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1 L Pensamientoylenguaje-Enfoqconstruct
1 L Pensamientoylenguaje-Enfoqconstruct
ENFOQUES CONST U
PENS lENTO lENGU JE
ENFOQUES CONSTRUCTIVISTAS
Revisión técnica
PENSAMIENTO Y LENGUAJE
Enfoques constructivistas
_ McGraw...Hill
_ Interamericana
DERECHOS RESERVADOS © 2007, respecto a la primera edición por
McCRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de c.v.
A Subsidiary ofThe MeGraw-Hill Companies, Ine.
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Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe,
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c.P. 01376, México, D. F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. Núm. 736
ISBN-U: 978-970-10-6158-9
ISBN-lO: 970-10-6158-6
1234567890 90865432107
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
ALBERT SZENT-GYORGYI, El mono demente "El pensador" de Rodin como arquetipo del
individuo pensante.
el tema de estudio relevante era la razón, ya que esta facultad era con-
siderada el centro de nuestro poder de discernimiento, ya fuese una ca-
pacidad que se alcanzaba sólo después de la muerte, como lo proponía
Platón con su mundo Ideal, o bien, ya fuese una facultad que resultase
de la organización de los datos de los sentidos, donde la vista ocupaba
un lugar preponderante, como sugería Aristóteles.
En la filosofia platónica, el concepto clave era la Idea, que en griego
significa forma, patrón, cualidad esencial o la naturaleza de algo. Cu-
riosamente, en la actualidad, el término idea se refiere al mundo sub-
jetivo de una persona; sus ideas son su mundo privado. En contraste,
para Platón la Idea era algo que existía tanto en la conciencia humana
comofuera de ella. De hecho, sólo cuando el alma se "liberaba" de
su prisión carnal era capaz de acceder al mundo de las Ideas; en tanto
seres vivos, sólo conocemos las sombras de las verdaderas cosas, como
elocuentemente lo describe Platón en su mito de la Caverna.
Con Aristóteles, Platón fue puesto sobre la tierra, por así decirlo,
ya que este filósofo no planteaba la existencia de ningún mundo tras-
cendental, sino que le otorgó un papel determinante a los sentidos, es-
pecialmente a la vista, que son los que nos conectan con la realidad. El
empleo de categorías -la formación de conceptos, como diría la teo-
ría del procesamiento humano de la información- fue especialmente
importante para Aristóteles. Para él, uno podía referirse a la existencia
de las cosas de modos diversos. Por ejemplo, a un monumento se le
podía denominar "blanco" pero también "grande", o incluso en otro
momento podría ser "monumento". Lo importante es reconocer que
cada forma de referirse al monumento no implica un diferente estatus
ontológico. El monumento tiene una sustancia mientras que la blancu-
ra o el tamaño son cualidades que se expresan en categorías. Sin duda,
el estagirita se adelantó sustantivamente al moderno enfoque sobre la
formación de conceptos.
Sorprendentemente, si abrimos un libro como De anima de Aris-
tóteles, descubriríamos que su índice temático no es muy diferente de
un texto moderno sobre cognición. Numerosos campos temáticos tales
como percepción, memoria, categorías o imágenes mentales, aparece-
rían en ambos, demostrando que, de algún modo, seguimos trabajando
con las ideas que los sabios griegos nos heredaron. Aunque se podrían
decir muchas cosas sobre los griegos, tan sólo Aristóteles merecería
más de un volumen. Por el momento vale la pena rescatar el concepto
de razón, ya que mediante este concepto tanto Sócrates como Platón
y Aristóteles trataron de dar cuenta de nuestra capacidad de pensar. La
Hacia la modernidad
ciencias naturales. Fue Simon quien mantuvo una mayor cercanía con
Piaget y quien lo puso en contacto, por primera vez, con infantes en
París. También trabajó con Simon como colaborador en el conocido
Instituto Rousseau de Ginebra.
Aunque Piaget gustaba de la filosofía, especialmente de Bergson y
Kant, pronto la abandonó porque no encontraba en ella ningún sostén
empírico para sus múltiples especulaciones; Piaget buscaba algo más
que puras reflexiones, por elegantes que estas fuesen. Después de su
formación dentro de la biología, la psicología comenzó a fascinarlo
hasta el punto de no abandonarla jamás. Empero, en ese entonces, es
decir, los albores del siglo xx, Claparede, Simon y Binet tan sólo repre-
sentaban una promesa. La psicología, a pesar de que su "fundación"
formal había ocurrido en 1879, gracias a los esfuerzos desarrollados
por Wundt en Leipzig, Alemania, aún estaba en ciernes y, más especí-
ficamente' no existía una "psicología infantil" o del "desarrollo" como
tal, sino sólo esfuerzos aislados que, de algún modo, se referían a ésta o
aquella característica de la infancia. La psicología estudiaba las propie-
dades o principios de manera agenética o antievolutiva; esto. es, como
si los principios encontrados tuvieran la misma dinámica a lo largo de
la vida del individuo sin alterarse o transformarse. Piaget, al igual que
Vygotsky, consideraba que existían cambios significativos durante el
desarrollo ontogenético y que ello se mostraba tanto en la construc-
ción del conocimiento como en la inteligencia. De aquí el interés de
Piaget por observar a los niños, tratando de describir las transformacio-
nes en su desarrollo intelectual con el mayor detalle posible.
