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El problema del conocimiento en la filosofia moderna 1, El problema En nuestra vida cotidiana damos por sentado que conocemos, que podemos Ile- gar a los objetos y aprehender sus cualida- des fundamentales. Al afirmar o al negar, es decir, al emitir proposiciones, pretende- mos que las mismas digan la verdad, es de- cir, se adecuen a los objetos que describi mos o explicamos, Sin embargo, al descu- brir el error —cuando nos damos cuenta de que las proposiciones que creiamos verda- deras resultan ser falsas—, 0 cuando cae- mos en la duda —suspensién de la afirma- cién o la negacién— podemos advertir 1o problematico que es el acto del conoci- miento, ‘ Varias son las cuestiones que se suscitan en relacién con el conocimiento. {Es posi- ble el conocimiento 0 sélo creemos cono- cer? Algunos fildsofos, los escépticos, ne- garon que hubiera algin saber firme y se- ‘guro y los mas radicales de entre ellos Lle- garon a la abstenci6n frente a cualquier jui- cio. Si hay algiin conocimiento, gde donde procede y en qué se fundamenta? Esta es la Hamada cuestion del origen y funda- mento del conocimiento que ha recibido dos respuestas opuestas: la experiencia, la observacion sensible segiin los empi ristas y la raz6n, segtin los racionalis- tas. Para los primeros todos los conoci- mientos, aun los mas abstractos, proce- den de la experiencia y se fundamentan en alguna experiencia; para los segun- ° dos, hay conocimientos que son a priori, © sea, independientes de la experiencia, como las verdades matematicas, por ejemplo. La cuestién se complica més cuando nos preguntamos: jqué es lo que conoce- mos? Los filésofos realistas afirman que conocemos la realidad tal como ésta es y los de orientacién idealista piensan que no conocemos las cosas tal como son en si, si- no su aparicién en la conciencia. Aunque los problemas gnoseolégicos (de gnosis: conocimiento) se plantearon siempre en la historia de la filosofia, los consideraremos con cierto detalle en la fi- losoffa moderna de los siglos XVII y XVIIL, que es el perfodo en el que adquie- ren mayor relevancia, 173 2, Ideas y sociedad en los comienzos de la modernidad A lo largo de los siglos XV y XVI se produce una serie de cambios en lo econd- mico, politico, social, cientifico y cultural que van a cristalizar, en materia filoséfica, a partir del siglo XVI. En el plano econémico-social, el capita- lismo va desplazando al feudalismo; el co- mercio toma impulso, desde la baja Edad Media, especialmente en las ciudades por- tuarias de Italia, Génova y Venecia y, pos- teriormente, en las del mar del Norte; una nueva clase social, vinculada con el comer- cio y las finanzas, marcadamente urbana, la burguesia, se va haciendo fuerte. El mundo se ensancha con los grandes viajes de des- cubrimiento y conquista que penetran en lo desconocido y que abren nuevas posibi- lidades al comercio, El desarrollo del co- mercio lleva, progresivamente, a la consti- tucién de un incipiente mercado mundial potenciado por la plata americana. El pre- dominio econémico y politico se desplaza del Mediterraneo al Arldnrico, a partir del siglo XVI. Politicamente, los estados nacionales, La modernidad os la época del surgimiento y consolidacign de los grandes estados nacionales, 174 necesarios para encarar los enormes gastos que exigen las empresas de la modemidad, se van consolidando frente a la multitud de condados, ducados, etc. La autoridad de los reyes, apoyados por la burguesfa, se impo- ne sobre los sefiores feudales y enfrenta exitosamente al papado. Se desarrolla el mercantilismo, siglo XVIL, que propicia una economfa nacional dirigida, con adua- nas e impuestos nacionales y monopolios estatales que procuran lograr una balanza comercial favorable. En materia religiosa, en el siglo XVI se produce la Reforma Protestante. Esta, al defender Ia libre interpretacién de la Biblia significa un espaldarazo en el desarrollo del individuo. Con Ia Reforma, la religion se recluye en la conciencia individual y se retira de los asuntos pablicos. Por otra par- te, la Reforma cuestiona la supuesta digni- dad de la pobreza y exalta el valor del tra- bajo, con lo que propende al desarrollo del capitalismo. A la Reforma siguen la Con- trarreforma, la intolerancia y las guerras de