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Expediente Nº: 2045 – 2015

Secretario de Sala: Dra. Lucy Edith Vásquez


Figueroa.
Escrito Nº :
MATERIA : ACCION DE AMPARO
SUMILLA : INTERPONE RECURSO DE
AGRAVIO CONSTITUCIONAL.

SEÑOR PRESIDENTE DE LA SEGUNDA SALA CIVIL DE LA


CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LAMBAYEQUE

JOSE ALBERTO ASUNCION REYES, Abogado por


mi patrocinado EDITH ENRIQUETA DIXON
GORDON VDA DE MUÑOZ, refiriéndome a los
autos seguidos contra DIAZ PISCOYA PABLO Y
OTROS, a Ud. en derecho digo:

Que, dentro del término de ley me dirijo a su digno despacho a efecto de


INTERPONER FORMAL RECURSO DE AGRAVIO CONSTITUCIONAL, contra la
Resolución Nº SEIS de fecha 14 DE JUNIO DEL 2016, NOTIFICADA A MI CON
FECHA 06 DE JULIO DEL 2016, QUE CONFIRMA LA RESOLUCION NUMERO
UNO, DE FECHA 13 DE AGOSTO DEL 2015, QUE DECLARA IMPROCEDENTE
LA DEMANDA DE AMPARO INTERPUESTA POR EDITH ERIQUETA DIXON
GORDON VDA DE MUÑOZ CONTRA LOS JUECES SUPERIORES DE LA
TERCERA SALA LABORAL DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE
LAMBAYEQUE, a efecto que se eleve todo lo actuado al TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL, donde con mayor criterio se resolverá y procederá a revocar la
resolución materia de impugnación, solicitud que realizo en merito a los siguientes
fundamentos:

FUNDAMENTOS:

PRIMERO: Que, la finalidad de los procesos constitucionales es proteger los


derechos constitucionales, reponiendo las cosas al estado anterior al de la
violación o amenaza de violación de un derecho constitucional, tal como lo
preceptúa el Artículo 1° de la Ley 28237, aplicable al presente caso en virtud de

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la segunda Disposición final de la citada Ley, por su parte el Artículo 200° inciso 2)
de la Constitución Política del Estado de 1993 establece que las acciones de amparo
proceden contra el hecho u omisión por parte de cualquier autoridad o funcionario
o persona que vulnere o amenace derechos reconocidos por la Constitución Política
del Estado, dispositivo este que es concordante con el Artículo 37° de la Ley
acordada.

SEGUNDO: Que incurre en un error su despacho al expresar en sus


considerando: “SEXTO. En lo que concierne, a la vulneración al debido proceso
cabe puntualizar que las instrumentales que obran de folios dos a cincuenta y siete,
no se evidencia que las decisiones judiciales emitidas en el expediente número 2757-
2012-0-1706-JR-LA-05 hayan infringido dicho principio constitucional, pues de ellas
se desprende que se han respetado los derechos constitucionales que le asisten a los
justiciables.”

TERCERO: Señor Juez, en primer lugar es necesario hacer mención a lo dispuesto


en la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional recaída en el expediente Nº
02020-2011-PA/TC, que señala: “El proceso de amparo como mecanismo para
cuestionar resoluciones judiciales arbitrarias: 3.El proceso contra resoluciones
judiciales se encuentra circunscrito a cuestionar decisiones judiciales que vulneren de
forma directa los derechos constitucionales de las personas. Y es que a juicio del
Tribunal la irregularidad de una resolución judicial, con relevancia
constitucional, se produce cada vez que ésta se expida con violación de
cualquier derecho fundamental, y no sólo en relación con los contemplados en el
artículo 4° del Código Procesal Constitucional”.

TERCERO: En este orden de ideas, es necesario referir que un proceso judicial en


el cual se haya tramitado sin observar las debidas garantías se convierte en un
"proceso irregular" que no sólo puede, sino que debe ser corregido por el juez
constitucional mediante el proceso de amparo a través de UN PROCESO DE
AMPARO CONTRA RESOLUCIÓN JUDICIAL. Ello, no implica que el amparo pueda
ser considerado como una instancia adicional para revisar los procesos ordinarios,
pues el amparo no puede «controlar» todo lo resuelto en un proceso ordinario, sino
que se encuentra limitado únicamente a verificar si la autoridad judicial ha
actuado con un escrupuloso respeto de los derechos fundamentales de las partes

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procesales, por lo que, de constatarse una afectación de esta naturaleza, deben
reponerse las cosas al estado anterior al acto en que se produjo la afectación.
La propia Constitución ha establecido un mecanismo como el amparo (artículo
200.2° para la protección de los derechos fundamentales, incluso cuando el
presunto agente vulnerador pudiera ser una autoridad judicial.

