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a El curioso caso de Be sioiyevetee Sep tia Koya} Raanais Saami ERE ' — \ 24 2 El curioso caso de Benjamin Button ala 1 Una eminencia es tun profesional de gran ace tiempo, en 1860, era habitual que la; excelencia académica, . + mujeres dieran a luzen el hogar. Hoy endia, 2 En medicina, se Je oyend lama asepsia al segun lo que me cuentan, las eminencias conjunto de procedi- de la medicina decretaron que es mejor qu mientos para prevenir el nifio emita su primer llanto en el ambiente aséptice Infecciones, de unestablecimiento hospitalario, preferentemente uno 3 Unanacronismo es unerroroincoherencia. | @ buena reputacién. Por lo tanto, los entonces jévenes Sr. y Sra. Button estaban medio siglo adelantados para su producto de presentar | 5 se i algo comopropiode poca cuando decidieron, un dia de verano en 1860, que -unaépocaalaqueno su hijo debfa nacer en una maternidad. Jamas sabremos corresponde. | si ese anacronismo tuvo algo que ver con la increfble 4 Baltimore es una ‘ier ciudad del estado de historia que voy a relatarles. Maryland,enlaregion | Les contaré lo que sucedié y los dejaré libres para que norestedelos Estados | juzguen ustedes mismos, Unidos. | En Baltimore,‘ antes de la Guerra de Secesién,§ los Roget 5 Enla Guerra de ae ‘era envidi ina cee cr Button gozaban de una posici6n social y financi idiable. pase | Estabanrelacionados con Tal Familia y con Tal Otra Familia, jounidense (1861- sco 1865) se enfrentaron las | que, como todo sureiio® sabe, les daba derecho a pertenecer fuerzasdelosestados | ala “gente bien”, tan numerosa entonces en el sur de los del norte (la Unién) Estados Unidos, Por primera vez se plegaban aesa costumbre tear abit | maravillosa de tener un hijo, lo cual ponfa un poco nervioso estados del sur a * (Estados Confederados alsr, Button, Esperaba que fuera var6n para poder: enviarl de América). a la Universidad de Yale, en Connecticut, institucién en 6 Ser “surefio” en la | que, durante cuatro afios, lo habfan llamado con el obvio historia estadouniden- sobrenombre de “Botén”. sesignitians formar | La maiiana de septiembre en que debfa tener lugar el ee | excepcional acontecimiento, se levanté ansiosoa las seis de herederadelos prime- | lamaiiana, sevisti6, seajust6 perfectamentela corbata ys° roscolonoseuropeosy, | dirigié con toda prisa al hospital de Baltimore para sabersi por lo tanto, implicaba su hijo habfa visto la luz en la oscuridad de la noche. en aie | Cuando se encontraba a unos cien metros del Hospital cratico que sostenta Privado de Maryland para Damas y Caballeros, vio al Dr. la legalidad de la Keene, el médico de la familia, que descendfa por la es- esclavitud, calera principal, frotandose las manos como si estuviera Escaneado con CamScanner e Molt Titepsalel 5 lavandoselas y como debe hacer todo médico segtin la tacita’ ética profesional. El Sr, Button, presidente de Roger Button y Cfa., mayo- Tistas de ferreterfa, comenzé a correr hacia el Dr. Keene con menos dignidad de la que se espera de un caballero surefio de esa época gloriosa, “jDr, Keene! {Dr. Keene!”, grit6. Alofrlo, el médico dio media vuelta y se detuvo de inme- diato, Una expresién de sorpresa podfa leerse en su cara seria y curativa a medida que el Sr. Button se acercaba. —jCémo fue todo? —pregunté agitado el sr. Button—. 2Cémo esta mi mujer? ;Fue un varén? Qué es? ;Qué...? —jCAlmese! —le indicé secamente el Dr. Keene. Parecfa algo irritado, —jYa nacié? —imploré. El médico fruncié el cefio. —Y si. Supongo que sf, si es que se puede decir asi —y volvié a mirar al Sr, Button con curiosidad. —{Mi mujer esta bien? Si. —{Es nifio o nifia? —{De eso se trata! —grité el Dr. Keeneal borde de la exas- peracién—. Le pido que vaya y lo vea usted mismo, jEs un esc4ndalo! —lanzé la tiltima palabra casi como si tuviera una sola sflaba, luego se dio media vuelta murmurando: —{Usted cree que un caso como este va a contribuir a mi reputaci6n profesional? Uno mas y es el fin de mi carrera, de la de cualquiera, en realidad, —iQué sucede? —pregunté aterrado el Sr, Button—. Son trillizos? —jNo, no son trillizos! —respondié el médico con tono cortante—, Lo tinico que tiene que hacer es ir y ver con sus propios ojos, jY consigase otro profesional! jJoven, fui yo quien lo trajo a usted al mundo y soy el médico de su familia desde hace cuarenta aiios, pero no quiero saber nada ms con usted! jNo lo quiero ver ms, nia usted ni a ningtin miembro de su familia! jAdiés! 7 Estacito aquello que no se pone en palabras pero se sobrentiende, Escaneado con CamScanner 26 7 El curioso caso de Benjamin Button Se dio media vuelta bruscamente y, sin decir palaby subié al faetén® que lo estaba esperando junto al cord de la vereda y se alejé, El Sr, Button permanecié en la vereda, estupefacto, temblando de pies a cabeza. {Qué contratiempo, qué pe cance habfa sucedido? De repente habfa perdido todo desy de entrar al Hospital Privado de Maryland. Fue con sum dificultad que, un instante después, se obligé a subir ly escaleras y entrar por la puerta principal. Habfa una enfermera sentada detrds de un escritoriy en la penumbra del hall de entrada. Tragando vergiienza, se acercé; —Buen dfa —saludé ella, mirandolo con simpatia. —Buen dfa. Soy... soy el Sr. Button. Ante estas palabras, el rostro de la joven cambié, leno de terror. Ella se puso de pie y parecié que queria huir pew que hacfa todo el esfuerzo posible para quedarse. —Quisiera conocer a mi hijo —dijo el Sr. Button. 1a enfermera lanz6 un pequeiio grito. —iPor supuesto! —dijo histérica’—. Arriba, exactamente arriba. jSuba! Le sefialé la direccién y el Sr. Button, bafiado en fria transpiracién y con las piernas flojas, dio media vuelta y comenzé a subir al segundo piso. En el pasillo de arriba se dirigié a otra enfermera que, con un bol en la mano, se le acercé, —Soy el Sr, Button —logré articular—. Quiero ver a mi... iClank! El bol se cayé al piso y rodé hacia la escalera. iClank! ;Clank! Comenzé un descenso metédico como si estuviera compartiendo el terror general que provocaba & Se llama faet6n a un el caballero, camuaje descublerto, —jQuiero vera mi hijo! —casi chillé el Sr. Button. Estaba vera roads, ato a punto de desplomarse. © En este.caso, his- {Clank! El bol llegé al primer piso. La enfermera recobré térica significa muy el control de sf misma y con profundo desprecio miré al nerviosa 0 alterada. Sr, Button, Escaneado con CamScanner OF chat Fiteguale) xy _—De acuerdo, Sr, Button —asintié en voz baja—. jSufi- Cente! jSi usted supiera cémo nos trastorné lo que ocurrié esta mafiana! {Es un escdndalo total! El hospital jams vol- vera a tener ni la ms minima reputacién después de... —jAptirese! —grité con voz ronca—. No aguanto mas. —Venga por aquf entonces, Sr, Button. La siguié arrastrando los pies. Al final de un largo pasillo, legaron a una habitacién de la cual provenfan diversos gritos (en realidad, una habitacién que hoy llamarfamos “Ja sala de los llantos”). Entraron. Contra las paredes habia una media docena de cunas blancas con ruedas, cada una de las cuales tenfa una etiqueta de identificacién en la cabecera. —Bien —dijo el Sr. Button con la respiracién entrecor- tada—. ;Cuél es mi hijo? —Alli est4 —dijo la enfermera. Los ojos del Sr. Button siguieron el lugar que ella sefia- laba con el dedo fndice, y esto es lo que vio, Envuelto en una voluminosa manta blanca y en parte apretujado en una de las cunas, se hallaba sentado un anciano aparentemente de unos setenta afios, El escaso cabello que tenfa era casi blanco, y de la barbilla cafa una larga barba gris, que la brisa que entraba por la ventana movia absurdamente, El hombre levanté la mirada hacia el Sr. Button, los ojos sin brillo y apagados como si se pudiera leer en ellos una interrogaci6n. —{Mevolvi loco? —bramé6 el sr. Button pasando del terrora la ira’°—, Se trata de una broma de mal gusto del hospital? —A nosotros no nos parece una broma —respondié con severidad la enfermera—., Y no sé si esta loco 0 no, pero sin duda este es su hijo, La frente del Sr, Button se cubrié nuevamente de una transpiracién fria, Cerr6 los ojos y luego, abriéndolos, mir6 otra vez. No hab{a duda, estaba mirando a un hombre de setenta aiios, a un bebé de setenta aiios, un bebé cuyas piernas sobresalfan de lacuna en la que reposaba. Q>se= 9 “He looked up at Mt. Button with dim faded eyesin which Inrked a puzzled guettion.” Ces “El hombre levanté a mirada hacia el Sr. Button, los ojos sin bri- Mo y apagados como si se pudiera leer en ellos una interrogacién.” 10 Se denomina ira al sentimiento de enojo 0 furia extremos. 