El trabajo de Piaget, entonces, contribuyó decisivamente para dos
grandes logros. Primero, estableció contundentemente el carácter cien-
tífico de la psicología al desarrollar un marco teórico y una metodolo-
gía que, más allá del terreno de la especulación filosófica, mostraba que
el estudio del conocimiento y de la inteligencia podía efectuarse sobre
bases empíricas estrictas y, segundo, puso sobre el tapete de las ciencias
sociales un nuevo campo de estudio: la psicología evolutiva.
podría decirse que está asimilando. Cuando, por otra parte, un niño
se ve forzado a modificar sus esquemas para poder dar. cuenta de un
nuevo hallazgo, estaría acomodando o ajustando éstos en función de
las nuevas características del objeto de conocimiento. Estos dos pro-
cesos son indisociables; puede haber ocasiones en que uno u otro pre-
domine, pero siempre estarán presentes ambos en la constitución y
apropiación del conocimiento. Más adelante, cuando describamos las
etapas del desarrollo intelectual, contextualizaremos estas nociones de
manera que su comprensión sea más clara.
TABLA 2.1
Etapas y características del desarrollo intelectual según Piaget
• Reflejos ,
• Ejercicio funcional
• Formación de hábitos
Oa2 Sensomotor
• Coordinación entre visión y aprehensión
• Noción deobjeto permanente
• Causalidad primitiva
Función semiótica:
• Imitación diferida
• Juego:
a)de repetición,
b) simbólico,
e)porreglas,
el) conceptual
• Dibujo:
2a607 Preoperacional a) realismo fortuito
b) realismo frustrado
e)realismo conceptual
el) realismo visual
• Imagen mental:
a) imagen reproductora
b) imagen anticipadora
• Lenguaje
f-------f-------1f----------------------
Aparece el pensamiento abstracto o formal permitiendo el
pensar sobre el pensar.
Operaciones
12enadelante Razonamiento complejo.
formales
Planteamiento de hipótesis y comprobación sistemática de
éstas.
Periodo sensomotor
ejemplo, podría jalar una manta para alcanzar una sonaja fuera de su
alcance directo o podría descubrir una sábana si bajo ella hubiera escon-
dido un objeto. El quinto estadio comienza alrededor de los doce meses
y se caracteriza por la búsqueda de medios nuevos por diferenciación
de los esquemas conocidos. Por ejemplo, si un objeto descansa sobre
un tapete y se encuentra fuera del alcance del infante, éste podría lograr!
asir una esquina del tapete -por azar o con ayuda de alguien más- y
dándose cuenta de que sus movimientos pueden atraer el tapete hacia
él, jalarlo hasta que el objeto estuviera finalmente a su alcance.
La diferenciación entre medios y fines es uno de los logros trascen-
dentes de este periodo y contribuyen enormemente a la construcción
de la inteligencia, aunque en este periodo sólo sea de tipo práctico. En
el sexto y último estadio se consolida una noción clave: la de objeto
permanente. Cuando el infante coordina su visión y su aprehensión y
logra diferenciar los medios de los fines, sus continuas interacciones
con el medio van permitiendo que el bebé se percate de que los obje-
tos existen aunque no los esté percibiendo. En un principio, un objeto
cualquiera deja de existir cuando éste desaparece del campo visual del
niño; sin embargo, las constantes manipulaciones de los objetos a la
par del desarrollo de sus esquemas, permite que el niño finalmente
reconozca el hecho de que las cosas siguen ahí aun cuando deje de
verlas. La noción de objeto permanente está claramente vinculada con
la actividad de infante. Inhelder cita el siguiente ejemplo de uno de los
hijos del propio Piaget:
A los 7 años, Laurent pierde de vista una pequeña cigarrera que había
estado manipulando; estando aún fuera de su campo de visión, invo-
luntariamente la toca nuevamente y la pone frente sí para verla durante
cierto tiempo, con una expresión de sorpresa y decepción, como si fuese
un sentimiento de pérdida. Sin embargo, lejos de considerar esto como
una pérdida irreparable, comienza a balancearla en su mano y la obser-
va de cuando en cuando ... como si esperara que el objeto pudiera ser
traído de nuevo (Inhelder, 1976, p. 153).
a) Imitación diferida
b) Juego:
• de ejercicio,
.. simbólico,
.. por reglas,
.. de construcción
e) Dibujo
.. realismo fortuito
• realismo frustrado
.. realismo conceptual
.. realismo visual
e) Lenguaje
a) de ejercicio,
b) simbólico,
e) por reglas,
d) de construcción
CAPÍTULO 2 La de Jean
a) realismo fortuito
b) realismo frustrado
e) realismo conceptual
ti) realismo visual
Las imágenes mentales también están sujetas o inmersas dentro del de-
sarrollo intelectual más general y, por tanto, no son un fenómeno aisla-
do que dependa simplemente de la percepción. Como lo indica Piaget,
si la imagen prolongara simplemente la percepción, debería intervenir
desde el nacimiento pero, de hecho, no se observa ninguna manifes-
tación de ello durante el periodo sensomotor y, según Piaget, parece
iniciarse exclusivamente con la emergencia de la función semiótica. Al
parecer, entonces, las imágenes mentales emergen relativamente tarde
y son el resultado de una especie de imitación interiorizada. En virtud
de que su analogía con la percepción no prueba una relación directa ni
idéntica, esta imitación trata de proporcionar una representación activa
de los cuadros perceptivos.
Piaget no estaba interesado en estudiar las imágenes desde una
perspectiva neurológica, sino en seguir su desenvolvimiento y analizar
sus relaciones entre el simbolismo imaginado y los procesos preopera-
torios y operatorios de la inteligencia. En este sentido, Piaget distingue
entre dos tipos de imágenes: imágenes reproductoras e imágenes anti-
cipadoras. Las primeras, se limitan a evocar estáticamente cosas vistas
con anterioridad, aunque no son copias idénticas, reproducen men-
talmente sólo aquellos elementos percibidos previamente. El segundo
tipo de imagen, empero, aunque conserva rasgos de lo percibido, va
más allá de lo meramente visto y transforma la imagen de acuerdo a las
necesidades del momento, al estado emocional o a la activación de la
imaginación.
