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Análisis del alcance del proteccionismo laboral de trabajadores con limitaciones

físicas inferiores al 15% y su desarrollo jurisprudencial

Angie Camila Echeverry


Luisa Fernanda Calderón Carvajal

Resumen
En Colombia se han establecido por el legislador los niveles de limitación
moderada, severa y profunda desde el 15% de la pérdida de capacidad laboral,
dejando de lado las pérdidas que oscilan entre el 1% y el 15%. Así, con esta
investigación se desarrolló un análisis normativo y jurisprudencial por medio de un
enfoque crítico reflexivo e interpretativo, los cuales permitieron adelantar el estudio
de las posturas de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional en
relación con dicho tema, determinando que existe una disparidad de criterios en
donde, por una parte, se encuentra la vulneración de derechos fundamentales y
por otra, se busca la protección del derecho laboral basando sus argumentos en
evidencias científicas. Así, se concluye que es necesario que los criterios
jurisprudenciales se unifiquen y que normativamente se llenen esas lagunas a fin
de poder brindar seguridad jurídica y protección a los trabajadores.

Palabras clave: Proteccionismo laboral, limitaciones físicas, Corte Constitucional,


Corte Suprema de Justicia, pérdida de capacidad laboral.
Abstract
In Colombia, the legislator has established levels of moderate, severe and deep
limitation from 15% of the loss of work capacity, leaving aside the losses that
oscillate between 1% and 15%. Thus, with this research, a normative and
jurisprudential analysis was developed through a critical, reflective and
interpretative approach, which allowed to advance the study of the positions of the
Supreme Court of Justice and the Constitutional Court in relation to said issue,
determining that there is a disparity of criteria where, on the one hand, there is the
violation of fundamental rights and on the other, the protection of labor law is
sought, basing its arguments on scientific evidence. Thus, it is concluded that it is
necessary for the jurisprudential criteria to be unified and for these gaps to be filled
normatively in order to be able to provide legal security and protection to workers.

Keywords: Labor protectionism, physical limitations, Constitutional Court, Supreme


Court of Justice, loss of work capacity.
Introducción
En el ordenamiento jurídico de Colombia se ha avanzada en sobre
manera en la protección y garantía de los derechos de las personas más
vulnerables. Y a pesar de que existe un marco normativo en relación con la
protección de dichos grupos poblaciones, la Corte Suprema de Justicia y la
Corte Constitucional presentan un enfrentamiento y una tensión en sus
pronunciamientos referentes con la estabilidad laboral reforzada de las
personas en situación de discapacidad, puesto que, desde su punto de
vista, ambas corporaciones realizan valoraciones diferentes de las
condiciones que conllevan a ser titulares de dicho derecho.

Cuando se hace un estudio de los pronunciamientos de las altas


cortes, se observa que la Corte Constitucional ofrece una protección más
amplia sobre el derecho a la estabilidad laboral reforzada de este grupo
poblacional, determinando que no es necesaria su calificación, sino que, se
encuentra la decisión de decretar la condición en cabeza del juez, además,
desde postulados de vulnerabilidad, determina que la enfermedad es una
condición que tipifica la titularidad del derecho (Rico, J., et al. 2020), por su
parte, la Corte Suprema de Justicia delimita dicha protección a una
calificación mínima, bajo el argumento que no cualquier enfermedad puede
ser acreedora de dicho beneficio, por lo que, se hace necesario acudir a
métodos científicos para determinar si debe haber lugar a la protección o
no, además, sugiere que únicamente sea aplicado para personas que
padecen limitaciones severas y profundas, es decir, superiores al 25%
(Ríos, L., et al. 2017).

Dentro del desarrollo de esta investigación jurídica, se hará una


recopilación frente a las disposiciones que regulan la estabilidad laboral,
teniendo como complemento descriptivo e interpretativo la línea
jurisprudencial de la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia,
quienes en sus posturas reflejan una confrontación frente al tema de la
estabilidad laboral reforzada en caso de persona discapacitada que ha sido
calificada con un porcentaje inferior al 15%.