religi6n, y la ruptura politica y religiosa de Europa occidental. En el siglo XVI, Copémico postula el sistema astronémico heliocéntrico en reem- plazo de la concepcidn tradicional que ubi- caba a la Tierra en el centro del universo. Poco después, a principios del siglo XVI, Galileo realizard astronomfa observacional y una lectura matemética de la naturaleza, y Kepler, corrigiendo a Copémico, enun- ciaré las leyes del movimiento de los plane- tas. En buena medida estas ideas se abriran camino luchando contra la intolerancia de la Iglesia que Hevaré a Giordano Bruno, defensor de las teorfas de Copémico y de la idea de la infinitud del universo, a la ho- guera (1600) y que obligard a Galileo a ab- jurar de sus teorfas. A fines del siglo XVI, ‘Newton enunciaré la teoria de la gravita- cin universal, paradigma de la fisica mo- derma. Este conjunto de cambios Hevan a una crisis de la concepcién medieval del mundo centrada en Dios y en considerar al ser hu- mano una criatura trascendente cuyo autén- tico destino es la salvaci6n de su alma. La modernidad va a elaborar una concepcién mas bien antropocéntrica, menos religiosa y més profana, para la cual la auténtica vi- da es la que se da en este mundo y el cuer- po més valorado que el alma. Con la crisis de la concepcién medieval del mundo se cuestionan las grandes autoridades medie- vales: la Biblia, la Iglesia y Aristételes. Co- mo contrapartida, con e! desarrollo cientifi- co, los tiempos modernos darn progresiva- mente mas importancia a la observacin y la experimentacién que a cualquier autori- dad. En materia filos6fica van a cobrar gran importancia las cuestiones gnoscoldgicas, que estudiaremos en este capitulo y, en el Ambito de la filosofia préctica, problemas de fundamentacién de las normas y cues- tiones de filosoffa politica referidas a la or- ganizaci6n de la sociedad que abordaremos en el préximo capitulo. Una descripcién literaria de los tiempos modernos se encuentra en Galileo Galilei, obra del dramaturgo alemén Bertolt Brecht, quien pone en boca de Galileo, las siguien- tes palabras: Desde hace dos mil afios, Andrea, la Humanidad cree que el Sol y todos los astros del Cielo giran alrededor de la Tierra. Pontifices y cardenales, principes y eruditos, militares y comerciantes, al fareros y artesanos, todos creen estar parados inmoviles, sujetos a una esfera de cristal. Pero ahora nosotros vamos a terminar con todo eso. ‘Se acerca una nueva era, amiguito, y a mi me gusta pensar que todo empez6 con los barcos. Desde que el hombre tiene memoria, los barcos se arrastraron a lo largo de la costa. Pero un dia decidieron lanzarse mar adentro. En nuestro vie- Jo continente se empieza a escuchar el rumor de que hay otros continentes, y el hombre descubre alborozado que el inmenso océano, tan temido, no es mds que un modesto estanque. Surge en- 175 tonces el deseo de investigar la causa de todas las cosas: por qué la piadra cae cuando la solta- mos y por qué se eleva cuando la arrojamos ha- cia arriba. Todos los dias se descubre algo nue- vo, y si bien ya se han explicado muchas cosas, lo que queda por explicar es muchisimo mas to- davia. Por eso, una gran tarea les espera a la nuevas generaciones. Una vez, cuando era jo- ven, vi a dos albajiiles que, luego de cambiar ideas tan s6lo cinco minutos, sustituyeron la cos- tumbre milenaria de mover los bloques de granito por una nueva y mas razonable manera de dis- poner jas cuerdas y las poleas. En ese momento me di cuenta de que el tiempo viejo habia termi- nado y de que estabamos ante una nueva época. Pronto la humanidad entera sabré exactamente dénde habita, en qué clase de cuerpo celeste le ha tocado vivir. Al hombre ya no le alcanza con lo ‘que dicen los viejos textos, y donde la fe reind mil afos, hoy reina la duda. “Si, los libros dicen eso, pero ahora yo quiero mirar con mis propios ojos”, piensa. Hasta las verdades mas respetadas son puestas en tela de juicio, y ha empezado a soplar un viento que levanta las doradas vestduras de princiges y prelados, dejando al desnudo piernas mas gordas 0 mas flacas, pero exactamente iguales a las nuestras. Yo te aseguro, Andrea, (EEE «Actividades EE Mi Subrayar las ideas principales del frag- mento de B. Brecht. Hi Completar el siguiente cuadro: que antes de morimos vamos a oir hablar