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Nombre: Ruiz. Serna, Daniel, compilador, autor. | Ojeda Ojeda, Diana Carolina, compiladora, autora. | Cadena, Marisol de la, escritora de prologo. ‘Titulo: Belicopedia, Descripeién: Bogota : Universidad de los Andes, Ediciones Uniandes, 2023. | 292 paginas :ilustraciones ; 15,5 x 21 em. Identificadores: isn 9789587982534 (ristica) | 1s 9789587982541 (electrénico) ‘Materias: Conflicto armado ~ Aspectos sociales ~ Colombia | Violencia ~ Aspectos sociales ~ Colombia | Guerra ~ Aspectos sociales ~ Colombia, Clasificacién: CDD 303.66-de23 SBUA Primera edieién: enero del 2023 © Diana Carolina Ojeda Ojeda y Daniel Ruiz Serna, autores compiladores (© Universidad de los Andes, Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) Ediciones Uniandes Carrera 1.41.9 18-12, blogue Tm Bogotd, D. C., Colombia ‘Teléfono: 601 339 4949, ext, 2133 hitp:/fedicionesuniandes.edu.co ediciones@uniandes.edu.co spy: 978-958-798-253-4 rsp e-book: 978-958-798-254-1 or: hetp:/fdx.doi.org/10.51563/belicopedia-2022.11 Corteceidn de estilo: Camilo Sierra Sepalveda Diseto y diagramacién: Felipe Caro, Puntoaparte Editores Imagenes de cubierta y portadillas: Shutterstock Impresién: Xpress Estudio Grifico y Digital S.A. S. Carrera 69H n! 7-40 ‘Teléfono: 601 602 0808 Bogott, D.C., Colombia Impreso en Colombia ~ Printed in Colombia Universidad de los Andes | Vigilada Minedueacién. Reco- ‘nocimiento como universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964, Reconocimiento de personerfa juridica: Resolucién 28 del 23 de febrero de 1949, Minjusticia, Acreditacién institucional de alta calidad, 10 anos: Resolucisn $82 del 9 de enero del 2015, Mineducaciéa, ‘Todos los derechos reservados. Esta publicacién no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registeada eno transmitida por un sistema de recuperaci6n de infor~ ‘macién, en ninguna forma ni por ningyin medio sex mect- nico, fotoquimico, electrénico, magnético, electto-ptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. de N.N. de fame de Orién de panfletos de quiebrapatas de rio de Samanea saman de aguacate de barro de caucho de chulo de Esmad de falsos positivos y G e UD LY de territorio de Ubérrimo de vacas de witin de equis de yerbas de Zika de glifosato de hipopétamo de iglesia de jaguar y medio de kamikaze de leishmaniasis de mercurio sung (2) Desérdenes de guerra y también de posibilidad Marisol de fa Cadena, aprendiendo de los belicopédicos Este libra naci6 de un texto de Borges. De la risa que deshace al leerlo, todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografta—trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planas con los que domesticamos la salvaje abundancia de lo que existe y provocando una larga vacilacion e inquietud en nuestra practica milenaria de lo mismo y lo otro, Este texto cita “cierta enciclopedia china” donde esta escrito que ‘los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (GP fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificacion, (i) que se agitan como locas, (j) innumerables, (k) dibujadas con un pincel finisimo de pelo de camello, (I) etcétera, (m) que acaban de romper el Jaron, (n) que de lejos parecen moscas”. En el asombro de esta taxonomia, lo que seve de golpe, lo que, por medio del apélogo, se nos muestra como encanto exético de otra pensamiento, es el limite del nuestro: la imposibilidad de pensar esto. - Michel Foucault «prilogo+ e tomado el parrafo anterior de Las palabras y las cosas, el libro con el que Foucault (1982) escribié la historia de por qué pensamos como lo hacemos. Obviamente, Foucault pensaba como nosotros, es decir, heredando el pensamiento “que tiene nuestra edad y muestra geografia”, y para poder pensar cémo pensamos lo ayudé un desconcierto, una extrafieza: eso lo hizo mirarse y autodesconcertarse, autoextrafiarse. Entonces, fue menos dificil que no le pareciera “normal” pensar cémo pensa- mos. Ese asombro se lo presenté ni ms ni menos que “una cierta enciclopedia China”, en la que Jorge Luis Borges, el autor de la su- puesta enciclopedia china, proponja una taxonomfa de seres imagi- narios, reales, vivos y muertos, escritos. No solo los seres asaltaron la imaginacién de Michel Foucault; sin orden conocido y, por lo tanto, en sf misma una