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(ODSTIBEO S3NOIDIG v — wviIada vidOd ON 3nd ouns 14 ATTY Hisg 4 WINSHY DTEOY i vo : iy (Reseredot roe lon dees) SL 198 Princod in Spain Ine wn ipa ks asc de Naan SA de (Burcsiona) Soca inguin puted pbc it et de cb, ped rors, anced tes nce Mama Butho descansaba sobre la rama de un érbol en el bosque. Junto a ella, se encontraba Bebé Boho. Bra su primer hijo; hacia cuatro semanas que habia salido del cascarén, y ahora ella lo con- cemplaba con ozgullo. Papé Bitho estaba sentado sobre una rama cercana y miraba a su hijo con el mismo orgullo, Era un gran momento en las vidas de los tres bithos, porque Mamé Bitho y Pap Bho se dis- ponian a ensefiar a su hijo a ulular, ‘Mamé Bitho se aclaré Ja garganta para atraer Ja atencién de su pequeiio hijo y dijo: «Who».” * Who, en inglés, significa quien» y se promuncia «Uo» s ‘£ sopeziiosz0y woremu as oyng ydeg £ oyng, purepy “ezanb 102 :ony yes enb of opor oxd ‘opruos Jo anna 40d spur zon tun 920350 as A anuawepuryoad gadsur ‘oxped ns exo anb sewuryd ap ong sopezruoure jo oydusoauos ong 29° -olustin eioype «yar» Hoop ¥ sea Ta L «<0yjav» o%1p of & axped m Aos onbsogy :sauaure9 -snig griseus oyng edeg “«zgmb 10g?» any 229 ~unuoad ap zedea any omg aqeg nb of OpoL, sqgai9 pins vaywudis «Oya» “ “somo seus Zon upeo opuatuod equase as o4ng vdvet satin & UqUIRUY] 28 sap ap Zedvo exe and 0] opor, ees 9] 01 oxad corps» Optuos 2 apa god 9710350 98 & sesoueut sowuasapip 2p 021d [9 91 “ung ‘squsurepungord gzdsuy ‘spur Z9A eum Ope “onan orploop A ‘oyng ydeg opnuaa un v ofan A oyng puEy ¥ oraunid omar oye 2a orp s199p auugo osamb *198 yo sou g aqog BRT Oxajon ag auaroedun ONE yuneypy oxpuodsos ‘aseuetues som s1ueANP C4gTT| 350 opur|joduio anise og, gsefonb or aub act? «aye fry un owxep oprpod sey ousp?> ssruaureasnaq ‘ “egy epunuosd 2 4 «zgnb sod?» vayputs‘spp2ur uo “ypy oftp & oyng puryy ei2ey Qujos os oyng edeg “eganb 10g?» :olip oyng 9q2q «sone ap. soaurays a2¢y apsop soyng soy opuaioip optuaa uey, anb of $9 089 “ya --anbrogs :opftprey “uotoess94 -w09 viso Jod opeuised omer um ‘oyng ede “eggnb 10g?» :oltp oyng 9q2q “eouygy “04D UA B9%p anb o| s9 083 anbiog> :goydas oyng eareyy + roftp A oiuatoedur sepe sey gypnoes oyng rdeg -saropeouo1u1 sofo uos ome e] ong eqeg “— Una vez a la semana, los biihos celebraban un encuentro. Esa noche, todos los bithos se habian reunido para decir cosas sabias. El miembro més anciano del grupo encrespé sus plumas, inspiré profundamente y dijo la primera cosa sabia de la noche: «Arriba esta alto, abajo esté bajo; por tanto, el medio esta entre los dos». ‘Todos los demas biihos susurraron, murmu- raron e hicieron exclamaciones de asombro ante Ja profundidad de esta sabiduria. Luego batieron las alas en un aplauso. El bitho veterano incliné la cabeza con humil- dad. Entonces, todos los biihos, uno a uno, fue- ron diciendo algo sabio. «Mis vale bitho en mano que dos en un arbus- to», . ‘Transcurridas estas dos semanas, Mamé Buho y Pap Butho estaban tan roncos que a ellos mis- ‘mos les costaba decir «who» Mam Bitho miré a Bebé Bttho con cansancio. «La ceremonia mensual de bienvenida a todos los nuevos bebés biiho tendrd lugar esta noche y tii sélo eres capaz de decir «why». Papé Buho asin- id: «Tienes que decir «who», como todos noso- tos», « ye ¥ o1mnas oyng vara “ “wopoyfe aei3 woo oun arp ofip ‘«goduian sew Sep uxpod ON?» sonbsog ,e seuopueqe anb gapuar anb outer ay» tigvenuTUOD ® PEP aiges fa anb of werqes “soperadsasap esopuysiut ‘carvopedsed oyng ydeg £ oyng PHEW aouas, 3p 2p WEY SOUDG so] sopor enbsod fey, exp anb ong une odnss yp ua mumupe sourspod ou ozod “vjonou eeu opp “ol or vase soprep anb 191 oypnur owarg» :oyng ede Aoung yurey wey orajoa ag “opeagsst svar za pro “ound aqeq © ouTur orqeg one, OfFtA ( agdcypy» sonrdax oyng 24°, -«gsaz9 uainb? vorgruSis ose opuens ‘oq, 19ap aasano a4 nb 42s spond owi9p?