de as- tronomia hasta en los mercados. Galileo Galiel, B. Brecht, 1985, Bs. As, Teatro Municipal Gral. San Martin, 1984. Producto de los grandes vigjes y os descubrimientos astrond- mmicos, el hombre maderno ela- bora una nueva imagen del mundo. Siglos| Descubrimientos | Acontecimientos Cambios | | cientlticos politicos econdmico-sociales | xv XVI XVIL eS 176 3. Descartes y el racionalismo La vida de Descartes se extiende entre 1596 y 1650. Durante su juventud estudi6 en un colegio jesuita donde recibié las en- seflanzas escolisticas contra las que reac- ciona més adelante. Fue soldado y viajero observador. Desde 1629 vivid en Holanda y durante veinte aiios publica sus més im- Portantes obras, entre ellas, el Discurso del método, en 1637, y las Meditaciones meta- fisicas, en 1641. Muy conocido en vida, fue acusado de atefsmo y sus obras llega- ron a ser quemadas. Un punto de partida para comprender el pensamiento cartesiano puede hallarse en el comienzo de las Meditaciones metafisi- cas donde afirma que a lo largo de su vida ha admitido como verdaderas una cantidad de opiniones falsas y que todo lo edificado sobre ellas no puede ser sino dudoso e in- cierto. De este modo, Descartes expresa sus dudas sobre todo aquello que Je han ense- Giordano Bruno, quemado en el 1600 por la Inqusicion, simboliza la transicion entre la orlodoxia erstiana y las nuevas ideas alas que acheria el monje rebelde. fiado, pero la duda no aqueja a Descartes individualmente, sino que es el sentimiento de la época frente a las transformaciones que han tenido lugar. Si el conocimiento tradicional ha mostrado no ser muy firme, es necesario “empezar de nuevo, desde los fundamentos”, es decir, refundar el edificio todo del saber, Para esto es que necesita un método; el elemento esencial de ese método es justamente la duda, ahora transformada en instrumento: no habra que admitir pro- posicién alguna que no sea indubitable. Pa- ra la misma época la preocupacién por el método también esta presente en F. Bacon, fildsofo inglés. EI método es concebide por ambos fil6sofos como un camino para des- cubrir nuevas verdades, a diferencia del si- logismo que sélo permite convalidar lo ya sabido, y como un conjunto de procedi- mientos sencillos que cualquier persona po- dria aplicar, Estas caracteristicas implican una democratizacién del saber y una con- cepcién revolucionaria para la época. 177 EI método que propone Descartes consta de cuatro reglas. La primera propone un criterio de verdad, es decir, una pauta para distinguir la verdad de la falsedad. La escoléstica tenia un concepto realista de verdad: la adecuacién o correspondencia entre el pensamiento y la realidad, entre la idea y la cosa y un criterio que le corres- pond{a: la evidencia, es decir, el hacerse presente de la cosa @ una facultad de cono- cimiento. Desde la perspectiva cartesiana, las cosas no nos son dadas sino a través de ideas o representaciones, el material del co- nocimiento siempre est4 constituido por ideas y el criterio de verdad ya no es extrin- seco, sino intrinseco, El criterio de verdad de Descartes es la evidencia racional. Una idea es verdadera cuando es evidente y es evidente cuando es clara y distinta; una idea es clara cuando se manifiesta directa- mente al espiritu y es distinta cuando la idea s6lo incluye los elementos esenciales. “Claro” se opone a “oscuro” y “distinto” a “confuso”. La segunda regla propone divi- dir cada cuestin hasta Uegar a sus elemen- tos, se trata del andlisis que permite llegar a las “naturalezas simples” que son conoci- das de modo directo, a través de una intui- cién intelectual, La razén moderna tendraé un fuerte cardcter analitico. Conocidos los elementos simples se impone ahora recons- truir la totalidad; la tercera regla o regla de la sintesis recomienda ascender poco a po- co hasta el conocimiento de las cosas com- puestas. Finalmente, la regla de la enume- racién propone revisar todo el proceso para evitar errores u omisiones. Como ya dijimos, la idea de un método que, en principio, puede ser aplicado por cualquiera, para llegar a la verdad, es de por si, una idea revolucionaria. A pesar de que Descartes manifesté en multiples ocasiones su fidelidad a la Iglesia Catélica es dificil no relacionar esta idea con el libre examen individual de la