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PRÓ LOGO

Alerta de Zona: A la Raza Unificada, Humanos, ¡felicidades por sus logros hasta ahora! A
partir de este momento se ha abierto el camino a la siguiente Zona. La entrada al Bifrost
se encuentra en el extremo oriental de esta Zona.
La Zona actual se ha ganado la denominación de 'Midgard', la morada de la humanidad.
Si todo lo demás falla en otras Zonas, Midgard agradecerá tu regreso.
¡Presta atención! El uso del Bifrost significa entrar en un campo energético. Si no ha
alcanzado una segunda especialización, también conocida como clase de tercer nivel, es
casi seguro que no sobrevivirá al uso de este medio de transporte.
Un pequeñ o grupo de humanos bien armados se encontraba junto a un rayo de luz
colorida que se elevaba como una columna hacia el cielo. El má s grande de ellos,
claramente un tanque, asintió y avanzó . —No sé ustedes, pero yo estoy listo para
probar el arcoíris—.
—¿En serio, Esponja?— Un tipo arquero negó con la cabeza. —¡ Literalmente se abrió
hace tres horas y nos dice que moriremos si lo usamos!—
Esponja le sonrió al arquero. —No, dice que hay una muerte casi segura. Estoy en el
nivel dieciocho y tengo una constitució n de cuarto nivel. Si alguien puede sobrevivir a
esto, soy yo—.
—¿Por qué ciento cincuenta y cinco es el nivel cuatro de la constitución?— Un
luchador le preguntó y salió a la luz. —Oh. Eso da cosquillas.—
—¿Bien? Es el cuarto umbral, ¡por eso! Diez, cincuenta, cien, luego cincuenta puntos
en una sola estadística. Nivel cuatro. Eso es lo má s alto que se puede alcanzar en esta
Zona, así que es hora de seguir adelante—, afirmó Sponge con conocimiento. —Vamos
chicos. ¡Incluso si no sobrevivimos al viaje, apuesto a que obtendremos un título por
ser los primeros en usarlo!
Ese argumento fue má s persuasivo de lo que nadie quería admitir, y después de unos
momentos de renuencia, el resto del grupo estaba de pie en el crepitante arcoíris. —
Muy bien... ¿ustedes está n viendo el
mismas opciones? Veo 'Zona Dos, unificació n sin resolver'. ¿Optar por el 'transporte
en grupo'?
Hubo algunas respuestas entre dientes, pero el tono general fue de acuerdo. La
esponja presionó —activar— y el grupo desapareció , dejando atrá s una nube de humo
que olía a cabello quemado.
Los cinco gritaron mientras atravesaban el espacio a velocidades que apenas podían
comprender. Sponge miró hacia abajo y vio a Midgard desaparecer en la distancia, y se
sorprendió al descubrir que toda la Zona era un ú nico disco masivo. Eso no parecía
posible... pero supuso que ya no estaban en la Tierra.
Un sonido como de palomitas de maíz estallando vino de su derecha, y Sponge se giró
para descubrir que el Asesino del grupo había desaparecido. Recogió la daga que
había seguido volando en la luz, decidido a devolverle el botín a su compañ ero caído.
—¿Có mo está n todos los demá s?—
*Estallido*.
Allí fue su médico de combate. UH oh. Esponja estaba empezando a sentirse...
mareada. La luz de las estrellas se oscureció por un momento y él dirigió su atenció n
hacia arriba. Había algo bloqueando... la nueva Zona. Continuó avanzando como un
cohete, viajando por el arco iris cargado de está tica; el Bifrost. Qué extrañ o... había
algo diferente en esta Zona.
*Estallido*.
Otro compañ ero de equipo se fue. A Sponge le tomó un largo momento darse cuenta
de lo que estaba viendo. Cuando se dio cuenta de la verdad, estaba en la cima del arco
iris excesivamente energético y comenzó a descender.
*Estallido*.
Ahora só lo quedaba él.
Estaba mirando hacia una masa de tierra que tenía el doble de tamañ o que la primera
Zona, pero eso no era lo que le había estado molestando en la cabeza. El hecho era que
había dos discos que habían convergido uno sobre el otro. Estaban girando, y estaba
claro incluso desde aquella altura que había una guerra en pleno contacto con los
discos. Pero a partir de aquí, fue simplemente un espectá culo de luces increíble. Al
menos, fue solo un espectá culo divertido hasta que un pequeñ o asteroide pasó junto a
él, siguiendo un faro de luz hacia la Zona distante. —¡Ahora estamos hablando! Ese es
un nivel de poder que no había visto antes—.
La esponja siguió cayendo y descubrió que cada vez le resultaba má s difícil respirar.
Eso… eso fue… —Ay. Oh… ay.—
*Estallido*.
Un par de botas humeantes aterrizaron en el suelo cerca de la zona de combate activa
de los dos discos, y un hombre de orejas largas hizo una mueca de disgusto ante las
botas y el arco iris.
—Sapos mirando carne de cisne... son cien añ os demasiado pronto para desafiar esta
Zona. ¡Quizá s ese que muere como un perro iluminará a otros!
CAPÍTULO UNO
*Auge*.
Joe se sentó en el suelo con el resto de su Aquelarre mientras se completaba el ritual,
terminando un denso muro negro que rodeaba los edificios centrales del Gremio de
Errantes. —¡Gracias a todos! Sé que era temprano en la mañ ana, pero pensé que esta
era la mejor manera de evitar que las cosas estorbaran a la gente—.
¡Experiencia de clase +400!
—Taka, Kirby, Robert, Big_Mo, Hannah, voy a repasar sus sugerencias para má s
alumnos Ritualistas, pero recuerden que estamos formando un grupo muy unido. No
estamos tratando de crear un mar de personas que puedan hacer lo que hacemos.
Cuanta má s gente entre a la clase, má s probable será que nos rebajen de categoría y,
entonces, habrá menos incentivos para las personas que realmente queremos que se
unan a nosotros—.
Hannah asintió con la cabeza y sonrió al ver có mo Joe se adelantó a varias preguntas.
Lo habían estado molestando para que involucrara a má s personas. Robert saludó y se
fue con Taka y Kirby, mientras Big_Mo miraba el muro que acababan de construir. —
Uf. Parece un poco siniestro, ¿verdad? Quiero decir… es un muro, pero parece algo que
rodea una guarida malvada o una mazmorra aterradora, no un Gremio Noble—.
—Para ser justos, es un muro que solía rodear una mazmorra aterradora—, señ aló Joe.
Observaron durante unos minutos có mo los guardias de la zona trepaban el muro y
tomaban posiciones. —Oye, mira, Jay puede despegar ahora. Jaxon extrañ ará tener
fá cil acceso—.
—Creo que te escuchó —. Big_Mo asintió hacia Jay, quien asintió vigorosamente e hizo
una pose de 'victoria' cuando vio que tenía su atenció n . —Sin embargo, tiene sentido
para mí. Jaxon es un poco demasiado exuberante—.
—Simplemente ama lo que hace; No puedo culparlo por eso. El resto es el sistema
jugando con él—. Joe se rió al recordar có mo Jay recibía una dosis extra fuerte de
servicios quiroprá cticos cada vez que Jaxon lo veía. —Ademá s, es posible que Jay esté
huyendo, ¡pero no puede esconderse para siempre!—
Lo ú ltimo se lo gritó a Jay, quien se encogió de hombros y simuló apuñ alar con su
lanza. Luego, el guardia se mantuvo perfectamente erguido y se concentró en observar
a las personas que estaban despiertas a esa hora temprana, que parecían ser en su
mayoría tramperos y algunos pícaros que se dedicaban a realizar actos oscuros. Joe
giró los hombros y empezó a caminar. —Muy bien, Big_Mo, voy a salir. Hazme saber si
necesitas algo.—
—Haciéndolo bien, hombre. Hablemos de un ritual en el que estoy pensando después
de que duerma unas… cuatro horas má s—. Big_Mo se dirigió hacia su cama. —Te
encontraré; No te preocupes por mí—.
—¡Nos vemos!— Joe atravesó la puerta del nuevo muro y los guardias lo echaron un
vistazo. Parecían disfrutar de tener un á rea específica que proteger en lugar de un
vago —el á rea—. —Es hora de desayunar un burrito. Yum Yum.—
—¿Viste la notificación?— Jess le gritó a Joe tan pronto como dobló la esquina hacia la
cafetería. La acú stica era excelente en el á rea y la mayoría de la gente apenas se estaba
poniendo en marcha, por lo que su voz elevada hizo que algunas personas se pusieran
a cubierto.
—Jess, es demasiado pronto para eso—. Joe hizo una mueca mientras miraba a su
alrededor todas las armas que de repente estaban en manos de la gente. Semanas de
combate y preparación para el combate volvieron a todos un poco paranoicos, incluso
con el calmante mental que todos obtenían de este mundo. —Por supuesto que vi la
notificació n. Todos lo hicieron. Ese es el objetivo de una notificació n de Zona . Incluso
tuvimos que descartarlo o no desapareció . Un momento. Café. Grande. Negro.
Espresso si lo tienes. Por casualidad, ¿tienes burritos?
Jess observó có mo Joe pedía su café en el espacio repentinamente vacío frente a la
cafetería. Como nueva logística del equipo, siempre estaba buscando formas de
demostrar su utilidad para el grupo en general y no había encontrado muchas
oportunidades recientemente. Quizá s este era un lugar donde ella podría ayudar. —
Sabes, Joe… te está s ganando cierta reputació n de ser oscuro y misterioso, y no en el
buen sentido. Necesitas mejorar tu imagen pú blica, o volverá en tu contra—.
—¿De qué está s hablando?— Joe comenzó a girarse hacia ella, pero el barista de turno
le entregó una taza grande, muy por delante de las otras personas que ya habían
estado esperando en la fila.
—Hh-aquí tienes... Codo—. El barista tragó saliva cuando Joe volvió sus ojos oscuros
hacia él. Joe estaba seguro de que este tipo sabía su nombre y simplemente estaba
desempeñ ando su papel. —P-por favor vuelve otra vez—.
Sé que no puedo hacer todo por todos, pero haré lo que pueda para mejorar nuestras
vidas—.
¡Efecto 7 Know Better' activado!
Joe hizo una pausa mientras se alejaba furioso y miró la notificació n . Repasó
mentalmente su mañ ana, pero no sabía dó nde se había equivocado. Abrió la pestañ a
de efectos activos de su estado y miró el efecto en cuestió n.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima de la suerte! Desventaja agregada: Lo sé
mejor. El pequeño Joey pronto se daría cuenta de que, en realidad, no sabía nada mejor.
Efecto: 1% de probabilidad de tomar una decisión terrible.
—Eso es só lo... ¿qué terrible decisió n tomé?— Joe miró las otras cuatro desventajas
que estaban vigentes, frustrado porque simplemente concentrarse en un á rea le había
causado tantos problemas. Tenía un cinco por ciento de posibilidades de disminuir la
reputació n en un rango completo durante la conversació n, un cinco por ciento de
posibilidades de ver el plan de otra persona como una idea terrible má s allá de la
redenció n, un diez por ciento de posibilidades de no moverse cuando podría haber una
opció n má s fá cil a su alrededor. , y finalmente la posibilidad de que cualquier acció n
que tomara fuera un diez por ciento má s lenta de lo habitual.
La peor parte era que nunca podría darse cuenta de lo que estaba pasando. Quizá s ni
siquiera reconociera que había creado un problema, similar a có mo Jaxon, el Monk de
poco carisma de su equipo, no podía reconocer que estaba cometiendo un paso en
falso social constante. El sistema se aseguraría de que no pudieran reconocer sus
errores, y eso, má s que nada, preocupaba a Joe. No había oportunidad de crecimiento
si no se podía ver el problema desde un principio.
Antes de que pudiera seguir su ló gica circular hacia el desagü e, otra voz lo sacó de su
ensoñ ació n. —¡José! ¿Has visto a Jess? ¡Tenemos que entrar al invernadero si
queremos superar las líneas hoy!
—Buenos días, Bardo. Hola, Alexis, Poppy, Jaxon. Vaya, toda la pandilla está aquí, ¿eh?
Joe miró a los demá s, sorprendido de verlos a todos fuera de casa tan temprano. —
¿Qué está pasando con el invernadero?—
—Buenos días, Joe. Jess ha estado controlando el crecimiento y la tasa de reaparició n
de los alimentos que hay allí—. Alexis explicó después de taparse la boca para ocultar
un bostezo. —Aparentemente, hay muchas posibilidades de que podamos obtener
ingredientes poco comunes o raros si llegamos allí en unos diez minutos—.
—Espera, ya la viste, ¿verdad? Ella vino a buscarte. Poppy miró má s allá de Joe hacia el
comedor. —¿Todo bien?—
—Sí, solo… es temprano. Todavía no había tomado mi café—. Joe se evadió , no
queriendo explicar su actual actitud amarga hacia Jess.
—Bueno, vá monos—. Alexis vio que Joe estaba tambaleá ndose y evidentemente
decidió ayudarlo. —¿Có mo te ha ido en el día?—
—Oh… ah, entre este muro levantado y el trabajo que hice para preparar la Arena para
el Reino, estoy a sesenta puntos de subir de nivel mi clase. Puedo construir
prá cticamente cualquier cosa y subir de nivel. Muy contento con eso. ¿De lo contrario?
Uhh… bien, ¿supongo?—
—¡Excelente!— Alexis vio a Jess y le hizo señ as para que se acercara. El grupo se
dirigió al extrañ o invernadero en forma de estrella y pasó junto a los guardias dobles
en la entrada sin necesidad de hacer cola. Las ventajas de ser madrugador.
Has entrado en Evergrowth Greenhouse, un edificio propiedad de Joe del Wanderer's
Guild. Se aplica un impuesto de recaudación del 70% a todos los bienes cosechados.
¡Precaución! Ha habido informes de malezas en el área.
—Oh, ¿ descubrieron el sistema tributario?— Poppy parpadeó para ignorar su
notificació n.
—Sí. Transferí el control administrativo al gremio hace un tiempo. Creo que se dieron
cuenta de esto ayer. Joe saludó con la mano la notificació n que había aparecido en el
aire para todos ellos. —Habían estado tratando de cobrar confiando en el sistema de
honor, pero...—
—¿No estaba funcionando muy bien?— Poppy le sonrió al líder calvo de su equipo.
—¡De nada! No podía creer las estimaciones que me estaban mostrando—. Joe puso
los ojos en blanco. —Por lo raras que se supone que son las bolsas espaciales y cosas
así, parece que mucha gente las tiene—.
—¿Có mo funciona la recaudació n de impuestos?— Alexis arrancó una lechuga de la
maceta y observó si de repente se perdía un trozo. Así fue, y tuvo que luchar para
atrapar la verdura que de repente se había reducido mucho mientras salía por la
puerta. —Ah. Sí, el sistema simplemente lo acepta—.
Jaxon asintió hacia la cabeza de lechuga, aparentemente todavía despertando. —¡Qué
manera tan interesante de hacer una ensalada de chuletas! ¿Me pregunto si puede
hacer formas?
El grupo profundizó en el edificio, que tenía su propia magia espacial sutil. Había
mucho má s espacio en el interior de lo que sugeriría el exterior, y todo el invernadero
estaba lleno de un rico aroma terroso. Llegaron a la ú ltima ala del edificio cuando Jess
señ aló lo que buscaba. —¡Allá ! esos son los raros
fruta, 'Uvas de agua de inundació n'! Aparentemente es muy difícil sacarlos de aquí y,
por lo general, solo crecen en á reas muy específicas. ¡Sú per delicioso y un ingrediente
raro para los enó logos! Aunque nunca lo adivinarías; Por alguna razó n, aquí son
realmente prolíficos—.
Joe tragó saliva cuando vio la gran cantidad de uvas en el á rea. Se habían apoderado
de un espacio de tres metros por tres metros y las vides estaban cubiertas de espesas
uvas. Empezó a preguntarse si había cometido un error al colocar el vaso que
aumentaba la fertilidad en el estante de crecimiento. —Sí... tal vez el suelo está
realmente lleno de... nitró geno, ¿o algo así?—
CAPITULO DOS
—¡José!— Mike gritó justo cuando Joe estaba tragando una uva. El hombre calvo tuvo
que golpearse el pecho para obligar a la uva a salir de sus vías respiratorias. Aterrizó
en el suelo con un *splat* húmedo y se desinfló como un globo triste. —¿Está s bien
ahí? Lo lamento; He estado practicando mi sigilo—.
—Puedo ver eso. Está bien.— Joe logró contener la tos. —Hola mike. ¿Qué está
sucediendo?—
—¡Ah! ¡Sí!— Mike sacó un papel y se lo entregó . —Finalmente estamos avanzando en
el diseñ o y la planificació n de los nuevos edificios. Aquí está el diseñ o y el orden en el
que esperamos construir los edificios—.
Joe tomó el papel y miró la lista de construcciones deseadas, haciendo una mueca al
ver algunos de los diseñ os má s complejos. —Oye, estoy muy feliz de hacer esto, pero
hay algunas cosas que voy a necesitar. Recientemente descubrí que mis habilidades
son menos efectivas cuando resuelvo problemas con matemá ticas puras y me
informaron que si me enseñ aban adecuadamente todo funcionaría mejor—.
—¿Qué está s tratando de decir?— Mike le hizo un gesto de impaciencia a Joe para que
hiciera su petició n.
—Necesito clases de arquitectura—, explicó Joe fá cilmente, obteniendo a cambio un
ceñ o fruncido. —Este es el motivo: puedo escanear un edificio o puedo trabajar a
partir de planos existentes. Puedo escanear un edificio y hacer modificaciones al
plano, pero si me equivoco, ya no tendré un plano funcional . Eso casi pasó con el
invernadero, porque no sabía lo que estaba haciendo en algunos frentes. Ademá s, no
puedo hacer mis propios planos desde cero. Si pudiera, podría solucionar algunos de
los problemas evidentes que veo en esta lista—.
—¿Asuntos? ¿Qué quieres decir?— Mike miró el papel que Joe sostenía mientras le
explicaban los problemas.
—Aquí. Podría tener sentido tener ganado y cosas así, y tiene sentido tener un
carnicero. También tiene sentido tener un bronceador,
Por eso creo que quieres que estos tres edificios estén juntos, ¿verdad? Joe esperó
hasta que vio a Mike asentir. —Bien, bueno, quieres que estos tres edificios estén
cerca de las viviendas, para que la gente tenga fá cil acceso a carne fresca, armaduras
de cuero y todo eso. ¿Pero có mo la curtiduría y el carnicero no apestará n el lugar?
¿Có mo es posible que el ganado no mantenga a todos despiertos por la noche?
Ademá s, también huelen mal, así que añ á delo a la primera parte de la lista de
'desventajas'—.
—Ah. Quizá s el urbanista todavía esté demasiado acostumbrado a la Tierra y... Joe
interrumpió a Mike. —En realidad, eso es perfectamente aceptable aquí. He visto a un
herrero que tiene un encantamiento de amortiguació n de sonido y creo que eso es
algo que yo también podré hacer. Eventualmente. Pero si pudiera recibir clases de
arquitectura, podría crear insonorizaciones para las paredes o filtros para el olor.
Todo esto se podría añ adir después, por supuesto, pero hasta que se solucione , la
gente estaría muy descontenta—.
—Mmm. Quizá s tengas razó n—. Mike miró detenidamente el perió dico, claramente
tratando de pensar en diferentes formas de configurar el á rea. Finalmente, suspiró . —
Está bien. Veré qué puedo hacer, pero tendrá s que encontrarme a medio camino. Ya
que es beneficioso para tu clase, te pediré que pagues…—
—Miguel.— Joe le dirigió una mirada fija y señ aló la pared exterior protectora que no
existía la noche anterior. —No les he pedido recompensas porque tenemos un trato.
Te diré una cosa... puedes terminar esa frase o puedes pagar los honorarios de las
cuatro personas de mi aquelarre que trabajan conmigo en los rituales. Les pagan por
completar el ritual —.
—Como decía, veré qué puedo hacer—. Mike le guiñ ó un ojo a Joe y se fue. Esto estaba
muy fuera de lugar para el exmilitar, por lo que obligó a Joe a reír. —¡Me alegro de que
Towny McTownface tenga ahora una ubicació n alternativa só lida! ¡Gracias Joe!—
—¡Me alegro de que estés pasando un buen día, Mike!— Joe llamó al subcomandante
que silbaba. Joe volvió a mirar la hoja e hizo una mueca. Hasta donde él podía ver, todo
lo enumerado estaba configurado para lograr la má xima eficiencia... en la Tierra. En
Eternium, había equivalentes má gicos de cosas que permitirían realizar la misma
cantidad de procesos en só lo dos tercios del espacio. Así era como millones de
humanos habían vivido en una sola ciudad antes de destrozar a la raza de los Hombres
Lobo. Decidió echar un vistazo a quién estaba haciendo la planificació n y si realmente
estaban investigando como deberían.
Cuando Joe llegó al á rea de reunió n general, el ambiente era muy diferente al que
había sido só lo unos minutos antes. Joe miró a su alrededor.
y vio que la gente comía y bebía muy bien, por lo que no tenía idea de por qué las
cosas estaban tan sombrías. Se sentó junto a un extrañ o y le ofreció una sonrisa. —¡Ey!
¿Qué tiene a todos tan deprimidos? Las cosas no han estado tan... eh... deprimidas...
desde la notificació n de que la Tierra estaba cerrada para nosotros. —¿No has visto
el...?— El hombre levantó la vista, casi emocionado de ser quien compartiera las malas
noticias. —Es una noticia bastante reciente. El gremio está en problemas. Alguien
publicó nuestra ubicació n en los foros de mensajes y luego les dijo a todos que
tenemos alimentos y suministros ilimitados que estamos acumulando y negá ndonos a
compartir. Claramente es mentira, pero habrá mucha gente que lo creerá de todos
modos. La idea es que pronto nos veremos invadidos por gente hambrienta o enojada
—.
—Ay, eso debe ser reciente. Acabo de terminar de hablar con el subcomandante y
estaba de muy buen humor—. Joe miró hacia el Saló n del Gremio. —Bueno… quiero
decir, eso realmente no cambia mucho para nosotros, ¿verdad? ¿Estoy seguro de que
el gremio estaba preparado para esto...?
—¡José!— Mike entró corriendo al comedor, vio a Joe y se sentó pesadamente frente a
él. —¡Acaba de suceder algo para lo que no está bamos preparados en absoluto!
Necesitamos que vengas...
—Miguel.— Joe se inclinó hacia adelante y se golpeó la frente contra la mesa mientras
una charla nerviosa comenzaba a su alrededor. —Tienes un momento horrible—.
Poco después, Joe y los demá s oficiales del gremio se reunieron en el Saló n del Gremio.
Aten entró en la habitació n y todos se levantaron de sus sillas. Joe siguió un poco má s
tarde, confundido en cuanto a por qué el grupo estaba actuando de manera tan
militarista. No había necesitado estar atento cuando alguien entraba en la habitació n
desde sus días militares.
—Tranquilos—, ladró Aten, y todos volvieron a sentarse. Joe hizo una mueca ante el
descarado intento de implementar la prá ctica militar y esperaba que no se convirtiera
en una —cosa—. —Estamos en modo de crisis. Hasta donde sabemos, la Nobleza o,
má s probablemente, un Gremio Noble, ha revelado nuestra ubicació n a la població n en
general. Está n tratando de alborotar y hacer que nos invadan personas de bajo nivel.
Existe una buena posibilidad de que haya otros en la mezcla que estén aquí para
robarnos o sabotearnos si hay una reunió n lo suficientemente grande. ¿Pensamientos
sobre có mo manejar esto?
La primera respuesta fue casi instantá nea. —¿Conocemos la ubicació n de los otros
Gremios Nobles? Hagá moslos públicos —.
—No lo hacemos.— Aten miró a su alrededor, haciendo gestos para que la gente
empezara a lanzar ideas.
—¿Podemos pedirle al Rey…—
—No.— Ató n negó con la cabeza. —El precio de estar lejos del Reino es que tenemos
que resolver nuestros propios problemas, pero no necesitamos adherirnos a las
estrictas reglas que existen en la ciudad—.
—¿Por qué no hace algo?— Alguien señ aló a Joe, quien arqueó una ceja.
—¿Que debería hacer ?— Parpadeó por la habitació n y descubrió que todos lo estaban
mirando. —¿Qué?—
—¡Parece que siempre tienes la respuesta que necesitamos!— El mismo oficial intentó
sonreír, pero parecía como si estuviera pintado.
—Está bien... uhh... vamos a buscar un nido de avispas, lo pinchamos y los hacemos
enojar mucho...— Joe se detuvo mientras la gente sacudía la cabeza con disgusto. —
¿Qué? ¿Qué voy a hacer contra una multitud gigante de potencialmente miles de
personas de bajo nivel? ¡Soy bueno construyendo edificios y derribando criaturas muy
grandes, muy lentas y de un solo objetivo! ¡Yo no hago antipersonal!
—Podrías...— Alguien má s comenzó , deteniéndose después de un momento. —Sabes,
en realidad no sé cuá l es tu rango de habilidades—.
—Haciendo edificios. Derribar criaturas lentas y de un solo objetivo—. Joe habló en
tono serio mientras mantenía contacto visual. —Todo lo demá s es só lo pensamiento
crítico y ló gica de juego, muchachos. Vamos. Algunos de ustedes eran jugadores,
¿verdad?
El silencio llenó la tienda y Ató n se aclaró la garganta. —La mayoría de las personas
reunidas aquí estaban en el ejército antes de esto o eran banqueros de inversió n que
ayudaron a financiar el Gremio al principio—.
—Ah...— Joe se dio cuenta de que no tenía idea de có mo el Gremio había sobrevivido -
tanto tiempo. —Entonces… estoy seguro de que todos ustedes tienen habilidades
impresionantes en logística, coordinació n y planificació n a largo plazo. Tó mate esto
como quieras, con el debido respeto, pero ¿ en serio, Aten? Trae algunos jugadores
aquí. Necesitamos soluciones creativas para esto. Soluciones de juego . La estabilidad
es excelente, pero no me sorprendería que se filtrara nuestra ubicació n porque
alguien decidió realizar una campañ a de marketing de relaciones pú blicas—.
¡Hammerwords ha surtido efecto! ¡Has perdido todo un rango de reputación ante
alguien!
Hubo algunos cambios nerviosos y Joe notó algunas muecas de dolor. Si no hubiera
habido un plan de marketing, había uno que había estado a punto de salir. —Aten, lo
siento, pero debes mirar a este Gremio desde una perspectiva diferente. Estable es
bueno, sí. Inteligente, incluso. Pero necesitamos personas que pongan a prueba los
límites de lo que es posible en este nuevo mundo—.
Joe suspiró y gimió . —Hombre… ¿puedo desahogarme contigo muy rá pido? Realmente
me cuesta confiarle a la gente este tipo de informació n personal, pero…—
—Quiero decir...— Crim tomó un gran bocado de comida y agitó su plato. Alrededor de
la comida que colgaba de su boca, dijo: —Pú blico cautivo , ve a buscarla—.
—Está bien. Siento que estoy llegando a un punto de mi crecimiento en el que me
estoy metiendo en problemas. Específicamente, tengo problemas para configurarlo
todo y utilizar hechizos o habilidades nuevos o interesantes. Me siento frustrado y no
estoy seguro de qué hacer—.
—¿Puedes elaborar?— Crim lo interrogó . Joe no podía decir si era porque Crim quería
escuchar má s o porque quería concentrarse en masticar, pero de cualquier manera,
Joe decidió hacerlo.
—Muy bien… entonces… siento que me faltan habilidades y formas de aprender o
hacer cosas nuevas. Todos los demá s parecen estar adquiriendo todo tipo de poderes
y habilidades geniales y ú nicos, y yo estoy aquí pasando una semana seguida
aprendiendo un nuevo aspecto de lo que puedo hacer—. Joe se encogió de hombros
con impotencia. —Quiero decir, hace que los rangos de habilidades aumenten muy -
bien, pero todos los demá s simplemente obtienen habilidades cuando suben de nivel
—.
Crim lo consideró por un momento. —Bueno, ¿qué tipo de habilidades de clérigo está s
obteniendo? Si eliges cosas que funcionan juntas, te resultará má s fá cil subirlas de
nivel todas—.
—¡No he conseguido nada, hombre! Todo lo que tengo es bá sicamente una evolució n
de habilidad desde el nivel uno—. Joe frunció el ceñ o mientras pensaba en su
habilidad curativa, Mend, así como en Cleanse. —Sigo encontrando formas nuevas e
interesantes de aplicarlos, de hacer que hagan lo que necesito. Ya sabes, genial para
los niveles de habilidad... pero se suponía que yo debía obtener habilidades de Clérigo
a medida que subía de nivel, como tú. Supongo que de alguna manera lo arruiné
bastante—.
Crim mordió lentamente su bocado, tragó y luego habló . —Uh... quiero decir... ¿cuá ndo
fue la ú ltima vez que fuiste a un altar y preguntaste por tus habilidades?—
Joe se quedó tan quieto como una piedra. Durante el minuto siguiente, Crim terminó
su sá ndwich y luego golpeó a Joe con la fuerza suficiente para sacarlo de su shock. —
Ey. ¿Está s bien? ¿Me has oído?—
—Por favor, dime que estabas haciendo una broma—.
—¿Qué?— Crim empezó a comer sus verduras fritas. —¿Realmente nunca fuiste y
pediste las habilidades? ¿Por qué crees que los clérigos siempre está n en los altares y
cosas así? ¿Para divertirte?
—Me está s tomando el pelo.—
CAPÍTULO TRES
Joe estaba de pie frente al altar de Tatum, mirando a través de la luz parpadeante el
modesto pedestal con forma de libro. —Muy bien, Ocultatum. Sé que me diste pistas
en el pasado de que necesitaba usar lo que ya tenía, pero realmente pensé que estabas
hablando de cosas rituales o de mis habilidades Jumplomancer. ¿Habría sido tan difícil
decir 'Ven y consigue estas habilidades'?
Suspiró cuando no hubo respuesta. No debería haberlo, ya que Tatum estaba
encerrado, pero una respuesta era algo que esperaba cuando estaba en los altares.
Aú n así... ¡esto era una cuestió n de clase, y aú n debería poder obtener sus habilidades!
Joe puso sus manos sobre el libro y dijo: —Por favor, dame mis habilidades de clérigo
—.
¡Saludos, Campeón de Tatum! ¡Tu nivel de clase de Clérigo se considera igual al nivel de
tu personaje, ya que comenzaste como una clase oculta! Como clérigo, obtienes una
habilidad o hechizo cada tercer nivel. Calculando... ¡el nivel es quince! ¡Se te debe una
habilidad de nivel tres, seis, nueve, doce y quince!
Como eres un campeón y no un clérigo estándar, ¡puedes elegir la escuela de la que
provienen tus habilidades de clérigo! Como Occultatum es una deidad —neutral—,
puedes elegir habilidades alineadas —neutrales—, —buenas— o —malas— de la
escuela que elijas. ¿Te gustaría elegir tu habilidad de nivel tres? Sí No.
—Sí; Sí, lo haría.— Joe suspiró y observó có mo el libro de piedra frente a él
comenzaba a brillar. En un momento, le aguardaban varias palabras entusiastas. —
Muy bien… Abjuració n, conjuració n, adivinació n, encantamiento , evocació n, ilusió n…
¿nigromancia? Finalmente, la transmutació n. ¿Alguna informació n sobre
herramientas, ayuda sobre lo que significan? ¿No? Muy bien... creo que en general los
entiendo, de todos modos—.
—Creo que la abjuració n es algo parecido a auras o beneficios; conjuració n significa
crear algo; La adivinació n te permite mirar algo o predecir el futuro. Encantar debería
ser tan sencillo como poner un efecto en algo; evocació n...eso son hechizos
como lo habría hecho un mago? Ilusió n, meterse con la gente; La nigromancia se
ocupa de los muertos. Voy a evitar ese. Transmutació n significa transformar una cosa
en otra—. Observó las opciones y luego tocó Abjuració n.
¿Te gustaría seleccionar una habilidad de Abjuración? Esta elección no se puede
cambiar. Sí No.
—Ah. No puedes ver las opciones, ¿eh? Joe lo pensó durante un largo momento y luego
seleccionó —no—. —Necesito una nueva forma de hacer dañ o. Evocació n es.—
La evocación es el acto de invocar o convocar a un espíritu, demonio, dios u otro agente
sobrenatural a través del poder de tu voluntad, maná y potencialmente varios sacrificios.
Elige un hechizo.
Opciones de hechizo disponibles para evocación: Dark Lightning Strike. Rayo celestial.
Purgar la invisibilidad. Ondulación radiante (bloqueada). Luz abrasadora . Oscuridad
hirviente. Luz solar. Borrar.
—¿Bloqueado? ¿Por qué está cerrado?— Joe tocó el hechizo y, afortunadamente, se
expandió hasta convertirse en una descripció n. —Libera una onda de poder divino
que dañ a cualquier cosa hostil a ti o a tu deidad en un radio de cinco metros.
Bloqueado, ya que tu deidad no tiene energía divina de sobra. Bueno, caca. Otra razó n
má s para terminar esa bú squeda—.
—La luz del sol sale, só lo hace que las cosas brillen. Podría ser bueno contra los
vampiros, pero no. Zap es un rayo de electricidad, parece neutral. Mmm está bien. No
es necesario realizar la purga invisible, parece bastante específico. Heav eny Bolt...
¿só lo se puede utilizar en una tormenta? No. ¿Luz abrasadora u oscuridad hirviente?
Ya tengo la oscuridad; ¿Puedo combinar eso con la luz o eso los haría inú tiles a
ambos? No... Dark Lightning Strike es el ganador aquí—. Joe miró la descripció n de la
habilidad por ú ltima vez y luego la aceptó como su hechizo.
Hechizo obtenido: Dark Lightning Strike (novato I). Levantas la mano hacia el cielo y le
pides a Occultatum que te golpee a ti y a tus enemigos con un rayo oscuro. El cielo invoca
un enorme rayo negro que golpea a cualquiera dentro de un radio de 5+(n/4) pies de ti,
luego se extiende por el suelo 10+(n/2) pies adicionales, donde n = nivel de habilidad. El
rayo causa lOn daño oscuro a todos los seres afectados O 5n daño oscuro si es impactado
por la extensión del suelo. Costo: 100 maná. Enfriamiento: 360 segundos.
—Sí... esto habría sido muy ú til en el nivel tres—, suspiró Joe mientras leía el hechizo.
Si lo hubiera estado usando durante las ú ltimas semanas, el hechizo ya habría sido
asombroso . —Ah, bueno… llegará allí. Al menos ahora puedo trabajar en ello—.
Para su hechizo de sexto nivel, Joe tomó una opció n de abjuració n y obtuvo 'Aura
antimagia'. Para el noveno, eligió una opció n encantadora; adquiriendo un
conocimiento complejo de la encantadora forma de hechizo para la 'Zona de
circunlocució n'. A los doce añ os, adquirió una habilidad de transmutació n llamada
'Corify'. Para su elecció n final del nivel quince, Joe eligió 'Conocimiento (exclusivo de
Occultatum)'. Cuando se alejó del altar, el brillo se desvaneció y Joe se encontró
sonriendo felizmente. Eso había sido una locura.
—¡Ey! Eso llevó mucho tiempo; ¿Cuá l es la soporte?—
Joe gritó , girá ndose con un rayo de oscuridad en la punta de sus dedos listo para ser
desatado. —¡Crim! ¡Me asustaste muchísimo!
—Bien, lo siento. ¿Qué conseguiste? Crim ignoró la mano cubierta de oscuro de Joe y
se inclinó para escuchar los jugosos detalles.
—Ah. Un rayo, una habilidad de aura, una habilidad de encantamiento y un par de
cosas má s—, recitó Joe distraídamente.
—¡Detalles, hombre!— Crim exigió bulliciosamente.
—Los detalles para la mayoría de ellos todavía no tienen sentido; Estoy planeando
combinarlos con otras habilidades—. Joe abrió su Soul Forge y comenzó a juntar
habilidades. —¿Quieres ayudarme con eso?—
—Quiero decir...— Crim hizo una pausa, luego se encogió de hombros. —Tu funeral,
hombre. Espero que no se conviertan en basura. ¿Me avisará s si los combos
funcionan?
—Sí.— Joe examinó su gran hoja de habilidades y suspiró . Se había estado yendo de
las manos y un montó n de nuevas habilidades no le ayudarían a mantener todo
organizado. —Estoy planeando tomar la habilidad aura y combinarla con dos de mis
habilidades curativas. Creo que se complementará n bien. Tan pronto como obtuve la
habilidad de aura, se disparó una recompensa que obtuve de mi habilidad 'Limpiar' y
me hizo saber que tenían una alta compatibilidad. Voy a usar eso y 'Curació n grupal'
para crear un aura curativa que amortigua la magia y elimina las desventajas—.
—Mmm.— El tono de Crim hizo que Joe se detuviera. —Bueno… he oído que el orden
es importante. Si desea que siga siendo un aura, asegú rese de que sea lo primero que
se agregue. Entonces te sugeriría el orden de lo que es importante para ti—.
Joe asintió y agregó Antimagic Aura, Cleanse y Group Heal. Revisó la lista y trató de
decidir si había algo má s que necesitara agregar. Decidió que, como estaba en un altar,
usaría 'Consulta' para preguntarle a Tatum. Tan pronto como su habilidad se activó ,
sus ojos se posaron en 'Canalizació n'. La palabra pareció brillar y fue má s audaz por
un segundo. —¿Qué? ¡De ninguna manera, lo uso para prá cticamente todo!
No hubo respuesta, lo cual no fue una sorpresa en este momento, y su habilidad ahora
estaba en tiempo de reutilizació n. Joe refunfuñ ó y arrojó la habilidad a la mezcla. El
peor resultado era que necesitaría volver a aprender a canalizar, y el Mage's College
podría lograr que eso sucediera. Joe aceptó la pérdida de las cuatro habilidades y un
trozo de oro; Luego se le notificó que su habilidad aparecería en cuarenta y ocho
horas. Al instante, se sintió má s débil cuando las cuatro habilidades desaparecieron.
—Puaj. Voy a tener que beber agua otra vez—. Joe hizo una mueca ante la idea. Se
había acostumbrado a simplemente hidratarse cuando necesitaba un estímulo. La
necesidad de depender de beber agua corriente nuevamente le revolvió el estó mago.
—¡Yo también necesitaré ducharme ! ¡No! ¡No pensé en esto! ¡Devuélveme mis
habilidades!
—¿Problemas, Joe?— Crim atrapó a Joe justo antes de que pudiera caer en la
desesperació n.
—Solo... estoy bien—. Joe suspiró y miró sus otras habilidades. Decidió mejorar
algunas habilidades que no usaba con frecuencia, aunque no tenía idea de si
funcionarían juntas. Con un pensamiento, Habla, Actuació n, Lectura, Enseñ anza,
Dibujo, Dominio del personal... y después de un largo momento , 'Médico', fueron
todos arrojados a la mezcla para ver qué pasaba. Le esperaban tres mil doscientas
pérdidas de oro y una espera de ochenta y cuatro horas mientras presionaba aceptar.
—Eso ayudó ... aunque todavía tengo un montó n de habilidades que no uso. Es muy
caro limpiarlos—.
Crim anotó las habilidades y el orden en que Joe las puso en Soul Forge, luego hizo una
copia para él mismo. —¡Cuéntame má s sobre tus habilidades de Tatum!—
—¿Juras no compartirlo con nadie má s?— Joe miró a Crim a los ojos y el otro hombre
estuvo de acuerdo solemnemente. Ahora que Crim obtendría un título de Brujo si se lo
contaba a otra persona, Joe se sintió có modo hablando de las habilidades. —Tengo un
hechizo llamado 'Corify', que añ ade una probabilidad igual al nivel de habilidad de
hacer que una criatura solidifique un nú cleo al morir. Suena genial, pero si lo uso en
una criatura normal, eso solo me daría un uno por ciento de posibilidades de obtener
un Nú cleo de nivel basura. Bueno para triturarlo, pero cuesta cien maná por
lanzamiento—.
—Ay—. Crim hizo una mueca. —¿Có mo es la estabilidad de tus hechizos?—
—Bastante impresionante al cincuenta y cinco por ciento—. Joe sonrió ante la
expresió n de asombro de Crim. —Tengo una forma de hechizo para encantar, pero no
estoy seguro de qué tan ú til será . Escucha esto. 'Se crea una zona de diez metros de
radio. Los seres dentro de la zona que intentan decir algo grosero, vulgar u hostil se
ven obligados a decir algo positivo en su lugar—.
—Eso parece un poco...— Crim hizo una pausa mientras Joe continuaba hablando.
—Este efecto se extiende a cualquier texto que incluya lenguaje grosero, vulgar u
hostil. Las criaturas que intentan hacer gestos groseros terminan haciendo algú n
gesto amistoso. Pinturas y dibujos que se considerarían vulgares cambian para
volverse saludables. Esto no impide que se produzcan acciones hostiles. El
encantamiento debe colocarse sobre un objeto que no se mueva fá cilmente o no
funcionará . Los ejemplos incluyen anclas, pú as clavadas en el suelo, piedras grandes,
una encimera de bar, una mesa demasiado grande para pasar por una puerta o
cualquier construcció n permanente—.
—¿Para qué diablos vas a usar eso?— El rostro de Crim estaba arrugado por el
disgusto.
—No tengo idea... aunque habría sido una adició n increíble a una cafetería en mi
antigua escuela secundaria—. Joe se rió junto con Crim y los dos comenzaron a
caminar hacia la salida. Los ojos de Joe brillaron mientras observaba la habilidad final
que había adquirido.
Habilidad adquirida: Conocimiento (Exclusivo de Occultatum) (Principiante I). Te
conectas con el Sistema y buscas los secretos de este mundo. Cuando lanzas este hechizo,
ganas un nivel de Conocimiento en una habilidad de Conocimiento elegida, hasta el
máximo del nivel de esta habilidad. Máximo actual: Novato IX. Enfriamiento: 24 horas.
Costo: 2000 maná.
—En general, creo que valió la pena hacerlo. Gracias por el consejo, Crim—. Joe se
quedó mirando su habilidad final, ansioso por probarla por sí mismo. —Tengo que ir a
buscar un lugar privado...—
CAPÍTULO CUATRO
—Tengo una mazmorra por la que me gustaría que atravesara el grupo—. Jess estaba
molestando a Joe mientras salía del templo, y era evidente que todavía estaba molesta
por su reacció n esa mañ ana; si la forma en que golpeó una hoja de papel contra el
pecho de Joe fue una indicació n. —Como sois un gremio de fiadores, envié a un par de
personas para que nos lo aseguraran—.
—¡Oh, es bueno!— Joe miró la informació n del papel y luego frunció el ceñ o. —Oh.
¿Totalmente desconocido có mo es el interior?
—Sí, quiero usarlo para entrenar a mi nueva clase—. Jess se burló de él diciéndole que
no tenía idea de cuá l era realmente su clase. —Apresú rate; todos los demá s ya está n
reunidos—.
—¿En serio vas a pedirme que te ayude a entrenar a tu clase, pero no me dirá s qué es?
No. Dímelo o podrá s trabajar en ello sin mi ayuda—. Joe la miró fijamente. También
estaba un poco irritado por su interacció n anterior.
—Eres un inú til. Bien... soy un logístico nigromá ntico—. Jess esperó una reacció n, pero
só lo recibió una mirada en blanco a cambio. —Está bien… Supongo que no tienes idea
de lo que eso significa, así que no necesitaba ser tan reservado. Bá sicamente, soy un
nigromante de clase de apoyo y adquiero experiencia para organizar viajes. También
puedo usar mis criaturas criadas para explorar una mazmorra o un á rea desconocida,
y puedo dibujar un mapa. Una vez que se despeja el á rea, obtengo experiencia sobre la
precisió n de mi mapa—.
—Oh.— Joe buscó algo que decir, pero no encontró nada. —Limpio. Sí, seguiremos
adelante y haremos esta mazmorra en un rato. Estoy de camino a encontrarme con
Aten. ¿Podemos ir al calabozo mañ ana?
—Claro que sí. Todos ya está n esperando, pero estoy seguro de que estará n bien con
la decepció n—. Jess levantó el pulgar mientras Joe le fruncía el ceñ o: —Al menos eso
me dará má s tiempo para preparar el viaje, lo que significa má s experiencia a largo
plazo—.
—Revestimientos de esperanza por todas partes—. Joe volvió a caminar hacia el Salón
del Gremio. No tenía idea de por qué Aten había esperado hasta que se fue para
llamarlo.
atrá s. O era un juego de poder o estaba pasando algo má s. Lo llevaron directamente a
la oficina de Aten, que ahora era una habitació n cerrada y cerrada en la que solo
estaba Aten. —Hola, Ató n. ¿Qué está sucediendo?—
—¿Cierre la puerta?— Aten esperó a que la puerta se cerrara antes de señ alar un
asiento frente a él. —Muy bien, hombre… tenemos que hablar sobre la direcció n del
gremio y lo que quieres ver en el futuro. Probablemente no necesito decirte esto, pero
realmente molestaste a algunas personas antes cuando bá sicamente les dijiste que sus
ideas estaban obsoletas e inú tiles en este nuevo mundo—.
Joe miró fijamente a Aten durante un largo momento antes de explotar: —¡Abismo
esas desventajas! ¡ No estaba tratando de decir nada de eso, estaba tratando de señ alar
que necesitá bamos ver las cosas en términos de juego!
—¿Desventaja…? Oh... ¿esa cosa de 'Hammerwords' que estabas describiendo y que
nadie má s sabe? Aten puso los ojos en blanco. —Necesitas dejar de culpar a otros y
tomar medidas para mejorar. Si esto realmente existe, entonces, para solucionarlo,
debes trabajar en tu puntaje de carisma, ¿verdad? Llévate a ese hombre esqueleto
contigo cuando lo hagas, ¿quieres?
—¿Dó nde está disponible la formació n para el carisma?— Joe ignoró el desaire y se
inclinó hacia adelante con entusiasmo. —He estado tratando de resolverlo, pero lo
ú nico que se me ocurre es el Bard's College—.
—Tienen un buen programa, pero puedes aumentar el carisma haciendo cualquier
cosa que no sea de combate y que se utilice para alegrar a los demá s. Incluso si no es
muy bueno. Bailar, cantar, arte, tallar, esculpir, conversaciones agradables... cosas así.
De todos modos, no es por eso que te traje aquí—.
—Digas.—
—Muy bien, iré directo al grano—. Aten respiró hondo y se reclinó . —Necesito que
realmente te concentres en obtener tu pró xima especializació n. Necesitamos
adelantarnos a la increíble cantidad de gente en... ah... Midgard... y comenzar a
construir una base de operaciones en la siguiente Zona—.
—Había planeado volverme má s fuerte lo má s rá pido posible, pero ¿cuá l es el
problema aquí?— Joe entrecerró los ojos. Sonaba sospechosamente como si Aten
estuviera tratando de deshacerse de él. —¿Te presionan para mantener cerca solo a la
gente muy amigable?—
—Nada de eso, Joe.— Aten arqueó una ceja, entendiendo claramente de dó nde venía.
—Sabemos exactamente lo ú til que es tenerte cerca y ciertamente no vamos a
deshacerte de ti por cuestiones de política personal. No, lo que me preocupa es la
absoluta falta de
recursos que van a llegar al á rea. Tenemos una fuente de alimento asegurada, pero
¿cuá ndo fue la ú ltima vez que intentaste comprar un Nú cleo?
—Hace tiempo que no lo necesito—. Joe pensó por un momento y revisó mentalmente
su anillo de almacenamiento y su bragueta. —Todavía tengo media docena de Nú cleos
comunes y uno que vale alrededor de cinco mil experiencia . Olvidé el nombre y no
quiero sacarlo y comprobarlo—.
—Eso era má s o menos lo que esperaba—. Aten asintió sabiamente, frotá ndose el
comienzo de su bigote. —Todo el mundo tiene un pequeñ o stock personal, pero el
coste de los Cores se ha duplicado en los ú ltimos días debido a su gran demanda . Pero
no se trata só lo de los Nú cleos. El precio de la mayoría de los recursos se ha disparado,
lo que me recuerda; Gracias por avisarnos sobre eso hace un tiempo. Pudimos
comprar muchas acciones a un precio relativamente bajo, por lo que no estamos
sufriendo como otras personas que conocemos—.
—Oferta y demanda bá sica, Aten—. Joe asintió con la cabeza. —Feliz de hacerlo, pero
¿a qué te refieres?—
—Necesito darte una orden, Joe. Como comandante del gremio, necesito que obtengas
tu pró xima especializació n, llegues a la siguiente zona y prepares un refugio seguro
para The Wanderer's Guild. Si es posible, necesito que empieces a enviarnos recursos
para que podamos llevar a má s personas a su segunda especializació n—. Aten miró a
Joe a los ojos. —Iría yo mismo, pero mi pró xima especializació n está ligada a la
capacidad de mi gremio y... uf... el rango de ciudad de Towny McTownface—.
—¿Qué pasa con los otros oficiales del gremio?— Joe exigió intencionadamente. —
Quiero dedicar una buena cantidad de tiempo a consolidar el poder aquí y hacer de
esta ciudad una ciudad increíble, y eso es difícil de lograr cuando estoy dividiendo
tanto mi enfoque—.
—¿Los oficiales que creo que pueden manejarlo? Está n recibiendo la misma tarea—.
Aten se acercó y bajó la voz. —Sabes tan bien como yo que de todas las personas en el
Gremio… só lo un pequeñ o porcentaje de ellos aprovechará esta oportunidad como
debe usarse. La mayoría lo desperdiciará y se resentirá con nosotros a medida que nos
volvamos poderosos. Por suerte, no estará n en condiciones de afectarnos. ¿Los
banqueros, los abogados, los niñ os de los fondos fiduciarios que son nuestros
inversores? Probablemente se quedará n en Midgard para siempre. Así que esta es una
orden, pero también una enorme muestra de fe en su capacidad para hacerlo realidad.
Sal de aquí y llega a la siguiente zona. Lo seguiré tan pronto como pueda, y ahí es
donde se agrupará nuestra gente realmente talentosa—.
Blanco invalido. Skill Ritual Lore está en Apprentice II, y Skill Knowl edge solo puede
afectar habilidades hasta Novice IX.
—Al menos sé có mo se ve—. Murmuró Joe, guardando su batería de maná ahora
gastada. —Tengo que conseguir algunas habilidades histó ricas—.
Intentó pensar en qué hacer a continuació n y no encontró nada. En caso de duda,
dirígete a la biblioteca. Mientras Joe caminaba hacia el Saló n de los Conquistadores,
cerró los ojos y escuchó la magia en el aire. Su destino resonó en sus oídos como un
suave trueno cuando su habilidad Sinestesia Má gica se activó . A su alrededor se oían
los sonidos má s silenciosos y agudos del equipo encantado, pero ninguno de los
chirridos que había comenzado a asociar con los hechizos lanzados.
—Mmm...— Joe abrió los ojos y se llenaron de determinació n y emoció n. —Es hora de
investigar un poco. Necesito llegar al nivel diez de clase, empezar a buscar nuevos
edificios, encontrar material y nú cleos y adquirir algunas habilidades histó ricas.
Aten... puede que me hayas dado la patada que necesitaba, amigo. Só lo tendré que
esperar que usted pueda darse el lujo de dedicar a votar los recursos que necesitaré
para abrirme camino en las filas—.
Un destello de luz lo llevó desde la parte del Templo del Saló n de los Conquistadores
hasta la plaza principal de Ardania. Después de unos veinte minutos de abrirse paso
entre la multitud, se encontró en la biblioteca. Había un hombre nuevo en el
mostrador principal, que pareció reconocer a Joe. No parecía muy feliz, pero al menos
le indicó a Joe que pasara sin detenerlo, lo que Boris casi siempre había hecho.
—Á rea de libros comú n...— Joe entró en la sala má s grande de la biblioteca y se dirigió
hacia la secció n má s a la izquierda. Uno de los beneficios de establecer el sistema
organizativo para el á rea fue que sabía dó nde debían estar las cosas. —Arquitectura…
repasemos la historia, los tipos de edificios y cualquier otra cosa que pueda ser ú til—.
Pasó el resto del día revisando libros y leyendo todo lo que estaba disponible
pú blicamente sobre el tema. Tomó notas meticulosas y, al final del día, tenía una fina
pila de papel que había dedicado al proceso. Mate, su elemental del café, había pasado
la mayor parte del día en su regazo. Joe descubrió que tenía há bitos similares a los de
un gato doméstico, disfrutaba dormir en espacios cá lidos y burbujeaba felizmente.
Joe disfrutó mucho de la criatura. No solo le estaba dando café que le salvó la vida, sino
que, como familiar que no es de combate, ¡parecía que esta cosa era esencialmente
una mascota! Decidió investigar có mo cuidarlo mejor. ¿Comió o bebió ? ¿Necesitaba
algo má s que maná ? É l ya sabía que podía alimentarlo con granos para cambiar el
sabor del café.
Joe salió del Guildhall con la mente extrañ amente dando vueltas. ¿ Ató n estaba
asignando una tarea secreta só lo a personas competentes? ¿Debería confiar en eso?
¿Créelo? ¿O debería profundizar má s en la política gremial? No... si Aten pensara que
necesitaba irse, lo tomaría como el cumplido que parecía ser. Joe decidió tomar esto
como un punto de inflexió n en su desarrollo y se dio cuenta de que necesitaba
responder una pregunta importante. Bá sicamente, —¿Qué necesito para mi pró ximo
ascenso de rango? Estado.—
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Jumplomancer (Actual: Rituarchitect)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo) Nivel de personaje: 15 Exp.: 134.813
Exp. al siguiente nivel: 1.187 Rituarchitect Nivel: 3 Exp.: 5.940 Exp. al siguiente nivel: 60
Puntos de vida: 330/330
Maná: 1.590/1.590
Regeneración de maná: 30,7/seg (Base 27,91/seg aumentada por equipo) Resistencia:
295/295
Regeneración de resistencia: 5,67/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 31 (1,31) Destreza: 40 (1,40)
Constitución: 38 (1.38) Inteligencia: 106 (3.06) Sabiduría: 77 (2.27) Carisma: 31 (1.31)
Percepción: 60 (2.10) Suerte: 30 (1.30) Suerte Kármica: 0
—Está bien… me veo bien… pero tengo un largo camino por recorrer antes de poder
subir de rango. Cielos. Necesito un total de cuarenta y cinco mil experiencia en clases ,
y só lo tengo cinco mil novecientos cuarenta. Necesito descubrir có mo aumentar eso
mucho—. Joe miró su lista de habilidades y sus ojos se posaron en Conocimiento. Se
estremeció de anticipació n, sacó una de sus dos baterías de Mana y la sostuvo contra
su pecho. —Conocimiento.—
Has activado 'Conocimiento'. ¿En qué habilidad de Lore te gustaría usar el
Conocimiento?
—Conocimiento ritual—.
CAPÍTULO CINCO
—No, no tuve el día libre. Yo estaba... ¿por qué te digo esto? Boris sacudió la cabeza y
miró a Joe. —¿Qué está s haciendo, jovencito?—
—Investigació n.— Joe saludó la mesa y asintió . —Trato de descubrir má s sobre mi
clase, adquirir algunas habilidades histó ricas y encontrar el camino hacia mi pró xima
especializació n—.
—Ah. Bueno... no puedo exactamente expulsar a un académico titular—. Boris parecía
tan disgustado por ese hecho como feliz de que Joe tuviera ese rango. —¿Hay algo en
lo que pueda ayudarte que te saque de aquí má s rá pido? La verdad es que só lo así
puedo irme a la cama, pero la oferta se mantiene. ¿Cuá les son sus razones para
investigar esto?
—Estoy tratando de encontrar lo que necesito hacer para lograr mi pró xima
especializació n y siento que la tradició n es el camino a seguir—. Joe empujó sus notas
sobre la mesa y tocó los encabezados de sus secciones. —Por lo que puedo decir, hay
tres categorías principales de estructuras que puedo crear. La primera es la —
ofensiva— o asedio, que parece asombrosa. ¿Edificios que pueden lanzar proyectiles a
un cuarto de Zona? ¿Torres de asedio resonantes que lanzan y amplifican un hechizo
desde la distancia?
Joe parpadeó cuando la cabeza de Boris se movió ; el hombre mayor se estaba
quedando dormido. —Cierto, ahh… 'defensa', que permite cosas como muros
encantados y trampas. Ademá s, enormes escudos estacionarios o torretas automá ticas
má gicas . Finalmente, 'utilidad', que se utiliza principalmente como estructuras de
apoyo o de calidad de vida que ayudan de manera menos directa en el combate—.
Boris miró las notas de Joe y estuvo de acuerdo con él. —Estos parecen interesantes.
¿Hay alguno específico por el que te estés inclinando?
—Honestamente… si puedo encontrar el camino a seguir en uno de estos… creo que
cualquiera de ellos será vá lido. Mi verdadera preocupació n es que soy el formador de
mi clase, así que si elijo algo que no es ú til para todos , habrá mucha gente atrapada en
mis elecciones—. Joe hizo una pausa y se lamió los labios. —En realidad estoy
bastante preocupado por lo que tomé para mi primera especializació n. Me pregunto si
alejar a mi clase de la guerra fue el camino correcto—.
Boris asintió y puso una mano en el hombro de Joe. —Creo que lo está s haciendo muy
bien. No puedes decidir ser responsable de todos. Si quieren un camino diferente, todo
lo que necesitan hacer es recorrerlo. Ahora... creo que sé algo que puede ayudarte.
Joe miró hacia arriba, con la esperanza llenando sus ojos. Boris arqueó una ceja y
continuó : —No te hagas ilusiones demasiado. Lo que estoy pensando requerirá mucha
investigació n por mi parte. No me importa hacerlo, porque todavía siento que los
eruditos te deben algo. Intentaré tener alguna informació n para ti en una semana o
dos—.
—Gracias, Borís—. Joe estrechó la mano del anciano.
—No salgas corriendo ahora; Creo que hay algo que está s pasando por alto —. Boris
miró fijamente a Joe por encima de sus gafas. —Usted es un académico titular y eso es
maravilloso, pero ¿qué ha tomado para sus otras profesiones?—
—Hasta ahora, só lo tengo uno—.
Boris sacudió la cabeza molesto. —Entonces está s desperdiciando tus talentos y
desperdiciando experiencia y beneficios. Tienes una profesió n que actualmente se
basa en la recolecció n, por lo que deberías tomar otra que se base en la producció n o
el refinamiento. O... parece que está s en el nivel quince, ¡así que toma ambos! Puedes
optar por crear una buena sinergia con tu clase y obtener el má ximo beneficio de ellos.
Mi recomendació n personal sería algo parecido a la producció n de papel o la
encuadernació n. Por ejemplo, no me parece usted un herrero.
—¿No es herrería una clase?— Joe interrogó al hombre mayor. —¿Cuá l es la diferencia
aquí?—
—Suficientemente fá cil.— Boris se aclaró la garganta y se sentó junto a Joe. —Puedes
tener una profesión, como la herrería, que te brindará desde experiencia profesional
hasta bonificaciones de habilidad para crear armas y diversas metalurgias. Luego, por
separado, tienes la clase de herrero, que te brindará cosas como planos de armas, clase
y experiencia para tu nivel general, y te permitirá una progresió n mucho má s rá pida.
Ahora, para maximizar el potencial, un herrero probablemente tomaría una clase y
profesió n de herrero—.
—Realmente no veo la diferencia allí—. Admitió Joe. —Parece que hacen lo mismo—.
—En cierto modo, sí—. Boris asintió : —¿Pero alguna vez has adquirido experiencia
personal para mejorar tu profesió n? ¿O siempre ha sido una experiencia profesional ?
No me refiero a las recompensas de las misiones, por supuesto—.
—Honestamente... ¿No lo sé?— Joe intentó recordar, pero no podía recordar los
detalles.
—Está bien. La principal diferencia es que una clase de herrero puede alcanzar,
digamos, el nivel veinte, elaborando solo. No es necesario luchar. No se requiere nada
técnicamente, excepto forjar objetos má s duros o má s complejos. Una persona con
profesión de herrero puede fabricar los mismos objetos, utilizar las mismas
herramientas, ser muy bueno en ello... y quedarse estancado en el nivel uno para
siempre, porque las profesiones só lo se tratan de habilidad. No se otorga experiencia a
la persona—. Boris desestimó la siguiente pregunta de Joe y señ aló la puerta. —Mi
cama está llamando y la medianoche está ardiendo . Por la presente rescindo mi
declaració n anterior de que no lo echaría. ¡Conseguir!—
—Pff.— Joe se puso de pie y ayudó a Boris a ponerse de pie mientras se reía entre
dientes. —Gracias, Boris. Me diste mucho en qué pensar—.
—Sí Sí.— Boris hizo un gesto con las manos a Joe para darle prisa. —¡Afuera!— Joe se
rió y se fue saludando con la mano, pensando en sus pró ximas opciones . Su profesió n
era algo que realmente debería investigar, algo en lo que debería dedicar mucho
tiempo a investigar... —No. Haré que Jess lo haga.
Se rió entre dientes mientras se teletransportaba a Towny McTownface y encontraba
su cama. Mientras Joe se estaba desnudando, escuchó un crujido en su bolsillo. Metió
la mano y sacó ... ¿una grulla de papel? ¿Fue un mensaje secreto de algú n tipo? Joe tiró
del papel para desplegarlo y todo brilló intensamente... antes de explotar en
fragmentos de hielo. Hubo una explosió n que arrojó a Joe al otro lado de la habitació n
y lo inmovilizó contra la pared, donde yacía sintiéndose extrañ amente letá rgico.
Daño recibido: 250 (¡125 x2 de daño por ataque furtivo!) Desventaja: Enfriado.
¡Ralentizado, velocidad de movimiento reducida en un 25%! ¡Recibes daño adicional por
daño por frío hasta que 'Chilled' desaparezca!
Los dientes de Joe castañ etearon y lentamente levantó el brazo y se tocó el pecho. É l
dijo con voz á spera: —Reparar—.
Salud: 245/330 Desventaja: Frío. ¡Ralentizado, velocidad de movimiento reducida en un
25%! ¡Recibes daño adicional por daño por frío hasta que —Chilled— desaparezca!
—Realmente extrañ o Cleanse en este momento—. Joe gruñ ó en cá mara lenta. —
Arreglar.—
Su salud volvió a la normalidad y Joe lentamente salió del charco de sangre helada en
el que había estado tendido. Su puerta se abrió de golpe y algunos guardias del gremio
miraron a su alrededor. —¡José! ¿Estas bien ahí?—
—¿Arrendajo? Yo... nunca... te... he visto... fuera... de servicio. Los dientes de Joe
dejaron de castañ etear y sus movimientos se volvieron má s fluidos. El frío efecto
negativo finalmente había desaparecido. —¿Fue eso una desventaja de doce segundos
en un hechizo?—
—¿Alguien te atacó ?— Jay sacó lo que parecía una fusta y entró en la habitació n,
abriendo el pequeñ o armario para ver si alguien se escondía allí.
—Era una trampa—, le informó Joe. —Bá sicamente, alguien me puso una granada en
el bolsillo—.
—Hay un papel en el suelo—. Jay se inclinó y lo recogió antes de que Joe pudiera
advertirle que no lo hiciera. —Dice 'Wolfpack para siempre'. Espero que esto te ayude
a relajarte.' y está firmado 'S'. ¿Conoces a alguna persona que esté detrá s de ti?
—Demasiados.— Joe admitió rígidamente. —Gracias por venir a ver có mo estoy, pero
ahora voy a dormir un poco—.
—Es justo, ten cuidado—. Jay salió de la habitació n y cerró la puerta detrá s de él.
Joe se dejó caer sobre la cama, manchando las sá banas en un instante. —Puaj. Extrañ o
la limpieza. Muy bien... duerme. Averigua esto má s tarde—.
La noche pareció pasar volando y, demasiado pronto, Joe se encontró camino a una
mazmorra desconocida con su grupo temprano a la mañ ana siguiente. Les explicó a
todos lo que le había sucedido y le pidió a Jess que mirara qué profesiones tendrían
buena sinergia con lo que él estaba haciendo.
—Ciertamente puedo investigar eso, no hay problemas. De todos modos, se alinea
bien con lo que estoy tratando de investigar en este momento, pero avísenme si algo
cambia—. Jess obtuvo má s informació n de él, centrá ndose principalmente en lo que
estaba construyendo, las cosas que intentaba hacer y hacia dó nde se veía yendo.
Cuando todas sus preguntas fueron respondidas, Joe miró a los demá s. —Hola chicos,
escuchen. Me ordenaron hacer grandes progresos hacia mi pró xima clase y me
pregunto si todos ustedes también necesitan ayuda. No quiero tener que irme de
Midgard sin ti, así que si necesitas algo que pueda proporcionarte, dímelo—.
—¡Suena bien!— Poppy estaba extrañ amente de buen humor hoy. Joe no quiso hacer
comentarios, así que se concentró en el camino. —¿Les dije que mi niñ a aprendió a
hacer volteretas anoche?—
Ah. Eso sería suficiente. A Joe le resultaba extrañ o que el Duelista de ojos acerados que
estaba impulsado a perfeccionar sus habilidades con el estoque... fuera también un
padre cariñ oso de ojos saltones que podía ponerse de un humor rosado y confuso
durante días después de ver a su hija. Joe ciertamente no se estaba quejando. —¡Eso es
excelente, Poppy! ¿Có mo va todo lo demá s?
—Mmm. Bien. El Saló n de los Conquistadores permite perfeccionar mis habilidades de
manera excelente, pero realmente necesito ponerme a prueba en combate para poder
controlar.
consolidar mis habilidades con experiencia en batalla—. Poppy le dio a Joe una mirada
oscura que era mucho má s su estilo normal. —Joe, no hemos visto combates ni tiempo
juntos durante demasiado tiempo. Má s que necesitar recursos, debemos asegurarnos
de que avanzamos juntos sin problemas—.
—Estoy completamente de acuerdo.— Joe asintió y miró a Alexis y Bard, pero estaban
completamente perdidos en su propia conversació n. Jaxon y Jess estaban discutiendo
juntos, por lo que Joe interrumpió la conversació n. —Jess, ¿será este un buen lugar
para-—
—¡Jaxon, no hay otras personas con esa habilidad! ¿Có mo diablos se supone que voy a
ayudarte a encontrar tu pró xima especializació n? Jess ignoró a Jaxon y se volvió para
concentrarse en Joe, pero Jaxon no estaba dispuesto a aceptar nada de eso.
—¡Tiene que ser un cruce entre un domador y un quiroprá ctico!— Jaxon demandó
con entusiasmo. —¡O un druida de algú n tipo!—
—Joe, estamos aquí—. Jess mantuvo sus ojos fijos en Joe. Señ aló un agujero en la
ladera de una colina que estaba flanqueado por dos guardias del gremio. —Miren esto,
muchachos—.
Jess sacó una bolsa y empezó a tirar serpientes al suelo. Bard gritó una maldició n y
saltó hacia atrá s, pero los ojos de Jaxon se iluminaron. Se atenuaron cuando miró má s
de cerca. —Oooh. Está n muertos—.
—Sí.— Jess tocó a uno en la cabeza. —Deslízate de nuevo. Conviértete en mis ojos y mis
oídos—.
El cadá ver de la serpiente comenzó a moverse, luego se enroscó y la miró . Permaneció
anormalmente quieto hasta que el hechizo fue lanzado nueve veces má s, creando má s
sirvientes serpentinos. Poppy comenzó a reírse y Jess lo miró con pura confusió n. —
¿Qué? ¡ Esto es genial ! ¡Pueden explorar! ¡Incluso combiné una de mis habilidades de
pícaro que me permite usarlas para robar artículos de los bolsillos de las personas!
—Lo siento, Jess… es solo… tú crías serpientes. ¡Ja! ¿Puedes robar con tus serpientes?
¿De la gente? ¿Es... hee... esa habilidad se llama serpiente de bolsillo , por casualidad?
Poppy solo se rió má s fuerte cuando Jess se puso roja. —¡El hecho de que no
respondas la pregunta me dice todo lo que necesitaba saber!—
—¿Sabes que?— Jess gruñ ó peligrosamente, volviéndose hacia el Duelista. É l se alejó ,
riéndose, y ella refunfuñ ó mientras enviaba a las serpientes má s allá de los guardias y
hacia el calabozo abierto detrá s de ellos. Jess sacó un papel y un lá piz y comenzó a
dibujar un mapa para el equipo mientras murmuraba: —Mente sucia... Será mejor que
empiece a ganarme un poco de respeto por aquí—.
CAPÍTULO SEIS
—¿Alguien sabe có mo aumentar la estadística de suerte? Recuerdo algo sobre los
juegos de azar, pero nunca seguí ese tema—. Joe finalmente rompió el prolongado
silencio. El ú nico sonido durante los ú ltimos diez minutos había sido el lento rasgueo
de la pluma de Jess sobre el papel, y la repetitividad estaba empezando a volverlo loco.
—Sí.— Bard se animó y se acercó , dejando huellas en el suelo. —Estaría feliz de
mostrá rtelo. Aunque te va a costar—.
—¿En serio vas a…?— Joe se detuvo cuando apareció una baraja de cartas en la mano
de Bard. —¿Qué está s haciendo?—
—Pó ker.—
—¡Estoy dentro!— Poppy se acercó y Bard asintió antes de mirar para ver si alguien
má s quería unirse. Uno de los guardias en la entrada del calabozo miraba
esperanzado, pero una mirada fulminante de Jess lo hizo volver a vigilar con un
suspiro. Bard hizo sentarse a Jaxon y lo repartió .
—Si quisiera tomar su dinero, simplemente me lo darían . 'Oh, necesito dinero para
hacer venenos para todos ustedes'—. Alexa fingió desmayarse mientras hablaba en
falsete. —Pff. Sí claro.—
—...Bien. Tendremos una charla má s tarde. De alguna manera siento que te he estado
pagando de má s—. Los ojos entrecerrados de Poppy estaban fijos en una Alexis
repentinamente avergonzada, pero só lo hasta que se repartió la primera mano.
Joe miró sus cartas y trató de recordar cuá nto valía cada cosa. —¿Puedo cambiar estas
tarjetas por otra?—
—No, esto es Texas Hold 'Em—. Bard resopló y luego saludó con la mano el lugar
vacío frente a Joe. —Ciego grande, dos cobres—.
En los siguientes diez minutos, Joe perdió mano tras mano. Estaba bastante seguro de
que Poppy estaba haciendo trampa de alguna manera, pero no había manera de
probarlo. Al minuto quince decidió quedarse a pesar de que só lo tenía un dos y un
siete. Como se había retirado o perdido mucho, tanto Bard como Poppy también se
quedaron hasta el final. Joe volteó sus cartas y suspiró . —Dos rojos—.
Los demá s empezaron a reírse, luego Jaxon le dio un codazo. —Joe, tienes color—.
—¡Oye, no hay mesa hablando!— Bard dejó de reír mientras los demá s se inclinaban
para comprobarlo. Con una queja, dejaron que Joe tomara las monedas.
¡Entrenamiento de puntos característicos completado! ¡+1 a la suerte! Esta estadística -
no se puede aumentar más por ningún otro medio que no sean las recompensas del
sistema, el estudio o la práctica durante veinticuatro horas de juego.
—Lindo.— Joe sonrió mientras la notificació n atravesaba su línea de visió n.
—Sí, sí. Las persianas está n subidas, ahora será n dos... Poppy fue interrumpida cuando
Jess se puso de pie de un salto.
—¡Hecho!— Se acercó a Joe y le mostró con orgullo un mapa detallado. —Toma y ata
esto—.
Joe tomó con cautela el pergamino aú n hú medo y lo examinó . Estaba decentemente
dibujado y apareció un mensaje tan pronto como lo revisó .
¿Le gustaría agregar la información del 'Mapa de mazmorras de calidad poco común' a
su mapa personal? Durabilidad: 1/1. Sí No.
Joe seleccionó —Sí— y el mapa que tenía en la mano se convirtió en cenizas. Estrechó
su mano para quitar la mayoría de las partículas e hizo una mueca al darse cuenta de
que no tenía su escudo activo. Mil quinientos maná se vertieron en su Caparazó n
Exquisito, y Joe parpadeó al darse cuenta de algo. Tenía mil quinientos noventa
maná … que era exactamente la cantidad otorgada por su puntuació n de inteligencia. Si
ese fuera el caso... ¡miró su habilidad de Manipulació n de Maná y vio que ya no estaba
reduciendo la cantidad de maná que tenía! ¡De ahora en adelante, a medida que
subiera de rango, la estú pida habilidad aumentaría la cantidad de maná que tenía!
¡Finalmente!
—Ahí va una hora de trabajo—. Jess suspiró cuando las cenizas se esparcieron por el
viento, pero solo pudo encogerse de hombros y saludar a la mazmorra. — Realmente
espero que ayude. Mi barra de experiencia tiene hambre—.
Bard todavía estaba luchando por volver a guardar todas las cartas en su estuche.
Jaxon le dio unas palmaditas a Jess en el brazo mientras comenzaban a caminar hacia
la entrada. —Estoy seguro de que no será completamente inú til. Á nimo.—
Bard le dio una palmadita en el hombro a Joe: —Juegos de azar. Así es como entrenas
tu estadística de suerte. Necesitas tener apuestas reales, y necesitas hacer trampa y
luego jugar durante una hora completa. Bastante simple, comparado con otras
características. Tiendes a perder muchas monedas de inmediato, pero obtienes
rendimientos crecientes a medida que aumenta tu suerte—.
—¡Gracias, Bardo!— Joe lanzó al aire una de las monedas que había adquirido
recientemente y la atrapó . —Pó quer, ¿eh? Parece una buena forma de relajarse al
mismo tiempo que se entrena—.
—La ú nica razó n por la que el juego es legal en cualquier lugar al que quieras ir—.
Bard le guiñ ó un ojo a Joe y luego caminó hacia el frente del grupo. É l era su tanque y
todavía no sabían qué tipo de ataques se avecinaban.
El grupo pasó junto a los guardias, quienes saludaron a Joe antes de volver a ocupar su
posició n. Esta mazmorra ahora era propiedad del Gremio de Errantes y tendría un
guardia rotativo en todo momento para asegurarse de que nadie má s se colara. Tan
pronto como entraron a la caverna abierta, apareció un pequeñ o minimapa en la
esquina superior derecha de la vista de Joe. y gritó. —Sí'. ¡ Tengo un minimapa! ¡He
querido esto desde que me uní a Eternium!
—¡Qué!— Alexis se acercó , —¿Es por ese mapa? Lo es, ¿no? ¡Ahh, sabía que había una
razó n por la que la gente compraba silenciosamente todos los mapas que podían
conseguir!
—Espera...— La sonrisa de Joe se extendió por su rostro de una manera que hizo que
Alexis lo comparara con Jaxon. —¿Quieres decirme que puedo tener un minimapa
todo el tiempo si obtengo un mapa completo de un á rea?—
—¿Probablemente?— Alexis sonrió mientras Joe comenzaba a ponerse nervioso. —
Amigo, cá lmate y concéntrate, por favor. Tienes la tendencia a volverte loco cuando
encuentras algo nuevo con qué jugar. Estamos en una mazmorra, ¿verdad? Oh, justo
en el momento…—
Has entrado en una mazmorra recurrente de nivel nueve. Tenga cuidado, ya que el
autosacrificio es el camino a seguir, pero puede requerir más de lo que puede dar. ¡Esté
atento a los recursos, así como a los protectores! ¡Esta mazmorra solo permanecerá
hasta que se despeje, después de lo cual el área se reiniciará y será inaccesible durante
doce horas!
—Entonces, ¿ siempre recibiremos notificaciones vagamente siniestras cada vez que
entremos en una mazmorra?— Jaxon golpeó el aire, probablemente alejando la
pantalla. —¿Soy solo yo, o las cosas se han vuelto poco a poco má s peligrosas en esta,
um, Zona?—
— Sé que he visto una criatura subir de nivel—. Se ofreció Poppy con facilidad,
manteniendo sus ojos en las paredes mientras caminaban. —Parece probable que no
seamos los ú nicos que nos estamos fortaleciendo. De hecho, escuché un rumor sobre
un encuentro con un jefe. La gente intentaba apoderarse de él, así que volvían a atacar
cada vez que morían. Cuando se dieron cuenta de que se estaba volviendo má s fuerte,
no había forma de que nadie en el á rea pudiera vencerlo. Tuvieron que llamar a todo
un gremio só lo para derrotar a ese chico malo—.
—Lo que significa que la recompensa por vencerlo fue casi inú til, apuesto—. Alexis
intervino. —¿Parece que hay un monstruo má s adelante?—
Joe se estremeció y comprobó el minimapa. —Dispara, sí. Está marcado; Realmente
me estaba metiendo en esa conversació n. Culpa mía.—
—¿Recuerdas lo que dije sobre concentrarte?— Alexis le recordó maliciosamente. —
¿Que es esa cosa? ¿Parece un ojo demasiado grande como un cuerpo con tentá culos en
lugar de extremidades?
Los recuerdos de jugar DnD en el pasado surgieron en la mente de Joe, y dejó escapar
un gemido silencioso cuando la criatura los vio. Afortunadamente, no parecía ser una
criatura con derechos de autor, pero cuando vio a Bard... tanto la criatura como el
Skald tenían un aura ligeramente pú rpura que apareció a su alrededor. Jaxon corrió
hacia la bestia gritando: —¡Má tenla con fuego!—.
Le dio un puñ etazo a la criatura justo en su ojo crecido, pero la bestia ni siquiera
parpadeó . Bard, por otro lado, gritó un asesinato sangriento. —¡Mi nariz! ¿Qué me
golpeó ?
—¡Todos, deténganse!— Joe ordenó al instante. —No se mueve, y apuesto a que la
descripció n de la mazmorra significaba que la ú nica forma de lastimar a los enemigos
sería recibir dañ o. Déjame probar mi escaneo—.
Se quedó mirando a la criatura, activando el Escaneo Intrusivo y manteniéndolo
durante el má ximo de cinco segundos que pudo.
Siempre vigilante.
Estadística más alta: fuerza de voluntad
Efectos continuos; Levitación, Cuerpo Deshuesado, Comercio de Daño II, Estasis -
Instantánea, Autodaño = solo Daño.
Joe esperó a que aparecieran los puntos débiles, pero no apareció ningú n rojo en el
cuerpo del Everwatch. —Muy bien... parece que tiene un efecto de 'Intercambio de
dañ os', y el nivel dos significa que... devuelve todo el dañ o causado a su objetivo. ¿Solo
se necesita la mitad de la autolesió n? Vá monos - ¡ahh!
Se dio la vuelta y chilló cuando descubrió que Bard estaba cubierto de pies a cabeza
por un aura rojo sangre. Pasó un momento antes de que Joe se diera cuenta de que en
ese momento estaba viendo los puntos débiles del reloj Ever. —Bueno… está en
estasis, así que no podemos dañ arlo. ¿Vamos a dar una vuelta?
—José.— Alexis señ aló el tentá culo de la criatura, que estaba envuelto alrededor de
una pequeñ a llave de bronce. —Tengo la sensació n de que hasta aquí llegaremos si no
vencemos a esa cosa—.
