You are on page 1of 85
Este documento es proporcionado al estudiante con fines educativos, para la critica y la investigaci6n respetando la reglamentacion en materia de derechos de autor. Este documento no tiene costo alguno, por lo que queda prohibida su reproducci6n total o parcial. El uso indebido de este documento es responsabilidad del estudiante. FREUD, S. (1905a), Tres ensayos de eoria sewal, Pagina | de 84 FREUD, S. (1905d) Tres ensayos de teorta sexual Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie (Traduceion y notas! de Juan Bauza) Nota introductoria Publicado por primera vez en 1905, Tos Tres ensayos para una teoria de la sexualidad se considera you ol cao fundamental sobre Ta seuatidad humana, en todo caso su obra de referencia al respecto, el punto de partida para la concepcién psicoanalitica de la sexualidad. Freud desafia en ella, abiertamente, no s6lo la opinién popular, sino asimismo la concepeién “ctentifica” dominante en su época, asi como los numerosos prejuicios vigentes acerca de la misma. ‘Dentuesira ast que la sexualided no comienca en la pubertad, sino desde ta i mis precoz, y que sigue un desarroto en ef que pueden aislarse diferentes etapas sucesivas, en las que entran en juego diversas zonas erdgenas prevalecientes y fas personajes que constituirén ef entorno familiar del nino, para desembocar en la sexualidad adulta por opasicion a una sexualidad infantil, no bien desarrollada, y que, ‘por consiguiente, plantearé problemas intrinsecos y extrinsecos mds 0 menos evita en el sujeto de ta misma, formutar, To sexuat siempre fiene una dinevsion dolorosa pero conviene precisarfa en ‘sus térmiinos y en su causalidad. Freud utilizando un lenguaje relativamente simple y cotidliano, avanza tn cierto numero de proposiciones acerca de la sexualidad que topan con una resistencia por parte del piiblico, que no estaba dispuesto a escuchar ciertas cosas 0 no queria saber nada de eso, al chocar con mittiples prejuicios imeresados. Freud, sin embargo, revela en ella o que para cualquiera que esté dispuesto a autoobservarse y a observar no constituye nada nuevo, y que tna larga historia de literatura erética ya habia descrito, y que cualquier padre 0 educador abierto podian ver sobre la sexualidad o el imerés ‘por lo sexual de los nits. Freud conocia 1a obra de los sexétogos de su tiempo: Kraffi-Ebing 0 Havelock Ellis, que no habian desencadenado ni el mismo escéndalo, ni ta misma indignacién. Para muchos, Freud fue considerado un espiritu obsceno y peligroso, tanto mds cuanto que promo chocaria al mundo médico vienés con la publicacién el mismo ato del caso Dora, sin el consentimiento de fa paciente. A qué responde toda esta hostilidad activa " Las mismas iran pic de pagina precedidas por NT. FREUD, S. (19054), Tres ensavos de teoria sexual, Pagina 2 de 84 que de algin modo no ha cejado? ;Por qué la posicion de Freud no fue sencillamente ignorada 0 refutada racionalmente? {Qué trapos sucios levanté para escdindato de la sociedad burguesa convencional y no tan convencional que no se reconoce en ellos? Freud, més allé de tos prejuicios morales y de las criticas esid determinado a que el conocimiento cientifico triunfe sobre el oscurantismo, incluso 0 asimismo ciemtifico Estamas ante ta primera obra que abre el debate sobre lo que es y lo que podria ser una sexuatidad mds acorde con lo real del sexo, to que sin duda va a requerir un trabajo de pensamiento y de experiencia que estd lejos de haber concluido. Poco a poco descubrié que él mismo estaba afectado por sinomas neuroticos cuyo andlisis le Hevé al descubrimiento del “complejo de Edipo” en 1897, como una suerte de conclusion de fa sexuatidad infantil, que podia generalizarse. Las observaciones elinicas realizadas por Freud acerca de la importancia de los factores sexuales en la causacién de la neurosis de angustia y la neurastenia, calificadas de neurosis actuales, esto es debidas a uma gestién inadecuada de la sexualidad en el presente; y, més tarde las psiconeurosis, cuvya causa hay que vincularla a factores psiquicos que tendrian su origen en wn defecto en ta historia del desarrotio de la ssexuatidad con una incidencia actual en ta estructura psiguica del sujeto manifiesta en sus sintomas. Este descubrimiento lev a Freud a efectuar una amplia investigacién sobre la sexuatidad. Sus primitivos enfoques del tema, a comienzos de la década de 1890, partian de premisas fisioldgicas y quimicas, producto de su formacién cientifico- naturatista (Véase, por ejemplo, su trabajo de 1895: “Sobre ta justificacién de separar de la neurastenia wn determinado sindrome en calidad de ‘neurosis de amgustia’”, asi como el diagrama que ilustra esta hipatesis que se halla en el llamado “manuscrito G” de ta correspondencia con Fliess, que data de ta misma época). B Los Tres ensayos constituyen la primera elaboracién teérica sistemdtica de sus ideas, tesis e hipotesis acerca de Ia sexualidad. Freud afirmaré que las pulsiones reprimidas en los neuréticos que se hallan en el origen de sus sintomas, tma vez puestas a la luz son de naturaleca sexual y que la sexualidad de! adolescente y del adulto se finda y es el desarrolio de esa sexualidad infantil. Tal y com convenes hoy esta obra es bastante diferente de la edicién princeps de 1905, dado que Freud introdujo a lo largo de las sucesivas ediciones de la ‘misma, entre 1905 y 1925, mamerosas modificaciones y agregadas. La tiltima edicién alemana, Ia sexta, de 1925, es Ia illtima publicada en vida de Freud y contiene su redaccién definitiva, es la que agud se toma como referencia, no obstante senalaremos todas las modificaciones sustanciales introducidas desde ta primera edicién, con su ‘fecha respectiva, lo que permitird al lector formarse una idea més clara acerca de la ‘forma primera de estos ensayos y de sus sucesivas modificaciones. La aparicién en 1923 del articulo sobre “La organizacién sexual infantil”, serd frondamental como una suerte de addendum y culminacién de esia obra princeps acerca de a sexualidad FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 3 de 84 Jnumana y la tenativa de estudiarla e investigarla de manera desprejuiciada y sin la pudibuordes habitual. Lo que aqui encontrard el lector es mi versién anotada de esta obra fundada en Jas diversas publicaciones existentes en castellano cotejadas con el original alemém, de hecho pongo aqui a disposicién del lector’, como en ocasiones anteriores, el texto al que suelo referirme en mi trabajo tedrico, y que es el producto de aitos de lectura de la obra, my viva en muchos aspectos, de Freud. ao i one ern xe pres 0 I. Las “aberraciones” 0 “desviaciones” sencillamente “variaciones 0 variantes” sexuales (Die sexuellen Abirrungen), dedicado a tas Hamadas perversiones, y que al decir de Laplanche’ podriamos subtinilar “el instinto perdido”. Efectivamente este parece ser el caso en el hnmano donde el instinto ‘sexual’, propio de os animales considerado al servicio de la reproduccién, es sustituido por lo que Freud Hamards “pulsion sexual” al servicio del principio de placer y del goce. En este primer ensayo Freud describe la fenomenologia de la sexualidad humana. Comporta 7 secciones o subrtivisiones mumeradas v dotertas de titulo. I La sexuatidad infantil (Die infantile Sexuatitat), que podriamos subtitular también con Laplanche: ‘génesis de la sexualidad humana’ o desarrollo de la pulsién sexual. Comporta 7 secciones con intertinilos no munerados en este caso. IL Las “metamorfosis” 0 “transformaciones” 0 “reorganizaciones” de la pubertad (Die Umgestaltungen der Pubertat), hacia la sexuatidad adulta. Laplanche habla del ‘nstinto imitado’. Comporta en este caso 5 secciones y sus correspondientes intertitulos no numerados tampoco en este caso Una conclusin, resumen 0 vision de conjunto titutada “Recapitulacion o Simesis (Zusammenfassung), vuelve a desplegar fos resultados de este trabajo de manera siniética A lo largo de la exposicion ta presencia de breves titulos al margen y a la icquierda det texto (64 3n total) permite una répida visualizacién de la temética a fo argo del texto, ‘Sin mds dilacién pasemos al texto de Freud, a nuestra versién del mismo. Juan Bauza +E! lector puede consular 0 bajarse estos textos en la web: wow: auladepsiccanaliss com 3 De esta autores interesante la consulta de su obra: Sexual. La sexualité larg au sens frendten. 