transgresi6n, fue la taxonomia la que asalté el pen- samiento del filésofo-historiador de epistemes: pensar lo que para él no podia ser lo hizo reir, y esa risa lo hizo seguir pensando... ¢Por qué no puede ser esto que estoy leyendo/pensando? Foucault quiso es~ tablecer con Borges una relacién para pensar, como dice nuestro epi- grafe, en la domesticacin de la salvaje abundancia de lo que existe. Esta domesticacién ordena las relaciones entre las palabras y las cosas: es decir, clasifica y autoriza ambas, distinguiendo “lo mismo” de “lo otro”, lo que puede ser de lo que no puede ser. Respetando las diferencias histéricas pertinentes, quiero ha- cer una analogfa atrevida: la guerra colombiana de los tiltimos casi sesenta afios, como la enciclopedia china de Borges, habria alterado (desdomesticado) las rutas normales de pensamiento de los autores de esta Belicopedia, que serian como Foucault y sambién diferentes. Como Foucault con Borges, los belicopedistas establecen una relacién con la guerra colombiana y aceptan pensar con el desconcierto y habitar los limites de “nuestro pensamiento”, para desde alli—y esta es la diferen- cia— seguir en el desconcierto, desdomesticando el pensamiento que autoriza lo que existe, proliferando lo que esy desordenando las relacio- nes de su abundancia. Leyendo, escuchando, mirando, oliendo, tocan- do los rastros-presencias de la guerra, los belicopedistas se permiten sentir lo impensable —desde “nuestra edad y nuestra geografia’— y con ese afecto abren la gramética —de “nuestro pensamiento”— a sus posibilidades exéricas, las hacen suyas para —en este libro— ofrecér~ nosla como otra gramdtica dentro de la nuestra, que entonces ya no es la misma, aunque la podemos reconocer. La tiltima guerra en Colombia, que ojalé haya dejado de ser, fue entre muchos enemigos que a veces se enfrentaban como si fueran dos. Ocupé el orden establecido macabramente. Eso quiere decir que destruyé, deshizo, desangré, infect, arruin6, asfixid, en- venené; y eso quiere decir que maté de las maneras mas brutales po- sibles y sin tecnologias condenables por la universalidad de los de- rechos humanos. El legado: esas matanzas brutales enactiian —este neologismo es titil; quiere decir “hacen ser algo que no era’— un régimen criminal no condenado, que le arrebaté al estado! —con su aceptacién— el monopolio del ejercicio de la violencia armada. Pero esa guerra y sus matanzas criminales no condenadas también altera~ ron la razén organizadora del orden piiblico de las relaciones entre las palabras y las cosas, es decir, la manera establecida de hacer rea~ lidades. La guerra hizo visibles, piblicamente, maneras locales de ordenar esas relaciones que no seguian el orden piiblico establecido y cred otras —también irreverentes al orden puiblico—, con las que quienes se veian enredados en Ja mélée se enfrentaban, se defendian —-sin enfrentarse— o participaban en la guerra —y en cualquier caso: la explicaban, aun cuando esa explicacién no tuviera sentido dentro del orden entre palabras y cosas establecido como piblico—. La palabra delicopedia, que da el titulo a este compendio, mezcla etimologias ¢ inventa una palabra desordenada. Por un lado, se inspira en enciclopedia, que sefala la posibilidad de “cono- cer en redondo”, que quiere decir (0 casi) “conocer del todo”. Por otro lado, una biisqueda répida en internet sobre los origenes del témino délico explica que su raiz es dellus, en latin, derivado de Bellona, nombre de la diosa romana de la guerra. Bélico, dice el mismo sitio web, comparte familia etimoldgica con rebelar y rebelde 1, Por razones coneptuales y no gramaticales, se decidié usar la expresién estado con mindseula inicial, «+ belicopedia + «prologo« (Google s.f.). Belicopedia no es solo conocimiento sobre la guerra colombiana; es conocimiento que se deja alterar por la guerra y nos propone conocerla belicosamente, con gramaticas analiticas que heredan “nuestro conocimiento” y, para continuarlo, desafian sus limites. Por eso, Belicopedia, a pesar de su titulo, no pretende ser una enciclopedia: desafiar limites suspende totalidades y, a su vez, unidades y separaciones hechas antes de hacer el limite. Desafiar limites es una practica de conocer, la cual sabe que el limite no es antes de hacerlo. Lo tinico que completa