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A BOHEMIA ACTUAL. t LA Barbtoccie Repitubiguotg / et (% Jez. (4/7) | 7 -efugian en este nom) que ya ha muerto para sh denalos inodernos de Rodolfo, Marcelo, Museota, no aon mée que lores lo Jas porsonas sendatas 66 jicnos no tend Je jatancia bi jan ian, yao fonza a La conq| sta dv la Giorin upalica, no do oro cincelado, pero sf construida a golpes de imariiile sobre ol vungno del dolor humans, para sntonat uuu (himno)a Ia Vida vy? Bivestas luchas por Ia perfoccién de les hombros yla li. ¢ | dertad de los puobios, es dondo templan eu lire los bohe~ Las lineas que a continuseién encontrard el lector, li- noas escritas sin jones, pero con sincetidad, son el” fiel refflajo de esa vide bohomin. qne conozco, que he vivido durante ttes afios no interrumpidos y que quizés no ab i dong nunca, porque en ella comprendo que esti laverdade- ¥ ra lucha por el_Idekl, Todas les esconas son reales, yen cuanto 2 los personajes, viros todos atin, no he hecho mas _que cambiarles el nombre. Ignoro siten Europe ocurre nll $6 do ucha social entablads on el mundo por el mejoramiento 40 pohemia que, sin dejar de sor (el obligado puente de los que tienen un onsneiio {en ol cerebro, os re asi lo exigen los empos y 1a nuevo, ieumase mision del Arte. gloria ALEXANDRO SUX. Bareelona, Verano de i j ia ARNALDO DANEEL. A bordo, del «Colombias “todo es’ quietud, todo es io. La monotonia de !a héjice y apagado runriin de la maquina es lo que-éa yi calidad al barco. os Las aguas del Rio de la Plata, daz por una brisa de estio, jaspea sua hina ple trica, Arnaldo pasza, las mano’ metidas bel. 7030, !a mirada 'extraviada por el peasaini vagabundo, ; Vuelve de Montevideo con un gajo de lave conquistado a la gloria encuna lucha’a braze partido, Va a Buenos Airos, sx patria, a conti- nuar la brega interruinpida por un deeHters) ABN> | gutio de ocho meses. NE aay 7 del satélite a las evocaci ja en si mismo y pot medio de wa d asfuerzo imaginative, ve repetir, couto ea _& Henzo ninematogrfico, todos ios pormenores de! “vida ce.rsyolucionatia, Recyerda la amendza y paterna aue le obligé a partir en ;busca dela” easualidad, madre aciantisima de todos tos que. be FBC eon Ul «_ bilcierra un ilisién ena eabezay en el Bocho see soled recuerda las zozobras de aaa dable, cuando disfrazado de pi a ej te.de log. pe: is 2 arate pesquisas avisados & dipiobsbleembaraue por su padre que se hats _Suipeda| en efoerrario por anarquista en Sem erreceional ‘de’ Menores"; recucida oa fe temor-y de o cf das ‘menté al pisar ti fe aiafiode Cais! pants a pisar tierra extranjera sin cae aie ‘sgn monn devas ena de eb rebeli= | nes y anatemas; su desorientacidn, el encuentro o/ tagual. _€astial Con, aquel.compaiiero de ideales y ambi- stones; si 0 cignes; sus noches sin lecho; sus dfas sin pan; et \ vertido ia fa § oa serene a habfa soportado defendién- dose con peidieos a falta drops a esi 2 appa aee Zetia on gins on rafés, en las esquinas, ignorando x a 4 2 Pas cor aan Bidet onal ccna (Selects fan paso ensve.. {Oh, exo sf que se le grabé pea abi ‘A laimy i a Jalmerenta desconocida con esa facha miser: bs, ‘a palida y lampifia de di 7 fy ble en A pifia de die: win oo sna se i ‘e ra experi fee petimentar _ Saar pb ie bes a oivennseiae pigee no sae ay mueve los dedos en los bolsitles 2 ar a Jas veinte monedas de Blais que hece’algunas horas 12 e | Gunur lidve, la Revohuethe Seclat ee ian Leite 8 Reelaciin Sacral y Ia Sociedad Pyidas coe lee sucedfan casi a dietio, pasan al iz gies on lac fuaciones de propaganda y to ter 70s, alestados de/gente sencil ts eae. /geute sencilla, genes ~ : rosa, con fe, que pias) los fogosos discursos de poetas y, os consejos practicos Aria lucha social. De pronto se yergue con un igesto dramatico; su cara se lumina con wna son- Bea de satisfaccidn, hace el ademan de dirigir la palabra aun piblico fantastico y pronuncia al unas frases rebosantes Je fe apostdlica, de con- viccién, con ja seguridad de los falibles; suefia ton su primera cgnferencia ante dos millares de Coe eae y obreras, huelguistas de ‘una fabrica de c faccio—) coreg Una mucca de odio contrae su a Saveniles, un débil grito que se hadislocado nes Tagarganca se desiiza como un $200 por ene eados; suefia con [a carga de tre sus dientes af re allerfa que sufrié el pueblo duran una ma- apa eign contra et alza del precie del pan, vrente de nuevo el latigazo en Ta ‘espalda, y hace vietfles esfuerzos pot sofrenar los neruiee suble- infos que le hacen apretar Tos putos de impo- vata, La visién ha desaparceido. ‘Arnaldo, re embargo, como si en el horizonts incierto, {que como una gasa luminost egfuma al cielo con Ty mar, quisiese deseubrir el misterio del futuro, va mparta la vista de esas Lejanis credndosey tia duda, un paraiso donde sus suedos son reali- Gades. ya. moreno, delgado, més bien all has alas de su euros, y bajo 1a linea ligeraments © sus cejas unidas, nen elocuencia ¥ va comnbra mas obscura que 1a ¢ tit, profetiza un bigote os agitadores, las poesias. “demoledoras,¢ 108 (3) de