CUARTO: Señor Presidente, su despacho debe tomar en cuenta lo


manifestado por el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el
Exp. N° 3386-2012-PHC/TC, en la que se resolvió un proceso de habeas corpus
interpuesto contra una resolución de la Sala Penal de Apelaciones de la
Corte Superior de Justicia de Tumbes, por declarar inadmisible el recurso de
apelación contra la sentencia dictada en su contra.

De esta manera al revisar el escrito de apelación, el TC consideró que este sí


cumplía con los requisitos establecidos en el artículo 405, numeral 1, inciso “c” del
Nuevo Código Procesal Penal, por lo que la denegación del recurso de apelación
vulneraba el derecho a la pluralidad de instancias del recurrente.

EN EFECTO, EL TC PRECISÓ QUE EL DERECHO A LA PLURALIDAD DE


INSTANCIAS ES UN DERECHO FUNDAMENTAL QUE GARANTIZA QUE LAS
PERSONAS NATURALES O JURÍDICAS, QUE PARTICIPEN EN UN PROCESO
JUDICIAL TENGAN LA OPORTUNIDAD DE QUE LO RESUELTO POR UN ÓRGANO
JURISDICCIONAL SEA REVISADO POR UN ÓRGANO SUPERIOR DE LA MISMA
NATURALEZA, SIEMPRE QUE SE HAYA HECHO USO DE LOS MEDIOS
IMPUGNATORIOS PERTINENTES, FORMULADOS DENTRO DEL PLAZO LEGAL.

POR ELLO, EL DERECHO A LA PLURALIDAD DE INSTANCIAS GUARDA


TAMBIÉN CONEXIÓN ESTRECHA CON EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA
DEFENSA, EL CUAL SE ENCUENTRA RECONOCIDO EN EL ARTÍCULO 139,
INCISO 14, DE LA CONSTITUCIÓN.

QUINTO: En este contexto, es necesario tomar en cuenta lo establecido en el


Exp. Nº 00728-2008-PHC/TC, de fecha 13 de Octubre del 2008, seguida por
Giuliana Flor de María Llamoja Hilares contra la sentencia expedida por la

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Primera Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia
de Lima, la misma que señala:

El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales

6. Ya en sentencia anterior, este Tribunal Constitucional (Exp.


N.º 1480-2006-AA/TC. FJ 2) ha tenido la oportunidad de precisar que

“el derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los


jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones
objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones,
(...) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al
caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite del
proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales no debe ni puede servir de pretexto para someter a
un nuevo examen las cuestiones de fondo ya decididas por los jueces
ordinarios.

En tal sentido, (...) el análisis de si en una determinada resolución judicial


se ha violado o no el derecho a la debida motivación de las resoluciones
judiciales debe realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos
en la resolución cuestionada, de modo que las demás piezas procesales o
medios probatorios del proceso en cuestión sólo pueden ser evaluados
para contrastar las razones expuestas, mas no pueden ser objeto de una
nueva evaluación o análisis. Esto, porque en este tipo de procesos al juez
constitucional no le incumbe el mérito de la causa, sino el análisis externo
de la resolución, a efectos de constatar si ésta es el resultado de un juicio
racional y objetivo donde el juez ha puesto en evidencia su independencia
e imparcialidad en la solución de un determinado conflicto, sin caer ni en
arbitrariedad en la interpretación y aplicación del derecho, ni en
subjetividades o inconsistencias en la valoración de los hechos”.

7. El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es


una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza
que las resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de
los magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento

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jurídico o los que se derivan del caso. Sin embargo, no todo ni
cualquier error en el que eventualmente incurra una resolución judicial
constituye automáticamente la violación del contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.

