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Preguerra 3.
Preguerra 3.
ANTONIO MACHADO
Antonio Machado (1875-1939), poeta de la Generación del 98, nació en Sevilla y se educó en Madrid.
Catedrático en Soria, su matrimonio y la muerte de su esposa influenciaron su poesía. Partidario de la
República, huyó tras la Guerra Civil y falleció en Colliure. Su obra, inicialmente modernista, refleja
elementos románticos y simbolistas. En prosa, destaca el "Cancionero apócrifo". Sus "Canciones a Guiomar"
revelan un amor tardío. Durante la guerra, escribió "Poesías de guerra", destacando "El crimen fue en
Granada", una elegía a Federico García Lorca. Su legado fusiona diversas corrientes poéticas y una profunda
conexión con la realidad española. Antonio Machado destacó con varias obras poéticas:
En la primera etapa (hasta 1927) de la Generación del 27, los poetas, influenciados por el romanticismo de
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Bécquer y la lírica popular, destacan con obras como "Libro de poemas" de García Lorca, "Marinero en
tierra" de Rafael Alberti, y "El romancero de la novia" de Gerardo Diego. La aparición de las vanguardias
como el Ultraísmo y el Creacionismo influye en esta etapa, mientras que la orientación hacia la poesía pura,
guiada por Juan Ramón Jiménez, se refleja en obras como "Presagios" y "Seguro azar" de Pedro Salinas, y
"Cántico" de Jorge Guillén. La búsqueda de perfección formal también los acerca a los clásicos.
En la etapa de 1927 a la Guerra Civil de la Generación del 27 , los poetas experimentan un proceso de
rehumanización y neorromanticismo, volviendo a temas humanos y existenciales. Se destacan diversas
tendencias:
-Poesía surrealista: Influencia predominante, se caracteriza por el uso de la metáfora visionaria, el verso
libre y lo onírico. Obras como "Espadas como labios" y "La destrucción o el amor" de Vicente Aleixandre,
"Poeta en Nueva York" de Lorca, "Sobre los ángeles" de Alberti, y "Un río, un amor" o "Los placeres
prohibidos" de Luis Cernuda.
-Poesía neorromántica: Inspirada en Bécquer, enfocada en el amor en todas sus fases, desde el preludio
hasta el adiós. Ejemplos incluyen "Donde habite el olvido" de Luis Cernuda, "El rayo que no cesa" de Miguel
Hernández y "La voz a ti debida" de Pedro Salinas.
-Poesía social: Conocida como poesía impura, influida por Pablo Neruda, aborda temas angustiantes y
existenciales comprometidos con la realidad social. Se destaca "El poeta en la calle" de Alberti, abordando
luchas de clases, el desempleo y mostrando un tono combativo o de rechazo.
Tras la Guerra Civil, la Generación del 27, dispersa y en exilio, presenta una poesía cargada de acusaciones
contra los vencedores y marcada por la nostalgia de la patria perdida. Obras como "Clamor" de Jorge
Guillén reflejan este periodo, mientras en España, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre exploran tonos
existencialistas en "Hijos de la ira" (1944) y "Historia del corazón", respectivamente. Rafael Alberti también
aporta con recuerdos nostálgicos en "Retorno de lo vivo lejano" (1952), manteniendo la poesía más
humana iniciada en etapas anteriores.
MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel Hernández, considerado un genial "epígono" del 27, nació en 1910 y sirvió de puente entre esa
generación y la posguerra. De familia pobre, autodidacta y poeta desde joven, se trasladó a Madrid en
1934. Su obra se divide en:
a) Inicios y plenitud (1933-1936): En la etapa de Inicios y Plenitud (1933-1936), Miguel Hernández,
inspirado por Góngora y las vanguardias, desarrolla su estilo poético en "Perito en lunas" (1934), donde
objetos cotidianos se convierten en acertijos con descripciones metafóricas. Alcanza su plenitud con "El
rayo que no cesa" (1936), reelaboración de poemas anteriores, centrado en los temas de vida, amor y
muerte. Destaca el amor como deseo de vivir, enfrentándose a barreras morales y convirtiéndose en un
tormento con presagios oscuros de muerte. El libro, principalmente sonetos, incluye la impresionante
"Elegía a Ramón Sijé", una destacada composición lírica sobre la amistad.
b) La guerra (1937-1938): En la etapa de la guerra (1937-1938), Miguel Hernández utiliza estrofas clásicas y
verso largo en obras como "Viento del pueblo" (1937), expresando la necesidad de comprender y compartir
los sentimientos del pueblo. Aborda el sufrimiento de los pobres y niños, destacando la dimensión social en
poemas como "El niño yuntero" y "Aceituneros". "El hombre acecha" (1938) refleja decepción y tristeza
ante la guerra y el hambre, revelando la naturaleza sanguinaria del ser humano.
c) La cárcel (1939-1942): En la etapa de la cárcel (1939-1942), Miguel Hernández escribe sus últimos
poemas, recopilados en el "Cancionero y romancero de ausencias". Estos versos giran en torno al
sentimiento de ausencia: la pérdida de su primer hijo, la separación de su segunda hija y de su esposa, y la
ausencia de libertad en prisión. Destaca "Nanas de la cebolla", dedicada a su hijo con un tono optimista,
representando la esperanza en el futuro.