> omg 9qnq & opmpucidros Onur o1ges OUT [I “BSOIOTqUIAD OU EUR, Oltp ‘ veg htpia> Op ~uoporp yiso gnb og? giungard say A ‘oung rdeg K oyng pureyy vIOeY g1ATOA ag “OPE] AS e Q]Os ouvsarea ong [a “PLE [2 OWTEAd| CYNE Bq, eg AUS, opuorsip yase upindy? “,oyss, sfoop anb suas one tun anb sowaqes sopor ‘ousng» “souonbad soy sopor v awraurepiuciap guru ounzaioa oung is, sopezuosione sezageo wy uormpese oyng ydeg K purryy 0 ap eqeqroe onb of tyor9 as ou oueaIOs ONG [3 «gAuigh» srounuosd onb ‘ong 2q2q ordsoxa sopoy, “«oy,\» :Worolgp ‘seaped sus ap ep aru vsoy]n3z0 vj auee “ sepe se] wosorIeg ‘sauaur -vpunyoid wosenidsur s9q9q soynq So sopey, “esono v sourea ob opow ap ‘soyng ows sejqey ered ef aruoroys Las lagrimas brotaron de los enormes ojos de Jos tres bithos mientras se despedian, El Bebé Buho eché andar por un sendero que conducia a quién sabe qué lugar. Miré atrds y vio que Mamé y Papa Buiho le decian adiés con tristeza desde los lindes del bos- que. Una sensacién de soledad se apaderé de su Pequeiio corazén emplumado. Extendi6 las alas y se elevé al cielo para iniciar una nueva vida. Aunque Bebé Biho no sabia decir «who», era muy biho en sus otras costum. bres. Dormia durante el dia y valabs de noche. Su viaje lo levé hasta una granja, Aterrizé sobre la cerca de un corral. Estaba hambriento, por lo que pensé que quizas podria comerse un lindo pollito como tentempié. Lo sobresalté la voz de alguien que estaba detras de él. «Yo no in- tentaria atrapar un pollo para cenar aquiv. Se vol- vi6 y vio a un precioso y joven pato, Bl pato lle- Yaba una pequefia maleta bajo un ala. «El granjero tiene mucha punterfa con la escopeta», afiadi6, «Muchas gracias», dijo Bebé Buiho. «Me has salvado la vidas, El joven pato suspiré: «Bueno, me alegro de que por fin alguien me aprecie». Bebé Biho sefialé la maleta del pato. «;Te vas de viaje?» 12 «Me «Si», replicé el joven pato con triste: voy para siempre». «Why, dijo Bebé Buho, «gNo deberias decir «who?», dijo el pato. Bebé Buiho asintié. «No sé decir..». Se esfor2d desesperadamente por conseguir la palabra, pero no lo logrd. «Por mucho que lo intento, siempre me sale ‘why’. No te imaginas el problema tan grande que eso me ha supuesto» El pato convemplé a Bebé Buiho con interés «Tenemos algo en comtin. Yo no soy capaz de pronunciar Jo que se supone que un pato ha de decir». «No sabes decir ‘cuac’?»,* dijo Bebé Biiho cada vez més sorprendido, El pato asinti6: «Asi es. Por mucho que me esfuerzo, no me saler. Inspiré profundamente y, con un gran esfuerzo, dijo: «cule», Bebé Buiho estaba muy emocionado. «Qué ca- sualidad que nos hayamos conocido. Ninguno de los dos es capaz de decir lo que se supone que debe decir», El pato meneé la cabeza, contrariado: «Es una Tata, everdad?>, * Quack, em inglés, significa «matasanos» y se pro- nuncia ceiuourepides odjnosip as anb opour ap “estan an odnuz oot ye sopsed eqeasep 4 ONE 29° oT -aorsn3 jour ap sors soso wrasn eur ou :opH. “soapy 9uf Of a1 ek» “sitiourelyy gnyur of oned 1 rst bun OOS “END aiop sepond ou anb sofa so ‘seouomrge :s9p uvad spur uosatony as oyng 9qoq ap solo so], ond > oydas ‘ iUUOs OYNG 2q7E s«orsni Jews op Saistyo 80s2 or10dos ou :oxsarape of aL» seruourelly oma oj ored [a -aasmp od -ord ns ap seue3 uo ots 2g “oyng 9qeq Olfp “eu , replicé el pato. De modo que subieron por Ia escalinata del edificio de la administracién y entraron. En el vestibulo vieron a una mujer de aspecto severo sentada detrés de un mostrador en el que se leia el x6tulo uNSCRIPCIONES. Se acercaron al mostrador y bebé bitho le dijo que el pato y él querian ser médicos. La mujer se sobresale6: «/Médicos! «Sir, replicé Bebé Bitho y, sefialando al pato, ailadi6: «Y,'por favor, no le pida que pronuncie cuac porque no sabe decirlo». La mujer parecia desconcettada. «Debo decir que nunca hemos tenido un bitho y un pato como alumnos en fa Facultad de Medicina». 