Al nivel preoperatorio, las imágenes de niños y niñas son casi exclu-
sivamente estáticas y los infantes suelen tener enormes dificultades para
reproducir movimientos o transformaciones. Hacia los siete u ocho
años, en cambio, los niños y niñas son capaces de reproducir imágenes
en movimiento y de anticiparse a la consecuencia de un movimiento en
curso. Por ejemplo, si un niño preoperatorio, digamos de seis años, ve
un vaso delgado que contiene agua hasta cierto nivel y se le pregunta
cuál será el nivel del agua si vaciamos el contenido en otro recipiente
CAPÍTULO 2 La de Jean
piedras y se percata de que siempre son diez, sin que importe el orden
o disposición de éstas, "en realidad no experimenta con las piedras, que
le sirven únicamente de instrumentos, sino con sus propias acciones
de ordenar y contar" (Piaget, 1969/1976, p. 43).
Es importante resaltar este punto que resulta clave en la diferencia-
ción de esta etapa y la previa. Las acciones de ordenar y contar, en el
ejemplo descrito, se distinguen, al menos, de la acción consistente en
sopesar piedras de dos maneras:
velocidad, entre muchos otros temas (véase Modgil, 1983, para una
revisión muy exhaustiva de la investigación de corte piagetiano). En
todos los casos, lo importante a destacar es que en este periodo el niño
o niña son capaces de emplear operaciones lógicas que les permiten
acceder a un nivel comprensivo del mundo mucho mayor que el que
conforma el pensamiento preoperatorio, no obstante, limitado al com-
pararse con la lógica operatoria formal.
"el carácter más notable del conocimiento humano, por lo que toca a su
modo de formación, comparado con las transformaciones evolutivas del
organismo y con las formas de conocimiento accesibles al animal, es su
naturaleza tanto colectiva como individual. El esbozo de dicho carácter
se observa, cierto es, en varias especies animales, y en particular en el
chimpancé. Sin embargo, la novedad en el hombre es que la transmi-
sión exterior o educativa (por oposición a la transmisión hereditaria
o interna del instinto) culmina en una organización tal que ha podi-
do engendrar civilizaciones" (1969, p. 329; énfasis añadido).
Desde muy joven Vygotsky mostró un gran interés por el arte en ge-
neral y por la literatura, en particular. Esto es comprensible cuando se
1 Para profundizar más en esta aproximación, pueden encontrarse mayores detalles en: La di-
mensión sociocultural de la enseñanza (Medina Liberty, 1998). Este capítulo sigue las directrices
de ese texto.
Los inicios (1896-1912)
crece en el seno de una familia que no sólo gusta del arte sino que
acostumbra realizar actividades relacionadas con éste. La mayoría de las
familias, incluso ahora, gusta de ocupar su tiempo libre en actividades
al aire libre y realizar paseos. Aunque la familia de Vygotsky también
dedicaba parte de su tiempo a este tipo de recreaciones, también se
ocupaba, al parecer con mayor pasión, de cultivar sus preferencias ar-
tísticas. Durante las tardes, por ejemplo, la familia entera acostumbraba
reunirse para tomar el té y la tertulia se convertía en una animada con-
versación sobre poesía, cine, teatro y las novelas del momento, entre
otras cosas. Dentro de su círculo de amistades se contaban novelistas,
dramaturgos e, incluso, cineastas de la talla de Sergei Eisenstein. Todo
ello iba a dejar una profunda huella en la personalidad y gustos de
Vygotsky, quien, posteriormente, habría de emplear sus conocimientos
artísticos como elementos estructurantes de su postura psicopedagó-
gica.
alemán y podía traducir del latín, griego, hebreo y francés. Por la línea
paterna, Lev aprendió a sopesar las ventajas de trabajar con disciplina.
Su padre había cursado sus estudios en el Instituto Comercial de la ciu-
dad ucraniana de Iarkov y se desempañaba como jefe del departamento
del Banco Central de Gomel y como representante de una compañía
de seguros. Vygotsky se desenvolvió bajo una influencia familiar come'
plementaria, ya que el carácter dulce de su madre contrastaba con los
rasgos fríos e irónicos de su padre. Ambos padres, empero, formaban
una pareja equilibrada y feliz y lograron desarrollar en su hogar un
ambiente cálido y estimulante.
Las buenas relaciones entre la familia propiciaron que los intereses
culturales pudieran ser satisfechos entre todos sus miembros. Durante
las tardes, por ejemplo, acostumbraban reunirse para tomar el té y la
tertulia se convertía en una animada conversación sobre poesía, cine,
teatro y las novelas del momento, entre otras cosas. Todo ello iba a de-
jar una profunda huella en la personalidad y gustos de Vygotsky, quien,
posteriormente, habría de emplear sus conocimientos artísticos como
elementos de fundamentación de su postura psicológica.
Entre los pocos inconvenientes que oscurecieron la felicidad familiar,
se encuentran los numerosos problemas asociados a la circunstancia de
ser judíos. En la Rusia zarista, los judíos estaban constantemente impe-
didos de desarrollarse económica y socialmente ante el despliegue de las
numerosas limitaciones y sanciones impuestas sobre ellos. En general,
por ejemplo, debían vivir en zonas restringidas, ciertas profesiones les
eran negadas por decreto y los requisitos de admisión a las universida-
des eran sumamente rígidos y hostiles. Todo esto debió ser motivo de
angustia para los padres de Vygotsky, quienes, no obstante, lograron
convertir a su familia en una de las más afortunadas y cultas de Gomel.
