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Historia Del Tractor en Argentina Parte X
Historia Del Tractor en Argentina Parte X
corrieron muchas partes de Chile buscando tracto- rias veces a Lanco en busca de su preciada mer- Con el tiempo Pedro Cuevas entabló una cercana
res viejos pagando sumas millonarias. El número cancía que Cuvertino suponía tenía por destino a relación con los extranjeros y una vez fue con ellos
del cigüeñal era lo único que interesaba a los com- algún coleccionista”. a un pueblo de nombre Teodoro Schmidt a com-
pradores, que habrían buscado los dos kilos de oro "No sospeché nunca ninguna otra cosa, hasta que prar unos Lanz. En la noche bebió con ellos y les
que escondían las máquinas, tesoro de unos US$500 el señor Cuevas me contó la otra historia...la histo- preguntó porque tanto interés por esos vejestorios.
mil en cada tractor. ria del oro". "Traen oro, Pedro, dos kilos doscientos de oro", re-
Dos hermanos alemanes de apellido Tisch que cuerda que le contestó Janz, negándose a re-
con una curiosidad casi infantil recorrieron el velarle el escondite de ese tesoro equivalente a
sur de Chile preguntando si alguien tenía o Hasta nuestros días las dudas son muchas unos 500 mil dólares del preciado metal por
había visto un tractor Lanz Bulldog de 45 ca- cada máquina.
ballos de fuerza: una verdadera reliquia o, acerca del paradero del oro nazi. Se sospecha Como presa de una fiebre Cuevas desarmó un
según se mire, un montón de fierros viejos de que parte fue a Suiza y Alemania y Austria. tractor por completo y detrás de la caja de
fabricación germana. Otras versiones aseguran que fue cargado en cambios halló piezas de un bronce especial.
"Era Thomas Tisch, su hermano ", dice Víc- "No era una máquina de la serie que ellos bus-
tor Cuvertino, un mecánico especializado en
submarinos con destino a Latinoamérica. caban, en esos sí que debió estar el oro".
tractores, quien los vio llegar a su taller me-
cánico anocheciendo, un día que no recuerda Los hermanos Tisch ya pasaron a ser parte de
con precisión a pesar del esfuerzo que hace por LOS HERMANOS TISCH una leyenda en Chile. Fueron los compradores de
acordarse y de la exhaustiva revisión de su archi- Pedro Cuevas fue más afortunado que Cuvertino: tractores más conocidos según reportajes emitido
vador de tarjetas de presentación, ahí, entre va- llegó a vender unos cuarenta tractores, algunos de en el canal TVN, quienes se cree jamás regresa-
rios papeles, aparece el nombre de Tisch y un los cuales compró en apenas 20 mil pesos (chilenos) rán: porque de los modelos 45 ya no quedan más,
teléfono de contacto. y pudo venderlos hasta a 3 millones y medio. Claro sólo los 28, como el de las fotos.
"Me encargaron tractores Lanz Bulldog modelo 45, que los hermanos Tisch no fueron sus únicos clien-
que son más o menos de 1942 hacia adelante, pun- tes. "Ellos llegaron en el 98. Yo estaba juntando cha-
tualmente los de las series 707 y 747. tarra, más precisamente tractores Lanz. Los
“Tenía un joven que salía a buscarlos por los cam- hermanos Tisch pasaron y vieron las máquinas a la
pos, incluso una vez fuimos a Valdivia a retirar orilla de la carretera. Esa vez se llevaron dos en 1
uno. Yo se los compraba y después los vendía a millón de pesos. Siempre portaban un maletín lleno El título del libro
los alemanes. Ellos eran amables, pagaban y se de billetes". es El Número Kaif-
iban", cuenta escuetamente Cuvertino, quien Los alemanes le dejaron el encargo de buscar más. man, un thriller sobre
llegó a venderles una decena de dichos vehículos Cuevas debía llevar los modelos que encontrara en tesoros de los nazis
ocultos en el sur de
que compraba a unos 500 mil pesos y por los cua- su camión hasta Victoria donde los hermanos te-
Chile, cuya ubica-
les los extraños visitantes le dejaron hasta un mi- nían un conocido. Al poco tiempo llegaron más ale- ción está escondida
llón 200 mil pesos. manes tras la huella de estos tractores, incluso en un antiguo có-
"Muchos estaban para desguase o ya eran chata- conocían su nombre. "Pedro, nosotros pagamos digo arábigo.
