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T. 324, PS. 4/18.

En la Provincia de Santa Fe, a los catorce días del mes de febrero del año dos mil veintitrés, los
señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, doctores María Angélica Gastaldi, Rafael
Francisco Gutiérrez y Eduardo Guillermo Spuler, con la presidencia del señor Ministro decano doctor Roberto
Héctor Falistocco, acordaron dictar sentencia en los autos caratulados "LÓPEZ MARULL, EDUARDO JOAQUÍN
contra MUNICIPALIDAD DE ROSARIO -RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO- (EXPTE. 243/14 -
CUIJ 21-17454782-0) sobre RECURSO DE CASACIÓN (CONCEDIDO POR LA CÁMARA) Y RECURSO DE
INCONSTITUCIONALIDAD" (EXPTE. C.S.J. CUIJ N°: 21-17454782-0). Se resolvió someter a decisión las
siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso, ¿es procedente?;
y TERCERA: en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar? Asimismo se emitieron los votos en el orden
que realizaron el estudio de la causa, o sea, doctores Falistocco, Gastaldi, Gutiérrez y Spuler. A la primera cuestión
-¿es admisible el recurso interpuesto?-, el señor Ministro decano doctor Falistocco dijo: I. Mediante resolución
registrada en A. y S. T. 312, págs. 201/204 esta Corte admitió la queja por denegación del recurso de
inconstitucionalidad interpuesto por el actor contra la sentencia de fecha 4 de agosto del año 2020 dictada por la
Cámara de lo Contencioso administrativo Nro. 2 de la ciudad de Rosario -integrada-, por entender que la
postulación del recurrente contaba -prima facie- con suficiente asidero en las constancias de la causa e importaba
articular con seriedad planteos que podrían configurar hipótesis de violación del derecho a la jurisdicción con
idoneidad suficiente como para lograr la apertura de la instancia extraordinaria. En el nuevo análisis de
admisibilidad que impone el artículo 11 de la ley 7055, efectuado con los principales a la vista, y de conformidad
con lo dictaminado por el Señor Procurador General (fs. 298/303), he de propiciar la ratificación de esa conclusión.
Por ello, voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi y los señores
Ministros doctores Gutiérrez y Spuler expresaron idénticos fundamentos a los vertidos por el señor Ministro decano
doctor Falistocco y votaron en igual sentido. A la segunda cuestión -en su caso, ¿es procedente?-, el señor Ministro
decano doctor Falistocco dijo: La cuestión litigiosa puede resumirse así: 1.1. Según surge de las constancias de la
causa el actor interpuso recurso contencioso administrativo contra la Municipalidad de Rosario, pretendió la
anulación del rechazo del pedido de reajuste de su haber jubilatorio -denegado tácitamente ante el silencio frente al
recurso de apelación que interpusiera contra la Resolución 555/12 (Acta N° 2484) del Directorio del Instituto
Municipal de Previsión Social de Rosario- y solicitó se condene a la Municipalidad a abonarle las diferencias de
haberes entre lo percibido y lo que le hubiere correspondido percibir de haberse liquidado correctamente su haber
jubilatorio, con intereses y costas. Expuso que habiéndose desempeñado durante 37 años, 2 meses y 25 días en
relación de dependencia con la Municipalidad en el cargo de Procurador dependiente de la Dirección de
Contribución de Mejoras, solicitó su jubilación el 30.09.2009. Relató que el Directorio del Instituto Municipal de
Previsión Social de Rosario dictó la Resolución N° 876 (Acta N° 2360) del 22.12.2009 por la cual se le notificó que
se encontraba "en condiciones de acceder al beneficio de jubilación ordinaria..." y que se autorizó al Sector
Liquidación de Prestaciones a determinar el monto del haber y efectuar las liquidaciones de los haberes que se
devenguen y el subsidio jubilatorio. Expresó que por decreto 995/10 el Intendente aceptó, a partir del 01.07.2010,
su renuncia, expidiéndose el pertinente certificado de servicios y que, a su vez, por resolución 244/10 del 10 de
agosto de 2010 el Directorio del Instituto Municipal de Previsión Social de Rosario le otorgó la jubilación ordinaria
a partir del 01.07.2010. Explicó que en el cómputo provisorio de haberes no se tuvieron en cuenta los períodos de
Sueldos de julio a septiembre de 2010 y el Convenio Decreto N° 639/09 (que se le comenzó a pagar a partir de
abril de 2009 hasta marzo de 2011 inclusive), por lo que dedujo reclamo administrativo el 12.09.2011. Aclaró que
el rubro "Convenio D. 639/09" corresponde al Convenio por el que se regularizó en 24 cuotas mensuales y
consecutivas, con más un 20% de interés, haberes devengados y no abonados en el período comprendido entre
agosto de 2003 y diciembre de 2008. Afirmó que el Instituto Municipal de Previsión Social por Resolución N° 320
-Acta N° 2472- del 23.05.2012 resolvió no hacer lugar al reclamo. Explicó que para así resolverlo el Instituto
sostuvo que "los agentes Procuradores Fiscales municipales, al igual que todos los agentes de la Municipalidad, no
pueden percibir anualmente una suma superior a la que corresponde en el mismo período al Sr. Intendente de la
ciudad de Rosario, teniendo en cuenta en ambos casos los descuentos de ley (Minuta N° 17840 del 28.03.96)" y, de
ello dedujo que "resulta lógico entender que ningún agente de la misma administración perciba un haber jubilatorio
mayor al que teóricamente correspondería al Poder Ejecutivo Municipal. Además, sostuvo el Instituto que la
percepción de las sumas en concepto de Convenio Decreto N° 639/09 y las deducciones jubilatorias no le son
oponibles y que, además, estas últimas no hubieren correspondido realizarlas, por lo que ordenó asimismo la
devolución de los montos a la Municipalidad de Rosario". El actor relató que contra dicha resolución dedujo
revocatoria y subsidiaria apelación el 12 de junio de 2012; que la Administración mediante resolución 555/12 (acta
2484) rechazó la revocatoria y concedió el recurso de apelación pero que luego nunca contestó, configurando la
denegatoria tácita. En su demanda contenciosa brindó los fundamentos por los que consideró que el reajuste de su
haber debía ser admitido, pidiendo que se declare la ilegitimidad de lo resuelto tácitamente por el Municipio.