Debido al ingreso restringido a las escuelas e institutos de la Rusia
zarista y a la deficiente formación que se obtenía en las escuelas públi-
cas, los padres de Vygotsky decidieron ponerlo, durante varios años,
bajo la dirección de un tutor particular: Saloman Ashpiz. Al parecer,
la prolongada relación con su tutor y la peculiar personalidad de éste
ejercieron una importante influencia sobre Vygotsky. Ashpiz había par-
ticipado de joven en el movimiento revolucionario y ello le hizo mere-
cedor de una deportación a Siberia. Ashpiz era un hombre gentil y jo-
vial y lograba con. facilidad una gran empatía con sus discípulos. Como
tutor poseía métodos poco ortodoxos; pero sumamente efectivos. Una
de sus técnicas más usuales era una especie de "diálogos socráticos"
que consistía en mantener con sus alumnos largas y amenas conver-
Los inicios (1896-1912)
2 Se trataba de una prueba sumamente dificil que presidía un representante oficial de la pro-
vincia o comisario. Aunque el candidato hubiera salido airoso del interrogatorio respectivo,
el comisario era quien decidia su aceptación o rechazo.
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de Vvorvtckv
psicología, donde Vygotsky señala que la psicología enfrentaba una grave crisis de escisión,
proliferando enfoques divergentes y contrapuestos, que no eran producto de una realidad
divergente en sí misma, -sino que constituían el síntoma de una disgregación conceptual. Sin
duda, Vygotsky se habría sorprendido enormemente si hubiera podido observar el panorama
actual, frente al cual sus afirmaciones seguirían conservando su validez, sólo que resultarían
modestas ante el excesivo movimiento centrífugo de las teorías, modelos y enfoques contem-
poráneos (Cfr.: Medina Liberty, 1989).
El dentro de la la (1924-1934)
6Se trata de una reseña que Toulmin elaboró a raíz de la publicación en inglés, en 1978, del libro
de Vygotsky Mind in Society, obra que editaron, compilaron y tradujeron Cole y Scribner en 1978.
7 Cabría mencionar también que, por decreto del Comité Central del Partido Comunista, se pro-
palabras por parte del niño, que simulan un conocimiento de los con-
ceptos correspondientes, pero que, en realidad, sólo encubren un vacío"
(Vygotsky, 1934; p. 120). En el sentir de Vygotsky tanto la psicología
como la pedagogía habían considerado la lectura y la escritura como
"una complicada habilidad motora" y le habían prestado poca atención
al lenguaje como tal, es decir, "como un determinado sistema de sím-
bolos y signos, cuyo dominio representa un punto crítico decisivo en el
desarrollo cultural del niño" (Vygotsky, 1978; p. 160). Aquí, la litera-
tura vuelve a entreverarse con las ideas de Vygotsky, ya sea en apoyo de
sus formulaciones o como fuente de inspiración de éstas. De 1922, por
ejemplo, data su trabajo titulado Sobre los métodos de la enseñanza de
la literatura en la escuela secundaria, donde, como el título lo indica,
sus preocupaciones refieren a una correcta asimilación del estudiante de
los valores contenidos en las diferentes obras, los cuales, naturalmente,
poseen una naturaleza social y se representan mediante símbolos.
En este caso, el novelista León Tolstoy -Dostoievsky también fue
una invaluable fuente de inspiración-le resultó atinadamente sugesti-
vo a Vygotsky, quien comenta que:
8Se trata de un ensayo publicado de manera póstuma en 1935 y que se incluye en el volu-
men editado por Cole y Scribner (1978).
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de \h'o-n.toli'"
Ahora nadie se atrevería a afirmar que una canción épica rusa, recogida
de labios de un pescador de Arjánguelsk y un poema de Pushkin, cui-
La del
3. El campo de la pedagogía
Además del interés específico de Vygotsky por el desarrollo cognosci-
tivo de las personas con problemas de aprendizaje o con desventajas y
de los analfabetos, se interesó profundamente en otros aspectos más
generales referentes a la educación o la pedagogía. Entre los nume-
rosos aspectos educativos que atrajeron los esfuerzos de Vygotsky, se
encuentran la duración y objetivos de la educación pública -factor por
demás importante después del triunfo del Movimiento de Octubre-,
la creación de formas precisas para evaluar el potencial intelectual de
los niños y los modelos de enseñanza y planes de estudio. Lo que sub-
yacía a este amplio espectro de intereses de orden pedagógico, era el
propósito vertebral de mejorar y optimizar el desarrollo intelectual de
los niños. La instrucción solamente esproductiva, decía Vygotsky, si
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de \f",(J()t'olnr
9Por símbolo o signo, Vygotslcy define a lID gesto, acción, objeto o cualquier elemento que
posea un significado. En este sentido, un signo puede ser tanto lingüístico -por ejemplo, una
palabra cualquiera- como no lingüístico -por ejemplo, una pintura, una pieza musical o una
señal cualquiera-o
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de V"'''n,t~k'"
Aunque sus hallazgos son interesantes y sorprendentes, la crítica de Vygotsky a Yerkes podría
esgrimirse en lo fundamental contra este autor. De hecho, el propio Premack admitió enormes
limitaciones en sus sujetos de estudio y señaló que éstos carecían de la plasticidad simbólica
característica del ser humano.
básicos
II Generalmente, por lenguaje se entiende un código formal y los gestos que, al conven-
cionalizarse, podrían llegar a constituir un lenguaje, como el lenguaje con base en señas em-
pleado por los sordomudos. Justamente, Vygotsky entendía por lenguaje cualquier forma
de comunicación aunque ésta no fuese verbal (es decir gestos, las señas o movimientos
corporales). Empero, cuando Vygotsky indica que los simios y los niños no actúan sobre el
medio con ayuda del lenguaje, se está refiriendo al lenguaje en términos lingüísticos.