2000- 2006, PUF, coll. “Quadrige”, 2007 [] FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 4 de 84 Prélogo a la segunda edicién de 1910" EI autor, que no se lama a engaiio sobre las deficiencias, las lagunas y oscuridades [zonas de sombra]? de este pequeito escrito [optisculo], ha resistido empero la tentacién de incorporarle los aportes y resultados de la investigacién en los viltimos cinco aos, con el propésito de no destruir su unidad como documento. Por eso reproduce el texto original (de 1a primera edicién] con pequetias modificaciones y se contenta con alladir algunas notas a pie de pagina, que se distingnen de las notas antiguas por levar antepuesto un asterisco®. Por lo demas, es su ferviente deseo que este libro envejezca répidamente, y que, en su momento y durante un tiempo, fuera una novedad sea algo que pueda ser aceptedo por todos, y que las deficiencias e insuficiencias, derivadas de la imperfeccién de su ignorancia, sean sustituidas, en la medida de la ampliacin y de la precisién de nuestros conocimientos, por algo mis correcto y exacto. ‘Viena, diciembre de 1909 Prélogo a la tercera edicién de 1915 Tras observar durante un decenio la recepeién y los efectos que este libro ha tenido, quiero dotar a su tercera edicin con algunas advertencias previas, destinadas a corregir malentendidos y responder a ciertas eriticas desmesuradas que se le han hecho ya algunas que puedan plantedrsele en el futuro. Ante todo, me parece preciso sefialar y cstacar que la presente exposicion Darstellemg) parte aqui enteramente de la experiencia clinica cotidiana, que la indagacién psicoanalitica propiamente dicha procura profiandizar, y del desarrollo a partir de la misma de um trabajo tedrico sobre sus resultados destinado a conferirle significacién cientifica. Asi, los Tres ensayos de teoria sexual no quieren contener més que lo que el psicoandlisis hace necesario aceptar razonablemente 0 permite comprobar y confirmar’. Por eso queda excluido tanto que alguna vez puedan ir mis alla en su ampliacion, como el cerrarse a fturas investigaciones, para constituir, de una vez por todas, una «teoria sextiaby completa. Por ello es comprensible que no pueda adoptar posicién sobre muchos problemas, todavia parcialmente resueltos o irresueltos, y no menores sino importantes de la vida sexual, Pero no se crea que estos capitulos omitidos o insuficientemente desarrollados, del gran tema fueron necesariamente ignorados por el autor, o menospreciados y relegados por considerarlos secundarios 0 accesorios. Ahora bien, si este escrito es tribuiario de, y se subordina a las experiencias psicoanaliticas que Hlevaron a redactarlo, esto se evidencia no sélo en la seleccién del material, sino también en su disposicién y ordenamiento. En todas sus partes se * [Nota del taductar} Este prdlogo fue suprimido desde la 4 edicibu de 1920, 5 [NT] Podsia también hablarse de las carencias y de las euestones abiestas y por resolver vineuladas al tema de la sexualided hnmana, que Frend es el primero en enfocar de la manera en que aqui lo hace, desivada de la experiencia psicoanalitca ® [NT] Esta distinc se eliminé en todas las ediciones posterioves. Aqui figura entre corchetes la fecha dela noin agrezada, [NT] Parece pues que, de acuerdo con Ia teria de Ia ciencia de su tiempo, la posicién eientifien de Freud es empirista verifcacionista. FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 5 de 84 ‘mantiene una cierta jerarquia: se da prioridad a los factores accidentales®, que ocupan asi el primer plano, mientras que los disposicionales® son dejados en el trasfondo y el desarrollo ontogenético se considera con preferencia a la evolucién filogenética. En efecto, lo accidental [y con ello lo adquirido a través de In experiencia histérica del sujeto] desempefia el papel principal en el analisis, y este lo domina casi integramente. En cambio, lo disposicional [genético o constitucional] sélo sale a Ia inz tras él, como algo evocado por el vivenciar, pero cuya consideracién excederia ampliamente el campo de trabajo y de accién del psicoandlisis ‘Una condicin andloga gobierna la relacién entre ontogénesis y filogénesis. La primera puede considerarse en cierto modo como una repeticién de la filogénesis en la medida en que esta no es modificada por un vivenciar mas reciente. Por detras del proceso ontogenético se hace notar necesariamente la disposicién filogenttica. Pero, en el fondo, la disposicién podemos considerarla como la sedimentacién de un vivenciar auterior de a especie, al eual viene a agregase el vivenciar mas reciente del individuo como suma de los factores accidentales' unto a su fundamental dependencia de la investigacién psicoanalitica, tengo que destacar, como caracteristica fimdamental de este trabajo mio, su deliberada independencia respecto de la investigacién biolégica. Asi, he procurado evitar cuiidadosamente infroducir expectativas [extrapolaciones] cientificas basadas en especulaciones provenientes de la biologia sexual general, 0 de la biologia de las diversas especies animales, en el estudio que la técnica del psicoandlisis hace posible y nos permite realizar sobre la funci6n sexual en el ser humano. En verdad, mii propésito fiue dar a conocer todo cuanto puede colegitse acerca de la dinémica de fa vida sexual humana con los medios de la investigacién psicolégica: a la vez que me parecia licito sefialar las relaciones de consecuencia y de concordancia obtenidas a raiz de esa indagacién, pero el hecho de que en michos puntos importantes el método psicoanalitico levara a perspectivas y resuliados muy diversos de los producidos por la teotia biolégica sola, y que discrepaban de ella, no me han convencido como 1az6n suficiente para apartarme de mi camino. En esta tercera edicién he introducido mumerosas adiciones [abundantes intercalaciones], pero renunecié a marcarlas en el texto, como en las ediciones anteriores, mediante un signo particular. Es verdad que, en el campo que aqui abordamos, los, progresos del trabajo cientifico se han hecho en la actualidad mis lentos; pero hacia falta complementar este escrito para actualizarlo y hacerlo congruente con la bibliografia psicoanalitica mis reciente". ‘Viena, octubre de 1914 * [NT] Entendidos como aquellos detivados de los avatares de Ia pequeta historia de sujeto que junto on Tos congénitos, por asi deciro, eonformarén su estructura actual ms © menos conflictiva * INT] Derivados de lo consénite, de la filogenis, de lo que hoy tal vez corresponderia a lo que los senctistas llaman su gentipo. © [NT] Fl Lamarckismo de Freud aparece aqui como dominante ' PNT] En la edicién de 1915 aparecia la siguiente nota al pie: En 1910, después de publicarse la segunda edicién, apareeié en Nueva York [recordamos que Freud habia visitado los EEUU en 1909, donde dit6 en la Clark University sus famosas “Cinco eonferencias introductorias al psicoandliss"] una fwadvecion al mglés efectuada por A.A Brill FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 6 de 84 Prélogo a la cuarta edicién de 1920 Coneluido el reflujo de la marea bélica, podemos comprobar con satisfaccién que el interés por la investigacion psicoanalitica ha permanecido ineélume y se ha extendido en el ancho mundo. Empero, no todas las partes de nuestra teoria han tenido el mismo destino. Las nociones, las formulaciones y postulados puramente psicolégicos del psicoandlisis acerca del inconsciente, la represién, el conflicto patégeno, el beneficio [xoce] de la “enfermedad”, los mecanismos de la formacién de sintoma, etc., gozan de tuna creciente aceptacion y son reconocido: y tenidos en cuenta aun por quienes con ruestros adversarios y los cuestionan en prineipio. Pero la parte de la doctrina lindante con la biologia [con las teorias biologistas], cuyas bases [fimdamentos] se ofrecen en este pequeiio escrito, sigue suscitando un permanente antagonismo, que no ha cedido, y ‘aun personas que durante un lapso se ocuparon intensamente del psicoandlisis se vieron movidas a abandonarlo para adoptar mevas concepciones, por lo general destinadas a restringir y a reducir, una vez mis, el papel del factor sexual tanto en la vida animica considerada normal, como en la tenida por patolbgica ‘A pesar de ello, no puedo resolverme a creer que esta parte de la doctrina psicoanalitica difiera mucho mas que las otras de la realidad que colegimos. Tanto el recuerdo que de ella tengo, como las comprobaciones incesantemente renovadas repetidas una y otra vez, me demmestran que la misma es el producto de una observacién tan mimuciosa como libre de prejuicios. Por lo demas, no es dificil explicar esa disociacién que advertimos con su reconocimiento piblico. En primer lugar, los, comienzos que aqui se describen de la vida sexual humana slo pueden ser confirmados por aqnellos investigadares que posean la suficiente paciencia y habilidad técnica necesarias para llegar a observarlos y llevar el andlisis hasta los primeros aiios de la infancia del paciente [0 a una suficiente profundidad estructural inconsciente]. Y con frecuencia aun suele faltar la posibilidad de realizar esta exploracién, pues a la accién médica se le pide, y la misma suele exigir una solucién més expeditiva, en apariencia, una resolucién mAs rapida del caso clinico!”. En cuanto a los no médicos, que ejercen el psicoanilisis, no pueden acceder a estos casos, y, por tanto, tampoco posibilidad alguna de formarse una opinién sensata o un juicio tazonable, no influido por sus propias versiones y prejuicios!’