Así, en el Exp. N.º 3943-2006-PA/TC y antes en el voto singular de los


magistrados Gonzales Ojeda y Alva Orlandini (Exp. N.º
1744-2005-PA/TC), este Colegiado Constitucional ha precisado que
el contenido constitucionalmente garantizado de este derecho queda
delimitado, entre otros, en los siguientes supuestos:

a) Inexistencia de motivación o motivación aparente. Está fuera de


toda duda que se viola el derecho a una decisión debidamente motivada
cuando la motivación es inexistente o cuando la misma es solo aparente,
en el sentido de que no da cuenta de las razones mínimas que sustentan
la decisión o de que no responde a las alegaciones de las partes del
proceso, o porque solo intenta dar un cumplimiento formal al mandato,
amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico.

b) Falta de motivación interna del razonamiento. La falta de motivación


interna del razonamiento [defectos internos de la motivación] se presenta
en una doble dimensión; por un lado, cuando existe invalidez de una
inferencia a partir de las premisas que establece previamente el Juez en
su decisión; y, por otro lado, cuando existe incoherencia narrativa, que a la
postre se presenta como un discurso absolutamente confuso incapaz de
transmitir, de modo coherente, las razones en las que se apoya la decisión.
Se trata, en ambos casos, de identificar el ámbito constitucional de la
debida motivación mediante el control de los argumentos utilizados en la
decisión asumida por el Juez o Tribunal; sea desde la perspectiva de su
corrección lógica o desde su coherencia narrativa.

c) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las


premisas. El control de la motivación también puede autorizar la actuación
del juez constitucional cuando las premisas de las que parte el Juez no
han sido confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica o
jurídica. Esto ocurre por lo general en los casos difíciles, como los
identifica Dworkin, es decir, en aquellos casos donde suele presentarse
problemas de pruebas o de interpretación de disposiciones normativas. La

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motivación se presenta en este caso como una garantía para validar las
premisas de las que parte el Juez o Tribunal en sus decisiones. Si un Juez,
al fundamentar su decisión: 1) ha establecido la existencia de un daño; 2)
luego, ha llegado a la conclusión de que el daño ha sido causado por “X”,
pero no ha dado razones sobre la vinculación del hecho con la
participación de “X” en tal supuesto, entonces estaremos ante una
carencia de justificación de la premisa fáctica y, en consecuencia, la
aparente corrección formal del razonamiento y de la decisión podrán ser
enjuiciadas por el juez [constitucional] por una deficiencia en la
justificación externa del razonamiento del juez.

Hay que precisar, en este punto y en línea de principio, que el hábeas


corpus no puede reemplazar la actuación del juez ordinario en la
valoración de los medios de prueba, actividad que le corresponde de modo
exclusivo a éste, sino de controlar el razonamiento o la carencia de
argumentos constitucionales; bien para respaldar el valor probatorio que
se le confiere a determinados hechos; bien tratándose de problemas de
interpretación, para respaldar las razones jurídicas que sustentan
determinada comprensión del derecho aplicable al caso. Si el control de la
motivación interna permite identificar la falta de corrección lógica en la
argumentación del juez, el control en la justificación de las premisas
posibilita identificar las razones que sustentan las premisas en las que ha
basado su argumento. El control de la justificación externa del
razonamiento resulta fundamental para apreciar la justicia y
razonabilidad de la decisión judicial en el Estado democrático, porque
obliga al juez a ser exhaustivo en la fundamentación de su decisión y a
no dejarse persuadir por la simple lógica formal.

d) La motivación insuficiente. Se refiere, básicamente, al mínimo de


motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho
indispensables para asumir que la decisión está debidamente motivada. Si
bien, como ha establecido este Tribunal en reiterada jurisprudencia, no se
trata de dar respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, la
insuficiencia, vista aquí en términos generales, sólo resultará relevante
desde una perspectiva constitucional si es que la ausencia de argumentos
o la “insuficiencia” de fundamentos resulta manifiesta a la luz de lo que en
sustancia se está decidiendo.