16 «:Significa eso que no nos aceptaré?», pre- gunté Bebé Biiho. La mujer reflexioné durante un momento luego dijo: «Que yo recuerde, no hay ningu: regla en la Universidad que diga que un bho y un pato no pueden ser médicos. No obstante, antes de matricularos he de comprobar vuestros certificados», <2Eso qué es?», pregunté el pato. «Es un papel en el que pone en qué escuelas habéis estudiado», replicé la mujer «gTenemos que ir a otras escuelas antes de venir a ésta?», pregunté Bebé Buiho. La mujer asintié. «Si. Tenéis que ir a preesco- Jar: luego a la escuela primaria, y despties a escuela secundaria». Bebé Biiho dijo: «Why?». «Porque eso es lo que hace todo el mundo», contesté la mujer. Una vez més, Bebé Biko pregunté: «Why? La mujer se estaba empezando a exasperar «Porque esas son las reglas» Bebé Buho insistié: «: Why?» La mujer se estaba poniendo cada vez mis nerviosa. «Porque todos tenemos que vivir segtin cier- tas reghas>. 7 or -ured onb opour ap ‘opronse ap oanasa ored i. -«rageq reasn8 vapod sou sonosou e anb ofp opuaioey serso wepspod sejpa ‘seuosiad sease ap seunSe woo soumseyquy 1s ‘sezinb “uasniyy ue soumieauoo vied o3jy aeovy enb sow -aua1 ‘ouang ‘oanesuad gpanb as ong, 9q°q. “«ooippuu uo osmreauioo exed soye sop & vues axmemnp e[anasa jv 4 opsuas auan oooduiey» :opronoe ap oanasa ord 1g, + Coung aqeg oftp “ ‘ong gqeg aundoxd & onayoa “«zhyA\> *«os9 10d ‘ormnp seuv3 vreg ““ggnb sod anh?» -wunBard ep auue efopdaod owes un gpanb 2s safes ey rcs -rofnus vj oo1idar ‘asefeqen y> “agen apugp 2? ex0U9s ‘suOpI2g> Jp ap vosa0 gsed anb xofmw eun ¥ oanaec] ‘Pep -us10ju09 ns opursasdxe ‘onuise oyne 24° “ord Jo oltp *«oyasaprundasd © sown,» COUnE I4eq MUIR ‘eseHIOSIOd seisa sepor ua apuop & aaqes emeisn ape squout -epemsaide ofege ayfis £ eqiase ale uequyszeu sr anb sepranynun sey & zearsqo ered wosstamiep 2g “rouos op teqered ou sempog seAno ‘so!squrozme sosopin: soy 4 sojayoeases sejqesoumuar soy 220 uo.efey es opuens soxarquinboq woxepand “anges opuop sod exeotput sop anb eisid eundye senimooua uesspod se y2tndy “upon e a1 uosorproap anb opout ap ‘pepars wes ey uo sos opense wiqey Sop sof ap ounduany -souejd ap orquies 2159 sen septa sns woo re9eq weypod gub opursuad spepisioamay) ey ap waemmpeosa vj rod solaydsad aqueiseq wortpusasep ord pp 4 oyng 942 ‘eisowaasin oltp fasour sommes vata ored tn anb 0939 oj oospeut 298 opand ON» sopeuised uoxeponb as ored pp 4 oyng 34° sesoue sop 4 erutes3 sonmaviour un gsuad sefnut ey <¢S00Ip9U U9 SOUIHEAOD vo souepepre oduon orupns? ‘sepenase seo sepoi © osaunid soussgny ig» “gnb od serum -aad wistaqon asp anb ap soaue ve ms woo ONE aqpq ap 00g x siusurmpider odes owed [a “aisepnuoatp eas anbiod sesoo sx sory orpen! zopmrearq?» “yprazosuoasap ores un eqease tafnus PT sagsouou UIs sovrespiata ob opmaoarp syus epras ou Org? ~souy] ‘140! ronaun hombre que no parecia tener tanta prisa como los démés. «Perdone, seiior, ga qué dedica su tiempo?», pregunté Bebé Buho. «A evitar a mi mujer», replicé el hombre. El hombre continué su camino, «No creo que podamos hacer una carrera de es0>, dijo el pato. Se volvié para