You are on page 1of 38
Sobre los dativos «superfluos» 0.—Un elevado niimero de gramaticas tradicionales alude, bajo unas u otras designaciones, al uso de ciertos pronombres atonos que no parecen estar ligados al nticleo oracional por un vinculo tan estrecho como el que se establece entre este micleo y los sustitutos atonos de implemento y complemento. 0.1.—Andrés Bello los denomina dativos superfluos: «sirve slo para indicar cl interés que uno tiene en la accién signifi- cada por el verbo, 0 para dar un tono familiar y festivo a la oracién» '. Su origen se halla «en la propiedad que tiene el dativo castellano de significar posesidn: ’Se le Ilenaron los ojos de lagrimas’ en lugar de sus ojos se lenaron de ldgri- mas». A proposito del ejemplo cervantino: con este nombre me contento sin que Me le pongan un DON encima, adjunta una interesante observacion: «Aqui me y le son ambos dati- vos; le pertenece al régimen propio del verbo; me significa que se trata de una cosa mia»*. Es decir, un dativo superfluo puede coexistir con un pronombre complemento. 0.2.—Salvador Fernéndez Ramirez dedica un apartado de su Gramatica al dativo de interés*, que mantiene con el verbo (1) A. Bells: Gramdtica de la Lengua Castellana, 92 ed., Edit. Sopena, Ar- gentina, Buenos Aires, p. 312, § 951. (2) Id, p. 313, § 955. (3) Salvador Fernindez Ramirez: Gransdtica Espaiiola. I. Los sonidos, el nom- bre y el pronombre, Revista de Occidente, Madrid, 1951, pp. 193-195, § 104. 416 SALVADOR GUTIERREZ ORDOSEZ AO XXVII - XXVIII una relacién «menos necesaria» desde el punto de vista se- mantico» *, Separa: a) Un dativo simpaiético (llamado también posesivo o enérgico). «Las construcciones con dativo posesivo contienen el dativo, generalmente con mencién de persona, al que Ila- maremos elemento pronominal! (P) y un nombre sus- tantivo, generalmente de cosa, que Ilamaremos elemento nominal (N) —le abria el delantal —la greta sudada y angustiada se le pegaba a la frente b) Un dativo de direccién: con verbos como acercarse, an- dar, apartarse, caerse, etc.: —durante todo el camino se nos acercé la gente de los pueblos Incluye elementos ténicos precedidos de preposicién: a, de, sobre, etc.: —se acercé a él ¢) Un dativo commodi 0 incommodi: «Menciona a la per- sona con la cual el enunciado verbal establece una relacién de signo favorable o desfavorable»: —corté una rama de avellano que le nublaba el sol d) Un dativo ético, «especialmente expresivo y coloquial. Se emplea sobre todo con el pronombre de 1.’ persona» $ —habia un gato y me se lo ha comido —vosotros no me salgais de aqui 0.3—En una gramatica mas reciente se repite, aunque in- crementada, la clasificacién anterior®. Una diferencia: mien tras Bello y Fernandez Ramirez se refieren tnicamente a usos pronominales, Alcina-Blecua la extienden al sustantivo. Un (4) Id, p. 193. (5) fd, p. 195 (6) J. Alcina Franeb-J. M. Bleeua: Cramética Espaiola, Edit. Ariel, Barcelona, 1975, pp. 807-868. AO XXVIL- XXVIL Sonne tos pavives «st pemeucosn 4i7 mismo hecho formal aglutina los dativos: Ja integracion por medio de le-les. Diferencian asi: —Objeto indirecto de interés; Entregaron un obse- quio a Mercedes —«Sympatheticus»: Le rompié el vestido (su ves- tido) —Etico: (Me) lo bebi de un trago —De direccidn: Le alejé de Ja bicicleta’ —De relacién: No le parecié bueno Las tipologias de Fernandez Ramirez y Alcina-Blecua se apoyan en espiritu y letra sobre gramaticas latinas de corte tradicional, las cuales, desde una perspectiva semdantica tipi- ficaban (con estas mismas designaciones) ciertos usos del caso dative: élico, sympatheticus, commodi et incommodi, iudican- tis, etc.*. No parece probable que en latin existiesen bases fo: males para establecer estas diferencias. Las gramaticas tradi- cionales de esta lengua, ademas del logicismo y semantismo incontrolados, estaban hechas para la traduccién. Rara vez adoptaban una perspectiva inmanente. De ahi que muchas cla- sificaciones sean de caracter comparativo (con las lenguas ro- manicas fundamentalmente). En el caso que nos ocupa, Lisar- do Rubio, anclado en una visién intralingiiistica y funcional, considera estos casos como manifestaciones normales del sig- nificado «dativo» ’. 0.4.