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REPÚBLICA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA


FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ESCUELA DE ARTES
TEATRO LATINOAMERICANO
PROF. JOSÉ FRANCISCO SILVA
MÓDULO CUATRO
(Desde el 11 de junio al 9 de julio)

EL TEATRO VENEZOLANO.
- Historia general del siglo XIX Y XX.
- Estudio de autores: R. Guinand, A. Eloy Blanco, C. Rengifo.
R. Chalbaud, I. Chocrón, José I. Cabrujas, R. Santana. Otros
-Los grupos de teatro.

INTRODUCCIÓN: En vista de la manera como se ha impartido la materia y de


la cantidad de estudio que compone el presente módulo, habiendo abarcado
gran parte del teatro venezolano del siglo XIX, en el módulo tres, ahora nos
concentraremos en el teatro venezolano de la segunda mitad del siglo XX, a
partir de finales de los años cincuenta hasta el presente.
Se les ha hecho llegar una lista de obras, lectura fundamental para la
comprensión y dominio del teatro venezolano contemporáneo, es
responsabilidad de cada uno de ustedes la lectura y conocimiento de estos
autores.
En los años 60 se produjo en el teatro venezolano un movimiento renovador, o
movimiento de vanguardia, que se proponía la creación del oficio del teatro,
para lo cual se abría la libre oferta de trabajo, al mismo tiempo se produjo un
movimiento de búsqueda de nuevos lenguajes teatrales, especialmente a nivel
de la dirección teatral y del uso de recursos técnicos, escenografía, iluminación,
etc. Este movimiento combatía el naturalismo y el realismo en teatro,
especialmente las escenografías “de cajoncito”, para buscar otros espacios y
otros usos de los mismos. Fue un período muy creativo a nivel técnico, pero
incidió negativamente en el actor, y especialmente en la formación de nuevos

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actores, porque se trataba de lo que se llamó la era de “la dictadura de los
directores” en detrimento de las obras y de los actores. Esta tendencia fue un
reflejo de lo que acontecía a nivel mundial en el teatro. Muchas de las obras,
por otra parte, reflejaban también las luchas sociales que sacudían a
Latinoamérica, a partir de la Revolución Cubana (1959). Estas tendencias
vanguardistas del teatro de agresión, llegaron a la saturación, a la fatiga, y se
produjo entonces a nivel mundial una vuelta a la palabra, al teatro de la
palabra, al humanismo en el teatro, que es más o menos el tipo de teatro que
prevalece.
Como lo señala el maestro Azparren Giménez, en El Teatro en Venezuela,
Ensayos Históricos (1997/133) si hay una palabra que puede definir el Nuevo
Teatro es Democracia. El país se rebela y logra destronar al Dictador Marcos
Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958 es el día y la hora, de inmediato el 2 de
febrero el Grupo Máscaras de César Rengifo, estrena Soga de Niebla de su
autoría en el Teatro Nacional y bajo la dirección de Carlos Denis, con
escenografía de Jacobo Borges. La misma había sido prohibida por la
dictadura desde 1952. El 6 de marzo del mismo año Román Chalbaud, estrena
Requién para un eclipse, con escenografía de Carlos Cruz Diez. La obra no
había podido estrenarse el 29 de noviembre de 1957, porque su autor y director
fue preso por la policía política de la dictadura. Tras la huida del dictador,
Chalbaud fue puesto en libertad. Carlos Dorante comentó: “la obra más valiente
que haya escrito en el teatro venezolano. Un drama de calidades
extraordinarias, de una fuerza arrebatadora (…) dentro de un clima anímico
sórdido, violento, morboso, perturbador” (12 de marzo de 1958, El Nacional)
Un pequeño teatro anexo al Teatro del Este, se convirtió en el Teatro Los
Caobos por estar ubicado en el segundo piso del edificio Polar, cerca del
Parque Los Caobos, justo frente a la Plaza Venezuela. A la entrada del teatro
se colocó un cartel que decía: “Un país sin teatro es un país sin fe”. Esta sala
se inauguró el 1 de abril de 1959, con el estreno de Chuo Gil (Los tejedores) de
Arturo Uslar Pietri, bajo la dirección de Alberto de Paz y Mateos. Uslar Pietri
confeso a los periodistas que, de todos sus intentos de teatro, este era el más
logrado. Cho Gil alcanzó cuarenta y siete funciones, probablemente un record
para la época.
Los festivales de teatro venezolano han sido importante factor de desarrollo de
la dramaturgia nacional, porque éstos se convirtieron en escenarios para la
confrontación, la contemplación, el análisis y la valoración temática y estética
de nuestra dramaturgia.
El Primer Festival de Teatro Venezolano, se celebró del 25 de septiembre al 15
de noviembre de 1959, fue un festival de autores. Humberto Orsini y Nicolás
Curiel, ambos fallecidos, desde sus experiencias europeas, fueron
determinantes en la incorporación de las obras y teorías de Bertold Brecht. Se
confrontó la vanguardia mundial: El diario de Ana Frank de Goodrich y Hackett,
El zoológico de cristal de Tennesse Williams, Rinocerontes de Eugêne Ionesco
y Las brujas de Salem de Arthur Miller. El Teatro Universitario de la UCV
enarboló con mayor decisión el teatro experimental y las técnicas brechtianas,
fue el primer grupo que desarrollo una amplia proyección internacional, con el