A partir del anterior análisis se llegará a un consenso que refleja el


fundamento de cada una de las posiciones respecto a la procedencia de la
estabilidad laboral reforzada a favor de las personas en situación de
discapacidad.

Problema de Investigación

Las normas de rango Internacional promulgadas en específico por la


Organización Internacional del Trabajo (OIT) representan un papel
relevante en el término de “Justicia Social”, sobre el cual se fundamenta la
protección del derecho al trabajo en todo su ámbito de aplicación y tiene
como principal fin crear mecanismos que vinculen a los Estados a fin de
que estos desarrollen políticas que aseguren su promoción y especial
protección, de este punto, es que se hace necesario que el legislador
colombiano se encargue del desarrollo normativo de dicho precepto social,
no obstante, en la regulación normativa interna no se hace suficiente, y en
momento no es clara lo cual provoca problemas para su claro
entendimiento, poniendo en riesgo las garantías que deben emanar del
Estado Social de Derecho.

En este sentido, la estabilidad laboral debe ser entendida como una


obligación en cabeza del Estado y el legislador debe hacer que se cumplan
los derechos mínimos del trabajador contemplados en el artículo 53 de la
Carta Política. De esta manera, se han suscitado discusiones en referencia
con la determinación del grado de protección que deben recibir las
personas en condición de discapacidad pero que su validación no supera el
50% o que por razón de alguna patología se les es imposible
desempeñarse laboralmente en condiciones de igualdad.

De este modo, la Corte Suprema de Justicia, para el año 2018 reiteró


su pronunciamiento en relación con la cobertura que ofrece el artículo 26 de
la Ley 361 de 1997, en el que el tribunal afirma que no cualquier
discapacidad se encuentra bajo el amparo de la estabilidad laboral
reforzada, pues en aquellos casos en los que se sufre se discapacidades
leves, no deben ser ni siquiera tomadas como un objeto de discriminación.
En este sentido, el legislador determinó los niveles de limitación moderada,
severa y profunda, tomando como punto de partida el 15% de la pérdida de
capacidad laboral y dejando excluidas las pérdidas de dicha capacidad que
oscilan entre el 1% y el 15%, pues según la Corte Suprema, ya no se
trataría de una excepción, sino de una estabilidad reforzada de manera
general, sin embargo, la Corte Constitucional en múltiples pronunciamientos
se ha referido a la protección del derecho al trabajo, la igualdad y las
garantías laborales, presentando disparidades con la Corte Suprema de
Justicia.

Formulación del Problema

¿Cuál es la postura jurisprudencial de la Corte Constitucional y la


Corte Suprema de Justicia frente a la estabilidad laboral reforzada de una
persona con pérdida de capacidad laboral inferior al 15%?

Hipótesis de Investigación

La ley ofrece especial protección laboral a los trabajadores que


ostentan la calidad de discapacitados desde el 15%. En relación con esto,
la jurisprudencia de la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia
en su Sala de Casación Laboral presentan disparidad en los criterios frente
a la estabilidad laboral reforzada y el proteccionismo que se ofrece a los
trabajadores que han sido catalogados por debajo del 15% de
discapacidad.
Estrategia Metodológica

Enfoque metodológico:

El enfoque que se implementará en este trabajo será una


investigación jurídica cualitativa, puesto que al realizarse el análisis de las
posturas asumidas por parte de la Corte Constitucional y la Corte Suprema
de Justicia -Sala de Casación Laboral, es posible desarrollar una
descripción que hace hincapié desde los efectos a las situaciones judiciales
que nos permitirán hacer una estimación de la necesidad de interpretar el
derecho a la estabilidad laboral reforzada de las personas en condición de
discapacidad en aras de concluir con la reflexión de la importancia de la
dignificación del hombre en situaciones laborales. A partir de este artículo
de investigación pretendemos llegar a la conclusión del sentido propio de
tener un equilibrio de protección de los derechos en personas que se
encuentran en un estado de vulnerabilidad, pues si bien no sólo haremos
una relación lógica e interpretativa de la norma y de la jurisprudencia sino
además se abordará el trasfondo investigativo que nos permitirá llegar a
una conclusión con un sentido humanista.

