Professional Documents
Culture Documents
Contacto: culturaobreramagallanes@gmail.com
Sitio web de Biblioteca Cultura Obrera Patagonia:
https://culturaobreramagal.wixsite.com/misitio-1
Facebook: Biblioteca Cultura Obrera Patagonia
Introducción…………………………..…………………………………………………………………………………….…..p.6
Textos seleccionados:
2- De la obra literaria del poeta José Domingo Gómez Rojas. El Trabajo. Año X, n°62. Punta
Arenas, 02 de octubre de 1921……………………………….……….……………………….…………………….p.19
3- Literatura del poeta mártir. El Trabajo. Año X, n°201. Punta Arenas, 30 de marzo de
1922………………………………………………………………………………………………………………………………..p.25
5- Treno (al mistro Astorquiza Livano), por José Domingo Gómez Rojas. El Trabajo. Año XI,
n°317. Punta Arenas, 08 de octubre de 1922……………………..…………………………………………....p.27
6- Canción de los vagabundos, por José Domingo Gómez Rojas. El Trabajo. Año XI, n°319.
Punta Arenas, 22 de octubre de 1922………………….…………..……………………………………………..p.29
7- Elegia, por José Domingo Gómez Rojas. El Trabajo. Año XI, n°353. Punta Arenas, 27 de
mayo de 1923………………………………………………………………………………………………………….….…..p.31
8- Oración, por José Domingo Gómez Rojas. El Trabajo. Año XI, n°359. Punta Arenas, 08 de
julio de 1923…………………….……………………………………………………………………………………………..p.32
9- J. Domingo Gómez Rojas, por FEBO. El Trabajo. Año XII, n°372. Punta Arenas, 07 de
octubre de 1923………………………………………………………………………………………………………………p.33
10. Amargo recuerdo del pasado. El Esfuerzo. Año I, n°50. Puerto Natales, 19 de julio de
1925……………………………………………………………………………………………………………………..…………p.34
ANEXO……………………………………………………………………………………………………………..………….p.35
Introducción:
Desde Biblioteca Cultura Obrera Patagonia nos proponemos dialogar de diversas maneras
con el pasado obrero regional, con su historia escrita o por escribir, en un presente de luchas
como las de ayer. Este es un espacio en formación que surge ante la necesidad de aportar en
la persistente construcción de puentes con nuestra historia y con la memoria, reivindicando
las prácticas culturales históricas de la clase trabajadora en la Patagonia y Tierra del Fuego.
Con este propósito nos hemos embarcado en el desafío de la presente publicación, que nace
con el asombro y la fascinación de encontrar los versos del poeta José Domingo Gómez Rojas
en prensas obreras de tan australes tierras. Se trata de una recopilación de diez textos
dedicados al poeta, como así también poemas del propio autor, publicados en las páginas de
“El Trabajo”, periódico perteneciente a la Federación Obrera de Magallanes, y “El Esfuerzo”
de la Federación Obrera Local de Puerto Natales, entre los años 1921-1925.
En esta introducción sólo compartiremos algunos apuntes sobre la figura y obra del poeta,
dejando a continuación las palabras y los sentimientos que sus propios compañeros de clase,
de ideas y de época, le dedicaron.
José Domingo Gómez Rojas (1896-1920) nació en la ciudad de Santiago de Chile en los últimos
años del siglo XIX, en el seno de una familia trabajadora. Tempranamente se vincula al
cristianismo, dejando sus primeras letras poéticas en la revista evangélica protestante El
cristiano. Con 16 años publica su primer y único libro de poemas editado en vida: Rebeldías
Líricas (1913), con marcada mención en sus versos a la vida y lucha obrera. Entre sus varias
dedicatorias escritas en este libro, en el poema “En el hospital” se dirige al escritor Manuel
Rojas, su amigo, compañero de ideas y de redacción en el periódico anarquista La Batalla de
Valparaiso. En palabras del propio Manuel Rojas, será José Domingo o “chumingo” como le
llamaban sus amigos, quien lo motivará a escribir sus primeros poemas, aunque luego se
consagrará como autor de cuentos y novelas de profunda sensibilidad social. En algunas de
estas novelas, Manuel Rojas invocará a su amigo ya fallecido a través de su seudónimo: Daniel.