Belicepedia es el abeceda- rio, y lo inspirador es que haciéndolo propone otro abecedario: uno que sirve para hacer que las palabras que empiezan con sus letras pueden tener relaciones inimaginables con las cosas que nombran. En este libro, “si las paredes hablaran” deja de ser dicho y se con- vierte en posibilidad. En este libro, todo habla —en muchos 6r- denes y desérdenes, y para cualquiera de los sentidos, en orden y también su desorden: oler con las manos, tocar con los ofdos, ver con la lengua, saborear con la nariz, escuchar con la piel—. Los autores dejan multisentir el desorden y desde alli conversan, para entablar didlogo, escribirlo y entregarlo a todos los que quieran leer y, a su vez, continuar el didlogo como quieran, aun volviendo al or- den establecido (con el que nunca, a pesar de desdrdenes de guerra, se deja de estar). Sintiendo con el desorden, los autores piensan y escriben. Leyéndolos y pensando con ellos, nos podemos dar cuen- ta de que al seguir el orden puiblico de las cosas pensamos dentro de sus limites: allf donde termina la autorizacién para ser y mas alla del cual empieza lo que, no pudiendo ser, es. Belicopedia recorre ciu- dades, cruza sembrios, practica en laboratorios, surca rios, abraza drboles y siente, piensa, escribe, canta, dibuja, llora y se cansa fuera de los limites y, también, por supuesto, dentro de ellos. Aqui ofrezco una lista deliberadamente incompleta; su tinica pretensién es seducir al lector a encontrarse con las historias que cuentan los belicopédicos. Con ellas se aprende sobre cémo es y dénde se guarece lo que no puede ser y, al aprender, nos maravi- amos de sorpresa, de dolor y también del sentido que adquiere la posibilidad cuando tiene un chance de ser. Entonces, aqui va una muestra de lo que el lector aprender y con lo que se admirari > Bosgues que se mueren porque extrafian a las plantas, los animales y la gente con los que convivieron y tuvieron que irse, o los mandaron irse > son reemplazados, para mal, por hongos que sirven al estado. > Barro que se mancomuna con la coca, y entonces > sirve como concepto para pensar alianzas blandas y flexibles. > Venenos que curan, pero no estin al alcance todos, porque la en- fermedad que combaten sirve para identificar guerrilleros que, el Ejército decide, no deben acceder al pharmakon (veneno y cura, al mismo tiempo) antihuevo de mosca blanca. > Gallinazos bienvenidos porque comen muertos (y entonces lim- pian de guerra), pero criticados porque ni siquiera dejan que el alma deje el cuerpo para hacerlo > comunican matanzas y la ne- cesidad de esconderse. > Dragones que tienen duefos y que sirven para secar rios y entonces > rfos a los que hay que dar agua para borrar las cicatrices de su sed e impedir que se mueran. > Minas antipersonales que, cuando no matan, embrujan, son bechi- zas > tienen el poder de hacer creer que estén alli (aunque no lo estén) y hacen ausente la vida como si estuvieran. > Cuerpos muertos llenos de vida que habitan en morgues locales, donde también se inventan tecnologias locales > le explican quignes son a doctores que los entienden, porque hicieron jura- mentos de amor a lo que hacen. > Arsenales de armas no letales, clasificados con nombres que suenan a luces de bengala > matan porque funcionan y hacen fancionar hibridos de militar-policia-moto con el corazén en el freno. > El gas mostaza (a.k.a. agent orange, que los Estados Unidos usaron en Vietnam) es pariente indirecto del glifosato, el cual 10 + belicopedia « + prélogo+ sirve para matar la coca, con la cual se hace la cocaina. > El primero y la tiltima nacieron en Alemania, del mismo inventor > un humano relacionado consigo mismo, mediante su vinculo directo e indirecto en homicidios de selvas en Vietnam y Co- lombia, respectivamente. > Asesinados en una iglesia, esos muertos deambulan y sus familia~ res siguen su rastro, con detalle delicado y amoroso: jel piso no se toca! > Los belicopédicos imitan estos familiares; yo pienso que los ayudan todos los muertos. > Zootecnia de guerra que hace jaguares ocupados por etologias compartidas con los humanos soldados > como ellos, cambia y distingue civiles de militares, y le gusta mas la carne de los pri- meros que de los segundos > tuvo mas publicidad que los burros que morian, también hechos por la zootecnia