues este favor! ~exclamé de nuevo, al- rando la cabeza del suelo. En el si- lencio de la selva no se oy6 rumor. El hombre tuvo aiin valor para Ile- gar hasta sti canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, fi Ilevé veloz- mente a la deriva El Parand corte alli en el fondo Itas de cien metros, encajonan fii- tiebremente él rio. Desde las orillas, Bordeadas de negros bloques de-ba- » salto, aciende el bosque, negro tam- bién. Adelante, a los costados, atrés, siémpre la eterna muraila kigubte, en cuyo fondo el rfo arremolinado ‘se: precipita en ‘incesantes borbollo- ines de agua fangosa, El paisaje es agresivo y teina en él un silencio de” muerte, Al atardecer; sin embargo, ‘su belleza sombrfa y calma cobra una msjesad ‘nica : Bl sol habla caldo ya cuando el, | hombre, semitendido.en el fondo de’ Ja canoaytuyo un violénto escalofito. Y de prénto, con-asombro, endere- 4 pesadamente la eabera: se sent mejor. La pierna le dolia-apenas, la sed disminufa, y su pecho, libre ya, s€ abria én lenta ing El veneno comenzaba a ise, no -iba en ella se senta cada, vex. mejor, habfa dud’. Se hallaba casi bien, y aunque no tenia fuerzas para mover Jaimano, contaba con la cafda del ro- cio para reponerse del todo, Calculé que ants de tres horas estala en Ta- curd-Puct. El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos: No sentfa ya nada ni en la pierna ni encl vientre, ;Vivirla atin su compa- dre Gaona, en Tacurt-Puci? Acaso viera también a su ex pattén inster Dougald y al recbidor del obraje. ‘Alegatia pronto? El cielo;'al po- niente, se abria ahora en pantalla de oto; y el tio se habfa coloreado tam- / digo, Desde la costa paraguay, ya entenebrecido, el monte dejaba caer sobre l rio su frescura crepuscularen penetrantes efluvios de azahat y mie” silvestre, Una pareja de guacamayos eu muy alt yen silencio hacia el Paraguay. “Als abajo, sobre el rfo de oro, la canoa derivaba velozmente; girando 8 rajos sobre si misma anteel botbo- Ilénde un remolino. El-hornbre qu y pensaba entre tanto ene tiempo, justo que habia pasado sin yer 4 su ex pattén Dougald. Ties aos? Tal”, vez no, no tanto, zDos afios y nueye "| meses? Acaso. ;Ocho meses y medio? Eso si, seguramente, De prontii'sintié que estaba he- Jado hasta el pécho. (Qué seria? Ya respiracion... Al recibidor de madesas de imis ter Dougald, Lorenzo Culjilla, lo habia conocido en Puerto Esperanza?” un Viernes Santo. Viernes Si,'6 jueves. EI hombre estiré lentamente lo’: dedos de la mano. —Un juev \ Yous6 de respirar Fuonte: ‘Quiroga, Horacio: Cusates. @ Editorial Losade S.A, } Buenos Aires, 1997. WMT Lecturas La yacuaregaztt te: desmorond: sobre. Ia hojar el freivéticamer sendetd,, ‘ camisa dé brin. —Me pied. iabfa que pronto iad -indelinida, d Edema sabia prepararel a ava, uno de‘los pri eutalindante con le e410 nds & sincomas de la expansién del 9) venfa’ Gargando. desde Tpubgrd ‘con’ de sizona cbollas , en su clit uuh.yacaré desl 8 ilos, vive, compra angur( d a =Mird —volvi do enel meréado de la plaz ‘aad ‘i ine ha endurecido promontorio duro y redondo como una bola. ~Eso es el codo, Me picd en el sobaco ~informé celhombre, y por un momento parecié que estuviera hablando de otro-. No sé como pudo meterse ahi, Pero él saba que las yacuaregazt buscan los lugares oscuros y pilosos para dormitar. Hiimedos también, ‘Tal, vex el hombte la habfa molesta- do, sin querer, al ajustarse la correa del machete, 0,s¢ habfa rascado, ‘Edema sabfa prepararel yacaté en torrejas, a las que acompafiaba con arroz, yuta y tomate petita. Pero asf al hombre no le apetecia demasiado, ~Andé.... and4 hasta lo del Ca- tilo...