CAPÍTULO 3 El
Ese otro del que habla, el colectivo, conforma también una repre-
sentación triangular:
INTÉRPRETE
SíMBOLO REFERENTE
FIGURA 1
Triángulo semiótico.
FIGURA 2
Triangulación semiótica entre la madre y su hijo.
FIGURA 3
El niño comienza a entender su propio comportamiento como simbólico.
13 Es justo destacar que se le debe a Piaget e! hecho de que se le atribuya la importancia que
La función primaria de las palabras, tanto en los niños como en los adul-
tos, es la comunicación, el contacto social. Por tanto, el primer lenguaje
del niño es esencialmente social, primero es global y multifuncional; más
adelante sus funciones comienzan a diferenciarse. A cierta edad el len-
guaje social del niño se encuentra dividido en forma bastante aguda en
habla egocéntrica y comunicativa. (Preferimos usar el término comunica-
tivo en lugar de la forma de lenguaje que Piaget llama socializado," pues
considera que ha sido otra cosa antes de convertirse en social) (p. 19).
14 A menos de que se indique lo contrario, todas las citas que siguen proceden de la misma
fuente: Thought and language (1962),
15 Es importante resaltar esta aclaración, ya que incide sobre una diferencia en lo entendido
por "socializado" en Vygotslcy y en Piaget. El propio Piaget señala en sus Comentarios a
Pensamiento y lenguaje que, la socialización la entiende como un verdadero intercambio de
puntos de vista entre los participantes de una conversación y no como un mero contacto
entre éstos. Vygotslcy, por otro lado, vehicula con este concepto los intercambios comuni-
cativos que, coincidiendo con Mead (1934), se manifiestan incluso en el comportamiento
gestual del bebé. No importa tanto el que se comparta un significado idéntico del mensaje
-en esto Vygotslcy concuerda con Piaget en que se manifiesta tardíamente-, como el
lograr un efecto recíproco en los comportamientos de la madre y el bebé, en comunicarse
de algún modo. En el fondo, las diferencias respecto al concepto de lo "social", estriban en
dos universos teóricos diferentes del desarrollo.
El desarrollodel
4. Predominio de la comunicación
verbal (16 a 20 meses)
Durante esta fase, se manifestaron numerosas conductas de imitación
que favorecieron la repetición-emisión de sustantivos. Los niños in-
crementaron significativamente sus emisiones verbales y aparecieron
emisiones compuestas que, generalmente, combinaban un adjetivo de-
mostrativo con un sustantivo ("ete, coche", "ete, gatito", etc.). Su
vocabulario aumentó sorprendentemente, sin embargo, los gestos no
desaparecieron del todo y, con frecuencia, acompañaban una acción o
emisión verbal para resaltarla o llamar la atención.
A lo largo de las fases descritas, se puso de manifiesto una conti-
nuidad de las primeras respuestas reflejas o primitivas a un conjunto de
gestos ejecutados con una evidente función comunicativa; posterior-
mente, las palabras suplieron y extendieron las funciones de éstos.
Genéticamente, esta continuidad es propiciada desde el comienzo
del desarrollo por medio de los intercambios entre el niño y los que le
rodean, quienes suelen acompañar sus gestos con palabras. Gracias a
esta constante mancuerna de gestos y palabras, el niño, progresivamen-
te, se vuelve capaz de comprender algunas manifestaciones verbales
con base en los gestos que las acompañan y, ulteriormente, él mismo
las pronunciará para acompañar sus gestos.
En suma, el proceso de adquisición del lenguaje parece estar inscri-
to en un proceso de comunicación que se funda en la interacción niño-
adulto, donde este último desempeña el papel de emisor de estímulos
y, sobre todo, de intérprete de los gestos y emisiones fonéticas del niño.
De esta manera, el adulto -y los hermanos mayores- "construye" la
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de V"'o-n,tdi-,,
16 Estos estudios fueron conducidos por Vygotslcyy sus colaboradores A. Luria, A N. Leon-
tiev, R Levina y otros. Fueron organizados en un escrito (Estudios sobre el lenguaje egocén-
trico) que permanece inédito, al menos en castellano. No obstante, es posible tener un acceso
parcial a los resultados de estos trabajos en el capítulo siete de Pensamiento y lenguaje.
17Fundamentalmente, Vygotsky tomó como referencia la obra Le langage et la pensée chez
L'enfant (1923) de Piaget. Para obtener una perspectiva sintética más actual de las ideas
de este autor, se puede consultar la obra Psicología del niiio del propio Piaget y B. Inhelder
(1967); o bien, revisar la postura de algunos neopiagetianos al respecto, por ejemplo: Keats,
eoUis y Halford (1978).
Funciones del
18Wertsch (1985a) cita varios estudios que realizó Goudena en apoyo a las formulaciones
de Vygotsky. Se trata, no obstante, de bibliografia de muy dificil acceso. Una breve des-
cripción de la metodología empleada en estos trabajos y de los resultados encontrados, se
puede consultar en el capítulo cuatro de la obra de Wertsch.