4 Escaneado con CamScanner 28 2 El curioso caso de Benjamin Button El hombre de edad avanzada los miré a los dos y Iuegs comenzé6 a hablar con una voz quebrada y anciana. —{Es usted mi padre? —pregunt6, El Sr, Button y la enfermera se sobresaltaron. —Porque si es asf —continué el anciano con voz que- jumbrosa—, me gustarfa que me sacara de aquf 0, por lo menos, que les pidiera que me traigan una mecedora cémoda. —Por Dios, ¢de dénde salié? ;Quién es usted? —salté de repente el Sr, Button con desesperacién. —No puedo decirle exactamente quién soy —respondié con.un gemido quejoso—, porque hace solo unas horas que nacf,., pero mi apellido, sin duda, es Button. —jEs una mentira! jUsted es un impostor! Elanciano, como cansado, se dirigié a la enfermera. —Linda manera de darle la bienvenida a un recién nacido —se quejé con voz débil—. ;Por qué no le dice que esta equivocado? ing] —Usted se equivoca, Sr. Button —dijo la enfermera con soa #%. dureza—. Este es su hijo, y usted tendra que arreglarselas. wh. fox Ce-ax,| amos a pedirle que se lo lleve a su casa lo antes posible, fe +} hoy mismo, (inmefuu «| —jA casa? —repitié, incrédulo, el Sr. Button. —S{, no podemos tenerlo aquf. Realmente no podemos, y usted lo sabe, —Mejor as{—gimié el anciano—. Buen lugares este para un joven de gustos tranquilos, Con todos estos llantos y quejidos, no logré cerrar los ojos. jPedf algo para comer y todo lo que encontraron para darme fue una mamadera de leche! —se sublevé con voz estridente. | ElSr, Button se hundié en una silla cerca de su hijo y, | con la cara oculta entre las manos, al borde del horror, | | murmuré: —jCielos! ;Qué dird la gente? ;Qué debo hacer? —Tendré que llevarselo a su casa —insistié la enferme- | ra~, jY de inmediato! Escaneado con CamScanner » 2 El curioso caso de Benjamin Button ‘i Un septuagenario es alguien que ha cum- plido setenta afios. ‘12 En la época, se prac- ticaba legalmente en los Estados Unidos la trata de personas bajo el amparo de una fuer- te ideologia racista. Desde los inicios dela colonizaci6n europea en América, se cazaron y se transportaron personas esclavizadas desde el continente africano. Asi, a partir del siglo xvii, comenz6 un comercio a gran es- ala: el comercio negrero. En el llamado “sur’ de los Estados Unidos, los esclavos africanos eran comprados para trabajar en la agricul- tura yen el servicio doméstico. 13 Una risa socarrona es la que se emite con astucla y cierta burla, 14 Impavida es sin6- nimo de serena, sin temor ni ansiedad, Delante de los ojos del hombre atormentado, con un; claridad espantosa, se le dibujé una imagen grotesca, un imagen de sf mismocaminando, entrela gente, por las calles de la ciudad, con esa aparici6n lamentable a su lado. —No puedo, no puedo —gimié. La gente se pararfa a hablar con él y ¢qué les iba a decir? Tendrfa que presentarles a ese... ese septuagenario:" “Este esmihijo, nacié temprano esta mafiana”. Yluegoel anciano se cubrirfa con la manta y ellos continuarfan su camino, con paso pesado, por los negocios llenos de gente, por el mercado de esclavos™ (durante un breve instante, el Sr. Button deses ardientemente que su hijo fuera negro), por las casas lujosas del barrio residencial, por el hogar de ancianos... —jVamos, calmese! —le ordené la enfermera. —Pero si usted piensa que yo voy a salir envuelto as{ en una manta, se equivoca por completo —anuncié de tepente el anciano, —Los bebés siempre estan envueltos en mantas. Con una risa socarrona,® el anciano levanté en alto unos pafiales blancos —jMiren! —sefialé con voz temblorosa—. Esto es lo que tenfan preparado para mf. —Los bebés siempre los usan —dijo impavida* la en- fermera. —Bien —dijo el anciano—. Este bebé no va a usar nada en dos minutos, Esta manta raspa. Al menos podrian haberme dado una sdbana. —jNo se saque el paiial! jNo se lo saque! —se apuré a decit el Sr, Button, y dirigiéndose a la enfermera agreg6: —1Qué hago? —Vaya al centro y cémprele ropa a su hijo. La voz del hijo lo siguié hasta el pasillo: —Y un bastén, padre. Necesito un bastén. El Sr, Button dio un portazo y se fue... SoS Escaneado con CamScanner OF cheat Fitepsalel = ot ae uenos d{as —saludé nervioso el Sr. Button al empleadode la Compaiifa Textil Chesapeake—. Quisiera comprar ropa para mi hijo. —{Qué edad tiene su hijo, sefior? —Seis horas aproximadamente—respondié el Sr, Button sin pensar, —El departamento para bebés se encuentra al fondo. —En fin, no creo, no estoy seguro de que sirva. Lo que sucede... es que es sumamente grande. Excepcionalmente grande, __ —No hay problema; tienen tallas muy grandes. —Dénde se encuentra el departamento de nifios? —so- _licité desesperado el Sr. Button cambiando de argumento. intié que el empleado seguramente habja presentido su jornoso's secreto. —Por pa de hombre le repugnaba. Digamos que si pudiera solo encontrar un traje de nifio lo suficientemente , podria cortarle esa horrible barba larga, tefiirle el de color castafio y asf arreglarselas para ocultar lo r y mantener algo de respetabilidad y ni hablar de su ici6n en la sociedad de Baltimore. Pero una desenfre- inspeccién del departamento de nifios no le permitié mtrar ningun traje para el recién nacido, Le eché la pa al negocio, por supuesto (en estos casos lo usual es Je la culpa al negocio), —jQué edad dijo que tenfa su hijo? —pregunté con iosidad el empleado, —E! tiene... dieciséis aiios, —oOh, le pido disculpas. Pensé que haba dicho seis oras. El departamento para jévenes se encuentra en el r6ximo pasillo, E] Sr. Button se alejé apesadumbrado, De repente se aqui. —Bien... —dijo dudando. La idea de vestir a su hijo con _ z ¥5 Lo bochornoso es vergonzoso 0 molesto. Escaneado con CamScanner 32 2 El curioso caso de Benjamin Button detuvo, el rostro se le iluminé y, sefialando con el ded, un maniquf vestido que se encontraba en la vidriera, exclamé: —Ese, Me llevo ese traje, el del maniqui. El empleado lo miré asombrado. —No, ese no es un traje para nifios —protesté—. En realidad, lo es, pero como disfraz. Podria irle bien incluso austed, —Envuélvalo —insistié el cliente con nerviosismo—. Es lo que busco. Asombrado, el empleado obedecié. De regreso en el hospital, el Sr. Button entré en la guar- deria y casi le tiré el paquete a su hijo. —Aqui tienes tu ropa —dijo bruscamente. El anciano desaté el paquete y le dio un vistazo al con- tenido con mirada burlona. —Me parece ridfcula —se quej—. No quiero que se burlen de mi... —jEs de mf de quien te burlaste! —replicé el Sr. Button duramente—., No te preocupes por cémo te queda. Pén- tela o sino... o sino te pegaré unas palmadas —tragé con dificultad al pronunciar las tiltimas palabras, sintiendo, sin embargo, que era lo que debfa decir. —De acuerdo, padre —asintié con una grotesca simu- laci6n de respeto filial—, Tiene mas experiencia que yo; debe saber mejor que yo, Como usted diga. Como antes, la palabra “padre” sobresalt6 al Sr, Button. —Y apirate, —Me estoy apurando, padre. Una vez que su hijo estuvo vestido, el Sr. Button lo miré con depresién, El disfraz consistfa en medias a lunares, pantalones color rosa y una blusa con cinturén y un am- plio cuello blanco, sobre el cual reposaba la larga barba blanca, que llegaba casi hasta la cintura. El aspecto no era nada halagador, —Espera. Escaneado con CamScanner FF halt Fitepuall) 9 El Sr. Button tomé unas tijeras del hospital y con tres tijeretazos amputé una gran parte de la barba. Sin embargo, inclusive con este cambio, el conjunto estaba lejos de la perfeccién. El resto de pelo desalifiado, los ojos acuosos, los dientes viejos desentonaban con el colorido yla vistosidad del disfraz. No obstante, el Sr. Button era obstinado y tendié la mano. —jVamos! jRApido! —dijo con tono cortante, Su hijo le tomé la mano con confianza. —Padre, ;cémo me va a llamar? ;Simplemente “bebé” por ahora hasta que piense en un nombre mejor? —dijo con voz trémula, El Sr. Button lanzé un grunido. —No sé —respondié secamente—. Creo que te llamare- mos Matusalén.