os avezados: cemaldo Danel tiene diéz y nueve afios, e to. Bajo las an- embrero viborean mechones ndulada de jos ojos pardos, vivaces, ties J Sadacia; en el labio superioty Jel bozo infan- negro y poblado, Una po | toi como una americana y pantalén azules, de un azul de mar embrayecido, visten su cuerpo elegante ton abandonos campesinos; en 1a blancura i tpaculada de su alto cueljo, ondea una corbata trafa sangrienta. .. .jtambién, Como wn pendén libertariol Arnaldo Danel ¢s huésfano de madre: su_padre, un alto empleado de la Repiblica, queria hacer de él un_marino para la patria creyendo interpretar perfecta- Mente las inclinaciones de su hijo, pero éste no Tespondié ala ambicién paterna; el arte_vJa libertad le habian hecho suyo e initiles fueron ruegos y amenazas: Arnaldo. se alisté en las-fi- Jas de los revolucionarios socialistas, empulld la piuiia con brio y empezd su eruzada contra la Protesia, diario anarguista de Buegos Aires, Fanaldo encontré campo para sus Batallas; de dina silla hizo una tribuna y convirtié las psi- Siones en catedras sociolégicas. La r4piéa po- pularidad que conquistara, dié lugar a su exo- én de las oficinas del Estado. Se encon- (Se pues en tredio del arroyo, sin mas armas que emplear en la lucha por la vida, que una pluma débil e insegura, una voluntad en forma Pign, un torrente de ideas nebulosas y wn alma Gispuesta a todos Jos sacrificios, Su familia le Sbandoné, su padre le persiguié por Ja'policia, y ai, para huir de ella, se embares una tarde para, Montevideo confiado en el porvenic y se- guro de sus méritos. Alli después de miserias P terminables, consiguid editar un tomo de poe- sfas-al que un escritor conocido puso ui prélo- I Go, Su primer hijo intelectual, anunciado en 1. Satias revistas,de Montevideo y Buenos Aires, 8 < Samar Ria wll : ay gene oe el pretesto que.le acered au pad yrado en sa amor propio por [a obra acl tn ‘hora vuelve al eng de los suyos aia abstraid pupilas. ats os ‘Duermen las aguas del Plata bajo una sab: bil oleaje evoca la palpitacién de un sono ail. oe ‘Un erizo de espuma corretea a el chotro de agua’ que sics; Nquina, En lo alto de is chimenea, doude jos letras de bronce, #! humo escays ¥ en el horizonte. tuugamentet : ~-ZEl seiior va en primera? ‘Arnaldo le mira sin comprenderle, sin ver~ na ge luz: el cielo espoivoreado de estrellas parece: contemplar la voluptuosiddd “dei vio cuyo DE cigndose con movimientos felinos y va tazando tne) aire una mancha nogruzea gue se jierde Un marinero se acerca a Arnaldo yy resper Titubea el marinero antes de-repetir la pré- ta: poe —-Digo si el sefior va én primera. ‘Arnaldo comprende: --¥Yo tengo erden..-- | ~-Pero ahora no hay nil do despierto. ¢Qué hora sera? eQuiere bajar a proa? No pue dae aqui. -—ePor que? “No, voy.en tercera. gNo se puede: estar’ ingiin pasajero 2 bor Hace rato dieron las dos de la’ mafiana, den ustedes que= Pues. J porque van en tercera, Arnaldo «mica las aguas con cariiio; luego, al “ wgatinero que espera: i F <9 iPorque ‘pagamos menos: roa, needs {cAlllegar a la escotilla, antes de poner el pie (ea lopestalones de hierro, Arnaldo pregunta: - <2Scbelusted a qué B See qué hora llegaremos a Bue- Si, selior, a las s de tres'o cisatro horas. = |Gracias| seeeVamos a is de la maiiana, dentro CEL CAFE DE LOS INMORTALES : | re «La calle Corrientes es una de las muchas ca- : les cons pstcologia que cuenta Buenos Aires, es, ‘¢) Pedialniente en un trayécto de diez cuadras, des de San Marti’ hasta la avenida Callao, La ve _ fiRGEe &e Tos teattos y salones cinematogricos, chacen gue la gente circule’ constantemente; la ‘proximidad' del’ Casizo que anuncia sus | debuts con lamparillas eléctricas y focos vojos y el Royal Teatre que luce sus catteles policromos nila misma’ calle, contribuyen a dar cardcter Propio 2 esa vena de la gran ciudad con el con- tligente de cecotes y bailarinas que pasean sus | Tostro afeitados y sus pelucas acarameladas, an- te el butlaaguere piiblico de los caiés, Ener ¢ SYuno, situado en la mistha acera del Teas 0 tro Nacional, que se ha hecho célebre ya entre 14 genté que vive en continuo trato con las mu- sas. En la prensa y en las conversaciones fnti- mas, se le conoce por el Café de-los inmortales, ! a pesar de su muestra verde con el retrato en negro de Santos Dumont y a despecho de las enormes letras doradas que hablan de un lujo imposible en los cristales de lag vitrinas. Tos s- bados en particular, las mesillas de mérmol son pequefias para tantos pocillos, botellas y copas que los eternos parroquiangs consumen a sorbos para prolongar el paladeo. Un salén cuadrangular, sin mas adornos que algnnas imitaciones de jobelinos y grandes es ! pejos que multiplican en apariencia sus dimen sidhes; un pequefio mostrador a la entrada, para el despacho del café que una maquina movida a electricidad muele todo el dia; otro mayor al * fondo, frente a una estanteria de licores y cerca de un'escritorio enrejado y alto por entre cuyos barrotes se ve la cara flaca y simpatica del, pa- trdn, que siempre tiene para todos un