Con el nombre de José Domingo Gómez Rojas o como Daniel Vásquez, sus poemas
aparecieron en destacadas antologías y revistas literarias de la época: Los Diez (Los Diez, N°1,
1916), Selva Lírica: estudio sobre los poetas chilenos (J. Molina Nuñez y J. Agustín Araya, 1917)
y La Hojita (1919) del Centro de alumnos del Instituto pedagógico, entre otras1. Fue también
autor de dos obras teatrales: La Gioconda (1918) y El vino triste en colaboración con Acevedo
Hernández. Entre sus obras confiscadas y desaparecidas, se encuentra la novela Mar a mar,
en tanto que Opera Omnia (1914) logra ser publicada por primera vez recién en 1997 a través
del libro “José Domingo Gómez Rojas. Vida y Obra” de Fabio Moraga Ovalle y Carlos Vega
1
La mayoría de los libros y revistas mencionadas, se encuentran disponibles de manera digital en el
sitio web de la Biblioteca Nacional de Chile: memoriachilena.gob.cl
6
Delgado, publicado en Punta Arenas por Editorial Atelí. Al momento de morir dejó tres libros
inconclusos de poesía: La sonrisa inmóvil, Las fuentes encantadas y Los jardines de la muerte.
Entre los archivos de la Federación de Estudiantes de Chile de la época, también figuraba una
comedia sentimental escrita en prosa y verso titulada ¿Ha muerto el amor?
Junto a su trabajo literario, José Domingo Gómez Rojas también se desempeñó como
estudiante de Pedagogía de Castellano y de Leyes en la Universidad de Chile, desde donde
participó activamente en la combativa Federación de Estudiantes de Chile de los años ‘20.
También fue parte de los primeros años de la sección chilena de la central obrera anarquista
I.W.W. (Trabajadores Industriales del Mundo), llegando a ser su secretario de actas, y de la
Asamblea Obrera de Alimentación Nacional. Algunas fuentes también señalan su pertenencia
a la Juventud Radical y participación en la FOCH. Mientras realizaba sus estudios, fue
trabajador municipal y también dio clases en la Escuela Nocturna Federico Hanssen. Como
parte de una generación que supo sintetizar la unión obrero-estudiantil en el calor de la lucha
callejera, solía ser orador y conferencista en actos, movilizaciones y actividades culturales
realizadas en dependencias universitarias, plazas, sindicatos y escuelas obreras.
2 Como lectura ampliatoria sobre la llamada “Guerra de don Ladislao” y sus repercusiones en
Magallanes, recomendamos el texto de Alberto Harambour Ross (2000) La “guerra de don Ladislao”:
Una mirada desde el movimiento obrero en el territorio de Magallanes; disponible en la página web de
Biblioteca Cultura Obrera Patagonia: https://culturaobreramagal.wixsite.com/misitio-1
7
progresivamente y es finalmente trasladado a la Casa de Orates de Santiago. La tortura y su
deterioro continúa mientras la Federación de Estudiantes de Chile sigue luchando por su
libertad. Tras una meningitis tardíamente diagnosticada, en este encierro, el joven poeta
muere un 29 de septiembre a los 24 años de edad.
El 01 de octubre alrededor de cincuenta mil personas acuden a su funeral, velado en un
reconstruido local de la Federación de Estudiantes. Fue una verdadera movilización popular
acompañada por un paro general de las organizaciones obreras y la presencia de un amplio
arco de organizaciones estudiantiles, culturales y políticas.
