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Introducción a la psicoastrología terapéutica

Índice
Breve historia de la astrología...............................................................................................2

La carta astral........................................................................................................................4

Símbolos................................................................................................................................7

La idea de estas actualizaciones periódicas es aprender a interpretar cartas astrales natales desde una
vertiente más psicológica, psicoanalítica y espiritual; más adelante usaremos las técnicas de
pronóstico como una forma de ver posibles proyecciones psíquicas y así gestionar lo que ocurra en
nuestro inconsciente a tiempo.

Antiguamente, una carta astral había que dibujarla y el proceso era complicado sobretodo por los
cálculos que hacían falta para situar los planetas y los nodos lunares; con el tiempo se crearon unos
libros con “Tablas de Efemérides”, unas tablas que contenían la posición de los astros según el día,
el lugar y la hora en que se observaba el cielo pero estas tablas no son fijas sino que había que
actualizarlas cada año.

Hoy en día tenemos herramientas informáticas que nos facilitan la vida. Podemos descargarnos apps
de astrología, instalar programas astrológicos de pago en el ordenador o consultar la carta astral
desde alguna web gratuita como astro.com; todas estas opciones nos dibujarán de inmediato la carta
astral con sólo introducir los datos esenciales. ¿Qué datos necesitamos para llegar hasta ella? La
fecha de nacimiento, la hora de nacimiento (lo más exacta posible) y el lugar de nacimiento.
Algunos programas o webs nos pueden pedir la zona horaria o si estamos en horario de verano o de
invierno, mientras que otros programas lo calculan ellos mismos sin necesidad de nada más que lo
básico.

En cuestión de una mala zona horaria o de unos minutos de diferencia a la hora de nacimiento
puede cambiar radicalmente el ascendente de una persona y la distribución de las casas —ya
veremos más adelante qué es el ascendente y qué son las casas—, así como la posición de la luna,
por eso conviene tener los datos de hora y lugar lo más exactos posibles. La explicación de por qué
es importante el lugar de nacimiento reside en que no se ve el cielo de la misma forma si estamos en
Nueva York que si estamos en Bombay, el cielo es distinto según el lugar desde el que se observa y
por lo tanto la carta astral también cambia.

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Breve historia de la astrología
La astrología es tan antigua como el ser humano. Desde siempre, cuando necesitábamos respuestas
a preguntas sobre la existencia y el porvenir, instintivamente mirábamos al cielo, como si su
configuración luminosa fuera un mapa que codifica el mensaje que requeríamos.

Sin embargo, las pruebas escritas que tenemos sobre deducciones astrológicas se remontan a, como
mucho, hace 5000 años más o menos. Parece ser que la cuna de la astrología en Europa es la cultura
sumeria. Parece lógica la división, heredada de los sumerios, entre las constelaciones zodiacales de
estrellas y todo lo demás. En el grupo de «todo lo demás» incluyo el Sol, la Luna, los planetas, los
asteroides y algunas estrellas concretas consideradas «fijas» (como Aldebarán, Rigel, Spica, Vega o
Polar) que, por su situación y brillo, siempre han tenido más importancia —indistintamente de si ya
forman parte de una constelación o no.

La interpretación astrológica sumeria, desde donde hemos heredado la nuestra actual, proviene de
una observación puramente solar: depende de los astros que viajan por el mismo camino que hace el
sol: la eclíptica; las constelaciones que son recorridas por el sol son las que conocemos como
constelaciones zodiacales o zodiaco.

Esto nos distingue de, por ejemplo, la astrología china, fundamentada en lo lunar y que, por
consiguiente, tiene un zodiaco distinto y dividido en 28 sectores; eso sí: es de una gran sutileza y de
una complicación extremada.

De la cultura sumeria heredamos también la confección de unos diagramas que los griegos luego
llamaron horóscopos, y que ahora denominamos también carta astral; por lo tanto, el horóscopo
en realidad no es ese párrafo resumen genérico de revista sino que tradicionalmente siempre ha sido
la carta astral. Los horóscopos antiguos solían tener forma cuadrada, rasgo que aún conserva la
astrología védica actual.