rra, pero el valor que ellos le daban dependía del mejor que los Tisch", le dijeron de entrada. Se tra- El protagonista es
número que traían en el cigüeñal, porque a veces taba de un tal Janz y otra persona que él supone que un chileno que ha
había máquinas en buen estado, andando, y no se llamaba Pierre Werchaldy (que fácilmente po- vivido fuera y que,
les interesaban. En muchas ocasiones se llevaron dría tratarse de Piet Verschelde, un gran coleccio- casualmente, encuentra los números del código en
peores en mal estado", comenta reconociendo nista de origen belga. En su página web, un iPod (walkman digital que almacena datos). Será
entonces objeto de una cacería que incluye un atentado
que no le dio mayor importancia a la mañosa www.pietverschelde.com exhibe una gran colec-
en el Parque Arauco.
conducta de sus compradores, que volvieron va- ción de tractores antiguos.
C re s t a u r a r p i e z a p o r p i e z a c o m p re n d i ó e l va l o r d e l a s m á q u i n a s ag r í c o l a s c o m o
reliquias y objetos de arte.
Durante un tiempo busqué diseños originales, había pintado una colección “De
flores y frutos,” quería hacer algo diferente y que me representara, no me sentía
a gusto con lo obvio ni tampoco con lo que se publicaba en las tradicionales re-
vistas de pintura. Creo que fue mi marido quien me contagió su pasión por los
tractores antiguos motivo por el cual empecé con este tema.
“En octubre de 2009 acomodamos un Case Modelo “C” bajo el ceibo florecido
que plantamos en el parque del negocio, le saqué varias fotos y fue en el año
siguiente que concreté esta obra a la que titulé “Descansando bajo el Ceibo”.
“El Charco” fue el segundo cuadro que pinté de esa misma serie de tractores.
Es la imagen de un día que había llovido 300 mm., lo cual no es habitual
en esta zona, durante unas horas se inundó todo el patio, tomamos algu-
nas fotos a un Case Cruzado modelo K 1832, de la colección de mi marido,
parecía un espejo, se veía lindo ese tractor tan viejo rodeado por el agua,
y me gustó mucho pintarlo.
También hice un Deering 1530, estaba muy oxidado y deteriorado por el paso del
tiempo. El señor que lo compró pidió lo imposible: lo quería en marcha, pero
como a mi marido no lo asustan los desafíos aceptó. Lo acondicionó y realmente
recuerda con nostalgia lo serenito y lindo que marchaba ese motor. Finalmente le costó “dejarlo ir” por- Cuando pinto pienso en mi familia, se
que se había encariñado con él, lo entregó funcionando pues había dado su palabra. “Nostalgia” es el tí-
emocionan mucho cada vez que les
tulo que lleva ese cuadro.
“La Casona” es un atardecer de septiembre del 2010. Fue en el pueblo de Seeber el día de su centenario, cuento que terminé una obra.
habíamos llevado algunos tractores para desfilar y al caer la tarde en la antigua estación de trenes de ese
pueblo vecino estaba ahí como diciendo yo también cumplo muchos años; por eso lo llamé “Centenaria.”
“Mis padres que ya son mayores, se emocionan mucho cada vez que les cuento que terminé una obra.
Cuando pinto pienso en mi familia, especialmente en mis tres amores que con nombre propio los bauticé
como: Lucila, Luciano y Juan Ramón, mis hijos”.
A conocimientos mecánicos e
historiográficos sobre tractores nos
cuenta como se las ingenió para
realizar estas verdaderas obras de arte.
Nació en la localidad de 25 de Mayo a las márgenes
del Río Salado, donde su padre tenía su chacra y
mantiene el gusto por una pasión que no sabe por-
que se despertó desde chico: “los tractores”.