—Manuel J. Sanchez Marquez distingue un complerien to de interés (CIn) del complemento indirecto (CI): «txpiex el interés en la accién, es decir, no es el destinotario sin mds (CI), sino el afectado por la accién» ®, Complemento indirec- to vc. de interés se diferencian semanticamente, estando el (7) Bste ejemplo esté mal elegids. El referente pronominal LE es un imple mento u objeto directo, como se prueba en la conmutacién: /lela.tu.los.lus/ abejé te Ia bicicteta (8) Cf. M. Bassols de Climent imtaxis Histériea de la Lengua Latina. 1. pp. 325 y ss: J. B. Hoffmann-A. Szantir: Lateinische Syntax mud Stilistik, Mii chen. 1965. pp. 91-93. § 65-66. (9). Lisardo Rubio: Introduccién a tu Sintaxis Estructural del Latin. Casos.y Barcelona, 1966, p. 148. -quez: Granutiea Moderna del Espaitol. Teoria y Nor: p. 130. Sebrayado 5. M. Preposiciones. Ar (0) M. J. Sincher M ma, Ediar, Buenos Aires, 197: 418 SALVADOR GUTIERREZ ORDOKEZ AO XXVII - XXVIII primero englobado en la esfera del segundo. «Indica la per- sona (raras veces la cosa) a la que afecta de alguna manera la accién; de ordinario moralmente (antiguo dativo ético), perjudicada (dativo de dajio), beneficiada (dativo de prove- cho), participante (dativo simpatético), adscrita, emparenta- da, poseedora (dativo posesivo), término o sentido del movi- miento (dativo de fin o destino). También indica el comple- mento objetivo de ciertos adjetivos, paralelo al CD en verbos, y hasta sefiala el parecer de alguien en la accién (dativo iu- dicantis) 0 el fin de la misma (dativo de fin)» ". Como Alcina-Blecua aplica el c. de interés a los pronom- bres (le, les, me, te, se, nos, oS) y «a todo sustantivo con ‘a’ © ‘para’, equivalente a los pronombres antedichos, siempre que no sean claros CI», Los caracteriza sintécticamente: a) Se mantienen invariables en la pasivizacién. b) Pueden depender de un verbo, un sustantivo, un adje- tivo, o un adverbio: —todos los libros le gustaban (con verbo) —me es propicio (con adjetivo) —sMentiras a mi? (con sustantivo) —Demasiado para mi (con adverbio) c) Se halla con verbos intransitivos (el CI no) —les agrada mucho el regalo d) Cuando se refiere al propio sujeto no tiene posibilidad de duplicarse con preposicion: —tu te crees todo (imposible: «a ti») e) Cuando se refiere a otra persona diferente del sujeto, en general es posible, tanto anticipado como pospuesto: —no me vengas (a mi) con esas Existen excepciones: no me salgas de aqui. «Esto suele ocu- (11) 74, pp. 130-181 (12) Id. p. 131 AO XXVIL - XXVIII soune Los parivos «svrenrivos» ay rrir con verbos intransitivos, sin posibilidad de complemento de direccién» * Es, sin duda, Sanchez Marquez el autor que mds se ha interesado por una caracterizacién gramatical de los comple- mentos de interés, mas dista mucho de alcanzar la precision necesaria: 1) La distincién semantica no es tajante. Muchos com- plementos indirectos indican interés y muchos de los que el autor incluye entre los complementos de interés no albergan esta caracteristica en su contenido. 2) El hecho de mantenerse invariables ante la pasiviza- cién es una caracterfstica que comparte con el complemento indirecto. 3) Las pruebas (d) y (e), complementarias, poseen ex- cepciones: no son contundentes. 4) Contra la prueba (b) hemos de argumentar: a) Que no es el significado prueba suficiente para dife- renciar funciones, sino unicamente razonamientos formales. ¢Por qué no hablar de complementos circunstanciales en «un cardenal de Polonia», «vecino de Oviedo», «Juan es madrile- fio», si todos los segmentos en cursiva expresan idea de lugar? b) En «me es propicio», aunque semanticamente ligado al adjetivo, sintacticamente depende de] verbo es". 5) Un argumento formal sustenta las definiciones de com- plemento indirecto y complemento de interés: «El nombre de CI o complemento de atribucién sélo cvedra con verbos como dar, atribuir, ofrecer, conceder, prestar, etc. cuando hay o puede haber CD (subrayado nuestro). De ahi que sea mas apropiado el término de Complemento de interés (CIn) en todos los otros casos»'*. No entraremos en polémica sobre la conveniencia de hablar de CI unicamente cuando se cons- (13) Id. p. 132. (14) Vid. mas adelante 3.2 (15) M. J. Sinchez Marquez: op. cit., p. 128. 