Biblia que habfa preconiza- do la Reforma Protestante en el siglo XVI. También es muy significativa la invita- cién a desconfiar de toda autoridad en mate- ria cientifica, cuando dice: “No es lo que otro piensa... lo que hay que buscar, sino lo que nosotros podemos ver por intuicién con claridad y evidencia...” (Reglas para la di- reccion del espiritu). Sin embargo, dice Des- cartes que hay tres émbitos donde el método no se debe aplicar: cuestiones teolégicas, morales y politicas, porque el libre examen, cuando se pasa de las cuestiones te6ricas al plano practico, concluirfa en la subversién de todas las costumbres; éste es un paso que daran los fildsofos del siglo X VIL. Descartes aplica su método a la buisque- da de alguna verdad fundamental, basica e indubitable, sobre la cual edificar firme- mente el saber. No la encuentra en los datos que proporcionan los sentidos —“c6mo sa- ber si lo que creo percibir, en realidad, no lo estoy sofiando”— ni en las matemiaticas —"tal vez haya un genio maligno que me engafia aun en cosas que parecen tan claras como que 2 x 2 = 4”—. En realidad, puede dudar de todo, y, en este momento, Descar- tes aparece como un escéptico, pero pro- fundizando en la duda descubre que en tan- to que duda piensa y si piensa existe. “Pienso luego existo” se constituye en la primera verdad. La primera certeza es la existencia del sujeto pensante. La misma existencia de Dios y la del mundo se deri- varan de esta verdad. Nunca antes de Des- cartes se le habia dado un papel tan funda- ‘mental al sujeto pensante. La preeminencia del mismo seré el signo fundamental de ca- si toda la filosoffa moderna. También Des- cartes es el fundador del racionalismo mo- derno, La yerdad fundamental que ha en- contrado es una intuicién intelectual que permite a partir de ella por via racional des- cubrir las otras verdades, La razén se cons- tituye en la fuente y base del conocimiento humano. Para el racionalismo, nuestra con- ciencia posee ideas innaias, es decir, hay ideas que no proceden de los sentidos, sino 178 La bisqueda de un método, seguro y sencillo, que pudiera ser aplicado por cualquiera, constituye una de las empresas de la filosofia madera que constituyen un patrimenio originario, como, por ejemplo, la idea de Dios. La co- rriente racionalista se desarrollara con mu- cha fuerza en el pensamiento continental, especialmente en Francia y Alemania, en figuras como Spinoza y Leibniz. GEESE Actividades ES @ Construir un esquema conceptual en el que se expliciten el significado y las rela- ciones que guardan entre sf los principales conceptos cartesianos. 4. Hume y el empirismo Mientras en Europa continental se desa- rrolla el racionalismo, en Inglaterra crece vigorosamente otra rama de la filosofia moderna: el empirismo. Segtin el empiris- mo, el conocimiento se halla fundado en la experiencia y por experiencia, en tiltima instancia, se entiende algtin tipo de infor- maci6n sensorial. Para los empiristas no hay ideas innatas; por el contrario, la con- ciencia es una tabla rasa, un papel en blan- co por escribir y quien escribe es la expe- riencia. La escuela empirista briténica in- cluye a F. Bacon, contemporaneo de Des- cartes; a J. Locke; G. Berkeley, y David Hume (1711-1776). El empirismo contintia siendo una corriente filoséfica muy impor- tante en la actualidad, especialmente en los pafses de lengua inglesa. David Hume nacié en Edimburgo. Tra- bajé en el negocio de su padre. Residié en Francia en varias ocasiones. Se desempeiié como preceptor y ejercié algtin cargo ofi- cial, Sus obras principales son el Tratado sobre la naturaleza humana (1739) y la In- vestigacion sobre el entendimiento humano (1751). Hume comienza el Tratado... estable- ciendo una distinci6n entre las impresiones y las ideas. Las primeras estén dadas por las sensaciones de cualquier tipo que expe- rimentamos, las segundas son las huellas que quedan de las primeras en el pensa- miento. Y aunque en algtin caso puedan llegar a confundirse, por regla general se distinguen fécilmente. Una segunda distin- cidn que efecttia Hume es entre impresio- nes o ideas simples e impresiones 0 ideas complejas. La impresién 0 idea de “rojo” es simple, mientras que la impresi6n 0 idea de “manzana” es compleja. El criterio que emplea para distinguir entre unas y