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montaje Yo, Bertold Brecht, cuando se presentó en 1963, en el Festival de
Nancy (Francia), y en Varsovia, Berlín, la URSS y China. Azparren Jiménez
(1997/136) En este Primer Festival se constituyó el 5 de septiembre de 1959, la
Federación Venezolana de Teatro, con una directiva encabezada por Horacio
Peterson, Presidente, y Luis Peraza y Humberto Orsini como Vicepresidentes.
Esta federación fue inscrita en el Instituto Internacional de Teatro, UNESCO, en
París, como Centro Venezolano del ITI-UNESCO, activo hasta finales del siglo
pasado.
La Federación Venezolana de Teatro tomó la iniciativa de realizar el Segundo
Festival de Teatro Venezolano en 1961, este evento significó la consolidación
de la dramaturgia emergente: Román Chalbaud con Sagrado y Obsceno; José
Ignacio Cabrujas con Los insurgentes; César Rengifo con Lo que dejó la
tempestad e Isaac Chocrón con Una mínima incandescencia.
Otros influyentes determinantes además de Brecht, fueron Antonin Artaud y
Jerzy Grotowski. El joven Levy Rossell, descolló con Vimazoluleka, en 1966,
con una suerte de juego experimental lleno de música, colorido y
espontaneidad expresiva, que supo expresar a una juventud que haría eclosión
en 1968.
En crónica del profesor Humberto Orsini, en 1967, se celebró el
Cuatricentenario de la ciudad de Caracas, y dentro de su vasta programación
fue organizado el Tercer Festival de Teatro Venezolano con la participación de
15 obras. Este festival a juicio de Humberto Orsini, estuvo signado por la
búsqueda de elementos expresivos del teatro total en montajes como “La otra
historia de Hamlet” y “Experimento Nª 1”. La organización aportó una suma de
dinero a cada montaje y cubrió los gastos de publicidad y del alquiler del Teatro
del Ateneo de Caracas, donde se hicieron los montajes.
Pasaron 12 años sin que el teatro venezolano se reorganizara y sin la voluntad
de realizar otro festival. Pero en 1970, la recién creada Asociación Venezolana
de Profesionales del Teatro, AVEPROTE, acometió la tarea de organizar el IV
Festival con la participación de 13 obras, con la ayuda del Estado.
En noviembre-diciembre de 1980, AVEPROTE organizó el V Festival con la
participación de 10 montajes, siempre de obras venezolanas, bajo los auspicios
del Consejo Nacional de la Cultura, CONAC. Tanto el V festival como el IV se
realizaron en el Teatro Nacional, pero sin mayor trascendencia. El objetivo era
el rescate del festival y la confrontación de lo que se hacía en el momento.
En 1983, se celebró el Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar,
con una vasta programación nacional e internacional, bajo los auspicios de la
Presidencia de la República y el Consejo Nacional de la Cultura. En el marco
de las celebraciones bicentenarios le fue encomendada a AVEPROTE la
realización del VI Festival de Teatro Venezolano. AVEPROTE convocó a los
dramaturgos y se pre-inscribieron 52 obras, muchas de ellas de autores
noveles. Un jurado seleccionó 19 como participantes y fueron publicados 9
volúmenes con 27 obras seleccionadas. Por primera vez el Festival adquirió
una destacada proyección al realizarse durante 15 días en varias salas
simultáneamente: Teatro Nacional, Teatro CADAFE, Teatro César Rengifo,

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Sala Ana Julia Rojas, Rajatabla, Sala de Conciertos de la UCV, y Teatro Juares
de Barquisimeto. Otras particularidades de este festival fue el hecho de que por
primera vez a cada grupo se le otorgaba un presupuesto que cubría los pagos,
ya estipulados, de todo el personal de actores y técnicos; y también el hecho
de que fue construido un gran taller muy bien equipado para la realización de
escenografías, denominado Taller de Reciclaje, donde fueron realizadas todas
las 19 escenografías del festival, el cual quedaría como taller permanente de
reciclaje. El balance general de este festival fue, muy positivo por la masiva
participación del público, pero muy polémico por los resultados artísticos, y
algunas veces severamente criticado por los críticos teatrales.

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