A lo largo de sus 65 años de vida trabajó en mu-
chos lugares y realizó muchos oficios, siempre
relacionado a las máquinas de motor. Su pasión
por los tractores no tiene explicación. Ha leído y
tiene tantos conocimientos que muchos no se ani-
man a hablar de tractores en su presencia porque
Anderica tarde o temprano se tentará de inter-
venir y/o de aportar (siempre con mucho respeto
pero con firmeza y convicción) en lo que será
una verdad irrefutable.
Comentan que cuando visita alguna feria o exposi-
ción sorprende a más de uno, siempre tiene los
datos y los números correctos acerca de cualquier
tipo de tractor, esto le ha dado un lugar de recono-
cimiento entre quienes lo conocen, y lo ha conver-
tido en una de las personas que más conocimientos
y estudios tiene acerca de la historia de los tractores,
especialmente hasta los años 50.
“Tengo fija una época, cuando era chico, manejaba
un Allis Chalmers modelo “E” 25-40 del año 1930.
Aún hoy recuerdo el número de su motor (24.386),
probablemente ahora esté desarmado o ya sea cha-
tarra o parte de la tierra. Yo tengo la esperanza de
alguna vez cruzarme con un Allis Chalmers de ese
año, sólo para verlo una vez más. Lo seguiré bus-
HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS
Mini Case Mini Deering Diesel Mini Allis Chalmers de 1930 modelo E
L
en López en el 2011.
fundamental de la Fiesta
Provincial del Tractor, en López,
Provincia de Santa Fe.
En este evento anual se puede ver
andando el único tractor Daimler del país
que data de 1925.
Pasada de rastras
con tractor Massey Harris
Andrés Buet fue el ideólogo de esta fiesta. Es des- dos familias, quedó mi padre a cargo del campo y yo miento, así la gente le da la importancia que merece.”
cendiente de franceses y tiene un sueño hace tiempo: ingresé de empleado. Al tiempo vendió esos tractores El Galpón alberga numerosos elementos que lo
terminar de hacer su colección para oficializar a nivel y yo lo sentí en el alma.” transforman en un sitio único. Hay un surtido de he-
nacional su museo, es por esto que el hombre sigue “Por el año 1986 logré comprarme un tractor John rramientas antiguas y de llaves, carros rusos, viejas
reuniendo elementos y organizando año a año una Deere que tiene los colores de la bandera agraria, y cocinas y hasta un sulky que perteneció al servicio de
fiesta que ya es cita obligada por la que pasan mu- así otro y después otro. Cada vez fui adquiriendo correos. “También había objetos que eran de mis pa-
chos conocedores y fanáticos de tractores. más elementos, más tractores, máquinas, cosechado- dres. Mucha gente que hizo donaciones, otros me los
Andrés recuerda como empezó su pasión por el co- ras y motorcitos. Hasta ahora no es museo, pero es- vendieron a precios razonables, a veces la gente pide
leccionismo: “Cuando yo tenía 14 años mi padre tamos en eso”, dice Andrés Buet. “Yo pienso que más de lo que podemos y lamentamos que se las lle-
compró un tractor “Deering 10-20” de esos con rue- alguna vez será un museo viviente, no me gustaría ven al extranjero, es una lástima porque eso no de-
das de hierro y después compró un tractor John que las maquinarias estén prácticamente muertas, bería permitirse que salga de nuestro país.”
Deere “Triunfo”. Tuvimos dos tractores durante va- por lo menos las que eran a motor o a caballo, a cierta La Fiesta de Santa Anita es otro de los eventos im-
rios años, pero como el campo casi no daba para vivir hora de la tarde tendrían que ponerse en movi- perdibles a nivel nacional.
E
se desarrolla en esta ciudad ubicada a 70 kilómetros al este de Paraná. Cada vez son más los argentinos que
agricultores de las viejas recorren los stands y se arriman para conocer el oficio de primera mano.
generaciones son los grandes “María Grande nace en 1904 y en el año 2004 decidimos quienes vivimos aquí toda nuestra vida realizar y
protagonistas. La gente que asiste a brindar un homenaje a todos los que hicieron de la agricultura su forma de vida, es por esto que convoca-
esta fiesta podrá ver en carne propia como se ron a todos los productores de la zona para que pudieran realizar este museo. En palabras de su Director,
Angel “Nincho” de Angeli, esta fiesta significa mucho para nosotros, porque le rendimos un homenaje a los
vivía y trabajaba a mediados del siglo pasado. que fueron protagonistas de nuestra historia agrícola nacional y en particular a la querida Entre Ríos, que
es una provincia muy especial. Estamos felices porque año a año se va consolidando y nuestro Museo Agrí-
cola de María Grande ya es una realidad.