La astrología sumeria pasó a Egipto donde se desarrolló el sistema de decanatos que algunas
personas usan en astrología. Tras la ocupación de Alejandro Magno, la astrología se «helenizó» y
surgió el sistema de exaltaciones planetarias, las triplicidades de los signos, la importancia de los
eclipses, el énfasis del Ascendente —en griego «horoskopos» (“marcador horario”)—, el énfasis del
signo solar, y la división de los signos zodiacales en cuatro elementos. Claudio Ptolomeo es
considerado la persona representante de la astrología helenística con su obra Tetrabiblos, pero vale
la pena reconocer la revisión que hizo Hipatia de Alejandría.

Los planetas ya tenían en la época sumeria vinculación con sus dioses míticos; por ejemplo, Júpiter
era Marduk y Venus era Ishtar. Cuando pasó a Egipto se vincularon con dioses egipcios, tras la
helenización de Egipto se vincularon con dioses griegos y más tarde en Roma con los dioses
romanos, de donde obtenemos los nombres actuales: siguiendo el ejemplo, Júpiter es el Zeus griego
mientras que Venus es la Afrodita griega. Esto es importante porque al hablar de planetas
hablaremos de arquetipos, ya que desde el principio los planetas han servido de “espejo” para
representar energías arquetípicas inconscientes que los mitos adoptaban con la forma de
divinidades.

La astrología helenística no sólo evolucionó en Europa, también viajó a la India alrededor del siglo
I donde se mezcló con la astrología lunar de allí y sus antiguas tradiciones, dando lugar a la
astrología védica. En Europa se conservó hasta el siglo VII, a partir del cual y hasta el siglo XIII se
mezclaría con los conocimientos árabes. Durante esta época se gestan distintas técnicas como el
cálculo de los partes arábigos —hoy en día usamos mucho el Parte Fortuna—, el desarrollo del

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cálculo de atacires como por ejemplo las direcciones primarias o las direcciones simbólicas,
aunque ya existían antes, el uso de la astrología mágica. Campano de Novara más tarde
popularizaría la domificación empleando casas iguales.

Durante el Renacimiento se popularizan las tablas de efemérides que contenían complejos cálculos
astronómicos y astrológicos, y los almanaques que interpretaban acontecimientos celestes para uso
médico. La astrología pasa a ser consultada por nobles y reyes, y coexiste con la religión, la magia y
la ciencia.

Durante la Ilustración pasa a ser considerada superstición y se inicia la lucha contra la astrología y
todo lo esotérico, por lo que finalmente se produce una ruptura entre la astronomía y la astrología.
La astrología queda relegada a lo esotérico.

A lo largo del siglo XX toma un nuevo impulso, incorpora los planetas transpersonales y algunos
asteroides como Quirón y recibe un enfoque más psicológico.

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La carta astral
Una carta astral suele tener un aspecto como éste:

Si nos vamos a astro.com, puede cambiar la apariencia pero la estructura es la misma:

Una carta astral es la representación gráfica de cómo vemos nosotros los astros y las constelaciones
desde el punto de vista de nuestra posición en la Tierra. El gráfico en sí consiste en un plano
circular en cuyo centro se sitúa simbólicamente la Tierra. Dicho plano está dividido en tres círculos
diferenciados que aporta tres tipos de información diferente:

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• El círculo más externo: el zodiaco. Desde nuestra observación celeste en la Tierra, el Sol
parece recorrer anualmente un camino muy bien delimitado en el cielo, y a este itinerario se
le ha dado el nombre de eclíptica. Recortando arbitrariamente una franja del cielo que va
desde los 8’5º a un lado de la eclíptica a los 8’5º al otro lado de la misma obtenemos una
zona celeste llamada zodiaco.

Pues bien, el círculo más externo de una carta astral es fácilmente reconocible porque
contiene en su interior doce sectores de 30º cada uno, los signos del zodiaco. Este círculo
representa por él mismo la eclíptica. Por el zodiaco transitan todos los planetas del sistema
solar, por eso en una carta astral nos parece que los planetas se mueven en círculo con
respecto al centro de la carta. Concretamente, el Sol se mueve dentro de la carta
aproximadamente un grado por día, y una rotación completa equivale a un año. De ello se
deduce que cada signo zodiacal tiene una duración aproximada de un mes y equivale a un
período estacional del año. Cuando decimos, por ejemplo, “soy Aries”, nos referimos a que
en el momento de nuestro nacimiento el Sol transitaba por el signo de Aries o,
equivalentemente, que nacimos entre el 21 de Marzo y el 21 de Abril.