Tipos de investigación:

Nuestro articulo encuadra dos tipos de investigación: Una se


desarrolla desde el análisis con enfoque crítico reflexivo, la cual tiene
carácter sistémico y holístico del conocimiento, la cual se desarrolla de
manera secuencial por pequeños fragmentos, las posturas jurisprudenciales
que se desarrollan entre el manejo que se le da a la estabilidad laboral
reforzada de las personas en condición de discapacidad, en virtud de lo que
establece la Ley 1618 de 2013 y haciendo énfasis en la Ley 361 de 1997,
frente a las posiciones de la Corte Constitucional y la Corte Suprema de
Justicia – Sala de Casación Laboral-; Otra de tipo interpretativo, entendido
este como el estudio de fondo respecto del análisis del problema, para
abordar una contextualización a partir de la hermenéutica jurisprudencial, lo
cual nos propiciará a un enfoque reflexivo del tema desarrollado.

Resultados

Estabilidad Laboral Reforzada

La estabilidad laboral reforzada es un derecho constitucional que


protege a los trabajadores cuando se encuentran en ciertas situaciones
especiales que pueden manifestarse como inferioridad ante el empleador ,
sobre esto ha establecido la Corte Constitucional que esta se presenta
como cuatro perspectivas, (i) el derecho a que el trabajador conserve su
empleo, (ii) el derecho a que el trabajador no sea despedido por su estado
de vulnerabilidad, (iii) el derecho que tiene el trabajador a permanecer en su
empleo hasta que se requiera siempre y cuando no llegue a configurarse
una causal objetiva que lo desvincule y; (iv) a que sea la autoridad
competente quien autorice el despido verificando que la estructura de la
causal objetiva no esté relacionada con la situación del trabajador.

Además, como precedente judicial, la Corte Constitucional ha


establecido que la estabilidad laboral reforzada es un derecho que tienen
todos los trabajadores cuando su estado de salud se encuentre en
deterioro. Es decir, esta figura lleva su aplicación al trabajador cuando por
cuestiones de salud se vea afectada su productividad, sin que sea
necesario que cuente con una discapacidad declarada, certificada y
cuantificada por la junta de calificación médica.

Como regla jurisprudencial, es importante tener en cuenta que, si el


trabajador sufre una situación de debilidad manifiesta a causa de una
afectación grave a la salud, este no puede ser despedido ni su contrato
puede darse como terminado hasta que no se constituya una causa justa,
es decir, el trabajador goza de una protección especial.
Ahora bien, es necesario precisar que es una incapacidad
permanente parcial, el Decreto 1507 del 2014, ha determinado que esta
premisa se puede tomar como la disminución definitiva, igual o superior a
un 5% e inferior a un 50% sobre la capacidad laboral u ocupacional de una
persona, en relación con un accidente o una enfermedad de origen común.

Criterios Formales y Materiales

La Corte Constitucional en relación con el concepto de discapacidad


estableció que es un término que se ha supeditado a los diversos avances
científicos y que por ende el legislador ha regulado diversos aspectos en
relación con dicha problemática (T-824/11), y se refiere a la Ley 361 de
1997 la cual estableció que las expresiones “severas y profundas”
refiriéndose a las personas con limitaciones, no podían ser tenidas en
cuenta como expresiones excluyentes, además, estableció que la
clasificación del grado de severidad de una limitación al que se refiere el
artículo 7° de dicha ley, no significa que se esté negando y vulnerando un
derecho, sino que, por el contrario, se refiere a la aplicación de medidas
especiales que regulan ciertas disposiciones para determinadas personas
con discapacidad en algún grado de discapacidad.