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e) La motivación sustancialmente incongruente. El derecho a la debida
motivación de las resoluciones obliga a los órganos judiciales a resolver las
pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que
vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones que supongan
modificación o alteración del debate procesal (incongruencia activa). Desde
luego, no cualquier nivel en que se produzca tal incumplimiento genera de
inmediato la posibilidad de su control. El incumplimiento total de dicha
obligación, es decir, el dejar incontestadas las pretensiones, o el desviar la
decisión del marco del debate judicial generando indefensión, constituye
vulneración del derecho a la tutela judicial y también del derecho a la
motivación de la sentencia (incongruencia omisiva). Y es que, partiendo de
una concepción democratizadora del proceso como la que se expresa en
nuestro texto fundamental (artículo 139º, incisos 3 y 5), resulta un
imperativo constitucional que los justiciables obtengan de los órganos
judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente de las
pretensiones efectuadas; pues precisamente el principio de congruencia
procesal exige que el juez, al momento de pronunciarse sobre una causa
determinada, no omita, altere o se exceda en las peticiones ante él
formuladas.

f) Motivaciones cualificadas.- Conforme lo ha destacado este


Tribunal, resulta indispensable una especial justificación para el caso de
decisiones de rechazo de la demanda, o cuando, como producto de la
decisión jurisdiccional, se afectan derechos fundamentales como el de la
libertad. En estos casos, la motivación de la sentencia opera como un
doble mandato, referido tanto al propio derecho a la justificación de la
decisión como también al derecho que está siendo objeto de restricción
por parte del Juez o Tribunal.
La sentencia arbitraria por indebida motivación y el principio de la
interdicción de la arbitrariedad
8. De modo similar, en sentencia anterior, este Tribunal Constitucional
(Exp. N.° 05601-2006-PA/TC. FJ 3) ha tenido la oportunidad de precisar
que “El derecho a la motivación debida constituye una garantía
fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de
manera negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda
decisión que carezca de una motivación adecuada, suficiente y congruente,

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constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, será
inconstitucional”.
En ese sentido, si bien el dictado de una sentencia
condenatoria per se no vulnera derechos fundamentales, sí lo hace
cuando dicha facultad se ejerce de manera arbitraria, esto es,
cuando no se motivan debidamente o en todo caso legítimamente
las decisiones adoptadas y/o no se observan los procedimientos
constitucionales y legales establecidos para su adopción. La
arbitrariedad en tanto es irrazonable implica inconstitucionalidad.
Por tanto, toda sentencia que sea caprichosa; que sea más bien
fruto del decisionismo que de la aplicación del derecho; que esté
más próxima a la voluntad que a la justicia o a la razón; que sus
conclusiones sean ajenas a la lógica, será obviamente una
sentencia arbitraria, injusta y, por lo tanto, inconstitucional.
9. Lo expuesto se fundamenta además en el principio de
interdicción o prohibición de la arbitrariedad, el cual surge del
Estado Democrático de Derecho (artículo 3º y 43º de la
Constitución Política), y tiene un doble significado: a) En un sentido
clásico y genérico, la arbitrariedad aparece como el reverso de la
justicia y el derecho; y, b) En un sentido moderno y concreto, la
arbitrariedad aparece como lo carente de fundamentación objetiva;
como lo incongruente y contradictorio con la realidad que ha de
servir de base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido
o ajeno a toda razón de explicarlo ((Exp. N.° 0090-2004-AA/TC. FJ
12). A lo dicho, debe agregarse que constituye deber primordial del
Estado peruano garantizar la plena vigencia y eficacia de los
derechos fundamentales, interdictando o prohibiendo cualquier
forma de arbitrariedad (artículo 44º, de la Norma Fundamental)
SEXTO: En suma, la falta de motivación de las resoluciones judiciales
vulnera el derecho constitucionalmente reconocido de todos los
justiciables a la tutela jurisdiccional efectiva y permite una
arbitrariedad, por que la decisión solo depende de la voluntad del Juez.
Por lo que, el deber de motivación no implica que ésta deba de satisfacer al
justiciable; pues la decisión puede ser favorable o no para este último, sino
comporta que la decisión debe justificarse mediante el razonamiento y valoración de
los hechos, las pruebas y la norma jurídica aplicable al caso concreto. Es así, que

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de producirse una adecuada motivación con una argumentación suficiente y
coherente, tendremos resoluciones justas y de calidad, que pueden pasar con éxito
cualquier examen y crítica realizada por los ciudadanos en ejercicio de sus derechos
constitucionales.