~pidié. el hombre a-Edema-. Decile que me picé ina yacuarega- ‘i, Decile-que busque un médico. Decile que se apure, ~Edemna dejé el yyacaré ei el suelo y salié wescape. Era gil «-pesir de su edad indefinida y conocta la selva’ bastante bien, ‘Cuando el hombte se quedé solo, se percatd -del:'silencio, Tanted de nuevo ef lugar de la picadura, Vaya a saber cudnto tiempo haca que la vyacuaregiics habla estado habitando Ia axila, pero no podia hacer més de tres, meses: (..}Sintié la’ boca seca y los'16bilos de las orejas fe lattad como'dos _pequeftos corazones, El venéno'de:}a yacuaregzatt es espeso éomo una melaza, lento por lo tanto ¢ inapelable. Sus efectos se empiezan a sentir més nitidamente ala sombra, © después de los dias patios. [..] La bruma propia de Misiones se estaba ya entibiando, cuando el hombre vio llegar 2 Edema y Catilo por la picada, A Edema también le gustaba servis faccuras de yacaré con el mate cocido. [..] Solian comer de «sas facturas, acompatiadas de chipé, durante semanas, tan duras eran, Ve- alan dela mano, como dos criaturas, pezo en sus ojos se leia la premura y Ja preocupacién. El hombre s6lo se habja alimen- ado con unos hongos amarillentos que encontré en torno al tipé rosado y también habia engullido una doce- na de tucuruces, © bichos de luz, Jo que le habia dado una cierta encrgla’ para rebatir el avance del veneno, y tun extratio brillo a la mirada de sus ojos, {Qué te pass, hermano? ~se acudillé Catilo junto al hombre. Ca- tilo también era abil para cocinar el yacaré, aunque lo hacia a la manera braslefia, enduelto eh une pasioleta y_ con mermelada de canela. Una yacuaregins, A\veees,a filta de mermelada de caniela, le ponia gas oil, pero no sabja igual, Fl hombre’ levant6 el brazo de- cho y mostrd la pictdura a Catilo, Para mover con més libertad el brazo, hinchado ya del grosor de una sandia, el hombre se habia cortado la manga dela camisa de un imactietazo, La fie~ bre ola torpeza de su mang izquietda’ habfan tornado imperfecto. el tajo.y el filo'del-machete se habia llevado Ja manga, una rebanada de codo y ds dedos de la mano derecha,| uno de los cuales, el anulas, descansaba en el suelo a casi un metro del hombre como sefialando algtin peligro oeulto en la imprevisible tnaleza. El otzo, el mefiique, era llevado dificultosamene te por una multitud de hormigas co: loradas,selva'adentro, ~Esto es picadura: dé-mbembe- 1é, hermano SECUENCIA: MOROEDURA. 4. 2Qué elementos funcionan como indicios del final? “La yacuaregazi” 1. Los procedimientos de! cuento humoristico son: la itonia, el absurdo, la exageracién, la parodia, Jo imprevisto. Sefialen cudl o cudles de estos recursos utiliza Fontanarrosa. Den ejemplos. 2, Emel cuento se incluyen recetas culinarias. Estriban, a la manera de Fontanarrosa, distintas formas de preparar yararacust, la serplente de "A la deriva’. 3, Elauitor ere6 dos personajes que adquleren gran protagonismo en el cuento: Catiloy el doctor ‘Gomulla. Escriban un relato donde ambos se vuelven a Involucrar en un nuevo conficto. sated protucin texto de Fontanarokaentablaundislogo 2. Léanloypiensen de qué manera podstan coneleato de Quitoga Sileemos ta apoyarse en para escribir una nueva yacuategazi sin la referencia de'A la deriva, historia con efectos humoristicosa la perdernos muchos de los sentidas manera de Fontanarosa fandamentales del texto Esto mismo sucede - 3, Planfiquen laesritura y decidan qué com la historieta deCaloi que no puede tidos de cambios vana produc deere in reitse alos cuentos incorporacién de nuevos personajes, tradicionales. modifcacion del conficto que se : plantza, otro desenlace, ercéera, 1, Reunidos en grupos eljan oto cuento 4. Escriban un primer borralor de Horacio Quitoge: Pueden hacerlo si 5. Intercambien ls versiones producidas y visan el siguiente sto. 5" sefalen la dficultades que observan hetp://wnvw.ciudedsova, 6 Realicen un segundo borrador. Corian com/textos/euentos/esp/ 0 quecreannecesaroyesribanf GB csitogornc