CAPÍTULO 3 El
Propiedades sintácticas
Vygotsky identificó en el desarrollo del lenguaje interiorizado una ten-
dencia hacia una forma especial de abreviación, esto es, la omisión del
sujeto de una oración y de todas las palabras conectadas y relacionadas
con él, en tanto que se conserva el predicado. "Esta tendencia, nos
dice, hacia la predicación aparece en todas nuestras experiencias, con
tal regularidad, que debemos suponer que es la forma sintáctica básica
del lenguaje interiorizado" (Ibid., p. 181). Vygotsky ilustra los porme-
nores de esta tendencia comparando tres tipos de lenguaje: el escrito, el
oral o externo y el propiamente interiorizado. En el lenguaje escrito, se
carece de una base situacional y expresiva, no existe una interacción co-
municativa, por lo que las palabras se convierten en los elementos más
significativos e importantes. Como el tono de la voz y el conocimiento
del tema están excluidos en el lenguaje escrito, nos vemos obligados
a emplear más palabras y de un modo más exacto. La comunicación
escrita, en suma, se fundamenta en el significado formal de las palabras
y requiere un número mayor de vocablos que el lenguaje oral para ex-
presar una misma idea. El lenguaje oral o externo le merece una mayor
atención a Vygotsky, ya que en él se manifiesta claramente la tenden-
cia a la abreviación o predicación. El propio Vygotsky describe varios
ejemplos cotidianos donde se muestra esta tendencia:
Propiedades semánticas
Este tema convoca nuevamente el triángulo semiótico, ya que el sig-
nificado de las palabras no es una propiedad empírica que se adhiera
unívocamente a éstas. Como vimos antes, las palabras o un signo cual-
quiera significan en virtud de su integración en una unidad de sentido
o tejido semiótico. Antes de abrir el análisis a las consecuencias de esta
semántica trinaria, acotemos las ideas de Vygotsky sobre las propieda-
des semánticas del lenguaje.
Vygotsky identifica tres propiedades semánticas fundamentales del
habla interna:
2. la aglutinación
Entre los niños, cuando el lenguaje egocéntrico comienza a desapa-
recer para ser interiorizado, se manifiesta una forma de habla que
combina o aglutina dos o más palabras. Cuando dos palabras -o dos
conceptos o ideas- se combinan en un solo vocablo, éste no sólo
expresa una idea más compleja, sino que designa todos los elementos
separados en la idea. Éste es un fenómeno relativamente común entre
los niños, que suelen emplear palabras compuestas o expresar ideas
CAPÍTULO 3 El sociohistórico de \h'(T,-,tcl<"
3. la saturación de sentido
Esta propiedad refiere al máximo desarrollo posible del lenguaje inter-
no mediante la "saturación" del sentido de las palabras. Vygotsky la
describe como la forma en que los sentidos de las palabras se combinan
y unen: un complejo gobernado por leyes diferentes a las que gobier-
nan las combinaciones de significado. Cuando observamos esta forma
singular de unir las palabras en el lenguaje egocéntrico, lo denomina-
remos "influjo del sentido". Los sentidos de diferentes palabras pasan
de una a otra, influyéndose entre sí, de modo que las primeras están
contenidas y modifican a las últimas.
Vygotsky encontró en la literatura una buena ilustración de su idea.
Una palabra, por ejemplo, que se repite en un libro o en un poema,
termina por absorber todas las variaciones del sentido contenidas en
ella y se convierte en cierto modo equivalente a la obra misma. Esto es
particularmente claro en los títulos de las obras literarias, en donde el
sentido total de la obra está contenido en su nombre. Vygotsky analiza
particularmente la obra Almas muertas de Gogol:
más bien los personajes de la historia que están físicamente vivos pero
espiritualmente muertos (Ibid).
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como
si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me
basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez
la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca
elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con
mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide
exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al
cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acer-
can entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos,
las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios,
apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde
un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis
manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de
tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores
o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el
dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo
del aliento, esa instantánea muerte es bella.
El texto como unidad de
INTÉRPRETE
SIGNO SIGNO
miento y lenguaje. Digámoslo de este modo: por muy activo que fuera
un niño o por muy intensas que fuesen sus interacciones con el medio,
no podríamos esperar que éste fuera capaz simplemente de crear o re-
inventar su medio sociocultural mediante sus propias experiencias. La
cultura -y con ella la mente humana- se materializa en sus utensi-
lios tanto fisicos como simbólicos. Todos los objetos que rodean a un
infante, poseen una larga historia que explica su existencia y modo de
empleo y sería absurdo esperar que cada recién nacido descubriera sus
propiedades por sí mismo. El niño, en realidad, se "apropia" de los
objetos -es decir, descubre su uso- por la mediación de los adultos
que continuamente lo asisten. Leontiev sustituye el término piagetiano
de "asimilación" por el de apropiación, ya que la distinción le permite
pasar de un modelo biológico a otro de carácter sociohistórico. Si-
guiendo a Leontiev, Newman, Griffin y Cale señalan que:
que aquello que pueden hacer por sí solos. La única buena enseñanza,
decía Vygotsky, es la que se adelanta al desarrollo. Esto es, Vygotsky
señalaba enfáticamente la circunstancia de que casi todo el aprendizaje
humano se gesta con la mediación de otras personas más versadas, si-
tuación que se torna más evidente y esencial en el ámbito escolar, en la
interacción entre alumno y maestro. La idea implícita en la ubicuidad
de esta circunstancia, es que existe un área potencial en el crecimiento
intelectual del niño que sólo puede ser apropiadamente desarrollada
por el intermedio de pares más capaces o por los adultos. Esta área po-
tencial del crecimiento intelectual fue denominada por Vygotsky como
zona de desarrollo próximo (ZDP). En sus propias palabras:
[...] aprovechó la zona que existe entre lo que las personas pueden des-
cubrir o comprender cuando se les presenta algo frente a ellas y lo que
pueden generar por su propia cuenta, y ésa es la Zona de Desarrollo
Próximo o ZDP. En general, la instructora hacía lo que el niño no podía
hacer. Por lo demás, presentaba las cosas de modo que el niño pudiera
hacer con ella lo que simplemente no podía hacer sin ella (1986, p. 85).
