Maestro: Alejandro Ricaño Autor: Juan Apóstol Biografía del Autor: El nombre Juan significa, Fiel a Dios, proviene del nombre hebreo Yohanan. Se cree que Juan nació alrededor del año 6 d.C. en Betsaida, en la región de Galilea, en lo que hoy es Israel. Era hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Santiago el Mayor, otro de los apóstoles. Juan era pescador de profesión junto con su hermano Santiago. Según los Evangelios sinópticos, Jesús los llamó para ser sus discípulos mientras estaban pescando en el Mar de Galilea. Relación especial con Jesús: Juan es conocido como "el discípulo a quien Jesús amaba" y a menudo se le describe como presente en momentos cruciales de la vida de Jesús, como la Última Cena y la crucifixión. Juan fue testigo de muchos milagros realizados por Jesús y participó activamente en su ministerio. También fue uno de los apóstoles presentes en el Monte de la Transfiguración. Miembro del denominado “circulo intimo” de Jesús. Se le atribuye la autoría del Evangelio de Juan, que tiene un enfoque teológico y espiritual único en comparación con los otros evangelios. Este evangelio destaca la divinidad de Jesús y su papel en la salvación. Después de la crucifixión de Jesús, Juan continuó su labor en la predicación del Evangelio. Según la tradición, fue exiliado a la isla de Patmos, donde recibió las visiones que posteriormente se registrarían en el libro del Apocalipsis. Se cree que Juan murió en Éfeso alrededor del año 100 d.C. Donde también pasó los últimos años de su vida. Propósito del escrito: • Circunstancias en las que se escribió el libro: el libro de 1 Juan fue escrito para abordar la crisis en una iglesia o grupo de iglesias que estaban siendo afectadas por falsas enseñanzas, especialmente relacionadas con la cristología. Algunos antiguos miembros de la comunidad cristiana habían adoptado doctrinas heréticas y abandonado la iglesia, incluso enviando maestros itinerantes para influenciar a aquellos que permanecían. El autor tenía dos objetivos principales al escribir la carta: refutar las enseñanzas falsas y reafirmar la fe de los creyentes. Para lograr el primer objetivo, el autor argumenta que los falsos maestros carecen de las marcas del cristianismo genuino en áreas doctrinales, morales y sociales. Estos maestros habían comprometido la doctrina relacionada con la persona y obra de Jesucristo, minimizado la gravedad del pecado y carecido de amor fraternal. El segundo objetivo del autor era fortalecer la seguridad de la salvación de los creyentes, recordándoles la verdad del cristianismo que habían recibido inicialmente y proporcionando criterios para evaluar las afirmaciones de los que habían abandonado la comunión. • Destinatarios: La carta se dirige a posiblemente varias iglesias en la provincia de Asia Menor, en los alrededores de Éfeso. • Origen o lugar donde se escribió: La tradición indica con certeza que Juan pasó sus últimos años en la ciudad de Éfeso ministrando a las iglesias de Asia Menor. Sería razonable que ese fuera el sitio desde donde se escribieron las tres cartas. La evidencia interna indicaría que Juan era un hombre de edad avanzada al momento de escribir las cartas. La tradición de la iglesia manifiesta que Juan estaba en Éfeso “y permaneció entre ellos hasta la época de Trajano”. Trajano fue emperador romano del 98–117 d.C. Esto indicaría que Juan murió hacia fines del siglo I, lo que fija una fecha límite para sus escritos. Resulta razonable adjudicarles una fecha de escritura de la carta, entre 85–100 d.C. Circunstancias Geográficas: La hipótesis más plausible es que Juan escribió a unas iglesias en la provincia de Asia Menor desde Éfeso, donde tenía responsabilidad apostólica (Apocalipsis 1:11). Éfeso, una destacada ciudad del mundo antiguo, desempeñaba un papel central en los aspectos políticos, religiosos y comerciales de Asia Menor, siendo crucial para la propagación del cristianismo primitivo. Ubicada en la desembocadura del Río Caístro, Éfeso era un puerto significativo con acceso a los valles fluviales del Río Meandro al sur y el Río Hermo al norte, lo que favorecía su desarrollo como centro comercial. Aunque actualmente se encuentra a unos 9 km tierra adentro debido a la acumulación de sedimentos, su historia