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Extracto Salt HC
Extracto Salt HC
1. Características generales
El hábeas corpus correctivo es otro mecanismo de acceso a la justicia que pueden
utilizar las personas privadas de libertad para reclamar la protección de sus derechos. Se
trata de una subespecie del hábeas corpus1 destinada especialmente a subsanar, con la
intervención de la autoridad judicial, el agravamiento ilegítimo de las condiciones de
cumplimiento de una privación de libertad. En el supuesto del “hábeas corpus
correctivo” no se trata de evitar una privación o turbación de la libertad ilegítima en su
origen sino, antes bien, de solucionar situaciones de agravamiento ilegítimo de las
“condiciones de cumplimiento de la medida de encierro carcelario” que en su origen es
legítima. El instituto del hábeas corpus correctivo reconoce que, aún cuando la
privación de libertad sea legítima (fundamentada en una orden escrita de autoridad
competente), puede perder la legitimidad si la ejecución del encierro se cumple en
condiciones más gravosas que las previstas normativamente. Como hemos visto en el
punto D del Capítulo II referido al derecho de las personas privadas de libertad a que el
Estado les provea condiciones carcelarias adecuadas y a la prohibición de penas o
tratos inhumanos o degradantes, el Estado no está facultado a ejecutar el encierro
carcelario de cualquier manera. Antes bien, debe brindar a los internos determinadas
condiciones mínimas de trato como un requisito ineludible para mantener la legitimidad
de la medida de encierro carcelario. De lo contrario el encierro se torna ilegítimo.
El objetivo del hábeas corpus correctivo es generar un procedimiento rápido y
desprovisto de formalidades para que una autoridad judicial pueda remediar, lo antes
1 El Hábeas Corpus es el mecanismo jurídico previsto en nuestro sistema normativo para proteger
judicialmente a los ciudadanos de los ataques ilegítimos contra la libertad corporal y ambulatoria.
Señala Clariá Olmedo: “El habeas corpus, en su especialidad, es la garantía del derecho a la
libertad, y se desenvuelve a través de un proceso constitucional por la materia sobre la cual versa,
cuya realización se pone en manos del Poder Judicial, para munirlo de lo que por antonomasia
constituye la jurisdiccionalidad”. Cf. Jorge A. Clariá Olmedo, Tratado de derecho procesal penal,
vol VII, p. 243. Sobre los distintos supuestos en los que procede el hábeas corpus, cf. Néstor Pedro
Sagues, Derecho Procesal Constitucional. Hábeas corpus.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
posible, cualquier agravamiento ilegítimo de las condiciones en que se ejecuta una
privación de libertad.
Antes de la reforma constitucional del año 1994, el derecho de los ciudadanos a
un recurso rápido ante las autoridades jurisdiccionales para defenderse contra las
situaciones que afectan la libertad corporal se extraía de la interpretación del artículo
18 de la Constitución Nacional. Se interpretaba que el hábeas corpus era un
procedimiento específico necesario para que las garantías previstas para proteger la
libertad corporal en el artículo 18 de la Constitución Nacional tuvieran efectiva
vigencia2 . Sin embargo, parte de la doctrina entendía que el hábeas corpus no era la
vía adecuada para resolver las situaciones de agravación de las condiciones de una
detención legítima en su origen. Para estos autores, no se extraía de la letra ni del
espíritu de la Constitución Nacional la necesidad del hábeas corpus para resolver
este tipo de situaciones. Entiendo que, quienes adhieren a esta posición, no advierten
que la norma del artículo 18 del texto constitucional reúne el conjunto de requisitos
que debe cumplir el Estado para privar a una persona de libertad señalando, al mismo
tiempo, las condiciones de legitimidad de una medida de encierro. La norma
constitucional incluye expresamente entre estos requisitos, el cumplimiento por parte
del Estado de la obligación de brindar a los internos condiciones carcelarias
adecuadas (cárceles sanas y limpias, en los términos del texto constitucional). El
hábeas corpus debe actuar como remedio procesal rápido para impedir cualquier tipo
de encierro que no reúna estas condiciones de legitimidad exigidas en el texto
2 “Compartimos la tesis que reputa operativa (con ley o sin ley regulatoria) la cláusula
constitucional del art. 18 de la cual se infiere el auto de hábeas corpus”. Por ende, el magistrado
ante quien se interpusiera la acción, tiene que tramitarla se dé o no el caso de existir norma
reglamentaria”. Cf. Néstor Pedro Sagues, Derecho Procesal Constitucional. Hábeas corpus, p. 112.