*® 16 Segin consta en el AntiguoTestamento de la Biblia (libro sagrado de las religiones judeo- cristianas) Matusalén es la persona que mas afios de vida alcanz6. Su nombre se aplicé a cualquier criatura de edad muy avanzada: “tiene mas afios que Matusalén’. Escaneado con CamScanner 3 ( El curioso caso de Benjamin Button 7 Aténito significa paralizado por la sorpresa. oe I nclusive después de que al recién llegado de la milia Button se le hubiera cortado el cabello cor, y teiiido de un color negro poco natural, de qu; no solo se le hubiera afeitado toda la barba sing que se le hubieran dejado las mejillas brillantes y se lo hubiera vestido con ropa de nifio hecha a medida por un sastre aténito,” resultaba imposible que Button ignorara el hecho de que, sobre todo por ser el primogénito, su hijo eraun triste espécimen. A pesar de la espalda encorvada, Benjamin Button, nombre que le pusieron en lugar del apropiado pero odioso Matusalén, med{a un metro setenta centimetros de altura. La forma en que estaba vestido no lograba disimularla, ni tampoco el recorte y tefiido de las cejas ocultaban el hecho de que la mirada fuera apagada, acuosa y triste. En realidad, al verlo, la nifiera que habia sido contratada con anticipaci6n abandoné de inmediato la casa, en un estado de considerable indignacién. Pero el Sr. Button no se rendfa. Benjamin era un bebéy debfa vivir como bebé. Al principio declaré que si a Benja- min nole gustaba la leche tibia, no comerfa ninguna otra cosa, pero finalmente consintié en que se le autorizara a comer pan con manteca e inclusive accedi6 a que se le dieran copos de avena. Un dfa trajo un sonajero y, ofre- ciéndoselo a Benjamin, insistié muy claramente en que debfa “usarlo para jugar”, a partir de lo cual el ancianolo tomé con expresién cansada y agitandolo décilmente se lo ofa, durante el dfa, de vez en cuando. Sin embargo, no cabfa duda de que el sonajero lo abu- trfa y de que, cuando estaba solo, él disfrutaba de otros entretenimientos mas tranquilos. Por ejemplo, un dfa el Sr. Button constaté que la semana anterior habfa fumado muchos mAs cigarros que lo habitual (fenémeno que encontré explicacién unos dias después cuando, al entrar sorpresivamente en la habitacién de su Escaneado con CamScanner F healt Fitepsalel | s hijo, descubrié que estaba invadida de una leve nube de humoazulado y que Benjamin, con una expresi6n de culpa enel rostro, trataba de ocultar entre los dedos la colilla de un habano oscuro). Por supuesto, este comportamiento merecfa una buena paliza, pero el Sr. Button no encontré las fuerzas para darsela. Y simplemente le previno que fumar le “impedirfa crecer”, Noobstante, no cambié de actitud: le trajo soldaditos de plomo, le trajo trenes de juguete, le trajo grandes animales hechos en tela y para mantener -aunque sea tan solo para é-lailusin creada, en el negocio de juguetes le pregunt6 con vehemencia al vendedor si “la pintura del patito rosa se saldrfa en caso de que el bebé se lo pusiera en la boca”. Noimportaba cuanto esfuerzo hiciera su padre, Benjamin nomanifestaba ningun signo de interés. Se deslizaba sigi- losamente por la escalera de atras y volvia a su habitacién conun volumen de la Enciclopedia Britanica,"* con el cual pasaba toda la tarde sin prestar la mas mfnima atencién alas vacas de algodén y al arca de Noé" en miniatura que estaban en el piso, Frente a tanta terquedad, los esfuerzos del Sr, Button eran vanos.”° Alprincipio, la noticia hizo furor en Baltimore. Felizmente paralosButton, nose pudo determinar el costo social deseme- jantecontratiempo, ya que el estallido de la Guerra de Secesi6n desvié la atencién de la ciudad hacia otros asuntos. Algunas personas que tenfan una cortesia a toda prue- ba y se devanaban los sesos buscando cumplidos para los padres, finalmente hallaron el recurso ingenioso de declarar que el bebé se parecfa al abuelo, hecho que no podfa negarse, dado el estado habitual de decrepitud™ propio de los hombres de setenta. El cumplido no fue del agrado del Sr. y la Sra. Button y result6 una violenta ofensa para el abuelo, Una vez que salié del hospital, Benjamin tomé la vida como venfa. Le trajeron algunos nifios para jugar con él y pasé una tarde, con dolor en las articulaciones, tratan- WB La Enciclopedia Britdnica es la mas an- tigua en idioma inglés. Su primera edicin data de entre 1768 y 77. Crecié tan répida- mente en popularidad tenia 2 tomos. ‘yg Segtin el Antiguo Testamento de la Biblia, Dios ordené a Noé la construcci6n de un arca 0 enorme embarcaci6n para preservarlo a él, por ser el Gnico hombre justo, a su familia y ciertos grupos de animales del diluvio universal," conel fin de repoblar el planeta con ellos. 20 Vanos significa indtiles, infructuosos o sin efectos. 21 Se denomina decre- pitud ala declinaci6n de las facultades fisicas y,a veces, mentales causada por la vejez. Escaneado con CamScanner 36 7 Elcurioso caso de Benjamin Button do de encontrar algun interés en jugar a las bolitas yj e>s= 9 trompo. Inclusive logré romper, por accidente, un vidriy “He warar puzzled de la ventana de la cocina con una piedra lanzada con un At any one d atthe honda, hazafia que, secretamente, deleité al padre. apparently advanced A partir de entonces, Benjamin se las ingenio par age of hit mind and romper algo todos los dias, pero lo hacfa solo porque er at birth." lo que se esperaba de él y porque, por naturaleza, en atento y servicial. Css 0 Cuando su abuelo perdié el antagonismoinicial, el hombre “Estaba tan sorpren- deedad avanzada y Benjamin disfrutaron mucho dela mune eats compaiifa, Ain cuando tuvieran tanta diferencia de edad y experiencia, solfan pasar horas sentados juntos y, como viejos amigos, solfan hablar, con incansable monotonia, sobre los acontecimientos insignificantes de la jornada. Benjamin se sentfa mds a gusto en presencia de su abuelo que frente a sus padres, quienes parecian siempre tenerle cierta aprensién” y, a pesar de la autoridad dictatorial que | ejercfan sobre él, con frecuencia lo llamaban “sefior”. Estaba tan sorprendido como los dems por la aparente edad avanzada de su mente y su cuerpo al nacer. Consulté al respecto las publicaciones médicas, pero no encontré ningtin caso similar. Ante el pedido insistente de su padre, | hizo un esfuerzo sincero por jugar con otros nifios, y con | frecuencia participé en los juegos mas suaves: el fiitbol | americano lo sacudfa demasiado y tem{a que, en caso de | fractura, sus viejos huesos no se soldaran. | Cuando tuvo cinco afios de edad lo enviaron al jardin de infantes, donde se inicié en el arte de pegar papel verde | _ sobre papel de color anaranjado, de colorear mapas y de | fabricar los eternos collares de cart6n. Tenfa tendencia a quedarse dormido en medio de estas actividades, una | | avanzada de su mente y su cuerpo al nacer.” ea sion es mala costumbre que no solo irritaba sino que asustaba el temor de ponerse 5 Hi " en Gbntadie Goh otra a la joven maestra. Para gran alivio suyo, ella se quejé a sus padres y lo sacaron de la escuela. Los Roger Button explicaron a sus amigos que tenfan la impresién de que atin era demasiado chico para ira la escuela. Persona o con algo que Provoque contagio 0 Perjuicio. Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner 38 2 El curioso caso de Benjamin Button Cuando tuvo doce afios, sus padres ya se habfan acostuy brado a su presencia. En realidad, tan poderosa es 1a fuer de la costumbre que ya no encontraban diferencia cong Testo de los nifios (excepto cuando alguna anomalfa® extrai, se los recordaba). Un dfa, poco tiempo después de cup} doce afios, mientras se miraba en el espejo, Benjamin hia ocreyé hacer, un sorprendente descubrimiento. Sus ojosl engafiaban o, durante la primera docena de afios de su vid la rafz de su cabello debajo de la tintura habia pasado de se Sto LovolCesGo« blancaagrisoscura? ;Noera menos pronunciadoel entramad oS wie f-tof-SFe| dearrugas de su cara? ;No tenia la piel més firme y saludabe Fe «| y las mejillas un poco rosadas? Era imposible decirlo. Sabfa que ya no tenfa la espalda encorvada y que estado fisico habia mejorado notablemente desde su primeros dfas de vida. —jPuede ser...? —pensaba para s{ mismo 0, més bien, apenas se atrevia a pensar. Fue a ver a su padre. | —jSoy grande! —anuncié con determinacién—. Quiero usar pantalones largos,* Su padre dudé por un momento y finalmente dijo: —No estoy muy seguro, pero normalmente se empiez a usar pantalones largos a los catorce afios, y tt tienes tan solo doce, —jPero tienes que reconocer que soy grande para mi edad! —protesté Benjamin. | Su padre Jo miré como si reflexionara la pregunta y le 23Dadalacondicién | respondi6: del personaje, una : i. anomalfa significa una —No estoy tan seguro, A los doce, yo era tan alto como ti. conducta adulta, Eso no era verdad, sino que era parte de a ilusién taciu 24 En la época, el | de Roger Button para creer en la normalidad de su hijo. comienzo del uso de Finalmente, llegaronaunacuerdo, Benjamin continuaria pantalones largos evidenclaba en los hombres el pasaje de la nifiez a la adoles- cencia. tifiéndose el cabello, Intentarfa jugar con niiios de su edad. No usarfa los anteojos ni bastén en la calle. A cambio de esas concesiones, se le permitirfa usar su primer traje dé pantalones largos... Escaneado con CamScanner oe IV xe ela vida de Benjamin Button entre los doce y los veintitin afios de edad tengo intencién de hablar poco, Me contento con registrar que fueron aiios de crecimiento regresivo normal, Cuando Benjamin cumplié dieciocho afios estaba tan er- guido comoun hombre de cincuenta; tenfa mas peloy era de color gris oscuro; el paso era mas seguro, la voz habia perdido el temblor, era grave como:la de un barftono,’> Por lo tanto, su padre lo envié a Connecticut para que tindiera el examen de ingreso a la Universidad de Yale. Benjamin aprobé e ingresé a primer afio. Altercer dfa después de inscribirse, recibié una notifica- cién del Sr. Hart, el secretario