de guerra, al matar gente y no gente. > C de cementerio y de pez comelén, que come gente y es comi- do por gente, que entonces come a la gente que comis el co- melén > solo por relacién fluvial: hipopétamos colombianos que pueblan rios > gse convertirén en especie “hipopétamo colombiano”? Para resumir, como si se pudiera: Belicopedia cuenta sobre territo- rios —con lo que quiero decir gente-tierra, todo junto— suspendi- dos en relaciones de guerra, separados de la vitalidad que los hace y surcados de muerte, pero también incansablemente en busca de ser hechos vitalmente. Y eso vale hoy, 4 de mayo del 2021, que es cuando escribo esto, y cuando, una vez mas, recuerdos de la guerra (que ojala haya dejado de ser) vuelven a rondar las calles repletas de gente, quienes, defendiendo su derecho a no morir asfixiados por el virus global, enrostran al estado su incapacidad biopolitica: no sabe cuidarlos. El estado, como el jaguar, ha sido ocupado por la guerra durante muchos afios, y su etologia no es la de la democracia vital, sialguna vez la fue. Le queda a la gente producirla —y lo hard. | 1 “ l A Un tratado de la guerra UOT CUTE CU cee cinic enti aoe eR RSIS ote ke CRMs yee COOMBE oad Cea Ce Cre Re Ceetee eta eee ney Pct Cat OCTET Me Oct CCT ene ee rer mereseme ce rim ese Eoealtvzs Oke omar eUUtor Rear CoeCccee bee Lcce le) ees eo cece ee eMC cee one Rccrsstot autoras y autores para que narraran una instancia de violencia —sobre todo armada, pero también estructural—, en la que sus protagonistas fueran agentes no humanos, es decir, ani- males, plantas, objetos o sustancias, que se han visto enredados CURR U ri a eeatercne sce emer Cam rte Cae su produccién y perpetuacién. Desde aguacates abandonados al zurrapiento Zika, pasando por burros bomba, enfermedades ex- Rose eas nS CEe isl one B CSM CRC Sve Mane nas maliciosas o territorios tristes, estos no humanos nos invitan ce Cees etre Reet Centre cen eerie asi como a pensar la paz y sus propésitos, una vez se acepta que la Blo Cron RTS COON OMe UMBC MMOL eC mera Peete ern POCO ee RcUTe Ano me Uke Morne Re Cee Carel Reet Ce NK e cise Ter tel se ee ee ces OR mee Meo Nets br) que al examinar la violencia a través de lentes que dejan ver esos entramados sociales y naturales, orginicos y tecnolégicos, biolégicos Bet Cette Bea IWS mores Rueecieiatts coke Recoil Tari ReLe cons so Sree 13 de agencias no humanas en la generacién de redes amplias de vida, Teese tele Re ce cacorane CR aiseh ome eT tae Fe oe RS NCE Te SOT LOM Lee os LTTE NRL se vuelven montunos, plantaciones que se enrastrojan y arboles que Fle crac RSMo e eRe EONS EB Aer OCB CAL Te lo meos constitutivas que existen entre humanos, espacios, animales, plantas Pao Ce CoP aS BUEN CS ee aes (ER soe ERS tia De ee Ce ere ee eg espacial del conflicto armado no se reduce a la espectacularidad de PEE terres ORC Talo cs Tee Te Okc Lalo Me MSE ste ee se queda habitando, incrustada en memorias del paisaje y de cuerpos PVT uT Tae MOR NeCLeC Loa Orc Merete cmt Reoe nom mue Leste) actualiza, a su vez, la incertidumbre y perpettia un estado de preca~ SST Ete Re ORMNTS CR Te ee CB SE eee CE nee EEC Reb S (Cate Senet eae cate Me Rte Cm Reset cena cy resto ntetcnee nt Rae Cee OTe Roa tae Rt bree meter lca We Mae es (Sete Soke (oscars Co BAS COUr Ome een OO ee Ret eta coe ancl ec Cra ced Clstecceaaatre meas erat oncter teat cretne enc scl arate se dificulta en los escenarios que crea el desplazamiento, o animales que se dejan sueltos para desposeer de la tierra a sus legitimos cus- [ole CMEC BL OO eC uel CR UTC Vetere eee Coat LLCS alla de la propiedad o la pérdida de soberanfa sobre bienes materi Oc ecie Meo sc BCI me Mest eaa m cg rT) aoe SCOR SC oaS ICC ntCcO Me Cee cna nearer tc len Bate besos Cee Cotes enone OR APTA aeRO GI cele Rac AUC ae Ney Pee Renee eRe Le Se Rodeo ROMO RETR EE eer Cea ereensece eam et mere nt errit aren a Peer ae etic inteccite ener eee PTE eRe CIC OR Ie ET Reonet (ect te Esta Belicopedia es un compendio ordenado alfabéticamente; aunque cada una de sus entradas puede leerse de forma indepen- Fee Rocce MMe Hero Me Manion ice (mete:tacom ot losste (om tees trenzado y miltiple tanto del conflicto armado como de las relacio- Pee Creech eS ene ter iern ate tines Cec Ta erb ate eed Cc deem ele MM ON ele (eos OO SCOUT CBC