ceremo- nioso saludo. Tal cs el Café de los inmortales. Entre los parroquianos que son algoas{ como una pesadilla ‘iblico comtin, el mds ori- ujante de algun renombre, que se pasa las horas muertas delante de una botella de Pernot, daricaturando a cuanto rostro se le pone por de- lante. Bajo las alas agobiadas de un sombrero que fué negro en sus buenos tiempos, una mele- na recia y una barba negra, encuadran a dos po mulos Blancos, una nariz recta y dos ojos brillan- tes; el eterno sobretodo que le cae hasta las pan- 1as, por comodidad desabrochado a la altu- ra del pecho, deja ver los pantalones rasgados, -u— > mew Se ( { i 4 i na tiene revista “Caras y : E ston de ilustrar una pagina de ments EL. que es un haragin crénico, dibsia le menos posible, lo imprescindible para que e! pi. piico entienda sus embrolladas lineas recres qe hacen caras de cartén y piernas de palo, | Berto Sopetana tiene en Careias! la Es un sdbado, ‘cf noche tiene'tibiezas temeninas ene) am- jranthy Ia luna, curioseando por entre loc tn Jades, parece una mujer coqueta hacienda ges- {8 desbreciativos y ensayando sonrisas de ake, reatees f0e08 eléetricos inundan ée clasidnare rosadas las aceras hormigueantes, Jin las puer+ tas de los teatros, ante la muchedumbre abiga- Jes Majeadas de blanco, dejando tras si ol eat rjurioso de susicarnes y perfumen El Café de los inmortates lanza por sus ven, ianas abiertas una bocanada de alegris oneq ern cn nubes de tabaco. La chachara fatal Gee cucharillas y el bailarin tintineo de Ine copas, al. dnitse con las frances carcajadas juvenig foe, man algo asi como wh hinno a la videuke’, Ja vida libre qué alli se respira manteladas con libs | 5 Vigorosos‘en el hablar, de mes ‘sutas o rubias e impecables, en un rined: gaflillo, escudrifia las puertas de ‘entrada couig Pesperase, A ‘guisa de campana ha bre la infaltable bote! De on grupd de jovenatelos qu paresfan berse colgado dela natiz una poss de quijotesca, se levanta una mano abr f os para saludar a Sopelana, iuego surce panamé por entre la negrura uniformeiie lov” sembreros hongos y una voz imelosa,acdriciado: #8 vibrante, imponiéndoseal murmullode lasala: 2", —jSalud, eximic Sopelanal 3 EI dibujante esfuma una sonrisa con Hesgano hace stn saludo amable.. (17) 0 ik hombre del panamé, hace esiuerzos para © pasar entre la muchedumbre con'su basidn; un libro y el pocillo de café, para ‘ileger husta el rincén.donde se refugia Sqpelanh;, Por fin cone sigue su objeto y tomando asienta*junto al, sin 5 tas ceremenias coge el rollo de cartulindjy dl: destenderlo: § —sQué es esto? --- Pues, sefior Contero.., Aqui, el hombre del panamé intetrumpe én tornande los ojos: ELS, —Amigo Sopelana, haga usted el favoccd suprimirme el sefor; el sezor estd bien ‘en Vous = de los horteras, de fos mozos, de los peluquaros, de’ les lacayos... nosotros los anarquistas, mo nosotros los intelectuales, debettos.de_bortatlo’ del diccionario, ¢Usded sube el or labra seftor? Pues... Aqui tenemos a Jacinto, » espero... sQué hora es? Coutero desenfunda un hermoso crondmetes =e {Pap oro y vesponde guardand.to y sin apastar ta “yleta dé la cartulina que observa con pr ‘des de entendido: a “Las neve y tres cuartos.. Con tna‘sontisa que tiene mucho de despre- « elativa, un joven como de _veinticinco afios, ru~ ©) bio y rosado como una careta de bebé, se acerca ", ala mesa de Sopelana,y golpeando familiarmen- “te el hombro a Contero: (7 4) —jHola! estamos de estreno? “ Gontero se vuelve solicito y alarga la mano; | Gi secin-IMegado Ia estrecha:entre las suyas y | 32) dice alruibarando Ia voz: --Pagaré la’ cena, jclaro! 5. Sopelana ‘sontie. “Contero mira a Jacinto de bito en hito, luego ‘se decide heroicamente: “=-Bueno. ‘Pero, epor qué? “22 \Carambal gAcsso un panamé?. ... ¢Cudn- {Ho le ha costedo ese sombrero? <¢-+jBahl.\\| _LBueno, es igual, gAcaso un panamé de pesos? ... | 1 S-<:Sopelana' lanza una carcajada e interrumpe: {290 —[Hombre! pero gcrees 1x1 capaz a Contero 1 de gastat mil pesos en un sombrero por darse joo i Sel gusto imbécil.de ir ala moda como cualquier Aburgués panzudo? {24 Contero, intenta ‘explicar: “CE SAIto. Si, sefior, SeySefior?, gse ha.vuelto usted hortera de re~ abla! Contero se vuelve, goipea las manos’y grita: no est viendo que el seftor hace 14s. Una hora que yace sobre la silla? eSe ¢ usted traerle café? "Jacinto toma por Ja manga al mozo 2 rlesgo Ye hacerle volcar una bandeja atiborrada de botellas y, dirigiéndose a Contero con indigna- cidn cémica: —aCémo? gun café? Cuando se estrena un sombrero panama se paga otra cosa, Luego agrega dirigiéndose al mozo: —Tréigame usted un bifftec con dos huevos, un buen trozo de pan y un chop doble, {Qué demonio! desde anoche que me mantengo con vermouths y eatés con’ leche aprovechando las nvitaciones de los compafieros. Tengo un ham- bre de hiena, amigo Contero. Si no le encuen- tro a usted, hubiera mordido a alguno esta no- che. Sopelana pregunt —gDe dénde vienes? De {tLa Protesta” alli me han presentado aun muchacho que acaba de llegar de Monte- ideo, donde ha dejado