“Mi sueño era darle vida a los tractores porque todas estas maquinarias alguna vez tuvieron colores que
Tractores varios en la Fiesta de la Trilla. De izquierda a derecha: Twin City, Fahr D177 S, John Deere M del año 1944.
como entonces: alpargatas, bombachas, pañuelo al
cuello y sombrero, que casi todos siguen usando.
Se terminó la carga de una chata y cuando todo hacía
suponer que ahí finalizaba la exhibición los plancheros
bajaron por otro carro, y luego otro más, y los horqui-
lleros continuaron con la faena sin descanso.
Ya terminada la trilla, los hombres toman unos tragos de
caña según la costumbre, y reflexionan sobre aquellas
tareas. "Trabajé en esto desde los 15 años, hice de todo,
empecé de bolsero y terminé de maquinista, no fui coci-
nero porque no sabía. Para nosotros era una alegría
el tiempo de cosechas, éramos todos como una fa-
milia grande", recordó José Daniel Sian. "Una
trilladora grande necesitaba 25 personas, y ésta
debía andar con diez o doce, sin contar los carre-
ros", agregó Irineo De Angeli.
"Sacábamos la paja trillada con una yunta de bueyes
y el yugo, a veces trabajábamos no de sol a sol sino de
estrella a estrella, eran las 11 de la noche y todavía an-
John Deere modelo D del año 1929.
“Restaurar tractores
puede volverse una
adicción” Por Juan Ramón Cárcano
iene un taller de reparación, venta e instalación de componentes
Curiosamente en el pueblo de López, otro Florentino de apellido Bressi, tam- por arriba del motor ya sabía que tenía, lo encendió y saludó a algunos opera-
bién se hizo conocido por no cobrar cuando arreglaba un tractor. rios que estaban por allí dejándolos con la boca abierta al solucionar el tema
Cuenta Oscar Bressi, sobrino de Florentino, “salía de viaje y no se sabía cuando tan rápidamente. Cuando se sentó en el auto para que lo lleve de regreso a
volvía, en el camino cuando alguno estaba varado en la ruta porque se le había López le pregunté: ¿“No les vas a cobrar nada, ni siquiera el costo de la nafta
descompuesto el tractor Florentino se los arreglaba y luego seguía viaje”. para venir hasta acá?”. Sin parpadear se prendió un cigarrillo y me contestó
“Un día lo llamaron desde el puerto de Rosario porque tenían un gravísimo sin mirar “Si no le hice nada. Dale, vamos” Así era Florentino Bressi.
problema. Había que correr urgente unos containers y el único tractor que te-
nían para estas tareas no arrancaba, nadie sabía como arreglarlo para ponerlo Siempre repetía por cualquier motivo y por las dudas:“Vamos, vamos, no hay
en marcha. Cuando llegó, lo tocó un poco, y al ponerlo en contacto y revisarlo que ser flojo”
Horacio Caviglia José Rubio Jorge Omar Durán (hijo) y Sebastián Alberto
Una travesia
en un Pampa
L
a historia, contada en vida por Don Atilio Brezzo relata su
experiencia cuando compró un tractor Pampa en el año 1954.
Brezzo fue mi cliente durante muchos años. En A la tarde, luego de hacer todos los papeles les en-
vida me contó algunas historias. Espero hacer tregaron los tres tractores en marcha, y allí raudos
honor a estas confesiones y poder transmitirlas se dirigieron al centro de la ciudad de Córdoba.
fehacientemente a fin de perpetuar no sólo su Descansaron en un hotel y a la mañana siguiente
memoria sino también que represente un testi- emprendieron el regreso. “Tras varias explosiones, los vecinos del hotel -que
monio de las tantas historias que sucedieron en Muy tempranito, a las tres de la madrugada pusie- lógicamente estaban a esa hora descansando-, se
aquellas épocas. ron en marcha a los tres al mismo tiempo. Tras va- despertaron aturdidos por los ruidos de todos
La fábrica IAME estaba en Córdoba Capital, y rias explosiones los vecinos del hotel -que
quienes encargaban sus tractores debían a ir a bus- lógicamente estaban a esa hora descansando-, que
tractores juntos”
carlos y también se habían des-
llevarlos en per- pertado les gri-
sona hasta sus taban por los
propios campos. ruidos que ha-
Don Atilio vivía
en la zona rural
cían todos los
Pampa juntos.