OCTAVO: Asimismo Señor Juez, en cuanto se refiere en el considerando 7.-


Debe tenerse en cuenta que la norma invocada por el demandante, el
artículo 35 del Decreto Supremo 013 – 2008-JUS, señala que no
procede el recurso de casación cuando la sentencia de segunda
instancia ha confirmado la de primera, si ésta amparo la pretensión,
y únicamente del artículo 26, que se refiere a las pretensiones
tramitadas en vida del proceso urgente.

NOVENO: Señor juez, para el caso en cuestión se debe tomar en cuenta lo que
establece el Tribunal Constitucional en la Sentencia Nº 1417-2005-AA/TC En su
numeral 59, señala que todos los poderes públicos, incluida la Administración
Pública, deberán tener presente, tal como lo ha precisado este Colegiado de manera
uniforme y constante – en criterio mulatis mutandis es aplicable a cualquier proceso
judicial o procedimiento administrativo que prevea plazo de prescripción o
caducidad que las afectaciones en materia pensionaria tienen la calidad de
vulneración continuada, pues tienen lugar mes a mes, motivo por el cual no
existe posibilidad de rechazar reclamos, recursos o demandas que versen
sobre materia previsional, argumentando el vencimiento de plazos
prescriptorios o de caducidad.

Ese ámbito de la realidad, deducible válidamente de una norma y disposición de


derecho fundamental, es lo que en la STC 1417-2005-AA/TC hemos venido en
denominar posición ius fundamental:

Las posiciones de derecho fundamental son los derechos


fundamentales en sentido estricto, pues son los concretos
atributos que la persona humana ostenta al amparo de las
normas (sentidos interpretativos) válidas derivadas
directamente de las disposiciones contenidas en la
Constitución que reconocen derechos.

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El objeto de una posición ius fundamental es siempre una conducta, de acción o
de omisión –dependiendo del derecho de que se trate–, que un tercero (sujeto
pasivo) debe realizar a favor de quien titulariza el derecho (sujeto activo). De ahí
que los elementos de todo derecho fundamental sean: a) el sujeto que lo
titulariza; b) el sujeto que se encuentra obligado con aquel, y c) el haz de
posiciones subjetivas y objetivas efectivamente garantizadas por el derecho.

1. Por lo general, el asunto relativo a la titularidad de los derechos fundamentales


no ofrece mayores dificultades en su determinación. Prima facie, el titular por
antonomasia de los derechos fundamentales es siempre la persona humana, en
tanto que, como se ha expuesto, dichos derechos no son sino la concretización
específica de particulares exigencias del principio de dignidad (artículo 1 de la
Constitución), no obstante que la titularidad de algunos derechos
fundamentales esté sujeta a la satisfacción de ciertas exigencias, como sucede
con los derechos políticos y determinados derechos sociales y económicos.

A su vez, el objeto de la relación, esto es, el haz de posiciones subjetivas y


objetivas garantizados y, por tanto, exigibles en su realización a los sujetos
obligados, depende de una serie de variables recabables en función de cada
derecho reconocido en la Constitución. Como en la tantas veces citada STC
1417-2005/AA/TC hemos sostenido, el contenido constitucionalmente protegido
de cada uno de los derechos no puede determinarse en abstracto, sino a "a la luz
de cada caso concreto", identificando su finalidad, naturaleza y el ámbito de la
realidad que se ha pretendido garantizar en cada uno de ellos.

DECIMO: El principio pro homine implica que la interpretación jurídica siempre


debe buscar el mayor beneficio para el ser humano, es decir, que debe acudirse a la
norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos
protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más restringida,
cuando se trata de establecer límites a su ejercicio, se contempla en los artículos 29
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos en la que especifica:
“Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el
sentido de:

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 Permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o
limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;
 Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de
acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;
 Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que
se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
 Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma
naturaleza” y el 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el
que establece lo siguiente:
 Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido
de conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender
actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de
los derechos y libertades reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor
medida que la prevista en él.
 No podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno de los derechos
humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en virtud
de leyes, convenciones, reglamentos o costumbres, sin pretexto de que el
presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor grado”, publicados
en el Diario Oficial de la Federación el siete y veinte de mayo de mil
novecientos ochenta y uno, respectivamente. Ahora bien, como dichos
tratados forman parte de la Ley Suprema de la Unión, conforme al artículo
133 constitucional, es claro que el citado principio debe aplicarse de forma
obligatoria."

