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"El yo en popper desde una perspectiva abiertamente

evolucionista"
Victoria Márquez

¿Por qué David Hume negó la existencia del yo, y cómo argumentó en contra
de la idea de un yo individual?

"Hume fue llevado a esta un tanto extraña posición por su teoría empírica del
conocimiento. Adoptó el punto de vista de sentido común (punto de vista que
considero erróneo) de que todo nuestro conocimiento es resultado de la
experiencia sensorial." (Cap., 22 “el yo”)

Karl Popper aborda la cuestión de la existencia del "yo" en su obra, enfatizando


que está firmemente convencido de que los "yoes" existen, aunque esta
afirmación pueda parecer obvia en un mundo lleno de personas. Sin embargo,
destaca la necesidad de expresar esta creencia debido a la influencia de filósofos
como David Hume, quien puso en duda la existencia del yo.

Hume, impulsado por su teoría empírica del conocimiento, argumentó que el


conocimiento se deriva únicamente de la experiencia sensorial, lo que lo llevó a
negar la posibilidad de tener una idea del yo. Según Hume, no podemos conocer
nada más allá de nuestras impresiones sensoriales y las ideas que provienen de
ellas. Esto lo llevó a la conclusión de que no puede existir un yo.

Popper desafía esta noción y defiende la existencia del yo como un concepto


fundamental en el sentido común. Argumenta que Hume pasó por alto la cantidad
de conocimiento que heredamos y que está integrado en nuestros órganos
sensoriales y sistema nervioso, y que esto contribuye a nuestra noción del los
yoes.
¿Cómo reconciliamos las afirmaciones aparentemente contradictorias de
David Hume sobre la existencia del yo en sus escritos?

"Es evidente que la idea, o mejor dicho, la impresión de uno mismo (de nuestro yo)
está siempre íntimamente presente en nosotros, y que nuestra conciencia nos da
una concepción tan vivida de nuestra propia persona..." (Cap., 22 “el yo”)

Popper aborda el debate sobre la existencia del "yo" y señala que la cuestión ha
sido objeto de controversia en la filosofía desde los tiempos de David Hume.
Hume, en su teoría empírica del conocimiento, argumentó que no podíamos tener
una idea del yo porque todo nuestro conocimiento se deriva de las impresiones
sensoriales.

Sin embargo, Popper señala que Hume mismo, en otros pasajes de sus escritos,
parece afirmar la existencia de los yoes. Hume menciona la idea de un "carácter"
que fluye de las acciones de una persona y la observación de una uniformidad en
esas acciones. Si bien Hume rechaza la noción de un "yo sustancial", parece
reconocer la existencia de lo que podríamos llamar un "yo" en términos de
carácter y personalidad.

Popper argumenta que hablar del "yo" como la suma total de las experiencias de
una persona es suficiente para respaldar su existencia. Aunque no necesitamos
atribuir propiedades inherentes al yo, podemos hablar de "nuestras" experiencias
de manera natural sin entrar en especulaciones sobre una relación de posesión
exclusiva.
¿Cómo se desarrolla la conciencia del yo a través de la interacción social y
la influencia de otras personas, según la perspectiva de Karl Popper?

"El niño que crece en un ambiente de aislamiento social no llegará a tener plena
conciencia de su yo." (Cap., 22 “el yo”)

Popper habla sobre el proceso de aprender a ser un "yo", sostiene que las
personalidades o "yoes" están anclados en tres mundos, especialmente en el
mundo número 3, que se refiere al mundo de las teorías y el conocimiento. Popper
destaca la importancia de reconocer que no nacemos como "yoes", sino que
debemos aprender a serlo. Este proceso de aprendizaje implica comprender los
mundos 1 (el mundo físico) y 2 (el mundo de la experiencia subjetiva), pero se
basa especialmente en el mundo 3, que es el mundo del conocimiento y las teoría

Popper critica la noción de que podemos observarnos a nosotros mismos


directamente y argumenta que el conocimiento sobre nosotros mismos no siempre
se basa en la observación. Tanto el conocimiento precientífico como el
conocimiento científico dependen en gran medida de la acción y el pensamiento, y
la observación desempeña un papel limitado en planteamiento de problemas y
formulación de conjeturas.

Popper sostiene que la conciencia del yo se desarrolla a través de la interacción


social, especialmente con figuras como los padres. Los niños, incluso antes de
adquirir el dominio del lenguaje, aprenden a reconocerse a través de las
reacciones de otras personas y las interacciones sociales.

El conocimiento del yo también implica una comprensión del tiempo y la


orientación teórica en relación con el pasado y el futuro. Popper enfatiza que no
existe un "yo puro" anterior a la experiencia, sino que el proceso de ser un yo
resulta de disposiciones innatas y experiencias sociales.
El fragmento también menciona experimentos con gatitos y ratas que subrayan la
importancia de la actividad y la interacción social en el desarrollo del cerebro y el
crecimiento de las capacidades cognitivas.

¿Cuál es la función principal de la conciencia según la perspectiva de Karl


Popper y cómo se relaciona con la resolución de problemas y la toma de
decisiones?

"Propongo como primera respuesta: la solución de problemas de carácter no


rutinario." (Cap., 22 “el yo”)

El autor explora la función biológica de la actividad consciente e inteligente, así


como la evolución de la conciencia, el lenguaje y el razonamiento. Propone que la
evolución de la conciencia debe considerarse teleológicamente, como servir a
ciertos propósitos y evolucionar bajo la presión de la selección natural, similar a la
evolución de los órganos corporales.

Popper se plantea la cuestión de por qué la conciencia es necesaria en


situaciones en las que gran parte de nuestra conducta, incluida la conducta
animal, ocurre sin intervención consciente. Propone que la conciencia es crucial
para resolver problemas no rutinarios. Los problemas que se pueden resolver
mediante la rutina no requieren la intervención de la conciencia. El discurso
inteligente, en particular el lenguaje escrito, es un ejemplo destacado de logros
conscientes, ya que implica la creación constante de nuevos enunciados y su
comprensión.

Popper también sugiere que la conciencia es necesaria para elegir críticamente


nuevas expectativas o teorías, al menos en un nivel de abstracción. La conciencia
se involucra cuando una expectativa o teoría tiene éxito invariablemente en ciertas
condiciones, y su aplicación se vuelve rutinaria. Sin embargo, cuando ocurre un
evento inesperado, se requiere la atención consciente.
La exploración de las ideas de David Hume y Karl Popper sobre la existencia del
yo y la función de la conciencia ofrece una muy buena reflexión sobre la
naturaleza de la experiencia humana. Hume, guiado por su teoría empírica,
desafía la noción de un yo sustancial, mientras que Popper defiende la existencia
del yo basándose en la suma de las experiencias y el proceso de aprendizaje
social.

La aparente contradicción en las afirmaciones de Hume sobre la existencia del yo


se convierte en un punto de debate continuo. Popper, al reconciliar estas ideas,
destaca la importancia de hablar del yo en términos de experiencias sin atribuir
propiedades inherentes.

En cuanto a la conciencia, Popper propone que su evolución está ligada a la


resolución de problemas no rutinarios y la toma de decisiones. La conciencia,
según él, es esencial para enfrentar situaciones imprevistas y elegir críticamente
entre diversas opciones.

Bibliografía

- Popper, K. (1977). “El Yo”, en Miller, D. (1997). Popper. Escritos selectos.


México: FCE, pp. 293-304

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