José Domingo Gómez Rojas continuó siendo invocado en tierras patagónicas a través de
investigaciones, libros y reseñas: “(...) enterrado vivo en la cárcel y en el manicomio por el juez
José Astorquiza, el joven vence la terquedad de los años con su nombre de poeta precursor y
fraternal”. Así lo recuerda el “poeta de la lluvia” Marino Muñoz Lagos, al hablar de Gómez
Rojas desde las páginas de “El Magallanes” en una reseña de 1997. Así lo demuestra también
el citado libro de Moraga Ovalle y Vega Delgado. Y aún hoy su nombre resuena cien años
después de su muerte.
Para la selección de los textos de esta publicación, hemos transcrito la totalidad de los
encontrados referidos al poeta, trabajando con los números digitales disponibles en el sitio
web de la Biblioteca Nacional y hoy también puestos a disposición en la página de Biblioteca
Cultura Obrera Patagonia: se trata de gran parte de los periódicos del año I al III (1924-1927)
en el caso de “El Esfuerzo”; y la mayoría de los números correspondientes del año I al V (1911-
1915) y del año VI al XII (1919-1923) en el caso de “El Trabajo”. Hemos intentado mantener
la ortografía original con la que fueron escritos y publicados. Como anexo, publicamos las
copias digitales de las páginas de las prensas trabajadas, incluyendo también la tarjeta que
circuló en el funeral de Gómez Rojas.
3
Sobre el especial interés por la literatura y el trabajo cultural desarrollado por la Federación Obrera
de Magallanes, hemos escrito algunos antecedentes en la introducción de nuestra publicación
Literatura Obrera. Selección de textos publicados en “El Trabajo”, órgano de la Federación Obrera de
Magallanes. Año I y II (Punta Arenas 1911-1913). Vol. 1 y 2. 1a edición por Ediciones Cultura Obrera,
Patagonia, enero de 2021. Disponible en la página web de Biblioteca Cultura Obrera Patagonia:
https://culturaobreramagal.wixsite.com/misitio-1
8
Como parte de nuestras reflexiones surgidas en el marco de este trabajo, como Biblioteca
Cultura Obrera Patagonia no queremos dejar de compartir nuestra posición crítica a la visión
y escritura patriarcal presente en el poema “Treno (al mistro Astorquiza y Livano)”,
entendiendo el fenómeno cultural del patriarcado y la violencia, también simbólica, hacia las
mujeres como un rasgo que aun perdura (también en la literatura) y que aspiramos superar
como parte de la construcción de un mundo nuevo sin opresores ni oprimidxs.
Para concluir esta introducción, queremos compartir el proemio que abre Rebeldías Líricas
(1913), invocando hoy, aquí y en esta hora, sus versos rebeldes donde le habla a la juventud
y al pueblo:
PROEMIO
I
SALUTACION
II
9
quiero quemar mis alas en el sol de la aurora
y quiero que mis cantos sean las profesías
del bello porvenir.
Por todos los que sufren, por todos los que gimen
mis cantos son protestas, y gestas formidables
y ayes de rebelión;
por todos los que esperan, por todos los que piensan,
por todos los que bregan, por todos los que creen
en la gran Redención.
10
III
ORACION
-Alburquerque Fuschini, G. (1999). Gómez Rojas, El Cristo de los Poetas. En Revista Derecho y
Humanidades, N°7, Santiago de Chile.
-Gómez Rojas. J.D. (1920). Rebeldías Líricas. Editorial Lux.
-Guerrera C., J. (comp.) (2012). Un Joven en La Batalla. Textos publicados en el periódico
anarquista La Batalla. 1912-1915. Santiago, LOM Ediciones.
-Harambour Ross, A. (2000). La “Guerra de don Ladislao”: una mirada desde el movimiento
obrero en el territorio de Magallanes. En: Revista de Humanidades, vol. 7, pp. 127-141.
-Muñoz Lagos, M. (1997). Vigencia del poeta Gómez Rojas. El Magallanes, Punta Arenas, 02
de noviembre de 1997. p.3.
-Ortíz, O. (2002). Crónica anarquista de la subversión olvidada. Ediciones Espíritu Libertario.
-Rojas, M. (1945). Recuerdos de José Domingo Gómez Rojas. Babel. Revista de Arte y Crítica.