de inscripciones, en la que sele pedfa que se presentara en su oficina para organizar el horario de las materias. Al mirarse en el espejo, Benjamin pensé que debja aplicarse de nuevo la tintura marrén, pero al revisar ansiosamente el caj6n del escritorio descubrié queel frasco de tintura no estaba alli. Y luego recordé que lo habja terminado el dia anterior y lo habia tirado, Seencontraba en un dilema. Debja estar en la oficinaen cinco minutos. No tenfa otra solucién: tenfa que ir como estaba. Y fue eso lo que hizo. —Buenos dias —dijo el secretario cortésmente—. {Vino para hablar sobre su hijo? —Bueno, en realidad, mi nombre es Button —comenz6 adecir Benjamin, pero el Sr, Hart lo interrumpié. —Estoy muy contento de verlo, Sr, Button, Estoy espe- rando a su hijo en unos minutos, —iSoy yo! —salté de repente Benjamin—, Soy alumno de primer aiio, iQue? —Soy alumno de primer aiio, —Seguramente se trata de una broma, —En absoluto, 25 La voz varonil de baritono es una voz media entre la de tenor (mas aguda) y la de bajo. Escaneado con CamScanner 4o ) El curioso caso de Benjamin Button El secretario fruncié el cefio y eché una mirada a|, tarjeta que tenfa debajo de los ojos, —Aquf tengo anotado que el Sr, Benjamin Button tien dieciocho afios, —Exacto —confirmé Benjamin ruborizandose un poco, El secretario lo miré cansado; —Veamos, Sr. Button, justed no pensard que voy; creerle? Abatido, Benjamin sonrié y repitié: —Le aseguro que tengo dieciocho afios. El secretario sefialé duramente la puerta. —Salga de aqui—le ordené—. Vayase de esta universidad y de esta ciudad. Usted es un loco de atar.*° —Tengo dieciocho ajios, El Sr. Hart abrié la puerta. —jQué tupé!” —grité—. Un hombre de dieciocho azios tratando de ingresar a primer afio. Dieciocho aiios tiene, ¢no? Bien, le doy dieciocho minutos para que se vaya de esta ciudad. Benjamin Button salié con dignidad de la oficina, y media docena de estudiantes que estaban esperando en el pasillo lo siguieron curiosamente con la mirada, Unos pasos mas adelante, dio media vuelta, enfrenté al secre- tario enfurecido, que todavia estaba parado en la puerta, y declaré con voz firme: —Tengo dieciocho aiios. Con un coro de risitas ahogadas que venfan del grupo * ene kee , de estudiantes, Benjamin se alejé. ae Peronoestaba destinado a escaparse tan facilmente. Mien- ala costumbre de ni fi atar las manos de los trascaminaba melancélico hasta la estacién de ferrocarmil, se enfermos mentales dio cuenta de que lo seguian los estudiantes, primero un puiia- Para que no se hagan do, luego un grupo y finalmente una multitud compacta. Gee sf eee ee Se habfa corrido el rumor de que un loco habfa aprobado 27 Tupé significa el examen de ingresoa Yalee intentado hacerse pasar por atrevimiento o desfa- un joven de dieciocho aiios, La universidad habia entrado en chatez. efervescencia, Los hombres salian sin sombrero corriendo Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner 42 2 El curioso caso de Benjamin Button de las clases, el equipo de fiitbol americano abandoné | practica y se uniéa la turba,’* las esposas de los profesores, con los sombreros torcidos y los mirifiaques” fuera de ly gar, avanzaban gritando detras de la procesién, de la cua provenfa una continua sucesién de comentarios destinados a herir la tierna sensibilidad de Benjamin Button. —jDebe de ser el judfo errante!” nese Eee uate iDeberfa estar todavia en una escuela secundaria! Se ae iMiren al nifio prodigio! ; ag Elmirifiaque era —Pens6 que esto era un asilo de ancianos. una enagua o pollera —jA Harvard® tiene que ir! interior de tela rfgida Benjamin apuré el paso y luego se puso a correr. jYa les ‘o muy almidonada y, demostrarfa! Irfa a Harvard y se lamentarfan de todos esos a veces, con aros me- thlicos, que usaban las comentarios Provocadores y desubicados. ; mujeres de la época. A salvo en el tren hacia Baltimore, pas6 la cabeza pot 30 Eljudfo errante es la ventana y les grité: una leyenda cristiana, —jSe arrepentiran! eee | —iJa, ja, ja! —se rieron los estudiantes—. jJa, ja, ja! pocode agua esis , Fue el peor error que la Universidad de Yale haya come- en su camino hacia la tido alguna vez. crucifixién y, poresto, fue condenado a errar (0 sea a andar o viajar sin rumbo) hasta el fin de los tiempos. 31 La expresién nilio prodigioseusapara. designar a quien, a temprana edad, domi- na uno o mas campos cientificos o artisticos emprendidos general- mente por adultos. 32 la Universidad de Harvard, fundada en 1636, es la instituclion de ensefianza superior | privadamdsantigua delos Estados Unidos. Escaneado con CamScanner om V xe n 1880 Benjamin Button tenfa veinte afios y celebré su cumpleafios yendo a trabajar para su padre en Roger Button y Cfa., mayoristas de ferreterfa, Fue ese mismo afio que comenz6 a “salir”, es decir, su padre logré llevarlo a varios bailes de moda, Roger Button tenfa ahora cincuenta aiios y 6] y su hijo tenfan cada vez mayor afinidad. En realidad, desde que Benjamin habfa dejado de teiiirse el cabello (que todavia era grisdceo) parecfan de la misma edad y podfan haber pasado por hermanos, Una noche de agosto subieron vestidos de gala al carruaje ysedirigieron a una velada organizada en la casa de campo de los Shevlin, situada justo en las afueras de Baltimore. Era una noche magnifica, La ruta, bafiada por la luz de la luna lena, parecfa de color gris platino y las flores del fin de la temporada inundaban el aire inmévil de aromas tan discretos como suaves risas reprimidas. El campo abierto, cubierto en metros a la redonda de trigo brillante, relucfa como si fuera pleno dfa. Era casi imposible no sentirse conmovido por la belleza radiante del cielo (casi). —1a industria textil es un rubro que tiene gran futuro —dijo el Sr, Button, No era un hombre espiritual; su sentido estético era rudimentario. —Los hombres de mediana edad como yo no aprenden con tanta facilidad —observé con profundidad—. Son ustedes los j6venes con energfa y vitalidad los que tienen todo el futuro por delante. Al final del camino, vieron aparecer las luces de la casa de campo de los Shevlin y oyeron que se elevaba hacia ellos un sonido como un suspiro, tal vez la dulce queja de los violines 0 el susurro del trigo plateado bajo la luna. Se detuvieron detrds de un elegante cupé," cuyos pa- sajeros estaban descendiendo frente a la puerta, Primero descendié una dama, luego un caballero de edad avanzada, <9 “A full moon drenched the road tothe hatteler Colour of platinum, and Ine-bloning harvest lowers breathed into the motionlest air Atomar that were like low, half-heard laughter.” Ces “La nuta, bafiada por Ja luz de la tuna Hlena, parecta de color gris platino y las flores de! fin de la temporada inundaban el aire inmévil de aromas ton discretos como suaves risas reprimidas.” 33 Se llamaba cupé a un coche de caba- Mos cerrado de dos asientos. Escaneado con CamScanner 44 7 El curioso caso de Benjamin Buttoh luego otra joven dama, tan bella comoun angel. Benjami, se sobresalt6; los elementos de su cuerpo parecieron diss, verse y recomponerse en una experiencia quimica. Se que rigido, la sangre se le subié a las mejillas y a la frente, latfan las sienes, Por primera vez estaba enamorado. Lajoven era delgada y fragil; su cabello era color ceniza bajo lunay colormiel bajo el chisporroteode las lamparas de gaste lagalerfa; los hombros, cubiertos con una mantilla™ espatics amarillo palido con bordes negros; los pies parecian botone que brillaban bajo el ruedo del vestido con mirifiaque. Roger Button se incliné hacia su hijo. —Esa es la joven Hildegarde Moncrief, la hija del Ce neral Moncrief. Benjamin asintié friamente. —Bonita —opiné con indiferencia. Pero una vez que d sirviente negro hubo llevado el sulky,”> agregé: —Padre, podrias presentarmela. Se acercaron a un grupo, en cuyo centro se encontrabs laSrta. Moncrief. Educada en las buenas costumbres, hizo una gran reverencia a Benjamin. Si, él podria bailar con ella. Le agradecié y se alejé con paso tambaleante. El lapso que debié esperar hasta su tumo le parecié in- terminable. Se mantuvo de pie, cerca de la pared, sin dec palabra, con aire impenetrable, mirando con ojos asesinos cémo los jévenes candidatos de Baltimore, con apasionad: admiracién, se arremolinaban alrededor de Hildegarde 34 La mantilla es una Moncrief, ;Qué odiosos le parecfan a Benjamin, qué into- ae lerablemente aduladores! Sus rizadas patillas castafias le tubron is aber ylos daban casi nduseas. . hombros. Pero cuando llegé su turno y se lanzé con ella sobre la 35 El sulky es un pista al son de la musica del ultimo vals llegado de Paris, Pequefio carruaje para sus celos y ansiedad se fundieron como la nieve al sol, En- panrpctts Ube ceguecido por el hechizo, sintié que la vida comenzaba. 