Al mirar su minimapa, Joe vio que había una puerta al doblar la curva del tú nel. Fue y
lo miró , confundido en cuanto a có mo
La mazmorra podría haberse trazado si... ah. —Hay un espacio de una pulgada debajo
y encima de la puerta. Mucho espacio para que las serpientes se muevan, mucho para
impedirnos seguir adelante—.
Tocó la puerta y apareció una notificació n.
¡No tienes la llave naranja!
—Entonces, será así, ¿eh?— Joe se sacudió . —No soporto que las mazmorras te
obliguen a luchar contra los monstruos. ¿Qué pasaría si só lo quisiera escabullirme y
vaciar la sala del tesoro? ¡Parece que debería ser una opció n viable!
—¿Puede alguien simplemente apuñalarme para que podamos seguir adelante?—
Exigió Bard, quitá ndose la armadura para que sus compañ eros de equipo no la
dañ aran. Jaxon reaccionó instantá neamente, golpeando a Bard en la cara con tanta
fuerza que Skald cayó al suelo y su cabeza rebotó en el suelo de piedra.
—¡Dos golpes por el precio de uno!— Jaxon alardeó cuando un aura PvP apareció -
sobre su cabeza. Echó hacia atrá s el pie para patear al Skald caído. —¡Te golpeé, te
caíste al suelo!—
—¡Jaxon, detente!— Joe exigió . Estaba mirando Everwatch y su título de Dungeoneer
le mostró que su salud no había disminuido en absoluto. —La autolesió n es só lo
dañ o... Bardo, tienes que hacerte el dañ o a ti mismo, o no contará contra esa cosa—.
—Oh vamos. Ah, tengo que… gah, mantén ese hechizo curativo a mano—. Bard retiró
su hacha y la atacó a su pierna expuesta, tirá ndola hacia un lado en el ú ltimo segundo.
—Ahhh, mi cerebro seguro no quiere que me haga dañ o—.
—Ahora sabemos por qué la mazmorra dijo que 'puede requerir má s de lo que puedes
dar'—. Poppy le murmuró a Joe, quien simplemente asintió .
—Si no puedes…— comenzó Alexis, só lo para ser interrumpido cuando Bard cerró los
ojos y se balanceó hacia abajo con un bramido.
CAPÍTULO SIETE
—Voy a ser honesto contigo—. Bard respiró hondo y soltó mientras se frotaba las
piernas y el brazo. —No soy un gran admirador de esta mazmorra. Sé que me estoy
curando, pero siento que todavía estoy sangrando—.
El grupo se había peleado con dos monstruos má s de Everwatch y había aprendido
varios hechos no tan divertidos. Cuando fuiste elegido como objetivo del
autosacrificio, fuiste el ú nico que obtuvo experiencia del monstruo. El dañ o causado
fue punto por punto, no porcentual, lo que significaba que realmente tenía sentido que
el tanque intentara ser el objetivo. Finalmente, la mazmorra fue un fracaso hasta
ahora.
—Creo que eso se desvanecerá muy rá pido aquí, Bard. Efectos mentales y todo eso.
Por mi parte, no puedo creer que todavía no hayan dejado caer ni un solo artículo
excepto las llaves—. Joe se estaba poniendo un poco de mal humor por el hecho de
que habían aceptado venir y probar la mazmorra. Había estado probando su hechizo
'Corify', pero el efecto de estasis hizo que Everwatch fuera inmune. No só lo eso, sino
que tan pronto como el monstruo fue derrotado, pareció pudrirse a un ritmo
acelerado; no había forma de obtener materiales ú tiles de las cosas.
—Está bien. Jess ha estado trabajando duro, podemos hacer esto por ella—, habló
Jaxon. Los demá s miraron a su alrededor y finalmente posaron sus ojos en el hombre.
¿Acababa de decir algo... agradable? ¿Ú til? ¿Normal? Jaxon sonrió extra brillantemente
ante la atenció n, y los demá s lentamente volvieron a observar sus alrededores.
—¡Esperar!— Los ojos de Joe se fijaron en el suelo y luego volvió a comprobar el
mapa. Había un contorno verde indicado en la pared que había sido etiquetado con un
pequeñ o signo de interrogació n, y el título de mazmorra de Joe y su percepció n -
trabajaron juntos para resaltar una grieta irregular. —Estoy bastante seguro de que
hay una puerta secreta aquí—.
—Por favor , que sea un atajo—, murmuró Bard con brusquedad. Poppy y Alexis
trabajaron juntas, pasando las manos por el contorno hasta que encontraron un
pequeñ o cierre y la puerta se abrió . ellos dieron un paso
a través, mirando a su alrededor con cautela. A su derecha había un pasillo, mientras
que a su izquierda había una puerta grande con una calavera.
—Oh, mira—, dijo Poppy inexpresiva. —Un atajo.—
Bard sonrió y abrazó a Jaxon, y juntos el grupo abrió la puerta de la habitació n del Jefe.
Se cerró detrá s de ellos con un *clic* y la roca en el centro de la habitació n cuadrada se
movió. Específicamente, se separó ; exponiendo una versió n masiva de los monstruos
Everwatch. Bard gimió cuando un aura roja apareció alrededor de él y del Jefe. A
diferencia de las versiones má s pequeñ as, no dejó de moverse; en lugar de eso, se
elevó en el aire y se deslizó lentamente hacia ellos.
—Escaneo intrusivo—. Joe miró fijamente a la criatura y ella le devolvió la
mirada. Evan el Vigilante Eterno.
Estadística más alta: fuerza de voluntad
Efectos continuos; Levitación, Cuerpo Deshuesado, Comercio de Daño III, Autodaño =
solo Daño.
—Tiene Damage Trade tres, pero no estasis. Parece que vamos a tener que... Joe fue
interrumpido por un intenso sonido de azote.
* Grieta*. El Everwatch se golpeó a sí mismo, dejando un verdugó n rojo que
rá pidamente se desvaneció y apareció en Bard.
—¡El asiento atronador de Arther que duele!— La sangre comenzó a gotear a través de
la armadura de Bard y Joe le curó . —Joe, ¿qué fue eso?—
El Rituarquitecto escaneó la informació n sobre Damage Trade tres, sus ojos se
abrieron y luego se estrecharon. —¡Su versió n de Damage Trade hace que el primero
en atacarse a sí mismo cause todo el dañ o al otro! ¡También cambia de objetivo!
De hecho, el aura había desaparecido de Bard, pero nadie la esperaba ni la buscaba.
Otro crujido resonante y Alexis se agarraba el trasero y gritaba. Joe comenzó a
ponerse rojo y al instante se abofeteó . Solo causó un punto de dañ o , pero fue
suficiente para hacer que el aura desapareciera y apareciera en Jaxon.
Jaxon comenzó a pincharse la muñ eca y, cuando un tentá culo se dirigió hacia el
Everwatch, respiró hondo y activó —¡Ajustar!—.
Hubo un crujido repugnante cuando la muñ eca de Jaxon se torció y se rompió , pero el
dañ o desapareció en un instante; dejando atrá s solo el recuerdo del dolor cuando la
barra de salud del Jefe cayó una cuarta parte. Gimió y el cambio de objetivo comenzó a
ocurrir cada vez má s rá pido. A medida que sus ataques caían sobre sí mismo, el aura
seguía moviéndose hacia un nuevo objetivo justo antes.
antes del impacto. Si el miembro del equipo podía golpearse a sí mismo primero, el
aura se interrumpía y los golpes de la criatura se dañ aban a sí mismos.
Por el contrario, si el equipo era demasiado lento, a menudo se lesionaban sin lastimar
al Jefe. La pelea rá pidamente se convirtió en una versió n extrañ a de piedra, papel y
tijera, y todos los seres en la habitació n sufrieron graves dañ os con bastante rapidez.
Pero al final, Everwatch era una bestia de nivel diez, y la mayoría de los humanos
estaban en el nivel quince o cerca. Los humanos también tenían a Joe, quien pudo
mantenerlos curados. Inevitablemente, el Everwatch cayó .
Experiencia adquirida: 400.
Jaxon se acercó a la bestia y colocó sus manos en un par de cabezas de T-rex. —
¡Zurdo! ¡Terror! ¡Didin!
—¡Craw!—
—¡Nah!—
Joe y los demá s observaron con expresiones complicadas có mo destrozaban el
Everwatch. Una buena cantidad fue devorada antes de que pudiera pudrirse
demasiado, y Jaxon balbuceó y arrulló en sus manos hasta que el efecto desapareció y
volvieron a sus manos normales. En su mano izquierda sostenía una llave dorada y se
la arrojó a Joe. —¡Lefty casi se ahoga con esta pequeñ a y mala llave!—
Joe hizo una mueca al coger la llave, que todavía estaba cubierta de carne podrida y
saliva de dinosaurio. —Um... gracias.—
La puerta estaba enfrente de la que habían entrado anteriormente y se abrió sobre
bisagras bien engrasadas. La llave se vino abajo tan pronto como la puerta se abrió
para revelar cinco pequeñ os cofres del tesoro. Poppy se acercó a uno y lo abrió ,
sacando un pequeñ o libro de habilidades. —Eh. Mira eso. —Respuesta masiva—.
Nunca había visto eso antes…—
Cada persona que abría un cofre recibía un manual que le resultaba específicamente
ú til, por lo que Joe estaba muy emocionado de ver lo que le esperaba. Abrió uno de los
pequeñ os cofres y notó un destello de luz dorada mientras lo hacía. Era probable que
el tesoro se agregara al cofre cuando se abrió , o justo antes. Realmente quería saber
có mo funcionaba eso. Joe sacó su libro y miró el título confundido.
'¿—Componentes mejorados alquímicamente'?— Joe leyó la informació n que apareció
en voz alta, demasiado sorprendido para permanecer en silencio. —¿Libro tres de
cinco de la serie 'Conceptos bá sicos de los rituales'?—
No podía esperar a ver qué informació n contenía; Tenía que saberlo ahora. Joe abrió la
tapa y leyó la primera pá gina en voz alta. —Prefacio. Este conjunto de libros está
diseñ ado para enseñ ar los requisitos bá sicos.
mentos para un uso ritual efectivo, y se recomienda que lea y comprenda los cinco
antes de comenzar su bú squeda de este arte arcano en particular. Para cuando leas
este libro, deberías haber leído 'Ritual Circles and You', así como 'Magical Matrices:
Ritual Edition'—.
Joe siguió adelante, incluso cuando se dio cuenta de que el resto de sus camaradas lo
llevaban afuera. —Después de esto, no olvides estudiar 'Círculos rituales encantados
avanzados' y 'Micro o macro: los pros y los contras de los megacírculos'. No te quedes
corto... asegú rate de leer las series 'Reglas de rituales del viajero' y 'Maestro de
rituales'....
Parpadeando ante la repentina luz que lo golpeó mientras salía, Joe miró a su
alrededor aturdido. —Chicos, creo que me voy a enfermar—.
—¿Có mo estuvo la mazmorra?— Jess comenzó con entusiasmo, deteniéndose y
chillando suavemente mientras la inundaban las notificaciones. —Santo...! Entonces,
¿esa era una puerta secreta? ¡Eso valía casi la mitad que el resto combinado!—
—Era una mazmorra interesante que todos odiá bamos y que nunca volveremos a
visitar—. Alexis tomó la iniciativa ya que Joe tenía la nariz metida en su nuevo libro y
murmuraba casi incoherentemente. —No hay recompensas hasta que venzas al Jefe,
pero luego cada miembro del equipo recibió un libro que les resultó ú til. Un libro de
habilidades o un manual de algú n tipo—.
—¡Rompimos a Joe!— Jaxon intervino: —Regresaría si hubiera otra recompensa como
esa al final—.
—Sí, ¿qué está pasando allí?— Jess empujó a Joe, só lo para encontrarse con una fuerza
chispeante que detuvo su dedo.
—Por lo que sabemos, Joe acaba de descubrir que apenas ha estado usando sus
rituales o algo así. Leyó los títulos de algunos libros y pareció que casi se desmayó un
par de veces—. Poppy explicó mientras balanceaba su estoque en un nuevo y
complicado patró n.
Joe cerró el libro con un *chasquido* y miró a su alrededor. —Todo lo que he estado
haciendo hasta ahora... simplemente... ¡está todo mal!—
Jaxon le dio unas palmaditas en la espalda. —¿Está s bien, amiguito calvo?—
—Estoy bien. También. Cadena. Ya no necesito que me busques profesiones—. Joe
respiró hondo y se volvió hacia Towny McTownface. —Necesito regresar y leer esto. Si
tengo razó n, tendré que empezar a buscar el resto de esta serie—.
—¿Qué crees que es?— Bard preguntó mientras comenzaban el camino de regreso al
Gremio.
—Yo… está bien, ¿sabes có mo podría agregar una poció n de salud a ese ritual que
mantiene alejados a los monstruos? Si hacía eso, entonces había un extra
¿Efecto de obtener un bono de descanso? Joe esperó a que Bard asintiera y luego
estalló : —¡Esa es toda una escuela de magia ritual! Se llama —Mejora Alquímica—. No
só lo puedo agregar pociones y varias pastas y cosas así, sino que si puedo descubrir
có mo hacerlo con este libro... bá sicamente puedo embotellar rituales completos o
agregar efectos que hacen de un ritual algo completamente diferente de lo que es. se
suponía que era.—
CAPÍTULO OCHO
Joe se inclinó sobre su libro y miró las palabras que estaban cambiando por completo
su comprensió n de los rituales. —La llama purificadora bajo un caldero de acero
Gorgona puede mejorar la potencia de los componentes tanto de la tierra como de la
llama hasta el quinto grado. El factor delta de... —No tengo idea de lo que significa
todo esto. Sacudió la cabeza y suspiró . Después de regresar al Gremio, Joe fue
directamente a su base en el Gran Saló n Ritual y comenzó a leer. Desafortunadamente,
la informació n era densa y multifacética, y abarcaba conceptos que parecían fá ciles
pero que contenían muchas capas. Quería que la magia ritual fuera tan misteriosa y
fá cil como parecía, pero ese só lo debería ser el caso para aquellos que la miran desde
fuera.
Al leer este libro, en lugar de torcer cá nticos que potenciarían los rituales a través de
un lenguaje puramente má gico, encontró grá ficos. En lugar de buscar una planta
mística que sirviera de panacea para sus nuevas pociones, hubo una exposició n de un
capítulo sobre el crecimiento de las plantas y técnicas de cosecha que eran habilidades
por derecho propio. Quería analizar esta informació n y resolver un acertijo o
minijuego que le permitiera elaborar una poció n ritual; pero en cambio, había tablas
de calentamiento y conservació n.
La atenció n de Joe se desvió y comenzó a pensar en la serie de libros que acababa de
conocer. Si los títulos sirvieran de indicació n, había un libro sobre círculos rituales.
Era bueno en eso; En Midgard, probablemente era el experto en la materia.
'Matrices' tenía algunos significados y esperaba que fuera simplemente otro nombre
para las matemá ticas. Específicamente, la definició n que decía que eran —conjuntos
de cantidades o expresiones en filas y columnas que se tratan como una entidad ú nica
y se manipulan de acuerdo con reglas particulares—. Si hacia allí se dirigía esta
habilidad, sintió que tendría un buen manejo de las matrices y debería poder aprender
la informació n por su cuenta. Pero si significara 'un entorno o material en el que algo -
se desarrolla, un medio o estructura circundante'... eso podría
Puede ser cualquier cosa, desde la colocació n de componentes hasta el cultivo de
ciertas cosas por sí mismo.
Los círculos encantados sonaban bastante sencillos: añ ade encantamientos a los
rituales para crear ciertos efectos. Era probable que necesitara usar encantamientos
para crear rituales vinculados como los que había encontrado al obtener los planos
del Gran Saló n de Rituales. Hasta que encontrara ese libro, Joe no lo sabría con
seguridad. Como só lo tenía un grueso libro de fó rmulas y conceptos, só lo había una
cosa que podía pensar en hacer.
—Necesito un profesor.— Joe suspiró y se dejó caer en su asiento. Consideró dó nde
encontrar un maestro y solo se le ocurrieron unas pocas opciones. —Estoy seguro de
que podría ir al Mage's College y tomar un curso... pero esos siempre está n llenos de
teoría y prejuicios. No hay manera de que pueda obtener una buena experiencia
prá ctica en el momento oportuno . Podría intentar seguir el camino autodidacta... pero
será muy lento—.
Se sentó y se frotó la calva. —Será mejor que intentes encontrar un tutor. ¿Quién
tendría mejores conocimientos prá cticos que un alquimista con una tienda? Vamos a
charlar con Jake. Claro, es espeluznante... pero parece saber lo que hace—.
Joe se arrastró por el Saló n de los Conquistadores, atento a Mike. El hombre aparecía
en momentos inoportunos y le pedía a Joe que trabajara, asistiera a reuniones o
respondiera preguntas si era posible. Cuando llegó al templo sin problemas, Joe
respiró hondo mientras miraba alrededor de la ciertamente elegante habitació n. Junto
con la iluminació n y las fuentes de calor, el río y los arbustos realmente unían todo.
Los arbustos eran en realidad jó venes Tree Ents que algú n día protegerían el templo si
eran atacados, pero en este momento eran muy bonitos gracias a las flores que
florecían en ellos.
—¿Qué falta?— Joe habló en voz baja, el á rea emitía una sensació n de quietud que no
quería romper. —¿Por qué siento que falta algo?—
Sus ojos recorrieron la habitació n y se posaron en uno de los dos ú nicos altares que
era de piedra desnuda. Eso sería suficiente; el panteó n aú n estaba incompleto. Joe
suspiró y se pasó una mano por la calva con consternació n. No quería exactamente ir a
buscar dioses, pero podría ser mejor que esperar a que algo se le acercara. Joe respiró
hondo y lo soltó muy lentamente.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Jumplomancer (Actual: Rituarchitect)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Nivel de personaje: 15 Exp: 134,813 Exp al siguiente nivel: 1,187 Nivel Rituarchitect: 3
Exp: 5,940 Exp al siguiente nivel: 60
Puntos de vida: 330/330
Maná: 1462/1590 (127 reservados)
Regeneración de maná: 30,7/s (base 27,91/s aumentada por equipo)
Resistencia: 295/295
Regeneración de resistencia: 5,67/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 31 (1,31)
Destreza: 40 (1,40)
Constitución: 38 (1,38)
Inteligencia: 106 (3,06)
Sabiduría: 78 (2,28)
Carisma: 31 (1,31)
Percepción: 60 (2,10)
Suerte: 31 (1,31)
Suerte kármica: -4
Eso se veía bien, excepto... había dos cosas que arreglar ahora mismo. Joe activó su
Caparazó n Exquisito y vertió su reserva de maná en él. Eso reservó ciento cuarenta y
seis maná adicionales. La otra cosa... ¿có mo había caído su suerte ká rmica a lo
negativo? Esa era una estadística difícil que nadie entendía realmente, pero las
investigaciones demostraron que era bastante sencillo aumentarla o disminuirla.
Realice acciones que se consideraron —buenas— y aumentó . Lo contrario sucedió , y
lo ú nico que podía pensar que había hecho recientemente era atravesar el calabozo.
Oh... ¿autolesió n? Eso al menos tendría sentido, pero era frustrante perder la Suerte
Ká rmica simplemente por jugar de acuerdo con las reglas. ¿Quizá s había otra forma de
completar esa mazmorra...? Estaba seguro de que alguien se enteraría. Hasta entonces,
no había manera de que regresara a la zona.
—Tomó cinco minutos completos—, afirmó Joe mientras veía desaparecer su
desventaja deshidratada. —Bueno… al menos no tengo que volver a preocuparme por
eso después de esto. ¡Hurra por los pasivos!
Se puso de pie y caminó hacia el punto de teletransportació n, echando un vistazo a los
altares vacíos justo antes de trasladarse a Ardania. Respiró hondo y casi tuvo arcadas
cuando el olor de la ciudad lo golpeó . ¡Nunca antes había sido tan malo! La cantidad de
cadá veres se había reducido en los ú ltimos días a medida que la gente se aventuraba a
encontrar algo que hacer con sus vidas, pero todavía aparecían refugiados de la Tierra
con regularidad.
Los cuerpos sin lavar, la comida barata pudriéndose e incluso el claro hecho de que
algunas personas no sabían dó nde encontrar bañ os (o no les importaba encontrarlos)
golpearon a Joe justo en el ó rgano olfativo. Para su gran deleite, los olores que le
llegaban se atenuaron y finalmente incluso desaparecieron cuando su aura se hizo
cargo de la suciedad en las inmediaciones. ¡Aparentemente, su nueva aura incluso
afectó el aire!
Eso lo resolvió todo. Necesitaba hacer algo para ayudar aquí, por pequeñ o que fuera.
La mayoría de estas personas simplemente no entendían lo que estaba pasando; no
eran malas personas. Joe se abrió paso lentamente entre varios grupos, tratando de
acercarse a los grupos má s numerosos de personas. Se quedó en cada lugar por un
momento antes de continuar, dejando atrá s a personas má s limpias y saludables. No
era mucho, pero sabía que si estuviera en esa posició n, esperaría que alguien hiciera
lo mismo por él.
Su ritmo lento le hizo llegar a la tienda de alquimia poco después del mediodía. Entró
y se dirigió al mostrador, complacido de que su aura se ocupara de los astringentes en
el aire que habían hecho que respirar fuera un dolor en el pasado. —¿Jake? ¿Aquí?—
Una voz detrá s de él hizo que Joe se diera vuelta. —Estoy seguro. ¿Qué le está s
haciendo a mi tienda? El aire huele extrañ o—.
—¿Limpio, tal vez? *Ejem*. Oh... ¿Pasé junto a ti de alguna manera? Jake no respondió
la pregunta de Joe, por lo que Joe simplemente siguió adelante. —Esperaba pedir un
favor—.
—Sin favores. Moneda por adelantado, siempre—. Jake estaba sintiendo el borde de la
tú nica de Joe, mirando algo que aparentemente só lo él podía ver. —Café...—
—No es ese tipo de favor—. Joe se armó de valor. Esto sería tan difícil como aprender
de una versió n alquimista de Jaxon. —Esperaba que pudieras enseñ arme la profesió n
de alquimista—.
Los ojos de Jake se dispararon para fijarse en los de Joe. —Estamos tratando de
robarnos a mis clientes, ¿verdad? Mmmm... tsk, tsk, Joe. Eso no es nada agradable—.
—No, no es eso en absoluto—. Insistió Joe, sacando el manual que había adquirido
recientemente. El gato ya estaba fuera de la bolsa en sus rituales, por lo que decidió
ser lo má s directo posible. —Yo recientemente
Descubrí que mi clase es capaz de hacer mucho má s de lo que la he estado usando y
quiero solucionarlo. Hay una subsecció n de mi clase que se centra en los componentes
alquímicamente mejorados, y no puedo entender la informació n—.
—Libro.— Jake extendió una mano, abrió y escaneó algunas pá ginas, asintiendo en
ciertas á reas y levantando una ceja en otras. — Interesante. Muy interesante... un
ritualista, aquí en mi tienda. ¿Me pregunto si la antigua recompensa todavía está
activa?
—¡Que no es!—
Joe se quedó helado, haciendo que Jake resoplara en respuesta. —Solo jugando.
Ahora... haré una cosa por ti gratis. Informació n. No quieres la profesió n de
'Alquimista' para... esto. Funcionaría , pero sería como usar una bola de fuego para
encender una vela. El resultado final es similar, pero es un desperdicio increíble.
Necesitas la profesió n de 'Alquimista Ritualista'—. —¿Eso existe?—
—Hay pocas cosas en este mundo de las que no puedas encontrar una forma
específica, má s enfocada o especializada—. Jake le devolvió el libro. —Si solo planeas
hacer componentes para rituales y no intentar preparar pociones curativas
equivalentes a calderos para ahorrarle a tu gremio algunas monedas de plata, puedo
enseñ arte. Pero ahí es donde voy a necesitar algo de ti—.
—Si puedo hacerlo, lo haré—. Joe le dijo al hombre con cuidado. No sería bueno hacer
una promesa antes de conocer los detalles.
—Me gustaría unirme a su gremio, ya que aquí me estoy aburriendo. Cuando pases a
la siguiente zona y crees un puesto de avanzada, me construirá s un nuevo taller—.
Jake extendió una mano. —¿Tenemos un trato?—
Joe lo sacudió , —Mientras mi gremio esté de acuerdo, estoy dentro—.
—No. Aceptas el trato o no. No hay negociació n—.
—Entonces lo tomo—. Joe afirmó con firmeza. No iba a dejar pasar una oportunidad
como ésta.
Misión recibida: Homebrew. Jake el Alquimista busca mejorar su nivel. Haz que tu
gremio acepte alinearse con él y conviértelo en un nuevo taller en tu puesto avanzado en
la siguiente zona. Recompensa: Profesión (Instante ), Variable. Fracaso: hostilidad con
Jake y otras organizaciones. ¡Has aceptado esta misión!
CAPÍTULO NUEVE
Joe estaba en posició n de caballo, gruñ endo mientras se dejaban caer carbones
encendidos sobre el escudo de metal que sostenía sobre su cabeza. Descubrió que el
entrenamiento de fuerza y resistencia le permitía liberar su mente para pensar en
otras cuestiones en segundo plano. En este caso, estaba repasando lo que pasó con el
Alquimista anoche.
El —instante— en la línea de recompensa significaba que obtuvo esa parte de su
recompensa de inmediato, lo que significaba que necesitaban entrenar. Jake había
llevado a Joe a la parte trasera de la tienda y le había indicado que comenzara a leer
varios manuales. Había usado el libro que trajo Joe, encontró una secció n que detalla
recetas para uso exclusivo en rituales y trabajó con Joe para ayudar a crear una de las
cervezas. Todo el proceso había durado hasta mucho después del atardecer, incluso
con la velocidad de aprendizaje mejorada de Joe. Fue frustrante para él encontrar un
á rea de especializació n en la que simplemente no era bueno al instante.
Joe se concentró en su flamante segunda profesió n y gruñ ó ; en parte por un carbó n
que se deslizó y le chamuscó la piel.
Alquimista ritual (Nivel 0): un alquimista crea pociones y elixires que pueden sorprender
y asombrar al mundo. Un alquimista ritualista lleva eso en una dirección diferente,
enfocándose en crear componentes que mejoren y alteren los rituales. Al sacrificar la
capacidad de fabricar la mayoría de las cosas que un alquimista puede producir
fácilmente, el alquimista ritualista puede convertirse en un maestro en su oficio en una
fracción del tiempo. +25 % de probabilidad de crear objetos alquímicos específicos de
rituales. +25 % de velocidad de producción de objetos alquímicos específicos de rituales.
-50 % a todos los intentos de crear objetos alquímicos no específicos de rituales.
En una nota muy positiva , las horas de prá ctica y conferencias también le habían
permitido a Joe adquirir la habilidad 'Conocimiento alquímico'. Eso sería de gran
ayuda a la hora de probar nuevas combinaciones o solucionar problemas de sus
proyectos fallidos.
Alquimia Ritualista (Novicio VIII). ¡Has comprendido cómo crear objetos alquímicos!
10+n% de probabilidad de crear 'Com-
mantener sus manos en ciertas posiciones para maximizar el potencial de los
ingredientes... ya no estaba. Maldita sea.
La alquimia parecía ilógica. Se suponía que era un cruce entre cocina y química, pero
eso era pensarlo desde una perspectiva mundana. Aunque la magia del proceso
provenía de los ingredientes que se agregaron, seguía siendo magia. Joe decidió que
iba a trabajar en algunos rituales geométricos, ló gicos y simples para distraer su
mente del —arte— de la alquimia. Se frotó la cara y sintió algo de hollín, frunciendo el
ceñ o ante lo lento que su capacidad de aura lo limpiaba en comparació n con Cleanse.
—Perdó neme... Sr. Joe, ¿creo?— La dulce voz que pronunciaba su nombre hizo que Joe
frunciera el ceñ o y mirara a su alrededor en busca de la fuente. Una mujer
increíblemente hermosa caminaba hacia él. Llevaba un traje profesional y tenía el pelo
recogido en una cola de caballo. Ella extendió la mano y le estrechó la mano: —Te he
estado buscando. Estoy aquí en representació n del Sindicato de Arquitectos, que es en
lo que se ha reestructurado el anterior gremio tras el cambio de propiedad y direcció n
. Tengo una propuesta para ti—.
—¿Está s aquí para proponerme matrimonio?— Joe habló sin pensar. —Eso es... no
quise decir-—
—Por favor, no te preocupes por eso—. Parpadeó un par de veces y volvió a la
normalidad. —Mi nombre es Daniella y tengo una oferta para usted de la Unió n. Nos
gustaría ofrecerle la oportunidad de estudiar los edificios de la ciudad que poseemos o
de los que podemos obtener favores. De lo contrario, podemos ofrecerle algunos
planos que podrá utilizar cuando lo desee—.
—Ya veo... ¿y cuá l es el problema?— Joe entrecerró los ojos y trató de evaluar qué tan
alto debía ser su carisma para impactarlo de manera tan significativa, incluso a pesar
de su enorme puntaje de sabiduría. Tenía que ser al menos de tercer nivel,
probablemente de principios de cien.
—Seré franco—. Daniella bajó la barbilla y lo miró a los ojos. —Hemos estado
observando de lo que son capaces y a la gerencia le preocupa que nos saquen del
negocio si salen al mercado abierto. Al brindarte acceso gratuito, deberá s aceptar que
solo construirá s edificios para ti o tu gremio—.
A Joe le gustó mucho su actitud directa, aunque parecía un poco artificial. Eso
significaba que su 'Unió n' realmente lo había estado estudiando, que su carisma
estaba llenando los vacíos para ella, o un poco de ambas cosas. —Hmm… puedo
respaldar eso. Ligero cambio. Yo, mi gremio y mi familia. Ademá s, esa limitació n se
aplica ú nicamente en esta Zona. yo planeo
Rango de aprendiz, ella también los hará . Lo que no se pueda hacer es algo que haré.
Ademá s, me acercaré y me aseguraré de que todo se vea bien cuando comencemos.
Eso debería ayudar a aumentar su productividad , darle un impulso para mejorar sus
habilidades e incluso ayudarme a mejorar mis habilidades de enseñ anza. Oh... no
importa, agregué esa habilidad a una combinació n de habilidades. Disparar.—
Joe sonrió ante las caras confusas. —¿Está n todos esperando una invitación ?
¡Hagamos que la magia suceda!—
CAPITULO DIEZ
Daniella llegó a la misma hora que el día anterior, justo después de que Joe terminara
su entrenamiento con brasas. El punto extra de fuerza y constitució n fue suficiente
para ignorar por completo una noche de insomnio. Había echado un vistazo debajo de
su camisa y se alegró de ver los primeros indicios de hermosos mú sculos
abdominales.
—Joe, ¿está s listo para comenzar el día?—
—Buenos días, Daniella—. Joe respondió con calma, justo cuando los ú ltimos rastros
de sudor se desvanecieron gracias a su aura.
Aumento de habilidad: Aura de neutralidad (Aprendiz 0): Tu uso constante de esta
habilidad ha hecho que sientas calidez y hormigueo hacia ti. El maná reservado de la
reserva de maná para mantener activa esta habilidad ha disminuido del 8 % al 7 %.
—¿Has decidido si tomarnos algunos planos ú nicos o hacer los tuyos propios
basá ndose en lo que podemos encontrar en la ciudad?— Daniella continuó con su
línea de preguntas incluso cuando el aire alrededor de Joe parecía volverse un tono
má s oscuro. No es que ella no se diera cuenta; su deber era fijarse en los detalles. Ella
simplemente no sintió la necesidad de hacer comentarios.
— Sin duda estudiaré edificios, gracias—. Joe respondió tímidamente. Daniella
entrecerró los ojos como si sintiera que le dolía la cabeza, pero simplemente asintió y
se giró para caminar hacia Ardania. É l extendió una mano para adelantarse a ella. —
Esperar. ¿Seguirme un momento? Preferiría no caminar todo el camino de regreso a la
ciudad—.
—Oh, ¿tienes transporte? Eso facilitará las cosas—. Daniella lo siguió má s allá de un
recinto de varias bestias. —¿Tienes una montura para dos personas? ¿Un carruaje...?
¿A dó nde vamos?—
—Solo confía en mi.— Joe resopló suavemente mientras contenía una risa. Quizá s no
debería mostrarle su habilidad para viajar rá pido, pero esto iba a ser una
demostració n de fuerza que podría usar a su favor en el futuro . Entraron al Saló n de
los Conquistadores y Joe vio a Daniella intentar evitar jadear. Ella falló , para su placer.
El edificio estaba oscuro, pero el interior estaba completamente abierto, excepto por el
pilar central y las pequeñ as cabinas designadas para planear clases y habilidades.
Había suficiente luz para ver todo el espacio, reflejado en las superficies brillantes y
puntos de luz estilo galaxia intercalados por todas partes. Era como caminar por el
espacio y Joe sabía exactamente lo maravilloso que era caminar por el edificio. Es má s,
sabía que un arquitecto casi se vería obligado a babear cuando lo viera por primera
vez.
—Oh, supongo que no te han permitido entrar aquí antes—, habló Joe con
indiferencia, tomando el camino más largo hacia el templo. —¿Has estado en muchos
edificios con rareza de artefactos, entonces? Sé que desde fuera no parece tan
interesante.
—Artefacto...!— Daniella se contuvo y respiró hondo. —Me encantaría saber má s
sobre este edificio. Por ejemplo... ¿Supongo que no tienes una copia extra de los
planos?
—No.— Joe no estaba mintiendo; había entregado los planos a los eruditos. Al ver su
mirada decepcionada, continuó . —Sin embargo, puedo rehacer el edificio después de
que mi habilidad alcance el rango de Maestro—.
—Oh...— Ella sacudió la cabeza ante eso y cambió de tema. No es una gran señ al. ¿Qué
tan difícil fue alcanzar los rangos de Maestro? —Normalmente trabajamos con
edificios de primer nivel, de clasificació n comú n. Ver algo como esto generalmente
está reservado para aquellos en el palacio o en el Colegio de Magos—.
—Acerca de eso, ¿qué pasa con la distinció n entre 'nivel uno' y 'comú n'? ¿Pensé que
era esencialmente lo mismo? Joe tosió y se sonrojó , aunque no se podía ver en la
oscuridad. —Al menos, he estado usando esos términos indistintamente—.
—Ah. Suficientemente fá cil.— Daniella apartó la vista del techo que parecía mostrar
los confines del espacio. —Hay dos términos porque el plano puede ser de un nivel
superior al de la mano de obra real. Un edificio de nivel uno significa que el plano lo
convertirá en un edificio de rango comú n si todo se hace segú n las especificaciones.
Sin embargo, si se lo das a un carpintero y lo estropea, podrías terminar con un diseñ o
de nivel uno, pero un edificio basura—.
—Por el contrario, entregue ese mismo plano a un maestro carpintero y podrá
mejorarlo durante la elaboració n. Así es como se obtienen variaciones, pero el diseñ o
base sigue siendo solo de nivel uno. Puede que sea un nivel uno poco común , pero hay
muchas cosas que puedes hacer en un lugar y que siga siendo el mismo edificio. Ahora,
si un nuevo plan
está hecho a partir de ese edificio, sería un plano poco comú n, o de nivel dos—.
Joe asintió mientras caminaban. —Entonces, el nivel tiene que ver con lo que debería
ser, y la rareza tiene que ver con el producto final. Tiene sentido para mi. Aquí
estamos.—
Daniella había pensado que ya no estaba asombrada por el edificio, pero mientras sus
ojos bebían el río, los á rboles, los fuegos y las sombras oscuras que susurraban sobre
secretos ocultos... no pudo evitar mirar a su alrededor como un turista. —¿Có mo te las
arreglaste... esto no es...—
Joe decidió rescatarla, soltó un suspiro de felicidad y miró alrededor del templo. —
Entonces, si estoy en lo cierto, este edificio, el Saló n de los Conquistadores, segú n tu
medida, es un edificio de nivel seis, de rareza de artefactos . Eso significa que los
planos eran Artefacto y el resultado final fue Artefacto, ¿correcto?
—Sí... eso sería correcto—. La voz de Daniella era débil.
—Bien… ¿listo para partir? Otra funció n de este edificio es…— ¿ Te gustaría aceptar la
solicitud de teletransportación de Joe 'Tatum's Chosen Legend'? Destino: Plaza del
Pueblo de Ardania. Sí No.
—...Sí.— Dijo Daniella, justo antes de que los dos desaparecieran de Towny
McTownface.
Joe parpadeó ante la repentina y brillante luz de la mañ ana que los bañ ó a los dos. —
Ardania. Perfecto. ¿Vamos a ello?
Con la mente tambaleante, Daniella comenzó a caminar. Lentamente al principio,
luego má s rá pido y con má s determinació n, mientras salía de su fuga de pasió n por los
nuevos edificios. Ella no era má s que una profesional consumada, y el hecho de que
Joe hubiera podido tomarla con la guardia tan desprevenida la hizo fluctuar entre
halagada y avergonzada. —La… primera opció n que tengo para que le eches un vistazo
es una tienda especializada. Esta tienda se centra en productos de alta gama y ha
accedido, aunque sea a regañ adientes , a permitirle la entrada para que intente crear
sus propios planos.
—Veo. ¿Es este el ú nico lugar donde puedo investigar? Joe ya estaba reconsiderando -
el trato. Después de todo, todavía no había firmado nada...
—No claro que no.— Daniella sacó un contrato breve y se lo entregó a Joe para que lo
examinara. —Se le permite ir a cualquiera de las estructuras en las que hemos
participado en la construcció n, siempre que no sea un á rea de acceso restringido.
Entonces, ni siquiera nuestra influencia podrá acercarte. Simplemente necesita un
arquitecto con usted, y la secció n tres punto dos punto uno estipula que tenemos
veinte horas para proporcionarle una persona si la solicita.
—Veo.— Joe leyó el contrato y descubrió que parte de él era de un extrañ o color gris
mate. Su capacidad para leer la verdad estaba siendo interferida de algú n modo. —
Esta secció n... ¿puedes expresarla en términos má s simples para mí?—
—Ah, sí. Lenguaje legal—. Daniella miró la secció n: —Esto es lo que te acababa de
decir: tenemos veinte horas para conseguirte un arquitecto si lo solicitas—.
—Aquí no. La siguiente línea—.
Daniella lo miró y le dirigió una mirada burlona. —Esta línea establece claramente que
usted acepta darnos las veinte horas necesarias para proporcionarle un arquitecto—.
—¿Claramente?— Joe comenzó a leer el texto de manera distante. —Al firmar, los
firmantes consienten en la mencionada pluralidad de tiempo asignado para la
provisió n de un acompañ ante, con lo cual se consideran cumplidas las restricciones
del apartado tres punto uno punto tres.—
Miró a Daniella y sacudió la cabeza. —Hay muchas llamadas recursivas ahí. Ya sabes...
el documento que hace referencia a sí mismo. Hace que parezca que está s intentando
ocultar cosas en el texto para —atraparme—.
—¿Le gustaría crear un contrato diferente con el que podamos trabajar?— Daniella
sacó un pergamino en blanco y una pluma. Entraron en un pequeñ o café y ella escribió
en lenguaje claro lo que habían estado discutiendo. Cuando estuvo terminado a
satisfacció n de ambos, el documento tenía menos de una pá gina. —Sabes que un
contrato simple como este, aunque fá cil de entender, deja mucho menos para
interpretar. Será muy difícil encontrar soluciones—.
—Bueno, al menos eso funcionará en ambos sentidos—. Joe firmó el pergamino
después de que Daniella firmara en nombre de su sindicato. —Estoy seguro de que su
gente ya conocía todas las lagunas de ese ú ltimo. Me sorprende que estés tan
dispuesto a firmar un nuevo contrato—.
—Para ser sincero, señ or Joe, nos preocupa que si se le permite construir edificios
para cualquiera que los quiera, quebraremos el negocio —. Daniella sopló el
pergamino y lo llevó a algú n dispositivo de almacenamiento espacial oculto. —La
Unió n no puede igualar su velocidad y precisió n, y por su reputació n se desprende
claramente que intentar estafarle só lo conduce a la destrucció n total de una
organizació n—.
—En realidad soy muy amable—. Joe se levantó mientras ella lo hacía y comenzaron a
caminar hacia la tienda. —La mayor parte del tiempo, mi futuro estaba en juego e hice
lo que sentí que era necesario para sobrevivir y prosperar—.
—Activar.— Joe la interrumpió , tirando al suelo su ritual preformado. Un halo de luz
salió disparado, creciendo hasta abarcar el edificio. Un diagrama ritual apareció bajo
los pies de Joe cuando comenzó el ritual, y comenzaron a aparecer detalles en el plano
que sostenía.
Daniella observó en shock có mo el plano se completaba en los siguientes minutos.
Cuando se completó el ritual, inspeccionó el documento que Joe tenía en la mano y
casi se desmaya.
Plano: Sala de trofeos (raro). Tener una sala de trofeos permitirá a grupos como los
gremios exhibir varios trofeos. Los trofeos suficientemente potentes ofrecerán un
pequeño impulso a las estadísticas o habilidades.
Había má s, algo que no entendía acerca de un ritual, pero el plano por sí solo fue
suficiente para hacerla tragar en un intento de humedecer su garganta
repentinamente seca. —¿Puedes hacer eso… con cualquier edificio?—
—Si tengo suficiente tiempo y no me interrumpen—. Joe hizo que el plano
desapareciera en su anillo de almacenamiento. La puerta de la tienda se abrió de golpe
y una avalancha de personas entró para ver de qué se trataba el espectá culo de luces.
Joe y Daniella dejaron al muy feliz dueñ o de la tienda con su negocio y se dirigieron
hacia el siguiente edificio que Daniella tenía intenció n de mostrarle.
—¿Cuá ntos de esos... escá neres de edificios trajiste?— Daniella cuestionó
nerviosamente.
Joe le mostró una pila de papeles.
—Cincuenta.—
CAPÍTULO ONCE
—¿Todavía te preguntas por qué dije que me preocupaba que nos dejaras sin negocio?
— Daniella parecía agotada. —Si puedes construir la mitad de esos edificios, podrá s
hacer algo que nadie en la Unió n ha podido hacer durante má s de un siglo—.
Joe só lo había escaneado veintiocho edificios, pero los resultados habían sido
espectaculares. No solo obtuvo planos en su mayoría poco comunes y raros, sino que
cada edificio que abandonó de repente tuvo una afluencia de turistas. Cuando estaba
cerca de una tienda, las ventas se disparaban. Parecía que la gente había empezado a
correlacionar el espectá culo de luces del ritual con algo —especial—.
Era cierto, porque Joe no se molestó en escanear los edificios comunes. Su habilidad
era demasiado costosa, y aunque tenía una reducció n del ochenta y cinco por ciento
en los costos de los componentes, aú n necesitaba usar siete nú cleos y medio, lo que lo
dejó con solo unos pocos mucho má s potentes que no tenía. va a utilizar en la
construcción. No, a menos que necesitara hacerlo.
Una mirada a toda la experiencia que había adquirido en su clase de Rituarchitect le
hizo sonreír; dos mil novecientos noventa y seis. Había alcanzado el nivel cuatro de
clase con solo escanear todo; no podía esperar para construirlos . El aumento de nivel
le había dado un nuevo ritual, Reparació n Estructural, pero no era demasiado ú til en
este momento.
—Honestamente, creo que está s pensando demasiado en esto—. Joe empezó a
caminar de regreso a la plaza del pueblo y Daniella lo siguió . —No tengo tiempo para
salir a construir edificios bá sicos para la gente . No-—
—No tienes tiempo en este momento—. Daniella negó con la cabeza. —¿Crees que
hace mucho tiempo que no oigo a la gente hablar de có mo van a vivir? ¿Que no he
visto a personas volver a la vida después de haber sido reducidas a polvo? Este
contrato nos protege contra el futuro lejano—.
—Estoy empezando a alegrarme de haber incluido la disposició n de que el contrato -
quedará anulado si su grupo colapsa. Seguiré siendo joven y saludable—. Joe hizo una
mueca al darse cuenta de lo oscuro que sonaba eso. —Ademá s, es bueno hacer
excepciones para el uso del reino. No había pensado en eso—.
—Realmente no quiero enfadar a la ú nica persona en Midgard que puede anular
contratos está ndar, así que eso só lo tiene sentido para mí—. Daniella estrechó la
mano de Joe y empezó a darse la vuelta, pero Joe se aclaró la garganta y ella hizo una
pausa.
—Me gustaría aprender arquitectura. Necesito adquirir habilidades en este campo si
quiero mejorar lo que puedo hacer actualmente—. Joe la miró significativamente. —
¿Conoce algú n profesor con el que pueda contactar?—
Daniella hizo una pausa y asintió lentamente. —Enviaré a alguien. Hasta entonces,
intenta aprender la teoría. Espero que sepas a qué me refiero cuando digo —muévete
— cuando aparezca un tutor. Aquí.—
Le entregó un pequeñ o libro que apareció aparentemente de la nada y Joe leyó el
título. Conceptos básicos de la arquitectura. Daniella se alejó , —Eso debería hacer que
tu habilidad en arquitectura sea al menos de Novato cinco si lees y comprendes todo
el material. Buena suerte.—
—Fue... un placer conocerte, Daniella—. Joe no esperó una respuesta y apareció en el
templo del Saló n de los Conquistadores al instante siguiente.
¡El drenaje de cálculo ha surtido efecto! ¡Pensar demasiado te hizo perder una gran
oportunidad!
—¿Qué? ¿Qué fue eso?— Joe miró fijamente la notificació n. Encogiéndose de hombros,
se alejó del altar y caminó hacia sus amigos. Había estado pensando en su equipo y
había decidido pasar tiempo cazando y completando misiones con ellos.
Alcanzó al grupo justo cuando salían de Towney. —¡Hola, chicos! ¿Tienes espacio para
uno má s?
—¡José! ¡Por supuesto!— Jaxon se acercó y le dio un abrazo a Joe. —Está bamos
discutiendo si deberíamos continuar con usted o solicitar un líder de equipo diferente,
¡así que estoy muy contento de verle esforzarse!—
—¡Tu que!— Joe miró al grupo, pero ellos simplemente se encogieron de hombros.
Alexis les indicó que siguieran caminando. —Joe, no estamos tratando de deshacernos
de ti, solo estamos tratando de tener una fiesta completa cuando salimos todos los
días—.
—Ya eres el segundo al mando. ¿Deberíamos asignar una alternativa que rote cuando
yo no pueda hacerlo? Luego sales, Alexis está a cargo y tienes un equipo completo
cuando yo no estoy—. Las palabras de Joe hicieron que la mayoría de ellos asintieran
lentamente, y Poppy realmente suspiró aliviada.
—Gracias a dios.— Poppy le guiñ ó un ojo a Joe. —No estaba seguro de có mo íbamos a
echarte de tu grupo, y debo decirte… se ha vuelto muy difícil despejar diferentes á reas
con solo cuatro personas. Bueno… tres personas y Jaxon—.
—¡Soy una persona!— Jaxon insistió mientras saltaba hacia atrá s junto a ellos.
—Por supuesto que sí, gran tonto—, asintió Bard antes de girarse hacia Poppy y negar
con la cabeza con los ojos muy abiertos.
—¿Por qué se ha vuelto tan difícil despejar á reas?— Joe tuvo que darse prisa para
seguir el ritmo de todos, lo que le hizo preguntarse có mo se habían vuelto tan rápidos.
—Fá cil.— Alexis saludó con la mano el á rea a su alrededor, que había sido limpiada de
todos los á rboles y convertida en campos. —Nosotros, la humanidad, nos estamos -
expandiendo muy rá pido. Mil millones de personas llegaron a Midgard, y una pequeñ a
porció n de ellos son mucho mejores en el min-maxing que los gremios establecidos u
otros jugadores. La gran mayoría no es buena jugando y se está n expandiendo y
haciendo de esta una zona segura. Cazar monstruos se está volviendo má s difícil
porque só lo sobreviven aquellos que son realmente difíciles de matar o que no
pueden cazarse para alimentarse—.
—Para mí, parece que las profesiones que no son de combate van a empezar a ser la
norma otra vez...— Joe se calló , por lo que Poppy asintió y completó lo que a Joe le
faltaba.
—Al igual que la Tierra—, afirmó Poppy con gravedad. —Es probable que las
profesiones de combate sean desplazadas y eventualmente se estanquen. Hay una
gran prisa por que las clases de lucha lleguen a la siguiente Zona, pero hasta donde
sabemos... nadie ha podido obtener su segunda Especializació n . Muchos niveles altos,
aunque nadie está dando ese paso—.
—Sin embargo, la gente todavía ha intentado llegar a la siguiente Zona, ¿verdad?— Joe
miró a su alrededor y notó los gestos de asentimiento. —¿Fue tan malo?—
—Si se puede confiar en los foros, entonces todos los que lo intentaron murieron y
tuvieron una gran desventaja. Estuvieron atrapados en reaparició n durante días, y
cuando salieron... todo lo que tenían con ellos había sido destruido. Equipo, armas,
dinero, bolsas espaciales, cosas que se suponía que estaban ligadas al alma... todo—.
Alexis negó con la cabeza ante eso. —Parece ser lo mismo para todos los que lo han
probado—.
—Caray... todo lo que he querido hacer desde que escuché sobre esa Zona es llegar a
ella—. Joe suspiró al darse cuenta de que ese objetivo podría estar demasiado lejos en
este momento.
—Piensa en cuando está bamos jugando en la Tierra y salió una nueva expansió n—,
ofreció Poppy agitando mucho la mano. —Siempre se anunciaba temprano para
generar expectació n, y luego generalmente había una gran cantidad de misiones,
elementos y cualquier otra cosa que fuera necesaria para llegar allí. Claro, sabemos
que existe y planeamos llegar allí... será só lo un tiempo—.
—¡Estaban aquí!— Jaxon aplaudió con entusiasmo. —¡Joe, descubrimos que
completar esta mazmorra otorga puntos característicos como recompensa!
¡Necesitamos acordar qué puntos queremos antes de comenzar, y el desafío cambia en
funció n de eso!
—¿Es así como ustedes se han vuelto tan rápidos?— El grupo asintió ante la pregunta
de Joe.
—He estado seleccionando destreza todos los días—. Bard intervino: —Baja el
umbral, mayor la recompensa—.
—Solo obtuve un punto por limpiarlo todos los días—. Jaxon admitió con tristeza.
—Tengo cinco al día, pero ayer obtuve cincuenta. Todos los demá s reciben tres horas
al día, así que eso es lo que espero hoy—. Bard levantó el pulgar.
Esto era exactamente lo que Joe necesitaba. Sonrió a los demá s cuando pasaron junto
a los poderosos guardias del Gremio. Aparentemente, este era un lugar al que no se
permitía la entrada a personas ajenas; y por una buena razó n. Si este lugar se usara
demasiado, ¿quién podría decir si las recompensas que otorga seguirían siendo tan
buenas?
—Una cosa má s—, le dijo Alexis a Joe. —Entrar no tiene costo, pero la regla es que
debes donar toda la carne o comida obtenida al Gremio. El resto del botín es juego
gratuito—.
—Funciona para mi.— Joe lo siguió y entró en un espacio aparentemente enorme que
flotaba en lo alto del cielo. —¿Esto es un enorme… rompecabezas? ¿Laberinto? Qué...?

Has entrado en la mazmorra 'Sección de prueba 118b'. ¡Por favor, emita su voto para el
desafío del partido! Fuerza / Destreza / Constitución / Inteligencia / Sabiduría /
Carisma / Percepción / Suerte.
Joe seleccionó —destreza—, como habían acordado previamente.
Destreza promedio del grupo... 72. Escala de dificultad a un rango de destreza de 50 a
100. ¡Buena suerte!
—¿Qué clase de monstruos hay aquí?— Joe preguntó como el enorme cubo... cosa...
¿espacio? Lo que sea que estaba suspendido en el cielo se retorció hasta que apareció
una puerta frente a ellos. Se formó una plataforma en el espacio vacío, y se turnaron
para saltar hacia ella y luego hacia la puerta.
Jaxon hizo una voltereta hacia atrá s para llegar a la puerta y le sonrió a Joe. —Los
monstruos aquí son Neigh-Bears. Bá sicamente un centauro, pero un cruce entre un
caballo y un oso. ¿Un bisonte, tal vez? Eh, de cualquier manera, son enormes, malos y
su ataque principal es una carga directa que debes esquivar. Ademá s... buena comida.
Has estado comiendo Neigh-Bears si has comido carne en el gremio durante la ú ltima
semana—.
—¿El objetivo de esta mazmorra es…?— Joe dejó de hablar cuando vio una gran
cantidad de criaturas en un pasto. Parecían estar parados sobre un disco enorme, y a
lo largo del costado... só lo había oscuridad en el borde.
—Tienes que esquivar cien Neigh-Bears que cargan y llegar al á rea central—. Poppy
explicó sucintamente. —Por lo general, eso se puede lograr simplemente llegando al
centro. Hay muchas criaturas que evitar—.
—Esta es mi parte favorita.— Jaxon exclamó mientras caminaba hacia la pradera. —
¡Ven a buscar carne de viejo!—
El bramido colectivo de las criaturas casi hizo que Joe orinara un poco. Era el rugido
de un oso junto con el chillido agudo de un caballo. Cada criatura que pudieron ver se
abalanzó sobre ellos a toda velocidad.
—¡Ven a buscar un poco!— Jaxon les gritó mientras sus manos se transformaban en
cabezas hambrientas de T-Rex. —¡Los débiles son carne, los fuertes comen!—
—¡Agrega eso a la lista de cosas que nunca má s debes decir, Jaxon!— Alexis llamó . Los
Neigh-Bears a su alrededor estaban quietos y, cuando pasó junto a ellos, cayeron al
suelo. —Consigue estos también, Joe. El veneno no dañ ará la carne, simplemente
derretirá su cerebro por uno o dos segundos—.
—¿Otra cosa que no puedo decir? ¿Ya estoy aquí teniendo una crisis existencial sobre
los mecanismos de esas vértebras y ahora no puedo decir cosas? Jaxon gimió mientras
golpeaba un hocico peludo. —Ustedes, los jó venes, son muy exigentes con la
palabrería—.
—Las palabras tienen poder aquí, Jaxon, y la gente tiene suficiente poder como para
que enojarlos te maten una y otra vez—, explicó Alexis por lo que debió ser la décima
vez. —Joe, estos son buenos para ganar experiencia si logras derribarlos. Está n
diseñ ados para ser duramente contrarrestados por personas con gran destreza, lo que
significa que son todo fuerza y constitució n; golpean fuerte y tienen mucha salud—.
Joe asintió y se preparó . Su relá mpago tenía un tiempo de reutilizació n de seis
minutos, por lo que eso estaba descartado por ahora. É l estaba de acuerdo con eso, ya
que tenía muchas opciones con las que trabajar. Las sombras de la hierba alta
comenzaron a cambiar mientras las recogía, y después de un momento angustioso, las
empujó en forma de lanza en á ngulo y las solidificó . El Neigh-Bear que estaba
cargando golpeó la lanza y se empaló , su impulso se detuvo cuando golpeó al ancho
guardia a mitad del eje.
Daño infligido: 330 (300+10 % de bonificación de título de Pierce the Darkest Night)
—¿Estas cosas está n blindadas?— Murmuró Joe después de tomarse un instante para
leer el mensaje. —¿Debe ser su gruesa piel la que cuenta como armadura natural?
¡Aerosol á cido!
Mientras el á cido devoraba a la criatura que relinchaba, Joe una vez má s vio entrar en
juego el efecto perforador de armadura. Quería probarlo má s, pero fue pisoteado
desde un lado mientras miraba al primero y se olvidó de prestar atenció n al resto de
las criaturas.
Desventajas activadas: Evaluación de riesgos. Drenaje de cálculo. ¡Has perdido
completamente el foco del combate y estás retenido hasta que una fuerza externa actúe
sobre ti!
Daño recibido: 228 (228 de daño absorbido por Exquisito Shell).
Concha Exquisita: 482/1510.
Joe patinó sobre la hierba resbaladiza en sangre y de alguna manera se mantuvo
erguido. Se sacudió los efectos de su pérdida de concentració n y logró saltar sobre el
siguiente ataque. Mientras bajaba, otro Neigh-Bear lo golpeó , pero Joe logró girarlo en
el aire y aterrizar só lidamente sobre sus pies.
Ataques de carga evitados: 38/100.
Aumento de habilidad: Acrobacia aérea (Principiante II).
—¿Esquivar ataques de deslizamiento no cuenta?— Joe refunfuñ ó mientras empezaba
a trabajar para llegar al centro del á rea. El á rea desde el inicio de la mazmorra hasta el
centro cubría aproximadamente una milla, y esquivar todo el camino estaba
destruyendo su resistencia. Había bajado a un tercio y solo regresaba lentamente. Pero
esta era una de las razones por las que estaba aquí: para aumentar sus estadísticas
físicas.
—Literalmente dice 'ataques de carga' en la misió n—. Poppy aterrizó junto a él y
empujó , mandá ndolos a ambos fuera del camino de una pared de carne que se
aproximaba.
Ataques de carga evitados: 39/100.
—¡Eso contó !— Joe trazó astutamente un plan para hacer má s eficiente su viaje al
centro del á rea. Primero, pondría a todos en posició n , luego literalmente rebotarían
entre sí... —¡Ay!—
La evaluación de riesgos se ha activado.
¡Ataque furtivo! ¡510 daños recibidos! (482 absorbido por Concha Exquisita.)
Salud: 332/350
El escudo de Joe recibió un golpe crítico y se hizo añ icos, dejá ndolo desprotegido -
contra los ataques restantes que venían hacia él. —¡Ah! ¿ Por qué eso se activa tanto ?
¡Se supone que es el diez por ciento!
Comenzó a correr hacia el á rea de escape, esquivando y esquivando los ataques en
línea recta. Joe estaba particularmente orgulloso de esquivar un ataque saltando hacia
un Neigh-Bear que pasaba y empujá ndolo, provocando que dos de las enormes bestias
chocaran. —¡Ja!—
El cuerpo de Jaxon pareció materializarse junto a las dos criaturas, y en un instante
había hundido sus manos en sus cuellos. Salieron chorros de sangre de ambos cuando
las cabezas del T-Rex fueron retiradas, y Jaxon se rió maniá ticamente mientras estaba
cubierto por el líquido caliente. Joe entrecerró los ojos y apuntó al izquierdo. —
¡Corificar!—
Aumento de habilidad: Corify (Principiante II).
—¡Sí! ¡Ese debe haber funcionado! Joe corrió y empujó sus caderas hacia la bestia,
guardá ndola en su bragueta.
—¿En serio, Joe? Teabagging es tan... jugador tó xico—. Jaxon *chasqueó* y sacudió la
cabeza.
—Para nada lo que estaba haciendo, y lo sabes—. Joe miró a su alrededor y notó que
habían despejado el á rea y ahora tenían unos minutos antes de que otras criaturas
estuvieran cerca de ellos. —Jaxon, ¿con qué frecuencia se dispara tu desventaja de
umbral?—
—¿Mi qué?— Jaxon miró hacia arriba para no permitir que sus manos devoraran al
otro Neigh-Bear para mantener su forma. —Lo siento, Joe, no tengo idea de lo que
está s hablando—.
—Abre tu menú y mira la pestañ a 'efectos activos'. ¿Cuá l es el porcentaje de fracaso
del carisma? Joe estaba empezando a impacientarse .
—Aquí no hay nada má s que efectos de título, una notificació n 'sucia' y mis manos—.
Jaxon se encogió de hombros y siguió hundiendo sus manos má s profundamente en el
flanco de la bestia caída. —Nunca he oído hablar de una desventaja de umbral—.
Joe frunció el ceñ o y pensó en las implicaciones. —¿Podría ser esto… un efecto de
Tatum? ¿Es esta una estadística 'oculta' que de alguna manera puedo ver?
¡Sabiduría +1! Vaya, eso tardó mucho en llegar. Deberías abrir mejores canales de
comunicación con tu gente. ¿Sabes qué? Acabas de hacer eso, así que...
¡Carisma +1!
—Ignorando el sarcasmo. Muy bien... necesito pensar... Tengo cinco desventajas que
tienen la posibilidad de activarse con casi cualquier acció n. Entonces... no tengo un
diez por ciento de posibilidades de que las cosas salgan mal. Tengo un, um, diez má s
cinco má s... ¿Tengo un treinta y uno por ciento de posibilidades de que las cosas
salgan realmente mal? Joe esperó una mejora característica, pero se encogió de
hombros cuando no apareció nada. —Necesito probar esto. Necesito hacer ciencia
sobre esto. Se forma una hipó tesis ; Ahora vienen varios experimentos. A diferencia de
otras personas, puedo ver cuando se activan, lo que significa que yo-—
¡Desagüe de cálculo!
—¡José!— Jaxon tacleó a Joe y se apartaron del camino de una carga.
Desafortunadamente, Lefty se aferró a Joe y le arrancó un trozo de bíceps. —¡Te
estaba gritando que te movieras!—
Joe gritó mientras lo agarraba del brazo. Su salud se desplomó , llegando a cuarenta y
un puntos restantes en só lo unos segundos. —¡Imposición de manos!—
Salud: 281/350. ¡Se eliminó la desventaja de sangrado!
Fue un poco alucinante ver có mo sus mú sculos y su piel volvían a crecer en el agua
oscura, pero Joe se obligó a concentrarse. Miró al Vecino y le tendió una mano. Gruñ ó
de pura frustració n y dejó caer la mano. —En este momento, me estoy dando cuenta
de que só lo tengo tres formas de dañ ar a esa bestia. Á cido, que está fuera de alcance,
dando forma a la oscuridad durante unos largos segundos, o mi rayo oscuro, que está
en tiempo de reutilizació n. Necesito conseguir algunos hechizos má s versá tiles—.
—Toma, puedo morderlo, ¿si eso te hace sentir mejor?— Jaxon se ofreció
amablemente.
CAPÍTULO TRECE
—No puedo evitar sentir que nos perdimos algo—, murmuró Joe mientras se alejaban
del calabozo. —Algo me molestaba al final...—
—Entonces, regresa mañ ana y mira—, le refunfuñ ó Poppy. —No sigas repitiéndote.
¿Obtuviste los cinco puntos de Dex o no?
Joe parpadeó y miró las recompensas. —Sí. ¡Oh! ¡También obtuve un punto por el
entrenamiento característico! Santo... ¡novecientas diez experiencias también!
Cuando la notificació n se desvaneció , Joe fue elevado en el aire y una explosió n de luz
dorada se alejó de él. Aterrizó , respiró hondo y gritó: —¡Nivel dieciséis!—
—¡Felicitaciones!— Bard lo animó .
—¿Qué?— Alexis jadeó de celos impenitentes. —¡No hay forma de que estuvieras
entrenando destreza durante una hora completa e ininterrumpida!—
Joe se encogió de hombros con impotencia y simplemente se negó a responder. —¡Si
puedo hacer esto mañ ana, superaré el umbral de destreza!—
—¡Ata chico!— Bard le dio un golpe en el brazo. —Con eso pasan cosas buenas—. Te
vuelves todo tipo de, ah... flexible—.
Alexis se sonrojó , abrió una botella y se la arrojó al Skald. —¡Qué te dije acerca de
avergonzarme delante del grupo! ¡Disfruta vaciá ndote!
El estó mago de Bard gimió tan fuerte que Joe dio un paso atrá s apresuradamente. —
¡José! ¡No! ¡Límpiame, rá pido!
—¡Bardo! ¡Ya no tengo ese hechizo! Joe miró con ojos horrorizados mientras Bard
corría hacia la línea de á rboles. El resto del grupo se quedó boquiabierto ante Alexis,
quien simplemente les levantó una ceja.
—¡Que esto sirva de advertencia para el resto de ustedes!— Alexis amenazó
sombríamente. —Si le hago eso a mi novio, piensa en lo que obtendrías —.
Poppy y Joe se miraron fijamente. Jaxon saltó tras una mariposa que pasó volando.
Poppy desenvainó su estoque só lo una pulgada y miró
Alexis en el ojo. —Tu novio puede soportar eso, pero hazme algo así y terminamos.
Piénsalo antes de empezar a hacer juegos de poder y a hacer sonar tu propia bocina.
Nos has estado presionando bastante a todos ú ltimamente y has estado haciendo un
buen trabajo. Sin embargo, empieza a atacarme... Me aseguraré de que reaparezcas
má s rá pido de lo que puedo inhalar tu veneno—.
Alexis se desinfló . —Vaya, toma un chiste y conviértelo en... simplemente guau, Poppy
—.
—No me eches la culpa de esto-—
—¡Oh mira! ¡Botín!— Joe exclamó en voz alta, sacando a todos los Neigh-Bears de sus
dispositivos de almacenamiento. —Procesemos esto. Apuesto a que encontraremos
algunos nú cleos, muchos materiales que se venderá n bien …—
Los miembros del grupo se alejaron unos de otros, evitando el contacto visual
mientras todos pasaban y cortaban a los Neigh-Bears. Como beneficio de estar en
propiedad del Gremio, cada vez que sacaban carne utilizable de un cadá ver,
desaparecía en la nada y aparecía una notificació n.
¡Puntos de contribución agregados!
—Eso es ú til—, reflexionó Joe, empujando un cuchillo de trinchar a través de una
secció n gruesa en el cuarto trasero de la bestia. —Fá cil limpieza. Ahora, ¿dó nde está ...
ese... Nú cleo?
Joe siguió cortando durante unos minutos má s, luego suspiró y se recostó . —Olvidalo.
¡Sombras... tiran, empujan... solidifican!—
La bestia entera fue cortada en diez trozos grandes, la carne y los huesos se
desgarraron en lugar de cortarse. —Dispara… todavía no tengo un control perfecto de
esto. Se suponía que debía ser muy afilado—.
—Joe, ese pellejo está totalmente arruinado ahora—. Poppy suspiró y se sentó
también. —Como sea… de todos modos no valen mucho en estos días. Aquí está el
nú cleo; Lo encontré cuando le abrieron el crá neo.
—Gracias.— Joe tomó el Nú cleo e hizo una mueca. —Nú cleo comú n. Puaj. Qué broma
tan inú til—.
—Esos eran monstruos bastante comunes; De hecho, me sorprende que hayan dado
un Nú cleo—. Jaxon se inclinó y miró al Nú cleo. —Parece... casi diferente a los demá s
que he visto—.
—¿Eh?— Joe miró la notificació n al tocarla.
¡Se encontró un núcleo de monstruo sintético de grado común! ¿Te gustaría convertir
esto en puntos de experiencia? Valor actual: Quinientos puntos de experiencia.
—¿Quinientos?— Joe volvió a mirar. ''¿Sintético? Este es un nú cleo de grado comú n,
¿por qué vale la misma cantidad que un nú cleo de grado bajo o dañ ado?
—Si aú n no lo has notado, este también es un cubo perfecto en lugar de la forma de
una piedra preciosa—. Señ aló Jaxon. Joe no había visto eso, la luz suave pero
penetrante que emanaba de él le impidió mirarlo directamente.
—Mientras funcione para lo que necesito, no me importa si sale como una carita
sonriente—. Joe suspiró y guardó el Nú cleo. —Debe haber sido mi nueva habilidad
para jugar con las cosas—.
—Es bueno saber que existe otra forma de conseguir esos Nú cleos. ¿ Has visto lo que
cuestan en la tienda de contribuciones? Alexis se reincorporó a la conversació n,
claramente tratando de dejar atrá s la dolorosa conversació n anterior.
—¿Mike realmente lo puso en marcha?— Joe se rió ante la idea. Estaba seguro de que
el hombre se lo frotaría la pró xima vez que se encontraran. —Bueno para él,
¿supongo?—
Bard salió del bosque, le dio a Alexis una mirada sombría y se dirigió hacia la ciudad
del Gremio. Tragó y miró al suelo mientras todos reanudaban su viaje. Joe reflexionó
sobre sus recientes descubrimientos y tuvo que suspirar ante la gran cantidad de
trabajo que tenía por delante. —Hmm... muestra detalles de la habilidad: Magia ritual
—.
Magia ritual (Experto II): capacidad de crear, mantener y cambiar rituales de manera
mucho más eficiente de lo habitual. -.5% de costo de maná y componentes por nivel de
habilidad. Exclusivo de clase ritualista: -50 % de coste de maná y componentes.
Bonificación actual maximizada con una reducción de costes del 85%.
— No he podido cambiar esta habilidad en semanas—. Joe miró su habilidad Ritual
Alchemy y esperó que con la nueva informació n que había obtenido, sus habilidades al
menos dejaran de estancarse .
¡Forja de almas completada! Nueva habilidad adquirida: Cuerpo Artesano.
Cuerpo Artesano (Principiante IX): Todo lo que haces con tu cuerpo es un poquito más
fácil. Mente, cuerpo o algo más efímero, todas las características son. En ocasiones, es
más rápido entrenar durante un aumento diario de habilidades, donde n = nivel de
habilidad.
Joe se quedó mirando la nueva habilidad, tratando de descubrir có mo las habilidades
que había combinado podían lograr esto. —Esto significa que… si necesitara entrenar
durante una hora completa, solo necesitaría entrenar durante… ¿casi cincuenta y
cinco minutos? Eso significa que necesito entrenar durante... ¿unos trece minutos y
medio? Ú til, pero no realmente. ¿Pero qué pasa si llevo eso al rango cincuenta?
Trabajó en los cá lculos mentales durante un largo momento, realmente, faltando
calculadoras por milésima vez. —No, me equivoqué desde el principio. Dice —punto
uno N veces má s rá pido—. Eso significa que... ¿por qué tengo tantos problemas con
esto? Mis cá lculos eran correctos. A los cincuenta, esto reduciría a la mitad el tiempo
para entrenar las características—.
—¡Señ or!— Joe saltó y miró a su alrededor. Se encontró sentado solo en una mesa de
picnic y se dio cuenta de que había pasado al menos una hora desde que su equipo
había comenzado a caminar a casa. Joe centró su mirada confusa en un mensajero, que
le entregó una caja. —¡Paquete para usted, señ or!—
—Drenaje de cá lculo abisal... gracias—. Joe tomó la caja y se puso de pie, caminando
rá pidamente hacia el templo. —No me gusta esto. No soy tan despistado. Estas
desventajas me está n molestando demasiado—.
Miró la caja extraordinariamente sencilla, tiró de su Concha Exquisita al má ximo y la
abrió . La capa exterior lisa se cayó , revelando una caja con el Escudo Real. —Esto... no
es lo que esperaba—.
Al abrirlo se reveló una letra y un pequeñ o círculo dorado. Leyó la carta primero, sin
confiar en saber qué hacer con el otro artículo.
Para joe,
Tenga en cuenta que somos plenamente conscientes de los actos que continúa -
realizando. Vemos los beneficios que usted ha generado y esperamos que esta mejora de
Nuestro regalo para usted sea aprovechada.
Reina María.
-PD: En caso de que no haya quedado lo suficientemente claro, este es nuestro
agradecimiento por la nueva arena que construiste.
Toca el círculo con el marcador dorado en tu frente.
-PPS No combine el resultado con otras cosas.
—Quiero decir... no voy a tirarlo, así que también podría usarlo, ¿verdad?— Joe tomó
el círculo brillante y lo colocó en su frente. —¿Qué fue esa ú ltima parte sobre
combinar-—
Habilidad adquirida: Ciclo de esencia (novato I). Uno de los cuatro sentidos mágicos que
puede otorgar el Rey o la Reina de Ardania. Al alimentar tus ojos con maná, podrás ver
la energía en todas las cosas. Será necesaria práctica para poder ignorar el poder -
ambiental en el medio ambiente. Niveles más altos de esta habilidad permitirán un
estudio más detallado de las energías. Se rumorea que los maestros de esta habilidad
pueden aprender hechizos perfectamente simplemente viéndolos de cerca.
sola vez. Efecto: aumento del 1% en la sensación visual de maná, donde n = nivel de
habilidad. Costo: 40 maná por segundo.
—¿No combinarlos entre sí…? Las habilidades de los Reales, ¿verdad? Eso es lo ú nico
que tiene sentido—. Joe se miró en un espejo e hizo una mueca al ver que el punto casi
claro pero ligeramente dorado en su cabeza se había convertido en el contorno de un
ojo. Era pequeñ o, pero brillaba suavemente y él era calvo. Fue muy notorio. —Yo
simplemente… bien. Pruébalo, no pienses en lo raro que es. Simplemente me hace ver
como un monje clá sico alimentando un chakra, o lo que se supone que es. Está bien.—
Sentado en posició n de loto, Joe miró al frente y activó su nueva habilidad. —Ciclo de
esencia—.
En retrospectiva, sentarse en un enorme edificio má gico, en la parte de dicho edificio
dedicada a lo divino, puede haber sido una mala idea. Podría haber sido. Horas má s
tarde, Joe pudo apartarse de su inspecció n de la oscuridad má s profunda que jamá s
había visto. Había estado mirando e inspeccionando el poder puro alineado con la
oscuridad, y realmente sintió que había ganado algo con él.
¡Miraste al vacío y te fuiste con una sonrisa en tu rostro! Entrenamiento característico
completo. +1 Carisma. Precaución: ganar carisma de esta manera puede provocar
efectos secundarios. Por ser el primer viajero en descubrir este nuevo método de
entrenamiento característico : ¡Carisma +5!
Habilidad aumentada: Ciclo de esencia (novato V).
Joe se puso de pie tambaleá ndose, sintiéndose enfermo y exhausto. Le palpitaba la
cabeza y sentía que iba a caer. —¿Q-qué está pasando ? ¡Hoja de personaje!
Nombre; Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión I: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Profesión II: Alquimista ritualista
Nivel de personaje: 16 Exp: 136,123 Exp al siguiente nivel: 16,877 Nivel de Rituarchitect:
4 Exp: 8,936 Exp al siguiente nivel: 1,064 Puntos de vida: 282/350
Maná: 60/1650 (115 reservado) Regeneración de maná: 33,89/seg (Base 30,81/seg
aumentada por equipo) Resistencia: 315/315
Regeneración de resistencia: 5,68/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 33 (1,33)
Destreza: 48 (1,48) Constitución: 40 (1,4)
Inteligencia: 110 (3,1) Sabiduría: 85 (2,35)
Carisma: 40 (1,4) Percepción: 63 (2,13)
Suerte: 31 (1,31)
Suerte Kármica: 0
—Puaj. Esa fuga constante de maná ... debe haber comido mi salud cuando me estaba
quedando sin maná —. Joe respiró hondo, esperando a que su maná se recargara
rá pidamente. —Bien... adelante hacia mis metas—.
CAPÍTULO CATORCE
—¡A las armas! ¡Towny McTownface está bajo ataque!
La bocina que sonó en todo el Gremio hizo que Joe se levantara de un salto y corrió
hacia la pared mientras se sacudía el aturdimiento. Por el rabillo del ojo, vio a alguien
en la sombra saltando hacia él. —¡Relá mpago oscuro!—
El relá mpago de sonido extrañ o lo golpeó tal como lo hizo el aspirante a sassin, pero
las delgadas dagas causaron mucho má s dañ o que el hechizo. Aú n así, cuando las
dagas rebotaron en su Caparazó n Exquisito, el dolor inesperado hizo que su atacante
se estremeciera. Joe aprovechó ese tiempo para cubrirlos con una gruesa capa de
á cido, aunque ya no tenía la capacidad de canalizar el hechizo. Un grito llenó el aire
cuando la piel de la figura comenzó a derretirse.
—¡Mi equipo!— Por otra parte, al agresor podría no importarle mucho unos
miserables sesenta y cinco puntos de dañ o. El efecto de destrucció n de la durabilidad
de la armadura, por otro lado... —¡Te voy a destrozar!—
—¡No, gracias!— Joe gritó sin mirar atrá s. Mientras el asesino estaba distraído, Joe
comenzó a correr hacia un grupo de luchadores. Vieron lo que estaba sucediendo y
enviaron al asesino a reaparecer después de una rá pida batalla. Dado que el equipo
del tipo estaba arruinado, su sigilo era una broma y los luchadores no tuvieron
problemas para derribarlo. —Gracias chicos.—
—Los magos no deberían estar solos durante un ataque; a ti te cazan primero. Ven con
nosotros hasta que encuentres tu grupo—. Joe no reconoció a nadie en el grupo, pero
se quedó con ellos y memorizó sus rostros. Encontraría una manera de agradecerles
má s tarde.
En un tiempo extrañ amente corto, la lucha terminó y la ciudad quedó asegurada. La
mayoría de los atacantes no habían entrado en la ciudad y se contentaron con asaltar
las murallas ellos mismos. Joe fue llevado a otra reunió n de emergencia, donde el
Gremio explicó que esto probablemente era el resultado de que otros Gremios Nobles,
y posiblemente otros grupos, pusieron a prueba sus defensas.
Después de que terminó la rá pida reunió n, Mike llevó a Joe a un lado. —No tenemos
respuestas para esto, Joe. Esto estuvo bien organizado. Tan pronto como
comenzaron a responder, retrocedieron. Claramente só lo nos estaban poniendo a
prueba, pero creo que fallamos. ¿Hay algo que puedas hacer para aumentar nuestras
defensas?
—No, hay...— Joe vaciló mientras pensaba en los diversos efectos que había
descubierto recientemente con sus rituales. —Tal vez. No hay promesas, pero tal vez
pueda establecer algunos rituales que puedan activarse si es absolutamente necesario.
Aú n así, necesito tiempo, tanto para investigar como para realizarlos. Una vez má s, no
hay promesas—.
—Deberíamos tener tiempo—. Mike suspiró aliviado. —Dime qué necesitas y veré qué
se puede hacer—.
Discutieron los términos por un momento y llegaron a un acuerdo . Justo antes de
alejarse, Joe recordó que la tienda había abierto. —Oye, ¿hay nú cleos a la venta en la
tienda de contribuciones?—
—Pensé que nunca lo preguntarías—. Una sonrisa maliciosa apareció en el rostro de
Mike: —Son uno de los artículos má s caros y sólo se pueden comprar con puntos de
contribució n. Algunas de las otras cosas se pueden comprar con monedas, pero esas...
bueno, estará s muy feliz cuando veas que nuestros acuerdos han funcionado a tu favor
—.
Después de separarse, Joe decidió que debía revisar y ver si se había recolectado má s
material de construcció n. Esto ocurría cada vez con menos frecuencia, pero se alegró
de ver que nuevamente había suficiente para un edificio completo. Golpeó un poste de
madera para que los trabajadores de la zona miraran en su direcció n. —Hola chicos,
sé que es temprano, pero como todos está n despiertos... ¿alguno de ustedes sabe
dó nde está el urbanista?—
Un hombre arrugado en pijama llegó unos minutos má s tarde y repasaron los nuevos
planos que Joe había podido recopilar. Al ver el Saló n de Trofeos, el hombre casi gritó
de alegría. —¡Este! ¡É ste! Necesitá bamos un edificio que sólo diera un impulso general
a la moral, y si construimos este, ¡deberíamos llegar al segundo puesto de la ciudad de
inmediato!
—¡Entonces hagá moslo!— Joe chocó los cinco con el chico; su entusiasmo era
contagioso . —Reuniré a mi gente, ¿dó nde tenemos que reunirnos?—
Después de poner todo en movimiento, Joe salió corriendo y sacó a su aquelarre de las
camas en las que acababan de volver a meterse. Se apresuraron al centro de la ciudad
y descubrieron que una buena parte del escaló n superior también había sido retirado
para ver qué pasaba. Estaba previsto que el edificio estuviera ubicado al noreste del
Saló n del Gremio, por lo que todos salieron a caminar temprano por la mañ ana.