Planteó que el rechazo a su pedido de reajuste por parte del IMPSR resultó viciado en la causa jurídica y violó el
principio de legalidad, previa transcripción del artículo 46 de la Ordenanza 7919/05. Afirmó que la norma aplicable
resultaba clara en cuanto a que la base para determinar el haber es la remuneración percibida en actividad, con la
condición sine qua non que se hubieren efectuado los aportes bajo el régimen municipal y seleccionándose los
mejores 36 meses comprendidos en los 120 meses inmediatamente anteriores al cese efectivo. Adujo que en las
actuaciones administrativas consta que dentro del período a computar de 120 meses se ha devengado a su favor
desde agosto de 2003 a agosto de 2008 montos reconocidos por Decreto 639/09 (que se le comenzaron a pagar a
partir de abril de 2009 en 24 cuotas mensuales y consecutivas) y explicó que no existía motivo alguno para no
considerar lo percibido por tal decreto para el cómputo del haber jubilatorio en la liquidación definitiva que debe
practicar el Instituto Municipal de Previsión Social. Precisó que el mencionado decreto, dispuso expresamente
"...hacer lugar a lo peticionado por los agentes procuradores... Eduardo López Marull... debiendo las áreas técnicas
pertinentes instrumentar los medios a efectos de hacer efectivo el pago de los montos detraídos y retenidos a
valores históricos. Dichos montos serán abonados en 24 cuotas iguales y consecutivas a los Dres... Eduardo López
Marull..., adicionándose un 20 % a los montos señalados en concepto gratificatorio y como suma única y en las
cuotas en cuestión". Explicó que tal decreto constituyó un acto "admisorio de un reclamo oportunamente
interpuesto", por el cual el Departamento Ejecutivo Municipal, "reconoció la ilegitimidad de la detracción y
retención de dichos montos, ordenando su devolución mediante un plan de pagos sobre los cuales dedujo aportes
bajo el régimen municipal, lo que no hace más que confirmar su evidente naturaleza remuneratoria...". En otro
orden, invocó que la denegatoria a su pretensión patentizaba un vicio en la causa jurídica y grave error de
fundamentación, ya que el Instituto Municipal de Previsión Social había sido creado como entidad autárquica en la
órbita del Departamento Ejecutivo Municipal y que como tal no podía cuestionar un acto administrativo plenamente
válido y eficaz como es el decreto 639/09, que ha producido efectos que se han cumplido a la fecha en base a un
derecho subjetivo en el cual se sustentó el reclamo. Consideró inaceptable que el Instituto cuestione lo resuelto por
el Departamento Ejecutivo Municipal mediante Decreto 639/09 y que considere que lo dispuesto allí no le es
oponible, cuando se trata de una norma a la cual debe acatar como parte de la Administración Pública, y menos que
pretenda sostener su opinión alegando que no ha sido consultada al respecto. Expuso que lo abonado en cuotas no
varía el carácter de remuneratorio y sujeto a descuento y que los aportes y remuneraciones se efectuaron
oportunamente, es decir, la primera quincena del mes vencido, sin objeciones por el Instituto con lo que, en su caso,
su planteo de inoponibilidad resulta tardío. Esgrimió la existencia de un vicio en la causa jurídica, en torno a la
invocación de una Minuta de Comunicación del Honorable Concejo Municipal de Rosario para pretender aplicarle
el artículo 29 de la Ley Orgánica Municipal negando su derecho subjetivo reconocido genéricamente por la
Ordenanza 7919/05, y por el Decreto 639/09. En lo formal, adujo que la Minuta de Comunicación es, a lo sumo, un
informe destinado a recomendar, requerir información o exponer algo al Departamento Ejecutivo y, en tal carácter,
carece de fuerza ejecutoria y vinculatoriedad como para obligar al Departamento Ejecutivo Municipal a apartarse de
las normas generales dictadas por el propio Concejo Municipal y sus propias normas. Desde lo sustancial, aseveró
que el artículo 29 de la Ley Orgánica Municipal 2756, establece que "el intendente gozará de un sueldo o
retribución mensual, que no será inferior en ningún caso al mayor que exista en la Municipalidad", lo que no
permite incluir la situación subjetiva de quien, como el actor, accedió al beneficio jubilatorio y cuya liquidación
definitiva debe realizarse conforme las pautas de la Ordenanza 7919 exclusivamente. Adujo que la razón de ser del
tope obedecía al principio de jerarquía, que implicaba una supremacía entre funcionarios de distintos niveles; al
carácter de agente público y que refería a "sueldo o retribución"; empero que él en su estatus de jubilado no estaba
sujeto a relación jerárquica con el Intendente desde que a partir de su renuncia aceptada cesó la relación de función
o empleo público, no era agente público sino jubilado, y no percibía sueldo sino haber jubilatorio. Argumentó que
una recta interpretación del Decreto 639/09 llevaba a concluir en la inaplicabilidad del artículo 29 de la L.O.M.
