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Cómo tratar el TDA / TDAH con BioReprogramación

Por Luz Dary Parra Hoyos

Aquí nos referimos al TDA (Trastorno de Déficit de Atención) y al TDAH


(Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad).

Podríamos también nombrar otras variantes, como por ejemplo THDA, TDAHA,
y llegar a perdernos entre tantas variantes y tantas siglas.

Cada vez son más los niños diagnosticados con este trastorno, tratándolos
como simples números dentro de unas estadísticas, sin observarlos como un
todo y sin tenerlos en cuenta como seres individuales y por tanto, con una
historia individual y muy personal.

También se puede constatar una cierta tendencia a “etiquetar” y darle un


nombre a cualquier alteración en el comportamiento del niño, aunque sea una
alteración puntual, facilitando de este modo un diagnóstico erróneo, lo que se
conoce como “sobrediagnóstico”: un niño inquieto y con dificultades de
concentración no necesariamente es un niño hiperactivo. Es importante
observar si el niño simplemente no se concentra porque, como suele suceder,
el tema expuesto no es de su interés y el profesor no sabe captar su atención,
independientemente de que “otros niños sí se concentran”, ya que simplemente
otros niños no tendrán tanta curiosidad como el niño al que se le rotula con
TDA.

Se crean entonces individuos dependientes de la medicación de por vida, sin


darles la oportunidad de poder sanar por ellos mismos, y desde una edad muy
temprana, por lo que es más difícil que más adelante puedan ellos elegir otra
opción que no sea la medicación.

Algunos de los síntomas


El más claro es, evidentemente, el déficit de atención: es muy difícil lograr que
estén atentos durante mucho rato a alguna actividad.

Se trata, generalmente, de niños muy dependientes emocionalmente, que


reclaman cariño constantemente, expresándose esto, principalmente, de dos
maneras distintas: pueden, por un lado, actuar con excesivo apego a las
personas de su entorno más directo (solicitando constantemente besos y
abrazos, reclamando tiempo y pidiendo que se les diga que se les quiere) o
pueden, por otro lado reclamar esa atención recurriendo a la violencia física
(por ejemplo, pegando a sus compañeros de clase). Es decir, recurren a
conductas impulsivas para expresar cualquier tipo de sentimiento.

Acostumbran a ser niños con niveles más bajos de madurez de lo que se


considera normal.
Posibles causas de TDA
En BioReprogramación consideramos que un niño con TDA en algún momento
sintió algún tipo de rechazo por parte de sus padres (real o no), especialmente
durante su gestación.

Abandono directo: por ejemplo, si fue un bebé no deseado (por parte de la


madre, del padre o de los dos), si los padres querían un/a niño/a y nació niña/o
o si hubo deseo o intento de aborto.

También es muy frecuente en niños adoptados, ya que se sintieron


abandonados por parte de sus padres biológicos.

Abandono indirecto: un ejemplo puede ser el de una madre muy joven que ha
sentido el rechazo de su familia ante su embarazo “accidental”.

Al sentir este rechazo, el niño no puede “concentrarse”, no “puede poner


atención”, ya que está “concentrado” y “pone toda su atención” en buscar el
amor perdido de mamá, de papá o de la familia. El niño seguirá buscando ese
amor perdido, que nunca encuentra, y, mientras, ningún amor que le den le
sirve, porque el que busca es el no satisfecho desde que empezó su vida.

Un ejemplo: niña de 13 años, con sobrepeso muy marcado y bastante


inmadura para su edad. El padre desapareció cuando la madre se quedó
embarazada, y poco después de nacer fue abandonada por su madre. Esta
niña sabe perfectamente que sus padres adoptivos la quieren mucho, siente el
amor y la dedicación de ellos, sin embargo al hacerle terapia llora al pensar en
qué habrá sido de su madre biológica, y manifiesta su deseo de conocerla y
saber por qué la abandonó.

Caso real de curación con BioReprogramación


Vamos a exponer seguidamente un ejemplo real, cambiando los nombres de
los protagonistas.
Cuando Marta y Juan estaban solteros, ella quedó embarazada. Al principio,
Juan no deseaba al bebé y desapareció durante una semana. Finalmente, Juan
aceptó la situación y decidió seguir con Marta. Pero ella, que ya vivía sola,
debió volver a casa de sus padres y pasar allí su embarazo. Sus padres, al
saber que estaba embarazada, dejaron de hablarle durante seis meses y su
hermana de quince años la estuvo humillando durante todo el tiempo que Marta
permaneció en esa casa.

Marta y Juan llegaron a mi consulta cuando su hijo Pablo tenía 9 años y había
sido diagnosticado con TDA.

Antes de tener la entrevista con el niño, invité a los padres a hablarle, justo en
el momento antes de dormirse, sobre su gestación y nacimiento.

Cuando llegan a consulta con Pablo, su madre comenta haber notado una gran
mejoría en él.
Al conocer su historia completa, le cuento al niño las circunstancias que
rodearon a sus padres en el momento de su concepción y gestación: Pablo,
entonces, muy triste, se pone a llorar.

Marta y Juan, por indicación mía, abrazan y acarician a su hijo a la vez que le
dicen lo mucho que le quieren, le explican que la situación fue muy difícil para
ellos y que agradecen que les haya elegido como padres, que le van a seguir
amando y cuidando, hablándole en todo momento con ternura.

Pablo se quedó profundamente dormido durante más de media hora después


de la terapia y sanó en una sola sesión.

¿Qué puede hacer si tiene un niño con TDA?

Primero pregúntese qué representó éste bebé cuando llegó a sus vidas, y
cómo lo vivieron usted y su pareja. Si en algún momento le rechazaron, si
sintieron que “era un problema”, que les complicaba la vida, etc.

Si lo han vivido de alguna de estas maneras, tengan presente que el niño lo


sabe, aunque no es consciente de que lo sabe; lo tiene grabado en sus células.
No tienen que sentirse culpables por ello, pues es lo que pasó y eran las
circunstancias del momento. Perdónense y discúlpense con el niño.

Luego, durante 21 días, ambos padres háblenle a su hijo durante la primera


fase del sueño, expresándole su amor: “sentimos que pasaras por todo eso”,
“te queremos”, “fue difícil en el momento pero ahora estamos muy contentos de
tenerte aquí”, etc.
En casos de niños adoptados pueden ser frases del tipo: “comprendemos que
extrañes a tus padres y te agradecemos mucho que estés con nosotros”,
“estamos muy agradecidos a tus padres biológicos por habernos dado la
oportunidad de poder tenerte con nosotros”, “esperamos llenar todo el amor
que ellos no pudieron o no supieron darte”, y todo lo demás que como padres
del niño o de la niña, sienta en ese momento. Si siente que ha sido un regalo
para usted, expréseselo, etc.

En otros casos que no son tan claros como el de Pablo, en consulta, podremos
llegar al fondo de la cuestión gracias al Proyecto/Sentido (lo que los padres
proyectaron en el niño ya desde la concepción), facilitándole ver lo que le
ocurre y guiándole para encontrar la solución / reconciliación.

Para más información: http://www.bioreprogramacion.com

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