CAPÍTULO 3 El sociohistóricode V"'<Tn,t~1<""
modelo, fueron incapaces de ayudar a los niños más pequeños para que
trabajaran de forma semejante. Las madres, en cambio, lograron esta-
blecer claramente esta habilidad en sus hijos, de modo tal, que, poste-
riormente, éstos recurrían al modelo por sí mismos sin ayuda externa.
Este estudio parece contradecir la idea de que no sólo los adultos
sino también los compañeros más capaces pueden ser tutores eficien-
tes para desarrollar las zonas potenciales de niños más pequeños. En
realidad, no obstante, estos resultados sólo matizan la esencia de la
idea, indicando que en ciertas tareas o actividades específicas (como lo
fue, en este caso, el completamiento de un rompecabezas), los niños
mayores no son tutores adecuados. En otras tareas, sin embargo, se ha
demostrado que los compañeros más capaces o mayores -además de
los adultos, por supuesto-, pueden cumplir cabalmente con un rol
de instructor-instigador de las potencialidades intelectuales (Childs y
Greenfield, 1982; Bodovra y Leing, 1996; Wink y Putney, 2002; Sch-
mittau, 2003).
Lo que está en el fondo de esta cuestión, no es la posibilidad de que
los niños pequeños adquieran simplemente habilidades conductuales
para la solución de problemas, sino que, por medio de la interacción
con otras personas, logren un mejor control de sus procesos intelecti-
vos mediante el aprendizaje de nuevos medios de autorregulación. En
el estudio de McLane, el fracaso de los niños pequeños en el empleo
del modelo, no ilustra la carencia de atención o una concentración de-
ficiente en la tarea, sino la ausencia de una función de autorregulación.
Ésta se manifiesta primero con la ayuda de los demás y, ulteriormente,
se internaliza y funciona de manera autorregulada, aún sin el apoyo o
guía de las otras personas.
Naturalmente, las tareas o los problemas a los que tiene que enfren-
tarse un niño son casi infinitos y algunos de ellos exigen una competen-
cia intelectual más compleja que otros. Por ello, hay ocasiones en que
quien hace las veces de tutor, requiere, a su vez, de una capacidad mayor
para enseñar el repertorio implicado en una función autorregulativa es-
pecífica. El hecho, entonces, de que un pequeño sea ayudado por un
compañero mayor en el cumplimiento de una tarea, no es circunstancia
que garantice el éxito de la interacción. Podríamos concluir, junto con
McLane, que los cómo y cuándo de la manifestación de un desarrollo
potencial, son aspectos que dependen del carácter específico de la ac-
tividad en cuestión, de la naturaleza particular de la interacción que se
establezca, del tipo de procesos comunicativos empleados y de las parti-
cularidades del contexto general donde ocurra dicha interacción.
La zona de desarrollo
significa que ellas estaban "jalando" la ejecución de los infantes más allá
de sus capacidades como actores independientes. En las IN, las madres
actuaron de manera intuitiva aunque con relativo éxito; en las IP, em-
pero, los resultados fueron superiores, tal como se esperaba.
TABLA 3.1
Se describen las interacciones en términos al número de las in-
tervencíones de la madre para ayudar a su hijo y el número de
intentos del niño necesarios para lograr la noción de consecutividad.
....... » i.)
y)~ »>
Número de Número de
intervenciones Número deintentos intervenciones Número deintentos
dela madre del niño dela madre del niño
IN-1 E1 IN-2 E2
35 38 21 25
32 35 17 19
25 29 18 21
31 32 15 17
26 27 21 23
33 37 14 17
31 34 16 18
Una segunda conclusión, precisamente, tiene que ver con las dife-
rencias entre ambas condiciones. Las diferencias entre el número de
intervenciones de la madre (IN-1 e IN-2) fueron significativas esta-
dísticamente (t = 7.65 P< 0.001). Las diferencias entre el número de
intentos necesarios para lograr la noción (El y E2) también resultaron
significativas (t = 6.78 P< 0.001). El hecho de que los niños en las IP
cometieran menos errores, sin duda muestra que las díadas que funcio-
nan con instrucciones más precisas conducen a un mejor desempeño de
los pequeños. Los niños que trabajaron mediante IN, también alcanza-
ron la noción, pero requirieron de más tiempo y un mayor esfuerzo.
Este estudio muestra que incluso niños en edad temprana logran
comprender nociones relativamente complejas si son asistidos por sus
madres. Fueron varias las modalidades que adoptaron los intercam-
bios madre-niño (guía verbal general y/o específica, gestos, volumen y
modulación de la voz y movimientos de instrucción, entre otros ejern-
La asimetría en la educación tradicional
Niños y educadoras recreando una pastorela como medio pedagógico para ense-
ñar roles y tradiciones socioculturales.
CAPÍTULO 3 El sociohistóricode \h,cof'ltok"
"Las estrategias que las personas aplican a las tareas (como en otras
empleadas para estudiar el 'pensamiento') dependerán del tipo parti-
cular de configuración que se les presente, de la clase o cantidad de in-
formación que ya poseen, de la cantidad de elecciones que hacen, de
los riesgos que podrían correr o que están en disposición de correr, del
tiempo disponible y de otros aspectos que, globalmente considerados,
son de sentido común. Podríamos modificar las condiciones como las
descritas y analizar cómo las estrategias se transforman para enfrentar-
las" (Bruner, 1983, p. 117).