En reiteradas ocasiones la Corte Constitucional ha manifestado la


especial protección que deben tener los trabajadores en los casos en que
se hallen dentro de una incapacidad médica, debido a que su eventual
protección evitaría que se desconozca y vulnere su mínimo vital y el de su
núcleo familiar, en consecuencia es necesario analizar ciertos elementos: (i)
si el único sustento que recibe la persona proviene de su trabajo, y que de
acuerdo a dicha situación se vea representado en el pago de sus
incapacidades médicas, (ii) además, que como resultado de la situación
expuesta este no pueda realizar actividad laboral alguna.

En caso de que al trabajador se le nieguen los pagos generados de


dicha incapacidad médica, el trabajador podrá acudir ante el juez laboral, el
trámite administrativo o ante la super salud, y de manera extraordinaria en
caso de que se encuentre en vulneración sus derechos, podrá acudir ante
la jurisdicción por medio de una acción de tutela donde pretenda amparar
dichos derechos.

De manera reiterada la Corte ha determinado que las incapacidades


medicas derivadas del trabajo son un sustituto del salario, ya que, por una
ocurrencia de un accidente laboral o una enfermedad de origen común,
estas personas están imposibilitadas para desarrollar sus actividades
laborales y para proveerse sustento a través de un ingreso económico a
ellos mismo y a su núcleo familiar.

Lo anterior, se puede tomar como medidas de protección que están


orientadas al reconocimiento de lo que implica el salario de los trabajadores
como protección de sus derechos al mínimo vital, la salud y a una vida
digna, tanto para ellos como para su núcleo familiar. Para tener mayor
claridad es necesario precisar que el pago de los tres (3) primeros días de
incapacidad se encuentra en cabeza del empleador, del día cuatro (4) al
ciento ochenta (180) es responsabilidad de la E.P.S., y en adelante
corresponde al Fondo de Pensiones al que se encuentre afiliado el
trabajador.

Desde luego, el Decreto 2463 de 2001 ha señalado los parámetros


del artículo 5 de la Ley 361 de 1997, que se citará a continuación: “dicho
carné especificará el carácter de persona con en situación de discapacidad
y el grado de discapacidad moderada, severa o profunda de la persona.
Servirá para identificarse como titular de los derechos establecidos en la
presente Ley…”

Entonces, según el párrafo del artículo 5 de la Ley 361 de 1997


anteriormente citado, establece que la pérdida de la capacidad moderada
corresponde entre el 15% y el 25%. Mientras tanto el artículo 26 de la
misma ley establece lo siguiente:
ARTÍCULO 26. NO DISCRIMINACIÓN A PERSONA EN SITUACIÓN
DE DISCAPACIDAD. En ningún caso la discapacidad de una
persona podrá ser motivo para obstaculizar una vinculación laboral, a
menos que dicha discapacidad sea claramente demostrada como
incompatible e insuperable en el cargo que se va a desempeñar. Así
mismo, ninguna persona en situación de discapacidad podrá ser
despedida o su contrato terminado por razón de su discapacidad,
salvo que medie autorización de la oficina de Trabajo. (…)

En este artículo hace referencia a aquellas personas que tienen un


grado de invalidez superior a la limitación moderada, es decir entre el 15%
y el 25%. Así, que, aquellas personas cuya capacidad sea inferior al 15%
que es el grado menor de la discapacidad y respecto de este operan las
garantías de asistencia y protección que regula esa ley en su artículo 1.

Normatividad Internacional

En materia laboral, las Naciones Unidas (1993) han instituido que los
Estados tienen la obligación de reconocer como principio, que aquellas
personas con discapacidad tienen la plena facultad para ejercer sus
derechos humanos cuando de trabajo se trate, es así, como aquellas
disposiciones legislativas y reglamentarias internas de cada estado, deben
velar por la no discriminación contra las personas con discapacidad, y
mucho menos deben poner trabas para que estas puedan acceder a un
empleo digno. Así mismo, se hace un llamado para que los empleadores
promuevan cambios en las organizaciones a fin de que se constituya como
un elemento esencial la vinculación de personas con discapacidad a sus
empresas.