0 dos pasajeros, de % — sencilla construccion y —Usted y su hermano llegaron aqui al mismo tiempo escaso peso, tirado por que nosotros? —pregunté Hildegarde mirandolo con ojos un caballo, de esmalte color azul brillante. Escaneado con CamScanner 46 ? El curioso caso de Benjamin Button Benjamin dud6, Silo tomaba por el hermano de su padre, dno seria mejor decirle la verdad? Recordé la experiencia en Yale y decidié hacer lo contrario. Serfa descortés contradecir auna dama; serfa criminal arruinar esta ocasi6n exquisita con la historia grotesca de su origen, Después, quiza. Por eso asintié, sonrid, escuché y disfruté silenciosamente. —Me gustan los hombres de su edad —le dijo Hildegarde—. Los jévenes son tan tontos. Me dicen cuanto champagne beben y cuanto dinero pierden jugando a las cartas. Los hombres de su edad saben cémo apreciar a las mujeres. —Benjamin sintié que estaba a punto de declardrsele pero, haciendo un esfuerzo, contuvo el deseo. —Usted tiene realmente la edad ideal: cincuenta afios. Alos veinticinco uno es demasiado mundano, alos treinta se tiene tendencia a estar palido por exceso de trabajo; cuarenta es la edad de las historias tan largas que es nece- sario fumar un cigarro entero para contarlas; los sesenta, oh, los sesenta estan demasiado cerca de los setenta; pero cincuenta es la edad madura. Amo los cincuenta. A Benjamin los cincuenta le parecian una edad gloriosa. Dese6 ardientemente tener cincuenta afios. —Siempre dije —continué Hildegarde— que preferiria casarme con un hombre de cincuenta afios y que me cui- den que casarme con un hombre de treinta y tener que cuidarlo a él. Benjamin pasé el resto de la noche en una nube dora- da. Hildegarde le concedié dos piezas mas y descubrieron que compartian milagrosamente la misma opinién sobre todos los temas de actualidad. Ella saldrfa a pasear con él el proximo domingo y continuarfan hablando sobre todas esas cuestiones. Volviendo a casa en el faet6n apenas antes del amanecer, ala hora en que el zumbido de las primeras abejas comen- zaba a ofrse y en que la luna dejaba los tiltimos reflejos en el rocfo nocturno, Benjamin oyé vagamente que su padre hablaba de la venta mayorista de ferreterfa. Escaneado con CamScanner x Malt Fitgueald | a —jY qué piensas que deberfa merecer nuestra mayor atencién después de los martillos y los clavos? —pregunté Button padre. —El amor —respondié Benjamin, distrafdo. —jMorsas?*—exclamé el Sr. Button—. Ya me ocupé del tema de las morsas, Benjamin lo miré con ojos asombrados mientras que, al este, el dia despuntaba de repente y se ofa el piar de una oropéndola® en los arboles que desfilaban fugazmente... ws Vi eis meses después, cuando se supo sobre el com- promiso de la Srta. Hildegarde Moncrief con el Sr. Benjamin Button (y digo “se supo” porque el General Moncrief declaré que hubiera preferido caer sobre su espada antes que anunciarlo), la sociedad de Baltimore entré en ebullicién, Se trajo ala memoria la casi olvidada historia del nacimiento de Benjamin y se la desparramé a los cuatro vientos en versiones picarescas*’ y estrafalarias,™ Se dijo que Benjamin era en realidad el padre de Roger Button, que era su hermano que habfa estado en prision durante cuarenta afios, que era la identidad bajola cual se ocultaba John Wilkes Booth’ e inclusive que tenia dos pequefios cuernos que le crecfan en la frente. Los suplementos dominicales de los periddicos de Nueva York amplificaron los rumores y publicaron dibujos fasci- nantes que mostraban la cabeza de Benjamin Button sobre un cuerpo de pescado o de una serpiente e inclusive de una estatua de bronce, Enel mundo periodistico se lo conocia con el nombre de El Hombre Misterioso de Maryland, perola ver- dadera historia, como suele suceder, tuvo poca difusién. Sin embargo, todo el mundo estuvo de acuerdo con el General Moncrief en que era un “crimen” que una 36 Una morsaesun- instrumento que sirve Para sujetar piezas que se ‘tvabajan en carpinteriay herreria. Se produce un juego de palabras conla Confusion del témino lugs (morsas) y lve (amon). 37 La cropéndola es un ave de plumaje amarillo, con las alas y lacola negras. 38 Los relatos pica- rescos generalmente narran las aventuras de nifios huérfanos que crecen en la calle. 39 Estrafalario sig- nifica extrafo, raro 0 bizarro. 40 John Wilkes Booth (18381865) fue un actor estadounidense muy popular en su época, simpatizante dela ideologia surefia. En 1865, durante una fun- cl6n teatral, asesind abraham Lincoln, quien habia sido reelecto presidente ese ao, una vez finalizada la Guerra de Secesién. Escaneado con CamScanner 48 7 El curioso caso de Benjamin Button 41 Latipografia es hermosa joven, que podria haberse casado con cualqui: el estudio del disefio, joven apuesto de Baltimore, se echara en los brazos dey fora y tarhanio delas hombre que rondaba los cincuenta afios de edad. Por mi Steal . que el Sr. Roger Button publicara en tipografia" grande: referencia al tamafio certificado de nacimiento de su hijo en el periédico Bali delas letras en el more Blaze, nadie le crey6. Bastaba con mirar a Benjamiz periédico. y ver uno mismo. No obstante, no sembré ninguna duda en las dos perso nasa las que ms les atafifa la cuestién. Hildegarde hab ofdo tantas historias inveros{miles sobre su novio que s negaba rotundamente a creer inclusive la verdadera. En vano le sefialé el General Moncrief la alta mortalidad en- tre los hombres de cincuenta (0, por lo menos, entre los hombres que parecfan tener cincuenta); en vano le hablé de la inestabilidad del mercado mayorista de ferreteria. Hildegarde habja elegido casarse con un hombre maduro, y asi lo hizo... amr Escaneado con CamScanner x alt Fitepiald| * om VII a Imenosen un aspecto, losamigos de Hildegarde Moncrief se equivocaron por completo. El nego- cio de venta mayorista de ferreterfa alcanz6 una prosperidad excepcional, En el lapso de quince afios entre el casamiento de Benjamin Button en 1880 y el momento en que su padre se retiré dela empresa en 1895, la fortuna de la familia se duplicé y, en gran medida, gracias ala participacién del miembro mAs joven de la firma. Noes necesario mencionar que la joven pareja terminé siendo aceptada en el seno de la gente bien de Baltimore. Hasta el viejo General Moncrief se reconcilié con su yerno cuando Benjamin le proporcioné el dinero necesario para publicar su Historia dela Guerra de Secesién en veinte voliime- nes, que previamente habfa sido rechazada por nueve editoriales importantes, En quince afios, numerosos cambios se habfan operado en el propio Benjamin. Le parecié que la sangre le fluia por las venas con nuevo vigor. Comenzé a disfrutar le- vantarse temprano a la mafiana, caminar a prisa por las calles céntricas soleadas, trabajar incansablemente con los embarques de martillos y los cargamentos de clavos. Fue en 1890 que dio su famoso golpe comercial: menciond la idea de que todos los clavos utilizados para clavar las cajas en las que se embarcaban los clavos eran propiedad del destinatario, propuesta que se convirtié en estatuto, fue aprobada por Fésil, el Presidente de la Corte Suprema, yle permitié a la Compaiifa Roger Button, mayoristas en ferreteria, ahorrar mAs de seiscientos clavos por aiio, AdemAs, Benjamin se dio cuenta de que cada vez loatraia mésla buena vida, Ese entusiasmo creciente por divertitse lollev6 a ser el primer habitante de la ciudad de Baltimore en comprar y conducir un automévil, Al encontrarlo en la calle, sus contemporaneos miraban con envidia la imagen de vitalidad y salud que transmitia, “Tt began to bea plearure to risen the motning, fo walk with anactive Step along the busy, b ” Escaneado con CamScanner a 50 7 El curioso caso de Benjamin Button —Parece estar cada dfa mas joven —comentaban—. ¥ siq viejo Roger Button, que ahora contaba con sesenta y cing afios de edad, al principio le habfa negado a su hijo un correcta bienvenida, al final reparé su falta mostrandok casi total admiracién. Yaqui llegamos a un tema desagradable que serfa bueno pasar de largo lo mas rapido posible. Habia una sola cosa que le preocupaba a Benjamin Button: su mujer habia dejado de atraerlo, Para ese entonces, Hildegarde tenfa treinta y cinco afios 42 Afines del siglo xix, y un hijo de catorce, Roscoe. Durante los primeros dias del antiguo Imperio es- de matrimonio, Benjamin la adoraba. Pero, a medida que ahol, tan solo las islas habfan pasado los afios, su cabello color miel se habia as eatin tornado de un castafio aburrido, el esmalte azul de sus bajo el control hisps- ojos habfa adoptado el aspecto de una loza barata. Mas nico. La guerra entre atin y lo que era peor, se habja vuelto demasiado seria, Espatia y los Estados demasiado tranquila, demasiado conformista, sin nada de Unidos se desat6 en entusiasmo y de un gusto demasiado sobrio. Cuando eran ee At a : novios, era ella la que lo habfa “empujado” a Benjamin tittimas colonias. Cuba a los bailes y las cenas; en cambio, ahora las