En el mismo sentido, Clariá Olmedo, Tratado de derecho procesal penal, vol VII, p. 245
“... La Constitución, en efecto, dice que nadie puede ser arrestado (y de ahí nace el hábeas corpus),
sin orden escrita de autoridad competente. Es razonable extender la cobertura constitucional a casos
de amenaza de arresto, o de lesiones o perturbaciones menores a la libertad física; pero si la
detención o restricción a la libertad emana de autoridad competente, y en forma legal, y por
tanto, es jurídicamente inobjetable por el hábeas corpus, éste no tendría, prima facie, por qué
actuar para más. Cf. Néstor Sagues, Derecho Procesal Constitucional, Habeas Corpus, p. 212,
con citas de jurisprudencia en el mismo sentido.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
constitucional. Como he señalado antes, desde el punto de vista dogmático, todos los
requisitos exigidos al Estado para privar a una persona de libertad tienen el mismo
valor y deben ser protegidos en un plano de igualdad. Por este motivo, el hábeas
corpus debe actuar también como remedio para hacer cesar la ilegitimidad de una
privación de libertad que proviene de cualquier actividad del Estado que constituya
un agravamiento de las condiciones en que se cumple una medida de privación de
libertad.
La reforma constitucional de 1994 ha disipado cualquier duda al respecto ya
que reconoce expresamente al agravamiento de las condiciones de detención como
uno de los supuestos del hábeas corpus. El artículo 43 que regula la acción de amparo
constitucional, establece: “...Cuando el derecho lesionado, restringido o amenazado
fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o
condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de
hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el
juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio.”
De esta manera, el texto constitucional ha aclarado el derecho constitucional de
los ciudadanos a acceder a la justicia por la vía del hábeas corpus en los casos de
ilegitimidad de una privación de libertad provocada por el agravamiento de las
condiciones de cumplimiento de la medida3.
4 La ley fue sancionada el día 28 de septiembre de 1984 y publicada el día 25 de octubre de aquel
año. El texto normativo toma como base un proyecto en el que colaboraron los Dres. Fernando De
la Rua y Julio B. J. Maier. El primer capítulo del texto normativo que establece los principios
generales de la institución es de aplicación en todo el país (art. 1). La intención del legislador es
reglamentar con alcance nacional el derecho reconocido constitucionalmente. El resto de las
normas, regula las cuestiones procesales y sólo es aplicable en el ámbito de la justicia nacional y
federal.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
deficiencias del funcionamiento del servicio penitenciario y para limitar el contenido
de los derechos de las personas privadas de libertad.
Como he señalado, el hábeas corpus correctivo ha sido la vía procesal utilizada
para revisar múltiples aspectos de la vida carcelaria incluyendo, entre otros, los
siguientes5:
a. Malas condiciones generales de cumplimiento de las medidas de
encierro6
b. Libertad sexual de las personas privadas de libertad7.
c. Traslados8
d. Arbitrariedad en la aplicación de sanciones disciplinarias 9
e. Derecho a la intimidad de la correspondencia 10
f. Requisa a los visitantes a centros carcelarios
g. Trato discriminatorio a presos que padecen HIV11
Un análisis de la jurisprudencia demuestra que no existe una línea doctrinaria
uniforme sobre cada uno de estos temas sino que, antes bien, las decisiones judiciales
5 Cf. sobre el particular el trabajo de investigación de Paula Gords, “El habeas corpus correctivo en la jurisprudencia
argentina”, aún no publicado.
6A modo de ejemplo, Cf. la resolución de la sala de hábeas corpus de la Cámara Nacional Criminal
y Correccional de la Capital Federal de fecha 20 de octubre de 1991 en la causa denominada
“Dominguez Omar”.