Altos de Chipión.
de Altos de Chi- Se reía a las car- Pueblo sin tren
pión, Córdoba, y cajadas cuando
juntamente con contaba que no
un vecino, que habían sido muy
también había bien despedidos
comprado un de la ciudad.
Pampa decidie- Finalmente em-
ron ir juntos a prendieron el
buscarlos: Así es viaje llegando a
que abordaron el la localidad de Imagen de la ex-estación
coche-motor; Río Primero a
que era una espe- las 8:30 hs., A lo largo del trayecto que realizaron los comprado-
cie de ómnibus donde toman res del Pampa, existía una traza de ferrocarril que pa-
que marchaba sobre las vías del tren y era el medio un buen desayuno para poder seguir su camino, lle- saba por Altos de Chipión. Concretamente este tren
de transporte de pasajeros más conocido, en el tra- gando a las 12:30 a la localidad de Balnearia, uno
yecto otro señor sube al mismo transporte que a su de sus compañeros había arribado a destino. Al- (línea Deán Funes-Laguna Paiva del Ferrocarril
vez también se dirigía a la fabrica IAME. Tres se- muerzan en la casa de este vecino, duermen la siesta Central Norte) comenzó a funcionar el 21 de no-
ñores con una misma ilusión traer a sus campos y luego continúan su viaje de regreso a casa, lle- viembre de 1911. Dicho ramal fue desafectado por
cada uno su nuevo tractor. gando al final a las 18:00 hs. a su campo. decreto del P. E. N. N° 96/1978 dictado el 18 de
Con emoción me contaba que cuando llegaron a la Hay que imaginarse los días que lleva reponerse de
fábrica, varios tractores, más o menos unos cin- un viaje semejante. Este es uno de los tantos relatos enero de 1978 y cerraba los ramales comprendidos
cuenta estaban acomodados en hilera, y el señor que que tanto disfrutaba de contarme una y otra vez, entre Laguna Paiva y Galisteo y entre Balnearia y el
los recibe les dice que elijan cualquiera de los que por supuesto que nunca le dije que ya me lo había km. 428.
están ahí. Don Atilio sube a uno de ellos y toca un contado porque sus carcajadas eran extraordinarias Altos de Chipión debe su nombre a un cacique que
botón sin saber lo que era y se sorprende cuando es- y yo sabía en que momento se iba a reir.
cucha sonar la bocina, no todos estos tractores la te- habría dominado la región, de nombre "Chipión".
nían, por lo que muy contento cuenta que exclamó, Con respecto a la palabra "Altos" se acepta que se re-
éste es el mío. fiere a la topografía del lugar. .
J
Jorge Omar alias “Cacho” Esparraguera. Se define como “vasco total”. Anteriormente trabajé en el Ferro
en Salto, Provincia de Buenos Club Argentino, era el mecánico de la locomotora, Siempre estuve a cargo de todo tipo de maquinarias a
Aires, es el maquinista a cargo de la vapor, cuando viene la gente y me pregunta como funcionan yo las comparo con una pava. Una vez vino un
visitante al museo y pensó que era una máquina de hacer pan porque arriba de la caldera a veces ponemos pan
colección de tractores a vapor que aún para que se caliente y la gente se confunde cuando ve el horno a leña.
siguen funcionando, todos los fines “Desde hace 10 años estoy a cargo de la colección de tractores del Zoológico de Luján, en particular del Clay-
de semana en el Zoo de Luján. ton y del Ransomes, dos colosos de vapor que son como de mi familia. Cuando estoy cerca de estas máquinas
siento la presencia de aquellos que ya no están, los veo a mis parientes, se me vienen imágenes de mi abuelo,
de mi padre y mi tío, ellos trabajaron con tractores a vapor y tengo el recuerdo de ellos cuando los manejaban”.