condiciones logré su independencia se habfan revertido, Tenian una vida social activa pero Yelresto de las islas sin entusiasmo, devorada ya por la inercia eterna que se pas6 a manos de los instala con nosotros un dfa y se queda para siempre. prevent le La insatisfaccién de Benjamin crecfa dia a dia. Cuando Hawai en 1895). estall6 la guerra entre Espaiia y los Estados Unidos en 1898, 43 La batalla de las encontraba tan poco placer en su hogar que decidi6 entrar en Colinas de San juan el ejército, Gracias a sus influencias comerciales, obtuvo el (Cubs) fue la més grado de capitan y resulté adaptarse tan bien al servicio que sangrienta y famosa Jo nombraron mayor y finalmente teniente coronel, justo a tiempo para participar en la célebre batalla de las Colinas de de ta Guerra Hispano- Estadounidense 44 Una fanfarria es San Juan." Fue herido levemente y recibié una medalla. Un conjunto musical Benjamin se habfa habituado tanto a las actividades ee palpitantes de la vida militar que lamenté tener que icairienantis 60 (stall abandonarla, pero como sus negocios requerfan atencién, como trompetas y renuncié al cargo y regresé a casa. En laestacion loesperaba ‘trombones, una fanfarria" que lo escolté hasta su domic Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner 45 Alardear significa presumir o hacer os- tentacién de algo. El curioso caso de Benjamin Button om VIII = gitando una gran bandera de seda, Hildegarde lo recibié en el vestfbulo; y desde que la besé, él sinti6, con tristeza en el corazén, que esos tres afios distantes los habfan separado uno del otro. Ahora ella tenfa cuarenta y algunas canas. Verla y comprobar el paso de los afios lo deprimié. Arriba, en su habitacién, el espejo familiar le devolvié el reflejo de su imagen: se acercé mas, examiné su rostro con ansiedad y lo comparé, un instante después, con una fotografia suya en la que lucia el uniforme, sacada justo antes de partir a la guerra. —jCielos! —dijo en voz alta. El proceso no se detenia. No cabfa duda: ahora tenfa el aspecto de un hombre de treinta afios. En lugar de sentirse fascinado, tuvo una sensaci6n de malestar: segufa rejuveneciendo. Hasta ahora habia esperado que, una vez que su cuerpo alcanzara la edad equivalente a su edad enaiios, el fendmeno aberrante del cual era victima desde el nacimiento dejara de avanzar. Tembl6 de pies a cabeza. Su destino le parecfa increfble y espantoso. Aldescender la escalera, Hildegarde lo estaba esperando. Parecfa enojada, y él se pregunté si, finalmente, ella habia percibido que pasaba algo. Durante la cena, a fin de aliviar la tensién, intentd abordar el tema de una manera que creyé delicada. —Todo el mundo me dice que parezco mas joven —co- menté al pasar. Hildegarde lo miré con aire despectivo y resoplé. —Te parece que es para alardear?*s —No estoy alardeando —aseguré incémodo. Ella resoplé de nuevo y dijo: —jQué tupé! —y luego de unos segundos: —Pensaba que tendrfas suficiente amor propio para parar de una v —jCémo podria parar? —pregunté. —No voy a discutir contigo —replicé—. Pero existe una Escaneado con CamScanner Phat Fitiguatel 33 manera correcta y una manera incorrecta de hacer las cosas. Si ests decidido a ser diferente a los demas, no creo que pueda detenerte, pero realmente creo que no es muy gentil de tu parte, —Pero, Hildegarde, no puedo evitarlo. Puedes, si quieres, pero eres obstinado, Crees que no quieres ser como todos los demas. Siempre fuiste asf y siempre loserds. Piensa simplemente qué sucederfa si todo el mundo hiciera las cosas como ti. {En qué mundo vivirfamos? Comose trataba de un argumento estiipidoe irrefutable, Benjamin no respondié, y a partir de entonces comenzé a formarse un abismo entre ambos. Se preguntaba cémo, en otra época, ella pudo haberlo deslumbrado. Para colmo, él se dio cuenta de que en las visperas del nuevo siglo cada vez sentia mas deseos de divertirse. No habfa fiesta en Baltimore en la que no estuviera presente, bailando con las esposas ms bellas, conver- sando con las jévenes mas populares y disfrutando de su compaiifa, mientras que su propia esposa, una vieja dama digna de mal augurio, permanecfa sentada entre las acom- paiiantes, ora observandolo con altanera desaprobacién, ora siguiéndolo con una mirada solemne, asombrada y plena de reproches, —jMiren! —comentaba la gente—. {Qué pena! Un hombre joven atado a una mujer de cuarenta y cinco aiios. Debe de tener veinte afios menos que su esposa. Habfan olvidado (como suele suceder) que un par de dé- cadas antes, en 1880, sus padres y madres también habfan hecho el mismo comentario sobre esta pareja despareja. Lacreciente desdicha conyugal de Benjamin se vio com- pensada con sus numerosos y nuevos intereses, Comenzéa jugar golf y descoll6, Probé aprender a bailar: en 1906 era experto en el vals “Boston”#* y en 1907 dominaba la danza brasilera “Maxixe”,4” mientras que en 1909 su manera de bailar el “Castle Walk”** era la envidia de todo hombre joven de la ciudad, 46 El vals Boston era la versién estadouni- dense del vals europeo. 447 1 Maxixe es un tipo de danza de salén que se baila en pareja. Ori- ginario de la ciudad bra- silera de Rio de Janeiro, comenz6 a ser aceptado socialmente en la década del 20 (como et tango argentino). 48 El Castle Walk es un estilo de baile surgido en los Estados Unidos, muy popular entre 1910 y 1914. Se caracterizaba por ca- minar en puntas de pie siguiendo el compas de la misica. Escaneado con CamScanner 34 2 El curioso caso de Benjamin Button i 49 Un temor insidioso | Por supuesto, sus actividades sociales interferfan, en 3s, en apariencia, _ cierta medida, con sus negocios, pero después de todo, enigno, pero puede 41 se habfa dedicado por completo al comercio mayorista tener consecuencias durante veinticinco aiios y pensaba que pronto podria Saves. pasar las riendas a su hijo, Roscoe, que acababa de recibir su diploma en Harvard. En realidad, con frecuencia confundfan a padre e hijo, lo cual agradaba a Benjamin. Pronto quedé atrds el temor insidioso¥? que habfa experimentado cuando regresé de la Guerra Hispano-Estadounidense y, en cambio, su aspecto fisico comenzé a darle un ingenuo placer. Sin embargo, habia un pequefio incidente que estropeaba el encanto: odiaba aparecer en ptiblico con su esposa. Hildegarde casi tenia cincuenta afios y, en su compaiifa, él se sentfa ridfculo... | Escaneado con CamScanner x oll Filepisalel| 55 om Xam ndfade septiembre en 1910, unos afios después de que Roger Button y Cia., mayoristas de ferre- terfa, hubiera pasado a manos del joven Roscoe Button, un joven que parecia tener veinte afios de edad se inscribié como estudiante de primer afio en la Universidad de Harvard en Cambridge. No cometié el error de decir que tenfa mas de cincuenta afios ni de mencionar que su propio hijo habfa recibido su diploma en la misma universidad diez afios antes. Ingres6, y casi de inmediato alcanzé un lugar envidiable en la clase, en parte porque daba la impresién de ser un poco mayor que los otros alumnos, cuya edad promedio era dieciocho afios. Pero su éxito se debié principalmente al hecho de que hubiera sobresalidoen el partido de fiitbol americanojugado contra Yale, con tanto brio y con tanta célera despiadada que marcé siete tantos y catorce tiros libres para Harvard y provocé la salida de once jugadores del equipo de Yale, uno a uno, al dejarlos inconscientes. Se convirtié en el estudiante mas célebre de la universidad. Aunque parezca extrafio, en tercer afio rara vez fue seleccionado para el equipo. Los entrenadores decfan que habfa perdido peso, y los mas observadores advertfan que ya no era tan alto como antes, En realidad, ya no marcaba tantos, y lo conservaron en el equipo principalmente con la esperanza de que su extraordinaria reputacién atemorizara y desorganizara el equipo de Yale. Enel cuarto affio de universidad ni siquiera formé parte del equipo, Se habfa vuelto tan menudo y fragil que, un dfa, algunos estudiantes de segundo lo confundieron con uno de primero, hecho que lo humillé profundamente, Lo consideraban una especie de prodigio; un alumnoa punto de recibirse que, sin duda, no tenfa mas de dieciséis aiios. Con frecuencia lo sorprendfa la cultura de sus compatie- Escaneado con CamScanner 36 7 El curioso caso de Benjamin Button tos de clase. Las materias que estudiaba le parecfan mas diffciles y sentfa que eran demasiado complejas. Habfa ofdo a sus compafieros hablar de St. Midas, la famosa institucién en la que muchos de ellos se habian preparado para el ingreso a la universidad y decidié que, después de recibirse, entrarfa en St. Midas, donde la vida entre jovenes de su misma talla le convendria mas. En 1914, después de terminar sus estudios, regres6 a Baltimore con el diploma de Harvard en el bosillo. Como Hildegarde residfa en Italia, Benjamin se fue a vivir con su hijo, Roscoe. Aunque fue