. Silos hombres supieran aprender de la observacion directa de Jos nifios, estos tres ensayos bien podrian haber quedado sin ser escritos. Pero, ademiis, es preciso recordar que una parte del contenido de este trabajo, a saber, su insistencia en la importancia de la vida sexual para todas las actividades Inumanas y su intento de ampliar el concepto de sexualidad, constituyé desde siempre el motivo mis fuerte de resistencia al psicoandlisis. En el affin de acuiar frases grandilocuentes, se ha legado a hablar del «pansesualismo» del psicoandlisis y a Ianzarle el absurdo reproche de que lo explica “todo” a partir de la sexualidad. Esto solamente nos asombraria si olvidiramos la contissién y la desmemoria que inducen los factores afectivos. En verdad, hace ya mucho tiempo, el filésofo Arthur SCHOPENHAUER expuso a los hombres el grado en que sus actos y sus aspiraciones son movidos por impulsos sexuales -en el sentido habitual del término- ;Y parece mentira que todo un mundo de lectores haya podido borrar de su mente hasta tal punto ‘una advertencia tan perentoria! Pero en lo que se refiere a la “ampliacién” y “extension” " [NNT] El médico, por asi decitlo, y no dizamos si trabaja en la asistencia piblica, no puede “pecdee tanto tiempo", incluso si ese tiempo se ha revelado como una necesidad para la resohicién del problema inerente al caso, [NT] Esta afirmacién seria sin duda hoy en dia tmstante distnta del concepto de sexualidad, que el anilisis de los nitfos y de los Iamados perversos impone [hace necesaria], todos cuantos miran con desdén al psicoaniilisis desde su encumbrada posicién deberfan advertir cin préxima se encuentra esa sexnalidad ampliada del psicoanilisis al Eros del divino Platén. [CE NACHMANSOHN, M. (1915), “Freud Libidotheorie verglichen mit der Eroslehre Platos” (La teoria de la libido de Freud comparada con la doctrina del Eros de Platén), fat. Z. aril. Psychoanal, 3, p. 65] ‘Viena, mayo de 1920 FREUD, S. (19054), Tres ensavos de teoria sexual, Pagina 8 de 84 fi Las aberraciones [desviaciones, variaciones, variantes] sexuales (Die Sexuellen Abirrungen)* "4 Las referencias contenidas en el primer ensayo se tomaran de las conocidas publicaciones de: LKRAFFT-EBBING, R. von (1893), Psyehopathia Sexnalts, & ed. Stuttgart. (I* ed, 1886) (Trad. cas. en El Ateneo; trad. francesa en ] 2. MOLL, A. (1898), Untersuchungen ther de Litido sexuais, vol. 1, Berlin; (1909), Das Sexualeben des Kindes, Bertin, 3. MOEBIUS, P. J. (1900) “Uber Entartung” (“Sobre In degeneraci Seetenlebens, n° 3, p.95, Wiesbaden, 4. ELLIS, Havelock (1897), Studies in the Psychologie of Sex, vol. I (en ediciones posteriores es el vol I): Setual bwersién, Londres (3* ed. Filadelfia, 1915) [Trad. east: Inversion sexual, vol Ide Estudios die psicologia sesual, Madrid, Reus editores] nom (1898), “Auto-Erotiso: a Psychological Study”, Alien & Neurol, 19, p. 260, (1903), Studies m the Psychology of Sex, vol Il: Analysis of the Sexual Impulse: Love and Pain: the Sexual Impulse in Women, Vadis. 2" 04. Filadcfin, 1913) [Trad, east. Analints del ‘impulso sewal, vol Il de Estudios de psicologia sexual, Madrid, Reus editores.] 5, SCHRENCK-NOTZING, A. von (1899) “Literaturzusemmenstellang Uber die Psychologie und Psychopathologie der Vita sexualis” (*Compilacién de la literatura sobre la Psicologia y la Psicopatologia de Ia vida sexual”), Z; Hypnor, 9, p. 98. 6, LOWENFELD.L. (1897) Lefrbuc der gosomien Prchothrapie, Wiesbaden (1904) Die psychaschen Zumgerscheimungen, Wiesbaden, (1906) Sexualleben und Nervenieiden, &* ed, Wiesbaden. ). Grencfiagen des Nerven.- 7. EULENBURG 8. BLOCH, I. (1902-1903) Beimige zur dtiologte der Psychopathia sexualis (2 vol.) Dresde 9. HIRSCHFELD, M. (1899), “Die objektive Diagnose der Homosexualitit”, Jb. Sex. Zwischenstufen, Lp. (1904), “Satische Untersuchungen tiber den Prozentsatz der Homosexnellen”, Ib, Sex. Zuschenstufen, 6, 10. Los trabajos del JanBuch fir sexuelle Zunschenstafen, publicad bajo la dizecciéa del autor nnombrado en imo trina. Puesto que en esas obras se consgu la restate bibliografia sobre el tema, pedo ahorratme una referencia dtallad, (Agregad® ea 1910:] Los conocimientos obtenides por medio de la indgacion psicomnalitica de invertdos se bast en as comunicasiones de I. SADGER y en mi propia obvervacin, 'S [Nota del Traductor] De entrada observemos eémo Freud poue al hombre en cuanto a sus “recesidades en razon del sexo” en el mismo plano qe el ina *© PNT] Algo que impula, que presiona hacia una actividad vinculada al sexo. Seré comparado aualduicamenfe 2 continvacicn con la pulsiou de nutricién, esto es, algo que impulsa a comer. a Aimentarse To que comtiente se ama el ham. * XT] Se pone por cousiguicat ala pulsién sexual en un mismo plano que la pulsign de nutri, desir se toma como modelo de la sna el hambre. 1 [Nowa agregea en 1910:} Una palabra adecuadh en lengua alemune Seria "Zs “place, “ganas” pero su muluivocidad o cadcter ambiguo la hace iaadesuada, ya que desigua tanto la sensacidn de la Recesidad: “Tas ganas de..", como Ta de Ta saisficcign: el placer derivado de In stisfaccion de Ia necesidad. [Esa nota ser ampliada mis adelante, enol eap. TT en una nota del punto 2 que se refiere al “Problema den excitacionsexual”]* FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 9 de 84 La opinién popular tiene representaciones (Vorstellumgen) bien precisas acerca de fa naturaleza y las propiedades de esta pulsién sexual. Faltaria en Ia infancia, advendria (surgiria] en 1a época de la pubertad y se constituiria en conexién con el proceso de maduracién [genital-somitica)” que sobreviene en ella y que le est asociado, se exteriorizaria en las manifestaciones de atraccién mas o menos irresistible que un sexo ejerce sobre el otro, y su meta seria Ia unin sexual [el coito] o, al menos, Jas acciones que apuntan en esa direccién” Pero tenemos pleno fimmdamento para discernir en esas indicaciones un reflejo 0 copia {reproduccién] mmy infiel de la realidad; y si las miramos mis de cerca [analizamos detenidamente], las vemos plagadas de errores, imprecisiones y conchisiones apresuradas. IDEFINICION DEL OBIETO SEXUAL ¥ DE LA META O FIN SEXUAL] ‘Antes de entrar en su discusi6n, introduzcamos dos térmiinos y fijemos el sentido en que los uflizaremos: Ilamamos objeto serual (das Sexualobjekt) al ente [una persona, por lo general] del que parece partir la atraccién sexual, y meta sexual (Sexualziel) a ta accién (die Handlimg) hacia la cual presiona o empuja ia pulsidn. Si hacemos esto, la experiencia espigada cientificamente [pasada por el tamiz de la ciencia] nos muestra la existencia de numerosas desviaciones [divergencias, variantes] respecto de ambos, el objeto sexual y la meta sexual, desviaciones cuya relacién con la norma supuesta [lo considerado normal] exige una indagacién a fondo. 1. Divergeneias [Desviaciones, variaciones] en referencia [relativas] al objeto sexual (Abweichungen in bezug auf das Sexualobjekt). La fibula postica de la particién [seccién] del ser humano en dos mitades - macho y hembra- que aspiran a reunirse de nuevo en el amor se corresponde de maravilla con Ja teoria popular de la pulsién sexual”. Por eso causa una gran extrafieza enterarse de que hay hombres cuyo objeto sexual no es la mujer, sino el hombre, y ‘mujeres que no tienen por tal objeto al homibre, sino a la mujer, es decir personas cuyo objeto sexual no es una persona de sexo contrario, sino otra de su mismo sexo. A esas * INT] Aqui tenemos una definicién por analoaia de término libido. La libido es para Ia sexuaidad Io «que el hambre para la alimentaciGn. Es, pr asi deciro, la energia de la pulsion sexual, Podria hablarse de ‘ener mucha encrai libidinal, estar muy cargado libiinalmente, lo que popularmente se conoce como ser © estar muy caliente. Asi pues, Ia libido se sinia ex cl nivel de Drang, “presin”: es un concepto cuantitativo "9 INT] Punto a destacar de esa concepeiGn popular. es la génesis de la sexualidad, entendida como un ‘proceso satura, puramente madnrativo. 2 [NT] Owe punto de sta soncepsin popular: la predeterminacién del objeto sexual: jo y heterosexual. 2 [NT] El fin también aparece fijo y estereotiado, En resumen esta “concepcidn popular” de la sexualidad es al mismo tiempo una concepeidn biologizante en la que la sexualidad la pulsion sexual se coucibe siguiendo el modelo del instinzo, dela respuesta a uma necesidad natural, cuyo paradigana es el hhambre. Dicha necesidad, en el caso de la sexulidad, aparcceria sobre la base de un proceso de smaduracién, un proceso de origen esencialmente istemo dentro del cual el momento fsiolégico de Ia pubertad adquiere un cardcter decisivo; se trataria pues de un proceso estrechamente determitado por su “fuente”, con un “objeto” fijo y bien definido, ya que la sexualidad tenderia al otto sexo: y, por iim, tambign el “fin” estatia dado: el coi, la cépula. Uxo de los planes dela obra de Freud sera la de haces cstallar,cuestionar eritcamente esta nocién clisica de instnto sexual como valida para el humano © aplicabie al mismo por extrapolacin. 