up libro de versos que, a juzgar por el que ha Ilevado a Ja redaccién y que apareceré mafiana, va a ser un libro de éxito ruidoso. —Si, si—explica Contero,—se llama Arnaldo Danel, un gran poeta.... un gran poeta de dieciocho afos. Anoche estuvimos tomando caié juntos en “La Brasilefia””. Es un buen mu- chacho, moreno, alto. ... —¢¥a le pescé usted? Pues es suerte para él; desde hoy, y debido a sus buenos oficies, amigo Contero, ese muchacho Danel serd vn gran poeta, un gran poeta, sf sefior, porque lo dice 1b onesepesaer ERS certs oe : Carlos Contero Zu y cuando Carles Con- tero Zubirreta to dice, por algo es. Interrumpe asi Sopelana; pero, al ver « jugose bifftce que el mozo coloca: delante de Jacinto, levanta los brazos y grita lamande la atencidn de todos los parroquianos: Viva el sombrero de Zubirreta! Una carcajada general palmotea entonces por la sala. Satisfecho el apetito de Jacinto y la alegria de Sopelana y Contero, se habla con seriedad. Jacinto toma el sollo de cartulina, Al fin! Faltan cuatro dias para la apari- cidu y todavia no tenfamos el dibujo para la portada, El periédico est todo compuesto. — Hombre, gpor qué no? Si el periddico re- sulta y se vende.... habrd para todo, Euita- remos un folleto antimilitarista.... —-Tu te compraras una chaqueta nueva, gQué mas? —Ne, con seriedad; nos estan traduciendo Manuel du Soldat, y esperamos que, con lo que Oe ie ' saquemas del periddico y el producto de una velada que organiza el “Cuadro Amor”, podre- mos editatlo para junio. —16— see bd Contero afirma: —Fso es un mamarracho. r Hombre, no sé firms “Rebelde”, y ¢ dad que ic es. Cotta todas lag reglas del arte, si,’ sefiez Gopelaria se encoge de hombros. a i c - a o’Eso clesacredita. En fin, muchos compafie- ror se contorman con la biiena voluntad y fads }) mas. eee —sQué quieres que se haga? Contere agrega en tono de censurat : a “Hoy todo el mundo se cree geniostentro.de n’propaganda, Bl que sabe trazar cuatro rayas y | ( y ensuciar ura tela, pintor; el que sabe inflar un Telegrama, periodista..... Miren ustedes, Hasta el zapatero de la esquina de casa, es. colabora- dor de una infinidad de periddicos reveluciona-¢ fies. ¥ no es que yo diga que los ebrerosne se > jntelectualicen;, pero, caramba.... +. we Zapatero a tus zapatos,—terminaSopelana. Jacinto se levanta para cambiar cuatro pala: bras con un grupo de otra mesa_vecin= Sopelana, entonces, a Conteroz : TEySabe usted quiénes son esos? Hace varios alas que Ics veo siempre juntos; hablan bajo y traen sins. verdadera biblioteca en los belsillos. los conoce usted? eepara decir la verdad, no les conozco. El 'a Calvete con ellos; me han dicho stat ede fa ditima edicién Sempere? 1 . —Creo que si. ‘ Ha notado usted un fendmeno? it cual? oi 2D ese la publicacién de ios libros de | Nietzsche a precio tan reducido, los individuaq sarong ae usted habré hallado el mo- 2) Yacinte vuelve echando provocativas bocana- (© das de humo, Se deja'caer sobre la silla, estira © Jas plernas bajo la mesa y, con aire satisfecho: = 2Qué tal? ‘Sopelana le aborda: ‘Dime, gesos de aquella mesa son individua- Tistas ‘ltima’ edicién? torna. ©Contero lanza una carcajada: 2 )Claro!. s. .|elaro!. Son Megetarianos? : Moroles iWin pargty! (*) , Jacinto ‘mira a .Ccntero interrogativamente; “Tego gi grita: {Un contact eV usted, exce- lentisimo'Zubirreta, no se adhiere a nuestra. “maniféstacion de protesta? =Prefiero un refresco. Uw grupo de obreros ha entrado en el caféy re, / tecorre todos los riacones con la vista, Divisan "+ a los trés amigos y se dirigen a ellos, Ya cerca, | \ano de Jos obreros, moreno como los c del campo, con el abandono musical pec "| ©) Bspecie de catia: Producto brasitetio. —18-— los provincianos del litoral, a Jacinto, golpedn~ { dole la espald |» —iSalud, Fernéndee! ~-— Jacinto vuélvese,, mire(4l obress y, tendiga- aici Mii et ndica sillas a los otros. Contero —Nos iremos en seguida—explica uno;— Whuscamos a Calvete, Sopelana mira el reloj que cuelga en la pa- red, frente a él --jHuml...... Me parece que ya no viene Cavana se impatienta: ‘ —{Caramba! Lo necesitamos sin falta esta. noche, Jacinto lo tranquiliza: “No faltard, Esta tarde estuve con él y me lasegurd que vendria con ese muchacho Danel, para presentarlo. Contero se levanta y hace sefias al fondo det |salén. ; | —Adui estén. —Ya decia yo. ae |,, Anibal Calvetejes alto, delgado, moreno, de Jabiog-sensuales en extremo; viste de negro y sis{ una melena enmarafiada y dura. En sus ‘modales se descubre al hombre aristdcrata, Sw verba es abundante, expresiva y enérgica. Alrededor de una misma mesa, Sopelana, Contero, Jacinto, Calvete, Cavana y Arnaldo, sostienen una animada charla sobre incidentes 19 | l dela vida bohemia del _dltimo. Los obreros, paradlos detras de las sillas, escuch Sn Arnaldo tiene la palabra! > 1, isa noche, a causa de! diluvio, legamos « A nuestro domicilio. Voredo me aconscjaba que nos fiéramos a la costa porque no tendriamos que pasar todo el dia encetra, dos en nuestro cuarto, pues si ei casero sabia que estdbamos dentro, no