DECIMO PRIMERO: Que, respecto a mi pedido de aplicarse a las pensiones


devengadas la tasa de interés legal señalada en el artículo 1246º del Código
Civil, y no la tasa de interés laboral, debo señalar que;

 El Informe Pericial Nº 320-2013-ETP-OBRC-PJ, de fecha 25 de Junio del


2013, señala lo siguiente:

a. Resolución Administrativa Nº 026-2004-CE-PJ

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Respecto a la tasa de interés a aplicar en materia previsional, debo indicar
que el Equipo Técnico Pericial calcula los intereses legales empleando el
INTERLEG, que es un sistema aprobado mediante Resolución Administrativa
Nº 026-2004-CE-PJ, publicado en el diario oficial El Peruano 05/03/2004,
siendo que este sistema luego de ingresar los rangos de los periodos de las
pensiones alimenticias e intereses legales a determinar, procede al cálculo de
los intereses legales de acuerdo a los factores acumulados publicados
diariamente por la SBS. (Metodología del Banco Central de Reserva del Perú).
La tasa empleada en el presente expediente, es la tasa de interés legal
efectiva (tasa con capitalización).

b. Entidad Competente para fijar la tasa del Interés Legal:

El Banco Central de Reserva del Perú es la entidad competente para fijar la


tasa de interés legal, de conformidad a la siguiente Base Legal:

i. Artículo 84º del Banco Central de Reserva del Perú.

ii. Artículo 1244º del Código Civil.

iii. Artículo 1324º del Código Civil.

iv. Artículo 1325 del Código Civil.

v. Ley Orgánica del Banco Central de Reserva del Perú – Ley 26123.
Artículo 51º y 52º.

c. Otro fundamentos:

c.1. Señora Juez, cabe resaltar que el BCRP señala en su página web que la
tasa de interés legal laboral no capitaliza (términos nominales) y la tasa de
interés legal efectiva si conlleva a la capitalización de intereses (términos
efectivos). http://www.bcrp.gob.pe/sistemas-de-pagos/calculadora-virtual-de-
intereses-legales.html.

c.2. El autor Esteban Avellino Sánchez, en su libro “Manual de cálculo de


intereses” en la Sección 5: Interés Legal con tasa efectiva señala lo siguiente:

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c.2.1 Página 124. “El artículo 1249 del Código Civil, que
prohíbe pactar la capitalización de intereses, puesto que está
referido a intereses pactados, no es aplicable para calcular
intereses legales, la tasa de interés legal se aplica precisamente
cuando las partes no han pactado tasa de interés.

c.2.2. Página 124. “Litigios en los que se aplica la tasa de interés legal,
entre otros (…) pensiones de jubilación devengadas, pensiones por
alimentos, obligaciones de dar suma de dinero (…) En estos casos es
imposible pactar tasa de interés, porque los mismos hechos son
imprevistos e indeseables.”

c.2.3. Página 125. “Para calcular intereses legales no se utilizan esas


tasas, sino los factores acumulados, de las mismas, publicados
diariamente por la SBS”.

 Asimismo la Resolución del Tribunal Constitucional recaída en el EXP. N.°


01071-2012-PA/TC, señala:

5. Que el a quo, con fecha 30 de setiembre de 2011 (f.


398), declaró infundada la observación, estimando que los aumentos
reclamados se acumularon al nuevo monto pensionario del causante. A su
turno, la Sala Superior competente, revocando la apelada, declara
improcedente la observación, considerando que los cuestionamientos deben
reclamarse en un proceso de naturaleza ordinaria.
6. Que el Tribunal Constitucional ha comprendido que el
derecho a la ejecución de resoluciones constituye parte inseparable de la
exigencia de efectividad de la tutela judicial. En efecto, en las sentencias
0015-2001-AI/TC, 0016-2001-AI/TC y 004-2002-AI/TC, este Colegiado ha
dejado establecido que “[e]l derecho a la ejecución de resoluciones judiciales
no es sino una concreción específica de la exigencia de efectividad que
garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional, y que no se agota allí, ya que,
por su propio carácter, tiene una vis expansiva que se refleja en otros
derechos constitucionales de orden procesal (...). El derecho a la efectividad
de las resoluciones judiciales garantiza que lo decidido en una sentencia se
cumpla, y que la parte que obtuvo un pronunciamiento de tutela, a través de
la sentencia favorable, sea repuesta en su derecho y compensada, si