Número dedicado a la generación chilena del año veinte. N°28, Santiago, Julio-Agosto de
1945. p.26-33.
-Sabella Galvez, A. (1937). Gomez Rojas. Realidad y símbolo. Libro editado por la Federación
de Estudiantes de Chile.
-Sabella Galvez, A. (1939). Popularización de Gómez Rojas. Ediciones de la Revista
Universitaria. Federación de Estudiantes de Chile, Santiago.
11
Textos seleccionados
12
El Trabajo. Año X, n°61. Punta Arenas, jueves 29 de septiembre de 1921. pág.1, 2 y 3.
13
la multitud unánime y silenciosa paseó frente a la Moneda el cadáver asesinado de
Gómez Rojas, envuelto en un trapo rojo.
¡Que se le aparezcan como fantasmas las mujeres, las madres y los hijos
hundidos en la miseria y en la muerte por la prisión de sus padres, cuando, como un
avaro, cuente encerrado en su rincón hermético el montón de oro que arrancó a la
angustia del pueblo!
Chile es el país en que los intelectuales viven más al margen del momento
social: viñateros y bolsistas infestan el Parlamento; los intelectuales, que no sienten
ni comprenden la vida del momento, se dedican a escribir sus obras en la tranquilidad
que les proporcione un sueldo del gobierno a cambio de un dolce far niente en una
oficina pública.
Domingo Gómez Rojas era un modesto empleado municipal; su estrecho
sueldo alimentaba a una madre viuda y a un hermano de doce años. Además de la
lucha que lo agobiaba, tenía tiempo para estudiar y ser, a la vez que un hombre actual,
el autor de los maravillosos poemas que algunos devotos recitan fervorosamente, y
que asombrarán con el sacudimiento de una revelación cuando aparezcan en
volumen.
¿Cómo se explica que cayera sobre él la saña brutal de la oligarquía?
Cuando don Juan Luis Sanfuentes quiso arrebatar el triunfo al presidente
electo, ciudadano Arturo Alessandri, inventó a raiz de la revolución boliviana, una
movilización al norte de 16 mil hombres, que han vuelto en su mayoría sifilíticos, y
que cuesta 70 millones al país. Para nadie es un misterio que el presidente de la
República atrasó la publicación de los primeros telegramas para especular en la
Bolsa, que era el proveedor de una de las casas comerciales que más negoció con la
movilización; nunca creyó el gobierno en la guerra porque inventó planes, según las
necesidades del momento político, desdeñando los de los técnicos del Estado Mayor
del Ejército. Entonces ocurrieron cosas inauditas: las listas negras de la sección de
seguridad empezaron a funcionar: si allí no estaban los nombres de los especuladores
de la Bolsa, figuraban en cambio los de Domingo Gómez Rojas, Juan Gandulfo,
Santiago Labarca, Armando Triviño, Luis Recabarren, aquellos que mas se
destacaban en las organizaciones obreras y estudiantiles. Por cualquier motivo, se
dictaron órdenes de prisión en contra de todos aquellos cuyos labios se abrieron o
pudieron abrirse para decir la verdad. A mediodía se saquéo la Federación de
Estudiantes, a cuadra y media del Palacio de Gobierno. Los estudiantes que se
encontraban en el local y lo defendieron, estuvieron dos meses y medio presos. Los
asaltantes fueron recibidos en audiencia por don Juan Luis Sanfuentes, quien, como
premio de su patriótica acción, les prometió conseguir la cancelación de la
personalidad jurídica de la Federación de Estudiantes. Y la consiguió. Justo es
recordar que fueron saqueadores los más “distinguidos” jóvenes chilenos; bastará
recordar al director del saqueo (que lo dirigió prestigiado por su uniforme) el teniente
14
del ejército Undurraga Fernández, ex secretario privado de S.E., ex encargado de una
misión diplomática de propaganda de Chile en la Argentina y últimamente nombrado,
en reconocimiento de sus méritos, secretario del ministro de Relaciones en los
festejos al emisario del gobierno que fusiló a Ferrer y condenó a Unamuno.