2756 al caso concreto y que carece de sentido afirmar -como lo hace la resolución 320/12- que "resulta lógico
entender que ningún agente de la misma Administración perciba un haber jubilatorio mayor al que teóricamente le
corresponde al Poder Ejecutivo Municipal". Por último, adujo vicio en la causa jurídica e inadmisible invocación de
los actos propios y explicó que la resolución 320/12 del IMPSR pretendió entender como conducta preexistente la
relacionada a los agentes públicos y aplicarla a los jubilados, que gozan de una situación jurídica subjetiva distinta
y que con ello el razonamiento falla por su base, porque la conducta mantenida respecto de los agentes en actividad,
en el marco del artículo 29 de la L.O.M. no puede ser aplicada invocando el "venire contra factum" a quienes no son
agentes en actividad. 1.2. La Municipalidad de Rosario en el responde postuló el rechazo de la demanda con costas
alegando que el recurrente no tiene derecho a reajuste. Sostuvo que se estaba ante un conflicto interpretativo de las
normas a aplicar para el cálculo del haber previsional y que el actor solicitó el reajuste de su haber previsional en
función de las sumas de dinero devengadas mientras era agente activo, en concepto de comisiones por cobranzas
judiciales o extrajudiciales de cuentas contributivas de la cartera de cobros judiciales que tuvo a su cargo. Señaló
que el Instituto Municipal de Previsión Social de Rosario, por analogía con un caso similar, solicitó a la Dirección
General de Personal antecedentes administrativos, remitiendo esa repartición copia del
Expte. Adm. 12327/C/1996, mediante el cual el Concejo Municipal de Rosario, a través de una Minuta, indicó al
Poder Ejecutivo la estricta aplicación del artículo 29 de la ley 2756 en cuanto a los ingresos de los Agentes
Procuradores Fiscales. En esa inteligencia -dijo- se analizó el reclamo administrativo y se entendió que los Agentes
Procuradores Fiscales de la Municipalidad de Rosario, al igual que todos los agentes de la misma, en virtud del
artículo 29 de la ley 2756 no pueden percibir anualmente una suma superior a la que le corresponde en el mismo
período al Señor Intendente, teniendo en cuenta los descuentos de ley (Minuta del Concejo Municipal de Rosario N
° 17840 del 28.03.1996). Agregó que dicho razonamiento no varía por modificar el agente su carácter de activo a
pasivo, "lo contrario sería llanamente incurrir por parte de la Administración en una negación de la Teoría de los
actos propios, principio generador de la imposibilidad de adoptar una conducta jurídica relevante contraria a una
anterior". Destacó el carácter solidario y de reparto del sistema jubilatorio municipal y expuso que la percepción de
las sumas ventiladas en autos, se hicieron sin la deducción de aportes al IMPSR, de ahí que en su Resolución 320,
las considera inoponibles. 1.3. A fojas 222 el actor denunció "hecho nuevo" consistente en el dictamen pericial
rendido en autos "Sala, Pedro Alberto c/ Municipalidad de Rosario S/ RCA" Expte. N° 105/16, en trámite ante la
misma Cámara (aunque con diferente integración), en la que la perito interviniente en relación a la existencia de
sueldos mayores al de la Intendenta Municipal informó que lo supera el de "Olguín, Victor Eladio", en
contradicción a la pericial presentada en autos que oportunamente impugnó. 1.4. La demandada contestó a foja 228
y se opuso a que la pericial acompañada pueda sustituir a la producida en autos, y advirtió que solo podía
incorporarse como documental. 1.5. Mediante resolución Nro. 188, de fecha 4 de agosto del año 2020 la Cámara de
lo Contencioso Administrativo Nro. 2 de la ciudad de Rosario -integrada- declaró, por mayoría, improcedente el
recurso contencioso administrativo interpuesto por Eduardo Joaquín López Marull e impuso las costas en el orden
causado (fs. 234/253). Para así decidirlo el Camarista que conformó el voto de la mayoría -previa remisión a las
consideraciones expuestas en su voto en disidencia in re "Sala, Pedro Alberto c/ Municipalidad de Rosario s/
R.C.A" Expte. 105/06- estimó centralmente que los montos abonados a los agentes procuradores por obra del
decreto 639/09 no tenían naturaleza de una remuneración; sino que lo pedido por los procuradores constituyó una
contraprestación en el marco de un acuerdo conciliatorio o solución amigable para el conflicto particular, a la que
finalmente accedió el Departamento Ejecutivo, por lo que no podrían haber tenido efectos por fuera de tal esfera.