420 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ AO XXVII - XXVIIL tata o se puede constatar Ja presencia de un CD. Tan sdlo aduciremos argumentos que atafien al problema que analiza. mos: a) En la oracién Juan regalé un anillo a su novia, el seg- mento a su novia es Cl, pues existe un CD (an anillo). Pasi- vicemos esta secuencia: un anillo fue regalado por Juan a su novia. En estricta coherencia deberiamos decir que a su novia es aqui un CIn, pues no existe ni puede existir un CD. b) Como explicar secuencias del tipo: «concédanmele una beca» donde existe un complemento directo y dos elementos pronominales? En buena regla de tres aqui no podriamos ha- blar de CIn, porque existe un CD: una beca. En conclusién: Sanchez Marquez, atin sin renunciar a [as divisiones semanticas tradicionales, busca un argumento for- mal para diferenciar complementos y dativos de interés, Este es su mérito, Mas la caracterizacién que él propone no es ade- cuada al principio de exhaustividad ni al de coherencia, pues: 1) Deja sin explicar determinados complementos de in- terés (condédanmele una beca). 2) Las directrices teéricas que propone permitira afirmar que, por ejemplo, a se novia en Un anillo fue regalado por Juan a su novia seria simultaneamente CI y CIn, hecho que lesiona el principio de autoconsecuencia " 1.—Funcién COMPLEMENTO. 1.1.—E] micleo verbal mantiene relaciones binarias (entre dos funtivos) formalmente diferenciables con el sustantivo: sujeto, implemento, complemento, suplemento, adyacente te- matico", El complemento se caracteriza: a) Por ser una funcién nominal. (16) CE. L. Ajelmstev: Prolegémenos a una teoria del Lenguaje, Gredos, Madrid, 1971, pp. 22-23. (17) CE. E. Alarcos: Estudios de Gramética Funcional del Espaiiol, Gredos. Madrid, 1970, pp. 109 y ss. AO XXVIL~ XXVIIL —— sonre ros pativos «surenrivios» 421 b) Por venir precedido obligatoriamente por la preposi- cidn /a/. c) Por ser conmutable por los referentes pronominales dtonos /me-te-le (se)-nos-os-les (se)/. Semanticamente presenta una integracién menor que la del implemento dentro del ambito significativo verbal. El imple- mento delimita, precisa, acota el contenido del nucleo del pre- dicado". El complemento es un lexema externo, Desde un punto de vista significative, verbo e implemento pasan a cons- tituir una unidad significativa de orden superior (semema construido)”. De hecho muchas secuencias verbo + imple- mento han sido lexicalizadas por la lengua —hacer tabiques <-> tabicar —hacer rizos <—————___> rizar —ponerse vestidos <-> vestirse —poner mango <—___» m>=ngar” 1.2.—E] complemento es una funcién nominal: a) El sustantivo no es transpuesto por la preposicion /a/ a ninguna otra categoria. Se trata de un indice funcional ne- gativo, cuya misién es mostrarnos que el sintagma al que in- troduce no realiza ninguna de las funciones que habitualmen- te no vienen precedidas de preposicién. b) S6lo el sustantivo y sus sustitutos pronominales pue- den contraer esta relacién con el verbo. Cuando un sintagma (simple 0 complejo) no nominal desempefia la funcién com- (18) Pid. (19) S. Gutiérren Orddites: «L'Etude fonetionnelle du signifige, en Actes du Ve Gotloque Internetional de Linguistique Fonctionnelle (Rabat. 1979), de pré ma_avarieién. (20) No. queremos decir que diacrénicamente hayan preexistide las formas complejas a las simples. Aunque el proceso histérico hubiese sido inverso no im- portaria, Se trata de una prioridad explicativa. Lo verdaderamente interesante des- dle una perspectiva sincrénica es Ia posibilidad de sustitucién de unas estructuras por otras, hecho que no parece constatarse en Jas secuencias verbo-complemento. (21) «=A esta azada hay que mangarla. —Mangar, jes poner mango? Natural, —En la ciudad, mangar es robar». M. Delibes: El disputado voto del sefior Ca- yo. p. 100). 422 SALVADOR GUTIERREZ ORDGNEZ AO XXVII - XXVIII plemento necesita de un transpositor a funcién sustantiva (ge- neralmente el] articulo) —pegaron a los traviesos —dieron sobresaliente a los que estudiaron mucho. 2.—DATIVOS. 