Cuando llegaron al á rea designada, Joe estuvo dando vueltas durante unos largos
minutos, examinando detalles,
edificios, había adquirido ocho mil experiencia en personajes y mil cuatrocientas
experiencias en clases. En resumen, había trabajado duro para mejorar sus
características y habilidades. Al final de la semana, Joe había aumentado todas sus
estadísticas, excepto la suerte, por encima de los cincuenta puntos. Cada uno de estos
tenía un efecto diferente en su cuerpo y, después de compararlo con su equipo y
algunos otros en el gremio, Joe comenzó a ver un patró n para el desarrollo de
recompensas de umbral.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión I: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Profesión II: Alquimista ritualista
Nivel de personaje: 16 Exp: 144,123 Exp al siguiente nivel: 8,877 Nivel de Rituarchitect: 5
Exp: 10,456 Exp al siguiente nivel: 4,544 Puntos de vida: 350/350 -> 534/534
Maná: 1.381/1.650 (115 reservados)
Regeneración de maná: 33,89/seg.
Resistencia: 485/485 -> 528,5/528,5 Regeneración de resistencia: 5,68/seg -> 5,84/seg
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 53 (2,03)
Destreza: 54 (2.04) Constitución: 54 (2.04) Inteligencia: 110 (3.1) Sabiduría: 85 (2.35)
Carisma: 52 (2.02) Percepción: 63 (2.13) Suerte: 38 (1.38) Suerte Kármica: 0
Todos los atributos físicos de Joe le habían dado exactamente lo mismo: un aumento
del diez por ciento en todos los á mbitos en todas las cosas que se consideraban —
recursos corporales—. En lugar de que un punto de constitució n le diera diez puntos
de salud, ahora valía once. En lugar de cinco puntos, la resistencia, la fuerza y la
constitució n valían cinco punto cinco. É ste había sido un cambio radical respecto de
cruzar los umbrales de la inteligencia y la sabiduría.
Lo que descubrió fue que tanto su clase como la forma en que obtuvo los puntos
característicos desempeñ aban un papel importante. Si un jugador cruzaba el umbral -
de la fuerza haciendo principalmente entrenamiento característico todos los días,
obtenía una bonificació n fija. Si eran luchadores y ganaban puntos peleando y
entrenando, tenían la opció n de jugar una especie de minijuego interno para obtener
mayores recompensas, como lo hizo Joe cuando aumentó su sabiduría.
La clase tuvo un impacto principalmente porque los jugadores tendían a hacer cosas
relacionadas con la clase con mayor regularidad. Por ejemplo, Joe había preguntado a
varios alumnos de 'tanque' qué obtenían en el umbral de constitució n, y la mayoría de
ellos había duplicado la cantidad de salud que ganaban por punto. Algunos incluso lo
habían triplicado, y una discusió n má s profunda reveló que habían logrado superar
situaciones realmente difíciles, manteniendo vivo a su partido para la gran mayoría.
Después de conocer este hecho, fue casi demasiado fá cil señ alarlos. Como era de
esperar, tendían a tener abolladuras impresionantes en su armadura.
El carisma tuvo un efecto diferente y Joe no estaba seguro de si le había gustado lo que
había sucedido. Había aumentado su carisma de forma bastante natural, y só lo desde
que recibió la nueva habilidad de visió n de energía de la Reina comenzó a entrenarla
activamente.
¡El carisma ha alcanzado el umbral de los cincuenta puntos! Nuevo efecto agregado:
Carisma oscuro.
Dark Charisma es un cambio característico, no una habilidad ni un título. Mirar hacia la
oscuridad profunda ha cambiado fundamentalmente la forma en que miras el mundo y
cómo el mundo te mira a ti. Todos los efectos activos ahora contienen un indicio de los
aspectos más profundos de la existencia. Aquellos que buscan resolver un misterio o
encontrar un compañero oscuro gravitarán hacia ti, pero siempre habrá algunos que no
puedan manejar lo que tu existencia evoca en sus propias mentes. Alto, moreno y... algo
así como guapo; ya que ahora tienes un carisma sólido. Aunque todavía calvo.
¡Precaución! Presionar para que la gente reaccione más oscuramente o más
emocionalmente puede hacer que este cambio se vuelva más drástico.
Joe también había estado trabajando en sus habilidades, logrando llevar Acid Spray al
principiante cinco, Dark Lightning Strike y Knowledge al principiante nueve,
conocimiento arquitectó nico al principiante tres, conocimiento alquímico y alquimia
ritual al principiante uno, caparazó n exquisito al principiante cuatro, Corify al
principiante cuatro. Novato seis y, después de un encuentro desafortunado en el que
Poppy fue aplastada entre dos Neigh-Bears, Resurrecció n al novato cuatro.
Estaba exhausto. Entre todo el entrenamiento, estudio, drenaje de maná e
investigació n sobre rituales protectores para la ciudad, apenas dormía. No obstante,
todas sus desventajas sobresalientes habían
sido despejado, excepto por suerte. Había estado manejando algunos juegos de azar,
pero ciertamente no habían sido suficientes para compensar la baja estadística.
Ademá s... la prueba de —suerte— en la mazmorra de prueba aparentemente tuvo la
tasa de mortalidad má s alta de todas las pruebas, y no podía arriesgarse a perder
mucha experiencia en un momento tan crucial. Lo cual… la falta de riesgo tal vez
explicaba por qué su estadística de suerte era tan baja.
Algo necesitaba cambiar, o Joe quedaría atrapado en un ciclo de repetició n hasta que
comenzaría a perder la cabeza. Entonces... algo cambió . Al octavo día de su intenso
ciclo de entrenamiento, llegó una carta.
CAPÍTULO QUINCE
La carta era de Boris y contenía la informació n que le había prometido a Joe semanas
atrá s. Joe volvió a mirarlo mientras su equipo caminaba, complacido como un
puñ etazo de haber venido en esta direcció n antes; le ayudaría a obtener una ventaja
sobre alguien que le había causado problemas a Boris.
José,
Parece que puede haber un elemento que te permitirá especializar tu clase actual en una
superior. Puede ser un tipo de libro, una tabla de piedra u otro elemento similar que
contenga conocimiento. Sólo hay una cosa de la que estoy seguro:
Este artículo es de un solo uso .
Si usted no lo consigue primero, existe una gran posibilidad de que alguien más lo haga.
Lamento decir que después de encontrar esta información, volví a mi escritorio y
descubrí que alguien había revisado mis notas. Sospecho que hay un grupo llamado —
Hombres Verticales— o alguna tontería por el estilo . Son un gremio de ladrones que ha
sido una plaga en esta ciudad durante décadas.
Hay más. Creo que me están vigilando y no sé quién ni por qué. Pero el quid de la
cuestión es que esta información fue encontrada robada demasiado rápido como para
que fuera una coincidencia.
He incluido un pequeño mapa que debería acercarte al lugar donde se ha escondido este
elemento. Dependerá de usted de aquí en adelante.
Mucha suerte, Boris.
—Mmm. Espero que Boris esté bien…— murmuró Joe con gran preocupació n.
—Ya sabes, Joe—, gruñ ó Bard alrededor de un trozo de carne que había sacado de un
saco, —Creo que es extrañ o que el Gremio nos esté dando misiones y grandes
recompensas por ayudarte a mejorar tu clase—.
—¡Creo que realmente quieren que se vaya!— Jaxon dijo alegremente, levantando el
pulgar hacia Joe. —Cuando llegue a la siguiente Zona, podrá volver a ser su habitual
adicto al trabajo y no tendrá que preocuparse por pisar el suelo.
dedos de los pies de los inversores del Gremio. ¡Nunca irán a la siguiente á rea, así que
bien podrían ser gremios totalmente separados!
—¿Sabes qué, Jaxon?— Joe sonrió con complicidad: —Creo que esa idea me gusta
muchísimo. ¡Oh , no, quieren que vaya a un lugar al que só lo pueden entrar personas
competentes! ¡Eso no! ¡ Cualquier cosa menos estar rodeado ú nicamente por los
trabajadores miembros del gremio...!
—Creo que encontré lo que necesito hacer para entrar a mi pró xima clase también, ¡lo
que significa que deberíamos poder ir juntos!— Jaxon continuó después de asentir
gravemente. —¡Conseguí un trabajo en el palacio aprendiendo de la Masajista Real y
del Domador Real! Si puedo obtener todas esas habilidades y encontrar una buena
manera de combinarlas, estoy seguro de que podré obtener mi pró xima
especializació n—.
—Yo también tengo planes para mi clase—. Poppy dejó que una sonrisa maliciosa se
extendiera por su rostro. —Pero tendrá s que esperar y ver—.
—No sé có mo proceder—, admitió Alexis con atenció n. —Creo que Bard también lo es.
Hemos estado buscando formas de avanzar, pero o no hay nadie en nuestro mismo
camino o está n bastante escondidos. Creo que una progresió n probable para mí es una
clase de pecado de Assas, y ellos no aparecen ni hacen una oferta—.
—Ahm todavía está excluido del Bardic College—. Bardo refunfuñ ó . — -
Aparentemente, llamé la atenció n de la Deidad de los Bardos, y como le gusto... no se
me permite regresar al lugar—.
—Esa es una ló gica al revés, ¿no?— Joe abrió los brazos con ira. —Si le gustas al
maldito Dios de la música , ¿te prohibirá n?—
—No. Es la Deidad de los Bardos—. Bard explicó : —Aparentemente el tipo odia a los
Bards. Entonces, usan ese conocimiento como prueba de fuego. Le gustas, está s fuera.
É l te odia , claramente está s haciendo algo bien.
—Extrañ o.— Jaxon intervino.
—Escuché que no quería ser la Deidad de los Bardos, lo obligaron a asumir el papel—.
Les dijo Alexis. —Aparentemente, Hansel era una especie de Asesino que quedó
inmortalizado en una canció n y de alguna manera ganó muchísimo poder a partir de
eso—.
—Espera… ¿es esta la misma de la canció n que sigo escuchando en las tabernas?—
Poppy frunció el ceñ o y luego chasqueó los dedos: —¡Peligroso! ¿ Es ese?
—Sí.— Bard suspiró dramá ticamente. —Por eso, estoy atrapado en mi lugar sin
ningú n lugar a quien acudir—.
—No te preocupes, Bardo—. Joe le dio unas palmaditas en el brazo al hombre. —Estoy
seguro de que podemos conseguir algo con el Saló n de los Conquistadores. Finalmente
el bardo
La universidad estará a nuestro alcance y obtendremos toda la informació n sobre
cada alumno actual allí. Lo mismo ocurre con una red de asesinos, Alexis. Es solo
cuestió n de tiempo.—
—¿Adó nde vamos ahora de todos modos?— Jaxon cuestionó a Joe directamente. —No
sé casi nada sobre este viaje—.
—Ah. Déjame ordenar mis pensamientos—. Joe abrió su pantalla de estado y repasó la
informació n que tenía disponible. —Parece que vamos a la costa sureste y
necesitamos encontrar un templo que guarde secretos antiguos. Probablemente eso
signifique que estamos corriendo directamente hacia una mazmorra, pero da igual.
Ahora mismo, vamos a pasar por el gremio que rescatamos cuando llegamos al bosque
de Chlorophyll Chaos, los... Golden Greens. Sí, específicamente, quiero ver qué está
haciendo Teddy estos días—.
Una hora má s tarde, encontraron señ ales de que la tierra estaba siendo trabajada, y
había algunos campos impresionantes que habían sido arados y plantados. Los
cultivos crecían a un ritmo notable y Joe tuvo que asumir que había magia
involucrada. Par para el curso en Eternium. Se reunieron con algunas personas que
custodiaban una pequeñ a aldea y, después de enviarse algunos mensajes, al grupo se
le dio un lugar donde quedarse y Joe fue a hablar con Teddy.
Hablaron sobre có mo iban las cosas e hicieron planes para hablar má s en el futuro. El
Gremio no había visto nada extrañ o en los ú ltimos días, lo que le dio a Joe la esperanza
de adelantarse a quienes tuvieran esta informació n. Como ya estaban bastante cerca
de la costa (siempre que fueran hacia el este, hacia el agua y no hacia el sur, hacia el
bosque), surgió otro punto de interés.
—Encontramos un pequeñ o santuario justo al lado de la carretera, aproximadamente
a mitad de camino desde aquí hasta el mar—. Teddy se inclinó y le dirigió una mirada
de complicidad. —Si podemos guiarte hasta allí, ¿crees que podrías seguir adelante y
convertirlo? Sería un buen lugar para reaparecer, mucho má s cerca que el otro donde
nos salvaste a varios de nosotros la ú ltima vez que nos vimos. Ademá s, eso nos
quitaría una gran cantidad de tiempo en nuestros viajes a Ardania—.
—Por supuesto.— Joe se sorprendió por su seriedad. —¿Es este un problema tan
importante para usted?—
—Sí.— Teddy se recostó con evidente alivio. —La mayor parte de nuestro gremio está
compuesto por no combatientes, por lo que caminar significa que una muerte puede
generar tres má s para ellos. Oh, ¿también tengo un montó n de clérigos que siguen a
Tatum ahora y esperaban que pudieras encontrar un lugar para ellos?
—¡Qué!— Joe casi saltó de su asiento de emoció n. —¡Dó nde! Yo, ah, claro. Sí, tengo
puestos enormes para ellos. Tengo un templo de tamañ o mediano que necesita una
persona permanente y una catedral que está vacía en medio de la nada y que
realmente necesita gente para administrar las cosas—.
—Perfecto, porque tengo algunos introvertidos que quieren pasar el rato en edificios
solitarios—, le informó Teddy con seriedad. —Evitan a la gente hasta tal punto que
tienen problemas aquí, en las tierras agrícolas . ¿Haré que te guíen hasta el santuario y
luego podrá s mostrarles sus nuevas estaciones? Mientras puedan venir a visitarnos de
vez en cuando, mantendrá n su posició n en el gremio—.
La noche llegó a su fin poco después y los dos se separaron. Joe durmió
excelentemente y, por la mañ ana, la fiesta partió con un pequeñ o contingente de
personas vestidas con batas. Jaxon desconfiaba de ellos y seguía haciéndoles
movimientos de mordisco con las manos. Como ninguna de las personas nuevas tenía
idea de lo que eso significaba, simplemente se mantuvieron alejados del hombre
extrañ o.
Convertir el santuario fue fá cil con tantos clérigos, porque parecía que todos podían
juntar su maná para el evento. Aú n mejor, después de hacerlo una vez, todos
adquirieron una habilidad que les permitió convertir estructuras para Tatum por su
cuenta. Joe estaba casi celoso, ya que só lo tenía una habilidad está tica para hacerlo: no
apareció ninguna habilidad que lo hiciera má s fá cil con el tiempo. Desde allí, Joe los
llevó a la Catedral o al templo, segú n sus preferencias.
Después de terminar en la Catedral, Joe estaba a punto de irse cuando un hombre lo
detuvo con una pregunta. —Mis disculpas, pero me pregunto có mo puedo conseguir
un sello como el que tú llevas—.
Joe simplemente le devolvió una mirada confusa y luego siguió el dedo que señ alaba el
hombre. Sobre su corazó n había un pequeñ o holograma giratorio que era una
combinació n del ícono de su gremio y la simbología de Tatum. —Oh. Tatum me lo
señ aló , pero creo que cualquiera de nosotros puede equipar sigilos en nuestra pestañ a
de sigilos—.
—¿Pestañ a de sello?— repitió el hombre. Sus ojos se agrandaron y luego le guiñ ó un
ojo a Joe. —¡Tengo acceso a él! Una forma agradable y astuta de evitar que la gente lo
sepa todo. Me aseguraré de que los demá s sepan que debemos guardá rnoslo para
nosotros mismos—.
—No, no estoy tratando de ocultar informació n-—
—Después de todo, es difícil conseguir una doble reputació n con una deidad—. El
hombre ya estaba perdido en su propio mundo, y Joe de repente se alegró de que este
Estaba alojado en la Catedral. —¡Tendremos muchas má s opciones de hechizos
cuando subamos de nivel que otros clérigos!—
—Yo... en realidad no había pensado en eso—. Joe asintió lentamente. — Quizá s sea
una buena decisió n—.
Contemplar los diferentes edificios que había convertido hizo que Joe se preguntara
sobre su bú squeda para liberar a Tatum. Abrió la pestañ a de misiones y asintió .
Progreso só lido.
Pagar una gran deuda. Progreso actual: 1.080.550/13.000.000. Fuentes actuales de
energía divina: Altares: 5. Santuarios: 11. Templos (pequeños): 0. Templos (medianos):
1. Templos (grandes): 1. Campeones derrotados: 1. Seguidores: 182.
—Mmm. ¿Me pregunto có mo puedo acelerar eso? Perdido en sus pensamientos,
decidió teletransportarse. Al instante siguiente, Joe estaba de regreso con su grupo
frente al santuario recién convertido. —Parece que ahora tenemos un buen camino de
regreso a casa—.
—Suena bien para mí.— Poppy se giró y abrió el camino de regreso a la carretera.
Para gran preocupación de Joe , un nuevo grupo de personas viajaba por el camino de
tierra. Un hombre parecía casi un miembro de los Tres Mosqueteros, con ropa
elegante y un elegante sombrero de plumas. El resto estaba compuesto por un mago,
un monje, un asesino y un luchador pesado de corto alcance.
Había algo en este grupo que hizo que los sentidos de Joe hormiguearan, y una parte
primitiva de él le gritaba que matara a estas personas antes de que se acercaran
demasiado. Antes de que pudiera tomar una decisió n sobre qué hacer a continuació n,
el hombre del sombrero presumido los saludó y gritó . —¡Hola! ¡Soy Sam! ¡Encantado
de conocerte oficialmente! No habrías visto ruinas de templos por aquí, ¿verdad?
—¿Oficialmente? ¿Porque nos vimos en el camino? Joe entrecerró los ojos y miró al
hombre. Algo en su cara engreída parecía tan... pegable, y Joe decidió tantear el
terreno. —Hola Sam. Soy Joe. Puedo decir que realmente pareces un buen hombre
íntegro—.
El rostro de Sam cambió y Joe supo que había estado en lo cierto. Estas eran las
personas que habían revisado los papeles de Boris... y un sentimiento oscuro en su
corazó n le dijo a Joe que terminarían luchando hasta la muerte tarde o temprano.
CAPÍTULO DIECISÉ IS
—Joe, ¿verdad?— Sam lo saludó en un tono fingidamente afable. —¡He conocido a
tantas personas llamadas 'Joe' en los ú ltimos días que siento que en cualquier
momento aparecerá como el nombre nú mero uno en Eternium!—
—Ah-ja… sí—. Joe asintió al grupo y se alejó rígidamente. Comenzaron a caminar, pero
se detuvieron en seco cuando Sam los llamó .
—Por cierto… Joe. Algo me dice que podríamos estar buscando lo mismo y te lo voy a
decir ahora mismo. Seré yo quien se irá a casa con eso—. Sam estaba mirando a Joe
con una pequeñ a sonrisa en su rostro. —Aunque siento que tengo otro libro que te
encantaría como reemplazo. Al igual que mi plan para ganar el día aquí, la informació n
que contiene es… explosiva—.
de Joe se volvió helada. ¿ Entonces este era el tipo que había enviado una bomba a casa
con él? Aú n má s razones para destruirlo. Se alejaron una buena distancia antes de que
Joe se volviera hacia su grupo y les explicara lo que sabía sobre Sam. Realmente, no
había mucho que contar, ya que el hombre parecía saber sobre él, mientras que esta
era la primera vez que Joe conocía directamente a Sam.
Poppy se giró y medio desenvainó su estoque. —¿Ese tonto envió una bomba contigo?
¿En un á rea poblada al azar? ¡Podría haber herido a decenas de personas con ese
truco! ¡Acabemos con ese perro rabioso!
Bard lo detuvo y sacudió la cabeza. —Poppy, no puedes simplemente atacar.
Obtendrá s un aura asesina de jugadores y luego todo se convertirá en un verdadero
desastre—.
—¡ Atacó a Joe sin provocació n! ¡Yo digo que le devolvamos el favor! Poppy gruñ ó
mientras tiraba de Bard.
A Joe le conmovió que Poppy estuviera dispuesta a ir a la guerra por él, aunque aun así
negó con la cabeza. —Estamos aquí para recolectar un artículo, no para pelear por
estar en el á rea. Si llega el caso, me alegra ver que está s listo para luchar, pero
esperemos que no sea así. Si somos capaces de entrar, salir y llevarnos el premio,
ganaremos a largo plazo—.
—A veces, ¿no crees que lo correcto es lo que no es ló gico?— Jaxon se preguntó
pensativamente. —Si mueren, les queda un largo camino por recorrer para regresar
aquí, lo que nos da tiempo para buscar y prepararnos. ¡Así que destruyámoslos !
—I...!— Joe se encontró con la mirada seria que estaba recibiendo y asintió de mala
gana. —Creo que ambos hicieron un buen punto… yo solo… está bien. Preparémonos y
tendá mosles una emboscada—.
Se deslizaron por la zona, manteniendo la carretera a la vista. Después de unos diez
minutos de bú squeda, descubrieron que la otra parte había desaparecido por
completo. Alexis miró a su alrededor y gimió : —Uf… apuesto a que tuvieron la misma
idea y fueron a buscarnos. Probablemente estemos dando vueltas y ni siquiera lo
sepamos—.
—Al menos no sabemos dó nde están —. Jaxon pronunció siniestramente. Las
silenciosas llanuras que los rodeaban de repente parecieron mucho má s siniestras . —
Dado que esta hierba llega casi a la altura del cuello, podríamos estar completamente
rodeados y ni siquiera darnos cuenta. La naturaleza está así de loca—.
—Acerquémonos a la costa—, ordenó Joe con la garganta seca. —La vegetació n es
escasa allí y deberíamos seguir con la caza—.
—Buena decisió n—, estuvo de acuerdo Bard. El grupo se acercó lo má s
silenciosamente posible a la línea de flotació n y sacó el mapa que Boris había incluido
en su carta.
Joe lo abrió para que todos pudieran verlo. —Tendremos que contabilizar cientos de
añ os y también es posible que este lugar ya no exista. Es muy probable que alguien
má s haya estado aquí antes que nosotros y se haya ido con los restos que quedaron. Es
igualmente probable que este lugar esté enterrado. Afortunadamente, si está oculto,
tengo má s posibilidades de encontrarlo y atacarlo con éxito—.
El grupo ofreció sus propias ideas y finalmente decidió que debían empezar por
averiguar exactamente dó nde estaban en el mapa; luego podrían buscar
inconsistencias en el á rea basá ndose en las diferencias . Comenzaron a caminar, pero
Poppy se detuvo abruptamente y miró hacia la cima de la colina que acababan de
descender para llegar a la línea de flotació n. Sacó su arma y apuntó con ella. —
Pusieron a una persona para que nos vigilara. Apuesto a que los demá s está n sentados
y haciendo un picnic mientras esperan que hagamos todo el trabajo preliminar—.
—Entonces todo lo que tenemos que hacer es resolverlo todo y conseguir los
productos antes de que puedan reaccionar—. Joe estaba empezando a ponerse un
poco irritable por la constante preocupació n que la otra parte había creado por su
mera presió n.
enencia. —¿Alguien ve algo que podamos usar como punto de referencia? No puedo
leer nada en este mapa—.
—Creo que esta secció n es...— Alexis se inclinó y repasaron lo que estaban viendo. —
Pero no puedo imaginar que la costa haya cambiado tan drá sticamente en los ú ltimos
doscientos añ os—.
—¡Podría ser cualquier cosa!— Jaxon se unió felizmente. —¡Imagínese un poderoso
mago de tierra o agua que llegó y estaba enojado, o simplemente quería probar lo que
podía hacer! Apuesto a que Joe podría hacer algunos efectos que realmente alteren el
á rea si quisiera, ¿verdad? ¡Solo ha estado haciendo esto por poco tiempo! ¡Piensa en
alguien que se haya entrenado en esto durante toda su vida!
—É l tiene un punto.— Joe asintió y Alexis arqueó una ceja a cambio. —Nos
encontramos con el mismo problema con el bosque. Estaba cientos de kiló metros má s
cerca de lo que debería haber estado—.
—¿Qué crees que deberíamos hacer entonces?— Poppy miró a Joe en busca de
liderazgo, y Joe se enderezó al darse cuenta de que su equipo todavía dependía de él.
—Creo... que necesitamos a alguien que conozca los mapas mejor que yo—. Joe
empezó a caminar por el camino de tierra de regreso al santuario. —Vamos a buscar a
Jess. Es hora de que ella gane su salario—.
Aunque el viaje fue en su mayor parte cuesta arriba, fue rá pido. En una nota positiva,
resultó que Jess estaba deseando cambiar de escenario. Ella llegó sin problemas y al
anochecer se orientaron con el mapa. Jess le dio una fuerte palmada a Joe en el
hombro y sonrió ampliamente. —Estuviste cerca, pero parece que el agua se ha
acercado má s en las ú ltimas décadas. Por eso hay una colina tan empinada para bajar
hasta la línea de flotació n; toda la tierra con pendiente gradual ahora está bajo el agua
—.
—Si estoy en lo cierto, el templo debería estar justo... allí—. Una esfera brillante surgió
del agua y iluminó con una luz pú rpura formando un círculo perfecto sobre el agua. —
¡Por cierto, eso só lo es visible para ustedes! ¡Es una nueva habilidad! Puedo hacer
'ping' a una ubicació n a la que quiero que todos se acerquen—.
—Entonces, ¿vamos a llegar hasta allí?— Bard se apretó la placa pectoral y dio un
paso hacia las olas.
—Mejor idea.— Jess sacó un saco lleno de serpientes muertas y las animó . —Los
enviaré para asegurarnos de que podamos llegar allí sin un bote y que podamos
respirar y demá s allí dentro—.
—Buena llamada.— Joe y los demá s se sentaron con Jess mientras ella sacaba un
papel y comenzaba a mapear el terreno a lo largo de la costa.
—Bastante poco profundo... hay un desnivel, pero si vamos unos metros a la
izquierda...— Joe la dejó murmurando mientras un pequeñ o mapa tomaba forma. —
Oh eso no es bueno. ¡Maniobras evasivas, serpientes! ¡Ve! Ve! Ve!—
—Encontré el edificio. ¡ Muchas criaturas en el á rea! Jess estaba dibujando
frenéticamente su mapa y, como resultado, se estaba volviendo menos detallado. —
Todos son carnívoros y aparentemente no les importa si su comida es fresca o no. Ah,
hasta una serpiente. Deslizá ndose por el edificio…—
—¡Sí! Tengo una entrada, parece que esperaban que esto quedara bajo el agua...
siguiendo hacia adentro... llega hasta la parte superior del edificio—. Jess volvió a
dibujar los detalles en su mapa, pero de repente cambió el papel por uno nuevo. —Es
una mazmorra, está bien. Uno grande también, si tenemos en cuenta el ú ltimo piso.
Encontré un monstruo… ¿qué es eso?
Suspiró y le entregó los papeles a Joe. —Atraparon mi ú ltima serpiente. Eso es lo
mejor que pude hacer—.
—Hiciste un gran trabajo, Jess—. Joe miró los mapas y los vinculó a su mapa personal.
El papel que tenía en la mano se convirtió en cenizas. —¿Algú n detalle que quieras
compartir?—
—Seguro.— Jess se levantó y se sacudió la arena de las piernas. —Puedes caminar casi
todo el camino hasta allí, pero hay algunos desniveles en los que viven monstruos.
Caes y, en el mejor de los casos, tienes que luchar contra un monstruo en su propio
territorio. Por lo demá s, el terreno está bastante nivelado. Si hay una marea fuerte, eso
despejará la mayor parte del camino y dejará tierra seca para caminar—.
—Estuvimos aquí todo el día y la marea no subió mucho—. Poppy negó después de
pensarlo un momento.
—La luna nos pasará muy pronto—. Jaxon señ aló hacia arriba, atrayendo la atenció n
de todos hacia el cielo extrañ amente vacío. Poppy obtuvo una suave sonrisa mientras
contemplaba el lugar donde crecía su hija: —¿Tal vez una luna cercana y llena significa
que las mareas cambiará n?—
—Buen partido... Jaxon—. Todos estaban vigilando a Jaxon, quien había sido
sorprendentemente normal y servicial los ú ltimos días. Joe se aclaró la garganta y
miró a la luna. —Creo que el momento en que la Luna estará má s cerca será mañ ana,
por lo que eso só lo nos da un día para prepararnos. Volvamos al gremio y consigamos
todo lo que podamos necesitar—.
Poppy miró colina arriba a la mujer con una armadura pesada y un arma gigante que
los estaba observando en ese momento. —Alexis, voy a necesitar un veneno potente
—.
Alexis siguió su mirada y mostró una sonrisa siniestra. —Creo que tengo exactamente
lo que necesitas, Poppy. Exactamente lo que necesitará s—.
CAPÍTULO DIECISIETE
—Necesito algo en lo que todos hayan estado trabajando que pueda ser ú til en el agua
—. Joe le explicó a su aquelarre mientras movía ligeramente la habitació n. Estaba en el
Gran Saló n de Rituales, inspeccionando los rituales en busca de defectos o para ayudar
con problemas que su aquelarre había estado teniendo.
Big_Mo le entregó un pergamino de hojas sueltas. —He estado trabajando en un
concepto interesante, pero creo que está en un nivel má s alto del que puedo manejar
—.
—¿Qué es esto?— Joe miró las variables y sus ojos se agrandaron a medida que las
revisaba. —¿Contenció n modificada, pero a nivel micro?—
—¡Exactamente!— Big_Mo señ aló con entusiasmo sus cá lculos. —Esto fue algo que
recuerdo que fue muy importante en la tierra. Lo que debería suceder es que todas las
moléculas de hidró geno y oxígeno se alejen entre sí mientras dure el efecto. En
esencia, ¡ separació n de hidró geno y oxígeno a bajo coste!—
—Lo cual es genial en teoría—, intervino Taka con exasperació n, —pero en la
práctica, a menos que puedas encontrar una manera de mantener esos gases en un
contenedor, todo lo que necesitas es agregar una sola chispa al sistema, y simplemente
haces una explosió n—. bomba de hidró geno masiva—.
—¡Por eso se lo llevaré a Joe para que me ayude!— Big_Mo se volvió y le sonrió a Joe.
—Está un poco salado porque el primer intento nos mató a los dos. ¡Pero también
limpió una mazmorra entera!
—¡Todo lo que hizo fue matarlo todo y destruir todo el botín antes de que tuviéramos
la oportunidad de agarrarlo! ¡ Y no tenemos experiencia! Taka argumentó -
vehementemente. —Te dije que deberíamos aprender un hechizo de luz, pero no~o~o,
las antorchas son mucho má s geniales—.
—Celestial Feces, amigo, ¿ya hiciste un modelo funcional de esto? ¿Qué pasó con que
estuviera fuera de tu capacidad? Joe miró el ritual y vio algunos pequeñ os cambios
que se podían hacer. —Está bien… dos opciones para facilitarlo, a menos que quieras
transformar esto en un ritual mejor . Agregue un punto de captura aquí y agregue
algunos tanques que puedan
A diferencia del mecanismo de focalizació n está ndar, utilicé la sangre agregada como
una especie de lista de acceso. Cualquiera que se acerque a una zona no permitida
recibirá una serie de palas de viento delgadas como moléculas. ¿Pensamientos?—
Joe lo miró e hizo una mueca. Era el equivalente má gico de una Claymore. —Potente
trampa explosiva. Sin embargo, este es un efecto despiadado—.
Ella no entendía lo que intentaba decir, así que Joe insistió : —Si potencias esto un
poco má s, podrías lastimar a mucha gente sin querer. Ademá s, no tiene dispositivos de
seguridad incorporados. Una vez que envía una pala de viento, incluso las personas en
la lista de acceso podrían resultar afectadas. Considerá ndolo todo, una gran trampa
para dejar en una mazmorra u otro á rea cerrada, una idea terrible para dejarla al aire
libre—.
—¿A quién le importa si es 'despiadado'? ¡Piensa en las aplicaciones para la defensa
del gremio! Hannah respondió , obviamente después de haber pensado en su
argumento antes de acercarse.
—¿ Te gustaría ser tú quien active esto?— Joe se inclinó para sostenerle la mirada. —
Porque eso es lo mismo que un mago atacando a una multitud de personas con una
bola de fuego. Si atrapas a un no hostil en esto, eres un asesino instantá neo de
jugadores. Si le dedicas suficiente maná , podrías matar a docenas de personas y luego
tu aura asesina durará días. Incluso si no te preocupas por los demá s, asegú rate de
preocuparte por ti mismo—.
—Yo-sí me preocupo por otras personas...—
Hannah miró hacia abajo, por lo que Joe decidió relajarse. —Ahora, para ser justos, en
esta situació n, esto es exactamente lo que necesito. Las ú nicas personas que estarían
en el á rea de efecto intentará n agarrar lo que busco, y unos días con un aura roja es la
menor de mis preocupaciones si lo consiguen primero. Buen trabajo.—
—¿Qué?— Hannah levantó la vista sorprendida. —Pero tu...!—
—Solo me aseguro de que conozcas los peligros. También hablé con Big_Mo sobre ese
lanzallamas impulsado por agua—. Joe sacudió la cabeza, sonriendo todo el tiempo. —
Ustedes está n tomando una ruta mucho más letal que la que yo tomé cuando comencé,
pero supongo que la persona promedio es mucho má s fuerte en comparació n con
entonces. La 'supresió n' no funciona si alguien puede simplemente ignorar lo que le
lanzas—.
—Gracias, Joe—. Hannah hizo una mueca y admitió : —Pensé que me ibas a gritar o
algo así—.
—No, todo esto es ú til—. Joe sacudió la cabeza y se sentó en una silla que se formó con
un pensamiento. Le encantaba esta habitació n. —Todos ustedes deben tener cuidado
cuando y donde lo usan, y mi trabajo es señ alar
el peligro antes de crear algo que lastime a personas a las que no desea atacar.
¿Quieres un poco de café?
Mate subió por el brazo de Joe y balbuceó felizmente mientras Joe sacaba algunas
tazas de café expreso. —Doble trago, por favor, amiguito—.
—¡Brrr!— Mate se sirvió en las tazas, luego formó unos ojos marrones turbios y miró
a Hannah. —¡Bebe me! ¡Soy deliciosó!—
—¡Seguro que lo eres, amigo!— Joe cubrió su mano con maná y acarició al elemental,
quien burbujeaba y se acicalaba. El maná oscuro fue absorbido por su superficie fluida
mientras suspiraba felizmente, giraba y desaparecía. Lo ú nico que quedó fue una gran
mancha de café en la manga de Joe. —Tengo la teoría de que mi maná eventualmente
hará que su café tenga un tueste oscuro permanente. Veremos que pasa.—
—Parece que no está domesticado—. Hannah señ aló su manga y se rió entre dientes
mientras tomaba la bebida. Lo arrojó hacia atrá s y abrió mucho los ojos. —Santo cielo,
eso está delicioso—.
—¿Bien?— Joe agitó su brazo, —Eso no es un desastre, ahí es donde vive Mate cuando
no está completamente… um… ¿convocado? De lo contrario, el hechizo de limpieza
que tengo lo eliminaría—.
Al observar la mirada extrañ a que estaba recibiendo, Joe ofreció má s informació n en
contexto. —Sí, mi familiar es un elemental del café que vive en una mancha de café en
mi manga. Este lugar es má gico, ¿y esto es lo que te hace dudar de ello? Por favor. ¿De
qué otra manera puedo ayudarte?
—Necesitamos artículos de artesanía—. Hanna saludó al resto del grupo, quienes
levantaron la vista de lo que estaban haciendo para asentir. —Simplemente no hay
manera de que podamos acceder a los elementos que necesitamos, a pesar de que el
gremio recientemente dedicó un ala entera del invernadero a hierbas má gicas y cosas
así—.
Joe estaba dividido. Por un lado, necesitaba la mayoría de los artículos para él mismo.
Por otro lado, darle al Aquelarre acceso a parte de su equipo les permitiría progresar a
una velocidad que él solo podría haber soñado a su nivel. De mala gana, Joe comenzó a
sacar objetos de su bragueta y a sostenerlos en el aire. La habitació n dio vueltas y se
formó una nueva á rea; un almacén para los artículos que podrían mantenerse al aire
libre. Rá pidamente analizó todo lo que necesitaba permanecer con él para mantenerse
fresco.
Sabiendo que tenían dinero, o debían hacerlo, gracias a lo que les estaba pagando, Joe
usó una de sus habilidades del Gremio por primera vez: fijar un precio para los
artículos. —Muy bien, para sacar estos artículos de aquí, debes pagarlos. El viaje gratis
se acabó , a menos que sea un ritual que yo o el gremio necesitemos. Puedes pagar con
dinero,
trueque, o... uf... puntos de contribució n. Como solo ustedes pueden entrar aquí, esta
es oficialmente una tienda solo para Ritualistas. Si descubro que los has estado
revendiendo a otras personas, te prohibiré inmediatamente—.
—Eso es justo.— Declaró Taka mientras iba a ver lo que había disponible . —Tú ...
¡todo esto tiene un costo!—
—Así es; No voy a obtener ganancias contigo, a menos que el artículo que está s
comprando sea algo realmente raro que yo haya ganado. Si lo compré , te lo venderé al
mismo precio por el que pude conseguirlo—. Joe respiró hondo y sacó un frasco
adornado que le había comprado a Jake el Alquimista. —Ahora. ¿Todos ven esto?
Levantó el frasco de cristal, dejando que captara la luz y arrojara destellos rojos por el
suelo. —Esto contiene la sangre de un monstruo jefe estilo final estú pidamente
sobrepoderoso. En primer lugar, voy a abrir la puerta a esto al precio de dos millones
de oro, o cinco millones de puntos de contribució n. Sacar la sangre cuesta un milló n
adicional, por lo que hay dos transacciones. Algo así como '¿está s seguro'?
Hubo exclamaciones de conmoció n e indignació n ante la proclamació n . A Joe Flat no
le importaba. —El precio está ahí porque sé que nadie puede pagarlo. El único
momento en que esto será gratuito es cuando lo tomes para usarlo en un ritual que
ayude a contener a la criatura. Si se libera, eliminará permanentemente a cualquiera
que mate. Muerte real en ese momento, amigos. Este frasco es un conservante que
mantendrá el contenido fresco casi indefinidamente. Aun así, no me gusta nada tener
esto disponible—.
—¿Cual es el problema?— Kirby cuestionó sin rodeos.
—Se puede utilizar para convertir los rituales en algo realmente desagradable. Ven
aquí y mira. Hay sanciones enormes por usar esto en un ritual—. Joe hizo una mueca
mientras les tendía el frasco, incó modo por permitirles acercarse tanto. Todos
echaron un vistazo, su curiosidad se transformó en horror pá lido mientras se alejaban
del contenedor. —Todos ustedes entienden que esto es un arma contra la criatura
misma, y que no debe usarse para nada má s que eso, ¿correcto? Jura que cumplirá s
con eso o me arriesgaré a guardá rmelo para mí.
Cada uno de ellos maldijo, y Joe se sintió mejor con las notificaciones de que
obtendrían importantes títulos de brujo si rompían el juramento. —Bien. Gracias a
todos y buen trabajo hoy. No obtuve todo lo que necesitaba, pero espero que mi
equipo sí. Estaremos de vuelta en unos días. Utilicen lo que tienen aquí para
entrenarse y tengan preguntas listas cuando regrese—.
Joe colocó el frasco en un estante y colocó un muro de pago frente a él. Nadie en quien
no confiara podía acceder a él, y ahora había un respaldo por si había alguna razó n por
la que él no pudiera ser quien luchara contra ese monstruo en caso de que alguna vez
se liberara.
CAPÍTULO DIECIOCHO
—Hagamos una inspecció n rá pida antes de irnos—. Joe miró a los demá s, incapaz de
ver nada diferente. —Pude hacer algunos rituales antipersonal y encontré una manera
de llegar al fondo del lago, pero no pude encontrar una manera de respirar allí abajo
—.
—¡Lo tengo!— Alexis sacó un frasco que parecía contener una pequeñ a tormenta. —
Esto se llama matraz Fish-Flop. Es un veneno bastante comú n que hace que cualquiera
que lo respire só lo pueda respirar agua durante unos diez minutos. Normalmente, se
usa esto en á reas secas para que la gente se asfixie , pero también se puede usar como
una poció n para respirar agua, siendo mucho menos costosa—.
—¿La desventaja es...?— Bard hizo un gesto de liderazgo.
Alexis puso los ojos en blanco, —Bueno, claramente debes permanecer bajo el agua
hasta que desaparezca. A diferencia de una poció n, es lo uno o lo otro. Ademá s, si no
está s en el agua, tu cuerpo comenzará a secarse tanto que toda tu piel se agrietará y
sangrará . Ah, y técnicamente es una desventaja, por lo que Joe tendrá que cancelar su
aura—.
Joe hizo una mueca ante eso; había querido mantener su aura activa en todo momento
para poder obtener otra bonificació n cuando subiera de nivel la habilidad. Asintió una
vez para mostrar su disposició n, y sólo una vez para demostrar que todavía no quería
hacerlo. Jess tosió levemente y les entregó un papel a todos. —Hice una copia del
mapa para todos, así que si te separas, aú n podrá s orientarte—.
—¡Me aceptaron como discípulo de la Masajista Real, así que puedo darles a todos
ustedes masajes extra relajantes en las filas de principiantes!— Jaxon compartió sus
noticias alegremente. Nadie respondió , así que continuó tarareando en voz baja.
—Hice una nueva canció n—, murmuró Bard cuando todos lo miraron fijamente. —
Hechizo de prisa modificado que hace que parezca que el tiempo se mueve al ochenta
por ciento mientras nosotros nos movemos a velocidad normal. No es un hechizo de
tiempo, só lo aumenta tu velocidad, pensamientos y tiempo de reacció n. Só lo dura un
minuto, así que no te vuelvas loco—.
—Eso es muy ú til, Bardo—. El ceñ o de Joe estaba fruncido, ya sumido en sus
pensamientos acerca de có mo podría darle el mejor uso. —¿Con qué frecuencia
puedes usarlo? Una vez por-—
—Hora.—
Joe asintió hacia Bard, —Entendido. Claramente, reservarlo para una pelea contra el
jefe sería genial, pero ya verá s cuando estemos en problemas. Siempre siéntanse
libres de hacer todo lo posible, muchachos—.
—¿No deberíamos acumular todo lo que conseguimos y usarlo só lo después de haber
derrotado a todos los rivales en nuestro camino?— Poppy sonrió mientras soltaba la
ló gica del juego. Antes de que alguien pudiera comentar, levantó las manos en señ al de
rendició n fingida. —Bromeando, por supuesto. En cuanto a mí, bá sicamente trabajé en
mis habilidades. Ah, y obtuve mi primera especializació n—.
Hubo una ronda de felicitaciones y luego Jaxon expresó la curiosidad de todos. —¿Qué
es?—
—Honorable Duelista—, afirmó Poppy con orgullo. —La habilidad de clase que obtuve
con él me permite comenzar un duelo y nos trasladan a un espacio privado donde
nada puede interferir en nuestro combate. Se llama 'In stant Arena'—.
—Creo que eso sucede cuando los Campeones de las Deidades luchan entre sí—,
reflexionó Joe. —Eso suena muy ú til. ¿Es la muerte la ú nica salida de allí?
—Muerte o rendició n—, afirmó Poppy. —Si nos rendimos, nos envían a nuestra
ubicació n de reaparició n y obtenemos una desventaja considerable. No es tan malo
como morir, pero si la persona que se rinde vuelve a perseguir a la otra persona
dentro de un día... la desventaja se duplica y el perdedor automá ticamente pierde un
solo objeto ante el honorable ganador del primer duelo. Ya sabes, porque actuaron
deshonrosamente—.
—¿Necesitas derrotar a otros en duelos honorables para subir de rango en tu clase?—
Alexis adivinó .
Poppy le tocó la nariz con una mano y la señ aló con la otra. —Lo tengo en uno. Espera
que desaparezca todo el tiempo, porque planeo atravesar los niveles—.
—Bueno, esperemos que no puedas llegar muy lejos en este viaje, simplemente por
falta de cosas con las que luchar—. Joe asintió a los demá s y abrió su pantalla de
estado. —Creo que tenemos todo lo que necesitamos para al menos comenzar este
desafío, así que creo que es hora de hacerlo—.
Desaparecieron en un instante y reaparecieron en los pastizales cerca de la costa justo
cuando el sol se ponía sobre el mar. Se apresuraron hacia la costa y llegaron justo
cuando los ú ltimos rayos de luz parecían convertir todo el cuerpo de agua en un
brillante charco de sangre antes de volverse negro como resultado.
El sol desapareció , seguido por la luna bañ ando el mundo acuá tico en plata.
—Eso fue prá cticamente digno de una canció n—. Bard levantó la vista y alzó la
barbilla para señ alar. —Sí, luna llena, tal como Jess dijo que sería—.
—Ahora todo lo que necesitamos saber es si tenía razó n sobre los niveles del agua —.
Joe avanzaba a una velocidad apenas inferior a la de correr, sin perder de vista la
costa. —¡Allí va! ¡Ella tenía razó n! ¡Esté atento a otros grupos!
—¡Por supuesto que tenía razó n!— Jess anunció , haciendo que Joe se estremeciera y
se alejara. —Te dije que la luna llena debería hacer que el agua retroceda lo suficiente
como para que podamos llegar a la construcció n de la mazmorra submarina—.
—¿Cuá ndo llegaste aquí?— Joe le preguntó después de recuperarse de su sorpresa. —
Pensé que-—
—Ella estuvo con nosotros todo el tiempo en el Gremio, Joe. ¡Prestar atenció n!—
Alexis le ladró .
—Bueno, no era como si estuviera tratando de ignorarla; Só lo estoy concentrado en-
— Joe cortó sus palabras cuando Jaxon puso una mano en su hombro.
—José. ¿Entiendes el problema aquí? Jaxon esperó un momento, pero no hubo
respuesta. —En este momento, eres un líder, pero es posible que no lo seas por mucho
má s tiempo si no puedes resolver esto. Existe una dicotomía en el liderazgo y cada
elecció n tiene dos extremos. Si no puedes encontrar un equilibrio entre los dos, te
caerá s y lo perderá s todo. En este momento, el equilibrio que necesitas encontrar es
entre la gestió n del microman y la abdicació n.
—Si te concentras demasiado en controlar cada pequeñ o aspecto, no dejas espacio
para que los demá s intervengan y encuentren su propio nicho. Simplemente se
convierten en autó matas de combate. Si hay muy poca supervisió n, la gente empieza a
pensar que no te preocupas por ellos—. Jaxon suspiró y luego sonrió mientras bajaba
la mano. —¡La otra opció n que tienes es lo que hice yo ! Conviértete en un seguidor del
grupo y podrá s seguir adelante, haciendo lo que quieras mientras alguien má s toma
las decisiones por ti—.
Joe trató de argumentar: —¿Pero no es eso lo que acabas de decirme? No...—
—Ah, pero esa es mi elecció n. No soy el líder del partido—. Jaxon le guiñ ó un ojo. —
¿Ver la diferencia?—
—¿Por qué eres tan bueno en esto?— Joe miró a Jaxon, algo preocupado por el cambio
que estaba viendo en la mentalidad de Jaxon.
—Joe, ahora tengo má s de noventa añ os. ¿Creo?— Jaxon respondió con una sonrisa
blanca como la perla. —He tenido muchas posiciones en la vida, como seguidor, como
líder, ¡y ahora finalmente puedo hacer lo que sea que me resulte natural!—
Jaxon se alejó saltando, luego se tumbó y rodó cuesta abajo hasta donde había estado
la línea de flotació n. Joe lo vio ponerse de pie y rá pidamente volver a caer, demasiado
mareado para mantenerse erguido. —Y él dice que necesito encontrar el equilibrio...
—Só lo otra cosa en la que trabajar—. Joe añ adió —formació n de liderazgo— a su
creciente lista de cosas por hacer. Había estado en el ejército y desempeñ ado un papel
de liderazgo allí, pero no realmente. Como médico, lo habían asignado a otro pelotó n y
le habían dado rienda suelta cuando necesitaba hacer su trabajo. É l era só lo el
responsable indiscutible en los momentos de crisis que salvaban vidas. Aparte de eso,
en su mayoría seguía a la persona que dirigía las operaciones de combate . De hecho,
había sido un seguidor tal como Jaxon lo había estado describiendo . Esto, estar a
cargo de verdad, era má s difícil de lo que había pensado.
—¡Sigue los mapas que te di!— Jess llamó desde la ladera de la colina mientras
caminaban sobre arenas absorbentes. —¡Habrá un montó n de entregas y algunas de
ellas tendrá n monstruos!—
Ella no los siguió el resto del camino, optando por quedarse atrá s y observar su
progreso a través de su creciente indicador de experiencia en clase. Gracias a que ella
les dio a cada uno de ellos un mapa del á rea, tenían un pequeñ o minimapa que podían
seguir en algunas de las zonas má s traicioneras. Cuando el agua les llegó al pecho, se
encontraban a casi media milla de distancia de tierra firme. Bard de repente cayó bajo
el agua, só lo para volver a salir chisporroteando un momento después. —Parece que
ese es el final de la parte fá cil—.
—Muy bien, tengo nuestras botas de plomo listas para funcionar—. Joe escupió un
trago de agua salada mientras una ola le salpicaba la cara. —Activar.—
¡Ritual de Botas de Plomo activado! Tiempo restante: 3:59:57.
Al instante, el grupo dejó de balancearse junto con el agua y se quedó quieto incluso
cuando las fuertes olas los golpeaban. Alexis tosió y arrancó el corcho de su botella,
logrando saltar lo suficientemente alto como para aspirar un poco de su brebaje
venenoso. Ella era la má s baja, por lo que se sumergió tan pronto como volvió a bajar.
Realmente no quiero apagar mi aura—. Joe refunfuñ ó ligeramente mientras todos los
demá s inhalaban profundamente la nube extrañ amente rosada y se sumergían bajo el
agua. Se unió a ellos un momento después.
¡Has sido envenenado! ¡El aire ahora es imposible de respirar! Tiempo restante: 38:48.
Joe descartó la informació n y comenzó a caminar por el fondo del mar. Llegó al borde
del terreno y saltó . Fue también cuando respiró por primera vez el agua. Se le salieron
los ojos de las ó rbitas cuando el agua entró en sus pulmones y trató de toser, só lo para
descubrir que entraba má s agua para ocupar su lugar.
También estaba cayendo mucho má s rá pido de lo que había pensado. Joe había
saltado del equivalente a un acantilado y caía casi tan rá pido como si hubiera saltado
de uno real. Golpeó el suelo con fuerza, pero logró mitigar el dañ o con bastante
facilidad, gracias a su rango de Maestro en salto. Aú n así, había sangre en el agua de
todos los huesos que asomaban a través de la piel de las piernas de su compañ ero de
equipo. Joe intentó curarlos, pero el hechizo no pasó a través del agua.
Luchando por acercarse a cada uno de ellos individualmente, Joe lanzó la Imposició n
de manos y logró arreglarlos a todos. Ninguno de ellos podía hablar con los pulmones
llenos de agua, por lo que señ alaron hacia las turbias profundidades y comenzaron a
caminar por el limoso fondo del océano. Afortunadamente, su minimapa no necesitaba
luz real para funcionar y la visió n oscura le permitió a Joe ver a una distancia decente;
pero ver a través del agua cambiante era una historia diferente.
El líquido salado les quemó los ojos y el grupo luchó por mantenerse en una formació n
cohesiva mientras caminaban. Aun así, se acercaron al calabozo submarino y miraron
hacia arriba. Con la luna ahora brillando desde arriba, pudieron ver lo que parecía un
banco de peces nadando alrededor de una pequeñ a montañ a. Si esta á rea no hubiera
sido resaltada por los mapas de Jess, no habrían sabido que esos no eran peces; eran
una combinació n de anguilas monstruosas y depredadores de colmillos afilados.
Ya era hora de la siguiente parte del plan. Cuando un pez monstruo demasiado curioso
se acercó , la espada de Poppy brilló y lo cortó por la mitad. La sangre fluyó hacia
afuera formando una nube y el grupo corrió hacia la entrada oculta lo má s rá pido que
pudo. Si fueran demasiado lentos, quedarían atrapados en el compañ erismo y en el
frenesí de alimentació n entrante.
Justo antes de esconderse en la relativa seguridad de la entrada, Joe miró hacia la luna
brillante una vez má s. El disco plateado ahora pasaba a través de un filtro sanguíneo y
comenzaban a llover trozos de carne de monstruo. ¿Una señ al de lo que vendrá o un
comienzo auspicioso?
CAPITULO DIECINUEVE
Estaban parados en el fondo de un enorme tubo. Al mirarlo a lo largo, lo ú nico que a
Joe se le ocurrió fue la similitud con los silos de misiles. Jess ya había buscado alguna
forma de entrar, pero llegar a la cima era la ú nica forma de progresar. Joe miró a los
demá s y asintió , luego ordenó mentalmente que se detuviera el ritual.
¿Finalizar el ritual de las botas de plomo? Precaución: ¡esto finalizará el ritual para las
[5] personas a las que afecta! Sí No.
Joe pensó —sí— y el grupo comenzó a ascender rá pidamente por el agua. Una vez
má s, le complació su previsió n al asegurarse de que todos los rituales en los que
participó en el diseñ o contuvieran esa característica de cierre mental. Podría haber
sido paranoia, pero sus rituales nunca deberían poder usarse en su contra a menos
que él así lo quisiera. Redujeron la velocidad a unos tres metros de la superficie del
agua y Joe comprobó el cronó metro para ver si había veneno. Frunció el ceñ o ante el
hecho de que todavía quedaban cuatro minutos completos. Por un lado, estaba
contento de haber avanzado a buen ritmo por el fondo del mar. Por otro lado, tendrían
que esperar bajo el agua unos cuantos minutos má s.
Se encogió de hombros y activó su Aura de Neutralidad. El cronó metro del veneno
comenzó a disminuir dos segundos cada segundo. Nadaron hasta la superficie del agua
cuando quedaba aproximadamente un minuto, y Alexis los dirigió a todos hacia la
orilla cuando faltaban veinte segundos. Ella fue la primera y empezó a tener arcadas.
El agua salió de sus pulmones y todos se quedaron con los ojos muy abiertos al darse
cuenta de lo que estaba haciendo. ¡Tenían los pulmones llenos de agua! ¡En unos
segundos, ya no podrían respirar con eso en sus pulmones!
Has entrado en Dungeon: Lessons of The Dark Age.
Todos ellos trabajaron para expulsar la mayor cantidad de agua posible. Aun así,
cuando el cronó metro terminó , todos comenzaron a toser furiosa y dolorosamente. Al
final temblaban de miedo, dolor y cansancio, y Joe no pudo detener las lá grimas que
corrían por su rostro. Se mezclaron con toda el agua de su cara, pero aun así fue un
momento difícil.
para él. —Bá sicamente, nos sometieron a un submarino con agua salada durante diez
minutos. Eso... eso apestaba muchísimo.
—Correcto...— estuvo de acuerdo Jaxon.
—Envenenarse apesta—, refunfuñ ó Poppy.
Alexis se sentó y los miró a todos. —Lo logramos, ¿no? Sí, una poció n para respirar en
el agua habría sido genial, ¡pero son de un solo uso y muy difíciles de hacer o
encontrar!
Joe levantó una mano. —Alexis. Hiciste un trabajo increíble al hacer esto y preparar
todo. Nada de esto depende de ti. Es mi culpa por no entender qué pasaría cuando lo
usá ramos. Todos ustedes, mi mal. Intentaré encontrar una manera de compensarte—.
Sus palabras calmaron la situació n al instante, aunque era el tipo de calma incó moda
que se produce cuando la gente quiere gritar y se les quita el viento de las velas. Todos
permanecieron allí unos minutos má s y luego se quedaron de pie con ropa limpia y
seca. El aura de Joe había estado funcionando todo el tiempo, por lo que incluso el
dolor residual de los pulmones llenos de agua había desaparecido unos minutos antes.
Entonces simplemente necesitaron tiempo para volver a concentrarse en el juego.
—¿Que sigue?— Bard gruñ ó . —Encontrar un pozo de lava sobre el que tenemos que
agacharnos y mojar nuestra b-—
— Creo—, Joe interrumpió a Bard lo má s rá pido posible, —que principalmente hay
monstruos y cosas así—.
Bard refunfuñ ó para sí mismo, pero abrió el camino. Cuando llegaron a la primera
curva del tú nel, Joe pidió a todos que se detuvieran mientras activaba el ritual de
espada de viento antipersonal que había creado con su aquelarre de antemano.
Después de colocarlo en su lugar, continuaron avanzando , moviéndose a paso de
tortuga. —Lo molesto de todo esto es que tenemos que bajar hasta el final, má s o
menos a la misma profundidad por la que entramos al lugar. ¡Si hubiéramos podido
atravesar el muro, ya estaríamos allí!
—Es una lá stima que no tengamos zapadores en nuestro equipo—. Poppy hizo que el
grupo se riera de eso; Todos sabían que tratar de abrirse camino hacia una mazmorra
era probablemente una buena manera de que el sistema los castigara con
penalizaciones. —¿Dó nde se suponía que estaban los enemigos?—
—¡Oh, está n por todos lados!— Jaxon señ aló las paredes, haciendo que la mirada de
todos se desviara para mirarlo fijamente. —Ya sabes, má s profundamente. Jess estaba
emocionada porque casi todo aquí es mecá nico en lugar de má gico. Aparentemente no
vamos a ver arañ as má gicamente grandes, ¡pero es posible que veamos una
monstruosidad de arañ a robótica !
—¿Por qué eso no me hace sentir mejor?— Alexis habló , revisando frenéticamente sus
venenos para encontrar algo que pudiera funcionar con enemigos de metal. —¿Por
qué es la primera vez que escucho sobre esto?—
—Está en el mapa—. Jaxon se encogió de hombros inocentemente. —Ella hizo una
leyenda para nosotros. Mira los triá ngulos plateados. —Probable enemigo mecá nico
—. Los hizo todos en un tiempo récord y apenas tuvo tiempo de entregá rselos. No es
de extrañ ar que no haya tenido la oportunidad de explicar cada pequeñ o detalle—.
—Oh.— Joe examinó su propio mapa y encontró exactamente a qué se refería Jaxon.
—Sí, ahí está . ¿Supongo que sus serpientes no provocaron ninguna de ellas? ¿O no
hacen nada o tal vez só lo se vuelven hostiles cuando la gente se acerca a ellos?
Hubo silencio durante un largo momento, luego Bard se aclaró la garganta y asintió
hacia las paredes. —Parece que los enanos son una cosa en este mundo—.
El grupo estudió las paredes mientras caminaban y se dieron cuenta de que
probablemente se trataba de la historia de los Enanos en forma pictográ fica. Pasaron
junto a docenas de lo que parecían ser enanos de estilo tribal y luego encontraron un
nuevo estilo justo antes de que se abriera la sala. En la ú ltima imagen, un enano estaba
parado encima de los demá s con una corona en la cabeza mientras los demá s se
arrodillaban. Luego las imá genes se convirtieron en una mancha roja que pareció
sangrar en la habitació n ahora abierta frente a ellos.
—¿Qué crees que significó todo eso?— Los sentidos de Joe hormigueaban... esto era
importante, él simplemente lo sabía .
—Bueno, para mí, las paredes nos hacen saber que estamos a punto de luchar contra
algo—. Poppy habló en un tono demasiado amigable que habían comenzado a asociar
con él siendo sarcá stico. —¡Quizá s me equivoque y vamos a hacer algunos amigos en
el futuro! Estoy seguro de que toda la sangre es só lo un malentendido.
—Oh, gracias a Dios—. Jaxon suspiró aliviado. —¡Siempre estoy buscando nuevos
amigos!—
—Está bromeando, Jaxon—, afirmó Joe con cansancio. Entraron en la habitació n y una
puerta escondida en el pasillo detrá s de ellos se cerró con un largo silbido de vapor.
Las palabras comenzaron a emitirse desde la habitació n frente a ellos, pero el lenguaje
era tan arcaico que era casi imposible entender má s de una palabra.
Tu sequere et vestigia tua maiomm. Ganar. Probare te digna tua est.
—Estoy bastante seguro de que, sea lo que sea, tenemos que aplastar esos bosques
brillantes—. Bardo levantó sus hachas mientras los Enanos mecá nicos entraban en el
habitació n a través de puertas que habían estado escondidas en las paredes. Las
puertas se abrieron detrá s de ellos también y má s enanos comenzaron a entrar en la
habitació n.
—¿Có mo se supone que debemos...?— Joe se calló , mirando a las docenas de enanos
que los habían rodeado. Un detalle pareció llamarle la atenció n; Joe miró fijamente los
sellos que todos llevaban y notó que había cinco diferentes y que todos los enanos
estaban separados por el sello que llevaban. —¡Allá ! ¡Vaya con ese grupo!
Joe corrió para pararse frente al grupo que llevaba el mismo símbolo que el —Rey—
del pictograma. Su equipo lo siguió y la sala se convirtió en una pelea total. Los enanos
con los que se habían puesto del lado no los atacaron, y Joe se alegró de no haberse
quedado con los que entraron detrá s de ellos; fueron eliminados en menos de un
minuto.
Descubrieron que la mayoría de sus ataques causaban dañ o, pero en general eran
bastante ineficaces contra los enanos mecá nicos. Parecían ignorar los efectos má gicos
directos como Dark Lightning de Joe, aunque podía unirlos con bastante facilidad con
sus sombras solidificadas. Se podía ver a Jaxon golpeando a un enano de metal, y un
momento después, Lefty y Terror intentaban masticarlos.
Bard logró romperlos con sus hachas, y la ballesta de Alexis perforaba armaduras, por
lo que sus rayos atravesaron el revestimiento fá cilmente. Poppy se lo estaba pasando
genial, su estoque estaba diseñ ado para ser extra efectivo contra enemigos blindados.
Aunque eran mecá nicos, caían como se esperaría que lo hiciera un enano real cuando
lo apuñ alaran en el ojo. Pronto, las otras cuatro tribus habían perdido el setenta por -
ciento de sus fuerzas y el resto se arrodilló .
¡El miembro de la tribu enano crudo (Autonomoton) X22 derrotado! Experiencia -
adquirida: 220.
—Sus— enanos alzaron sus hachas y martillos en el aire para mostrar la victoria, y
todos los enanos —derrotados— fueron arrastrados mientras el grupo de Joe era
escoltado por el tú nel. Llegaron a una bifurcació n en el camino. Bard retumbó : —He
estado leyendo las fotografías por las que estamos pasando. Si estoy en lo cierto, todo
este lugar es una repetició n de la historia, una lecció n o un resumen . Creo que un giro
en ese tú nel significa una elecció n que se supone que ya conocemos—.
—Muy bien…— Joe miró a los férreos enanos que los rodeaban. —¿Qué has
descubierto hasta ahora?—
Bard se lanzó directamente hacia él, señ alando el rastro de pictografías. —Este fue un
tiempo de paz después de que diferentes clanes enanos se unieran bajo un solo Rey.
Luego hubo una guerra sangrienta, y só lo el
CAPITULO VEINTE
—Lo harías. Volverse contra. ¿Tu rey?— La voz mecá nica del Rey Enano era
ligeramente forzada, ya que provenía del autó mata real y no de algú n tipo de
grabació n. Se puso de pie y sacó dos martillos de guerra del suelo, luego comenzó a
brillar en patrones extrañ os a través de su armadura.
—¡Oh, guisantes dulces...!— Alexis escupió : —Tiene un equipo encantado—.
—¿Qué esperabas de un Rey que tomó lo mejor de todo de su pueblo?— Poppy adoptó
una postura y esperó a que el Rey se acercara a ellos. Aú n así, incluso sus ojos se
abrieron cuando el Enano bajó las escaleras y derribó a uno de sus aliados mecá nicos
con sus martillos de guerra de doble empuñ adura.
—¡Por todo lo alto!— Ordenó Joe, estableciendo el está ndar lanzando Acid Spray con
ambas manos.
Daño infligido: 252 (480 de daño por ácido reducido a la mitad; +5% de penetración de
hechizos debido al título. Objetivo designado como —equipo—).
—¡Ey!— Joe se sorprendió por la cantidad de dañ o que había causado, a pesar de que
una buena parte fue ignorada. —¡Todo el constructo se considera un objeto! ¡Si tienes
algo que dañ e el equipo-!—
Salud actual: 64/534 (2170 de daño recibido. 1700 de daño absorbido por Exquisito
Shell. 450 de daño contundente recibido. 20 de daño del terreno recibido).
Joe tosió una bocanada de sangre mientras se deslizaba por la pared hasta el suelo.
Había visto venir los martillos pero no había logrado hacer nada al respecto.
Simplemente fue demasiado lento. Una rá pida reparació n reformó su cavidad torá cica
y lo elevó a doscientos veintinueve de salud, y una imposició n de manos de
seguimiento elevó la estadística a cuatro sesenta y nueve. —Je. Lindo.—
Su Caparazó n Exquisito había desaparecido para esta pelea; no había manera de que
siguiera siendo efectivo en el combate y de que volcara su maná para reiniciarlo. Una
vez má s, estaba molesto porque no podía agregar má s maná a su escudo mientras
estaba activo para repararlo. Un sonido de desgarro
El metal devolvió su atenció n a la pelea justo a tiempo para ver el estoque de Poppy
deslizá ndose suavemente fuera de la articulació n del hombro del Rey. Jaxon logró usar
la distracció n para obligar al Rey a soltar su martillo izquierdo , pero el delgado
quiroprá ctico cayó por un revés que no logró evitar por completo.
Los Enanos de metal que habían venido con ellos golpeaban al Rey con todas sus
fuerzas, haciendo que la habitació n pareciera una forja. Un sonido de *tintineo* se
escuchó una vez por segundo cuando los rayos se alojaron en la armadura, de alguna
manera evitando los encantamientos e incrustá ndose en la armadura misma. Alexis
estaba frustrada; ella no podía alcanzar ningú n punto débil. —¡Tengo que mejorar mi
habilidad con la ballesta por encima de Principiante!—
Bard escupió sangre cuando escuchó eso, tanto por un diente roto como por ira.
Estaba cortando al Rey como si fuera un bloque de madera demasiado resistente que
necesitaba ser partido. —¿Está s dañ ando eso con solo rangos de principiante en tus
habilidades? ¡Có mo!—
—Es porque todos ustedes tienen ese título que agrega penetració n a cada ataque—.
Poppy respondió con calma, haciendo nuevos agujeros en el Rey cada vez que podía.
— Te dije que eso estaba dominado—.
—¡Es só lo el cinco por ciento, Poppy!— Jaxon tenía la atenció n del Rey, por lo que se
concentraba completamente en esquivar en lugar de atacar. —¿Qué tan potente puede
ser eso?—
—Tú . Son.— Poppy gruñ ó entre ataques, —¡Añ adiendo dañ o verdadero a tus ataques!
¡No importa cuá nto dañ o hagas, al menos el cinco por ciento del dañ o máximo pasa!
Al Rey no pareció gustarle esta revelació n, o tal vez Poppy simplemente había
acumulado demasiada agresividad. Brillaba en oro nuevamente, como lo había hecho
al comienzo del combate, y Poppy fue golpeado contra la pared trasera por el primer
golpe... luego su rostro se derrumbó por el segundo.
¡La miembro del partido 'Poppy' ha muerto! Comprobando... ¡muerte valiente!
¡Reaparición fijada en cuatro horas!
—Eso duele.— Joe había estado mirando al Rey y su Exploració n Intrusiva finalmente
le dio lo que necesitaba.
Nombre: Rey Drogren. Clase: Guerrero Autómata. Título: Lo que pudo haber sido.
Estadística más alta: Fuerza.
Efectos continuos; Autómata Rúnico. Modo habilitado: 75% hasta la muerte. Obstruido.
Obstruido.
Los puntos débiles del Rey se iluminaron para su equipo, todos ellos en puntos
extrañ os. En lugar de que el casco sea un punto llamativo, el centro de su
La cavidad torá cica se demostró como el mejor lugar para asestar un golpe. —
¡Correcto, robot! ¡Esta cosa probablemente tenga una unidad central para alimentarla!
—¡La velocidad del cuerpo se encuentra con la velocidad de la mente, Overhaste!—
Bardo cantó . Un resplandor rosado envolvió al equipo y, de repente, el Rey se movía a
una velocidad razonable.
Alexis disparó rayo tras rayo, cuatro en el aire como primer impacto. —¡Son tan
lentos!—
—¡Aerosol á cido!— Joe se giró mientras lanzaba el hechizo, haciendo que el á cido
también girara un poco. Esto lo convirtió má s bien en una corriente, lo que le dio a Joe
una idea. Reunió sombras alrededor del extremo de su bastó n Mystic Theurge y
solidificó una pajita gigante en el extremo. —¡Aerosol ácido!—
Esta vez, el á cido fue forzado desde un cono a una corriente de alta presió n. Se talló en
la armadura con un efecto mortal, abriendo un agujero en la placa frontal del pecho. El
Rey volvió sus brillantes ojos hacia Joe y el vapor comenzó a silbar mientras
acumulaba energía para otro ataque de carga. Bard intervino en el ú ltimo segundo,
enganchando sus hachas alrededor de la pierna izquierda del Rey y tirando hacia
atrá s.
En lugar de atacar a Joe, el Rey brilló con una luz dorada y se estrelló contra el suelo.
Bard gritó un '¡Ja!' y comenzó a golpear la espalda del Rey como un baterista tocando
un solo particularmente enojado. Joe no podía arriesgarse a recibir má s á cido con su
equipo y los enanos de su lado atacando, y estuvo perdido por un momento... luego vio
el cuerpo de Poppy. —¡Sí!—
Corrió y comenzó el proceso de resucitar a su compañ ero de equipo caído, su maná
fluyó de él como agua de una presa rota. Joe había aprendido algunas cosas nuevas
sobre sí mismo en ese momento. Uno, dado que su maná había dejado de estar
contenido y ahora parecía fluir libremente a través de su cuerpo en todo momento,
perderlo todo de una vez lo dejó sintiéndose increíblemente débil y agotado. En
segundo lugar, hacer cosas nuevas tenía sus beneficios.
¡Resurrección en medio del combate! ¡El nivel de habilidad aumentó directamente a
Novice VI! ¡O no te preocupas por tus enemigos o confías plenamente en que tus
compañeros de equipo harán el trabajo sin ti!
Poppy salió de un portal que apareció justo cuando su cuerpo anterior se convertía en
cenizas. —¿Ya ganaste? Eso es-—
Joe logró tirarlo al suelo justo a tiempo para evitar un montó n desplomado que había
sido un camarada enano. —Aú n... en combate, Poppy—.
En menos de diez segundos, el desafío había concluido. Tanto el Rey como Poppy
regresaron. El autó mata se giró y encaró al grupo. Dio un solo paso y cayó con un
enorme * sonido metálico. Poppy se tambaleó hacia un lado y también se desplomó ; su
pierna derecha estaba doblada como un plá tano. Joe reconoció de inmediato los signos
de una fractura compuesta.
—¡Amapola!— Joe corrió y concentró su hechizo Reparar. La pierna se enderezó
lentamente y pronto el grupo simplemente yació en el suelo exhausto en lugar de
sentir dolor.
¡Has derrotado al Rey que podría haber sido! Experiencia adquirida: ¡1.500!
—Eso es bueno, al menos—. Joe habló hacia el tejado, sin mirar a su alrededor. —
Parece bajo para la calificació n de desafío—.
—No creo que alguna vez debiéramos luchar contra eso—. Jaxon señ aló la pared. No
había forma de ir má s lejos, só lo se había abierto el camino de regreso. —Creo que fue
un castigo por ir por el camino equivocado—.
Joe se dio la vuelta y empujó sus caderas hacia el Rey caído.
Autómata enano 'El rey que podría haber sido'. Tipo de artículo: Material de artesanía.
—Ojalá saquemos algo de esto—. Joe le dijo al grupo mientras todos se preparaban
para dar marcha atrá s.
—Bien, ahora deberíamos simplemente-— Las palabras de Bard se detuvieron cuando
el suelo tembló debajo de ellos, y toda la luz en la mazmorra cambió a un rojo intenso.
Misión ofrecida: ¡Destrúyelos!
—Había una escotilla justo cerca de la entrada que estaba cerrada desde adentro—,
espetó Alexis. —Apuesto a que eso al menos nos permitirá acercarnos a la cima, y
todos podremos nadar hasta la superficie desde allí. Si te ahogas, al menos no tendrá s
que volver a pasar por 'mi veneno'—.
Joe simplemente mantuvo la boca cerrada y siguió corriendo con su grupo. Cuando
llegaron a la escotilla que Alexis había mencionado, la abrieron y entraron. Estaban
rodeados de vidrio por todos lados, pero antes de que ninguno de ellos pudiera
preguntar por qué, el recinto de vidrio se disparó hacia arriba. Mientras avanzaban
por el agua, pudieron ver toda la vida silvestre de la zona. Estaban agitados, furiosos e
increíblemente imprudentes. Varias veces, un pez o una anguila rebotaron en el
cristal, y los humanos só lo pudieron contener la respiració n y esperar que el extrañ o
ascensor en el que se encontraban no se hiciera añ icos.
Después de romper la superficie del agua, el vaso se desdobló y se convirtió en una
plataforma que corría por la superficie del agua. Cuando se acercó a tierra firme, el
ascensor permaneció en su lugar, balanceá ndose suavemente con las olas. Dieron
unos cuantos pasos má s hacia la plataforma arenosa de la marea, buscando a las
personas que habían interrumpido tan abruptamente sus planes. Al principio, les
preocupaba haberlos perdido por completo, pero cuando una serie de caras
aparecieron en el agua y se acercaron, Joe y su equipo solo pudieron sonreír mientras
preparaban sus armas.
—¿Có mo? ¿ Cómo diablos nos venciste aquí? Sam, el líder del otro grupo, se quitó el
sombrero y lo sacudió . De alguna manera, esta simple acció n fue suficiente para
eliminar toda el agua no só lo de su sombrero, sino también de su ropa. Echó la cabeza
hacia un lado y su delicioso cabello se alzó como si estuviera filmando un comercial de
champú .
Haciendo todo lo posible por no odiar al hombre simplemente porque aparentemente
tenía todo lo que Joe no tenía; Joe respiró hondo, lo dejó escapar suavemente y ofreció
su ultimá tum. —Nos ofrecieron una misió n para devolver los objetos que robaste del
calabozo. Si los entregas sin luchar, dejaremos todo esto atrá s y trabajaremos duro
para no volver a verte nunca má s. Si quieres pelear, bueno… a mí también me parece
bien—.
Su equipo tenía una gran ventaja. Estaban en un terreno seco y bastante estable,
mientras que el equipo de Sam todavía estaba en el agua hasta la cintura. Estaban
preparados, tenían sus armas listas y acababan de recibir un có modo viaje de regreso
a la orilla. El equipo de Sam había tenido que luchar con otros monstruos durante todo
el camino de regreso, mientras nadaban y cargaban los objetos que habían robado del
calabozo. aunque joe
Realmente quería saber por qué no los habían almacenado en dispositivos o bolsas de
almacenamiento, no estaba dispuesto a darle tiempo al otro equipo para relajarse y
prepararse haciendo preguntas interminables.
Cuando el otro grupo no se rindió , Joe comprendió que tenían una pelea entre manos.
Levantó su bastó n Mystic Theurge y comenzó a lanzar Acid Spray al grupo tan rá pido
como pudo . Como esa era claramente la señ al para luchar, el resto de su grupo
comenzó en serio. Los virotes de la ballesta impactaron contra una mujer fuertemente
armada y que empuñ aba un martillo, tirá ndola hacia atrá s y haciéndola resbalarse en
el agua. Un hombre vestido con un Judo Gi corrió hacia la superficie del agua como si
estuviera patinando sobre hielo y le lanzó un puñ etazo a Alexis. Fue interceptado por
Jaxon, quien jadeó al ver có mo el otro atravesaba el agua.
—Tú ... ¡tienes patas de pescado!— De hecho, los pies del monje desde el tobillo hacia
abajo se habían transformado en peces koi extremadamente grandes.
—Hermano, no debes preocuparte por eso ahora—. El monje sacudió la cabeza
mientras usaba su antebrazo para empujar el puñ o de Jaxon hacia un lado. —Todos
ustedes se equivocaron cuando nos atacaron junto a un cuerpo de agua. No hay
manera de que puedas igualar mi movilidad—.
—¡Tus pies de pez no son rival para mis manos con cabeza de T-Rex!— Jaxon declaró
indignado, enviando una rá faga de golpes al monje obviamente confundido.
La mayoría del grupo se había emparejado y estaban librando batallas uno a uno;
Alexis había cambiado sus objetivos a una dama vestida con ropa de cuero oscura,
claramente una asesina. Era un juego del gato y el rató n; la asesina se sumergiría bajo
el agua cuando una ballesta llegara hacia ella, pero también estaba trabajando para
acortar la distancia entre ellos para poder poner sus espadas a trabajar. Alexis no
estaba dispuesta a aceptar nada de eso y estaba programando con mucho cuidado sus
ataques para que coincidieran con los intentos de la otra mujer de abrirse camino.
Joe había planeado ser quien pelearía contra Sam, pero un trozo de hielo volando
hacia su cabeza hizo que Joe se concentrara en un hombre que claramente era un
mago. Bard dio un paso adelante y enfrentó a Sam en lugar de Joe, usando sus hachas
dobles para defenderse de la espada centelleante que Sam estaba usando, y usando
sus cantos ská ldicos para aumentar su resistencia a los extrañ os hechizos que el
hombre lanzaba intermitentemente desde los libros que flotaban a su alrededor. .
Poppy se había preparado para luchar contra la mujer fuertemente armada, y sus
ataques ya estaban creando fuentes de sangre que brotaban de las uniones de su
armadura. La mujer era fuerte; Aun así, Poppy estaba
capaz de detenerla con el mínimo esfuerzo. Cada vez que tenía la oportunidad de salir
de las olas, Poppy estaba allí con una herida fresca para ella. Finalmente, pareció que
ya había tenido suficiente: —¡Golpe devastador!—
Cuando la cabeza del martillo se acercó a él, Poppy lo esquivó con calma y sacó su
arma hacia atrá s hasta que su mano derecha estuvo al nivel de su hombro derecho, su
mano izquierda era una palma plana apuntando a su objetivo y se abalanzó con un
grito de: — ¡Contraataque duro!
Con los ojos muy abiertos por la sorpresa, la mujer intentó tragar la sensació n fría y
hú meda en su garganta. Se atragantó y los mú sculos se negaron a obedecerla hasta
que Poppy terminó de sacar su estoque de su trá quea. Ella se desplomó en el agua y
Poppy se movió para ayudar a Alexis con el Asesino.
Objetivos asesinados: 1/5.
—¡Sombras solidificadas!— Joe terminó su hechizo y una bola oscura y una cadena se
enroscaron alrededor de los tobillos del mago con el que estaba luchando. Ya fuera de
equilibrio, su oponente tropezó cuando una ola lo golpeó por detrá s. El hechizo en sus
labios se desvaneció y las sombras congregadas comenzaron a arrastrarlo hacia uno
de los charcos de marea. El mago estaba haciendo todo lo que podía para salir del
agua, pero Joe lo sintió claramente cuando algo se enganchó a la cadena y ayudó a
tirar del hombre hacia abajo.