Explicaron los Camaristas que "...el decreto 639 del 6 de abril de 2009, se inserta en el expediente N° 38.354-
C-2008 iniciado, en octubre de 2008, por un grupo de procuradores para la gestión del cobro judicial de tributos que
solicitaban 'de manera exceptiva' el pago de sumas que la Municipalidad retenía sobre las comisiones respectivas...
En ese pedido los procuradores expresaban que: no estaba en su ánimo en la presente instancia debatir la cuestión de
fondo, esto es, la legitimidad del mecanismo de retención instaurado; piden se les abonen las diferencias en cuotas
mensuales "a los fines de favorecer la composición de intereses amigablemente"; renuncian a reclamar intereses
bajo la condición de que se les reconozca una gratificación; medió "falta de comprensión" durante "la gestión
anterior" y que existe "un clima de adecuado trato y respeto profesional instalado por la nueva gestión de la
Secretaria de Hacienda"; propician, en suma, una "solución conciliatoria" (fs. 249v./250). Continuaron diciendo que,
por decreto 639, del 6 de abril de 2009, el Intendente municipal hizo lugar a lo peticionado por los agentes
procuradores disponiendo que las áreas técnicas pertinentes instrumenten los medios a "efectos de hacer efectivo el
pago de los montos detraídos y retenidos a valores históricos", en 24 cuotas para unos y en 10 cuotas para otros.
Juzgaron los Camaristas de la mayoría que se pidió una "excepción", una solución amigable y conciliatoria; que lo
así concedido no resulta haberlo sido por estricto derecho sino más bien como amigable composición de los
intereses ventilados, "...pero aunque se entendiera que el Municipio podía, en este caso, decidir ex aequo et bono, o,
para decirlo en la gráfica expresión de Séneca 'por bondad y equidad', es claro que lo decidido surte sus efectos en
el preciso ámbito de lo resuelto, sin que pueda generar consecuencias en otras esferas distintas de aquellas en las
que se dispuso" (f. 250). Por otro lado, entendieron los Sentenciantes que llevaba razón el Instituto Municipal de
Previsión Social de Rosario cuando expresó que resultaba ilógico que un agente pudiera percibir un haber jubilatorio
mayor al que teóricamente le correspondería al Intendente Municipal. Para rechazar el planteo del recurrente,
argumentaron que el beneficio jubilatorio constituye una consecuencia de la remuneración que percibía el
beneficiario como contraprestación de su actividad laboral una vez cesada esta; que la jubilación no es más que un
beneficio que "reemplaza" los ingresos originales del servicio activo, y que domina en esta materia la
"equivalencia" que debe existir entre sueldo activo y haber previsional de la misma persona, de ahí que no resulte
ilegítimo lo expresado en los considerandos de la resolución 320/12 del Directorio del Instituto Municipal de
Previsión Social de Rosario en cuanto dijo que "...resulta lógico entender que ningún agente de la misma
administración perciba un haber jubilatorio mayor al que teóricamente le correspondería al PEM..." (f. 252).