dirigirse a una mujer atractiva y bien vestida: que yenia hacia ellos: «Perdone, sefiora, qué clase de trabajo hace usted?». «Soy secretaria», replicé la mujer. «<¥ eso resulta divertido?», pregunté Bebé Buho. «Sélo cuando estoy de vacaciones», contesté Ja mujer, ¥ se marché con mucha prisa. «Bueno», dijo el pato, «por fin hemos averi- guado una cosa: las vacaciones son més divertidas que el tabajo>. E] pato movié la cabeza de lado a lado: «Me temo que uno ha de trabajar para poder irse de vacaciones», « “UIUIAIE as OYNg 2qoq 2p ONSOF [3 ‘ouemx opunas un sy» :ou -yopeno ns ua seuorog;our syuI OzxTear owed Tz faye as A ard ap osnd 2g -vSipuow vy gaydox ‘«ounSuyy> “oyng aqeq ouunderd ‘«cauon soley somuen?» «08u31 anb sof] ap oxownu fap vous9e jrusus anbsog> rofip & oypusedto un orpusous eBipusar ey coved fo gunfazd ‘ onuise sofun ey “«grelequn ou zod oun t ueded or?» zonundaad 91 4 sesjoq sep wz ap sofa ey vise] glafon as ored fy “sopypunyuoo spur une sso upsased oyng arg 4 o1ed 13 -~Sxpuows vy gomdex saaefeqen ou rod wep a1 ab oxouyp un si» oun aqeg ouunfioad “«gjeioos viousasise vf s2 2)?» aqepos vouaasise Bj opesmex wey aur ep -exsnsip Aoasa anb so ]qepeiSesap 495 UorouaNET qu wo oN» ov0d an opurqe 25 «oh oWlOD vfoa eun ered osnpour ““aIUeplas so osge ond pp oftp ‘«ored un Los of » oyna 29am Oftp “<2qeq ong un Los of ON» - ‘opediutur groared ord s«eStp -uow Loge :oftp ofeny 4 ore un gorse “oppsour b[ ‘onto ns ap eavzuear vun ofesxs sofn Uy ound aq ouuniiard “«gpaist. aoey ofeqen ap ody gnb? ‘rzoyas ‘euopraq east -stp sessondsoa seun ejsep s0j ep yzinb anb cozes od anb jse ‘ouawour 9 vasey OIsTA wEyqey and sey aruasoytp Puosied eun ypaseg “soe ® onunl rqeaues 25 soisen ap odn por ep ouey] en:v9 un ‘Una adolescente muy mona aparecid por el camino, paseando a su perro. El pato la detuvo: «Perdona, jdvencita, gquién dirias ti que gana a 0, api de cine>, replicé Ia adolescente sin pensirselo dos veces, y siguis su eon «Adénde hay que ir para ser una estrella de cine?», grité Bebé Biiho para que lo oyera. La chica mir6 por encima de su hombro hacia atrds y contest6, también a vox en gtito: «A Ho- dl ee fue como el biiko bebé y el pato acaba- ron entrando en Ia recepcién de un importante estudio de Hollywood. Ambos estaban decidi dos a convertirse en estrellas de cine. El vigilante que habfa detras del mostrador levants la vista y les pregunté: «gEn qué puedo ayudarles?». : , : pebé Bitho movi Ja eabeza muy serio: No, no es una broma, al parecer, se gana mucho més dinero con esto que siendo mendigo. El vigilante rid. «Desde nego, no os falta sen- tido del humor. Os diré lo que tenéis que hacer, chicos: teneis que encontrar un representante>. 24 | | 1 1 s¢Qué es un representante?s, pregunté el pato. «Un representante es una persona que te con- sigue trabajo en las peliculas», aclaré el vigilante. *¢Cémo conseguimos un representante?», pregunté Bebé Buho. «Primero hay que conseguir un trabajo en el cine. Cuando el agente os vea trabajando, estard dispuesto, a su vez, a trabajar para vosotros>. Bebé Buiho y el pato parecian desconcertados. «éTenemos que conseguir un trabajo para conse- guir que una persona nos consiga un trabajo». El oficial se encogié de hombros: «Asi es el negociom Bebé Buiho se volvi6 hacia el pato y le dijo «Creo que estamos siguiendo la carrera equivo- cada». Durante las semanas siguientes, Bebé Buiho y el Pato conversaron con todos aquellos que estuvie- ron dispuestos a hablar con ellos. Preguntiron ala gente acerca de cémo vivian, pero cuantas mis res- Puestas recibian, mis confundidos se quedaban, Llegarén a la conclusion de que la gente trabajaba