Así, Colombia a nivel histórico dio un salto normativo en favor de las


personas con discapacidad para el siglo XX, sin embargo, con la
Constitución de 1991 se entendió la discapacidad como un término de
derechos, tal como se consagran en los artículos 13 y 47 superiores,
acciones tendientes a proteger las poblaciones especiales desde la
salvaguarda de sus derechos por parte del Estado, además, Colombia
incorporó en su legislación por medio de la Ley 762 de 2002 la Convención
Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra las Personas con Discapacidad, la cual constituyó un avance
relevante en la materia, y recogió por primera vez la definición legal del
concepto de discapacidad

Además, la Convención sobre los Derechos de las Personas con


Discapacidad propone

“promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de


igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales
por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de
su dignidad inherente y define como destinatarios de las
disposiciones del tratado a todas aquellas personas que “tengan
deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo
plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su
participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de
condiciones con los demás” (citado por Corte Constitucional. T-
824/11).

En este sentido, la Corporación Constitucional en diversas


oportunidades ha reiterado la importancia y vinculatoriedad de los tratados
y convenios internacionales que han sido debidamente ratificados por
Colombia, y resalta la Convención sobre Derechos de las Personas con
Discapacidad, el cual definió a grosso modo los destinatarios de sus
disposiciones.

Cabe mencionar que los Convenios 17 y 18 de la Organización


Internacional del Trabajo (OIT), mencionan la indemnización por accidente
de trabo y a la indemnización por enfermedades profesionales, un aspecto
muy importante pero estos pagos se realizan en forma de ‘renta’, donde la
legislación interna puede hacer uso de esta o un solo pago proporcional a la
incapacidad permanente parcial (Herrera, S. 2008).

Así mismo, la Declaración de los Derechos Humanos proclamada


por las Naciones Unidas, la Declaración de los Derechos del Deficiente
Mental, aprobada por la ONU (1971), la Declaración de los Derechos de las
Personas con Limitación, aprobada por la Resolución 3447 de la misma
organización (1975), el Convenio 159 de la OIT, la Declaración de Sund
Berg de Torremolinos en apoyo de la Unesco (1981), la Declaración de las
Naciones Unidas concerniente a las personas con limitación (1983), la
recomendación 168 de la OIT (1983) y la Convención sobre los derechos
de las personas con discapacidad de la ONU (2007), delimitaron
parámetros claros sobre la discapacidad física, síquica o sensorial, con los
cuales se busca la rehabilitación e integración social de los discapacitados
(Jiménez, M. 2002) y se estableció como un referente normativo para
desarrollar legalmente la protección de los derechos laborales de este
grupo poblacional en situación de vulnerabilidad.

Lo que esto quiere decir, es que, según la legislación internacional,


los trabajadores que por alguna(s) razón(es) laboral(es) se les disminuya su
capacidad laboral entre el 5% y el 50%, no sólo llegan a gozar de la
indemnización proporcional al daño sufrido, sino también a recibir un pago
periódico que se establece en forma de salario, todo esto en virtud por
mantener la relación laboral.

Análisis Comparado

Ahora bien, después del análisis efectuado es necesario hacer un


paralelo entre las dos posturas que han sostenido la Corte Suprema de
Justicia en su sala de casación laboral y la Corte Constitucional. Primero, la
Corte Suprema de Justicia en la jurisprudencia nacional vigente o desde la
sentencia del 15 de julio de 2008 con radicado 32532, ha señalado que la
estabilidad ocupacional reforzada es una garantía constitucional que tiene
como origen la ley 361 de 1997, en la cual se dispone que su aplicabilidad
estará dirigida a quienes tienen la “condición de limitados por su grado de
discapacidad”. De manera tal que va de la mano con la reglamentación
establecida en el decreto 2463 de 2001 en donde se clasifican los “grados
de severidad de limitación laboral”: moderada la que está entre el 15% y el
25% de capacidad laboral; severa la mayor al 25% e inferior al 50%; y
profunda la igual o superior al 50%.