la violencia y otra cantidad de seres, entre los que los humanos son Fels cereal cca lela Areca UCo Erm UCM Rs Lede (oh eV AB Cree Ca CO eceteC cect RnR conn nes socioambiental, politica y humanitaria. Que los arboles y peces que se nutren de cadéveres humanos, las mascotas maliciosas con las que Pet Coreen tete eee CCC oo eee eRe ea nn rest ta Pree te Ceet ern ei ectantceree eerie es éticas y morales, asi como a desarrollar nuevas formas de apertura hacia aquello que animales, plantas, tecnolog{as, sustancias, disposi- So eel heen ot Me Ens coal Ke CRT are Daniel Ruiz-Serna y Diana Ojeda Sree iy \ - a { de aguacate } _ _ ade aguacate™ Angela J. Lederach * Esta entrada Mas que un cultivo, el aguacate ha sido fuente de vida para los y surge de una Jas campesinas de la zona alta de la montahia de Montes de Marta. Investigacion mas Su cultivo garantizé por déadas la vida digna, con buena comida, amplia, centrada prosperidad y una naturaleza rica en sombra y agua, Era como entrar enlaconstruccion 7! otro mundo, uno en el cual ser campesino no significaba laborar para de paz territorial otro, sino disfrutar de la abundancia en sus propios términos. con un enfoque multiespecies, Comunidad aguacatera de la alta montafia de El Carmen de Bolivar Véase Lederach 2017; 2020), A‘ empieza el informe El cultivo del aguacate: corazon de la alta montatia, Montes de Marfa (2017), escrito colectivamente por la comunidad aguacatera de la alta montafia de El Carmen de Bo- livar!. El Carmen de Bolivar se dio a conocer por tener los mejores aguacates de Colombia y ser el municipio responsable de la mayor produccién de este fruto en el pais, desde finales de la década de los setenta(Yabrudy Vega 2012). En comunidades marcadas por la vio- lencia estructural, el aguacate trajo abundancia, proveyendo salud, carreteras y educacién. Los bosques viejos de aguacate, los cuales protegian las fuentes de agua y proporcionaban sombra para los po- 1. Gran parte del licultivos, también conformaban un habitat robusto para miltiples anilssqueseinchye especies endémicas de la regin, incluidos el mico titi y el mochuelo. enesetesto surgi Entender la vida, la pérdida y la sanacién en medio del con- como resultado de flicto armado requiere de prestar atencién a las redes de relaciones miparticipacién, que tejid el aguacate en la alta montafia. Darlis Hernandez, una de en el equipo de las coordinadoras del movimiento Jévenes Provocadores de Paz de investigacién para la Alta Montaiia (joppaz), recuerda lo que el aguacate significé en este informe, liderado 1a vida de la poblacién campesina de esta regidn: “Antes, esto era porel Proooso muy diferente”, explicé mientras apuntaba a los cientos de arboles Pacifico dela Alta de aguacate caidos sobre la ladera empinada al borde de su casa: ‘Montatia y bajo la coordinacién editorial Antes era verde, antes uno veia esos cerros y no se veia asi de Larisa Zehr, como ya muerto, los arboles amarillo. Esto daba ganas de sae 7 ver, ganas de caminar, el arroyo tenia bastante agua, con un serenito ese arroyo se crecfa. En aquel tiempo todo era espectacular... ahora no, mire lo que se ve es la tierra sola, ahora ya se murié el aguacate. (Entrevista personal, 24 de septiembre del 2017, El Carmen de Bolivar) LA MUERTE DEL AGUACATE Y EL CONFLICTO ARMADO. EN LA ALTA MONTANA, Desde inicios de los aftos ochenta, la comunidad campesina de la alta montafia empezé a enfrentarse, cada vez mas, con las complejas realidades que supone vivir en medio de facciones armadas rivales, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (rarc-ep), el Ejército Popular de Liberacién (gpt), el Ejército de Liberacién Nacional (exn) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (prt), y grupos paramilitares y la Infanteria de Marina de Colombia. En 1995, punto dlgido de 1a confrontacién armada, las comunidades de la regi6n comenzaron a notar una de- coloracién extrafia en las hojas de los Arboles de aguacate. Normal- mente, este tipo de arboles tienen grandes hojas verdes oscuras, las cuales proveen sombra a los cultivos de subsistencia; sin embargo, las hojas comenzaron a tomar un color amarillo. Dedicando tiempo adicional al cuidado de los aguacates, los aguacateros lograron quitar la maleza de la base de los arboles y, asi, asegurar el flujo de agua