otras es Ja indivisibilidad de las primeras frente a Jas separaciones que se pueden efectuar en las segundas. A partir de estos conceptos 179 basicos, pasa a estudiar las relaciones entre impresiones ¢ ideas y lo primero que le pa- rece digno de destacar es la extraordinaria semejanza entre impresiones e¢ ideas en to- dos los aspectos excepto en cuanto a su fuerza y vivacidad: las impresiones son mds fuertes y vivaces que las ideas. Sin embargo, el parecido entre impresiones ¢ ideas se refiere al caso de las simples por- que en cl caso de impresiones ¢ ideas com- plejas puede no haber similitud. Asf, por ejemplo, puedo tener la idea compleja de una montafia de oro, sin que haya tenido la impresién correspondiente, Pero, en cuanto a las ideas simples, siempre se asemejan a las impresiones simples y nunca hay una idea simple para la cual no encuentre la co- respondiente impresién. Ademis, en el or- den temporal, la impresién precede a la Elracionalismo y el empirismo, las dos corrientes flosbficas que se desarrolan con la modemnidad, contian ena capeccdad del sujeto humano para alcanzar el conacimianio, pero mientras el racionaismo acentia la importancia de ls ideas innatas del sujeto, el empirismo piensa que el conocimiento deriva de la experiencia idea y si una persona tiene atrofiado algin sentido, no puede recibir la impresién, ni formarse la idea correspondiente. Esto lo lleva a afirmar que /as ideas simples deri van de impresiones simples, de las que no son més que una copia débil. No hay ideas innatas, ni tampoco hay ideas universales: las ideas son tan singulares como las im- presiones de las que proceden. El principio que Hume ha sostenido, la prioridad de las impresiones sobre las ideas, se constituye en el principio fundamental del empirismo, y enel criterio de verdad de las ideas: una idea debe corresponder, en tltima instan- cia, siempre a una impresién. Si no pode- mos sefialar las impresiones en que descan- sa una idea, la misma es ilegitima. Los principios de la filosofia de Hume lo conducen a realizar una fuerte critica a la 180 metafisica y la teologia escolisticas. Si un yolumen de tal metafisica 0 teologia, dice Hume, no contiene razonamientos abstrac- tos sobre la cantidad y el mimero, ni razo- namientos experimentales acerca de los he- chos y cosas existentes, arrojémoslo a la hoguera porque no puede contener otra co- sa que sofistica e ilusién. Hume es un es- céptico en materia de metafisica y, al dar de baja la teologia y la metafisica, los clésicos saberes de la Edad Media, reconoce a la matemitica y a la ciencia natural como los dos tinicos conocimientos legitimos. Es interesante comparar el estilo de Hu- me con el de Descartes para observar las diferentes metodologias del empirismo y del racionalismo. Hume, para probar su te- sis de que las ideas son copias débiles de las impresiones, acude a multitud de ejem- plos particulares para establecer inductiva- mente la conclusion general. Descartes, en cambio, procede por via deductiva buscan- do una verdad indubitable; una vez encon- trada, “Pienso, luego existo”, prosigue del mismo modo, es decir, mediante la deduc- cién para demostrar la existencia de Dios y del mundo, Induccién y deduccién, obser- vacién empirica y especulacién de alto vuelo, son algunos caracteres contrapuestos del empirismo y del racionalismo, respecti- vamente. Al mismo tiempo que se debe atender a las importantes diferencias entre el empirismo y el racionalismo no debe ol- vidarse que ambas constituyen variantes a través de las cuales el pensamiento moder- no afirma su confianza en la capacidad hu- mana para conocer y modificar el mundo. MEE Actividades Construir un cuadro comparative donde se expliciten similitudes y diferencias entre el empirismo y el racionalismo modernos. 