Por lo anterior se puede inferir que, para la Corte Suprema de


Justicia en sala de casación laboral, no hay una protección clara sobre las
personas que tienen una incapacidad inferior al 15%, pues, la eventual
protección para la Corte nace a partir de la incapacidad entre el rango del
15% al 25% y en adelante. Así lo señaló en repetidas ocasiones (SL-12998-
2017) en donde analizó dicho alcance de la protección que establece el
artículo 26 de la Ley 361 de 1997 en contravención de la justa causa que
establece el artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, en donde
denotara que se abre paso a la aplicación de la última norma, sobre la
protección que la Ley 361 estableció anteriormente.

Para esta Corporación el término “discapacidad relevante” es más


incluyente y permite que se identifique al individuo dentro de protección a la
estabilidad laboral que contempla el artículo 26 de la Ley 361 del 97 y no el
término “invalidez” al que se refieren las normas internacionales, lo cual
permite que se diferencie el individuo que es beneficiario de la pensión de
invalidez que regula la norma interna de seguridad social.

Por el contrario, la Corte Constitucional ha sostenido que la no


protección de al trabajador que tiene un capacidad inferior al 15%,
incapacidad dada por lo general por un médico y denominada “incapacidad
medica”, implica que se le vulnere el mínimo vital a la persona y a su núcleo
familiar, a su vez, se le estaría desconociendo el derecho a la vida, a la
dignidad humana, a la seguridad social, entre otros derechos, por tal razón,
la Corte Constitucional resulta más proteccionista hacia el trabajador que se
encuentra en una situación de inferioridad frente al empleador.

Si bien, la Corte Constitucional en reiteradas ocasiones ha señalado


que cuando se hable de personas con discapacidad leve y moderada, se
hace referencia a aquellas, que por su estado de salud, ya sea físico o
mental, se encuentren en situación de debilidad manifiesta, la cual les
imposibilite ejercer funciones laborales en determinadas actividades o que
lo puedan hacer pero con algunas limitaciones y que por ende, requieren de
una atención y protección especial, la cual les permita gozar de una
integración social y realización laboral, además, y para lo que compete con
este estudio, les permita gozar de una estabilidad laboral reforzada.

Análogamente, como se mencionó anteriormente, la incapacidad


permanente parcial se puede considerar como esa incapacidad permanente
y parcial que recae sobre el afiliado y que tiene origen en un accidente de
trabajo, una enfermedad profesional o una enfermedad de origen común,
en este caso, la persona sufre una discapacidad parcial pero definitiva en
alguna de sus facultades para realizar su trabajo con cotidianeidad, dicha
disminución es igual o superior al 5%, pero inferior al 50% de su capacidad
laboral, para lo cual ha sido contratado o capacitado (Egea, C. 2001).

La Corte Constitucional ha mencionado que el alcance de protección


del que pueden gozar aquellos rabajadores cuya capacidad sea inferior al
15% pero superior al 5%, no sólo se extiende a que reciban una
indemnización que debe ser proporcional al daño sufrido o causado, no
inferior a (2) salario base de liquidación, ni superior a veinticuatro (24)
veces dicha base, sino también al derecho que tienen de poder conservar
su puesto de trabajo; y de manera subsidiaria a ser reubicados a un puesto
de trabajo que sea compatible con la capacidad y la aptitud que tenga el
trabajador y que sea de acuerdo a su estado de salud. Cabe mencionar que
todo esto es en base al Sistema de Riesgos Profesionales, así que, es
importante mencionar que, una vez ha sido agotado el término de la
incapacidad temporal del trabajador que ha sufrido ya sea una enfermedad
o un accidente que le impida desarrollar su labor, las entidades
administradoras del riesgo deben pagar el subsidio por dicha incapacidad
hasta que se haya establecido el grado de incapacidad del trabajador, y una
vez este se alivie de su accidente o enfermedad y a su vez recupere su
capacidad laboral, el empleador está en su obligación de reubicarlo ya sea
en el cargo que desempeñaba o en otro en el que esté capacitado.