—¡Sam!— el mago gritó con miedo. Algo en su voz hizo que Joe se detuviera. Nunca
había visto a alguien reaccionar tan violentamente ante un pequeñ o enfrentamiento
jugador contra jugador.
Bard salió volando por la superficie de la arena, dando vueltas y recogiendo barro a
medida que avanzaba. Joe no estaba seguro de con qué lo habían golpeado; Por lo que
podía ver, era alguna forma de fuerza de conmoció n pura. Sam comenzó a correr hacia
el mago que luchaba y que estaba siendo arrastrado hacia las profundidades. Cuando
se dio cuenta de lo que estaba pasando, Sam se volvió hacia Joe y levantó las manos en
el aire. —¡Detener! ¡Tú ganas! ¡Lo dejó ir! ¡Por favor!—
Temiendo un truco o una trampa, Joe soltó lo primero que le vino a la mente. —
Jú rame que nos dará s todos los artículos robados y te irá s sin intentar hacernos dañ o,
y lo dejaré ir—.
—¡Bien! ¡Lo juro! ¡Déjalo ir ahora! La espada en la mano de Sam temblaba y Joe supo
que estaba a punto de ser apuñ alado si no cumplía su promesa de inmediato. Las
sombras que envolvían los tobillos del mago desaparecieron y se arrastró hasta tierra
firme lo má s rá pido posible. —¡Todos, deténganse! Este lo perdimos. Tú , ¿por qué no
obtuviste un aura asesina de jugadores? Nos atacaste—.
—Probablemente porque tenemos una misió n para matarlos a todos—. Los otros
combatientes se separaron lenta y cuidadosamente entre sí. Un doble grito de alegría
reptiliana hizo que algunos de ellos se estremecieran, y todos miraron para ver las
manos de Jaxon tocando el cielo antes de lanzarse hacia abajo para deleitarse con el
Monje caído. El rostro de Joe se ensombreció y le gritó a Jaxon: —¡Suficiente! ¡Le
venciste y se rindieron! ¡Detener!—
Objetivos asesinados: 2/5.
Jaxon asintió , miró a su enemigo caído y se burló : — Efectivamente, patas de pez—.
Joe hizo un recuento y descubrió que Bard y Poppy habían caído en los ú ltimos
momentos del combate. Se giró y miró al mago agitado. —Ese es un personaje no
jugador, ¿no? ¿Por qué? ¿Por qué pondrías en peligro la ú nica vida que tiene?
—Si intentas usar esto contra nosotros en el futuro, dedicaré todo lo que tengo a
cazarte—, afirmó fríamente Sam mientras levantaba a su amigo y lo ponía de pie.
—Escucha, imbécil —. Joe miró fríamente al demasiado ostentoso espadachín. —Se
necesitó el hechizo má s lento, más débil y de un solo objetivo que tengo para poner a
ese tipo en una posició n en la que tenías que rendirte o perderlo para siempre. Casi
todo lo que uso tiene un á rea de efecto enorme y es mortal para todos en cuestió n de
segundos. Si vuelves a perseguirnos y él está contigo, no puedo garantizar que
sobrevivirá ... pero te prometo que ganaste . —. Entrega los bienes robados y lá rgate de
aquí—.
El mago tosió y miró frenéticamente a su líder: —¡Sam! ¡No puedes darle el-!—
—¡Suficiente! Hicimos un trato y esto no vale tu vida—. Declaró Sam, recibiendo a
cambio un resoplido de Joe. Le entregó dos artículos; una tablilla de piedra y un anillo
de platino. Ambos brillaban con un tenue aura roja y, cuando Joe los aceptó ,
comprendió por qué.
Objeto de misión maldita. No se puede almacenar en ningún recipiente hasta que se
elimine la maldición.
No había otra informació n disponible y no había ninguna actualizació n de su
bú squeda, por lo que Joe solo pudo asentir y hacerse a un lado mientras el equipo
derrotado se alejaba. Planeaba regresar a la mazmorra inmediatamente con los
miembros supervivientes de su equipo, pero justo antes de que subieran a la
plataforma de cristal brillante, apareció una notificació n en la visió n de Joe. —Hijo de
un...!—
Sam_King ha roto un juramento que te hizo y obtuvo el título de Warlock III.
CAPÍTULO VEINTIDÓ S
—¿Rompió su juramento?— La calva cabeza de Joe se arrugó mientras intentaba
comprender lo que significaba ese mensaje. Sus ojos se abrieron de golpe, luego se
entrecerraron con rabia cuando se hizo claro. —¡Ese pavo real con el pelo demasiado
acondicionado se llevó uno de los objetos de la mazmorra! Vengan todos; ¡Usa lo que -
tengas para destruirlo por completo tan pronto como lo encontremos!
—Cá lmate, Joe—. Jess entró al á rea con una sonrisa en su rostro. Ella le guiñ ó un ojo
en broma. —Creo que tengo lo que está s buscando —.
La luz de la luna se reflejaba en la parte superior de la cabeza de Joe, pareciendo
coincidir con la luz de sus ojos mientras se debatía si cazar o no a Sam de todos
modos. Antes de que pudiera dar la orden de partir, una serpiente se deslizó hacia
arriba, con su cola enrollada alrededor de una esfera de cristal que brillaba con un
suave color rojo.
Objeto de misión maldita. No se puede almacenar en ningún recipiente hasta que se
elimine la maldición.
—¿Usaste tu habilidad de robo?— Joe suspiró mientras lanzaba el cristal al aire unas
cuantas veces. Llegó a una decisió n; Si partiera ahora, era muy probable que
terminara perdiendo la pelea en la que se lanzaría. Joe iba a tener que dejar esto
pasar... por ahora.
—¡Claro que sí!— Jess admitió alegremente. —Vi toda tu pelea y pensé que sería má s
ú til para ti robá ndole este objeto que uniéndote a una pelea que parecía que estabas
ganando. Aparentemente, es bastante difícil notar una serpiente nadando por el agua
hacia ti cuando está s blandiendo una espada y lanzando hechizos a la gente—.
—Gracias, Jess. Por favor, avíseme si hay una recompensa adecuada que pueda darle
por esto—. Joe se volvió hacia los otros dos miembros supervivientes de su grupo y
señ aló la plataforma resplandeciente. —¿Está n listos para ir y entregar esta misió n?—
—¿Vamos a volver allí sin el resto de nuestro equipo?— Alexis negó con la cabeza. —
Eso parece algo bastante terrible para Bard—.
—¡Debería recibir las recompensas por completar la misió n!— Joe refutó a la
defensiva. —Ademá s, no tenemos forma de poner estas cosas en un lugar seguro. Si
tenemos que esperar mucho tiempo para que Bard vuelva a la vida y viaje hacia
nosotros, es muy probable que venga alguien má s o que otro grupo regrese e intente
llevá rselos. Tenemos que irnos ahora—.
Con una clara desgana por parte de Alexis, y só lo la emoció n de regresar a la brillante
plataforma desde Jaxon, pronto estuvieron navegando a través del mar a gran
velocidad. La plataforma empezó a descender y pronto volvieron a estar en un cubo
estanco. Unos momentos después se estaban hundiendo en el agua, pasando entre
enjambres de monstruos y acercá ndose a la mazmorra submarina. Cuando el ascensor
de cristal se colocó en su lugar y se abrió la puerta, una pequeñ a plataforma se elevó
del suelo. En la plataforma había tres contornos, uno para una esfera, otro para un
bloque rectangular y otro para un anillo.
Má s allá de estar feliz de completar la misió n, Joe estaba contento de negarle
cualquiera de los elementos al otro equipo. Colocó los elementos en sus espacios y
observó có mo el pedestal volvía a hundirse en el suelo.
Misión completada: Destrúyelos. Objetos recuperados: 3/3. Enemigos asesinados: 2/5.
Objetivos cumplidos: 5/8. Calcular... los objetos recuperados era mucho más importante
que matar a los ladrones que los robaron en primer lugar. Las recompensas se
otorgarán en función del desempeño y la idoneidad. Debido a las circunstancias de la
misión y al daño de la mazmorra, esta mazmorra se considerará completada al 100%.
Experiencia adquirida: 6.000. Artículo recibido: Tableta de avance de clase mejorada -
(puede ser utilizada por cualquier persona con la clase base de Bibliófilo energético,
Bibliomante, Ritualista o Druida urbano). La tableta de avance de clase estándar ofrece
tres opciones, la versión mejorada ofrecerá una cuarta opción al usarla. .
Al ver todas las diferentes clases que podrían usar su tableta recién adquirida, Joe
decidió no perder el tiempo y la activó en el acto.
Escaneando... Clase base encontrada: Ritualista. Se cumple el primer requisito previo
para su uso.
Escaneando... Clase especializada encontrada: Rituarchitect. Se cumple el segundo -
requisito previo para su uso.
Generando opciones de selección de clase del uno al cuatro... generado.
Escaneando... ¡Precaución! No se cumple el tercer requisito previo para el uso. La clase
base 'Ritualista' requiere que las Características 'inteligencia' y 'sabiduría ' estén en el
límite de características Mortales antes de que se pueda aplicar la segunda
Especialización. Inténtelo de nuevo después de haber elevado como mínimo estas dos
características al límite Mortal de ciento cien. cincuenta.
Tableta de avance de clase mejorada (Soulbound). ¡Esta tableta ha estado ligada a ti!
¡Ahora puede guardarlo de forma segura con el pleno conocimiento de que sólo
funcionará para usted!
Joe se quedó mirando el mensaje, lleno de emociones encontradas. Por un lado, ahora
sabía que podía trabajar con seguridad para lograr la nueva meta que se le había
fijado. Fue bueno tener un objetivo fijado. Por otro lado… le quedaba un largo camino
por recorrer. Sacó su hoja de personaje y la miró con desesperació n.
Nombre: Clase de Joe 'La leyenda elegida de Tatum'; Mago (Actual: Tecta Rituarchi)
Profesión I: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Profesión II: Alquimista ritualista
Nivel de personaje: 16 Exp: 150,343 Exp al siguiente nivel: 2,657 Nivel de Rituarchitect: 5
Exp: 10,456 Exp al siguiente nivel: 4,544 Puntos de vida: 534/534
Maná: 1381/1650 (115 reservado) Regeneración de maná: 33,89/seg Resistencia:
528,5/528,5 Regeneración de resistencia: 5,84/seg
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 53 (2.03) Destreza: 54 (2.04) Constitución: 54 (2.04) Inteligencia: 110 (3.1)
Sabiduría: 85 (2.35) Carisma: 52 (2.02) Percepción: 63 (2.13) Suerte: 38 (1.38) Suerte
Kármica : +6
Sus estadísticas no habían cambiado durante su estancia en la mazmorra, pero eso no
fue inesperado. Lo inesperado ... fue que necesitaría casi otros setenta puntos de
sabiduría para poder alcanzar el siguiente avance de clase. Ademá s, un desafío menor
pero aú n difícil sería obtener cuarenta puntos en su inteligencia. Al recordar la
inyecció n que se había tragado y que le había dado quince puntos completos en su
característica de inteligencia, Joe ahora entendía realmente por qué artículos como ese
eran tan buscados y caros. Había entendido intelectualmente que iban a ser difíciles de
conseguir, pero cuando saliera la informació n sobre có mo llegar a la segunda
Especializació n, iba a ser absolutamente imposible conseguir algo similar.
—La mazmorra se considera completa, ¿deberíamos simplemente... regresar a casa?—
Joe quería acurrucarse en un rincó n y quedarse dormido durante una semana, pero
sabía que era un sueñ o imposible en ese momento. Entre los ataques de sondeo al
gremio y la profunda necesidad de mejorar lo suficiente para llegar a la siguiente á rea,
Joe sabía que dedicaría cada momento de su vigilia a volverse má s poderoso o capaz
de adquirir conocimientos. Mientras subían por tercera vez en el ascensor de cristal,
Joe preguntó : —¿Alguien quiere un café?—.
Solidificó unas cuantas tazas pequeñ as de espresso de las Sombras en el á rea cuando
Mate apareció en su mano. El elemental burbujeó y silbó alegremente, poniendo una
sonrisa en el rostro de Alexis y ampliando la siempre presente sonrisa en el de Jaxon.
Se turnaron para acariciar suavemente a Mate en su cabeza sorprendentemente seca,
aunque algo blanda. Justo cuando regresaban a tierra, Joe recibió una notificació n que
no esperaba.
¡Tu cuidado y atención hacia tu mascota ha aumentado su lealtad y afecto hacia ti!
'Mate' ha adquirido algunas de las características del maná con el que lo has estado
alimentando. Habilidades eliminadas: mezcla de tueste ligero. Habilidades mejoradas:
mezcla de tueste medio, mezcla de tueste oscuro, mezcla de espresso. Habilidad
adquirida: exceso de cafeína.
Exceso de cafeína: similar a un hechizo de celeridad tradicional, Exceso de cafeína
aumenta todos los efectos de las características físicas y mentales en un 10 % durante 10
minutos. Una vez finalizado el hechizo, todas las características físicas y mentales se
reducen en un 30% durante 5 minutos y el usuario sufrirá los efectos de la desventaja
'Hammerwords' durante 2 minutos o hasta que la desventaja del dolor de cabeza
resultante haya desaparecido.
—Ese es un café excelente , amigo—, le canturreó Joe al pequeñ o Ele mental mientras
permitía que volviera a su manga como una gran mancha. Ya estaba pensando en
có mo podría utilizar este beneficio al má ximo.
Mientras intentaba terminar su declaració n, —En segundo lugar… puedo… ¡llevarte en
cualquier momento, viejo! No tienes idea de quién soy...
—Lamento interrumpir este animado debate... pero necesito hablar con usted, joven
—. Joe había oído la voz antes, pero había pasado mucho tiempo. Levantó la cabeza
para mirar al anciano arrugado que vestía una tú nica blanca con símbolos arcanos
negros cosidos a lo largo de los dobladillos.
Joe se obligó a sentarse y cerró los ojos mientras el mundo giraba. —¿Qué podría
haber hecho en el mundo para traer hasta aquí al Maestro Encantador má s poderoso
del Mage College?—
CAPÍTULO VEINTITRÉ S
Joe y el Maestro Encantador salieron del templo y se dirigieron a un pequeñ o
restaurante que había abierto recientemente. Abrieron la puerta, pero cuando Joe vio
quién estaba sentado en una mesa esperá ndolos, se detuvo en seco y comenzó a darse
la vuelta. El anciano que estaba a su lado lo agarró firmemente del brazo. —Por favor,
permítanme tener la oportunidad de explicar mis acciones—.
—Vas a decirme que fuiste tú quien le ordenó espiarme. Entiendo que.— La boca de
Joe era una línea firme y agarró la mano desgastada de su brazo por un momento
antes de soltarla . —No estoy particularmente interesado en dejarte explicar esto. Los
amigos no espían a sus amigos; Por lo general, eso está reservado para personas que
ven como enemigas. En cuanto a ti, Terra, ¿por qué no viniste directamente a mí y me
hablaste de esto? ¿Por qué lo trajiste? ¿Soy tan aterrador que necesitas una tercera
persona só lo para tener una conversació n conmigo? No merezco este tipo de trato—.
El Enchanter levantó una mano para detenerlo. —Joe, tienes que entender; Ya sabes
có mo funcionan los juramentos. No só lo estaba arriesgando un título, sino que
automá ticamente habría perdido su aprendizaje conmigo. La razó n por la que estoy
aquí ahora es que todavía hay cosas que ella no puede revelar y necesitaba ofrecerle
una explicació n. Ahora, aquí está la verdad de lo que estaba sucediendo. Estaba
intentando descubrir a un individuo extremadamente talentoso sin alertar a mis
propios enemigos de mi interés.
—Ese barco ya zarpó , y ahora me arriesgo a que te veas arrastrado a mis peleas
porque cometí un error y no confié lo suficiente en mi aprendiz elegido—. El anciano
saludó con la mano la mesa, donde Terra estaba mirando la madera. —Fue mi culpa
que ella perdiera a una amiga. Só lo quiero tener la oportunidad de explicarme y hacer
la oferta que había planeado originalmente—.
—Si se trata de las baterías Mana, lamento tener que decirles que realmente quiero
guardarme ese diseñ o para mí por ahora. Má s allá de eso, el objeto que usé para
crearlos fue destruido cuando mi gremio estaba en
abordado por un grupo diferente que só lo tenía en mente sus propios intereses. No
me veo recreando un proceso tan costoso, especialmente para no entregá rselo a otra
persona que no me diga toda la verdad. Si planearas decirme toda la verdad, só lo
Terra estaría aquí—. Joe se alegró de ver al encantador hacer una mueca de dolor.
—Siento que muy pocas cosas te harían cambiar de opinió n sobre esto, así que entraré
directamente en lo que tengo que decir y tú podrá s decidir por ti mismo—. El anciano
se recompuso. —Terra me ha explicado que tienes una afinidad increíble por el
encantamiento. Has podido crear no só lo cosas está ndar; has podido generar y refinar
excelentes recetas de encantamiento que otros han abandonado. Tus baterías de maná
no eran lo ú nico que me interesaba, pero eso jugó un papel importante a la hora de
captar mi atenció n. Ahora, hay cosas interesantes que has creado, pero también veo
lagunas evidentes en tu capacidad para progresar—.
—Joe, hay una razó n por la que existe la Universidad. Hay una razó n por la que
tenemos profesores que pueden ayudar a los estudiantes en el camino que elijan. Sin
la sabiduría de aquellos que vinieron antes que ti, está s recorriendo tu propio camino
a través del desierto mientras marchas a lo largo de un camino pavimentado que ya te
lleva a tu destino—. El anciano suspiró ante la vacilació n que aú n veía en los ojos de
Joe.
—Todo tiene un costo—, respondió simplemente Joe. —Preferiría que el costo lo
decidiera yo y no lo que alguien decida que es mejor para mí—.
—El Colegio es diferente ahora—, le prometió El Encantador con tono serio. —No te
pediré que me des nada ahora, ni siquiera una respuesta, pero por favor piensa en las
cosas que te he dicho—.
Hizo una pausa para señ alar a Terra, que se había sonrojado de un color escarlata
brillante y todavía no había levantado la vista de la mesa. —Simplemente quería tener
la oportunidad de explicarme e intentar hacer reparaciones. Ella nunca estuvo
destinada a espiarte , per se. En realidad ni siquiera la envié . Terra estaba allí porque
quería estar y simplemente le pregunté sobre tu potencial y cosas así. Luego le pedí
que mantuviera mi interés en privado y ahí fue donde me equivoqué—.
—Por ahora, te ofrezco llevar tu conocimiento sobre encantamientos a un nivel
aceptable para que no te destruyas a ti mismo ni a los demá s. Te llevaré al rango
Principiante en cualquier disciplina encantadora que desees como recompensa. A
partir de ahí, tendrá s que registrarte como mi estudiante para llegar má s lejos. ¡Lo que
no haré... es ser suave contigo! ¡Prepá rate para odiarme por razones completamente
diferentes si vienes a recibir tutela!
—Dicho esto, por favor disfruta del almuerzo por mi cuenta—. El viejo mago salió de
la habitació n después de arrojar algunas monedas sobre la mesa. Joe se centró en
Terra, que todavía se había negado a moverse. Mantuvo la mirada por un momento
má s, pero cuando ella no reaccionó en absoluto... Joe se volvió hacia la puerta.
—Por favor, espera—, solicitó Terra en voz baja. Joe hizo una pausa, pero no volvió a
mirarla. —Lamento haber arruinado tanto mi amistad contigo, pero por favor acepta
la oferta de mi Maestro. Las cosas que ya puedes hacer... só lo puedo imaginar lo que
serías capaz de hacer—.
—En realidad nunca he tenido muchos amigos, Terra. Me resulta muy difícil confiar en
la gente o perdonar cuando siento que mis preocupaciones son ignoradas—. Joe
permaneció en su lugar, luego extendió la mano, agarró la viga junto a la puerta y se
apoyó en ella. Estaba luchando consigo mismo; La autorreflexió n fue difícil. —Soy una
persona independiente e inventiva... Sé que puedo preocuparme por mis
pensamientos, puedo desapegarme y aislarme. A pesar de todo eso... quiero ser capaz
y competente. Quiero poseer conocimientos y comprender mi entorno . Lo que má s
temo es volverme inú til o quedar atrapado—.
—No sabía qué pensar cuando te marchaste después de que bromeé acerca de
llamarte espía. Estaba claro que algo había sucedido y só lo podía suponer lo peor—.
Se volvió para mirarla directamente. —En el futuro, si vamos a tener un problema,
venga a hablar conmigo usted mismo. Incluso ahora me siento extrañ amente
paranoico y quiero arremeter. No sé qué pensar... así que voy a luchar y tomaré tu
palabra de que no hubo malas intenciones. Hasta que vea algo diferente , así es como
intentaré actuar también—.
Los ojos de Terra se abrieron ante sus palabras, pero aun así tragó saliva y asintió . —
Realmente no pensé que lo que estaba haciendo estuviera mal. Honestamente, estoy
de acuerdo en que el hecho de que no pude explicarme y tuve que irme simplemente
empeoró las cosas cien veces má s. Lo entiendo... no volverá a suceder—.
Joe asintió , —Gracias. También intentaré no enojarme tan rá pido. Tiendo a sacar
conclusiones precipitadas, pero ahora mismo también me vendría bien un amigo.
¿Intentamos ponernos al día?
—Ya pedí algo de comida. Por favor, siéntate y come—. Terra empujó la silla con el pie
y él se sentó . Hablaron durante poco má s de una hora, de manera incó moda al
principio, pero cada vez má s cá lida a medida que pasaba el tiempo. Al parecer, ella
todavía estaba saliendo con Tsnake y la relació n iba muy bien. É l le contó algunos de
los problemas que había estado teniendo.
Recientemente e intercambiaron informació n sobre artículos interesantes que habían
visto circular.
Demasiado pronto, Joe necesitaba irse y volver a sus tareas normales. —Gracias por
esto y gracias por la explicació n—.
—Gracias por dejarme dar uno—. Terra le sonrió brillantemente y Joe puso los ojos en
blanco ante su sobreactuació n. Sintiéndose má s feliz que en una semana, Joe salió al
á rea del Gremio y miró a su alrededor. Tenía mucho trabajo por hacer y ahora parecía
el momento adecuado para hacerlo, así que decidió sentarse y pensar en qué debía
priorizar. Lo dividió en algunas categorías amplias.
Sus misiones actuales, sus deberes para el gremio, sus características personales y sus
habilidades generales. Al recordar sus habilidades generales, Joe recordó usar su
aumento de conocimiento del día. Architectural Lore fue para el noveno novato
simplemente enfocá ndose en él y activando —¡Conocimiento!—
Joe necesitaba devolverle el libro de Daniella. Le había ayudado a llegar al novicio
cinco, y había estado trabajando diligentemente para maximizar su nivel en los rangos
de novicio antes de volver a verla... Joe parpadeó y trabajó para volver a concentrarse.
Ú ltimamente le había resultado cada vez má s difícil permanecer centrado en un tema
y no sabía por qué. ¿Quizá s el hecho de que hubiera tanto que hacer le hizo querer
ignorarlo todo e irse a acostar en la cama? Eso le pareció bastante normal.
Decidió que, dado que de todos modos estaba pensando en sus habilidades,
comenzaría por ahí. Joe sabía que necesitaba aumentar su habilidad en combate; se
estaba volviendo casi inú til en las peleas má s allá de ser un personaje de apoyo.
Incluso allí, sus habilidades fuera del combate se habían estancado. Ahora sabía que
no había nada malo en ser un apoyo, pero quería poder tener un mayor impacto en las
peleas si fuera posible. Si eso significaba encontrar nuevas habilidades o mejorar las
actuales , só lo el tiempo podría decirlo.
Joe sacó su habilidad de Magia Ritual y suspiró al darse cuenta de que todavía estaba
en el Experto dos. Por alguna razó n, no importa cuá n innovador haya sido con sus
rituales, no importa la complejidad que haya creado, esta habilidad apenas ha
aumentado desde que se convirtió en Rituarquitecto. Antes, había asumido que
simplemente no los estaba usando lo suficiente ni se desafiaba a sí mismo.
Con una actitud fresca y una nueva perspectiva, contempló el libro que sacó de su
anillo de almacenamiento: Componentes Alquímicamente Mejorados . —Tú tienes la
llave, ¿no? Un cocinero nunca podría convertirse en Master Chef simplemente por
tener la capacidad de picar realmente sus ingredientes.
pues teniendo las mejores ollas y sartenes, los mejores ingredientes o las mejores
recetas. Es una combinació n de todo eso, y ¿por qué Ritual Magic sería diferente?
Tan pronto como expresó sus pensamientos, tuvo una epifanía. Joe se tambaleó
mientras su corazó n latía con fuerza y una extrañ a energía parecía brotar dentro de él.
La energía negra comenzó a filtrarse de sus poros y la escleró tica de sus ojos brilló con
círculos rituales giratorios. Sus ojos se cerraron y luego se volvieron a abrir,
completamente libres de cualquier cosa que los hubiera afectado.
Ha alcanzado una comprensión más profunda no solo de sus habilidades, sino también
de su clase y los beneficios y limitaciones inherentes que conlleva. Tu clase base ha sido
mejorada de Ritualista a Ritualista+. Has adquirido como mínimo una comprensión de
principiante de las cinco habilidades componentes que componen la Magia Ritual en su
conjunto. Obtenga una comprensión más profunda no sólo de quién es, sino también de
qué es usted, para aumentar aún más su clase base. Se han abierto nuevas clases de
Prestigio a lo largo de tu camino.
Magia ritual (Experto II): capacidad de crear, mantener y cambiar rituales de manera
mucho más eficiente de lo habitual. Esta es una categoría de magia que avanza en
función de la comprensión de las subhabilidades que contiene. Sólo cuando uno es
maestro de todas las porciones de esta categoría puede ser verdadero Maestro de
Rituales. (Las bonificaciones actualmente están maximizadas a un -85 % de coste de
maná y componentes).
Rituales alquímicos (novato III) (pasivo): esto gobierna la capacidad de usar
componentes alquímicamente mejorados en rituales para alterar, especializarse aún
más o ampliar los efectos de un ritual tras la activación. Esta es una subhabilidad de la
categoría Magia Ritual. +ln°% para utilizar componentes mejorados alquímicamente de
manera correcta. Esto puede incluir elegir qué componente usar, dónde colocarlo o
cómo refinarlo. Esta bonificación se aplica a las pruebas de habilidad al crear
componentes alquímicos para rituales, donde n = nivel de habilidad.
Círculos rituales encantados (novato I) (pasivo): ya sea el almacenamiento de equipo
encantado, el uso de tintas encantadas o la vinculación de múltiples círculos rituales,
esta habilidad gobierna la capacidad de usar esos encantamientos en la creación de
círculos rituales. Esta es una subhabilidad de la categoría Magia Ritual. +ln% para usar
encantamientos correctamente en la creación de círculos rituales, donde n = nivel de
habilidad.
Círculos rituales (Experto II) (Pasivo): La creación de círculos rituales es un proceso
meticuloso y tedioso que pocos tienen la paciencia o la destreza para seguir. Los errores
simples conducen a resultados catastróficos, pero el uso correcto puede generar un
poder insondable. Esta es una subhabilidad de
CAPÍTULO VEINTICUATRO
Después de pasar casi una hora trabajando para analizar y comprender la informació n
que había llenado su cabeza con la incorporació n de las nuevas habilidades, Joe se
sentía muy satisfecho con la transició n. Las habilidades en sí mismas parecían
apoyarse entre sí de una manera que él no esperaba. La capacidad de crear círculos
rituales era en realidad só lo la parte má s bá sica de lo que podía hacer.
Con la habilidad Rituales Alquímicos, podía alterar casi por completo los efectos
finales de una activació n ritual, aunque necesitaría experimentar para comprender
mejor lo que eso significaba. Ya había ganado algunos niveles en la habilidad,
probablemente agregando pociones y cosas así a sus rituales al azar. Parecía que la
porció n de Forja Ritualista estaba diseñ ada para obtener las cosas necesarias para
agregar una porció n estabilizadora, y Joe tenía la sospecha de que podría soportar el
á rea de encantamiento de los rituales, difícil de controlar.
Fueron las matrices má gicas las que realmente le abrieron los ojos. Cualquiera podría
tallar un círculo y colocar en él un pentagrama sin entender nada de rituales. Lo sabía
a ciencia cierta, ya que ese era el diagrama del primer ritual que realizó , el —servicio
de limpieza de la hermana pequeñ a—. Pero fue dentro de los hechos clínicos de las
matemá ticas donde se pudo formar una verdadera comprensió n. Afortunadamente
para él, su comprensió n de las matemá ticas le había permitido alcanzar los rangos de
principiante tan pronto como adquirió la habilidad; De hecho, casi entra en las filas de
estudiantes .
Hasta el momento, había estado trabajando a partir de una comprensió n erró nea de
los propios diagramas rituales. Utilizando el 'Servicio de limpieza de la Hermanita'
como ejemplo, ahora entendió que podría haber logrado el efecto de algunos de sus
diagramas bá sicos implementando una onda sinusoidal simple en lugar de usar tanto
el pentagrama como el círculo. Este cambio no só lo le ahorraría tiempo en la creació n,
sino que reduciría la cantidad de maná necesaria para impulsar el ritual antes de que
se tuviera en cuenta su bonificació n de clase.
Podría ir a Ardania y curar a algunos prisioneros o guardias, pero decidió que eso
podía esperar por ahora. Como no quería descuidarlos por completo, se aseguraría de
pasar por el cuartel de guardia la pró xima vez que fuera a la ciudad. Ahora Joe sonrió ,
sintiéndose mucho má s en paz consigo mismo. Algo en la organizació n de la enorme y
extensa lista individual de cosas que debían lograrse en categorías tan amplias le
permitió ver las cosas con mayor claridad. ¿Quizá s simplemente había sufrido una
pará lisis de elecció n? Joe sintió que su angustia y preocupació n desaparecían, y
cuando llegó al calabozo , se sentía positivamente má s alegre.
Después de ingresar a la mazmorra, seleccionó —suerte— como la prueba que quería
intentar y esperó mientras se configuraba. A diferencia de la prueba de destreza, no
había que saltar ni saltar a través de plataformas para ingresar al espacio de la
mazmorra. Simplemente había una puerta, que abrió y atravesó . Después de dar dos
pasos a través de una oscuridad infinita que ni siquiera sus ojos podían penetrar...
¡Mala suerte! ¡Te has muerto! Calculando... ¡Has perdido 3200 puntos de experiencia !
¡Reaparecerás en dos horas!
Estaba de pie en su sala de muerte blanca con una expresió n de conmoció n y horror
en su rostro. No había nada detrá s de la puerta. Joe simplemente había atravesado,
paso, paso, muerto. Tenía que ser una broma monumental. ¿La prueba de suerte era
literalmente 'mueres o no'? ¿No había habilidad? No había posibilidades de hacer nada
diferente, ¿simplemente murió en el acto?
—¡Ah!— Joe gritó en el aire. Se frotó el centro de la frente con una mano, justo en el
ojo brillante, y decidió sentarse y esperar. Después de unos minutos de pensarlo,
empezó a reírse. Joe sabía que si le contaba esto a alguien má s, se reirían de él. Por lo
tanto, decidió guardá rselo para sí mismo... pero usarlo como una lecció n en el futuro.
Se detuvo a considerar este juicio. ¿Valdría la pena apostar tres mil doscientas
experiencias por cinco puntos de suerte? Su ganancia de experiencia se había
ralentizado significativamente ahora que no participaba tanto en el combate activo,
por lo que la pérdida definitivamente le dolió . Levantando su hoja de estadísticas,
decidió que sí, valía la pena correr el riesgo. Joe había estado planeando pelear má s,
má s a menudo, de cualquier manera. Esto sería un buen motivador y le ahorraría
cinco días de entrenamiento de puntos característicos cada vez que la apuesta tuviera
éxito.
Mientras tenía otros momentos de tranquilidad, los ojos de Joe se iluminaron al
recordar que tenía ocho puntos de habilidad libres sin usar. É l trazó
las habilidades que recibirían un repentino impulso en eficiencia... luego se
detuvieron. Recordó que cuando obtuvo la clase Rituarchitect, le habían informado
que no podía poner má s puntos de habilidad en su habilidad Ritual Magic. Pero ahora
que tenía subhabilidades... ¿podría colocar los puntos de habilidad en ellas? Estaba
emocionado de intentarlo, y tan pronto como reapareció y regresó al templo, luego se
aseguró de que no hubiera nadie cerca, abrió su hoja de habilidades y colocó un solo
punto en Matrices Má gicas.
Aumento de habilidad: Matrices mágicas (Aprendiz 0). ¡Tu comprensión de las
matemáticas superiores detrás de la teoría de hechizos te haría la envidia de cualquier
convención de cómics a la que asistieras! Desafortunadamente, eso no impedirá que los
demás asistentes discutan contigo sobre los matices. Bonificación: ¡las fórmulas de
cálculo básico son tan sencillas de resolver como la suma y la resta estándar!
—¡Lindo!— Joe estaba emocionado de probarlo, ya que nunca antes había recibido un
bono como este, y estaba ansioso por ver có mo funcionaba. Luego vino la verdadera
prueba. ¡Colocó un punto de habilidad en Círculos Rituales y aumentó a Experto tres!
Su categoría de Magia Ritual no aumentó , por extrañ o que parezca, pero aun así Joe
levantó el puñ o en el aire y gritó . —¡Estamos de vuelta en el negocio, cariñ o!—
Tenía seis puntos de habilidad gratuitos má s para gastar, pero decidió esperar por
ahora. No, espera. Después de escanear su lista de habilidades nuevamente, Joe se dio
cuenta de que había una habilidad a la que le vendría bien el impulso. Conocimiento.
En este momento, todas sus habilidades histó ricas se estancarían sin dedicació n. Si no
subía de rango la habilidad, necesitaría aprender má s habilidades histó ricas para
poder usarlas en ellas.
Aumento de habilidad: Conocimiento (Principiante 0). Esta habilidad ahora se puede
usar en habilidades históricas en el nivel Principiante. Si se usa en habilidades históricas
en el nivel principiante, el tiempo de reutilización se reduce en un 20 %.
—Solo me quedan cinco puntos de habilidad gratuitos, ¡pero valió la pena!— La
mayoría de las otras habilidades de Joe eran lo suficientemente bajas como para que
no tuviera problemas para entrenarlas, pero Ritual Circles todavía estaba lo
suficientemente lejos del siguiente nivel como para no querer dedicar sus puntos allí
justo en ese momento. Aú n así, la informació n que acababa de obtener le había dado
una idea que quería probar. Permaneciendo dentro del edificio, caminó hasta el Gran
Saló n Ritual y comenzó a esbozar sus pensamientos.
—Si puedo tomar dos de los círculos rituales y combinarlos en uno solo y má s
pequeñ o… ¿seguirá contando como un Círculo para principiantes o volverá a ser un
Círculo para principiantes?— Seleccionó un diagrama ritual simple que
CAPÍTULO VEINTICINCO
—¡Bienvenido a la fiesta, Joe!— le gritó un guardia. Joe tardó un momento en decir el
nombre del hombre; Estaba completamente cubierto de sangre y hollín, haciéndolo
casi irreconocible.
—Eh… ¡Jay! ¿Lo que está sucediendo?— Joe miró a su alrededor y vio que había varios
magos lanzando agua a los barracones en llamas, y aú n má s personas corrían hacia las
paredes.
—Bajo ataque de, no sé, algú n tipo de colaboració n-— Jay tosió de dolor cuando una
espada atravesó su pecho. Los ojos de Joe se abrieron de par en par cuando un asesino
salió de las sombras por solo un instante antes de desaparecer nuevamente. Por
primera vez, Joe empezó a tener serias dudas acerca de perder su capacidad de ver e
interactuar con las sombras. Antes, había podido ver un poco a los pícaros. Con la
pérdida de sus habilidades de sombramante, esa defensa adicional aparentemente -
desapareció .
Casi antes de pensar en ello conscientemente, Joe usó Mend en Jay y recuperó su salud
del borde del abismo. No pudo curar completamente la crítica puñ alada por la
espalda, pero Jay no murió instantá neamente. —¡Relá mpago oscuro!—
Hubo un trueno cuando su habilidad impactó su escudo y viajó por el suelo.
Aparecieron dos atacantes previamente sigilosos , y apuntó con su bastó n al que
goteaba sangre de su espada. El hombre retrocedió , pero pasó un momento y no pasó
nada. Joe maldijo al recordar que ya no tenía idea de có mo llamar a las sombras. —
Marchitarse... ¡Planta!—
El hechizo se disparó y alcanzó al asesino, quien se miró y no encontró ninguna
herida; Luego comenzó a correr hacia Joe con sus dagas en la mano y listo para atacar.
Joe se dio vuelta y echó a correr, maldiciéndose a sí mismo repetidamente. —¡ -
Literalmente só lo tengo Acid Spray en este momento!—
En el lado positivo, ese era un hechizo que podía dispararse a ciegas. Lanzó por
encima del hombro, usando su bastó n para que no fuera demasiado incó modo seguir
corriendo. Estaba apuntando su carrera hacia las puertas abiertas del
Joe tragó saliva, una vez má s muy contento de que esas cosas estuvieran de su lado. Le
hizo considerar y descartar sus pensamientos vanos sobre robar templos activos a
otros; Ciertamente tendrían su propia capacidad para defenderse. —¿Có mo diablos
entré en este edificio? Estaba corriendo y salté, pero…—
Como Joe apenas podía moverse y realmente no quería arrastrarse hasta la salida,
obtuvo la informació n para su habilidad de Salto; tratando de determinar si había
alguna informació n que pudiera darle. Después de un momento , la cerró y suspiró .
Tendría que buscar respuestas en otra parte.
Veneno: ¡'Mage Murder' ha desaparecido!
Después de otros diez segundos, Joe usó la Imposició n de Manos, y luego otra vez
hasta que recuperó su plena salud. Esperó a que su maná llegara al má ximo, luego
activó su Caparazó n Exquisito y su Aura de Neutralidad una vez má s, y esperó má s
para recuperar el maná completo. —Eso tomó ... como tres minutos. Eso es bastante
duro... No habría sido má s que un lastre si hubiera permanecido en combate—.
Ahora decidido a ayudar, Joe corrió hacia el lugar de la pelea. Curó a todos los que en
el camino no tenían un aura asesina de jugadores y evitó a cualquiera que la tuviera.
Después de buscar en el caos por un momento, escuchó la voz de Bard cantando algo y
siguió el sonido hasta la fuente. Atravesó el asfixiante humo negro y encontró a Bard y
Poppy de espaldas al cuartel en llamas mientras se enfrentaban a tres atacantes con
una armadura de color rosa intenso.
Como estaban de espaldas a él, Joe se sintió có modo con su siguiente acció n. —
¡Aerosol á cido!—
Los atacantes chillaron cuando su equipo comenzó a derretirse, emitiendo un olor
tó xico. Sus compañ eros de equipo aprovecharon la oportunidad para acabar con dos
de ellos, luego Poppy desapareció con el tercero antes de regresar un momento -
después, de pie junto a un cadá ver. —¡Vaya, esa habilidad seguramente se está usando
mucho hoy!—
Joe envió una curació n a Poppy, que sangraba abundantemente por un corte que iba
desde la nariz hasta la sien. —¿Te pillan con los pantalones bajados?—
—Bá sicamente.— Bard tosió mientras aspiraba demasiado humo. —¿Ves a Alexis por
alguna parte?—
—No, casi me mata un asesino cazador de magos—. El aura de Joe acabó con su
desventaja por inhalació n de humo justo cuando preguntó : —¿Tienes alguna idea de
lo que está pasando?—
Pathfinder's Hall, y mientras corría prometió : —¡Obtendré una habilidad con armas
tan pronto como esto termine!—
¡Golpe crítico! ¡Te han apuñalado por la espalda! ¡Exquisito Shell absorbe 822 de daño!
¡42 daños recibidos debido a la penetración de la defensa! ¡Sangrado abundante debido
al daño centrado en los riñones! -15 de salud por segundo . ¡Envenenado! -20 de salud y -
50 de maná por segundo. La regeneración de maná se detuvo. Envenenado: Asesinato de
mago: 00:01:29
Concha exquisita: 878/1700
Salud: 457/534
—¡Cazo magos como tú por diversió n!— El asesino lo llamó , claramente furioso por la
cara llena de á cido. —¡Ya está s muerto, simplemente no lo sabes!—
Joe puso toda su fuerza en un salto, disparando hacia adelante como un cohete y
cubriendo decenas de metros en un instante. El asesino gritó en estado de shock, pero
permaneció concentrado en acabar con él. Cometió el error que Joe esperaba y lo
siguió al interior del edificio. —¡Juggernauts! ¡Ataque enemigo, defiende el edificio!
—Admitido.— El color pú rpura y plateado subieron por la armadura cuando se activó ,
y el asesino fue cortado por la mitad en el tercer paso que dio. —Golpe de advertencia
dado. Todos los ataques futuros serán instantáneamente fatales. Promulgar protocolos
defensivos.—
Joe se curó a sí mismo, deteniendo la hemorragia, pero manteniendo un ojo puesto en
el veneno que corría por su cuerpo. Su aura hizo que durara cuarenta y cinco
segundos en lugar de los noventa que se suponía, pero el veneno le estaba quitando
maná a un ritmo enorme. En el ú ltimo segundo, se curó a sí mismo una vez má s,
llevando su maná a cero. Jadeó cuando su aura colapsó y el veneno comenzó a
desaparecer a su ritmo normal.
Hizo los cá lculos lo má s rá pido posible y suspiró aliviado al ver que el veneno
terminaría en veintitrés segundos. Eso requeriría cuatrocientas sesenta vidas, pero le
dejaría aproximadamente cuarenta. Joe iba a sobrevivir. —Si no pudiera curarme a mí
mismo, ese ú nico ataque, uno que bloqueé en su mayor parte, me habría matado...—
—Sostener.— Joe miró al Juggernaut. —¿Dijiste que fue un ataque de advertencia? ¿En
el que lo cortaste por la mitad?
—Afirmativo. Protocolos disuasorios. Los primeros infractores reciben una advertencia
—.
—Pero lo cortaste por la mitad—.
—Sobrevivió el tiempo suficiente para recibir la advertencia—.
Respondió Poppy, demasiado tranquila para la situació n actual. —Parece que estamos
bajo ataque de los otros tres Gremios Nobles. Por lo que puedo decir, está n apuntando
a edificios e intentando sabotear nuestro progreso—.
Actualización de la misión: La creación de un anciano. ¡El rango de ciudad ha caído al
rango uno! Progreso actual: 1/5.
—¡Oh, heces celestiales! ¡Eso no va a funcionar! ¡Necesitamos poner fin a esto ahora
mismo! Toda la calva de Joe se puso roja mientras la furia lo recorría. Se giró y corrió
hacia la puerta, tratando de pensar en opciones para defenderse de los atacantes de
tres gremios, pero honestamente no podía pensar en... Joe hizo una mueca cuando una
cosa le vino a la mente. Todavía tenía un ritual antipersonal má s listo para ser
activado, pero si lo dejaba caer en algú n lugar, también afectaría a sus compañ eros de
gremio.
—Bardo, ¿puedes cuidarme las espaldas y ayudarme a llegar a la puerta principal?—
Joe no esperó una respuesta y corrió hacia el lugar donde el humo era má s frecuente.
Parecía que había una gran cantidad de magos de fuego o algo similar atacando allí, y
nunca estuvo má s complacido de que las paredes mismas fueran una combinació n de
metal y piedra; esos no se quemarían pronto.
—¿Quieres que yo también vaya?— La voz de Poppy era tan seria que claramente era
sarcasmo.
—¡Por supuesto! ¡Necesito que alguien me despeje el camino! Joe mantuvo la vista al
frente, por lo que se perdió la sonrisa en el rostro de Poppy. La ciudad era bastante
pequeñ a y compacta, por lo que solo tomó unos minutos atravesar el humo y la
devastació n. La puerta principal había sido forzada a abrirse y el Gremio de Errantes
estaba luchando en el cuello de botella e intentando hacer retroceder a la gente.
Claramente hubo grandes pérdidas en ambos lados, pero había tanta má s gente
atacando que defendiendo que la marea estaba cambiando drá sticamente.
—¡Ató n! ¡Miguel!— La voz de Joe apenas se escuchó entre el estruendo de la batalla,
pero entre un momento y el siguiente, Aten estaba frente a Joe.
—¿Qué, Joe? ¡Sé que esto es importante, porque de lo contrario no me interrumpirías
en medio de un asedio! Aten ladró , sus ojos brillaban casi tanto como su armadura y
arma.
—¡Comandante del gremio!— Joe regresó con toda la disciplina militar que pudo
reunir. —¡Necesito llegar a la puerta, luego necesito que toda nuestra gente retroceda!
Se acerca el á rea de efecto. ¡El fuego amigo es una preocupació n, pero debería darnos
un gran respiro!
—Lo haré realidad—. Aten no pidió má s detalles, simplemente giró y se lanzó hacia el
grupo en la puerta. Joe y sus compañ eros actuales lo siguieron lo má s cerca posible,
pero Aten fue rápido. Su espada bailaba en el aire con destellos de luz que parecían
captar demasiada atenció n. En un momento, Joe estaba casi seguro de haber visto a
Aten golpear a la gente con ambas manos mientras su espada cortaba a otro enemigo
al mismo tiempo.
Joe parpadeó y la espada de Aten estaba en sus manos. Eso había sido un...
¿espejismo? Con Aten liderando con tal impulso, pudieron hacer retroceder la lucha
unos metros. Eso fue suficiente. Joe tomó la placa de metal en la que estaba inscrito el
ritual, la golpeó en el suelo, la cubrió con tierra ensangrentada para ocultarla lo má s
posible y luego abrió la opció n de activació n.
—¡Retiro completo!— Gritó Joe, su extrañ o y oscuro carisma hizo que la gente a su
alrededor se estremeciera. Aten repitió su orden y el Gremio de Errantes retrocedió ,
perdiendo todo el terreno que acababan de tomar. Los enemigos comenzaron a
atravesar la brecha y Joe dejó escapar un profundo suspiro.
¿Activar Ritual de Proximidad (Hojas de Viento)? Sí No.
—Sí.—
Cargas defensivas utilizadas: 0/500.
Joe abrió los ojos mientras el ritual se intensificaba. Las palas de viento comenzaron a
barrer el á rea, cada vez má s rá pido a medida que el ritual se daba cuenta de que había
una gran cantidad de objetivos. Los gritos de batalla se convirtieron en dolor e
indignació n cuando el á rea de la puerta se convirtió en un osario. Só lo las personas sin
habilidades defensivas o de alta constitució n murieron o sufrieron graves dañ os, lo
que resultó ser un nú mero sorprendentemente pequeñ o de jugadores que los
atacaban. La mayoría pudo aguantar varios golpes antes de sufrir dañ os críticos; pero
hubo un efecto secundario.
Joe notó otra debilidad: el ritual parecía no tener capacidad de seguimiento. Tan
pronto como se determinó el objetivo, salió volando una espada. Aquí no importaba
demasiado. Había tanta gente apiñ ada que incluso si alguien lo esquivaba, la espada
igual golpeaba a alguien. En el lado positivo, las hojas golpearon con fuerza, lo que
significó que el retroceso entró en vigor. Gracias a eso, los enemigos fueron enviados a
las espadas que esperaban del Gremio de Errantes o devueltos a las líneas enemigas.
—¡Poppy, bardo!— Joe bramó , no só lo por encima del combate, sino también por el
fuerte viento. —Somos los ú nicos a los que no atacará directamente, ¡tenemos que
llegar allí y cerrar la puerta!—
Joe y Poppy corrieron hacia el espacio abierto y comenzaron a cerrar la puerta
izquierda. Esto los dejó expuestos a hechizos y arqueros, pero la mayoría de ellos
estaban detrá s de las líneas enemigas y no tenían un tiro claro. Bard frenó los ataques
que se acercaron, y también trabajó para empujar los cuerpos fuera del camino
mientras se abrían las puertas.
—¡Ah! ¡Necesito curarme, Joe! Bard gritó dolorosamente mientras sacaba una flecha
de su clavícula. Joe no perdió el tiempo, golpeó al Skald con una mano y lo llenó de
energía curativa. Cuando se cerró la puerta izquierda, se trasladaron a la derecha y
comenzaron a repetir el proceso.
Cargas defensivas utilizadas: 431/500.
—¡Ató n!— Joe gritó a la ciudad: —¡Cinco segundos má s y nos vendría bien una mano!

—¡Cargar! ¡Cierra las puertas! Aten bramó , cargando hacia adelante. Tomó una espada
de viento, luego dos, y el ritual fracasó . Má s personas se agarraron a la puerta,
mientras que los que habían sido un poco má s lentos libraron a los caídos. La puerta
se cerró de golpe y se cargaron algunas barras en los peldañ os.
—¡Refuerza esto!— Aten pasó de luchador a comandante en un instante. —¡Necesito
que todos en la primera y segunda divisió n trabajen juntos para barrer la ciudad! Para
cualquiera que no sepa a qué me refiero, ¡son todos los guardabosques y las personas
que pueden detectar jugadores sigilosos, junto con un luchador para mantenerlos a
raya! ¡Muevete Muevete muevete!—
Joe se desplomó contra la pared y respiró unas cuantas veces, su energía casi vacía.
Observó a Aten correr hasta la cima del muro y gritarle a las personas ahora atrapadas
afuera. No podía oír lo que decían, pero Aten bajó con ojos furiosos casi diez minutos
después. —Joe, reunió n de alto nivel, ahora mismo. Ven conmigo.—
Hubo murmullos de acuerdo en aproximadamente la mitad de la mesa, mientras la
otra mitad miraba con leve disgusto. Aten tragó y respiró hondo. —Señ or. Johnson,
creo que es posible que no estés considerando algunos de los beneficios potenciales
de los edificios que estamos incorporando. Incluso las uvas para el vino que está s
describiendo vinieron del invernadero, que es uno de los edificios que nos ayudó a
llegar a nuestro nivel actual de la ciudad! Má s allá de eso, está s hablando de un
proyecto empresarial que podría tardar añ os en madurar. Si no ampliamos el poder
militar de nuestro Gremio a niveles aceptables, hay muchas posibilidades de que lo
perdamos todo ante alguien que simplemente tiene el poder para tomarlo—.
—¡Disparates!— El señ or Johnson farfulló . —¿Quién haría eso? Traeríamos el Reino
a...
—Señ or. Johnson.— Aten tenía un tono de acero. —Haces esa pregunta mientras
todavía se eleva humo de los edificios que arden a nuestro alrededor. ¿Quién haría eso
? Estas mismas personas que nos amenazan ahora, a pesar de que tenemos má s poder
militar que todos ¡De ellos individualmente! ¡ Lo tomarían y nos enviarían a
reaparecer como agradecimiento por todo nuestro arduo trabajo!
—Ya es suficiente, señ or Aten—. Declaró el Sr. Banks con frialdad. —Aprecio su fervor,
pero aprovecharé esta oportunidad para recordarle que usted sirve a conveniencia de
la junta directiva. No hablará s con...
—Soy el comandante del gremio Aten—. El bajo en la voz de Aten sacudió la habitació n
y varias copas de vino se hicieron añ icos con las reverberaciones de su gruñ ido grave.
—Harías bien en recordar que tus empresas terrestres ya no existen. Está s actuando
con una visió n anticuada del mundo y...
—Creo que puede que haya llegado el momento de un cambio de liderazgo—. El señ or
Banks anunció sombríamente. —De hecho, a la luz de los acontecimientos recientes,
por la presente lo destituyo de su cargo. Yo mismo negociaré con estos gremios—.
—Esperaba que dijeras eso—. Aten sonrió justo cuando apareció una ventana
emergente frente a Joe.
¡El consejo del Gremio de Errantes ha iniciado un voto de censura para destituir al
Comandante del Gremio Aten de su puesto! ¿Debería ser eliminado? Todos los miembros
del gremio que actualmente esperan reaparecer votan automáticamente —abstenerse
—. Sí/No/Abstenerse.
Joe presionó —no— sin dudarlo y apenas se tomó el tiempo para terminar de leer el
mensaje. En la caja aparecieron tres barras; un rojo, un verde y
Una barra gris comenzó a moverse. En poco menos de un minuto, la votació n había
terminado. El resultado fue claro: Ató n llegó para quedarse.
—Ahora que esta farsa ha terminado—, dijo Aten a los farfullantes miembros de la
junta, —trabajaremos duro para aumentar nuestras capacidades defensivas al
má ximo antes de que la ciudad vuelva al nivel dos y má s allá . Segú n la clá usula de
censura, estoy implementando una nueva política del Gremio. Nadie por debajo del
nivel diez puede pedir la destitució n de miembros del Gremio en posiciones de poder.
Tampoco formará n parte del consejo. Guardias, retiren a estos pará sitos de la sala de
guerra—.
Estaba claro que los miembros de la junta no sabían có mo reaccionar ante el cambio
repentino, ya que ninguno de ellos pudo defenderse antes de ser expulsados de la sala.
Así de fá cil, las ú nicas personas que quedaban eran aquellas que tenían un interés
personal en aumentar el poder de su gremio (y el suyo propio). Aten miró a las
personas silenciosas que permanecían y sonrió .
—Lamento que tuvieras que ver ese disgusto, pero creo que esto contribuirá a un
futuro mucho má s exitoso—. Ató n hizo un gesto para que se prepararan algunos
documentos y selló lo que acababa de ordenar. —Ahora, me gustaría discutir mis
planes para el futuro cercano con todos ustedes—.
Cuando Joe finalmente pudo salir de la tienda de mando, su cabeza daba vueltas pero
estaba sonriendo con orgullo. Seguir a un líder fuerte siempre le había dado una
poderosa oleada de motivació n. Su papel era claro: Joe debía salvar lo que pudiera de
los edificios dañ ados, trabajar con el gremio y su aquelarre para diseñ ar e
implementar medidas defensivas, y una vez que todo estuviera listo... llevar el poder
del gremio a nuevas alturas. .
—¡Estoy tan lista para esto! ¡Arreglemos a esos chicos malos! Joe reunió a su
aquelarre y los llenó durante aproximadamente la siguiente hora, después de lo cual
trabajaron para ayudar a Joe a crear un ritual de reparació n estructural. Joe explicó los
pasos que estaba siguiendo para hacer todo y pareció animarles. Joe estaba contento.
Por mucho que le encantara aprender, también le encantaba enseñ ar. De hecho, si las
cosas hubieran sido diferentes para él, le hubiera encantado ser profesor.
—¿Qué puedes ver en el diagrama aquí?— Joe señ aló una pequeñ a doble hélice que
rodeaba todo lo demá s en el ritual, luego miró a los demá s.
—El oficial se clasifica como ritual, ya que ese es el cuarto círculo. ¡Auge!— Kirby
levantó el pulgar y esperó la confirmació n.
Joe parpadeó ante la respuesta instantá nea y miró el ritual y luego a ella nuevamente.
—Bien. Sí, eso es técnicamente correcto, pero quise decir...
—¡Técnicamente correcto es el mejor tipo de correcció n!— Kirby también levantó la
otra mano, mostrando un doble pulgar hacia arriba. Después de dejar que Joe
farfullara por un momento, ella resopló y dejó caer las manos. —Estoy bromeando. En
serio, eso es lo ú nico que puedo sacar de este diagrama ritual. Demasiado avanzado
para mí—.
—Bien. Mmm. ¿Alguien mas?— Joe intentó no reírse, ya que eso só lo fomentaría má s
ridiculeces. Esperar. ¡Eso fue algo bueno! Dejó escapar una suave risa y Kirby se
iluminó de inmediato.
Hannah se inclinó e hizo una suposició n fundamentada. —Bueno… ya sabemos lo que
hace este ritual, ¿verdad? Repara edificios dañ ados . Entonces, ¿supongo que esta
parte del ritual realmente hace que eso suceda?
—¡Correcto! Totalmente correcto, esta vez—. Joe le guiñ ó un ojo a Kirby. —Mira aquí.
Esta secció n revisa el edificio en busca de dañ os. Este contiene todos los recursos o
componentes necesarios, el tercer círculo extrae todo lo que está demasiado dañ ado
para salvarlo, y la parte que parece ADN toma esos recursos y los une, con suerte, de
manera impecable con los materiales de construcció n que ya está n en su lugar—.
—Escuché que puedes simplemente dejar caer un edificio, recuperar todo lo que se
usó para construirlo y luego volver a armarlo sin problemas—. Cuando Big_Mo hizo
una pausa, Joe asintió para que continuara. —Solo toma unos minutos hacer eso
después de que se haya elaborado el diagrama del ritual, así que ¿por qué no hacerlo
en su lugar?—
—¡Gran pregunta! Amigo, un café para él, por favor—. Joe hizo un gesto con el brazo y
apareció un elemental de café significativamente má s oscuro, burbujeó alegremente y
desapareció después de llenar la taza que Joe estaba sosteniendo. Big_Mo tomó la
bebida con cautela, sin saber qué decir. —Hay dos problemas con este plan y una cosa
que no sabes. ¿Alguna suposició n?
—¿Inversió n de tiempo?— Taka gruñ ó desde su silla. É l era el ú nico que no estaba de
pie mirando los nuevos planos.
—Ese es uno.— Joe asintió hacia el guerrero-ritualista sentado. —Cada ritual necesita
un modelo, y cada ritual en sí es ligeramente diferente debido a eso. En otras palabras,
la producció n en masa no es posible a menos que fabriquemos gran parte del mismo
edificio—.
—Supongo... ¿coste?— Robert preguntó después de que pasó un momento de silencio.
—¡Sí!— Joe señ aló el nuevo diagrama ritual. —Tanto la Reparació n Estructural como
la Furia del Arquitecto son rituales clasificados como Oficiales. Justo
—No hay elecció n real—. Mike se sentó en un banco y los observó mientras
trabajaban para darle los toques finales al má rmol.
Cuando terminaron, el bloque de má rmol, que antes era de un blanco puro, estaba
cubierto de grabados formulados en negro. Joe hizo que se reunieran alrededor y
comenzó a verter maná en él. Con seis personas impulsá ndolo, el ritual pronto estuvo
listo para su uso. —Este es un ritual extrañ o, ya que só lo requiere componentes de
activació n muy bá sicos. Un nú cleo, luego medio kilo de hierro, agua, madera y carbó n.
¿Por qué sería ese el caso... Kirby?
—Supongo que porque se necesitará n componentes y recursos para usarlos, no solo
para activarlos—. Kirby respondió fá cilmente.
—Creo que eso es exacto—. Joe asintió hacia los edificios dañ ados por el fuego frente a
él. —¿Deberíamos intentarlo?—
¿Activar Ritual de Reparación Estructural? Sí No.
—Sí.—
Seleccione la estructura dañada objetivo.
Joe señ aló el edificio frente a él. Fue suficiente. Comprobación...
Un anillo de luz barrió el edificio durante treinta largos segundos. Joe sintió un tiró n
en su maná y gruñ ó , al igual que los demá s.
No se puede reparar la estructura. La integridad estructural es inferior al 50%.
Seleccione un nuevo objetivo.
Joe compartió la noticia con los demá s y seleccionó un nuevo edificio. —Bueno...
parece que, después de todo, tendremos que acabar con algunos de ellos—.
En el campo de entrenamiento, se puso en posició n y las brasas comenzaron a ser
paleadas sobre el escudo que sostenía en el aire.
Diez minutos después, le ardían los brazos. Literal y figurativamente. Veinte añ os y se
estaba preparando para seguir adelante con su día. Treinta y las brasas se estaban
calentando mucho má s. A los cuarenta y cinco añ os, casi arrojó el escudo a un lado y
siguió adelante. Su fuerza de voluntad se negó a permitir que eso sucediera, lo que
significó que aguantó todo el tiempo requerido , apenas unos cincuenta y cinco
minutos.
¡Entrenamiento característico completado! ¡Fuerza y constitución +1! ¡Estos no se
pueden aumentar mediante el entrenamiento durante 24 horas!
Aumento de habilidad: Cuerpo Artesano (Principiante 0). ¡Has dado un paso sólido en el
camino de refinar tu cuerpo y tu mente! Bonificación: a partir de este momento, las
bonificaciones de umbral por características le darán un pequeño porcentaje de
bonificación a las recompensas obtenidas.
Joe se sentó en el césped, jadeando mientras revisaba sus notificaciones. El entrenador
lo estaba mirando; Joe se había ganado la reputació n de ser un desertor y a ninguno
de ellos le gustaba trabajar con él en su entrenamiento. —¡Tenías cinco minutos má s
antes de llegar a la mitad del camino, hombre! ¿Por qué haces doble entrenamiento si
no puedes soportarlo? ¡Vaya a bombear un poco de hierro o acomó dese en una tina de
agua sobre el fuego si necesita hacerlo uno a la vez!
Joe ignoró las quejas, aunque era bueno conocer las opciones. ¿Por qué el
entrenamiento había durado tanto? Normalmente terminaba en la mitad de eso...
cierto. ¡Había llegado al siguiente umbral para ambos! ¡El tiempo necesario para
entrenarlos se había duplicado! Si no hubiera tenido su impulso cuatro veces, el
entrenamiento habría durado dos horas cada uno. Con ese bono, sumado a su Cuerpo
Artesano, cada característica tomó … ¿veintisiete minutos? Evidentemente, ya que
estuvo entrenando de dos en dos, cincuenta y cuatro minutos.
Joe revisó su habilidad y estuvo realmente tentado de comenzar a agregarle puntos de
habilidad, pero se obligó a no hacerlo. Al menos no todavía. Se vistió y se alejó ,
reflexionando sobre qué debería estar haciendo. Su equipo se había dividido
temporalmente a raíz del ataque, y cada uno de ellos sentía la necesidad de
concentrarse en sus habilidades individuales y aumentar sus niveles. Joe no había
luchado en lo má s mínimo; él sentía lo mismo que ellos.
—¡Tú allí!— Una voz sacó a Joe de sus pensamientos. Un hombre de cabello oscuro lo
enfrentó con cara seria. Llevaba ropa de cuero y llevaba consigo una extrañ a variedad
de armas. —¡Pareces alguien a quien le vendría bien un poco de entrenamiento extra!
¿Te gustaría unirte a mí, maestro de armas Everard, para algunas demostraciones?
Algunos niveles má s. La rareza es alta, pero los materiales en sí son só lo... normalito. Si
haces mazmorras o vas a tiendas personalizadas de mayor escala, puedes reemplazar
esto con un complemento. Entonces… mi recomendació n sería el entrenamiento con
—armas de asta—.
—Eso te cubriría para lanzas, bastones y alabardas—. Everard esbozó una pequeñ a
sonrisa por primera vez desde que Joe lo conoció . —¿Qué piensas? El dominio del
bastó n sería mejor para esa arma específica , pero mantengo mis palabras. También
creo que a algunos de los suyos les tranquilizaría recibir algunos golpes delante de
ellos. Tu sabes. Déjalos liberar vapor sin atacarte por sí mismos—.
—¿Crees que esto sería tan ú til?— Joe sabía que se estaba dejando convencer. No fue
por los descuentos. Totalmente no. Acompañ ó al maestro de armas cuando el hombre
asintió sombríamente. Joe fue conducido a la plaza, donde ya esperaba un gran grupo
de personas . Algunos aplaudieron y algunos incluso repartieron monedas.
—¿Está s listo para verlo sangrar?— Everard gritó a la multitud, que parecía estar lista
para responder al instante.
—¡Sí!— Fue la respuesta, haciendo volar algo de hollín.
—Sí—. Joe murmuró mientras miraba a todas las personas que querían verlo sufrir.
Realmente no tenía idea de quiénes eran la mayoría de ellos. —Estoy empezando a
pensar que esto-—
—Levanta tu bastó n, coló cate así... el pie izquierdo un poco má s atrá s, ahí lo tienes—.
Everard hablaba con una voz tranquila que só lo Joe podía oír entre la multitud que lo
abucheaba. —Te voy a golpear ahora, así que intenta bloquear por encima de tu
cabeza—.
Everard se movió y Joe se giró para bloquear un ataque desde arriba, solo para que la
pesada espada de madera que Everard estaba usando se estrellara contra sus costillas.
Joe no sufrió ningú n dañ o, ya que su Caparazó n Exquisito estaba activo, pero miró
fríamente a Everard, quien se encogió de hombros. —Lecció n uno: no confíes en que
tu oponente te diga lo que está a punto de hacer. Apaga tu escudo o esto no significará
nada—.
Joe realmente no quería hacer eso, ya que el círculo de personas a su alrededor
parecía como si estuvieran a punto de apresurarse y golpearlo ellos mismos. Aú n así,
había llegado hasta aquí y literalmente no había nada de lo que no pudiera
recuperarse. La Cá scara Exquisita se desprendió , disolviéndose en motas de luz. —
Bien. Mano izquierda má s arriba en el pentagrama. No lo está s usando para canalizar
nada en este momento; Está s usando esto para ataque y defensa . Mantén las manos
separadas para que no pueda romperlas de un solo golpe—.
Entonces la espada empezó a balancearse. Con un crujido, se estrelló contra el dedo
meñ ique izquierdo de Joe. Si no hubiera pasado al nuevo nivel de constitució n , el
hueso habría sido pasta. Tal como estaban las cosas, Joe recibió una notificació n de
que se había roto. Gritó y la multitud rugió con aprobació n. Everard bajó la espada y
Joe se encontró mirando al cielo. —Mira ese juego de pies—.
Golpe tras golpe llovió , no con la intenció n de hacer demasiado dañ o, pero en una
pelea cada uno de los golpes lo habría hecho vulnerable a un golpe final. Aquí, fue
simplemente humillante. Joe se concentró en la espada que venía hacia él y vio algo...
diferente. Había una línea má s tenue en el aire detrá s de la espada, y cuando la
madera salió disparada y lo golpeó nuevamente, vio que la espada se hundió en él
antes de rebotar.
—¿Espejismo?— -murmuró Joe-.
—Oh, viste eso, ¿verdad?— Everard respondió uniformemente. —Bien. Só lo otro
truco. Buena suerte en esta.—
Esta vez la línea tenue estaba frente a la espada, y Joe se dio cuenta de que Everard
estaba cambiando su tá ctica lo suficiente como para que fuera casi imposible
adaptarse. Aú n así, Joe se las arregló , gracias a su destreza mayor de lo esperado por
Everard.
'Grieta*.
Joe bloqueó el ataque, sorprendiéndolos a ambos. No bloqueó el siguiente golpe, esta
vez en su muñ eca. Aú n así, se sintió algo satisfecho con lo que vio.
¡Estás entrenando bajo la tutela de un Experto! Modificadores de ganancia de habilidad
: Maestro experto, bonificación de aumento de habilidad de Ritualista, bonificación de
aumento de habilidad del Salón del Conquistador.
Habilidad adquirida: Dominio de las armas de asta (novato VI). Esta habilidad da un
pequeño impulso al uso de todas las armas de asta en combate cuerpo a cuerpo, tanto de
ataque como de defensa. Impacta alabardas, lanzas, bastones y cualquier otra arma que
se incluya en la categoría amplia de —armas de asta—. +ln% de precisión, daño
infligido y daño bloqueado al usar armas de asta, donde n = nivel de habilidad.
Joe se puso de pie, ajustando ligeramente su postura y la forma en que sostenía su
arma. Everard asintió levemente y se dirigió a la multitud: —¡Así, puedo convertir a
un mago que lleva un palo… en un guerrero que se especializa en combate con
bastones! ¡Ven a entrenar cualquier arma que quieras aprender en Weaponmaster
Everard's Stalle, que esperamos abrir pronto!
Hubo algunos aplausos, pero cesaron rá pidamente. La multitud no se dispersó , para
gran confusió n de Everard. —¡Oye, sigue adelante! ¡Apenas está magullado!
Everard sacudió la cabeza y abrió la boca, pero los demá s gritaron de acuerdo por la
primera voz. Se encogió de hombros y se volvió hacia Joe. —No te mataré ni dejaré
que lo hagan, pero necesito la opinió n pú blica de mi lado, y esta parece ser la manera
de lograrlo—.
—Dudar.— Joe respondió débilmente mientras la espada se acercaba a él mucho má s
rá pido que antes.
'Crack*, 'crack*, *crack*.
¡Has recibido 43 daños contundentes! ¡Aturdido!
Joe tropezó cuando el mundo pareció oscurecerse. Muñ eca, rodilla, sien. Joe cayó , con
la cabeza dando vueltas. Queriendo protegerse, pensó en usar Acid Spray, pero decidió
que usar algo así en un combate como este sería visto como demasiado despiadado.
Everard había estado en lo cierto. La gente parecía sentir una seria animosidad hacia
él; no hay necesidad de acumular má s sobre eso.
Se golpeó el pecho con una mano y se curó , luego se puso de pie de un salto. Everard
se rió entre dientes: —¡Parece que puede sufrir má s dañ o del que esperá bamos!—
El grupo aplaudió y Joe tragó profundamente. Entrecerró los ojos y se propuso
hacerse má s fuerte. Si tuviera que luchar, aprendería todo lo que pudiera. Joe recibió
golpe tras golpe, pero casi cada vez que lograba bloquear uno, su nivel de habilidad
aumentaba. Cada vez que su salud empezaba a empeorar demasiado, se curaba.
Pronto Everard frunció el ceñ o. —Si no bajas, tendré que hacerte caer—.
—No quiero desperdiciar mi primera sesió n de entrenamiento gratuita—. A Joe le
salía sangre del labio roto. —Soy un avaro, ¿recuerdas?—
Los siguientes golpes fueron mucho má s fuertes y rá pidos, y Joe se vio obligado a
concentrarse en curarse hasta que Everard retrocedió . —En serio, Joe. Solo para.—
—No puedo hacerlo en este momento—, respondió Joe después de escuchar a la gente
pidiendo a Everard que le golpeara la cara.
—Entonces lo siento por esto—.
¡Soul Forge está completo!
El mensaje bloqueó la visió n de Joe, y cayó en una direcció n mientras un diente caía en
otra. La multitud se quedó sin aliento cuando Joe escuchó un sonido de Everard que
había querido escuchar desde que comenzó la lecció n pú blica:
—¡Ay!—
Se estrecharon y Joe utilizó la Imposició n de Manos al mismo tiempo. —¡Ah! ¡Por qué
tu mano está tan viscosa...! Oh, me siento mejor—.
—Debería; Soy clérigo. Yo curo a la gente—. Joe hizo que su bastó n desapareciera en
su ring.
—¿Clérigo? Me dijeron que eras un mago—. Everard ofreció planes para entrenar
poco antes de partir y Joe revisó sus notas de habilidades.
Dominio de las armas de asta (Principiante III).
No hay bonificació n, pero al final estaba usando su bastó n como una persona que
había entrenado durante meses, en lugar de solo unos pocos minutos. Ese hombre
tenía talento y Joe se aseguraría de que el gremio supiera có mo atraparlo lo antes
posible. Ahora Joe quería profundizar en su nueva habilidad. Como no había nadie má s
con quien hablar, llamó a Mate y habló con el elemental del café.
—Piensa en esto conmigo. Retaliation of Shadows... veamos... en el Aprendiz tres,
parece que devuelves hasta el veintiuno por ciento del dañ o recibido, hasta un
má ximo de doscientos diez dañ os totales—. Joe pensó en los porcentajes y asintió
pensativamente: —Interesante. Puedo hacer má s dañ o directamente a la armadura
con Acid Spray, pero falta una cosa que lo hace extra poderoso—.
Mate burbujeó con curiosidad y recibió una palmadita por saber escuchar. Joe se frotó
las manos alegremente: —¡Piénsalo, amigo! ¡Le falta un límite de objetivos
simultáneos! Ojalá nunca tenga cientos de personas pegá ndome al mismo tiempo, pero
si lo hago... les causaré... oh... un ligero inconveniente. Antes de morir. Bien...
necesitaría acumular todo ese dañ o. Puedo ver los inconvenientes. Supongo que es por
eso que cayó a Legendario en lugar de tomar el rango Mítico má s alto. Gracias por
ayudarme a resolver esto. Vamos a ver...—
Mate asintió sabiamente, dando vueltas en su lugar.
—Tengo que renunciar al quince por ciento de mi maná total, pero luego no se
necesita maná para funcionar. Eso es... trescientos cuarenta y seis maná para
represalias ilimitadas. Buen comercio. ¿Debería trabajar para mejorar mis defensas
ahora o encontrar un mejor estilo de lucha que incorpore esto? Joe só lo tardó un
momento en decidirse. —La mejor manera de sobrevivir es no recibir golpes. Nuevos
hechizos son el camino a seguir, tal vez má s entrenamiento con armas de asta má s
adelante. Bien. Ahora...—
—¡Oh, lo sé!— Joe chasqueó los dedos y se dirigió al Templo, decidiendo pasar por
Ardania. Había llegado el momento de comenzar su viaje con el encanto.
Cuando el sol empezó a ponerse, Joe reapareció en el templo y se desplomó en el suelo
con un gemido. El Encantador no había sido
amable, y había exigido que Joe demostrara toda su habilidad actual para encantar.
Luego, se había tomado la mayor parte del tiempo juntos para mostrarle a Joe por qué
sus métodos eran peligrosos, ineficaces o ambas cosas. Joe incluso se había
derrumbado y le había mostrado al hombre su encantamiento para crear Baterías de
Mana en un intento de ganarse algo de respeto.
En cambio, el Enchanter se había puesto tan furioso por el potencial desperdiciado de
los Nú cleos que había echado a Joe del edificio. Terra le dijo a Joe que regresara
después de un día para darle al anciano la oportunidad de calmarse. Actualmente, Joe
estaba acostado, tratando de descubrir por qué estaba tan abatido. —Todo eso... y ni
un solo rango de habilidad en Encantamiento—.
Había habido una ganancia, y Joe estaba casi avergonzado por lo precisa que debió
haber sido la retroalimentació n para llevar su habilidad desde la inexistencia hasta...
Habilidad obtenida: Conocimiento encantador (Principiante II). Te permite ajustar los
encantamientos que encuentres o crees. Puede aumentar la potencia de los -
encantamientos y/o disminuir el costo de crear encantamientos.
—¿Por qué odio tanto tener una habilidad de Lore?— Joe se enderezó y se frotó los
ojos.
—Finalmente, algo con lo que puedo trabajar—. La voz retumbó en la habitació n y Joe
sintió una enorme cantidad de furia brotando dentro de él. Justo antes de ponerse de
pie para atacar al intruso, se contuvo y se dio cuenta de que la emoció n ciertamente no
era natural.
—OMS-—
—Soy Tommulus, deidad del fuego y la ira—. La voz provenía de ese altar, donde una
llama rojo sangre ardía sin parpadear . También se había vuelto má s tranquilo y las
emociones turbulentas ya no afectaban a Joe. —Tengo una oferta para ti.—
—Interesante.— Joe se alisó la bata y se puso de pie. —¿Porqué ahora? Has estado
aquí desde que construí este templo y nunca antes has hablado. ¿Qué cambió ?—
—Tu, por supuesto. ¿Cuá ndo has estado aquí antes, lleno de furia y vergü enza? La
deidad no pareció tímida, sino que enumeró hechos aparentes. De hecho, la voz era
honorable; algo que esperaría de un noble paladín. —Te tumbaste en el suelo de mi
templo, enfurecido por tu falta de conocimiento y lleno de ira por haber sido golpeado
pú blicamente como si fuera una alfombra . Si no hubieras venido aquí hoy y hubieras
reconocido tus sentimientos y los hubieras superado como un adulto, ¿quién sabe
cuá ndo habríamos hablado?
—Primero, ay—. Las mejillas de Joe estaban sonrojadas y estaba lleno de vergü enza
porque sus defectos se mostraban tan claramente. —En segundo lugar, es bueno saber
que había requisitos para hablar con las deidades—.
—Por supuesto que las hay. Incluso usted fue contactado originalmente solo porque
obtuvo acceso a una clase oculta. Occultatum tomó a la primera persona que cumplió
con su está ndar mínimo—. Tommulus dijo claramente.
—¿Eres el dios de la ira porque haces enojar a la gente, o…?—
—La verdad a menudo enfurece a quienes no pueden afrontarla—. Las palabras de
Tommulus hicieron que Joe se desinflara como un globo reventado. —¿Escuchará s mi
tarea o no?—
—Por favor siéntase libre.— Joe suspiró y agitó la mano para que la llama siguiera
hablando, pero después se dio cuenta de que esperaba que un fuego leyera sus
movimientos. La magia era extrañ a.
—Bien. Necesito que ayudes a mi clérigo, Crimson Flame of Wrath—.
—Carmesí...? ¿Ese es el nombre completo de Crim? Joe contuvo la risa, pero apenas.
Iba a necesitar volver a estimar la edad de Crim cuando se volvieran a encontrar.
—Sí.— Tommulus entonó solemnemente. —Existe una oportunidad para que Crim
obtenga una especializació n que también te beneficiaría enormemente, pero creo que
ya tienes planes para tu propio avance. Hay otro grupo que busca la misma reliquia
sagrada, el Tomo Dorado del Favor Divino. Los has superado una vez antes y espero
que puedas hacerlo una vez má s—.
—Ya veo… ¿y a cambio?— Joe sabía que tenía que haber una recompensa por una
misió n como ésta, por lo que no se sentía tan mal por ser descarado al respecto.
Misión ofrecida: El Tomo Dorado del Favor Divino. Recupera el tomo de Crim, el clérigo
de Tommulus. Recompensa: ¡Tommulus te ha ofrecido la oportunidad de ganarte su
favor! ¿Aceptar? Sí No.
—No, inténtalo de nuevo—. Joe sacudió la cabeza y escuchó una leve risa en respuesta.
—Tenía que intentarlo. Haré una de tres cosas—. Tommulus dejó de hablar y apareció
una misió n frente a Joe.
Misión ofrecida: El Tomo Dorado del Favor Divino. Recupera el tomo de Crim, el clérigo
de Tommulus. Recompensa: 500 de oro por cada miembro del grupo participante. 5.000
experiencia. Solo Joe, elige uno: Hechizo de clérigo en el camino de la Ira. +5 en todas las
características. Divina Infusión xl. ¿Aceptar? Sí No.
—¿Qué es una Infusió n Divina?— Joe interrogó a Tommulus. Todo lo demá s fue
bastante sencillo, pero no tenía otra informació n .
CAPÍTULO VEINTINUEVE
La semana pasó en un torbellino de entrenamiento, estudio y prá ctica. La realizació n
de rituales se había dejado de lado en favor de adquirir las habilidades necesarias
para mejorar los rituales en un grado mayor de lo que permitirían los círculos
elegantes. Dado que Joe había dedicado todo su tiempo en Eternium hasta ahora a
círculos rituales, era comprensible (aunque frustrante) que las otras habilidades
tardaran tanto o má s en alcanzar las mismas alturas.
También había podido llevar su conocimiento arquitectó nico al principiante I, su
conocimiento alquímico al principiante V y su conocimiento encantador al
principiante III. Todos los aumentos se obtuvieron usando su habilidad Conocimiento,
que se había elevado a Principiante II debido a que todo el uso estaba cerca del Saló n
del Conquistador. Considerá ndolo todo, Joe estaba satisfecho con su crecimiento
durante la semana.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión I: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Profesión II: Alquimista ritualista
Nivel de personaje: 16 Exp: 152,143 Exp al siguiente nivel: 857 Nivel Rituarchitect: 5
Exp: 14,176 Exp al siguiente nivel: 824 Puntos de vida: 622/622
Maná: 1.137/1.755 (491 reservado)
Regeneración de maná: 36,68/seg.
