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Yo Soy Parte 1
Yo Soy Parte 1
Éxodo 3:13-15
13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de
vues- tros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros.
15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de
vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado
a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los
siglos.
Juan 10:7-10
7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las
ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los
oyeron las ovejas.
9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará
pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
JUAN
“YO SOY EL BUEN PASTOR”
Los levitas y sacerdotes eran reconocidos por su liderazgo espiritual. A lo largo del
tiempo esa imagen se distorsionó y Jesús vino a redimirla con Su ejemplo. Al leer la
historia del buen samaritano vemos que nadie comprometió sus intereses por
ayudar a un hombre golpeado, pero quien sí lo hizo fue el samaritano. Jesús está
contrastando Su imagen de pastor con quienes son asalariados y no comprometen
sus intereses por ayudar al necesitado. A diferencia de estos, Jesús dio Su vida por
amor a nosotros.
Juan 10:11-18
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al
lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán
mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo
poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
JUAN
41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descen- dió
del cielo.
42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos?
¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el
día postrero.
45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que
oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 47
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera.
51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Jesús promete saciar todas nuestras necesidades espirituales y físicas. Así como el
pan sustenta la necesidad física del hambre, así el pan de vida que Dios ha hecho des-
cender del cielo promete saciar toda necesidad espiritual del ser humano y este pan
de vida es Jesucristo mismo, quien al mismo tiempo es Dios: “Dura es esta palabra”
porque de forma directa se está poniendo como superior a Moisés; o sea, aun mayor
del que experimentaron los israelitas del Éxodo.
Los israelitas tenían que buscar a diario el maná porque cada día volvían a tener
hambre y su cuerpo necesitaba de alimento, pero Jesús promete que quien viene a Él
jamás volverá a tener hambre y sed. También es necesario recordar que Moisés
provee
agua desde una roca. Éxodo 17:6 dice: “He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la
peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y
Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel”. Nuevamente Jesús: Su
deidad superior al milagroso sustento en el desierto.
El pan cumplía una necesidad física, pero, por otro lado, también cumplía un papel
muy importante en la necesidad espiritual.
JUAN
El pan en rituales sagrados Referencia bíblica
JUAN