hem vein ral Y cualquiera que escandalizare a uno de estos pequefios quo creenen mi, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y se le anegase en el profundo de la mar, ct ‘Mateo, XVIII: 6 Nova avenir. Son mentiras lode la enfermedad y que vaa tardar unos meses; eso me lo dijo ta, pero yo sé que no va a venir. A vos te lo puedo decir porque vos entendés las cosas. Siempre entendiste las cosas. Al principio me parecfa que eras como un. {en © como los patines, un juguete, digo, y a lo mejor ni siquiera tan bueno como Jos patines, que un conejo de trapo al final es parecido a las mufiecas, que son para las chicas. Pero vos no. Vos sos el mejor conejo del mundo, y mucho mejor que los patines. ¥ las muflecas tienen esos cachetes colorados, redondos. Caras de bobas, 0 es lo que tienen. A mfno me importa si no est. Qué me importa a mi. Y no me vine a este rincén porque estoy triste, me vine porque ellos andan atrds de uno, querés esto y qué que- x€snene y puro acariciar, como cuando te enfermés y andan tocdndote la frente, que parece que los tfos y los demas estan para cuando uno se enferma y entonces todo el mundo te quiere. Por eso me vine, y por el estapido del Julio, el anteojudo ese, que porque tiene once afios y usa anteojos se cree muy vivo, y es un pavo queno ve deca ala puerta y encima siempre anda pegando. Se rie porque juego con vos, mirenlo, dice, mizen el nenito jugando al arrore6. Qué sabe é1. Los grandes también pegan. Las madres, sobre todo, Claro que a todos los chicos les pegan y eso no quiere decit nada, pero igual, por qué tienen que andar pegando siempre. Vos, por ahi, vas lo mas tranquilo yles decis miré lo que hice, creyendo que esté bien, y paf, un cachetazo, Ni te explican ni nada: ¥ otras veces puro mimo, como ahora, 0 como cuando te hacen tun regalo porque les conviene, aunque no sea Reyes ol cumpteafios. ‘Yo me acuerdo cuando ella te trajo, Al principio eras casi tan alto como yo, y eras blanco, més blanco que ahora porque ahota estas sucio, pero igual sos el mejor cone- jo de todos, porque entendés las cosas. ¥ cémo te trajo también me acuerdo, toma, me dijo, 1o compré en Olavarrfa, Bl primo Juan Carlos que vive en Olavarria a mi nunca me gust6 mucho: los bigotes esos que tlene, y ademas no es un primo como el julio, Por ejemplo, que apenas es més grande que yo. Es de esos primos de los padies de ‘uno, que uno nunca sabe si son tios 0 qué. Era una caja grande, y yo pensaba que seria un regalo extraordinario, algo con motor, como ef avién del rusito. Pero era liviano y cuando lo desaté estabas vos adentro, entre los papeles. A mi no me gus- taba un conejo. Y ella me dijo por qué me quedaba asi, como el bobo que era, y yo Je dije que esto no me gusta para nada a mi, mird Ja cabeza que tiene. Entonces dijo desagradecido igual que tu padre. Después, cttando papa vino del trabajo, todavia estaba enojada y eso que habia estado un mes en Olavarrfa, lejos de paps, y que papa UIBRERIA “SAN MARCOS™ 6e slempre me dice escribile a tu madre que la extraiiamos mucho y que venga pronto, pero es él el que més la extrafia, me parece. Y esa noche se pelearon. Siempre se pelean, bueno: pap no, él no dice nada y se viene conmigo la puerta oa la placita Martin Fierro que papé me dijo que era un gaucho. A papé tampoco le gust6 munca ‘l primo Juan Carlos, ¥ yo no te Ilevo a la placita, pero porque tengo miedo que los chicos se rian. Fllos qué saben cémo sos vos, No tienen la culpa, claro, hay que co- nocerte. Yo, al principio, también me crela que eras un juguete como los caballos de madera, 0 los perros, que no son los mejores juguetes. Pero después no, después me cuenta que eras como Pinocho, el que conté mamd. Ella contaba cuentos, ala ma- ana sobre todo, que es cuando nunca esté enofada, Y al final vos y