nos perdonaria, Yo, que me caia de sueiic, rechacé tal proposivion spuesto a afrontar a todos los caseros de Mon, ideo que se presentaran,: Le convenel y nos ‘os a acostar. Como mi compaiiero habia dicho, al poco rato de estar tirados en nuestros vatres, el encargado empezé a golpearnos ta orta, Ya ni chisté; poro, ea que no se imagi- te n ustedes lo que se le ocurrid al ‘redo? -~eEscapar por la ventana? Aigo mas gracioso que eso. De nuestra Bdbliotecc gis el libro de Proudhoir "Qué es 'a propiedad?”, y por el ojo de ia cerradure empezd a leer algunos parrafos, El hombre se recié porque comprendié la burla: pero Poredo, lejos de atemorizarse por esto, abtiéle a ¥ $€ puso a cantar como un energdme- no, parodiando la letra y con la miisica de “Ei. jos del Pueblo”: iEstos caseros avaros, cocl que no nos dejan vivir en paz, os barreremos los inquilinos al santo grito de: No pagar! Tos oyentesfanzan una estrepitosa carcajada, Cavana pregunta con interés: —¥ la propaganda, gqué ta! por alli? —20— 0s, - +++ todo lo que usted quieras: reaccionan, Para entonces nos prepararemos.” de Sopelana: rueda de cafés Fevvot, enciende un cigatrillo, se arrellana en fa siila y queda abstraido mirando las eapricho= #28 volatas blancas del humo, —Bien, bien, El “Centro” internacional” verdadero foco dg rebeliones.. Todas las se-. vanas se dan conferencias, ee,organizan contro- +++. en fin, la gente se mueve, | moyimienta!obrera, 2. . ‘ ~ Como en todas partes. Un rebaito, algunos. esitle buena te, los mds pillastres o maa- 's..'.. nada mds, ¢Enfusiasmo? egorazgn? pero falta es. conciencia, cerebro, ‘i Contero agrega filosdficamente, lanzando un —-iLa chusma eterna! Calveté se encara con Cava Siang 0 del x? de mayo ios “uimos® efor, : . : Pregunta Arnaldo, mientras mira la cartulina ~-2Qué gremio estd en El de tipégrafos, 2) n manifiesto? —1Por qué no? Contero palmetea: : —Vamos, debuta bien ef amige Dane ~-iMozo! ;Tinta, papel y plumal,.., welga? ete usted es cribirnos y otea Sopelana pide un sifda, se sirve otra copa de att £27 Se hace sitio en'la wesilla para el tintero necesita ponerse sobre les copas. i | Arnaldo redacta el manifiesto. Los obrers, [tras él, miran los contoneos de le pluma que corre sobre las blancas cuartillas como p dejar escapar los pensamientos del que la ma cneja, Anibal Calvete hojea una revista, Jacint tamborilea con los dedos'sobre una copa vacia El café contintia repleto de gente bi ‘Las manecillas del reloj marcan las doce y media. Tras las vitrinas, en Ja calle, se ven pasar los cartuajes florecidos de sombreros enormes que © focultan a-medias los rostros provocativos en- _marcados en cabellos color naranja, acaramela- dose amarillos como las espigas del maiz. Por (las aceras, las girantas pavonean las cade © andando a pequéfios saltos ritmicos; en los la- |S bios acarminados donde ondula una sonrisa 5 Mena'de promesas yen los ojos donde fulgura \| (un fuege extrao, hay rigideces dolorosas que escapan_a Ja vista-de las pupikas vulgar Los chisi, chist, se cruzan como en una batalla de lores las serpentinas y los requiebros, w tanto. picantes, saipican con notas alegres el bu- licio| sordo de la calle. 2) Terminado el_manifiesto, Arnaldo lo lee en ah vez alta haciendo gestos y ademanes, “Jacinto “aplaude, Sopelana sonrie, Contero acaricia la espalda de Danel, Anjbal da, y n'los labios de Cavana y de los otros obreras | [Jigustea una sonrisa de aprobacidn, Jacinto se levanta, -sube a una silia y, le ‘tando una copa vacia, con gesto dramatico: —22— ss —jBrindemos a la salud de Arnaldo Danel, el mas grande poeta de la revolucida! ~Sopelana rectifie — “EI poeta mas grande de América! —i¥ del mundo!—agrega Arnaldo riendo y levantando la botella de Pernot que Sopelana quiere arrebatarle. Contero rie convulsivamente y mira al grupo de jévenes alegres con algo de satisfaccién pa- ternal. * Jacinto hace como si saborease el contenido de la copa, tira al aire el sombrero, alarga el brazo en actitud solemne y dice dirigiéndose a los curiosos que se han agrupado: —Sefiores, la humanidad se pudre en este estercolero que han dado en llamarle sociedad; el hombre no hace otro papel en la vida que el de un insignificante tornillo facilmente suplan- Nosotros, los _/acos; nosotros, los jdvenes, que remos vivir, queremos gozar de esta manifesta- cidn de la Naturaleza que se llama existencia; trabajamos para mafiana por el placer que nos proporciona hoy y gozamos ahora porque ma- fiana no sabemos qué ser de nosotros. ‘Arnaldo, Sopelana y Calvete aplauden, Jacinto se interrumpe: _jNo quiero claguel Una voz: Qué bails un pericdn! Contero coge una pierna a Jacinto y, hacien- do esfuerzos para bajaile de la silla: --28— x table; el cristianismo heredado de nuestros . abuelos nos roe la’ voluntad, nos carcome el ca-.: rdcter, nos enluta el corazdn, nos mata la vida! —gEsté loco? Bajeses esto va a terminar en la comisarf Jacinto le mira interrogativamente. ‘isto va a terminar mal—insiste Contero. —Sexores, a pedido del respetable publico, suspend Ia lata.