Como quiera que sea, este texto no sólo puso sobre el tapete un
nuevo dominio del conocimiento, la cognición, sino que apisonó el
El campo educativo
"No hay nada más importante para una disciplina que su forma de pen-
sar. No hay nada más importante para el niño o el estudiante que brin-
darle las oportunidades para que tempranamente aprenda esas formas
de pensar, las formas de relacionar, las actitudes, las bromas y las espe-
ranzas y las frustraciones que la acompañan." (op. cit., p. 4).
"En las ciencias, con mucha frecuencia nos vemos forzados a trabajar
con un cuerpo de conocimientos incompleto y ello nos obliga a adivi-
nar" (1960, p. 64).
Naturalmente, el empleo y generación de la intuición requiere de
que el docente se convierta en un mediador adecuado de los esfuer-
zos del estudiante. Wood, Bruner y Ross recurrieron, en un trabajo
de 1976, a la metáfora de un andamiaje (scaffolding) para referirse a
esta guía que los familiares, maestros o expertos realizan al encauzar
y enriquecer los esfuerzos que despliega un aprendiz. Este concepto
ha tenido enormes aplicaciones en el campo de la enseñanza y se lo
asocia frecuentemente con la zona de desarrollo próximo de Vygotsky
que analizamos en el capítulo anterior. En ambos casos, se habla de que
los adultos o alguien más capaz podría orientar las actividades de un
aprendiz de modo tal que, posteriormente, el estudiante sería capaz de
reproducir -y acaso superar- lo aprendido sin ayuda alguna (véase
Berk y Winsler, 1997 y Wood, 2000, para abundar sobre este tema).
Cuando una persona trata de entender los motivos por los cuales
otra persona hizo algo o, incluso, cuando pretende entender sus propias
razones, la estrategia más común es recurrir a un entramado narrativo
que involucra, al menos, los cinco elementos -llamados péntada por
Burke- enlistados arriba. Un niño o una persona común, no comienza
a realizar silogismos o secuencias de razonamiento formal para intentar
comprender por qué un amigo o un conocido no los ha telefoneado
CAPÍTULO 4 La cultural de Jerome Bruner
1986), se reúnen los trabajos que realizó entre 1980 y 1985 y entre
ellos figuran, justamente, un texto sobre Goodman, dos que tratan la
temática narrativa y otro que caracteriza la práctica educativa como un
foro cultural donde se negocian significados. Estas ideas las continuó
elaborando y terminaron por consolidarse durante su estancia en la
Universidad Hebrea, en 1989, donde un conjunto de conferencias que
llevaban el título de "Lecturas Ierusalén-Harvard", finalmente dieron
forma a uno de sus libros seminales: Actos de significado (1990).
En este texto, Bruner describe con profundidad, por vez primera,
su descontento con la dirección que tomaron los estudios relativos a la
mente y que, amparados con el término "cognición", sustentaban a
la computadora como metáfora fundamental. De acuerdo con Bruner,
el impulso original del movimiento cognitivo de Harvard, denominado
por muchos como Revolución cognitiva, consistía en sustraer a la psi-
cología del "prolongado y frío invierno de objetivismo" en el que el
conductismo la había sumergido (Bruner, 1990, p. 19). Lo que ocurrió,
empero, al menos en la actualidad, fue que la psicología cognitiva, al
apegarse a modelos informáticos, se involucró en el estudio de proble-
mas marginales al impulso que originalmente la desencadenó. De hecho,
señala Bruner, este impulso ha sido seriamente minado por el incesante
aumento de tecnicismos lejanos a su motivo fundacional. Para Bruner,
una ciencia del ser humano debe contener metáforas y referentes igual-
mente humanos, de modo que, ahora, las humanidades y, especialmente
la narrativa, han ocupado un espacio vertebral en sus trabajos.
De acuerdo con Bruner, la modernidad se ha caracterizado, en el
caso de las ciencias humanas, por un viraje hacia métodos y estrategias
interpretativas en lugar de los tradicionales procedimientos rigurosos.
De hecho, este "giro interpretativo" como ha sido denominado por
algunos autores, ya era patente en las otras disciplinas humanas (Cf.:
Rabinow y Sullivan, 1987), y la psicología arribó relativamente tarde a
dicho movimiento. El tema central de este enfoque interpretativo, es el
estudio del significado. El objetivo no es acercarse al estudio de proce-
sos diversos y desvinculados (en la psicología, por ejemplo, percepción,
motivación, aprendizaje, neurofisiología, etc.) sino la comprensión de
cómo los seres humanos hacen sentido de su entorno y de sí mismos.
En otros términos, se trata de conocer las prácticas simbólicas que me-
dian las actividades diarias entre los miembros de una formación social
determinada.
Cuando la naciente psicología cognoscitiva adoptó a la computado-
ra como metáfora de la mente humana, el término "información" sus-
Narrativa y
demos ("en mis tiempos, las cosas eran muy diferentes ... "). Los ejem-
plos podrían ser casi infinitos, prácticamente la narrativa está presente
en cada aspecto de nuestra vida: en la televisión, el cine, el teatro, la
radio; en la intimidad, en lo público, en el trabajo, en el mercado, en el
café... A pesar de su evidente ubicuidad, la narrativa no ha sido emplea-
da para entender la mente humana ni se ha explorado su potencial en
el terreno educativo, con algunas notables excepciones como las que
hemos comentado hasta aquí. Como lo apuntala Bruner:
Nuestro deseo más grande, incluso más grande que nuestro deseo de
alcanzar la felicidad, es lograr que nuestras vidas tengan un significado.
Esta búsqueda de significado es el impulso generador de una narración.
Contamos historias porque esperamos encontrar o crear conexiones
significativas entre las cosas (2001, p. 1).
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