Consideraciones sobre motores y tractores a vapor en Argentina.
“Los primeros motores a vapor que se usaban para la trilla no tenían tracción propia. Eran llevados
con bueyes, o con carros de dos ruedas, carretas, a los que se ataban hasta diez caballos. Eran de 8 a
10 HP nominales”.
Los primero tractores a vapor en Argentina se remontan aproximadamente al 1900. Tenían una sola
marcha para adelante y otra para atrás, había motores de uno o dos cilindros, de alta y baja presión, tra-
bajaban con 170 a 180 libras de presión, con 50 ó 60 caballos de fuerza. La caldera tenia de una capaci-
dad aproximadamente de 1000 litros de agua, equipada de una válvula de escape automática. A la vista
del foguista había un manómetro, que marcaba la presión de la caldera, y un nivel de agua, en un día
pleno de trabajo consumía unos 8 mil litros de agua. Además un regulador de dos o tres bochas que mar-
caba la presión del vapor al cilindro que se hacía sobre las dos puntas del pistón, ida y vuelta, y trabajaba
en forma horizontal.
Estos motores pesaban entre 10 y 11 mil kg. y era traídos en vagones de ferrocarril hasta su destino. Eran
importados de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Alemania. Las marcas más conocidas eran: Clayton,
Case, Advance, Ruston, Ransomes, Marshall, Lanz. El uso exclusivo de estos motores era para accionar esas
máquinas trilladoras. Se usaban también en el campo pequeños motores de pocas cilindradas para diversos
usos como ser: bombear agua, desgranar maíz, accionar máquinas de carpintería, o en un taller mecánico y
hasta mover las máquinas de una imprenta como en nuestra Colonia. El agua se cargaba a la caldera con
bomba o un sistema de inyección. Se quemaba mayormente paja de lino, pues la de trigo no producía el su-
ficiente calor para la presión requerida y además hacía mucha ceniza en el horno. Los motores tenían un techo
para sombra del foguista y en la parte trasera un zarzo de madera donde se cargaba la paja. Sobre el techo
llevaba uno o dos pitos que funcionaban con vapor.
Esos pitos se usaban para hacer las más diversas llamadas. Cada silbato tenía su significado, que todo el per-
sonal conocía perfectamente: si el aguatero se demoraba, o si a la máquina le faltaba cereal, o al colono para
que traiga bolsas e hilo, y llamar al personal del rastrojo a la hora de comer, etc.
El maquinista
Muchas veces el dueño de la máquina ejercía funciones de maquinista, o se buscaba una persona idónea
para ese cargo, tenía que estar identificado con el funcionamiento de la máquina, y saber reparar en el
acto cualquier desperfecto que se presentara. Además dirigía al personal y era el responsable del buen des-
empeño de todo el equipo. Acordaba con los colonos el día estimado de trilla para cada uno, llevaba el con-
trol de los días trabajados de cada peón, en una libreta individual se anotaba los días trabajados que se
dividían en cuatro cuartos, también se anotaban los gastos de cada uno, como ser tabaco, papel de
fumar, fósforos o el dinero que iba retirando durante la campaña. Tenía un ayudante a su lado, que
también era el engrasador.
Ganadores y Pioneros
en Las Parejas
A comienzos de la década del ‘30 del siglo pasado,
Las Parejas, era apenas un pueblo que no llegaba a
los 1.000 habitantes. No obstante ya comenzaba a
germinar la semilla de algunos pioneros de la indus-
tria parejense como fueron los hermanos Eliseo y Fio-
ravanti Barbano, (el mismo que ganó la Carrera de
Tractores) quienes crearon una empresa -Barbano
Hnos.-que fabricó lanzallamas para combatir la
El Tractor Fordson (1920) plaga de langostas.