—Dicho esto, Jacinto se des- ploma sobre la silla. El grupo de curiosos se deshace en murmi- Hos. Cavana se despide con los obreros: —jSalud, buenas noches! — Salud! Mfafiana, si ne han ganade la buelga, hor co a todos los burgueses de las tipografias!-- grita Jacinto. Tl mozo se acerca a la mesa de os cinco iges y les a que es hora devcerrar el nieka a café Contero pone sobfe In mesa un billete de dies el mozo cobra, da el vuelto y se retira. 41 dos monedas de pes Contero deja sobre el mar diez centavos. “Al salir, Jacinto, se encara con Contero: ar para qué ha dejado usted esas monedas sobre la mesa? —-jHombre!... - la propina, wTYa propina, la propina.... Mientras du‘e a caridad habré sinvergitenzas, Eso es una Iie tmosna, wn insulto, una muta degradacisn. « -- ~-jPero hombre Es que ios moz0s g- nan muy poco.+++ quizds sea un hombre care gado de familia... yo, total veinte centavos "asi les aywdo. “pues, que pidan mayor sueldo, «+ 9 que roben, jqué demonic! eR 3 que se echen al lo—canicluye S 4 5 neluye S ido y dando: par terminado:el incidente Yo en fa calle, enciendea ua cigars, S na pregunta: : : “iY ahora? Supango que. y ; apo que. na : chon Sapongo g quonrdn tee —eWamos al bosque de Pelermo? ~-¥o propongo otra cosa—dice Arnaldoj~ Aeoios en un bodegsn'del Paseo de Julio. Yo couorco uno en el que hay vino pero de ndoza, y empanadas ¢ la criotla. ‘ —2¥ qué haremos alli? Sop jana nos hace Ia caricature a todos, eguaceel atiratura'a todos, Calvete recita sus versos, Jacinto nos da ‘una onfereacia, Contero nos cuenta algo dela pros: capo de Malatesta> y YOrnesee sa s —Perfectamente; pero, 2 ce : 5 pero, equién paga? Yo ngo up, cobre, ia _ nero uruguaya warenta y) cinco’ (pesos : iiss gp ace ol sorarero respetuosaniente -~iSi —Aceptado. ;Adionst : L.os cinco se cogen del brazo, bajan a la calle | nal Puerto. : P paso de carga y cantan: 25 Geblo, te oprimen cadens,” tanta injusticia no puede segitic; | gi tu existencia es un mundo de penss, (Rane que esclavo,*prefiere morit. : 7 mt { CONFIDENCIAS ¥ PROYECTOS. Ld recova dei Paseo de Julio, ave se exter” de sin interrapeidn y deseribiende 22 pequeno “arco, desde 1a terraza del Palacio de Gobierno eee Frente a Ia estacién Retiro, ef 519 duda al- calle més original de Buenos Aires Las Game ac de las aceras dan la impresién, miradas Meade e] Puerto, de wn puente gigantPere bajo dL etal corriera un rio impetuoso de cabezas hu- Ganas, Los edificios eventan algunos Pie" la "planta baja esté totalmente ‘ocupada por figones, _Pintinas, cases. de remate, relojerias de desecho, cmacenes de ,comestibles, fondas, reals chi- jescos y todos 808 negocios pequefios que Sit ven para atraer y explotar 1a candider de les Torateros,. genieralmente campesinos ge todes fos paises del mundo que vienen @ auestras tie- gras eegados por la! leyenda dorada que se ha | Yordado sobre ellas, Frente @ Ja recova, 108 1 \Grenos ganados al rio por las obras del_pnertoy | transformados aliora en hermosos jardines, con Hattan Druscamente con el aspecto Be lénico © de Ja'acera, Durante el dia, los osganillos lugu= “fyres de Tos teatros chinescos que empapelan |as Golutinas y, fas pavedes con TECHIES ‘de revista He BO dlustradas de sucesos, persiguen al rranseunte por todo el trayecto; tinase 2 esto el enumerse Ge precios de los rematadores, el pregén de los ae Pesciantes parados ent os portales de sus tien- Gas, las slisputas de los vendedores ambulantss, fos idiscursos de los prestidigitadores, ye] em bnollo indescriptible de lenguas y s¢ 2#rd,al Pa seo de Julio, Para verto, hay que pararse en el primer arco que mira al Palacio de Gobierno y Pritar hacia el Norte, Por sobre un mosaico de mivéhreros de todas formas, las banderolas de Ine teatros chinescos se hamacan cansadas, log globos de goma rojos y azules se agrupan aqui F alli como ua bouguet original, y bajo [as macy Jayde los comercios balancean los embutidos de cerdo ayecinados con pantalones que pernesn y chaquetas que accionan-como diputados De Y Jche aquello esté mas solitarios una que otra pareja amorosa que kuye de las tniradas inopor- Pinas y se refugia bajo las arboledas del Parus, algdin borrachic extraviado y los desperdicigs de la prostitucién. que todavia pueden encontrar parroqtianos entre los marineros de la armada, Biteros y vagabundos, Las casas de remate s¢ crran y solo dan una idea de {a febrilidad Giurna, los innumerables cafetines, fondas y Do~ degones que revientan de gente bullanguers, ‘Los cuatro amigos, cogidos del'brazo, acaba de desembocar en el Paseo de Julio. —zQueda lejos todavia?—pregunta Contero. —alisté usted muy apurado? x Hombre... ast, asi, Mi mujer me espera en la cama y. +++ "Claro, y usted tiene compasin de ella, quiere iz a consolarle.-.