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LA GACETA FIN DE SEMANA, 2 SEPTIEMBRE DE 2006, LA TERCERA DE LA GACE! éQuiénes son los protagonistas? ODOS hemos desarrollado un profundo sentido dela justicia aunque luego lo echamos a perder: yo puedo dejar mi co- ‘che encima de la acera porque tengo prisa y, total, son cinco minutos, pero el otro no, porque es un desconsidera- do—. En todo caso, todos estamos de acuerdo en que dar al otro lo que es del otro es algo muy importante para el Duen funcionamiento de una sociedad. Sjestono se respeta, las consecuencias seran muy graves. Y esto vale para las cosas materia. les, como para las inmateriales, desde el buen nombre de una persona hasta Jas vietorias deportivas. Aunque nues- tro sentido de la justicia esta sujeto a correcciones... jc6mo lo diria?... poco justas. Porque de vez en cuando cuen- to trapos sucios de un colega, y me pa- rrece que esto no es una falta contra la Justicia, aunque yo mismo tenga serias ‘udas sobre si son verdad o no. Y, des- de Inego, mi equipo favorito puede ‘marear goles en fuera de juego —ast es a vida,, porque son las reglas, zno? Y, sin embargo, hay un area en la que sistematicamente quitamos protagonismoa los verdaderos protago- nistas, y no nos rebela- ‘mos. Bueno, eso es lo que hhacen los periodistas y perdon por la generaliza- mn, que es también una injusticia. Lanoticia dice, por ejemplo, que han cre- cido fuertemente las ex- portaciones de coches, y Ja foto que aparece es la del ministro del ramo, ‘que no fabrica ni vende ‘coches, ni probablemente Jha puestoen practica una politica que favorezca particularmen- tela exportacion, Ola noticia dice que ‘ha aumentado el empleo, y sale la foto del secretario de Estado del ramo, que no ha creado ni un solo puesto de tra- bajo, ni siquiera el de su secretaria, que depende de otra oficina de'su mi nisterio. Lolégico seria poner la foto de un di- rectivo dela empresa que ha exportado al menos unos cuantos de aquellos co- ches, reconociendo, es verdad, que el érito también es de los directivos de las demas empresas del ramo, de los, ‘trabajadores, delos proveedores ytam- bién del ministro. ¥ la foto del empre- sarlo que ha creado nueve de aquellos Antonio Argandona puestos de trabajo, aclarando, porrazo- nes de justicia, que hay otros 5.000 em- presarios que también han contribuido aaquella proeza. “Pero eso no vende”, me dice el pe riodista. “Nadie se fja en la noticia si sale una foto de alguien a quien no co- noce; en cambio, todos leen la noticia sisale la foto de una autoridad”. Bue- no, de eso me quejo: si siempre pone- ‘mos fotos de personajes importantes, estamos importancia a los que no 1o somos. Y entonces necesitamos serio, salir en los periédicos con foto aunque sélo sea un dia. Pero también es verdad que el mi- nistro y el secretario de Estado quieren su cuota de popularidad: necesitan, mis que el resto de los mortales, que su foto salga en los periédicos. Claro que pueden poner anuncios pagados, Pero me parece que la solucion seria La figura del empresario es importan- te, pero no es la Gnica importante. 66 Si siempre ponemos fotos de personajes importantes, restamos importancia a los que no lo somos 99 peor, porque acabariamos pagandono- ssotros esos anunefos con nuestros im- puestos. No: es mejor que los periédi- cosy as televisiones les hagan publici- dad gratis, aunque sea injustamente, Lo que mas me preocupa es que, conesaprictica,estemos creando una imagen errénea de cémo funciona nuestra sociedad. El empleo y la pros- peridad lo crean millones de personas: una, trabajando; otra, aportando capi- tal; aquélla, ideas nuevas... Eso es el capitalismo: un sistema econémico en el que cuenta el trabajo de todos y lai bre iniciativa de todos. La figura del ‘empresario es, en esa sociedad, parti- cularmente importante, pero no la ‘nica importante. Y, en tltima instancia, todos somos empresarios, Porqueel oven empleado ‘que se apunta a unos cursos nocturnos, apuesta su tiempo y su dinero por un resultado mejor, para él y para la socie- dad (bueno, a menudo el dinero que puesta no es el suyo, sino el de todos —desde nego, noel dinero del ministro de Trabajo—). ¥ no digamos nada del inmigrante, que se juega la vida y un puiado de d6lares que le ha costado ganar, para iniciar una aventura que ‘va a mejorar su situacién personal, y la de su fami- ia, yla del pats que le aco- ge, eincluso la del pais del ‘que procede. ¥ también es ‘emprendedor el que firma 360 letras mensuales para agar la hipoteca de una asa, contando con unos ingresos futuros que no sabesise mantendrén... El capitalismo, la econo- ma de mercado, es la so- lucion menos mala que hemos encontrado, hasta ahora, para solucionar los problemas econdmicos del mundo. No es la Optima, pero, des- engafiese, no hay otra mejor. Desde Iuego, dejar las cosas en manos de los ministros es claramente una mala so- lucion. Pero el capitalismo no’se de- fiende solo. Tampoco necesita que le ‘cantemos un himno de alabanza cuan- do llegamos al trabajo, todas las mana- nas. Pero si vale la pena que, de vez en ‘cuando, recordemos en voz alta que ése es el mejor sistema de que dispone- ‘mos. Y que el protagonismo de la vida econémica lo tienen los ciudadanos, los trabajadores, los empresarios, to- dos... pero no los politicos.

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