Asimismo juzgaron que el techo o tope de sueldo establecido por el artículo 29 de la ley 2756 -que consideraron no
corresponde a esa Cámara escudriñar- se presume coherente y constitucional; por ende, "no confiscatorio en sí
mismo...quien pretende lo contrario, para solicitar como en el caso el reajuste de sus haberes previsionales, debe
producir la prueba pertinente a esos fines. La prueba de una hipotética confiscatoriedad corresponde a quien la
alega..." ( f. 247v.). A este respecto, en materia probatoria expresaron que incumbía al recurrente demostrar que el
tope resultaba confiscatorio y que por el contrario, se había escudado en que la Municipalidad no había demostrado
que el recurrente cobraría más que la Intendenta Municipal. La mayoría de la Cámara puso énfasis en la
importancia de esta omisión al afirmar que "...el déficit probatorio que se observa en autos no permite dilucidar en
qué medida la computación pretendida supera el techo o tope legal" (f. 248) y agregó que "...todo el debate jurídico
de que da cuenta este expediente consiste en dilucidar si se debe tener en cuenta el Decreto 639 sin la limitación del
precipuo art. 29 -tal como expresamente lo pretendió el recurrente-; nudo problemático que debe esclarecerse en la
hora..." concluyendo que "...los escasos elementos de convicción con que se cuenta no permiten constatar que los
haberes jubilatorios del recurrente no se ajusten a Derecho". Continuaron diciendo los Camaristas que conformaron
el voto de la mayoría que "En el caso, el recurrente, en contraste con lo que sucede en los juicios de reajuste
previsional en los que normalmente el pasivo produce la prueba respectiva... no ha producido una prueba que
acredite una degradación inadmisible en sus haberes previsionales, un deterioro intolerable de ellos o una rotura de
la razonable proporcionalidad que debe existir entre sueldos y haberes..." (fs. 247v./248). Por último, los Jueces de
la mayoría argumentaron "...Es claro que el régimen previsional de la Municipalidad de Rosario se rige
primordialmente por la Ordenanza 7919 pero ello no es obstáculo para que, como en el caso, el techo o tope derive,
como lógica inferencia, de otra fuente jurídica -en la especie- la LOM" (f. 252). Y finalizaron diciendo que según la
doctrina judicial resultaban constitucionales los topes en tanto y en cuanto aun aplicándose los techos se conserve
una razonable proximidad con el valor de la remuneración de que gozaría el agente en actividad, por lo que no
existían en el caso razones suficientes para apartarse de la mencionada regla. 2. Contra tal pronunciamiento deduce
el actor su recurso de inconstitucionalidad. En lo que aquí resulta de interés, el doctor Eduardo Joaquín López
Marull, relata que luego de más de 37 años como procurador dependiente de la Dirección de Contribución de
Mejoras de la Municipalidad de Rosario obtuvo su jubilación el 10.08.2010 y que la norma que rige la jubilación
del actor es el artículo 46 de la Ordenanza 7919/05, que calcula su haber jubilatorio por los mejores 36 meses
comprendidos en los 120 meses inmediatamente anteriores al cese efectivo y, en su caso, dentro de ese período de
120 meses se devengaron montos reconocidos por el Decreto 639/2009, sobre los cuales realizó aportes jubilatorios.
Sigue diciendo que el Instituto Municipal de Previsión Social, en cambio, limitó su haber jubilatorio invocando la
aplicación de tope de sueldo previsto en el artículo 29 de la Ley Orgánica de las Municipalidades 2756. Esta
resolución motivó los recursos interpuestos, en la inteligencia de que el artículo 29 de la ley 2756, cuyo fundamento
es el principio de jerarquía, no es aplicable al haber de retiro que corresponde al jubilado, justamente porque está
fuera de la jerarquía al cesar en su actividad. Aduce que el planteo de arbitrariedad respecto del voto mayoritario se
reduce a las siguientes cuestiones, a saber: Se agravia de que la sentencia impugnada demostró una sobreexigencia
errónea en torno al planteo de inconstitucionalidad del artículo 29 de la ley 2756, planteo que es extraño a un debate
de donde surge una cuestión constitucional de la sentencia, no de la ley, por aplicación de norma ajena al supuesto
de hecho. Afirma que el fallo cuestionado se aparta de las pautas de interpretación diseñadas por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, con desplazamiento de la interpretación literal, contextual y teleológica de las normas bajo
análisis en preterición del principio pro actione en materia previsional. Arguye que el Tribunal aplicó normativa
ajena al caso (art. 29, ley 2756) en desmedro de la Ordenanza 7919/05 incurriendo en apartamiento inequívoco de
la solución prevista para el "sub lite". Se disconforma de la invocación fraccionada y parcial de prueba y
afirmaciones con manifestación de una inadmisible hermenéutica en la decisión adoptada. Alega que la Cámara
incurrió en arbitrariedad por omisión de resolver sobre cuestiones planteadas y que asumen carácter decisivo,
aludiendo a que nada dice sobre los montos percibidos por el actor a tenor del Decreto 639/09 que integraron la
remuneración y sobre los cuales se hicieron aportes jubilatorios, sin embargo tal cuestión determinante fue ignorada
por el voto de la mayoría de la Cámara. Afirma que el Instituto de Previsión Social de la Municipalidad de Rosario
actuó excediendo sus facultades al aplicar ex oficio el tope del artículo 29 de la ley 2756 ignorando el Decreto
639/09 y las pautas que lo informaron. Señala el desbaratamiento de la naturaleza jurídica del Decreto 639/09, que
el fallo interpreta como una "particular especie de concesión graciosa" cuando se trata de una verdadero acto
administrativo. Se disconforma de la inadmisible inversión de la carga probatoria en perjuicio del actor,
reprochándole inactividad cuando tal carga era de la demandada conforme el presupuesto de hecho invocado.