Resistencia: 585/616,5
Regeneración de resistencia: 5,88/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 61 (2,11) Destreza: 70 (2,20)
Constitución: 62 (2,12) Inteligencia: 117 (3,17)
Matrices Mágicas (Aprendiz II).
Dominio de las armas de asta (principiante IX).
Experiencia de profesión obtenida (Alquimista ritualista): 1337 ¡El Alquimista
ritualista alcanza el nivel de profesión 2!
Estaba satisfecho con la mayor parte de su progreso, sobre todo con las Matrices
Má gicas. Parecía que afectaba a casi todos los intentos de creació n má gica y que se
consideraba una de las habilidades má s difíciles de desarrollar. Los profesores de Joe
lo habían elogiado por aumentarlo a este nivel, y Joe no tuvo el corazó n para decirles
que bá sicamente acababa de adquirir oficialmente la habilidad.
El disfrute de Joe se vio interrumpido cuando Alexis lo golpeó bruscamente para
recuperar su atenció n. —¡José! ¿Có mo te atreves a ignorarme así después de que yo
específicamente...?
—Ya es suficiente . Es hora de que descubra qué está pasando aquí—. Joe interrumpió
bruscamente a Alexis mientras centraba su mirada en ella. — Escaneo intrusivo—.
—¿Disculpe ?— Alexis comenzó a alcanzar su ballesta, solo para ser detenida
inesperadamente por Bard. Ella luchó contra él por un momento, pero para entonces
Joe ya había visto todo lo que necesitaba ver.
Alexis el Miasma.
Estadística más alta: percepción.
Efectos continuos; Sin haberlo visto. Confusión borrosa. Maldito (basado en elementos).
Bien hidratado. Bien adaptado.
Dejando a un lado el título interesante, Joe reconoció dos efectos positivos. Uno de él -
mismo, uno de Jaxon. Los otros tres efectos negativos... Joe se centró en ellos y
apareció una barra de informació n ú til.
Confusión borrosa (Percepción dos niveles por encima de la inteligencia): ¿Resolver el
problema? No puedo entender qué parte es el problema. No puedo compartimentar, lo
veo todo. Efecto: Migraña constante de bajo grado por pura sobrecarga sensorial. +5%
de probabilidad de no realizar ninguna acción que implique movimiento. Se actualiza
cada 0,001 segundos.
Vista invisible (percepción dos niveles por encima de la suerte): sí. Sé que ese dragón
estaba polimorfo y no quería ser visto, pero lo vi de todos modos, y por eso estamos
huyendo. Efecto: 1% para notar una verdad que nadie creerá.
Maldito (Anillo de coraje -maldito-): Este anillo de apariencia ordinaria garantiza
mejorar la confianza, ayudando al usuario a superar cualesquiera que hayan sido sus
miedos anteriores. Efecto oculto: Maldito. Este anillo logrará todos los objetivos
prometidos previamente haciendo que quien lo use sea agresivo y paranoico.
—Tengo buenas noticias y malas noticias.— comenzó Joe.
—La mala noticia es que está s a punto de morir envenenado—. Alexis le disparó un
rayo que rebotó en su caparazó n. Su sombra la arrojó al suelo en el mismo instante, y
Joe se alejó de la pequeñ a nube de veneno que surgió del punto de impacto.
—¡Tienes una maldició n sobre ti!— Joe le gritó a Alexis mientras ella rodaba para
ponerse en una mejor posició n de disparo. Esto la hizo detenerse por un momento y
Joe se tomó el tiempo para explicarle sobre su anillo.
—¿Así que lo que?— Alexis decidió después de un largo momento de pensar. —¡Es
mejor de esta forma! Puedo tener conversaciones completas sin entrar en pá nico, ¡y
les agrado má s a todos ahora que les hago saber lo que quiero!
Bard tenía una gran sonrisa en su rostro mientras caminaba hacia ella. Extendió los
brazos y la abrazó con fuerza. —¡Te dije que me gustabas tal como eras! Me
preguntaba dó nde nos equivocamos tanto que ya no te gusto. Todavía te gusto, ¿sí?
—Yo... ¡por supuesto que sí!— Alexis exigió con impaciencia. —¡Es por eso que obtuve
este anillo de coraje en primer lugar! ¡Necesitaba poder mostrar afecto y hablar en
pú blico!
—No—. Bardo negó con la cabeza. —Eso no es algo que puedas omitir. Son largos
meses o añ os de trabajo, 'Lexis. Hablar en pú blico es difícil y da miedo. Má s allá de eso,
¿por qué piensas que quiero que hagas algo que no quieres hacer? Si no quieres ser
sensiblero en pú blico, ¡respétalo! Si es algo que quieres , podemos trabajar en ello a un
ritmo có modo—.
—Yo...— Alexis se sonrojó enojado. —No importa, el anillo no se sale—.
—Esa sería la maldición—, murmuró Joe en voz muy baja; después de todo, ella
todavía le apuntaba con su ballesta. —Alexis, creo que también has estado teniendo
una migrañ a leve durante un tiempo. Eso es una desventaja—. de tener tu percepció n
dos umbrales por encima de la inteligencia, al igual que Jaxon tiene una desventaja de
carisma—.
—¡Hola!— Jaxon llamó alegremente. —¿Qué está pasando ahora? ¿Joe estaba
practicando acrobacias? ¿Puede caer?
Joe también miró a Poppy, pero el hombre saltó y rodó detrá s de Bard. —¡Mantén tus
ojos en ti mismo! ¡Algunos de nosotros no queremos compartir todos nuestros
defectos y secretos!
—Me parece bien. Só lo estoy tratando de ayudar. ¡Has estado muy paranoico y de mal
humor, y esperaba poder ayudarte! Joe se encogió de hombros y empezó a caminar
después de quitarse el polvo. —Descubriremos una manera de deshacernos de esa
maldició n, Alexis. Si es lo que quieres.—
Alexis miró a Bard, quien le sonreía felizmente por primera vez en casi una semana. —
Creo que eso sería lo mejor. Debería trabajar en mí mismo si quiero ser una mejor
persona, en lugar de depender de que algo me —dé— lo que quiero—.
—¡Tan maduro!— La voz de Jaxon sonó . —Entonces, volvamos al momento presente.
Joe, ¿có mo sorteamos el bloqueo? ¿Les dejamos saber que tenemos una misió n o qué?
—¿Bloqueo?— Joe notó de qué estaba hablando Jaxon de inmediato. Un muro de
guardias de la ciudad desviaba a la gente por otros caminos, lejos del Templo. Joe se
acercó al primero de ellos y le ofreció un saludo. —¡Buenos días caballeros! ¿Puedo
preguntar por qué esta carretera está cerrada?
—¿José? ¡José! ¡Que bueno verte!— El guardia estrechó la mano de Joe con
entusiasmo. —¡Nunca tuve la oportunidad de agradecerte en persona por sacarme del
abismo, y en tu primer día en este mundo, ademá s! ¡Significó mucho para mí y mi
esposa me ha estado presionando para que vaya a buscarte durante semanas!
—Entonces... ¿tú debes ser Bobby?— Joe agradeció profusamente su enorme puntaje
de inteligencia, ya que le permitió recordar cosas que debería haber olvidado hace
mucho tiempo.
—Tú ...! ¡Sí! Lo soy, y no puedo… no puedo agradecerles lo suficiente—. Bobby, el
guardia de la ciudad, estaba agarrando la mano de Joe con demasiada fuerza y sus ojos
se estaban enrojeciendo. —Si alguna vez necesitas algo de mí, eso está dentro de mi
poder...—
—Bueno, estoy tratando de llegar al Templo para completar una misió n...—, afirmó
Joe de manera líder.
—Ah...— Bobby sonrió con tristeza. —Por orden del Sumo Clérigo Real, las rutas al
templo será n completamente inaccesibles a menos que alguien tenga una orden de
paso—.
—Veo.— Joe miró hacia arriba y a su alrededor. —¿Pero es ilegal pasar por delante de
ti o ir al Templo?—
Bobby enarcó una ceja y luego miró el brillante ojo dorado en la frente de Joe. —
Pensamiento interesante… déjame decirte nuestras ó rdenes exactas. Debemos hacer
una barricada y evitar que cualquiera que veamos nos pase. Ahora, todos miramos en
esta dirección y ninguno de nosotros mira hacia atrá s. Hay arqueros en lo alto de los
edificios, y si vemos que alguien intenta pasarnos, debemos detenerlo. Pero digamos
que ya vemos a alguien en la zona. Vaya, simplemente tendríamos que asumir que se
supone que está n allí, mientras recopilamos las ó rdenes de paso a medida que la gente
pasa—.
CAPÍTULO TREINTA
—¡Gas, gas, gas!— Bobby, el guardia, gritó mientras una ola de humo de carbó n se
acercaba hacia ellos. Sabían lo que se avecinaba, ya que habían estado lo
suficientemente cerca como para escuchar toda la conversació n. La calle se llenó de
pá nico mientras todos los que estaban cerca intentaban evitar el veneno que flotaba a
su alrededor. Después de só lo dos segundos, los guardias fueron devorados y
atrapados en la oscuridad. Só lo unos segundos después de eso... el humo se disipó .
—¿Todos bien? ¿Qué pasó con el veneno? Bobby miró frenéticamente a su alrededor.
Miró hacia atrá s y casi gritó cuando vio que el equipo de Joe se alejaba rá pidamente.
Resoplando por la nariz, se dio cuenta de que habían sido engañ ados, engañ ados y
posiblemente engañ ados . —¿Entonces eso fue só lo una cortina de humo? Pequeñ o
astuto...—
Joe se reía tanto que tuvo que esforzarse para mantener el equilibrio mientras se
movían. —¿Có mo se les ocurrió algo así en los pocos segundos que estuve hablando
con él?—
—¡Fue fá cil cuando me di cuenta de que quería que no pudieran vernos!— Jaxon
explicó seriamente.
—Era una enorme cortina de humo que estaba madurando—, refunfuñ ó Alexis. —Si
hubiera madurado completamente, podríamos haber obtenido el triple de efecto por
una cuarta parte del importe—.
—¿Para qué tener algo si no lo vas a usar?— Jaxon preguntó mientras corrían hacia
los inminentes terrenos del templo. —Parece un desperdicio. 'Oh, invertí en un vino
raro. ¡No! ¡Ni se te ocurra abrir esa botella!' ¿Ves lo que quiero decir? Es un
desperdicio de dinero tener algo y no usarlo—.
—Correcto, pero esto estaba madurando para que pudiéramos- —
—¡Alto ahí!— Tres hombres vestidos con tú nicas rojas aparecieron frente a ellos con
un destello de fuego. —¡El Templo está cerrado y no podéis entrar!—
—¿Quién eres tú para detenernos?— Joe exigió .
El hombre del medio respondió con orgullo: —¡Somos la Inquisició n !—
Joe asintió , —Ah. No te esperaba…—
—¡Nadie lo hace nunca!—
—...incumplir la ley y prohibir la entrada, ya que es un crimen contra el reino —. Joe
terminó su frase.
—¡Pah! ¿Así que lo que? Para cuando algunas personas al azar encuentren una manera
de quejarse, habrá ...
Joe señ aló su frente, donde estaba impreso el ojo brillante que indicaba su estatus de
'Familia Real Ampliada'. —Si puedo entrar al Templo, no habrá razó n para que use
todo el poder de los asuntos internos contra la Inquisició n, ¿verdad?—
Hubo una pausa significativa, donde los tres hombres claramente debatieron si
rechazarlos o directamente matarlos. —Bien. Pero debes saber que has recibido
atenció n desfavorable por parte de Elemental Fire—.
Disminución de reputación: -200 reputación con la Deidad 'Fuego Elemental'. Nuevo
rango de reputación: Cauteloso.
—Bueno, eso parece arbitrario—. Joe los miró a los tres. —Ustedes fueron los que
violaron la ley. ¿No deberían los seguidores de Elemental Fire ser neutrales y no
tender hacia el mal? Si me preguntas, creo que te está s desviando de la neutralidad—.
Como Campeón Elegido de Occultatum, has disminuido la reputación de los tres
seguidores de Elemental Fire en -800. Su nuevo rango con Occultatum: Cauteloso.
Se les salieron los ojos de las ó rbitas, pero Joe estaba demasiado interesado en el
hecho de que podía disminuir su reputació n como para escuchar má s tonterías. Su
grupo entró al templo y apareció un mensaje.
Actualización de la misión: El tomo dorado del favor divino. ¡Has pasado los primeros
barrotes de entrada y has llegado al Templo por las buenas o por las malas! ¡Ahora que
has intervenido, tu grupo tendrá automáticamente la opción de teletransportarse a las
Tierras Sagradas cuando se abra!
—¡Cómo te atreves a entrar en este lugar!— Una voz bramó , sacudiendo a Joe y su
equipo hasta lo má s profundo. Había una enorme cantidad de poder en esa voz, y...
algo má s. Algo que realmente resonó en Joe. El hombre má s elegante que Joe había
visto jamá s se acercó a ellos, y cada movimiento fluía hacia el siguiente. Só lo había una
palabra para esta persona:
Mortal.
—Yo, Aaron Slender, Campeó n del Agua Elemental y Alto Clérigo del Reino, he dado
ó rdenes de que este día sea el ú nico día
¡Un añ o el templo estuvo prohibido para todos!— La voz de Aaron, a pesar de silbarles
, era lo suficientemente fuerte como para hacerlos temblar y casi caer al suelo. Joe
miró hacia arriba y vio a varios grupos usando esta distracció n para entrar y salir
corriendo del templo con sonrisas en sus rostros. —¡Por la presente te juzgo por
romper este orden sagrado! ¡Prisión de cavitación!—
El á rea se llenó repentinamente por un maremoto que convergió en su ubicació n. El
grupo de Joe quedó envuelto en una burbuja de aire, que se descomprimió
explosivamente.
Daño recibido: 0 (3000 contragolpes)
El agua desapareció y Aaron cayó de rodillas y vomitó sangre. Sus tímpanos habían
estallado y le sangraban la nariz y los ojos. Incluso había líquido goteando debajo de
sus uñ as. Antes de que alguien pudiera hablar, les apareció a todos un mensaje.
El Templo de Ardania ha sido durante mucho tiempo terreno neutral para todos los -
Campeones. Cuando se abre el acceso a las Tierras Sagradas, todo el panteón hace
cumplir esta ley. No se atacarán unos a otros dentro de estos muros.
Aaron se desplomó en el suelo por completo, la espuma se mezcló con la sangre que
brotaba de su boca. Joe corrió y golpeó con la mano al clérigo caído. —¡Imposició n de
manos! ¡Arreglar!—
—Joe, ¿qué está s haciendo?— Poppy se sorprendió ante el movimiento instantá neo de
Joe para salvar a alguien que había intentado matarlos.
—¡Este tipo no es un jugador! ¡Si muere, se habrá ido! ¡El reino perderá un aliado
poderoso y habrá muerto sin una buena razó n! Los ojos de Joe estaban duros mientras
usaba sus hechizos curativos lo má s rá pido posible. La condició n de Aaron se
estabilizó y pronto ya estaba simplemente durmiendo en el duro suelo de piedra. Joe
cayó al suelo, incluso cuando la sangre en el á rea se secó y se desprendió gracias a su
aura. —Creo que está bien, pero esa fue una reacció n desagradable al hechizo. Me
pregunto cuá nto dañ o sufrió —.
—Casi siete mil, repartidos en cinco segundos—. Aaron respondió por sí mismo
mientras abría los ojos de golpe. —Les agradezco su ayuda. Ciertamente habría
muerto aquí sin ti. Aunque no habría estado en esta situació n si no estuvieras aquí.
Aú n así… puede que haya sido demasiado apresurado en mi juicio—.
—Claramente.— Poppy llamó secamente.
—Al menos una docena de grupos entraron al templo mientras tú ... saludabas... hacia
nosotros—. Jaxon bromeó al afligido clérigo. —Si Joe no fuera
—¡Mírate!— La voz que gritó hizo que los oídos de Joe se animaran y encendiera fuego
dentro de su corazó n. Sam continuó hablando: —¡Eres como un centavo malo, siempre
apareces cuando quiero que te vayas!—
—Oh, genial, el mosquetero ha vuelto—, replicó Joe mordazmente. —¿No aprendiste
la lecció n la ú ltima vez?—
—Oh, seguro que aprendí la lecció n—. Respondió Sam con frialdad, inspeccionando un
estoque que de repente había aparecido en sus manos. —No confíes en que alguien no
te ataque cuando está s en tu punto má s débil y has gastado todo lo que tienes para
mantener vivo a tu equipo. Ademá s, espera que te roben a la primera oportunidad
só lo para llevarte lo poco que puedas sacar de una salida miserable—.
—Tú fuiste quien rompió su palabra—. La voz de Joe era fría y tranquila, por mucho
que quisiera gritar.
—Una promesa hecha bajo amenaza de que asesinaran a mi amigo no fue ninguna
promesa. Me tomó una hora eliminar ese título—. Sam le siseó a Joe. —¡Te enviaron
hacia y desde el Dun Geon, mientras nosotros luchábamos por nuestro derecho a estar
allí! ¡Creamos una situació n ú nica para abordar la mazmorra en lugar de simplemente
actuar como si todo esto fuera un juego! ¡Ese era nuestro premio y tú nos lo robaste!
¡La Tierra Sagrada pide campeones! ¿Quieres que tu grupo sea teletransportado? Sí No.
—Sí.— Dijeron Joe y Sam al mismo tiempo, mirá ndose el uno al otro hasta que se los
llevaron. Joe parpadeó rá pidamente para limpiarse las manchas de los ojos y luego
miró a su alrededor. É l y su grupo estaban sentados en sofá s y, por un momento, Joe
pensó que estaban en una sala de reaparició n. Entonces las antorchas comenzaron a
encenderse, comenzando cerca de ellos y perdiéndose en la distancia.
Bienvenido a la mazmorra de eventos: Tierras Sagradas. Esta mazmorra está llena de
artefactos que serán útiles para cualquier persona con una clase relacionada con lo
divino. La única salida es la muerte. Aunque no se perderá experiencia, esta mazmorra
estará cerrada para los participantes actuales hasta su reapertura dentro de un año.
Toda la experiencia y las habilidades obtenidas se calcularán al abandonar la
mazmorra. Sólo puedes abordar esta área con lo que tienes ahora. El nivel de monstruo
aumentará en uno cada hora, en punto. ¡Mejor empieza a orar!
CAPITULO TREINTA Y UNO
Poppy fue la primera en señ alar lo obvio. —¡Tenemos que empezar a movernos !
Incluso si todo aquí comienza en el nivel uno, só lo tendremos medio día antes de que
empiecen a alcanzarnos en los niveles. De alguna manera, dudo que algo que valga la
pena conservar solo esté protegido por algo del nivel uno, ¡así que eso significa que
debemos movernos aú n má s rá pido!
Por favor nombre su fiesta.
—¿Qué?— Joe dijo sin pensar.
Hay 27 partidos que intentan utilizar el nombre del partido 'Qué'. Por favor elija un
nuevo nombre.
—Clérigos sanos y extra amigables de felicidad, alegría, alegría—. Joe sing-sang con
firmeza.
Clasificación de la escala de recolectores para Party Extra-friendly: 40/40.
Clasificación Hunter Ladder para Party Extra-amigable: 40/40.
—¡Eso no es lo que yo dije!—
Cada cinco horas, todos los grupos que se encuentren entre los diez primeros en la
clasificación de cazadores se verán obligados a luchar contra otro grupo. ¡Obtén
clasificaciones de cazador destruyendo monstruos o miembros de otros grupos! Si
derrotas a un grupo, ¡puedes llevarte cualquier objeto que hayan obtenido mientras
estaban en la Tierra Sagrada! ¡Usa la clasificación de recolectores para elegir los grupos
que hayan encontrado buenos artículos!
—¿Está n dando incentivos para pelear entre ellos?— Alexis negó con la cabeza. —
Eso... um... eso realmente no está bien—.
—¡Alexis! ¡Te extrañ é!— Bard la abrazó con fuerza y giró a la mujer de rostro rojo
como una remolacha.
—¡Bardo!— Alexis le hizo un puchero mientras miraba a los demá s frenéticamente :
—¡Necesitamos movernos!—
—¡No me importa! ¡La maldició n se ha ido! Bard la apretó , todavía sosteniéndola en el
aire. Alexis se rindió y parecía simplemente intentar disfrutar del cariñ o.
—Muy bien, tortolitos—. Jaxon pinchó a Bard tres veces y luego sacó sus agujas de las
á reas que había golpeado un momento después. —Alli tu
combinado con las agujas. Sin embargo, venían má s y Joe no sabía qué podía hacer
para ayudar; Dark Lightning Strike tuvo un tiempo de reutilizació n de seis minutos.
Entonces recordó lo que había dicho Poppy, ¡que eran resistentes al dañ o físico a
menos que hubiera un nú cleo al que apuntar! Apuntó al primero y ladró : —¡Corify!—.
La baba se hundió unos metros cuando una parte de sus entrañ as se convirtieron en
un cubo. Joe golpeó el limo con su bastó n y el nú cleo en formació n fue arrancado de la
criatura, matá ndola instantá neamente y haciendo que el nú cleo sintético se
solidificara por completo. Joe levantó el puñ o en el aire y volvió a intentarlo. Esta vez
no se formó ningú n nú cleo, y Joe tuvo que afrontar el hecho de que en el novicio seis...
había muchas posibilidades de que la habilidad funcionara con muy poca frecuencia.
Aú n así, les dio opciones.
Joe retrocedió en la formació n, concentrá ndose en curar a su equipo cuando fuera
necesario. Durante la siguiente hora, atravesaron un incesante hilo de lodos. El tú nel
daba vueltas y torceduras, pero nunca hubo un momento en el que apareciera una
rama o rama. Finalmente, encontraron el final del tú nel y un conglomerado flotante de
limos. Joe usó el Escaneo Intrusivo y solo pudo ver el nombre de la criatura antes de
que comenzara a lanzarles ataques má gicos.
Laura, la reina angelical de la colmena de limo.
—¡Monstruo jefe!— Joe llamó mientras los demá s tomaban represalias o esquivaban
cará mbanos á cidos. Hubo algunos gruñ idos de reconocimiento, pero no se
pronunciaron má s palabras. La batalla fue muy sencilla: no dejes que el limo te
envuelva, esquiva los ataques y contraataca con los ataques má s poderosos que
puedas.
—¡Polvo de deshidratació n! ¡No respires esto! Alexis llamó mientras lanzaba un bote
al limo. Entró en el cuerpo, luego el poderoso efecto corrosivo del limo entró en juego
y destruyó el recipiente , liberando una rá faga de polvo presurizado. El polvo formó
espuma, absorbiendo líquido desde todos los á ngulos antes de que se volviera
demasiado pesado y cayera del limo flotante.
Los siguientes ataques golpearon superficies semisó lidas y la reina sufrió una gran
cantidad de dañ o. Se agitó y se condensó ; arrojando al suelo porciones que estaban
muy deshidratadas. Todavía tenía má s de seis pies de diá metro, ¡pero se estaban
logrando avances! Voló en el aire, se detuvo y luego se lanzó hacia el suelo. Cuando
golpeó , se convirtió en un charco gigante que bañ ó sus pies antes de volver a
succionarlos y convertirse en una bola gigante. Esto les infligió dañ o con á cido a todos
y tiró a los miembros má s ligeros al suelo.
Un espejo oscuro de Joe golpeó la colmena, y Bard usó la distracció n para gritar un
cá ntico, luego se lanzó hacia la criatura mientras se reformaba. Sus hachas brillaban y
logró dividir un gran trozo del cuerpo principal. El trozo parecía no tener voluntad y
chocó contra el suelo como agua normal; deformá ndose por completo. La reina
pareció molesta por esto y tomó represalias envolviendo a Bard por completo. En
poco tiempo, el grupo pudo verlo comenzar a disolverse junto con su equipo.
Joe apuntó a la reina presa del pá nico, —¡Corify!—
Falla. El equipo comenzó a atacar con todas sus fuerzas, pero pudieron ver el á rea
alrededor de Bard llená ndose de sangre. Pasaron cinco segundos y Joe volvió a
intentarlo. —¡Corificar!—
Esta vez hubo un claro disturbio. Joe apuntó al centro del movimiento y luego usó todo
lo que tenía para saltar a ese lugar. Se lanzó hacia la reina y emergió por el otro lado
con un gran cubo en sus manos; que rá pidamente guardó en su bragueta. La reina del
limo dejó de volar y cayó al suelo como un globo de agua. Aun así, Bard no se movió .
—¡Arreglar! ¡Imposició n de manos! Joe vio que la piel de Bard se reformaba donde
había aterrizado la Reparació n, por lo que supo que, como mínimo, el hombre todavía
estaba vivo. Fue necesario un poco de persuasió n y mucha curació n, pero Bard pronto
se recuperó . Después de que pudo levantarse nuevamente, el grupo buscó en la
habitació n y encontró varios elementos que no pudieron identificar. Casi todos
parecían ser complementos de algú n tipo: anillos, collares, pulseras y brazaletes.
Seguramente habría una utilidad para ellos, pero en este momento... no tenían idea de
cuá l podría ser.
¡Zona despejada! Para el grupo —Extra-amigable—, clasificación actual en la
clasificación de Hunter: 12/38. Clasificación en la escala de recolectores: 8/38. Tiempo
transcurrido: 1:38:56. Regresando a la zona segura en tres... dos...
En un momento, el equipo estaba nuevamente en el sofá de la zona de salida. Las luces
en el camino que habían terminado comenzaron a apagarse, dejando el pasillo en una
oscuridad turbia. Joe asintió con entusiasmo mientras el grupo se levantaba del sofá y
caminaba por otro pasillo. Durante las siguientes dos horas y media, despejaron otro
camino. Este tenía muchas habitaciones pequeñ as que se bifurcaban del tú nel, que
contenían tesoros o monstruos. Estos monstruos eran principalmente esqueletos
santificados, lo que hacía que Jaxon tuviera ataques de alegría. El jefe final apenas
necesitó ayuda de los otros miembros del equipo para caer, pero Jaxon reclamó la
mayor parte del botín.
Como el botín eran huesos sagrados, el equipo no luchó muy duro contra él. Estaban
de vuelta en el sofá y solo les quedaba un rato antes de
Descubrirían si se verían obligados a luchar contra otro grupo. Al final del tú nel, su
grupo logró ocupar el puesto nú mero diez en la lista de cazadores, pero se quedó en el
nú mero ocho en la lista de recolectores. Mientras se recuperaban, su rango de cazador
cayó a once. Corrieron por el tercer pasillo y comenzaron a aplastar pequeñ os
duendes que los atacaban con luz sagrada y relá mpagos.
El grupo no se molestó en recolectar restos, concentrá ndose por completo en destruir
monstruos lo má s rá pido posible. Su rango volvió al diez, luego bajó al once, una y otra
vez. A medida que transcurrían los ú ltimos segundos, se mantuvieron en la posició n
nú mero diez.
Resultados de Hunter / Gatherer al final de cinco horas: 34/10, 34/15. ¡Sigue trabajando
duro para mantenerte a la vanguardia! ¡Todos los grupos por debajo de la posición diez
en la escala de cazadores ahora se verán obligados a luchar contra otro grupo!
—¡Tó mate un respiro!— Joe dio una orden muy bienvenida. Gracias a la resistencia y
la regeneració n de maná , pudieron seguir adelante. Aú n así, Joe pudo ver que
comenzaban a aparecer pequeñ as desventajas debido a la tensió n y la resistencia
requerida. Podrían eliminarse fá cilmente con un largo descanso o una siesta, pero
hasta entonces estaban disminuyendo lentamente la regeneració n que los mantenía
en funcionamiento. —Necesitamos empezar a recolectar cosas nuevamente, o esto se
convertirá en un desperdicio gigante—.
Su ritmo disminuyó y el grupo se sintió mucho mejor después de un rato, gracias al
Aura de Neutralidad de Joe. Unos veinte minutos después, apareció un nuevo mensaje
que hizo que sus corazones se hundieran.
¡Batallas concluidas! Rango actual de Cazador/Recolector para el grupo 'Extra -
amistoso': 23/23, 22/23.
Jaxon resumió sucintamente los pensamientos de todos. —Bueno, ese plan fracasó —.
—Gracias Alexis. Ahora estamos detrá s, pero al menos no nos veremos envueltos en
una pelea con otros grupos mientras estamos noqueados—. La sinceridad de Joe hizo
que Alexis se sonrojara y se callara, y ella simplemente asintió en respuesta.
—Bueno, entonces eso es todo para nosotros, ¿no?— Poppy se dejó caer en el sofá y se
acostó . —Será mejor esperar y prepararnos para las peleas en unas horas. Al menos
estaremos descansados—.
—No, recuerda que solo podemos tomar un objeto de otro grupo si los vencemos—.
Joe señ aló a un pasillo diferente: —Vamos. Todavía podemos encontrar una manera
de conseguir un buen equipo y demá s. ¡Esta es una bú squeda del tesoro! ¡Vamos a
buscar algú n tesoro!
Todos estaban a bordo excepto Poppy. —Joe, piensa en esto de manera ló gica. ¿Todo
lo que hay allí será al menos ocho niveles má s alto de lo que empezó ? Ya hemos
despejado una sala só lo para encontrar un jefe derrotado y una trampa, ¿qué quiere
decir que no nos quedaremos atrapados luchando, só lo para no encontrar una
recompensa?
—Poppy, es mejor que simplemente darse por vencido—. Joe miró al Duelista y un
atisbo de sonrisa apareció en su rostro. —Sabes... ¿está s teniendo problemas para
despertarte?—
—No soy conocido como una persona mañ anera—. Poppy se acurrucó impenitente en
el sofá . —Siéntete libre de motivarme, jefe, pero me siento bastante có modo. Estoy
bastante seguro de que este sofá es la ú nica razó n por la que esta zona se considera —
santificada—. Es celestial—.
—¿Siéntete libre de motivarte? Puede hacer.— Joe asintió sabiamente mientras
sacaba a Mate de su manga. —Tengo una cura para lo que te aqueja, amigo. ¡Amigo,
usa hipercafeína!
No pasó nada y Joe tardó un momento en darse cuenta de por qué: se equivocó en la
habilidad. —Disparar. ¡Amigo, usa demasiada cafeína con Poppy!
Esta vez, chorros de líquido centelleante salieron disparados de Mate. El efecto
arcoíris no se parecía en nada al café, y Joe se dio cuenta de que estaba viendo có mo le
inyectaban cafeína destilada y purificada a Poppy. Con un grito, Poppy
repentinamente salió disparada del sofá y comenzó a vibrar. —¡Qué diablos…! ¡José!
¡No me siento lleno de energía! ¡Todo lo que pasó es que mi corazó n late con fuerza!—
—Baja el tono la pró xima vez—, le murmuró Joe a Mate, quien se balanceó felizmente
en su lugar antes de envolver el brazo de Joe, dá ndole un apretó n y luego pareció
evaporarse nuevamente en la manga de Joe. —¡Bien! ¡Vamos!—
—Votaré para echarte la pró xima vez que Alexis mencione el tema—. Poppy le
refunfuñ ó a Joe mientras éste agarraba su estoque y falló debido a sus nervios.
Alexis parecía afligida. —Yo... ¡yo no haré eso!—
Bard se rió mientras Poppy refunfuñ aba. El Duelista se movía rápido, y su estoque
parecía estar en todas partes al mismo tiempo, prá cticamente causando dañ o só nico
por lo mucho que vibraba. —Si muero por esta 'ventaja', Joe, tú será s el pró ximo en
caer—.
Estaban a toda velocidad a través del tú nel, aunque todos los monstruos estaban en el
nivel once. Las criaturas má s numerosas, con diferencia, eran las criaturas parecidas a
hadas. Cada uno de ellos parecía usar un elemento bá sico de magia imbuido de poder
sagrado, lo que hacía que su dañ o fuera aterrador. Sin embargo, eran frá giles. Con la
velocidad y precisió n de Poppy, combinadas con su rango de golpe crítico, las hadas
cayeron como moscas comunes.
Alexis y Joe estaban felices arrojando los restos de las hadas en sus bolsas. Cada uno
de los monstruos caídos dejó una pequeñ a bolsa de polvo de hadas; algo que Joe
reconoció como un componente raro pero a menudo necesario en varias recetas
alquímicas. A medida que pasó el tiempo, llegaron al final del pasillo... y escucharon el
sonido de la batalla desde la sala del jefe.
Joe se asomó a la vuelta de la esquina y confirmó que había un equipo en combate con
una Reina de las Hadas extragrande. En los pocos momentos que observó , el jefe usó
todos los elementos bá sicos, cada uno de ellos claramente imbuido de poder sagrado.
El dañ o má gico que el equipo debe sufrir debería ser enorme. Joe se centró en el Hada
y utilizó el Escaneo Intrusivo antes de comprometerse con cualquier acció n.
Ursula, Reina Seelie de las Hadas.
Estadística más alta: Sabiduría.
Antes de que pudiera obtener má s informació n, el Hada miró en su direcció n y
revoloteó hacia el otro lado de la habitació n, rompiendo su línea de visió n. Esto ayudó
al equipo que estaba en combate, pero preocupó a Joe. Como la reina estaba en
combate, alguien que la observara ni siquiera debería haberse dado cuenta. Aunque la
estadística má s alta mostrada fue la sabiduría, su percepció n no podía quedarse atrá s.
—Dos opciones, muchachos—. Joe miró a los demá s y les explicó su plan. —O nos
unimos al combate ahora y tenemos que lidiar con los dos grupos nosotros mismos.
O... esperamos hasta que un lado caiga y atacamos al otro de inmediato—.
—Yo digo que arrebatemos la recompensa—, afirmó Poppy al instante. —Déjalos que
se enfrenten y luego mataremos a la parte debilitada. Ellos llegaron aquí primero,
déjenlos pelear—.
—No, golpéalos a ambos mientras está n distraídos—. Bard no estuvo de acuerdo con
el luchador. —Nunca se sabe qué clase de recuperació n fuera de combate tendrá n—.
—Deberíamos...— Alexis miró a su alrededor, contando caras. —¿Dó nde está Jaxon?—
—Gatear—
—Nyahl—
Los gritos de batalla de las manos de Jaxon se unieron a la cacofonía de los efectos de
los hechizos y el choque del metal. Joe maldijo y entró en la habitació n. —Parece que
estamos peleando—.
Jaxon de alguna manera se había subido a la espalda de la Reina de las Hadas y sus
manos mordían sus alas, reduciendo en gran medida su movilidad. —¡Nadie debería
tener alas! Si quieres volar, ¡debes ser un pá jaro o construir un avió n! ¡Estos deberían
ser artificiales! ¡No, incluso entonces! ¿Eres un pá jaro? ¿No? ¡Entonces deja de actuar
como tal, cucaracha demasiado grande!
Parecía como si al otro grupo de personas le hubieran infligido un hechizo de
confusió n. El tanque principal del grupo miró al líder, un mago, en busca de ó rdenes.
El mago se encogió de hombros y lanzó un hechizo má gico neutral: Concussive Blast.
—¡Nuestra gente no, dispara a voluntad!—
El Hada y Jaxon fueron golpeados contra la pared. Jaxon se cayó de su espalda, pero
logró volar con él. Vino corriendo hacia Joe con la Reina corriendo tras él gritando
sangriento asesinato. —¡Joe, tira esto en una bolsa!—
Joe lo hizo, y tan pronto como el ala desapareció ... la reina Ú rsula hizo una pausa y se
puso roja de rabia. Una nova de llama sagrada explotó desde ella, derribando a
cualquiera que se hubiera acercado. Cuando Joe volvió a mirarla, se sintió enfermo. Su
piel estaba hirviendo, la carne se movía como si serpientes se deslizaran bajo la
superficie. Su tamañ o aumentó casi el doble, la ropa holgada que había usado ahora se
esforzaba por no rasgarse. El cabello de Ú rsula, antes dorado, se volvió negro. Los ojos
dorados se volvieron rojos y sus dientes rectos se alargaron hasta convertirse en algo
ante lo que un rape haría una mueca de dolor.
Joe logró escanear só lo el tiempo suficiente para obtener su nombre antes de que ella
atacara de nuevo, moviéndose en un instante.
Sabine, Reina de las Hadas Unseelie de una sola ala.
Sabine se abalanzó frente a Jaxon y le hizo profundos cortes en el pecho con sus
manos de tres dedos, haciendo que Jaxon cayera en un
rocío de sangre. Joe reaccionó instantá neamente, un hechizo de Reparació n alcanzó al
Monje incluso antes de que se pusiera de pie.
¡Cursetouch I ha inhibido la curación! ¡Los hechizos y objetos curativos tienen su efecto
reducido en un 50%!
—Bueno, heces—. Joe logró salir justo antes de que una patada directa lo alcanzara en
la cara y lo enviara contra la pared a media docena de pies de distancia. Una imagen
sombría de sí mismo apareció y abofeteó a la Reina, interrumpiendo su siguiente
asalto contra el ahora líder del partido.
Daño recibido: 0 (233 absorbido por Caparazón Exquisito).
¡Maldición resistió! (50% de resistencia a la magia oscura).
Mientras Sabine comenzó a atacar al equipo de Joe, el otro grupo tomó la iniciativa de
retroceder y sanar. Observaron al equipo de Joe con ojos enojados, aunque claramente
también se estaban burlando de ellos. Un guardabosques lanzó una flecha a Alexis,
pero sus palabras mordaces tuvieron má s impacto . —¡Deberías haberte ocupado de
tus propios asuntos! ¡ Ahora podemos limpiar después de que esa cosa borre a tu
grupo!
—¡Jaxon abisal !— Bard rugió , usando ambas hachas para bloquear las garras negras
que apuntaban a sus ojos. A pesar de que tuvo éxito , Bard patinó hacia atrá s unos
metros y una niebla negra pareció flotar dentro de él. —¡Esta maldició n se acumula!
¡Cuidado!—
Alexis estuvo frente a Bard de repente, y la enorme ballesta en su espalda se colocó en
posició n. Los ojos rojos de la Reina se entrecerraron cuando un enorme rayo voló
hacia ella, y logró atrapar el rayo justo detrá s de la cabeza con pú as. Aú n así, la fuerza
envió al Hada hacia atrá s y la puso al alcance de la otra parte.
Joe se dio cuenta entonces de que el Hada debía ser muy liviana, aunque su cuerpo era
casi del mismo tamañ o que el de un humano normal en ese momento. Aplaudió la
percepció n de Alexis y estaba a punto de felicitarla cuando escuchó sus suaves
murmullos. Estaba mirando a Sabine, —Petite doble cero, será mejor que te
mantengas alejada de mi... ¡ emulsiona!—
Una pequeñ a barrera de vidrio dentro del cerrojo que la Reina todavía sostenía se hizo
añ icos, y los dos líquidos almacenados en el pozo se mezclaron y estallaron en una
nube de humo rosa brillante. El otro equipo y el Hada gritaron cuando aparecieron
ronchas en su piel y Alexis hizo una mueca. —¡Lo siento mucho por eso!—
—¿Lo que acaba de suceder?— Joe preguntó mientras su equipo volvía a formar.
—Sí... ese es un veneno que pica realmente desagradable—. Alexis agarró a Jaxon y
tiró de él mientras intentaba correr hacia adelante. —¡Esperar! no tengo un
antídoto para eso, y si intentas picarte, ¡te morderá n diez ! ¡Tres segundos antes de
que no le salgan nuevos moretones!
Sabine chilló , alternando entre atacar a la otra parte y desgarrarse la propia piel. Las
líneas que dejaron sus garras rezumaban una luz oscura y Joe se dio cuenta de que ella
no era inmune a sus propias habilidades. Cada una de las personas impactadas por el
veneno gritaba, tanto de dolor como de furia. Parecía que los luchadores cuerpo a
cuerpo se habían vuelto locos, ignorando la defensa en un intento de causar el mayor
dañ o posible.
Los lanzadores de hechizos y los luchadores a distancia seguían interrumpiendo sus
propias acciones rascá ndose a sí mismos, y Joe decidió ayudar en la batalla
acercá ndose lo suficiente como para rociar a sus oponentes con á cido. Las heridas
abiertas se combinaron con las ronchas que picaban y el otro equipo se desesperó . Un
golpe, dos y algú n tipo de golpe llevaron a Sabine al suelo. El luchador levantó su
espada para dar un golpe de gracia, pero cuando su espada alcanzó el corazó n de
Sabine, ella desapareció en una bola de luz.
Otra bola de luz se dirigió hacia la posició n de Sabine, y en un momento aparecieron
Poppy y Sabine. La Reina ya no se movía, el estoque de Poppy la había inmovilizado
contra el suelo y derribado su barra de salud. —No es totalmente honorable, pero aun
así cuenta para proteger mi nivel—.
Jaxon se lanzó entre el furioso equipo, sus manos desgarrando la carne desprotegida
del sanador y mago. Cayeron en segundos ; sus compañ eros de equipo cuerpo a
cuerpo se vieron obligados a combatir con el resto del equipo de Joe. En menos de
treinta segundos, el otro equipo había desaparecido en motas de luz y a Joe se le
mostró una lista de los elementos que habían recolectado. Había algunos elementos
interesantes e incluso pudo ver una descripció n de lo que hacían.
Todo lo que habían recopilado hasta ahora tenía su descripció n oculta, y só lo podían
salirse del contexto y esperar haber recopilado algo bueno. Mientras Joe reflexionaba
sobre cuá l era la diferencia, apareció una notificació n.
¡Posición de cazador actualizada! Asignación de elementos aleatorios en diez segundos.
Asegúrese de elegir un elemento antes de este si desea algo específico . 9...
Joe rá pidamente eligió un caldero de la lista, ya que no se le había ocurrido nada má s.
Recordó algo de su libro de alquimia sobre calderos, y supo que Jake el Alquimista
cuidaba su propio caldero como si fuera una flor frá gil en lugar de una flor de cinco
estrellas.
Metal de cien libras, imbuido de magia que no podía ser dañ ado por un berserker de
nivel quince usando un martillo de guerra. El objeto apareció en su bragueta de
sujeció n, y trabajaron para recoger todo lo que no estuviera atornillado. Pronto la
habitació n quedó vacía y apareció una notificació n familiar.
¡Zona despejada! Para el grupo 'Extra-amigable', clasificación actual de la clasificación
Hunter: 17/22. Clasificación de clasificación de recolectores: 18/22. Tiempo
transcurrido: 9:38:56. Regresando a la zona segura en tres... dos...
*thunk* carnoso llamó su atenció n y el mensaje de teletransportació n desapareció . Joe
se giró hacia un lado para encontrar a Jaxon inmovilizado en el suelo por un Monje
familiar que enviaba continuos ataques a su costado, y Poppy había recibido un
martillo de guerra en el costado de su cabeza. Alexis cayó con dos flechas en el cuello y
Bard se lanzó al combate con un rugido.
El líquido brotó de las manos de Joe, pero la abominació n que era SamJKing arrojó un
papel al aire y el á cido de Joe cayó al suelo al encontrarse con un viento á rtico que lo
congeló . Joe vio el aire que rodeaba un libro flotante temblar como las secuelas de una
explosió n, y Sam asintió como si acabara de escuchar algo importante. —Tiene un
efecto de represalia, para todos. Sin grandes éxitos, muerte por mil cortes para ese—.
Después de que su grupo fue asesinado, Joe fue asesinado a golpes lenta y
cuidadosamente. De alguna manera, el otro equipo tenía acceso a muchas pociones
restauradoras de la salud; Entonces, aunque la sombra de Joe apareció y los abofeteó ,
y un Rayo Oscuro les hizo hacer una mueca de dolor, Joe solo tardó unos momentos en
perder su Caparazó n Exquisito. A partir de ahí, pasaron só lo dos segundos antes de
que cayera.
¡Te has muerto! Calculando... no se pierde experiencia. Se le ha prohibido la entrada a los
Terrenos Sagrados durante un año.
Calculando... objeto arrebatado por el grupo 'Manada de Lobos': Tomo Dorado del Favor
Divino.
Misión fallida: El Tomo Dorado del Favor Divino. ¡No has regresado con el objeto de la
misión! Regresa a un altar de Tommulus para obtener recompensas prorrateadas.
—Hay una lista donde podemos gastar puntos en cosas que no encontramos—. Bard
les informó alegremente mientras sus dedos movían una pantalla que só lo él podía
ver. —Aunque es muy caro.—
Cada punto extra podría tomarse como diez puntos de experiencia o una plata.
Después de la venta de todos los demá s artículos que tenía, Bard había acumulado
trece mil puntos en total. Tenía suficiente para llevar a un personaje de nivel cero
directamente al nivel quince si cobraba, pero solo tenía ojos para una opció n. Hizo su
elecció n y una luz dorada burbujeó en sus manos. Se formó en un hacha de dos manos;
cuyo peso le hizo gruñ ir.
—Ahora estamos hablando—. Bard movió el arma, dejando que uno de los bordes
afilados descansara en el suelo.
—¿Qué obtuviste, cariñ o?— Alexis preguntó cuidadosamente.
—¡Es un hacha triple !— Bard le dijo emocionado. Las expresiones en blanco a su
alrededor hicieron que el Skald resoplara, así que decidió mostrá rselo. Con el mango
apuntando al aire, rozó con sus manos el mango dorado y sonó un suave acorde. —No
só lo es un hacha que puedo usar para cortar y cortar, es un hacha. ¡Una guitarra
eléctrica! Bueno... ¿guitarra de maná ?
Estás bajo los efectos de Power Chord. Todo el daño infligido aumentó en un 5%.
—¡Ja! ¡Eso no es ni siquiera una canción ! ¡Eso es só lo un rasgueo inú til! Bard cantó
emocionado. —¡Solo espera hasta que descubra có mo usar Bestia para obtener el
mejor efecto! ¡Esa es un arma especial y ú nica para ti!
Joe quedó impresionado por la utilidad de lo que Bard había ganado, pero cuando
miró su propio saldo de puntos por debajo de mil, supo que no había nada que pudiera
ganar má s allá de arrepentirse si miraba la lista de opciones de compra. Tragó y salió
de las opciones de compra.
Puntos restantes: 861. ¿Convertir en experiencia o moneda?
—Experiencia.— Joe afirmó con firmeza. La siguiente pregunta que surgió hizo que se
le abrieran los ojos y gritó a todos que esperaran antes de decidir comprar cualquier
otra cosa.
¿A dónde te gustaría que fueran tus puntos de experiencia? ¿Nivel de personaje, nivel de
clase o nivel de habilidad?
—¡ Podemos convertir los puntos en experiencia para clases o niveles de habilidad !—
Joe explicó cuando recibió miradas extrañ as.
Nivel de clase seleccionado. Clase activa: Rituarquitecto.
—¡Esperar! ¡Atrá s! Solo les estaba diciendo que…— Joe se detuvo mientras observaba
có mo sus valores de puntos se esfumaban en la nada. Entonces, una luz plateada brotó
de él y se llenó de euforia.
¡Has alcanzado el nivel 7 como Rituarchitect! ¡Quedan 5.214 experiencias hasta el nivel
8!
Los rituales utilizados para construir estructuras ahora tienen una probabilidad fija del
10% de absorber una porción del maná invertido en el ritual, obteniendo un efecto
adicional. El efecto será aleatorio a menos que aprendas a estabilizar la extracción de
maná de los materiales.
—Bueno, eso es bastante bueno—. Joe estaba absolutamente eufó rico. Había ganado
dos niveles de clase solo desde-
Ahora cuantificando el crecimiento del evento 'The Hallowed Lands'. Calculando ...
¡5.355 experiencia ganada! Consulta la lista completa de monstruos derrotados
haciendo clic —aquí—.
Joe se saltó la lista y un aura dorada lo levantó del suelo y explotó a su alrededor
mientras lo elevaban al nivel diecisiete . Los miembros de su grupo estaban sufriendo
efectos similares y la energía combinada limpió el á rea circundante. Aterrizó de pie y
las notificaciones continuaron. Había tantos que simplemente se quedó mirá ndolos.
Cada habilidad que usó había aumentado en al menos un nivel de habilidad, incluso si
solo la había usado una vez.
La generosidad de las Tierras Sagradas ha aumentado la energía que puedes mantener.
¡El impulso se ha visto agravado por la bonificación de clase de Ritualista! Habilidades
aumentadas:
Reparar (Estudiante VII).
Imposición de manos (Aprendiz IX).
Aura de Neutralidad (Aprendiz VIII).
Corify (Principiante I). ¡Los núcleos creados ahora tienen un tamaño uniforme,
independientemente de la cantidad de experiencia que contengan! ¡Precaución, los
núcleos poderosos pueden causar ceguera si juegas demasiado con ellos!
Sentido Oculto (Aprendiz I). ¡Los objetos perdidos u escondidos por aficionados no tienen
ningún misterio para ti! Prácticamente te susurrarán y tendrás que ignorarlos
intencionalmente si no quieres molestarte en encontrarlos.
Represalias de las Sombras (Aprendiz VI). Recibir una pequeña bofetada feliz, ¿no? Sabes
que necesitas que te golpeen para poder subir de rango... ¿verdad? ¿O te están afectando
las conmociones cerebrales?
Dominio de las armas de asta (Aprendiz I). Quieres usar tu tonto bastón para golpear a
otras personas que tienen armas reales... está bien. Sí. vamos
mira a dónde va esto. Mientras usas un arma de asta, ahora tienes una probabilidad fija
del 1 % de desarmar a un oponente que esté usando un arma de una mano.
Manipulación de maná (Estudiante IV). ¡Más maná!
Coalescencia (Estudiante VII). ¡Maná más denso!
Spray ácido (Aprendiz II).
Golpe de relámpago oscuro (Principiante VII). Usted es atractivo. Para iluminar . Aun
así, es un comienzo.
Los avances fueron, en una palabra, increíbles. Especialmente en el caso de Dark
Lightning Strike, que directamente había duplicado su nivel de habilidad. Claro, había
usado todos estos, pero... ¡esto era demasiado! Los demá s también comenzaron a
murmurar sobre sus aumentos en tono emocionado. Las pupilas de Joe se redujeron a
puntos cuando tuvo un pensamiento inquietante. —Necesitamos irnos. Si esto es lo
que obtuvimos por estar en el medio del grupo, ¿con qué se quedará el equipo que
quedó en primer lugar? Creo que es posible que nos hayamos hecho algunos
enemigos…—
El consenso general fue que sí, era hora de irse. Joe se prometió a sí mismo que
volvería pronto para hablar con el poderoso clérigo de Elemental Water, pero por
ahora se contentó con observar su estado mientras huían hacia la seguridad de Towny
McTownface. Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual:
Rituarquitecto)
Profesión I: Académico Titular (Actual: Arcanólogo) Profesión II: Alquimista Ritualista
Nivel de personaje: 17 Exp: 157,498 Exp al siguiente nivel: 13,502 Nivel Rituarchitect: 7
Exp: 22,786 Exp al siguiente nivel: 5,214 Puntos de vida: 622/622
Maná: 1.129/1.872 (617 reservados)
Regeneración de maná: 39,44/seg Resistencia: 610/616,5 Regeneración de resistencia:
5,88/seg
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 61 (2.11) Destreza: 70 (2.20) Constitución: 62 (2.12) Inteligencia: 120 (3.2)
Sabiduría: 95 (2.45) Carisma: 59 (2.09)
Percepción: 72 (2,22) Suerte: 45 (1,45) Suerte kármica: +20
Joe se estaba divirtiendo repasando todo mientras caminaban tranquilamente hacia la
plaza principal. Ahora tenía nueve puntos de habilidad sin firmar, sus estadísticas se
veían bien, aparentemente había hecho algo bien si se tomaba en cuenta su Suerte
Ká rmica, y-
—-¡Es por eso que necesitamos a todos los que podamos conseguir si vamos a lanzar
una ofensiva contra un Gremio Noble!— La persona que hablaba había atraído a una
gran multitud y estaba parada encima de una estatua. —¡Sabemos con certeza que
tienen un suministro interminable de alimentos! ¡Tienen viviendas, ropa, armas y han
estado canalizando recursos hacia proyectos de embellecimiento mientras nosotros
morimos de hambre una y otra vez!
Todo el grupo de Joe se había detenido para mirar al hombre. ¿Estaba tratando de
enfurecer a la multitud? Aunque la ciudad densamente poblada se había reducido a
medida que la gente se acostumbraba a esta realidad, eso no cambiaba el hecho de que
má s de mil millones de personas habían entrado en Eternium. Aunque… ese
pensamiento se sintió … confuso. Joe entrecerró los ojos al darse cuenta de que no
había pensado en la Tierra ni en la destrucció n que había allí en días, posiblemente
semanas. Este lugar tenía una manera de hacerte olvidar tus problemas pasados para
poder concentrarte en el futuro y el presente. Para la mayoría de las personas, eso
só lo fue ú til... pero aquí, se estaba usando contra el Gremio de Errantes para pintarlos
como verdaderos monstruos.
—¡Dentro de tres días marcharemos contra este depó sito de 'jugadores de élite' que
nos hacen imposible mejorar nuestras propias vidas! ¡Ú nase a nosotros ahora y
trabajaremos con usted para prepararse! ¡Tres días y será s lo suficientemente
poderoso como para tomar todo lo que necesitas! Una vez que nos hayamos
apoderado de los medios de producció n, todos ...
—Vamos chicos.— Joe comenzó a empujar a la multitud. —Creo que necesitamos
hablar con alguien sobre esto—.
CAPITULO TREINTA Y CUATRO
—En serio—, se quejó Joe mientras trabajaba para afinar un diagrama ritual. —Les
advierto sobre un ataque inminente a nuestra ciudad, y lo ignoran como si no
importara que una gran cantidad de personas vengan aquí para reclamar el
invernadero y destruir nuestra ciudad. ¿Está n demasiado preocupados por los
Gremios Nobles? ¿Quién creen que está irritando a las masas?
—Evidentemente no saben que invertir tiempo en la producció n de alimentos es
absurdo—, refunfuñ ó Hannah junto con él. —¿Sabías que un par de ciervos entraron
allí de alguna manera y destruyeron totalmente los manzanos? El jardinero de esa
zona estaba tan enojado que los mató tan pronto como los encontró , y ahora tenemos
hombres-ciervo desovando en esa ala. Ahora hay una regla estricta de no matar cosas
nuevas allí. Ya está empezando a actuar como una mazmorra, a pesar de que han
tenido cuidado de cortar todas las 'malas hierbas' que han ido apareciendo —.
Joe asintió ante lo que ella estaba diciendo. —Todo este mundo está diseñ ado para
sacar lo mejor de las personas. Trabajas duro y recibes una recompensa tangible por
ello. ¿Te imaginas có mo eso habría cambiado nuestras vidas en la tierra?
—Habría sido interesante verlo—. Hannah miró a Joe, abrió la boca y luego la cerró
antes de decir lo que había planeado decir. Joe lo vio y simplemente esperó en silencio.
Si tuviera algo que decir… —¡Só lo quiero hacerles ver ! En serio, si la gente trabajara
tan duro como nosotros, ¡tendrían sus propias formas de volverse poderosos! Abyss,
¿has visto lo que pudo hacer ese conserje de nivel doce? Puede entrar en un á rea y
todo comienza a limpiarse solo. ¡É l también adquiere experiencia en ello!
—Espera, ¿en serio? ¿Eso significa... espera? Joe dio un paso atrá s mentalmente;
Hannah acababa de decir algunas cosas peligrosas . —Realmente no nos corresponde a
nosotros decirle a la gente có mo vivir sus vidas, Hannah. Si obligamos a la gente a
tener nuestros mismos puntos de vista, ese se convierte en un mal día.
se deslizó del lingote y se agregó a la parte de activació n del ritual del lanzallamas.
Posibilidades de activación accidental, mitigadas por la estabilidad del hechizo: 8%.
Estabilizando... estabilizado.
Joe palideció ante la línea que cruzó su visió n. ¿Había una posibilidad de que agregar
la activació n remota hubiera activado el lanzallamas mientras él estaba parado sobre
él? No só lo eso, sino que la estabilidad de su hechizo era... Joe lo comprobó . —
¿Cincuenta y ocho por ciento? Así que originalmente había dos tercios de posibilidades
de que esto se hubiera activado agregando el... ¡abismo!
Miró todo lo que estaba cuidadosamente apilado y organizado en la habitació n, y
decidió que ya no agregarían efectos a los rituales preparados mientras estaban
rodeados de costosos consumibles por todos lados. Sería una buena oportunidad para
jugar afuera. —¿Qué pasa si agrego un Ritual de Activació n Remota a otro Ritual de
Activació n Remota? ¿Eso compararía todas las estabilidades de hechizos a las que
estaba conectado el primero?
Su plan había sido desde el principio conectar cuatro de los rituales de activació n
remota para poder activar dieciséis lanzallamas al mismo tiempo. No iba a renunciar a
ese sueñ o, pero tal vez el ritual de novato que estaba usando actualmente no era la
mejor opció n para que eso sucediera. Era como conectar una regleta a la pared: una
estaba bien, pero si conectabas una regleta a otra y a otra; só lo creaste un
desagradable peligro de incendio. En realidad, en este caso fue exactamente así.
Joe reunió a algunos miembros de su aquelarre y potenció tres rituales de lanzallamas
má s, luego conectó el Ritual de Activació n Remota. El ocho por ciento de posibilidades
de que se activara era un riesgo que valía la pena correr, y los círculos restantes se
acomodaron en su lugar sin problemas. Joe guardó todo en su anillo y saludó mientras
caminaba hacia una reunió n de estrategia. Sus preocupaciones habían sido ignoradas
en su mayor parte , pero eso no cambiaba el hecho de que tenían que prepararse para
un ataque.
Mientras entraba a la sala de guerra, Mike levantó la vista, asintió y le hizo señ as para
que se acercara. —Bien, está s aquí. Quiero que mires este mapa y me digas si hay algo
que puedas hacer para ayudarnos a prepararnos—.
Después de acercarse, Joe levantó una ceja al ver la calidad del mapa sobre la mesa.
Parecía casi una imagen de satélite, ciertamente no algo dibujado a mano. Aú n así,
debe haber sido dibujado a mano. Mike señ aló las á reas problemá ticas de inmediato.
—Aquí, en el centro de
del pueblo, tenemos el Saló n Gremial. Conectado a la sala hay un cuartel, uno en cada
punto cardinal. En el tramo noreste tenemos el invernadero. Al sureste se encuentran
las á reas de comedor, también conocidas como patio general. El suroeste contiene los
pozos de donde extraemos agua cuando no hay magos del agua para llenar la cisterna
en la misma á rea—.
Mike tomó un sorbo de agua, probablemente recordando su sed mientras hablaba de -
los pozos. —Ahora, aquí en la secció n noroeste, todavía no hemos construido nada. Al
menos nada permanente; aunque hay algunos comerciantes que han creado una
pequeñ a zona comercial. Podrían protestar, pero necesitan salir para que sepamos
que esta zona es segura. ¿Pensamientos?—
—Sí.— Joe señ aló el resto del mapa de la ciudad. —¿Qué pasa con todo lo demá s?—
—Ya llegaremos a eso—, prometió Mike, ignorando las preocupaciones de Joe. —En
este momento, estoy viendo el peor de los casos; si necesitamos que todo nuestro
gremio sea llevado detrá s del muro defensivo secundario—.
—¿Crees que podrías necesitar sacrificar el resto de esto?— Joe señ aló todos los
demá s edificios en el mapa, deteniéndose sobre el Saló n de los Conquistadores.
—Otra vez... en el peor de los casos—, Mike asintió y continuó . —Gracias a tu magia y
nuestros recursos, tenemos un muro exterior alrededor de toda la ciudad, así como de
esta á rea central. Lo que me gustaría que se vaciara en esta secció n es una estructura
defensiva o algo que pueda brindarnos una ayuda defensiva a gran escala. ¿Hay algo
que puedas hacer al respecto?
—Mmm—, murmuró Joe, cerrando los ojos. Lo primero que me vino a la mente fue
una especie de altar o la catedral, pero el Saló n de los Conquistadores tenía un templo
adjunto que no otorgaba mejoras de á rea. ¿Fue eso só lo porque no sabía có mo hacer
que sucediera…? De cualquier manera, —no se me ocurre nada que pueda agregar ahí
ahora mismo. ¿Quizá s después de que dedique un tiempo a aprender sobre todas las
opciones con mi instructor de arquitectura?
—Nada a corto plazo, lo entiendo—. Mike se volvió , —Mantén los ojos abiertos para
ver algo. Necesitamos encontrar una manera de defender nuestra zona sin perder
gente—.
—Puedo hacer un ritual que enferme a las personas si se supone que no deben estar
allí—. Joe ofreció encogiéndose de hombros. —No les hará dañ o, má s allá de algunos
accidentes vergonzosos si siguen presionando, pero ¿puedes activarlo de vez en
cuando para expulsar a la gente?—
—¿Puedes hacer uno que alcance a cualquiera que se acerque, digamos, a cincuenta
metros de nuestras paredes?— Mike preguntó esperanzado.
—Yo... podría hacer uno que hiciera eso para una de las paredes, pero...— Los ojos de
Joe se apagaron y pensó en su nuevo ritual de activació n remota . —Sí, podría hacer
eso. Sin embargo, será costoso, porque se trata de cuatro rituales grandes y afinados
que estará n unidos por otro ritual que los activa todos al mismo tiempo—.
—Haz que suceda. Nosotros cubriremos los costos—. Mike firmó una orden de
requisició n y la entregó . —Siéntete libre de delegar algo de esto también. Sé que has
estado enseñ ando a algunas personas tus habilidades en clase. No necesito que lo
hagas, só lo necesito que lo hagas—.
—Me parece bien.— Joe sonrió ante la orden de solicitud en blanco y meneó las cejas
hacia Mike. —Sin embargo, es mucho más caro cuando lo hace otra persona. Ya
maximicé mis bonificaciones—.
—Lo cubriremos—. Mike señ aló algunas á reas má s. —Aquí hay otra secció n que
debemos defender, y lo desafortunado es que el muro que tenemos dificultará golpear
a los atacantes aquí, aquí y aquí—.
—Me alegro mucho de que estés tan involucrado en todo esto. Al principio me -
preocupaba que fueras a ignorar mi advertencia. Con una risa oscura, Joe sacó un
papel. —Déjame preguntarte algo. ¿Te interesaría tener cuatro lanzallamas enormes
para esas zonas problemá ticas ?
Mike tomó el perió dico y lo leyó , con el rostro contraído por la confusió n. —¿Por qué
está n etiquetados como 'Flammenwerfer'?—
CAPITULO TREINTA Y CINCO
Inmediatamente después de la reunió n con Mike, Joe fue al á rea del templo del Saló n
de los Conquistadores para informar a Tommulus que había fallado en su misió n.
Estaba seguro de que la deidad ya lo sabía, pero era mejor ser sincero al respecto. Joe
sintió que era una mala idea, con mayú sculas intencionales, ignorar a un dios de ira.
Joe entró en el extrañ o interior del templo, moviéndose alrededor de los Tree Ents de
tamañ o mediano que crecían a lo largo de la orilla del río. Caminando directamente
hacia el altar en llamas, Joe suspiró y habló . —Lo siento, Tó mulo. No pude regresar
con el libro—.
No hubo respuesta. Joe esperó un momento má s, luego se dio vuelta y se alejó .
Misión completada: El Tomo Dorado del Favor Divino. Aunque no regresaste con el
objeto solicitado, Tommulus ha visto el fuego en tu corazón. Fracasaste, pero no ofreciste
excusas. Aceptaste tu pérdida y regresaste para enfrentar un posible castigo. Las
recompensas se reducen a la mitad, pero no has perdido reputación con Tommulus.
Recompensa: 250 de oro por participante, 2500 de experiencia. No se otorgan
recompensas adicionales.
Incluso mientras soltaba un suspiro de alivio, Joe no pudo evitar sentirse
decepcionado . Tenía la esperanza de descubrir si el beneficio divino podría usarse
para engañ ar a su pró xima especializació n. Aú n así, tal vez fue lo mejor que no
buscara una manera de eludir las reglas. Quizá s había una razó n por la que los
requisitos previos eran tan altos, y ¿quién sabía qué pasaría si obtuviera la
especializació n y luego perdiera los requisitos para conservarla?
Por ahora, el mejor curso de acció n sería centrarse en su arsenal personal y la defensa
de la ciudad. En realidad, cada vez que podía impactar positivamente al gremio
levantando un edificio, también estaba aumentando su nivel personal. En su opinió n,
tener una misió n para ayudar a aumentar su poder era solo una adició n adicional,
pero muy bienvenida. Joe abrió el nuevo mapa de la ciudad de Mike y trató de decidir
qué hacer a continuació n.
En el á rea central del gremio, detrá s del muro interior, solo había siete edificios
oficiales. Había algunas cuencas hidrográ ficas en la esquina sureste, pero aunque la
gente todavía las usaba, se habían vuelto superfluas gracias a las propiedades de
purificació n del agua del invernadero. Dado que ese edificio actuaba como sistema de
alcantarillado, fuente de alimento y manantial de agua limpia, la elecció n final para el
patio sureste fue convertirlo en algo má s utilizable.
En cuanto al patio noreste, actualmente estaban sacando del á rea a comerciantes
gruñ ones y poniéndolos fuera del muro interior. No sería bueno tener gente poco
confiable en el á rea má s protegida del gremio. No cuando un ataque podría ocurrir en
cualquier momento. Aú n así, persistía la pregunta sobre qué hacer con estas á reas
recién desalojadas. Hasta que eso se decidiera, todavía había muchas cosas en las que
Joe podía trabajar.
se habían construido veintitrés edificios dentro de los muros de Towny McTownface,
y dieciocho de ellos habían sido construidos por él. Bueno, si las paredes contaban,
entonces Joe había construido veinte de veinticinco. Los otros cinco edificios habían
sido construidos por equipos de veinticinco hombres que habían trabajado
incansablemente. Joe casi se sintió mal cuando se dio cuenta de que dos de los
edificios que habían tenido que ser derribados después del ataque no habían sido
construidos por él.
Joe hizo una pausa justo antes de que su mirada pasara por esos puntos. —¿Nunca le
expliqué a la mayoría de la gente por qué teníamos que derribarlos y construir otros
nuevos? ¿Es por eso que un grupo tan grande estaba incitando a ese maestro de armas
para que me golpeara?
—Eh... algo que investigar—. Joe examinó las secciones trazadas . Había un espacio
vacío de quince metros alrededor de todo el interior del muro que se suponía debía
permanecer despejado con fines de defensa y movimiento rá pido; ademá s de
proporcionar una línea de visió n clara si algú n enemigo lograba atravesarlo. Incluso
con ese requisito, había suficiente espacio en la ciudad para albergar otros cincuenta
edificios de tamañ o está ndar.
Habría espacio para otros setenta y cinco, pero la sala de Pathfinder con forma de
huevo y clasificada como artefacto ocupaba el espacio de veinticinco edificios
completos; era así de enorme. Aú n así, contenía un templo de tamañ o mediano, por lo
que esa fue otra preocupació n aliviada. Aunque parecía que había mucho espacio para
crecer, el hecho era que el gremio ahora tenía cerca de veinte mil miembros y seguía
creciendo diariamente. A menos que comenzaran a construir edificios raros o, mejor
aú n, únicos , estaban
iba a llenar el á rea con estructuras que necesitarían ser derribadas en poco tiempo.
Si bien podían expandirse y tenían planes para hacerlo, era mejor tomarse el tiempo
para hacer las cosas correctamente. Mike le había pedido que empezara a trabajar en
un nuevo proyecto que habían comprado: un conjunto de edificios de apartamentos
que podían alquilarse con puntos de contribució n. En este momento, cualquiera en el
gremio podía dormir en el cuartel o en la ú nica taberna de la ciudad, pero había poca
privacidad y ningú n espacio personal real. Los apartamentos eran una mejora en la
calidad de vida, y el impulso a la moral podría marcar la diferencia entre una potencia
que se queda en el gremio o lo abandona cuando se presenta una mejor oportunidad.
Naturalmente, los líderes de equipo y los miembros superiores del gremio serían los
primeros en acceder a estas salas a medida que estuvieran disponibles. En otras
palabras, siendo un poco egoísta, Joe no iba a posponer la implementació n de esto.
Tenían los materiales para cinco de los edificios, pero cada uno de ellos ocuparía tres
espacios de construcció n. Eso todavía dejaría espacio para treinta y cinco edificios
má s, pero supondría una pérdida importante del espacio disponible. Mike había
dejado la ubicació n a Joe, y Joe estaba debatiendo actualmente si ponerlos uno al lado
del otro o espaciarlos alrededor de la ciudad.
Al final optó por la segunda opció n. Si bien podría ser bueno tener todas las viviendas
agrupadas, sería un objetivo atractivo para cualquiera que ataque la ciudad y
ralentizaría el despliegue de grupos de aventureros en el resto de la ciudad. Por otro
lado, colocarlos en un solo lugar significaría que muchas personas tendrían un viaje
mucho má s largo por la ciudad si tuvieran un trabajo en uno de los otros edificios. De
esta manera, las personas podrían vivir cerca de su negocio si así lo desearan.
Joe dispuso los edificios en su mente como un hexá gono que rodeaba el á rea interior
amurallada. Estarían a medio camino entre el muro interior y el exterior, y deberían
ser buenos lugares para vivir y al mismo tiempo estar protegidos de cualquier cosa
que entre por los muros; como los hechizos de artillería de los magos de combate. —
Hmm… ¿Me pregunto si existe algo así como un campo de fuerza que pueda construir?
¿O un escudo de maná estacionario? Tiene que existir, ¿verdad?
Joe se dirigió al Saló n de los Conquistadores y accedió al camino secreto que conducía
al Gran Saló n del Ritual. La mayoría de los miembros de su aquelarre estaban
presentes y trabajando en sus propios proyectos, incluido Big_Mo, quien una vez má s
estaba cubierto de sangre seca sin ninguna razó n que Joe pudiera entender.
discernir. Joe se acercó y permitió que su Aura de Neutralidad limpiara al hombre
mientras todos discutían varios asuntos.
Cuando la conversació n terminó , Joe hizo un gesto a Hannah y le dio una misió n de
gremio. —Necesito que diseñ es cuatro grandes rituales que hice hace mucho tiempo,
llamados 'Á rea de Cuarentena'. Los cuatro rituales deberá n modificarse en arcos que
se conecten para formar un gran círculo mirando hacia afuera de la ciudad, y
usaremos una activació n remota para que todos puedan activarse al mismo tiempo—.
—¡Lindo! Entonces, ¿esto ahuyentará a los atacantes? ¿Qué tan mortales son los
resultados? Hannah tomó el diagrama ritual y empezó a mirarlo atentamente.
—No es mortal, a menos que estén bastante deshidratados, supongo—. Joe negó con la
cabeza. —Esto es un elemento disuasivo. Hará que la gente se sienta enferma y a la
gente no le gusta escalar una pared con, um, pantalones desordenados. Intenta que
sea lo má s efectivo posible, pero recuerda que debemos potenciar todo . Una vez má s,
esto será algo que nos ayudará a hacer retroceder a la gente, de modo que cuanto peor
se sientan, mejor para nuestros defensores—.
—Entiendo.— Hannah no ocultó su decepció n y miró con nostalgia el lanzallamas que
un par de otros estaban trabajando para perfeccionar. Miró suplicante a Joe, quien se
rió entre dientes y sacudió la cabeza.
—Esto será mucho má s efectivo a largo plazo que esos. Confía en mí. La gente ve el
fuego y lo evita, pero es realmente difícil evitar un campo má gico que te enferma má s
cuanto má s te acercas al epicentro del efecto. Esto es má s importante—. Joe miró el
otro proyecto y luego también les arrojó un diagrama. —Chicos, intenten encontrar
una manera de hacer que esos dos se alineen. Lo que acabo de darte fue una parte de
otro ritual llamado —Ejército fantasmal—. Lo usé para crear un banco de niebla de
miles de pies de ancho. El trozo que arranqué debería crear un ritual simplificado que
absorba la misma cantidad de agua y luego la libere como un chorro continuo de alta
potencia—.
Big_Mo consideró el nuevo ritual. —Entonces… ¿esto se convertirá en munició n para
Ze Flammenwerfer? ¿Es eso a lo que está s tratando de llegar?
—Si puedes hacerlo realidad—. Joe hizo una pausa mientras registraba lo que
acababan de decir. —Oye, eso fue lo que pusiste en los formularios que me diste para
solicitar artículos también. Me tomó por sorpresa cuando Mike mencionó el tema;
¿Por qué lo llamas...?
—¿Ze Flammenwerfer?— Big_Mo se rió entre dientes ante eso. —Es algo de Internet.
Cuando alguien hacía algo realmente estú pido, llamabas a alguien para que trajera 'Ze
Flammenwerfer'. Sígueme el rollo.—
—Eh. Me parece bien.— Joe no tenía idea de qué estaban hablando. —¿Alguna
mejora? Necesito colocarlos cerca de las paredes pronto. No sabemos exactamente
cuá ndo seremos atacados—.
—¡Tantas mejoras!— Kirby chirrió , su emoció n se le escapaba. —No solo
encontramos una manera de hacer trampas rituales estables, Big_Mo encontró una
manera de recolectar sangre de-—
—¡Ey!— Big_Mo la fulminó con la mirada y ella tímidamente se tapó la boca con la
mano. —¡Déjame intentarlo de nuevo! Basá ndonos en el ritual de las palas de viento y
utilizando nuestra investigació n sobre los lanzallamas, podemos crear círculos
rituales que crean novas de viento, escarcha o fuego centradas en un solo punto.
Entonces, si los ponemos sobre rocas grandes o algo así, podemos empezar a utilizar
el terreno a nuestro favor—.
—¿Cuá l es la desventaja?— La pregunta de Joe hizo que Kirby se encogiera de
hombros.
—El á rea de efecto es bastante pequeñ a y una vez que sepan que la trampa está ahí,
no será difícil evitarla. Usarlo al aire libre significa que las personas solo se verá n
afectadas por el dañ o una sola vez. Entonces será bastante obvio que las rocas
gigantes son trampas—. Kirby explicó impotente.
—No, espera.— La frente calva de Joe se arrugó . —Podemos usar eso a nuestro favor.
Si esparcimos piedras por todas partes, la gente tendrá mucho cuidado al acercarse a
ellas. Podemos canalizar a los enemigos hacia donde queremos que vayan o
engañ arlos haciéndoles creer que está n a salvo. Bien, quiero cincuenta de esos en mi
escritorio mañ ana—.
—Si no.— Big_Mo negó con la cabeza al instante. —Se requiere un nivel de habilidad
demasiado alto, podemos hacer veinte en el mejor de los casos, especialmente si
Hannah está trabajando en otra cosa—.
—Me parece bien.— Joe asintió fá cilmente. De todos modos, había estado bromeando
acerca de conseguir cincuenta. Principalmente. Parcialmente. —Dado que todos
ustedes está n bastante ocupados aquí, permítanme ofrecerles un incentivo adicional.
Cuando golpees a Journeyman en magia ritual, haré que todos construyan sus propios
aquelarres y estén a cargo de ellos. Recibirá s un pago como líder de escuadró n y,
esencialmente, recibirá s un salario. Ademá s, voy a subir a la cima para construir
edificios de apartamentos en los que los líderes de escuadró n tengan prioridad.
Trabajen duro, todos ustedes. Hay una luz al final del tú nel y las recompensas está n a
la vista—.
Con eso, Joe caminó hacia otra parte de la enorme sala y comenzó a crear un ritual en
torno a los planos que Mike le había confiado.
CAPITULO TREINTA Y SEIS
El atardecer se acercaba cuando Joe completó sus diagramas. Miró la superficie
cambiante del diagrama, complacido de que finalmente iba a tener una habitació n
para dormir donde no lo despertaría un borracho que gritaba desde la sala comú n.
Había tomado tanto tiempo formular los diagramas só lo porque estos edificios
estaban clasificados como Poco comunes, justo en el borde de los edificios Raros.
Afortunadamente, su habilidad Conocimiento arquitectó nico lo ayudó a solucionar
algunos de los problemas en el plano, pero eso también aumentó el requisito de
tiempo.
—Oh... incluso puedo amueblar mi habitació n yo solo si saco algunas camas del
almacenamiento—. Con pensamientos optimistas guiá ndolo, Joe abandonó el Saló n de
los Conquistadores con la intenció n de encontrar a todas las personas del gremio que
eran trabajadores de la construcció n. Consiguió algunos nombres del gremio y
comenzó su bú squeda. A esa hora del día, estaban cenando tarde o de camino a la
taberna, por lo que Joe probó primero el comedor. Tenía un plan para empezar a
poner a los trabajadores de su lado, pero sabía que el esfuerzo inicial iba a ser un asco.
—Disculpe, ¿eres Emjay?— Joe la reconoció vagamente, ya que había observado a los
trabajadores de la construcció n tratando de desarrollar su habilidad en la historia. No
había funcionado, pero había hecho que lo miraran menos favorablemente, ya que él
simplemente se quedó allí observando mientras trabajaban.
—Soy. Eres... Joe. Emjay volvió a su comida sin decir una palabra má s. Joe hizo una
mueca, preguntá ndose cuá l sería su puntuació n de reputació n con esta dama.
Probablemente bastante bajo.
Joe se sentó junto a la mujer en la mesa larga y la atmó sfera se volvió tensa. Todas las
personas que comían aquí eran parte del mismo grupo. —Soy. Creo que ha habido
algunos problemas entre nosotros porque no hemos tenido la oportunidad de
comunicarnos. Me gustaría llevarlos a todos al lugar donde voy a construir un nuevo
edificio de apartamentos y podemos discutir cualquier problema que les haya causado
a todos. ¿Le importaría a todo su equipo acompañ arme para una breve explicació n?
La mandíbula de Emjay estaba apretada, aunque Joe sabía que no tenía nada en la
boca. El ú ltimo bocado que había dado había sido antes de que llegara Joe. —¿Nos
llevará s allí para presumir, entonces? ¿Enséñ anos a todos lo poco que se nos necesita
aquí? Eso ya está bastante claro—.
—Exactamente lo contrario—. Las sinceras palabras de Joe hicieron que Emjay lo
mirara confundido. —¿Por favor? Todo tendrá sentido pronto—.
—Tienes un momento interesante—. Emjay se puso de pie y Joe se dio cuenta de que
el banco diseñ ado para albergar a diez personas se movía significativamente hacia
arriba cuando ella lo hizo. Esta señ ora era sólida. —Vamos, muchachos. Vamos a
aprender có mo construir un edificio de la manera correcta —.
El crujir de los nudillos alrededor de la mesa no hizo que Joe se preocupara menos.
Realmente esperaba no haber cometido un gran error, pero no había nada que hacer
má s que seguir adelante. El grupo de unas veinte personas siguió a Joe hasta la
ubicació n sur y observaron mientras él instruía a varios miembros del gremio para
que colocaran las paletas de material en el orden correcto. Cuando todo estuvo
arreglado, Joe comenzó a hablar directamente con Emjay, ya que no sabía los nombres
de las otras personas.