fue el premio del ganador Este fue el lanzallamas que más renombre tuvo por
de la carrera de Las Parejas
su funcionamiento perfecto y sin tipo de problemas
como tenían otros aparatos. Barbano había creado el
Aceptada la propuesta se decidió la justa, el pueblo se alborotó ante el evento y en el momento convenido sistema de bombeo sin presión en el depósito de com-
se convocaron un buen número de curiosos, muchachos y viejos, asombrados de ver aquellos mastodon- bustible evitando así el peligro de explosión, además
tes de grandes y anchas ruedas traseras, cruzadas de uñas transversales de hierro, lo mismo que las de-
lanteras que eran más pequeñas, y sobre ellas montado un rugiente motor de cuatro cilindros, alimentados este modelo podía funcionar con combustible Diesel.
a kerosene, que escupía humo y llamaradas por una alta chimenea y hacia girar un volante al costado para En el concurso internacional que realiza el Ministe-
adaptarle una correa de transmisión. Los pilotos de aquellas singulares y novedosas máquinas fueron Vi- rio de Agricultura de la Nación en Buenos Aires en
cente Venesia por la firma Borghi hermanos y Fioravanti Barbano, por los Barbanos. Puestas una al lado el año 1933, se impone el lanzallamas Barbano sobre
de la otra ambas máquinas y luego de ser expuestas y examinadas por los vecinos, se las puso en marcha
con varias vueltas de manija, que hicieron saltar las chispas de las bobinas. un centenar de concursantes. Con este reconoci-
Chicho Venesia, de camisa y pantalón bien planchados, se ubicó sobre el asiento de chapa flexible, lo mismo miento y la venta masiva de aparatos prácticamente
hizo Fioravanti embolsado en su mameluco de mecánico. Las rugientes máquinas recibieron la orden de no quedó rincón del país donde se asentaba la lan-
largada, Barbano empujó violentamente la palanca del acelerador y tomó la delantera, ambos tractores co- gosta que no hubiera “una Barbano”, como decía la
menzaron su carrera alrededor de las ochos cuadras en las cuales estaba marcado de antemano el circuito,
estas ochos cuadras eran las principales del pueblo, consistía en una vuelta a este circuito y el primero que gente. Así durante muchos años la marca quedó como
pasara por la línea de largada sería el vencedor, y así fue como Fioravanti Barbano llegó primero en medio identificación de los lanzallamas. Tuvo tanto éxito
de la polvareda que levantaron las pesadas ruedas dentadas en las calles de tierra resecas por el sol del ve- que incluso tuvieron pedidos desde el Uruguay y Bra-
rano de 1920. sil, pero la demanda interna no permitió llevar a cabo
El ganador que se adjudicó la venta del Fordson, cosechó además los aplausos de la concurrencia y marcó
un promedio de casi 20 km/h, todo un récord para aquella época. ese pedido aunque se llegó a fabricar en un solo año
Esta historia la contó don Carlos Blank, que fue uno de los curiosos de aquella carrera, cuando aún ves- 28 mil aparatos y la producción total superó larga-
tía pantalones cortos…!!! mente las 100 mil unidades.
Sobre la vereda misma del Museo, se impone el tractor a vapor marca Case porque el campo ha sido y será el pilar fundamental de nuestra economía”.
que invita a conocer uno de los pocos museos del mundo que alberga además “La razón de porqué elegí los tractores como símbolo de mi Museo, es porque
de tractores y rarezas del Siglo XIX y XX. en cada uno de ellos se esconde una historia.
Entre todo lo que allí reúne, hay más de 200 tractores de todas partes del país Gracias a ellos el campo argentino creció en forma exponencial permitiéndonos
y diferentes modelos de distintas marcas. por nuestras exportaciones ocupar un espacio en el mapa del mundo”.