muchisimo... que casi nadie se divertia, excepto los dias en que no trabajaban. ¥ todos estaban taba. jando para poder rener coches, casas y piscinas on California, Al bitho bebéy al pato les parecié que debia de ser agradable disfrutar de esas cosas, 25 i LE -esuurpsnd A sese9 ‘saygaguiome opuaruay wes -eqrov ts oyunfard ayy ‘soueumy isv9 uocared saz -opetiapio soxsq» soannestiod gpanb as ored yg. “9q2q CU JP Offp ‘«opaoey anb ueSuer ou seuosiad sey anb vied vsuard onb varnbyur vun ap asivien aqop anb omfewy> “ ‘oung 9qeg 9numUOD ‘«ofeqen ap wea -taeo ou pnb sod vquiunSord sop onb zaa epec» ‘ored a oftp ‘asa isy> ou aqeq orpeue ‘aurased of opurnd osdooxg> - sseI0U sns reuTureX & gtajo ored Ty ceanseg eptuso? so tgtqtAe gies un :ojsomyozouosay ‘openuozua aq nb optsored spur of s9 eyatyptes ef ored ‘wore wong tun sussowoo wunapesg> “gHUISe OYNG 2q2q, cowed jp oftp f«seqp> -1ypfes sep v opuerquirasoge ease 22 anb 02> 9t sqspurap $0] Sopo3 Out? 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El pato asinti6. «Y si fuesen bithos, hubiesen dicho ‘who’, incluso aunque hubieran querido decir ‘why’>. «Debo admitir que sin los demas biihos a menudo me:siento solo», confess Bebé Buiho. Luego afiadié apresuradamente: «No me malin- terpretes: no estoy diciendo que ti no seas un buen amigor. «Lo comprendo», replicé el pato. «Yo tam- bién me siento, solo sin los otros patos de mi corral» Bebé Buiho suspir6: «A veces siento deseos de dejar de decir «why» y de aprender, de alguna manera, a decir... (5¢ aboga cuando intenta pro nunciar la palabra ewho») para regresar y vivir en paz con los demas bithos» Ahora le tocé suspirar al pato. , replicd el ato, Bebé Buho comenté, un poco deprimid <¢Te das cuenta de lo que estamos diciendo?» «Si», contesto el pato, «que deberfamos volver a ser como todo el mundo» Entonces, repentinamente, se oy6 la vox de un hombre, que parecia venir de todas partes... y de ninguna. La voz les dijo: «/No lo hagéis!». Miraron a su alrededor, pero no vieron a nadie, Era escalofriante. El pato hablé timidamence: «Ti, el que no podemos ver, gsigues ahi?» Entonces volvieron a oir la voz, que les decia: «Por supuesto que estoy aqui. Venid al Museo de Arte de la Historia Americana esta noche y ha- blaremos». El pato y Bebé Buiho se miraron maravillados. ge habian imaginado esa voz? No, ambos la habian oido. Ei pato fue quien primero se recu- peré: «jCrees que deberiamos ir esta noche?» «Bsa voz parecia ser capaz de responder a muchas de las cosas’ que no comprendemos», 29 Te asaquoau visey YounU OYD -2Y BIqEY Of arpen sopendr 9 ssxqy wos soaquoY, so] sopor anb “sourexepaq» -onuise surg “«so1UDIO}Ip 498 ¥ SOUTAITE SOU ugiqurea sonosou ‘eouspuadapuy op uoresey> -9 ¥f Sourvioepax opueno» :oseppe URpIUEL -oureg goydos ‘«soauas9f1p 498 € sosoane 10g» “gSt19 233 sey sousep sigsanb nb r0g?» sorpeue £ ae [2 Quepxe ‘«jpevadso vpeu oysay sowray ou 1s ore!» “uoroipusadios as ored jp Long 9q°q «sere sej soxep vied yube siy8usa anb opspad souroy sO» “wosiapaf semoyy, gruOS ‘«oL Ing IS» ‘0803019 -waa ‘ored yp guundoad ‘ezanbaed pa ua Loy 91qety sou uainb sopoisn op ounfye ong?» “elonou eueng wun ex9 vs anb opared soy oung aqag A ored |g “ ssquawaquuxe uosieye[ oftp ‘«srpuier ON» sopeziesed memos anb ‘oyng aqag e & ord Je avapor enseq ‘seusseiuey pono Crosezteay ‘sez curd se] uequuopurge wosysef A umppuerg ‘oureg swosraypo[ ap sodsono soy oMig> sofnpgz9uy wos -earasqo soguay ‘oBrwe ns ap ootayd ounuedar p eigep 98 gab v oa exed ong aqag anb wo. of -naugp wuustus v u2 QA “<¢ 491909 © #ey99 Ap FIO =] opeSeyt eEg?