2.1—Las gramaticas tradicionales son un venero inagota- ble de intuiciones. El funcionalista, que realiza un examen in- manente del corpus, hard uso de las mismas siempre que halle un respaldo formal en el comportamiento de la lengua que analiza. éEs posible establecer una distincién tajante entre el lla- mado complemento u objeto indirecto, por una parte, y los lamados dativos superfluos (Bello) 0 dativos de interés (RAE, Fdez. Ramirez, Sanchez Marquez, etc.) para el castellano? He- mos visto cémo el intento de caracterizacién formal presen- tado por Sanchez Marquez no era plenamente satisfactorio. Intentaremos aqui mantener esta divisién, aunque sustentada en distintos presupuestos y argumentos. 2.2.—Distinguimos complemento de dativo, a pesar de su posible coincidencia en la manifestacién pronominal (paradig. ma_/me-te-le-se-nos-os-les/ para ambos), a) Porque el complemento es una funcién nominal, mien- tras que el dativo no lo es. De otra forma: el complemento es un funtivo que solo puede ser encarnado por un nombre, por un pronombre (si el nombre es consabido) o por ambos a Ja vez (redundancia en determinadas posiciones): —vendieron un coche al mecdnico —le vendieron un coche —el mecdnico le vendieron un coche Sustantivo y referente pronominal pueden alternar en la secuencia o aparecer en redundancia. Por el contrario, en los dativos no se da la alternancia. En el complemento la pre- sencia del referente atono no implica la presencia del sintag- 2089 423 AO XXVIL - XXVIII soore Los paivos «surenr ma nominal, ni viceversa. En los dativos el elemento prono- minal no ‘implica la presencia de un nombre, mientras que la presencia de un sustantivo si que exige la presencia de un Ato- no. El nombre, en estos casos, es expansidn de) dativo. En los complementos se hablara, por el contrario, de aliernancia o de redundancia. Por ejemplo, en . —se nos murié el director nos es un dativo y no complemento: puede aparecer expan- sionado por un sintagma nominal, pero no a la inversa: —se nos murié el director a los funcionarios —* se murié el director a los funcionarios b) Coexistcrcia cor: otro complemexto. Cuando el complements viene representado por varios fun- tivos en idéntico nivel jerarquico: 1) Si son sustantivos aparecen en coordinacién: —Los Reyes trajeron juguetes a Elsa y a Natacha 2) Si son consabidos se.funden en un tnico referente atono en plura —Logs Reyes /es. trajeron juguetes Es decir, nunca el complemento puede ser sustituido por va- rios referente§ pronominales en coexistencia. Ahora bien, en secuencias como —hagasemeles un buen recibimiento *—.:,sin qué me le pongan un don ercima —te Ie concedieron una beca aparecen dos atonos pertenecientes al mismo, paradigma. No pueden, por tanto, realizar.la misma funcién complemento. Se trata de dos segmentos. lingiifsticamente diferenciables. ©) Posibilidad de que aparezca un dativo en entornos don- de nunca aparece un complemento. —Se me divierte mi hijo —éYa se os durmié e! abuelo? 424 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ AO XXVII - XXVIII d) Un dativo y un referente pronominal de tercera perso- na solamente pueden coexistir cuando uno de ellos (cualquie- ra) aparezca bajo la forma SE: —Se la tomé (dativo: Se) —Se les lavé (dat.: les) Por el contrario, en los casos de sustitucién de un imple- mento y un complemento por sus correspondientes Atonos solo el complemento adopta la forma SE. Es cierto que en algunas ocasiones ambas estructuras pue- den coincidir fonematicamente: -—Se los compré —Se los comi6 Mas de una perspectiva sintagmatica esta similitud es pura- mente material, de sustancia. Conmutemos LOS por el sin- tagma los caramelos —-> le compré los caramelos (se — le) —— se comio los caramelos (se permancce inalterado) En estos cuatro argumentos formales e inmanentes se apo- ya nuestra oposicién complemento/dativo. Aunque mantene- mos la designacién clasica dativo (por el peso de la tradicién), aqui se afsla, no en virtud de sus propiedades semanticas, sino por su comportamiento funcional. 3.—Antes de proseguir nuestro anilisis es preciso hacer al- gunas observaciones, 3.1.—Separamos desde un principio los ejemplos en que un miembro del paradigma /me-te-le-se-nos-os-les/ viene regi- do por el nucleo verbal o es parte integrante de una construc- 0 lexicalizada por la lengua: —Se le subieron los humos a la cabeza Presentan semejanzas con los dativos: sélo admiten un sin- tagma nominal en expansién:

You might also like