yo terminamos amigos, mejor que con los amigos de verdad, los chicos del barrio digo, que st uno no sabe jugar a la pelota en seguida te andan gritando patadlura, andé al arco querés, yy malas palabras y hasta delante de las chicas te gritan, que es 10 peor. Una vez me dijeron por qué no traés a tu hermanito para que atajen juntos, yseretan, Por vos me Io dijeron, por os dientes mfos que se parecer a los tuyos. Me parece que te trajeron a propésito'avos, por los dientes. FBllos vinieron todos, como cuando la pulmonia. ¥ puro hacer cariclas ahora, se piensan que uno es un nenito 0 un zonzo, 0 a lo mejor saben que sé, igual que con Jos Reyes y todo exo, que todo el mundo pone cara de no saber y es como un juego. Y aunque el julio no me hubiera dicho nadaera lo mismno, pero el Julio, la basura esa, pard qué tenfa que venir a deciriie. Era preferible que insultata o anduviera buscan do camorra como siempre y no que viniera a decir esa porquerfa. $i yo ya me habia dado cuenta lo mismo, Papé esté asf, que parece borracho, y dice hacerme esto a mi. ¥ellosle piden quese calme, que yoloestoy mirando, Entonces me vine, para hablar con vos que lo entendés a uno y sos casi mucho mejor que el tren y ni por un avi6n como el del rusito te cambiaba, que si legan a imaginar que yo te iba a querer tanto no te traen de regalo, no. Y nadie va a lorar como una nena porque ella esté enferma ‘y no puede volver por wn tiempo. ¥ si son mentiras mejor. Oscarcito tampocooraba, se dia tarmbién habia venido mucha gente, pero era distinto. Bn la sala grande habia tun caj6n de muerto para la mama de Oscarcito, Estaba blanca, Oscarcito parecia no entender nada, nos miraba.a todos los chicos, pero no lor, ledecian que la mami de Glestaba enel cielo. ¥ estoes distinto. Mi maid no est en el ciclo, en Olavarria esta. El Julio, a basura esa de porgueria me lo dijo, pero lo mejor se fue enferma aalgtin ‘tro lado y por qué no puede ser. Todos lo dicen, Todos menos el primo Juan Carlos, aque tampoco esta. ¥ mejor si no esta, que a mi no me gust6 atunca por més que ella aijera tenés que quererlo mucho, y una vez que yo ful Olavarrfa nolos dejaba que se quedaran solos. Anda jugar al patio, siempre querfan que me fuera. jugar al patio: ella también. ¥ después puro regalar conejos, si, Se creen que uno no se da cuenta, como ahora, que si estuviera enferma no sé para qué le andan aconsejando a papa y él me mira, y se queda mirdmdome y me dice hijo, hijo. ¥ a veces me dan ganas de contestarle alguna cosa, pero no me sale nada, porque es como un nudo, Por eso me ‘vine. ¥ no para lorar tranquilo sin que me vean. Me vine porque si, para hablar con LIBRERIA "SAN MARCOS" ot ih a ey ‘vos que lo entendés a unoy sos el mejor conejo de todos, el mejor del mundo con esas orejas largas, y dos dientes para afuera, como yo cuando me rio. ‘Me parece que no me voy a reir nunca mas en la vida yo. Es0es lo que me parece. Yal final anadie se le importa un pito de tos dientes, porque yo te: quiero lo mismo y te quiero porque si, porque se me antoja. No porque ella te trajo y mejor sino va a volver. Ojala se muera, Y lo que estoy viendo es que esa cabeza que tenés no es nada linda, no, y, si quiero vamos a ver si no te tito ala basura, que al final de cuentas ‘nunca me gustaste para nada vos. ¥ lo que vas a ganar es que te voy a romper todo, Jos dientes, ¥ las orejas y esos ojos de vidrio colorado ‘como los estGipidos, asi, sin que ‘me dé ninguna gana de Ilorar ni nada, ‘por mas que te arranque el brazoy te escupa, todo, y vos te creés que estoy llorando, pero no ‘Horo, aunque te patee porel suelo, asi, aunque te salga todo el aserrin por la barriga y te quede la cabeza, ‘colgando, que para eso tengo el fren y los patines y... Abelardo Castillo, Las otras puertas, Buenos Aires, Seix Barral, 1999. a 1. Anélisis de textos “ : . 