2 [NT] Alusin a la teoriaexpucsta por Aristofanes en El Banguete de Plate FREUD, S. (190d), Tres ensayos de feoria sexual, Pagina 10 de 84 personas se las denomina de sexo contrariado (Kontrérsexuale) 0, mejor, invertidas; y al hecho mismo, inversion. El nimero de esas personas es muy elevado, aunque es dificil averiguarlo con certeza” A. La inversion }CONDUCTA DE LOS INVERTIDOS. Las personas en cuestién se comportan de manera por entero diversa en diferentes respectos. ICLASIFICACION SEGUN EL COMPORTAMIENTO} a. Pueden ser invertidos absolutos, es decir, su objeto sexual tiene que ser de su mismo sexo, de tal manera que el sexo opuesto munca es para ellos objeto (Gegenstand) de anhelo (Sefmsucht) sexual, sino que los deja firios y hasta les provoca repugnancia [aversion sexual]. Si se trata de hombres, esta repugnancia los ineapacita para ejecutar el acto sexual normal, o no extraen ningtin goce al ejecutarlo. 5. Pueden ser invertidos anfigenos (hermafioditas psicosexuales) [hoy se hablaria de bisexnales], es decir, su objeto sexual puede pertenecer tanto a sit mismo sexo comp al otro; la inversién no tiene entonces el caracter de la exclusividad. cc. Pueden ser invertidos ocasionales, es decir, bajo ciertas condiciones exteriores, entre las que destacan la inaccesibilidad del objeto sexual normal y la imitacidn, pueden tomar como objeto sexual a una persona del mismo sexo y sentir satisfaccin [placer] en el acto sexual con ella. [EL JUICIO DE LOS INVERTIDOS ACERCA DE SU INVERSION] Los invertidos mmestran, adems, una conducta diversa en su juicio acerca de la particularidad de su pulsién sexual. Alounos toman la inversién como algo natural, tal como el normal considera Ia orientacién [heterosexual] de su libido, y defienden (vertreten) con energia su igualdad de derechos respecto de los normales; otros se sublevan contra el hecho de su inversién y la sienten como una compulsién patoligiea. [LAS RELACIONES TEMPORALES DE LA INVERSION] tras variaciones se refieren a las relaciones temporales. El rasgo de la inversién data en el individuo desde siempre, hasta donde Hega su recuerdo, o se le hizo notable sélo en determinada época, antes o después de la pubertad”*, Este caracter puede conservarse durante toda la vida, o bien desaparecer en algim momento, o bien 2 Acwcca de ectardificultade: y de lor intentos de calcuar la proporcidu de invertides, vase cl trabajo de M, HIRSCHFELD (1904), “Statistische Untersuchungen ber den Prozentsstz det Homosexuellen” Jo, Sex. Zunschenstifen, 6, EI hecho de que una persona se revuelva asi conta la compulsién 0 la inversion [podsia devsse que Ja considere como un sintom patoldaico] podkia ser la condicién para que pueda ser infhuida por un tratamiento por sugestin [agregado en 1910] o por us psicoanaisis. > Muchos autores han destacado acertadamente que las indicaciones autobiogriticas de los invertidos acerca de Ia aparicion temporal de la tendencia a In inversén no son confiables. en efecto pueden haber reprimido de si memoria las pruebas de su sensibilidad heterosexual [de sus sentimientos hieterosexuales]. [4gregado en 1910:] El psicoanilisis ha corroborado esta sospecha en los casos que ha podido estudiar, alterando decisivamente su ananmesia al cubrir cl vacio dejado por la ancsin infant {Ea la primera edicién (1905), en lugar de esta oracién apareci otra: “Una decisién sobre este punto silo podria obtenerse por medio de wna indagacion psicoanaliica de ls invertidos" } FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 11 de 84 representar un episodio en la via hacia el desarrollo normal; y aun puede exteriorizarse s6lo més tarde en la vida, trascurrido un largo periodo de actividad sexual normal También se ha observado ma fluctuacién periédica entre el objeto sexual normal y el objeto sexual invertido, Particular interés presentan los casos en que la libido se altera en el sentido de la inversién después que se tuvo una experiencia penosa con el objeto sexual normal. En general, estas diversas variantes coexisten y se manifiestan con independencia unas de otras. En el caso de la forma mas extrema tal vez pueda suponerse regularmente que la inversién existié desde una época muy temprana y que la persona se siente conforme con su pecutiaridad. ‘Muchos autores se negarian a reunir en una unidad los casos aqui enumerados y preferirian destacar las diferencias entre estos grupos en vez de sus rasgos comumes, lo cual guarda relacién estrecha con la manera en que prefieren apreciar Ja inversion. Ahora bien, por justificadas que estén las separaciones [diferenciaciones], no puede desconocerse que se descubre In existencia de mumerosos arados intermedios, de suerte que el establecimiento de series graduales se impone en cierto modo por si solo. [ETIOLOGIA DE LA INVERSION] CONCEPCION [CONCEPTO] DE LA INVERSION. La primera apreciacién de la inversién consistié en concebitla como un signo inato de degeneracién nerviosa, en armonia con el hecho de que los observadores médicos tropezaron por primera vez con ella en enfermos nerviosos 0 en personas que producian esa impresién. Esta caracterizacion contiene dos notas que deben ser juzgadas independientemente: el carécter innato y la degeneracién. SDEGENERACION [CRITICA DE LA NOCION DE DEGENERACION]. La degeneracién est expuesta a las objeciones que se elevan, en general, contra el uso ambiguo e indiscriminado de este témino. Se ha hecho costumbre imputar a la degeneracién todo tipo de manifestacion patolégica que no sea de origen estrictamente traumitico o infeccioso. La clasificacién de los degenerados propuesta por Magnan hace que ni siquiera una actividad nerviosa de éptima conformacién general quede necesariamente excluida de la aplicacién de ese concepto. En tales eircunstancias, cabe preguntarse qué utilidad y qué muevo contenido posee en general el juicio ‘«degeneraciém». Parece més adecuado hablar de degeneracién s6lo cuando: 1) coincidan varias desviaciones graves respecto de la norma; 2) la capacidad de rendimiento y de supervivencia aparezcan gravemente deterioradas*6 ‘Varios hechos hacen ver que los invertidos no son degenerados en este sentido legitimo del término 1. Hiallamos la inversi6n en personas que no presentan ninguna otra desviacion grave respecto de la norma % Las puntuaizaciones de MOEBIUS (1900) [Uber Entarung” (“Sobre la degeneracion”, Grencfragen des Nerver.- tnd, Seelenlebens, x3, p. 98, Wiesbaden } nos alestan sobre las reservas a que ests sujet el diagnéstco de degeneracion y sobre su escasa importancia practice: "Si se considera en conjunto el vasto campo de la degeneracién, sole el cual hemos aojado alguna luz en estas paginas se cha de ver sn ms el escaso valor qu tine diagnosticar una deseneracion ca general” FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 12 de 84 2. La hallamos en personas cuya capacidad de rendimiento no sélo no esta deteriorada, sino que poseen un desarrollo intelectual y una cultura ética particularmente elevados”. 3. Si prescindimos de los pacientes que se nos presentan en nuestra experiencia médiea y procuramos abarcar un circulo més vasto, en dos direcciones tropezamos con hechos que impiden considerar la inversién como signo degenerativo: 4a) es preciso considerar que en pueblos antiguos, en el apogeo de su cultura, la inversién fue un fenémeno frecuente, casi una institucion a la que se confiaban importantes fimnciones; 5) la ballamos extraordinariamente difundida en muchos pueblos salvajes y primitives, mientras que el concepto de degeneracion suele circunscribirse a la alta civilizacién [BLOCH, L. (1902-03) Beitriige zur Atiologie der Psychopathia sexualis (2 vols.), Dresde.]; y aun entre los pueblos civilizados de Europa, el clima y Ia raza ejercen Ja maxima influencia sobre la difusion y el enjuiciamiento de la inversibn”*. 4CARACTER INNATO [CRITICA DEI INNATISMO]. Como es légico, el carécter innato se ha aseverado ‘inicamente respecto de la primera clase de invertidos, la mas exirema, y precisamente sobre la base de la afirmacién de estas personas en el sentido de que en ningin momento de su vida se present6 en ellas otra orientacién de la pulsién sexual. Ya la existencia de las otras dos clases, en especial de la tercera [los invertidos «ocasionales»], es dificilmente compatible con la concepeién de un earicter innato. Por eso los que sostienen esta opinién se inclinan a separar el grupo de los invertidos absolttos de todos los demis, lo que implica la remmeia a una concepeién universalmente valida de la inversién. De acuerdo con ello, en una serie de casos esta poseeria cardcter innato; en otros, podria haber nacido de otra manera ICARACTER ADQUIRIDO] Opuesta a esta concepeién es la que afirma que la inversién es un earicter adquirido de ta pulsion sexual. Esta hipétesis se apoya en las siguientes consideraciones: 1. En muchos invertidos (aun absolutos) puede rastrearse una impresién sexual que los afecté en una época temprana de su vida y cuya secuela duradera fue la inelinacién homosexual 2. En mmichos otros es posible indicar las influencias externas favorecedoras e inhibidoras que levaron, en época mis temprana 0 mis tardia, a la fijacién de la inversién (trato exclusivo con el mismo sexo, camaraderia en la guerra, detencién en prisiones, los peligros del comercio heterosexual, el celibato, Ja insuficiencia sexual, ete.), 3. La inversién puede eliminarse por via de sugestién hipnotica, lo cual seria asombroso si se tratara de un cardcter innato. Desde este punto de vista, puede ponerse en entredicho Ia existencia misma de una inversion innata. Cabe objetar [HAVELOCK ELLIS (1915), Studies in the 2 Debe concederse a los defensores del “wranismo” [homosexualidad maseulina] que algunos de los hhombres mis destacados [eminentes] de que tenemos noticia fueron inverts, ¥ tal vez invertidos absolutes. 