7 Se trata de casos de hábeas corpus correctivo interpuestos antes del reconocimiento expreso, de la
legislación de la posibilidad de los internos de mantener relaciones sexuales. La jurisprudencia, en
general rechazó este tipo de planteos (cf. el comentarios a fallos de Nestor Sagues, La libertad
sexual de los detenidos y el hábeas corpus correctivo, pág. 223). En un sentido contrario, la
resolución del Dr. Luis Niño, Causa “Juan Carlos Pérez”, fallo publicado en la revista La Ley ,
1987-C-, p. 228 aunque la resolución fue posteriormente revocada por la Cámara de Apelaciones.
8Cf. la resolución de la sala de Hábeas Corpus de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional de la Capital
Federal dictada el 20 de octubre de 1989 en la causa denominada “D M A”, texto del fallo publicado en El Derecho, t.
135, pág. 749.
Cf. la resolución dictada el 22 de noviembre de 1987 por la Sala de Hábeas Corpus de la Cámara
11
12En la práctica, esta cuestión se ha resuelto sin mucha reflexión. Si la presentación es encabezada
con el título hábeas corpus, los jueces de ejecución se declaran incompetentes y envían la
presentación a los jueces de instrucción. Ahora, si la misma cuestión es presentada con el título
“promueve incidente de ejecución”, los jueces aceptan su competencia. Quizá hubiera sido
conveniente prever el problema y asignar la competencia de los hábeas corpus correctivos a los
jueces de ejecución o, ante la presencia de un procedimiento específico de la materia, limitar y
enumerar expresamente los supuestos de procedencia del hábeas corpus correctivo, dejando para el
resto de los supuestos, la vía del incidente de ejecución.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
perjudicada y a la autoridad pública responsable del hecho denunciado13. Las
autoridades judiciales no pueden rechazar las denuncias de hábeas corpus por
cuestiones formales. Antes bien, están obligadas a realizar las medidas necesarias
para subsanar los defectos formales de la presentación, sin interrumpir el trámite.
En el ámbito de la Capital Federal son competentes para entender en el
procedimiento de hábeas corpus, los jueces en lo criminal de instrucción (Ley 23.098,
art. 8). Al recibir la denuncia, el juez debe decidir sobre la admisibilidad del planteo
y sobre su competencia para entender en la cuestión. Sólo puede rechazar una
denuncia cuando considere que el hecho descripto no encuadra en ninguno de los
supuestos previstos en la ley. En este último caso, o cuando considere que es
incompetente para conocer sobre la cuestión denunciada, debe elevar la causa en
consulta a la Cámara de Apelaciones (no se requiere la interposición de recurso) que
debe decidir sobre el asunto dentro de las veinticuatro horas (art. 10).
Admitida la denuncia, el juez dicta el “auto de hábeas corpus” ordenando a la
autoridad responsable del acto lesivo denunciado que le presente a la persona privada
de libertad e informe sobre las circunstancias de la privación de libertad y,
especialmente, sobre las circunstancias del hecho denunciado. El juez está facultado
también para constituirse personalmente en el lugar de detención y emitir la orden
verbalmente (Ley 23.098, art. 11). La autoridad requerida debe cumplir la orden
judicial de inmediato o en el plazo que el juez fije.
El “auto de hábeas corpus” significa, al mismo tiempo, la citación a la
autoridad requerida a una audiencia oral (art. 13)14 en la que se debatirá sobre las
17 No pueden quedar dudas de que “dotar de condiciones carcelarias adecuadas a las personas
privadas de libertad” es un requisito más que el texto constitucional impone al Estado para privar de
libertad a una persona (CN, art. 18, última parte y pactos internacionales de Derechos Humanos
incorporados a la Constitución Nacional) que tiene el mismo valor dogmático que el resto. Tan
grave es para el texto constitucional que una persona sea arrestada sin orden escrita de autoridad
competente como que la privación de libertad se ejecute en condiciones inconstitucionales.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
no en su origen (orden escrita emanada de autoridad competente), sino en su forma de
ejecución18 .