El terror blanco imperaba en Chile. Los asaltantes aparecían en grupos en las
revistas ilustradas para admiración de la posteridad. Los asaltados eran luego
perseguidos por los jóvenes blancos y la justicia.
Domingo Gómez Rojas cayó preso el 24 de Julio. Como Oscar Wilde, se rió de
los jueces. Cuando le preguntaron si era anarquista, dijo que no tenía la suficiente
disciplina moral para alcanzar un título que nunca merecería. Ante la indignación
ruidosa que provocó esta respuesta, insinuó al juez tranquilamente: —No haga teatro.
Su Señoría, no hay necesidad de hablar tan fuerte, estamos solos, no hay público que
nos escuche. Entre los anarquistas hay muchos más honorables que algunos
miembros de la magistratura chilena.
No pudo su carácter firme y erguido doblegarse en claudicaciones humillantes.
Era de esos hombres que, según Guerra Junqueiro, tienen espina dorsal de bronce.
Hombres malos e ignorantes lo juzgaron: lo llamaban socialista, maximalista,
sin distinguir la significación de cada doctrina. Los periodistas chilenos llenaban las
columnas de sus diarios, necesitados de venta, con grandes motes: El proceso
contra los elementos perniciosos. Ahora dicen: El proceso llamado de los
“subversivos.” Cuando el saqueo a la Federación decían: El castigo a la actitud
antipatriótica de la Federación de Estudiantes. Hoy dicen, refiriéndose a la
movilización: La comedia del Norte.
Cuando Gómez Rojas fué abofeteado por el ministro Astorquiza porque
mientras pasaba a su lado Su Señoría el poeta fumaba un cigarrillo; cuando, como
consecuencia de este “desacato”, el poeta era engrillado, incomunicado en un
calabozo de la Penitenciaría, donde era bien tratado, en la cárcel, donde se volvió
loco, los diarios presentaron a nuestro compañero como un vulgar insolente. Después
lloraron sobre su tumba, cavada por la justicia chilena con la complicidad de ellos, que
solo publicaron, a sabiendas, las mentiras que los jueces les suministraban. Entre los
repórteres jóvenes, mas de un amigo o compañero pudo tener Gómez Rojas; pero la
amistad se olvida para servir al amo. Todos mintieron. Algunos, más cómicos,
quisieron librar de responsabilidad a los autores del crimen. Gómez Rojas se volvió
loco en sus dos meses de prisión injusta, por la incomunicación, por las humillaciones,
por las privaciones, por la falta absoluta de humanidad con q´ se le trató. Los jueces
y carceleros le odiaban, porque era hombre y no se doblegó nunca ante ellos; porque
tenía talento y era culto y estaba lejos de la comprensión de su torpeza e ignorancia
a sueldo mensual. Por eso se ensañaron con él hasta matarle. Y, como una burla
trágica, después de su muerte han querido demostrar que le estimaron y le trataron
bien. El dice en una carta de 14 de Setiembre de 1920: “José Astorquiza es un hombre
sagazmente torpe para ser cruel. Yo para él no soy estudiante, no soy hombre, ¡no
soy ni siquiera un perro! Me trata en forma odiosa. Ascui, el alcaide de esta cárcel, es
un jesuíta, una ponzoña viva!... etc”. ¿A quién creer?
15
Ningún intelectual, aparte de los seudo intelectuales periodistas que siguieron
su costumbre de mentir, dijo nada. Es que tienen miedo de perder su situación, porque
en vez de orientadores quieren siempre estar de acuerdo con la opinión pública,
fomentando y agrandando sus errores. Un poeta que empezó con arrestos rebeldes
contribuyó a seguir esta orgía de alcohol y patriotera, que culminó en el terror blanco,
en una gira por todo el país en compañía de un tonadillero nacional, para comprar
con su producto un aeroplano al ejército.