bienvenido, era obvio que Roscoe no manifestaba ninguna ternura por su padre: inclusive podfa percibirse que, para el hijo, el padre era una molestia, alguien que andaba deprimido por la casa con la apatia® de los adolescentes. Roscoe estaba casado ahora, formaba parte de la sociedad respetable de Baltimore y no queria que surgiera ningtin escdndalo en relaci6n con su familia. Benjamin, que ya no era persona grata entre los princi- piantes y los estudiantes mAs jévenes, se sintié realmente dejado de lado y condenado a la compaiifa de tres o cuatro compajieros de unos quince afios que vivian en su barrio. Y la idea de ingresar a St. Midas volvié a cobrar fuerza. —jRecuerdas —le dijo a Roscoe un dia— que te dije varias veces que queria inscribirme en una escuela preparatoria? | —~Ybueno, hazlo—respondié Roscoe secamente. El tema Je desagradaba y preferfa evitar una discusién. —No puedo ir solo—dijo Benjamin con un gesto de impo- tencia—. Tendrds que inscribirme y llevarme hasta alli. —No tengo tiempo —declaré Roscoe bruscamente. En- trecerré los ojos y miré incémodo a su padre—. En realidad —agregé—, serfa mejor que dejaras de pensar en eso. Seria mejor que abandonaras la idea de inmediato, Seria mejor... Seria mejor... —hizo una pausa y se le enrojecié la cara al 50 Sellamaapatiaala —_trararde buscarlas palabras—, seria mejor quedieras marcha actitud de indiferencia, ] - atrds y tomaras el buen camino, Esta broma llegé demasiado indolencia o falta de 1 i le energfa. lejos, Ya no hace refr a nadie, ;Basta! ;Compértate bien! Escaneado con CamScanner OF eat Fetepusall | 9 Benjamin lo miré, al borde de las lagrimas. —Y otra cosa —continué Roscoe—, cuando haya visitas encasa quiero que me llames“tfo”, no“Roscoe”, sino“tfo”. jComprendes? Suena absurdo que alguien de quince afios me llame por mi nombre de pila. Quiza podrfas llamarme “tio” todo el tiempo y asf te acostumbrards. Echandole una mirada dura a su padre, Roscoe se dio media vuelta... ma Xe 1 finalizar esta conversacién, desesperado, Benjamin subié a su habitacién y se miré en elespejo, Hacfa tres meses que nose afeitaba pero, salvo una leve pelusa rubia a la que no valfa la pena prestarle atencién, era completamente lam- pifio. Al regresar de Harvard la primera vez, Roscoe habia intentado sugerirle que usara anteojos y se pegara patillas postizas en las mejillas y, por un momento, le parecié que serfa posible repetir la comedia de la infancia. Pero las patillas le picaban y le daban vergiienza. Habfa llorado y Roscoe, renuente, hab{a abandonado la idea. Benjamin abrié un libro de cuentos para chicos, Los boy scouts en la Bahfa Bimini, y comenzé a leer, pero se dio cuenta de que no pod{a dejar de pensar en la guerra. Los Estados Unidos se habfan unido a la causa de los aliados* el mes anterior y Benjamin querfa enrolarse.* Lamentablemente, la edad minima era dieciséis, y 61 no parecfa tenerlos, De todas maneras, su verdadera edad, que era cincuenta y siete, tampoco le hubiera permitido participar. Derepente alguien llaméa la puerta. Era el mayordomo que le alcanzaba una carta con un emblema oficial en uno de los extremos, dirigida al Sr, Benjamin Button. Benjamin la abrié con ansiedad y leyé el contenido con 51 Los Estados Unidos se incorporaron en igi7a la causa de los Aliados en la Gran Guerra, también lla mada Primera Guerra Mundial,que habia estallado en Europa en 1914. Las hostilida- des involucraron a 32 paises, 28 de ellos se denominaron ‘Aliados" (Francia, Gran Bretafa, Rusia, Serbia, Bélgica, Canada, Portugal e Italia) y se enfrentaron a.una Coalicién de Potencias Centrales (los imperios Austro- hiingaro, Aleman, y Otomano-Turco, acom- patiados por Bulgaria 52 Enrolarse significa alistarse o inscribirse enel gjército. Escaneado con CamScanner 58 2 El curloso caso de Benjamin Button fascinacién, Le informaban que muchos oficiales de reserva que habfan servido en la Guerra Hispano-Estadounidense estaban siendo llamados de nuevo al servicio y ascendidos al grado superior, lo cual significaba que, segiin la orden de movilizacién, en su cardcter de general de brigada,* debfa 53 Un general de presentarse de inmediato a las autoridades militares, brigada comanda Todo excitado, Benjamin se paré de un salto, Era exac- une uniced malar tamente lo que esperaba, Tomé su gorra y se present6 diez fat taveern eons minutos después en una gran sastrerfa de la calle Charles, ‘0 mas regimientos o wae donde, con voz temblorosa, pidié que se le tomaran las batallones. Fs 7 54 Una insignia es una medidas para hacerle un uniforme. sefial o emblema de —jQuieres jugar a los soldados, hijito? le pregunté un una netgion que vendedor como al pasar. aeen eeenle Benjamin enrojecié: trata de una insignia —jOiga! {No importa lo que quiera! Me llamo Button y « militar que por medio vivo en Mt. Vernon Place. Asf que usted se da cuenta de de rayas, estrellas que puedo pagarle, otros elementos —De acuerdo —admitié el empleado dudando—, si no evidencia la jerarqufa ‘ dequienta porta, puedes tu, podrd tu padre, supongo. 55 La Asociacin Le tomaron las medidas y una semana después el uni- Cristiana de Jovenes forme estaba listo, Tuvo dificultad para conseguir las in- es un movimiento signias® de general correspondientes porque el vendedor social juvenit de rafces insistfa en persuadirlo de que un distintivo dela Asociacién rotestar ndid as . yee eae ° Cristiana de Jovenes*s quedarfa bien y resultaria mucho Fue fundada en mas divertido para jugar. Londres, en 1844, para Sin decirle palabra a Roscoe, partié una noche y viajé en ofrecer ayuda a los tren hacia el Campamento Militar de Mosby, en Carolina Jovenes trabajadores del Sur, donde debfa comandar una brigada de infante- VRRChet Cone Bs rfa,9” Un dfa sofocante de abril se acercé a la entrada del tendencias aljuego ya campamento, le pagé al taxista que lo habfa llevado desde la bebida. 56 Carolina del Sur es la estaci6n y se dirigié al soldado de guardia. un estado del sur de —jCons{game alguien para llevar el equipaje! —ordend {os Estados Unidos, enérgico, Penna 0p El centinela lo miré, lleno de reproche, de pelea de ple en un —Dime, nene, jdénde vas con esos trapos de general? ejército. Benjamin, veteranode la Guerra Hispano-Estadounidense, Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner 60 ? El curioso caso de Benjamin Button dio media vuelta inmediatamente y lo fusil6 con la mirada pero, ay, con una voz aguda cuando intent gritar: —jFirme! Y después de haber recuperadoel aliento, vioqueel centinela se cuadré y presenté armas, Benjamin esboz6 una sonrisa de gratitud que se desvanecié de inmediato al mirara su alrede- dor. No habfa sido él quien habfa inspirado obedienciasinoun imponente coronel de artilleria que se acercaba a caballo. —jCoronel! —grité Benjamin con voz estridente. Elcoronel se acercé, tomé las riendas y lo miré tranqui- lamente con un brillo en los ojos. —De quién eres hijo? —le pregunté con cortesia. —jEn seguida voy a mostrarle de quién soy hijo! ;Bajese del caballo! El coronel estallé de risa. —jEs usted el que manda, eh, mi general? —jVea aqui! jLea esto! —grit6 Benjamin con desesperacion y le tiré la carta de comisién al coronel. El coronel la leyé. Los ojos se le salfan de las érbitas. —j{De dénde sacé esto? —le pregunté, guardando el documento en el bolsillo. —Me lo mandé el gobierno, como podra verificarlo Pronto. | —Sigame —dijo el coronel con aire extrafio—. Iremos Sans significasin | _ ears hasta el cuartel central para hablar de esto, Venga. Se trata de un uso | Elcoronel dio media vuelta y comenz6 a caminar con su arcaicoqueelinglés caballo en direccién al cuartel central. Benjamin no podia hacia del término en hacer nada excepto seguirlo con la mayor dignidad posible, frances, En este caso F i F fan referencia a los al mismo tiempo que prometia vengarse seriamente. | | versos de Shakespeare | Peroesa venganza nose concreté, Dos dfas después, aca- de As you like it (Como | lorado y enfurecido por el repentino viaje desde Baltimore, les guste)enlosquese su hijo Roscoe escolté al general deshecho en lagrimas, | decribe la vejez ass pa st e, de rey 7 second childshness and ans uniform: greso a su casa, ‘mere oblivion, / Sans tee- th, sans eyes, sans taste, ‘sans everything. OND Escaneado con CamScanner P. halt Fetepurale 6 om XI we n.1920 nacié el primer hijo de Roscoe Button. Sin embargo, durante el transcurso de las cele- braciones que siguieron, nadie pensé que serfa adecuado revelar que el pequefio mugriento de diez atios de edad que jugaba en la casa con los soldaditos de plomo era el propio abuelo del recién nacido, Anadie le disgustaba el pequefio, en cuyo fresco y alegre rostro podfa verse un dejo de tristeza, pero para Roscoe Button su sola presencia era fuente de tormento, Como se decia en la época, Roscoe no consideraba el asunto de manera “eficiente”. Pensaba