El texto de la Ley 23.098 no se opone a la interpretación que propongo sino
que, antes bien, contribuye a ella. En efecto, el artículo 17 establece que la resolución
que hace lugar a un hábeas corpus debe ordenar la inmediata libertad del detenido
(supuesto del hábeas corpus principal) o la cesación del acto lesivo. O sea que el
juez debe buscar el medio más adecuado para hacer cesar el acto lesivo. La pregunta
es qué sucede cuando no existe ningún medio que permita hacer cesar el acto lesivo o
el Estado no cuente con los medios necesarios para implementarlo. En estos casos
excepcionales, entiendo que el juez debe ordenar el reemplazo del encierro carcelario
por otra medida para evitar la continuidad de una privación de libertad ilegítima.
Algún tribunal ha resuelto el problema en el sentido que aquí propongo.
Así sucedió en un caso en el que se denunció mediante el procedimiento de hábeas
corpus correctivo la situación de agravamiento de las condiciones de detención a que
estaba sometido un grupo de menores alojado en una comisaría de la Provincia de
Buenos Aires, junto a mayores. La sala 2ª de la Cámara Penal de Morón19 resolvió la
libertad de los menores, bajo la guarda de los padres y la supervisión del juez a cargo
de la causa: “Corresponde dejar en libertad, bajo guarda efectiva de sus padres y sin
perjuicio del control que debe ejercer el juez interviniente y la prosecución de la
causa, a los menores que debiendo ser trasladados a un instituto de minoridad, no
fueron aceptados en el mismo por carecer de capacidad y comodidades adecuadas.
En el caso, la Cámara Penal de Morón había hecho lugar al hábeas corpus
correctivo y había ordenado que trasladaran los menores a otro centro de detención
luego de comprobar que las condiciones de detención de los menores constituían un
18No es esto lo que sucede en la práctica. Es común que los jueces comprueben la situación de
agravamiento de las condiciones de detención y ordenen a la administración su remedio o
modificación. Si la administración cumple o, incluso, no está en condiciones materiales de
solucionar la situación, los jueces casi nunca se enteran.
19 Causadenominada L, R, D y otros, resuelta por la Sala 2 de la Cámara Penal de Morón, el día 18
de mayo de 1988.
SALT, Marcos G. “Los derechos fundamentales de los reclusos en Argentina”, en Iñaqui Rivera
Beiras et Marcos Salt “Los derechos fundamentales de los Reclusos en España y Argentina”,
Editores del Puerto, Bs.As., 1999.
agravamiento ilegítimo de la privación de libertad20. El director del centro
penitenciario al que habían sido remitidos los menores se negó a recibirlos por falta
de espacio impidiendo, de esta manera, que la resolución del hábeas corpus haga
cesar las condiciones ilegítimas de encierro21. Frente al incumplimiento de la
administración y la imposibilidad de hacer cesar las condiciones ilegítimas de la
privación de libertad de otra manera, el tribunal amplió el contenido de la resolución
y ordenó la libertad de los menores22 .
La doctrina emanada de este fallo es sumamente importante para el futuro del
hábeas corpus correctivo como herramienta eficaz de protección de las garantías
constitucionales de las personas privadas de libertad.
20 “...la situación de alojamiento de los menores... aparece como insuficiente por su promiscuidad ,
falta de cumplimiento de normas mínimas de salubridad e higiene y ausencia de elementos idóneos
para el descanso, lo que en definitiva agrava las condiciones en que se cumple su privación de
libertad...” (del texto del fallo).
21 “...los jóvenes mencionados no fueron recibidos en aquel establecimiento. La falta de cupo,
camas, colchones, sábanas y frazadas fue el motivo del rechazo, acompañada por la invocación de
la orden del director que estableció que no debía recibirse a ningún menor más...” (del texto del
fallo).
22“...el tribunal considera que la permanencia intramuros de los menores compromete su salud y
moralidad, al punto que su externación, en las condiciones ya apuntadas, deviene único modo
idóneo para dar termino a la situación planteada...