—Estoy aquí para mostrarles exactamente por qué lo que está n haciendo es tan
importante para el gremio. El quid de la cuestió n es que lo que estoy haciendo só lo
estará disponible por un corto tiempo. Me iré al bifrost lo antes posible—. Joe sacó las
tres baterías de maná que todavía tenía y las dispuso en una formació n equilibrada a
su alrededor. —Aun así, mientras esté aquí, hay una razó n por la que no puedo hacer
este tipo de cosas solo—.
—Oh, ahora todo tiene sentido. Te vas, así que de repente tendremos seguridad
laboral—. Emjay escupió las cá usticas palabras y se volvió para hablar con su gente.
—Por favor, só lo mira. Lo entenderá s pronto—. Joe imploró suavemente. Con eso,
inyectó maná en el ritual y lo activó . En el crepú sculo, los brillantes círculos rituales
que se expandían eran increíblemente llamativos . Joe y sus baterías fueron elevados
en el aire y pronto los materiales de construcció n comenzaron a flotar en su posició n.
Por mucho que Emjay no quisiera admitirlo, esta era una vista impresionante. Todo el
proceso, aparte de los cá nticos de Joe, transcurrió casi en silencio. Las tablas y las
vigas se juntaron y los clavos y tornillos se clavaron en ellas. Era como ver una
película sobre una casa en construcció n en avance rá pido. Algo salpicó la cara de
Emjay, interrumpiendo su espectá culo. Limpió el líquido con una pizca de disgusto. —
¿Qué…? ¿Sangre? Dónde...—
Dirigió su atenció n a Joe, que tenía espasmos cada pocos segundos. Ahora que Emjay
miró de cerca, pudo ver que los orbes brillantes que Joe había puesto en el suelo ahora
estaban oscuros. ¿Que significaba eso? Diez segundos má s tarde, el edificio terminó y
Joe volvió al suelo. Tan pronto como sus pies estuvieron en el suelo, se desplomó ,
jadeando por aire y sangrando por los ojos, la nariz y la boca.
El equipo de construcció n corrió para ayudarlo a levantarse, retrocediendo
horrorizados ante el desastre sangriento que encontraron. Joe sangraba por todos los
orificios, tenía los ojos cerrados y cada respiració n creaba una burbuja de corta
duració n de color rojo oscuro. Emjay, como capataz del equipo, tenía una de las
habilidades de inspecció n de má s alto nivel del grupo. Miró a Joe con la habilidad
activa, haciendo una mueca ante la barra de salud parpadeante que apareció . —
¡Celestial, niñ o! ¿Prá cticamente te matas al levantar una de estas cosas?
Todos sabían lo que pasó cuando te lastimaste. Recuperar la salud completa no podía
suceder sin una curació n má gica o sin volver a la vida, por lo que existía la posibilidad
de que Joe estuviera fuera de servicio durante unos días... o podría morir aquí mismo.
Había perdido mucha sangre. Emjay estaba tratando de descubrir có mo ayudar
cuando la mano de Joe se llevó débilmente la cara. —Imposició n de manos—.
La barra de salud de Joe se elevó en un instante y la sangre acumulada de alguna
manera comenzó a desaparecer poco después. Si ella no hubiera estado allí para verlo
ella misma, Emjay no lo habría creído. Ella tragó ante lo que vio y habló . —Niñ o…
¿pasas por eso cada vez que construyes algo? Incluso si puedes recuperar tu salud, eso
es... te está s torturando a ti mismo. Perder tanta salud... ese tipo de dolor... esto no está
bien. ¿El gremio te obliga a hacer esto de alguna manera? Podemos sacarte de aquí—.
—No.— Joe se sentó y se estabilizó . Le dolía todo el cuerpo, aunque estaba
desapareciendo rá pidamente. —Normalmente, tengo un equipo de seis personas que
me ayudan y podemos compartir ese dolor entre todos. Si hacemos las cosas bien,
normalmente tampoco saldremos heridos. Pero má s allá de todo eso, cada vez que
construimos una casa, necesitamos usar una de estas—.
Joe arrojó un Nú cleo, que era algo que Emjay nunca había visto antes. Ella lo atrapó y
su rostro se puso blanco. —¡Esto… esto vale dos mil quinientas experiencias! ¡Solo
obtenemos mil en total por construir un edificio!
—Bien.— Joe recuperó el nú cleo. —Ahora puedes ver por qué lo que estoy haciendo
es insostenible. Si no tuviéramos que construirlo todo como locos, nunca
derrocharíamos tanto nuestros recursos . Pero el quid de la cuestió n es... los otros
gremios han comenzado
una guerra con nosotros. Seremos atacados en un futuro pró ximo y necesitamos todas
las ventajas que podamos obtener. Só lo quería explicarles todo a ustedes—.
—Bueno...— Emjay miró a los demá s, luego se volvió hacia Joe una vez má s. —Te dije
antes que tuviste un momento interesante. La razó n es que íbamos a dejar el gremio
por la mañ ana. Ya lo votamos. Pero... ahora que sabemos esto... simplemente
aguantaremos y seguiremos trabajando. No tengo miedo de admitir que tengo celos de
tu capacidad para construir edificios, pero no tengo ninguna posibilidad de que yo
haga pasar a mi equipo por eso para que esto suceda. Ahora al menos esto tiene
sentido—.
Joe tomó la mano de Emjay y lo puso de pie. —Espero que te quedes. Se vienen
grandes cosas para el gremio, lo sé. También veré qué puedo hacer para ayudarlos de
vez en cuando, si así lo desean—.
—Lo mismo para ti, chico. No lo siento. Joe.— Emjay estrechó la mano de Joe, luego se
volvió hacia su equipo y asintió . Comenzaron a avanzar hacia la taberna, todos
bastante silenciosos. Tenían mucho en qué pensar.
Joe se quedó donde estaba, mirando el edificio. Era un bonito edificio de
apartamentos, pero ésa no fue la razó n por la que se quedó . Volvió a revisar sus
notificaciones, solo para asegurarse de no haber leído mal la informació n. Esta fue una
situació n clá sica de buenas y malas noticias; Parecía que la bonificació n que obtuvo
por avanzar su clase de Ritu-arquitecto al nivel siete había entrado en vigor.
La estructura 'Edificio de apartamentos poco común' se ha transformado en 'Edificio de
apartamentos hambriento (raro)' y absorbió una parte del maná invertido en el ritual,
combinándose con la sangre vital del constructor para impartir un efecto adicional. Al
dormir en un apartamento durante al menos cinco horas, la ganancia de experiencia
aumentará en un 50% durante 18 horas. Cada cinco noches, hay un 5% de posibilidades
de que uno de los ocupantes muera repentinamente, tras lo cual las paredes sangrarán
ligeramente durante treinta minutos. Todo rastro de sangre desaparecerá después de
que hayan pasado treinta minutos. Cada día que el efecto no se activa, las posibilidades -
aumentan en un tres por ciento.
Experiencia de clase obtenida: 1000. Has logrado mejorar un edificio de clasificación
poco común a un edificio raro; las ganancias de experiencia para un edificio de
clasificación rara se han duplicado como una bonificación.
—Ahora… ¿lo derribo o simplemente me voy a la cama?— Joe se encogió de hombros
y entró , ocupando una habitació n en la planta baja para él.
—Dejaré que Mike se dé cuenta de eso... mañ ana—.
Puedes configurar los otros cuatro segú n lo planeado, nuestros equipos deberían estar
de muy buen humor para la batalla de mañ ana. Aparte de eso… ¿alguna actualizació n?
— —No particularmente.— Joe pensó durante un largo momento. —He tenido
algunos miembros de mi aquelarre investigando en la biblioteca, así como en el
Mage's College. Es posible que puedan volver con algo interesante. Ah, y completé
cinco pergaminos para el gremio esta mañ ana, aunque necesitaré un pago por ellos—.
—¿Oh? ¿Cuá les son los hechizos? Mike tomó los pergaminos que Joe le entregó y abrió
mucho los ojos cuando los vio. —¿Cono de frío, la Tierra Destrozada de Dale? Lo
primero es comprensible, pero ¿cuá l es el segundo?
—En primer lugar, ¿qué sabes sobre los pergaminos?— Joe lo empujó .
—Te permite lanzar un hechizo incluso si no lo conoces, ¿correcto?— Mike levantó
una ceja ante la pregunta. Esto era jugar uno-oh-uno.
—Sí, puedes lanzar el hechizo directamente. Si los lanzas tal como está n, será n tan
poderosos como los de un Aprendiz superior. Pero... también puedes utilizarlos como
material de estudio. Si alguien logra hacerlo, aprenderá el hechizo en algú n lugar entre
el Novato uno y el Novicio nueve; si ambos son inteligentes y afortunados—. Las
palabras de Joe hicieron que Mike mirara los pergaminos bajo una nueva luz. Incluso
con el descuento que obtuvieron en el Mage's College, aprender un hechizo de ellos
requirió una gran cantidad de oro. Pero el hechizo normalmente comenzaba en las
filas de principiantes, por lo que todavía había algunas compensaciones. —También
cambiaría directamente por algunos nú cleos—.
Mike descartó la cuestió n del pago; eso se manejaría mediante adquisiciones. É l
mismo había dejado de hacer esos tratos después de meterse en problemas por ser
demasiado generoso; un hecho que habría hecho que Joe se burlara de él. —Te
pagará n. Valor justo de mercado, lo garantizo. ¿Qué hacen los hechizos?
—Cono de Frío lanza una rá faga de aire frío... en realidad, má s bien como un rocío de
nitró geno líquido. Causa dañ o por escarcha y también inflige la desventaja —frá gil—.
Eso hace que las cosas rígidas sufran má s dañ o y aumenta el dañ o causado a la
durabilidad de la armadura y demá s. Debería causar entre… trescientos y quinientos
dañ os por frío a cualquiera que esté en un cono, si el pergamino se usa como hechizo
—. Joe había hecho algunos cá lculos rá pidos con eso. Con suerte, no necesitaría
mostrar su trabajo.
—Interesante.— Mike levantó el otro. —¿Y esto?—
—Creo que es algo así como un arma de asedio—. Joe respondió después de una breve
pausa. —Muy rá pido, ¿sabes có mo funcionan las cargas de profundidad para destruir
submarinos?—
—José. Por supuesto que sí.— Mike se rió entre dientes ante la pregunta. —La
explosió n crea una burbuja de cavitació n, y el dañ o real se debe al peso del submarino
que se asienta en ella y se sacude con mucha fuerza. Se llama choque hidrá ulico—.
—Bien, el mismo concepto aquí—. Joe señ aló el pergamino. —A diferencia de un
hechizo de 'terremoto', esto crea un sumidero específico. El suelo literalmente se hace
añ icos, y eso también puede causar dañ os. Esto fue archivado en los archivos —
inú tiles— hace mucho tiempo, porque es muy difícil subir de nivel el hechizo. Usarlo
en monstruos no ofrece ningú n aumento, y hay un nú mero limitado de edificios que
puedes construir y destruir. Fuera de la guerra... sí, en realidad no es tan ú til—.
—Entonces, ¿por qué hacerlo?— Mike hizo la pregunta fá cil.
Joe sonrió sombríamente. —Enorme rango de lanzamiento. Digamos que alguien trae
má quinas de asedio, ¿puedes dejarlas caer en un sumidero que debería tener... seis
metros de profundidad y ancho? O, si contraatacamos a un agresor, esto debería ser
suficiente para destruir una gran secció n de muro o un edificio importante—.
Mike tragó saliva ante la intensa mirada en el rostro de Joe. —Pensaste mucho en esto,
¿verdad?—
—En realidad, estoy tratando de pensar en una manera de contrarrestarlo—. Joe
admitió con tristeza, dá ndose cuenta de que se estaba volviendo demasiado intenso
para Mike. —Si alguien usa eso contra nosotros, necesitaremos reconstruir cualquier
edificio que haya sido atacado. Ademá s, só lo los edificios poco comunes y má s altos
pueden resistir un hechizo de terremoto de rango inferior. Lo descubrí en un libro de
historia sobre arquitectura.
—¿Cuá ndo tienes tiempo para leer libros de historia ?— Mike se burló , pero Joe só lo
se encogió de hombros.
—No duermo mucho—. Joe llamó a Mate, así como a dos tazas de café de su anillo. —
¿Quieres una taza de mí?—
—¿Qué?—
—¿Quieres una taza de Joe?— Joe se rió del juego de palabras mientras bebía su
quinta taza del día. Después de todo, ya eran las nueve de la mañ ana.
—No, gracias, no quiero tu café de manga—. Mike sacudió la cabeza con los ojos
cerrados, lo que hizo que extrañ ara a Mate haciendo un gesto grosero . —Ademá s,
¿qué te hace pensar que tendrá n equipo de asedio ? Se trata de un grupo de gente de
bajo nivel que intentará atacarnos.
—Mmm.— Joe levantó un dedo mientras apuraba su taza. Mate burbujeó alegremente
antes de hundirse en la manga de Joe. —Ah. Probablemente, pero no hay forma de que
esto no sea un ataque patrocinado por otros grupos, ¿verdad? Soy
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO
Has entrado en la mazmorra 'Sección de prueba 118b'. ¡Por favor, emita su voto para el
desafío del partido! Fuerza / Destreza / Constitución / Inteligencia / Sabiduría /
Carisma / Percepción / Suerte.
Joe seleccionó la opció n de destreza. El extrañ o mundo en forma de cubo se reorganizó
y se asentó . Saltó a la plataforma, luego a la puerta y entró .
Destreza promedio del grupo... 70. Escala de dificultad a un rango de destreza de 50 a
100. ¡Buena suerte!
—Aquí no se trata tanto de suerte, ¿verdad?— Joe todavía estaba irritado por el hecho
de que el juicio basado en la suerte se decidió prá cticamente al instante. Un rugido
sacudió los alrededores y Joe inmediatamente se concentró en la batalla que se
avecinaba. Lo mejor de esta á rea era que contenía una alta concentració n de
monstruos para combatir. Lo terrible era que felizmente lo destruirían si cometía un
error. Esta á rea fue diseñ ada para personas con entre cincuenta y cien de destreza,
por lo que había una buena posibilidad de que hubiera Neigh-Bears presentes que
fueran má s que rivales para sus habilidades.
Joe preparó su mente y se lanzó al combate después de echar un vistazo a su nuevo
hechizo.
Cono de Frío (Novicio VIII). ¿Alguna vez quisiste mirar a un grupo de personas
dispuestas en un cono a menos de diez metros de ti y decirles a todos que se relajaran al
mismo tiempo? ¡Parece que encontraste el hechizo correcto! Efecto: Libera aire súper
frío de tus manos, causando 15n de daño a todos los enemigos dentro de diez metros en
un área de efecto en forma de cono, donde n = nivel de habilidad. Inflige la desventaja —
Frágil—. Costo: 20n maná. Enfriamiento: 30 segundos. Requiere ambas manos para su
uso, o canalización a través de un arma a dos manos que permite lanzar hechizos.
Frágil: duplica el daño por durabilidad contra objetos rígidos. Esto sólo se tiene en
cuenta cuando se golpea el objeto. No, no puedes aumentar el daño que causa tu ácido,
buen intento. Ignora el índice de armadura del 20% para cualquier armadura de metal
donde se aplique —Frágil—.
suelo antes de que la fricció n lo obligara a detenerse. Se levantó , ligeramente
desorientado pero dispuesto a luchar. Su corazó n se hundió ante la vista que tenía
ante él.
¡Ataque furtivo! Daño: 0 (511 de daño absorbido por Exquisito Shell). Concha
exquisita: 1.297/1.928.
Había otros seis Neigh-Bears que venían por él, y el que lo había golpeado era
claramente una versió n de élite, siendo una cabeza má s alto que los demá s. Su cuerpo
de caballo también parecía estar a la par de un caballo de tiro en términos de tamañ o,
aunque es cierto que Joe no conocía muy bien las razas de sus caballos. Joe miró la
cara del oso, que parecía especialmente furioso ahora que tenía una huella en su
pelaje que parecía ser aproximadamente del tamañ o de la mano de Joe. —Bueno, eres
un niñ o grande, ¿no?—
Un bramido salió de la cabeza del oso a un decibelio tan alto que el caparazó n de Joe
sufrió un solo punto de dañ o só nico; lo suficiente para recibir otra bofetada de Joe's
Retribution of Shadows. Joe hizo girar su bastó n y apuntó al oso, entrecerrando los
ojos. —Va a ser así, ¿eh? ¡Espero que estés preparado para mi especialidad entonces!
Los Neigh-Bears cargaron contra él en formació n, y Joe respiró hondo y
tranquilizador... antes de darse la vuelta y huir como un pequeñ o elfo del bosque
asustado. —¡No, no, no! ¡No tienes que luchar, só lo tienes que esquivar!
La velocidad de un híbrido de caballo má gico era claramente mayor de lo que Joe
podía manejar. Comenzó a reunir su maná , prepará ndose para usar el Cono de Frío
nuevamente tan pronto como se completara el tiempo de reutilizació n de treinta
segundos . Lamentablemente, treinta segundos durante el combate era un tiempo
terriblemente largo, y los Neigh-Bears nunca iban a permitirle ese respiro. Ahora que
había nueve bestias en total detrá s de él, Joe comenzó a pensar que pudo haber
cometido un terrible error.
—¡No puedo permitir que... monstruos aleatorios me maten!— Joe resopló mientras
corría frenéticamente. Los estruendosos golpes de cascos detrá s de él se acercaban
cada vez má s, y Joe trabajó desesperadamente para pensar en algo que pudiera hacer.
Cuando las garras de la élite lo alcanzaron y Joe prá cticamente podía sentir el á spero
pelo del caballo, saltó tan fuerte como pudo.
Su cuerpo explotó hacia arriba y hacia adelante, sus límites físicos fueron puestos a
prueba por su habilidad clasificada como Maestro. Mientras Joe ascendía, subía y
subía, só lo podía reflexionar sobre sus elecciones. —Algo parece diferente esta vez—.
Eso fue un eufemismo, ya que todavía tenía que comenzar a caer. Sus ojos se
dirigieron a su maná y se abrieron cuando vio lo que quedaba.
emoció n ardiendo dentro de él. El á cido comenzó a gotear de su bastó n y lo hizo girar
en círculo para crear un campo de dolor a su alrededor.
—Muy bien, ositos de peluche. Vamos a jugar.—
CAPITULO TREINTA Y NUEVE
Joe miró los seis Nú cleos que había logrado obtener y luego miró su ropa hecha
jirones. —Yo... ¿Creo que valió la pena?—
Cada uno de los Nú cleos tenía tres mil quinientas experiencias, lo que los colocaba
justo en el centro de las filas comunes. Mientras tanto, la durabilidad del equipo de Joe
había disminuido debido a los golpes que había recibido en las patas de la manada, así
como a sus propios intentos de regular el flujo de maná para su habilidad de saltar. —
Uf… ¡si tan solo esa élite hubiera dejado caer un Nú cleo cuando murió !—
Durabilidad del Armario del Rey Mago: 8/100.
Ataques de carga evitados: 100/100. ¡Sal de la mazmorra para recoger tu recompensa!
—Mmm. No creo que la funció n de —autorreparació n menor— de mi guardarropa
vaya a ser suficiente con esto. Realmente debería vigilar má s de cerca mi equipo—. Joe
suspiró mientras avanzaba hacia la salida. Había matado a tres docenas de Neigh-
Bears; aumentando Corify a Principiante III, Acid Spray a Aprendiz III, Dark Lightning
Strike a Principiante IX y Cono de Frío a Principiante 0.
Estaba un poco de mal humor por no haber obtenido un bono por ese hechizo, pero
cuando lo pensó ; Joe nunca había usado el hechizo de una manera ú nica o interesante,
simplemente lo lanzó tan pronto como salió del tiempo de reutilizació n. Aun así, las
ganancias habían sido realmente buenas y se dio cuenta de que para crecer
rá pidamente, tal vez tuviera que empezar a tomar má s riesgos. Ni siquiera podía
recordar la ú ltima vez que había ido a vivir una aventura en solitario.
—Siempre hay má s que aprender en este mundo—. Joe se rió entre dientes con
tristeza. Hacía tiempo que no veía muchos bonos por aumentar sus habilidades y
estaba empezando a pensar que se estaba perdiendo algo. Aun así, no podía pensar en
qué podría ser. Negá ndose obstinadamente a mirar los avances que había obtenido en
experiencia, ya que su objetivo había sido mejorar sus habilidades y recolectar
nú cleos, Joe extendió una mano para seleccionar la opció n de abandonar la mazmorra.
*eee*.
Joe hizo una pausa cuando sus oídos empezaron a zumbar suavemente. —¿Pensé que
entrar a Eternium solucionó mi tinnitus? Espera, eso no es... ¡oh! ¡Ese es mi sentido
oculto! Uf... Siempre me olvido de usar Consulta... Debería hacerlo má s a menudo. ¡Lo
siento, Tatum! ¡Simplemente no estoy acostumbrado a pedir ayuda con las cosas!
Había olvidado que había sentido algo débilmente cuando despejó la mazmorra por
primera vez, pero no se había molestado en encontrar qué era. Ahora, como tenía algo
de tiempo libre y su Sentido Oculto había alcanzado el rango de Aprendiz, era mucho
má s consciente de que algo lo estaba llamando. Joe comenzó a rodear lentamente el
á rea para encontrar dó nde era má s fuerte el ruido. Curiosamente, siguió regresando al
pedestal que conducía al mundo exterior.
—¿Qué tienes de especial?— Joe se preguntó en voz baja. Comenzó a pasar las manos
por la piedra, pero no importaba lo que hiciera, no podía encontrar nada. De hecho,
era realmente molesto, porque cada vez que tocaba el pedestal aparecía la misma
pregunta. Finalmente, gruñ ó : —¡No, no quiero irme ahora mismo!—
—Ú ltimo intento, luego uso Consulta—. Después de buscar en el pedestal, Joe decidió
que tal vez no fuera el objeto en sí: ¿tal vez estaba encima de algo ? Empezó a empujar
la piedra, pero no logró hacerla moverse. Probar diferentes á ngulos no sirvió de nada,
así que intentó trepar y saltar sobre él. Tan pronto como lo hizo, un sonido de piedra
moliendo llenó el á rea. Toda la plataforma de piedra sobre la que estaba Joe comenzó
a girar, y Joe se habría caído si no hubiera saltado del pedestal.
¡Has seguido los instintos que te han sido concedidos!
Habilidad aumentada: Sentido Oculto (Aprendiz II).
—¿La habilidad aumentó ?— Joe se quedó mirando el agujero en el suelo. Bajo el
pedestal apareció una rampa que descendía hacia las profundidades, ciertamente
demasiado lejos para ver el final. —¿Pero esa habilidad acaba de aumentar
recientemente? ¿Có mo habría aumentado de nuevo así...?
Respuesta del sistema: Como se trata de una habilidad otorgada por la deidad, hay más
información disponible. La habilidad 'Sentido oculto' aumenta el dominio de la habilidad
mediante el uso que te permite encontrar cosas ocultas. Hay un multiplicador de
dominio de habilidades que aumenta la adquisición de habilidades cuando otros han
investigado algo oculto y aún así no se encuentra. Cuantas más personas no encuentren
la persona/lugar/cosa oculta, mayor será el multiplicador de habilidades.
—Oh. Prá ctico.— Joe decidió usar la habilidad con má s frecuencia para buscar ruinas
o algo a lo que miles de personas habían podido acceder antes que él. A corto plazo,
decidió caminar con cautela por el camino
rampa y seguir por el camino. Mientras buscaba trampas y monstruos, Joe se movía
lentamente e inspeccionaba todo. Cuando la rampa se ensanchó hasta convertirse en
una gran sala, se sorprendió un poco al darse cuenta de que no había nada que
sugiriera peligro.
Joe entró en la habitació n, una enorme esfera que contenía una pequeñ a cascada, y
miró a su alrededor. Estaba oscuro, pero eso no fue ningú n problema, gracias a su
Darkvision. —¿Esta habitació n está vacía?—
Una pequeñ a colina cerca de la cascada se movió de repente y Joe se encontró
mirando un par de orbes enormes. No, simplemente le habían parpadeado. Esos eran
ojos. La 'colina' se levantó y se convirtió en el Neigh-Bear má s grande que Joe había
tenido la desgracia de encontrar. La criatura habló lenta y cuidadosamente. —
Habitació n. No. Vacío.—
El bastó n apuntó a la criatura, Joe tragó y apenas se contuvo para lanzar Cono de Frío.
—¿Que quien eres?—
—Soy Arturo. Jefe de Guerra de los Vecinos. La enorme bestia se acercó unos pasos a
Joe y su voz comenzó a suavizarse hasta adquirir una cadencia má s natural.
¿Simplemente no había hablado en mucho tiempo? —¿Has venido a ayudar?—
—¿Ayuda?— Joe se sorprendió ; ¿Estaba a punto de recibir una misió n de este gigante?
—¿Con qué necesitas ayuda?—
—¿Tú … no se sabe?— Arthur vaciló , luego pareció encogerse un poco en sí mismo. —
La ira ha nublado la mente de mi pueblo ; se han vuelto menores. Fue la guerra entre
los centauros y los osos vecinos. Una vez fuimos dos caras de una moneda. É ramos
luchadores cuerpo a cuerpo, berserkers y verdaderos guerreros. Eran los magos
veloces, los arqueros y los exploradores. En algú n momento, se llamaron a sí mismos
nuestros mejores e intentaron convertirnos en nada má s que bestias de guerra—.
Arthur hizo una pausa por un largo momento, tosiendo profundamente. Joe dio un
paso adelante, queriendo escuchar má s de la historia. —¿Está s enfermo? Puedo
curarte—.
—No, está bien; Só lo soy en parte caballo—. Arthur no le dio a Joe la oportunidad de
responder y se lanzó de nuevo a su historia. —Nos sumergimos en la guerra. Tienen
alcance y potencia de fuego superior, pero nosotros teníamos miles; relinchar, decenas
de miles de guerreros má s que ellos. La batalla se decidió en un instante, aunque la
raza Centauro se negó a dar marcha atrá s. Mientras los rodeamos y exigimos que
detuvieran esta locura, su brujo má s poderoso se sacrificó a sí mismo y al resto de su
raza para maldecirnos—.
—¿Esperas poder romper esta maldició n?— Ofreció Joe, algo inseguro de có mo podría
hacer eso.
—¿Eres un Juramento de cuarto nivel y te ofrecerías a romper una maldició n de esta
escala tan a la ligera?— Arthur resopló ruidosamente. —Só lo puedo pedirte que vayas
y alivies a mis hermanos de sus vidas, para que puedan tener al menos alguna forma
de paz. Ademá s, por favor, no le cuentes a otros esta gran vergü enza. Si haces esto por
mí, te daré una ficha que puedes usar para convocarme a tu lado. Te prometo que; Soy
un combatiente poderoso—.
Alerta de misió n: Centauro de una guerra grizzly. Mata a 100 Neigh-Bears sin ningún
compañero de equipo presente. Recompensa: ficha de invocación. Fallo: ninguno.
¿Aceptar? Sí No.
— Aceptaré felizmente esta misió n, aunque tengo algunas preguntas para ti—. Joe
respiró hondo y se acercó a la enorme bestia. —Primero, si tu raza estuvo maldita,
¿có mo sigues cuerdo? En segundo lugar, ¿te importa si te inspecciono? No puedo ser
responsable de desatar accidentalmente algo en el mundo que dañ ará a otros—.
—Ciertamente haré dañ o a otros, pero só lo a las personas que me envíes tras mí—.
Arthur saludó con la mano el agua que fluía detrá s de él. —Esta agua es lo ú nico que
me permite retener mi mente, y só lo puedo estar sin ella por un corto tiempo antes de
caer bajo los mismos efectos a los que han sucumbido mis hermanos y hermanas. Esto
significa que cuando termine el tiempo asignado para la invocació n, no simplemente
regresaré aquí felizmente ; Huiré aquí para recuperar mis pensamientos y mi
sabiduría. Siéntete libre de inspeccionarme, ya que só lo revelará la verdad de mis
palabras—.
Joe asintió y luego estudió a Arthur con Intrusive Scan. En los siguientes segundos, la
informació n comenzó a aparecer.
Nombre: Arthur G. Bearnard
Característica más alta: fuerza
Efectos activos: fuerza para el bien. Maldito (Locura de nivel III, alineación cambiante).
Masivo. Físico atronador. Invocable. Agua Bendita (03:23:22).
Aumento de habilidad: Escaneo intrusivo (Principiante 0). ¡A veces todo lo que necesitas
es un objetivo dispuesto! Requisitos de tiempo de uso de habilidades: ¡5 segundos!
Joe cortó la habilidad; no só lo había visto todo lo que necesitaba, sino que estaba
sorprendido por el enorme salto de seis niveles de habilidad y la bonificació n por la
habilidad. —Yo… sí, haré lo que pueda para ayudarte, Arthur. ¿Es el agua bendita lo
que te mantiene a salvo?
—Es.—
—Con el cambio de alineació n, ¿eso significa que todos los demá s Neigh-Bears son
malvados en este momento?— Joe casi había terminado con su interrogatorio, pero
este detalle era importante para él.
—Sí. Actualmente, todos los demá s son malvados—.
—Casi terminado.— Joe respiró hondo. —Esa ficha se utilizará en un momento de
gran necesidad, lo que significa que bá sicamente me está s diciendo que al completar
esta misió n, me está s ofreciendo un plan de seguro. Entonces, mi ú ltima pregunta…—
—¿Plan de seguro?—
—Ya sabes, porque, como buen vecino, estará s allí—. Joe sonrió a la enorme y confusa
criatura. —¿Está s usando caquis?—
CAPÍTULO CUARENTA
Joe abandonó la mazmorra seis horas después, habiendo finalmente derrotado a los
cien Neigh-Bears requeridos por la misió n de Arthur. En total, había matado a ciento
treinta y seis criaturas en este viaje y había obtenido buenas recompensas por
hacerlo. Después de confirmar que solo había ganado cuatro destrezas (tres por el
desafío y uno por los veintisiete minutos ininterrumpidos de entrenamiento), Joe
contó todos los Nú cleos que había ganado, satisfecho con la cantidad.
—Veintidó s nú cleos comunes, una ficha de invocació n que puedo recuperar cada
cinco días siempre que mate a cien osos vecinos después de cada uso...— Joe hojeó sus
notificaciones en busca de la informació n pertinente, asintiendo mientras continuaba
murmurando para sí mismo. . —Entre la bú squeda y las muertes, siete mil doscientas
veintidó s experiencias . Eso no está nada mal para una noche de pelea. ¡Menos de
cuatro mil para llegar al nivel dieciocho!
Joe emprendió su camino de regreso al gremio, saltando alegremente mientras
pensaba en las otras ganancias. Su mayor aumento fue Retaliation of Shadows, que
había aumentado tres niveles de habilidad. Seguro que significaba que había recibido
docenas de golpes, pero... ¿valió la pena? Luchar contra otros cien oponentes le había
permitido aumentar la mayoría de sus habilidades de combate dos veces: Cono de
Frío, Maestría en Armas de Asta, Aerosol Á cido, Corify e incluso Caparazó n Exquisito.
Su Dark Lightning Strike solo había aumentado a Principiante IX, pero Joe estaba
seguro de que se estaba acercando al umbral . Incluso su habilidad de Salto había sido
refinada seriamente, aunque estaba seguro de que no estaba a punto de subir de
rango.
Ahora estaba casualmente alimentando maná en cada pequeñ o salto que hacía,
haciendo que cada paso lo impulsara unos tres metros antes de tocar el suelo
nuevamente. Si bien esto le ayudó a cruzar la distancia rá pidamente, Joe sabía que
también hacía que fuera muy difícil cambiar de rumbo. Esto era para viajar o escapar
rá pidamente, ciertamente no para el combate cuerpo a cuerpo. Al menos no todavía.
Tenía planes de cambiar eso si alguna vez se convirtiera en una opció n viable. Había
todo tipo de cosas que podía hacer con esta habilidad.
si pudiera ser lo suficientemente creativo, y la creatividad era uno de sus puntos
fuertes.
Joe se movía rá pido mientras saltaba por el camino, fá cilmente duplicando su
velocidad de movimiento anterior. Aun así, cuando Towny McTownface apareció a lo
lejos, aceleró al má ximo que su cuerpo y mente podían soportar. La razó n era bastante
sencilla: el ataque había llegado temprano. Demasiado pronto. En ese momento estaba
oscuro, lo que hizo que Joe volviera a calcular la cantidad de tiempo que había pasado
en el calabozo. Lo había estado pasando muy bien; lo que le hizo pensar que llevaba
allí má s de medio día. Ups. Había pensado que habían sido de seis a ocho horas, como
má ximo.
Sin embargo, cuando Joe se acercaba a la ciudad, notó que las luces intermitentes y las
explosiones provenían de trampas y rituales adheridos a las rocas. La ú nica señ al de
un ataque eran todos los cuerpos esparcidos por todos lados, y ninguno de ellos
llevaba la insignia del Gremio de Errantes. Para ser justos, Joe tampoco lo usó , pero la
mayoría del gremio mostró su sello con orgullo. Ayudó con misiones de reputació n y
otorgó acceso a ciertas á reas administradas por NPC. El sigilo era un zapato alado que
estaba marcado en el costado con un triple triá ngulo. Tenía sentido en el contexto de
'Wanderer', pero Joe prefería el sello holográ fico del libro que mostraba sus vínculos
con Tatum; que fue lo que eligió mostrar.
—¿Que pasó aquí?— Joe llamó al guardia de la puerta. —Espera, Jay, ¿eres tú ?—
—Hijo de… ¿Joe? No tienes a Jaxon contigo, ¿verdad? ¡No abriré la puerta si lo haces!
Jay respondió en broma.
—¡Déjame entrar o le diré que levantaste a un jefe de mazmorra solo con tu espalda,
mientras girabas tu torso con fuerza!— Joe gritó riendo. Si Jay estaba haciendo
bromas, entonces la situació n probablemente no era tan mala.
—Será n unos veinte minutos, Joe—. Jay hablaba en serio esta vez. —El gremio está
bloqueado; Algo tiene sus calzoncillos en un montó n—.
Joe miró a la pared y luego a Jay. —¿Hay algú n problema si entro sin que tú abras la
puerta?—
—Por favor, no derribes la pared, Joe. Sé que lo construiste y todo eso, pero...
—¿Qué tipo de reputació n tengo contigo, Jay?— Joe no estaba seguro de si Jay estaba
bromeando, pero seguro que no lo parecía. —¡Solo ten cuidado!—
Joe retrocedió unos cincuenta metros y luego empezó a correr hacia la pared. Con
cada paso, vertió má s maná en las plantas de sus pies, y cada paso se volvió má s
rá pido y lo llevó má s lejos. Cuando estuvo a diez metros de la pared, liberó una
enorme rá faga de maná y saltó. Joe se elevó má s y má s, y... no lo suficientemente alto.
La pared de color negro metá lico se acercaba cada vez má s. —¡Jay, ayuda!—
Jay arrojó una piedra desde la pared. El proyectil había sido colocado allí para
arrojarlo a los atacantes. Fue un buen lanzamiento, cayendo directamente frente a Joe.
Logró poner sus pies en posició n, y otra rá faga de maná después... Joe levantó la mano
y agarró la mano extendida de Jay. Jay no estaba nada feliz. —¿Dos saltos y de repente
está s a casi doce metros en el aire? ¿Có mo diablos se supone que vamos a defender
estos muros si la gente puede simplemente... saltar hasta la cima de ellos?
—¡Sú beme primero, por favor!— Joe todavía estaba colgando, pero con un empujó n y
un gruñ ido, Jay lo tiró por encima del borde de la pared. —¡Uf! Gracias hombre.
Ademá s, tengo una habilidad de salto de nivel Maestro, por lo que exactamente eso no
es algo de lo que realmente debas preocuparte si alguien má s lo tiene. Pero estoy
seguro de que habrá muchísimas formas diferentes de invadir pueblos y ciudades. En
realidad, los muros só lo mantendrá n alejados a los monstruos terrestres y a las
personas de bajo nivel—.
Jay gruñ ó , todavía claramente insatisfecho con esa respuesta. —Deberías ir al Saló n
del Gremio. Gran reunió n en marcha; Sé que les agradas que estés allí para eso—.
—Puedo hacerlo, pero primero, ¿qué pasó ?— Joe señ aló el campo empapado de
sangre fuera del muro.
—Exactamente sobre lo que nos advirtieron—. Jay agitó una lanza hacia el desorden.
—Só lo una gran multitud de nuevos jugadores. La mayoría de ellos ni siquiera estaban
al alcance de los gritos antes de que nuestros guardabosques y magos los mataran.
Pero fue clasificado como una invasió n, por lo que todos obtuvimos recompensas por
defender nuestro gremio—.
—Entendido.— Joe se disculpó y fue a buscar una escalera. Se bajó del muro y corrió
hacia el Saló n del Gremio, que parecía casi desierto. Joe llegó al exterior de la sala de
guerra, só lo para encontrar dos guardias bloqueando su camino. Cuando lo
reconocieron, lo dejaron pasar. Joe abrió la puerta y fue golpeado por un muro de
ruido. ¿ Literal aliado golpeado por esto? No. Aú n así, el dañ o a sus tímpanos fue
suficiente para que se desencadenara Retaliation of Shadows. De repente, cada
persona que estaba gritando fue golpeada en la cara por un sombra-joe. No sufrieron
dañ os, pero fue lo suficientemente confuso como para que la habitació n quedara en
silencio.
—¿Qué está pasando aquí?— Joe decidió no desperdiciar la oportunidad , se adentró
en el silencio y alzó la voz como solía hacer en sus días militares. —¿Habéis perdido
todos vuestras mentes abisales? ¿Necesito recordarles que las personas en esta sala
son responsables de las vidas y los medios de subsistencia de miles de personas?
¡Actú en juntos!
—Ahora escú chame, Joe—. Una de las personas en la enorme mesa se levantó y liberó
un aura imponente. No parecía ser una habilidad, sino má s bien una combinació n de
carisma, ira y fuerza. —No te saldrá s con la tuya si nos tratas como a niños. Somos
poderosos líderes de equipo y también...
—Detener.— Joe exigió a cambio, el á rea a su alrededor se oscureció lo suficiente
como para ser vista a simple vista. —Só lo podía esperar que, si actuaba como un niñ o,
me denunciarían por ello. Especialmente cuando estaba en un lugar pú blico, má s aú n
cuando era frente a mis compañ eros líderes , a quienes necesito respetar; y quién
necesito que me respete. Entonces, repito, dejen de gritar y tengan un discurso
civilizado. ¿Qué es lo que ha irritado tanto a todo el mundo?
—Tch.— El hombre se sentó pesadamente y su armadura de placas hizo que la silla
crujiera en señ al de protesta. —¿Todo eso y ni siquiera sabes lo que está pasando?—
Aten se unió suavemente a la conversació n desde la cabecera de la mesa. —Joe,
gracias por acompañ arnos. Su grupo jugó un papel decisivo en defenderse de la
invasió n, así que gracias...
—Eso es parte del problema, ¿no?— Otra persona golpeó la mesa con la mano y varias
voces má s se unieron a la conversació n.
—Suficiente… por favor y gracias—. La voz de Aten era má s aguda que la aguja
Taglock de Joe. Joe hizo una mueca y se recordó a sí mismo que debía volver a ponerlo
en su bastó n; se lo había quitado para entrenar con el arma de asta. —Joe, la cuestió n
es sencilla. Nos defendimos perfectamente de una invasió n, pero casi todos los que
atacaron estaban por debajo del nivel cinco. Debido a que nos defendimos tan...
vigorosamente, hay una enorme indignació n pú blica. Ni una sola de las personas que
nos atacaron sobrevivió , y la mayoría de ellos fueron alcanzados por ataques que los
habrían matado una docena de veces—.
—Nos está n llamando criminales de guerra—. Aten terminó sombríamente. —Incluso
tenemos un nuevo título de gremio, lo cual no me hace muy feliz. Aunque,
francamente, ofrece una ventaja realmente agradable. Echar un vistazo.—
Joe abrió su pestañ a 'Gremio' para ver de qué estaba hablando Aten.
¡Nuevo gremio, título ganado! Como es el único título que ha obtenido tu gremio, ¡se
muestra automáticamente!
'El gremio de vagabundos: defensores despiadados'.
CAPÍTULO HORQUILLA UNO
Ruthless Defenders: este es un título para todo el gremio. Te has enfrentado a una
invasión de al menos mil hombres, protegiendo lo que es tuyo y sin dejar a un solo
invasor con vida. Para mejorar este título, destruye una fuerza invasora de al menos diez
mil sin dejar escapar a ningún invader. Efecto: mientras defiendes el territorio del
Gremio de Errantes, reduce el daño de los invasores en un 5% y aumenta el daño
infligido en un 5%. Los enemigos asesinados en las tierras del gremio tienen un 20% de
probabilidad de soltar un objeto equipado.
— Lo veo; Ese es un aumento realmente só lido—. Joe miró al grupo mientras negaban
con la cabeza. —¿Cuá l es el problema aquí?—
—Joe, esto es una pesadilla de relaciones pú blicas—. Mike tomó la iniciativa de hablar
y sus palabras tornaron la atmó sfera sombría. —Esto fue una trampa todo el tiempo.
Como pensamos que habría jugadores expertos escondidos en sus filas, les tiramos
todo y el fregadero de la cocina. Ahora, los exploradores de varias facciones no só lo
vieron de lo que éramos capaces, sino que también está n utilizando el hecho de que
hicimos todo lo posible contra personas de bajo nivel como una forma de incitar una
operació n a gran escala contra nosotros. Esto fue só lo el comienzo y fue una trampa
desde el principio—.
Joe escuchó en silencio, al igual que toda la sala. De repente se encontraban en una
mala situació n y todos lo sabían. Aun así, Joe tenía una cosa que decir:
—¿Así que lo que?—
—¿Qué?— Mike y Aten hablaron juntos, sorprendidos por las palabras de Joe.
—Dije, '¿y qué?'—. Joe se puso de pie y recorrió la habitació n con la mirada. —
¿Está bamos tratando de reclutar gente o mostrarles que no permitiríamos que
robaran a nuestro gremio? ¿Está bamos tratando de sentirlos? ¿Esperamos que la
gente que viene aquí para robar nuestro equipo y quemar el resto hasta los
cimientos... de repente sea amigable con nosotros?
Pasó un largo momento, luego Joe dio un paso adelante y golpeó la mesa. —¡No!
Está bamos mostrá ndoles a todos los que nos miraban y a todos los que nos atacarían,
que seremos serios ante cualquier amenaza, no.
¡No importa lo pequeñ o que sea! Sí, habrá gente que nos odiará por no dejarles tomar
lo que ganamos, ¡pero a quién le importa! En cuanto a todos los demá s, ¿no crees que
nuestro gremio está celebrando ahora mismo? ¿No se dan cuenta de que la seguridad
a este nivel es lo que la gente ha estado soñando desde que nos arrebataron la Tierra?
Cuando veo este título que nuestro gremio ha ganado, todo lo que quiero…—
—Quiero...— Joe respiró hondo y trató de mirar a todas las personas alrededor de la
mesa a los ojos. —¡Todo lo que quiero… es mejorar este título al siguiente rango! Si
necesitamos ser despiadados para protegernos, entonces sé que estaré en primera
línea, lanzando los hechizos má s grandes que pueda. Si la gente muere porque nos
está n atacando... es de ellos. Propio. ¡Falla!—
Hubo un rugido de aprobació n y todos empezaron a hablar de nuevo. Esta vez, se
trataba de có mo mejorar aú n má s las defensas, có mo deberían adoptar una postura o
qué preparativos deberían realizarse a continuació n. Aten asintió apreciativamente a
Joe y luego frunció el ceñ o. En un instante, estuvo al lado de Joe y lo atrapó justo antes
de que cayera al suelo. Aunque la sala estaba llena de gente, casi nadie se dio cuenta;
Estaban demasiado absortos en la conversació n.
En cuanto al propio Joe, se desplomó só lo después de recibir un mensaje preocupante.
¡Se han cumplido todos los requisitos previos para el cambio completo de características
de Dark Charisma! Antes, habías logrado sentir un indicio de este cambio, y había sido
pensado como una advertencia o una oportunidad. De manera similar a un cambio de
alineación, has usado esta característica de una manera específica tantas veces que se
ha centralizado en torno al concepto central de tu uso.
Efecto: ¡Convencer a otros para que realicen acciones oscuras, violentas o apasionadas
ahora tiene una probabilidad fija de éxito del 10% mayor! ¡Todas las acciones que
conduzcan a acciones pacíficas, no violentas o puramente lógicas tienen un aumento fijo
del 10 % de posibilidades de fracasar! Tus métodos para ganar carisma en el futuro han
sido alterados.
Como uno de los primeros quinientos jugadores en lograr un cambio característico:
Carisma +10.
Cambiar una característica principal tiene repercusiones peligrosas para el cuerpo y la
mente. Mientras esta actualización entre en vigor, quedarás inconsciente. A partir de 3...
2...
Los ojos de Joe se abrieron de golpe, haciendo que Aten gritara sorprendido y saltara
lejos de él. Aten había estado acostando a Joe en una cama en el Saló n del Gremio. El
espacio normalmente estaba reservado para personas que habían trabajado
demasiadas horas y comenzarían su siguiente turno poco después de dormir.
En g. Joe se sentó y alzó una ceja ante el gran guerrero. —Aten, sé que estamos cerca,
pero no creo que estemos tan cerca—.
—Pensé que estabas muerto, Joe—. Aten lo fulminó con la mirada en un intento de
ocultar su sorpresa y vergü enza.
—Mmm. Si pensabas que estaba muerto y te acercabas tanto a mi cara, ¿qué dice eso
sobre ti?—, bromeó Joe al hombre nervioso.
—¡Eso no es divertido! ¡Estaba comprobando si respirabas! Aten sacudió la cabeza,
inflá ndose para defender su propio honor, cuando Joe empezó a reírse. —¡Crees que
eres tan~o~o gracioso, pero no lo eres!—
—Lo siento lo siento; Estaba simplemente probando la nueva funció n de mi carisma
—. Joe hizo caso omiso del resoplido de represalia de Aten. —¡En serio! Simplemente
tuve un cambio característico. Al parecer, ahora me resulta mucho má s fá cil irritar a la
gente, hacerles ceder cuando se elimina la ló gica de la ecuació n—.
—¿Te convertiste en político?— Aten se alejó un paso de la cama. —Joe, eso es una
degradació n de lo que tenías—.
—No no.— Joe vaciló mientras pasaba los pies por el borde de la cama. —Es…
realmente difícil de describir. Puedo sentir qué botones presionar cuando quiero una
respuesta emocional tuya. Es... mmm. Interesante , sin duda.
Aten consideró al hombre frente a él durante un largo momento. —Diré que tus
palabras se sienten má s suaves. Como cuando hablabas... No sé, parecía que realmente
querías decir lo que decías de una manera que no te había visto antes. ¿Parecías má s...
sincero?
—Probablemente porque mi carisma saltó diez puntos justo antes de caer—. Joe se
encogió de hombros ante la mirada de asombro que Aten le lanzó . —Aparentemente
necesitas utilizar tus características de una manera específica durante un largo
período de tiempo. No tengo otra informació n para compartir sobre esto en este
momento; Si encuentro alguno te lo haré saber. ¿Qué se decidió en la reunió n?
—La reunió n...? Bien.— Aten se sacudió de sus sueñ os de aumentos repentinos de
estadísticas. —Vamos a esforzarnos para llevar la ciudad al nivel tres. Tengo algunas
personas que lograron obtener algunos planos de construcció n para tres edificios
raros y un edificio —especial—. Estos por sí solos probablemente será n suficientes
para llevarnos al siguiente rango de ciudad—.
—¿Encontraste un edificio de clasificació n especial ?— Las cejas de Joe se arquearon,
haciendo que pareciera que orugas agitadas se deslizaban por su cabeza calva. —Lo
que lo hace-—
—No te emociones demasiado. Los edificios raros son má s ú tiles que los especiales—.
Ató n negó con la cabeza. —Es un edificio de lujo. No tiene valor estratégico, es só lo
una cuestió n de calidad de vida. Ayudará con la moral y cosas así, les dará un trabajo a
algunos jugadores que no son de combate—.
es realmente ? ¡Necesito detalles, Ató n! ¿Tenemos los materiales necesarios para
hacerlo? Joe prá cticamente estaba salivando al pensar en toda esa jugosa experiencia
de clase.
—Creo que sí. Es una casa de bañ os al aire libre, de estilo japonés. Se ve muy bien y
aparentemente da una ventaja adicional a la durabilidad y al entrenamiento
característico después de usarlo. Cosas menores a corto plazo, realmente importantes
a largo plazo—. Aten se encogió de hombros mientras describía la estructura . —
Honestamente, me emocionaría mucho si no estuviéramos atrapados en una guerra de
propaganda en este momento—.
—Todavía estoy muy emocionado por ello—. Joe admitió después de pensar en los
beneficios. —Lo ú nico que sabemos con certeza es que los otros gremios vendrá n tras
nosotros; no sabemos cuando. Si existe la posibilidad de que aumentemos nuestras
características bá sicas en gran medida, podríamos tomar a los demá s completamente
por sorpresa. Algo que se me ha inculcado mucho en la cabeza durante mi estancia
aquí: só lo una planificació n y preparació n inteligentes pueden competir con la fuerza
absoluta. Si tenemos fuerza y astucia, seremos un hueso demasiado duro de roer. Al
final tendrá n que darse por vencidos—.
—Interesante. Ya sabes, ni siquiera estaremos atrapados aquí durante un asedio,
gracias al sistema de viaje rá pido del templo—. Aten se rascó la barbilla y contempló
el techo. —Sé que tenemos mucho que hacer, usted especialmente, pero por favor
estén atentos al desarrollo de nuestra ciudad. Estamos trayendo frenéticamente
tantos suministros como podemos para poder configurar los edificios, principalmente
porque creemos que habrá una gran recompensa cuando llevemos a la ciudad al tercer
rango—.
—¿Qué te hace pensar que?— Joe no quería perderse las recompensas que pudieran
ofrecerse, pero no quería hacerse ilusiones. Había descubierto que cuando trabajaba y
hacía lo mejor que podía, eso tenía que ser recompensa suficiente. Luego, si hubo una
gran recompensa, fue asombrosa. De lo contrario, cuando esperaba grandes
recompensas, lo mejor que le podía pasar era que cumpliera sus propias expectativas.
La mayoría de las veces, no cumplía con sus propias expectativas, y eso fue aplastante
con el tiempo.
Aten sabía lo que Joe realmente estaba preguntando: —Datos. Datos puros. Hay
registros del establecimiento del reino y de todas las ciudades periféricas que
desarrolló . Má s allá de eso, nuestros espías está n vigilando
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
Con la opinió n pú blica volviéndose contra ellos, el Gremio de Errantes comenzó a
pasar por un momento difícil. A las cuatro de la mañ ana del día después de la batalla,
se enviaron partidas de caza para reaparecer en el bosque cerca de Towny
McTownface. A las siete de la mañ ana, se descubrió que las tiendas administradas por
jugadores en Ardania y sus alrededores habían comenzado a aumentar sus precios
para los miembros del gremio, y el costo de vida para la mayoría de los miembros de
The Wanderer's Guild comenzó a subir.
Estos cambios obligaron a los miembros del gremio a comenzar a frecuentar con
mayor frecuencia tiendas de personajes no jugadores, que vendían una variedad
mucho menor de artículos y de menor calidad. En represalia, el gremio anunció
instantá neamente que tenían planes de crear su propia empresa de comercio de
bienes generales. La reacció n decisiva conmocionó al gremio colectivo, pero también
encendió una llama en sus corazones al saber que los líderes de su gremio tenían en
mente su éxito a largo plazo.
Justo cuando Joe estaba terminando su sesió n de entrenamiento con el café de la
mañ ana y los cubos de rompecabezas , Mike apareció en su mesa. —¡Buenos días, Joe!

—Hola, Mike—, murmuró Joe mientras miraba el cubo del rompecabezas. Había
estado trabajando en esto durante semanas y parecía... parecía como si casi lo hubiera
completado. Só lo quedaban unos cuantos má s...
Mike le entregó alegremente un tubo grande. —Aquí está el primero de los planos que
pudimos conseguir. Este es un edificio raro; una casa comercial de tres pisos con un
só tano profundo. ¡El só tano sirve como almacén, la planta baja es para bienes
generales, el segundo piso es para artículos difíciles de conseguir y el tercer piso es
una casa de subastas!
Joe miró asombrado el plano plateado. —¡No creo haber visto un plano en el que cada
nivel sirva para un propó sito diferente como este! Quiero decir, he construido grandes
edificios y cosas así, pero casi siempre tienen un propó sito uniforme. Esto debería ser
interesante... ¿tenemos todo lo que vamos a necesitar para construir este tipo? Ay; Me
acabo de dar cuenta de que necesitamos al menos un nú cleo raro para hacer esto…—
Café proporcionado por Mate. Joe llamó la atenció n de uno de los vendedores de
comida y le pidió que se asegurara de que Joe se moviera después de que hubiera
pasado media hora. Dado que Joe estaba sentado en un á rea privilegiada para acceder
al venado asado, el vendedor estaba muy feliz de tener una excusa para decirle que se
fuera en un período de tiempo determinado.
—Está bien... tengo que controlar esta habilidad—. Joe respiró hondo y se centró . —
¡Ciclo de esencia!—
El mundo pasó a una escala de grises y luego se oscureció má s y má s. Pronto, Joe
quedó una vez má s hipnotizado por las titá nicas corrientes de poder que los rodeaban
a todos de manera invisible. Su objetivo había sido aprender có mo salir del ciclo por
su cuenta, pero el quid de la cuestió n era... era demasiado fá cil quedar atrapado. Pasó
media hora en un abrir y cerrar de ojos para Joe, y pronto lo sacudió un hombre que
olía a humo de leñ a y carne. '—Disculpe, señ or. ¿Me pediste que te dijera que te
fueras?
—Ah, claro que sí—. Joe estaba de pie con las piernas inestables y le costaba adaptarse
a la realidad. Eran alrededor de las nueve y media de la mañ ana y Joe estaba
absolutamente hambriento, a pesar de que só lo había desayunado tres horas antes. —
¿Puedo decir que hueles increíble? Por favor, dime que eso se debe a la comida que
sirves, porque realmente no quiero creer que alguien huela así de forma natural—.
—¡Ja!— El hombre se rió entre dientes mientras cambiaba al modo de ventas. —¡Ven
y pruébalo tú mismo! ¡El mejor desayuno es aquel que empieza de forma salvaje!—
Joe compró un plato grande de carne y luego miró su hoja de estadísticas mientras
comía.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión I: Académico Titular (Actual: Arcanólogo) Profesión II: Alquimista Ritualista
Nivel de personaje: 17 Exp: 167,220 Exp al siguiente nivel: 3,780 Nivel de Rituarchitect: 7
Exp: 25,286 Exp al siguiente nivel: 2,714 Puntos de vida: 633/633
Maná: 1.087/1.887 (679 reservado) Regeneración de maná: 39,86/seg.
Resistencia: 627/627 Regeneración de resistencia: 5,89/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 62 (2,12) Destreza: 75 (2,25) Constitución: 63 (2,13) Inteligencia: 121 (3,21)
Sabiduría: 95 (2,46) Carisma (Oscuro): 70 (2,2) Percepción: 73 (2,23) Suerte: 45 (1,45) )
Suerte Kármica: +27
Joe vio algunas mejoras importantes, pero tuvo que detenerse un momento cuando vio
el aumento en su experiencia de clase. —¿De dó nde salieron esos mil quinientos
extra…? ¡Oh! Los otros edificios de apartamentos. Bien... no puedo construir nada en
este momento. No he visto a Daniella en días y el Maestro Encantador estará ocupado
hasta la pró xima semana. ¿Jake el Alquimista?
Joe dejó atrá s el á rea del comedor y pronto llegó a Ardania, gracias a sus opciones de
viaje rá pido. Caminó hasta la tienda del alquimista y esperó un momento mientras los
clientes buscaban. Cuando Jake finalmente estuvo libre, Joe entabló conversació n. —
¡Hola Jake! ¿Có mo está s?—
—Ah bien. Muy bien. Hoy en día, mucha gente compra venenos para sus armas—. Jake
miró a Joe de arriba abajo. —Estoy bastante seguro de que todo eso es gracias a ti;
Todos parecían guardar rencor contra el —gremio tirano—. Buen dinero en ello, si
está s interesado en ayudarme a hacer venenos que puedan usar en tu contra.
¿Pensamientos?—
—¿Preferiría no?— Joe levantó la mano como diciendo —duh—. —¿No quiero ser
responsable de la muerte de miembros de mi gremio?—
—Mmm. Lá stima. ¿Supongo que está s aquí para tu pró xima sesió n de entrenamiento?
Ha pasado suficiente tiempo para que hayas absorbido las lecciones de la ú ltima vez,
así que ¿debemos hacer una prueba antes de comenzar? Una nube de polvo rojo
surgió de un tubo que había estado escondido en la pared y se posó sobre la cara de
Joe. —¿Cuá l fue la primera regla para trabajar con venenos y polvos?—
Joe gritó cuando su salud comenzó a decaer. Su cara se sentía como si estuviera en
llamas. Lo habían rociado con maza en sus días en el ejército para que pudiera
experimentarlo por sí mismo, pero esto era doce veces peor. Se golpeó la cara con las
manos y apenas logró evitar tocarse la piel. —Gah… pah… ¡no lo hagas! ¡No te toques
la cara cuando trabajes con componentes!
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
—Vamos, admitiste que no sabías qué era esto. No tienes forma de utilizarlo en toda
su capacidad. Véndemelo—, exigió Jake con calma.
—Jake, dime qué es, o lo llevaré a otro lugar y lo tasaré—. Joe respondió rá pidamente,
extendiendo la mano para agarrar el caldero.
—Lo ú nico que conseguiría es que usted muera y esto desaparezca para siempre en el
mercado negro—. Jake apartó la mano de Joe de la superficie del enorme cubo de
metal. —Bien. Escuche, este es un auténtico caldero de metal moroviano. Esto... esto es
un verdadero Artefacto. Lo digo tanto en términos de su calidad como de su
significado histó rico. Proporciona tres funciones. Primero, se limpia y neutraliza. En
segundo lugar, se puede utilizar para preparar pociones, polvos y pastillas de
cualquier rareza. En tercer lugar, cada milímetro se puede configurar para que alcance
só lo una temperatura específica. Esta parte podría tener mil grados y aú n así congelar
todo lo que toque aquí—.
—¿Un artefacto?— La sonrisa de Joe iluminó la habitació n. Incluso su libro de rituales
má s poderoso estaba clasificado solo como Artefacto y contenía rituales de guerra que
podían matar de hambre a una nació n o remodelar el terreno de un á rea enorme. —
¿Esas funciones parecen buenas, pero no parecen suficientes para convertir algo en un
Artefacto…?—
Jake miró a Joe con expresió n inexpresiva y luego dejó escapar un suspiro lento. —Por
eso deberías darme este artículo. Tener esto y perder el tiempo haciendo pociones
para principiantes y principiantes sería como si un niñ o encontrara un nú cleo
radiante y lo usara para alcanzar el nivel diez antes que sus amigos—.
—Explicaré las funciones nuevamente, pero más lento.— Jake levantó un dedo lleno
de cicatrices. —Se limpia y se neutraliza a sí mismo. Perfectamente. Sé que nunca has
visto el lodo que se crea cuando un fabricante de pociones de alto nivel El intento falla,
pero el revés significa días, o semanas, de limpieza. Se neutraliza a sí mismo. Eso
significa que las ú nicas cosas en
Mientras tenga eso, estoy bien con el resto. Mi objetivo siempre ha sido convertirme
en el Sabio Alquímico y este caldero puede ser la clave para lograrlo. Realmente, es
una lá stima que no tuvieras esto antes de seleccionar tu nueva profesió n. Le hubiera
recomendado tomar otra cosa.—
—No; incluso diez añ os es só lo una pequeñ a porció n de tiempo. Necesito saber có mo
mantenerme plenamente, aunque felizmente confiaré en ti cuando pueda—.
—Me parece bien.— Jake extendió la mano y se estrecharon el trato.
Misión actualizada: Homebrew. ¡Jake el Alquimista ha hecho un nuevo trato contigo!
Hazle un nuevo taller de al menos rareza única en la siguiente Zona donde hagas un
puesto de avanzada y dale derechos exclusivos para usar tu caldero durante diez años.
Límite de tiempo: 364:23:59:59 Recompensa : Profesión (completa), bienes alquímicos
'al costo' y primera selección de bienes producidos, durante diez años. Fallo: Odio total a
Jake y otras organizaciones, y serás agregado a una lista de —Robar y matar al verte—.
Joe parpadeó al ver los cambios en la misió n. ¿Tuvo un añ o hasta que falló ? ¡É l no
había puesto esa estipulació n! Jake aclaró los criterios rá pidamente. —Ahora que sé
que tienes este caldero, só lo me queda esperar que trabajes rá pidamente para
asegurarte de que pueda usarlo. De lo contrario, mi deseo de crecer podría superar mi
miedo a las represalias—.
—Ya veo… en ese caso, ¿nos ponemos a trabajar? Me encantaría entrenar un poco
mientras estoy aquí—. Se pusieron manos a la obra y Joe hizo una mueca de dolor al
ver con qué brusquedad Jake trataba su caldero. Antes, siempre lo había tratado como
a su hijo favorito, pero ahora golpeaba descuidadamente con su batidor contra los
bordes como si fuera una sartén que hubiera comprado en una venta de garaje. —
¡Jake, tranquilo! Hay mucho tiempo entre ahora y el momento en que obtenga una
actualizació n; ¡Trate su equipo correctamente!
—¿Mmm?— Jake se dio cuenta de lo que estaba haciendo y gritó , acariciando
tímidamente su gigantesco caldero verde. —En efecto. Bien. Pongá monos a trabajar.—
Durante las siguientes horas, los dos crearon varias pociones de nivel Basura para los
rituales de Joe. Só lo una vez Joe pudo hacer una poció n de fortalecimiento ritual de
rango comú n.
Poción de fortalecimiento ritual (Elixir). Agrega un 1% de efecto al objetivo principal de
un ritual completado.
—Espera, ¿dice que mi poció n es un Elixir?— Joe miró la pequeñ a cantidad de líquido
que había podido sacar del fondo del caldero de Jake. —No entiendo.—
—Oh, ¿ya hiciste un Elixir? Está s progresando extremadamente rá pido—. Jake miró la
botella y la levantó hacia la luz. —Sí, eso es un Elixir, está bien—.
—¿Pero es una poció n?— Joe arrojó la pequeñ a botella en el espacio para guardar
anillos.
—Correcto.— Jake sacó una lista titulada 'Alquimia para tontos' en la parte superior
de la pá gina y se la entregó . —Aquí tienes una guía de referencia. Hay tres tipos
diferentes de bienes alquímicos. Pociones, polvos y pastillas. Una 'poció n' es en
realidad una clasificació n de nivel Basura, pero es tan comú n que se convirtió en el
nombre de todos los productos alquímicos líquidos—.
—En términos de rareza, las clasificaciones son: poció n, elixir, bebida, vial, filtro,
tó nico, brebaje, icor, inyecció n y, finalmente, brebaje. Estas clasificaciones se utilizan
en todos los productos alquímicos. Pero…— Jake hizo crujir su cuello, tirando
bruscamente su cabeza hacia un lado, —Un polvo se hace tomando una poció n,
destilá ndola y reduciéndola hasta que todo lo que queda es un polvo . La tasa de
fracaso en esto es astronómica, ya que incluso una diferencia de un solo grado puede
convertir un éxito en un fracaso. Ademá s, un polvo só lo se puede crear reduciendo
una poció n dos rangos má s que el resultado del polvo—.
Joe escuchó atentamente y luego señ aló su lista con la mano. —Entonces, ¿có mo
podrías hacer un polvo raro para inyecció n? ¿Eso no es posible?—
—Lo es, pero só lo combinando polvos que tengan la misma potencia y composició n—.
Jake le dio puntos a Joe por darse cuenta de ese problema desde el principio. —Ahora,
si tienes un polvo y una poció n del mismo rango , ¿cuá l prefieres?—
—El polvo, claramente—. Las palabras de Joe hicieron que Jake asintiera nuevamente.
—Aunque son de la misma rareza, el polvo será tan efectivo como una poció n dos
rangos má s alta, ¿no?—
—Correcto. Ahora, en cuanto a las pastillas... Jake sacudió la cabeza. —La dificultad
alcanza un nivel completamente nuevo. Es necesario combinar polvos de potencia y
efecto variables para poder preparar una pastilla. Nunca he visto una receta para una
píldora que supere el rango de —Vial—. De hecho, só lo sé con certeza que existen
píldoras superiores, porque una vez el Rey le dio una píldora clasificada como Philter
(o de rareza 'rara', si te sales de la clasificació n de rareza general ) a un héroe de
guerra, había una vez. Parte de la razó n por la que quiero ir a una Zona má s alta es que
habrá una mayor probabilidad de encontrar recetas que me permitan aumentar mis
habilidades—.
Su conversació n decayó y Joe se concentró en aumentar sus habilidades alquímicas
una vez má s. Cuando salió de la tienda, había aumentado su habilidad de Alquimia
Ritualista a Principiante tres. A pesar de
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO
Joe había empezado a adoptar una buena rutina nuevamente y no había señ ales de un
ataque inminente. É l y su equipo habían logrado algunas misiones má s y pruebas de
mazmorras, y ahora que la maldició n sobre Alexis se había roto, la cohesió n del
equipo estaba avanzando lenta pero seguramente hacia arriba. Ya habían pasado tres
días y Joe había logrado acumular otros ocho mil de experiencia, alcanzando el nivel
dieciocho. Durante este tiempo, el gremio había estado trabajando para reunir
materiales de construcció n y todo lo necesario para crear una tienda, mientras que la -
opinió n pú blica del Gremio de Errantes había seguido cayendo constantemente.
Por supuesto, esto hizo que fuera má s difícil comprar bienes y, posteriormente,
ralentizó muchos otros aspectos de su plan para construir rá pidamente una base. Para
Joe, sin embargo, había sido una época dorada para progresar en sus habilidades.
Había podido reunirse temprano con el Maestro Encantador, había llevado su
comprensió n del encantamiento al Novicio Nueve y estaba a punto de poder pasar a
un nuevo nivel. El maestro de Joe le había informado que los obstá culos eran comunes
y que la mejor manera de superarlos era lograr crear algo en el nivel por el que se
esforzaba.
Joe suspiró profundamente mientras se obligaba a levantarse del suelo. Su ú ltimo
intento en su actual intento ritual había destruido la mitad de su Concha Exquisita y lo
había incrustado en la pared de la mina de sal donde practicaba . Había muchas
posibilidades de que si los hacía en el Gran Saló n Ritual, tuviera éxito. Había la misma
posibilidad de que dañ ara muchas otras investigaciones que estaban en progreso, y no
quería correr ese riesgo. No cuando los resultados seguían siendo tan interesantes.
Big_Mo ciertamente estaba siguiendo el camino de un Ritualista de Sangre; Joe no
tenía dudas de que la clase existía. El hombre parecía estar fascinado por descubrir los
innumerables usos de la sangre, e incluso había comenzado a realizar investigaciones
sobre Alquimia Ritualista por su cuenta. Sus diseñ os rituales eran secretos para todos
excepto para Joe, quien lo ayudó a refinar
a ellos. Joe también los alejó de cualquier cosa verdaderamente oscura; por lo que los
rituales tendían a estar má s en línea con beneficios y efectos curativos.
Hannah parecía estar siguiendo el camino de un Macro Ritualista, centrá ndose en la
configuració n del terreno y la terraformació n. Joe no pudo ofrecer mucho en cuanto al
diseñ o de los rituales, pero sí pudo corregir algunos errores. Taka iba por el camino
opuesto, intentando encontrar las cosas má s pequeñ as que pudieran cambiarse. Le
había fascinado el ritual que transformaba el agua en fuego y parecía estar siguiendo
su plan original de ser un pistolero má gico . Había compartido que planeaba usar
rituales para encantar densamente proyectiles, que era la razó n principal por la que
las armas de fuego eran inú tiles actualmente. Simplemente no había suficiente espacio
en las balas para incrustar encantamientos que pudieran atravesar defensas má gicas.
En cuanto a Kirby... ella todavía quería ser un señ or supremo malvado. Joe sacudió la
cabeza al recordar su diseñ o ritual má s reciente, que se suponía era un ritual
defensivo que cegaba a las personas con luz constante. Su cabeza daba vueltas por el
reciente impacto con la pared, así que se sentó en el suelo salado y recordó su
conversació n.
—Kirby, te das cuenta de que incorporaste secciones del ritual de conversió n de agua
aquí, ¿verdad?—
—¡Sí!— Kirby había exclamado emocionado. —Con la calidad refractiva, no importa
hacia dónde mire la gente, ¡la luz estará justo en su cara!—
—Oh, Kirby—. Joe se había reído entre dientes ante su expresió n decaída. —É ste es un
ritual eficaz y bien elaborado... que produce arcoíris. Só lo arcoíris. Si te ayuda, serían
arcoíris que podrías ver de noche o usarlos para iluminar un á rea. Si hay cosas como
eventos deportivos o conciertos, esto es algo que les encantaría tener. Pero éste es un
ritual de estilo de vida , una herramienta de embellecimiento. Ciertamente no será
efectivo en la batalla—.
—No hay manera de... no sé, ¿convertirlo en un lá ser?— Kirby suplicó incluso cuando
Joe negó con la cabeza y ella suspiró profundamente. —¡La pró xima vez, seguro!—
Ese recuerdo le hizo sonreír y le recordó que a veces sus propios fracasos lograban
resultados inesperados: como el Ritual Draft. No había intentado lograrlo, pero se
alegraba de haberlo hecho. Joe incluso tenía un término para este tipo de éxito: —
Fracasar hacia arriba—. Joe salió de sus pensamientos y se puso de pie, sal corriendo
de su Exquisita Concha mientras lo hacía. —¡Es hora de ser como Kirby! Tengo una
meta y no la logré. ¡A la pró xima, lo haré!—
Después de decir sus palabras en voz alta y solo recibir un eco como respuesta, Joe se
acercó al crá ter humeante que quedaba de su intento anterior e inspeccionó el
desorden así como sus notificaciones.
Accediendo al ritual 'Featherfall'... accedido. Al intentar implementar el encantamiento
combinado 'Activación de proximidad' y 'Está cayendo'... las variables están fuera de los
parámetros seguros.
¡Precaución! Inestabilidad de hechizos en 127,69 por ciento, mitigada por 58% de -
estabilidad de hechizos personal a 69,69%. Je. La inestabilidad del hechizo se ha
apoderado de él. Recomendación del sistema: ejecutar.
Joe gimió mientras miraba las notificaciones. El tiempo desde la aparició n de la
primera letra hasta que la magia se salió de control había sido de menos de un
segundo. —¿Có mo diablos se supone que voy a arreglar un ritual inestable si no tengo
la oportunidad de moverme? I-—
Se detuvo y cerró los ojos. Cuando los abrió , Joe sacó su hoja de habilidades y leyó una
línea en voz alta que se había olvidado. '—Sin embargo, con Ritualistic Forging,
puedes crear elementos ú tiles, tó tems y, eventualmente, pilones que te ayudará n a
crear un entorno estable para tus rituales'. Por supuesto que puedo hacer eso. Y, oh
mira, la habilidad está en el novato —.
Si hubiera estado en su habitació n, y no en el fondo de una mina de sal, se habría
rendido y se habría tirado en la cama. En cambio, Joe sacó su diseñ o ritual y lo repasó
una vez má s. Sus ojos volaban de un lado a otro, y después de unos minutos, todavía
no había encontrado ni un solo error en el diseñ o. —Si el diseñ o es correcto, entonces
el problema debe estar en la ejecució n. Parece que só lo tengo un treinta por ciento de
posibilidades de hacer que este ritual funcione en este momento... así que. ¿Qué puedo
hacer? ¿Por qué hablo solo? Amigo, ven aquí, por favor—.
Su elemental de café burbujeó y giró en el brazo de Joe por un momento, luego pareció
concentrarse en Joe. Era difícil saberlo con certeza, ya que los ojos de Mate eran
granos de café, pero parecía mirar a Joe y esperar. —Compañ ero bien. Tengo dos
opciones. Descubre có mo aumentar la estabilidad del hechizo o llegar a un nivel má s
alto en encantamiento y fuerza bruta—.
Mate no habló , aunque Joe juró que había oído hablar a la criatura antes. Aun así, sus
frijoles parecían estar llenos de admiració n; no solo por Joe, sino también por la idea
de que Joe debería investigar la forja si iba a perseguir su objetivo actual. Joe le sonrió
a Mate en respuesta, y pronto el elemental desapareció una vez má s. Joe sacudió la
cabeza y sintió que se estaba despertando. —¿Descubrí có mo leer las emociones del
café? ¿Es eso una cosa?
No partió de inmediato, sino que se tomó el tiempo para recrear su ritual, ademá s de
pasar media hora tallando las Runas y los patrones geométricos necesarios para los
dos encantamientos de rango Novato que estaba tratando de usar en el ritual. . Fue
interesante verlos mientras avanzaban entre los círculos rituales. Los círculos rituales
está ndar contenían todo lo relacionado con los círculos mismos y, en comparació n...
Joe pensó que los círculos rituales combinados con los encantamientos se veían má s
geniales. Estaba contento de estar aprendiendo y adquiriendo nuevas habilidades,
incluso si el costo de tiempo y recursos era alto.
Después de que todo estuvo perfecto excepto la estabilidad del hechizo, Joe comenzó a
salir del sistema de cuevas. Si alguien se encontrara con el ritual, probablemente lo
dejaría en paz. Si no, explotaría y los mataría. Casi una garantía. Si no explotara... Joe se
lo agradecería muchísimo. Considerá ndolo todo, una apuesta segura. Para él.
Joe tenía grandes esperanzas en su habilidad Forja ritual, por mú ltiples razones.
Primero, había muchas más personas a las que podía conseguir para enseñ arle. Había
herreros clasificados como Expertos prá cticamente por todas partes, especialmente
en comparació n con los alquimistas y encantadores. Segundo, sabía que habría
herreros que podrían entrenarlo dentro del á rea de efecto del Saló n de los
Conquistadores. Esto significaba que podría beneficiarse del aumento de habilidades
en el á rea, por lo que esta debería ser una de sus habilidades Ritualistas de má s rá pido
crecimiento; al menos al principio.
En tercer y ú ltimo lugar, Joe estaba muy motivado y concentrado. Si pudiera usar su
subhabilidad de Forja Ritualista e ignorar tener que trabajar en algo como clavos o
herraduras, mucho mejor. Como no necesitaba centrarse de manera amplia, podía
aspirar a un crecimiento de habilidades profundo y limitado. Sus ojos brillaron al
pensar en el ritual que acababa de dejar en el suelo detrá s de él. Joe finalmente tenía
una meta alcanzable a corto plazo: iba a estabilizar ese ritual al menos al cincuenta
por ciento en tres días.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
Joe refunfuñ ó mientras golpeaba una barra de hierro para ablandarla lo suficiente
como para clavarla. —Esto es estú pido y voy a arreglar todo este modelo de negocio
roto y su cara de tonto y-—
—¡Ey! El metal sabe cuando lo está s tratando mal—. El herrero era un jugador que
había trabajado con metal toda su vida antes de llegar a Eternium, y su nivel de
habilidad ya estaba cerca del rango medio de Experto. Sería má s alto, pero el trabajo
del metal en los niveles altos implicaba mucho má s. Cosas como agregar materiales
má gicos, nú cleos en polvo y varias llamas tuvieron un impacto en el resultado final,
por lo que el conocimiento y la experiencia eran los reyes. —Ya te acogí bajo protesta,
así que será mejor que no tortures mi metal—.
El herrero observó có mo Joe giraba el metal y lo volvía a colocar en el fuego. —Mmm.
Mejor, pero tu actitud apesta. Por eso no me interesan los aprendices... uf. Ya sabes,
siempre puedes simplemente dejarlo—.
—No puedo hacerlo; entonces obtienes un lugar en el gremio gratis y me pierdo un
entrenamiento valioso—. Joe —alegremente— derribó las esperanzas del hombre. El
gremio le había prometido al herrero una forja propia en la ciudad, siempre que
pudiera demostrar su habilidad; lo que incluía conseguir un aprendiz hasta llegar a
Journeyman Ranks. Eso era lo má s alto que un Experto podía entrenar a alguien;
necesitaban ser un Maestro para poder entrenar a alguien en las filas de Expertos.
—Como sea, chico. Todo lo que necesito hacer es lograr que dejes de fumar o alcanzar
un nivel de habilidad lo suficientemente alto, y creo que elijo 'hacerte que dejes de
fumar'—. El hombre sonrió y se giró para irse.
Joe sacó el lingote de hierro del fuego e hizo un comentario con indiferencia que hizo
que el herrero se detuviera en seco. —¿Te das cuenta, espero, de que es muy probable
que sea yo quien construya la forja que vas a utilizar? Una parte interesante del trato
es que só lo te prometieron una fragua. No es una fragua por encima de la calidad de la
basura...—
Cuando Joe salió de la forja temporal exclusiva del gremio seis horas má s tarde,
llevaba once triá ngulos de hierro, cada uno de los cuales aumentaba la
La estabilidad de un ritual clasificado como Novato en un dos por ciento, siempre y
cuando se utilizara una cantidad de nú meros primos. —¡Estos son tan interesantes!
Quiero decir, no me ayudan en este momento, ya que necesito al menos un conjunto
para principiantes, ¡pero estoy seguro de que alguien en el aquelarre puede usarlos!
Bajo los efectos del multiplicador de cuatro veces la ganancia de habilidad de su clase,
así como el efecto pasivo del Saló n del Conquistador, ademá s de que un Experto le
enseñ ó directamente, Joe había podido caer justo en el medio de las filas de
Principiantes de Forja Ritualística. durante su sesió n.
Forja Ritualista (Principiante V).
Joe ahora podía crear los elementos que necesitaba, pero necesitaba encontrar un
diseñ o que pudiera seguir. No podía simplemente hacer formas aleatorias y esperar lo
mejor. O necesitaba encontrar o crear una habilidad tradicional para su forja, o
necesitaba encontrar a alguien que pudiera ayudarlo a localizar diseñ os existentes.
Después de almacenar los estabilizadores en el Gran Saló n Ritual para que los usara
cualquiera de su aquelarre, Bard atrapó a Joe antes de que pudiera abandonar el
edificio.
—Joe, tienes que ayudarme—. Bard estaba jadeando, cubierto de sangre y claramente
le habían pasado por alto.
—¡Imposició n de manos!— Después de lanzar el hechizo, Joe empujó a Bard hacia el
interior del edificio para que no se encontraran con sorpresas. —Bardo... ¿qué está
pasando?—
—¿Sabes que me he quedado estancado y he estado buscando una especializació n que
encajara?— Bard se limpió un poco de sangre de la cara, contento de no hacer má s
muecas cuando lo hizo. —Encontré uno, pero... hay un requisito , e hice enojar a
mucha gente—.
—¿Que necesitas de mi?— Joe estaba listo para saltar a la acció n , un hecho que no
pasó desapercibido para Bard.
—Esto es… ejem. Necesito que me des permiso para agregar a Hansel al panteó n
rudimentario que ya tienes—. Bard miró suplicante al líder de su partido, sabiendo
que era una gran petició n. —Te lo debo durante mucho, mucho tiempo, lo sé. Aú n así,
¿por favor? No hay ningú n otro lugar donde pueda instalar un altar que el Bardic
College no pueda encontrar y destruir—.