> sonssuasde ‘oumsns ored [3 ‘opezspeaed opanb es oynel 24° ‘2 -adox aq ‘ost ap opeooagnbe wepsqey 28 Ot 19 romeundosd 9g “ZOA v{ WHO Ou oxed “epsrnosUEA odwian [g wosspef maxpuy 4 wippwery aru! -aag ‘uieg seaFoyy, “vosrOs}o[ SeMIOUL ep Sod “enai so] sive uOroLAMIep 9g “HUIS ONG 249 Ja “wozeasia un somsyoa ‘jnbe souresse anb ¥A» yopea as atuauresuay opuesodnoos egy oved [3 SOUS Of ZH] M2 191609 ¥ ouge 1s ‘onb viauew ap ‘peptinoso e] ue worq Anus soa opang “sednooasd 03 o orady ‘oye 299d ofp ‘. «Por desgracia, en la prictica esta idea se con- fundi6, en su mayor parte, con conseguir el éxi- to», puntualizé Jackson. «Si», dijo Paine, «El éxito pasé a ser la princi- pal motivacién... que es ganar dinero». Jefferson movié la cabeza con wisteza, «De modo que esta nacién se ha convertido en un pats de personas que no piensan en otra cosa mis que en cufinto dinero pueden ganar», «¥ ademis hemos observado que no parecen divertirse mucho haciéndolo», afiadié Bebé Buho. ' «Es cierto», dijo Jackson. «Cuando perdieron el sentido de cémo realizarse, perdieron también el sentido del hismor con el cual nacieron». .! Bebé Bitho se volvié hacia el pavo: «Quizé sea 32 ésta la carrera que tantas-ganas ténemos de hacer», «El amor es una carrera muy buena», dijo Paine. «Cuando una persona esta lena de amor, no hay lugar para el miedo». «No lo comprendo», dijo el pato. Jefferson sonrié. -seyp souieng ep worsurs ns guoaue ‘epra Ns Epo 33 -vemp oypoq eiqey owo ‘oBan’{ ‘o1usurepunzord -afos anb of 59 “23q> gate ‘oruourepunjosd 94 equsoaviav vsB1ou2 ap vaswas9p -odzano oyonbed n: van onb onus oyng 2499 24 vesouqg] aTcauriajduses aoey SO os ores um b ugiquiea £05 ban observando de cerca, Ia ardilla levanté la vista y cuando vio a Tallulah sintié la necesidad de dar una explicacién. «Estoy efiterrando esta nuez para tener provi- siones en invierno», dijo. ‘Tallulah feplicé de la tnica manera que sabia. «qCucit |Cucé!», La ardilla parecié molesta. «Todas las ardillas hacemos lo mismo», dijo a ka defensiva «Me parece que eres demasiado erfticona llamandome ‘Cucii’».* Y, con un intitado movimiento de la cola, wrep6 aun étbol a toda velocidad. ‘Tallulah se senté un momento, aturdida, Era Jk primera vez en su vida que alguien le decia que su pequefio canto era criticén. Al meditar sobre esto, Tallulah se dio cuenta de que, dijeran lo que dijeran, ella siempre contestaria «jCuciil». Y admitié que, sin duda, aquello’ sonaba como un insulto, De repente, aquel canto, que siempre habia sido del agradado de Tallulah, ya no Je gustaba. A medida que fue transcurriendo el dia, mas se cri- ticaba a sf misma y menos se gustaba; cuando llegé Ia noche, su autoestima estaba por los sue~ * Bn inglés «Cucte se escribe Cuckoo y quiere decir slelor o sles fa 36 los. gPor qué desde que nacié sélo era capaz de entonar un canto tan estipido como «cucti»?, se preguntaba, : En ese mismo instante, tomé una decisién. Nunca més volverfa a decir UpEwHIT [P 2x05 OHNE eT OILIOs9 wsqey] 25 ‘[urpanyy exiang) epunifog vy o1uemp Soyo ag JOuDsins un ap ommed [p eqrasns 3] seuosied Se] ap euodeur et anb grpeue 4 ‘orusat -epeonpo sve se] orp 9] souasiny Tg "eqrauea anb warg amrouresojjinerens of OTP 2] HEUTE Souasins op UoIeiesdrarur vy ep TU TV soauva ns ap ezayjag rf oquiose £ 02 -odsax wer Yoo gypnase A royastau un 19009 gerees ‘MY “Seupuory any vyeose exoustsd ng ‘opensape owes [> squoUre -pexe epenuoona 4 oxaiu2 opunu yp 10d eETe|O4 ‘opipped ‘guowmours vy] oruoruresued ssi ‘oxoiua opunw fp 10d repoa anb wistara anbune osnyout ‘ordord s20ey, ‘exgipad onb esousoy omteo un FesUOOUD © EPIP “pep epndes ‘olequia ug "eprumsdap 4 visnerps9 ge fore un ue gree as ‘seuNurOs seLIeA owmeINp