Así, la Corte Suprema de Justicia en sentencias SL 17945-2017, SL


39207-2012, SL 14134-2015, SL 10538-2016 y SL 5163-2017 fijo el alcance
de la protección a la que se refiere el artículo 26 de la Ley 361 de 1997,
definiendo que no cualquier discapacidad puede entenderse constituida
bajo la protección de la estabilidad reforzada, puesto que, dicha acción se
justifica en los casos en donde la gravedad de la discapacidad necesita de
una protección especial, a fin de que los trabajadores cobijados bajo esta
connotación no sean excluidos del ámbito laboral.

Además, en sentencia SL711 del 24 de febrero de 2021, la Sala de


Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia determinó que el
reintegro no es procedente cuando se trate de la reclamación del fuero de
salud cuando el reclamante no ostente una calificación de pérdida de
capacidad laboral superior al 15% y cuando la desvinculación del puesto de
trabajo se de por ocasión de la expiración del contrato, dándole un término
a esto de “causa objetiva” y no de medidas discriminatorias.

Por otra parte, el Sistema de Riesgos Profesionales, que a su vez


está regulado por la Ley 100 de 1993, por el Decreto 1295 de 1994 y por la
Ley 776 de 2002, este sistema tiene por objeto prevenir y proteger a los
trabajadores de los efectos que tengan a raíz de las enfermedades y
accidentes que lleguen a desarrollar. Todo esto gracias a los aportes que
debe cancelar el empleador a la Administradora de Riesgos Profesionales
(ARP) y que, por lo tanto, tienen derecho los trabajadores a recibir de ella,
ya sean prestaciones de carácter económico o asistencial (esta es dada por
la EPS), todo esto en orden al accidente o enfermedad que sufran o
inclusive de la muerte que sobrevenga.

Conclusiones

La normatividad interna colombiana en relación con la delimitación


de la pérdida de capacidad laboral y del establecimiento de la estabilidad
laboral reforzada es plenamente clara, no obstante, la jurisprudencia a partir
de 1991 ha tenido múltiples disparidades en sus criterios, estableciendo por
una parte la garantía para cualquier tipo de limitación física, pero por otra,
contemplando grados de discapacidad a partir del 15%.

Si bien, se entendió que la Corte Constitucional pone en primera


medida la salvaguarda de los derechos, de la dignidad humana y del
derecho a trabajo de todas las personas sin importar su connotación física o
mental, estableciendo en su jurisprudencia la necesidad de proteger a
cualquier persona que ostente dicha condición sin importar el grado de
limitación física al que se encuentre incluido, o si bien, sin importar si no se
encuentra catalogado bajo ningún grado.

Por otra parte, la Corte Suprema de Justicia en múltiples ocasiones


ha reiterado que la estabilidad laboral reforzada no puede entenderse bajo
cualquier criterio, y, por ende, esta no puede ser ofrecida desde el 1% de
discapacidad, puesto que, así como lo estableció la Ley 361 de 1997
existen criterios delimitados de manera acertada y clara para poder delegar
dicha condición a los trabajadores que hayan sufrido alguna alteración
física o mental. Si bien, la sala de casación laboral de la CSJ contempla la
necesidad de que dicho mandato normativo se cumpla a cabalidad y no se
transgreda ni se ofrezca especial protección a aquellos que
verdaderamente no la requieren, puesto que, se pierde la razón de ser de
dicho proteccionismo.
La normatividad internacional por su parte contempla la protección
especial a los trabajadores por medio de la estabilidad laboral reforzada a
partir del 5% de la declaración de dicha pérdida de la capacidad laboral,
además, esta contempla no solo el goce de una indemnización que es
proporcional al daño sufrido, sino que también, establece el pago de un tipo
de salario en virtud de la relación laboral.

Así, se denota disparidad de criterios por las Altas Cortes, las cuales
buscan de manera mancomunada garantizar la protección y el
cumplimiento de los derechos de los trabajadores en condición de
discapacidad, no obstante, desde la promulgación de la Constitución
Política de 1991, la Corte Constitucional en su función principal de
salvaguardar la norma suprema, contempló acepciones específicas sobre
los derechos humanos y la protección a grupos en situación de
vulnerabilidad.

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