—¿Ese es el que está detrá s de ti?— Joe hizo una mueca; el gremio no estaría contento
si volviera contra ellos el centro de propaganda má s grande de la Zona. —No sé si es
una buena idea, Bard. Las repercusiones contra el gremio en su conjunto podrían ser
devastadoras—.
Bard sabía claramente que la petició n había sido una posibilidad remota. —Ah...
pensaré en algo má s...—
Joe vio có mo su compañ ero de equipo se alejaba de él y Joe sintió que el giro iba a ser
má s simbó lico que literal si
Rechazó a su amigo ahora. —No. Bardo, al abismo con él. ¿Cuá l es un enemigo má s?
Pueden simplemente hacer fila, ¿verdad?
—Sí... ¿lo dices en serio?— Bard se giró y golpeó su mano contra el pecho de Joe con
tanta fuerza que recibió una bofetada sombría a cambio.
Aumento de habilidad: Represalias de las Sombras (Estudiante 0). Abofetear a un amigo
para pasar al siguiente nivel, genial. Realmente muestra tu carácter. ¡Has descubierto
que hay cosas que importan más que esperar a que te golpeen! ¡Ahora podrás usar esta
habilidad como represalia preventiva ! Efecto adicional: cuando eres objetivo de un
ataque de cualquier tipo, hay un 10+n% de probabilidad de que Retaliation of Shadows
se active para causar el máximo daño de habilidad contra el atacante. ¡Seguirán
recibiendo represalias regulares si su ataque aterriza!
—¡Por supuesto que lo digo en serio!— Joe leyó su notificació n y apenas podía
respirar. ¡Ahora la habilidad estaba empezando a estar a la altura de su rango
Legendario ! —¿Cuá ndo necesitas el lugar?—
—Tengo todo lo que necesito—. Bard estaba tremendamente serio y muy -
concentrado. —Si llegamos al Templo, puedo ocupar un lugar de inmediato—.
—¿Si?—
—Sí, tenía un montó n de asesinos y cosas así detrá s de mí—. Bard suspiró
profundamente aliviado de que Joe fuera a ayudar. —Los perdí por un momento, así
que... ¿probablemente está n en el Templo esperá ndome?—
—¿Supongo que estabas esperando intencionalmente para decirme esto para tener
má s posibilidades de lograr que estuviera de acuerdo?— Joe le dio a Bard una mirada
penetrante, a lo que el poderoso Skald simplemente se rió entre dientes y admitió que
Joe estaba tras él. —¿Qué es lo que hay que hacer?—
—Tengo un pequeñ o ídolo dorado; só lo tienes que dejarlo caer en un altar vacío y
hará el resto—. Bard comenzó a apresurarse hacia el á rea del Templo y Joe se
apresuró a alcanzarlo. —Para que lo sepas, estos tipos enviaron a Alexis a reaparecer
—.
—¿Qué?—
—Ladrar. Me dijeron que o les entregaba el laú d de oro o la matarían. La habían
capturado y un grupo de ellos tenía una espada en su cuello—. Bard gruñ ó ante su
recuerdo. —Ella me dijo que sería mejor que terminara la misió n sin importar nada,
luego presionó uno de sus misterios pero desapareció detrá s de una pared de veneno.
La vi ponerse gris en el montaje de mi fiesta, pero sé que se llevó muchas consigo—.
—Juggernauts, despejen el á rea del templo. Si alguno se niega a ir, có rtalo—. Joe llamó
en voz alta. Sabía que no necesitaba gritar, pero sí quería dar una advertencia justa a
cualquiera que estuviera escuchando. Siempre hubo un Juggernaut en el á rea del
Templo, y no tenía
El problema es esperar unos minutos mientras se solucionan los problemas. —Nadie
ataca a mi equipo y se sale con la suya—.
—Ese fue un golpe de advertencia. No obtendrás otro.— Al escuchar la voz inorgá nica
del Juggernaut, Joe empujó a Bard hacia el costado de la puerta justo antes de que se
abriera de golpe y se arrojaran trozos de persona muerta. Bard miró el desastre, luego
miró a Joe con amplia atenció n. ojos cuando el sonido de una licuadora llegó desde la
habitació n de al lado.
—Sí, considera un ataque en el que no mueren instantá neamente como un 'golpe de
advertencia'—. Joe se encogió de hombros mientras explicaba. —No soy un gran
admirador de eso, pero ¿qué voy a hacer cuando eso me diga que no cambiará ?—
Joe saludó a un Juggernaut que salió pesadamente del á rea del Templo y escaneó la
habitació n. Su casco se fijó en Bard, pero Joe dio la orden de dejarlo pasar. Después de
una breve pausa, Juggernaut asintió y habló . —Veintidós presencias ocultas se acercan
a gran velocidad. Si bien estas personas son tontas al suponer que cualquier cosa puede
ocultarse a la vista de Occultatum, están dispersos y pueden ingresar al área a través de
diversos medios para eludir las reglas—. —¿Qué... qué está diciendo?— Bard tragó
saliva nerviosamente mientras el Runic Juggernaut de color pú rpura brillante se
cernía sobre ellos.
—¿No puedes entender las palabras o a qué se refiere?— Joe se preguntó
distraídamente.
—El significado. Las palabras son... muy claras—. Bard arrastró los pies a lo largo de la
pared para evitar quedar atrapado por la enorme figura.
Joe comenzó a caminar normalmente, arrastrando a Bard con él. —Dijo que había
gente sigilosamente atravesando el Saló n de los Conquistadores, y que estaban
demasiado dispersos para tratar con ellos fá cilmente—.
Tan pronto como estuvieron en el templo propiamente dicho, corrieron hacia uno de
los dos altares abiertos que quedaban y Bard sacó un laú d dorado de su bolso. —
Gracias a dios. ¡Este tonto es pesado y esa maldita cosa no se puede poner en una bolsa
espacial!
—Bardo, ¿es robado?— Joe se alejó por si el laú d empezaba a chirriar o algo así. —
Solo he visto que los elementos de misió n obtenidos de maneras desagradables no se
pueden almacenar en equipos espaciales...—
—Só lo técnicamente robado—, se quejó Bard mientras golpeaba el laú d contra el altar.
—Es el artefacto de una deidad, tenía una misió n de él para moverlo. Las 'reglas de
propiedad' de la gente pueden comerse una mierda gigante—.
El altar empezó a brillar de un color rojo oscuro, luego marró n. Una sensació n
profunda y escalofriante emanaba del altar. Tanto Joe como Bard se vieron obligados a
dar un paso atrá s cuando el escalofrío cambió repentinamente: un furioso
Una columna de extrañ o fuego marró n explotó desde el altar. Una risa profunda y
sonora surgió de la llama cuando una ola de fuego salió del altar y barrió el Templo
hasta el Saló n de los Conquistadores, solo separá ndose para pasar junto a Joe y Bard.
Ambos permanecieron encerrados en su lugar, observando el fuego con expresiones
de preocupació n.
Los gritos resonaron en el Templo cuando las personas atrapadas en las llamas fueron
reducidas a cenizas; solo permanecen con vida el tiempo suficiente para sentirse
purificados en el sentido má s literal. Joe tragó profundamente y miró de reojo a Bard.
—¿Está s seguro de que fue una misió n de la deidad de los bardos? ¿No es un dios
maligno que te engañ ó para que entraras en nuestro panteó n?
—Joe, si me engañ aran... ¿có mo podría saberlo?— Bard logró salir cuando la llama
comenzó a acumularse en la parte superior del altar.
—¿Llamas marrones, asesinato repentino de un grupo de personas?— Joe volvió a
centrar su atenció n en el fuego. —¿Algo de eso hace sonar las alarmas?—
Bard no tuvo la oportunidad de responder cuando las palabras sacudieron el aire a su
alrededor, claramente originadas en el altar que acababa de activarse.
—¡Libertad! Cientos de años de ser sofocados, ¡y ahora yo! ¡Soy! ¡Gratis!—
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS
—Ahora que lo mencionas, Joe, tengo la sensació n de que algo podría haber salido mal
—, murmuró Bard cuando la llama finalmente terminó de transformarse. Una persona
ahora estaba de pie sobre el altar y bailaba alrededor de la superficie sin salir de los
confines de la piedra sobrecalentada. Al escuchar las palabras de Bard, el ser se giró y
los miró con expresió n fría.
Al ver quién había hablado, el hombre dio una voltereta hacia atrá s desde el altar y se
posó frente a ellos; de alguna manera aterrizando frente a ellos directamente. —¡Tú !
¡Bardo! ¡Oh, nombre tan desafortunado, pero persona tan virtuosa ! ¡Me has liberado
del aislamiento forzado y de las terribles ofrendas del Bardic College! ¡ Misió n -
completa de la manera má s espectacular ! ¡Aquí tienes una mejora de clase!
¡Especializació n, lo que sea!
Los ojos de Bard se pusieron en blanco y se desplomó en el suelo antes de que Joe
pudiera atraparlo. Joe dirigió su atenció n a la deidad que ahora lo estaba considerando
y tragó saliva. —Eres el dueñ o de este edificio, ¿eh? A ver... panteó n... ¿Ah?
¿Occultatum es el amo de este panteó n? Apuesto a que le encanta eso, el viejo
charlatá n. ¡Oh! ¡Tom está aquí! ¡Hola Tom!—
—Tommulus—, fue la respuesta de mal humor desde la llama roja en el altar de
Tommulus.
—Millenia, y todavía tienes ese palo en el trasero—. La deidad de la llama marró n
sonrió amablemente todo el tiempo mientras decía esto. No hubo respuesta. —Hmm,
hmm, jaa. ¿Ritualista, Rituarquitecto, oh, un erudito-ocultista? Interesante, no
inesperado. ¿Te está s mudando recientemente a la herrería y la alquimia? ¿Te refieres
a profesiones que dependen en gran medida de la tierra, el viento y el fuego? Eso será
difícil con tus afinidades tan fuertemente sesgadas hacia la inferencia... es decir, la
oscuridad y el agua. Bueno, tú también mereces una recompensa; ¿Quizá s pueda
ayudar con eso?
—Lo siento, lamento mucho interrumpir; ¿quién eres?— Joe logró salir después de
que su Aura de Neutralidad le humedeciera la boca lo suficiente como para poder
hablar de nuevo.
—¿Qué? ¡Soy Hans! ¿La deidad Hansel? ¿Señ or de los bardos? Hansel sacudió la cabeza
y murmuró sobre el descenso de los está ndares educativos. —¡Oh espera! ¡Esto es
bueno! ¡El Colegio me mantuvo tan escondido que no hay un gran registro de mis
habilidades! ¡Puedo cambiar mi nombre! ¡Gracias, pequeñ o tejehechizos!
Una nueva Deidad se ha unido a tu panteón: Hansel, la Deidad Mayor de los Bardos,
Maestros y Asesinos Políticos. Existe una gran sinergia entre Hansel y Tommulus, lo que
resulta en una bonificación del 20% en la ganancia de habilidad de un estudiante
cuando un maestro le enseña en el área de efecto del Salón de Pathfinder (Templo).
¡Has ganado +2222,22 de reputación con Hansel! Nuevo rango de reputación: Amistoso.
—¡Muy bien, aquí tienes una pequeñ a recompensa, Joe! Perdó n por el dolor, pero
valdrá la pena. ¡ Siempre vale la pena abrir canales de afinidad cuando sobrevives al
proceso!
—Espera, yo-— Joe no pudo pronunciar ninguna otra palabra antes de que un fuego
marró n lo rodeara y comenzara a excavar en él. Su ropa pareció gritar y Hansel hizo
una mueca.
—Oh lo siento por eso. Necesitará s ropa nueva, ¡pero aú n así vale la pena!— Entonces,
Hans desapareció o Joe se desmayó , porque de repente Joe miró hacia el techo y
parpadeó .
¡Se eliminaron las restricciones de clase sobre el uso del fuego! ¡Ya no tendrás un -50%
en la adquisición y uso de habilidades cuando uses habilidades basadas en fuego!
¡Afinidad de fuego perfecta obtenida! ¡Ahora tienes una bonificación del 100% en la
ganancia y el uso de habilidades cuando usas habilidades basadas en fuego!
¡Límite de durabilidad alcanzado! Equipamiento del set: ¡El guardarropa del sabio ha
sido totalmente destruido!
¡Límite de durabilidad alcanzado! ¡Bastón de Mystic Theurge destruido!
Joe se sentó y se dio cuenta de que estaba desnudo a excepció n de su bragueta
espacial. Eso no serviría. Enviando sus pensamientos a su almacén, sacó la ú nica ropa
que tenía; envolviéndose en la Capa de Oscuridad Líquida. —Ha pasado un tiempo
desde que te usé, ¿no? Bueno... es mejor parecer mojado que andar por ahí como el
gladiador Tarzá n.
—¿Bardbaro?— Bard se sentó de golpe. —¡Soy un bardobariano! ¡Finalmente
desbloqueé una especializació n! ¡José! ¡También tengo el camino claro hacia mi
segunda especializació n ! ¡Eventualmente podré ser un Lore Keeper!—
—Eso es-—
—¡Incluso mejor de lo que esperaba!— Bard ya estaba de pie y golpeó con la mano el
altar de Hansel. —¡Eres un buen hombre, Hansel! Abismo
que son desafiantes para cosas de nivel superior. Parece que eso en realidad tiene un
gran inconveniente—.
—Bueno, voy a...— Joe agitó las manos en el aire con frustració n. —¡Lo que sea!
Veremos que pasa. Ademá s, ¿qué le pasa a tu voz?
—No estoy seguro de lo que quieres decir, Joe—. Bard respondió claramente.
—¡Eso! ¡Todavía tienes tu acento, pero ahora hablas con un acento coherente! Joe no
tenía nada má s por qué enojarse en este momento, Bard estaba derribando sus planes
con demasiada facilidad.
Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Bard. —¡Vaya, estoy seguro de que no
tengo idea de lo que quieres decir! ¿A menos que estés hablando de la habilidad
Lengua Plateada que obtuve como Bardbarian y que hace que mis palabras sean
fluidas? Quiero decir, ¡solo obtuve una bonificació n de diez en carisma y destreza!
—¿La destreza ayuda a hablar?— Joe puso los ojos en blanco cuando la pregunta
obvia salió de su boca. —No importa; No tengo ningú n interés en oír lo á gil que es tu
lengua ahora.
La sonrisa de Bard pasó suavemente a ser engreída, y Joe resopló ante el hecho de que
se había dado cuenta de lo que Bard estaba a punto de decir. —Está bien, todavía
tengo mucho trabajo por hacer, Bard. Necesito irme y tú deberías averiguar cuá ndo
regresará Alexis—.
—Suena bien. ¡De todos modos tengo que descubrir cuá les son mis nuevas
responsabilidades como Campeó n de Hansel! Bard saludó y salió corriendo mientras
cantaba un hechizo para mejorar la velocidad de movimiento.
—Interesante.— Joe vio a Bard salir corriendo. —Dos campeones en un grupo… ese
será un objetivo sabroso para cualquiera que necesite moler Energía Divina . Me hace
preguntarme si...
—¡José! ¡Ahí tienes!— El propio Aten estaba corriendo esta vez; No había enviado a
Mike como solía hacer. —El Bardic College ha lanzado un ataque contra nosotros, y-—
—Ya está solucionado, Aten—. Joe saludó al enorme edificio detrá s de él. —Matamos
como a veinte asesinos y demá s. Deberían ser eliminados todos—.
—No, José—. Aten sacudió la cabeza con gravedad. —Cualquier otra cosa con la que
hayas tenido que lidiar, esto es diferente. El Bardic College ha manifestado
abiertamente su apoyo al ataque contra nosotros, e incluso ahora está n ordenando a
todos sus miembros que empiecen a cantar contra nosotros en todas las tabernas y
á reas pú blicas. Ahora que una gran potencia ha anunciado pú blicamente su apoyo,
media docena de otras potencias también se han sumado. Una multitud enorme se
está convirtiendo en un ejército enorme, bien financiado y bien entrenado—.
—¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué está pasando esto?— Joe quedó ató nito por este
giro de los acontecimientos. Nunca esperó que el Bardic College actuara tan
rá pidamente; No serían tan mezquinos como para ir a la guerra por esto, ¿verdad?
¿Seguramente tenía que haber algo má s que Bard saliendo con la suya con un ídolo de
Hansel?
—Algo sobre el robo de uno de sus mayores tesoros y secretos—. Aten levantó las
manos confundido y Joe mantuvo una expresió n plana. Bien. Supongo que la
universidad podría ser así de mezquina. —Al ritmo que la gente se está uniendo, y
dada su falta de recursos -especialmente alimentos- la pró xima vez que nos ataquen
será mañ ana; al día siguiente a má s tardar. ¿Hay alguna manera de que puedas
ayudarnos a prepararnos para este ataque o para el asedio?
Joe contempló el avance del camino y cerró los ojos. Hansel sabía que esto sucedería;
No había manera de que le hubieran dado ese artículo só lo porque su ropa fue
destruida. Uf… dioses y sus juegos… Joe miró fijamente a Aten y asintió bruscamente.
—Tal vez.—
CAPITULO HORQUILLA-SIETE
—Entonces, ¿hay alguna razón por la que Aten me hizo ir contigo?— Mike exigió de
mal humor mientras Joe y varias otras personas con una capacidad de carga
extremadamente alta se adentraban en Ardania. —Sé que dijiste que necesitabas
ayuda, pero ¿por qué debería ser el Vice Líder del Gremio quien te ayude con una
tarea secreta?—
Joe se detuvo en seco y se volvió hacia Mike. —Escuchar. ¿Recuerdas cuando hablé con
el gremio sobre comprar todos los artículos y materiales que pudieran? ¿Có mo
realmente presioné el tema y la junta directiva lo vetó hasta que vieron que los precios
empezaban a subir? ¿Có mo se perdió el gremio porque no escucharon una lecció n
bá sica de economía?
—Sí, y fui yo quien entró y forzó esa decisió n, para que no lo olvides—. Mike levantó
una mano para calmar a Joe. —Perdimos las mejores oportunidades, pero entramos y
nos llevamos una gran ganancia. He estado de tu lado durante todo eso—.
—Sí, bueno.— Joe se pasó una mano por la calva. —Soy la razó n por la que el gremio
se perdió todas las cosas realmente buenas. Cuando llegué por primera vez a Ardania,
llevaba cien mil de oro conmigo. Desde entonces, he gastado la mayor parte en bienes.
A través de apoderados, por supuesto. Mi madre pudo obtener descuentos para
comerciantes, Jess pudo armar listas de todo lo que se le ocurrió que yo necesitaría y
les di a ambos acceso a mis cuentas. De hecho, estoy casi arruinado en este momento,
hasta el punto de que ni siquiera puedo comprar repuestos para el equipo que perdí
hoy—.
—¿Qué? ¿En realidad?— El rostro de Mike se iluminó . —¿Estaremos encantados de
ayudarle comprando lo que supongo son materiales de construcció n?—
—Y acabas de descubrir por qué está s aquí—. Joe le entregó un pergamino con la
firma de Aten. —Estoy vendiendo todo lo que necesitamos, al doble de lo que lo
compré, al gremio—.
—¿Qué? ¿Qué pasa con todos los descuentos de los que hablabas? El ojo izquierdo de
Mike tembló mientras miraba la orden de autorizació n de Aten. —¿El doble de lo que
pagaste por ellos? Dudo mucho- —
—Aquí está el informe de gastos y todo lo que puede esperar en cuanto a costos—. Joe
le entregó un pergamino lleno de nú meros y elementos. —A la izquierda está lo que
estoy dispuesto a vender al gremio, seguido del precio. La columna siguiente es el
valor de mercado actual, y la final es nuestra estimació n de lo que le costaría al gremio
comprar estas cosas con nuestra reputació n tal como está —.
Mike examinó el documento y su rostro palideció . —¿Realmente se ha quintuplicado
el precio de estas vigas de roble curado?—
—Eres libre de correr al mercado y confirmarlo tú mismo—. Joe le dijo directamente.
—Recuerda, Mike. Mil millones de personas fueron arrojadas a un á rea que antes
apenas sustentaba una cuarta parte de esa cifra. Una sola barra de pan fresco se está
acercando a una moneda de plata en este momento—.
Siguieron caminando mientras Mike seguía leyendo. —¿Realmente tienes todas estas
cosas?—
—Lo que tienes en tu mano es la lista de todas las cosas de mi almacén que está n a la
venta, que me dio mi madre. Ella también es quien enumeró el valor de mercado de
cada artículo. Si hay una lista má s precisa en toda Ardania, el ú nico lugar donde la
encontrarías sería su tienda—. Joe sonrió al pensar en su madre y su relació n con Blas.
Nunca la había visto má s feliz de lo que era ahora, y le sorprendió lo bien que se había
adaptado a su vida en Eternium. —Estamos aquí, así que pongamos a estos
muchachos a trabajar. Asegú rate de llevar una contabilidad adecuada de todo lo que
llevan, porque si no lo usamos y se pierde, todavía tienes que pagar por ello—.
—No será un problema, Joe—. Mike asintió con la cabeza a las personas que estaban
con ellos. —Estas son algunas de las personas má s confiables del gremio. Ademá s de
eso, ¡ninguno de ellos querría perder su puesto, beneficios, comida gratis y vivienda
asequible por materiales de construcción !
Joe decidió no comentar sobre el hecho de que Mike estaba hablando má s alto que el
volumen de la conversació n. Miembros —confiables— de hecho. Las sombras en el
á rea eran lo suficientemente profundas como para que Mike no pudiera ver sus
expresiones, pero Joe vio claramente sus muecas. Esperaba que fuera só lo porque su
honor estaba siendo llamado tan descaradamente, pero de cualquier manera,
simplemente y en silencio se pusieron a trabajar. Mike supervisó a los hombres
mientras cargaban madera, piedra tallada, cajas de clavos, puertas modeladas y
paletas de tejas en los dispositivos de almacenamiento. Mike miró de reojo a Joe
cuando llegaron a las tejas, pero Joe estaba inocentemente mirando hacia otro lado.
Los ojos de Joe se abrieron de repente y su cabeza giró bruscamente para centrarse en
Mike. —Espera un segundo... ¿obtenemos beneficios?—
— Obtienen beneficios—.
La conversació n terminó y todos se pusieron a trabajar. Gracias a las bolsas espaciales,
anillos, paquetes u otros dispositivos de almacenamiento utilizados, todo el proceso
tardó menos de una hora en completarse. De hecho, habría sido mucho má s rá pido si
no hubieran tenido que revisar cada elemento y anotarlo. Al final, y a regañ adientes,
Mike tuvo que detener a todos. —Eso debería ser suficiente para nuestros
propó sitos… por mucho que lo quiera todo, esta es una tienda y tenemos que pagar
por lo que tomemos. Todavía tenemos que pagar por ello, ¿verdad?
Joe puso los ojos en blanco ante la pregunta esperanzadora. —Sí, Mike. ¿A menos que
pueda entrar al tesoro del gremio y limpiarlo gratis como 'recompensa' después de
una incursió n extra grande?
—Bien, entiendo tu punto—. Mike suspiró y el grupo comenzó a salir del edificio. Al
darse cuenta de que Joe no se uniría a ellos, Mike le dirigió una mirada inquisitiva.
—Tengo algunas cosas que necesito conseguir mientras estoy aquí. Los veré a todos
en el gremio—. Joe cerró las puertas del almacén y se volvió para mirar las enormes
pilas de cosas. Incluso con todas las cosas que el gremio acababa de comprar, la sala
todavía estaba llena en tres cuartas partes. No todo fueron materiales de construcció n;
aproximadamente una vigésima parte eran componentes, materiales raros y diversos
objetos de interés. Aun así, en el momento de la compra, esos artículos habían costado
tanto o má s que la porció n significativamente mayor de materiales de construcció n
que llenaban el almacén.
Joe empezó a caminar por la estructura; Empujando torpemente sus caderas hacia
adelante y dejando que las pilas fueran tragadas por su bragueta de sujeció n. Como
estaba comenzando cerca del final de cada pila, todo cayó hacia abajo y fue arrastrado
directamente hacia adentro. Hubo algunas ocasiones en las que una esquina cayó
torpemente y aterrizó sobre él, pero en general, fue un método muy eficiente para
agarrarlo todo. Ademá s, pudo restaurar los huesos pulverizados después de unos
pequeñ os gritos y un hechizo rá pido. Después de eso, bombeó maná en su Concha
Exquisita recientemente destrozada y siguió adelante.
En aproximadamente una hora, pudo despejar todo el almacén simplemente
caminando a través de él y dirigiendo su bragueta en consecuencia. Joe examinó el
espacio vacío y asintió con tristeza. Este fue el primer lugar donde realmente investigó
sobre rituales. Allí mismo, Joe había capturado a Cel y lo había mantenido en un ritual
de contenció n mientras probaba hechizos curativos en él. Aú n así, ya era hora de dejar
este lugar. —Extrañ aré nuestros momentos juntos, Potato—.
Joe no había estado bromeando cuando le dijo a Mike que en ese momento no podía -
permitirse el lujo de reemplazar su equipo. Jess había corrido hacia él mientras
hablaba con Aten, le entregó un aviso de ejecució n hipotecaria y luego lo llevó aparte
para hacerle saber que ella y su madre habían gastado todo el oro que había puesto en
el banco. Al principio, Joe no estaba seguro de có mo reaccionar, pero todo había salido
bastante bien. Al vender materia prima equivalente a cinco edificios, debería tener
suficiente para sobrevivir hasta que él y su equipo volvieran a aventurarse
intensamente.
De cualquier manera, só lo tenía hasta medianoche para limpiar el edificio antes de
que el dueñ o de la tienda de Odds and Ends se viera obligado a confiscar todos sus
bienes. Su madre, la propietaria, había intentado encontrar una manera de evitarlo,
pero el reino utilizó la autoridad real para comprar todas las tierras de esta zona.
Aunque Joe tenía un contrato de arrendamiento, lo anularon y recuperó algo de
dinero. Joe miró su dispositivo de almacenamiento espacial y sonrió mientras sacudía
la cabeza. —He hecho un almacén con mis trastos—.
Dejó atrá s el edificio y viajó de regreso a través de Ardania hasta la plaza del pueblo. A
esta hora de la noche, al menos no había nadie reclutando para la destrucció n de su
gremio. Nadie cantaba tampoco sobre sus corazones negros o su falta de —caridad—.
Joe resopló ante eso; su gremio repartió má s comida gratis que cualquier otro. Abrió
su lista de misiones y revisó la tarea que le había encomendado su gremio.
Misión completada: ¡Alimenta a la gente! ¡El invernadero que ha creado ahora puede
satisfacer las necesidades nutricionales de diez mil personas! Menos mal que pueden
comer verduras, ¿verdad? Recompensa: ¡10.000 puntos de contribución del gremio!
Misión obtenida: Alimentar a la gente II. ¡Encuentre una manera de ampliar los recursos
lo suficiente como para sustentar a 25.000 personas! Recompensa: puntos de
contribución del gremio, ¡aumento de reputación a medida que se alimenta a las
personas! Fracaso: la reputación disminuye con el gremio. Límite de tiempo:
30:18:23:33.
—¿Treinta días para descubrir có mo alimentar a veinticinco mil personas ? Supongo
que mi reputació n se verá afectada a menos que inunde el invernadero con monstruos
y lo convierta en una mazmorra de comida. Olvídate de esto.— Joe se dio cuenta de
que se estaba poniendo de mal humor por la falta de sueñ o, así que regresó al gremio
para dormir un poco.
Lo má s apremiante era que Joe necesitaba empezar a construir algunos edificios. Aú n
así, a pesar de que tenía mucho que hacer al día siguiente, ignoró sus pensamientos y
se quedó dormido tan pronto como su cabeza tocó la almohada. Demasiado pronto,
demasiado pronto, lo despertó la corriente del sol naciente.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
—Ese es el ú ltimo de los edificios de repuesto—. Joe se secó la cara con una toalla
mientras aterrizaba en el suelo con el resto de los miembros de su aquelarre. —Todo
lo que tenemos que hacer ahora es esperar hasta que tengamos un nú cleo de mayor
calidad y podamos poner en funcionamiento la casa de bañ os principal—.
—¿Puedo decir que eso suena muy fuera de lugar?— Hannah ofreció seriamente . —
Dijiste que es una casa de bañ os al aire libre de estilo japonés, ¿verdad? Eso no tiene
sentido si el resto de nuestra arquitectura es... no sé, ¿moderna-medieval?
—No creo que al gremio le importe hacer que todo luzca igual, Hannah—, se unió
Kirby. —Todos los que está n en la cima de la clasificació n fueron jugadores en algú n
momento, y lo ú nico que les importa es tener las mejores estadísticas y funcionalidad.
Por eso ves gente vestida con prendas de retazos. Es lo mejor que tienen para ofrecer
en ese momento—.
—Hay una palabra para eso, ¿verdad?— Big_Mo parecía estar destrozando su
memoria.
—¿Obrero migratorio?— Hannah se burló ante la idea. Joe no se había dado cuenta
hasta ese momento, pero su atuendo estaba perfectamente coordinado tanto en
funció n como en forma. ¿Establecer equipo?
—¡Eso es todo!— Big_Mo chasqueó los dedos y sonrió . —¡Asesino vagabundo! Porque
aparecen como vagabundos, pero son mucho má s fuertes que cualquier cosa que estén
matando por eso—.
Mike interrumpió su conversació n pavoneá ndose con una gran sonrisa en su rostro.
Una pila de papeles apareció en su mano y desaparecieron en el anillo de Joe tan
pronto como se los entregaron. —Pago de mercancías. Está todo ahí. ¡Pero eso no es lo
que me entusiasma!—
entusiasmaba a Joe era la afluencia de dinero en efectivo ; usar só lo una capa y una
bragueta se estaba volviendo un poco... ventilado. Especialmente cuando estaba
flotando en el aire y sus rituales lo hacían girar. Estaba demasiado pá lido para mostrar
sus muslos a la població n en general. 'Day Glow Joe' no era su apodo favorito. Mike
metió la mano en una bolsa.
y le entregó una pequeñ a caja fuerte. —Tenemos el Nú cleo. La casa de bañ os puede
subir —.
—Eso nos llevará al límite, ¿no?— Joe tragó saliva y miró fijamente la caja en la mano
de Mike. Tenía que haber al menos un Nú cleo 'Especial' allí, cuya absorció n valdría al
menos diez mil experiencias. No podía imaginar cuá nto valía en la ciudad. Aunque
podía ganar la misma cantidad aplastando monstruos desafiantes durante un par de
días, había muchas personas que preferían comprar antes que pelear; y todos
intentaban adelantarse a la competencia.
—Creo que sí.— Mike respiró hondo y miró la caja. —La ciudad alcanzará el nivel tres,
y debería haber un abismo de beneficio esperá ndonos. Recuerde, el nivel cinco es todo
lo que podemos alcanzar antes de cambiarnos a una ciudad, y necesitamos el permiso
de la familia real para hacerlo—.
—Creo que conozco a alguien que puede darte la oportunidad de preguntar por -
misió n—. Joe le guiñ ó un ojo a Mike, quien le devolvió una pá lida sonrisa.
—Mmm. Lo siento, estoy emocionado, pero ¿podemos ir y construir este edificio? Si
no parece que valga la pena la espera y el dinero…— Mike tragó profundamente
mientras asentía nerviosamente, —entonces un montón de riesgos que he tomado
volverá n en mi contra. —
—¿Está s realmente tan preocupado?— Joe saludó a su aquelarre y todos comenzaron
a caminar emocionados hacia el centro de la ciudad. Hoy fue un gran día para adquirir
experiencia y habilidades.
Mike permaneció en silencio durante un largo minuto. —He hecho del desarrollo de la
ciudad mi principal tema como vicelíder. He gastado gran parte de nuestro dinero y he
ralentizado el progreso de muchas otras cosas... si no vemos un buen rendimiento, es
casi seguro que me expulsará n—.
—Sin embargo, no es tan fá cil expulsar a alguien, ¿verdad? Sé que Aten pudo
mantener su posició n con bastante facilidad—. Só lo tenían unos minutos má s, por lo
que Joe intentó presionar para obtener la mayor cantidad de informació n posible.
—Su posició n está determinada por el gremio en general. Cualquier miembro vivo del
gremio en el juego en el momento de la votació n tiene la oportunidad de hablar. Lo
siento, en el mundo; no es un juego—. Mike se enderezó . —Hasta que hagamos la
transició n a una Secta, y Aten tenga má s poder del que le permite este modelo actual,
mi posició n queda a discreció n del consejo y del Gremio... Comandante Aten. Pueden
intentar despedirme y él puede vetarlo, pero pueden anularlo si votan por
unanimidad. Después de que seamos una Secta, só lo Aten puede darme la patada, y he
demostrado ser demasiado indispensable para que eso suceda alguna vez—.
El panorama empezaba a aclararse para Joe. —Entonces, si esto no da grandes
resultados, verá n todas sus acciones como egoístas hasta el extremo. Pensará n que
simplemente está s tratando de limitar tu posició n y está n dispuestos a poner en
riesgo al gremio para que esto suceda—.
—Má s o menos—. Mike no suspiró , pero dejó escapar un largo y profundo suspiro. El
claro riesgo que este hombre estaba tomando hizo que Joe quisiera hacer algo bueno
por él, pero solo había logrado llevar sus subhabilidades rituales a los rangos de
Principiante. Aunque quería hacer algo especial para este edificio a medida que se iba
construyendo, iba a ser clasificado como —Ú nico—. Joe no tenía pociones,
estabilizadores, encantamientos o efectos activables que pudiera usar para garantizar
algo adicional.
—Bueno, el ritual está listo—. Joe aú n no lo sacó de su anillo; eso sería una pérdida de
tiempo. Recuperó su Rituarchitect Survey Grid y comenzó a ingresar las medidas.
Luego abandonó el ritual, porque recordó que podía simplemente vincular los dos y
obtendría una ilusió n exacta del edificio. Joe se alegró de no haber dicho nada en voz
alta; podría haberse avergonzado allí.
La ilusió n llenó el patio sureste casi por completo, y debería haber suficiente espacio
para ello. Aú n así, no importaba có mo torciera o refinara la forma, seguía siendo roja.
Joe volvió a observar el ritual, intentando localizar el problema. —Mmm.—
—¿Qué pasa?— Mike le preguntó con ansiedad.
—¿Sabes, simplemente no lo sé?— Joe se alejó del á rea y la ilusió n se fue con él.
Cuando estaba unos veinte metros má s al sur, pero aú n no en la pared, la ilusió n se
volvió verde, indicando que el edificio podía construirse allí. —¿Qué tiene de diferente
ese lugar?—
Taka llamó justo antes de que Joe estuviera a punto de pedir muestras de suelo o algo
así: —¿Qué pasa con estos pozos de agua y esas cosas?—
Joe gimió , palmeando la cara con tanta fuerza que su Concha Exquisita brilló má s de lo
habitual. —Eso sería suficiente. Los rituales está n diseñ ados para hacer una
determinada cosa a la vez: ésta no puede arrasar y elevar al mismo tiempo. —Sí, buen
partido, Taka. Mike, ¿podemos derribarlos, por favor?
Joe pasó el siguiente rato jugando al pó quer con los miembros del Coven mientras
algunos hombres fuertes eran llamados para derribar y llevarse las estructuras
simples anteriores. Normalmente, se consideraba de mala educació n apostar con
personas que trabajaban para ti, pero todos aprovecharon la oportunidad para
trabajar en su característica de suerte después.
Kirby sacó las cartas. Cuando las cosas estuvieron listas para progresar, Robert había
ganado silenciosamente casi un oro de los demá s.
Finalmente, estaban listos para colocar la casa de bañ os. Joe revisó su Rituarchitect
Survey Grid una vez má s, y esta vez, todo brilló en verde. —Excelente... ahora todo lo
que necesitamos es que participen unas treinta personas má s—.
—¿Qué?— Mike negó con la cabeza. —Joe, eso es en muy poco tiempo. Pensé que
habías dicho que tenías todo lo que necesitabas—.
—Sí. Ya sé de dó nde vamos a sacar a todas las personas que necesitamos para cumplir
este ritual—. Joe señ aló bruscamente el Ayuntamiento. —La mayoría de la gente allí
trabaja con una inteligencia muy alta, lo que significa grandes reservas de maná .
Debes evacuar el edificio de todos modos, porque la ú ltima vez que la ciudad subió un
nivel, echó a todos de allí. Bastante violentamente también—.
—¿Planeaste esto?— Los ojos de Mike se entrecerraron cuando hizo clic en su cabeza.
—Ya veo… no nos recordaste que evacuá ramos, porque entonces no habría una
cantidad suficiente de personas que se quedaran. Como está n todos tan agrupados,
podemos tomarlos y ponerlos a trabajar. Furtivo. Me gusta, pero estoy seguro de que
las personas altamente inteligentes que trabajan en las oficinas del gremio no lo
aprobará n y se dará n cuenta de lo que está s haciendo—.
—No hay problema, ¡solo haz que salgan!— Joe le prometió a Mike con entusiasmo. El
hombre mayor miró a Joe por encima de sus gafas, pero aun así hizo lo que le pidió .
Pronto, la gente salió del edificio principal y se reunió en el patio. Después de diez
minutos, nadie má s salió . Joe levantó las manos y gritó para llamar su atenció n. —
¡Hola a todos! Soy Joe, en caso de que no nos conozcamos, y estos son mis...
¡compañ eros de trabajo! ¡Taka, Robert, Big_Mo, Hannah y Kirby! Vamos a trabajar un
poco y necesito algunos voluntarios—.
No hubo respuesta má s allá de miradas mordaces o confusas, por lo que Joe siguió
adelante. —Vamos a construir una casa de bañ os gigante aquí mismo y su finalizació n
debería llevar menos de diez minutos. Si te ofreces como voluntario, estos son los
beneficios: tu recurso de maná se desbloqueará , si aú n no lo ha hecho. Es posible que
obtengas un beneficio adicional al hacerlo de esta manera, aunque duele un poco. A
continuació n, me aseguraré de que tengas acceso prioritario a la casa de bañ os. Será
una combinació n de una piscina gigante, bañ os y á reas de remojo. ¡Muy relajante y
cerca del trabajo para ti!—
Algunas personas se adelantaron de inmediato, sonriendo ante la oferta. No es
suficiente. —¿Alguien mas? Necesito al menos veinte, no… veintitrés, necesito un
nú mero primo y só lo tengo seis en este momento—.
No salió má s gente. Mike reemplazó a Joe: —También obtendrá s puntos de
contribució n, tantos como trabajar un día completo—.
Má s personas se unieron al grupo: un día extra de salario era un buen motivador. Mike
suspiró y agitó la mano. —Si participas y el Ayuntamiento se hace má s grande, podrá s
elegir tu nuevo asiento, dentro de lo razonable. Después de eso, obtendrá el día libre
con pago completo o puntos de contribució n adicionales. Todos los demá s vuelven a
trabajar—.
Joe no podía permitir que toda la gente se le uniera ahora. Casi todos habían
aprovechado la oportunidad de tener un día libre. Tuvo que rechazar a una gran
cantidad de personas, pero aú n así terminó con un total de treinta y siete
participantes, incluido él mismo. Organizarlos todos fue como pastorear gatos, pero
pronto todo estuvo listo. El ritual se desarrolló y Joe respiró hondo para comenzar el
cá ntico necesario.
—Enemigo avistado—. El bramido resonó en el á rea cuando Jay, el guardia, corrió
hacia el á rea a toda velocidad. —¡Hay un ejército enorme atravesando el bosque!—
Mike se hizo cargo. —¿A qué distancia?—
—Treinta minutos... como má ximo—. Jay soltó la respuesta mientras se inclinaba para
recuperar el aliento.
—¿Có mo se acercaron tanto? ¿Dó nde está n nuestros exploradores? Mike demandó
mientras apretaba los puñ os.
—Muertos, todos muertos. Tienen consigo algunos asesinos muy poderosos—. Jay
tosió y se puso de pie cuando su resistencia alcanzó un nivel aceptable. —La ú nica
razó n por la que tenemos tanta advertencia es porque alguien usó un hechizo de
transmisió n de voz. Dijeron que el ejército se escabullía por el bosque y evitaba los
caminos, y luego gritaron algo acerca de que los payasos los atacaban—.
—¿Payasos?— Mike retrocedió tambaleá ndose con las manos en el aire. —¿Qué clase
de tonterías es... Joe?—
—No payasos—. Joe estaba tan blanco como la nieve fresca. —Bufones. Debe serlo.
¿Asesinos de alto poder que parecen payasos? Tiene que ser... pero ¿có mo?
—No hay tiempo para esto—. Mike empezó a dar ó rdenes, pero Joe lo detuvo con un
grito.
—Mike, necesitamos construir esto ahora. Necesitamos cualquier recompensa antes
de que lleguen aquí—. Joe miró fijamente a Mike. —La ú nica razó n por la que nos
atacan ahora es que tenían a alguien observando el progreso. De lo contrario, es
demasiado silencioso; alguien lo habría sabido—.
CAPÍTULO HORQUILLA NUEVE
Había un círculo casi ininterrumpido de vó mito alrededor de la nueva y reluciente
casa de bañ os. Los oficinistas que habían estado en el anillo má s externo habían sido
girados tan rá pido que algunos se habían desmayado debido a las fuerzas g a las que
habían sido sometidos; sin mencionar que la mayoría de ellos eran personas a las que
se les abrió el maná a la fuerza. Joe estaba observando y esperando... si su
característica iba a ser aplicada al edificio sería en cualquier momento.
La estructura 'Casa de baños (única)' absorbió una porción del maná y los materiales de
repuesto invertidos en el ritual y se transformó en 'Casa de baños sucia (única)'. Toda la
suciedad acumulada en la casa de baños se aplicará uniformemente a toda el agua en
las áreas de remojo y baño. Sin un sistema de filtración potente, mantener limpio este
edificio será una tarea monumental.
Experiencia de clase adquirida: 3000.
El diagrama ritual se convirtió en cenizas en las manos de Joe y maldijo oscuramente.
No hay segundas oportunidades en este edificio, y cualquier nuevo escaneo
simplemente le daría una copia de la versió n —sucia—. Sintió que su 'bonificació n' de
clase le había fallado críticamente y estaba empezando a resentirse por no poder
desactivarlo. Hasta ahora só lo ha hecho que las cosas sean má s peligrosas o mucho
peores. Aú n así, había logrado lo que buscaba.
¡Rituarchitect ha alcanzado el nivel 8! ¡Felicitaciones, asegúrate de seguir el camino
elegido hasta el final!
Joe ni siquiera tuvo la oportunidad de ver las bonificaciones positivas que le daba la
casa de bañ os antes de que una pequeñ a pero poderosa onda de choque lo derribara,
seguida de otra, y otra vez. Todos los que se encontraban dentro de cincuenta metros
del Saló n del Gremio fueron derribados continuamente mientras una enorme cantidad
de poder se acumulaba sobre el Saló n.
¡Alerta de zona! ¡Towny McTownface, la ciudad del Noble Guild 'The Wanderer's' ha
alcanzado el puesto tres! ¡El gremio ha ganado 1000 de reputación con Ardania por
hacer su parte para cuidar la tierra y a sus habitantes!
Gremio, notificación: ¡Towny McTownface ha alcanzado el rango tres de ciudad! Como
esta ciudad fue construida desde cero por el gremio 'The Wanderer's', la ciudad y el
gremio han obtenido una bonificación simbiótica. Calculando bonificaciones basadas en
los edificios que se han agregado a la ciudad... Calculando... Calculando... Calculando.
Edificios escaneados. Edificios actuales: 1 Artefacto. 3 Único. 2 Especial Raro. 5 raro. 21
Poco común. 4 común. 0 basura. Normalizando... analizando la curva de campana
ponderada. Resultados de la curva de campana ponderada: Especial raro.
Towny McTownface se ha ganado un edificio de recompensa especial y poco común por
todo el arduo trabajo que se ha realizado para crear una ciudad excepcional. El intento
de postularse para el edificio con la calificación más alta... fracasó. Artefacto demasiado
potente para aplicar una recompensa deficiente. Aplicando a un objetivo secundario .
Éxito. Interfaz con el bono de gremio 'Defensores despiadados'. Guild Hall obtiene una
bonificación adicional; Égida de la ciudad.
Égida de la ciudad: una vez al mes, el propietario de la ciudad puede activar una
formación defensiva que hace que todos los edificios dentro de los límites de la ciudad
sean inmunes a daños durante 24 horas.
Efecto secundario: cualquier daño infligido a miembros del gremio 'The Wanderer's'
dentro de los límites de la ciudad no se aplicará, sino que rebotará sobre el atacante con
el doble del daño infligido.
A Joe solo también se le mostró otro pequeñ o mensaje y, francamente, parecía
demasiado pasivo-agresivo.
Este efecto no forma parte del Salón del Gremio, es una ventaja adicional que no se
puede recrear sin un conocimiento significativo de encantamientos o campos de trabajo
relacionados.
Los ojos de Mike recorrieron el texto que era invisible para Joe, aunque supuso que
sería algo similar a su propia notificació n . —Bueno, eso ciertamente hará que este
lugar sea má s fá cil de defender durante un ataque. Un asedio todavía dolerá , pero en
el momento que elijamos, todos podríamos irnos a la cama y tener un lujoso día libre
—.
—O podríamos lanzar una contraofensiva, sabiendo que incluso si fracasa,
regresaremos intactos a nuestro hogar—. Aten se había unido a ellos justo a tiempo
para escuchar la declaració n de Mike. —Ahora que tenemos una carta de triunfo,
debemos determinar nuestro pró ximo paso. Pienso que yo-—
La atenció n de Joe se deslizó mientras Aten continuaba hablando. Por mucho que le
encantara la estrategia y ser parte de las cosas, había una razó n por la que Joe nunca
había seguido la ruta de oficial durante su carrera militar. Sacó el folleto de avance del
camino y lo miró , luego decidió no perder el tiempo. Joe activó el folleto y decidió
traer su Ritu-
Clase de arquitecto al nivel diez. Al instante, una onda de choque similar a la del Saló n
del Gremio se originó en él y derribó a las personas en su vecindad inmediata.
Luego sus ojos se pusieron en blanco y el conocimiento de un nuevo ritual llenó su
cerebro. É ste era fantá stico: un ritual clasificado como Gran Maestro llamado —Ritual
de la civilizació n viajera—. Los detalles llenaron cada línea. Cada arco tenía
significado, cada espacio en blanco actuaba como un có digo de barras que
proporcionaba coordenadas espaciales. El costo del material era enorme y los
requisitos de maná harían que la absorció n diaria anterior de Los Acuerdos pareciera
insignificante.
Pero los efectos... los efectos por sí solos harían que valga la pena crearlo. Los ojos de
Joe se abrieron de golpe, y por un momento... se pudo ver la informació n de una
biblioteca girando en su escleró tica y sus iris, como galaxias flotando en el cielo
nocturno.
Ritual de la Civilización Viajera (Gran Maestro). Hay momentos en los que construir un
edificio, un pueblo o una ciudad requeriría una cantidad desmesurada de tiempo,
esfuerzo o sería una tarea insoportable. Este ritual permite que cualquier edificio por
debajo del rango Mítico sea transportado a otra ubicación, independientemente de dicha
ubicación. Este ritual te permite vincular hasta cien edificios, ya sea a la vez o en el
tiempo. Siempre que se pague la deuda de maná adecuada, el edificio y todos sus
contenidos no pertenecientes a la fauna serán escaneados, atomizados y reconstituidos
en la nueva ubicación demarcada. El tiempo necesario para transportar edificios es
variable y se basa en la rareza estructural.
Nota: no permite el transporte dimensional sin un vínculo permanente establecido. Sí, el
bifrost cuenta.
La enorme carga de informació n pareció alejarse de sus pensamientos superficiales y
quedó detrá s de una barrera en la mente de Joe que la mantenía contenida y
cuidadosamente empaquetada en un solo lugar. Eso era bueno. Los requisitos previos
para comprender esa informació n… Joe parpadeó para secar las lá grimas
involuntarias que habían estado corriendo por su rostro. Había sido como contemplar
el rostro de un hermoso horror.
Joe no había podido, o no había querido, apartar la mirada de la informació n pura y
desgarradora. Había sido equivalente a escribir có digo Java durante una docena de
añ os sin buscar una respuesta en línea o presionar la tecla de retroceso, y luego
compilarlo y ejecutarlo perfectamente en el primer intento: simplemente no era
posible con su capacidad intelectual y comprensió n actuales . Todavía acostado boca
arriba, Joe revisó su estado y se miró .
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión I: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Profesión II: Alquimista ritualista
Nivel de personaje: 18 Exp: 175,220 Exp al siguiente nivel: 14,780 Nivel Rituarchitect: 10
Exp: 45,000 Deuda de Exp: 14,714 Puntos de vida: 677/677
Maná: 1167/2059 (762 reservados)
Regeneración de maná: 40,39/seg.
Resistencia: 671,5/671,5
Regeneración de resistencia: 5,92/seg.
Característica: puntuación bruta
Fuerza: 66 Destreza: 88
Constitución: 67 Inteligencia: 132 Sabiduría: 107
Carisma: 74
Percepción: 82
Suerte: 49
Suerte kármica: +30
Joe vio algunas diferencias importantes en su hoja y trató de descifrarlas. Sin embargo,
su mente se movía muy lentamente . La... 'experiencia hasta el siguiente nivel' en su
clase se había convertido en 'deuda de experiencia', su Suerte Ká rmica había saltado
de nuevo y todavía no tenía idea de lo que significaba, y el 'modificador' después de
sus características había desaparecido. —¿Mi modificador de características ha
desaparecido…?—
—¡Está despierto! ¡Dale un poco de aire! El grito de Aten literalmente obligó a la gente
a alejarse de Joe, ya que él estaba usando su habilidad como comandante del gremio
para lograrlo. —Joe, sigues desmayá ndote cuando estoy cerca. ¿Debería empezar a
usar ropa menos reveladora o algo así?
—¿Dijo algo sobre su modificador?— Mike rompió el silencio cuando empezó a
extenderse. —¿No apagaste eso?—
—Hice; configú ralo como predeterminado para el gremio también. ¿Quizá s no ha
mirado su hoja de estadísticas en unos días? Aten ayudó a Joe a sentarse y le entregó
un vaso de agua. —Joe, el modificador era só lo una forma de ver tus características y
ver dó nde habías mejorado.
—¡Puedo tener esa suerte, si tengo la suficiente suerte!— Joe empezó a correr y Aten
tuvo que trotar para alcanzarlo. —¡Vuelvo enseguida!—
—Dó nde está s...? ¡José! ¡Si sales, es posible que no podamos dejarte volver a entrar!
Aten agarró a Joe y trató de detenerlo, pero Joe empujó maná en sus pies y salió
disparado hacia adelante má s rá pido de lo que Aten esperaba . —¡Joe, voy a ordenar
que se sellen las puertas!—
—¡No necesito las puertas!— La voz de Joe apenas llegó a Aten. —¡Deséame suerte!—
—¡Abismo, Joe, eso es lo que empezó este lío!— Aten gritó después del hombre que
corría, posiblemente saltando. —¡José! ¡José! Hijo de... ¿Qué pasa si necesito que
alguien active esos rituales?
Aten observó có mo Joe salía de la ciudad, justo antes de que todas las puertas
terminaran de cerrarse. Un resonante *boom* llenó el á rea mientras enormes piedras
rodaban detrá s de las puertas para hacer imposible abrirlas desde el exterior. A
menos que Joe tuviera una forma especial de entrar que Aten no conocía, quedaría
atrapado afuera con miles de personas que querían matarlo. Todo lo que Aten podía
hacer ahora era actuar como debería hacerlo cualquier buen líder. Regresó al Saló n
del Gremio y abrió la puerta. Había ó rdenes que dar y personas que proteger.
—Hijo de puta…— Justo antes de cerrar la puerta, Aten vaciló y miró a lo lejos. —
Buena suerte amigo.—
CAPÍTULO CINCUENTA
Joe corrió hacia la mazmorra de prueba, solo para descubrir que los guardias estaban
siendo atacados por un enjambre de personas de bajo nivel. En realidad, los guardias
estaban má s molestos que cualquier otra cosa. Sostenían escudos entrelazados y así
bloqueaban la entrada al tú nel tan só lidamente como si fueran una puerta de acero.
—¡Inmundos enemigos de la humanidad! ¡Sal de aquí! Uno de los atacantes gritó a los
escudos.
Los guardias no aceptaron nada de eso. —Oh, sí, claro. ¿Qué tal si salgo para que
puedas atacarme sin motivo? Oh, mejor aú n, ¿por qué no te ataco para que puedas ir a
llorar ante tu enjambre por lo 'injusto ' que fui contigo?
Dos personas trabajaron juntas para lanzar una gran piedra a los guardias, pero má s
allá de hacer sonar el escudo como un gong, la roca no hizo má s que caer al suelo. Joe
había visto má s que suficiente. —¡Ey! ¡Parece que no entiendes tu situació n! Está s
invadiendo durante un evento de guerra y atacando a los guardias. Si te enviamos a
reaparecer, ¡las ú nicas personas que saldrá n perjudicadas será s tú ! Déjalos en paz.—
El tono autoritario de Joe hizo que la gente se volviera, sorprendida de que alguien
pudiera acercarse sigilosamente a un grupo tan grande. Uno de ellos miró a Joe y
resopló : —Huye, monstruo. Ni siquiera tienes ropa. Podríamos destrozarte.
—¡Ey! ¡Dijo 'nosotros'! ¡É l es uno de ellos! Gritó otro, irritando nuevamente a la
pequeñ a multitud.
—No. A diferencia de esos guardias demasiado amables, no me contendré—, advirtió
Joe mientras la gente enfurecida cargaba contra él. Joe suspiró y extendió las manos.
—Disfruta de la reaparició n. ¡Cono de frío!
Aunque sabía que estaban en un nivel bajo, no estaba preparado para la devastació n
total que creó su hechizo. La mayoría de las personas estaban por debajo del nivel
cinco y nunca habían descubierto có mo entrenar sus características
independientemente de su nivel. En un instante, veinte personas se congelaron y
murieron instantá neamente.
Daño infligido: 140,25 daño por frío x20. (El efecto del título de La leyenda elegida de
Tatum reduce el daño a personajes de un nivel inferior al tuyo en un 15% J
Incluso con el dañ o reducido en casi veinticinco puntos, Joe había causado el doble de
dañ o a su salud total. Supuso que la mayoría de ellos tenían entre doce y quince
puntos de la constitució n; ni mucho menos para sobrevivir ni siquiera a un hechizo
clasificado como principiante. Tampoco tenían resistencia má gica ni elementos que
salvaran vidas. Joe sacudió la cabeza ante su falta de preparació n y caminó hacia los
guardias, ahora relajados. —Oigan, chicos, no se contengan. Somos los Defensores
Despiadados y debemos actuar como tal. Un elemento disuasorio só lo funciona si la
gente sabe que lo usará s—.
—¿Es esa una orden directa?—
Joe hizo una pausa. É l no les iba a hacer eso. —No, no voy a exigir que mates gente.
Utilice su criterio, por supuesto. Pero tampoco te quedes de brazos cruzados mientras
te atacan. Perdó name; Necesito entrar al calabozo—.
Caminó por el tú nel y pronto se encontró en la —sala de elecció n—. Joe puso la
mazmorra en —suerte— y caminó hacia la puerta. Abriéndola, entró ... a la oscuridad
total. Joe dio un segundo paso y se encontró saliendo por la puerta hacia el á rea del
calabozo.
¡Éxito! ¡Has ganado +5 de suerte! Se han consumido tres Suerte Kármica.
Joe tembló como si le hubiera alcanzado un rayo. No hubo visió n, ni desmayo, ni nada
notable cuando cruzó el umbral, pero se sintió alterado. Joe revisó sus efectos activos y
notó que la desventaja del umbral final había desaparecido, lo cual fue una feliz
ventaja adicional. Consideró el juicio y una vez má s sintió que realmente debería
haber má s.
Caminando hacia la entrada del tú nel, siguió esperando a que se hiciera má s brillante.
Cuando salió al aire libre, los guardias gritaron y uno incluso le dio un golpe. Joe lo
esquivó con bastante facilidad, pero les frunció el ceñ o a los dos, confundido. —Chicos,
¿qué diablos? Simplemente entré allí—.
El guardia só lo lo reconoció después de un largo momento de pá nico, —¿Qué…? ¿José?
¿Estas vivo? ¡Estuviste allí prá cticamente todo el día!
Al mirar el cielo, era fá cil ver que decían la verdad. Faltaban só lo unas pocas horas
para que se pusiera el sol (en el mejor de los casos) y Joe
Probablemente se había perdido toda la batalla. Sin decir una palabra má s, se giró y
comenzó a correr hacia el gremio, levantando una enorme columna de polvo mientras
potenciaba su carrera extra saltarina con maná .
—¡Esperar! ¿Traeremos aquí a alguien para el pró ximo turno?
Joe só lo escuchó la parte má s débil del grito que venía de atrá s, pero no se molestó en
entender lo que decían. Intentó pensar en una manera no só lo de ayudar cuando
llegara, sino también de explicar su ausencia. Era probable que cualquiera que lo
hubiera visto huir pensara que era un cobarde total, y eso le revolvió el estó mago.
Joe se encontró dentro del alcance de los sonidos del combate menos de cinco minutos
después, pero el cataclísmico estallido de los hechizos de artillería no era exactamente
un gran indicador de proximidad. —¿De dó nde diablos sacaron magos de asedio?—
Continuó y pronto el campo de batalla cubierto de humo estuvo a la vista. Joe se
acercaba a la ú ltima línea de una enorme horda que debía tener al menos un milló n de
personas. La gente estaba tan apiñ ada que no había un camino claro a seguir. Al
escanear el terreno, pudo ver que el terreno estaba completamente demolido;
Probablemente de tanta gente caminando por la zona. Los campos que el gremio había
estado intentando cultivar ahora no eran má s que pozos de barro, cualquier alimento
que estuviera listo para comer había desaparecido, probablemente ya estaba roído
hasta quedar reducido a nada.
Los á rboles cercanos al paso de la turba habían sido descortezados hasta
aproximadamente dos metros del suelo, y Joe podía ver a la gente mordiéndolos
mientras esperaban su turno para lanzarse contra la ciudad defendida. Queriendo
probar los niveles de sus objetivos, así como qué ayuda podría brindarles desde su
ubicació n, Joe llegó hasta la línea de fondo y lanzó Cono de frío.
Daño infligido: 140,25 daño por frío x41. (El efecto del título de La leyenda elegida de
Tatum reduce el daño a personajes de un nivel inferior al tuyo en un 15%).
Cuarenta y una personas cayeron cuando el hechizo terminó un instante después, y
Joe saltó cuando la gente empezó a darse cuenta de lo que había sucedido . Escuchó a
alguien gritar: —¡Dios mío! ¡Está n muertos! ¿Por qué alguien nos atacaría?
—¿Quién de ustedes, enfermos, hizo eso?—
—Creo que, oh hombre, oh hombre...— Esa voz se convirtió en hiperventilació n un
momento después.
Joe quedó completamente desconcertado por sus reacciones. Estaban atacando un
pueblo. ¿No pensaron que el pueblo atacaría a cambio? Los gritos de indignació n
aumentaron y pronto las personas no involucradas comenzaron a gritar y maldecir
entre sí mientras los empujaban. Los puñ os comenzaron a volar y la multitud que
rodeaba a los jugadores muertos se convirtió en una pelea. El caos duró só lo unos
minutos antes de que el á rea adquiriera un ligero tinte azul y todos se detuvieran en
seco. Se pusieron de pie y permanecieron pacientemente quietos, sin mover un solo
mú sculo.
El fenó meno se explicó un momento después, cuando un bufó n salió de la multitud y
examinó a la gente. Jugueteó con algo y el tinte azul del aire desapareció . La gente
empezó a parpadear y luego miró a su alrededor como si hubiera olvidado algo.
Algunos empezaron a llorar de repente mientras cuidaban sus mandíbulas rotas o
partes del cuerpo magulladas. Joe reconoció ese efecto; era una apatía... algo. Un
campo que silenciaba las emociones y hacía que la gente se olvidara de protegerse.
Intentó vigilar al bufó n, pero el asesino desapareció entre la multitud un momento
después.
—Peligroso.— Joe murmuró suavemente. Era hora de actuar. Se acercó y comenzó a
abrirse paso entre la multitud, solo avanzó unas pocas docenas de metros antes de
encontrar algo muy desagradable.
—¡Vamos, asegú rate de establecer esto como tu punto de unió n para poder regresar si
esos idiotas de ahí nos atacan! ¡Nadie quiere tener que volver caminando hasta aquí
desde Ardania! Había un bardo parado junto a una especie de tó tem, y la gente
aparecía junto a él casi como una corriente continua. Todos parecían alegres, y Joe se
dio cuenta de que era porque los bardos estaban dando generosas jarras de lo que
supuso que era cerveza o cerveza inglesa a cualquiera que reapareciera en el círculo.
Por mucho que quisiera destruir ese punto de reaparició n, podía ver docenas má s de
ellos asomando por encima de las cabezas de la multitud en la distancia. Todo lo que
haría ese ataque en este momento sería ponerlo en riesgo y hacer que todas las demá s
á reas estuvieran mejor defendidas. Joe siguió adelante, su sinuoso camino entre la
multitud le permitió ver muchas de las estructuras de mando activas.
—¡No lo olvides, todo esto es venganza para el Maestro Reggie!— Un hombre vestido
de pú rpura le gritaba a una multitud de magos que Joe reconoció como especializados
en hechizos silenciadores. —¡Muerte a aquellos que albergan al destructor del Colegio
de Magos!—
Hubo un rugido de aprobació n por parte de los magos y Joe hizo una mueca. Ups.
Había pensado que cortarle la cabeza a la serpiente la mataría, pero parecía que este
grupo era una cucaracha: có rtale la cabeza,
y el cuerpo corría por un rato. O... ¿era eso un pollo? Vale, cortarle la cabeza a la
serpiente la mataría, pero los colmillos todavía estaban llenos de un veneno mortal.
Allá . Joe se sintió mejor con sus pensamientos ordenados.
Poco después de ese enfrentamiento, Joe pasó junto a lo que parecía ser un grupo de
ingenieros o... se detuvo para escuchar cuando uno de ellos comenzó a hablar con
entusiasmo. —Terminamos el escaneo de la pared exterior, ¡acabo de enviar las
especificaciones de todos los puntos débiles! ¡Los zapadores lo derribará n y luego nos
pondremos a trabajar en la pared interior de inmediato! Tomen un respiro todos.
Presenté mapas estimados de la ciudad, así que asegú rate de revisarlos—.
—¡Los muros del Gremio de Arquitectos se levantará n de nuevo, má s fuertes que
antes!— Uno de los miembros má s jó venes del grupo gritó de alegría. Los demá s
asintieron apreciativamente y Joe decidió que este grupo era demasiado peligroso
como para simplemente alejarse de él. Cuando el grupo comenzó a agruparse
alrededor de una gran mesa redonda que claramente había sido sacada de un
dispositivo de almacenamiento, Joe se armó de valor para actuar.
—Tengo que ser despiadado ahora si queremos sobrevivir en el futuro—. Joe tragó ,
sentía la garganta como si estuviera llena de grava. Dio unos cuantos pasos lentos y
vacilantes mientras se preparaba para la acció n. Saltó, aterrizando en la mesa de
madera con un * golpe* que hizo que todos los ojos se alzaran para mirarlo. Todos
esos ojos estaban llenos de confusió n al principio, y justo cuando algunos comenzaron
a reconocerse, Joe actuó .
—Relá mpago oscuro—.
Daño infligido: 165,75 de daño oscuro x42.
Daño infligido: 80,75 de daño oscuro xll8.
(El efecto del título de La leyenda elegida de Tatum reduce el daño a personajes de un
nivel inferior al tuyo en un 15%).
El ataque casi silencioso se extendió por el suelo en un círculo de seis metros
alrededor de Joe, matando a ciento sesenta personas al instante. Joe sabía que esos
ojos confusos que lo habían estado mirando lo perseguirían durante muchas noches.
No hubo reaparició n para los personajes no jugadores en este mundo.
CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO
Joe corría tan rá pido como podía. Se había rendido en el terreno y ahora se arriesgaba
con una base mucho menos estable: las cabezas de la gente. Incluso con toda la muerte
que Joe acababa de causar, simplemente había demasiada gente junta como para
armar un gran alboroto . Podría haber sido una historia diferente si sus relá mpagos
hubieran estado acompañ ados de truenos, pero las muertes casi silenciosas só lo
hicieron que la gente gritara después de un rato. Casi todos seguían mirando hacia la
ciudad, y sus muertes casi no habían sido vistas.
Cerca de.
La razó n por la que Joe estaba corriendo ahora era que varios bufones saltaban sobre
las cabezas de las personas justo detrá s de él. Estaban gritando, tratando de que la
gente viera a Joe y lo detuviera, pero la gran cantidad de conversaciones, gritos y
detonaciones que ocurrían hacían que esa fuera una posibilidad poco probable.
Mientras avanzaba, Joe dividió su atenció n para lanzar Cono de Frío detrá s de él;
derribando una franja de diez metros de personas. Los Jesters cayeron cuando su —
terreno— cedió , y Joe finalmente pudo ganar algo de distancia.
Desde que se conoció su presencia, Joe comenzó a alternar entre Acid Spray, Cone of
Cold y Dark Lightning Strike cada vez que estaban fuera de tiempo de reutilizació n.
Mientras corría hacia adelante, pudo matar con una sola mano a miles de atacantes.
Joe estaba planeando llegar a las paredes y saltar, pero el flujo constante de flechas y
hechizos en ambas direcciones lo hizo prá cticamente imposible. Aú n así, decidió
hacerlo y comenzó a ganar velocidad. Volvió a caer al suelo mientras se acercaba a la
pared; la turba había comenzado a reducirse hacia un gran campo de exterminio
donde la gente no estaba tan densamente apiñ ada.
Al ver a Joe cargar tan imprudentemente, una enorme ola de atacantes vitoreó y siguió
locamente su carrera; pensando erró neamente que estaba encabezando un asalto. A
medida que Joe se acercaba a las paredes, la lluvia empezó a golpear su calva y levantó
la vista sorprendido.
No había nubes acompañ ando al agua que caía, só lo humo que se elevaba. —¡Oh, no!
¡ Ze Flammenwerfer!
Joe usó a alguien delante de él como trampolín, saltando hacia atrá s por donde había
venido y enviando a la persona al suelo con un '¡uf!'. Volvió a potenciar su salto
mientras aterrizaba, dando volteretas hacia atrá s y navegando por encima de las
cabezas de un grupo grande. Levantaron la vista preocupados; ¿Por qué estaba
corriendo? El agua en el á rea desapareció repentinamente y una antorcha fue arrojada
sobre la pared. Joe saltó una vez má s y logró escapar cuando el enorme ritual del
lanzallamas cobró vida; incinerando un círculo de miles de personas que rodeaban el
pueblo y llenando el aire con olor a pelo quemado y cerdo asado.
Cayó al suelo, jadeando en busca de aire. Su resistencia y maná habían recibido un
gran golpe en los ú ltimos minutos, y Joe necesitaba uno o dos minutos completos para
volver a alcanzar su má xima potencia. Sintió una mano en su brazo y un momento
después lo pusieron de pie. Joe miró fijamente a un mago vestido de pú rpura, que le
sonreía felizmente. —¡Esa fue una escapada épica! ¡Podía ver tanto maná saliendo de
ti que no podía creerlo ! ¡Con reservas como esas, deberías hablar de unirte a El
Silencio cuando todo esto termine!
—Oh, ah... gracias—. Joe murmuró mientras el polvo se deslizaba de su Exquisita
Concha.
—Una, um, cosa—. El mago hizo un movimiento —místico— con sus manos y
apareció un conjunto de ropa pú rpura cuidadosamente doblada. Claramente, los había
sacado de un anillo espacial y no esperaba que Joe supiera qué era eso. —Siéntete
libre de vestirte. Puedes quedarte con la ropa como muestra de buena fe. Bú scame en
Slithering Eel en Ardania y podrá s hacerte la prueba para el grupo—.
—Lamento decirte que no estoy seguro de lo que hace tu grupo...— Joe habló sin
pensar mientras se ponía la ropa. Por mucho que los artículos fueran de un grupo con
el que no quería estar asociado, él estaba alardeando só lo un poco menos que un
verdadero escocés, y saltaba de la cabeza de la gente con sorprendente frecuencia. Eso
fue demasiado trauma para ellos, segú n sus está ndares. Pronto Joe estuvo vestido con
su ropa nueva, y se quedaron juntos mirando las llamas interminables.
—Abyss, ¿cuá nto va a durar esto?— el mago gimió .
—Supongo que unos tres minutos y cuarenta segundos má s—, respondió Joe con
sinceridad. Estaba tratando de no mirar al hombre a los ojos; No quería recordar su
rostro en el futuro. Especialmente teniendo en cuenta lo que iba a pasar a
continuació n. Joe estaba contando atrá s y
cuando só lo quedaban cuarenta segundos, retrocedió otros diez metros y se preparó
para correr.
El mago miró a su alrededor y vio a Joe. —Oye, ¿por qué-—
*Vaya.
Las llamas envolvieron al mago y a todo el grupo frente a Joe. Casi había calculado mal
el alcance de la explosió n; las llamas llegaron a cinco pies de él. Al igual que cuando se
apagaba una parrilla o una estufa, hubo un breve momento en el que las llamas
explotaron hacia afuera. La explosió n fue má s peligrosa que una estufa de pequeñ a
escala, obviamente, y las llamas estaban al menos dos veces má s calientes que un
momento antes. Cuando el fuego se apagó , Joe empezó a correr cuando só lo quedaban
diez segundos del ritual.
Un Dark Lightning Strike acabó con las personas que lo rodeaban mientras se movía, y
pronto Joe ya había consumido una cuarta parte de su maná . Diez pies... cinco... Joe
saltó, expulsando maná de sus pies y girando incontrolablemente en el aire mientras
la fuerza enviaba sus piernas por encima de su cabeza. En este punto, estaba
corriendo solo con los vapores de su maná , pero la pared pasaba rá pidamente a su
lado. La cima se acercó , más y más... entonces Joe estaba encima.
La desventaja era que estaba dando vueltas incontrolablemente y no había una
manera fá cil de corregir el rumbo en el aire. Justo cuando estaba a punto de deslizarse
debajo de las almenas, un rayo de balista lo alcanzó y lo estrelló contra la pared. Joe
logró agarrarse y se levantó ... só lo para que la punta de una espada se deslizara de su
Caparazó n Exquisito. —¡Tipo! ¡Es Joe! ¡Estoy en el gremio!
Otra espada golpeó su cabeza y su caparazó n fue rematado. Entonces una mano fuerte
lo agarró y Emjay, el albañ il, lo arrastró . —Chico, tienes suerte de que trajera má s
ladrillos para que los tiraran. ¿El abismo que está s haciendo, saltando al pueblo en
plena guerra? ¡Ni una pizca de sentido comú n en esa brillante cabeza tuya!
—Estoy haciendo algo bien, ya que todavía está s por aquí y yo llegué hasta aquí—. Joe
sonrió y luego se desplomó cuando la privació n de recursos lo golpeó como una
tonelada de ladrillos. —Puaj...—
—Bueno, vamos entonces. Eres un inú til aquí arriba. Emjay agarró a Joe por el brazo y
lo arrastró hacia las escaleras, obligá ndolo a ponerse de pie o rebotar todo el camino
hacia abajo.
Joe se puso de pie con dificultad y bajó las escaleras tambaleá ndose, apresurá ndose
hacia el á rea de mando del Saló n del Gremio. La voz elevada de un desconocido
La persona se encontró con Joe cuando se acercaba: —¡Nos está n invadiendo ahí
fuera! ¡La porquería má gica defensiva se ha agotado y somos un blanco fá cil! ¿Viste
cuá ntos de ellos hay?
—Chaunsey.— La voz de Aten era severa y sus ojos duros. —Está n del otro lado del
muro en este momento. Por lo que podemos ver, no tienen forma de superarlo. Ningú n
atacante ha logrado entrar, así que tranquilos. Abajo.—
—De todos modos, tomará algú n tiempo antes de que má s defensas estén listas—.
Mike se unió . Joe finalmente pudo ver lo que estaba pasando. Las puertas de la sala de
guerra estaban abiertas de par en par y, gracias a la reciente mejora, la sala tenía una
acú stica excelente y asientos tipo estadio disponibles . Joe se deslizó en un banco y
notó que todos los presentes tenían un asiento si lo querían ahora. Parecía que los
días de reuniones multitudinarias habían terminado. —Activar la égida ahora só lo
hará que nos resulte má s difícil resistir. Nos dará un día, sí, pero debemos usarlo
cuando sea necesario. ¡¡Usarlo ahora no es diferente a desperdiciarlo!!
Joe habló desde su banco, tan relajado como si hubiera estado presente todo el
tiempo. —Creo que sería una buena idea tener equipos de reparació n en espera en la
pared exterior. En mi camino de regreso aquí, escuché a un grupo que afirmaba haber
encontrado los puntos débiles en nuestras paredes exteriores y se los había pasado a
los zapadores. Si las defensas má gicas está n bajas ahora, creo que es probable que esté
a punto de haber una brecha—.
La habitació n se quedó en silencio y Aten lo miró dos veces al reconocer la voz de Joe.
—Joe, ¿cuá ndo...? ¿Có mo volviste aquí?
—Oh tú sabes.— Joe saludó a la mesa. —Mientras me abría camino entre esa multitud,
escuché algo de lo que estaba sucediendo y descubrí que hay tó tems configurados
para permitir que su gente reaparezca. Eso significa que una de nuestras mayores
ventajas: reaparecer después de la batalla, ya no existe, a menos que podamos
encontrar una manera de hacer que eso desaparezca—.
—De nuevo, ¿có mo llegaste aquí?— Aten insistió en el tema: —Si construiste tú neles
secretos o algo así, realmente necesitamos saber…—
—Aten, nunca lo haría—. Joe lo detuvo con firmeza. —Escuchen, só lo quería
advertirles que casi todos los que alguna vez han tenido problemas con el gremio se
presentan para lanzarse al ring y está n sacando todos los trucos que pueden
encontrar. ¿Hay alguien a quien podamos acudir y pedirle ayuda?
—No hay nadie.— Aten agitó una mano hacia las paredes distantes. —Incluso si lo
hubiera, ¿quién va a romper esa línea para ayudarnos? ¿Conoces a alguien má s que
pueda hacer las cosas ridículas que tú ?
CAPITULO CINCUENTA Y DOS
Joe corrió hacia el Gran Saló n Ritual, sin molestarse ni un poco por todo el humo en el
aire. Uno de los beneficios de tener una constitució n superior era que podía ignorar
cosas como el humo o los venenos débiles. Ademá s de eso, la inhalació n de humo era
una desventaja acumulable, y su Aura de Neutralidad se aseguraba de que nunca
tuviera la oportunidad de abrumarlo .
Cuando se fue para intentar mejorar su suerte, Joe había dejado a los demá s en su
aquelarre a cargo de las defensas. Hasta donde él podía ver, estaban haciendo un gran
trabajo. Sin embargo, estaba seguro de que no habían tenido que matar a un grupo de
personas antes, y le preocupaba qué efectos podría tener ese aspecto de la batalla en
sus mentes. Abrió el camino hacia el Gran Saló n Ritual y bajó solemnemente por la
rampa sinuosa...
—¡Salud!—
...só lo para entrar mientras el aquelarre juntaba grandes jarras de cerveza. Joe hizo
una pausa en estado de shock y luego comenzó a reír. Pronto, se echó a reír a
carcajadas y los demá s lo miraban con preocupació n.
—Tú … ja, ja… ¡Pensé que todos estarían miserables! ¡Está s celebrando una fiesta! Joe
estaba jadeando; Finalmente se había dado cuenta de que la gente era resistente y no
necesitaban que él les dijera que estaban haciendo lo correcto. Ellos ya lo sabían. —
¡Necesito aprender a confiar en la gente! ¡Ja ja!—
El humor de Joe mejoró considerablemente y la tensió n que había estado provocando
que sus hombros se anudaran comenzó a desaparecer. Se sentó a la mesa y comenzó a
discutir los rituales que se utilizaban. No solo habían encendido las enormes llamas,
sino que también se estaban utilizando docenas de rituales menores que no esperaba.
Kirby le informó sombríamente sobre el arcoíris y el ritual de mú sica pacífica que
accidentalmente había entrelazado y luego activó en el á rea de preparació n donde se
encontraba el gremio.
¿hacer? Hay cientos de miles de personas ahí fuera. Mike, haz que alguien esté atento a
esos zapadores. Si el muro cae, estamos acabados—.
—¡Sí comandante!— Mike saludó y salió corriendo de la habitació n. Joe nunca había
visto al hombre severo actuar de manera tan... militar.
—Tuve a tu gente má gica trabajando en las defensas. Deberías controlarlos—. Aten
despidió a Joe y se volvió hacia la reunió n en general.
—Note que.— Joe sacudió la cabeza al recordar có mo había evitado las llamas que
habían reducido a cientos de personas a cenizas. Ahora que lo pensaba, no estaba
seguro de có mo lidiaría su aquelarre con la creació n de ese tipo de masacre. Quizá s
sería mejor registrarse. Joe salió de la sala de guerra tan silenciosamente como había
llegado.
Los miembros estaban descansando hasta que los llamaron a las paredes para luchar.
Aparentemente, impulsó enormemente la recuperació n de la fatiga.
También habían establecido rituales de refuerzo que añ adían armadura a los edificios
en los que eran activados; Este era un concepto que Joe estaba muy interesado en
aprender, ya que no había visto nada similar antes. Por supuesto, también había
rituales destinados al asalto, y Big_Mo y Hannah habían estado trabajando en una
combinació n especial de sus rituales . Big_Mo lo explicó cuidadosamente. —Entonces,
tomamos el Ritual de Cuarentena combinado y lo agregamos al ritual que diseñ é y que
llamo 'amplificació n de sangre'—.
—¡Todo lo que hace es absorber la sangre en el á rea y usarla para amplificar el
alcance al que afecta la cuarentena!— Hannah irrumpió con entusiasmo para aclarar
ciertos puntos. —¡Si usamos esto junto con un ataque a gran escala, podríamos obligar
a todo el ejército a nadar a través de un foso de aguas residuales para perseguirnos!—
—¿Cuá ntas personas van a querer hacer eso, sabiendo que se enfermará n má s cuanto
má s se acerquen?— Big_Mo se rió y *chocó* su taza contra la de Hannah.
—¿Esto está listo? ¿Por qué no lo has activado? Joe estaba satisfecho con este
desarrollo. —Me gusta esto muchisimo. ¡No letal, realmente inconveniente , y toda la
fuerza atacante nos ayudará a fertilizar los campos que arruinaron al entrar!
Eso hizo reír a la gente en la sala, y Hannah explicó que todavía estaba trabajando para
aumentar la eficiencia del ritual, ya que la combinació n lo convertía en un ritual
clasificado como Experto, y sabía que podía dejá rselo a Oficial. con suficiente tiempo.
Joe asintió ante eso. —Déjame ver; Estoy seguro de que juntos podríamos...