5, Elidealismo en la filosofia moderna La filosofia antigua y medieval es fun- damentalmente realista, es decir, afirma que lo que conocemos son cosas (realismo viene de res, que en latin significa “cosa”) que existen fuera del sujeto y las conoce- mos tal como esas cosas son. La postura realista esté ejemplarmente expuesta por Aristételes: nuestro conocimiento Iega a cosas que existen con independencia del sujeto y éste, mediante el conocimiento, lo- gra una imagen que constituye un duplica- do de las mismas. Desde la perspectiva rea- lista, conocer es descubrir, develar los obje- tos por un sujeto (la misma palabra “ver- dad”, en griego alérheia, significa develar). La verdad consiste en decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es decir, en la correspondencia 0 la concordancia entre el pensamiento y la realidad. Esta idea se denomina concepto trascendente de verdad. En la relacién de conocimiento el objeto es el determinante y el sujeto es lo determinado. Hay un mundo de objetos y el sujeto se empeiia en descubrirlos; en este descubrimiento consiste conocer. Pero con la filosofia moderna surge una tendencia de signo opuesto que se denomi- na idealismo. En esta corriente, el papel predominante ya no Io tiene el objeto, sino el sujeto. El objeto no es descubierto mera- mente por el sujeto, sino que es més bien constituido o construido por el sujeto. Des- de la perspectiva idealista, nuestro conoci- miento no Hega a las cosas tal como ellas son, sino al aparecer de las cosas en nuestra conciencia, a lo que se denomina fenéme- no. La verdad ya no podré consistir en la concordancia entre el pensamiento y la re: lidad, sino en la coherencia o consistencia lgica del pensamiento consigo mismo, lo que se denominara concepto inmanente de verdad, {Como se llega al idealismo? Los prime- ros desarrollos que conducen al idealismo 181 El dealismo asigna al sujeto el pane! preponderante ene! acto cel conceimiento. los encontramos en Descartes, pata quien la existencia misma de las cosas, la realidad, es puesta en duda. En cambio, hay una nue- va evidencia racional que est4 dada por la existencia del sujeto que piensa. Puede no haber mundo exterior, pero no puede no ha- ber sujeto pensante. En consecuencia, ya con Descartes e| sujeto ha pasado al primer plano. Claro que Descartes no es todavia un idealista, porque después de sefialar que es una cosa que piensa, demuestra la exis- tencia de Dios, y una vez demostrada la existencia de Dios, concluye la existencia del rhundo externo, dado que Dios, que es suma bondad, no me puede engailar. De es- ta manera, Descartes restaura la existéncia de las cosas, aunque niega que esa existen- cia sea el primer dato de nuestro conocer, Como postura opuesta al racionalismo, podria pensarse que en el empirismo hay una fuerte base para las posiciones realis- tas. Pero esto no es asi. El empirista inglés G. Berkeley, en Tres didlogos entre Hilas y Filonus, de 1713, sostiene que no hay otro conacimiento que el que produce la percep- cién. Esto podria hacer pensar que hay un objeto externo que es efectivamente perci- bido. Pero Berkeley piensa que no hay ne- cesidad de postular la existencia indepen- diente del objeto. Segtin él. el ser es lo mis mo que la percepcidn, pero aqui “percep- cién” debe entenderse como “contenido de conciencia”. Existir no es mas que ser una percepcidn de alguna mente, ser un conte- nido de alguna conciencia. Las cosas sélo pueden existir en cuanto son conocidas 0 percibidas Las “cosas reales” se reducen a meros “contenidos de conciencia”; estos conteni- dos de conciencia surgen en nuestras men- tes por obra de Dios. En definitiva, no hay mas realidad que las mentes, sus conteni- dos 0 ideas y Dios. El desarrollo de las ideas de Berkeley Teva a lo que se denomi- na solipsismo, que constituye un extremo en materia de idealismo y que consiste en sostener que todo nuestro conocimiento tra- ta sobre estados mentales. El idealismo de Berkeley, de raiz empi rista, recibe el nombre de idealismo subjer vo o psicolégico, por reducir el ser de los objetos a la conciencia psicolégica. La problemitica del idealismo ha sido abordada por la literatura. Aparece en este poema de J, L. Borges titulado “Descartes” Soy el tinico hombre en la tierra y acaso no haya tierra ni hombre. ‘Acaso un dios me engafia. ‘Acaso un dios me ha condenado al tiempo, esa larga lusién. Suefto la luna y suefio mis ojos que perciben la luna. He sofiado la tarde y la mafiana del primer dia. He sofiado a Cartago y a las legiones que deso- laron a Cartago. He sofiado a Lucano. He sofiado la colina del Golgota y las cruces de Roma, He sofiade la geometria He sofado el punto, la linea, el plano y el volu: men le) Quiz no tuve ayer, quizé no he nacido. 182

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