28 En la concepeién sobre la inversin, 1os puntos de vista patolégicos han sido sustituides por los antropoldgicos. Este cambio es mérito de wan Bloch (op. ct). autor que ha destacado expresamente el Ihccho de la inversén en ls pueblos cvilizados de la Antatedad. FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 13 de 84 Psychology of Sex: Sexual Inversién, 3* ed., Filadelfia, 1915] que un examen mis preciso de los casos aducidos en favor de la inversion innata probablemente traeria a la Iz también ima viveneia de la primera infancia que fue determinante para Ia orientacién de la libido. Esta vivencia no se habria conservado, simplemente, en la memoria consciente de la persona, pero seria posible hacérsela recordar mediante la influencia adecuada. De acuerdo con estos autores, la inversién slo podria caracterizarse como, una fiecuente variacion de la pulsién sexual, que puede estar determinada por cierto niimero de circunstancias vitales externas. ‘aun en Ta temprana juventud. seduccion, onanismo mutuo SEXPLICACION DE LA INVERSION. La hipotesis de que la inversién es inmata (die Inversin sei augeboren) no explica su naturaleza, como no la explica la hipétesis de que es adquirida (sie werde erworben). En el primer caso, seria necesario especificar qué es en ella lo innato; de lo contrario se caetia en la burda explicacién de que una persona trae consigo, innato, el enlace de la SEL RECURSO A LA BISEXUALIDAD. [HERMAFRODITISMO SOMATICO| Desde LYDSTON, G. F. [(1889), “A Lecture on Sexual Perversion, Satyriasis and Nymphomania”, Med. Surg. Reporter, Philadelphia, 61, 7 de septiembre], KIERNAN, J G [(1888), "Sexual Perversion and the Whitechapel Murders”, Med. Standard Chicago, 4, p. 170] y CHEVALIER, J. [(1893), L inversion sexuelle, Lyon], se ha recurrido, para explicar la posibilidad de una inversién sexual, a una serie de ideas que contienen una mueva discrepancia con la opinién popular. Para esta, un ser humano es hombre o es mujer. Pero la ciencia conoce casos en que los caracteres. sexuales aparecen borrosos y por tanto resulta dificil determinar el sexo”; en primer lugar, en el campo anatémico. Los genitales de estas personas retimen caracteres masculinos y femeninos (hermafroditismo). En casos raros, las dos clases de aparato sexual coexisten plenamente desarrolladas (hermaffoditismo verdadero), pero, en la mayoria, ambas estén atrofiadas™. 1 nae! IT % [NT] Es lo que se conoce como miersexuolidad. Véase, p. ej Claus OVERNER (compil,) Intersexualidad, Ed. Centtico-Medica, © Para recientes y detalladas descripciones del hermafroiismo somitico, véase TARUFFI, C. (1903). Hermaplroditisoms und Zeugungsunfahighet, (traduccign al alemén por R. Teuscher), Berlin, y Tos ‘trabajos de NEUGEBAUER en varios volimenes del Jahrbueh fir sexuelle Zvischenstufer. Oo Pigina 14 de 84 ILA TRANSFERENCIA DE ESTA CONCEPCION AL CAMPO PSIQUICO. HERMAFRODITISMO PSIQUICO] a soem to ra ber entre la inversion y los signos animicos [psiquicos] y somutticos del hermatroditismo. Solo que esta expectativa obvia no se cumple. No es licito concebir tan estrechas las relaciones entre la hibridez psiquica supuesta y la hibridez anatémica comprobable. Lo que a menudo se halla en los invertidos es una disminucién de Ja pulsién sexual en general (Havelock Ellis [1915] y ligeras atrofias anatémicas de los érganos. A menudo, ‘pero no de manera regular ni tampoco domisante, en la mayoria de los easos. Es preciso reconocer, por tanto, que inversién y hermafroditismo somdtico son, en lineas generates, independientes entre si ‘Adems, se ha atribuido gran importancia a los caracteres sexuales Uamados secundarios y terciarios y a su fiecuente presencia en los invertidos (H. Ellis [bic]. También en esto hay miicho de cierto o pertinente. Pero no es licito olvidar que los caracteres secundarios y terciarios de un sexo aparecen con nmchisime frecuencia en el otro, En tales casos son indicios de hibridez, mas no por ello hay un cambio del objeto sexual en el sentido de una inversién. El hieturafioditisuw psiquico wauatia en verosimilitud si con la inversién det objeto sexual coriera paralelo al menos tun vuelco de las otras propiedades animicas, pulsiones y rasgos de carécter, hacia la variante que es peculiar del otro sexo. Pero semejante inversin del cardcter s6lo se encuentra con alguna regularidad en las mujeres invertidas. En los hombres, la mis plena virilidad animica es compatible con la inversion. De conservar la tesis de un hermattoditismo psiquico, es preciso agrewar que sus exteriorizaciones en los diversos campos permiten individualizar sélo un escaso condicionamiento reciproco. Lo mismo vak, por lo demas, para la hibridez somtica; segiin HALBAN, J. [(1903), “Die Entstehng der Geschlechischaraktere” (“La génesis de los caracteres sexuales”), Archiv fiir Gynaekologie., t. 70, p. 205], también las atrofias de Srganos particulares y los caracteres sexuales secundarios se presentan con bastante independencia reeiproca La doctrina de la bisexualidad ha sido foramlada en su variante mis eruda por ‘mn portavoz de los invertidos masculinos: Un cerebro femenino en un cuerpo masculinoy. Sélo que no conocemos los caracteres de lo que seria un «cerebro femenino» Snstituir el problema psicalégico por el anatémico es tan ocioso como injustificado. El intento de explicacién de Krafft-Ebing parece concebido con mayor cexactitud que el de Ulrichs, pero en esencia no difiere de él; segiin KRAFFT-EBING [(18952), “Zur Erklérung der contraren Sexualempfindung”, Jb. Psychiatr. Neurol, 13, p. 5], la disposicién bisexual dota al individuo tanto de centros cerebrales masculinos y femeninos cuanto de érganos sexuales somiticos. Estos centros empiezan a desartollarse en la época de la pubertad, las més de las veces bajo la influencia de las glindulas sexuales, que son independientes de ellos en cuanto a la disposicién [constitucional]. Pero acerca de estos «centros» masculinos y femeninos cabe decir lo 1 Véase en ese trabajo la bibliografia sobre la materia, FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 15 de 84 mismo que afirmamos para el supuesto cerebro masculino y femenino. Mientras tanto, ni siquiera sabemos si nos es licito suponer para las fimnciones sexuales unas localizaciones cerebrales delimitadas («centros)) como las que conocemos, por ejemplo, para el lenguaje” [DOS IDEAS QUEDAN EN PIE] Tras estas elucidaciones, dos ideas quedan en pie: en Ia inversién interviene de algin modo (1) una disposicion bisexual (eine Bisexuefle Verantegung). sélo que no sabemos en qué consiste mis allé de la conformacién anatémica®; adennis, intervienen (2) perturbaciones que afectan [se refieren] a Ia pulsion sexual en su desarrollo. OBJETO SEXUAL DE LOS INVERTIDOS. La teoria del hermafioditismo psiquico presupone que el objeto sexual de los invertidos es el contrario u opuesto al normal, EI hombre invertido sucumbiria, como la mmjer, al encanto que dimana de las propiedades del cuerpo y del alma virles; se sentiria a si mismo como mujer y buscaria al hombre. Pero, si bien esto se aplica, o puede ser pertinente, a toda una serie de invertidos, se encuentra muy lejos de denotar un carécter universal de la inversién. No cabe ninguna duda de que uma gran parte de fos invertidos masculinos han conservado el cardcter psiquico de la vitilidad, presentan relativamente eseasos caracteres secundarios del otro sexo y en verdad buscan en su objeto sexual rasgos psiquicos femeninos. De otro modo seria ineomprensible el hecho de que la prostitucién masculina, que hoy como ent la Antigiiedad se ofiece a los invertidos, copie a las mujeres en todas las exteriorizaciones del vestido y el porte; de no ser asi, en efecto, semejante imitacién Al parecer (sei un informe bibliografico contenido en el sexto volumen del Jahrbuch fr sexwelle Zoutschenstifen, el primero que adujo la bisxsalided para expicar Is iaverson fue E. GLEY. quien ya en enero de 1884 publice nn ensayo (“Les aberrations de Tuite! sexuel") en la Revue philosophique ‘Adem, es digno de nota que ls mayoria de los atores que remiten la inversion ata bisexualidad no consideran viaente este factor s6lo en fos invertidas sino en todos los que an pasado a ser normales,y en consecuzncia conciben la inversén como wna partbacién del desarrollo. Chevalier (Hmersién sexvelle, 1893) ya se promumeia en este sentido. Krafft-Ebing (Zur Erklarung der kontraven Sesualempjindng [Para explicat Ia