—¡Tiempo!— Taka llamó y algunas personas se pusieron de pie. —Lo siento, Joe;
Tengo que vincular una serie de rituales de gravedad, giro y destrucció n en una roca
que el gremio está enviando por encima de la pared mediante una catapulta. A este lo
llamo 'Stone Blender' por... razones obvias—.
—Menos contento con el uso de nuestras habilidades—, suspiró Joe mientras salían de
la habitació n, sus pasos apresurados y sus capas agitadas levantaban polvo. —No creo
que nadie recuerde que alguna vez los rituales estuvieron prohibidos aquí,
considerados tabú por el Mage's College. ¿Có mo se supone que vamos a romper la
imagen de que los rituales son malos si seguimos usá ndolos para destruir cosas?
—¿Es por eso que só lo te veo usá ndolos a la defensiva o para construir cosas?—
Hannah sacó algunas pá ginas con fó rmulas de hechizos mientras lo interrogaba.
y transmutació n. Su mente buscó una ilusió n, pero se detuvo. La reciente conversació n
que Joe tuvo con el aquelarre le hizo considerar seriamente la nigromancia. Si había
algo —aterrador— cuando se trataba de hechizos, los no-muertos generalmente
encabezaban la lista. Respiró hondo, extendió la mano... luego se detuvo y sacudió la
cabeza. Joe no estaba hecho para ese tipo de hechizo. Aunque podía elegir entre
hechizos —malvados—, simplemente... no podía.
Joe miró las opciones restantes disponibles y seleccionó —Evocació n—.
La evocación es el acto de invocar o convocar a un espíritu, demonio, dios u otro agente
sobrenatural a través del poder de tu voluntad, maná y potencialmente varios sacrificios.
Elige un hechizo.
—Sí, eso es lo que necesito...— Só lo aparecieron dos hechizos , y ambos fueron
decentes.
Infusión mística: realiza un rito que infunde a tu cuerpo y mente poder y conocimiento
extraídos de una fuente externa. A diferencia de los hechizos de posesión, no hay
posibilidad de perderte ante un ser externo, ya que solo estás tomando su poder. El
efecto y el límite de tiempo varían.
Cambio planar: invoca directamente a un ser desde detrás del velo y úsalo para lograr
tus objetivos. Vincular y dirigir son muy importantes, ya que es poco probable que usted
y el ser convocado tengan objetivos que se alineen. El efecto y el límite de tiempo varían.
Joe quería Mystical Infusion, pero la parte prá ctica de él sabía que si usaba ese poder...
se convertiría en un luchador de primera línea. Luego, cuando el hechizo se acabara,
estaría al frente del combate . Tenía mucho má s sentido convocar algo que pudiera
usar para ayudarlo o, en el peor de los casos, ser un escudo de carne. —Elijo Planar
Shift—.
Se desplomó en el suelo cuando la informació n lo golpeó justo en el cerebro. Joe se
retorcía en agonía mientras la oscuridad fluía desde el altar hacia él. Mientras yacía
allí, jadeando, un libro se materializó y cayó sobre su pecho; un volumen tan denso
que lo dejó sin aliento.
Hechizo ganado: Planar Shift (Estudiante 0). Invoca directamente a un ser detrás del
velo y úsalo para lograr tus objetivos. Se te ha concedido un libro que te permitirá saber
qué ser estás convocando, cómo controlarlo y cómo desterrarlo si es necesario. El efecto
y el límite de tiempo de los seres convocados varían. Como este es un hechizo otorgado
directamente por una deidad y encaja dentro de tu conjunto de habilidades, se ha
incrementado a los rangos de Estudiante. Efecto: Control comparativamente fácil de
cualquier cosa convocada por debajo del rango de Estudiante. Para aumentar el nivel de
habilidad,
convocar y. Controla un ser que pretendías convocar durante una hora por nivel de
habilidad actual.
Progreso de habilidad actual: 0/30 horas de control.
Con la mente todavía zumbando, Joe inspeccionó las pá ginas arremolinadas del libro,
también llamado có modamente 'Planar Shift', y vio lo que parecían ser diagramas
rituales variantes. —Supongo que puedo entender por qué me ascendieron hasta el
nivel de Estudiante...—
—¡Ahi esta!— Joe escuchó el ruido de unos pies justo antes de que lo acercaran al
suyo. Dos guardias lo levantaron y comenzaron a salir corriendo de la habitació n
juntos. —Joe, se rompió el muro. Mantuvimos a raya a tres equipos de bombarderos,
pero el cuarto logró derribar una secció n del muro al norte—.
—¿Por qué corremos hacia el cuartel general?— Joe escupió una enorme bola de
sangre y flema que se le había quedado atrapada en la garganta por razones
desconocidas.
—Ató n envió a buscarte. Esto… se suponía que esto no iba a suceder—. El guardia a la
izquierda de Joe también parecía ahogarse con algo. —¡Se suponía que aquí
estaríamos a salvo !—
—É l tiene un plan—. El otro guardia parecía mucho má s tranquilo. —Aten siempre
tiene un plan—.
CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES
—De hecho, tengo un plan—. Aten le dijo a Joe, para su sorpresa. —Se requiere un
poco de palabrería legal, así que tengan paciencia—.
—¡Crudo!— Joe agitó las manos delante de él como si fueran garras. Al ver que nadie
sonreía, Joe tosió en su mano y se sentó . —Lo siento, estaba tratando de
'soportarlo'—.
Aten golpeó la mesa con el dedo índice varias veces y luego sacudió la cabeza. —Solo…
está bien, aquí vamos. ¿Continuará s trabajando para llevar esta ciudad al nivel cinco?
¿Incluso sin un beneficio tangible?
—Por supuesto, pero…— Joe fue interrumpido cuando Aten agitó su mano.
—Suficientemente bueno; entonces predetermino que tu bú squeda esté completa—.
Misión completada: La creación de un Anciano. El comandante del gremio ha
determinado que cumpliste el espíritu de esta misión. Automáticamente te convertirás
en el —Primer Anciano— cuando el gremio se actualice a una —Secta—.
Aten se inclinó hacia él. —Como Primer Anciano en espera, tienes má s poder que un
miserable Comandante del Gremio. ¿Quieres dirigir el gremio? Puedo conseguir el
papeleo...
—¡Ni siquiera un poco!— Joe retrocedió físicamente ante la oferta. Los demá s -
alrededor de la mesa suspiraron aliviados.
—Bien, porque te estaba poniendo a prueba—. Aten admitió fá cilmente, ignorando la
mirada que recibió en respuesta. —Así, automá ticamente se te considera en el mismo
nivel de privilegio que el mío en el gremio. Este es mi plan: tienes todos los requisitos
para pasar a tu segunda especializació n , excepto las estadísticas sin procesar. Tú y yo
iremos a la brecha en la pared y trabajaremos para taparla. Si la batalla se vuelve en
nuestra contra, activaré la É gida—.
—¿Qué pasa después de eso?— Joe presionó mientras la gente se levantaba a su
alrededor y comenzaba a caminar. —¿Tipo? ¿El resto del plan? Había má s que eso; ¡Sé
que sí!
—Les diremos si necesitamos promulgarlo—, afirmó Mike sombríamente, con las
manos en un par de dagas en la cintura.
—¡Este no es un plan reconfortante!— Joe le gritó al grupo. Nadie escuchaba, así que
se apresuró a alcanzarlos. Corrieron hacia el sonido del choque de metales, piedras
rompiéndose y gritos á speros.
Cuando estuvieron dentro del alcance, Joe sintió como si sus ojos le estuvieran
mintiendo. Los miembros de su gremio estaban siendo rechazados por lo que parecían
ser mercenarios no jugadores, y cientos de personas con mazos golpeaban la pared.
Un enorme trozo de pared había caído hacia adentro, y sus acciones actuales
ampliaban esa brecha cada segundo.
Los líderes se lanzaron a la refriega y el combate de los siguientes segundos demostró
que se habían ganado sus altas posiciones. Se movían en formaciones de delta de cinco
personas cada una y blandían sus armas en armonía, a veces casi tocando a sus
camaradas con el acero desnudo. Pero, cada vez, el arma se deslizaba y aterrizaba só lo
en el objetivo previsto. Las flechas llovieron sobre los enemigos cuando las alas de las
formaciones abrieron fuego y se aprovecharon las aberturas estrechas para derribar a
la oposició n.
Los mercenarios estaban claramente alrededor del nivel quince, a juzgar por su aire
peligroso y el poder de las habilidades que podían usar, pero aú n así fueron
derrotados rá pidamente. Cayeron en una retirada ordenada, a pesar de que estaban
siendo fuertemente presionados por los Wanderers. Joe vio un destello de algo... ¿un
sello? Eso fue… ¡estos eran mercenarios de una Casa Noble! El sigilo fue rá pidamente
oscurecido por el combate, pero Joe ahora sabía con certeza que había enemigos
persiguiéndolos de todos los á mbitos de la vida.
Le llegaron má s buenas noticias. Joe notó que Kirby estaba dirigiendo a un grupo de
constructores para que movieran la enorme piedra que habían atado con un ritual de
reparació n del edificio, y debería estar lo suficientemente cerca como para arreglar la
pared en solo unos minutos. Todo lo que tenían que hacer era hacer retroceder a la
oposició n y una vez má s tendrían un grueso muro que los separaría de aquellos que
venían tras sus vidas.
Fue entonces cuando el liderazgo empezó a morir. Comenzó con una flecha
atravesando el ojo de un mago. Joe lo habría atribuido a un combate está ndar, pero su
grito terminó abruptamente. Demasiado abruptamente. Al ver a los magos vestidos de
pú rpura que se acercaban entre la multitud, Joe comprendió lo que estaba sucediendo.
—¡Esto es una trampa!—
Aunque gritó tan pronto como hizo la conexió n, ya era demasiado tarde. Mientras Joe
respondía, cuatro líderes má s de su lado fueron asesinados por bufones que parecían
aparecer de la nada. Los magos del silencio detuvieron a cualquiera que pareciera
intentar gritar ó rdenes , y los mercenarios se lanzaron contra sus líneas. Joe miró por
hijo tras persona fueron asesinados, y de repente Ató n estaba a su lado. —Tal como
pensá bamos. Si no hubiéramos venido, habrían podido destruir todo el muro, pero si
lo hubiéramos... atraparían a los líderes—.
—Sabías que esto sucedería, y todavía-—
— Pensamos que esto podría suceder. No lo sabíamos con seguridad—. Aten gruñ ó sus
palabras. —Es hora… ¡ Égida Dorada!—
La reacció n no fue tan instantá nea como esperaba, pero el cambio comenzó muy
pronto. Un *thrum* profundo se elevó desde el centro de Towny McTownface, similar
a un motor a reacció n girando. Una luz dorada comenzó a salir del Saló n del Gremio,
cubriendo todo a su paso como miel vertiéndose sobre una cuchara. Todo lo que
tocaba la luz, siempre y cuando se asociara favorablemente con el gremio, desde
edificios hasta personas; Comenzó a brillar con el brillo dorado.
Aceleró a medida que invadía los límites de la ciudad y, en poco tiempo, se estrelló
contra las paredes. Joe sintió que una gloriosa sensació n de bienestar lo invadía y un
contraataque apareció en su visió n.
¡Égida Dorada activada! La inmunidad a todos los efectos dañinos está vigente durante
24 horas, siempre y cuando estés en el territorio específico de la ciudad controlado por el
gremio 'The Wanderers'. ¡Todos los efectos dañinos contra alguien bajo la protección de
la Égida Dorada rebotarán sobre el atacante causando el doble de daño!
Joe saltó hacia el espacio abierto, pasando las protecciones de la pared. Cientos de
flechas le apuntaron y lanzaron, se lanzaron docenas de hechizos y los combatientes
cargaron contra él. En un instante, Joe recibió tantos ataques que, en cualquier otra
circunstancia, só lo el taló n de su pie habría permanecido intacto. En cambio,
aproximadamente el cuarenta por ciento de todos los que lo habían apuntado fueron
abofeteados por un clon oscuro, y todos los enemigos fueron abofeteados si su ataque
acertaba; luego, cada agresor recibió el doble de dañ o por una luz dorada que rebotó
sobre ellos.
Daño infligido: 83,219 Daño oscuro. Efecto del título Pierce the darkest night ha entrado
en vigor: ¡Daño aumentado en un 10%! (Todo el daño infligido ahora incluye un 5 % de
perforación de armadura. La bonificación de perforación aumenta a un 10 % con
hechizos y armas alineados en la oscuridad). El daño se reduce parcialmente cuando se
inflige a personal de niveles inferiores, debido al efecto del título: La leyenda elegida de
Tatum.
Daño infligido: 159,211 daño oscuro. (Dividido entre 312 agresores. ¿Ver el desglose
completo de los daños?)
Aumento de habilidad: Represalias de las Sombras (Estudiante IX). ¡No se trata de la
habilidad, sino de cómo la usas! Matar a trescientas personas
¡En dos segundos usando un hechizo de un solo objetivo es todo un logro !
—¿Subí nueve rangos en ese hechizo?— Joe jadeó mientras miraba los datos que
aparecían. Luego vio la ola de flechas que venía hacia él y se rió salvajemente. —¡Má s!
¡Dame toda tu ira! ¡Deja que el odio fluya a través de ti!
En respuesta a sus burlas, cientos, miles de ataques y atacantes volaron hacia Joe. Cone
of Cold se cobró la vida de docenas de combatientes mientras se acercaban, y un Dark
Lightning Strike eliminó a aquellos que lograron sobrevivir. Su yo sombrío estaba en
todas partes a la vez; bofetadas, bofetadas, bofetadas. Cualquiera que sobreviviera a
una doble bofetada, que podía causar hasta trescientos noventa dañ os antes de que se
consideraran otros efectos, recibía el doble del dañ o que habría causado. De esta
forma, casi dos mil personas murieron en menos de treinta segundos.
Habrían seguido má s, pero también había profesionales en la mezcla. Antes de que Joe
pudiera reaccionar, una red se posó sobre él y lo arrastró al suelo. No se produjo
ningú n dañ o, por lo que no se produjo ninguna reacció n. Joe fue arrastrado hacia
adelante, y aunque la gente todavía moría por bombardearlo con ataques, él estaba
siendo arrastrado lenta y constantemente hacia las líneas enemigas.
No podía creer que lo hubieran capturado tan fá cilmente. Joe rugió como un tigre
enjaulado y lanzó hechizos tan rá pido como pudo. El á cido lavó sus redes y las fibras
comenzaron a marchitarse. Unas manos á speras lo agarraron y lo arrojaron al suelo.
Luego, aparentemente de la nada, su tú nica quedó atrapada y fue arrastrado de nuevo
al abrazo de Aten. El hombre enorme corrió hacia las paredes y se zambulló justo
delante de má s redes.
—¡Eres una absoluta nuez!— Aten le gritó a Joe, quien estaba impecable a pesar de
haber recibido cientos de ataques. —¿No te dije que teníamos un plan para todo esto?

—Pude eliminar a má s de dos mil atacantes—. Las palabras de Joe hicieron que Aten
parpadeara. —Pensé que era un buen negocio—.
—¿Qué sucede cuando te arrastran fuera de nuestra tierra y te arrojan a un lugar del
que no puedes escapar, uno que automá ticamente fuerza tu punto de unió n a ese
lugar? No es un buen intercambio, ¿no? Aten respiró hondo al ver que Joe se ponía
serio. —¡Escúchame , abismo! ¡Necesito que vayas y obtengas tu especializació n, y
necesito que lo hagas ahora!
—No puedo-—
—Todo está configurado, excepto tus estadísticas, ¿correcto?— Aten interrumpió .
—Sí, y es por eso-—
—De lo contrario, ¿está s preparado?—
—Por supuesto-—
—Entonces tienes que irte. Tienes que volver y tienes que salvarnos. En un solo día,
nos vimos obligados a utilizar nuestra ú ltima carta de triunfo. En un día má s, se
acabará y nos quedaremos sin combustible. En ese momento, si no tenemos algo má s
listo… lo vamos a perder todo. Esto durará cinco minutos—. Aten respiró hondo y
puso una mano sobre el corazó n de Joe. —Poder del gremio—.
CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO
Toda la luz en el á rea pareció atenuarse cuando Joe fue bañ ado en ocho colores
entremezclados, que se unieron en una corriente plateada que lo llenó hasta el punto
de ruptura y má s allá .
¡La fuerza ha alcanzado el máximo de la Zona!
¡Constitución ha alcanzado el máximo de Zona!
Los mensajes continuaron hasta que la suerte también mostró que estaba en el
má ximo de la Zona, que parecía ser de ciento cincuenta puntos. Su salud se disparó a
má s de mil quinientos puntos, su maná a má s de tres mil. Joe se miró las manos, que
parecían haber reemplazado toda la grasa y los huesos con puro mú sculo, y se volvió
para mirar a Aten. —¡Está s fuera de mi mente! ¿De qué me sirve esto? No puedo usar
esto para-—
—Jo...oo...oe, yo...oo...o tienes que irte...00!— La voz de Aten era tan lenta que a Joe le
costó entender lo que decía. Este debe ser el efecto de tener su inteligencia y destreza
mucho mayores: todo lo demá s parecía suceder en cá mara lenta.
—Lo intentaré, Ató n—. Joe gruñ ó y sacó la tableta que estaba en su bragueta. —
¿Activar?—
Escaneando... Clase base encontrada: Ritualista. Se cumple el primer requisito previo
para su uso.
Escaneando... Clase especializada encontrada: Rituarchitect. Se cumple el segundo -
requisito previo para su uso.
Generando opciones de selección de clase del uno al cuatro... generadas previamente.
Escaneando... Se cumplió el tercer requisito previo para el uso. La clase base 'Ritualista'
requiere que las Características 'inteligencia' y 'sabiduría' estén en el límite de las
características Mortales antes de que se pueda aplicar la segunda especialización . La
exploración indica que todas las características están en este límite.
¿Activar intento de especialización? Sí No.
—Sí.— La palabra de Joe fue demasiado rá pida para ser inteligible para quienes lo
rodeaban, pero eso no estaba en sus mentes. Lo que vieron fue un multicol.
Un rayo cayó sobre Joe... dejando tras de sí una nube de humo sin nada en ella. Sus
esperanzas murieron y pensaron que él también.
Joe parpadeó y miró alrededor de la habitació n en la que se encontraba. Era un
espacio pequeñ o y có modo, con cuatro pasillos adjuntos, y... había otra persona en la
habitació n. —¿Tatum?—
Occultatum miró en su direcció n e hizo una mueca. —Tonto mortal… ¿activar una
tableta usando poder prestado? No hables, só lo escucha. Elige qué camino intentará s
y, por todo lo que es Celestial, ¡termina la prueba antes de que el poder prestado se
desvanezca! ¡ La tableta que activaste era de un solo uso!
Cuatro caminos te alejan de donde te encuentras actualmente. Todos ellos contienen el
poder suficiente para transformarte en lo que deseas ser. Hay tres cosas que decidir
antes de seguir el camino hasta el final.
¿Estás eligiendo el camino adecuado para ti?
¿Estás eligiendo un camino que estás dispuesto a seguir hasta el final?
¿Harás lo que sea necesario para alcanzar el poder al final del camino?
Camino uno: reduccionista. Hay más, siempre hay más. Más que hacer, más que
construir, más que aprender. ¿Y si eso se pudiera reducir a los componentes más básicos?
El último deseo del multiclase, este camino abre el camino para toda la elaboración al
reducir todo a los denominadores comunes. El camino del reduccionista es el camino de
la laboriosidad.
Camino dos: Reforzador. El poder de una ciudad no está sólo en los edificios que
contiene; también está dentro de la gente que vive allí. Salud, felicidad, fertilidad,
protección, empoderamiento. Tendrás una ciudad en tus manos y vivirán o morirán
cuando tú lo decidas. Este camino se basa en la protección y mejora de estructuras, y
permite mejoras permanentes en casi todos los aspectos de la vida dentro de su alcance.
El camino del Reforzador es el camino de la permanencia.
Camino tres: Rompedor de asedio. Siguiendo este camino, ninguna defensa podrá
interponerse ante vosotros. Nadie se atrevería a esconderse detrás de un muro al que te
acercas. Por el contrario, nadie se atrevería a asaltar un muro que usted ha decidido
proteger. De una forma u otra, el asedio acaba contigo. Siempre. Este camino es el
siguiente paso natural para un Rituarchitecht, pudiendo crear o destruir ciudades
prácticamente por capricho. El camino del Rompedor de Asedios es el camino de lo
intransitivo.
Cuarto camino: Ratificado. Un ser enrarecido es aquel que ha renunciado a otros apegos
y se ha dedicado a su perfección física y mental. En lugar de centrarse en lo que pueden
hacer por los demás, o
lo que pueden hacer por sí mismos, miran lo que pueden hacer por sí mismos. Todo el
entrenamiento de características es más fácil, toda la adquisición de habilidades
aumenta . El camino de lo Rarificado es el camino de la perseverancia.
Joe quería tomarse todo el tiempo del mundo para tomar su decisió n. Quería
reflexionar sobre los pros y los contras, tomar una decisió n cuidadosamente
meditada. Pero... había miedo en los ojos de Tatum, no ira. Joe necesitaba tomar su
decisió n ahora.
É l hizo.
El corrió .
Rompedor de asedio. Eso no serviría. Al igual que al rechazar la elecció n de
convertirse en waritualista, Joe no planeaba luchar para siempre. No quería verse
obligado a hacerlo só lo para poder avanzar por el camino elegido.
Reinforcer no era posible, ya que podía crear los mismos efectos con su estudio en la
construcció n tal como estaba. ¿Entonces podría necesitar má s tiempo para lograr el
mismo efecto? Vale la pena. El mismo sentimiento vino de los Rarificados; Aunque
podría llevar má s tiempo, el objetivo final era algo que podía lograr de cualquier
manera.
Esto significaba que la elecció n era sencilla para él. Joe corrió por el camino del
Reduccionista. ¿Convertir todo en denominadores comunes? ¿Ú til para todos los
artesanos? Joe era muy trabajador , por lo que la descripció n le convenía
perfectamente. Apareció una puerta y Joe se estrelló contra ella sin reducir la
velocidad. La pesada puerta de madera se hizo añ icos. No había cerradura ni llave.
Esta era una puerta que había puesto a prueba su fuerza.
Habían pasado casi dos minutos.
Pronto, otra 'puerta' bloqueó su camino. É ste era intangible y Joe lo atravesó
corriendo. Sus nervios gritaron de dolor cuando la niebla intentó desgarrar su piel. Su
constitució n se mantuvo firme y pasó . Joe corrió , esforzá ndose hasta el límite de su
capacidad. El mundo parpadeó y Joe tropezó ... parecía que su suerte se había
mantenido firme.
Habían pasado cinco minutos.
Aparecieron dos puertas y Joe atravesó la de la izquierda, sabiendo de algú n modo que
el camino correcto só lo traía fracaso. Su percepció n y sabiduría lo habían ayudado a
salir adelante. Una puerta estrecha delante, demasiado pequeñ a para pasar,
demasiado fuerte para romperla. Joe se contorsionó, gritando mientras sus huesos
parecían derretirse; entonces terminó . Jaxon habría estado orgulloso de su destreza.
Habían pasado siete minutos.
Una poderosa figura santa lo esperaba, un tridente en llamas listo para atacar. Joe
asintió cortésmente: —Perdó neme, no tengo tiempo para pelear con usted—.
La figura ladeó la cabeza y asintió . ¡ Qué carismático se sintió Joe en ese momento! La
figura se apartó lentamente del camino. Tan... tan... lentamente.
La ú ltima puerta estaba a la vista, y Joe corrió hacia adelante, vio lo que tenía que
hacer... y el conocimiento desapareció . Se desplomó en el suelo mientras su cuerpo
gritaba que había sido mal usado y abusado. Joe se obligó a levantarse del suelo y
confirmó que el impulso de Aten había desaparecido. Extendió una mano temblorosa
hacia la puerta, pero ya no sabía có mo abrirla.
—Tenía que demostrar mi inteligencia...— Joe sacudió la cabeza. —Eso no es algo que
sea posible. No hay forma de demostrar que eres inteligente—.
Joe se sentó y miró fijamente la puerta. Ya no había límite de tiempo. Si no podía
seguir adelante, de todos modos estaba perdido aquí. Los minutos se convirtieron en
una hora, luego en dos, mientras Joe buscaba una pista en cada centímetro de la
puerta. Le dio un puñ etazo con frustració n. —¡Elegí el camino correcto para mí!—
Joe pateó la puerta. —¡Estoy eligiendo absolutamente un camino que estoy dispuesto a
seguir hasta el final!—
—¿Qué necesito hacer para alcanzar el poder al final del camino?— gritó a la puerta.
—¡Lo haré! ¡Só lo necesito saber qué es!
Se sentó y pensó . Intentó una y otra vez encontrar un patró n, discernir algú n secreto.
Joe respiró hondo y reflexionó sobre toda la informació n que tenía a mano... y una
chispa voló , una pista apareció en su mente. —Este es el camino de la laboriosidad...—
—¿Có mo puedo mostrar mi laboriosidad, voluntad e inteligencia al mismo tiempo? Sé
que sabía que podía hacerlo… mi extra inteligente estaba incluso feliz… ¿qué fue ?—
Joe golpeó el suelo. —Só lo hay una diferencia de inteligencia de dieciocho puntos.
Puedo llegar a donde necesito estar en dieciocho días. Puedo sobrevivir aquí tanto
tiempo; Só lo tengo que confiar en que el gremio puede resistir—.
Joe sacó su cubo de rompecabezas y trabajó en él, refunfuñ ando todo el tiempo. —
¡Aumentaré mi inteligencia hasta que pueda superar esto de forma natural! A ver si no
lo hago, puerta. ¡Me quedaré aquí hasta que me obliguen a salir o hasta que gane!
Poco menos de dos horas después, Joe resolvió una pregunta sobre el cubo, y todo
quedó en su posició n y comenzó a brillar. —¿ Lo resolví ? ¡No! ¡No podré adquirir
inteligencia mediante el entrenamiento!
¡Entrenamiento característico completo! ¡Recompensa especial, todas las características
+5! ¡Has resuelto un Puzzle Cube de nivel tres! Eres el primero en hacer esto en Midgard.
¡Tu recompensa se decidió hace mucho tiempo! El propio Sage Treasure fue quien cargó
el interior con-
[[Sacrificio aceptable]]
Joe se sobresaltó cuando el mensaje que estaba leyendo fue interrumpido por uno
mucho má s mecánico. El cubo se le escapó de las manos y quedó suspendido frente a
la puerta.
¿Sacrificar un cubo de rompecabezas de nivel tres completo y sin abrir para abrir esta
puerta? Sí No.
—¡He estado trabajando en eso desde que supe que podía aumentar mis estadísticas!
— Joe gritó ante el mensaje que flotaba en su rostro. —¡Fue cargado por un Sabio del
Maldito Tesoro! Quieres que me rinda... me quieres... la tercera pregunta. ¿Esto es lo
que necesito hacer para alcanzar ese poder?
Joe miró con avidez los objetos que apenas eran visibles a través de una neblina de
energía. Ese cubo parecía haber sido un dispositivo espacial, o el mundo podría estar
alterando su mente. —¿Estoy dispuesto… a hacer lo que tengo que hacer… para
alcanzar el poder que deseo?—
Tragó profundamente. —Sí. Sacrifica el cubo—.
[[Sacrificio aceptado]]
El cubo desapareció con un pequeñ o *pop* y Joe sintió que se le daba un vuelco el
estó mago. La puerta se cayó , cayendo hacia atrá s y dejando el camino abierto para que
Joe caminara. En el centro de la habitació n estaba él mismo, tal como apareció cuando
originalmente eligió una clase. Este doble pelganger imitó sus movimientos, pero se
detuvo cuando se acercó . Luego, buscó en el aire circundante y sacó dos objetos de la
nada.
Uno era un diagrama extrañ o que mostraba energía en movimiento por todo el cuerpo
de Joe. Joe lo tomó , pero no estaba seguro de qué hacer con él. El otro era un diagrama
ritual, pero... había una sensació n de permanencia en este diagrama que nunca antes
había sentido. El otro activó el ritual y Joe quedó envuelto en un poder potente.
¡Los grilletes de Midgard que te atrapan en la Zona se desprenden de tus extremidades!
Has obtenido la especialización de clase 'Reduccionista '. Hay tres beneficios en esta
clase y dos aspectos negativos que la equilibran.
El primer aspecto negativo: ya no ganarás puntos de característica ni de habilidad al
subir de nivel. Ni de clase de personaje, ni de especialización.
El segundo aspecto negativo: ya no puedes utilizar materiales estándar para ningún tipo
de elaboración.
—¿Disculpe ?— Joe palideció ante las palabras que aparecieron frente a él. ¿Se había
vuelto inú til su almacén de materiales de artesanía almacenados en su bragueta?
CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO
Joe contuvo su furia y siguió leyendo, esperando que los beneficios valieran la pena.
De hecho, parecían ser má s una explicació n que otra cosa.
Beneficio uno: ahora tiene la capacidad de procesar todos los materiales hasta los
componentes básicos. Todas las materias primas, materiales procesados y artículos se
pueden —reducir—. Puedes reducir todos los materiales usando solo maná. Ahora hay
un ritual grabado en vuestro ser, un ritual que sólo requiere el empoderamiento del
maná para funcionar.
Beneficio dos: todas las habilidades sensoriales ahora también te informan del valor de
cualquier cosa que se pueda reducir, así como de la cantidad de material que obtendrás
al reducirlo.
Beneficio tres: puedes utilizar el material reducido en cualquier forma de elaboración,
como reemplazo de todos los componentes, ingredientes u otro material necesario.
Después de leer todo una vez má s, Joe estaba... desconcertado . No había nada aquí
que le ofreciera salvació n a él o a su gremio en este momento crítico, y nada que
pareciera ú til en el futuro cercano. Sería capaz de fabricar de forma má s eficiente...
¿quizá s? Las manos de Joe comenzaron a temblar cuando se dio cuenta de que tal vez
simplemente no había podido salvar a su gremio.
Miró el otro objeto que había obtenido y descubrió que era un tipo de circulació n de
maná , diseñ ado para desgastar las habilidades de Manipulació n de Maná y
Coalescencia. —¿Romper el límite mortal?—
De cualquier manera, era un sistema de flujos y reflujos que parecía estar diseñ ado
teniendo en mente su sistema de maná actual. También parecía que llevaría
muchísimo tiempo aprenderlo y ponerlo en prá ctica. El mundo que lo rodeaba
comenzó a desvanecerse y Joe se dio cuenta de que regresaba ahora que había
obtenido su recompensa.
Tatum apareció , y aunque parecía que no podía decir nada, su rostro mostraba una
brillante sonrisa. Lá grimas de alegría habían brotado
y estaba seguro de que podría saltar eso. Por otro lado, la pared estaba erizada de
gente dispuesta a disparar en cualquier momento. No le gustaban sus posibilidades de
superar el muro sin ser destrozado por sus propios compañ eros de equipo.
Volvió sus ojos hacia el otro lugar al que podía ir: el Saló n de los Conquistadores. Joe
se dirigió a la gran estructura y descubrió que el muro que rodeaba el á rea interior
había sido roto y rodeado por cientos de personas. Sin embargo, nadie entraba al
edificio. Era fá cil ver por qué; la entrada estaba justo má s allá de un mar de sangre. Joe
tocó a alguien en el brazo y señ aló las puertas. —¿Qué pasó ?—
Al reconocer las tú nicas moradas, los ojos del hombre brillaron con vigor. —Señ or.
¡Mago del silencio! Hay enormes golems que matan a cualquiera que entre. Salieron y
gritaron —prohibida la entrada, no hay advertencias— y luego desaparecieron. No
estoy seguro de qué má s está pasando, pero creo que el liderazgo está planeando
resolver esto después de que seamos dueñ os del lugar—.
—¿Nadie ha entrado?— Joe sacudió la cabeza como respuesta. —¿Nadie ha salido
tampoco? ¡Entonces voy a limpiar el nido de ratas!
Con una pequeñ a multitud animá ndolo, Joe corrió hacia el edificio y cruzó el umbral.
—¡Sostener! No me ataques—.
Una espada estaba en su cuello justo cuando la palabra —espera— pasó por sus
labios. —Sí. Continuar con la vigilancia del á rea; mata a cualquiera que entre—.
—Comprendido. Hasta el momento, quinientas veintidós muertes—.
—Si no fueras tan eficaz, nunca te querría cerca de mí—. Joe respiró las palabras muy
suavemente. Salió a la enorme sala que estaba justo después de la entrada y encontró
a cientos de personas esperá ndolo.
—¡No! ¡Se han abierto paso!
—¡Má tenlos antes de que tengan espacio para maniobrar!—
Joe palideció cuando todos los ojos se volvieron hostiles. —¡Esperar! ¡Soy Joe!
¡ Gremio de vagabundos, primer anciano!
Hubo una larga pausa mientras la gente charlaba de un lado a otro mientras viraban,
pero Everard, el maestro de armas, dio un paso adelante y miró a Joe con atenció n. —
¡Lo conozco! ¡É l es el gremio!
Hubo un suspiro colectivo de alivio y la sala se llenó de preguntas. —¿Qué está
pasando ahí afuera?—
—¿Ha caído el gremio?—
—¿Ganamos?—
—¿Có mo llegaste aquí?—
Everard agitó los brazos y luego miró fijamente a Joe. —Me alegro de que hayas
venido aquí, pero ¿dó nde has estado estos ú ltimos días? Te perdiste un abismo de
batalla después de que cayó la É gida—.
—¿Días?— Joe sacudió la cabeza y subió su estado, tratando de aprovechar el tiempo
para pensar en una respuesta adecuada.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Reduccionista Profesión I: Arcanólogo
(Max)
Profesión II: Alquimista ritualista (1/20) Nivel de personaje: 18 Exp: 175,220 Exp al
siguiente nivel: 14,780 Nivel Rituarquitecto: 10 Exp: 45,000 Exp deuda: 14,714 Nivel
reduccionista: 0 Exp: 0 Exp al siguiente nivel: 1,000 Puntos de vida: 732/732
Maná: 1.039/2.137 (983 reservado) Regeneración de maná: 42,28/seg.
Resistencia: 726,5/726,5 Regeneración de resistencia: 5,94/seg.
Característica: puntuación bruta
Fuerza: 71 Destreza: 93 Constitución: 72 Inteligencia: 137 Sabiduría: 112 Carisma
oscuro: 79 Percepción: 87 Suerte: 59
Suerte Kármica: +18
Joe estaba satisfecho con sus aumentos, aunque sabía que de ahora en adelante, todos
los aumentos de estadísticas se basarían en el trabajo duro y no en la nivelació n. De
hecho, estaba empezando a pensar que su nivel podría no importar tanto como… Joe
hizo una pausa al recordar una línea que había aparecido cuando había encuadernado
la tableta. Las 'Nuevas clases de prestigio' estaban disponibles. Toda la ló gica del juego
le decía que las clases de prestigio tenían el requisito previo de tener un nivel alto... tal
vez todavía había un beneficio en subir de nivel.
—Aten se arriesgó y me envió a alcanzar mi segunda especializació n . Acabo de
terminar de subir de rango, pero para mí fueron só lo unas pocas horas, no
Joe leyó el mensaje una vez má s y se dio cuenta de algunas cosas. Primero, parecía que
el Aquelarre había logrado establecer la mayor parte del Ritual de Cuarentena
externo. Segundo, necesitaba terminarlo y ahora sabía dó nde estaba instalado y
esperando ser vinculado. Tres, si lo activaba prematuramente, los efectos lo
golpearían. Eso era lo que significaba no tener una lista blanca: sin excepciones. Por
ú ltimo... ¿qué medidas extremas? Mike apenas entendía lo que el grupo de Joe era
capaz de hacer; ¿Có mo podría hacer algo extremo?
Levantó la vista del perió dico y se encontró con las miradas de todas las personas que
lo veían como su ú ltima esperanza. —Bueno… parece que tengo trabajo que hacer.
¿Alguien quiere venir conmigo?
El silencio llenó la habitació n y Joe resopló suavemente. —Está bien, pero todavía
necesitaré ayuda. Everard, disfrutará s lo siguiente—.
fracció n de la fuerza total, que posiblemente no podría caber en su totalidad. Comenzó
a caminar con indiferencia por la zona, avanzando hacia la esquina sureste de la
ciudad.
La distancia no era demasiado grande; El monolito nú mero dieciséis era simplemente
un marcador direccional temporal destinado a ayudar a las personas a orientarse. Los
nombres de las carreteras aú n no se habían votado en la ciudad, lo que significaba que
no había nombres ni direcciones. Ademá s, un nú mero asombroso de personas
simplemente se quedaron mirando fijamente cuando se les ordenó ir al —sur—.
Entonces, las rocas en forma de pilares tenían nú meros grabados, que era la forma en
que la gente se orientaba.
Al final resultó que, también eran un excelente lugar para realizar un ritual. Las
piedras habían sido colocadas con mucho cuidado para que todas estuvieran
equidistantes unas de otras, lo que era beneficioso para la magia, como los rituales,
que requerían estabilidad y proporciones perfectas para usarse de manera efectiva.
Esto, ademá s de ayudar a la gente a orientarse en la ciudad, era la razó n por la que Joe
había estado de acuerdo con entusiasmo cuando un punto aparentemente menor
como el suyo había surgido en las reuniones de liderazgo sobre asistencia requerida
hacía un tiempo.
La parte má s difícil de su viaje fue mantener su comportamiento natural. Iba contra la
corriente de la humanidad aquí; todos los demá s estaban haciendo todo lo posible
para adentrarse má s en el á rea y él se iba. Solo eso llamó la atenció n de algunas
personas y provocó que má s de una persona lo considerara calculadoramente. Joe
sacudió la cabeza ante el regalo inesperado que le había dado el mago del silencio; su
vestimenta y porte actuales eran desagradables y reconocibles. Todos sabían que la
orden de magos a la que Joe parecía pertenecer era cruel y eficiente , lo que provocó
que muchos de los que consideraban, evaluaban, miraban codiciosamente... se
convirtieran en una 'indiferencia' aterrorizada.
Muy pronto, la multitud se abrió frente a Joe como una aleta de tiburó n cortando el
agua. La oscuridad en su aura parecía estar teniendo un serio impacto en la multitud,
lo que le agradaba y preocupaba al mismo tiempo. Satisfecho, ya que llegó a donde
necesitaba ir mucho má s rá pido. Preocupado, porque estaba atrayendo demasiada
atenció n. Después de veinte minutos, finalmente llegó a la piedra. Normalmente, era
una caminata de cinco minutos en el peor de los casos, gracias a la velocidad que las
personas con estadísticas má s altas podían moverse.
Joe se puso a trabajar de inmediato y encontró el ritual grabado en la piedra con
facilidad. Esto no era algo que debería haber sido escondido , ya que estaba destinado
a mantenerse en el á rea segura del gremio. Estaba listo; Joe pudo ver el maná
contenido en el remolino y practicar.
rogando calladamente ser liberado. Sostuvo el lingote de oro cerca del ritual y activó
la unió n que lo uniría todo. Exhaló un suspiro de alivio cuando comenzó la unió n y su
maná salió corriendo para poner el efecto en su lugar.
—Se estabilizó —. Joe se secó con cuidado el sudor de la cabeza.
—¿Quién eres y qué está s haciendo?— La voz aguda estaba claramente dirigida a Joe,
pero él no se giró . Responder de inmediato só lo podría hacerlo parecer culpable, y no
podía permitirse el lujo de ser interrumpido en ese momento. —¡Te pregunté quién
eras! Dejará s de hacer lo que está s haciendo en este instante o, por autoridad de la
familia Floodwater, acabaré contigo donde está s—.
—Ahh... la familia Floodwater—. Ahora el grupo que ofrece dinero para esta causa fue
claro. Hasta donde Joe sabía, la familia Floodwater só lo tenía un recurso estratégico:
las uvas Floodwater. Una uva que recientemente había sido encontrada en un segundo
lugar: el Invernadero Evergrowth. Joe respondió sin darse la vuelta. —¿Tienes la
autoridad para decirme... que deje de hacer lo que estoy haciendo?—
—Ciertamente lo hago —. La voz era fría, y el chirrido de una hoja raspando el cuero
cuando la sacaban de su funda provocó escalofríos que recorrieron la columna de Joe.
Se giró y miró fijamente a un veterano canoso, probablemente el líder del grupo de
mercenarios contra el que había luchado cuando el muro fue dañ ado por primera vez.
Si ese fuera el final, Joe todavía no se habría preocupado demasiado; habría intentado
pasar por alto como un —silenciador respetado—. Desafortunadamente, otro hombre
con tú nica pú rpura estaba parado cerca, obviamente tratando de ubicar de dó nde
conocía a Joe. Su tú nica de color pú rpura oscuro estaba adornada y claramente era un
miembro de alto rango de los magos.
—¿Có mo puedo saber que usted? No—, el mago se tocó la barbilla, —má s, ¿por qué te
reconozco y no te conozco bien? Apruebo a todos los que se unen a mi pedido. ¿Por
qué llevas nuestros colores? Só lo puedes ser un espía—.
—Su cabeza calva no provoca alegría, só lo recuerdos furiosos de hermanos y
hermanas atrapados—. Un bufó n dio un paso adelante y se paró junto a los demá s.
—Conozco esta.— Un hombre vestido con una tú nica sencilla y gafas de media luna
miró a Joe por encima de sus gafas. Joe só lo lo había visto una vez antes: en la
biblioteca de Ardania. —É l es quien convenció a Boris de que era un erudito, e incluso
alcanzó el má s alto rango y honor de nuestra organizació n antes de que sus
verdaderas intenciones salieran a la luz. É l es el arcanó logo que nos obligó a degradar
a Boris y enviarlo a misiones como un hombre con la mitad de su edad—.
—¿Qué? ¿Qué le hiciste a Boris? Joe dio un paso hacia el grupo al escuchar estas
palabras. Ahora que lo pensaba, la profesió n de 'erudito titular' había desaparecido de
su hoja de estatus, dejando atrá s solo a Arcanó logo. No había pensado en eso en ese
momento, pero ahora...
—No hicimos nada—. El erudito se metió las manos en las mangas de su tú nica y
cruzó los brazos. —No hizo una investigació n adecuada; el sello del fracaso para un
erudito. Este es Joe, el punto focal de todos estos disturbios dentro de nuestras
organizaciones—.
Joe tragó cuando el á rea a su alrededor se quedó inmó vil. La gente de la zona sabía
que algo acababa de pasar, pero no sabían qué hacer con la situació n. El mercenario
dio un paso adelante. —Ven conmigo. Mi empleador está muy interesado en conocerte
—.
—¡No, tenemos el derecho de tener la primera sangre con este!— El silenciador
blandió una bola de maná brillante en su palma.
—Planeo diseccionarlo para encontrar qué es lo que lo motiva—, anunció sin rodeos
el erudito.
Joe no quería nada de esto y comenzó a retroceder hacia el borde de la multitud. El
mercenario vio su intenció n de inmediato. —¿Y adó nde vas , Joe?—
—Lejos de ti.— Murmuró Joe, aunque en el extrañ o silencio de la zona, sus palabras se
escucharon claramente.
—Yo creo que no.— El mero sacó una segunda espada y comenzó a avanzar.
—Averigü émoslo, ¿de acuerdo? ¡Relámpago oscuro! Joe llamó a la oscuridad, y la
multitud que comenzaba a presionarlo se frió , todas las personas de niveles inferiores
cayeron instantá neamente.
Aumento de habilidad: Dark Lightning Strike (Aprendiz 0). ¡Sacrificar a cientos de
humanos es para lo que se pretendía utilizar esta habilidad! Al menos nunca dejaste de
ponerte bajo el efecto. ¡Por ese único hecho, este hechizo ha adquirido una nueva
habilidad! Bonificación: invoca el rayo en cualquier lugar dentro de la línea de visión.
Joe no se detuvo a apreciar el enorme beneficio que acababa de obtener. Corrió sobre
la pila de cadá veres, pero só lo llegó al otro lado antes de que una espada raspara su
Concha Exquisita. Joe supo en ese momento que necesitaba luchar; Huir no era una
opció n. Se giró y soltó un spray á cido, empapando al mercenario.
Bueno, ese era el plan. En cambio, apareció una barrera y el á cido se deslizó junto al
hombre y cayó directamente al suelo. —Eh. cuando has estado en
el negocio mientras yo lo tenga, te aseguras de que no te caigan líquidos encima. Buen
intento.—
Al planear un Cono de Frío a continuació n, Joe descubrió que su maná se esfumó y las
palabras se atascaron en su garganta. Un brillo pú rpura brillante apareció en su
visió n, leyendo —silenciado—. Miró y vio a las otras tres personas caminando
tranquilamente. Joe agarró un bastó n caído, pateó un cuerpo que se había desplomado
encima de él y luego adoptó una postura preparada.
—Eso es tan lindo.— El Bufó n sacudió la cabeza ante las payasadas de Joe. —Déjamelo
a mí. Necesitamos alimentar a la ardilla reptante de la muerte—.
¡Incluso el erudito palideció ante eso, y el hombre había querido diseccionarlo
mientras aú n estaba vivo! ¿Qué horror les había dado Joe, sin saberlo, a los Bufones?
¿Todo a cambio de qué? Café...? ¡Café! El silencio se disipó , ya que claramente los
demá s no lo veían como una amenaza seria. —¡Compañ ero, exceso de cafeína!—
Los demá s atacaron, sin darse cuenta de lo que Joe estaba haciendo. Un líquido oscuro
se arremolinaba en el brazo de Joe y sintió un enorme aumento en su ritmo cardíaco.
Detuvo la espada que venía hacia él con un estallido de velocidad, luego desvió
ligeramente las dagas voladoras del Bufó n con un gran movimiento del arma de asta.
Usando su explosió n de velocidad, Joe se arrodilló y levantó una moneda de oro.
—¡No puedes salir de esto comprando, tonto!— gruñ ó el bufó n.
Joe simplemente sonrió mientras le apretaba la mano y la 'moneda' se partió por la
mitad.
cada pocos pasos, y heridos de gravedad aú n má s. De alguna manera, pudo seguir
aumentando su velocidad todo el tiempo.
—Te quedan diez segundos hasta que desaparezca—. Arthur escupió las palabras y
una mano al mismo tiempo, por lo que el mensaje quedó un poco confuso.
—Comprendido. Acércate lo má s que puedas a la pared y salta lo má s alto que puedas
—. Joe miró fijamente la pared distante y luego pasó de estar sentado a agacharse. Una
daga se estrelló contra su brazo y una fuerte *bofetada* sonó cerca.
Daño infligido: 617 de daño oscuro. Bufón asesinado xl. (Represalias de las Sombras)
Joe fue silenciado un momento después, y una extrañ a bola de metal impactó su
espalda y remató su Shell, ademá s de romperle una de las costillas del lado izquierdo
de su espalda. Joe escupió en silencio una bocanada de sangre; Su pulmó n debe haber
sido perforado. Arthur saltó y comenzó a desvanecerse. Joe sintió que sus pies
comenzaban a deslizarse, así que fortaleció sus piernas y saltó. Fue un salto suave y se
elevó tres metros por encima de la pared, superá ndola fá cilmente.
Hizo un arco hacia abajo, cayendo en picado hacia el suelo de piedra que rodeaba la
casa de bañ os. Aterrizó mal, sus piernas crujieron, su muñ eca se hizo añ icos y las
lesiones internas se acumularon rá pidamente, si la forma en que se sentía era una
indicació n. La cuenta regresiva del silencio tenía otros diez segundos, y Joe estaba
actualmente mirando media docena de espadas. Só lo podía rezar para que alguien lo
reconociera bajo las cenizas, la sangre y los moretones.
—U-um. Disculpe, él es el líder de mi partido—. Joe logró girar ligeramente la cabeza y
vio a Alexis tirando ligeramente de uno de los hombres que estaba a punto de
ensartarlo. —Realmente creo que matarlo es una mala idea. ¿Por favor espera?
—Yo...— el hombre vaciló , claramente herido. Si alguien le hubiera exigido con dureza
que se alejara, probablemente habría acabado con Joe. —Sí señ orita. Solo asegú rate de
que sea quien crees que es. Parece uno de esos magos que se metieron con nuestras
defensas—.
El cronó metro terminó , y Joe se golpeó la mano intacta y lanzó la Imposició n de
manos, lo que provocó que sus huesos rechinaran entre sí mientras se alineaban.
Aumento de habilidad: Imposición de manos (Estudiante 0). ¡Ahora puedes usar cada
mano de forma independiente para lanzar este hechizo! Esto significa que puedes tener
dos hechizos listos para usar cuando los necesites, ¡lo cual parece ser bastante frecuente!
Su tiempo de reutilización se determina individualmente.
Alexis le ofreció la mano y Joe la tomó para levantarse. Mientras lo hacía, la mayor
parte de la suciedad que se había acumulado sobre él simplemente... se deslizó . Cada
segundo, má s sangre se desprendía y las cenizas se deslizaban de él como si no
estuviera allí. —Necesito ver a Ató n—.
—Me imaginé tanto.— Alexis comenzó a alejar a Joe de las personas todavía
sospechosas que lo miraban fijamente. —Está en el edificio principal, coordinando las
defensas. Dejó ó rdenes de que te llevaran directamente ante él cuando aparecieras. No
sé có mo lo hiciste, pero ese hombre tiene una fe increíble en ti—.
Joe sintió que le ardían los ojos de vergü enza ante el elogio inmerecido. —Solo soy una
cucaracha... realmente difícil de matar, parece sobrevivir contra todo pronó stico, pero
no es realmente bueno tenerlo cerca. Apenas tengo buenas noticias para él. I...—
—Está bien, Joe—. Le aseguró Alexis. —Incluso si todo esto desaparece, lo ú nico que
sucede es que tenemos que empezar de nuevo. Llegamos aquí en muy poco tiempo y la
pró xima vez construiremos teniendo en mente una defensa fuerte. Pasamos al lujo
demasiado rá pido, tratando de eludir la seguridad debido a nuestra experiencia de
vida en la tierra hasta este punto. La pró xima vez...—
Sus ojos ardieron con ferviente creencia. —La pró xima vez, haremos que teman venir
tras nosotros—.
Cruzaron el resto de la distancia en silencio y Joe fue admitido de inmediato en la sala
de reuniones. Aten levantó una mano e interrumpió la contabilidad de suministros. —
¡José! ¡Maldita sea, hombre, lograste regresar !
—Aten, no tengo mucho-—
—Silencio, Joe. No he puesto todas mis esperanzas en ti—. Aten pudo ver de un
vistazo que Joe no tenía las noticias que esperaba. —Eres un solo hombre y nosotros
somos un gremio completo. Incluso si no regresaste con un milagro, resolveremos este
lío. ¿Tuviste éxito? ¿Eres de tercer nivel ahora?
—Sí. pero-—
—¿Valió la pena conseguirlo?— Aten demandó con ojos brillantes, imaginando
claramente la gloria y la destreza en la batalla.
—Só lo puedo tener esperanza—. Joe suspiró y se pasó una mano por la cabeza calva y
por el cuello. —Tengo buenas noticias. Limpié el á rea alrededor del Saló n de los
Conquistadores, y nuestra gente allí está lista para atacar cada vez que les demos una
señ al adecuada—.
—¡Tú también llegaste allí!— Aten agarró a Joe por los hombros. —¿Recibiste la caja?
Acaso tú -—
—Lo entendí y logré vincular todo antes de venir aquí—. Joe asintió ante la amplia
sonrisa de Aten. —Creo que podremos retomar nuestra ciudad, al menos por un
tiempo. Esto nos dará al menos una oportunidad de levantar los muros—.
—Hazlo ahora.— Ató n demandó . —Haz que empiecen a sentirlo. Espera, ¿cuá nto
durará ?
—¿Al menos unas horas?— Joe se encogió de hombros, un poco desconcertado por no
poder dar una respuesta definitiva. —Yo no preparé este; mis juniors lo hicieron. No
puedo imaginar que dure menos que eso—.
—Hazlo entonces, planificaremos el contraataque para salir en una hora—. Aten le dio
una palmada a Joe en su espalda desprotegida, recordá ndole que necesitaba volver a
poner en marcha su Concha Exquisita. Asintió con la cabeza hacia Aten y sacó el
lingote de oro.
Joe presionó la secuencia de activació n, iniciando el ritual.
¡La activación del ritual 'Área de cuarentena sangrienta' comenzó x4! Jugadores que no
se verán afectados: ninguno. Todos los seres en el área impactada se sentirán enfermos y
tendrán síntomas de —vómitos— y —falta de control intestinal —, acumulándose en
rangos más altos a medida que aumente la proximidad al diagrama ritual. Una vez
activo, este ritual permanecerá durante 0,25 segundos por ser vivo impactado,
aumentando el alcance en un pie de radio por ser vivo impactado. El cronómetro no
aumenta si un ser vivo abandona el área impactada y regresa. ¿Activar los cuatro
rituales ahora? Sí No.
Joe eligió —sí— y se dejó caer en una silla. Su participació n en esta guerra había
terminado por ahora y hacía tiempo que debía tomar una siesta. Parpadeó ante el oro
cuando le empezó a doler la mano, luego dejó caer el lingote con un grito cuando se
puso al rojo vivo y comenzó a derretirse. —¿Qué… qué fue eso?—
¡La ritualista Hannah ha roto un voto contigo y se le ha otorgado el título de Bruja V!
Sus ojos se abrieron como platos y Joe se apresuró a abrir sus notificaciones.
¡Los agentes alquímicos añadidos a los rituales han surtido efecto! Efecto alterador del
ritual 'Área de cuarentena ensangrentada'... completo. ¡La sustancia 'Blood of Endless
Hunger' de ser 'Gameover' ha alterado significativamente el ritual! Nuevo ritual
implementado, ¿ves efectos?
—¿Qué? ¡Sí, mira los efectos! El bramido de Joe llamó la atenció n, y cualquiera que
hubiera interactuado con él antes vio que su rostro estaba pá lido y sus manos
temblaban mientras leía la informació n que solo él podía ver.
Nuevo ritual activado: Ritual de Licuefacción de Membranas. Jugadores que no se verán
afectados: ninguno. Todos los seres con menos de 80 puntos de constitución dentro del
área impactada enfermarán y ganarán
Los síntomas —vómitos con sangre—, ECC y —órganos dañados—, se acumulan en
rangos más altos con una mayor proximidad al diagrama ritual. Una vez activo, este
ritual permanecerá durante 0,25 segundos por ser vivo impactado, aumentando el
alcance en un pie de radio por ser vivo impactado. Cada ser impactado aumenta el
umbral de constitución requerido para ignorar los efectos en 0,0001 cada uno. No
aumenta si un ser vivo abandona el área impactada y regresa.
—¡Mostrar estado, puntos de contribució n del gremio!— Só lo había una cosa que esto
podría ser, pero no había manera...
Puntos de contribución: 6.189.761.
—Oh… oh Dios mío… Mike. Mike autorizó medidas extremas—. Joe estaba mareado.
Casi se desmaya al leer los horribles efectos que tenía este ritual. —Ver informació n
'vó mitos con sangre'—.
Vómitos de sangre: recibe 1 daño de sangrado por segundo por acumulación, dura 10
horas. Máximo: veinte pilas.
—¿Diez horas?— Joe sintió una lá grima rodar por su mejilla. —¿Ó rganos dañ ados?—
Órganos dañados: reduce los efectos de la curación en un 50%.
—¿Qué es la ECC?— Joe susurró , realmente no quería saber la respuesta.
ECC: Maldición del cadáver explosivo. Cuando un ser afectado por esta maldición muere,
su cuerpo explota, causando la mitad de su salud máxima como daño por conmoción e
infligiendo todas las desventajas que tenía en las acumulaciones máximas posibles.
—Necesito detener esto. ¡Necesito detener esto ahora mismo! Joe se levantó y se
volvió hacia la puerta.
—¿José? ¿Qué está sucediendo? ¡José!— Aten llamó mientras Joe salía corriendo de la
habitació n. —¡No dejen entrar a nadie en la zona central de la ciudad! Acabamos de -
lanzar una maldició n masiva... ¡una plaga que podría matarnos a todos! Joe bramó por
encima del hombro. —Espera… ¡la protecció n que pongo en todos los rituales! ¡Puedo
terminar con esto ahora! Ritual final: ¡Ritual de licuefacció n de membranas!—
Nada.
—Fin del ritual: ¡Á rea de cuarentena ensangrentada!— No hubo ningú n mensaje, no
hubo nada. Eso significaba que no hubo respuesta del ritual; todavía estaba
empezando. ¿Por qué? ¡Siempre había podido cancelarlos antes! Las manos de Joe se
golpearon a los lados de la cabeza al recordar una conversació n pasada con Hannah.
Ella había dicho... 'Estaba desmantelando todo para hacerlo lo má s eficiente posible'...
ella no sabría... ¡la salvaguardia! —¡No! ¡ Ella se lo quitó !
CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO
—¡Ataque!— La gente de abajo cargó contra las paredes, pero Joe no se molestó en
observar có mo se intercambiaban flechas, se derribaban escaleras de la pared y las
bolas de fuego quemaban a la gente hasta convertirla en carbó n. No... estaba
observando la retaguardia de las líneas, donde cada vez má s gente realizaba los
rituales activos.
Lo estaba esperando... ya no pasaría mucho tiempo... *pop*.
El sonido era suave a esta distancia, pero como los incendios se habían extinguido y el
humo había comenzado a ascender en lugar de asentarse, una niebla roja mostraba
claramente dó nde había muerto la primera víctima de lo que se conocería como la —
Plaga de los Cadá veres—. El sonido de vó mitos y gritos comenzó a llegar desde la
distancia. Joe hizo una mueca: el sonido de cientos de personas vomitando al mismo
tiempo, una y otra vez, se quedaría con él durante mucho tiempo.
Una cosa que Joe apreció fue que el ritual mataba muy rá pidamente. Principalmente.
Las personas de bajo nivel tenían mucho menos de doscientas vidas, por lo que con
veinte vidas por segundo desapareciendo, murieron en menos de diez segundos. La
mayoría cayó en menos de cinco. La histeria comenzó a apoderarse de ella, pero no
había ningú n lugar adonde huir. En medio minuto, las exigencias de victoria, los gritos
de guerra o los balbuceos aleatorios cambiaron a sú plicas de ser dejados entrar antes
de lo que fuera que les pasara.
¡Título de gremio actualizado! Totalmente despiadado II. ¿Mostrar detalles?
Joe borró el mensaje y observó a la multitud aterrorizada que había debajo. Las
puertas permanecieron cerradas, por supuesto. No había manera de que alguien
dejara entrar eso; las ó rdenes sean abismadas. Si hubo una nota positiva, fue que la
niebla roja bloqueó rá pidamente la vista, y todos los sonidos de arcadas y estallidos
cesaron poco después. Se hizo un silencio inquietante, pero nadie quería ser el
primero en romperlo. Joe tomó la decisió n después de unos largos minutos. Se giró y
saludó con la mano para llamar la atenció n de cualquiera que estuviera a la vista.
—Esa niebla roja permanecerá en su lugar durante días. Si lo tocas, morirá s. También
lo hará s má s fuerte. Ahora mismo, si tienes
menos de... Joe comprobó el ritual activo en busca de informació n, ochenta punto dos...
ochenta y uno... ochenta y tres... Celestial...
¡Título de gremio actualizado! Totalmente despiadado III.
Tragó saliva y sacudió la cabeza. —Si realmente hubiera un milló n de personas ahí
fuera, y esto no vaya a ningú n otro lado... estaremos atrapados aquí durante sesenta y
nueve horas. Cualquier persona con una constitució n menor de ciento ochenta se dará
cuenta de esto, y dura diez horas. Veinte puntos de salud por segundo durante diez
horas. ¡Nadie sale ni entra!
La ú ltima frase había sido un bramido, y nadie se atrevió a dejar escapar un solo pío.
—Lo bueno es que ya han pasado tres minutos. Cualquiera que quede atrapado allí
con menos de novecientos puntos de salud ha muerto. En quince minutos le pediré a
Aten que deje que la mayoría de ustedes se retiren. Por lo que vale...—
—Ganamos.— Joe empezó a bajar pesadamente las escaleras y no se oyeron vítores.
Todos querían ganar, pero nadie quería ganar así. Hubiera sido preferible empezar de
nuevo.
¡Título de gremio actualizado! Totalmente despiadado IV.
¡Título de gremio actualizado! Totalmente despiadado V.
Los días siguientes transcurrieron tranquilamente. Eran espacios reducidos, pero
todos podían mantenerse alimentados gracias al invernadero, limpios gracias a la casa
de bañ os y tranquilos gracias al mar de niebla roja que flotaba a treinta centímetros
del suelo hasta donde alcanzaba la vista. . Joe entrenó sus estadísticas lo mejor que
pudo durante esos pocos días y pasó algú n tiempo elaborando nuevos pergaminos de
hechizos. No aprendió ninguno de los hechizos, no todavía. Quería estar preparado
para lo que vendría después y sabía que todavía había gente muriendo.
¡El título del gremio ha alcanzado el rango máximo! Utterly Ruthless se ha transformado
en un nuevo título: Ruthless.
Implacable. Al atacar a un gremio, ciudad, ejército o defenderlos, el daño infligido
aumenta en un 25% y el daño recibido se reduce en un 25%. Ahora hay un 50 % de
posibilidades de que un objeto caiga de un enemigo asesinado cuando ataca áreas
propiedad de tu gremio, y se recoge automáticamente en las bóvedas del gremio. Si no
hay ninguna bóveda del gremio, el botín se acumulará en el Salón del gremio.
Joe estaba una vez má s de pie en las paredes, mirando el mar rojo. El ritual estaba por
terminar y habían pasado nueve días. Eso significaba que al menos tres millones de
personas habían quedado atrapadas por los efectos del ritual. Esperaba que Ardania
todavía existiera. En el lado positivo, si todos practicaran el distanciamiento social y
nadie agregara combustible a las nieblas, todo terminaría en una hora.
—¡Todos!— Una voz rompió el silencio de la mañ ana y Joe se alejó del borde donde
había estado inclinado. Las voces tranquilas habían sido la norma, por lo que esto fue
impactante después de má s de una semana de silenciosa contemplació n . —¡Es hora
de hacer nuestra elecció n! En los ú ltimos días he hablado con muchos de vosotros. Si
aú n no he tenido el placer, permíteme hacerlo ahora—.
El hombre saltó sobre una mesa y siguió gritando. —¡Mi nombre es Sr. Banks! Soy uno
de los fundadores de este gremio. Esta guerra... ¡fue inú til! ¡Había conseguido un trato
que nos habría dejado en una posició n ventajosa con todas las pobres almas que
fueron aniquiladas por las acciones y elecciones de los —jugadores— que dieron un
golpe de estado! En lugar de negociaciones tranquilas, derrocaron al consejo y
exigieron la guerra. ¡En lugar de cuidar de todos nosotros y asegurarse de que
tuviéramos seguridad, nos atraparon aquí durante los ú ltimos quince días!
—¡Bancos!— Ató n apareció en escena, pareciendo una nube de tormenta. —No tienes
derecho a-—
—Oh, pero lo hago—. Los bancos declararon fríamente. —Mira, ahora estoy en el nivel
diez, comandante del gremio. ¡Es hora de que prevalezcan las cabezas má s frías!
¡Necesitamos mostrarle a todo este reino que vamos a hacer las paces! ¡Esto comienza
eliminando a Aten como líder! ¡Por la presente pido un voto de censura!
¡El consejo del Gremio de Errantes ha emitido un voto de —no confianza— para
destituir al comandante del gremio Aten de su puesto! ¿Debería ser eliminado? Todos los
miembros del gremio que actualmente esperan reaparecer votan automáticamente —
abstenerse—. Sí /No /Abstenerse.
—¿Esto otra vez?— Aten rugió cuando aparecieron botones a la vista de todos los
miembros actualmente vivos del gremio. —No puedes creer... que ellos... harían...—
El gremio ha hablado! Abstenciones: 18.501. Votos para destituir a Aten como
comandante del gremio: 268. Votos para que permanezca: 231. Aten ha sido destituido
como comandante del gremio. Según su contrato, alcanzará la posición más alta en el
gremio sólo en la siguiente Zona, siempre y cuando se establezca una nueva área del
gremio. Si esto sucede, el gremio de la Zona uno 'Midgard' se convertirá en un gremio
filial.
—Es simplemente un buen negocio, Aten. ¡Parece que el puñ ado de personas que
sobrevivieron bajo tu puñ o de hierro han elegido la libertad! La sonrisa del señ or
Banks parecía má s bien una má scara inquietante. —Necesitamos prepararnos para
entregar a los criminales de guerra a la corona. Si está n aquí; Aten, Joe, Mike, venid
aquí ahora—.
La ú ltima palabra fue una orden, y Aten se vio obligado a arrodillarse. Joe se quedó
donde estaba, mirando al hombre que había decidido
tomar el mando. El señ or Banks levantó la vista y Joe vio una pizca de miedo en sus
ojos. —Se que está s aquí. Dije que bajes aquí—.
—Eso es un gran no de mi parte—. Joe negó con la cabeza. —El hecho de que hayas
quitado a Aten de su puesto no te convierte en el líder del gremio. Simplemente
alguien con un complejo de poder—.
Las palabras de Joe provocaron risas en el á rea. La cara de Banks se puso roja. —¡Soy
el ú nico concejal presente! Por contrato de gremio, soy la persona de mayor rango en
el gremio en este momento, ¡lo que significa que yo establezco las reglas!
—No actualmente.— Joe negó con la cabeza. —Recientemente fui ascendido a Primer
Anciano. Técnicamente, eso me convierte en el miembro de mayor rango del gremio
—.
—¡Esa no es una posició n! Espera... no... ¡Aten nunca le daría a nadie tanto poder como
él tenía en el gremio! Banks farfulló mientras señ alaba a Joe con un dedo tembloroso.
—¡Eso provocaría una ruptura masiva en la jerarquía! ¡Aten es... él... agarraría a ese
hombre!
—Nadie se mueva.— Joe ordenó con calma mientras algunas personas se acercaban a
él. Todos se detuvieron, algunos de ellos sorprendidos por el hecho. Joe acababa de
demostrar que, efectivamente, tenía la autoridad que decía tener. —Ató n, levá ntate.
¿Qué necesito hacer para solucionar este problema?
Aten tragó un par de veces, asintió con la cabeza hacia Joe y luego comenzó a caminar
hacia el Saló n del Gremio. —Papelería, Joe. Luego una nueva votació n después de que
la gente vuelva a la vida. Dame veinte minutos—.
—¿Lo necesitamos?— Joe saludó a Banks. Aten contempló fríamente al hombre
sudoroso y luego negó con la cabeza. —Funciona para mi. Salta el muro—.
—¡D-para! ¡No puedes asesinarme así! Banks se fijó en la pared que se avecinaba
mientras la gente lo agarraba y tiraba de él hacia el borde. —¡No es legal!—
—Esperar.— Joe se acercó y miró a Banks a los ojos. —¿Realmente eres así de tonto?
No se trata de negocios, ni de un juego, ni de legalidad. Esto es supervivencia. Lo que
todos buscamos no es el lujo. Es abismal... supervivencia. Por eso, este gremio ha
demostrado que estamos dispuestos a ser menos Ruth . Tíralo—.
Hubo un suave *pop* y el contador ritual subió una fracció n de segundo: demasiado
poco para importar.
Días después, Joe volvió a comparecer ante la Corte Real, esperando a ver si sus
acciones provocarían que lo encerraran. Esta vez no estaba esposado y lo habían
llevado a unirse a un grupo grande para ser juzgados todos al mismo tiempo. Lo
llevaron adentro y se encontró junto a Aten, Mike, Hannah y Big_Mo. Había muchas
otras personas que tampoco reconocía, pero estaba menos preocupado por ellas.
El Rey suspiró y la habitació n pareció congelarse por esa ú nica exhalació n. —Má s de
tres millones de muertos en menos de medio día. Miles má s perecieron debido al
hambre y al miedo a la plaga de cadá veres. Al menos se evitaron disturbios masivos,
pero para eso... recordemos el miedo. Este ataque no fue só lo despiadado. Fue cruel y -
se deben imponer castigos severos—.
Su cabeza se movió y sintió como si a Joe le hubieran dado un puñ etazo en el
estó mago mientras su diafragma se negaba a moverse y permitirle respirar. —Dime
primero qué pasó por tu parte, Joe. Te conozco a ti y a tu cará cter. Tú conoces el mío.
Necesito la verdad sin adornos—.
—¿Por qué llega a-—
El Rey cortó la nueva voz con un ligero movimiento de la mano. —Marqués
Floodwater, espera tu turno—.
Ató n dio un paso adelante. —Como superior de Joe, todo esto recae sobre mí. Joe só lo
estaba haciendo lo que podía para reparar nuestro barco mientras nos hundíamos. No
hizo nada malo, ni siquiera fuera de lo comú n—.
—Yo fui quien autorizó el uso de un reactivo má gico que Joe había prohibido
expresamente a otros usar, o incluso conocer—. Ofreció Mike, empujando a Aten fuera
del camino. —Incluso pagué por ello, sabiendo que estaba mal. Por favor, en todo caso,
la culpa recae en-—
—A mí.— Hannah interrumpió directamente, sus ojos brillaban por las lá grimas no
derramadas. Tenía un aspecto absolutamente terrible y el efecto del título Warlock V
destruyó por completo su carisma. —Yo fui quien rediseñ ó el hechizo y sacó todos los
seguros. Fui yo quien le contó a Mike sobre la sangre y saqué el objeto del lugar donde
había sido almacenado de forma segura. Lo puse en marcha sin que Joe lo supiera—.
El Rey resopló ante la exhibició n. —Nunca antes había visto tanta gente desesperada
por asumir la culpa de una catá strofe de esta escala. ¿Y tú ?—
suelo y se inclinó . —Su Majestad, por favor. Gran parte de esto recayó en mi gremio
solo por mis acciones. Me enfadé con todos los grupos que vinieron después de
nosotros. La culpa de esto es só lo mía—.
—Tuve conflictos con los arquitectos y los trabajadores privados de mis derechos
derribaron mis muros. Me enfrenté a los asesinos y vinieron a cobrar su precio en
sangre. La fruta, sin embargo... para ser justos, fue un regalo. Ni siquiera supe que iba a
ser un problema hasta má s tarde. Buena decisió n con ese—. Joe se aclaró la garganta y
habló por encima de los murmullos de los miembros del tribunal.
—El hechizo utilizado fue mío, alterado por mi brillante aprendiz porque quería hacer
otras cosas y era demasiado vago para explicar las cosas con cuidado. La sangre
utilizada para causar esta plaga fue recolectada y almacenada por mí. Mis acciones
llamaron la atenció n de estos diferentes grupos sobre nosotros. Hannah, lamento
haberte fallado tanto. Elimino formalmente el título de Brujo—. Joe miró a los
miembros de su gremio, quienes todavía estaban luchando contra sus palabras para
poder alejarse. El rostro de Hannah literalmente cambió cuando su carisma volvió a
entrar en juego. Ahora ya no era tan difícil mirarla. —Me cuesta confiar en los demá s,
pero estas personas se han ganado mi confianza, aunque algunas acciones no fueran
aconsejables. Aun así, los crímenes son míos. Por favor, permítanme ser el ú nico que
les pague—.
La habitació n quedó en silencio durante un largo momento. —Tu hechizo, tu sangre,
tus acciones. Sé má s de esta cadena de acontecimientos de lo que crees. Sé mucho má s
sobre ti de lo que crees... y tienes razó n. Gran parte de esto se debe a tus acciones.
Acabas de alcanzar tu segunda especializació n , ¿correcto...? Sí, yo también veo esto.
—Entonces aquí está mi decisió n—. La voz del rey Enrique resonó por la habitació n.
—Joe, por la presente quedas exiliado de Midgard. Podrá s regresar a tu gremio para
poner tus asuntos en orden, pero dentro de veinticuatro horas será s escoltado al
bifrost. No se le permitirá llevar nada consigo, excepto lo que lleve puesto. Reduzco
formalmente toda reputació n que tengas con cualquier facció n afiliada a la corona en
ocho mil puntos. Tu exilio durará un añ o y un día—.
—Una cosa má s. Como exiges el castigo para todo tu gremio, eso significa que está s
asumiendo su parte de responsabilidad. Este tribunal le otorga el título de
'Despreciado por la Humanidad'. Si, después de su tiempo en el exilio, regresa con
pruebas de esfuerzos significativos para promover y ayudar a los humanos, este título
podría ser revocado—.
Has perdido el título: ¡Soy sanador! ¡Lo juro!
EPÍLOGO
Joe estaba cerca de una doble hélice de luz que se extendía hacia el cielo, dá ndole a su
madre un ú ltimo abrazo. —¡Estaré bien! Después de todo, este fue el plan desde el
principio. ¡ Se suponía que debía ir a la siguiente Zona!
—Pero… ¡lo ú nico que tienes es tu ropa! ¿ Có mo te las arreglará s sin nada? ¡No tienes
nada!— Brenda sollozó en su hombro.
No puedo soportarlo má s. Joe se inclinó hacia ella y le susurró . —Es todo una tontería.
Tengo un dispositivo de almacenamiento legendario , uno que el gremio llenó con todo
lo que pensaron que podría usar. ¡La ú nica moneda que tenía eran puntos de
contribució n, ya que ya les di el oro extra que tengo! De alguna manera gané má s de
seis millones de puntos de contribució n de repente, así que me fui de compras—.
Mike escuchó eso ú ltimo y pareció que iba a empezar a llorar. ¡Tantos ingresos
perdidos! Si no fuera porque el Saló n del Gremio estaba lleno de equipo de todo el
botín recolectado por el nuevo título del gremio Ruthless, lo habrían enviado a hacer
las maletas, fuera ú til para el gremio o no.
Joe le dio una palmada en la espalda a su madre por ú ltima vez y luego se dirigió a su
grupo, a su aquelarre y a los líderes de su gremio que habían venido a despedirlo. —
¡Espero verlos a todos pronto! Intentaré construir un lugar bonito y seguro en el que
todos podamos vivir, ¿vale? Jaxon... no recojas las ó rdenes de arresto. Es una mala
idea.—
—¡Sin embargo, los carteles de bú squeda son retratos gratuitos! ¡Mantengo a los
artistas en el negocio! Jaxon cedió después de una mirada severa, suspirando
tristemente ante la oportunidad perdida.
—Aten...— Joe le sonrió al hombre, una sonrisa oscura que hizo temblar al recién
reelegido Comandante del Gremio. —Creo que podrá s saber quién no te es leal cuando
regreses al gremio—.
—¿Qué hiciste?— Aten demandó nerviosamente. Joe se limitó a reír, lo cual no fue
nada reconfortante. —¿José? ¡José!—
Joe entró en el bifrost y agitó la mano justo antes de ser arrastrado hacia el cielo. Se
movía má s rá pido que un cohete y el suelo estaba a trescientos metros de distancia
antes de que completara un parpadeo. É l
Continuó viajando a ese ritmo vertiginoso, pero decidió usar su tiempo de manera -
constructiva. —Reputació n... reputació n...—
Luego empezó a reír. En realidad, el rey Enrique sabía má s de lo que Joe le había dado
crédito. Sabía sobre el dispositivo de almacenamiento de Joe y le dio mucho tiempo
para ir a buscar cualquier cosa que quisiera o necesitara. También sabía que en
términos de reputació n… Joe solo había perdido la mitad de lo que debería tener como
castigo. En lugar de verse arrojado al —Odio—, su puntuació n de reputació n má s baja
todavía estaba en dos mil puntos, —A regañ adientes —. Al cabo de un añ o, cuando le
permitieran regresar, Joe tendría muchas oportunidades de compensar la pérdida.
Hasta entonces, trabajaría para volverse tan poderoso que su gremio se convirtiera en
la existencia nú mero uno en Midgard.
Joe llegó a la cima del bifrost y vio un mundo completamente nuevo ante él. Entonces...
empezó a acelerar hacia abajo. El suelo se acercaba má s y má s... y Joe de pronto
empezó a frenar. Aterrizó justo entre dos personas que se miraban fijamente.
—Hola.— Una voz musical llamó mientras Joe miraba a su alrededor desde la mullida
silla en la que se encontraba. Parpadeó mientras miraba a un elfo. —Bienvenidos a
Alfenheim. Tienes que tomar una decisió n—.
—¡Bienvenido a Svaltarheim, la elecció n debería ser fá cil!— Gritó el enano del otro
lado. —Ú nete a los presumidos Elfos y conviértete en un enemigo jurado de los
Enanos…—
—O ú nete a la turba rebelde que son los Enanos y conviértete en el enemigo jurado de
los Elfos—.
Joe intentó recuperar el aliento, pero cada momento era como si estuviera en
presencia del rey Enrique. El Enano entrecerró los ojos mientras observaba a Joe
luchar por respirar. —¿Tú … no esperaste a romper el límite mortal antes de venir
aquí?—
—Este claramente se unirá a los Enanos; ¡No debe tener ninguna inteligencia! El Elfo
se burló .
Joe tuvo la extrañ a sensació n de que el hecho de que los dos estuvieran de acuerdo era
algo muy malo para él.
—¡Salud!— Banks estaba organizando una pequeñ a velada para sus aliados má s
cercanos, celebrando el acuerdo que habían logrado mientras se llevaba a cabo el
juicio. Joe no solo estaba fuera de su alcance, sino que también habían recuperado una
gran cantidad de poder. Sí, Joe había podido trabajar con Aten.
reintegrar al hombre obstinado, pero era solo cuestió n de tiempo antes de que
tuvieran otra oportunidad de dar un paso adelante y tomar el lugar que les
correspondía en el gremio. ¡ Sin duda habían pagado bastante por ello!
La fiesta iba bien e incluso habían recibido un pequeñ o paquete que contenía vino
Floodwater que les habían entregado, todo gracias al ahora ex Marqués Floodwater.
Los bancos se rieron entre dientes al recordar haber descubierto que habían ganado
tanto y que ahora no le debían nada a su benefactor. ¡La verdad es que todo iba de
maravilla!
Banks terminó su copa de vino y la llenó una vez má s con las existencias limitadas,
antes de levantarse y golpear su copa para llamar la atenció n. —¡Gracias a todos por
estar aquí hoy! Como todos saben, hemos sufrido algunas pérdidas en los ú ltimos días.
Sin embargo, déjame recordarte lo que intentamos lograr—.
El señ or Banks tosió para despejar las vías respiratorias y luego sacudió la cabeza.
Nadie tenía los ojos puestos en la botella de vino Floodwater; de lo contrario, es
posible que hayan notado un diagrama ritual en movimiento que giraba en el cuello.
—¡Lamento mucho eso! Mientras me estaba quedando…—
Se detuvo y se llevó una mano a la boca mientras el dolor inundaba sus encías. Todos
los demá s estaban haciendo lo mismo y él se quedó boquiabierto. De repente, sintió la
boca llena y escupió un puñ ado de maíz. ¿Maíz? ¡No! Esos eran... ¡sus dientes!
—¡Ah!— alguien gritó al ver lo que estaba pasando. —Somos despiadados—.''
—¡De corte somos! ¡Siempre lo hemos sido! Banks golpeó la mesa con el puñ o. —¿Qué
está pasando aquí?—
—¡No! ¡Banco! El hombre, entre lá grimas, señ aló su boca y luego los dientes que se
habían caído de la boca de todos los presentes. Mostró sus encías vacías y sangrantes.
—¡Somos despiadados!—

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