De otro poema:
16
Y esta estrofa arrancada de un fragmento que se repartió en los funerales
con los retratos del mártir y del victimario4.
Este poeta que tenía la obsesión de la locura y de la muerte, desde sus poemas
iniciales, encontró ambas en manos de “magistrados”, y “jueces y verdugos serviles”
como dice en el poema que contiene su mas ácida y vibrante protesta. En otro se
encara con su victimario y escribe.
4
Este folleto, repartido en los funerales de José Domingo Gómez Rojas, se encuentra digitalizado
por la Biblioteca Nacional de Chile y se ha introducido como anexo en esta edición (nota realizada
por el colectivo editor de Ediciones Cultura Obrera).
17
en mis ensueños lo divino. Pura
presentaré mi faz ante la muerte.
Siempre soy el infante que ha soñado
con la verdad, dormido entre tus brazos;
la verdad, que abre un cielo constelado
y el mas amplio de todos los regazos”.
¡Pobre Domingo Gomez Rojas! Era poeta y era hombre. Como poeta, su obra
tiene la eterna solidez del mármol; como hombre, siempre vivió en su tiempo,
palpitante, su cerebro con el ritmo actual. En junio de 1920, en la Convención en que
la Federación de Estudiantes definió sus principios, fue uno de los defensores de las
conclusiones más avanzadas que allí se aprobaron. Ante la risa ignorante de los
reaccionarios, más de una vez rugió: “Lenin ha dicho”. Y su palabra, cortante de
dialéctica henchida de convicción, vibrante en el entusiasmo generoso de su alma, se
imponía ante los que comenzaban impugnándolo.
Miserere
R. MEZA FUENTES.
18
El Trabajo. Año X, n°62. Punta Arenas, domingo 02 de octubre de 1921. pág. 1, 2 y 3.
19
manifestado que Gómez Rojas era un degenerado que se estaba disimulando
enfermo.
“En la Casa de Orates el doctor Jiménez tuvo que oponerse terminantemente
que se custodiara a Gómez Rojas con guardianes, como se pretendió y como se hacía
con Pedro Gandulfo, enfermo en el Hospital del Salvador.
“El 29 de Septiembre, a las 10.10. A.M., Gómez Rojas murió en la Casa de
Orates. El día de la muerte el señor Ascui se encontró con Santiago Wilson en el
edificio de la Municipalidad, y cuando este compañero le preguntó por Gómez Rojas,
le contestó: –Puede ser que ahora pague sus bromitas volviéndose loco de veras; a
lo que Wilson contestó con ira e ironía: –Ahora se está haciendo el muerto. El señor
Ascui le contestó, con un gesto beatífico: –¡Pobrecito, recibiría los auxilios religiosos?
“El 29 de Septiembre en la mañana se puso en la pizarra del Club de
Estudiantes una inscripción en que se daba cuenta de la muerte de Gómez Rojas y
se anunciaba la traslación de los restos a ese local. El Ministro señor Astorquiza había
ordenado la autopsia siempre que la familia no deseara otra cosa, pero en vista de
informaciones recibidas sobre lo que decía la pizarra de la Federación, ordenó la
autopsia con o sin la voluntad de la familia.
“El cadáver pudo ser trasladado a la Federación hasta el día siguiente a
mediodía. El resultado de la autopsia fué: angina diftérica, congestión de todas las
vísceras, en especial del cerebro.
“Los funerales fueron el 1.o de Octubre. El cortejo partió de la Federación de
Estudiantes a las 2 P.M.”
20
De Domingo Gómez Rojas
Elegías
II
III
21
que nuestra fé inmortal rompe toda huesera
y a la sutil ceniza la transformará en llamas.
IV
22
Protestas de piedad5
II
5
Este poema también es publicado en El Trabajo en su n°321 del domingo 05 de noviembre de 1922,
con el nombre “Elegías de la cárcel” fechada el 26 de agosto de 1920 (nota realizada por el colectivo
editor de Ediciones Cultura Obrera).