se remonta al año 1000 a.C., cuando los jonios griegos liderados por Androcles de Atenas desplazaron a los primeros habitantes, léleges y carios. En el 560 a.C., Creso de Lidia conquistó Éfeso, moviéndola hacia el sur y construyendo el magnífico templo Artemision para adorar a Artemisa. Bajo dominio persa en el 547 a.C., el templo original se incendió. Alexandre Magno, que gobernó la región en el 334 a.C., ofreció financiar la reconstrucción del templo, pero fue rechazado diplomáticamente. La nueva construcción, completada alrededor del 250 a.C., se convirtió en una de las Siete Maravillas del Mundo. Durante la administración romana, Éfeso prosperó y alcanzó su apogeo en los siglos I y II de la era cristiana, siendo posiblemente la cuarta ciudad más poblada del mundo en la época de Pablo. Con el emperador Adriano, fue designada capital de la provincia romana de Asia. Los restos arqueológicos actuales, como el Artemision, el ágora cívica, el templo de Domiciano, gimnasios, baños públicos, un teatro para 24.000 personas, una biblioteca y un mercado, atestiguan el esplendor de la antigua ciudad. Hoy en día, la ciudad turca de Seljuk ocupa el sitio histórico de Éfeso. Época o momento histórico: • Circunstancias políticas: En el siglo I, la región de Asia Menor estaba bajo el control del Imperio Romano. Roma había conquistado esta área durante el siglo II a.C., y la provincia de Asia se estableció como parte del Imperio Romano. Éfeso, siendo una ciudad importante en esta provincia, experimentó la influencia y administración romana. La sociedad romana estaba estructurada en torno a un sistema político y social jerárquico. En la provincia de Asia, como en otras partes del Imperio, los ciudadanos romanos tenían ciertos privilegios y derechos legales. Sin embargo, también existían diversas comunidades y culturas locales que mantenían sus tradiciones, y Éfeso era un lugar donde estas interacciones eran evidentes. Bajo el dominio romano, el culto al emperador como una figura divina era una característica importante. Los ciudadanos romanos estaban obligados a mostrar lealtad y reverencia al emperador, lo que a veces generaba tensiones con las comunidades religiosas locales que tenían sus propias creencias. Durante el siglo I, el Imperio Romano experimentó ciertas crisis, como guerras civiles y la transición de diferentes emperadores. El año 69 d.C., conocido como "el año de los cuatro emperadores", fue un período particularmente tumultuoso. Sin embargo, la estabilidad política fue restaurada con la ascensión de la dinastía Flavia, que incluyó a emperadores como Vespasiano y Tito. • Circunstancias sociales: Éfeso era un importante centro comercial y económico en la región, con un puerto estratégico que facilitaba el comercio. La ciudad experimentó prosperidad durante el periodo romano, y su población alcanzó un estimado de 250,000 habitantes en la época de Pablo. La sociedad estaba estructurada en diferentes estratos, desde comerciantes y ciudadanos acomodados hasta esclavos. • Circunstancias culturales: Durante este período, la región de Éfeso y gran parte de Asia Menor estaba bajo dominio romano. La cultura romana ejercía una influencia significativa en la vida cotidiana, la administración y las instituciones sociales. El emperador Adriano designó a Éfeso como la capital de la provincia romana de Asia, lo que contribuyó a su prosperidad. La presencia de la cultura griega también fue fuerte en la región, especialmente en ciudades como Éfeso. La ciudad había sido fundada por los jonios griegos y mantenía tradiciones y costumbres griegas. La educación, la filosofía y las artes griegas tenían un papel importante en la vida cultural de la época. • Circunstancias religiosas: La región de Asia Menor era culturalmente diversa y había sido influenciada por las civilizaciones griega, persa y romana. Éfeso, en particular, tenía un legado griego antiguo, pero también estaba fuertemente influenciada por la presencia romana. La religión predominante en Éfeso era la adoración a Artemisa (Diana para los romanos), cuyo templo en Éfeso era una de las Siete Maravillas del Mundo. La población también estaba expuesta a diversas corrientes filosóficas y religiosas, incluyendo el judaísmo y el cristianismo.