sensibilidad sexual contarial, Jahrbicher far Psychiatrie uns Newrologe,t. XIN, 1895 {pig. 10)) sostiene que existe una mulitud de observacioncs “de las que resulta al menos la persistencia virtual de este segundo centro (l del sexo subordinao)". Un doctor ARDUIN [(1900), “Die Fraventrage tnd die sexuellen Zschenstuten ("La euestén de as rajeresy los estadiossexualesintermedios”, Jd Sex. Znischenst, 2, p. 211] fonula la tesis de que “en todo ser humano estin presentes elementos ‘masculinos y femeninos (cf. HISCHFELD, “El diagiéstco objetivo de homosexualidad” 1899, Annaes de los esiadios sewales intrmedios,t 1, 1899, pigs. -10), slo que, en tanto se trate de personas haeterosexuales, y de acuerdo con el sexo a que pestenezcan. wos se han desarolado incomparablemente amis que los fos. HERMAN, G. [(1903), "Genesis. das Geser> cer Zengung” (Genesis, la ley del sngsndeamiznto} vol, 5, Libido wid Manta Leipeig,] compructa que “en toda mujer se contisnen _Esrmenes propiedades masculine yen todo hombre, femeninos” te [dgregado en 1910:] W. FLIESS [(1906), Der Ablauf des Lebens (El despltegue de la vida), Viena roclamé para si la patemidad de la idea de bisesualidad (en el sentido de waa duatidad de sexo (Zueigeschiechtigket. [dgregado en 1924:] En circulos legos. la tsi de In bisexwalidad de los seres humanos pasa por scr considerada la inveucion del filésofo O. WEININGER, muerto joven, quien la tom6 como base para tn libro bastante poco juicioso [(1903), Geschecit und Charter, Viena (uad, cast como Sexo » carder]. Las referencias que consignamos antes nuestran el poco fimdzmento de sa pretensién, 5 [NT] Sera pues necesaro aclarar y formula positivamente ais alld de lo que se considera las caracteristcas sexuales que definen la pertanenci ala clase macho y a In clase hembra, cxaes sri las caracterstcas de orden psicolégico o comportamental que dfinen la pestenencia a lo masculino y alo {emenino, Es lo que intentarn algsios autores postricrmente al introdscr In nocion de género FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 16 de 84 ofenderia el ideal de los invertidos. Entre los griegos, donde los hombres mis viriles se contaban entre los invertidos, es claro que lo que despertaba el amor del hombre por el efebo no era su cardcter masculino, sino sti semejanza fisica a la mujer, asi como sus propiedades animicas femeninas: recato, timidez. necesidad de ensefianza y de ayuda ‘Tan pronto como el efebo se hacia hombre, dejaba de ser un objeto sexual para el hombre y tal vez él mismo se convertia en amante de [aficionado a] los efebos. Por tanto, en este caso como en mnichos ottos, el objeto sexial no es lo igual en cuanto al sexo, sino que retine los caractetes de ambos sexos, aeaso como un compromiso entre tuna mocién que aspira al hombre y otra que aspira a la mujer, siempre bajo la condicién de Ia virilidad del cuerpo (de los genitales): por asi decir, el reflejo de la propia naturaleza bisexual [La frase que sigue a los dos puntos fue agregada en 1915.~ Nota agregada en 1910:] Es verdad que cl psicoanilisis no ha aportada hasta ahora un esclaecimiento pleno sobre el origen de la inversin; no fobstante, ha revelado el mecanisimo psiquico de la génesis de la inversion y enriquecido sustancialmente ol planteamiento del problema. Ex todos los casos indagados comprobamos que las personas despnés invertidas atravesaron en los primeros anos de su infancia una fase muy intensa, pero también muy breve, de fjacién a la mujer (casi siempre ala made), tras cuya superacion se identificaron ‘con Ia mujer y se tomaron # si mismos como objeto sexual, es decir, a partir del narcisismo busearon a hombres jovenes, y parecidos a su propia persona, a los que debian amar como la madre los habia amado. Aden, con mucha frecuencia hallamos que presuutos invertidos no eran en manera alguna insensibles al encanto de la mujer, sino que transponian aun objeto masculino, sin solucién de continuidad, la excita que ella les provocaba, Asi, durante toda su vida repetian el mecanismo por el eval se habia engendrado su inversin. Su aspiracion compulsiva al hombre aparecia condicionsda por st incesante Innida de la mujer. [En Ia edicién de 1910, la nota proseguia asi: “Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que hasta el ‘momento tn solo tipo de invertidos se sometieron al psicoandlisis: individuos cuya actividad sexual se hhallaba on gcncral menoscabada, y su residuo se manifestaba como inversién. El problema de Ia inversion ces sumamente complejo y abarca tipos muy diversos de actividad y desarrollo sexuales, Deberia trazarse ‘una neta distincién conceptual entre diferentes casos de inversién segtin que se haya invertido el carcter sexual del objeto 0 el del sujeto™.] [Agregado en 1915} La investizacién psiconnalitca se opone terminanfemente ala tenfativa de separar Tos homosexuales como una especie particular de seres humanos. En la medida en que estudia otras cexcitaciones sexuales ademés de las que se dan a conocer de manera manifesta, sabe que todos los hombres son capaces de elegir un objeto de su mismo sexo, y aun lo han consumado en el inconsciente Por otra parte, Jos sentimientoslibidinosos en vineulacién con personas del mismo sexo no desempenan {eseaso papel como factores de Ia vida sexual, y ese papel es mayor que el de los diigidos al sexo opucsto en cuanto motores de contracsién de neurosis. El psicoandlisis considera mas bien que lo originario a partir de lo cual se desarrollan fuego, por restricciéa hacia uno w otro Jado, tanto el tipo normal como el invertido es la independencia de la elecciém de objeto respacto dal sexo dle este tiltimo, Ia posibilidad abjerta de disponer de objetos tanto masculines cuanto femeninos, tal como se Ia puede observar en Ia infancia, en estados primitivos y en épocas prehistiricas. En el sentido del psicoanalisis, enfonces, ni siquiera el interés sexual exclusive del hombre por le mujer es algo obvio, sino un problema que requiere esclarecimiento, respecto del cual uo cabe supouet meramente una atraccién en el fondo de caricter quimico. La condueta sexual definitiva se decide solo tras la pubertad, y es el resultado de una serie de frctoree que todavia no podemoc abaccar en cu conjunto, y de naturaleza en parte coustitucional, en parte accidental. Por cierto, algunos de estos factores pueden aleanzar una fuerza muy grande, en virtud de la cual gravitan sobre el resultado; pero, en general la multiplicidad de los factores determinantes es relejada por ls diversidad de los desenlaces en Ia ondueta sexual manifesta de Ios seres humanos. En todos los tipos de invertidos es posible comprobur ef predominio de constituciones arcaicas y de ‘mecanismos psiquicos primitives. La vigencia [preguancia] de Ia eleccidn narciststa de objeto y la persistencia de la importancia evtica de la zona anc! aparecen como sus caracteres mis esenciales. Pero nno se gana nada si, sobre Ia base de esas propiedades consttucionales, los tipos unis extremos de inversién son separados de los otros. Lo que cxeemos hallas en estos en calidad de fimdamento suficiente puede rastrearse tanbin, s6lo que con fuerza menor, en la consttucién de los tipostransicionales y en los enotipicamente normules. Por mis que las diferencias en los resultados jucdan ser de nafuraleza ccualitativa, el anilsis muestra que las diferencias en las condiciones son sélo cuantitatvas. Entre las influencias accidentales sobre la eleccién de objeto hemos hallado, como digma de nota, la fustracin (el FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 17 de 84 [HOMOSEXUALIDAD FEMENINA] Mas univoca es la situacién en el caso de la mujer: las invertidas activas presentan con particular frecuencia caracteres somticos y animicos viriles y requieren feminidad en su objeto sexual. No obstante, un conocimiento nuis detallado podria revelamos también aqui la existencia de una mayor variedad. ‘META 0 FIN SEXUAL (SEXUALZIEL) DE LOS INVERTIDOS. Es importante retener un hecho: de ningiin modo puede hablarse de meta sexual tinica en el caso de la inversién. En los hombres, comercio per anum e inversién no coinciden totalmente; la ‘masturbacién es con igual frecuencia la meta exctusiva, y las restricciones de Ia meta sexual -hasta llegar a la mera efisin sentimental- son aqui todavia més comunes que en el amor heterosexual. También entre las mujeres invertidas son multiples las metas sexuales; entre estas, el contacto con Ja mmucosa bueal parece privilegiada. ‘medrentamiento sexual femprano),¥ tambien hemos notado que la preseacia de ambos miembros de la pareja parental desempefa un importante papel. La filta de un padre fuerte en la infanciafavorece no rara ‘vez la inversién, Por itimo, es isto exigi que se separe,en el plano eonceprual, la inversién del objeto sexual de Ia mezeln de caracteressexuales en el interior de un sueto. Certo grado de independencia es ‘nnegable también en esta relacién, [4zregado en 1920:] FERENCZI [(1914), “Zur Nosologie der miinnlichen Homosexualitit (lomoérotik)", Int. Z drt. Prvchoanel,, 