23
III
24
El Trabajo. Año X, n°201. Punta Arenas, jueves 30 de marzo de 1922. pág.3
6
El libro de Rebeldías Líricas, editado por Editorial Lux, se encuentra digitalizado por la Biblioteca
Nacional de Chile y se puede ver y descargar en la página web de Biblioteca Cultura Obrera Patagonia
en la sección de “Literatura Obrera” (nota realizada por el colectivo editor de Ediciones Cultura Obrera).
25
El Trabajo. Año X, n°204. Punta Arenas, domingo 2 de abril de 1922. pág.3
“Rebeldías Líricas”7
7
Ver nota al pie n°6.
26
El Trabajo. Año XI, n°317. Punta Arenas, domingo 8 de octubre de 1922. pág.3, sección
Literatura y Crítica.
27
Ya su mano se levanta
formulando su dilema:
“Esta justicia suprema
nunca vibró en tu garganta.”
O bien: “Si tu mano pudo
detener la injusta ley
tú eres mi siervo o mi rey
o mi esclavo o verdugo.”
Y esas dos manos que oprimen
con un crímen otro crímen
sentirán que un Dios eterno,
desde los cielos nos llame,
y que ese Dios por ti clame:
“Ese juez, para el infierno!”
–:–:–:–
28
El Trabajo. Año XI, n°319. Punta Arenas, domingo 22 de octubre de 1922. pág.3. Sección
Literatura y Crítica.
EVOCACION
29
anónimos vencidos de la suerte
que en el cáliz de todos los olvidos
bebieron el dolor, y ante la muerte,
–esa obsesión que engendra los asombros
con su visión fatídica y macabra,–
daban el gesto de encoger los hombros
en protesta sin ritmo ni palabra!
30
El Trabajo. Año XI, n°353. Punta Arenas, domingo 27 de mayo de 1923. pág.3
ELEGIA
31
El Trabajo. Año XI, n°359. Punta Arenas, domingo 8 de julio de 1923. pág.38
ORACIÓN
8
En esta página “El Trabajo” también publica el poema “Evocación”, ya reproducido en un número
anterior (nota realizada por el colectivo editor de Ediciones Cultura Obrera).
32
El Trabajo. Año XII, n°372. Punta Arenas, domingo 7 de octubre de 1923. pág.2
Cumplieronse ayer tres años desde que bajara a las entrañas de la tierra, el
poeta y estudiante en leyes J. Domingo Gómez Rojas.
En la época del terror blanco que todos conocen, Gómez Rojas fué tomado
preso y conducido a la cárcel por suversivo. El muchacho bueno y amante del pueblo
para quien cantaba sus mejorados versos ácratas en los cuales resplandecía un alto
amor por la causa proletaria fué blanco de los hombres sin conciencia y fariseos de
la justicia de nuestra tierra. Las arbitrarias medidas tomadas en su contra hirieron lo
mas hondo de su espíritu hasta encarcelarlo y conducirlo a la tumba. Cayó preso el
24 de Julio de 1920 y trasladado despues a la penitenciaría hasta el 25 de Agosto
fecha en que ingresó nuevamente a la cárcel y sin motivo. Sabemos tambien que
durante su estadía en la cárcel escribió sus mejores poemas y candentes anatemas
en contra de sus carceleros, hombres sin corazón, mercaderes de la justicia que le
privaban su libertad solo enorme delito de pensar y exponer sus ideas, que todo
individuo jamás debe rehusar a complicar ese deber ineludible.
FEBO
33
El Esfuerzo. Año I, n°50. Puerto Natales, domingo 19 de julio de 1925. pág. 1.
¡El 21 de Julio del año 1921!... Día de reteñida y horrenda memoria,... ese día
triste, que la falange juvenil, de aspiraciones nobles y muy pulidas,–con la tolerancia
y el apoyo criminal, cual una fiera sanguinaria del poder ejecutivo, capitaneado en
aquel entonces por Juan Luis Sanfuentes, “se lanzó a la barbarie”, saqueó y destrozó
el hogar de nuestros camaradas estudiantes.