y nutrientes. Diariamente, y a medida que se acercaba el tiempo de cosecha, los campesinos y las campesinas monitorearon, documen- taron y analizaron cualquier cambio en el follaje de los arboles. De 1996 a 1997 enviaron ala Corporacién Colombiana de Investigacion Agropecuaria (Corpoica) y al Instituto Colombiano Agropecuario (ica) tres muestras distintas de los arboles infectados, con una ex- plicacién detallada de los cambios que habian registrado. En estas comunicaciones se demandaba atencién urgente para prevenir atin 18 + belicopedia + ae La muerte del aguacate, Angela Lederach, 24 de septiembre del 2017. EIC: de Bolivar, Colombia. ‘men mis dajfio; fueron recibidas con silencio. La escaza presencia de ins- tituciones estatales, que proveian cierto apoyo, desaparecié a raiz de la confrontacién violenta y de los rumores de tomas guerrilleras. Masacres, desapariciones forzadas, falsos positivos y asesi- natos selectivos eventualmente Ilevaron al desplazamiento forzado y masivo de campesinos de la alta montafia en el afio 2000. La intensificacién de la violencia no permitié a la comunidad cuidar los bosques de manera adecuada. Para aquellos que se mantuvie- ron resistentes ante la situacién, la necesidad constante de huir y sobrevivir en medio de la violencia cambié las formas tradicionales de cuidar la tierra. Las restricciones a la movilidad impuestas por los puestos militares hicieron casi que imposibles los trayectos a las oficinas de las agencias estatales encargadas de temas agricolas. El conflicto armado creé “barreras invisibles” a lo largo de las veredas, Jo que erosioné el tejido social que hasta ese entonces habia unido ala regién (Centro Nacional de Memoria Histérica [ena] 2018). En el 2004, tras casi una década de comunicaciones fallidas, los aguacateros finalmente recibieron una carta del 1ca que confirmaba la 19 presencia de Phytophthora cinnamomi en la alta montafia (El cultivo de aguacate 2017, 20). Este es un hongo que infecta el sistema de raices de los Arboles y el suelo circundante, de manera que, a menudo, perjudi- ca ecosistemas mas amplios. Es necesaria la contencién inmediata y un tratamiento adecuado para prevenir la propagacién de este hongo; sin embargo, el 1ca no respondié, actué o abordé la situacién de nuevo hasta el 2008. En el 2009, tras mas de doce afios desde que se enviaron las primeras muestras a Corpoica y al 1ca, un comité permanente liderado por las Naciones Unidas declaré formalmente la muerte del aguacate como una emergencia que requerfa de respuesta inmediata. Por su parte, el ica publicé un informe con el que dio inicio a un plan para cortar y remover seis mil Arboles de aguacate muertos, al igual que a un proyecto de renovacién para abordar la crisis del aguacate (ica 2009). La imple- mentacién de la propuesta no ocurrié sino hasta dos afios después. Para ese entonces, el 80% del bosque de aguacate se habia muerto. LA SEGUNDA VIOLENCIA: EL DESARRAIGO Y LA MUERTE DEL AGUACATE Las violencias superpuestas del conflicto armado, la fragmentacién social y el desplazamiento forzado resultaron en la propagacién sin precedentes del hongo, el cual, a la fecha, ha matado mas del 90% de todos los arboles de aguacate de la regién. El impacto que ha tenido la destruccién de estos bosques en la vida de la alta montafia es con- tundente. “Nosotros hemos tenido una pérdida muy grande en la alta montafia y ha sido la muerte del aguacate”, explicé Miledys Vasquez Navarro, una coordinadora del Proceso Pacifico de Reconciliacién e Integracién de la Alta Montafia: “Podemos decirle que el aguacate fue como una segunda violencia [...] que nos dejé a nosotros desplazados” (entrevista personal, 2 de octubre del 2017, El Carmen de Bolivar). Analizar el conflicto armado colombiano a través del lente del aguacate revela las formas en las que el desplazamiento forzado ha 20 + belicopedia + destruido relaciones mutuas de cuidado forjadas entre los campesi- nos y el campo, por medio de procesos de lo que Rob Nixon (2011) ha llamado violencia lenta. La pérdida de sombra para los cultivos, la puesta en riesgo de animales y plantas nativas, y el agotamiento dramitico de fuentes de agua demandan un nuevo entendimiento del desplazamiento, el cual inchiya una mayor atencién a las formas en las que la tierra en sf