2, pda. 131. (La nosologia de la homosexualidad mascatina (homoerotismno)", en S. FERENCZI, Obvas compleras volT, RBA Fas, Col Biblioteca de Psiconnal Cap, XLIX. p. 445-458: asimismo en Sexo y psicoadlisis, Buenos Aires, Horms, cap. XU. pig. 209)] ha presentado una serie de importantes puntos de visa sobre el problema de la inversion. Critica, con razén, ue bajo el nombre de “homosexvalidad” (que él propone sustituir por el mAs adecuado de “homoerotismo") se confandan tna cantidad de extados muy diversos, de desigual valor tanto en Io ‘orginico como cn lo psiquico, Ihde que se dishinga con claridad al menos entre estos dos tipos: cl hhomoerstico en cuanto al sujeto (Subjekthomoerottkers), que se sientemnyjer y comporta como tal. y el hhomoerstico en cuanto al objeto (Objekthomoeroiites), que es enteramente maseulino y no ha hecho 1mas que permutar el objeto femenino por uno de su mismo sexe. A los primeros los reconoce como sentinos “intermedios sexuales” en el sentido de Magnus Hirschfeld y a los segundos los caracteriza ~ ‘menos felizmente- como neuréticos obsesivos. So en el caso del homoerético cn cuanto al objeto puede hhaber una rebelion contra Ia tendencia a la inversin, asi como Ia posibilided de influencia psiquica (terapéutica). Aun admitiendo estos dos tipos, es licto aaregar que ex muchas personas hallamos, rmezclades, certo grado de homoerotismo en cuanto al sujeto con una euota de homoerotismo en cuanto al objeto. En los lkimos altos, los trabajos relizados por bidlogos. en particular por Eugen Steinach, han antojado viva luz sobre las condiciones organicas del homosrtismo Tas de los earacteres sexuales. Mediante el experimento de castrar individuos pertenecientes a diversas especies de mamiferos, con subsiguienteimplantacién de akandulas geitales de oro sexo, se logr6 transformar maches en hemibras y ala inversa, La transformacion afecto mas 0 menos completamente a los caracteres sexales somiticos y ‘la conducia psicosexual (es decir, al erotismo en cuanto al sujeto y en euanto a objeto). Se considers que esta vistud detemninante del sexo uo emanaba de las slandulas gentales mismas, que producen las ceélulas genésicas, sino por el llamado tio interstical del organo (las “gtindulas dela pubertad”). En un avo v8 couiguid seta traneformacion sexual wn us hombre que habia perdido sus testiculos a raiz de wna tuberculosis Se habia comportado como tn homosewval pasivo, femenino, y mostraba caracteres sexuales secundarios de indole femenina, mmry marcados (ansencia de vello y barba, fermaciones adiposas en las ‘mamas y caderas) Tras Ia implantacién de wn testieulo ectopico de otro hombre, empezd a compertarse virilmente y a diviait su Ubido de manera normal a la mujer. Al mismo tiempo, desaparecieron los caracteres sométicos femeninos [LIPSCHUTZ, A. (1919) Die Pubertdtsdrise und thre Wirkungen (La slandula puberal y sus efectos, Beta, pigs. 356-357] Seria injustificado afirmar que estos magnificos experimentos han colocado 1a doctina de la hhomosexualidad sobre una base nueva, asi como seria apresurado esperar que ellos nos abricran un camino directo para la “curacién” universal de la homosexvalidad. Fliess sedal6 con acierto que tales experimentos no desvirtian la doctina de la disposicion bisexual universal de los animales superiors. ‘Me patece mis probable que ulterioes indagaciones de esta clase proporcionen una confirmacién directa de la hipétesis de la bisexualidad. FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 18 de 84 °CONCLUSIONES. Es verdad que el material presentado hasta aqui no nos habilita para esclarecer satisfactoriamente la génesis de la inversion. No obstante, podemos consignar que esta indagacién nos permitid inteligir algo que puede Hegar a resultamos mas importante que la sohucién de la tarea indicada. Nos damos cuenta de que concebjamos demasiado estrecho el enlace [anudamiento] entre la pulsion sexual y el objeto sexual. La experiencia recogida con los casos considerados anormales nos enseiia que entre pulsién sexual y objeto sexual no hay sino una soldadura (Verlonung)?®, que corriamos el riesgo de ny ver a causa de Ia regular corespondencia del cuadro normal, donde Ja pulsién parece traer consigo al objeto. Ello nos prescribe que debemos aflojar, en nuestra concepeién, los lazos entre pulsién y objeto. Probablemente, la pulsién sexual es al comienzo independiente de su objeto, y tampoco debe su génesis a los encantos (Reizen) de este.** B. Impiiberes y animales como objetos sexuales. [PAIDOFILIA] Mientras que las personas cuyos objetos sexuales no pertenecen al sexo normalmente apto para ello, es deeir, los invertidos, se presentan al observador como, 1a colectividad de individuos quiz valiosos en todos los dems aspectos, los casos en que se escogen como objetos sexuales personas genésicamente inmaduras [impiiberes] (nifios) parecen de entrada aberraciones individuales aisladas. Sdlo excepcionalmente son los nifios objetos sexuales exclusivos; casi siempre legan a desempefiar este papel ‘cuando un individuo cobarde e impotente se procura semejante subrogado o cuando una pulsidn urgente (que no admite dilacidn) no puede apropiarse en el momento de un objeto mis apropiado. Comoquiera que sea, arroja inz sobre la naturaleza de la pulsién sexual el hecho de que admita una variacién tan grande y semejante menosprecio [falta de consideracién] de su objeto -el hambre, ligada mucho mas fuertemente a su objeto, lo adinitiria s6lo en un caso extremo- 58 [NT] El término soldadura quiere decir que hay dos elementos heteroséneos conectados de manera atiicial, es devi no natural en este c250, por el punto de soldadura, 36 [NT] Freud critica, como podemos ver, no sclo la concepcién popular, sino tambizn la primera definicién que el mismo habia propuesto euando defini6 el objeto como la persona que ejeree una atraccién sexual. Ahora dice, ei cambio, que e inchuso un error creer que la pulsign sexual esté determinada por la excitacién proveniente del objeto, Podriamos decir que el fin sexual através del objeto 1 las acsione: correcpondites con ecto oe Ia catisficcin: la eltencion de placer y cst satisfaccign cs Drioritaria respesto de aquello “en lo cual” esta accién placentera encuentra su culminacién. En este sentido podemas hablar dena contingencin del objeto, pues en Ia medida en que el objeto es aquello“en Jo cual” el fin logra realzarse, poco importa después de todo la especifcidad, la individvalidad del objeto: basta con que posea ciertos rasgos capaces de permitr que la acciGn satsfactosia pueda ralizase, esto es, en si mismo permanece relativamente indiferent, contingente, y puede decirse que la fjeza y flexiblidad del mismo se deben a esto. El cardeter aractivo del objeto, que lo hace objeto del deseo para el sujeto en cnestién se hall no en los caracteres intinsecos de este que despertarian el estimulo sexual, sino en la condicién extrinseea al mismo e inherente al syeto de deseo que lo determina como argumento de In fucign causal del deseo que se halla en el sijeto para el que el objeto deviene objeto de deseo sexual en fincin de Tas condiciones eréticas del mismo. Sera la idea que despues promovera Lacan con su nocién de objeto a causa de deseo, cua relacion con el sujeto dividido determinar el fantasma como ‘medador erogeno con el oto semiejante FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 19 de 84 [zooFM1A] ‘Una observacién parecida es valida para el comercio sexual con animales, no raro entre los campesinos, y en el cual la atraccién sexual parece traspasar la bamera de In especie. [OPINION MEDICA Y MORAL] Por razones estéticas, se querria atribuir a una enfermedad mental estos y otros extravios graves de la pulsién sexual. Pero ello no es correcto. La experiencia enseiia que en tales “enfermos” no se observan perturbacionee de la puleién cexual diferentes de las halladas en personas sanas, en razas y en estamentos enteros. Asi, el abuso sexual contra los niflos se presenta con inquietante fiecuencia en maestros y cuidadores, meramente porque se les ofrecen mas oportunidades para ello. Los enfermos mentales presentan la desviacién correspondiente s6lo aumentada, tal vez, 0, lo que reviste particular importancia, elevada a Ia condieiOn de prictica exclusiva y en sustitucién de Ja satisfaccién sexual normal. Da que pensar esta asombrosa distribucién de las variaciones sexuales en la gradacién que va de la salud a Ja enfermedad mental. Yo opinaria que este hecho, que resta por explicar, indicaria que los impulsos de la vida sexual se cuentan entre los, menos dominados por las actividades superiores del alma, aun en las personas normales. Segrin mi experiencia, quien es mentalmente anormal en algin otto aspecto, por ejemplo en lo social o lo ético, lo es regularmente también en su vida sexual. Pero hay muchos que son anormales en su vida sexual, a pesar de que en todos los otros campos responden a la norma y han recorrido en su persona el desarrollo de la cultura humana, enya pumts mas da os siendla In cexnalidac [Nota agregada en 1910: | Ta diferencia mas honda (radical] entre la vida sexual de Tos antiguas y la nuestra reside, acaso, en el hecho de que ellos ponian el acento en la pulsién misma, mientras que nosotros lo ponemos sobre su objeto. Fllos celebratan Ia pulsion y estaben dispucstos a eanoblecer con ella incluso a un objeto inferior, mientras que nosotros menospreciamos el quehacer pulsional mismo y lo disculpamos sdlo por las excelencias del objeto. FREUD, S. (19054), Tres ensavos de teoria sexual, Pagina 20 de 84 2. Divergencias [Desvi ‘ones, variaciones] en referencia ala meta sexual.