sosefed somo woo seiue9 A seigey 9p sandsacy ‘usesap un any vpunias ¥] oxod ‘w21q 9Fes O} ued exounsd yf sot ‘an vso ooid ns ap aucioy ey o8eq UID IG “s0I9A SEETEA OfTeaTUN gv -enygy» any opnura anb opruos [q ‘001d ns ooodures su Soyng 9q9q Jap Y{ OuTOD eysue we) YD OF es “uve ns o1ed ‘anny sap OUSIUE YEINTEEL, yp ured [eivadsa opvayudis un guar anbsod qesnaew equa 3 entiny fp exoye 72d fennn» soap ¥ opnsis “o1 vsqey as odwion oypnut aauving] 2IeU OpEO1 eyqeyy a} anb fp woo o1mLD [pp ¥sMLD v seD/qou opmos exqey [3 “Yep amb yea je ‘onbsod ‘eypuosduuco vj axgousfeos anb ofep a] 2qaq oyNg De manera que se alejé volando para encon- trar otros péjaros cuyas canciones fuesen mas aclecuadas para ella, En las Isias Canarias pid con los canarios. En Africa chillé con Jos loros. ¥, de regreso 2 los Estados Unidos, canté con las, go- londrinas. Sin embargo, ninguno de los cantos de los otros péjaros encajaba realmente con ella. Ya considerabi la posibilidad de permanecer en silencio durante el resto de su vida cuando, un dia, aterrizé en la rama de un olmo en California del Sur, Empezé a hablar con un péjaro que habfa a su Jado; se trataba de un péjaro carpintero de pecho rojo. Le explicé al péjaro carpintero cual era su situacién y éste fue enormemente.comprensivo. Canté para'Tallulah. Ella le dio las gracias y le dijo que auhque su canto era hermoso, no resul~ taba exactainente el més apropiado para ella. El pajaro carpintero, que habia viajado por todo el mundo, le hablé a Tallulah acerca de un pajaro del que habfa ofdo en Australia. Se llama- ba ave lira, Este pajaro podia imitar a todas las criaturas vivientes ¢ incluso a los artefactos me- cinicos, Tallulah no podfa creer lo que acababa de oir 40 Tallulah esperé al siguiente viento de cola para volar hasta Australia en busca del ave lira. Tallulah explicé su dificil situacién a una hermo- sa ave lira de tonos marrones que abria las pha- mas blancas de su cola en abanico para que se expandieran ‘sobre él como una glorieta. ‘Tras escuchar Ia historia de ‘Tallulah, el ave lira le ofreci6 una serie de imitaciones perfectas. Aullé como una hiena, gruiié como un lobo vengativo y luego, de una forma increible, imit6 el encendido dél motor de un Fiat que habia estado aparcado bajo el arbol en el que char- aban. Tallulah estaba tan impresionada que no fue capaz de pronunciar una palabra. Y, cuando el ave lira imité ef rugido de un avién que habia pasado sobre sus cabezas, Ta ula cayé en la desesperacién, Le dijo al ave lira que ella jamés podria aleanzar tanta perfecciénen sus cantos de pajaro. El ave lira, conmovida por la desesperaci6n de Tallulah, le confesé algo que munca le habia dicho a ningtin otro péjaro: Era muy desgraciada con su vida. Ni uno solo de sus cantos era propio: sélo se trataba de imita- ciones. Ni siquiera tenfa un «jCuciil». NNo sabia si lo natural en ella eral aullido de 41 or auigrouvs ns asequea & rovradns eyrursuoa wun op wa] ade tn oO FONEsINA UN “sexquoRIoy> ‘un osoypes anb pp we foza1 um oasta oy vounu A sq sod opeisa apy» “eaty oar ye goydor «so Isy> “esoyfn30 seunyd se] opues - “yey, gaunBaad sazhex] anb saazo asp ows sofopes somryng?