1._Investiguen en Internet (en: aparecen entrevis- {asyy la voz del autor leyendo algunos de sus textos) oen alguna biblioteca acerca de Abelardo Castillo, y escriban una biografia del autor y un contexto dela obra. 2. Después de haber lefdo atentamente dos veces el cuento, interpreten los pesi- bles sentidos del epigrafe, 3. Identifiquen las maxcas del paso del tiempo en el relato. En qué momento de Ja vida del protagonista transcurre la historia contada? ;Qué datos anteriores aparecen en el presente del relato? 4+ @uién es el narrador de Ia historia? {Desde qué punto de vista se relatan los. hechos? Qué efecto produce esa perspectiva? 5. gCémo se describe la relacién con la madre? 6. Los hechos, ise presentan ordenados cronol6gicamente? Escriban los niicléos narrativos y realicen la secuencia narrativa del relato, 7 Analicen y caractericen los personajes del cuento. :Cuél es el objetivo del pro- tagonista? ¢Quién lo ayuda para cumplir ese deseo? ,Quién se opone? 8. Describan el marco en que transcurre la historia, 9. Identifiquen los rasgos realistas del relato. LIBRERIA "SAN MARCO: 62 hoe PC ee eel 40.En muchos cuentos de Castillo, ta crueldad y la violencia parecen ser las for- ‘mas de relacién entre los personales. Debatan entre ustedes de qué manera se pone ésto de manifiesto en el cuento leido. 11. En Tests sobre et cuento, Ricardo Piglia sostiene que “todo ctiento relata dos historias, EI modelo clisico pone en evidencia la historia 1, y construye se- cretamente la segunda. E! buen cuentista logra ir sugiriendo parcialmente la segunda en os ‘intersticios’ dela primera”. Analicen enselaci6n con el cuento leido cuél es la historia 1y cud, Ja segunda, 12.En el libro de cuentos de Castillo, Las otras puertas, aparecen los cuentos agrupados de tal manera que titulo y subtitulos conforman una serie de iid: ‘cadores para la lectura de os cuentos. Un grupo de cuentos sexetinen bajo et titulo de “Los iniciados”, en donde esté “Conejo”, Reflexionen y discutan en- tre ustedes las posibles interpretaciones de Ia inclusién de ese cuento bajo ese titulo, zn qué se Inicia el protagonista de “Conejo”? yA qué mundo ingresa el protagonista a través de esas simbélicas “puertas”? 43, Reflexionen acerca de la frase que dice el protagonista: “Me parece que nome voy a reit nunca mas en la vida yo. Eso es lo que me parece". 4h Pedio Orgambide, un escritor argentino, dijo propésito de la publicacion de ‘Las otras puertas, el libro en donde se publicé el euento “Conejo”: “[Abelardo Castillo} agrupa sus narraciones con un titulo: Los iniclacos’.Y por lo explici- to, pot Jo natural tal vez redundante, el titulo se transforma en algo mas que «un simbolo, en una contrasefia paca entrar a esa funcién secreta en la que et hombre deja de ser nti, Este momento, uno'de los més dificiles en toda perk pecia vital esta gran fracture de la que nos vamos curando poco a Poco, est pellamente narrada por un joven de buena memoria, Debemos agradecerle & Castillo esta basqueda del tiempo perdido, este reertcuentro con la inocencia y los suftimientos tempranos. ¥ algo mst admirar en ét la osadia por entrar ‘en el melodrama sin temor, la buena salud narrativa que se manifiesta en ex: poner al desnudo los sentimientos reelabordndolos en funcin estética”, De- bbatan entre ustedes Jas afirmaciones de Orgambide. Il, Produccién de textos Escriban la resefialiterariade este cuento, teniendo en cuenta todos los aspec- tos sefialados en la teorfa. L.Sugerenclas de tectura ‘Lean en forma completa las novelas Don Quijote de la Mancha, de Cervantes ylo La vida de lazarillo de Tormes. También les recomendamos leer Las otras ‘puertas, de Abelardo Castillo. LIBRERIA “SAN MARCOS" 68

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