Argumenta que la Cámara ha interpretado de manera infiel la prueba informativa y admitido una prueba pericial
inválida. Dice que del cúmulo de estas causales y de los argumentos expuestos en el voto minoritario se evidencia
la arbitrariedad de la sentencia, lo que amerita la concesión del recurso. Por último, tras la reserva del caso federal,
solicita se declare admisible el remedio interpuesto. 3. La mayoría de la Cámara -integrada-, mediante decisorio 410
del 03.12.2020 denegó la concesión del recurso de inconstitucionalidad (fs. 276/279v.), accediendo el recurrente a la
instancia extraordinaria por vía de queja como se expusiera al tratar la primera cuestión. 4. Habiéndose cuestionado
desde el plano constitucional la respuesta jurisdiccional de la Cámara, el examen de las constancias de la causa me
convence de que la sentencia impugnada debe ser dejada sin efecto por esta Corte. I. Se impone efectuar
previamente algunas consideraciones. Cabe aclarar, que en la misma resolución denegatoria del
recurso de inconstitucionalidad, la Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 2 de la ciudad de Rosario -
integrada- ha concedido y elevado el recurso de Casación interpuesto por el actor ante esta Corte, atento que
consideró que podrían existir sentencias contradictorias del mismo Tribunal, que con distinta integración falló en un
asunto idéntico al tratado en autos adoptando diferente conclusión, causa que se encuentra también recurrida por la
Municipalidad de Rosario ante este Cuerpo [ver "SALA, PEDRO ALBERTO contra MUNICIPALIDAD DE
ROSARIO -RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO- (EXPTE. 105/16- CUIJ 21-17455095-3) sobre
RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD (QUEJA ADMITIDA)" EXPTE. C.S.J. CUIJ N°: 21-17455095-3].
Estos recursos, si bien se han analizado de manera conjunta e integral a fin de darles un tratamiento uniforme, serán
resueltos por razones metodológicas a continuación de este. II. Ahora bien, ingresando en el análisis de la
procedencia del presente remedio de inconstitucionalidad, se adelanta que la Cámara -integrada- ha incurrido en
arbitrariedad al considerar -por mayoría- que el Instituto Municipal de Previsión Social puede limitar válidamente el
haber jubilatorio del actor, cuya base de cálculo se encuentra regida por el artículo 46 de la Ordenanza 7919/05,
invocando la aplicación de oficio del "tope de sueldo" previsto en el artículo 29 de la Ley Orgánica de las
Municipalidades para los agentes públicos. En efecto, la sentencia impugnada no constituye derivación razonada del
derecho vigente con aplicación a las circunstancias comprobadas de la causa y alberga un supuesto de prescindencia
del texto expreso de la ley y de prueba decisiva que la destituye de fundamentación suficiente, toda vez que para
confirmar el rechazo del reclamo por reajuste de haberes previsionales la Cámara argumentó que el recurrente no
tenía derecho a lo pretendido puesto que el actor no había producido pruebas que demuestren que en la liquidación
de su haber jubilatorio se violó la razonable proporcionalidad que debe existir entre sueldos y haberes y, por otro
lado, afirmó que las sumas percibidas en virtud del Decreto 639/09 no tenían naturaleza remuneratoria, concluyendo
que de los términos del acuerdo celebrado entre los agentes procuradores fiscales municipales y el Intendente surgía
que el mismo consistió en el otorgamiento de un beneficio graciable -una excepción o gratificación para dichos
agentes por razones de bondad o equidad-, prescindiendo bajo dicha lógica de disposiciones de orden previsional y
constitucional que consagran la imposibilidad de deducir unilateralmente por parte del Organismo previsional
municipal, rubros remuneratorios reconocidos, que fueron abonados con habitualidad. Es que de la lectura de la
sentencia surge que el Tribunal respondió con consideraciones propias de reclamos basados en la doctrina de la
razonable proporcionalidad e incurrió en arbitrariedad al apartarse injustificadamente de las constancias de la causa
y resolver la litis conforme a dicha doctrina, lo que no había sido materia de controversia: de la demanda surge que,
por el contrario, Eduardo Joaquín Lopez Marull planteó un juicio o controversia sobre la conformación de su haber
jubilatorio alegando que el IMPSR incurrió en arbitrariedad por excluir del cómputo de haberes parte de su
remuneración y viene solicitando que se computen la totalidad de los rubros omitidos (Decreto 639/09) que
integraban su remuneración en actividad, señalando además que los mismos son montos remunerativos, percibidos
por el recurrente de modo habitual y regular. En ese orden, los Camaristas que conformaron el voto de la mayoría
incurrieron en arbitrariedad al reprochar al actor la falta de pruebas respecto a la rotura de la razonable
proporcionalidad entre sueldos y haberes, atento que tal demostración no resultaba necesaria (criterio de "Ortiz", A.
y S. T. 323, pág. 75) porque lo que se pretendía era que se aplique lisa y llanamente la normativa que rige la
determinación de los haberes previsionales con exclusividad (la Ordenanza 7919) sin el techo o tope derivado de
otra fuente jurídica. Luego, la Cámara afirmó dogmáticamente que la jubilación es una consecuencia de la
remuneración y acto seguido convalidó la extrapolación del tope salarial que regula el salario de la persona activa al
pasivo, concluyendo que lo que "limita" la remuneración "limita" también la jubilación, sin justificar adecuadamente
el derecho aplicable al caso ni explicar en base a qué cálculo, el reconocimiento de las diferencias de haberes a
favor del recurrente podría superar el supuesto tope que el IMPSR entendió aplicable, apartándose para calcular la
"liquidación definitiva" de Eduardo Joaquín López Marull de las pautas de la Ordenanza jubilatoria 7919, que
resultaba exclusivamente aplicable en materia previsional, configurando una violación al principio de legalidad.