* La unidn de los genitales es considerada la meta sexual normal en el acto que se designa como coito, y que conduce al alivio de la tensién sexual y a la extinciém ‘temporal de Ia pulsidn sexual (satisfaccién anloga a la saciedad en el caso del hambre). ‘Sin embargo, ya en el proceso sexual ms normal se ammcian los gérmenes de aquello que, si se desarrolla plenamente, lleva a las aberraciones que han sido caracterizadas como perversiones. En efecto, ciertas maneras infermedias de relacionarse con el objeto sexual (falones en la via hacia el coito), como el tocarlo y mirarle © contemplarlo, se reconocen como metas sexuales preliminares. Por una parte, estos actos conllevan un placer en si mismos; por la otra, aumentan lh excitacién que debe mantenerse hasta que se alcanza el fin sexnal definitive. Ademés, a uno de estos contactos, el de las dos mcosas labiales, se le ha otorgado en smichos pueblos (entre los que se cuentan los de mis alta civilizacién) un elevado valor sewual, por més que las partes corporales que infervienen en el beso no pertenezcan propiamente al aparato sexual, sino que constituyen In entrada del tubo digestivo. Esto nos offece, entonces, aspectos que enlazan las perversiones a la vida sexual normal, aplicables aun a la clasificacion de aquellas. Las perversiones consisten en fendmenos de dos drdenes, som, o bien: a) iransgresiones (desplacamientos 0 traspasos) anatémicas respecto de las zonas del cuerpo destinadas a cumplir la unién sexual, 0 5) demoras o detenciones en ciertas relaciones intermediarias con el objeto sexval, relaciones que normalmente se recorren con relativa rapidez como jalones en la via hacia la meta sexual definitiva. A. Trasgresiones (desplazamientos) anatémicas. (anatomische Uberschreitungen) ‘'SOBREESTIMACION DEL OBJETO SEXUAL. La valoracién o estima psiquica ‘cuerpo y Tiende a incluir todas ls sensaciones que emanan del objeto sexual [es decir sensaciones del propio euerpo pero que requieren de la presencia del objeto sexual y de ta actividad conereta con el mismo]. 3 [NT] Beta negunda eeccién versa sobre las desinciones en referencia al fin sexual’. Se reiere x otros términos a todas Iss prcicas porverss, las que se realizan ea el seno de un acto sexual que calming, no obstante en ef coito, en el oraasmo ~par lo tanto lo que se la dado en Hamar fines preliminares~, como a las perversiones en que los fines sexuales no genitales © extrauenitales, estan Flados, ocupan el primer plauo o incluso sou exclusivas. Aqui lo que Freud va.a mostar es la fragmentacion y. por lo tanto la mubipliidad de los fines sexdnles. El hecho es que estos fines que parccen ser Unicos y estar incluidos en cieta tewdencia que culmina en el orgasmo, son, en sigor amples, dversiicada,y sscepibles de ser independiente. Por consiguieute, el fin sexual noes nico: se halla fagmentado, dversiicado en fines parcial, y esos se vinculm sobre todo con zonas o partes ® debe sin dda su papel de fetiche a la asociacion con el pelo que recubre el mons Veneris); no obstante, tampoco este simbolismo parece ser siempre independiente de vivencias sexnales de la infancia® * [Wota agregnda en 1920: ] Una indagacién psicoanalitca Hevada ms a fondo permits forumular ma justficada exten @ la afirmacién de Binet. Todas las observaciones pertinentes contienen un primer eucuentro con el ftiche en que est ya habia suscitao el interes sexual, sin que por las circunstancias Concomitantes pudiera comprenderse cdmo Hlegé a hacerlo. Y, ademas, todas estas impresiones sexusles “tempranse” correspondan al periodo posterior al quinto © sexto aio, mientras que cl psicoanilisis nos hnace dudar que unas fijaciones patolégicas puedan ser neoformaciones tan tardis, He aqui el verdadero estado de cosas: ras el primer recuerdo dela emerencia dl fetiche hay una fse sepltada yolvidada del desarrollo sexual que es subrogada por el fetiche camo si fuera un “recverdo encubridor”, cuyo testo y decantacién es entonces el fetch. El vueleo al fetichismo de esta fase, que corresponde @ los primeros aos de la infancia, asi como Ta eleccién de ftiche mismo, estan determinnados constitucionalmente. [Wota agregada en 1910: | ¥ cotselativameate, el zapato o Ia pantufla son simbolos de los genitales femeninos. ‘© [NT] Freud se refierea las picles de animales utiizadas como abrigo. Aunque también es verdad que Ja piel misma, su fiaura, su tesura, su color pueden fancionar como fetiche. 4 [Nota agregada en 1910: ] Fl psicoanilisis ka Henado tia de las lagunas que subsistian en la ccomprensién del ftichismo seftalando la importanca, en la eleccién del fetiche, de un placer de oler coprofile, perdido por represion. El pie y los cabellos son objetos fuertemente olorosos, clevados a Ia FREUD, S. (195d), Tres ensarvos de teoria sexual, Pagina 24 de 84 B. Fijaciones a metas sexuales preliminares. 1S§URGIMIENTO DE NUEVOS PROPOSITOS [FINES SEXUALES]. Todas las cireunstancias y condiciones externas ¢ intemas que dificultan el logro de la meta sexual normal o la posponen (impotencia, coste elevado del objeto sexual, peligros asociados al acto sexual) refuverzan, como parece logico, la inclinacién a demorarse en los actos preliminares y a constituir a partir de ellos nuevas metas sexuales que pueden llegar a remplazar a las normales. Un examen mis atento muestra siempre que estos mievos propésitos, aun los miis extraiios en apariencia, ya estin eshozados en el acto sexual normal. ‘STOCAR Y MIRAR. [roca] Al menos para los seres humanos, un cierto grado de uso del tacto, el tocar en mayor o menor medida, parece indispensable para el logro de la meta sexual normal. Es universalmente sabido qué fiwente de placer, por un lado, y qué aflujo y aumento de rmueva excitacién, por el otto, se obtienen de las sensaciones de contacto con la piel del objeto sexual. Por tanto, el demorarse en el tocar, siempre que el acto sexual siga adelante hasta su culminacion o fin normal, dificilmente puede contarse entre las perversiones. [omar] Algo semejante ocure con el mirar, derivado en itltimo andlisis del tocar. La impresion visual sigue siendo el camino mits frecuente por el cual se despierta la excitacion libidinosa. Y sobre la transitablidad de ese camino se apoya -si es que resulta permisible este abordaje teleoldgico- la seleccién natural (Zuchtwahl), en la medida en que dicha seleccién hace desarrollarse al objeto sexnal en el sentido de la belleza [fomenta la supervivencia de los mis bellos, véase al respecto la nota 46]. La cocultacién del cuerpo [0 de partes del mismo], que progresa [de manera cada vez mis sofisticada] junto con Ia cultura humana, excita y mantiene despierta la curiosidad sexual, que aspira a completar [lo invisible o insinuable de] el objeto sexual mediante el desnudamiento [imaginario 0 fantasioso] de las partes ocultas. Empero, puede ser condicién de ftiche as In renuncia a a sensacién olfativa devenida displacentera De acuerdo con esto cla perversion correspondiente al ftichismo del pie, solo es objeto sexual el pe sucio y maloliente. Ota coatubucigu al esclarecimiento de la preferencia ftichista por el pic resulta de las teorias sexuales {infantile alas que mis adelante nos referremos. El pie sustifuye al “pene” faltante de la mujer, cuya falta 0 ocliafortemente de aienos [4gragado on 1918: ] En mavchos casos de ftichiamo del pie puede ddemestrase que la pulsin de ver, originaramentedaida alos aenitales y que queria aleanzar su objeto desde abajo, quedo detenida en su camino por prohibicién 0 repesiony por eso revo como fetiches al pie o al zapato, Y en este proceso los genitalesfemeninos se imasinaron. de acuerdo cou la expectaiva {infant como masculines nla version de Siachey (en la Standard Eaton ingesn de las obras completas de Freud ex 24 vols) figura aqu a siguiente aclracin: La importancia dela represién del placer de ole habia sido senalnda por Frend 9 Fliss en sus carts del 11 de enero y el 14 de woviembe de 1897. Volo sole el tema al final de su hstorial elinico del “Hombre de ls rats” (19094), SE. X. pigs. 247-8, y lo examin con extensiu considerable ea dos lagas nasal pie de £7 malestar en fa cultura (19302), SE, XX, pigs 99 Y 106. El tema del ftichismo fie desarrollo en su trabajo de este titulo (19272), y de nsevo ee un Jiagmento publicado péstumamente sobre “La escisén del yo en el proceso defensive" (1940e). SE. ‘XNIIL, pig. 277, yen el Enquema del puicoonaisis (19402), SE, XXII, pigs. 202-208]

You might also like