Los hechos de un degenerado, los hechos de un rufián, són los únicos que
tienen comparativo con esta indecible canallada, estas iniquidades han colmado el
mar de la villanía, de un régimen lleno de oprobios y de inhumanos crímenes
aristocráticos.
Esos son los hechos de los patriotas, patrioteros de una patria estrecha, como
el cascarón de una nuez. Pisotean lo más sagrado de ellos mismo, cortan el vuelo a
las inteligencias, derraman la sangre de sus hermanos… ¡Oh!... que ambición tan
miserable! ¡que sentimientos más mezquinos! solo piensan en la explotación, en
sostener privilegios inícuos para los mercenarios de enormes montones de oro
usurpado a la gran masa productora que sufre y llora miserias.
¡Qué tiranos! a estos no les importa un bleo la situación deprimente del
hermano, “ciudadano”, que trabaja y produce para toda la récua de holgazanes.
¡He ahí pueblo!... ¿eso es patriotismo? ¡No! Ya, el pueblo comienza a predicar
el verdadero patriotismo; ya el productor no es la bestia mansa que aparejaban con
solo hablarles palabras floridas, y luego chuparle hasta la última gota de sangre.
¡Ah tiranos! aunque procedan con acciones terribles y amargas como la hiel;
el nombre de Gómez Rojas, no muere jamás, ¡asesinos!
Esta fecha es un día de desprecio para la canalla dorada, para todos los
sicarios de aquel entonces.
Estos reptiles dañinos han creído cortar el vuelo a la idea reivindicadora a la
enseñanza libertaria, craso error. Con mas fuerza se rasga el opaco manto que cubre
la clara admósfera de la “Reivindicación Humana”.
Loor al gran mártir de la causa nuestro camarada. “Gómez Rojas”.
34
Anexo
1.- El Trabajo. Año X, n°61. Punta Arenas, jueves 29 de septiembre de 1921. pág.1, 2 y 3.
35
36
37
2.- El Trabajo. Año X, n°62. Punta Arenas, domingo 02 de octubre de 1921. pág. 1, 2 y
3.
38
39
40
3.- El Trabajo. Año X, n°201. Punta Arenas, jueves 30 de marzo de 1922. pág.3
41
4.- El Trabajo. Año X, n°204. Punta Arenas, domingo 2 de abril de 1922. pág.3
42
5.- El Trabajo. Año XI, n°317. Punta Arenas, domingo 8 de octubre de 1922. pág.3, sección
Literatura y Crítica.
43
6.- El Trabajo. Año XI, n°319. Punta Arenas, domingo 22 de octubre de 1922. pág.3.
Sección Literatura y Crítica
44
El Trabajo. Año XI, n°321. Punta Arenas, domingo 05 de noviembre de 1922. pág.3. Sección
Literatura y Crítica. (Este texto ya había sido publicado en El Trabajo con el nombre de
“Protestas de piedad” en su N°62 del domingo 02 de octubre de 1921.
45
7.- El Trabajo. Año XI, n°353. Punta Arenas, domingo 27 de mayo de 1923. pág.3
46
8.- El Trabajo. Año XI, n°359. Punta Arenas, domingo 8 de julio de 1923. pág.3.
Sección Literatura y Crítica.
47
9.- El Trabajo. Año XII, n°372. Punta Arenas, domingo 7 de octubre de 1923. pág.2
48
10.- El Esfuerzo. Año I, n°50. Puerto Natales, domingo 19 de julio de 1925. pág. 1.
49
Tarjeta que circuló en los funerales de José Domingo Gómez Rojas. Juventud / Federación
de Estudiantes de Chile. Santiago: La Federación, 1918-1951 (Santiago: Imprenta España), 3
volúmenes, año 2, número 10, (1920), páginas 51-52. Fuente: Biblioteca Nacional de Chile.
50
51
Otras Publicaciones de
Ediciones Cultura Obrera:
https://culturaobreramagal.wixsite.com/misitio-1