Tampoco explicaron los Camaristas, por qué el artículo 29 de la L.O.M. que alude al "sueldo o retribución mensual"
del Intendente, podría significar un tope para el "haber previsional" del pasivo, máxime cuando de la prueba
acompañada a estos autos (documentación invocada a foja 222, referida al informe de la perito contadora
interviniente en autos "Sala" agregada a foja 220/221) luce concluyente que "de la información recabada en el
Instituto Municipal de Previsión Social de Rosario, surge un caso que supera los haberes brutos de la Intendente
Municipal", precisando de quién se trataría. En efecto, el artículo 46 de la Ordenanza 7919/05 se encuentra incluido
en el Capítulo VII "Determinación de la Movilidad de los Haberes de la Prestación", bajo el título "Base de Cálculo
de las Prestaciones", y expresamente establece que "el monto mensual de las prestaciones se determinará en base a
las remuneraciones del afiliado por las que efectivamente hubiese efectuado aportes bajo el régimen municipal,
liquidadas y actualizadas y se determinará considerando los mejores 36 meses continuos o discontinuos de las
remuneraciones comprendidas en el período de los 120 meses inmediatamente anteriores al cese efectivo". Pese a la
clara redacción de la norma previsional, según la cual la base para determinar el haber es la remuneración percibida
en actividad, con la condición sine qua non de
que se hubieren efectuado los aportes bajo el régimen municipal y seleccionándose los mejores 36 meses
comprendidos en los 120 meses inmediatamente anteriores al cese efectivo, surge del iter administrativo analizado
que dentro del período a computar de 120 meses (1.7.2000 a 1.7.2010) se han devengado a favor del recurrente
desde agosto de 2003 a agosto de 2008 montos reconocidos por Decreto 639/09 y que los mismos no fueron
incluidos en el cómputo de su haber inicial, es decir, no fueron incluidos para calcular los mejores 36 meses que
manda la norma previsional. Luego, no se advierte que el IMPSR, para la determinación del haber del recurrente, se
encuentre válidamente facultado a detraer de la determinación del haber jubilatorio inicial del recurrente sumas que
integraron la remuneración percibida por éste como activo. Tampoco ello puede encontrar asidero en el hecho de
que los montos reconocidos por el decreto se le hayan comenzado a pagar en 24 cuotas mensuales a partir de abril
de 2009. Máxime que, de las pruebas de autos surge que el pago fue documentado a través de recibos de haberes,
se practicaron los descuentos y se aportó al Instituto (confr. "Liquidación de Haberes" de las cuotas pagadas a raíz
del Convenio Decreto 639/09, se verifican los descuentos por Jubilación a fs. 68/91) . Frente a ello, y si bien esta
Corte ha dicho que el eventual pago de aportes no determinaría "per se" el carácter de un rubro, los Sentenciantes
no alcanzan a dar motivos ni razones suficientes que justifiquen por qué las sumas reconocidas en el decreto 639/09
no deben integrar el haber previsional de López Marull, dejando de tal modo insatisfecho el derecho a la
jurisdicción del actor. Al respecto el Alto Tribunal nacional ha establecido que se genera un perjuicio patrimonial al
despojar a aportes -que fueron efectuados obligadamente- de toda contraprestación previsional, pues de ese modo
se los convierte en un impuesto, en abierta oposición a los mandatos contenidos en la Ley Suprema sobre
protección al trabajo y la familia (CSJN, Recurso de Hecho "Lohle, Maria Teresa Ines E/ Anses S/ Reajustes
varios" del 15.10.2015). Teniendo en cuenta además, los principios rectores del derecho de la seguridad social y las
normas de igual jerarquía que sobre la materia contiene la legislación previsional, se observa, que la solución
normativa propuesta por el fallo impugnado -aplicación del tope remuneratorio del art. 29 de la L.O.M. conforme a
la resolución del Directorio del IMPSR (resolución 320/12)- conduce a la privación de un beneficio que se
encuentra amparado por los artículos 14 bis y 21 de las Constituciones nacional y provincial, respectivamente,
mediante la imposición de condiciones que limitan sustancialmente el derecho al mismo, y que conforme a las
consideraciones antes expuestas, resulta reprochable desde el plano constitucional. En otras palabras, de confirmar
la aplicación del tope cuantitativo previsto por el artículo 29 de la L.O.M. previsto para la administración pública al
jubilado Eduardo Joaquín López Marull se limitaría la percepción del beneficio previsional. En tales condiciones,
corresponde establecer que el tope legal impugnado, resulta inaplicable a la situación de autos, toda vez que una
solución contraria implicaría convalidar una limitación cuyo origen tuvo lugar en una norma que no atiende a la
finalidad de los derechos en juego y contradice las garantías que tutelan la protección del trabajo en todas sus
manifestaciones y los beneficios de la seguridad social con carácter integral e irrenunciable (arts. 14, 14 bis, 17 y 28
de la Constitución nacional). Se advierte, además, que incurrió en error la Cámara al reprochar al recurrente la
ausencia de planteo de inconstitucionalidad del artículo 29 de la L.O.M., en virtud de que dicho tope no resultaba