> ‘ma easn sof soueumny sor9s soy z anb out -Sis ose rotpeur A ‘exy oan pp oftp ‘«joroexg!» -yenyfey, Qure]ax2 “a jeegrOUTO tw opueuoque piso vsopeur op oreled 2 ‘ono opuep svsru9 ¥ gtajoa o8any A saoaa 200p nono» oftp ‘foqex jap s0t1edns oared ep ua earcenton eun ap o1[es Un ep oHpeS etepeME ap oyjgons un “qeynyey, ap oxqusose oanjosqe spun [2 aiue ‘{ so0p se] orp fo[9a Jp ‘oauaWOUE ase Ty “atl oat Jo 9a4{dos ‘eaasy ow09 OW os2g> WEIL, ofp ‘asouoiseao ses Uo safojpr o1sia oy EX” UO OzEAIeRW BIT] OAL TT oundis ey qUpTey, “OpPNA J2 OpIUI foIs> ouoicy ea] a4e pp goyjdar “agregosus O] 2L* s ‘eanesuad Anus gpanb anb o| sod ‘eannoed -stod esa apsap oasta vIgey of YOUN YEINITEL “ wainb ap Sopio soy wo pasa» ‘ep e4v [2 ginStsord ‘«eonHO ey gvonpo eun aquauipear ‘opresopisuoo spend? oN, S991p optrens zvafyp9 ap worouaIU souET ou ge “euanpiqes uoo grpuodsex af EM] 9A" [EL “PLE, ofip “ jp ap ome Jaa vysonb “esp tin aqEMp Oj9s OpunUT pp Uo zEIs9 ¥ vq} ows ‘onb updroy, v olfp 2] seouormg, “egugdioy, opewey] usm3ye ap rexadse vypod 29 509 ENO ange» “olip af ‘«ouopied ap> vugzer yc03 uo doy, ob ap wiuano op as 4 owuwour un aiueinp quoToypor euanbag sep] vsoduey ey « “Uodiog, v siwouizorey gx “eprpime oP ood un vsvpor euanbag SEAL esodisey UI sarsao9a & SADIE ‘Se 9 LptA YT] #8 oproaued O8fe opuersnta ‘usureaisedusoa gnise updsoy, “olip “«opunue [ap ser -nou soiofew sey auawesiged wos ou sesg> soamp as ‘ueSadsap vexed asopuysedasd ‘omoumeaugy seye se] opaaneg opuvaso wqey anb ‘eyonbag sey esodueyy YT ~aoyp un aruouseorut aata aonb esodueur op s1sodsa gun ¥ ssoouauiog sofeqesn ur so oad ‘0159 aastoap onb zouor visn) ou ON» cop £ viurBe8 ns osvjoe uodioy -esodiumvin 2 ¢ apseauoo anb asin o3fe erusi anb op eivano omp as soouorue £ ogy 12 U9 OM ‘elguazejos ap O1qyy OS 82 Of srenunde esed t2o esoduear ep apadso gnb openur uigey ou anb ap waciano op 2s ‘opunus je ejsezuey Lorsen jo we expewyed eun aprep op ound v 2q ~easa opueno ‘A sepe sv] gapodurs ary “oyndeo ns ap vsodiiew 21 v ofenxe A eBnzo vy] vINeY OETO “oapes un op aid wa osnd as ugdsoy, ‘vps ue opesedos eigey ou anb eyanbad wea vag “ednso op odiona as ua ypeuremsod vraepos amb vsodyseut eyanbad eunnyp van e 014 “ofeqen ns opos opezzear esqey anb ap asieanBase exed xopapaaye nse sustu yy “rODOULUE [B SEpLA sts -ouzay A seaanur sis sepoyuy uaserpnd sesodrsew noticia, te Hevaré de viaje a los lugares mas apa- sionantes del mundo». La Mariposa Mas Pequeiia batié las alas emo- cionada, preparandose para despegar. Entonces se dio cuenta de que ella podia volar, pero'Torpén no. «zCémo vamos a viajar?». «Con la mente», respondié Torpén. La Ma- riposa Mas Pequefia pareci6 confundida. «Puedes transportar tu cuerpo: hasta el lugar en el que se halle el cincuenta y uno por ciento de tu mente», explicé Torpén. La Mariposa Mas Pequefia estaba asombrada. «¢Quieres decir que, si pienso en un lugar, puedi irme ahf?», . ‘Torpén asintié. «Pero», continué Ja mariposa, «si sélo un cin- cuenta y uno.por ciento de mi mente esta alli, zel resto de mi llegar también?», Torpén la mid enfadado: «No me lies. Simplemente, cierra los ojos ¢ imagina que estés en el jardin del Palacio de Versalles, en Francia». La Mariposa Més Pequefia cerré los ojos y pens6: Versalles. Cuando los abrié, se encontré en los Jardines de Versalles. Estaba subida en un hibisco y Torpén se hallaba a su lado. «jFuncional», exclamé la Mariposa Més Pequefia, 48 «Por supuesto que funciona, Yo ahorro muchisimo en billetes de avién de esta manera» La Mariposa Mas Pequeiia miré a su alrededor: «Este lugar es precioson. ‘Torpén asinti6: «Estamos en uno de los jardi- nes mas hermosos de todo ef mundo. No hay muchas mariposas nacidas en Glendale que lle- guen a conocer Versalles>. De repente, el estémago de la pequefia mari- posa gruiid. «Me esté encrando mucha hambre>, dijo. <¢Qué comen las mariposas?>. «Estés sentada sobre cu almuerzo», replicé Toxpén. «qPero yo nunca seria capaz de comerme esta flor enteral», exclamé la mariposa, horrorizada, ‘Torpén se armé de paciencia y explicé:

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