misma ha cambiado a raiz de la violencia, dejando a la gente “abandonada en su lugar’, en busca de maneras para sobrevivir, a medida que sus hogares se vuelven inhabitables (Nixon 2011, 19). “Yo fui desplazada y maltratada, pero nunca he abandonado el campo. Siempre me he mantenido aqui” (entrevista personal, 4 de enero del 2017, El Carmen de Bolivar), dice Angelina Gonzalez Jimé- nez, una profesora enérgica y lider social que ha permanecido resis tente a lo largo del conflicto armado, a pesar de repetidas experiencias cercanas a la muerte a manos de varios grupos armados: “Uno de los peores desplazamientos es para aquellos que se quedan”. Angelina ha- bla del dolor de convertirse en un desarraigado, a medida que la tierra se desplaza por debajo de los pies. La muerte del aguacate desarraigs a aquellos que se vieron obligados a desplazarse fisicamente, asi como a quienes se mantuvieron resistentes mientras luchaban por sobrevivir en medio de esa violencia lenta. De acuerdo con Dionisio Alarcén Fernandez, poeta y lider social del Proceso Pacifico, La pérdida del cultivo del aguacate es lo contrario del arraigo, el aguacate nos convocaba, el aguacate nos juntaba, nos unia. Se murié el aguacate, y el aguacate nos desarraiga [...] la sombra del aguacate también era montafia y eso permitfa que las cafadas, que los arro- yos, que los pozos mantuvieron agua. Entonces, eso ha permitido que la fauna también se haya ido. (Entrevista personal, 25 de marzo del 2017, El Carmen de Bolivar) a La destruccidn de las relaciones mutuas de cuidado entre los cam- pesinos y el campo no solo resulta en destruccién fisica y ecolégica, también erosiona 6rdenes legales, sociales y politicas forjadas entre los seres humanos y el entorno mas amplio (Todd 2016). Asi lo explica Natin Alvarez Gonzalez, un coordinador de Joppaz: La tierra se sintié tan maltratada que eso afecté los Arboles de aguacate, a tal punto que hoy hay mas de siete mil hectareas de aguacate muertas [...]. La tierra se sintié sola sin su gente, y como eso es importante, que uno viva y que la tierra se sienta que estan viviendo de ella [...]. Entonces mientras los campesinos estamos trabajando la tierra, nosotros a la vez también estamos protegiéndola. (Entrevista personal, 16 de septiembre del 2016, El Carmen de Bolivar) La insistencia de Natin en la mutua relacién constitutiva entre la tie~ rray la vida revela las formas en las que la violencia se experimenta y se percibe como algo mas que humano en la alta montafia (Lederach 2017; 2020). La forma en la que Natin articula lo que es construccién de paz hace evidente no solo las consecuencias invisibles del conflicto armado en las vidas y relaciones de la regién, sino también las posibi- lidades para construir la paz desde y para el territorio. LA MONTANA SE MUEVE: RESISTENCIA, REACTIVACION Y AMOR EN TIEMPOS DE LA VIOLENCIA LENTA En el 2012, lideres sociales de la alta montaiia iniciaron un proceso de reconciliacién. A pesar de las barreras invisibles que dividieron esta regién, se encontraron para abordar la preocupacién comin alrededor de los bosques de aguacate. Viajando en parejas —con representantes de ambos lados de la divisién—, visitaron cada una 2 «belicopedia+ de las cincuenta veredas que comprenden la alta montafia y crea- ron espacios para que la gente pudiera compartir sus reclamos, sus experiencias del conflicto armado y el impacto que tuvo la muerte del aguacate en sus vidas y su sustento. Escucharon multiples hip- tesis sobre la causa de la muerte del aguacate: algunos presenciaron helicdpteros que arrojaron polvo sobre la ladera de la montafia y sospecharon que el aguacate fue erradicado intencionalmente por el estado para expulsar a la guerrilla; otros se centraron en la falta de voluntad politica estatal para responder a la crisis, mientras que otros sugirieron que el desplazamiento forzado y la falta de capa- cidad para cuidar de los arboles infectados Hlevé a la propagacién devastadora del hongo. Pese a las diferentes teorias, todos estan de acuerdo en que la muerte del aguacate fue una consecuencia directa del conflicto armado. En el 2013, el Proceso Pacifico coordiné una caminata pa- cifica en la que mas de mil campesinas y campesinos de la alta montafia marcharon hacia la ciudad de Cartagena, exigiendo repa- raciones