que su padre, al negarse a parecerse a un hombre de sesenta afios, no se habia comportado como un “macho de pelo en pecho” (esta era la expresi6n favorita de Roscoe), sino de forma un poco extrafia y perversa. En realidad, le bastaba pensar en el tema una media hora para volverse casi loco, Roscoe crefa que los “cables pelados” permitian mantener a la persona joven, pero abusar en esa escala era... era desconsolador. Y ahf Roscoe se calmaba. Cinco aiios después, el hijo de Roscoe era lo suficientemen- tegrande como para jugar con el pequefio Benjamin bajo la supervisién de la misma nifiera, Roscoe los llevé a ambos al jardin de infantes el mismo d{a y Benjamin hallé que jugar con tiritas de papel de colores, hacer series y trenzas y todo tipo de lindos y curiosos motivos era el juego mas fascinante del mundo, Una vez se porté mal y lomandaron alrinc6n, entonces se pusoa llorar, pero la mayor parte del tiempo se divertfa mucho en la encantadora sala de clase soleada, donde a veces la Srta, Bailey le apoyaba la mano gentilmente sobre su cabello despeinado, Al cabo de doce meses, el hijo de Roscoe pasé a primer afiode la escuela primaria, pero Benjamin permanecié en el jardin | de infantes, Estaba muy feliz, A veces, cuando otros nifios pequefios hablaban de lo que harfan cuando Escaneado con CamScanner Qsse= 9 “Thete were no troublerome memotierin hit childish seep...” CFs “Ningdn recuerdo pro- blemético perturbaba su suefio infantil...” 7 El curioso caso de Benjamin Button fueran grandes, una sombra se le cruzaba por la carita como si, de manera confusa e inocente, se diera cuenta de que esas eran cosas que nunca compartiria. Los dias pasaban monétonos. Volvié a hacer por tercera vez el jardin de infantes, pero ahora era demasiado peque- fio para comprender para qué servian las tiritas de papel brillante. Lloraba porque los otros nifios eran mas grandes que ély les tenfa miedo. La maestra traté de hablarle pero, a pesar de todos sus esfuerzos, é] no llegaba a comprender Jo que ella le decia. Lo sacaron del jardin de infantes y Nana, la nifiera de delantal de algod6n almidonado, se convirtié en el centro desu diminuto mundo, Cuando hacia buen tiempo, salian a caminar por el parque; Nana le mostraba un animal gris, absolutamente gigantesco, y le decia “elefante”, y Benjamin repetia la palabra; y cuando ella lo desvestia por la noche para acostarlo, él volvia a decirle la palabra en voz alta: “elifante, elifante, elifante”. A veces Nana lo dejaba saltar en la cama, lo cual era divertido porque, si cafa bien sentado, volviaa pararse de rebote y, sidecia“Ah” por un buen rato mientras saltaba y rebotaba, le provocaba un efecto de vibracién sonora muy placentero Le encantaba tomar un bastén grande del paragiiero y golpear las sillas y las mesas mientras decia: “Al ataque, al ataque, al ataque”. Cuando habfa gente, hacia refr a las sefioras mayores, lo cual le agradaba, y las sefioras jovenes intentaban besarlo, disgusto que soportaba a pesar suyo. Cuando se terminaba su larga jornada a las cinco de la tarde, Nana lo subja a la habitacién para darle con una cuchara la sopa de avena o las ricas papillas blandas. Ningiin recuerdo problematico perturbaba su suefio in- fantil; ninguna remembranza de los dias gloriosos en la universidad, de los afios brillantes cuando hacfa palpitar los corazones de tantas jévenes. Solo existian los tabiques protectores e inmaculados de la cuna, Nana y un hombre que de vez en cuando venia a verlo y una enorme pelota Escaneado con CamScanner Phat Ftzualet| 6 de color anaranjado que Nana sefialaba justo antes de acostarlo y que llamaba “sol”, Cuando el sol desaparecfa, se le cerraban los parpados: no sofiaba, ninguna pesadilla lo atormentaba, El pasado: el ataque heroico al mando de sus hombres en Jas Colinas de San Juan; los primeros afios de matrimonio cuando, en verano, en el rumor de la ciudad, trabajaba hasta tarde para su amor, la joven Hildegarde; e inclusive antes cuando, en Ja vieja y sombria casa de los Button en la calle Montoe, se sentaba a fumar con el abuelo. Todos esos recuerdos se habfan evaporado de su mente cual suefios inconsistentes que jamas hubieran existido. No recordaba. No recordaba siquiera si la leche de la tiltima mamadera estaba caliente o fria o cémo pasaban los dfas... Lo tinico que existfa era la cuna y la presencia familiar de Nana. Y no record6é nada mas, Cuando tenia hambre, lloraba, eso era todo, Dfa y noche respiraba y, a su alrededor, percibfa murmullos suaves que apenas ofa, olores indefinidos y simplemente la luz y la oscuridad. Luego todo se volvié oscuro, y la cuna blanca, las caras borrosas que se moviana su alrededor y el dulce aroma de la leche caliente desaparecieron por completo de su espiritu. Escaneado con CamScanner 56 ) El curioso caso de Benjamin Button Para revisar la vida de Benjamin Button Para tener en claro el juego de inversién con la vida de Ben- jamin Button, realicen las siguientes actividades. Infancia }pRelean los tres primeros episodios del relato y respondan. a. (Cuales son las primeras palabras que Benjamin pronuncia? b. gPor qué se queja del trato recibido en el hospital? c. Qué opina de la ropa con la que lo visten? ¢Y de los alimentos? 4. ¢Cémo se siente jugando con otros nifios? ¢Con quién se sien- te mas a gusto? ¢Por qué? Adolescencia #% Completen segiin corresponda. a. Benjamin empieza a usar pantalones largos ... b. Cuando Benjamin cumple dieciocho afios su aspecto es . “Dieciocho afios tiene, gno? Bien, le doy dieciocho minutos para que se vaya de esta ciudad’, dijo ... porque... 4. Entre los doce y los veintitin afios, la vida de Benjamin Button @s..., Escaneado con CamScanner | Glabasoe tm bo. ellen. | 67 Juventud # Relean los episodios V a VII del relato y marquen con un ¥ la respuesta correcta para cada una de las siguientes preguntas, a. Qué actividad inicia Benjamin a los veinte afios? Rinde examen de ingreso en la Universidad de Harvard. Comienza a trabajar en Roger Button y Cia., mayoristas de ferreteria. Qo Trabaja incansablemente con los embarques de martillos y los cargamentos de clavos. 'b. (Qué obstaculos encuentra para Ccasarse con Hildegarde Moncrief? Q La diferencia de edad entre él y su enamorada. O° La fuerte oposicién de la familia y de los amigos de la novia. OQ Lainestabilidad del negocio de ferreteria. c. Alcumplir los treinta y cinco afios, gen qué situaci6n vital se encuentra el personaje? QO Se ha vuelto serio, tranquilo, conformista y rutinario. O sesiente feliz viendo crecer a su hijo Roscoe, de catorce afios. Q Legustan las diversiones, manejar automoviles y experimen- tar los riesgos de la vida militar. Adultez % Lean el siguiente fragmento y respondan, Arriba, en su habitacién, el espejo familiar le devolvié el reflejo de su imagen; se acercé mds, examiné su rostro con ansiedad y lo comparé, un instante después, con una fotografia suya en la que lucta el uniforme, sacada Justo antes de partir a la guerra, (Episodio VIII) a. (Qué comprueba Benjamin al observarse al espejo? 'b. Enumeren las consecuencias que este hecho tiene para el Personaje en esta etapa de su vida. Escaneado con CamScanner 68 ” Elcurioso caso de Benjamin Button Vejez #% Ordenen cronolégicamente la secuencia narrativa del final del texto, Cinco afios después, el hijo de Roscoe y el pequefio Benjamin juegan bajo la supervisi6n de la misma nifiera. O En 1910, a los veinte afios, se inscribe en la Universidad de Harvard. No recuerda nada. Cuando tiene hambre, llora. Solo percibe la luz y la oscuridad. Enel cuarto afio de universidad, por su falta de peso y de fuer- za, ni siquiera forma parte del equipo. Debido a su aspecto adolescente, su hijo Roscoe le pide que lo llame “tio”. O Es rechazado por el ejército estadounidense que prepara su intervenci6n en la Gran Guerra europea, nadie le cree que sea general de brigada. © Deja el control dela Roger Button y Cia. en manos de su hijo Roscoe. Se convierte en el estudiante mas célebre de la Universidad por haber marcado siete tantos y catorce tiros libres contra el equipo de fitbol americano de Yale. £n1920, cuando nace su primer nieto, es un nifio de diez afios de edad que juega en la casa con los soldaditos de plomo. Luego de hacer por tercera vez el jardin de infantes, comienza a tener miedo de los otros nifios porque son mas grandes que él. En 1914, después de terminar sus estudios, regresa a Baltimo- re con el diploma de Harvard en el bolsillo. La nifiera se convierte en el centro de su pequefio mundo. Juega, come y duerme y repite las palabras que escucha sin comprenderlas, Luego, todo se volvié oscuro, y la cuna blanca, las caras bo- rrosas que se movian a su alrededor y el dulce aroma de la leche caliente desaparecieron por completo de su espiritu. 1 \uud Escaneado con CamScanner

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