aplicable al caso, resultando inoficioso que esta Corte se pronuncie al respecto de la constitucionalidad del texto
respectivo. Por último, lleva razón el impugnante cuando señala que el Decreto 639/09 llegó firme y consentido a la
instancia judicial, por lo que discutir en esta instancia si el mismo contradijo o no el tope remuneratorio es
impertinente y cualquier planteo de inoponibilidad por parte de la Municipalidad demandada resulta tardío. En
definitiva, en el sub examine, la aplicación de la norma limitativa que se pretende, no puede desplazar la norma ya
receptada por el derecho previsional y consagrada legislativamente en el orden municipal para fijar el haber base
(art. 46 de la Ordenanza 7919/05) porque ello importaría vulnerar irrazonablemente un derecho adquirido de
conformidad al plexo jurídico vigente a la fecha en que se le otorgó la jubilación; lesionar la propiedad y el artículo
28 de la Constitución nacional (receptado por el artículo 6 de la Constitución provincial), máxime cuando los jueces
al fallar no pueden perder de vista la finalidad protectora y tuitiva de la seguridad social -amparo en la ancianidad,
principio de solidaridad y efectividad de los derechos sociales-, consagrada en tratados internacionales de derechos
humanos reconocidos con jerarquía constitucional de conformidad a las disposiciones del artículo 75 inciso 22 de la
Constitución nacional. En consecuencia, la impugnación debe prosperar en tanto se encuentran acreditados los
reproches de arbitrariedad analizados y la decisión ahora en estudio, por tanto, merece ser descalificada, toda vez
que a la conclusión del razonamiento sentencial de la mayoría sólo se pudo arribar por el andarivel del dogmatismo
y la prescindencia de un correcto análisis de las circunstancias fácticas y de la normativa aplicable en autos, lo que
deja al pronunciamiento impugnado desprovisto de la necesaria fundamentación que exige la Constitución. Por las
razones expuestas, corresponde declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto, con costas (art.
12, ley 7055). Voto pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi dijo: Coincido
mayormente con los fundamentos y la solución propuesta por el Señor Ministro doctor Falistocco, ya que del
análisis de las constancias de la causa se advierte que asiste razón al recurrente en sus reproches de prescindencia
normativa y de falta de motivación. En efecto, surge acreditada la invocada arbitrariedad en la sentencia de la
Cámara cuando formuló consideraciones interpretativas sobre el decreto 639/09 y
sostuvo que el reconocimiento allí consignado de rubros adeudados con carácter remunerativo y sobre los cuales se
descontaban los correspondientes aportes, había sido una "amigable composición"; que no pudo tener consecuencias
jurídicas en otras esferas distintas de aquellas en las que se dispuso. Apreciaciones estas que lucen desmarcadas por
una parte de la propia normativa previsional y, además, con la circunstancia de que en la instancia administrativa
no sólo se reconoció tal carácter sino que se efectuaron los respectivos aportes. Y no se advierte que se pudiera
llegar a otra conclusión cuando para descartar el mencionado carácter remuneratorio el Tribunal acudió a una
integración normativa con las disposiciones de la L.O.M. (art. 29) sin explicitar siquiera que tal norma pudiera regir
directamente en el caso, cuando -por lo demás- desde la propia literalidad se colige que en el sentido directivo de la
misma, se implica una autorización para la percepción del emolumento del intendente que en modo alguno puede
tener impacto en el haber previsional del pasivo aquí debatido. Voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión,
los señores Ministros doctores Gutiérrez y Spuler expresaron idénticos fundamentos a los expuestos por el señor
Ministro decano doctor Falistocco y votaron en igual sentido. A la tercera cuestión -en consecuencia, ¿qué
resolución corresponde dictar?-, el señor Ministro decano doctor Falistocco dijo: Atento al resultado obtenido al
tratar la cuestión anterior, corresponde declarar procedente el recurso interpuesto y, en consecuencia, revocar la
sentencia impugnada, de conformidad a la doctrina fijada en los considerandos precedentes. Remitir los autos al
Tribunal a fin de que juzgue nuevamente la causa. Costas a la vencida (artículo 12, ley 7055). Así votó. A la misma
cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi y los señores Ministros doctores Gutiérrez y Spuler dijeron que la
resolución que correspondía dictar era la propuesta por el señor Ministro decano doctor Falistocco y así votaron. En
mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESOLVIÓ:
Declarar procedente el recurso interpuesto y, en consecuencia, revocar la sentencia impugnada, de conformidad a la
doctrina fijada en los considerandos precedentes. Remitir los autos al Tribunal a fin de que juzgue nuevamente la
causa. Costas a la vencida (artículo 12, ley 7055). Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto,
firmando el señor Ministro decano y los señores Ministros, de lo que doy fe. Fdo.: FALISTOCCO - GASTALDI -
GUTIÉRREZ - SPULER - PORTILLA (Secretaria) Tribunal de origen: Cámara en lo Contencioso Administrativo
N° 2 de Rosario.

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