Nos recibe cálidamente Ramón, su asistente, que tímidamente y cuando se Sin dudas una persona en un solo lugar no podría haber reunido tantas maqui-
le da la palabra se encandilan sus ojos y comienza a describir la historia de narias raras ni difíciles de conseguir, es por esto que durante una parte de su
cada tractor. vida, Oscar, encontraba estos “dragones de hierro” tirados en el medio de un
Por su parte, Oscar, nos cuenta que todo se hizo en forma particular y con campo y reconocía su valor como una verdadera reliquia que es lo que son.
mucho esfuerzo. Pero él, generoso y alegre, sabe que su mayor gratificación Gómez, viajó más de 5 millones de km. recorriendo todo el país para recuperar
es poder sostener este Museo que tantas alegrías le da, porque siente que hizo los tractores. En su niñéz jamás hubiera imaginado que hoy lograría reunir una
algo por su país, “aquí se revive la historia del campo argentino porque este de las colecciones de tractores más importante. Más que un apasionado, un de-
emprendimiento más allá de preservar las piezas que fueron usadas en nues- fensor de la historia y de nuestro pasado.
tras tierras y que son parte del patrimonio nacional, trata de revivir la histo- En la actualidad el Museo del Tractor representa una de las atracciones turísti-
ria de los inmigrantes durante el último siglo y reivindicar sus esfuerzos como cas de Villa Carlos Paz. Afortunadamente, y cada vez más, se conoce la impor-
los primeros chacareros que deben tener el reconocimiento de todo el país, tancia de su patrimonio y la colección que conserva.
Genética
alemana Por Antonio Franz
s autor y escritor del libro Historias de Colonos I y II”.
El automovilismo y el campo
n la actualidad, los tractores no sólo se exhiben en desfiles ó
Uno de los hechos que hace evidente la pasión del campo por el automo-
Numero 2 de la primera revista
vilismo puede verificarse con echar una mirada en las carrocerías de los
de nuestro país de Automovilismo.
autos. Buena parte del apoyo publicitario sale del sector agropecuario.
Abundan las referencias a la
La máxima categoría que envuelve la pasión generalizada por el automo-
maquinaria agrícola y los grandes
vilismo, es el Turismo Carretera. “El TC es como el fútbol de la gente de
raides y travesias de hombres y
campo” dice Víctor Michat, periodista reconocido por ser el primero en
bólidos de la tierra y los cielos.
destacar la vinculacion del deporte con los fierros y las actividades agroin-
dustriales. “Lo que atrapa al hombre de campo no sólo es la competencia
sino su comunión identificatoria con la pertenencia del corredor a su pue-
blo o región; también la velocidad y el sonido de los motores. Porque la
velocidad, es la que proyecta el progreso y el desarrollo humano.”
En este sentido, organizó en el 2002, el primer desfile de tractores en
un autódromo, transmitido en directo por Canal 13 a todo el país. “Esta
fue la primera exposición del sector agro industrial en el marco de una
competencia automovilistica en 9 de Julio provincia de Buenos Aires.
Allí las máquinas expuestas, tractores, sembradoras, cosechadoras,
pulverizadores, tolvas y camiones dieron una “vuelta olímpica” como cie-
rre antes de la final de Turismo Carretera.
Pero esto no es de ahora. La estrecha relación del automovilismo con el campo, se enraíza con el naci-
miento de los primeros motores a explosión. Desde hace más de 100 años, todas las experiencias de ma-
quinaria son efectuadas a campo: “verdaderas exposiciones dinámicas” que iniciaron las puestas a punto
y el perfeccionamiento de la industria del sector.
Es por esto que el productor se asocia y emparenta a la mecánica. Tanto es así que para determinar la uni-
dad de potencia de los motores, se la identifica con la fuerza de los caballos de tiro y arrastre. Cuando la
explosión de los motores era externa alimentada por el fuego de las calderas se las denomina CV (Cheval
Vapeur) y cuando se descubre la combustión interna gracias a la bujía HP (Horse Power). Un merecido
homenaje a tan noble animal. Nunca más se abandonó esta denominación. Victor Michat: Coleccionista de
La pasión que despiertan los deportes mecánicos en la gente vinculada con el ámbito agropecuario no material gráfico antiguo, cuarta
generación familiar de periodistas
tiene límites. La participación de tractores en carreras, como en la construcción y preservación de los cir- e imprenteros. Más de 40 años en el
cuitos es inevitable. Vale entonces generar el interés de autoridades y empresas en preservar nuestras ma- medio, produce el programa de TV
quinarias antiguas: Poner pasión en la velocidad, el presente y el futuro, resguardando la riqueza de todo AutoRuraL, que vincula al auto-
lo que representó una época, una manera de vivir, su gente y su tradición. movilismo con el campo.