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EQUILIBRIOS QUÍMICOS.
Casi todo el organismo vegetal (~94-99.5%) se compone de tres elementos: C, H y O.
El carbono y el oxígeno lo obtienen directamente del aire, por fotosíntesis ¡, mientras
que el hidrógeno deriva del suelo.
Para su desarrollo, las plantas también contienen y necesitan ciertos elementos químicos
que generalmente son proporcionados por minerales del suelo y el sistema radicular.
Solo constituyen un porcentaje muy pequeño, pero al ser fundamentales, se consideran
nutrientes esenciales.
Estos elementos son los que limitan el desarrollo de cultivos.
1. Criterios de esencialidad.
1º Un elemento no puede considerarse como esencial a menos que su ausencia haga
imposible completar las etapas vegetativas o reproductivas.
2º La deficiencia ha de ser específica del elemento y sólo puede corregirse mediante su
suministro.
3º debe estar implicado en la nutrición de la planta, con independencia de sus efectos en
la corrección de condiciones desfavorables del medio externo.
CONCEPTOS
Esta reacción aporta H +¿¿ (que reduce la acidez) y bicarbonato que se combina con
cationes básicos del suelo, promoviendo la acidez. La materia orgánica del suelo
también contiene grupos carboxílicos y fenólicos que liberan H +¿¿ . Como la materia
orgánica varía de un sitio a otro, la acidez también.
Todas estas circunstancias dan lugar a que el complejo coloidal del suelo fija gran
+¿¿
cantidad de H . Y como este hidrógeno, al producirse su disociación, tiende a estar en
+¿¿
equilibrio dinámico con la disolución del suelo, esta se enriquece en H y el pH
desciende.
La acidez del suelo limita el crecimiento de plantas. En suelos ácidos minerales los
principales obstáculos para el crecimiento vegetal son los siguientes:
+¿¿ +¿¿
Aumento H : Toxicidad de H .
Aumento de [ Al3 +¿¿: toxicidad de aluminio.
Aumento de [ Mn 2+¿¿: toxicidad de manganeso.
Disminución de la concentración de cationes de macronutrientes: deficiencia de
magnesio, calcio y potasio.
Disminución de la solubilidad de fósforo y molibdeno: deficiencia de ellos.
Inhibición del crecimiento de la raíz y absorción de agua: deficiencia de
nutrientes, sequía, aumento de la lixiviación de nutrientes.
La importancia de estas limitaciones depende de la planta, tipo de suelo…
Basicidad
La basicidad se produce cuando hay escasez de agua y el complejo coloidal presenta un
alto grado de saturación de bases. Por ello, y debido a su carácter básico, puede
hidrolizarse dando lugar a un predominio en la disolución del suelo de OH sobre los
producidos en la disociación.
Puede favorecer el incremento o el mantenimiento de estos cationes, contribuirá a
aumentar la basicidad. En este sentido, tienen gran incidencia las aportaciones
orgánicas, siempre inferiores a las de los climas húmedos; la disminución de la
actividad microbiana por la escasa humedad y aportación vegetal; y los procesos de
meteorización de los minerales del suelo, los cuales, en su descomposición, liberan
cationes que pueden pasar a enriquecer el complejo coloidal. Estos aumentos son
frecuentes en los suelos de regiones áridas y semiáridas, ya que, al ser la pluviometría
de ellos baja, las aguas de lavado no eliminan los cationes metálicos que van
apareciendo durante la meteorización.
En general, esta situación es favorable para la producción de cultivos, y sólo cuando el
pH es excesivamente alto, o cuando el sodio es el catión dominante (suelos alcalinos
salinos), el crecimiento de las plantas puede efectuarse desfavorablemente. Al haber una
abundancia de carbonato sódico, al disolverse éste se hidroliza, lo que provoca a un
aumento claro de OH :
Na,CO, —r CO, ' + 2Na’ (disociación) CO,*' + 2H O —• H›CO, + 2OH* (hidrólisis)
Cuando el complejo coloidal está saturado de Na+ en un 15% ó más, o existe en el suelo
una apreciable cantidad de carbonato sódico, el pH puede alcanzar valores entre 8.5 y
10.
Tal como se ha indicado anteriormente, a medida que los suelos van perdiendo los iones
básicos se van convirtiendo progresivamente en ácidos, ya que la proporción de fijados
al complejo coloidal aumenta, produciéndose también un aumento de H +¿¿ en la
disolución del suelo, al existir un equilibrio entre ambas fases.
En un suelo en general, y en uno ácido en particular, existen dos grupos diferentes de
H+ los de la propia disolución del suelo y los retenidos por el complejo coloidal. Para
distinguirlos, la concentración en H+ disociados de la disolución del suelo, se designa
como acidez activa, actual o aparente, y la correspondiente a los H’ fijados al complejo
y no disociados (pero que pueden hacerlo a medida que se produzca la neutralización de
los existentes en la disolución), acidez de cambio, de reserva o potencial. La suma de
ambas constituye la acidez total. La acidez total es siempre aproximadamente igual a la
de cambio, puesto que la cantidad de H+ de la disolución del suelo es mínima en
comparación con la cantidad total.
Los puntos más interesantes a resaltar al considerar las relaciones expuestas son:
• La solubilidad de las sales amónicas y nítricas es elevada en todo el intervalo de
pH que puede presentar el suelo.
La disponibilidad del fósforo disminuye a pH inferior a 6.5, debido a que el hierro y el
aluminio se encuentran tanto más solubilizados cuanto menor es el pH, y provocan la
precipitación del fósforo como fosfatos insolubles. A pH=6.5, las cantidades de hierro y
aluminio solubles son muy pequeñas, con lo que la citada precipitación se reduce. Entre
6.5 y 7, la utilización del fósforo es máxima. A pH superior a 7.5, el calcio provoca su
precipitación. Por encima de 8.5, el exceso de sales sódicas contribuye a su
solubilización.
• La solubilidad del potasio y de los compuestos de azufre es, al igual que en el
caso del nitrógeno, alta en todos los valores de pH considerados, aunque la cantidad de
azufre en condiciones muy ácidas disminuye debido a las pérdidas por lixiviación.
• El calcio y el magnesio son más asimilables a valores de pH elevados. La acidez
provoca lixiviación, y justifica su menor disponibilidad en estas condiciones.
• El hierro, manganeso, cobre y cinc, son altamente disponibles a pH inferior a 5.
Al aumentar el pH tienden a insolubilizarse bajo la forma de hidróxidos, de tal forma
que en la zona alcalina sus posibilidades de utilización son extraordinariamente escasas.
• El boro presenta su máximo de solubilidad en el intervalo de pH=5-7, y se
reduce a pH>8.
El molibdeno presenta un comportamiento inverso al hierro y aluminio. A valores de pH
bajos precipita con ellos, y a valores de pH altos presenta una gran disponibilidad al
pasar a la forma de molibdatos solubles.
Considerando todas estas alteraciones en su conjunto, puede decirse que un pH entre 6 y
7 es el mejor para la más fácil asimilación de los elementos nutrientes.