- ja! ja! Ge! 1 “Calvete, com lagrimas en fos Arnaldo nia: -—pSaben ustedes ddnde esté el Nuevo Hote? de Génova? Sopelana se encoge de hombros y Jacinto: = {Para qué diablos quieres saberlo? ~-Hombre, es que al lado esté el bodegén donée vamos, Como he faltado de aqui oche meses, no recuerdo bien ahora, Calvete lanza una carcajada y exclama: —jEl bodegén de “Las tres bolas’! ja! Todos le miran extrafiados. —gEstis loco? , —2Se te han allojado las tuercas? Has perdido el equilibrio? Calvete continiia riendo: ijl... el bodegén de “Las tres niado, Je coge wi braz | Qué tiene ese bodegén para que te Nada, hombre, ada! es que que me acuerdo de una cosa ys... jj! La risa se contagia a todos sin saber por qué, jos y Jas mejillas congestionadas por el esfuerz0, empieza: —:Conocen a Antero? Jacinto hace cuernos con Jos mane: —Si, dicen por abi que es pesquisa. — Qué ha de ser! Ni para eso sirve, !—grlia Sopeiana. —Ruene, e) muchacho sera py estupide, pe ro tiene an corazén de ofc Sopelana a Conter jedos de la se eche aj ~jSi se lo pudigraimos rebar! | otro dia—continda Calvete,—se presene | +6 en mi cuarto sofocado, sudoroed'y con voz entrecortada por Ja fatiga, me dice de sopetd: —jAnibal, he hecho un descabrimicate co- Tosa Yo queria que me explicase, pero el snald seboreaba la impresién que iba'a darme, pro- longando el relato con. mil disparatadas deduc~ jones. Palmoteaba, saltaba. jSe acabd el ham= bre! {Se acabé la vigilial Por fin se.exp! ‘on mucho misterio y--haciendo: ridict torsiones me dijo: En el Paseo d: 0 Jel “Nuevo Hotel de Génova” hay un. bodegén’ que se llama “Las tres bolas”; alli venden unas empanadas a la criolla asi de grandes por cinco centavos y hay un Mendoza. ers, Fuimes y, ¢a que no se imaginan ustedes de qué relleno de las empanadas? ~sDe ratones en picadillo? —-zDe hormigas? De estopa? —jJa! jal jal. 02... 90. Hombre. ... ede pelos de mujer? —Barbaro, ‘ — ando da frutos ne pien- 2 Fumas? sa el eso. apes “ites Re pien —Como un murciélago. --Caramba, no tne parece muy clarada com: ~2¥ no te hace mal 4 iH —Jamés me preocupo de eso; hoy fumo por 2 ae que ime gusta; aque mafiana me moriré por es- El hombre, ante todo, tiene una to? bueno... el mafiana nb me quita el apetito. conciencia, una voluntad.... fan sree -JEn nada absolutamente te preocupa el f- En ese caso, que también ‘acepto, yo he © turo? 7 porqué a mi vida, 0, si quieres, de —En nada. card mi vida, sin que por eso deje de da Tun aun en tu carrera usin, a Hevar a efecto una obra colosal | Me haces reir, Yo escribo porque si, sin gue tengo proyectada, et i otro fin que el de reirme de los otros. eClees ti e entiendo, atatds tu existencia ala gru- | que yo arpito @ una gloria mas 9 menos mo- ce porqué, de ese motivo it ' q ars lo, : She i a i s eNO le wierd, ) a3 =Sitor Danel, quiere wsted tener In bondad de agompatarine hasta c! Departamento de Po- lie “Arnaldo calla x sigue andando. Bl pesy insisto co. voz melos: Seis para una averiguacidn; cuestién de me- dia hore. : Fernando dase vuelta y responde enfiilica- mente: —Disculpe, usted, eahallero, pero el & x yo tenemos mucho que hacer abora para ir & perder cl tiempo en averiguaciozes. —Zs que... ‘Arnaldo interrumpe con brusqued Bs que no ramos! YX como Jos dos amigos intentan eruzar Ja ca- Tie, Jos pesquisns les atajan cl paso esforzéndose fen cowerlos por el braze; Arnalde, fuera de si, niza el basloneillo y, con voz aruenazadora: —j Cuidado! Tans pesqtisns no hacen cago de Ja amenaza y a arlos, Se entabia 1 isla que los vigilantes act den & los repetidos toques de pito de los pesqui- sas, “iia calle esté lena de curiosos que hacen los sa. cometiarios 4 su gusto mnirando con euriosidad Jas maenas revueltas de Arnaldo y Fernando. “—jBerén ladrones? —Ha de ser por piropear 4 alguna sefiora. —$n aparauistas. ‘Ammldo in roto ef bastoncillo en la refrieg: Los vigilantes interrogin —Auué hin sido? Vemando toma la palabi Se —Hosolros, que somos dos pacificos ciudada noa, zeniamos por | pronto 4 estosdos individuos so les acurre no dejarnos entrar en esa casa. Como usted comprendera, se- Hor gente, esto no esti on ln Constitueién Ar- genta, porque en cl ariiculo Basta—dice el vigilante, y luego agrega di- rigiadose 4 os pesquisas:—g Ustedes qué di- feeneseigente eros - —Somos agentes de investigaciones, y para prorlo muestran sus libretas correspondien- tes. Fernando, haciendo .aspavientos cémicos, exchm: —Acabéramos! Silo hubieran dicho al prin- cipi se hubiera ahorrado mi amigo Danel el Saedn, Tondrin ustedes que indeanizarnos; 4 Trsp ig testo dog,como era Ia intencidn de uno de los pesqui- sasque queria vengarse de les bastonazos de Amdo. t Bh el despacho del comisario, que fiel & Ia cogumbre no esta ca sw puesta, los recibe un mauetrefe enfundado en cl nuevo wniforme que elpfe de policia, ya que es ineapaz de imnovar elervicio, ha reformado para dar una prucba Gesu actividad y al mismo tiempo, para em- pinr 4 los cientos de jévenes con recomendacio- he influyentes que todos los dias so ve preci- slo 4 recibir y que le conviene polocar para.