por la muerte del aguacate y el sufrimiento que han tenido que padecer como consecuencia del conflicto armado. La caminata pacffica resulté en noventa y un acuerdos firmados con el Gobier- no, haciendo de la alta montafia uno de los procesos de reparacién colectiva més grandes en el pais. El aguacate reactivé la regién a medida que los aguacateros buscaron una respuesta a la segunda violencia que plagé la ecologia de sus bosques. Mientras los lideres caminan por la geografia expansiva de la alta montafia, atendiendo las relaciones de cuidado que forjaron con su entorno, también res- tablecieron su sentido de pertenencia y arraigo. La muerte del aguacate complejiza la temporalidad lineal que opera en el discurso del posconflicto y demanda una reconfi- guracién radical de cémo se construye la paz. “Nuestra identidad es la identidad del campo y por medio del conflicto eso se perdis”, explicé Nain: 23 Estamos construyendo paz para recuperar nuestro terri- torio, nuestra identidad. Una de las cosas més grandes que podemos hacer es proteger nuestra tierra [...]. Hoy nosotros estamos siendo desplazados por la compra ma- siva de tierra, nos estan sacando del territorio [...]. Esas empresas de hoy quieren empoderarse porque ellos van a tener una buena ganancia, un buen desarrollo, pero para ellos, no mirando la importancia que tiene para el campesino su tierra [...]. Con tierra y educacién pode- mos mantener nuestro territorio y de generacién en ge- neracién vivir en nuestro territorio. Y que los proyectos no sean creados en los escritorios desde afuera, sino que seamos nosotros los llamados a construir los proyectos. (Entrevista personal, 16 de septiembre del 2016, El Carmen de Bolivar) Natin resalta las limitaciones —y los potenciales dafios— de los en- foques lineales sobre la paz y el desarrollo. Proyectos agroindustria~ les de monocultivos han prevalecido en el marco de las medidas de “desarrollo rural” del acuerdo de paz, lo que ha destrozado relaciones —de otra manera ocultas—, que brindan vida al bosque, en nombre de la eficiencia y la rentabilidad, destruyendo los mundos ecoldgicos de la alta montafia (Ojeda er al, 2014). Aquellos ubicados fuera de la regién, ¢ ignorantes de lo que significa /erritorio para los campesinos, ponen en riesgo las garantfas para el retorno digno y la no repeticién. La paz territorial no puede emerger de expertos externos que implementan proyectos técnicos, limitados y distantes de las relaciones de cuidado y reciprocidad; por el contrario, el recono- cimiento del sufrimiento del entorno requiere de una conexién profunda con el lugar. Las raices se establecen por medio de rela- ciones continuas y mutuas de amor, cultivadas entre el campesino y el campo. “Compuse un poema’, concluyé Dionisio, después de 24 sbelicopedia+ 2, Después de cesta entrevista, el pooma fue publicado en Un bosque de memoria viva, desde la alta ‘momtaha de El Carmen de Bolivar (exw 2018, 183). intentar explicar la experiencia de ser desarraigado de su tierra como resultado del conflicto armado y la muerte del aguacate. Abrié su cuaderno —gastado por los aftos de uso— y cuidadosa- mente buscé entre sus paginas el poema que habia escrito a mano: Dioni de su Cuando Ilueva dejaré de crepitar la yerba seca bajo las plantas de mis pies descalzos. No recordaré el abrazo del sol ardiente sobre mi piel, calcinando lo verde de mi esperanza. LY sino Ilueve? La tierra reclamara de mis poros. La humedad del sudor que irrigue sus grietas. Mis manos acariciardn la sequedad del surco orando, para que germine la semilla {Sino Ilueve! morird el labriego de estio bajo la sombra de un Arbol esperando el invierno®. jisio tomé una pausa y, apartando su vista de las hojas gastadas cuaderno, concluyé: Eso interpreta el tema de la ansiedad y de toda esa incer- tidumbre que le genera a uno el verano [...]. La tierra le dé la comida, le dé la vida. Entonces, creo que eso inter- preta mas o menos esa poesia del arraigo que uno tiene con la tierra [...]. La tierra es el amor del campesino, el verdadero campesino ama la tierra, la ama como su pro- pia vida porque todo, la forma de vivir, la forma de ser, lo compone la tierra. (Entrevista personal, 25 de marzo del 2017, El Carmen de Bolivar) 25

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