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hubiere lugar a ello, por el daño sufrido” [fundamento 11]. En esta misma
línea de razonamiento, se ha precisado en otra sentencia que “la tutela
jurisdiccional que no es efectiva no es tutela”, reiterando la íntima
vinculación entre tutela y ejecución al establecer que “el derecho al
cumplimiento efectivo y, en sus propios términos, de aquello que ha sido
decidido en el proceso, forma parte imprescindible del derecho a la tutela
jurisdiccional a que se refiere el artículo 139.3 de la Constitución” (STC
4119-2005-PA/TC, fundamento 64).
7. Que, en efecto, “la actuación de la autoridad
jurisdiccional en la etapa de ejecución de sentencias constituye un
elemento fundamental e imprescindible en el logro de una efectiva
tutela jurisdiccional, siendo de especial relevancia para el interés
público, dado que el Estado de derecho no puede existir cuando no
es posible alcanzar la justicia a través de los órganos establecidos
para tal efecto. Para ello, la autoridad jurisdiccional deberá
realizar todas aquellas acciones que tiendan a que los justiciables
sean repuestos en sus derechos reaccionando frente a posteriores
actuaciones o comportamientos que debiliten el contenido material
de sus decisiones, pues sólo así se podrán satisfacer los derechos de
quienes han vencido en juicio, sin obligarles a asumir la carga de
nuevos procesos” (STC 1042-2002-AA/TC).
8. Que en la RTC 00201-2007-Q/TC, de fecha 14 de octubre de
2008, se ha señalado que “[...] sobre la base de lo desarrollado en la RTC
0168-2007-Q/TC, este Colegiado considera que de manera excepcional
puede aceptarse la procedencia del RAC cuando se trata de proteger la
ejecución en sus propios términos de sentencias estimatorias emitidas en
procesos constitucionales, tanto para quienes han obtenido una sentencia
estimatoria por parte de este Colegiado, como para quienes lo han obtenido
mediante una sentencia expedida por el Poder Judicial.

La procedencia excepcional del RAC en este supuesto tiene por


finalidad restablecer el orden jurídico constitucional,
correspondiendo al Tribunal valorar el grado de incumplimiento de
las sentencias estimatorias expedidas por el Poder Judicial cuando
éste no cumple dicha función, devolviendo lo actuado para que la
instancia correspondiente dé estricto cumplimiento a lo declarado

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por el Tribunal. Asimismo, los órganos jurisdiccionales
correspondientes se limitarán a admitir el recurso de agravio
constitucional, teniendo habilitada su competencia este Colegiado,
ante la negativa del órgano judicial, a través del recurso de queja a
que se refiere el artículo 19 del Código Procesal Constitucional”.

POR TANTO LA ONP DEBERA LIQUIDAR LOS INTERESES LEGALES


CONFORME AL FACTOR ACUMULADO E INDICES CORRESPONDIENTES
A LA TASA EFECTIVA DEL INTERES LEGAL, DE CONFORMIDAD
CONFORME A LAS SENTENCIA DE EMITIDAS POR EL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL Y CONFORME A LAS ULTIMOS INFORMES
PERICIALES, SIENDO ASI AMPARADO MI PEDIDO.

DECIMO SEGUNDO: Señor Presidente, en ese orden de ideas y de acuerdo a los


fundamentos jurídicos indicados, el Superior Jerárquico con mejor criterio deberá
REVOCAR LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA QUE CONFIRMA LA
RESOLUCION NUMERO UNO, DE FECHA 09 DE MARZO DEL 2015, QUE
DECLARA IMPROCEDENTE LA DEMANDA DE AMPARO INTERPUESTA
POR EL RECURRENTE, decisión que me causa agravio, pues afecta mi derecho
a la Tutela Jurisdiccional Efectiva. Por lo que en base a los fundamentos expuestos,
su despacho deberá ORDENAR SE ADMITA A TRAMITE LA DEMANDA
INTERPUESTA POR LA ACTORA.

POR LO EXPUESTO:
Pido a Ud. Señor Presidente, tener por interpuesto el presente
recurso y proveer con arreglo a ley.
ADCS (Ofic. Balta)

Chiclayo, 19 de Julio del 2016.

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