éa- tisfacer 4 sus amistades politicas. E] bastén de ‘Arnaldo, tronchade, aparece oacima de la mesa; un vigilante quiere cachearlos, poro un gesto ignisimo de Arnaldo lo deja perplejo, acostum brado como estd 4 tratar con infolices borra ___chos. Pay lgdta’ Arnaldo dando gcuparé. mis bolsillos, fe de Shombros,~abre los 1 vigilante, y le do le palpa Is —Peto, gpor qué? Bee Hombre, porque les da la gana. ; 2 —Temorque nos acusen de portar.el cuchi- | | Hito misterioso. Fernando de un salto pénese de pier: —gEl cuchillito misterioso? ;Qué olora Paul Féval se siente aqui! eQué es eso? Toe | =Costumbres del pais que no figurardn en} Ls exposicidn'del Centenario... ’ ef “" Tan enterado como antes,’ x i —Pues es esto: cuando la policia no encuen- tra ptetexto legal para encerrar a,algiin com paiiero, lo acusa de portar armas y, como en tal © + ¢aso debe presentar el cuerpo del delito, se ha suttido de una respetable cantidad de cuchillos de puiio negro. ... e Fernando interrumpe con una carcajadaz {Jal jjal jjal.... yate entiendo, Es decir,” que nosotros pasaremos por hombres de armas. llevar. Esté bonito el lance. 1 i —No te parecer4 lo mismo cuando, haga “ yeinte dias que estés encerrado y te falten otros veinte para’salir en libertad. ee —No me lloran los hijos. —Nia mi, —Entonces, gpor qué te preocupas tanto de . esta insignificancia? : ~alnsignificancia veinte dias encerrado? —Hombre, nadie se muere por eso. ... pero dejemos la cuestidn aparte; tienes cigarrillos? —Uno. i Fernando hace un gesto de impaciencia. Ar- naldo saca la cajetilla, ne —2Lo quieres? —Fumémosle entre los dos, aaa eae (Ragie in paso ards ¥S,0es “rBermando ys° encog razos para facilitar ja tarea. a mistérioso, cua é eines oe SuTenga usted, cuidado,. ina: imainitae, 5° ee at i torte de préctica 10s deb interiogatot nelarnan en gai mismo call encirran ‘en yn mism on all eléettica fenrejada que asoma pot é rafias en un rincdn del follaje-de las tel asoedel guardlin no se oF {Cuando y; gua ort Vaddorsaca su paduelo, dnice prendaqi irdsjade, fo Sitiende ‘en ebsuelo, junto a la ndose caer st aoe acece qiie fos hemos equivo~ do compafiero. as manios atras. qmire conriendo y agreg’: |. “dho, date no era el hotel que deseaba cd \acena de-esta noche; en. fin, “cuando no pian, buellas son tortas” dice el vefran. Epyes, Arnaldo; “cuanda.no hay pans buenas ‘gon tortas”: . asZgPero tienes ganas © [2 Si te parece, Meraré 2 Spero, ase te ocutre a th pensar en lo que Halide nosotros estos barbaros? EE Lo menos, 1o'menos, guillotinarnos: stoy para bromas. eae A er at No en “peste masanaco hasta que termine [a huelga x abajo lievo dos Fer- 3 de fete todavia? _-Venga ese medio, Gracias. Ahora, mish” tras echo humo voy escribir, ‘un soneto -€i pared, éTe ban dejade + l4pie? —No. % Pees to grabaré con Ia uta, Carambe, te do est’ lleno de fechas y nombres; edén cea Gontraré un pedazo de pared en blanco pal ‘ rn. : oo = eX mmaldo se entretiene én Jeers inseripelones la pared dandole un asp: que garabatean i gglifico, De pronto, Fernan- antiguo muro jeroglifico, Ferman: , que ® un trozo de do, que anga ala pesca de un ope ae tjonable, lanza una carcajada y llama su amig i - ee Mira, mira qué hermoso dibujo! Ainaldo lo observa un instante y,, luego: | > BAM So es de:Sopelana; qué dice debajo? ls un trozo del \ } | imno Argentino. Ofd, mortales, el grito sagrado;, j *§ Pibertad Libertad, Libertad, Libertad, 0 Gid el ruido de rotas cadenas, Vics ‘Ved el tyono: 1a noble Igualdad a aqui? ; : F areola, ‘un pensamiento! —aSi serd de Jacinto? le fe _yTambién te da por abi | | cae mrodas partes donde ha estado preso, { cegdin dice, ha escrito un pensamiento 2 guisa | de protesta. PrGxando le con —eQué dice? Fernando lee: aetietall Feranngo ja que nos encesréis en vuestras 6. orca le felicitaré por este. Jemorras; las ideas rompen todas las cadenas, oh agaltan todos los muros, rompen las bay: fastan el plomo. La persecucién de que 46: hacéis objeto prueba vuestra impatencia Arnaido se ent: 2 asmars o:/21 dees jBravol’ =! Leer e Fernando echa tha dltima bocaaada de humo 7 = zmandose los’ dedosi con =i resto-del medio, cigartillo; arroja la colilla’y afdorosamente pé- 77 nese a grabar con la wiia el primer pie del so= | neto, a. ord a 4 » —Yo haré otto—dice Arnaido, Asi, los dos jévenes, pasan lag horas. En el patio de la comisarfa’ no “se oye otro.-.* cnido que el de las espuelas. Unicanto mandto-'” no en idioma destonocido aletsa perezosamente entre las altas paredes- de los ‘calaboxos, “La. imidad del ocaso d> tina ‘opacidad-tertésa 2 la brillantez del ciélo, isa lamparilla eléctcica enrejadd que surge como una flor exstica de” 1 entre el follaje de las telarafias, parece més ule = gesante a medida que los crespones dela noche |: J empiezan a colgarse de la techutabre. % Los dos amigos departen tranquilamente sen fos en el asfalto def suelo. Tras las rejas de la’ pilerta aparece el casco blanco de un vigilante,” fn la cecradura hay un chirrido alegre'y cl ro= © ce de los goznes remeda un gemido infeatil. BL ilante asoma medio cuerpo y grita con rdf. entonacién de mando: -~iArnalde Danel? gFernando Benimsli? Liste dltimo se levanta de un salto, so cw tarmente, hace una exagerada reverenci dice tlevdudese la mano al ala del sombre -—jPresente, mi general! Acaaldo lanza la carcajada. ¥. 852 e

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