Es importante tener muy clara esta información, porque cuando observamos una carta astral
los signos del zodiaco no representan verdaderamente las constelaciones que veremos en el
cielo en una fecha u otra, es el nombre que se le dio a cada período del año. Hace miles de
años, en el nacimiento de la astrología, sí que coincidían los nombres con las constelaciones
que se veían, pero las constelaciones se mueven con el paso del tiempo (dicho movimiento
se llama precesión de los equinoccios) y ahora no vemos el mismo cielo que se veía hace
2000 o 5000 años, a pesar de que la nomenclatura se ha mantenido.

• El círculo medio: las casas y los planetas. Es un círculo que está dividido en doce sectores
o “quesitos” numerados del uno al doce. Cada sector se denomina casa. Al conjunto de
casas se llama domificación. La domificación se puede hacer con diferentes sistemas de
cálculo, el más popular es Plácidus que, si lo veis, os mostrará casas de diferente amplitud,
pero a mí me funciona de maravilla el simple sistema de casas iguales que lo que hace es
hacer la domificación con todas las casas de 30º.

Lo que viene a decir domificación es que la situación de los planetas y los signos influye en
diferentes áreas de nuestra vida personal terrenal; por ello cada casa se refiere a un área de
nuestra vida. La domificación se superpone a la división del zodiaco, de modo que las casas
con frecuencia cortan los signos. Dentro de una casa el signo más relevante es aquél en el
que empieza la casa. Esta línea de comienzo se llama cúspide de la casa.

Hay cuatro cúspides muy importantes: el Ascendente (As o AC), el Medio Cielo (MC), el
Descendente (Ds o DC) y el Fondo Cielo (FC) —que también llamamos Imun Coeli,
abreviado IC—, de las cuales las dos primeras son las más representativas y se suelen
mostrar en la carta astral. Físicamente, el Ascendente se corresponde con el horizonte
cuando miramos hacia el Este, el Descendente lo mismo cuando miramos al Oeste, el Medio
Cielo sería el «techo» del cielo y el Fondo del Cielo sería el cielo que no vemos, a nuestros
pies, al otro lado de la Tierra.

En el gráfico de la carta astral el AC siempre estará en el extremo izquierdo y a partir de él


se reparte la domificación en sentido contrario a las agujas del reloj. El AC es por tanto la
cúspide la casa I. En el lado opuesto, como cúspide de la casa VII estará siempre el DC. El
MC siempre estará en la parte superior de la carta, y el FC siempre estará en la parte inferior

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opuesta al MC. El AC con el DC y el MC con el FC constituyen dos ejes importantes de la
carta.

En el círculo medio también vemos la posición de cada planeta. Los planetas se muestran
con su símbolo seguido del grado en que está dentro del signo zodiacal en el que se
encuentra. A veces los planetas presentan un símbolo extra, una especie de R que a veces se
escribe como Rx y significa “retrógrado”, esto es, que desde la perspectiva de la Tierra
parece que el planeta se mueve hacia atrás, al revés de lo que suele hacer.

• El círculo interior: los aspectos. Tal vez lo más relevante a simple vista es que hay una serie
de líneas que se cruzan y que parecen relacionar algunos planetas entre sí. Estas líneas se
llaman aspectos y es la relación geométrica que existe entre los planetas; en otras palabras,
cuando entre dos planetas existe una separación de un número concreto de grados, se
establece una relación muy importante entre ellos. Según la amplitud de separación, es decir,
según el aspecto que relaciona a los dos planetas, esa relación puede indicar una energía de
tensión entre ellos, de armonía o de neutralidad. Por ejemplo, una separación de 90º se
llama cuadratura y suele indicar tensión entre las energías arquetípicas de los planetas,
mientras que una separación de 120º se llama trígono y suele indicar armonía y bienestar
entre las energías arquetípicas involucradas.

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Símbolos
Hecha esta presentación, la carta astral se convertirá a partir de ahora en nuestra mejor amiga.
Conviene que nos vayamos habituando a la simbología de los signos zodiacales, de los planetas y
de otros puntos importantes de la carta astral.

Aries ^

Tauro _

Géminis ` z

Cáncer a

Leo b

Virgo c

Libra d

Escorpio e

Sagitario f

Capricornio g

Acuario h

Piscis i

Sol
Q
Luna
R
Mercurio
S
7
Venus
T
Marte
U
Júpiter
V
Saturno
W
Urano
X
Neptuno
Y
Plutón

Quirón [
Nodo Norte /
Nodo Sur } / ~
Parte
Fortuna E

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